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Fe en la fe

¡Hablemos sobre providencia! La misma semana en que yo empezaba este capítulo sobre la fe,
estaba al borde del precipicio de lo que podría ser el más grande paso de fe al que nos
enfrentaríamos en los 33 años de historia del Instituto Cristiano de Investigaciones. De pronto
este paso doblaría la capacidad de alcance de lo que ya era, en efecto, el ministerio evangélico
contra las falsas creencias más grande del mundo. Así que cuando me preparé para tomar la
decisión, confié en que no había acción más segura que la que se asumía como un paso de fe.
Y bien, ¿qué es fe? ¿Es fe meramente un paso a ciegas en medio de la oscuridad, o puede
considerarse la fe como un salto en la luz? ¿Es la fe una fuerza? ¿Son las palabras los
recipientes de esa fuerza?
¿Y cómo debería yo dirigir mi fe? ¿Debiera encauzarla hacia dentro —fe en mi propia fe?
¿O debe ser Dios el objeto de mi fe?
Hablando de Dios, ¿es Dios un ser de fe? ¿Conocerá El de algunas buenas fórmulas de fe?
Mientras hago estas preguntas, ¿pudiera alguien hacerme el favor de decirme cómo puedo
alcanzar un lugar en el Salón de la Fama de la Fe?
Larry y Lucky Parker pensaron que ellos conocían la ruta al Salón de la Fama de la Fe.
Por años, habían escuchado el mensaje de la Fe. Ellos se sabían las fórmulas de la fe aún dentro
de sus propios corazones. Pero esta vez, cuando un mercader de la fe pasó por el pueblo, ellos
ingirieron más de este cianuro espiritual del que podían asimilar sin peligro. Y se embarcaron
en la dirección equivocada rumbo a una fe de solamente una vía.
Su trágica historia fue valientemente publicada en 1980 por Harvest House. Su libro, We
Let Our Son Die (Nosotros dejamos morir a nuestro hijo), reseña los trágicos detalles de un
desorientado viaje de fe. Con dolorosos e hirientes detalles, Larry y su esposa describen cómo
ellos retiraban el remedio de la insulina a su hijo diabético. Como podía anticiparse, Wesley
cayó en un coma diabético.
Los Parker, nos alertan acerca de la impropiedad de hacer "afirmaciones no positivas" que
después se vuelvan "afirmaciones positivas". Nos hablan del proceso de la enfermedad de
Wesley hasta su muerte. Aún después del deceso de Wesley, sin desanimarse en su fe los Parker
condujeron, más que un funeral, un servicio de resurrección.
De hecho, durante más de un año después de su muerte ellos rehusaban abandonar su fe en
que Wesley resucitaría, al igual que Jesús. Eventualmente, Larry y Lucky fueron juzgados y
acusados de homicidio no intencional y de abuso infantil.
¿Una trágica historia? Sí. Pero algo aún más trágico es que otras innumerables historias
como éstas pudieran ser dolorosamente narradas.
En cada caso la moraleja es siempre la misma. Un falso concepto de la fe inevitablemente
conduce al naufragio —algunas veces espiritual, en otros casos, físicamente y ambos, en
situaciones diferentes.
Ya que la fe introduce al cristianismo al disfrute de un exquisito escenario de tapices, nos
ayudaría muy bien el analizar las falsas doctrinas que sistemáticamente tratan de alterar el
material del cual está construido nuestra fe.
Mucha gente que se casa con la doctrina de la Fe se han comprometido con conceptos que
son tan antibíblicos que tienen su mente embrollada. En algunos casos estos conceptos
encuentran su génesis en el reino de las sectas, y en otros casos los mismos están firmemente
arraigados en el mundo del ocultismo.
En las páginas que siguen usted se encontrará cara a cara con los maestros de la Fe, quienes
han redefinido de manera total el concepto bíblico de la fe. Definen ellos la fe como una fuerza
y establecen que las palabras son los recipientes de esa fuerza.
Aprenderá usted a descubrir las falseadas fórmulas de fe que han sido virtualmente
canonizadas por el movimiento de la Fe.
Usted habrá de darse cuenta de que el "Dios" del movimiento de la Fe no es —de ninguna
manera—, el verdadero Dios. El es meramente un títere gobernado por la fuerza impersonal de
la fe.
Finalmente, es mi esperanza que usted será habilitado para establecer un contraste entre los
verdaderos héroes de la fe Dios del pasado y los del presente—, y los charlatanes espirituales
que se han instalado a sí mismos en lo que pudiera ser muy bien caracterizado como su propio
"Salón de la ignominia de la Fe".
Cuando se trata de la teología de la Fe, a veces la verdad es más extraña que la ficción.
Hay millones de adherentes de la fe que aunque todavía no han abandonado sus sitios,
continúan aplaudiendo doctrinas que conducen a consecuencias devastadoras.
Marilyn Hickey, por ejemplo, no tan solo enseña a la gente cómo hablar a sus bolsillos
(vea la página 35 ), pero también dice como hablar a sus cuerpos:

"Dile a tu cuerpo: ¡Tú lo eres todo, cuerpo! Por eso es que


funcionas tan bien y con tanta belleza. Es por eso, cuerpo, que
nunca tienes problemas. Tú eres un cuerpo, saludable y fuerte.
O dile a tu pierna o habla a tu pie, o a tu espalda; y una vez que
hayas hablado y creas en lo que has recibido, no te vuelvas
atrás. Habla a tu esposa, habla a tu esposo, habla a tus
circunstancias; y habla fe a ellos para crear en ellos, y Dios
habrá de hacer las cosas que hayas hablado".1

Muchos maestros de la Fe abundan en tales doctrinas con consecuencias devastadoras. Es


precisamente aquí donde los maestros de la Fe han dado un viraje en U, desde el cristianismo, y
hacia el mundo de lo oculto.

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