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El Secreto de una vida lograda

Segunda Parte

Descubrimiento del desarrollo personal

En doce fases

El Descubrimiento de los Ámbitos

La primera medida del antídoto contra la manipulación (la que consiste en


estar alerta) comenzamos a tomarla en el capítulo anterior. Lo haremos
conjuntamente, ya que pensar de modo adecuado a cada realidad es condición
indispensable para vivir de forma creativa. Por ejemplo, sólo cuando conocemos y
reconocemos la honda dignidad de una persona, podemos crear una relación de
encuentro con ella.

La vida personal la vivimos, según la investigación científica y filosófica


actual, a medida que creamos toda suerte de encuentros.

El conocimiento del encuentro no puede venirnos de fuera; tenemos que


adquirirlo nosotros a medida que nos encontramos.

Si deseamos entender lo que es el encuentro en todo su alcance, debemos


previamente descubrir un tipo de realidades, los “ámbitos”, que no son ni objetos
ni sujetos, pero se muestran sumamente fecundas para nuestra vida. Para ello,
hemos de perfeccionar nuestro modo de ver las realidades que nos rodean y
nuestra propia realidad personal.

1. Experiencias para descubrir dos modos o niveles de realidad: los


“objetos” y los “ámbitos”

El encuentro se da siempre entre dos seres. ¿Cómo han de ser éstos y


cómo han de comportarse para que sea posible el encuentro? Según veremos
más ampliamente, encontrarse no se reduce a estar cerca; implica un intercambio
de posibilidades realizado por el deseo de comunicarse y crear una forma de
unidad fecunda.

Para entender a fondo cuándo y de qué forma se da el encuentro debemos


conocer con precisión los distintos tipos de realidad que hay nuestro entorno. Nos
conviene aprender a mirar a nuestro alrededor y distinguir diversos modos de ser.
Hagamos, para ello, la experiencia de lo que es un libro, un piano, un ser humano.

Se trata de una realidad “relacional”, por confluir en ella diversos seres,


pero, vista como producto de un proceso fabril, es un objeto, una realidad que
nosotros, por haberla producido, podemos poseer y dominar. Este tipo de
realidades manejables, canjeables, delimitables, pesables… y nuestra forma de
comportarnos con ellas poseerlas, ponerlas a nuestro servicio, manejarlas… son
propias de un plano elemental de realidad y de conducta que llamaremos nivel 1.

Experiencia 2da: Un piano, visto como mueble y como instrumento

Un piano, por ser un mueble, ocupa un lugar en el espacio, ofrece


resistencia, puede ser asido, pesado, canjeado, vendido… Tiene condiciones de
objeto, por haber sido producido mediante la cooperación de las cuatro causas
destacadas por Aristóteles: causa eficiente –el constructor–, causa material –el
material del que está hecho–, causa formal –la forma que presenta– y causa final
.la finalidad para la que fue construido–. Puede ser útil para servir de soporte a
objetos de adorno y decorar una sala.

Experiencia 3ra: El ser humano, visto como cuerpo y como persona

Un ser humano, por ser corpóreo, puede ser medido, pesado, asido, situado
en un lugar, sometido a análisis clínico… Presenta, en la misma medida, cierta
afinidad con los objetos porque es un haz de relaciones: está relacionado con sus
progenitores, que le han llamado a la existencia, y se siente instado a responder a
dicha llamada de modo agradecido, adoptando la misma actitud creadora que le
dio el ser; ama a otras personas y es amado por ellas; elabora proyectos para el
futuro e intenta realizarlos; asume buen número de las posibilidades que han
transmitido a su sociedad las generaciones anteriores y procura crear nuevas
posibilidades para legarlas a las generaciones futuras.

Al unirse dos o más ámbitos entre sí, dan lugar a ámbitos de mayor
envergadura, un grupo de amigos, una familia, una orquesta, una institución…
Estos ámbitos complejos, formados por el encuentro de dos o más ámbitos
individuales, no se reducen a la suma de éstos; presentan una condición peculiar.

2. Necesidad de pasar del nivel de los objetos al de los ámbitos

1) Al ver un avión inmóvil sobre la arena del desierto, el protagonista del


conocido relato de Antoine de Saint-Exupéry El Principito le pregunta al piloto:
“¿Qué es esta cosa?”. El piloto se apresura a corregirle: “No es una cosa. Eso
vuela. Es un avión. Es mi avión. Y me sentí orgulloso haciéndole saber que
volaba” ¿Qué sentido tiene esta corrección?

En las obras de Saint-Exupéry, como en toda obra literaria auténtica, buen


número de textos están dotados de poder “simbólico”, es decir, de la capacidad de
remitirnos de una realidad cercana a nosotros a otra menos conocida y superior.
El piloto quiso elevar al Principito del plano de los objetos o cosas a un plano de
realidades más elevadas.

