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LA BUSQUEDA DE NUESTRA PROPIA REALIDAD

Vamos a platicar un poco esta noche, sobre los asuntos que más nos interesan y por los cuales
nosotros nos hallamos aquí.

Hermanos: ciertamente, lo fundamental en la vida es llegar a tener realidad. En nombre de la


Verdad he de decir que todavía el humanoide es algo no logrado. Si observamos las especies
inferiores que habitan sobre la faz de la Tierra -los animales unicerebrados y bicerebrados-,
podemos evidenciar, por sí mismos, ya nacen completos. Un caballo, es completo; una vaca, da la
leche y nace completa, pero nosotros nacemos incompletos.

Nuestro cuerpo se forma dentro del vientre materno, allí se gesta y luego nace, crece, se
desarrolla; la energía creadora lo hace surgir a la existencia. En su proceso de desarrollo, dentro
del vientre materno, vemos como se van formando los diversos órganos, pero al nacer todavía no
está completo; ni siquiera la fontanela frontal del recién nacido se encuentra cerrada. Eso que las
gentes llaman aquí "la mollera", o "mollerita" del recién nacido, está sin cerrar. Si añadimos, a eso
su condición en que se encuentra, veremos que no es completo.

Ciertamente y en nombre de la verdad -y así lo reconocen los profesores de la Universidad de


Medicina-, el animal intelectual -dicen- es un "mamífero racional". Y es verdad: no está completo.
El germen que se desarrolló entre el vientre materno, por el hecho de haber nacido, no quiere
decir que ya se ha completado la criatura. El desarrollo de la criatura prosigue en su sentido
ordinario, como humanoide hasta los 21 años. Ahora comprenderán porqué es peligroso,
realmente, que un adolescente tenga relación sexual: el adolescente no ha completado su
desarrollo, y no lo completa sino hasta los 21 años.

La energía creadora que lo hizo surgir a la existencia, esa energía que provocó la concepción del
feto dentro del claustro materno, que lo trajo a la vida, esa misma energía tiene que desarrollarlo;
pero sólo a los 21 años el adolescente ha llegado a su completo desarrollo como humanoide. Pero
eso no quiere decir que realmente, por tal motivo, su desarrollo total esté ya completo. No, como
humanoide se ha desarrollado, mas no como Hombre; el Hombre debe ser hecho, debe ser
creado. Nosotros somos humanoides, pero no Hombres; el Hombre debe formarse dentro del
humanoide, como la mariposa dentro de la crisálida. En los tiempos antiguos, todo esto se
entendía, todo esto se sabía.
Hay algo muy bello que tenemos en nuestro interior, me refiero a la Conciencia, me refiero a la
Esencia, a eso que se llama "Alma". Originalmente la Conciencia, o el Alma, o como ustedes
quieran denominarla, vino de la Vía Láctea, hace muchos años, millones de años. La Esencia de
cada uno de los aquí presentes, vino de la Vía Láctea, y en la Vía Láctea resonará con la armonía
del Universo. Posteriormente, pasó el disco solar, y prosiguiendo por entre los planetas del
Sistema, llegó aquí al mundo, se desarrolló en el mineral, continuó en el vegetal, prosiguió en el
animal y al fin se reincorporó en un organismo humano, o de humanoide. Pero la Esencia,
desafortunadamente, debido a nuestros errores, quedó envuelta en una serie de elementos
indeseables.

La Esencia es la Conciencia, y está envuelta o embotellada entre un cúmulo de elementos


indeseables. Es necesario quebrantar tales elementos, para que la Esencia quede despierta. Una
Esencia despierta, una Conciencia despierta, tiene acceso a los mundos superiores de eternidad;
una Conciencia despierta puede ver, tocar o palpar las grandes realidades del Mundo del Espíritu
Puro; una Conciencia despierta puede dirigir todas las circunstancias adversas de la vida; una
Conciencia despierta no es víctima jamás de las circunstancias: puede dirigirlas a voluntad, puede
originar nuevas circunstancias. Pero, para que la Conciencia despierte, los elementos indeseables
que llevamos en nuestro interior deben ser destruidos. Esos elementos son: la ira, la codicia, la
lujuria, la envidia, el orgullo, la pereza, la gula, etc. Es necesario eliminar tales elementos y en vez
de eso crear algo diferente.

Esos elementos indeseables que llevamos en nuestro interior, son una creación falsa, una falsa
creación, y debe ser destruida.

Cada uno de nosotros carga en su interior una falsa creación. Necesitamos hacer una creación
nueva dentro de nosotros mismos, y esto solamente es posible destruyendo nuestros defectos
psicológicos, acabando con todos esos errores que llevamos en lo más profundo de nosotros
mismos, acabar esos errores, acabar esos defectos, crear algo nuevo en nosotros.

¡Es posible crear algo nuevo, es posible crear los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser! Si cada
humanoide aprovechara esa energía creadora que lo trajo a la existencia -esa energía mediante la
cual pudo llegar a tener un cuerpo de carne y hueso-, si llegara a la edad de los 21 años, y en vez
de despilfarrar esa energía la aprovechara para crear sus Cuerpos Existenciales Superiores del Ser,
la Esencia quedaría vestida con esos Cuerpos, esa sería una creación nueva. Más vale hacer una
creación nueva, que continuar con esa creación vieja que tenemos.
La creación vieja que llevamos en nuestro interior -repito-, está constituida por los agregados
psíquicos y esos agregados son nuestros defectos.

Tenemos innumerables defectos. Realmente, aunque poseyéramos mil lenguas para hablar y
paladar de acero, no acabaríamos de enumerarlos a todos cabalmente. Eliminar tales defectos,
tales agregados, es lo indicado. Y en vez de esos agregados -que parecen un verdadero enjambre
de demonios en nuestra psiquis, en nuestro interior-, crear -repito-, los Cuerpos Existenciales
Superiores del Ser. Estos se crean con la misma fuerza con la que nuestro cuerpo físico fue creado,
con la misma fuerza con la que se desarrolló entre el vientre materno, con la misma fuerza que lo
hizo crecer desde niño, hasta la edad de los 21 años. Tal fuerza se llama "sexual", es la energía del
sexo.

Así pues, en los tiempos antiguos las gentes eran más sabias. En la Lemuria se vivía de 12 a 15
siglos. Había, en aquella época, tiempo suficiente para que la Esencia pudiera vestirse con los
Cuerpos Existenciales Superiores del Ser. Los Lemures, después de la edad de los 21 años, en vez
de despilfarrar la energía creadora, la transmutaban; con esa energía creaban los Cuerpos
Existenciales Superiores del Ser. Y si demoraban en casarse muchos siglos, no importaba, porque
vivían de 12 a 15 siglos. De manera que siempre, a la larga, podían darse el lujo de fabricar,
mediante esa la fuerza sexual, los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser.

Hoy en día, la vida es bien breve. A los 21 años comienza la juventud; antes de los 21 años, está la
adolescencia y la primera y la segunda infancia. Desgraciadamente, los adolescentes ya gastan esa
energía, sin haber terminado ni siquiera su desarrollo como humanoides. Si los adolescentes, en
vez de despilfarrar esa energía la ahorraran, y al llegar a los 21 años la aprovecharan
inteligentemente para crear los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser, tendríamos una cosecha
de Maestros. Desgraciadamente, al llegar a la adolescencia, a la juventud, viene el despilfarro de la
energía creadora, vienen los abusos sexuales, etc.

Hoy en día estamos "de afán", ya no se vive de doce a quince siglos. Hoy en día, hay que crear los
Cuerpos Existenciales Superiores del Ser antes de que llegue vejez, porque si llegamos a viejos y no
hemos creado esos Cuerpos, tendremos que desencarnar habiendo perdido el tiempo; nos
encontraremos en el Mundo Astral entonces, convertidos en algo que no tiene ningún valor,
puesto que, ¿qué es la muerte? La muerte es una resta de quebrados. Cuando llega la hora de la
muerte ¿qué es lo que continúa en el "más allá"? Los "valores". Ustedes saben que si hacemos una
resta de quebrados, eso es lo que queda: los valores. Y la muerte es una resta de quebrados y lo
que continúa son los valores.
Pero, ¿qué valores son esos? Valores positivos y valores negativos: los "yoes" del bien y los "yoes"
del mal, los "yoes" de nuestros defectos. Todos esos son "yoes".

¿Qué es el Ego, pues? Una suma de "yoes". Y esos "yoes", ¿qué son? Elementos indeseables,
subjetivos. No todos los "yoes" son malos; los hay buenos, pero no saben hacer el bien. Hacen el
bien cuando no se debe hacer; los "yoes" del bien, no saben hacer el bien. Ustedes saben, por
ejemplo, que el agua dentro del lavamanos, es útil; ustedes saben muy bien que el fuego, en la
cocina, es bueno. Pero si el agua, por ejemplo, se sale del lavamanos e inunda la casa, será mala. Si
el fuego se sale de la cocina y quema las cortinas de la sala, será malo. Así, "bueno" es lo que está
en su lugar; "malo", lo que está fuera de lugar.

Los "yoes" buenos que tenemos dentro, no saben hacer el bien, hacen el bien cuando no se debe
hacer. No lo saben hacer, y si lo hacen, lo hacen mal. Por eso es que es necesario acabar con los
"yoes" del bien y acabar con los "yoes" del mal; empuñar la espada de la Justicia Cósmica, pasar
más allá del bien y del mal. Eliminar -digo- la creación equivocada que todos llevamos dentro,
hacer una creación nueva. Eso es im-por-tan-tí-si-mo.

¿Cómo haremos esa creación nueva? Pues sencillamente, transmutando la energía creadora. En
vez de andar en lascivias, en fornicaciones, aprovechar esa energía que puso nuestro cuerpo en la
existencia, esa energía maravillosa que nos hizo crecer. Utilizarla sabiamente, para crear los
Cuerpos Existenciales Superiores del Ser.

Si no hiciéramos el trabajo, si no acabáramos con esa creación equivocada que tenemos dentro -la
de los "yoes"-, pues eso es lo único que continuará allá en la Eternidad: ese montón de diablos.
Pero si nosotros creamos los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser y eliminamos nuestros
defectos psicológicos, recibiremos los principios anímicos y espirituales y nos convertiremos en
hombres de verdad, en hombres reales.

Con la energía sexual, se pueden hacer maravillas. Si transmutamos la energía sexual, con ella
podemos crear el Cuerpo Astral. Uno sabe que tiene Cuerpo Astral cuando puede usarlo, cuando
puede viajar con él. Uno sabe que tiene un Cuerpo Astral cuando puede usarlo, como las manos o
como los pies. Ese Cuerpo Astral está sometido a 24 leyes, es un organismo maravilloso. Raras son
las personas que nacen con un Cuerpo Astral; no es un implemento necesario para la vida, pero
uno puede crearlo, puede fabricarlo. Quien se dé ese lujo, después de muerto se encontrará con
que tiene una verdadera Personalidad Astral, se encontrará con que continúa vivo en esa Región
de los Muertos.

El Cuerpo Mental es el Cuerpo de la Razón Objetiva. Hay dos tipos de Razón, mis queridos
hermanos. La primera es la razón subjetiva. Ella se fundamenta en las percepciones sensoriales
externas con los datos de los sentidos, elabora conceptos de contenido y así funciona: no puede
saber nada de lo Real, de la Verdad, del Ser, de Dios, porque sus procesos razonativos se basan en
los datos de los cinco sentidos, y nada más. Por eso Don Enmanuel Kant, el gran filósofo de
Koenisberg, en la "Crítica de la Razón Pura" demostró que la razón subjetiva -la razón esta, común
y corriente, que poseemos todos-, nunca puede saber nada de la Verdad, de lo Real.

Pero hay otra Razón que bien vale la pena desarrollar en nosotros; me refiero, en forma clara, a la
Razón Objetiva. La Razón Objetiva se tiene cuando se tiene un Cuerpo Mental, individual, y ese
Cuerpo Mental hay que fabricarlo y se fabrica con la energía sexual, mediante la transmutación de
la energía creadora.

Quien posea ese Cuerpo Mental, tendrá Razón Objetiva. La Razón Objetiva se fundamenta en los
datos de la Conciencia, funciona con los datos que aporta la Conciencia. Hombres de Razón
Objetiva, son los sabios verdaderos, los iluminados. Uno sabe que posee un Cuerpo Mental,
individual, cuando es capaz de recibir la sabiduría divina directamente, cuando es capaz de pensar
sin necesidad de los informes de los cinco sentidos.

Y hablando de la voluntad, ¿qué diremos? Las gentes comunes y corrientes no tienen una voluntad
definida. Como quiera que tenemos dentro una creación equivocada, defectos personificados por
tales y cuales "yoes", obviamente cada uno de esos "yoes", cada uno de esos demonios pensantes
que llevamos en nuestro interior, posee su voluntad propia. Así pues, tenemos muchas
voluntades, no una sola voluntad. Necesitamos crear el Cuerpo de la Voluntad Consciente, para
poder dirigir nuestros actos. Quien se dé el lujo de crear el Cuerpo de la Voluntad Consciente,
podrá originar nuevas circunstancias, no será víctima de las circunstancias. Nosotros necesitamos
crear ese Cuerpo, el Cuerpo Causal, como se le llama también. Quien se dé el lujo de crearlo,
obviamente se convierte en un Maestro.

Un hombre con los Cuerpos Físico, Astral, Mental y Causal, es un Hombre ya desarrollado. Los
animales nacen completos, pero el humanoide nace incompleto: necesita desarrollarse,
completarse, mediante trabajos conscientes y padecimientos voluntarios. Necesita transmutar la
energía creadora, para crear los Cuerpos Astral, Mental y Causal, y recibir los Principios Anímicos y
Espirituales, así se convierte en Hombre; necesita eliminar la creación equivocada que lleva
dentro, constituida por el "yo pluralizado", multitud de demonios, personificando errores, y que
todo ser humano lleva en su interior.

Así pues, hay que desarrollar al Hombre dentro de nosotros mismos; hay que crear al Hombre,
necesitamos de la disponibilidad al Hombre, crearlo es indispensable.

El Cuerpo Astral tiene sus leyes: está gobernado por 24 leyes. El Cuerpo Mental también es un
organismo maravilloso, dirigido por 12 leyes, y el Causal está gobernado por 6 leyes. El Cuerpo
Astral tiene su anatomía, su fisiología, su Psicología. Existe un procedimiento secreto que permite,
al Adepto que desencarna, continuar viviendo aquí en el mundo físico con el Cuerpo Astral. Se
puede materializar, tal Cuerpo, y vivir físicamente, convivir físicamente con las gentes, durante un
año después de muerto. Es un organismo completo; debe alimentarse también, y se alimenta
cuando nosotros aprendemos a transformar las impresiones diversas de la vida, cuando
aprendemos a transformarlas mediante una clave muy sencilla, que consiste en aprender a recibir
con agrado las manifestaciones desagradables de nuestros semejantes. Quien haga esto, con tales
impresiones transformadas podrá alimentar al Cuerpo Astral, para que se desarrolle plenamente.

Yo quiero que ustedes tengan un Cuerpo Astral y que puedan relacionarse en todos los ámbitos
del Universo; que puedan, con ese Cuerpo, viajar a cualquier lugar de la Tierra; que puedan asistir,
con ese Cuerpo, a la gran Logia Blanca. Yo quiero que ustedes tengan un Cuerpo Mental, para que
ustedes aprendan a recibir el conocimiento de su propio Ser, en forma directa; para que no
dependan más de los cinco sentidos, para que puedan experimentar la Verdad. Yo quiero que
ustedes tengan un Cuerpo de la Voluntad Consciente, para que no sean víctimas de las
circunstancias, para que puedan originar nuevas circunstancias.

Hay necesidad de hacer una creación nueva dentro de nosotros mismos, es indispensable crear al
Hombre dentro de sí mismos, pero también se hace indispensable eliminar la creación equivocada
que llevamos en nuestro interior: la ira, la codicia, la lujuria, la envidia, el orgullo, la pereza, la gula.
Todos esos defectos están personificados por demonios vivientes. En el Egipto antiguo, a tales
demonios se les denominaban "Demonios rojos de Seth". Así pues, debemos acabar con esos
"Demonios rojos" para libertar el Alma, para libertar la Conciencia, y en vez de esa creación
equivocada, fabricar los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser.
Hay que hacer la Gran Obra, pero hacerla con amor. Y después de recibir este conocimiento, hay
que compartirlo con nuestros semejantes, llevar la enseñanza a todos los rincones del mundo,
fundar por donde quiera grupos de gentes que estén, en verdad, dispuestas a estudiar todo el
Cuerpo de Doctrina.

Es necesario que ustedes comprendan que el Sol está haciendo un gran ensayo: el Sol quiere crear
Hombres. Durante la época de Abraham, hubo bastantes creaciones de Hombres; en los primeros
ocho siglos del cristianismo también hubo bastantes Hombres que fueron creados; en la Edad
Media, unos cuantos fueron creados, pero en esta época las creaciones han sido muy pobres.

El Sol está haciendo un ensayo, pero como quiera que las creaciones han sido muy pocas, va a
destruir esta Raza y la va a destruir dentro de poco con un gran cataclismo. Es bueno que ustedes
sepan que una Raza no dura más que lo que dura un año sideral. Así como la Tierra tiene su año,
que consiste en la vuelta de la Tierra alrededor del Sol, en 365 días y algunas fracciones, con
minutos y segundos, así también existe un año sideral. Y es que nuestro Sistema Solar, junto con
nuestra Tierra, viaja alrededor del Cinturón Zodiacal; ese viaje equivale a unos 25.968 años, que es
el tiempo que dura una Raza. Nuestra Raza empezó después del Diluvio Universal; entonces se
inició un viaje que comenzó en el signo del Aguador, pero el viaje está concluyendo porque ya el
Sistema Solar regresó, otra vez, al signo del Aguador. Durante el trayecto, los polos de la Tierra se
van desviando, y ya sabemos que, en estos momentos, el polo geográfico no coincide con el polo
magnético. En estos instantes, si un avión viaja hacia el polo, dirigido por la aguja magnética, al
descender sobre lo que se considera exactamente el polo, nos hallaremos con que ya no está el
polo en ese lugar porque ya no coincide el polo magnético con el polo geográfico: Los polos se
están desviando hacia el Ecuador. A ello se deben los cambios en los climas, las alteraciones en la
primavera, las alteraciones en el verano, etc., y pronto los ejes de la Tierra se habrán
revolucionado.

Añádese, a ese acontecimiento insólito, la venida de "Hercóbulus": un gigantesco monstruo que


viene a devorarse la Tierra. Está ya a la vista de todos los telescopios del mundo, forma parte de
un sistema solar muy lejano, que se llama "Sistema Solar de Tylo".

Hercóbulus es seis veces más grande que Júpiter y pasa por un ángulo del Sistema Solar. Cuando
esto sea, se precipitará la revolución de los ejes de la Tierra y el fuego de los volcanes, atraído por
la fuerza de gravedad de Hercóbulus, incendiará al mundo y el agua completará la tragedia: los
mares cambiarán sus lechos, y estas tierras sobre las cuales nosotros estamos viviendo, quedarán
en el fondo de los mares.
El viaje está concluyendo; solamente faltan unos pocos años, verdaderamente, para que el viaje
llegue a su final. Y es bueno que ustedes entiendan eso: que el viaje está concluyendo y que una
Raza no dura más que lo que dura un año sideral.

Ahora bien, así como la Tierra tiene sus cuatro estaciones -primavera, verano, otoño e invierno-,
así también el año sideral tiene cuatro estaciones: primavera, la Edad de Oro; verano, la Edad de
Plata; otoño, la Edad de Cobre; invierno, la Edad de Hierro. En estos instantes, estamos en la Edad
de Hierro, en el invierno. La humanidad ha llegado al colmo de la perversidad y las creaciones
humanas son pocas, han sido pocos los éxitos en el tubo de ensayos de la Naturaleza. La gente ha
perdido todo interés por la Inteligencia Solar y cuando la gente pierde todo interés por la
Inteligencia Solar, el Sol también pierde interés por la gente y se da el lujo de crear una nueva
Raza, para el experimento en el laboratorio de la Naturaleza.

El Sol quiere crear hombres, pero no es posible hacer esa creación si nosotros no cooperamos con
el Sol. Dentro de nosotros están los gérmenes de los Cuerpos Astral, Mental y Causal, que si se
desarrollan, nos convertimos en hombres. Pero es necesario que se desarrollen; no pueden
desarrollarse si nosotros no cooperamos con el Sol. Necesitamos cooperar con el Sol, mis
estimables hermanos, si es que queremos el desarrollo de los Cuerpos Existenciales Superiores del
Ser.

