Vous êtes sur la page 1sur 13

PAGINA UNO p25-37.

qxd:Layout 2 13/10/09 15:37 Página I

PÁGINAUNO

«Lo que debería brillar


en nuestra mirada
todos los días»
(Luigi Giussani)

Apuntes de las intervenciones de Davide Prosperi y Julián Carrón en la Jornada


de inicio de curso de los adultos y de los estudiantes universitarios de CL
de Lombardía. Rho-Pero, 26 de septiembre de 2009

Henri Matisse Ícaro, 1947. Metropolitan Museum of Art de Nueva York (Foto Scala Florencia/Art Resource). OCTUBRE 2009 I
PAGINA UNO p25-37.qxd:Layout 2 13/10/09 15:37 Página II

PÁGINA UNO
«LO QUE DEBERÍA BRILLAR EN NUESTRA MIRADA TODOS LOS DÍAS»

Apuntes de las JULIÁN CARRÓN la Universidad. Un día en Rimini –dice– me ha obli-


intervenciones Conscientes de nuestra necesidad, pidamos al Es- gado a cambiar radicalmente de idea». Ante lo que
de Davide píritu que lleve a cumplimiento –abriéndolo de par ha visto, se pregunta: «El mundo laico de finales del
Prosperi y en par– ese deseo que nos ha traído hasta aquí. siglo XX, ¿qué ha dejado en herencia a los más jó-
Julián Carrón Desciende Santo Espíritu venes? ¿Hemos sabido construir alguna fuerza
en la Jornada de Damos la bienvenida a todos y saludamos a nues- “útil”? No encuentro respuestas convincentes a es-
tros amigos que están conectados desde las distin- tas preguntas, y en cambio los chicos del Meeting
inicio de curso
tas regiones de Italia y desde el extranjero. Es un in- son libres y fuertes (sin mitificarlos, por favor). A
de los adultos
tento irónico –como todo lo que hacemos– hacer las 11 de la noche vuelvo al aparcamiento en bus-
y de los una Jornada de inicio de curso en directo desde Mi- ca de mi coche. Hay una chica sentada sola en una
estudiantes lán. Pero no basta estar presentes físicamente para pequeña silla de plástico. Me saluda sonriendo y me
universitarios que este momento sea un gesto; es necesario que cada acompaña al coche. Trabaja (como voluntaria) en
de CL de uno de nosotros, esté donde esté, se halle presente el aparcamiento, ¡menudo privilegio! Allí está, con
Lombardía. con toda su persona, para que lo que suceda en- su camiseta del Meeting, contenta por lo que hace.
Rho-Pero, 26 cuentre en nosotros esa apertura, esa grieta a tra- Y le sonríe a una persona a la que ve durante unos
de septiembre vés de la cual pueda entrar la gracia que el Señor pocos segundos. La noche anterior me encontraba
de 2009 quiera darnos. cenando en el Billionaire [uno de los clubes vera-
niegos más exclusivos de Europa]. Allí nadie son-
DAVIDE PROSPERI reía como aquella chica del aparcamiento». Me re-
Comenzamos nuestro encuentro de este año a par- fiero también a aquellos que han venido a Rímini
tir del punto en el que concluimos el encuentro del a medirse con lealtad con la propuesta que se les ha-
año pasado. Hace un año nos habíamos concentrado bía hecho, dando testimonio valiente de cómo el
en la figura del testigo, en la importancia esencial acontecimiento cristiano se convierte en un juicio
del testigo dentro del camino que nos lleva hacia la cultural nuevo, como nos han mostrado, por ejem-
madurez de la fe, hacia la certeza de la fe. Como nos plo, Tony Blair y Mary Ann Glendon, por citar dos
ha recordado Carrón en su carta a la Fraternidad de ellos. Y esto porque el testigo no indica sólo una
nada más volver del Sínodo, nuestra principal forma de hacer las cosas, sino una concepción nue-
contribución a la Iglesia y al mundo no está ante todo va de la realidad y de la propia relación con ella.
en una acción cultural, civil o política (se trata de Pero la experiencia de este año ha situado en pri-
frutos que maduran como y cuando Dios quiere), mer plano también el riesgo de una superficialidad,
y menos aún en una forma de hegemonía aunque de una concepción reducida, sentimental, de lo que
sea por motivos nobles. Nuestra principal contri- significa «mirar al testigo». Se corre el riesgo de re-
bución es el testimonio del acontecimiento que ha ducir al testigo a un ejemplo positivo, a alguien que
conformado nuestra vida, y, al hacerlo, ha hecho de me hace experimentar un sentimiento de exaltación,
ella, día a día, algo distinto, más humano, más ca- o de consolación precaria, un sentimiento que sin
paz de gratuidad, de leticia, tan capaz de leticia que embargo se va por donde ha venido, dando lugar
resulta envidiable, incluso para aquellos que por mil a una insatisfacción, a la sensación de estar siempre
razones nos han criticado siempre... Lo hemos vis- en el punto de partida. Pero el testigo, literalmen-
to muy bien en el Meeting. Una de las cosas que más te, ¿quién es? A lo largo del año nos hemos plante-
ha impresionado a los que llegaban allí por primera ado esta pregunta con frecuencia. El testigo, en sen-
vez ha sido la pasión y la gratuidad de los “volun- tido estricto, es alguien que me cuenta un hecho ver-
tarios” –voluntarios que dan allí su propio tiempo dadero, del que está seguro porque lo ha visto, por-
y sus propias energías, además de pagar para poder que ha hecho experiencia de él. El testigo es alguien
contribuir a este gesto que manifiesta, también a ni- que me atestigua que el hecho de Cristo es verda-
vel cultural, el corazón y la capacidad expresiva de dero, porque ha hecho experiencia de él, lo sabe por
la experiencia–, un hecho inexplicable con las ca- experiencia, está seguro de ello porque este hecho
tegorías habituales con las que estamos acostum- ha cambiado su vida y está presente aquí y ahora,
brados a concebir las cosas de cada día. Permitid- siempre, como dice el título del nuevo libro que re-
me que cite un editorial de Il Tempo firmado por úne los Equipe (Qui e ora. 1984-1985, Bur, Milán
Roberto Arditti: en él cuenta que había ido al Meeting 2009). Por tanto, el testigo es alguien que conoce la
lleno de escepticismo por una antigua aversión al Verdad. Y lo que hace de él un sujeto distinto es el
movimiento de CL «nacida y crecida en los años de hecho de que se apoya en algo sólido, en el único que

