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Alexander Berzin
Berlín, Alemania, 12 de Mayo de 2001
Expandido, Berlín, Alemania, 18 de Mayo de 2002, con extractos de
Berzin, Alexander; Relating to a Spiritual Teacher: Building a Healthy Relationship.
Ithaca: Snow Lion, 2000.
Traducido por Angelo Favia
Contenido
• Hechos empíricos sobre la relación espiritual estudiante-maestro {1}
• Niveles de maestros y buscadores espirituales {2}
• Cualidades de un potencial discípulo y un potencial maestro espiritual {3}
• Las diferencias entre ser un discípulo de un mentor espiritual y ser un cliente de un
terapista {4}
• El uso equivocado del término discípulo {5}
• Conclusión {6}
[Como introducción, ver: Esquema para Analizar las dinámicas en una relación con un
maestro espiritual. {7}]
1. Casi todos los buscadores espirituales progresan a través de etapas a lo largo del
camino espiritual.
2. La mayoría de los practicantes estudian con muchos maestros a lo largo de sus vidas y
construyen diferentes relaciones con cada uno ellos.
3. No todos los maestros espirituales han alcanzado el mismo de nivel de consumación.
4. El tipo de relación apropiada entre un buscador específico y un maestro específico
depende del nivel espiritual de cada uno.
5. Las personas se relacionan usualmente con sus maestros de formas progresivamente
profundas de acuerdo al avance a lo largo del camino espiritual.
6. Debido a que el mismo maestro puede jugar diferentes roles en la vida espiritual de
cada buscador, la relación más apropiada que cada buscador tiene con un maestro,
puede ser distinta.
Respectivamente hay:
Cada nivel tiene sus cualidades y, como un buscador espiritual, necesitamos tomar en
consideración nuestro propio pasado y el de nuestro maestro - asiático u occidental, monje,
monja o laico, nivel de educación, nivel emocional y nivel de madurez ética, nivel de
compromiso, y así sucesivamente. Por lo tanto, s importante proceder despacio y
cuidadosamente.
Dependiendo de el nivel del maestro, éstos necesitan más aptitudes. En general, las principales
son:
Necesitamos ajustar las cosas a la realidad de la situación - ¿Qué nivel de calificación ofrecen
los maestros disponibles en nuestra ciudad?, ¿Cuánto tiempo y compromiso tenemos?,
¿Cuáles son nuestras metas espirituales (realísticamente, no sólo de forma ideal "para el
beneficio de todos los seres sintientes"), etc. Si revisamos las aptitudes de un potencial
maestro antes de involucrarnos en una relación espiritual, podremos evitar los extremos de
hacer del maestro un dios o un diablo. Cuando hacemos de un maestro espiritual un dios,
nuestra ingenuidad nos abre hacia un posible abuso. Si lo vemos como un demonio, nuestra
paranoia nos impide beneficiarnos.
Tales principios incluyen ser igualmente justo con todos los miembros de una familia
disfuncional y abstenerse de actuar con impulsos destructivos, tales como la ira.
A pesar de las similitudes, al menos cinco diferencias resaltantes existen entre ser un discípulo
de un mentor Budista y ser cliente de un terapista:
(1) El grado emocional en el cual uno establece la relación. Los potenciales clientes
generalmente recurren a un terapista mientras están emocionalmente perturbados. Ellos hasta
podrían ser sicóticos y requerir medicación como parte del tratamiento. Los potenciales
discípulos, por el contrario, no establecen una relación con un mentor como el primer paso en
sus caminos espirituales. Antes de ello, han estudiado las enseñanzas de Buda y empezado a
trabajar sobre sí mismos. Por consiguiente, han alcanzado un nivel suficiente de madurez
emocional y estabilidad, por lo que la relación mentor-discípulo que se establece es
constructiva en el sentido Budista de la palabra. Es decir, los discípulos Budistas necesitan
estar relativamente libres de comportamientos y actitudes neuróticas.
(2) La interacción que uno espera en la relación. Los clientes potenciales están mayormente
interesados en tener a alguien que los escuche. Por ello, esperan del terapista una concentrada
y devota concentración hacia ellos y a sus problemas personales, Inclusive en el contexto de la
terapia grupal. Los discípulos, por otro lado, normalmente no comparten problemas personales
con sus mentores y no esperan atención individualizada. Aun si ellos los consultan para
orientaciones personales, no lo suelen hacer. El enfoque en la relación está en oír las
enseñanzas. Los discípulos Budistas primordialmente aprenden métodos de sus mentores para
vencer problemas generales que todos enfrentan. Entonces asumen responsabilidades
personales para aplicar los métodos a sus situaciones específicas.
(3) Los resultados esperados al trabajar la relación. La terapia apunta hacia aprendizaje de
aceptar y vivir con los problemas en nuestras vidas, o minimizarlos para que ellos sean
tolerables. Si nos acercáramos a un mentor Budista espiritual con el objeto de lograr un
bienestar emocional para nuestra vida, podemos también esperar minimizar nuestros
problemas. A pesar de las dificultades de la vida - el primer hecho de vida (verdad noble) que
Buda enseñó - podríamos hacerla menos difícil.
Hacer nuestras vidas emocionalmente menos difícil, como quiera que sea, es solo un paso
preliminar para alcanzar el camino clásico Budista. Los discípulos de mentores espirituales
estarían al menos orientados hacia la más grande dirección de renacimientos favorables,
liberación e iluminación. Además, los discípulos Budistas tendrían un entendimiento
intelectual del renacimiento como lo explica el Budismo y al menos una aceptación tentativa
de su existencia. Los clientes de las terapias no necesitan pensar sobre el renacimiento o metas
más allá de mejorar sus situaciones inmediatas.