Es necesario entender la necesidad de cooperar; pero voy a concretar, en forma práctica lo que
estoy diciendo. ¿Qué son los "yoes"? Entidades psicológicas que viven en el fondo de nosotros
mismos. Los hay buenos, los hay malos; los hay útiles, los hay inútiles, pero son subjetivos e
inhumanos, nuestra Conciencia está embotellada entre esos "yoes". Necesitamos pulverizarlos,
reducirlos a cenizas, y eso es posible si nosotros nos encontramos siempre en estado de alerta
percepción, alerta novedad. Es en el terreno de la vida práctica donde debemos auto-
descubrirnos, porque en relación con aquellos que nos rodean, los defectos que llevamos
escondidos afloran, y si estamos alertas, los vemos. Defecto descubierto, es un "yo" descubierto,
un "yo" que tiene mente para pensar, que tiene voluntad, que tiene deseos, es una entidad
viviente que vive en nosotros, diabólica. Si nosotros nos proponemos destruirla, la destruimos. Lo
primero que interesa es descubrir, para luego desintegrar.

Observación, es indispensable: observar nuestros propios defectos psicológicos, y después


enjuiciarlos y por último desintegrarlos. A los espías, en la guerra, primero se les observa, segundo
se les enjuicia y tercero se les fusila; eso tenemos que hacer con los "yoes". Si un pensamiento de
ira nos asalta, es un "yo" que debemos primero observar, luego enjuiciar y tercero desintegrar. Y
no es posible desintegrar, ningún defecto psicológico, con la mente. La mente, por si sola, puede
rotular a cualquier defecto con cualquier nombre que quiera, pasarlo de un nivel a otro,
esconderlo de sí misma y de los demás, pero no acabarlo, no aniquilarlo. Se necesita de un poder
que sea superior a la mente. Afortunadamente, ese poder existe. Quiero referirme en forma
enfática, al poder del Kundalini. Mediante la Divina Madre Kundalini, podemos nosotros pulverizar
cualquier defecto. Kundalini es Tonantzin, Kundalini es Isis, Kundalini es Ram-Io; Kundalini es,
también, Diana Cazadora, y es también Adonía, y es Insoberta, y es Rea, y es Cibeles, y es María:
una parte de nuestro propio Ser, pero derivado. Si rogamos a Ella, a esa parte de nuestro propio
Ser, y le suplicamos de corazón que desintegre el "yo" que nosotros hayamos entendido, que
hayamos comprendido, Ella así lo hará, lo pulverizará, lo desintegrará. Y al fin, con ese
procedimiento, podremos ir desintegrando, acabando con todos los "yoes" que tenemos en
nuestro interior, y un día la Esencia estará libre.

Así pues, eliminar esa creación equivocada, es necesario para hacer dentro de nosotros una
creación nueva: crear los Cuerpos de Oro para el Cristo Intimo. Levantar el Templo del Señor
dentro de nosotros mismos -es un Templo de Oro Puro-, y ese Templo estará formado por los
Cuerpos Existenciales Superiores del Ser, y esos Cuerpos se formarán transmutando la energía
creadora.

Todo eso se lo enseñaremos en nuestras obras, todo el esoterismo. Les enseñaremos como
transmutar esa poderosa energía, para poder crear los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser.

En mis libros, he escrito lo que es esa Ciencia. Existe "El Matrimonio Perfecto", existe "El Misterio
del Aureo Florecer", existe "La Doctrina Secreta de Anawak". En esos libros se encuentra la clave
para transmutar la energía creadora y crear mediante ella los Cuerpos Existenciales Superiores del
Ser y convertirse en Hombres.

Así pues, eliminar lo inhumano, es necesario, y crear dentro de nosotros lo humano, es


inaplazable, impostergable. Sacrificio por la humanidad, es el tercer factor. Claro, si amamos de
verdad a los seres humanos, levantaremos la antorcha bien en alto, para mostrar el camino a
otros.

Hoy en día, así como estamos, no somos sino sencillamente humanoides, desgraciadamente. Ha
llegado la hora de crear al Hombre, de que surja el Hombre, de que aparezca el Hombre. Las
gentes se siguen creyendo Hombres, pero el Hombre es el rey de la creación. ¿Cuál puede
gobernarse a sí mismo? Y si no somos capaces de gobernarnos a sí mismos, ¿cómo podríamos
gobernar el Universo? Y si el Hombre es el rey del Universo, ¿entonces no resultaría acaso
contradictorio decir que todos los que poblamos la Tierra somos Hombres? Si eso fuera cierto,
seríamos todos reyes de la creación, amos del Universo, y hasta ahora no somos ni siquiera amos
de sí mismos: somos víctimas de las circunstancias, víctimas de nuestros propios errores.

Hay necesidad de destruir esa creación equivocada que llevamos en nuestro interior y hacer una
creación nueva. Bello es poseer un Cuerpo Astral, para explorar todos los rincones del Universo;
bello es poseer una mente que pueda funcionar con los datos exclusivos de la Conciencia; bello es
poseer un Cuerpo de la Voluntad, una Voluntad Individual que le permita, a uno, gobernar todas
las circunstancias, hacerse amo, pero amo de verdad, amo del Universo.

Hasta aquí mi plática de esta noche. Pero estoy dispuesto naturalmente, a responder preguntas.
Todos, cada cual puede preguntar en relación con el tema, lo que bien quiera.

P.- Quiero preguntarle Maestro lo siguiente: ¿un hombre de setenta u ochenta años puede crear
sus Cuerpos Solares?

R.- Bueno, ya a esas horas de la vida, la cosa está grave; pero sí puede darse el lujo de luchar
mucho por la desintegración del Ego, del "yo", del "mí mismo". Y si empieza a trabajar sobre sí
mismo, desintegrando todos los errores que lleva en su interior, en una nueva existencia
continuará su trabajo, podrá darse el lujo de crear los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser.
Pero ante todo es necesario que ande en este conocimiento. No basta estudiar la Gnosis, es
necesario que la Gnosis llegue a la Conciencia, al Ser; porque si la Gnosis se queda en la
personalidad nada más, si se queda únicamente en lo exterior, en el intelecto, y no pasa a la
Conciencia, entonces en la nueva existencia no se logrará ningún recuerdo de sus anhelos, de sus
deseos de Auto-Realización. Pero si uno ama la Gnosis, esa Gnosis entra en la Conciencia, y en una
nueva existencia pues trabajará de verdad por su Auto-Realización. ¿Algún otro hermano quiere
preguntar?

P.- En este camino de la Gnosis, ¿es necesario llegar a derramar hasta la propia sangre?
R.- Pues claro: nosotros no debemos dudar en derramar nuestra sangre, en el nombre de nuestro
Señor el Cristo, porque hay necesidad de destruir los "yoes". Se refiere a matar los "yoes", a
quebrantarlos, a reducirlos a cenizas. No olvide usted que dentro de cada persona, hay muchas
personas, que cada "yo" es una persona, que cada "yo" tiene mente para pensar, voluntad para
hacer; que son muchas las personas que entran y salen dentro de nuestro cuerpo, y que nos
manejan a nosotros, sencillamente como simples marionetas, nada más. Somos robots,
controlados por esas tantas personas que viven en nuestro interior. ¡Hay que destruirlas! ¿Algún
otro quiere preguntar? A ver, hermana.

P.- Hay un hermano que entró en la Gnosis y ya se quiere salir. ¿Por qué este hermano que tiene
tan poco tiempo, ya se quiere salir de las enseñanzas?

R.- Porque está degenerado. Empezando porque ya ni usa todo su cerebro para pensar. Observen
ustedes que, si en medio de una gran "pachanga", ponemos una sinfonía de Beethoven, no
quedaría nadie de los invitados, ¿verdad? Ya a nadie le gusta la música de los grandes Maestros.
Para que la humanidad llegara a apreciar esa música, habría que empezar por regenerar el
cerebro.

La Raza está degenerada. En tiempos de la Lemuria se podía vivir de 12 a 15 siglos, porque el ser
humano estaba gobernado por otra Ley, por otro principio, que era el principio que gobierna la
vida de los hombres: el Principio Fulasnitaniano. Pero cuando la humanidad se degeneró, porque
se desarrolló el Ego, se desarrollaron las pasiones, se desarrollaron los vicios, entonces ya el
animal intelectual quedó gobernado por la Ley que gobierna a los animales, que es el Principio
Itoklanos. Total que hoy ya no estamos gobernados por el Principio Fulasnitaniano, que es el de los
Hombres; hoy estamos gobernados por el mismo Principio que gobierna a los caballos y a los
burros, que es el Principio Itoklanos.

Uno se muere muy pronto, ya la vida casi no dura. En la Atlántida por ejemplo, se vivía no tanto
como 12 o 15 siglos, pero sí por lo menos la mitad. En Egipto, ya la humanidad se había
degenerado tanto, que no alcanzaba a vivir sino 140 años. En la Edad Media se podía pasar de los
100 años, 110, 120. Ahora, por estos tiempos, la gente se está muriendo entre los 50 y 65 años. De
manera que la gente ya casi no vive, ya casi no hay tiempo para fabricar los Cuerpos Existenciales
Superiores del ser; se mueren sin haber fabricado esos Cuerpos y se continúa en el Mundo Astral,
convertido uno en un montón de diablos, sin individualidad, sin nada. No tenemos una verdadera
realidad: necesitamos crear esos Cuerpos y acabar con nuestros defectos para hacernos Hombres,
pero Hombres de verdad. Y esto que estoy diciendo, puede ser comprobado. Si ustedes aprenden
a salir del cuerpo físico a voluntad, podrán ver en el Astral a los desencarnados. Es muy fácil salir
del cuerpo físico: no hay sino que acostarse con la cabeza hacia el Norte, relajar bien el cuerpo,
pronunciar el mantram Faraón, así: FAA-RRAA-ON, muchas veces, pero con la mente y
adormecerse uno, adormecerse, y cuando ya esté entre dormido y despierto, suavemente
levantarse de su cama, pero sintiéndose siempre identificado con el Ser, y si lo hace así el cuerpo
quedará en la cama. Y fuera del cuerpo, si se le ocurre llamar a algún ser querido, de los
desencarnados, a algún ser amado que murió hace algún tiempo, puede hacerlo y verán ustedes
que ese ser viene en distintas figuras, en distintas formas. ¿Por qué? Porque entro de esa persona
habían muchas personas, y esas muchas personas son las que continúan en el "más allá".

Así pues, eso es muy fácil comprobarlo por sí mismos, si aprenden a salir del cuerpo físico a
voluntad.

P.- Maestro: ¿es posible que alguien pueda hoy vivir más de 100 años?

R.- Hoy en día asombra que alguien llegue a los 100 años, pero realmente es casi nada lo que ha
vivido. Pensemos en la Lemuria, donde se vivía de 12 a 15 siglos. De manera que la Raza humana
está degenerada, debido a que la Esencia quedó metida entre el Ego, se desarrolló el Ego, y el Ego
acaba con la fuerza vital, destruye la fuerza vital, y entonces el organismo se envejece rápido y
muere. Nuestras enfermedades son producidas por el Ego.

P.- ¿Cómo se puede lograr la regeneración del cerebro?

R.- Pues la regeneración se logra transmutando la energía creadora. Los casados la transmutarán
en la Novena Esfera, siguiendo por la senda del Matrimonio Perfecto. Los solteros la podrán
transmutar mediante el Pranayama, o la podrán transmutar mediante el Vajroli Mudra; hay
distintas formas de transmutación para solteros. Pero en todo caso, hay que transmutar la energía
creadora, no malgastarla, no despilfarrarla.

Ahora, la creación de los Cuerpos Existenciales solamente es posible únicamente mediante el


Sahaja Maithuna, es decir, siguiendo la senda del Matrimonio Perfecto. Porque el hombre
representa la fuerza positiva, la mujer la fuerza negativa y el Espíritu Santo es la fuerza neutra que
los concilia a ambos. Mediante esas tres fuerzas, se puede crear, no solamente una nueva criatura
humana, sino que también se puede crear un nuevo cuerpo; eso es obvio. Las tres fuerzas hacen la
creación: la fuerza positiva y la fuerza negativa y la fuerza neutra, pueden crear. Pero si van
dirigidas hacia lugares distintos, no se daría ninguna creación. Para que surja una creación, se
necesita que las tres fuerzas incidan, se encuentren en un mismo punto, y entonces hay una
creación. Uno solo puede transmutar toda su energía creadora, pero en esa forma no puede crear
tampoco un nuevo cuerpo; mas si puede utilizar esa energía para regenerar su cerebro
totalmente. Si se sigue la senda del Matrimonio Perfecto, no solamente se va a regenerar el
cerebro, sino que también se van a crear los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser, porque va a
trabajar con las tres fuerzas. ¿Hay alguna otra pregunta?

P.- ¿Qué nos puede decir de la música moderna?

R.- Pues la música actual es una música más bien infrahumana. Esa música está relacionada, pues,
con las emociones inferiores y con las pasiones animales. Pero la música sublime de los Maestros,
puede ayudarnos también a sublimar la energía creadora. De manera que esa música actual nos
perjudica gravemente. Ya no saben nada, los músicos de este tiempo sobre la Ley del eterno
Heptaparaparshinock, la Ley del Siete. En los tiempos antiguos se construyó un aparato que se
llamaba "Alantafan", que daba las 49 notas del Universo -el siete multiplicado por sí mismo- y
como resultado de eso, surgía el sonido Nirioonissiano del Universo, la nota síntesis de la Tierra.
Dos sabios antiguos, hermanos gemelos, iban al desierto de Gobi, a escuchar siempre la nota clave
del Universo. Quien aprenda a manejar esa nota clave, puede salir del Cuerpo Físico a voluntad;
quien aprenda a manejar esa nota clave, puede hacer maravillas y prodigios.

La música actual nada tiene que ver con la nota clave, ni con la Ley sagrada del
Heptaparaparshinock. Es una música que sólo sirve para desatar las pasiones animales; es la
música propia de una Raza que está degenerada. ¿Alguna otra pregunta?

P.- ¿No se puede alargar el tiempo de vida, mejorando la comida, por ejemplo?

R.- Pues se han hecho muchos ensayos, y sin embargo vean: Eisenhower murió rodeado de
médicos con dietas maravillosas. Stalin murió rodeado de camarillas de científicos, ¿y qué? Yo he
conocido vegetarianos extraordinarios, que han ido muriendo poco a poco por debilidad. La mejor
manera de poder uno alargar la vida, es despertando Conciencia. Si uno despierta su Conciencia,
puede negociar con los señores del Karma y vivir bastantes años, los necesarios como para poder
darse el lujo de fabricar los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser. Ahora, quien llega a auto-
realizarse de verdad, obviamente puede por este motivo recibir el Elixir de Larga Vida, que le
permita vivir sobre la faz de la Tierra millones de años. El Conde Cagliostro actuó durante los siglos
XVII, XVIII y XIX en Europa y todavía en 1.939 volvió a Europa y volverá en 1.999; está vivo.
Cagliostro, que dicen algunos que murió en una cárcel, y otros que murió por allí, en duelo con
otro espadachín, se equivocan: está vivo. Todo el que llegue de verdad a auto-realizarse, puede
vivir millones de años. Sólo auto-realizándose, se puede alargar la vida. ¿Hay alguna otra
pregunta? Hable, hermano.

P.- Cuando usted dice: "salir en Cuerpo Astral", ¿se debe entender que uno posee un Cuerpo
Astral Lunar y que con ese vehículo puede viajar por las regiones supra-sensibles?

R.- Sólo el hombre tiene Cuerpos; el animal intelectual no tiene Cuerpos. Eso de que tiene Cuerpo
Astral Lunar no es así. El animal intelectual lo único que tiene por cuerpo son demonios; es un
montón de diablos, pero no tiene más. Cuando uno dice "salir en Cuerpo Astral", habla en forma
convencional. Son los "yoes", que se penetran y compenetran entre sí. La Esencia va allí
embotellada y puede escapar y salir y viajar, y conocer el Mundo Astral hasta cierto punto; no
mucho, pero hasta cierto punto. Lo que en uno de mis libros dije sobre "Cuerpos Lunares", me
refería, era a los "yoes" y a los principales demonios que todo el mundo lleva dentro, que son: el
demonio del deseo, el demonio de la mente y el demonio de la mala voluntad, que hacen las veces
de Astral, Mental y Causal, pero que no son sino demonios. De manera que, prácticamente, el
animal intelectual no tiene ninguna clase de Cuerpos: ni solares, ni lunares, ni nada; es un montón
de diablos que hay que volver polvo, para que la Conciencia quede libre y pueda ver, oír, tocar o
palpar las grandes realidades del Universo. ¿Hay alguna otra pregunta?

P.- ¿Qué tiempo exactamente dura o permanece el Alma en el Cuerpo de una persona, después
que fallece?

R.- Bueno, se nos ha dicho que el Fuego sostiene toda la creación, pero que cuando el Fuego se
retira, la creación se acaba. El Fuego en nosotros, es la Esencia, es el Alma, es la Conciencia, que
está metida entre el Ego. Cuando esa Esencia se retira el cuerpo fallece, pero cuando se retira
definitivamente. Porque puede retirarse a viajar, como lo hace durante el sueño, pero cuando
definitivamente se retira, el cuerpo fallece, no fallece antes. Y para que fallezca el cuerpo, los
Angeles de la Muerte tienen que cortar el Cordón Plateado. Cuando lo cortan con la hoz, el cuerpo
fallece. De manera que, muerto el cuerpo, el Alma tampoco está allí, entre el cuerpo, está afuera.
Precisamente, muere el cuerpo porque el Alma se va, el Alma es la Esencia, o la Conciencia. ¿Hay
alguna otra pregunta?
P.- Maestro, el señor Lobsang Rampa habla del Cordón de Plata y habla del Cordón de Oro. ¿Qué
dice usted sobre eso?

R.- Cuestión de términos, porque realmente, hablar de Cordón de Oro, eso solamente los Dioses.
Porque los Cuerpos Astral, Mental y Causal en los Dioses, son Cuerpos de Oro, de oro purísimo, de
oro de la mejor calidad; de oro tal, que ni las minas más ricas de la Tierra lo pueden producir. Los
Cuerpos de esa clase tienen un Cordón de Oro, pero, ¿tener Cordón de Oro? ¡Eso es para los
Dioses! Las gentes comunes y corrientes tienen un Cordón Lunar, el Cordón de Plata; eso es todo.
¿Alguna otra pregunta? Pregunten todos, no quiero que nadie quede con dudas; quiero que se
saquen aquí todas las dudas, de una vez y para siempre. A ver, hermana.

Discípulo: A mí me preocupa cómo llegar a la gente, cuando la gente no quiere escuchar.

Maestro: Pues "a la brava" no puede llevar uno a nadie, ni al cielo. Dicen que "ni los zapatos a la
fuerza entran". El que no quiere escuchar, pues no quiere escuchar; no podemos forzarle a que
escuche. Nosotros, cuando mucho, podemos darle la enseñanza, pero si él no la quiere recibir,
pues "a la fuerza ni los zapatos entran". Uno cumple con dar las enseñanzas; si no la aceptaron, "ni
modo". "¡Hasta luego, y ahí nos vemos!"

P.- Maestro: ¿podría hablarnos un poco más sobre ese el instrumento que daba las 49 notas del
Universo?

R.- El Alantafan es un instrumento que inventaron dos hermanos Iniciados gemelos, en la antigua
China. Ellos descubrieron que el Universo tenía 49 notas y elaboraron un instrumento precioso.
Ahí entraban en actividad muchos elementos. Actualmente, todos los aparatos de música no son
sino degeneraciones o involuciones del Alantafan. Ellos hicieron experimentos como el siguiente:
haciendo vibrar ese instrumento que daba 49 notas, pues actuaron sobre muchas cosas;
empezaron por actuar sobre una octava, por ejemplo, desde el Do hasta el Si. Hacían pasar, por
ejemplo, un rayo coloreado del prisma solar a través de las notas musicales, y cambiaba de color.
Ellos aprendieron a sacarle la diapositiva al prisma solar. Las gentes actuales lo único que conocen
es el prisma, pero lo conocen en su aspecto negativo. Aquellos sabios supieron sacarle la positiva
al prisma solar y utilizaron los siete colores fundamentales para hacer muchos experimentos. Entre
ellos, por ejemplo, se hizo pasar un color determinado del prisma -en su forma positiva-, sobre un
pedazo de bambú, y el pedazo de bambú se tiñó de inmediato con algún color. Se hizo pasar,
dijéramos, el color azul -en su forma positiva-, sobre el opio, y el opio cambió inmediatamente sus
características químicas. Se combinaron las notas de la escala musical con los colores del prisma,
en su forma positiva, y esos colores cambiaron, de acuerdo con la escala musical. Así pues, los
colores y también la Ley sagrada del Heptaparaparshinock, se combinan. Los sonidos y colores
están combinados.