II OCTUBRE 2009
PAGINA UNO p25-37.qxd:Layout 2 13/10/09 15:37 Página III

PÁGINA UNO
«LO QUE DEBERÍA BRILLAR EN NUESTRA MIRADA TODOS LOS DÍAS»

ha vencido a la muerte. Siempre me ha impresio- en 1996 proyectado en la Asamblea Internacional de Jóvenes en un tram
nado la observación de Giussani de que en la Biblia Responsables de CL – La Thuile, 18-22 agosto de Milán.
(Las fotos reproducidas
la idea de verdad se expresa a través de la imagen de 2009–; ndr). Yo personalmente me quedé sin pala- en estas páginas
la roca. La verdad no es un pensamiento, no es un bras, embelesado por esa forma de sentir, de mirar son de
concepto intelectual. Es una Presencia sobre la que y de percibir lo humano. Pero al cabo de dos días, Gianni Berengo Gardin)
me puedo asentar, sobre la que puedo apoyar todo me di cuenta de que ya no pensaba en ello. Es de-
mi “yo”. Una Presencia que impide que me hunda, cir, es como si corriésemos continuamente el ries-
como dice el Salmo 40: «Me levantó de la charca fan- go de quedarnos en un reflejo sentimental, estético,
gosa; afianzó mis pies sobre roca» (Sal 40,3). El tes- incluso ante el mayor de los testimonios, y com-
tigo es aquel que vive apoyado por completo sobre prendo que el paso al que nos reclamas incansable-
la roca. Y por eso deseas pegarte a él. mente implica ir hacia otro nivel, para que algo de
Aquí surge, entonces, una primera pregunta: si aquellos ojos, de aquel modo con el que Giussani ha-
el testigo es lo que hemos dicho, ¿por qué, aún es- blaba de lo humano, entre en la forma con la que
tando rodeados de tantos testigos, sigue siendo tan nosotros afrontamos todas las cosas, con la que voy
débil en nosotros la certeza? Este verano has em- a trabajar por la mañana, con la que me encuentro
pezado a insistir en que no basta el testigo. Entonces, con los amigos, con la que saludo a mis hijos y a mi
¿cuál es el paso que tenemos que dar? ¿Dónde nos mujer cuando vuelvo a casa por la noche. Es lo mis-
bloqueamos? mo que debió ver el director de Il Tempo en aque-
Muchas veces es como si nos detuviéramos, por lla chica del aparcamiento del Meeting. Si no es así,
comodidad o, en el fondo, por falta de estima por aunque esté rodeado de una multitud de testigos, me
nosotros mismos, ante la vibración que produce en quedo en el mismo estado de confusión, ni más ni
nosotros la belleza de los efectos del hecho, es de- menos, que aquellos que no han tenido mi encuentro.
cir, ante la vibración en nosotros de la belleza de los Y aquí llegamos a la segunda pregunta, que en cier-
frutos que la pertenencia a Cristo introduce en al- to sentido incluye también la primera: ¿qué puede
gunos momentos o en algunas personas. Nos de- vencer la confusión?
tenemos en el gozo que nos produce la fascinación
de la humanidad de algunas personas, sin que esto JULIÁN CARRÓN
–¿cómo decirlo?– suscite un brío, un deseo, y por 1. LA VICTORIA SOBRE LA CONFUSIÓN
tanto un trabajo, un camino, en definitiva, un mo- ES UNA EXPERIENCIA
vimiento hacia el origen escondido de esa huma- La confusión es vencida por una experiencia, y lo
nidad distinta. que caracteriza la experiencia es el juicio, no el re-
Este verano alguno de nosotros hemos visto el ví- flejo sentimental que me provocan las cosas, como
deo de una intervención de don Giussani hablan- muchas veces vemos en nosotros. El juicio es lo que
do sobre Leopardi (vídeo de un encuentro con los permite que algo que uno hace llegue a ser expe-
estudiantes universitarios del Politécnico de Milán riencia. Por eso don Giussani nos ha testimoniado »

OCTUBRE 2009 III


PAGINA UNO p25-37.qxd:Layout 2 13/10/09 15:37 Página IV

PÁGINA UNO
«LO QUE DEBERÍA BRILLAR EN NUESTRA MIRADA TODOS LOS DÍAS»

Matrimonio en el parque » constantemente que si no queremos sucumbir debemos decidir si aceptamos el desafío de ejercer
de Cinisello Balsamo, un a la confusión, «si queremos llegar a hacernos adul- habitualmente este juicio. «El uso de la experien-
pueblo cerca de Milán.
tos –decía–, sin resultar engañados, alienados, es- cia elemental, o de nuestro “corazón”, es impopu-
clavizados por otros e instrumentalizados, tenemos lar sobre todo ante nosotros mismos, pues el “co-
que habituarnos a confrontarlo todo con la expe- razón” es precisamente el origen de ese malestar in-
riencia elemental», con ese conjunto de exigencias definible que se experimenta, por ejemplo, cuan-
y de evidencias que constituyen nuestro “yo”. Pero do a uno se le trata como objeto de interés o de pla-
don Giussani es consciente de que lo que propone cer» (Ivi). Es impopular ante nosotros mismos: es
es «una tarea que no es nada fácil, que es más bien más fácil repetir lo que dicen todos, no hacer las
impopular. Normalmente, de hecho, todo se afron- cuentas con ese malestar indefinible que experi-
ta con la mentalidad común que sostienen y pro- mentamos. Juzgar es empezar a liberarnos de la con-
pagan quienes detentan el poder en la sociedad. De fusión. Pero, ¿por qué es impopular? Responde: «La
suerte que [¡atención!] la tradición familiar y la tra- recuperación de la profundidad existencial [esa pro-
dición del contexto más amplio en el que uno cre- fundidad que se halla bajo la costra], que permite
ce se sedimentan encima de nuestras exigencias ori- esta liberación, no puede evitar el esfuerzo de ir con-
ginales y constituyen como una gran costra que al- tra la corriente. Se podría llamar a esto trabajo as-
tera la evidencia de aquellos primeros significados, cético, donde la palabra ascesis indica la obra del
de los criterios primigenios» que constituyen esas hombre que busca la madurez de sí mismo, en cuan-
exigencias (El sentido religioso, Encuentro, Madrid to que directamente se centra en el camino hacia
1998, pp. 26-27). Y nosotros debemos ser conscientes su destino. Es un trabajo, y no un trabajo obvio [al
de esto, porque lo que a continuación llamamos “co- contrario de lo que pensamos muchas veces]; es algo
razón” no es otra cosa que esas sedimentaciones, ex- simple, pero que no se puede dar por descontado
presiones de la mentalidad de todos; y por eso mu- [¡en absoluto!]. Como hemos dicho hasta ahora, es
chas veces nos encontramos perdidos y confundi- algo que hay que reconquistar. Aunque en todos los
dos como todos (basta con mirar a nuestro alre- tiempos el hombre ha tenido que trabajar para re-
dedor). Don Giussani, amigos, era perfectamente conquistarse a sí mismo, vivimos en una época en
consciente del tipo de desafío que nos lanzaba: «El la que la exigencia de esta reconquista es más cla-
desafío más audaz a esa mentalidad que nos domina ra que nunca. En términos cristianos, este esfuer-
[¡atención!] y que influye en nosotros a todos los efec- zo forma parte de la “metanoia” o conversión» (Ibi-
tos –desde la vida del espíritu hasta el vestido– es jus- dem, pp. 27-28).
tamente habituarnos a juzgar todas las cosas a la luz Resulta impresionante releer estas páginas en el
de nuestras evidencias primeras, y no estar a mer- contexto actual en el que nos encontramos. No hay
ced de nuestras reacciones ocasionales [es decir, del nada que describa mejor lo que nos sucede. Es di-
reflejo sentimental de las cosas]» (Ibidem, p. 27). Por fícil encontrar palabras más pertinentes con respecto
tanto, si queremos vencer realmente esta confusión, a la confusión en que vivimos.

