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TIEMPO de cambio

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AL PUEBLO DE MÉXICO
Como es aceptado por casi todos, México atraviesa por una de las crisis más severas
de su historia reciente. Es algo más profundo que una simple recaída económica. Se
trata de un proceso de degradación progresiva que afecta a todos los órdenes de la
vida pública y de la convivencia social.

Desde nuestro punto de vista, esta decadencia ha sido ocasionada por un grupo
minoritario que ha venido imponiendo una política de pillaje contraria al interés
nacional.

La actual oligarquía se conformó desde el gobierno de Carlos Salinas, cuando un


puñado de traficantes de influencias, inició, al amparo del poder público, el despojo
de bienes de la nación y del pueblo, con el engaño de una supuesta modernización
del país. El modelo llamado neoliberal, más bien de corrupción y saqueo, se
consolidó con los gobiernos de Zedillo, Fox y Calderón.

Con el paso del tiempo, este grupo de


potentados, fue adquiriendo poder
político hasta situarse por encima de
las instituciones constitucionales. En
los hechos, ellos son los que
verdaderamente mandan en el país:
deciden sobre cuestiones
fundamentales en la Cámara de
Diputados y en el Senado, en la
Suprema Corte de Justicia de la
Nación, en el Instituto y en el Tribunal
Electorales, en la Procuraduría México, Distrito Federal
General de la República, en la
Asecretaría de Hacienda y en los
partidos Acción Nacional y Revolucionario Institucional. Además, poseen o controlan
la mayor parte de los medios de comunicación del país.

Con ese poder casi omnímodo, la oligarquía ha logrado mantener y acrecentar sus
privilegios, condenando a la mayoría del pueblo al sufrimiento, al destierro, a la
sobrevivencia y a la inseguridad. Es innegable que en los últimos 25 años unos
cuantos mexicanos acumularon riquezas, como no ha sucedido en ninguna otra
parte del mundo, pero en contraste, México es uno de los países con mayor
desigualdad económica y social en todo el planeta. La riqueza de unos pocos se ha
edificado con la miseria de otros muchos y éste es el origen de los males que aquejan
y atormentan a la nación.

Desde luego, nuestra visión de la realidad no es compartida por los culpables de la


tragedia nacional y sus secuaces. Por el contrario, ellos no sólo eluden su
responsabilidad sino que, ante el desastre que han causado, maniobran tenazmente
para seguir engañando y confundiendo. Actualmente, sus voceros, con análisis
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superficiales y simplistas, atribuyen la crisis a factores externos, a la falta de


culminación de las llamadas reformas estructurales o a las fallas de los políticos.
Inclusive, está de moda que los otrora defensores de Calderón hoy achaquen la
debacle a su ineptitud y a la inexperiencia de los gobiernos del PAN, soslayando
deliberadamente las causas de fondo.

Nosotros vemos las cosas de otra


manera: sostenemos que la crisis se
agravó cuando la oligarquía decidió
imponer a Felipe Calderón para impedir
un verdadero cambio. Como es lógico, y
lo advertimos en su momento, es difícil
gobernar luego de un fraude electoral,
sin legitimidad ni autoridad moral y
política. Además, en un entorno de
crisis, era prácticamente imposible que
Calderón pudiese ejercer el poder, atado
a los intereses creados y aplicando la Santa Cruz Itundujia, Oaxaca
misma política antipopular y entreguista
de sus antecesores. Desde su origen, el gobierno espurio estaba condenado al
fracaso.

Pero no nos confundamos: la caída de Calderón a partir del 5 de julio no significa que
los que realmente mandan y deciden en el país hayan perdido fuerza. Una vez más
estamos siendo testigos de una recomposición del mismo régimen, una operación
que antes se llevaba a cabo al final de cada sexenio y que ahora, por la
descomposición social, la falta de decisión para enfrentar los problemas, la carencia
de legitimidad y el descrédito de las instituciones, se tiene que efectuar cuando el
gobierno de Calderón ni siquiera ha cumplido tres años.

Esto explica por qué la oligarquía impulsó o cuando menos permitió que, con dinero a
raudales y con el apoyo de los medios de comunicación, resurgiera el PRI y con éste
progresara la intentona de imponer a Enrique Peña Nieto como candidato a la
Presidencia de la República en 2012, para seguir manteniendo la misma política de
corrupción y privilegios. Todo esto sin pensar en el deterioro de la vida pública ni en la
postración del pueblo; eso es lo que menos les preocupa. Es más, son tan
desalmados que no les importó convertir a Calderón en un chivo expiatorio.