La gente actual no conoce el prisma en su aspecto positivo; lo conoce únicamente en su aspecto


negativo. Si conocieran el prisma en su aspecto positivo, harían maravillas con los siete colores del
prisma solar. Y si aprendieran a manejar las 49 notas, se harían amos del Universo. Esas 49 notas
las daba el Alantafan, y esas 49 notas y la síntesis de esas 49 notas, es el sonido Nirioonissiano. Ese
sonido Nirioonissiano es la nota síntesis de la Tierra, vibra aquí en el cerebelo de cada uno de
ustedes. Si ustedes se acuestan en la noche, silenciosamente; si ustedes suspenden sus
pensamientos, si la mente de ustedes queda quieta y en silencio, y se proponen escuchar qué
ocurre dentro de su cerebelo, sentirán un sonido muy sutil, que es el sonido ese del "chapulín", del
grillo; ese sonidito es el sonido Nirioonissiano. Si ustedes aprenden a escucharlo, también podrán
aprender a levantarle el volumen a voluntad, y cuando aprendan a levantarle el volumen,
entonces las puertas de las percepciones estarán abiertas. Si ustedes logran levantarle el volumen
a ese sonido, y luego, cuando esté resonando, se levantan de su cama, podrán hacerlo con una
facilidad extraordinaria, y podrán viajar, así, fuera del cuerpo hacia los lugares más remotos de la
Tierra, la Esencia de ustedes podrá hacer su viaje. Los que tengan Cuerpo Astral, podrán viajar con
su Cuerpo Astral; los que todavía no lo hayan fabricado, viajarán con la Esencia; la Esencia les
permitirá ponerse en contacto con todos los rincones del Universo. Pero hay que manejar esa nota
clave; sólo hay un instrumento que da esas 49 notas. El piano, el violín, el arpa, no son sino
degeneraciones de ese gran instrumento que aquellos dos hermanos, Iniciados de la Antigua
China, lograron crear.

Yo conocí esos Misterios, mis queridos hermanos: los Misterios de la Orden del Dragón Amarillo.
Yo tuve una existencia en China -o varias existencias-, pero en una de esas tantas, en que me llamé
Chou Lí, y en la que pertenecí a la dinastía Chou, conocí los Misterios de la música y del color, y
conocí las Siete Joyas del Dragón Amarillo. He recibido orden del Logos para enseñar, a los que
vayan surgiendo, a los comprensivos, esa doctrina antigua mediante la cual uno podía
desembotellar la Esencia a voluntad para experimentar la Verdad. ¿Hay alguna otra pregunta?

P.- Maestro: ¿el Alma evoluciona igual con cuerpo de hombre que con cuerpo de mujer?

R.- Pues voy a decirte una gran verdad: eso de "evolución", está fuera de orden. Voy a decirte
porqué. Porque en los tiempos antiguos, la gente no estaba embotellada en el dogma de la
evolución. En los tiempos antiguos, la gente sabía que existía la Ley del Péndulo; sabían que un
extremo del péndulo levantó a Egipto y que el otro extremo del péndulo levantó a los judíos.
Cuando volvió el péndulo a cambiar, surgió la civilización griega; cuando volvió a cambiar otra vez,
y pasó al otro extremo, levantó a la civilización árabe; cuando volvió al otro extremo, se levantó la
civilización de los Godos, etc. De manera que la vida se procesa de acuerdo con la Ley del Péndulo.
Todo se mueve de acuerdo con esa Ley, hasta nuestros sentimientos, el corazón. La gente, por
ejemplo que está triunfante, victoriosa; que cree que va a conseguir mucho dinero y que
progresará rápidamente, se encuentra con que, de la noche a la mañana, está en la miseria, en la
ruina. ¿Cuándo? Cuando el péndulo cambie de lugar, cuando pase de un extremo a otro.

Los incrédulos materialistas, enemigos del Eterno, que tanta bulla hicieron allá en Rusia, ahora
están cambiando, porque el péndulo está cambiando de posición, está yendo al otro extremo, y
está comenzando en Rusia a surgir la espiritualidad. La mayor producción actualmente por
estadísticas en materias de Parapsicología, está viniendo de la Unión Soviética; de manera que
está entrando en la psiquis. Acaban los soviéticos en este momento, de descubrir el Cuerpo Vital
-con lentes y aparatos eléctricos especiales-, y lo están estudiando. Ya lo bautizaron con el nombre
de "Cuerpo Bioplástico". Esos no dan su brazo a torcer, no lo llaman Lingam Sarira ni Cuerpo Vital;
ellos le pusieron el nombre de Cuerpo Bioplástico.

Así pues, la Rusia de mañana puede ser terriblemente fanática, religiosa. Y viceversa: pueblos hoy
en día demasiado espirituales, mañana serán materialistas. Todo está moviéndose de acuerdo con
la Ley del Péndulo; la evolución, pues, no tiene razón de ser. Sin embargo, no negamos su
existencia. Hay evolución en el germen que se desarrolla y crece, en el árbol que va ascendiendo y
que por último echa ramas y frutos. Y hay involución en el árbol cuyas hojas se van cayendo y
cuyos leños se van secando, hasta que al fin se convierte, pues, en un cadáver. Hay evolución en la
criatura que se está gestando entre el vientre materno, en el joven que se está desarrollando, pero
hay involución en el anciano decrépito y que al fin muere. Esas son dos leyes puramente físicas,
mecánicas; lo interesante para nosotros, es salirnos de esas dos leyes y meternos por el camino de
la Revolución de la Conciencia.

En el Arcano 10, está escrito todo. Por el lado derecho de la rueda del Arcano 10 del Tarot, vemos
a Anubis evolucionando, subiendo, prendido a la rueda, y por el lado izquierdo desciende Tiphon,
involucionando. Pero más allá, por encima de la rueda, aparece la Esfinge, que representa los
Misterios Sagrados. Ese es el camino, el camino de la Revolución de la Conciencia. La cabeza de la
Esfinge está coronada con una corona de nueve puntas de acero, que representa a la Novena
Esfera. Quiere decir que en los Misterios del Sexo, está la regeneración del ser humano, está su
redención, está su revolución.
El sendero de la Esfinge no tiene que ver nada, ni con la subida ni con la bajada de la rueda; se
aparta de la rueda, va lejos de la rueda: es el "camino angosto, estrecho y difícil" que nos enseñó
el Cristo. Por eso dijo el gran Maestro: "Estrecha es la puerta y angosto es el camino que conduce
a la luz, y muy pocos son los que lo hallan". Así pues, los gnósticos no marchamos por el camino de
la evolución, ni queremos nada con la involución. Nosotros nos metemos por el camino de la
revolución en marcha, de la rebeldía psicológica; por el camino de la Revolución de la Conciencia,
por el camino angosto, estrecho y difícil que nos mostró el Divino Rabí de Galilea: nuestro Señor el
Cristo.

Así pues, no es mediante la evolución que el Alma, que la Conciencia puede llegar a un auto-
desarrollo íntimo. ¿Que necesita un cuerpo? Sí, lo necesita, para poder trabajar, para poder auto-
conocerse, para eso estamos aquí.

Fuera del cuerpo, el Alma recibe información y esa información es necesaria para proseguir el
camino con pleno éxito. Por eso, aprender a salir del cuerpo físico es indispensable. En mi libro
titulado "La Doctrina Secreta de Anawak", he escrito al final una serie de capítulos sobre "La Yoga
del Sueño", con una didáctica detenida, minuciosa, que permitirá a cada uno de ustedes llegar a
funcionar, conscientemente, en el Mundo Astral. Pero parece que los hermanitos no han
estudiado esos capítulos finales de "La Doctrina Secreta de Anawak". Allí está toda la técnica a
seguir: una técnica nueva, una técnica que ustedes no conocen y que les servirá, hasta en los
momentos más difíciles, como sistema para llegar al despertar. Pero hay que seguir esa técnica,
que está en los últimos seis capítulos de "La Doctrina Secreta de Anawak". Fuera del cuerpo, se
puede recibir la información que se necesita, pero aquí, en carne y hueso, hay que trabajar muy
duro para auto-descubrirse.

Si algunos hermanos quieren preguntar, pueden hacerlo con entera libertad. No quiero que lleven
ustedes dudas por allá; es mejor que de una vez "desembuchen" aquí todo lo que tengan.

P.- Maestro: ¿para poder protegerse uno?

R.- ¿Protegerse de qué?

P.- De las fuerzas negativas, de los "yoes" de los demás, que nos perturban.
R.- Pues voy a decirte que cada uno de nosotros carga en su interior, un verdadero enjambre de
demonios. ¿Para qué preocuparnos tanto por los ajenos, cuando por dentro tenemos toda una
madriguera de demonios? ¡No vale la pena! Lo mejor es que trabajemos sobre nosotros mismos.

P.- Maestro: en materia de alimentación, ¿cómo ha de comer uno? Yo tengo entendido que
cuando se ingiere la comida, ésta se procesa con las siete notas musicales, Do, Re, Mi, Fa, Sol, La,
Si.

R.- Voy a decirles a ustedes una cosa: es cierto, cuando uno come, las siete notas musicales
resuenan, pero resuenan -naturalmente-, y a todas horas están resonando, de acuerdo con la Ley
del Eterno Heptaparaparshinock. Claro que, cuando uno está mascando los alimentos, está la
parte más dura y resuena el Do, y resuena porque tiene que resonar; mascando, triturando los
alimentos, sale el Do. Al pasar por aquí, por todo esto de la laringe y toda esa cuestión, resuena el
Re. Al descender, al caer pues a la región del estómago, se da el Mi; pero ya cuando se entra en el
proceso del hígado y toda esa cuestión, resuena el Fa de la creación. Después que los principios
vitales entran en el torrente sanguíneo, la nota más elevada es el Si musical, cuando ya se elabora
ese elixir de vida maravilloso, que está en las glándulas sexuales: el Exiohehari, el Esperma
Sagrado, el Azogue en Bruto, como se dice en Alquimia.

Así pues, tú no te preocupes por las siete notas, no pienses en eso; allí resuenan. ¡Tú, come
tranquilo, y ya! A ver, ¿algún otro tiene algo que preguntar?

P.- Hay algo de malo en que las mujeres nos arreglemos, en que nos pongamos bellas, digamos?

R.- Bueno, voy a decirte una gran verdad: lo bueno, lo verdadero, lo bello, deben estar
relacionados. El arreglo personal en la mujer, no tiene nada de malo, no tiene absolutamente nada
de malo. El todo está en la actitud que uno asume. Si una mujer, por ejemplo, en el momento en
que se está arreglando, por dentro está engreída de su consabida belleza, naturalmente, ha caído
en el delito de la vanidad. Pero si solamente se arregla por decoro, se arregla por respeto al
prójimo, se arregla para no andar con un horrible desaliño por la calle, pues nada malo está
haciendo. Todo depende de la actitud psicológica. En todo caso, lo bello, lo verdadero y lo bueno,
deben estar relacionados. El arreglo femenino jamás debe ser condenable.
Uno tiene derecho a arreglarse, a vestirse bien. Porque, ¿qué diríamos de un hombre con los
zapatos sucios, de un hombre con el traje todo roto, sucio? Bueno, ser pobre no es un delito, pero
ser desaseado, sí es muy grave. Uno puede ser pobre, pero no desaseado. La camisa debe estar
limpia, debe tener unos calcetines que no "huelan a feo". De manera que entonces, el arreglo
personal no perjudica a nadie. Más aún: uno debe arreglarse personalmente, no tanto por uno
mismo, sino por respeto al prójimo. Yo podría presentarme aquí con desaliño, de cualquier
manera, pero vengo "medio arregladito". ¿Por qué? Por respeto a ustedes. Si yo viniera aquí en
"mangas de camisa", todo sucio, como el hombre que se acaba de levantar de la cama, ¿qué
diríamos de eso? Que no estaría respetándolos a ustedes, estaría irrespetándolos. De manera que
todos debemos arreglarnos, por respeto a nuestro prójimo. ¿Hay alguna otra pregunta?

P.- Maestro, ¿qué representa la Novena Esfera?

R.- La Novena Esfera representa al sexo. Nueve meses permanecemos dentro del vientre materno.
Nueve edades actúa la humanidad entre el seno de Rea, Cibeles, la Naturaleza. Así pues, la
"Novena Esfera" es el sexo.

P.- El trabajo en la Novena Esfera, ¿es un Ritual que debemos practicar?

R.- El Ritual de la Novena Esfera lo vivimos todos, sí. De allí nacen las criaturas; el hombre nace de
la Novena Esfera. Nace el mundo, ¿de dónde nace? ¿No es de la Novena Esfera? Ahora, en el
Ritual práctico, el trabajo con la energía creadora, es en la Novena esfera. La Tierra tiene nueve
estratos; en el noveno estrato de la Tierra, está el signo del Infinito, que es un 8 colocado
horizontalmente: cerebro, corazón y sexo. La lucha es terrible: cerebro contra sexo, sexo contra
cerebro. Pero si el sexo vence al cerebro, entonces el Iniciado cae, como la estrella de cinco
puntas, con el ángulo superior hacia abajo y los dos rayos inferiores hacia arriba, es el Arcano 16
de la Cábala, "el fracaso".

Así pues, en la Novena Esfera es donde están las fuerzas del sexo. El signo del Ocho, colocado en el
centro de la Tierra, está también en nuestro organismo. Todos estamos organizados de acuerdo
con el cerebro, corazón y sexo; he ahí el ocho, el símbolo del Infinito, la Novena esfera. El trabajo
en la Novena Esfera, es el trabajo en la Forja de los Cíclopes. En la Novena Esfera están ustedes
transmutando su energía creadora, y hay que transmutar esa energía para regenerarnos, para
transformarnos, para crear los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser...
P.- ¿Las leyes que rigen la Cuarta Coordenada son iguales a las de esta tercera dimensión?

R.- Son distintas las leyes porque en la Cuarta Vertical se puede flotar con cuerpo de carne y hueso
y todo, en la Cuarta Vertical las leyes son diferentes.

P.- Maestro, tengo entendido que acá en Chapultepek hay un templo en estado de Jinas. ¿Puede
usted pasar a cualquiera con cuerpo físico a ese templo?

R.- Sí se puede, pero no se puede ir alguien al templo de Chapultepek sin esta debidamente
autorizado; para estar autorizado tiene que merecérselo. Es un templo de la Cuarta Vertical.
Ahora, meterse uno dentro de la Cuarta Vertical no es difícil, con un poquito de práctica se puede,
todo lo que se necesita es un poco de fe. Se acuesta uno en su cama del lado izquierdo, pone la
cabeza sobre la palma de la mano izquierda, invoca luego por ejemplo a Harpócrates, tiene que
invocarlo con su mantram Harpocratis y luego aguardar un poco. Al acostarse de medio lado, debe
acostarse en la forma que tiene el polluelo dentro de un cascarón, dentro de un huevo. En el buró
o mesa de noche junto a la cama, hay que poner precisamente un cascarón de huevo de gallina,
pintado de color azul. Imaginarse uno que está metido dentro de ese huevo, invocar a
Harpócrates; cuando comienza a sentir una rasquiña en el cuerpo, no hay que moverse, hay una
tendencia de uno a rascarse, pero no se debe rascar. Si comienza a verse que se están hinchando
las manos, las piernas, el cuerpo, es porque ya está entrando en la Cuarta Vertical. Cuando ya se
vea así como hinchado, levantarse de la cama, de pie, de verdad, para caminar rumbo a la puerta
diciendo: "Harpócrates ayudadme porque voy con mi cuerpo". Antes de salir de la recámara da
uno un saltito con la intención de perforar la Cuarta Vertical; si flota es porque ya está listo, puede
salir de la casa y dirigirse con cuerpo de carne y hueso por entre la Cuarta Vertical a donde quiera
irse, no hay problema, nada le pasa.

P. ¿Y para regresar?

R. Pues hay una ley en la Cuarta Vertical que dice: "todo regresa a su punto de partida original". En
la Cuarta Vertical se cumple esa ley a cabalidad, regresa uno a su punto de partida original. Yo por
ejemplo hice muchos experimentos en mi presente existencia para aprender a viajar con cuerpo
físico por entre la Cuarta Vertical.
Les voy a contar una anécdota. ¿Saben lo que es salirme de mi cuarto después de estar bien
abrigadito entre las cobijas y salirse uno al patio de la casa, y hasta lloviendo? Además puede uno
recibir una pulmonía y sin poder lograr nada; pero en una de esas tantas salidas, salí y di el salto y
quedé flotando, en la Cuarta Vertical me vi flotando, y ya en la Cuarta Vertical pude dirigirme
perfectamente a donde quería.

Otra vez me puse a llamar a unas personas Jinas para que vinieran a ayudarme, toda la santa
noche acostado de medio lado, llamando a esas personas de los estados de Jinas para que
vinieran. Al fin por allá a las dos o tres de la mañana me sentía en un estado muy especial; alguien
me toca un brazo, vuelvo a mirar, una dama está ahí y me dice: "Bueno, levántese". Como soy un
hombre de fe, me levanté de mi cama, me puse de pie, luego veo que en la sombra, cerca de una
mesita que había allí en la esquina estaban otras damas alrededor de la mesa. Tenían allí el Tarot y
a través del Tarot ellas habían consultado sobre cuál era la que iba a cargar con la responsabilidad
de llevarme a mí hacia Europa. La suerte le cayó a la que me llamó, por eso me llamó, entonces me
dijo: "Bueno, a mí me toca llevarlo". Luego vi con asombro que me tomó como para ayudarme a
sostener, entonces yo caminé, atravesé un patio, agarré un largo pasadizo, abrí la puerta, salí a la
calle; al abrir la puerta, no se abrió la puerta, sino la contraparte. Grande fue mi asombro cuando
salgo y encuentro que muchas otras personas, hombres y mujeres, viven en la Cuarta Vertical con
cuerpo de carne y hueso. Bueno, eché a andar por esas calles, fue para mí una gran alegría, era
uno de mis primeros viajes con cuerpo de carne y hueso en la cuarta dimensión. Tan grande
alegría me dio que resolví levantarme en flote y luego tirarme en picada, como un avión, ¿no?
Tuve que dejar esas payasadas cuando me llamó al orden la dama, me dijo: "Señor, yo tengo una
gran responsabilidad moral con usted, si usted continúa con eso se va a matar, se puede matar,
acuérdese que va cargando con el cuerpo, aunque esté aquí en la Cuarta Dimensión puede
matarse si usted continúa así como va; de manera que me hace el favor de quedarse tranquilo".

Luego seguí viajando con ella. En un apartamento del Mundo Astral aguardaba otro caballero,
también estaba aprendiendo a viajar en la Cuarta. Llegamos, lo saludamos, me lo presentó la
dama aquella y después, ya no solamente me tomó a mí, sino a él también y dijo: "Vamos,
atravesemos el océano". ¡Atravesar yo el océano a estas horas de la noche, atravesar yo el Océano
Atlántico! Por un instante me sentí inseguro, me entró a mí una idea: "¿Qué tal que nos saliéramos
en estos momentos de la Cuarta Vertical y aquí en medio del océano? Si llegáramos a perder el
estado aquél de Jinas, ¿cómo quedaríamos? ¡Ahí no quedaría vivo nadie!".