IV OCTUBRE 2009
PAGINA UNO p25-37.qxd:Layout 2 13/10/09 15:37 Página V

PÁGINA UNO
«LO QUE DEBERÍA BRILLAR EN NUESTRA MIRADA TODOS LOS DÍAS»

Pero, amigos, ¿cuál es esta dificultad? Nosotros per- realidad, como si huyera de las circunstancias que
cibimos el trabajo que nos propone don Giussani se me dan cada día para vivir».
de juzgarlo todo como algo añadido, intelectual, sólo Cuando leo estas cosas, me dan ganas de llorar.
para personas que se complican la vida. En realidad Que todo lo que hacemos por el movimiento no nos
–pensamos– vivir es otra cosa, hacer experiencia es sirva para vivir lo cotidiano... Entonces, ¿para qué
otra cosa, juzgar es sólo para tipos complicados o sirve el movimiento? ¡Cuánta razón tenía don
confusos. Y por eso ni siquiera lo tomamos en con- Giussani cuando nos empujaba a pasar «de una ló-
sideración, ni siquiera nos tomamos la molestia de gica de grupo a una dimensión de conciencia per-
aceptar el desafío y afirmamos: «Pero, ¡qué cosas de- sonal»! (Qui e ora. 1984-1985, Bur, Milán 2009, p.
cís! ¿Juzgar? Venga ya… ¡Seamos serios!». 320): la sola pertenencia al grupo no es suficiente
El mayor escollo que tenemos ante la propuesta para que lo cotidiano no se convierta en algo inso-
del carisma –y esto nos sucede desde hace años, des- portable. Y por este motivo proponía como
de hace años lo tenemos delante de los ojos– es com- fórmula: «Pasemos de hacer el movimien- «Amigos, ¿cuál es
prender cuál es el problema, reconocer cuál es la cues- to a vivir la experiencia del movimiento» esta dificultad?
tión. Siempre recordamos la frase de Chesterton, de- (Certi di alcune grandi cose. 1979-1981. Bur, Nosotros
dicada a nosotros, que somos los sabios: «Lo malo Milán 2007, p. 149).
no es que los sabios no vean la respuesta, sino que Entonces, ¿cuál es el problema? El pro- percibimos
no ven el enigma» (G.K. Chesterton, Ortodossia, Edi- blema es la falta de experiencia, es decir, de el trabajo que
zioni Martello, Milán 1988, p. 49). No compren- juicio, pero esto nos parece extraño, exage- nos propone
demos de qué se trata, y por eso nos vemos per- rado, porque pensamos que hacemos ex- don Giussani de
fectamente descritos en la frase de Bárbara Ward ci- periencia, hablamos siempre de ella, pero
tada en El sentido religioso: «Los hombres raramente confundimos la experiencia con lo que no juzgarlo todo como
aprenden lo que creen ya saber» (p. 138). es experiencia. Pensamos que juzgamos, algo añadido,
Por tanto, no se trata ante todo de un problema pero la mayoría de las veces nos detenemos intelectual. Y por
de contenido, sino de caer en la cuenta de una di- mucho antes de realizar el juicio, nos con- eso, ni siquiera
ficultad que tenemos dentro de nosotros, y cuyas tentamos con la reacción o con el prejuicio.
consecuencias sufrimos: es como si no consiguié- El ejemplo más claro de esto es lo que nos nos tomamos
semos comprender el origen de ese malestar, de esa sucede muy a menudo con el testigo, porque la molestia de
confusión que experimentamos, de esta dificultad no es que el testigo escape a esa forma que aceptar el desafío»
para estar dentro de la realidad, para vivir en las cir- tenemos de vivir la relación con la realidad.
cunstancias. Y por eso, por un lado repetimos ges- Podemos reducir al testigo más significativo –
tos y, por otro, vivimos oprimidos por lo cotidia- como decía antes Davide– a un reflejo sentimental,
no. Os leo una carta: «Don Giussani dijo, y tú nos y dos días después nos encontramos como al prin-
lo has repetido muchas veces, que las circunstancias cipio: porque no basta la experiencia que ha hecho
por las que Dios nos hace pasar son un factor esen- otro. El testigo nos muestra una posibilidad real, más
cial de nuestra vocación, de la misión a la que nos humana, de vivir las circunstancias que se nos po-
llama, no un factor secundario, y esto es algo que nen delante, pero si esto no nos empuja a hacer
interesa y juzga nuestra vida, normalmente distra- nosotros mismos experiencia personal de lo que el
ída y apresurada. Y sin embargo, después de años testigo nos muestra, antes o después el testigo de-
y años en el movimiento, me sigue costando vivir jará de interesarnos –nos hartamos de tantos tes-
lo cotidiano [gracias a Dios, diría yo, porque po- timonios–, porque nunca llega a ser algo nuestro.
demos construir en nuestra cabeza todos los casti- Por eso, como nos ha dicho siempre don Giussani,
llos que queramos, pero siempre hay algo que no «si lo que intuyo o presiento como valor a través de
funciona]: las cosas pequeñas, la sencillez de un ges- un testimonio, del testimonio de otro, no hago el es-
to habitual con mis hijos, la alegría de un momen- fuerzo de verificarlo, antes o después acabaré mar-
to normal en familia, todo esto lo vivo siempre como chándome» (cfr. Ibidem, p. 158); si no veo que vuel-
si fuese una pérdida, como si lo más importante de ve a suceder en mí, con el tiempo dejará de intere-
ese momento fuese otra cosa (el encuentro de Es- sarme. Y ponía este ejemplo: «A los sesenta años, uno
cuela de comunidad, la asamblea de Tizio o Caio, puede haber probado todo lo que se puede probar,
participar en las Tiendas de Navidad, o bien ofre- pero no por ello es necesariamente una persona “ex-
cer mi disponibilidad para la Colecta de alimentos), perimentada”; la experiencia es la capacidad de com-
y me doy cuenta de que haciendo esto vivo otra paración con el ideal. Si no es así, uno no hace »

OCTUBRE 2009 V
PAGINA UNO p25-37.qxd:Layout 2 13/10/09 15:37 Página VI

PÁGINA UNO
«LO QUE DEBERÍA BRILLAR EN NUESTRA MIRADA TODOS LOS DÍAS»