2) No siempre es fácil elevarse al nivel de los ámbitos, porque tenemos


cierta tendencia a quedarnos en lo sensible inmediato, que es más fácilmente
poseíble y dominable. Cuando, en el relato antes citado, el piloto está más
enfrascado en la tarea mecánica de arreglar la avería del avión, el enigmático
Principito se dirige a él y le dice: “!Dibújame un cordero!”. El piloto, para
contentarle sin abandonar su urgente tarea, traza deprisa una figura sobre un
papel. El Principito no lo acepta. Lo mismo sucede dos veces más. Finalmente,
el piloto dibuja una caja con varios agujeros y le indica al pequeño: “Esta es la
caja. El cordero que quieres está dentro”. Al tomar esta solución expeditiva, teme
que el Principito se va a enojar con él. Tanto más se sorprende al observar que su
rostro se ilumina súbitamente y exclama: “!Es exactamente así como lo quería!”.

3. La conversión de los objetos en ámbitos

El descubrimiento de los ámbitos nos da luz para comprender la capacidad


que tenemos los seres humanos de transformar las realidades que tratamos en la
vida cotidiana.

1. Voy a una tienda y veo una serie de plumas. Cada una presenta las
condiciones de los objetos: es delimitable, pesable, usable… Como necesito una
pluma para escribir una obra, escojo la que me parece más adecuada a este fin y
la inserto inmediatamente en ese proyecto vital mío.

Los seres que tienen condición de ámbito presentan un valor superior al de


los meros objetos en cuanto son capaces de ofrecer unas posibilidades y recibir
otras. Pero estas posibilidades pueden ser orientadas al bien o al mal.

“He descubierto –escribe Saint-Exupéry– una gran verdad, a saber: que los
hombres habitan.., y que el sentido de las cosas cambia para ellos según el
sentido de la casa”

Habitar una casa significa crear en ella una red de vínculos los
interpersonales que la convierten en hogar, nivel 2. Habitar juntos en una casa se
reduce a compartir un espacio, nivel 1; no exige creatividad alguna. Habitar una
casa supone una voluntad creadora de relaciones, de los lazos, a que alude de
Saint-Exupéry en los momentos culminantes de sus obras: “¿Qué significa
“domesticar”?, preguntó el Principito al zorro.

La fenomenología es la disciplina filosófica que describe el sentido profundo


que muestran las realidades y los acontecimientos cuando los vemos con
espontaneidad, sin prejuicios. El movimiento fenomenológico constituye una
aportación valiosísima al estudio del ser humano.

4. La fecundidad del pensamiento relacional

Hemos advertido que ciertas realidades se nos presentan como ámbitos


pues no están cerradas en sí y bien delimitadas, como los objetos, sino que se
abren a otras realidades y les ofrecen posibilidades de uno u otro orden. Una
persona tiene ciertos límites por ser corpórea, pero lo supera en cuanto puede
conocer otros seres, configurar proyectos, tener deseos, sentir afectos, crear
vínculos… Se nos muestra como ámbito en virtud de sus propias cualidades.

Otras realidades carecen del poder de iniciativa y de abarcar cierto campo


que ostentan las personas, pero tienen condiciones que nos permiten tomarlas
como fuentes de posibilidades para nuestros proyectos y, por tanto, como ámbitos.
Una partitura ofrece posibilidades de conocer una obra musical a quien sepa leer
esa forma de lenguaje.

Es difícil calibrar la importancia que tiene para nuestra vida acostumbrarnos


a pensar de modo relacional y dar el debido valor al sujeto que piensa y a la
realidad pensada. Sucede, a veces, que ciertas personas expresan su opinión
sobre algo y, si les preguntamos en qué basan su parecer, contestan
sencillamente: “esta es mi verdad. Tú tienes la tuya, y todas son dignas de
respeto”.

5. Actitudes adecuadas a cada tipo de realidad

Al descubrir la existencia de realidades que, vistas con mirada penetrante,


no tienen límites precisos, como los tienes los meros objetos, sino que son “tramas
de relaciones”, advertimos que cada una exige un tratamiento peculiar.
Maticemos un poco más este descubrimiento.
De modo análogo, una idea puede ser expuesta en diferentes lenguas,
libros y situaciones. Todo ello puede cambiar; no así la idea, que ha de ser
transmitida con toda fidelidad. El disco que reproduce una melodía puede
estropearse, pero ésta, en cuanto tal, permanece inalterada.

Los seres humanos estamos autorizados a poseer las realidades que son
producto de nuestro esfuerzo y disponer de ellas conforme a nuestros intereses.
En cambio, debemos respetar las realidades que son fruto de la interacción de
diversas realidades.