También tengamos en cuenta que los potentados no están dispuestos a permitir


ningún cambio que ayude realmente a enfrentar la crisis económica. Para ellos es
intrascendente que México sea uno de los países con menor crecimiento en el
mundo o que no se generen empleos. Les da igual que se deje sin apoyo a los
productores del campo, a los pequeños y medianos empresarios o que se termine de
arruinar la industria eléctrica y la petrolera. En su estrategia seguirán protegiendo a
los monopolios, utilizando el presupuesto público y las reservas internacionales del
Banco de México para rescatar y favorecer a banqueros y a grandes empresarios.
Sin duda, en la próxima legislatura, en vez de reformar las leyes fiscales para que los
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potentados paguen impuestos en proporción a sus ganancias, tratarán de cobrar IVA


por la comida y los medicamentos, y harán todo lo posible para recaudar más,
aumentando el precio de las gasolinas, de la luz y de otros bienes y servicios. Por lo
mismo, cuando se tenga que aprobar el nuevo presupuesto, antes de cancelar los
privilegios de la alta burocracia, estarán a favor de recortar el gasto destinado a
programas sociales.

Pero lo más grave es que no se hará nada, absolutamente nada, para detener la
descomposición social que ha llevado a la inseguridad y a la violencia. Nunca
aceptarán que a millones de mexicanos, en particular a los jóvenes, se les ha
cancelado el futuro pues no tienen oportunidades de trabajo ni de estudios y sólo les
han dejado el camino de la migración o de las conductas antisociales. Van a seguir
queriendo resolver este problema eminentemente social con medidas coercitivas,
sin tomar en cuenta que la paz y la tranquilidad son fruto de la justicia.

Desgraciadamente, no vemos en el
corto plazo ninguna posibilidad de que
las cosas mejoren en beneficio de las
mayorías. Todo indica que persistirá la
degradación del país. En consecuencia,
la única alternativa es seguir luchando
hasta derrotar a la oligarquía en el
terreno político, de manera pacífica,
para hacer valer la democracia y
establecer un gobierno que combata la
codicia y la corrupción, distribuya con San Juan Achiutla, Oaxaca
justicia las riquezas de México y
garantice el bienestar y la felicidad del
pueblo.

En esta nueva etapa, considero que los integrantes de nuestro movimiento y todos
aquellos ciudadanos concientes y dispuestos a contribuir a la transformación del
país, debemos cumplir de acuerdo con nuestras posibilidades las siguientes tareas:

1. Trabajar cotidianamente en la organización del pueblo. Es necesario tener claro


que si no hay un cambio profundo no se puede enfrentar la decadencia que se
padece ni mejorar las condiciones de vida y de trabajo de la población. Asimismo,
debe tenerse presente que esta transformación sólo podrá darse de abajo hacia
arriba, con el criterio de que sólo el pueblo puede salvar al pueblo. Sin la voluntad y la
decisión de la gente no se puede enfrentar a la oligarquía, que posee inmensas
riquezas y controla los medios de comunicación.

2. Para hacer este trabajo de concientización y de organización es indispensable


continuar sumando a más representantes del gobierno legítimo, consolidar los
comités municipales y crear nuevos comités en barrios, colonias, unidades
habitacionales, pueblos y comunidades del país.
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3. Es fundamental seguir creando redes alternativas de información para romper el


bloqueo, resistir el embate de nuestros adversarios y contrarrestar la manipulación
de los medios de comunicación. Debe tenerse muy presente que el principal
instrumento de dominación que tiene la oligarquía es el impacto mediático que
consigue mediante el control de la televisión, la radio y la mayor parte de la prensa
escrita.

4. Estar atentos para detener, con la denuncia y la movilización ciudadana, como lo


hicimos en el caso del petróleo, todo aquello que signifique nuevos retrocesos; en
particular, no permitir el cobro del IVA en medicinas y alimentos; la reducción del
presupuesto a la educación, la salud y la seguridad social; la llamada reforma
laboral; el aumento de los precios de las gasolinas, la luz, el diesel y otros bienes y
servicios; y la violación sistemática de los derechos humanos. En esta tarea
mantendremos una estrecha coordinación con los diputados y senadores afines al
movimiento.