Bueno, seguimos viajando hasta que llegamos a una playa de Europa, En aquella época estaba la
segunda guerra mundial. Pasamos por algunas tierras de Europa donde se encontraban en la
segunda guerra, entonces el amigo aquél me dijo: "Aquí tenemos que pasar con mucho cuidado
porque vamos metidos entre la Cuarta Dimensión, no llevamos documentos de ninguna especie; si
desgraciadamente llegáramos a perder aquí el estado de Jinas, caeremos aquí en estas tierras y
estamos en la segunda guerra mundial, aquí perdemos la vida, tenemos que ser muy cuidadosos".
Pues realmente teníamos que tener mucho cuidado porque hay puntas de acero, objetos
metálicos y es muy peligroso. Entonces continuamos hasta que la dama aquella entró a otra casa
de Europa donde aguardaba otra persona; entonces nosotros nos quedamos ahí platicando un
poco y me dijo él: "No sé que veo dentro de ti, pero en ti hay un poco de Ciencia, otro poco de
Filosofía y bastante de Magia, eso tienes tú por dentro". Aguardábamos a la dama aquella que
estaba buscando a otra persona que estudiaba la filosofía, aguardamos pacientemente a que la
sacara. Luego salió ella también y continuamos el viaje, fuimos a donde teníamos que ir en partes
de la vieja Europa; llegué donde tenía que llegar. Después de haber estado en lo que tenía que
estar, entonces me regresé a la casa, llegué y me acosté en mi lecho, y todo perfecto, el viaje fue
maravilloso.

Cuando a uno se le hace difícil entrar en los estados de Jinas, hace las prácticas y no logra y quiere
uno lograrlo, voy a decirles, se concentra uno en las Siete Potencias, no me refiero a los Siete
Genios Zodiacales, no, sino a un grupo de Maestros que se llaman las Siete Potencias, con el
mántram: "Mueresiranca, Mueresiranca, Mueresiranca", así hay que cantarlo, "que vengan las
Siete Potencias", y uno les ruega con su corazón sereno y les suplica que le preparen el cuerpo;
entonces las Siete Potencias se lo preparan. Ese trabajo hay que hacerlo todas las noches y
seguirlo por lo menos durante un año. Ya después que uno considera que su cuerpo está
preparado, entonces uno comienza a trabajar otra vez por los estados de Jinas, hasta que lo
consigue.

El trabajo con Harpócrates me parece maravilloso, porque resulta que Harpócrates maneja una
variante de las fuerzas crísticas, maneja los estados de Jinas. Donde quiera haya un templo de
Jinas, ahí está la fuerza harpocratiana; donde quiera haya una persona que se meta en los estados
de Jinas, está la fuerza Harpocratiana, pero hay que saber pronunciar el mantram, el nombre de
Harpócrates es Harpócrates, pero el mántram es HAR-PO-CRA-TIS, y entonces uno se concentra.

Es conveniente bañarse con hierbas aromáticas cuando se hace el trabajo con las Siete Potencias,
eso ayuda mucho; entre esas está la yerbabuena de menta, el naranjo, la manzanilla, etc., plantas
aromáticas; uno escoge plantas que tengan aroma y ayuda a preparar el cuerpo.

P. Yo leí en un libro que durante la segunda guerra mundial hicieron experimentos con aparatos de
ondas para tratar de hacer una especie de arma con la cual desintegrar la materia física de los
humanos.
R. Ese desatino no es posible, con ninguna onda física puede nadie desintegrar la materia física.
Cada cuerpo físico tiene un doble, yo calificaría ese doble como antimateria, porque así como
existe la materia, existe la antimateria, porque así como existe el átomo, existe el antiátomo; así
como existen electrones, existen antielectrones. El doble de uno sería la antimateria con cargas
eléctricas a la inversa; la antimateria, está demostrado que existe y tiene cargas eléctricas a la
inversa.

P. Maestro, ¿qué nos puede decir acerca de Lobsang Rampa?

R. Lobsang Rampa es un Iniciado, un Maestro; su misión ha consistido específicamente en hacer


labor popular, tocar la primera clarinada. Incitar a la gente para que venga cada cual a buscar su
camino, esa ha sido la labor del Maestro Lobsang Rampa, y muchos han venido a la Gnosis gracias
a la labor de ese Maestro.

Anhelo de verdad para cada uno de ustedes la inocencia, quisiera ver la Esencia de cada uno de
ustedes desembotellada, libre, quisiera verlos en el Edén, quisiera verlos entre las maravillas del
Cosmos. Cuando la Esencia se desembotella, cuán felices somos. Observemos los elementales de
la Naturaleza, ¡qué dichosos! Ellos viven en los reinos paradisíacos. Observemos a los príncipes del
fuego, del aire, de las aguas y de la tierra, ellos abren sus puertas maravillosas ante nosotros
cuando reconquistamos la inocencia. Se hace necesario que la mente sea pura, que el corazón sea
sencillo y que tengamos un cuerpo sano. Se hace impostergable que en nosotros resplandezca de
verdad el Espíritu puro. Cuando retornemos al estado paradisíaco, escucharemos todos esos
milagros del fuego, todas esas sinfonías que resuenan siempre con los ritmos del Mahaván y del
Chotaván que sostienen al Universo firme en su marcha. Cuando nosotros regresemos al estado
paradisíaco por haber reconquistado la inocencia, sabremos lo que es la unidad de la vida libre en
su movimiento y sentiremos de verdad en nuestro corazón las palpitaciones de la estrella más
lejana y de la flor más humilde. Cuando hayamos reconquistado la inocencia tendrá para nosotros
palabras milagrosas, el torrente que se lanza a través de su lecho de rocas y la luna pálida que
brilla en el cielo azul de la noche estrellada. Cuando hayamos reconquistado la inocencia
podremos parlar en el orto purísimo de la divina lengua, que como un río de oro corre bajo la selva
espesa del Sol. Cuando hayamos reconquistado la inocencia volveremos a juguetear como los
niños con las hadas del fuego, de los aires, de las aguas y de la tierra; entonces mis queridos
hermanos, seremos felices.
Hoy por hoy estamos adoloridos, sufrimos lo indecible porque todavía no hemos reconquistado la
inocencia. Nuestra mente está cargada con el polvo de los innumerables siglos, estamos leprosos.
Necesitamos del Cristo Redentor para que nos limpie de esa lepra. Obviamente tal lepra no es más
que el "yo", el Ego, el "mí mismo", el "sí mismo". Necesitamos ser limpios como el patriarca Job lo
fue después de haber sufrido tanto. Cuando reconquistemos la inocencia, mis queridos hermanos,
estaremos en comunión con los Dioses Santos, entonces sabremos que ellos existen de verdad.
Cuando reconquistemos la inocencia podremos conversar con Minerva, la Diosa de la Sabiduría;
cuando reconquistemos la inocencia, nuestro Padre Hermes Trismegisto, el tres veces grande Dios
Ibis de Toht, vendrá a instruirnos. Cuando reconquistemos la inocencia podremos entonces
dialogar íntimamente con nuestra Divina Madre Cósmica y Ella nos arrullará con sus mejores
cantos, Ella entre sus brazos nos acariciará, nos volverá a mecer entre la cuna de la Naturaleza,
con el arrullo con que una madre arrulla al hijo tierno que lleva entre sus brazos.

Cuando hayamos reconquistado la inocencia, mis caros hermanos, podremos ver cara a cara al
León de la Ley y entonces comprenderemos que el fuego nos puede transformar radicalmente.
Cuando hayamos reconquistado la inocencia comprenderemos que esos 24 ancianos del
Apocalipsis de San Juan están dentro de nosotros mismos aquí y ahora, son las 24 partes de
nuestro Ser. Cuando hayamos reconquistado la inocencia veremos que los cuatro
bienaventurados, las cuatro santas criaturas que dirigen el fuego, que gobiernan el aire, el agua y
la tierra, son partes también de nuestro propio Ser. Cuando hayamos reconquistado la inocencia
arrojaremos nuestras coronas a los pies del Cordero, entonces sabremos lo que es ciertamente el
Cristo Interno, lo que es ciertamente el Inmolado, el Redentor. Ha llegado la hora, mis queridos
hermanos, de disolver todo lo que nos afea, acabar con esa polvareda de los siglos que cargamos
en nuestro interior. El Cordero nos lava con su sangre redentora, esa sangre es el fuego. Amemos
al Cordero, rindámosle culto porque El ciertamente es el Salvador. ¿Quién se podría sacrificar por
nosotros? ¿Quién mejor que el Cordero? El, dentro de nosotros mismos, haciéndose cargo de
nuestros procesos mentales, volitivos, sentimentales, emotivos, sexuales; El, dentro de nosotros
mismos, eliminando todo lo que tenemos de horripilantes, al fin nos salva, por eso es nuestro
Salvador. Rindamos culto al Cordero y arrojémonos a sus pies, porque El es digno de toda honra y
gloria y majestad. El nos permitirá volver a la inocencia purísima de los antiguos tiempos. El nos
permitirá volver a experimentar en nuestros corazones las melodías que se escapan de la Lira de
Orfeo. El nos permitirá volver a sentir en nuestra Conciencia el centelleo de los planetas de
nuestro Señor el Cristo; El nos permitirá entonces volver nuevamente regenerados a la antigua
Arcadia, donde los ríos de agua pura de vida manarán leche y miel. Allá arriba en los cielos
estrellados palpitan los soles del espíritu; aquí abajo a la orilla de los ríos cantarines, resplandecen
las flores del Alma. Es necesario que el Espíritu y el Alma en matrimonio perfecto convivan para
nuestro bien. Es necesario que la piedra bruta y el diamante se fusionen integralmente para que
se conviertan en soles espirituales. Es necesario comer de los frutos del árbol de la vida. Es
necesario arrojarnos, mis queridos hermanos, arrojarnos a los pies de nuestro Señor el Cristo
Intimo y adorarle eternamente.
LA NECESIDAD DE APRENDER A VIVIR

Bueno, comenzaremos nuestra plática de esta noche. Ante todo, mis estimables hermanos, se
hace necesario saber vivir; esto es algo que debemos entender.

Cuando platicamos con alguien, éste nos cuenta los diversos sucesos de su vida. Nos habla,
dijéramos, de acontecimientos, de lo que sucedió en determinadas épocas de su historia, como si
la vida fuera, únicamente, una cadena de eventos. No se dan cuenta las gentes, de que además de
las circunstancias de la existencia, existen también los estados de Conciencia. La capacidad para
vivir se basa, precisamente, en la forma como uno acierta a combinar los estados conscientivos
con las circunstancias de la existencia. Puede darse el caso de que una circunstancia que podría
haber sido feliz, no lo fue, debido a que no supimos combinar el estado conscientivo con el evento
en sí mismo.

Cuando examinamos el mundo en que vivimos, podemos verificar el hecho contundente, claro y
definitivo, de que hay personas que deberían ser felices y no lo son. Hemos conocido muchos
casos concretos de sujetos que tienen una buena casa, un hermoso carro, una magnífica esposa,
preciosos hijos y dinero suficiente, y sin embargo no son felices. En cambio, hemos podido
corroborar el caso de individuos pobres, que están menesterosos, posiblemente humildes
trabajadores de pico y pala, que ni gozan de una hermosa mansión, ni tienen más dinero que el
que se necesita para el diario sustento, ni usan precioso automóvil último modelo, y que sin
embargo son felices en sus hogares; con sus hijos pobres pero limpios, aseados, y sus esposas
hacendosas y sinceras. Así, pues, no es el dinero en sí mismo el que puede darnos la felicidad.
Todo depende de la forma en que uno sepa combinar los estados conscientivos con los sucesos o
las circunstancias de la vida práctica.

Si alguien colocado en magníficas condiciones no está a la altura de las circunstancias, si no sabe


combinar, inteligentemente, los estados conscientivos con el medio en el que se desenvuelve y
vive, incuestionablemente será un desdichado; empero otro, que aunque esté en circunstancias
difíciles si sabe combinar los hechos de su vida práctica con los estados de Conciencia, logra
bienestar, prosperidad, felicidad, etc. Así pues, que se hace urgente comprender la necesidad de
aprender a vivir sabiamente.

Si queremos un cambio definitivo de las circunstancias de la vida, se hace necesario que tal cambio
se verifique primero dentro de nosotros mismos. Si internamente no modificamos nada,
externamente la vida continuará con sus dificultades. Ante todo es necesario hacernos dueños de
sí mismos. Mientras uno no sepa gobernarse a sí mismo, tampoco podrá gobernar las
circunstancias difíciles de la existencia.

Cuando contemplamos los diversos acontecimientos de la vida, cuando vemos este orden de
cosas, podemos evidenciar que las gentes son verdaderas máquinas que no saben vivir. Si alguien
les insulta, reaccionan furiosas; si alguien les saluda, sonríen dichosas. Resulta muy fácil en verdad,
para cualquier perverso, jugar con las máquinas humanas; puede hacérseles pasar de la tristeza a
la alegría, y viceversa, con sólo decirles unas cuantas palabras. ¡Qué fácil les resulta!, ¿verdad?
Basta con que alguien nos insulte para estar reaccionando, basta que alguien nos dé unas
palmaditas en el hombro para sonreír contentos. No sabemos gobernarnos a sí mismos, otros nos
gobiernan, y eso de hecho es lamentable, somos incapaces.

Es necesario comprender lo que es la mente, y lo que es el sentimiento y el sentimentalismo. Si


estudiamos al Ser juiciosamente, veremos que la mente no es el Ser. En la Teosofía se habla
mucho del Cuerpo Mental, las diversas escuelas de pensamiento le citan. No queremos con esto
decir que todos los "humanoides" posean ya el vehículo mental. Habrá "Manas", como se dice en
sánscrito, o sea, substancia mental depositada en cada uno de nos, pero eso no es poseer,
realmente, el vehículo de la mente. En todo caso la mente, -sea que el ser humano posea ya tal
vehículo, o que esté comenzando a crearlo, o que aún todavía no lo tenga-, no es más que un
instrumento de manifestación, pero no es el Ser.

El sentimiento tampoco es el Ser. En un pasado me sentí inclinado a creer que el sentimiento, en sí


mismo, correspondía de verdad al Ser. Más tarde, después de severos análisis, me he visto en la
necesidad de rectificar tal concepto; obviamente, el sentimiento deviene del Cuerpo Astral en los
seres humanos. Podría objetárseme diciendo que no todos poseen ese precioso vehículo
Kedsjano, y en eso sí estamos de acuerdo, más sí existe la emoción, la sustancia correspondiente
en cada uno de nos; de hecho, sea que se tenga el Vehículo Sideral o no, deviene, claro está, eso
que se llama "sentimiento". En su aspecto negativo, el sentimentalismo nos convierte, pues, en
entes demasiado negativos, más en sí mismo, el sentimiento no es tampoco el Ser. Puede
pertenecer al centro emocional, pero no es el Ser.

La mente tiene su centro, el centro intelectivo, pero no es el Ser. El centro de la mente, el


intelectivo, está en el cerebro, eso es obvio, pero no es el Ser. El sentimiento, que corresponde al
centro emocional o cerebro emocional, está en la región del Plexo Solar y abarca hasta los centros
nerviosos simpáticos y el corazón, pero no es el Ser. El Ser es el Ser, y la razón de ser del Ser es el
mismo Ser.
¿Por qué hemos de dejarnos llevar por los centros de la máquina? ¿Por qué permitimos que el
centro intelectual o el emocional nos controlen? ¿Por qué hemos de ser esclavos de esta
maquinaria? Debemos aprender a controlar todos los centros de la máquina, debemos
convertirnos en amos, en señores. Hay cinco centros en la máquina, eso es obvio: el intelectual,
que es el primero. El emocional, que es el segundo. El motor, que es el tercero. El instintivo, que es
el cuarto, y el sexual, que es el quinto; más los centros de la máquina no constituyen el Ser.
Pueden estar al servicio del Ser, pero no son el Ser. Así pues, ni la mente ni el sentimiento son el
Ser.

¿Por qué sufren los seres humanos, por qué permiten al pensamiento y al sentimiento que
intervengan en las diversas circunstancias de la vida? Si nos insultan, reaccionamos de inmediato
insultando; si hieren nuestro amor propio sufrimos, y hasta nos encolerizamos. Cuando
contemplamos todo el panorama de la vida, podemos evidenciar, claramente, de que hemos sido,
dijéramos, leños en el océano, debido precisamente a que hemos permitido que en las diversas
circunstancias de nuestra existencia, se entrometan siempre la mente y el sentimiento. No le
hemos dado oportunidad a la Esencia, al Ser, para que se exprese a través de nosotros. Siempre
hemos querido resolver las cosas por nuestra cuenta: reaccionamos ante cualquier palabrita dura,
ante cualquier problema, ante cualquier dificultad. Nos sentimos heridos cuando alguien nos
hiere, o contentos cuando cualquiera nos alaba. Hemos sido víctimas de todo el mundo, todo el
mundo ha jugado con nosotros; hemos sido, dijéramos, leños entre las embravecidas olas del gran
océano, no hemos sido dueños de sí mismos.

¿Por qué nos preocupamos? -Me pregunto y les pregunto a ustedes-. "Por los problemas", me
dirán. La preocupación, mis caros hermanos, es un hábito de muy mal gusto, de nada sirve, nada
resuelve; uno tiene que aprender a vivir de instante en instante, de momento en momento. ¿Por
qué ha de preocuparse uno? Así pues, ante todo no permitir que la mente y los sentimientos se
entrometan en las diversas circunstancias de la vida. La Personalidad humana debe volverse
tranquila, pasiva; esto implica, de hecho, una tremenda actividad de la Conciencia, esto significa
aprender a vivir conscientemente, esto significa poner el basamento para el despertar.

Todos quisieran ver, oír, tocar, palpar las grandes realidades de los mundos superiores; mas
naturalmente, ¿cómo podrían los dormidos convertirse en experimentadores de las grandes
realidades? ¿Cómo podrían, aquellos que tienen la Conciencia en sueños, ser investigadores de la
vida en las regiones supra-sensibles de la Naturaleza y del Cosmos? Si nosotros despertáramos
Conciencia, podríamos comprobar el hecho concreto de que el mundo no es tal como lo estamos
viendo.
Muchas veces he dicho, y os lo vuelvo a repetir, que todas aquéllas maravillas que figuran en el
libro de "Las Mil y Una Noche", todos esos prodigiosos fenómenos mágicos de la antigua
"Arcadia", todos esos milagros de la tierra primigenia, de aquéllos tiempos en que "los ríos de
agua pura de vida manaban leche y miel", no han concluido, siguen sucediéndose de instante en
instante, de momento en momento, aquí y ahora. Podría objetárseme, que si eso es así, ¿por qué
no los vemos? ¿ Por qué no presenciamos lo insólito? ¿Por qué no se nos da la posibilidad de
experimentar esas maravillas? La respuesta es la siguiente: nadie nos ha prohibido la capacidad de
experimentar, nadie nos impide ver y oír lo que acaece a nuestro alrededor. Si tales fenómenos no
son perceptibles en este momento para nuestros sentidos exteriores, se debe a un solo motivo, y
por cierto muy grave: estamos en estado de hipnosis, dormidos, y el sujeto en trance hipnótico, se
hace incapaz para la percepción de tales fenómenos.

Mucho se ha dicho sobre el abominable Organo Kundartiguador, órgano fatal que la humanidad
tuvo en los antiguos tiempos. No se ha perdido del todo; bien sabemos que aún existe un residuo
óseo, en la base inferior de la espina dorsal. Nadie ignora que tal residuo pertenece al abominable
Organo Kundartiguador, y posee entre otras cosas, un poder hipnótico formidable; esa corriente
hipnótica general, colectiva, es fascinante. Si vemos a alguien, por ejemplo, vestido con
extravagancia por las calles, no sentimos asombro; decimos, sencillamente: "¡Qué sujeto tan
excéntrico!" Otro, que vaya con nosotros, dirá: "¡Así es la moda!" El de más allá exclamará: "¡He
ahí un Hippie!", y un anciano que pase por la "banqueta" de enfrente, se limitará a pensar: "¡Cómo
está la gente de la nueva ola!". Pero unos y otros están en estado de hipnosis, y eso es todo.

Sometan ustedes a un sujeto cualquiera, X-X, a un sueño hipnótico profundo. Díganle luego que
está en medio del océano, que se desvista porque se va a ahogar, y lo verán ustedes desvestirse,
díganle que es un gran cantante, y lo verán ustedes cantando, aunque en realidad de verdad sólo
dé alaridos; díganle que se acueste en el suelo, y se acostará, que se pare de cabeza y se parará,
porque está en estado de hipnosis.