» experiencia de nada, y vive con la actitud ca- es otra cosa que un mero probar, una mera sensa-
racterística de muchos viejos, llenos de vacío y de ción, sin inteligencia, sin juicio; o bien es “subjeti-
nada» (Ibidem, p. 148). va” (lo cual es peor), es decir, algo sentimental. Don
Éste es nuestro destino, si nos limitamos a pro- Giussani nos ha descrito esto con pelos y señales: «De
bar, probar, probar... sin hacer realmente una ex- ahí la cantidad de acepciones inadecuadas, aunque
periencia: nos convertiremos en viejos vacíos. Por frecuentes, de la palabra experiencia [reducida]: por
eso insistía en que debíamos pasar de hacer el mo- experiencia se entiende [en la lista que sigue a con-
vimiento a vivir la experiencia del movimiento, lo tinuación hay sitio para todos nosotros] la reacción
que llamaba “personalización”. Y la clave de este inmediata a determinadas propuestas, la multipli-
paso es el juicio –eso que nosotros consideramos cación de vínculos por mera proliferación de ini-
como algo añadido, extraño a la experiencia– por- ciativas, la fascinación repentina o disgusto por las
que el juicio es lo que permite que llegue a ser ex- cosas nuevas, la afirmación de una elaboración o de
periencia lo que uno hace. un esquema propios, un recuerdo del pasado que
«Por eso insistía no revive como valor del presente, o hasta un acon-
en que debíamos 2. LAS REDUCCIONES DE LA EXPERIENCIA tecimiento que se cita con el fin de bloquear una as-
Ayudémonos a comprender cuáles son piración o amortiguar un ideal» (L. Giussani, Edu-
pasar de hacer las reducciones de la experiencia que lle- car es un riesgo, Encuentro, Madrid 2006, p. 119).
el movimiento a vivir vamos a cabo habitualmente. Don Giussani nos ayuda a comprender cómo re-
la experiencia El problema es que nos cuesta realmente alizamos esta reducción: «Sin una capacidad de va-
del movimiento, hacer experiencia, y esto se ve en la con- loración, en efecto, el hombre no puede tener nin-
fusión. La confusión evidencia justamen- guna experiencia. […] Es verdad que la experien-
lo que llamaba te la reducción que efectuamos en la ex- cia coincide con el “probar” algo, pero sobre todo
“personalización”. Y periencia, una reducción que es grave, muy coincide con el juicio que se tiene sobre lo que se
la clave de este paso grave. ¿Por qué es muy grave? Porque de- prueba» (El sentido religioso, op. cit., pp. 20-21). Por
es el juicio, porque bilita y hace vano el método fundamental eso he dicho este verano: «La incomprensión de
del desarrollo humano. Lo que Giussani la palabra “experiencia” se pone de manifiesto por
el juicio es lo que considera experiencia es esto: la experiencia la forma en la que habitualmente la oponemos a
permite que llegue no es una palabra dicha sin ton ni son, la “juicio” –o “conocimiento”–: allí donde está la una
a ser experiencia experiencia es el camino del desarrollo de no está el otro, son alternativos. Es la prueba más
lo que uno hace» la persona, es el instrumento que tenemos clara de que tenemos una gran confusión con res-
en nuestras manos para nuestro desarro- pecto a ambos términos. Si para nosotros la ex-
llo, para nuestro crecimiento. Por eso, si lo utilizamos periencia se reduce a esa especie de impacto, de
mal o lo reducimos, todo lo que nos sucede en la shock mecánico, muchas veces el juicio nos pare-
vida es inútil (como recordé en el Meeting, citan- ce como algo intelectual, casi añadido. Y justamente
do a los Gálatas), es estéril, no sirve, no incrementa por eso muchas veces sentimos el juicio como algo
nuestro “yo”, no desarrolla nuestra persona, y así po- forzado, como algo que nosotros imponemos so-
demos convertirnos en viejos vacíos aunque ha- bre la realidad, como algo que creamos nosotros
yamos vivido muchas cosas, porque no hemos he- […]: si tenemos que juzgar también las cosas bo-
cho experiencia verdaderamente. nitas, las cosas intensas, parece que esto arruina el
¿Cómo se produce la reducción de esta expe- encanto de lo que vivimos, de alguna manera “pri-
riencia? Reducimos muchas veces la experiencia al va de poesía” a la experiencia, como si la estrope-
impacto que las cosas provocan en nosotros. Ha- ase. Por eso, cuando las cosas han sido interesan-
blamos de los hechos, pero todo se limita a eso, y des- tes, bonitas, persuasivas, ¿qué necesidad hay de juz-
pués no queda nada. Esto sucede porque general- garlas? Hemos disfrutado de ellas y con eso bas-
mente, también entre nosotros, la experiencia se ta. Entonces […] la insistencia con la que muchas
identifica únicamente con el impacto que las cosas veces se nos invita a juzgar parece un incordio. En
provocan en mí, con las impresiones que he teni- definitiva, ¿por qué si vivimos una cosa bonita te-
do, que son todas reales –no es que utilicemos pa- nemos que juzgarla? Es decir, nos parece que lle-
labras sin sentido: no, contamos hechos, hablamos vamos a cabo una operación artificial y trabajo-
de cosas reales–, pero son sólo impresiones. La ex- sa» (Experiencia: el instrumento para un camino
periencia, por tanto, es ciega, mecánica. Lo que humano. Asamblea Internacional de Responsables
nosotros llamamos experiencia con frecuencia no de Comunión y Liberación, La Thuile, agosto 2009,

VI OCTUBRE 2009
PAGINA UNO p25-37.qxd:Layout 2 13/10/09 15:37 Página VII

PÁGINA UNO
«LO QUE DEBERÍA BRILLAR EN NUESTRA MIRADA TODOS LOS DÍAS»

supl. a Huellas, n.8/2009, pp. 11-12). Si podemos Giacomo Leopardi! Porque es imposible que uno Partido de fútbol en París.
ahorrárnosla, mejor. vea esa humanidad y no desee esa mirada, no des-
¿Qué nos perdemos al actuar así? La respuesta ee participar en esa forma de relacionarse con la
a esta pregunta nos dice hasta qué punto nos cues- realidad; porque lo que vemos en ese vídeo es un
ta comprender. Porque la cuestión crucial es jus- hombre, un testigo de cómo se puede estar ante la
tamente ésta: que haciendo esta experiencia tan re- realidad, de cómo leer a Leopardi descubriendo, tes-
ducida, regodeándonos en ella y no sintiendo la ne- timoniando ese «Misterio eterno / de nuestro ser»
cesidad de juzgarla, nos parece que no nos falta («Sobre el retrato de una bella mujer…», en Cara
nada. ¡El verdadero desastre es que nos parece que beltà, Bur, Milán 1996, p. 96), es decir, lo que nosotros
no nos falta nada! ¡Es una reducción de lo huma- somos. ¿Cuál es este misterio? «Naturaleza huma-
no digna de lástima! Todo se convierte en forma- na, ¿cómo si tan frágil y vil en todo, si polvo y som-
lismo, en superficialidad, en conformismo. Como bra eres, tan alto sientes?» (Ibidem, p. 97). Tú, sien-
los nueve leprosos que hemos citado otras veces: do tan frágil, tienes deseos grandes. Pero nosotros
no se preguntan nada, no les falta nada, no sien- decimos a menudo que estos deseos no existen, que
ten la urgencia de otra cosa. Que nosotros sinta- es como si hubiesen desaparecido. Pero don Gius-
mos el juicio como algo extraño quiere decir que sani –resulta impresionante escucharle mientras lee
no nos falta nada más, y esto pone de manifiesto apasionado a Leopardi– dice: no, en absoluto, el pen-
hasta qué punto es espantosa la reducción de lo hu- samiento dominante es éste: «Dulcísimo, podero-
mano. Porque no juzgar es perderse lo mejor, es so / dominador de mi profunda mente» («El pen-
detenerse antes de llegar a lo que verdaderamen- samiento dominante», en Ibidem, p. 77). Este gri-
te me interesa; pero nosotros no lo echamos de me- to, esta exigencia de felicidad, vuelve a brotar del nau-
nos, nos parece algo para “intelectuales”. fragio universal, porque «la infinita vanidad de todo»
Es verdaderamente impresionante que lo que es («A sí mismo», en Ibidem, p. 84) no consiste en
más nuestro (aquello que debería ser más nuestro), arrancar la semilla de este pensamiento dominan-
es decir, el deseo de plenitud ante la realidad, sea la te, de esta sed, de esta pasión por la felicidad: «Lo
cosa más extraña para nosotros. ¡Qué separación de mismo que una torre / en solitario campo, / tú es-
nosotros mismos! Somos impopulares para nosotros tás solo, gigante, en medio de ella» («El pensamiento
mismos, como dice don Giussani en el texto que he dominante», en Ibidem, pp. 77-78). Podemos en-
citado. Pero, ¿qué sucede cuando nos despertamos contrarnos en medio de este naufragio universal, de
del sueño? Cuando termina el regodeo, ¿qué que- esta confusión total, pero el pensamiento dominante
da? Quedamos nosotros, solos con nuestra nada, vuelve a emerger de forma implacable. Puedes es-
cada vez más perdidos, cada vez más escépticos. tar todo lo confundido que quieras, pero cuando al-
¿Comprendéis ahora por qué crece la confusión? guien comete una injusticia contigo vuelve a emer-
¡Qué diferente es lo que don Giussani nos ha tes- ger tu exigencia de justicia; puedes estar todo lo can-
timoniado –lo recordaba antes Davide– leyendo a sado que quieras, pero ante la belleza no puedes »