5. Seguir insistiendo en la defensa de


la economía popular y del petróleo;
consolidar el funcionamiento de las
casas del movimiento para organizar
a la gente y frenar los cobros
excesivos en luz, predial, agua,
créditos hipotecarios y otros
servicios; dar seguimiento
permanente a la entrega de contratos
de PEMEX y combatir las
privatizaciones, el contratismo y la
corrupción en los gobiernos. Nochixtlan, Oaxaca

Amigas y amigos:

Es larga la travesía. Enfrentamos intereses muy poderosos y se requerirá de


muchas fatigas, pero siempre será mayor la satisfacción que produce el luchar por
nuestros ideales y por causas justas.

De cada uno de nosotros depende el destino del país. No nos desanimemos, no nos
detengamos y, sobre todo, no dejemos de luchar.

La mafia del poder en México se cree invencible, pero recordemos, como decía
Hidalgo, que “el poder de los reyes es demasiado débil cuando gobiernan contra la
voluntad de los pueblos”.

Andrés Manuel López Obrador


Presidente Legítimo de México
México D.F. a 29 de julio de 2009
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SABER, LUCHA POLÍTICA Y ESPERANZA


VÍCTOR FLORES OLEA

Nos quejamos de la ausencia de ideas, de uno y


otro lado, en la pasada elección de medio camino.
Y teníamos razón. Entre otros factores, a eso
atribuimos la catástrofe electoral, sobre todo de la
izquierda. Sin embargo, ahora mismo, desde el
lado de la izquierda, aparece publicado (La
Jornada, 30/7/09) un texto de Andrés Manuel
López Obrador que resulta extraordinariamente
importante. No sólo porque expresa con
puntualidad “Al Pueblo de México” su visión del
país, sino porque propone en lo fundamental las
líneas de salida a la tremenda crisis que vivimos.

Para AMLO, desde hace 20 años, cuando menos,


se habría integrado en México una oligarquía que
ha consolidado su poder, también por medio de la
corrupción y el saqueo y por arriba de las
instituciones fundadas en la Constitución. No se
trata únicamente del “grupo político” que ha
usufructuado las ventajas del poder, sino el hecho
más decisivo aún, que ese “grupo político” actúa
representando en definitiva a un “puñado” de los
Morelos, Chihuahua más ricos de México, no a los “mejores y más
brillantes”, sino a los más audaces y voraces, a los
capos en México del “capitalismo salvaje” que nos
destruye. El país estaría en manos de ese doble puño de quienes detentan la riqueza y el
poder político, no en beneficio del pueblo, sino en provecho de sus fortunas y ambiciones.

Ese poder alejado del pueblo impondría sus mandatos y conveniencias al conjunto
institucional de México: a los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, al complejo de las
instancias electorales del país, a la Procuraduría General de la República, a la Secretaría de
Hacienda y a los partidos Revolucionario Institucional y Acción Nacional. El país ofrecería un
panorama de concentración de poderes y riqueza en pocas manos y de exclusión hasta la
miseria de la mayoría, lo que representa la causa fundamental del desastre que vivimos en
multitud de dimensiones. Y que explica su real origen: ¿alguien estaría en desacuerdo?

Se confirma entonces la definición de Aristóteles para quien, en negación y traición a la


democracia, en un país con riqueza concentrada y desigualmente distribuida el puñado de
oligarcas somete a sus intereses a los gobiernos, creándose complicidades absolutamente
indeseables. Y destruyéndose cualquier posibilidad de democracia. El gobierno como
simple consejo de administración de las empresas y monopolios.

Para ese control general, los monopolios de la comunicación resultan esenciales, y para la
ciudadanía el instrumento más deleznable de su degradación, ya que el espectáculo del
mundo que se les transmite es esencialmente un escenario en que sólo se vive para ganar y
acumular, para mentir y traicionar, por cualquier medio.
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Con un rasgo más que apunta certeramente AMLO: el PRI, para los oligarcas, resultaba
insostenible en el año 2000 después de 70 años de poder y decidieron entonces el
“recambio” por el PAN, cuyas torpezas y pequeñeces (sobre todo por sus presidentes) lo han
llevado a la bancarrota abismal, uno de cuyos síntomas fue su retroceso en la elección del 5
de julio. Así fue, pero ahora, ante la imposibilidad de seguir sosteniendo al blanquiazul, se
habría ya decidido otro “recambio” que haría regresar al Revolucionario Institucional al
poder en 2012: objetos desechables según la conveniencia oligárquica, papel para la
basura.