Hice hace poco, un viajecito por allá, hasta el "Puerto de Bayarta" (México), allí existe, como en
Acapulco, un barco para los visitantes. No tuve inconveniente alguno para comprar el pasaje que
hubo de llevarme hasta una playa cercana. El trayecto fue ameno, delicioso; navegar en el Pacífico
resulta muy agradable. Había allí cierto caballero de marras que la hizo de hipnotizador. Cuando
resonaron los instrumentos del conjunto, dijo a las gentes que bailaran, y bailaron; que se tomaran
de las manos, y todos se tomaron de las manos; a los novios que se besaran -se besaron-, lo único
que le faltó a aquél hombre, a aquél hipnotizador improvisado, fue decirles que se pararan de
cabeza, pero todo lo que él ordenaba se hacía. Era de reírse uno, y de admirarse al mismo tiempo,
ver todas las maravillas que hacía el hipnotizador: cómo jugaba con los pasajeros, cómo los hacía
reír, cómo los hacía saltar, cómo los hacía dar vueltas, etc., etc., etc. Claro yo, un sujeto que estoy
acostumbrado a estar en estado de alerta-percepción, alerta-novedad, me limité exclusivamente,
a ver a esos tontos en estado de hipnosis.

Observen ustedes la propaganda: "¡Compre usted tal remedio infalible contra la tos...!" Cada
anuncio da órdenes al pueblo hipnotizado para que vaya a tal o cual lugar, para que compre tal o
cual jabón, tal o cual perfume; para que visite tal o cual consultorio, etc., etc., etc., y las gentes se
mueven bajo las órdenes de los hipnotizadores, los cuales a su vez, están también hipnotizados
por otras gentes y por otras multitudes; como las mismas muchedumbres, todos andan en estado
de hipnosis, de trance hipnótico.

Cuesta trabajo saber que uno está en estado de hipnosis. Si las gentes se lo propusieran, podrían
despertar de ese estado tan lamentable, pero desgraciadamente no se lo propone nadie. Cuesta
mucho pues -repito-, descubrir el estado de hipnosis en que uno se halla. Uno viene a darse
cuenta de que existe el hipnotismo, cuando la fuerza hipnótica fluye más rápido, cuando se
concentra en determinado lugar, cuando se hace una sesión de hipnotismo; fuera de eso, fuera de
tal momento, uno no se da cuenta de que está en estado de hipnosis.

Si uno pudiera despertar de ese sueño en que se halla, verá entonces los fenómenos maravillosos
que desde el principio del mundo se han sucedido a su alrededor. Yo conozco fenómenos tan
sencillos, que cualquiera puede verlos; son físicos, materiales, están a la vista de todo el mundo, y
sin embargo las gentes, viéndolos no los ven. Podrían decirme, o preguntar ustedes, y con justa
razón -o podrían exigirme, para hablar más claro-, "Si eso es así, ¿por qué no nos menciona tan
siquiera uno?" Motivos: si yo les mencionara a ustedes cualquiera de esos fenómenos -que son
perceptibles a simple vista-, los verían de inmediato, más morirían ustedes, porque resulta que
todos esos fenómenos, actualmente, que corresponden a fuerzas y prodigios, están celosamente
vigilados por ciertos "Elementales" muy fuertes, que al sentirse descubiertos, causarían la muerte
de los curiosos, y como no tengo ganas de crearme un panteón por mi cuenta, me veo en la
necesidad de callar. Así pues, hermanos, se hace necesario despertar, si es que quieren percibir las
grandes realidades de la vida; mas sólo es posible despertar sabiendo vivir.

¿Cómo podría despertar alguien que es un juguete de los demás? Si yo les insultara a ustedes en
este instante, estoy seguro de que ustedes no me tolerarían, protestarían violentamente, y a lo
mejor ustedes se retirarían violentamente. ¡Vean cuán fácil es hacerlos cambiar a ustedes! Basta
con que yo les diga una palabrita dura, y ya se ponen sonrojados y furiosos. Ahora, si quiero
halagarlos, me basta con decirles palabritas dulces, y ya están contentos; es decir, ustedes son
víctimas de las circunstancias, no son dueños de sí mismos, y eso es lamentable, ¿verdad?

De manera hermanos, que el que quiera ser amo de sí mismo, debe empezar por no permitir que
la mente y los sentimientos intervengan en los asuntos de la vida práctica. Claro, esto requiere,
como ya lo dije, una tremenda pasividad de la Personalidad y una espantosa actividad de la
Conciencia. Precisamente eso es lo que necesitamos: la actividad de la Conciencia. Cuando la
Conciencia se vuelve activa, sale de su letargo, y entonces es obvio que viene el despertar.

Ante todo, debemos comenzar por no hacer lo que hacen los demás. Cuando llego a los
restaurantes, y voy con toda mi gente, a la hora de la comida puedo evidenciar el hecho de que
todos pasan al baño a lavarse las manos. Seré pues, bastante cochino y sucio, pero yo no paso a
lavarme las manos. Cuando se me interroga sobre el por qué, respondo: "Sencillamente porque a
mí no me gusta hacer lo que los demás hacen", es decir, no me gusta ser máquina. De manera que
si los demás se paran en la cabeza, ¿yo también tengo que pararme en la cabeza? Si los demás
andan en cuatro patas, ¿yo tengo que andar en cuatro patas? ¿Por qué? ¡No, hermanos!
Necesitamos convertirnos en individuos, y eso solamente es posible desegoistizándonos, y no
permitiendo que la mente y los sentimientos se entrometan en las diversas circunstancias de la
existencia. Cuando entonces comenzamos con este trabajo, cuando aprendemos a volvernos
tremendamente pasivos, para darle oportunidad a las grandes actividades de la Conciencia, vemos
que todo cambia.

Quiero citarles nada más que un hecho concreto: nos hallábamos en una casa, no importa cual.
Uno de los "niños-bien" de aquélla casa, andando por ahí, por esas calles del mundo, convertido
nada menos que en un Don Juan Tenorio, hizo de las suyas por allá, con una muchachita.
Conclusión, intervienen los familiares de ella; claro, se presentan en esa casa los mismos, buscan al
"nene de mamá", al "niño-bien" (¿travieso? Sí, y enamorado. ¿Parrandero y jugador? No lo sé;
solamente sé que es un verdadero Don Juan. El padre de la dama viene, naturalmente, con
intenciones de "balacear" al caballerito. Nadie se atreve a salir; sólo yo, que estoy ahí, hago acto
de presencia; como se me ha dado la oportunidad de servir de mediador, la aprovecho... El furioso
jefe de familia llama al jovencito aquél para la casa; detengo al jovencito y hago entrar al jefe de
familia ofendido. Con gran dulzura y amor, invito al ofendido y al Don Juan a sentarse un
momento, y claro, ambos toman asiento. Junto con el jefe viene una señora; comprendo que se
trata de la madre de la dama. Hay palabras terribles, no falta sino sacar la pistola y dispararla; sin
embargo, le digo al señor con buenas maneras: "Todo es posible arreglarlo; mediante la
comprensión, todo se puede solucionar; con matar no se resuelve el problema". Aquél hombre se
sintió, pues, sorprendido; no pensaba que en aquélla mansión hubiera alguien tan sereno y tan
tranquilo. Hay conversaciones, intercambio amistoso entre el jefe y el Don Juan. Todo se arregla y
se marcha el ofendido, llevándose su pistola sin disparar, con los cinco tiros. Todo se arregló; ¿por
qué? Porque yo puse un estado de Conciencia superior a aquél evento, al servir de mediador. Mas
si yo hubiera aconsejado a aquéllas gentes, a proceder con violencia; si yo mismo, "dándomelas"
de buen amigo, hubiera respondido con duras palabras, las circunstancias habrían sido diferentes
y el Don Juan hubiera ido a parar al panteón, y esas dos familias se hubieran llenado de luto y de
dolor.

De manera que las circunstancias de la vida dependen de nuestros estados de Conciencia.


Cambiando uno sus estados de Conciencia, cambian las circunstancias, eso es obvio. No podrían
cambiar las circunstancias de la vida, si no cambiamos antes nuestros estados de Conciencia.

Los invito pues a ustedes, a la reflexión más profunda. Conforme nosotros vayamos permitiendo
que se manifieste la Conciencia, conforme vayamos controlando la mente y el sentimiento, para
que no metan sus narices donde no deben, el resultado será maravilloso, porque a medida que la
Conciencia se activa, el proceso del despertar se acentúa, y no solamente cambian todas las
circunstancias que nos rodean, sino que además empezamos a notar que durante las horas en que
el cuerpo físico duerme, nosotros trabajamos -vivimos dijéramos-, fuera del cuerpo físico en forma
consciente. Y así, a medida que la Personalidad se va volviendo pasiva, a medida que la mente y el
sentimiento van siendo refrenados para que no se metan donde no deben, el despertar será cada
vez más grande, y así terminaremos convertidos en grandes investigadores de la vida en los
mundos superiores. Quien quiera despertar, debe hacerlo aquí y ahora. Quien despierta aquí y
ahora, despierta en todos los rincones del Universo.

Bien, mis caros hermanos, hasta aquí con esta plática. Pueden preguntar con entera libertad.

P.- Maestro, usted, acaba de decir que no todos tienen el cuerpo Astral, mi pregunta consiste en
saber: ¿por qué una persona que duerme en su lecho sueña que está en otra parte, allí que hubo,
una salida del Cuerpo Astral, de la Conciencia o del pensamiento?

R.- Ciertamente el Cuerpo Astral es un lujo que no todos los seres humanos se pueden dar, nadie
nace con Cuerpo Astral, excepto aquellos que en vidas anteriores lo crearon. Cuando uno se ha
dado el lujo de crear ese cuerpo, puede vivir en contacto con los mundos superiores en forma
natural, como vivimos en cuerpo físico. Mas como todos no hemos creado todavía ese maravilloso
instrumento de la existencia, es claro, cuando actúe fuera del cuerpo físico, sea porque se haya
escapado a través de la muerte, o durante las horas del sueño actúa el Ego. Quiere decir que la
Esencia es un material anímico, dijéramos el factor directivo de todos los procesos psicológicos
que llevamos en nuestro interior, -está embotellada entre el Ego, entre el "yo", el "mí mismo", el
"sí mismo" -, y cuando llega la hora del sueño normal, común y corriente, el Ego, el "yo
psicológico" -dentro del cual está enfrascada la Esencia- abandona el cuerpo físico. Pues si el
Vehículo Vital no repara el cuerpo de nosotros, éste muere, y para que el Vehículo Vital pueda
reparar el cuerpo físico, se hace necesario que el Ego, entre el cual esta embotellada la Esencia,
abandone el cuerpo físico. Entonces el Ego viaja por los distintos lugares del mundo, y claro, como
quiera que lleva la Conciencia dormida, sueña, y los sueños son transmitidos a través del Cordón
Plateado, entonces llegan al cerebro físico.

P.- ¿Podemos nosotros identificar al Cuerpo de Deseo, asiento de las emociones del Ego?

R.- Ciertamente el Cuerpo de Deseo no es un cuerpo en sí, no. Es una serie de formas o agregados
que se penetran y compenetran mútuamente en forma inconfundible. A ese "yo", a ese Ego, que
alguno llame Cuerpo del Deseo, allá él, tampoco se le puede llamar cuerpo; mas si así quiere
llamársele que se le llame, sin embargo no sería correcto. El Ego no tiene individualidad alguna, no
es ningún organismo, es tan sólo una suma de agregados. Si esa clase de prueba convencional, de
que fulano de tal salió en Astral, ¿qué sabemos nosotros si ese fulano tiene formado el Cuerpo
Astral? ¿Qué sabemos nosotros? Salir el Ego, dentro del cual está la Esencia, la Conciencia, no es
viajar en Cuerpo Astral, lo que pasa es que el Ego hace las veces de Cuerpo Astral. El Ego es el Ego
y eso es todo.

P.- ¿Es posible que alguien esté despierto aunque esté embotellado por el Ego?

R.- Sí, si la Conciencia logró despertar, obviamente es porque el Ego ha perdido volumen, y cuando
el despertar es radical, total, absoluto, el Ego ya no existe. De manera que el Ego va siendo
reducido a cenizas, la Conciencia va despertando. El despertar nunca es inmediato, se va teniendo
en forma graduativa. Generalmente cualquiera puede tener un 1% de Conciencia despierta, o no
tiene nada, o puede tener 2 ó 3 %. Si la humanidad tuviera un 10% de Conciencia despierta, ya no
habrían guerras. Tener un 100 % es sumamente difícil, solo los grandes maestros podrían tener
ese 100 % -es muy difícil-, solo lo tienen Maestros como Jesús de Nazaret, Pablo de Tarso etc. Pero
los Maestros que no han alcanzado a estas alturas todavía, que no han podido ingresar aun al
círculo selecto de la Humanidad Divina, que no han alcanzado la Resurrección, todavía no gozan de
ese 100 por ciento. Así pues, debemos reflexionar profundamente. Hay diferentes porcentajes de
Conciencia, debemos mejorarlos, tener el 5 o el 10 por ciento en todo caso; cuando el Ego se vaya
disolviendo, el porcentaje de Conciencia se irá aumentando, y a medida que el porcentaje de
Conciencia va aumentando, la capacidad para investigar en los Mundos Superiores se va haciendo
cada vez mayor.

Así pueden lograr mediante la meditación interna profunda, desechar el material psíquico para
que desembotelle la Conciencia momentáneamente, para experimentar eso que es del Ser, eso
que no es del tiempo. He dicho que cuando la Esencia actúa en ausencia del "yo", del "mí mismo",
del "sí mismo", aunque sea momentáneamente, entonces actúa algo así como en forma armónica.
Por eso es que la meditación es un arma formidable, permite a la Esencia el desembotellamiento;
si alguien ha experimentado en sí mismo esto, es diferente a las demás gentes. Quien haya sentido
alguna vez ese elemento que transforma, incuestionablemente que ese individuo en su provecho
ha pasado por una experiencia grandiosa que lo refuerza en sus profundidades más íntimas, que le
da ánimo para la disolución del "yo" y le fortifica en la lucha contra sí mismo, el "sí mismo". Para
lograr esto mis caros hermanos, hay que trabajar intensamente sabiendo vivir en la vida práctica,
no permitiendo que la mente y los sentimientos intervengan en las diversas circunstancias de la
vida, dándole oportunidad siempre a la Conciencia para que sea ella la que actúe y no nosotros.
Cuando procedemos así, de hecho nos colocaremos en el camino que nos ha de conducir al
despertar. Necesitamos ser diferentes a las multitudes que nos rodean, no hacer lo que hacen los
demás, necesitamos convertirnos en verdaderos individuos.

PSICOLOGIA EXPERIMENTAL
Damas y caballeros: me dirijo a ustedes esta noche con el propósito de hablar sobre poderes
psíquicos, es decir, sobre Psicología Experimental llevada a la práctica. Empezaremos por hacer un
análisis somero, sobre lo que es ciertamente el mundo físico en el que vivimos.

Einstein dijo: "Energía es igual a masa, multiplicada por la velocidad de la luz al cuadrado; la masa
se transforma en energía, la energía se transforma en masa". Incuestionablemente, el mundo
tridimensional de Euclides se encierra dentro de esa fórmula básica de Einstein; sin embargo, más
allá de esa fórmula existe algo; quiero referirme en forma enfática, a la Cuarta Coordenada, a la
Cuarta Vertical. Veamos esta mesa, que es larga, ancha y alta -he allí las tres dimensiones-, pero,
¿cuánto hace que fue construida esta mesa, cuánto tiempo? He allí la Cuarta Vertical. Así pues, la
Cuarta Vertical es el Tiempo. Más allá de esta Cuarta Vertical, existe la Quinta Coordenada, y ésta
en sí misma y por sí misma, es la Eternidad. Y muchísimo más allá de la Quinta Vertical tenemos la
sexta -la Sexta en sí misma, trasciende al Tiempo y a la Eternidad-. Por último existe la Dimensión
Cero desconocida, la Séptima Dimensión.

Vivimos pues, en un mundo multidimensional; desafortunadamente, las gentes sólo perciben el


mundo de tres dimensiones. Es necesario desarrollar otras facultades que nos permitan conocer la
Cuarta Vertical. Afortunadamente, en la anatomía oculta del ser humano se encuentran, en estado
latente, los sentidos que convenientemente desarrollados en forma científica, pueden darnos
acceso no solamente a la Cuarta Vertical, sino a las dimensiones Quinta, Sexta Y Séptima.

Obviamente, en la espina dorsal de los seres humanos, en estado latente, se hallan divinales
poderes. Empezaremos por examinar el centro coxígeo. En el coxis existe un centro magnético
especial -un Chacra, hablando al estilo oriental-, dentro de tal centro subyace un poder eléctrico
formidable; quiero referirme en forma enfática a Devi Kundalini Shakti, la Serpiente Ignea de
nuestros mágicos poderes. Los indostanes dicen que esta serpiente está encerrada dentro del
Chacra Coxígeo; que allí se encuentra enroscada -afirman-, con tres vueltas y media. Nosotros
tenemos poderes latentes, y uno de éllos es precisamente el de la Kundalini. Algunas Escuelas
temen el despertar del Kundalini, es un poder explosivo, maravilloso. Quien logre despertar la
Serpiente Ignea de nuestros mágicos poderes, puede salirse de entre una caja herméticamente
cerrada; quien logre despertar ese poder ígneo, flamígero, puede caminar sobre las aguas sin
hundirse, volar por los aires como lo hicieron muchos ascetas místicos, tanto en el oriente como
en el occidente del mundo. Hay que despertar ese poder ígneo, flamígero, que subyace como ya
dije, dentro del centro magnético del coxis. En el Apocalipsis de San Juan, a ese centro magnético
coxígeo se le denomina Iglesia de Efeso. Despertar, poner en actividad tal centro flamígero, es algo
grandioso. Quien lo despierte, adquirirá poder sobre el elemento tierra; podrá con su voluntad
hacer caer una roca, podrá con su voluntad dominar los terremotos, etc.

El segundo poder flamígero, latente en la espina dorsal del hombre, se haya ubicado a la altura de
la próstata. En el Apocalipsis de San Juan, a dicho centro se le denomina Iglesia de Esmirna; bien
saben los ascetas místicos que con el despertar de esa maravillosa facultad, se adquiere poder
sobre las aguas, entonces podremos dominar las tempestades del océano, o desatarlas a voluntad.

El tercer poder existente en la espina dorsal del hombre, se haya ubicado exactamente a la altura
del plexo solar, es decir, a la altura del ombligo. En el Apocalipsis de San Juan, a tal centro se le
denomina esotéricamente Iglesia de Pérgamo. Poner en actividad tal poder flamígero, equivale a
adquirir la potestad de dominar el fuego. Los yoguis indostánicos que han despertado tan
maravilloso poder, pueden ordenar a los volcanes en erupción que cesen en su actividad, y éllos
obedecerán. El asceta que ha conseguido el despertar de ese centro, puede manejar las potencias
de la vida universal; puede enterrarse vivo durante meses enteros, y cuando alguien lo saque,
hallará que no ha recibido daño de ninguna especie. En el plexo solar, en la región umbilical, está
también el centro telepático; ese centro telepático ciertamente, pertenece a las funciones de la
Iglesia de Pérgamo.

El cuarto poder existente en la espina dorsal, se halla exactamente situado a la altura del corazón.
En el Apocalipsis de San Juan, a ese centro se le denomina Iglesia de Tiátira. Quien logre despertar
ese maravilloso poder flamígero del corazón, realizará prodigios. Despertar ese centro es
indispensable, porque con ese centro adquirimos facultades tales como el desdoblamiento astral,
los estados de Jinas, etc.

Mucho habla Don Mario Roso de Luna en sus distintas obras, sobre los estados de Jinas; es
necesario que revisemos, aunque sea en forma somera, esa cuestión "Jina". Quiero que ustedes
sepan en nombre de la verdad, que no sólo aquí en este mundo de tres dimensiones existe una
humanidad; ciertamente existe en la Cuarta Vertical determinada raza humana, gentes que aún
viven en el Edén, personas de carne y hueso como nosotros, pero que no se han degenerado como
nosotros, personas físicas con poderes extraordinarios. No hablarán inglés, ni francés, ni español,
ni alemán, pero sí parlan en el lenguaje primitivo, que como un río de oro corre bajo la selva
espesa del sol.
Muchos son los escépticos que dicen: "Nadie ha ido al otro mundo para volver y contarnos lo que
hay allá del otro lado". Yo les digo a ustedes, en nombre de la verdad, que es posible ciertamente
ir allá, al otro mundo en carne y hueso, si desarrollamos los poderes del cardias, ésto jamás es
imposible.

Penetrar en la Cuarta Vertical es indispensable, pero la ciencia actual en materia de Física se


encuentra estancada. La Física contemporánea es regresiva, retardatária, reaccionaria, no sirve;
cuando los científicos abandonen el dogma tridimensional de Euclides, entonces habrá una Física
Revolucionaria, con naves capaces de viajar por entre la Cuarta Vertical.