OCTUBRE 2009 VII


PAGINA UNO p25-37.qxd:Layout 2 13/10/09 15:37 Página VIII

PÁGINA UNO
«LO QUE DEBERÍA BRILLAR EN NUESTRA MIRADA TODOS LOS DÍAS»

Francia, turistas mirando » evitar que surja en ti el asombro. Ese pensa- tradicho por nuestra misma experiencia. Es nece-
al panorama.
miento dominante al que llamamos corazón es una sario mirar la experiencia elemental que hacemos
realidad «que se puede olvidar, falsificar, una ante la realidad, ante las montañas, ante el canto, para
realidad ante la que se puede objetar, pero que es reconocer cómo aparece ahí el juicio enseguida, de
inextirpable» (Uomini senza patria. 1982-1983. Bur, forma simultánea: «Son bonitas». Y hay quien
Milán 2008, p. 256). Don Giussani nos da testi- dice que es artificioso… Los artificiosos somos
monio de su lealtad con la experiencia, que en- nosotros, que no nos damos cuenta de lo que su-
cuentra en Leopardi un compañero de camino. En cede verdaderamente cuando hacemos experiencia.
medio del desastre, existe una realidad inextirpa- Me contaban los universitarios que en las excur-
ble que se yergue impetuosa, grandiosa. Si algu- siones que hicieron por la montaña durante las va-
na vez nos decidiésemos a seguir esto... caciones, con frecuencia había personas que se pre-
El testigo es aquel que utiliza la razón de esta for- guntaban, al ver a ochocientas personas subir en si-
ma, que tiene una lealtad consigo mismo, que está lencio: «Pero vosotros, ¿quiénes sois?». En uno de
definido por este pensamiento dominante, y por estos episodios, un matrimonio preguntó: «¿Quié-
tanto no puede entrar en relación con ninguna cosa nes sois?». «Universitarios». «Sí, pero, ¿quiénes
sin que en él brote el deseo de todo. En esto con- sois? ¿De dónde venís?». «De La Thuile». «Sí, pero,
siste el juicio. Es necesario comparar todo con nues- ¿de dónde venís?». «Milán, Palermo…» «No, no.
tra humanidad. Esta exigencia brota en la relación ¿Quiénes sois? ¿De dónde venís?». «Somos de Co-
con todas las cosas, pero hace falta la lealtad que ve- munión y Liberación». «¡Ah, es una maravilla ve-
mos en Giussani y en Leopardi: sólo aquél que toma ros subir!». ¿Es artificiosa esta insistencia para lle-
en serio este pensamiento dominante, esta exigencia gar al origen, es un añadido, o tal vez se trata de per-
que se halla dentro de sus entrañas, que brota en sonas que no detienen su humanidad ante la pro-
la relación con todo y que no se contenta con una vocación de la realidad, y son leales con esa provo-
exigencia que no sea total, puede comprender ver- cación? Los mismos chicos se quedaron impresio-
daderamente qué es la experiencia. nados por esta lealtad: «También en nosotros he-
mos sorprendido la misma pregunta, una pregun-
3. LA IMPLICACIÓN ÚLTIMA ta sobre el origen último de lo que teníamos ante
DE LA EXPERIENCIA HUMANA nosotros, que habría sido artificioso bloquear an-
«Lo que caracteriza a la experiencia es entender una tes de llegar a una respuesta adecuada».
cosa, descubrir su sentido. La experiencia implica, Otros dos amigos me escriben contándome la ex-
por tanto, la inteligencia del sentido de las cosas» periencia de sus vacaciones: «Queríamos contar-
(Educar es un riesgo, op. cit., p. 118) ¿Cuándo en- te un episodio que sucedió el último día de nues-
tiendo las cosas? Cuando doy razón de todos los fac- tras vacaciones, mientras estamos preparando las
tores implicados en la experiencia. Cuando decimos maletas. Te ponemos un poco en antecedentes: du-
que juzgar es artificioso, decimos algo que es con- rante estas vacaciones estábamos con los amigos en

VIII OCTUBRE 2009


PAGINA UNO p25-37.qxd:Layout 2 13/10/09 15:37 Página IX

PÁGINA UNO
«LO QUE DEBERÍA BRILLAR EN NUESTRA MIRADA TODOS LOS DÍAS»

una residencia en la que cada uno tenía su propio Es sencillo: he aquí un “yo” comprometido con
apartamento, pero nos juntábamos siempre para lo que prueba. Esta exigencia de comprender,
comer y para cenar, además de compartir obvia- ¿quién de nosotros la siente como extraña, como
mente el resto del día. Al lado de nuestros aparta- añadida a la belleza de la experiencia, hasta el pun-
mentos, estaba el apartamento de un matrimonio to de estropear su encanto? Preguntarse para po-
toscano de unos sesenta años (que veían con fre- der comprender forma parte de la experiencia que
cuencia nuestro ir y venir de un apartamento a otro hago, pues de otro modo la experiencia está in-
con un niño en brazos, propio o ajeno), cuya mesa completa, no consigo comprender, captar todo lo
estaba junto a la nuestra en un jardín delante de los que veo ante mí. Por eso, la persona que tiene una
apartamentos (nosotros éramos ocho adultos y tres humanidad así no siente el juicio como algo arti-
niños). El día que nos marchábamos, el señor tos- ficioso o extraño.
cano se acercó a Ciccio, uno de nuestros amigos, Utilicemos el ejemplo que don Giussani nos ha
y le dijo: “Te quiero hacer una pregunta y me gus- puesto tantas veces, elemental en su sen-
taría que me dieras una respuesta precisa. Os he- cillez, para desmontar de una vez por to- «El testigo es aquél
mos observado mucho en estos días, hemos visto das esta idea de que el juicio es algo arti- que utiliza la razón
cómo coméis juntos, cómo rezáis, cómo estáis con ficioso: ante un ramo de flores, ¿hay alguien
vuestros hijos, pero, más allá de vuestra amistad (a que sienta como algo artificioso pregun-
de esta forma, que
lo mejor sois compañeros de trabajo, pero no me tarse quién lo ha enviado? No es que esta tiene una lealtad
parece suficiente razón para explicarlo), ¿cuál es el pregunta estropee algo: preguntar quién consigo mismo, que
hilo conductor que os une?”. Ciccio le respondió que me las ha mandado forma parte, de for- está definido por
éramos del movimiento, que éramos cristianos y ma contemporánea, del impacto que pro-
que eso era lo que había unido nuestras vidas y nos ducen las flores que me encuentro en casa.
este pensamiento
había hecho amigos. Él respondió: “¡Lo sabía!”, y le ¿Hay alguien que sienta como intelectual dominante, y por
explicó que en Pistoia, donde él vive, había cono- el hecho de preguntarse por el origen úl- tanto no puede
cido gente del movimiento, y que también él era ca- timo de la presencia de esas flores? Cada entrar en relación
tólico, y luego nos dio las gracias por la compañía uno puede responder por sí mismo. El
que le habíamos hecho a él y a su mujer y nos dijo: “quién” es la implicación última de esas flo-
con ninguna cosa
“¡Sois un espectáculo!”». No existe experiencia has- res que tengo ante mí. ¡Es suficiente con sin que brote en él
ta que no se llega a entender. Pero para entender que uno no sea de piedra! No es necesa- el deseo de todo.
es necesario no detenerse hasta encontrar una res- rio hacer ningún recorrido extraño: bas- En esto consiste
puesta exhaustiva a lo que se ve: unos amigos que ta sencillamente con acusar el impacto,
están juntos de forma distinta. Y entonces brota la porque dentro de ese impacto está conte-
el juicio»
pregunta: «Pero, ¿cuál es el hilo conductor que os nida toda la implicación.
une?». Es algo propio del hombre, basta con que Por eso don Giussani nos dice que no existe ex-
exista un hombre con una humanidad verdadera. periencia hasta que uno no reconoce a «Dios
Prosigue la carta: «Cuando Ciccio nos contó este como la implicación última de la experiencia hu-
diálogo, nos conmovimos con la misma conmo- mana y, por tanto, la religiosidad como dimensión
ción de la que habla Rose, la que brota de ver al Mis- inevitable de toda experiencia auténtica y comple-
terio acontecer, obrar. Nos impresionó mucho el uso ta» (Ibidem, p. 119). Establezcamos una compara-
de la razón de este hombre que, mirándonos, se ha- ción entre lo que nosotros llamamos “experiencia”
bía dejado asombrar y, sobre todo, interrogar; ob- y esta afirmación, y nos daremos cuenta de hasta qué
servó nuestra forma sencilla de estar juntos (comer, punto la reducimos...
discutir en la mesa, rezar) y vio algo distinto que Es tan sencillo que he elegido como título de nues-
le impresionó; pero no se quedó en ese sentimiento tro encuentro esta frase de Leopardi: «Rayo divino
de asombro, sino que se planteó la pregunta: ¿de pareció a mi mente, / mujer, tu hermosura» («As-
dónde vendrá este modo de ser amigos? ¿Cuál pue- pasia», en Cara beltà, op. cit., p. 86). Es tan sencillo
de ser el hilo conductor que les une? Trató de bus- que Leopardi no puede evitar descubrir el rayo di-
car una explicación, y cuando se dio cuenta de que vino en el impacto que le produce la belleza de la
ninguno de sus intentos de respuesta podía bastar mujer que ama. Aquí se nos muestra la experien-
para dar razón plenamente de aquella diferencia, cia en toda su sencillez: la belleza de la mujer con-
vino directamente a nosotros y nos pidió poder re- duce a Leopardi a reconocer dentro de ella el rayo
cibir una respuesta precisa». divino. A esto nos referimos cuando decimos que»