Ya en el horizonte del próximo “recambio”, en plena crisis económica, surgen nubarrones


que presionarán aún más a la baja los ingresos más modestos: no a una reforma fiscal
progresiva, sino, en todo caso, regresiva: IVA para alimentos y medicinas, aumento de
precios en luz, gasolinas y otros servicios. Como dice AMLO, “… los potentados no están
dispuestos a permitir ningún cambio que ayude realmente a enfrentar la crisis económica…
Se recortarán antes los programas sociales que los privilegios de ricos y de la alta
burocracia”.

López Obrador insiste en que uno de los aspectos más graves de la crisis actual es la
descomposición moral y social que vive México, que ciertamente son factores que han
llevado a la inseguridad y a la tremenda violencia que vivimos. Y la crisis de violencia
eventualmente se enfrenta con más violencia “…sin tomar en cuenta que la paz y la
tranquilidad son fruto de la justicia”.

Lo malo, dice AMLO, es que “todo indica que persistirá la degradación del país. En
consecuencia, la única alternativa es seguir luchando hasta derrotar a la oligarquía en el
terreno político, de manera pacífica, para hacer valer la democracia y establecer un
gobierno que combata la codicia y la corrupción, distribuya con justicia las riquezas de
México y garantice el bienestar y la felicidad del pueblo”.

Y llama a realizar algunas tareas fundamentales: la organización de la ciudadanía, desde los


comités municipales hasta los de barrio; crear redes alternativas de información que ayuden
a romper el bloqueo y la manipulación de las grandes empresas de comunicación; la
disponibilidad a movilizarse para detener los más grandes abusos que se presenten, como
el de la frustrada privatización del petróleo, e insistir en la defensa de la economía popular y
la soberanía.

Propuestas sencillas, pero altamente movilizadoras que podrán frustrar en 2012 los
objetivos más despreciables de la oligarquía. Palabras llenas de saber de un mexicano que
ha convertido su experiencia de luchador político en un mensaje de esperanza.

México, Distrito Federal


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ORGANIZARNOS, LO MERO PRINCIPAL


Entrevista de Armando Bartra con Andrés Manuel López Obrador

*Calderón: de pelele a chivo expiatorio


*La elección pasada, escaramuza, en 2012 la gran batalla
*Organizar, lo mero principal
*Purificar al país desde el México profundo

Como a todos, a los mexicanos nos sacude el gran colapso sistémico, pero México acarrea su
propia crisis: una debacle social, económica, política y sobre todo moral. El país está en ruinas
y después de las elecciones de julio la gente se pregunta ¿ahora qué? En un respiro de su
incansable labor organizativa, AMLO nos da su respuesta.

Mal y de malas. Antes de esta última crisis ya había abandono del campo y desempleo; ya
México ocupaba el primer lugar como exportador de mano de obra, ya se habían soltado la
inseguridad y la violencia. Y con esta nueva debacle, las cosas empeorarán: habrá más
pobreza, desempleo, inseguridad, violencia. No podemos esperar nada bueno.

Muerto el rey viva elrey. En tres años


pasó de pelele a florero, a adorno.
Calderón se agotó, ya no le sirve a la
oligarquía que en plan gatopardista
opera una recomposición del régimen
para que las cosas cambien pero sigan
igual. Lo hacen a un lado junto con el
PAN, lo convierten en chivo expiatorio,
pero al mismo tiempo exaltan a Peña
Nieto y al PRI: Muerto el rey, viva el rey.
La oligarquía que ha confiscado todos los
poderes, tiene la franquicia de esos dos
partidos y los usa como le conviene. No Santa Maria Yosoyua, Oaxaca
es nuevo: en el fraude de 1988 el PAN
ayudó al PRI; en el fraude del 2006 el PRI
ayudó al PAN. Y la política neoliberal la impusieron en colaboración: los cambios al 27
Constitucional, el Fobaproa, la reforma a la Ley del ISSSTE... Hay una especie de regodeo, de
festín porque creen que ya posicionaron a Peña Nieto. Con mucho menosprecio la gente,
piensan que la elección de 2012 va a ser de trámite. Pero falta mucho. Además de que en 2012
más que en 2006, lo que se va a elegir es un proyecto de nación: más de lo mismo o la opción
por el cambio.

