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Texto: Sobre la medicalización de la anormalidad y el control social

Autor: Conrad, Peter

La medicalización de la anormalidad y el control médico social que la acompaña


predominan de forma creciente en las modernas sociedades industriales. Se buscan
soluciones médicas para problemas de comportamiento y de anormalidad social.
La jurisdicción de la clase médica se ha ampliado y ahora abarca problemáticas que
antes no eran definidos como entidades médicas. Este texto se centra en la etiquetación
de las conductas o comportamientos anormales, como problemas que obliga a la clase
médica a aportar algún tratamiento para el mismo. La intervención médica como forma
de control social pretende limitar, modificar, regular, aislar o eliminar el
comportamiento anormal socialmente definido utilizando medios médicos y en nombre
de la salud.
Se presentan dos ideas sociológicas:
 La construcción social de la enfermedad: Morbo y enfermedad son entidades
complejas
 Concepto de enfermedad: La idea de enfermedad del enfoque positivista
es la que más se acerca a la realidad y dice que enfermedad es la
presencia del morbo en un organismo impidiendo el buen
funcionamiento de los órganos fisiológicos del mismo.
 El morbo puede ser un estado fisiológico y la enfermedad un estado
social. Mientras que el patólogo analiza el morbo, el médico ve
solamente los signos y síntomas de la enfermedad y deduce el morbo.
 Posición cultural-relativista: Una entidad o condición es un morbo o una
enfermedad sólo si como tal es reconocida y definida por la cultura.
Ejemplo: Aparición de manchas de color en la piel, se les consideraba
comunes si las tenían, sino eran considerados anormales. Esto genera un
conflicto por cual de las dos definiciones es la correcta.
 Dubos: La salud y la enfermedad se ven limitadas por el conocimiento
cultural y las condiciones y adaptaciones al medio ambiente.
 Crítica a la posición relativista: Se la acusa de minimizar la naturaleza
orgánico-fisiológica de la enfermedad y el morbo.
 La enfermedad y los morbos son construcciones humanas; no existen sin
que alguien las reconozca y defina. No hay enfermedad ni morbos en la
naturaleza.
 Hay acontecimientos que se producen naturalmente, pero no son
enfermedades ipso facto. Sin el significado social que los seres humanos
les dan, estas cosas no constituyen enfermedades ni morbo.
 Los fenómenos biofisiológicos son los que utilizamos como base para
etiquetar una condición u otra como enfermedad o morbo; los fenómenos
biofisiológicos en sí mismos no son enfermedad ni morbo.
 Las enfermedades son juicios que los seres humanos emiten en relación
con condiciones que existen en el mundo natural. Son esencialmente
construcciones sociales creadas por nosotros mismos.
 Las enfermedades son juicios negativos, una entidad a la que se etiqueta
como enfermedad o morbo es considerada indeseable. La aberración
fisiológica no es suficiente para ponerle a algo la etiqueta de enfermedad.
 Las mayorías de las condiciones fisiológicas que causan problemas son
definidas como enfermedades. Cuando un médico define como
enfermedad el estado de un ser humano, cambia el comportamiento de
este, un estado social es añadido al estado biofisiológico al asignar el
significado de enfermedad al morbo.
 Enfermedad y anormalidad:
 Tanto la criminalidad como la enfermedad son formas de designar la
anormalidad. Dado esto, se hace necesario distinguir la relación entre
estas dos con los mecanismos de control social apropiados.
 El rol del enfermo tiene cuatro componentes:
1. Se lo exime de responsabilidades normales, en la medida
necesaria para que se ponga bien.
2. No se le juzga responsable de su condición y no puede esperarse
que se recobre por la fuerza de voluntad.
3. La persona debe reconocer que estar enferma es un estado
inherentemente indeseable y debe desear el reestablecimiento.
4. La persona enferma está obligada a buscar y cooperar con un
agente competente que la someta a tratamiento.

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