OCTUBRE 2009 IX
PAGINA UNO p25-37.qxd:Layout 2 13/10/09 15:37 Página X

PÁGINA UNO
«LO QUE DEBERÍA BRILLAR EN NUESTRA MIRADA TODOS LOS DÍAS»

» no existe verdadera experiencia que no tenga den- 4. LA PRUEBA DEL NUEVE DE LA EXPERIENCIA:
tro de sí el Misterio, que no implique al Misterio DARNOS CUENTA DE QUE CRECEMOS
como explicación exhaustiva. Pero, ¿acaso dice Sin embargo, tras muchos años en el movi-
esto Leopardi porque tenga que dárselas de inte- miento, nos damos cuenta de que todavía nos
lectual? Leopardi no podía vivir su experiencia de cuesta mucho hacer este trabajo, y esto se pone de
relación con la belleza de la mujer sin que ésta le re- manifiesto en muchas ocasiones. Lo he visto, por
mitiese al Misterio, le hiciese percibir el rayo divi- ejemplo, de forma clamorosa durante la asamblea
no. Para esto hace falta un hombre como Leopar- del Equipe del CLU de este verano, cuando tratá-
di, hace falta una lealtad con ese pensamiento do- bamos de comprender verdaderamente hasta el
minante que vuelve a emerger constantemente en fondo qué es la experiencia; por lo menos en tres
el naufragio universal, de manera que no nos ocasiones a lo largo de la asamblea dieron la res-
«Esta exigencia detengamos antes. puesta adecuada, pero cuando les pedía que lo re-
de comprender, En nosotros no existe esta inmediatez; pitieran, no lo conseguían: lo habían dicho por ca-
a nosotros nos cuesta porque, como hemos sualidad. Y este es el motivo –se trata de algo de-
¿quién de nosotros explicado otras veces, una costra cubre cisivo para nosotros, porque decimos muchas ve-
la siente como nuestras exigencias elementales, y sólo tra- ces cosas verdaderas, pero no nos damos cuenta
extraña, como bajando podremos hacerlas salir a la luz. de ellas– de que don Giussani insista: «La “expe-
añadida a Hemos visto el esfuerzo que tenemos que riencia” conlleva, por tanto, el hecho de darnos
hacer para llegar a describir la experien- cuenta de que crecemos» (Educar es un riesgo, op.
la belleza de cia en su totalidad (este verano hemos he- cit., p. 117). Si no nos damos cuenta de ello, aun-
la experiencia, cho experiencia de esto en los gestos que que lo digamos muchas veces, como decía antes
hasta el punto hemos vivido juntos). Pero es lo que don Davide, volvemos a partir siempre de cero. Se ve
de estropear Giussani nos ha dicho siempre: que uno que no hacemos experiencia porque la experien-
que dice “yo” con toda la conciencia, con cia no nos hace crecer en la autoconciencia. Y en-
su encanto? toda la autoconciencia de sí mismo, no tonces volvemos a la confusión.
Preguntarse para puede evitar implicar al “Tú” que le hace: Me asombra con qué claridad y evidencia iden-
poder comprender «Yo soy “tú-que-me-haces”» (El sentido re- tifica don Giussani todos los factores de la expe-
forma parte de ligioso, op. cit., p. 152), ésta es la fórmula riencia, y cómo puede acompañarnos ahora. Con
de la experiencia completa. «Así pues, ya frecuencia decimos: «¡Sí, ya lo sé!», pues, habien-
la experiencia no diré “yo soy” conscientemente, de to- do escuchado muchas veces estas cosas y repi-
que hago, pues tal acuerdo con mi estatura humana, sino tiéndolas, nos parece que ya las sabemos. En mi
de otro modo identificándolo con “yo soy hecho”» (Ibi- caso, entiendo perfectamente a qué se refiere, por-
la experiencia dem, p. 153). Y para comprender hasta qué que es lo que me sucedió a mí: yo pensaba que sa-
punto estamos lejos de esto, es suficiente bía ciertas cosas, y por eso la decisión más gran-
está incompleta» con observar cuántas veces decimos: “yo de de mi vida fue aceptar empezar a comprender
soy” sin esa autoconciencia. lo que creía ya saber, empezar a aprender lo que
Sin la percepción y el reconocimiento del Miste- creía que ya sabía. No estoy reprochando nada a
rio como factor de la realidad no existe experien- nadie, porque por mi experiencia sé perfectamente
cia, en ninguna circunstancia; y esto nos hace cuál es el problema: yo repetía las palabras justas,
conscientes de la limitación que tenemos, la cual hace pero luego la realidad me podía. En cambio, lo que
que sea arduo, difícil, no inmediato el recorrido de me ha permitido hacer un camino ha sido acep-
la razón hasta llegar al “Tú”, a esa implicación úl- tar volver a empezar. Y esto don Giussani lo tenía
tima de la experiencia humana que se encuentra ya muy claro. Me sorprende releer lo que dijo durante
en su interior. No es necesario añadirLo. Como nos su primera hora de clase: «Siempre he dicho a mis
ha enseñado don Giussani con la imagen de los es- alumnos desde la primera hora de clase que di: “No
caladores: somos «como los escaladores de hace cien estoy aquí para que vosotros consideréis como
años que [para subir a la cumbre] se veían obliga- vuestras las ideas que yo os doy, sino para enseñaros
dos a afrontar una larga marcha de aproximación» un método verdadero de juzgar las cosas que os voy
(Por qué la Iglesia, Encuentro, Madrid 2004, pp. 42- a decir. Y las cosas que os voy a decir son una ex-
43). Podremos conseguirlo únicamente si sentimos periencia que es el resultado de un largo pasado
en nosotros la urgencia de esa exigencia de expli- de dos mil años”» (Ibidem, p. 19). Sabía que no po-
cación total que sólo el Misterio puede cumplir. día ayudar a nadie si no ponía en movimiento el