Porque en México no ha habido un real cambio en el gobierno, pero lo que sí ha habido es un


cambio en la mentalidad de la gente. Y eso es lo importante. Entonces en 2012 más que la
elección de candidatos, va a ser la elección de proyectos distintos, contrapuestos.

La del 2012 será una batalla, la de este año fue una escaramuza. Era necesario que
participáramos porque de todos modos nos iban a cargar los resultados, de modo que si la
ensartábamos la perdíamos y si no la ensartábamos también. Pero desde el principio
sostuvimos que no era una cuestión fundamental, pues nosotros nos fijamos como objetivo
principal la transformación del país y los comicios de julio no eran tan importantes en la
búsqueda de ese propósito.
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Con todo, el resultado no fue malo: colaboramos a que PT y Convergencia conservaran su


registro y se logró que un pequeño grupo afín a nosotros llegara a la Cámara de Diputados,
porque como vimos cuando la defensa del petróleo, hace falta tener apoyo en el Congreso: la
movilización ciudadana fue fundamental, pero ayudó que en las Cámaras se protestara y se
tomara la tribuna.

Además, pese a que fue una elección de aparatos donde lo que contó fue el dinero y los
medios, el 20% de votos que sumaron PRD, PT y Convergencia no es despreciable.
Muchos que no votaron esta vez si lo harán en el 2012. Y a nosotros nos toca aprovechar estos
tres años para fortalecer la organización. La tarea básica del movimiento es concientizar y
organizar al pueblo con vistas a que en el 2012 demos el paso decisivo hacia la
transformación.

Primero organizar al pueblo. No basta con lograr acuerdos entre partidos, lo principal es la
organización del pueblo. PRD, PT y Convergencia no tienen organización abajo y no se
enfrenta a la oligarquía sin organización y movilización ciudadana. El cambio será de abajo
hacia arriba y va a depender de la gente. Por eso es fundamental la organización.
Si pensáramos sólo en términos políticos pondríamos por delante la unidad de los partidos,
pero si pensamos más en la transformación del país -sin hacer a un lado esto que es
importante- tenemos que poner todo el énfasis en el trabajo de concienciación y organización
de los ciudadanos. Esa es la esencia.

Los medios, incluyendo los progresistas, lo


reducen todo a los pleitos en el PRD: que si
ya dijo Cárdenas, qué si Marcos opina, que
si Chucho Ortega, que si Alejandro Encinas,
que si AMLO, como si eso fuese lo principal.
Pero obsesionarse con la unidad de la
izquierda es pensar que la política es asunto
de políticos. Y yo pienso que no, que el
tiempo hay que dedicárselo a la
organización del pueblo. Los políticos y
muchos dirigentes de izquierda han perdido
la mística, se han convertido en políticos San Miguel Achiutla, Oaxaca
tradicionales que desayunan, comen y
cenan con otros políticos, y el pueblo sólo
está en el discurso, en la retórica. También se ha dado por sacar a dirigentes sociales de su
trabajo con la gente y volverlos políticos, hacerlos diputados.

En Iztapalapa claro que estaban partidos, bien partidos, y sin embargo allí se atajó el fraude y
se hizo valer la voluntad popular. Allí la gente decidió. No es cierto que todo viene de la división.
La división arriba, la de los dirigentes, no es lo más importante. Porque siempre que hay
movimiento hay diferencias: en la Reforma, Ocampo era radical y Comonfort moderado, y en
la Revolución, ni hablar... Siempre ha habido eso, pero no hay que quedarse ahí. Hay que
buscar la unidad, desde luego, pero entender que lo más importante es la unidad del pueblo
mediante el trabajo de organización.

Un ojo al gato y otro al garabato. La crisis va ha empobrecer más al pueblo. Pero precisamente
por eso hay que poner por delante la necesidad de trabajar para la transformación del país. No
pido que la gente deje de buscarse la vida, pero pensemos que cada día va a ser más difícil si
no hay un cambio. Hace poco vinieron dirigentes campesinos a ver que acordábamos para
cambiar este régimen de opresión e injusticia, que ya no se aguanta. Organizaciones con
muchos años en la actividad productiva y por mejores condiciones de vida, pero que ahora, sin
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dejar de hacerlo y con un ojo al gato y otro al garabato, están buscando también impulsar un
cambio profundo.

