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Maria y los hermanos de Jesús

Quienes desean sostener que María permaneció virgen aún después del
nacimiento de Jesús, sostienen que para los hebreos la palabra hermano
significaba también primo o pariente. Sin embargo esta afirmación es
absolutamente insostenible, puesto que el Nuevo Testamento está escrito en
idioma griego, no en hebreo, y diferencia claramente las palabras ‘hermano’,
‘primo’, o ‘pariente’, aplicándolas correcta y congruentemente en la Escritura.
He aquí algunos ejemplos significativos:

Marcos 6:3 “¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano (adelfos) de


Santiago, José, Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas (adelfai) aquí entre
nosotros?» Y se escandalizaban a causa de él.” (Jerusalen)

Griego “ouch houtos estin ho tektôn, ho huios tês Marias kai adelfos Iakôbou kai
Iôsêtos kai Iouda kai Simônos? kai ouk eisin hai adelfai autou hôde pros hêmas?
kai eskandalizonto en autôi.”

Adelfos = Hermano
Adelfai = Hemanas

Colosenses 4:10 “Os saludan Aristarco, mi compañero de cautiverio, y Marcos,


primo (anepsios) de Bernabé.” (Jerusalen)

Griego “Aspazetai humas Aristarchos ho sunaichmalôtos mou, kai Markos ho


anepsios Barnaba.”

Anepsios = Primo

Lucas 14:12 “Dijo también al que le había invitado: «Cuando des una comida o
una cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos (adelfous), ni a tus
parientes (suggeneis), ni a tus vecinos ricos; no sea que ellos te inviten a su
vez, y tengas ya tu recompensa.” (Jerusalen)

Griego “Elegen de kai tôi keklêkoti auton, Hotan poiêis ariston ê deipnon, mê
fônei tous filous sou mêde tous adelfous sou mêde tous suggeneis sou mêde
geitonas plousious, mêpote kai autoi antikalesôsin se kai genêtai antapodoma
soi.”

Adelfous = Hermanos
Suggeneis = Parientes

Otros dicen que cuando se habla de hermanos se hace referencia a los


discípulos, si fuera así ¿Cómo explicar Juan 7:3-5?

Juan 7:3-5 “Y le dijeron sus hermanos (adelfoi): «Sal de aquí y vete a Judea,
para que también tus discípulos vean las obras que haces, pues nadie actúa en
secreto cuando quiere ser conocido. Si haces estas cosas, muéstrate al mundo.»
Es que ni siquiera sus hermanos (adelfoi) creían en él.” (Jerusalén)

Griego “eipon oun pros auton hoi adelfoi autou, Metabêthi enteuthen kai hupage
eis tên Ioudaian, hina kai hoi mathêtai sou theôrêsousin sou ta erga ha poieis;
oudeis gar ti en kruptôi poiei kai zêtei autos en parrêsiai einai. ei tauta poieis,
fanerôson seauton tôi kosmôi. oude gar hoi adelfoi autou episteuon eis auton.”
Además, no hay en el Nuevo Testamento referencia alguna a la perpetua
virginidad de María, y por otro lado sería absurdo que después del nacimiento
de Jesús, María se negase a tener relaciones con su esposo, cómo cualquier
mujer sensata que elige el matrimonio ¿Dónde estaría la virtud de este
comportamiento?
Pero veamos algunos ejemplos de lo que en realidad sucedió:

Lucas 1:34 “María respondió al ángel: ¿Cómo será esto, puesto que no
conozco (ginôskô) varón?” (Jerusalén)

Griego “eipen de Mariam pros ton aggelon, Pôs estai touto, epei andra ou
ginôskô?”

Mateo 1:25 “Y no la conocía (eginôsken) hasta que ella dio a luz un hijo, y le
puso por nombre Jesús.” (Jerusalén)

Griego “kai ouk eginôsken autên heôs hou eteken huion; kai ekalesen to
onoma autou Iêsoun.”

Ginôskô = tener relaciones matrimoniales


ouk Eginôsken = no tuvo relaciones matrimoniales

Ver: A Greek English Lexicon of the New Testament Frederick William Danker
(Chicago) 3º edición página 200 2º columna

Ejemplos que se hallan en las Escrituras hebreas del uso y significado de la


palabra ‘conocer’ entre un hombre y una mujer:

Génesis 4:1 “Conoció el hombre a Eva, su mujer, la cual concibió y dio a luz a
Caín, y dijo: He adquirido un varón con el favor de Yahveh.” (Jerusalén)

Génesis 4:17 “Conoció Caín a su mujer, la cual concibió y dio a luz a Henoc.”
(Jerusalén)

Génesis 4:25 “Adán conoció otra vez a su mujer, y ella dio a luz un hijo, al que
puso por nombre Set.” (Jerusalén)

¿Reconocía Jesús la autoridad de María cómo ‘Madre de Dios’?

Juan 2:4 “Y, cómo faltara vino, porque se había acabado el vino de la boda, le
dice a Jesús su madre: No tienen vino. Jesús le responde: ¿Qué tengo yo
contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora.” (Jerusalén)

Lucas 11:27-28 “Sucedió que, estando él diciendo estas cosas, alzó la voz una
mujer de entre la gente, y dijo: ¡Dichoso el seno que te llevó y los pechos que
te criaron! Pero él dijo: Dichosos más bien los que oyen la Palabra de Dios y
la guardan.” (Jerusalén)

¿Es entonces correcto dirigirse a María cómo mediadora o intercesora ante


Dios?

Juan 14:6 “Le dice Jesús: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al
Padre sino por mí.”
Hebreos 4:14 “Teniendo, pues, tal Sumo Sacerdote que penetró los cielos
Jesús, el Hijo de Dios mantengamos firmes la fe que profesamos.”

1Timoteo 2:5 “Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios
y los hombres, Cristo Jesús, hombre también.”

¿Ascendió María al cielo con su cuerpo carnal?

Al comentar la proclamación que hizo el papa Pío XII en 1950, estableciendo un


dogma oficial de la fe católica, la New Catholic Encyclopedia (1967, tomo I,
pág. 972) declara: “No hay ninguna referencia explícita a la Asunción en la
Biblia; sin embargo, en el decreto de promulgación, el papa insiste en que las
Escrituras son el fundamento esencial de esta verdad”.
Pero ¿En que lugar de la Escritura se halla este fundamento? Más bien se dice
en ellas:

1Corintios 15:50 “Os digo esto, hermanos: La carne y la sangre no pueden


heredar el Reino de los cielos: ni la corrupción hereda la incorrupción.”

Sin embargo María gozó del privilegio de ser designada por Dios para traer al
mundo a su prometido Mesías y del magnífico y aún mayor privilegio, de recibir
junto a otras ciento veinte personas, el Espíritu Santo que en el día de
Pentecostés, los generó a todos cómo la primicia de los hijos de Dios que
forman parte del cuerpo de Cristo.

Hechos 1:14; 2:1-4 “Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo


espíritu en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus
hermanos … … Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un
mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido cómo el de una ráfaga de viento
impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron
unas lenguas cómo de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de
ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras
lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse.” (Jerusalén)

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