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Juan Ponce de León, (1474 – July 1521)[1] was a Spanish explorer. He became the first
Governor of Puerto Rico by appointment of the Spanish Crown. He led the first
European expedition to Florida, which he named. He is associated with the legend of
the Fountain of Youth, reputed to be in Florida.
Hudson's next expedition ranged further north in search of the Northwest Passage, to the
Orient, leading to his discovery of the Hudson Strait and Hudson Bay. After wintering
in the Canadian Arctic, Hudson tried to press on with his voyage in the spring of 1611,
but his crew mutinied and cast him adrift[3]. His ultimate fate is unknown.
Francisco Vázquez de Coronado y Luján (1510 – 22 September 1554) was a Spanish
conquistador, who visited New Mexico and other parts of what are now the
southwestern United States between 1540 and 1542. Coronado had hoped to conquer
the mythical Seven Cities of Gold.
Historia de los pueblos vikingos
En la historia popular europea, los vikingos, llamados también normandos y en Rusia
varegos, tienen una reputación temible de depredadores marítimos. Durante los siglos IX y X
atacaron y saquearon las costas de Europa occidental y amenazaron la estabilidad de
Inglaterra, Irlanda y el imperio franco. Esta violencia, sin embargo, no era más que uno de los
múltiples aspectos de un complejo proceso en el curso del cual los pueblos escandinavos
exploraron y colonizaron islas remotas y deshabitadas del Atlántico Norte, al mismo tiempo que
comerciaban con los exóticos productos septentrionales en los mercados de Europa occidental
y oriental.
Esta expansión en sus actividades fue casi simultánea en muchas zonas de Escandinavia, lo
que indica que sus causas han de buscarse allí más que en el extranjero. Ciertamente, la
debilidad del imperio franco y de los reinos ingleses pueden explicar en parte las incursiones
vikingas a esas tierras durante el siglo IX, pero no aclaran en absoluto la colonización anterior
de las islas Oreadas y Shetland, del mismo modo que en la extensión de las actividades
suecas hacia Rusia no influyeron los cambios producidos en Occidente.
Navegaciones como la descrita por Ottar, con fines de caza y exploración, constituyeron un
aspecto muy importante de las actividades vikingas, y condujeron, de modo natural, a la
exploración de mares remotos y a la explotación de los nuevos recursos.
Piratería y saqueo
Sin embargo, los primeros depredadores vikingos no fueron los piratas daneses, sino los
colonizadores noruegos que se habían desplazado hacia el oeste en busca de nuevos hogares.
Al igual que sucedió con los daneses, una vez descubierta la existencia de buenas
oportunidades y tras comprobar que sus naves podían realizar el viaje con un margen
razonable de seguridad, no resultó difícil a los cabecillas reclutar tripulaciones que, por una
razón u otra, agradecían la oportunidad de iniciar una nueva vida: tránsfugas, inadaptados o
proscritos así como jóvenes ansiosos de aventuras. Desde sus nuevos hogares en las islas
septentrionales de Escocia, se dedicaron a explorar, no sin librar en ocasiones choques
sangrientos con los sorprendidos y poco acogedores nativos, como los monjes de Lindisfarne,
cuya paz se vio perturbada en j.unio del año 793, o los indígenas de América del Norte, unos
dos siglos después. Algunos de los nuevos colonizadores se contentaban con erigir sus nuevos
hogares y explotar los recursos intactos que hallaron en las islas Fe-roe, en Tslandia y en
Groenlandia; otros, como
hicieron los daneses más al sur, se dedicaron de lleno a la piratería. Estos fueron los que
fundaron plazas fuertes, como la de Dublín, desde donde salían para someter y poner bajo
tributo las tierras e islas vecinas, como, por ejemplo, en el año 873, cuando tomaron y
saquearon la ciudad británica de Dumbarton, a orillas del río Clyde.
Mientras la colonización noruega daba lugar a saqueos, las incursiones danesas terminaban en
el establecimiento de colonias. Muchos de los piratas daneses eran desterrados, al igual que
los noruegos. De grado o por fuerza, mantenían muy pocos contactos con su patria y desde los
primeros momentos establecieron bases en el oeste, al principio en Frisia (la actual Holanda), y
más tarde en Inglaterra y Francia. Con el tiempo, abandonaron Frisia, pero sus bases en
Inglaterra y Francia se convirtieron en lugar de residencia permanente, aceptados de mejor o
peor talante por los indígenas, unas veces como conquistadores, otras como vecinos.
Fueran muchos o relativamente pocos los colonizadores daneses, lo cierto es que pocos
cambios más introdujeron en sus nuevas colonias. Los que se establecieron en Inglaterra muy
pronto aprendieron a hablar inglés, aunque influyeran considerablemente en los dialectos
locales; se convirtieron al cristianismo y, en muchos otros aspectos, se adaptaron rápidamente
al nuevo mundo en que habían buscado asentamiento. Fue su gran capacidad de adaptación la
que determinó que sus distintas conquistas tuvieran características tan diferentes. Así, los jefes
vikingos establecidos en Norman-día aparecieron como los sucesores naturales del conde
franco al que habían desplazado, mientras que los cabecillas vikingos de Dublín se
comportaron como reyes irlandeses, y los gobernantes escandinavos de Kiev y Novgorod
pronto se eslavizaron.
Los vikingos de Europa occidental no sólo fueron asimilados, sino que pronto se sometieron a
los reyes indígenas. En Inglaterra, el último rey escandinavo de York fue depuesto el año 954, y
los northumbrios, tanto de ascendencia inglesa como escandinava, aceptaron la autoridad del
rey inglés. Así nació el reino unido de Inglaterra. La asimilación de los vikingos fue posible una
vez que establecieron asentamientos parmanentes; entonces resultaban tan vulnerables a los
ataques como lo habían sido antes sus víctimas, pero a ello contribuyó en gran medida el
evidente cese de las incursiones procedentes de Escandinavia.