Es indispensable salir del dogma tridimensional de Euclides; se hace inaplazable, impostergable,


investigar el átomo más profundamente: en el átomo encontraremos la línea de la Cuarta Vertical.
Cuando la línea de la Cuarta Vertical pueda ser trazada, entonces se elaborará una geometría
tetra-dimensional; con tal geometría será posible construir una Física de cuatro dimensiones.
Obviamente una Física así, servirá de basamento para fabricar naves capaces de atravesar
instantáneamente la barrera de la velocidad de la luz y entrar en la Cuarta Dimensión. Si una nave
logra atravesar instantáneamente la barrera de la velocidad de la luz, puede viajar entre la Cuarta
Vertical a través del infinito, y entonces la conquista del espacio es un hecho definitivo.

Con esos cohetes que lanzan "tirios y troyanos", impulsados por combustible líquido; esa sofistería
barata que tanto asombra a los incautos, resulta mas bien como de circo, cincuenta mil maromas
para descender en la Luna. La conquista del espacio es posible con una Física tetra-dimensional.
Cuando tal Física exista, y cuando nos hayamos también apropiado de la energía solar, cuando
sepamos manejarla, utilizarla, la posibilidad de viajar a través del Infinito será ya un hecho
concreto, claro y definitivo. ¡Naves viajando por entre la Cuarta Vertical, e impulsadas por energía
solar: he allí las naves del Super-Hombre, he allí naves que verdaderamente pueden viajar a través
del espacio estrellado, de galaxia en galaxia!

Desgraciadamente, la Física contemporánea continúa estancada; se hace necesario romper de una


vez y para siempre el dogma tridimensional de Euclides. Nosotros tenemos procedimientos
íntimos, particulares, para meter el cuerpo físico dentro de la Cuarta Coordenada. Si estudiamos
cuidadosamente a los sabios orientales, veremos que éllos sí saben meter el vehículo de carne y
hueso dentro de la Cuarta Dimensión. Decía un sabio oriental: "Practicando un Samyasin sobre el
cuerpo físico, éste se vuelve como de algodón, y puede caminar sobre las aguas, volar por los
aires, atravesar una montaña de lado a lado, o caminar sobre carbones encendidos sin recibir daño
alguno". Un Samyasin tiene tres partes: primera, concentración; segunda, meditación, y tercera,
éxtasis. Si nos concentramos primero en el cuerpo físico y después meditamos en el mismo, en sus
células, en sus moléculas, en la construcción de sus átomos, etc., y si por último llegamos a la
contemplación, al éxtasis, entonces el cuerpo físico penetrará en la Cuarta Dimensión y podrá
viajar a través de ese mundo de la Cuarta Vertical; podrá encontrar también en esa región, a otra
humanidad que vive al lado de la nuestra, y que come, y que duerme, y que vive, pero no sufre
como estamos sufriendo todos nosotros.

Existen distintos procedimientos para meter el cuerpo físico dentro de la Cuarta Vertical; entre la
sabiduría antigua se menciona a Harpócrates. Esto que estoy diciendo, no tiene ningún valor para
los escépticos, para esos que están embotellados dentro de la dialéctica materialista; para los
reaccionarios, para los conservadores, para los retardatarios. Lo que estoy diciendo es demasiado
revolucionario, y no gusta a los que están embotellados en el dogma tridimensional de Euclides.

Harpócrates, nombre griego extraordinario, maravilloso! Los místicos de los misterios de Eleusis,
pronunciaban aquél nombre en la forma siguiente: Har-po-cra-tis. Ellos hacían ciertas prácticas
muy ingeniosas, que bien vale la pena comentar, pertenecen a los Misterios Griegos, a los
Misterios que se conocieron en Atenas, Eleusis, etc. Acostado en decúbito dorsal -boca arriba-, o
de medio lado preferiblemente, el asceta griego con la cabeza sobre la palma de la mano
izquierda, imaginaba ser un polluelo metido dentro de un cascarón. Se concentraba
intensivamente en Harpócrates, llamándolo -Har-po-cra-tis-, y cuando ya entre sueños comenzaba
a sentir mucha "rasquiña" en el cuerpo, armado de gran voluntad no llevaba sus manos al mismo,
para no perder el especial estado psicológico en que se colocaba; después, suavemente, se
levantaba de su lecho y pronunciaba esta frase ritual: "Har-po-cra-tis, ayudadme, que voy con mi
cuerpo físico". Y confiadamente salía de su recámara; daba posteriormente un saltito, con el
propósito de penetrar violentamente dentro de la Cuarta Vertical, y dicen viejas tradiciones que se
pierden en la noche aterradora de todas las edades, que entonces el asceta, con cuerpo físico,
viajaba realmente por la dimensión desconocida; entonces era cuando el místico de Eleusis
platicaba con los Dioses Santos, con los seres inefables. Estoy comentando algo que pertenece a la
antigua Grecia, pero obviamente, quien quiera practicarlo en este siglo XX podrá evidenciarlo por
sí mismo. Sin embargo, los griegos se entrenaban mucho en este sistema, hasta conseguir de
verdad la penetración en la Cuarta Vertical.

En el México antiguo tenemos nosotros a los Caballeros Tigres; desafortunadamente, nos


sentimos tan "modernos" que hemos olvidado la tradición milenaria, a pesar de que amamos a
nuestra patria mexicana. Ha llegado la hora de entender un poco más lo que fueron las órdenes de
los Caballeros Tigres.
Los Caballeros Tigres según viejos códices de Anawak, acostados sobre pieles de aquél felino,
invocaban -se dice- a los ángeles protectores de los mismos; imaginaban por un instante ser tigres
de verdad. En Psicología Experimental y en Alta Magia se nos ha afirmado que la Imaginación es
femenina y que la Voluntad es masculina; la clave del poder está en unir la Imaginación y la
Voluntad. Los Caballeros Tigres -repito-, se sentían completamente identificados con aquél felino
-pues bien sabemos que en el México antiguo el tigre era sagrado-, y llenos de fe se echaban,
después de caminar en cuatro pies, diciendo. "¡Nosotros nos pertenecemos!" Así cuentan los
códices antiguos, no es cosa mía, caprichosa; ustedes lo podrán evidenciar si leen los códices;
leerán que transformados en tigres, viajando por entre la Cuarta Vertical, llegaban al Templo de
Chapultepek -hay pinturas murales donde lo que estoy diciendo está debidamente demostrado-, y
luego, afirman los códices de Anawak, aquéllos caballeros asumían nuevamente su humana figura
y penetraban al templo.

Realmente, en Chapultepek -México- tenemos nosotros un templo, un templo en Jinas, un templo


ubicado en la Cuarta Dimensión. Yo conozco ese templo, soy miembro activo de ese templo; no
estoy afirmando lo que no he experimentado por mí mismo. Es un templo formidable, maravilloso;
sus columnas, sus muros, son de oro puro de la mejor calidad; allí se cultiva en secreto, la Doctrina
Secreta de los Nawatls. No soy el único miembro activo de tal templo; hay otros caballeros como
yo, que pertenecen al mismo; también algunas damas de la sociedad de México pertenecen a tal
templo. Así pues, el Templo de Chapultepek existe. ¿Que se ríen de nosotros, que se burlan los
escépticos, que no creen? ¡Qué importa a la ciencia y qué a nosotros! Escrito está que "el que ríe
de lo que desconoce, está en el camino de ser idiota". Así pues, viajar con el cuerpo físico dentro
de la Cuarta Dimensión sí es posible, pero hay que abandonar el asqueante escepticismo que
desde el siglo XVIII, está corroyendo la mente de esta humanidad degenerada y perversa.

En otros tiempos, dicen las tradiciones, se podía ver desde las costas de España la isla llamada
"Nontrabada", una isla extraordinaria, formidable. En cierta ocasión, un capitán con su navío se
extravió entre el borrascoso océano y fue a dar a esa isla; allí vio y oyó cosas formidables,
extraordinarias. Cierto sacerdote católico había oído hablar mucho sobre la Nontrabada, y dicen
los historiadores que en cierta ocasión, cuando oficiaba la santa misa, él y sus fieles vieron a la
Nontrabada. Aquél buen cura la exorcisó, y pareció que desaparecía tras una nube. Ya nadie habla
de la Nontrabada, ¿habrá dejado de existir, qué se hizo? Nadie lo sabe, más obviamente, se
sumergió definitivamente dentro de la Cuarta Vertical; pero ésto acaeció desde que se inició la era
horripilante del escepticismo materialista. El escepticismo tiene por causa causorum a la mentira,
a la farsa. Cuando la mente es mentirosa, cuando siempre está diciendo embustes, obviamente
está falseada en sí misma, y no puede entonces creer en nada.
Los Estados de Jinas son extraordinarios. Hay lagos en Jinas, lagos en la Cuarta Vertical. Me han
contado un caso extraordinario, maravilloso: hay un pueblo en Honduras -me han dicho, no lo
conozco- donde en determinada fecha exacta, llueven peces del cielo y las gentes corren a
recogerlos en platos, bandejas, canastos, charolas, etc.; si aquél lugar está lejos del mar, ¿por qué
caen allí, de donde salen? Obviamente de la Cuarta Vertical. Así pues, la Cuarta Vertical es una
tremenda realidad, desgraciadamente son muchos los que niegan esta realidad, son muchos los
tontos del intelecto que se burlan de estas cosas; pero la crisálida también cree que la hoja en la
que está viviendo es todo, no sospecha la crisálida que esa hoja no es más que una de las tantas
hojas del árbol de la vida. Así es el hombre intelectual: cree que este mundo tridimensional de
Euclides lo es todo; no se da cuenta de que este mundo de tres dimensiones es uno de los tantos
mundos del Arbol de la Vida.

Yo también he experimentado con la Ciencia Jinas; siguiendo los procedimientos indicados, trabajé
con Harpocratis. No está demás decir en forma enfática, y aunque las gentes se burlen de mí, que
luché mucho para aprender a meter el cuerpo físico dentro de la Cuarta Dimensión, pero lo logré.
Muchas veces, experimentando de noche, hube de abandonar el lecho hasta 15 o 16 veces
contadas, sin resultado alguno; más después de cierto tiempo y de paciencia tenaz, cualquier
noche de esas tantas, mi cuerpo físico penetró realmente en la Cuarta Dimensión, entonces flotó
deliciosamente y abandoné aquélla casa. Es obvio que salí a la calle, es verdad, y me encontré con
muchas gentes que sabían manejar como yo el Estado de Jinas, gentes de carne y hueso, vivas, y
muy vivas, viviendo en la Cuarta Dimensión. ¿Que viajé a través del borrascoso océano? No lo
niego, y no sentí temor alguno, aunque bien sabía que si por un instante me hubiera salido de ese
mundo de cuatro dimensiones, caería de hecho entre las olas del enfurecido mar y perecería. Pero
no tuve temor y viajé por las tierras de Europa con el cuerpo metido dentro de la Cuarta Vertical, y
llegué a donde tenía que llegar, a cierto lugar en el cual tenía interés, y pude regresar después de
todo al punto de partida original, sin recibir daño alguno. Tengo el valor de declararlo; no me
importan las burlas porque no tengo temor. ¿Qué me podría suceder si estuviésemos en la época
de la Inquisición? Cuando mucho me quemarían vivo, por brujo. En esta época afortunadamente
no hay Inquisición; lo más que podría recibir serían sarcasmos, ironías, pero nada más, y esas ni
siquiera me hacen cosquillas en los pies.

Así pues, la realidad Jina existe; si ustedes quieren comprobarla, hagan la prueba en sí mismos, en
su propio pellejo, digo. Hagan la prueba en sí mismos, porque yo no soy conejillo de Indias, no soy
conejo de laboratorio. Ustedes quisieran que yo lo hiciera aquí delante de ustedes, y yo les
respondo: no soy conejo de laboratorio, experimenten en su propio pellejo. Además, de nada
serviría que yo metiera el cuerpo dentro de la Cuarta Vertical, aquí, delante de ustedes; tampoco
lo creerían, porque al escéptico no lo convence nadie; lo que dirían ustedes es que yo los
hipnoticé, y eso es todo. ¿Creerían? ¡Nada! Así pues, que ésto es para que experimenten en su
proprio pellejo.
Obviamente, los santos de los tiempos antiguos levitaban. ¿Quién podría negar que San Francisco
de Asís, aquél místico cristiano, levitaba? Muchas veces su discípulo más amado iba a llevarle la
comida, y el santo estaba a tal altura del suelo, que obviamente el discípulo no podía darle de
comer. Y cuentan las historias que San Francisco se alejaba entonces por un bosque, y que
flotando desaparecía en la dimensión desconocida.

Felipe, el discípulo del Cristo, también caminaba sobre las aguas, aparecía y desaparecía a
voluntad. El Evangelio de Felipe es ese: Felipe sabe ayudar a quienes lo invocan.

Cuando Gautama el Buda Sakya-Muni, abandonó el cuerpo físico para sumergirse en el Nirvana,
dicen las tradiciones que sus discípulos fueron sometidos a pruebas por las multitudes, y que cada
uno de éllos sabía, de acuerdo con cierto consejo examinador, atravesar de lado a lado una roca.
Todos así lo hicieron, menos uno: Ananda, su discípulo más amado. El pobre no podía; cuando
intentaba atravesar la roca, se rompía la frente miserablemente, y sangraba; más al fin, lleno de
una fe espantosa, practicó un Sanyasin sobre su cuerpo físico; se concentró en él, meditó en él,
entró en éxtasis, no se desesperó, y por último atravesó la roca de lado a lado. Así pues, ésto tiene
documentación. ¿No dicen que Pedro fue sacado de la cárcel por un ángel? Obviamente, aquél
ángel ayudó a Pedro a entrar en la Cuarta Vertical, y así pudo abandonar la cárcel en vísperas de su
ejecución, pues estaba condenado a muerte. Desarrollando los poderes del Cardias, los poderes
del corazón, todo ésto es posible.

Continuando pues con este análisis de los centros magnéticos de la espina dorsal, llegamos a la
altura de las glándula Tiroides; bien sabemos que ésta excreta el yodo biológico, tan necesario
para el organismo humano. Existe un centro magnético en las glándula Tiroides, quiero referirme,
en forma enfática, a la Iglesia de Sardis, tal como la menciona el Apocalipsis de San Juan.
Desarrollando este centro magnético, se adquiere la Clariaudiencia, el poder de oír a distancia, el
poder de oír la Música de las Esferas, el poder de oír a las criaturas que viven en las dimensiones
superiores de la Naturaleza y del Cosmos; ese poder extraordinario puede desarrollarse si nos lo
proponemos. Si a las horas de la madrugada todos nos concentramos en la Música de las Esferas,
con el propósito de escucharla, día llegará en que podremos escuchar realmente esas melodías
insonoras que resuenan en el coro maravilloso del infinito. Obviamente, todos los sonidos que se
producen en el planeta Tierra dan una nota síntesis; todos los sonidos que se producen en el
planeta Venus, dan también su nota síntesis; todos los sonidos que se producen en Marte, dan su
nota síntesis. Ahora bien, el conjunto de sonidos de todos los mundos que pueblan el espacio
estrellado, forman la Música de las Esferas citada por Pitágoras, el gran filósofo griego. Melodías
inefables vibran en el espacio estrellado, melodías imposibles de describir con palabras; exquisitas
melodías dentro de los ritmos del Mahaván y el Chotaván que sostienen al Universo firme en su
marcha. Con justa razón dice el Apocalipsis de San Juan: que "en el principio era el Verbo, y el
Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios; por él todas las cosas fueron hechas, y sin él nada de lo
que es hecho, hubiera sido hecho". La Música de las Esferas es una tremenda realidad; todo lo que
es, todo lo que ha sido y todo lo que será, vibra deliciosamente en el infinito estrellado. La flor del
hermoso jardín perfumado, refleja la luz de la Luna, y entre la flor y la Luna hay un coloquio de
melodías exquisitas que ningún ser humano podría comprender. La sinfonía que se escapa de la
fuente cantarina, hace vibrar completamente a los átomos que pululan a su alrededor, y luego
repercute entre las entrañas de los bosques, y se precipita como una catarata de sinfonías en el
cielo estrellado. Así pues, la música es la base de toda creación. Cuando uno despierta el centro de
la Tiroides, puede escuchar esas sinfonías exquisitas de la gran coral cósmica; cuando uno
despierta ese centro maravilloso, adquiere también el sintetismo conceptual; cuando uno
despierta ese centro mágico formidable, se hace más inteligente, más comprensivo, más sabio.

Continuando pues hacia arriba, llegamos a la altura del centro frontal. A la altura del entrecejo, en
la espina dorsal, existe otro centro magnético formidable; quiero referirme claramente, a la Iglesia
de Filadelfia. Quien despierta ese centro formidable, se hace clarividente; podrá ver por sí mismo y
en forma directa, las dimensiones Cuarta, Quinta, Sexta y Séptima, y entonces tendrá conceptos
diferentes. Actualmente la humanidad con sus ojos físicos, solamente alcanza a percibir cosas del
mundo de tres dimensiones, más no todo; pero quien despierta los poderes de la Iglesia de
Filadelfia, podrá ver qué es lo qué existe realmente dentro del cuerpo físico; entonces
comprenderá que todo allí no es carne, hueso y "manteca"; verá que allí hay algo más: verá un
Cuerpo Vital penetrando al cuerpo físico, y sirviéndole de basamento para todos los procesos bio-
mecánicos, fisiológicos, calóricos, perceptivos, etc. Si a alguien se le extrajese definitivamente el
Cuerpo Vital, es claro que moriría. En cierta ocasión, un médium espiritista que estaba "en trance",
proyectó fuera de sí mismo el Cuerpo Vital; aquél cuerpo se hizo visible ante los asistentes: parecía
un fantasma. Un periodista presente, sacó su pistola y disparó contra dicho "fantasma", lo curioso
del caso fue que la bala apareció después, exactamente en el corazón de aquella víctima. Murió,
es claro, ¿más cómo se produjo aquél fenómeno? ¿Por qué estando un cuerpo físico aquí,
proyecta su Vital allá? ¿Y por qué disparando contra ese Cuerpo Vital, que está tan opuesto,
aparece la bala en el corazón del cuerpo físico? Obviamente se trata de un fenómeno de la Cuarta
Vertical, de un fenómeno Jinas, fenómenos que no son conocidos aquí, en el mundo de tres
dimensiones. Si en la Cuarta Vertical tomamos un vaso, un vaso que esté en el mundo de tres
dimensiones; si lo tomamos para pasarlo a la Cuarta Vertical, y luego lo transportamos a otro
lugar, es claro que más tarde ese vaso regresará aquí, a su punto de partida original. Si uno
viajando con el cuerpo físico entre la Cuarta Dimensión, abre una puerta, ésta se vuelve a cerrar
por sí misma; sin embargo hay excepciones. En alguna ocasión abrí una puerta y se quedó abierta;
cuando regresé de aquél viaje, descubrí que estaba abierta, y como era la de la calle, no quedó
otro remedio que cerrarla otra vez.
Así pues, los fenómenos Jinas son extraordinarios, maravillosos. Con la Clarividencia, es decir, con
los poderes de la Iglesia de Filadelfia podemos ver el Cuerpo Vital, ver las tierras de Jinas, ver toda
esta clase de fenómenos, ver qué es lo que se esconde dentro del organismo humano; ver, por sí
mismos, la realidad del Cuerpo Vital, que sirve de fundamento al cuerpo físico -ese Cuerpo Vital es
la parte tetra-dimensional del cuerpo de carne y hueso-. De manera que ese cuerpo que estudian
en los laboratorios los científicos, no puede existir si se le extrae el Cuerpo Vital. Actualmente ya
hay aparatos para ver ese Cuerpo Vital, lentes poderosos, y día llegará en que esos lentes se
perfeccionarán para ver por medio de éllos totalmente, la Cuarta Dimensión.

Así pues, que cerrarse en este momento a estas verdades, es algo reaccionario y conservador;
porque la misma ciencia oficial destrozará los conceptos intelectuales de los conservadores,
regresivos y retardatários.

