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TRABAJO PRACTICO N º 1

HISTORIOGRAFIA.
4º HISTORIA

Desde comienzos del siglo XX el debate que protagonizaron B. Mitre y V.F. López fue
concebido como un punto de inflexión para la historiografía argentina. Durante el siglo XIX, frente a
la ausencia de canales académicos destinados a legitimar tanto las obras como a los hombres que
las ejecutaron, la critica historiográfica se convirtió en el medio privilegiado para dirimir los
problemas vinculados con la competencia y legitimidad de aquellos que compartían el interés por
dilucidar los hechos del pasado. En estas polémicas, la critica se convertiría en un eficaz
instrumento de consagración y disciplinamiento que, a la vez que contribuía a fijar las reglas de un
oficio y las practicas que lo regían, modelaba la imagen de quien lo practicaba y en cada uno de
esos actos ella misma se constituía y auto legitimaba.
Mitre es considerado como el fundador de una nueva historiografía argentina,
caracterizada por una seriedad erudita y objetividad científica hasta entonces ausentes. En la
introducción de su obra "Historia de Belgrano" no solo realiza una extensa descripción, a modo de
síntesis, de su libro comentándolo capitulo por capitulo e incluyendo las propias fuentes en las que
esta fundado, sino que además da cuenta de los caminos por los que ha atravesado la producción
de la misma. Esta nueva edición se justifica, según sus palabras, en la gran demanda existente;
"una nueva edición que satisficiese la demanda creciente del libro, era reclamada por todos" y en la
necesidad de responder a las pocas criticas que en tantos años se le realizaron; "el autor de este
libro salio a la defensa de su libro, demostrando con nuevas pruebas y documentos, que cuanto
había dicho, que en sus paginas no se narraba ni un solo hecho...ni se avanzaba una sola opinión
que no pudiese ser documentada...esta discusión histórica, contribuyo a dar mayor autoridad al
libro, demostrando la solidez de sus fundamentos, como tuvo que reconocerlo el mismo
impugnador". (En respecto polémica con Vélez)
Mitre deja bien en claro que sus palabras se basan en gran cantidad de documentos,
muchos de ellos "desconocidos" por aquellos que se interesan en el pasado; "para llevar a cabo
este trabajo -2ª edición - habíamos compulsado mas de 5.000 documentos manuscritos. Estos
numerosos documentos, que han sido copiados o extractados de mi puño y letra, en su parte
útil...forman cuatro gruesos volúmenes en folio que pueden considerarse como un doble
comprobante de la conciencia que ha presidido a nuestras investigaciones históricas." En el
caso del informe de Cisneros "indiferentes de indias", un documento desconocido, muestra la
etapa previa de documentación; la historia de la fuente, su origen, y puntos de referencia
importantes. Así, gracias a la búsqueda y utilización de documentos; " la historia de la revolución
podrá ser mejor estudiada y comprendida" consagrándolo, claro esta, como una autoridad en la
materia, como el poseedor de la verdad.
Otro de los cambios atribuidos a Mitre es el paso de la multiplicidad de sujetos individuales
y colectivos en beneficio de la presencia central de la nación como la única protagonista del
proceso histórico. A diferencia de la historia de López que partía desde el mundo intimo y privado
de acceso restringido, va a recurrir a los hombres públicos, a sus memorias y sus documentos. Los
juicios pasan de estar avalados por confidencias difíciles de verificar a sustentarse en manuscritos
originales. En palabras de mitre; este escritor debe tomarse con cautela, porque escribe la historia
con tendencias filosóficas, mas aun según una teoría basada en hipótesis, que con arreglo a un
sistema metódico de comprobación. Su historia es sobre todo política, en cuanto ha de centrarse
en los problemas de la constitución y progresiva institucionalización del Estado, a través del
surgimiento y consolidación de formas de autoridad específicamente políticas. Busca "conocer el
teatro y el medio en el que se dilata la revolución de la independencia argentina, cuya pan génesis
y desarrollo forma el asunto del libro…hemos adelantado la narración hasta 1821, (fecha) en que
la nación argentina quedo de hecho y de derecho en posesión de sus propios destino....de este
modo la historia política, militar, diplomática y constitucional del país durante la revolución de
independencia, quedara condensada en estas paginas". En Mitre la visión obsesionada por el
riesgo del fracaso dada por Sarmiento y Alberdi, es sustituida por una visión histórica optimista en
la que el pasado contiene ya ciertas promesas de un futuro brillante. Esa historia en continua
avance que presenta como la de la nación es la historia tal como puede verse desde Buenos Aires.
La ruptura con las visiones problemáticas y con la idea de civilización – barbarie, va a articularse
con los intereses porteños. Mitre recupera la excepcionalidad argentina en el marco de una
Hispanoamérica surgida bajo el feudalismo, que alcanza su perfil mas definido en México y el Perú.
En el Rió de la Plata los mestizos eran como españoles de raza pura, una nueva raza destinada a
ser la dominadora en el país, allí las desigualdades sociales eran atenuadas y existía en germen
de una sociedad libre. La excepcionalidad rioplatense tenia raíces europeas y americanas, pero
estos no eran conquistadores sino verdaderos inmigrantes con cualidades deseables... estas
virtudes de origen que constituyen una sociedad mas moderna se suman con las condiciones
naturales de la comarca; es un territorio preparado para la ganadería, prospero para el comercio y
predestinado a poblarse por todas la razas del planeta. Mitre reivindica la industria pastoril, según
el, sus prados naturales convidan a sus habitantes a la industria pastoril. La ganadería hace (de la
argentina) una sociedad mas prospera, menos desigual y mas civilizada que la agrícola chile.
La visión de mitre no es solo una genérica confianza en la vocación de progreso que
caracteriza al proceso histórico argentino; ese progreso se da para el ante todo en el plano político
y se mide por los avances de la institucionalización del poder. La experiencia argentina entra en
una nueva etapa cuando el ritmo de la expansión de esa sociedad en continuo crecimiento
amenaza verse frenado por el opresivo pacto colonial que impide seguir su marcha ascendente; “el
comercio que nutria la riqueza en las ciudades, el pastoreo que imprimía un sello especial en la
población diseminada por las campañas…eran otros tantos estímulos y gérmenes de
independencia inconcientes; que no constituían aun una civilización progresiva”. La revolución ha
deshecho para siempre la coraza monárquica e imperial que amenazaba sofocar el crecimiento de
esa sociedad instintivamente igualitaria y marcada desde sus orígenes por una democracia genial
que es la del Rió de la Plata. Y esa revolución alcanza su momento culminante no en 1810 sino
1820 cuando los caudillos destruyen el estado heredado de la tradición; “Al comenzar el año XX, el
gobierno y la asociación política de las provincias unidas del rió de la plata, se hallaban en
completa descomposición...el centralismo gubernamental... fundado sobre cimientos del antiguo
régimen colonial, fallaba por su base… el gobierno central, después de conquistar la
independencia, se había mostrado inhábil para constituir la republica democrática y hacer concurrir
las fuerzas populares al sostén de la autoridad que nace de la ley libremente consentida”. La
revolución política se torna revolución social, encarnada finalmente en la sociedad y gracias a ello
la argentina asume de modo irrevocable esa vocación democrática que sin que lo supiera ha sido
ya la suya desde los orígenes. Pero esa democracia sigue siendo inorgánica la tarea que queda
por cumplir es la de organizarla y ese debe ser precisamente el programa para la Argentina post-
rosista. Esa organización es la de la republica democrática, el ropaje institucional hacia el cual su
vocación la ha guiado desde sus orígenes.

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