(4) El nivel de compromiso para la auto-transformación. Los clientes de terapistas pagan una
tarifa por hora, pero no se encargan ellos mismos de cambiar de por vida el comportamientos
y actitudes. Los discípulos Budistas, al contrario, pueden o no pagar por enseñanzas; no
obstante, ellos cambian formalmente sus direcciones en la vida. Al tomar una dirección segura
(refugio), los discípulos se dedican por si mismos al seguimiento del auto-desarrollo que los
Budas completamente han recorrido y luego enseñado, y que la altamente realizada
comunidad espiritual se esfuerza en seguir.
Además, los discípulos Budistas se dedican por si mismos a un curso de acciones éticas,
Los clientes de terapistas, por otro lado, acuerdan en seguir ciertas reglas de procedimientos
como parte del método terapéutico, tales como mantener un itinerario de citas de cincuenta
minutos. No obstante, estas reglas, son pertinentes únicamente durante el tratamiento. No se
aplican fuera del ambiente terapéutico, no se vinculan abstinencias de comportamientos de
naturaleza destructiva y no son para la vida.
(5) La actitud hacia el maestro o terapista. Los discípulos ven a sus mentores espirituales
como ejemplos vivientes de lo que ellos se esfuerzan en lograr. Ellos los consideran de esta
manera basados en el reconocimiento adecuado de las buenas cualidades del mentor; y
mantienen y refuerzan esta visión a lo largo del camino gradual a la iluminación. Los clientes,
sin embargo, pueden concebir a sus terapistas como modelos para una salud emocional, pero
ellos no requieren corregir la conciencia de las buenas cualidades del terapista. Ser como un
terapista no es el objetivo de la relación. Durante el curso del tratamiento, los terapistas
dirigen a sus clientes más allá de la proyección de ideales.
(1) Algunas personas vienen a los centros de Darma buscando complacer sus fantasías. Han
leído o escuchado algo sobre el "misterioso Oriente" o sobre hurís súper-estrellas, y desean
trascender sus aparentes vidas aburridas al tener una experiencia exótica o mística. Estas
personas al conocer maestros espirituales se declaran instantáneamente como discípulos,
especialmente si los maestros son Asiáticos, visten túnicas, o ambas cosas. Están propensas a
conductas similares con maestros Occidentales quienes portan títulos o nombres Asiáticos,
aún cuando no vistan túnicas.
La búsqueda de lo oculto suele desestabilizar las relaciones que dichos buscadores establecen
con maestros espirituales. Más si ellos se declaran discípulos de mentores propiamente
calificados, con frecuencia abandonan a éstos cuando se dan cuenta que nada sobrenatural está
ocurriendo, excepto quizás en su imaginación. Además, las actitudes irreales y las altas
expectativas de "discípulos instantáneos" suelen nublar sus facultades críticas. Tales personas
están particularmente abiertas a la decepción por charlatanes espirituales hábiles en vestirse de
buenos actos.
2) Otros pueden recurrir a los centros, desesperados por ayudar a sobreponerse del dolor físico
o emocional. Pueden haber intentado distintas formas de terapia, pero no aprovecharlas.
Ahora, buscan la cura milagrosa de un Sanador Mágico. Se declaran a sí mismos discípulos de
alguno que pudiera darles una píldora sagrada, darles la oración especial o mantra para repetir
o hasta la penitencia a cumplir - como el hacer cien mil postraciones - que resolverá
automáticamente todos sus problemas. Ellos se inclinan especialmente a los mismos tipos de
maestros que le fascina a la gente que está en búsqueda de lo oculto. La mentalidad de
"solución instantánea" de los buscadores de milagros suelen llevar al chasco y la
desesperación, aún cuando el seguir el consejo de mentores calificados no resulte en curas
milagrosas. Una mentalidad de "solución instantánea" también atrae el abuso de un charlatán
espiritual.
(3) Aún otros, especialmente desencantados, jóvenes desempleados, vienen a los centros de
Darma de cultos a sectas con la esperanza de obtener un repotenciamiento existencial. Los
megalomaníacos carismáticos se caracterizan por el uso de términos "fascistas espirituales".
Prometen a sus llamados "discípulos" fuerza en números si ellos ofrecen total lealtad a sus
sectas. Ellos mas allá de seducir a sus discípulos con descripciones dramáticas de protectores
feroces quienes aplastarán a sus enemigos, especialmente a los seguidores de tradiciones
Budistas inferiores o impuras. Con historias grandiosas de poderes sobre-humanos de los
padres fundadores de sus movimientos, intentan colmar los sueños de los discípulos con un
líder poderoso quien los alzará a posiciones de autorización espiritual. Respondiendo a estas
promesas, tales personas rápidamente se auto-declaran discípulos y ciegamente siguen
cualquier instrucción u orden que maestros autoritarios les dé. Los resultados generalmente
son desastrosos.
Conclusión
En resumen, como no todo aquel que enseña en un centro Budista es un auténtico mentor
espiritual, de igual forma, no todo aquel que estudia en un centro es un auténtico discípulo
espiritual. Necesitamos precisar el uso de ambos términos mentor y discípulo. Esto requiere
honestidad espiritual y carencia de pretensión.
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{6} #nb189966f04d53f5f6
{7} http: / / www.berzinarchives.com / web / es / archives / approaching_buddhism / teachers
/ spiritual_student / scheme_analy_spiritual_teacher_guru.html
{8} http: / / www.berzinarchives.com / web / es / archives / approaching_buddhism /
introduction / dharma_lite.html
Conclusión 6