X OCTUBRE 2009
PAGINA UNO p25-37.qxd:Layout 2 13/10/09 15:37 Página XI

PÁGINA UNO
«LO QUE DEBERÍA BRILLAR EN NUESTRA MIRADA TODOS LOS DÍAS»

“yo” de aquellas personas, que no era suficiente con la mujer de la que me enamoro, tanto más fácil es Mántua, un grupo
lo que él decía, que no bastaba ni siquiera su tes- reconocerLe. La exigencia brota más fácilmente, nos de estudiantes
en la niebla.
timonio: era consciente de que sólo podía ayudar aferra de tal manera, es tan imponente que nos hace
ofreciendo un método para que sus estudiantes pu- asombrarnos ante los hechos excepcionales. Po-
diesen juzgar todas las cosas que él decía. Es decir, demos estar distraídos, pero ante ciertas cosas es
desde el inicio don Giussani desafía el corazón de imposible no sobresaltarnos, no preguntarnos por
aquellos que el Señor le pone delante. Es la exal- Quién las hace posibles. Esto es universal, y lo he
tación de la persona: tú eres capaz de juzgar por- intuido en mi última visita a Brasil, cuando Na-
que existe un “pensamiento dominante”, una “to- talia, una chica metodista, dijo en una asamblea:
rre” en medio del “naufragio universal” que te per- «El tema sobre el que teníamos que trabajar este
mite juzgar, hacer un camino para salir de la con- mes era la correspondencia: teníamos que buscar
fusión. Y añade: «El respeto de este método ha ca- algo que correspondiera al propio corazón. Yo he
racterizado desde que empecé mi compromiso encontrado algo que corresponde a mi corazón, y
educativo, indicando con claridad su objetivo: mos- son estas personas de la Asociación de Cleuza y
trar la pertinencia de la fe a las exigencias de la vida Marcos, porque, aunque pueda parecer increíble,
[es decir, el deseo de felicidad]. Por mi formación vivimos en una época en la que si vosotros decís
primero en la familia y en el seminario, y por pro- que sois católicos, los evangélicos se quitan de en
pia meditación después, me había persuadido pro- medio, se van; si digo que soy evangelista, son los
fundamente de que una fe que no pudiera perci- católicos los que se marchan. Vine aquí y dije a qué
birse y encontrarse en la experiencia presente, que religión pertenecía. Luego, al volver a casa, pensé:
no pudiera verse confirmada por ella, que no pu- ¿soy consciente de lo que provocará en mi vida lo
diera ser útil para responder a sus exigencias, no que he dicho? Pero sucedió lo contrario de lo que
podía ser una fe en condiciones de resistir en un pensaba, porque cuando llegué aquí todos me son-
mundo donde todo, todo, decía y dice lo opuesto reían, me preguntaban si todo marchaba bien. No
a ella» (Ibidem, p. 19). ¡Primera hora de clase! entendía, pero respondí: “Todo va bien”. Y luego
llegaba otro y decía: “¿Estás bien? ¿Cómo estás?”.
5. EXPERIENCIA CRISTIANA Entonces empecé a comprender qué es Dios, qué
Lo que él describe acerca de la experiencia en ge- es la fe en Dios: en ningún otro lugar me había sen-
neral, sucede de forma más eminente en la expe- tido nunca tan acogida, tan amada como aquí. En
riencia cristiana. ¿Por qué es más fácil aún en la ex- mi vida me había sentido tan respetada». Para dar
periencia cristiana? Nos lo ha dicho siempre: razón de la experiencia de ser respetada y amada
porque cuanto más excepcional es la presencia con así, Natalia debe implicar lo divino, hasta ese pun-
la que me encuentro, más fácil resulta reconocer- to es extraordinaria la experiencia.
la. Cuanto más bellas son las montañas, más fácil Sólo si aceptamos en cada experiencia esta im-
es para nosotros reconocerLe, cuanto más bella es plicación última podremos vencer la confusión. »

OCTUBRE 2009 XI
PAGINA UNO p25-37.qxd:Layout 2 13/10/09 15:37 Página XII

PÁGINA UNO
«LO QUE DEBERÍA BRILLAR EN NUESTRA MIRADA TODOS LOS DÍAS»

Museo del Teatro » La contribución que nos ofrece don Giussani ve tan importante que comprendes que sin él [sin
de la Scala en Milán testimoniándonos que Dios es la implicación úl- Jesús] los rostros desaparecerían y tú te “hartarí-
tima de la experiencia es la respuesta más adecuada as”. Éste es el destino de muchísima gente que pasa
a la pregunta. Pero nosotros muchas veces, ante los por nosotros y luego se marcha. Como en El ho-
hechos excepcionales, permanecemos en la con- gar, de Pascoli: se marchan por su cuenta, porque
fusión, porque bloqueamos esa exigencia que no han tomado en consideración de forma ade-
surge, la pregunta inevitable de Quién hace posi- cuada, no han sido serios con lo que la compañía
ble toda esa belleza. Mirad cómo nos lo testimo- que les ha atraído ha expresado como motivo de
nia: «El encuentro –del que parte la imagen per- su existencia. La compañía dice: “Estamos juntos
suasiva de Cristo, en el que se intuye que Cristo es por éste”; uno no se lo toma en serio y se conten-
algo pertinente a la vida, que interesa para la vida– ta con la compañía, le gusta la compañía; pero no
se producirá con una compañía o incluso con una tiene en cuenta el motivo. ¡Después de algún tiem-
sola persona, no porque tú comprendas que allí po, os juro que dejará incluso la compañía [ésta
dentro está Cristo, sino porque te hace decir: es la consecuencia de que no lleguemos al juicio,
“¿Cómo es que todos éstos son así?”. […] Por tan- porque una realidad sin motivo adecuado se es-
to, tú comienzas este camino cuando encuentras fuma]! El motivo adecuado que explica esta com-
un compañero, una compañera, o bien cuando ves pañía es otra cosa. Y esto es lo que debería brillar
a un grupo que tiene algo interesante, y vas detrás en nuestra mirada todos los días, porque todos los
de él. Y escuchas a éstos que dicen que lo más in- días se trata de esto» («Tu» (o dell’amicizia), Bur,
teresante que tienen es porque “Está el Señor”; y Milán 1997, pp. 175-177).
vas detrás de ellos con un poco de curiosidad, pero La señal de que estamos haciendo un camino –
sin estar definida por aquello, sin estar determi- nos dice– es que Jesús se vuelve más importante
nada por aquello. Pero llega un momento en el que que los rostros de los que están juntos, no porque
este reclamo se hace mayor, […] esas palabras y esas yo me olvide de ellos, sino porque no agotan toda
ideas van adquiriendo una mayor resonancia en la exigencia de cumplimiento que tengo dentro de
ti; y cada vez te conmueves más cuando la gente mí; y si yo no llego hasta ahí, hasta Jesús, me can-
te dice: “Mira, nosotros estamos juntos por este mo- so y me marcho. Por eso, si nosotros no llegamos
tivo [por el Señor]”. Esto constituye un salto cua- hasta ahí seguiremos diciendo que este recorrido
litativo con respecto a la impresión inicial; entonces es artificioso (porque lo importante es lo que toco,
empiezas a tomar en serio aquello: […] a medi- lo que veo, y todo lo demás son mentiras), y an-
da que sigues con continuidad esta evolución, Je- tes o después nos marcharemos, porque, lo que-
sús se vuelve más importante que los rostros de los ramos o no, no corresponderá nunca a la exigen-
que están juntos [éste es el núcleo de la cuestión: cia que tenemos dentro, a ese pensamiento do-
que Jesús –¡Jesús!– se vuelve más importante que minante que permanece, como “torre en solitario
los rostros de los que están juntos]. Es más, se vuel- campo” en medio del “naufragio universal”.