Más allá del centro de la Clarividencia, tan indispensable para conocer por sí mismos y en forma
directa qué es lo que sucede cuando uno se muere, qué es lo que pasa cuando uno nace, qué son
los Misterios de la Vida y de la Muerte, etc., existe también otro centro extraordinario; me refiero
ahora al centro de la glándula Pineal, al centro aquél que el Apocalipsis denomina Iglesia de
Laodicea. El que logre despertar tan maravilloso centro, se volverá Intuitivo en alto grado; pero
eso sí, hay que distinguir entre los procesos razonativos y los procesos intuitivos. La razón se
fundamenta en el proceso de la opción. El intuitivo no necesita razonar: sabe todo "porque sí",
porque lo sabe, sin el proceso deprimente de la opción, son facultades superiores que están más
allá de las "bribonadas" del intelecto. La Clarividencia y la Intuición, pueden transformarnos
radicalmente.

Hay ejercicios para el desarrollo de la Clarividencia. Aquí tengo en mi presencia un vaso de agua; si
colocamos este vaso a cierta distancia entre los ojos y el mismo, podemos hacer un ejercicio
formidable: debe uno concentrar su mirada, exactamente en el centro del círculo acuático; la vista
debe atravesar el cristal, la concentración debe ser profunda. Este ejercicio, practicado diez
minutos diarios, nos dará la Clarividencia. A los 15 o 20 días, veremos el agua con colores, y si un
automóvil pasa por la calle, veremos una cinta de luz en el agua -esa es la calle-, y al automóvil lo
veremos deslizándose sobre esa cinta. Quien tenga la paciencia de practicar el ejercicio del vaso
con agua durante tres años, se hará Clarividente: pero es necesario tener continuidad de
propósitos; sólo así podrá desarrollarse el centro de la Clarividencia.

Con el microscopio podemos nosotros ver a los microbios, a los átomos, pero la Clarividencia va
más allá del microscopio; con élla podemos ver la Cuarta Vertical, la Quinta, la Sexta y la Séptima;
con élla podemos conocer directamente, eso que las gentes llaman el "más allá"; con élla
podemos ver a los Seres Inefables, llámense éstos Angeles o Devas, o como quiera
denominárseles; tales seres existen, y podemos verlos con la Clarividencia.

Estoy hablando de poderes psíquicos, de Psicología Experimental, revolucionaria y transcendente;


a eso he venido esta noche: a platicar con ustedes, porque quiero que ustedes se eleven al estado
del Super-Hombre. Ha llegado la hora de luchar de verdad por una transformación radical. Dentro
de nosotros existen en estado latente poderes formidables; pero es necesario despertarlos, salir
de este estado de debilidad en que nos encontramos. Hoy por hoy somos víctimas de las
circunstancias, no sabemos dirigir circunstancias; somos víctimas y nada más que eso: víctimas!

Necesitamos transformarnos totalmente, apelar a nuestros poderes psíquicos, los tenemos, sería
lastima que continuáramos así como vamos.

Esto sería tan absurdo como aquél que sabiendo que existe un tesoro bajo tierra, estando seguro
de sí mismo, no lo sacara jamás.

Dentro de todos nosotros existen tesoros inagotables.

PORQUE JUZGAMOS A LOS DEMAS


Bueno, hermanos, vamos a empezar nuestra plática de esta noche. Ruego a todos poner la
atención debida.

En todo caso, el sentido de la plática de esta noche, significa que nosotros no debemos dejarnos
llevar de las apariencias, debemos no dejarnos fascinar por las distintas escenas de la vida.

La vida es como una película; es una película, compuesta como es natural, por muchos cuadros y
escenas. No conviene, en modo alguno, identificarnos con ninguna escena, con ningún cuadro, con
ninguna escena apariencia, porque todo pasa: pasan las personas, pasan las cosas, pasan las ideas.
Todo en el mundo es ilusorio; cualquier escena de la vida, por muy fuerte que ella sea, pasa y
queda atrás en el tiempo.

Lo que nos debe interesar a nosotros, es eso que se llama el "Ser", la Conciencia. He allí lo
fundamental, porque el Ser no pasa; el Ser es el Ser y la razón de ser del Ser, es el mismo Ser.

Cuando nosotros nos identificamos con las distintas comedias, dramas y tragedias de la vida, es
obvio que caemos en la fascinación y en la inconsciencia del sueño psicológico. He ahí el motivo
por el cual no debemos identificarnos con ninguna comedia, drama o tragedia de la vida, porque
por muy grave que sea, pasa. Hay un dicho vulgar que reza así: "No hay mal que dure cien años ni
cuerpo que lo resista". Así que todo es ilusorio, pasajero.

Uno a veces en la vida, se encuentra con algunos problemas difíciles. Sucede que a veces no
encuentra uno en la vida, dijéramos la salida, la solución al problema, y éste se vuelve enorme,
monstruoso gigantesco ante nuestra mente. Entonces sucumbe uno entre las preocupaciones, y
dice: "¿Cómo haré, qué haré?" No le encuentra escapatoria, y el problema, a medida que se
analiza, se vuelve más y más monstruoso, enorme y gigantesco. Pero llega el día en que si nosotros
afrontamos el problema tal cual es, es decir, si "agarramos al toro por los cuernos", como se dice,
vemos que el problema queda en nada, se destruye por sí mismo, que es de naturaleza ilusoria.
Mas suele cualquier problema tomar tales proporciones, su realismo se vuelve tan crudo ante
nuestra mente, que en verdad no se le encuentra salida por ninguna parte; siente uno que
sucumbe ante el mismo, que en modo alguno se vuelve soluble. Pero si uno se le enfrenta al
problema, verá que es ilusorio y que pasa, como todo tiene que pasar y al fin queda en nada.

Si uno procede en esa forma, no identificándose jamás con ninguna situación, con ningún evento,
logrará estar siempre alerta y vigilante, como el vigía en época de guerra, y es en ese estado de
alerta donde uno descubre sus defectos psicológicos. Defecto descubierto, debe ser comprendido
y después eliminado.

La mente, por sí misma, no puede alterar ningún defecto psicológico; la mente sólo puede
rotularlos, cambiar cualquier defecto, pasándolo de un nivel a otro, mas jamás alterarlo
radicalmente. Se necesita de un poder que sea superior a la mente y ese poder existe en nosotros.
Quiero referirme, en forma enfática, a la Divina Madre Kundalini. Si uno ha comprendido que tiene
tal o cual defecto, si lo ha entendido íntegramente, y en todos los niveles de la mente, entonces
puede concentrarse en Devi Kundalini Shakti, y mediante ella podemos eliminar cualquier defecto
psicológico.

Kundalini es la Divina Madre Cósmica. En las religiones se le ha representado como María o como
Tonantzín, Mara, Rea, Cibeles, Adonía, Insoberta, etc. La Madre Cósmica, la Madre Divina, en sí
misma, es una parte de nuestro propio Ser, pero derivado. Quiero decir con esto, que la Madre
Cósmica está dentro de nosotros mismos, aquí y ahora. Si nosotros imploramos a ese poder, si
pedimos a la Madre Divina que elimine de nuestra psiquis cualquier defecto de tipo psicológico,
Ella así lo hará. Es obvio que por tal motivo, se desintegrará el defecto en cuestión.

Mediante la Divina Madre Cósmica, podemos eliminar todos nuestros defectos psicológicos. Como
quiera que la Conciencia está embotellada entre los defectos, eliminados éstos la Conciencia
despertará radicalmente, y entonces podremos ver, oír tocar o palpar las grandes realidades de los
mundos superiores. Pero es indispensable no identificarnos con ninguna circunstancia de la vida.
Cuando no nos identificamos con tal o cual problema, cuando permanecemos alertas,
descubrimos en el problema nuestros propios defectos psicológicos.

Normalmente se ha visto que los problemas obedecen al miedo, el "yo" del temor mantiene los
problemas vivos. Se le teme a la vida, se le teme a la muerte, se le teme al "qué dirán", al "dice
que se dice", a la miseria, al hambre, a la desnudez, a la cárcel, a todo se le teme y debido a esto,
los problemas se hacen cada vez más insolubles, más fuertes.
En un problema económico, ¿qué tememos? La ruina, o que tengamos que pagar una
determinada deuda, porque si no pagamos, nos meten en la cárcel, etc.

En un problema de familia, ¿qué tememos? Al "dice que se dice", a la lengua viperina, el


escándalo, a los intereses creados, etc., etc., etc.; pero si se elimina el "yo" del temor, ¿en qué
queda el problema? ¡Todo se esfuma, se vuelve nada...!

Tenemos que pagar el alquiler de la casa y tememos que nos lancen a la calle; hasta pasamos las
noches desvelados, pensando que el actuario ha de llegar y sacarnos a la calle, más al fin llega el
día y resulta que el problema se solucionó, quizás por donde menos lo esperábamos. Entonces,
¿en qué quedó el problema? Y si no se solucionó la cuestión, si nos echaron a la calle con todos los
muebles, etc., ¿qué pasó? ¡En la calle no se quedarán los muebles, alguien tendrá que recogerlos!
En fin, por allí no faltará, dando vueltas, un lugar donde meternos... ¿Y si los muebles se pierden?
¡Se perdieron!, ¿y qué? ¡Más se perdió en el Diluvio! ¿Por qué nos vamos a apegar a unos
muebles? Después, paso el problema, por ahí quedamos viviendo, en algún lugar, y el problema
quedó atrás, en el tiempo. ¿Qué se hizo del problema?

No olviden ustedes que todo pasa: pasan las ideas, pasan las personas, pasan las cosas; todo en
este mundo es fugaz e ilusorio. No podemos y no debemos identificarnos con las apariencias,
porque las apariencias engañan, eso es obvio. Pensemos en los estados de conciencia, y eso es
superlativo...

Hay una tendencia general, de todos, a juzgar equivocadamente a todos, y eso es lamentable.
Pero, ¿por qué todos juzgan a todos, y equivocadamente? ¿Cuál es el motivo? Sencillamente uno,
y muy fácil de comprender: sucede que cada cual proyecta sus propios defectos psicológicos sobre
los demás, cada cual ve en el prójimo sus propios defectos. Los defectos que a otros endilgamos,
los tenemos muy sobrados nosotros; juzgamos a otros como nosotros somos.

¿Han oído ustedes hablar de la antipatía mecánica? ¿Que de pronto alguien siente antipatía por
alguien, sin haber motivo alguno, y entonces decimos: "esta persona me cayó gorda", frase muy
típica que usamos? Pero, ¿por qué, si nunca la hemos visto, si hasta ahora nos la acaban de
presentar? ¿Qué sucedió, por qué nos ha "caído tan gorda" esa persona, si ni la conocemos? Pues
que le vimos la apariencia: es alta o es baja, es gorda o es delgada, tiene la nariz aguileña o la tiene
achatada, y ¿ese es motivo ya, como para decir que "nos cayó gorda"? ¿Qué ha sucedido?
Sencillamente porque hemos proyectado, sobre nuestra víctima, nuestros mismísimos defectos
psicológicos. Posiblemente hemos visto, en esa persona, el defecto más grave que tenemos y
nadie le gusta verse así, dijéramos, tan escarnecido. La cruda realidad de los hechos es que tal
persona se ha convertido en el espejo donde nosotros nos vemos a sí mismos, tal cual somos.

Si estamos alertas, si no nos identificamos con el evento, con la persona aquélla que "nos cae tan
gorda"; si en vez de estarla criticando nos auto-criticamos, nos auto-observamos a ver qué es lo
que está pasando, descubriremos que un defecto nuestro nacido de ayer, o de anteayer, o de
quién sabe qué tiempo atrás, o tal vez de otras existencias, se ha reflejado en aquélla persona y
por eso "nos cae tan gorda". He ahí lo que es la antipatía mecánica: absurda en un ciento por
ciento.

Nosotros necesitamos aprender a vivir políticamente. El ser humano, ante todo, es un ente
político, un "animal político", y el mismo hombre es un "hombre político". Si uno no sabe vivir
políticamente, se crea problemas en la vida. Uno tiene que aprender a vivir políticamente, y en vez
de sentir antipatías mecánicas, vale la pena que nos investiguemos a sí mismos.

Sí, en verdad que proyectamos nuestros propios defectos psicológicos sobre los demás. ¿Por qué
juzgamos equivocadamente al prójimo? ¿Por qué todos tenemos tendencia a ver en el prójimo
toda clase de defectos? Sencillamente porque proyectamos en el prójimo nuestros propios
defectos, los juzgamos equivocadamente; suponemos que fulano es "así" o "asá", y resulta que ni
es "así" ni es "asá": es completamente diferente, y nuestro juicio resulta equivocado, falso; vemos
los hechos ajenos y tenemos la intensa tendencia a interpretarlos erróneamente.

Nunca somos capaces de ver los hechos ajenos con ecuanimidad, con serenidad; siempre los
calificamos equivocadamente. Recuerden ustedes que hay mucha virtud en los malvados y que
hay mucha maldad en los virtuosos.

Los defectos que cargamos en nuestro interior, nos vuelven injustos para con el prójimo. Nosotros
nos amargamos a sí mismos la vida con nuestros propios defectos, y lo más grave: se la
amargamos a los demás.

El defecto de los celos por ejemplo, ¿cuánto daño ha hecho? Existen celos políticos, existen celos
de tipo religioso, celos de tipo profesional, celos pasionarios o vulgares del hombre por la mujer,
de la mujer por el hombre, etc., etc., etc. Ese es un "yo", el "yo" de los celos, y es ciego, no sabe de
lógica, no sabe de razonamientos, no entiende nada de ciencia, ni escucha razones.

¿Cuántos casos de muerte se ven por los celos? Los celos profesionales, ¿cuanto daño hacen?
Algunos curanderos magníficos, que sabían sanar de nuestras enfermedades al prójimo,
magníficos botánicos, muchas veces fueron a dar a la cárcel. ¿Quién los metió en prisión, si no
estaban haciendo mal a nadie, si sólo sanaban al prójimo? ¡Los celos profesionales! ¿De quién? De
sus colegas titulados.

En el campo profesionista, los celos parecen multiplicarse espantosamente, en círculos y círculos:


círculo artístico, círculo político, círculo religioso, etc., pero en cada círculo hay terribles celos,
espantosos.

Sufren los celosos y hacen sufrir también a sus semejantes; los celos han causado mucho daño, es
gravísimo. Y si eso decimos de los celos, ¿qué diremos nosotros de todos los otros defectos que
tenemos?

Ahora, las apariencias engañan. Muchas veces juzgamos un acto ajeno en forma equivocada, de
acuerdo a nuestros Egos, y el resultado viene a ser precisamente la calumnia. Y todos
calumniamos a todos, ¡eso está ya demostrado!

Hay tendencia siempre, a dejarnos llevar de las apariencias. Determinado acto puede ser juzgado
en una forma, y la realidad correspondiente al mismo, es otra. Un hecho cualquiera podría ser
juzgado en determinada forma y de cierto modo, y no coincidir el juicio con el hecho, porque
resulta que el hecho tiene otro sentido, diferente al juicio, y entonces el juicio sale equivocado. Al
haber juicio equivocado, se ofende al prójimo, y quien emite el juicio equivocado también se
ofende a sí mismo, se causa dolor.

Saber vivir es muy difícil, porque vivimos en un mundo de apariencias, ilusorio, y tenemos la
tendencia a identificarnos con las apariencias, olvidando lo esencial, que es el Ser, ¡he ahí lo grave!

En nosotros, dentro de nosotros, existen factores psicológicos espantosos, que ignoramos y que
jamás admitiríamos tener. Ante todo deben recordar ustedes que el "yo" no es algo dijéramos
perenne; que el "yo" es una suma y también una resta, una multiplicación y una división de
"elementos inhumanos"; cada "elemento" de esos es un "yo".

Así, pues, no tenemos un solo "yo", tenemos muchos "yoes". Nuestro "yo" es pluralizado, no
singularizado, y eso es algo que ustedes deben comprender, porque existe el "yo temo", el "yo
amo", el "yo odio", el "yo envidio", el "yo tengo celos", el "yo tengo coraje", etc., etc., etc. Cada
uno de esos "yoes" tiene tres cerebros: el Intelectual, ubicado en la cabeza; el Emocional, en el
corazón, y el Motor-Instintivo-Sexual en la espina dorsal y en los órganos sexuales cada uno de
esos "yoes", es una persona diferente.

Así pues, tenemos muchas personas viviendo dentro de nuestra persona. Lo más grave es que
nuestra Conciencia lo más digno, lo más decente que hay en nosotros, está embotellada entre
todas esas personas internas que cargamos. Y se procesa la Conciencia en esa forma, de modo
subconsciente, en virtud de su propio condicionamiento; es decir está dormida, y he ahí lo grave.

Si tenemos la Conciencia dormida, ¿cómo podríamos en verdad, conocernos a sí mismos? Ahora,


¿creen acaso, ustedes, que alguien que no se conoce a sí mismo, puede conocer a los demás? Si a
sí mismos no nos conocemos, ¿cómo podríamos afirmar, nosotros, que conocemos a los demás,
que conocemos a nuestros amigos, que conocemos a las gentes? Si queremos conocer a los
demás, hemos de empezar por conocernos a sí mismos. Mas somos necios: no conociéndonos a sí
mismos, creemos que conocemos a los demás. ¡Cuán necios somos, cuán absurdos! Si nos
conociéramos a sí mismos, todo sería distinto. Desgraciadamente, no nos conocemos a sí mismos.

Si un hombre no se conoce a sí mismo, si no conoce sus propios mundos internos, ¿cómo podría
conocer los mundos internos del planeta Tierra, o cómo podría conocer los mundos internos del
Sistema Solar, o de la Galaxia en que vivimos? Si alguien quiere conocer los mundos internos de la
Tierra, del Sistema Solar o de la Galaxia, o de las Galaxias, debe empezar por conocer sus propios
mundos internos, empezar por conocerse a sí mismo.

Más, ¿cómo podríamos conocernos a sí mismos, si no dirigimos jamás la Inteligencia hacia


adentro, hacia el interior; si no nos acordamos nunca de nosotros mismos, debido a que estamos
identificados, precisamente con las apariencias de la vida? ¿Cómo podríamos conocernos a sí
mismos, si jamás dirigimos la Inteligencia hacia adentro, debido a que estamos fascinados por los
distintos eventos, sucesos, acontecimientos que llegan a nosotros? ¿Cómo podríamos conocernos
a sí mismos, si nunca dirigimos la Conciencia hacia adentro, debido a que los múltiples problemas
de la existencia nos tienen atrapados? Los vemos insolubles, creemos que son eternos, no nos
damos cuenta que tienen un principio y que tienen un fin.

Nosotros estamos atrapados por lo que es inestable, por lo que no tiene verdadera realidad.
Estamos metidos dentro de una máquina que gira incesantemente, juzgamos a los demás de
acuerdo a como somos, ¡he ahí tantos y tantos errores!, y no coinciden nuestros juicios con los
eventos que mal interpretamos, sean éstos propios o ajenos.

Obviamente, estamos metidos dentro de una máquina que gira incesantemente, pero andamos
sonámbulos, inconscientes, dormidos; nada sabemos sobre sí mismos, porque nunca nos
acordamos de sí mismos, de nuestro propio Ser; tenemos la mente demasiado ocupada en las
cosas ilusorias, en lo que es pasajero.

Nosotros debemos buscar la Auto-Realización Intima del Ser, no vivir más como autómatas;
debemos vivir en estado de alerta percepción, de alerta novedad.

¡Estamos en un "estado de coma" espantoso! Reflexionen en esto:

Primero, no nos conocemos a sí mismos.

Segundo, proyectamos nuestros defectos psicológicos sobre los demás, y vemos en los demás
nuestros propios defectos.

Tercero, juzgamos equivocadamente las acciones de los demás.

Cuarto, tales acciones no coinciden con el juicio que nosotros emitimos.

Quinto, el juicio que nosotros emitimos, es en verdad el propio defecto psicológico que sobre el
prójimo hemos proyectado.
Conclusión: el prójimo nos está sirviendo de espejo, pero nosotros no nos damos cuenta, en
nuestra inconsciencia, de que el prójimo está únicamente reflejando nuestros propios defectos,
nuestro propio "yo" psicológico. El prójimo es un espejo donde nosotros nos reflejamos, más no
comprendemos que el reflejo que hay en el espejo es nuestro propio reflejo; ni siquiera nos damos
cuenta de que nos estamos reflejando en el prójimo. Antes bien, estamos tan identificados con el
evento, con el suceso, con las circunstancias, que ni remotamente se nos ocurre reflexionar en
todas estas cuestiones y vivimos en un estado de fascinación, de inconsciencia, de sueño
psicológico.

