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Copernicum: nuevo elemento de la tabla periódica

Nicolás Copernico

Hace pocas semanas, se ha añadido de modo oficial a la tabla periódica de los


elementos por la IUPAC (organismo mundial autorizado para realizar dichas
nomenclaturas), el denominado superpesado 112 el cual fuera descubierto por
científicos alemanes en experimentos de fusión en 1996.

El nombre de este nuevo elemento químico de la tabla periódica se llamará


Copernicum, en honor al astrónomo polaco Nicolás Copérnico (19 de febrero de 1473
– 24 de mayo de 1543) y su símbolo será Cp (en el sillón número 112 reemplazando
al denominado Unumbio "Uub").

Descubierto hace 13 años y añadido oficialmente a la tabla periódica hace tan sólo
unas semanas, el elemento químico 112 finalmente tiene nombre.

Copérnico fue el primero en afirmar que los planetas giran sobre sí mismos y alrededor
del Sol, refutando la creencia de que la Tierra era el centro del universo.

Está previsto que la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC, por sus
siglas en inglés), organismo que en junio confirmó el hallazgo del nuevo elemento,
apruebe oficialmente este nombre en seis meses, para "dar tiempo a la comunidad
científica para que discuta sobre la denominación sugerida".

Científicos del Centro de Investigación de Iones Pesados de Alemania, encabezados


por el profesor Sigurd Hofmann, descubrieron el "superpesado" 112 en experimentos
de fusión en 1996.
"Después de que la IUPAC reconociera nuestro descubrimiento, acordamos proponer
este nombre para honrar a un científico extraordinario, que cambió nuestra visión del
mundo", dijo el profesor Hofmann.

Según las reglas de la IUPAC, los investigadores no podían darle al nuevo elemento de
la tabla periódica el nombre de una persona viva.
Preguntado por la BBC si -reglas aparte- le hubiera gustado que el 112 se llamara
"hofmanium", el profesor Hofmann dijo: "No, creo que Copernicum suena mucho
mejor".

LARGA BÚSQUEDA

El profesor Hoffman comenzó la búsqueda de un nuevo elemento para añadir a la


tabla periódica en 1976. Los experimentos de fusión que ha llevado a cabo con su
equipo ya habían revelado la existencia de los elementos con los números atómicos
del 107 al 111.
Estos elementos son conocidos como los "superpesados". Sus números representan el
número de protones que, junto con los neutrones, dan al átomo la gran mayoría de su
masa.
Para crear el elemento 112, el equipo del profesor Hofmann utilizó un acelerador de
partículas de 120 metros de largo para disparar un rayo de átomos cargados de zinc
(o iones de zinc) a átomos de plomo.

Así, los núcleos de los dos elementos se fusionan para formar el núcleo de un nuevo
elemento.
Estos núcleos, además de ser enormes y pesados, son también inestables.

INESTABLES

Comienzan a descomponerse o desintegrarse poco después de haberse formado, en


este caso después de unos pocos milisegundos.

Esta desintegración libera energía, que los científicos pueden medir para analizar el
tamaño del núcleo en descomposición.

Pero este tipo de experimentos hasta ahora habían producido muy pocas fusiones
exitosas y los científicos necesitan aceleradores cada vez más poderosos para llevar a
cabo las pruebas durante más tiempo y poder encontrar a los elusivos elementos
inestables.

Es por eso que ha tomado tanto tiempo, más de una década, para que la IUPAC
reconozca al elemento 112.

Profesor Sigurd Hofmann.


El mes pasado una de las más destacadas noticias de química en lo que va del 2009
llamaba la atención y mucho a la comunidad científica. Hablo de la oficialización del
descubrimiento del Ununbio, el elemento 112 de la tabla periódica de los
elementos, el cual está nuevamente en primera plana hoy.

Es que la International Union of Pure and Applied Chemistry (IUPAC), organismo


encargado de gestionar este tipo de asuntos, ha aprobado oficialmente al elemento,
aunque su nombre ya no será Ununbio, sino que honrará al científico Nicolás
Copernico, bautizando al elemento 112 como Copernicium.

Descubierto por investigadores alemanes liderados por el Profesor Sigurd


Hofmann, el elemento no podía ser bautizado con el nombre de una persona viva
según las reglas de la IUPAC. De hecho, preguntado si le hubiera gustado llamarlo
Hofmanium, Hofmann respondió “No, creo que Copernicium suena mucho mejor”.
Brindo por la bienvenida del Copernicium y por la humildad de Hofmann.

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