XII OCTUBRE 2009


PAGINA UNO p25-37.qxd:Layout 2 13/10/09 15:37 Página XIII

PÁGINA UNO
«LO QUE DEBERÍA BRILLAR EN NUESTRA MIRADA TODOS LOS DÍAS»

¿Cómo no conmoverse ante este testimonio de CLE, no CL. Ésta es la única forma de hacer resur-
Giussani? Jesús es «lo que debería brillar en nues- gir el CLE y CL: tu fe y nada más, ésta es la cuestión,
tra mirada todos los días» (Ibidem, p. 177). Sin esta la fe vivida en primera persona [como experiencia
experiencia de Cristo, sólo queda un discurso for- real]. La cuestión no es el temperamento que tie-
mal sobre Cristo, y nosotros seguiremos perdidos nes, las circunstancias del ambiente, los chavales que
y confundidos como todos, sometidos por el nihi- tienes, tu incapacidad ante los chicos, la clase en la
lismo, «ese huésped inquietante de nuestro tiem- que consigues algo y aquella en la que no consigues
po», como lo ha definido el cardenal Angelo Bag- nada. Si estuvieses solo y no hubiese “ni Blas” con-
nasco. Sin experiencia real de Cristo, nosotros mi- tigo sería lo mismo, más doloroso, pero menos ilu-
ramos la realidad como todos. Para comprender que sorio y más puro. ¡Os aseguro que antes o después
esto no es algo que haya que dar por descontado, bas- los demás verán! […] La cuestión más importan-
taría con que cada uno mirarse cómo se ha movi- te es la fe vivida en primera persona.
do en los asuntos que han afectado a Italia, que – Nunca me cansaré, al usar la palabra fe, de «La señal de que
dice de nuevo Bagnasco– «es atravesada cíclicamente recordar qué quiere decir, porque no se sabe
por un malestar tan tenaz como misterioso» (A. Bag- lo que quiere decir, aunque se la defina te- estamos haciendo
nasco, Discurso de apertura del cardenal Presidente ológicamente. La fe es el reconocimiento un camino es que
en el Consejo Permanente de la Conferencia Epis- asombrado, agradecido, tímido y, al mis- Jesús se vuelve
copal italiana, Roma, 21 septiembre 2009). ¿Cómo mo tiempo, apasionante de una presencia; más importante
los hemos juzgado? ¿Con qué criterio? Tanto albo- porque Dios ha venido y está entre nosotros.
roto parece tener una única finalidad: evitar que se […] El contenido de la fe es lo más hermoso que los rostros
plantee la única pregunta exhaustiva que corres- y presente que existe, y yo no conozco otra de los que están
ponde al corazón, aquella planteada por Henrik Ib- cosa sino esto. “He venido en medio de vos- juntos, no porque yo
sen en Brand: «Respóndeme, Dios mío, a la hora en otros y no he conocido otra cosa sino a Cris- me olvide de ellos,
que la muerte se apodera de mí: ¿Basta toda la vo- to, a Cristo histórico, crucificado”, Dios he-
luntad de un hombre para comprar un átomo de cho hombre. ¿Como se puede ser testigo si
sino porque
salvación? [es decir: ¿puede el hombre con sus fuer- no es por esta fe, y no por nuestras capa- no agotan toda
zas llevar a cabo un solo acto verdadero?]» (Brand, cidades mentales, habilidades particulares la exigencia de
Encuentro, Madrid 1996, p. 164). Todo lo demás es o posibilidades de tiempo? (Archivo de CL). cumplimiento que
un intento por esconder nuestra incapacidad para Por este motivo, al comienzo de este cur-
responder a nuestro mal y al de los demás. so cada uno de nosotros es llamado a de-
tengo dentro de mí»
Lo que hace posible un gesto como el Meeting, en cidir si hace el camino tal como nos lo pro-
donde todos se sienten como en casa, es una expe- pone don Giussani, siendo leales con la experiencia,
riencia. Y esto sucede, de forma paradójica, no es- o se queda bloqueado de nuevo. Sólo si hacemos una
condiéndonos, sino poniendo ante el mundo lo que experiencia así, podremos ver la conveniencia hu-
somos, lo que tenemos por más querido, que es lo mana de la fe. Y esto no debemos darlo por des-
que nos hace interesantes para todos. Sin esta ex- contado, porque muchas veces confundimos la in-
periencia real de Cristo no existe educación, por- tención de seguir con el seguimiento real, es decir,
que nadie es capaz de desafiar el corazón. con esa comparación estrecha con el método que él
Por eso resulta impresionante lo que dijo don nos propone. Con palabras más explícitas todavía,
Giussani en 1980, tras leer en un encuentro con pro- debemos decidir si queremos en verdad ser hijos, por-
fesores el testimonio de un exponente del Samiz- que sólo así podrá ser padre para nosotros cada vez
dat ruso, que estaba contento de haber sido con- más, generarnos en esa humanidad que hemos vis-
denado al campo de concentración por su fe (du- to en él (y que tiene en el Ícaro de Henri Matisse, que
rante la lectura de la sentencia sus amigos cantaron hemos elegido como imagen de nuestro encuentro,
el himno pascual de Cristo resucitado): «¡Y nosotros, su representación artística): el sentimiento de
en una época en la que existen personas que viven nosotros mismos definido por la conciencia de la pre-
su fe así, nos contentamos con ocuparnos de nues- sencia del Padre, de modo que cada una de nuestras
tro grupo! Pero, ¿qué es vuestro grupo? ¿Qué es vues- expresiones sea cada vez más completa como rela-
tro grupo de chavales? Eres tú el que estás frente al ción con el gran designio, por nuestro bien y el de
mundo, frente a la escuela, frente a los profesores, nuestros hermanos los hombres. Éste es el desafío,
eres tú el que estás frente a los libros, a las ideas que la elección que cada uno debe hacer y en la que que-
circulan, eres tú, no tus chavales, no tu grupo, no el remos acompañarnos a lo largo de este año.

OCTUBRE 2009 XIII

Vous aimerez peut-être aussi