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LOS COMANDOS Y UN BRILLANTE

RESCATE DE REHENES
Boletín Interno Nº 6 Año 2009

N
os preparábamos
para recibir la
Navidad de 1996.
Pocos hablaban
sobre terrorismo
pues con los principales
líderes en prisión, los
peruanos h a b í a mo s
empezado a olvidar los días
sangrientos.
Eran las 8:20 de la noche del
17 de diciembre de 1996 y
unos 600 invitados departían
amenamente durante un
homenaje por el Emperador
del Japón: Akihito. Repentinamente, una explosión anunciaba que un grupo de
extraños había tomado el control de la residencia del embajador y de rehenes a sus
ocupantes. Eran Néstor Cerpa y 13 miembros del MRTA que exigían la liberación
de todos sus compañeros en prisión bajo amenaza de matar a los rehenes.
Tras unos días, el presidente Fujimori marcó su posición: “la liberación de
quienes perpetraron asesinatos y atentados terroristas es inaceptable...”. Esta
decisión hizo ceder a los terroristas quienes propusieron entablar negociaciones y
liberaron más rehenes hasta quedarse con sólo 72 personas.
Durante los meses del secuestro, se manejó dos salidas: La pacífica y la
militar. Para la primera, Fujimori conformó una comisión encabezada por el Ministro
de Educación: Domingo Palermo; como mediador: Monseñor Juan Luis Cipriani;
como garantes: el Embajador del Canadá: Anthony Vincent y el representante de la
Cruz Roja: Michel Minnig y finalmente, como observador del Japón:Terusuke
Terada. Por el lado de l MRTA participaron Roli Rojas (a) “el árabe” y luego el
mismo Néstor Cerpa.
Para la salida militar, Fujimori aprobó la preparación de una operación que
consistiría en ingresar a la residencia a través de una serie de túneles. Para
ejecutarla hizo convocar a los mejores Comandos de las FFAA que entrenarían en
una réplica exacta de la residencia. Simultáneamente 30 mineros excavarían
túneles en jornadas de 24 horas.
En la búsqueda de una solución pacífica, Fujimori realizó una serie de viajes
a países amigos, logrando la colaboración de Fidel Castro, quien aceptó asilar a los
terroristas, oferta que rechazaron mientras no se liberara a los emerretistas en
prisión.
Entonces, Fujimori se vio obligado a optar por la salida militar. El 22 de Abril,
a las 3 y 23 minutos de la tarde autorizó la intervención y los comandos irrumpieron
en la residencia en momentos que los subversivos jugaban fulbito en el primer piso.
Una poderosa explosión los neutralizó y contribuyó a la sorpresa y desconcierto ini-
cial. Cuando reaccionaron, la fuerza militar ingresaba a la residencia por todos la-
dos.
En menos de 20 minutos casi todos los rehenes estaban a salvo. Nuestros
comandos en aplicación del llamado “tiro instintivo selectivo ” (2 a 3 disparos en zo-
nas vitales) y de neutralización definitiva (tiro en la cabeza) lograron eliminar a to-
dos los terroristas con un mínimo de bajas. Lamentablemente, el vocal de la Corte
Suprema, Carlos Giusti recibió una bala en la vena femoral que le causó la muer-
te. Por su parte, los comandos Raúl Jimenez y Juan Valer ofrendaron sus vidas.
Valer fue abaleado por la espalda por un terrorista que fingió estar muerto.
“Chavin de Huantar” es una de las más audaces y exitosas operaciones de
rescate de rehenes realizadas por fuerza militar alguna, comparable sólo con la
realizada por fuerzas israelíes en el aeropuerto de Entebbe (1,976). En la actuali-
dad, es tema obligado de estudio en todas las escuelas antiterroristas del mundo.
Pero en este conjunto de hechos no sólo hay héroes que recordar. También
hay traidores, como algunos periodistas, jueces y fiscales. Por ejemplo. No obstan-
te el secreto con el que se realizaba el trabajo de los mineros, un dato se filtró has-
ta la redacción del diario “La República” - enemiga acérrima de Fujimori - que en
un acto infame publicó pocas semanas antes de la operación y en primera plana: la
construcción de los túneles, exponiendo al fracaso la salida militar que finalmente
dio libertad a los rehenes sin que un solo terrorista en prisión sea liberado.
Otro ejemplo fue la decisión adoptada por la jueza Cecilia Pollack (13 de
mayo del 2002) quien atendiendo una denuncia formulada por el fiscal Richard
Saavedra, ordenó la detención de los heroicos comandos. La presión de la opinión
pública obligó a la Corte Suprema a derivar el caso a la Justicia Militar, la cual el
12 de noviembre del 2003 archivó la causa y el 05 de abril del 2004 la confirmó.
Un tercer ejemplo es APRODEH, que - ante la decisión de la Justicia Militar -
ha logrado sea admitida en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos una
denuncia exigiendo el enjuiciamiento de los victoriosos comandos. Sí, la misma
ONG caviar que logró que en Europa el MRTA no sea considerado grupo terrorista.
Pero el objetivo real de éstos y otros personajes oscuros es: Alberto Fuji-
mori. No sólo para restarle méritos en esta brillante operación, sino para lograr otra
condena por violación de derechos humanos, esta vez de sus amigos: los terroris-
tas abatidos en la residencia.
La existencia de un terrorista que fue visto vivo y luego apareció muerto, sólo
existe en la mente de un rehén japonés (Hidetaka Ogura) quien - quizás afectado
por la violencia de los acontecimientos o influido por la simpatía hacia sus secues-
tradores (Síndrome de Estocolmo) - ha manifestado haber visto lo que ningún otro
rehén vio. El asesinato de terroristas con disparos en la cabeza luego de haberse
rendido, fue inventada en algún escritorio de una conocida ONG…
¡Sí, usted acertó: esa misma ONG! .
Walter E. Jibaja Alcalde

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