“Si me domesticas (es decir, si creas conmigo lazos de verdadera amistad),


tendremos necesidad el uno del otro. Serás para mí único en el mundo. Seré
para ti único en el mundo”

Somos “únicos” porque nos hemos enriquecido con una cualidad inédita en
el mundo: nuestra relación de amistad. El afecto que tal enriquecimiento suscita
en nosotros no es un sentimiento arbitrario y superficial; es la reacción profunda
de nuestra persona ante ese valor real que hemos adquirido. Hemos de aprender
a considerar como rigurosamente reales los ámbitos que se generan al entrar en
relación dos o más realidades. Ello nos infundirá un inmenso respeto a las
relaciones que establecemos en la vida y nos hará responsables.

6. Ejercicios para perfeccionar el conocimiento de los ámbitos

El método de análisis de la vida humana que expongo en esta obra es


“interactivo”: cada lector debe hacer por su cuenta diversas experiencias para
poner en forma la capacidad de pensar, sentir, querer y expresarse del modo
relacional que exige nuestra condición de personas. Por eso aduzco bastantes
ejemplos y propongo algunos ejercicios. El lector no necesita realizar todos los
ejercicios y analizar todos los ejemplos. Puede limitarse a aquellos que, por su
temática, le sean más cercanos y le permitan adentrarse con facilidad en la
investigación llevada a cabo en esta obra. Naturalmente, si se afana en realizar
todas las tareas que sugiero e incluso las amplía, aplicando las ideas expuestas a
diversas situaciones de la vida cotidiana, podrá vivir con mayor agilidad y hondura
los doce descubrimientos que están en la base de nuestro desarrollo personal.

1. En la obra de John Steinbeck La perla, un humilde pescador, de nombre


Kino, encuentra una perla magnífica y cree solucionado el futuro de su familia. A
partir de ese momento, el autor escribe frases como éstas: “En el interior de Kino,
la melodía secreta de la perla posible irrumpió clara y hermosa, rica y cálida y
amable, intensa y feliz triunfal”.
2. La expresividad de ciertos textos literarios especialmente significativos se
debe al entrelazamiento del nivel de realidad objetivo con el nivel ambital.
Cuando, en La tragedia de Macbeth (de W. Shakespeare), la esposa de Macbeth
ve las manos ensangrentadas de éste, tras el asesinato del rey Duncan, le indica
que las lave. Y él responde, angustiado:

“¿Todo el océano inmenso de Neptuno podría lavar esta sangre de mis


manos? ¡No! ¡Más bien mis manos colorearían la multitudinosa mar, volviendo rojo
lo verde!

Notemos cómo, para captar la impresionante expresividad de este texto,


debemos oscilar entre el nivel objetivo, físico, y el nivel ambital, en el que se
desarrolla la vida ética. La sangre que delata el asesinato que uno acaba de
cometer es una realidad física relacionada con un acto moral sumamente
negativo. Significa, por tanto, mucho más que un líquido rojo, pues tiene la
sombría capacidad de enfrentar al asesino, ante el pueblo y sus tribunales, con la
responsabilidad por su delito.

7. Aplicación de los análisis realizados a la vida cotidiana del hombre

1. Cada persona que vive en una ciudad configura en ella, poco a poco, un
mundo propio, en colaboración con la realidad que le rodea. La ciudad es
objetivamente la misma para todos, pero cada uno recorta en ella determinados
lugares, calles y espectáculos; acoge ciertas posibilidades y desecha otras; trata a
unas personas e instituciones y deja de lado a otras. Configura, así, un mundo
personal singular, que constituye un ámbito, no un mero conjunto de objetos,
cosas y hechos.

2. El Evangelio de San Lucas narra que los ángeles pronunciaron en Belén


estas palabras: “Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres en
quienes Él se complace” (Lc 2,14). En la gran Misa en si menor, J.S. Bach repite
hasta 33 veces esta idea en la versión latina: “Et in terra pax hominibus bonae
voluntatis”.

3. La contraposición del nivel objetivo de realidad y el nivel ambital y el nivel


ambital da lugar a diálogos literarios tan luminosos que, en casos, provocan una
especie de escalofrío intelectual. En El burlador de Sevilla y Gonvidado de piedra,
de Tirso de Molina, Don Juan, representante de una vida entregada a las
gratificaciones sensibles y desarrolladas, por tanto, en el nivel 1, conversa con
Don Gonzalo, portavoz del nivel 2, el de la responsabilidad ética, y, al final, le
indica que le va a alumbrar el camino.
4. Yerma, protagonista de la obra homónima de Federica García Lorca,
entiende el amor matrimonial como una relación de intimidad corpóreo-espiritual,
no como mera avidez erótica. Su marido, Juan, es poco sensible a las exigencias
del encuentro, pues se mueve más bien en el nivel 1, el de la posesión y el
dominio. Esta tosquedad acaba exasperando a Yerma, que se siente burlada en
su legítimo anhelo de vivir unas relaciones amorosas auténtica (nivel 2). Un día,
en el ambiente distendido de una romería popular, Juan se acerca a ella para
besarla, y Yerma lo rechaza airadamente, pues se ve reducida a condición de
objeto, de paso que se puede fácilmente agarrar y consumir (nivel 1).

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