Y nosotros tenemos las Casas del Movimiento, donde la gente se organiza contra los cobros
excesivos de luz, agua, predial, tarjetas de crédito. Se ayuda a la gente pero al mismo tiempo
se le dice que si no cambiamos las cosas en dos meses le van volver a cobrar de más. Porque
han privatizado la industria eléctrica, porque la Comisión Federal de Electricidad está
comprando energía a empresas extranjeras a precios excesivos. Entonces sí hay una relación
estrecha entre luchar por satisfacer nuestras necesidades y luchar por la transformación del
país.

La vía electoral. Es importante aclarar que queremos el cambio por la vía pacífica y
electoral. A pesar de fraudes, de trafico con la pobreza, de maluso de recursos públicos,
de que los medios favorecen al PRI y al PAN, de que los dados están cargados, de que
quieren destruirnos políticamente... A pesar de todo eso, hemos decidido transformar al
país por la vía electoral. Respeto a quienes defienden la vía armada como forma de lograr
la transformación, pero no comparto ese punto de vista. En primer lugar porque no
queremos el enfrentamiento entre mexicanos, entre el mismo pueblo, y los soldados son
pueblo, pero además porque se daría pretexto a la oligarquía para terminar de imponer un
régimen autoritario, un régimen de terror. No queremos eso. Por eso hemos decidido
participar por la vía electoral.

En 1988 hicieron fraude y 2006 nos robaron la


Presidencia, pero nos la robaron por falta de
organización. Por eso estoy recorriendo el
país. Donde tenemos más organización, como
en la ciudad de México, se pudo evitar el
fraude. Y eso es lo que hay que hacer en estos
tres años: tener representantes del Gobierno
Legítimo y del Movimiento en todos los
municipios, pueblos, colonias, unidades
habitacionales... Se tiene que ir construyendo
el voto y desde luego debe haber una
organización para la defensa del voto.

Y en eso estamos trabajando, se integraron los


comités en los dos mil 38 municipios del país
de régimen de partido. Ya se tienen alrededor
de dos millones 300 mil representantes del
gobierno legítimo. Y la tarea de los comités es
formar más comités. Ya tuvimos la primera
convención de todos los integrantes de los
comités municipales del gobierno legítimo,
alrededor de 12 mil. Estamos hablando de 12
mil cuadros porque hubo un proceso de
selección cuidadoso, estamos hablando de
Santa Lucia Monteverde, Oaxaca
mujeres y hombres realmente comprometidos
con la transformación del país.
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Para el cambio tiene que haber un proyecto de


cambio. En 2006 presentamos un proyecto
alternativo de nación. Pero desde entonces han
cambiado las condiciones, por eso vamos a
presentar algo más definitivo en 2010 y otra cosa
en el 2012. Qué vamos a hacer a hacer para
cambiar la realidad de injusticia, de corrupción, de
privilegios. Qué vamos a hacer para frenar la
decadencia, para darle viabilidad al país y
esperanza a nuestro pueblo México, Distrito Federal
.
Y es que el programa es importante. Pero lo fundamental es purificar, regenerar la vida
pública. Y para eso hace falta recuperar nuestra cultura que es lo más valioso que
tenemos, purificarnos con los valores del México profundo aplastado por siglos pero que
sin embargo permanece. De allí viene la vocación de trabajo del mexicano: los artistas
que tejen las cimbras de acero para las grandes obras viales son indígenas.

La degradación, la decadencia lo está impregnando todo, por eso necesitamos apelar a


esa vocación de trabajo, a esa inmensa bondad que hay en el México profundo para crear
una nueva corriente de pensamiento que haga a un lado el afán de lucro, el pensar que la
felicidad es acumular bienes materiales, eso es lo que nos va a permitir realmente la
renovación.

Y de esa regeneración nacional, de esa purificación, es de lo que me gusta hablar, no de


la crisis interna del PRD que es lo único que interesa a los medios.

San Bartolo Yucuañé, Oaxaca

SABER, LUCHA POLÍTICA Y ESPERANZA


fuente: La Jornada, sección opinión, 3 de agosto de 2009

ENTREVISTA A ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR


fuente: La Jornada del Campo, 18 de agosto de 2009
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