Si en estos asuntos de la vida práctica, terrenales diríamos, andamos tan inconscientes, ¿qué
podríamos decir nosotros con respecto a las cosas celestiales? En verdad que podríamos mal
interpretar todos los postulados de la Ciencia Hermética; podríamos mal interpretar, debido a
nuestros juicios erróneos, las actitudes de los otros Iniciados, la vida de los Adeptos, etc.
Podríamos mal interpretar, debido a nuestro estado de inconsciencia, hasta el mismo Drama
Cósmico, y obviamente el Drama Cósmico, tal como está estipulado en los Cuatro Evangelios, ha
sido mal interpretado.

¿Por qué podríamos interpretar erróneamente la vida de los Adeptos de la Blanca Hermandad, o
por qué podríamos mal interpretar el Drama Cósmico, o por qué podríamos mal interpretar los
postulados de la Sabiduría Hermética, etc.? Por un solo motivo: porque nuestro juicio no es libre,
es un juicio condicionado por nuestros propios defectos. Nuestro juicio es el resultado del
embotellamiento psicológico en el que nos hallamos; nuestro juicio es, dijéramos, la proyección de
nuestros propios defectos.

Proyectamos nuestros defectos sobre los Cuatro Evangelios, proyectamos sobre los postulados de
la Ciencia Hermética, los proyectamos sobre los actos de los Iniciados, sobre la vida de los
Adeptos, etc. Así es que, también para las cosas celestiales no estamos preparados. Proyectamos,
y una mente que proyecta sus propios errores, no es una mente libre, no es una mente que pueda
aprehender, capturar la realidad de las cosas, la realidad de los fenómenos, de los hechos, de las
circunstancias que por todas partes nos rodean. Una mente así, si no sirve para comprender las
cosas terrenales, ¿cómo serviría para entender la vida de los grandes Iniciados, las cosas
celestiales? Incuestionablemente fallaría, porque si lo terrenal no lo puede entender, mucho
menos lo celestial.
Así que, creo yo que lo vital, en la vida, es no dejarnos llevar por las apariencias, no dejarnos
capturar por los eventos, por las circunstancias. Antes bien, estar alertas para descubrir en tales
eventos, nuestros propios defectos de tipo psicológico.

Cada circunstancia de la vida, ya sea ésta en la casa, en la calle, y en donde sea, nos brinda
maravillosas oportunidades, que si estamos alertas y vigilantes, como el vigía en época de guerra,
logramos aprehender nuestros propios defectos, que se proyectan sobre el prójimo.

El prójimo es el espejo donde podemos ver nuestros mismos defectos. Si vamos por la calle y
vemos a un ebrio, a un borrachito, ¿qué hacemos? ¿Por qué burlarnos del borrachito? Antes bien,
decir: "¡Ahí voy yo!" "¡Vea, ese borracho soy yo; vea como hago de pantomimas, cuán cómico
estoy¡" "¡Ese soy yo, ahí voy...!".

Debemos aprender a vernos en los demás. Si descubrimos allá a un individuo que truena y
relampaguea que rasga sus vestiduras como Caifás, debemos decir: "¡He ahí yo, ahí estoy, sí, cuán
iracundo soy, como rasgo mis vestiduras, como blasfemo, ese soy yo!"

En verdad estamos reflejándonos sobre los demás, en el prójimo nos estamos reflejando.

Claro, podrían ustedes decirme, en forma enfática, o tal vez objetarme: "¡No, yo no soy ladrón, yo
no soy un asaltador de casas; yo no me subiría jamás a la azotea a meterme en una casa ajena,
para robarme los dineros o las joyas"... Eso dirían, ¿verdad? Juzgaríamos al ladrón diciendo:
"¡Ladrón es, y a la cárcel con él!" Mas sucede que dentro de nosotros, también existe el "yo"
ladrón. No lo conocemos, no lo hemos descubierto, pero existe.

Ahí sí es como dijo Galileo: "Pur se muove, se muove" (es decir, "pero se mueve, se mueve").
Cuando a Galileo le preguntaron: "¿Jura usted que la Tierra no es redonda y no se mueve?",
entonces dijo: "¡Lo juro, pur se muove, se muove!" (es decir, "lo juro, pero se mueve, se mueve").
Así dijo Galileo, y se evitó que lo quemaran vivo en la hoguera de la Inquisición.

Así podemos decir que nosotros no tenemos el "yo" del robo. Habrá entre ustedes personas tan
honradas que sean incapaces de quitarle "un quinto" a nadie, y sin embargo tienen el "yo" del
robo increíble, pero cierto; algún día lo descubrirán.
¿Quién podría pensar que por ejemplo, una dama virtuosa, magnífica esposa, por ejemplo tenga
un "yo" de prostitución? ¡Imposible! O no vamos tan allá: pensemos en una niña pequeña, que es
todavía más escandaloso. ¿Que una niña de doce años, inocente, bien criada religiosamente,
tenga el "yo" del prostíbulo? ¡Es algo que causa asco! Dirían ustedes: "¡Imposible, absurdo!" Más,
sí puede ser.

Recuerden también ustedes, que así como hay una luna allá arriba brillando entre el firmamento y
que tiene dos caras: una, para iluminar la noche, y hay otra escondida, oculta, que nunca se ve, así
también hay una Luna Psicológica dentro de cada uno de nosotros con dos caras: la que se ve y la
que no se ve, la manifiesta y la oculta.

En la cara manifiesta de esa Luna Psicológica, tenemos los defectos que a simple vista resaltan: ira,
codicia, lujuria, envidia, orgullo, pereza, gula, etc., y "otras tantas hierbas más". Pero tras de esa
Luna Psicológica, tras de esa cara que a simple vista se ve, existe la parte oculta, la que no se ve.
Allí tenemos defectos que ignorábamos, allí todos resultamos magos negros, allí todos resultamos
hechiceros, brujos, allí resultamos ladrones, allí las damas más aristocráticas resultan prostitutas,
etc., etc., etc.

En esa cara oculta de la Luna que no se ve, de la Luna Psicológica hay "yoes" de prostitución, hay
"yoes" de adulterio, hay "yoes" de asesinato hay "yoes" de robo, etc., "yoes" que normalmente
ignoramos, porque si alguien nos dijera que nosotros tenemos tal o cual "yo" de esos, nos
ofenderíamos, no aceptaríamos de ninguna manera, más sí los tenemos.

Si a un santo del Nirvana se le dijese que él tiene todavía "yoes" del asesinato, de la prostitución o
del robo, se le ofendería terriblemente. El santo nos bendeciría dulcemente diciendo: "¡Que Dios
te perdone, hijo mío; estás perdonado, no guardo rencor contra ti, pero sé, hijo mío, que yo no
tengo nada de eso!" Así diría aquel santo del Nirvana. ¿Por qué? Porque no es más que un santo.
En esa forma, aquel santo detiene su avance hacia el Eterno Padre Cósmico Común. Y muchos son
los santos que así están detenidos en su avance; porque, en verdad, aunque sean del Nirvana, en
la cara oculta de la Luna que no se ve, en esa cara oculta de la Luna Psicológica, cargan todos esos
"yoes", y esto es lo que no entienden muchos. Esto es en verdad lo grave: todos tenemos
tendencia a justificarnos, a dejarnos llevar por las apariencias.
En cuanto a lo que a mí se refiere, ni soy santo ni me interesa ser santo. ¿Por qué no me interesa
ser santo? Porque me detendría en mi progreso esotérico. Sé muy bien que en la parte oculta de
mi Luna Psicológica, tienen que existir indubitablemente, existen "yoes" de tiempos antiguos,
escondidos entre las tinieblas.

Eso lo sé, y sé también que sólo penetrando heroicamente con la espada en la mano, en esa zona
de nuestra Luna Psicológica, podremos en realidad de verdad eliminar tales defectos, más esto es
muy avanzado.

Normalmente, las gentes pueden eliminar los defectos de esa parte de la Luna Psicológica, esos
defectos que resaltan, que a simple vista se ven. Ya cuando se trata de penetrar en la parte oculta
de la Luna Psicológica, en la parte escondida, pues se requiere de un esfuerzo mayor. Eso
pertenece ya a la "Iniciación de Judas", corresponde a la Pasión por el Señor. Nadie podría
penetrar en esas zonas, si no empuñara la Lanza en la "Forja de los Cíclopes", es decir, en la
"Novena Esfera". ¿Misterios? ¡Sí, y muy grandes...!

El santo no llega tan lejos: se contenta con eliminar los "yoes-defectos" que posee en la cara
visible de su Luna Psicológica. Luego se beatifica, de ahí no pasa y entonces se estanca. He ahí el
motivo por el cual yo no soy santo, ni quiero ser santo. Unicamente amo la comprensión, y eso es
lo fundamental: la comprensión de sí mismos.

En realidad de verdad, el Adepto está más allá de los santos. Cuando alguien dijo: "los santos
Maestros", ese alguien está equivocado, porque los Maestros están más allá de los santos.
Primero está el profano, luego el santo y después el Maestro. El Maestro está más allá de la
"esfera de los santos"; en el Maestro está la sapiencia.

Más, es posible juzgar equivocadamente a los Maestros, a los Adeptos. Tenemos siempre la
tendencia a proyectar, hasta sobre los Adeptos, nuestros propios defectos de tipo psicológico. Si
juzgamos equivocadamente a los Adeptos, sobre ellos también lanzamos nuestros juicios
equivocados, porque si no es posible juzgar rectamente los actos del prójimo común y corriente,
mucho menos es posible juzgar los actos de los Adeptos en forma correcta.
Normalmente tenemos la tendencia a tirar lodo contra los Adeptos. Así como tiramos lodo contra
nuestro prójimo, también tiramos lodo contra los Adeptos de la Blanca Hermandad. Por eso éstos
han sido crucificados, envenenados, metidos en prisiones, apuñalados, perseguidos.

Es muy difícil juzgar a un Adepto. Si es casi imposible juzgar al prójimo, mucho menos podríamos
juzgar a un Adepto.

Así que, los invito esta noche a la reflexión: a no dejarse llevar jamás de las apariencias, porque las
apariencias engañan; a no endilgar nuestros defectos a nadie.

Y hasta aquí mis palabras. ¡Paz Inverencial!

NECESIDAD DE CAMBIAR LA FORMA DE PENSAR


Bien, mis caros hermanos, ante todo es necesario conocer las leyes del Trabajo Esotérico Gnóstico,
si es que en realidad de verdad queremos un cambio radical y definitivo.

En nombre de la verdad diremos, que si por alguna parte hemos de empezar a trabajar sobre sí
mismos, tiene que ser en relación con la mente y con el sentimiento.

Sería absurdo empezar a trabajar con el centro motor, por ejemplo, que como ustedes ya saben se
relaciona con los hábitos, costumbres y acciones de tal órgano o de tal centro; obviamente esto
sería como empezar con un fakirismo absurdo. Y a propósito de fakires, en la India hay fakires que
por ejemplo, levantan un brazo en alto y lo sostienen por tiempo indefinido, hasta que llega a
quedar rígido. Hay otros que permanecen firmes en un sólo lugar durante 20 y 30 años, hasta
convertirse en verdaderas estatuas. Mas después de todo, ¿qué es lo que ganan esos fakires?
Desarrollar un poco la fuerza de la voluntad y eso es todo. No podemos pensar que ellos vayan a
crear el Cuerpo de la Voluntad Consciente, es claro que no.

No se puede crear ningún Cuerpo fuera de la Novena Esfera. Si fuera posible crear algún Cuerpo
en ausencia de la Novena Esfera, nosotros hubiéramos nacido pues, del aire o de las aguas de
algún lago o entre una roca, no seríamos hijos de un hombre y de una mujer, pero somos hijos en
verdad, de un hombre y de una mujer. Entonces, la Creación se realiza en la Novena Esfera, eso es
obvio.

Así pues ningún Fakir podría crear el Cuerpo de la Voluntad Consciente lejos de la Novena Esfera.
Nada ganan pues los que se dedican al fakirismo, excepto que desarrollan un poco la fuerza de la
voluntad y eso es todo. Empezar pues con el centro motor sería absurdo, aún más, empezar a
trabajar con el centro sexual sin tener una información correcta del Cuerpo de Doctrina Gnóstico,
pues es absurdo, porque el que empieza en esas condiciones no sabe lo que está haciendo, no
tiene conciencia clara del Trabajo en la Forja de los Cíclopes, puede caer -es obvio-, en gravísimos
errores.

Recordemos que primero es el centro intelectual, segundo el emocional, tercero el motor, cuarto
el instintivo, quinto el sexual. Existen también el sexto que es la Emoción Superior, y el séptimo
que es el Mental Superior. Pero si no empezáramos en realidad de verdad con los centros
inferiores de la máquina orgánica, caeríamos en el error.

Antes que todo, en estos estudios debemos empezar con los centros intelectual y emocional.
Necesitamos en verdad cambiar nuestra forma de pensar, de lo contrario marcharemos por el
camino del error.

¿De qué serviría, por ejemplo, que ustedes asistieran a estas cátedras y no cambiaran su forma de
pensar? Aquí se les dan muchos ejercicios esotéricos, se les orienta doctrinariamente, pero si
ustedes no cambian su forma de pensar, ¿de qué les sirve todo lo que aquí se les dé?

Se les dice que hay que disolver el Ego, se les dice que hay que sacrificarse por la humanidad, se
les dice que si crear los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser, etc., pero si ustedes continúan
pensando como antes, con los mismos hábitos mentales de otros tiempos, ¿de qué sirve todo lo
que estén escuchando aquí? Se les dice que tienen que desintegrar el Ego pero ustedes continúan
con sus viejos hábitos mentales, con sus formas y sistemas caducos de pensar, entonces, ¿de qué
les sirve la información que se les está dando?

En las Sagradas Escrituras se habla muy claramente y precisamente -muy cerca de Juan el Bautista-
sobre aquello del "vino viejo y el vino nuevo". Nadie echaría, por ejemplo -dice el Cristo- "vino
nuevo en odre viejo", porque los odres viejos se romperían. Así pues, que para el vino nuevo se
necesitan odres nuevos. También dice el Gran Kabir Jesús que a nadie se le ocurriría remendar o
poner remiendos en ropa vieja con pedazos, dijéramos, de ropa nueva. "Verbigracia", por ejemplo,
romper un traje nuevo para remendar uno viejo, eso sería absurdo, ¿verdad?

Así también esta nueva Enseñanza es como el vino nuevo, necesita odre nuevo. ¿Cuál es este
odre? Pues la mente. Si no abandonamos las formas caducas de pensar, si seguimos pensando en
los hábitos que antes teníamos, sencillamente estamos perdiendo el tiempo.

Se necesita cambiar la forma de pensar. Para vino nuevo, odre nuevo se necesita. Así pues,
necesitamos cambiar completamente nuestra forma de pensar a fin de recibir esta Enseñanza: ese
es el punto grave de la cuestión. Porque si recibimos esta Enseñanza y la añadimos a la forma que
teníamos de pensar antes, a nuestros viejos hábitos mentales, pues nada estamos haciendo, nos
estamos engañando a sí mismos.

Querer enganchar "el carro" de la Enseñanza Gnóstica a nuestro viejo "carro", todo dañado por el
tiempo, lleno de basuras e inmundicias, es engañarnos a sí mismos.

Se trata antes que todo de preparar el recipiente para recibir el vino de la Enseñanza Gnóstica, ese
recipiente es la mente. Sólo así, con un recipiente nuevo, transformado, con un recipiente
verdaderamente magnífico se puede recibirse el vino de la Enseñanza Gnóstica. Y esto es lo que
quiero que todos los hermanos vayan comprendiendo.

Necesitamos que las emociones negativas sean eliminadas de nosotros, porque esas emociones
negativas, pues no permiten un cambio de fondo. Es imposible transformarnos si aún poseemos
dentro de nosotros emociones negativas. Nosotros tenemos que erradicar de nuestro corazón las
emociones de tipo negativo, que son verdaderamente perjudiciales en todo sentido. Una persona
que se deja llevar por emociones negativas, se vuelve mentirosa en un ciento por ciento.

Ya les había a ustedes contado en mi pasada cátedra el caso de un señor XX que actualmente se
encuentra -podríamos decir- al borde de la muerte. Este buen hombre vino a tener pues una
embolia cerebral, motivo muy claro: -lo repito-, alguien le mal informó que su hermana había sido
víctima de un fraude. Tal informe fue después examinado y resultó falso, mas éste que ama a su
hermana, creyó pues en esa infundia difamante y la tomó tan en pecho que le dio una embolia
cerebral. En estos momentos se encuentra al borde de la muerte, vean ustedes ese caso. De
manera que entonces las emociones negativas vienen a llevarnos al fracaso. Su hermana aún sigue
convencida de que fue víctima de un fraude y es obvio que calumnia a un inocente, pero ella está
segura de que fue víctima. Personalmente examiné el caso y me di cuenta que ella misma se
estaba auto-engañando, se estaba mintiendo a sí misma víctima de las emociones negativas y a su
vez calumniando a otro de forma inconsciente. De manera que les dije a ustedes -y hoy repito-,
que las emociones negativas lo tornan a uno mentiroso. Observen ustedes las gentes como
mienten, llevadas por las emociones negativas, lanzan juicios falsos y luego se arrepienten. Pero es
tarde, ya los lanzaron entre tanto.

Así pues, debemos eliminar de nuestra naturaleza las emociones negativas. La mentira
ciertamente es una conexión falsa, lo normal es que la Energía del Padre, la vida del Anciano de los
Días, es decir, de nuestro Ser Interior Profundo fluya a través de la Organización Cósmica interior
hasta llegar a la mente. Pero si nosotros hacemos una conexión falsa, entonces ya no puede fluir
esa Energía. Es como si se cortara el alambre eléctrico, la energía eléctrica entonces no llegaría al
foco, o a los focos que nos iluminan.

Así pues, la mentira -ya les dije y repito-, es una conexión falsa. Por lo común cuando uno se llena
de emociones negativas, se torna mentiroso. Esa es la realidad de los hechos. Si nosotros
verdaderamente comprendemos todo esto, y empezamos por cambiar nuestra forma de pensar y
de sentir, bien pronto esto se reflejará en nuestras acciones.

Una vez que uno ha cambiado su forma de pensar y sentir y actuar, entonces está perfectamente
listo para empezar a Trabajar en con Misterios del Sexo. Y ese es el error de algunos misioneros,
que las gentes comiencen de una vez a Trabajar con el Maithuna en la Novena Esfera sin conocer
siquiera el Cuerpo de Doctrina. Pues esto es absurdo, porque las gentes que no han cambiado su
forma de pensar, que continúan con sus mismos hábitos, las gentes que tienen su misma forma de
sentir, que son víctimas de las emociones negativas, pues no comprenden estos Misterios del Sexo
y los profanan. Por eso es que Paracelso insiste en que primero que todo, hay que conocer la
Ciencia, para luego entrar a Trabajar en la Novena Esfera y tiene razón en esto Felipe Teofasto
Bombastro de Honeinghen, Aureola Paracelso.

Empecemos pues por cambiar nuestra forma de pensar y de sentir. Muchos reciben aquí
enseñanzas esotéricas pero si continúan pensando como antes, como pensaban hace 20 años,
¿qué sucede entonces? Estamos perdiendo el tiempo. Si se le da a las gentes las Enseñanzas para
que se auto-realicen, para que cambien y continúan pensando como antes, obviamente se marcha
muy mal.

Conozco hermanitos gnósticos que tienen 20 y 30 años de estar en las Enseñanzas Gnósticas. Y
todavía piensan como pensaban cuando tenían 20 ó 30 años de edad. Muy ilustrados, sí, manejan
muy bien las ideas pero si uno les examina detenidamente su vida, todas sus costumbres, verá que
son las mismas que tenían antes. Conozco hermanos hasta muy juiciosos, misioneros y todo que
platican muy bien sobre la Gnosis, que manejan el Cuerpo de Doctrina en forma extraordinaria,
pero los he estado observando y resulta que actúan como cuando no eran gnósticos. Actúan como
actuaban 30 años atrás, tienen las costumbres viejas que tenían cuando nada sabían de estos
Estudios, continúan con esas mismas viejas costumbres. ¿Qué están haciendo esos hermanos,
entonces? Obviamente se están auto- engañando miserablemente, eso es obvio.
Así pues, hemos de empezar por cambiar la forma de pensar y después la forma de sentir, poner el
vino nuevo, el Vino Gnóstico en odres nuevos, no en odres viejos.

Una mente decrépita, llena de hábitos viejos, de hábitos de hace 20 y 30 años atrás, no está
preparada para recibir el vino de la Gnosis. Una mente así necesita forzosamente pasar por un
cambio total, de lo contrario pues, se está perdiendo el tiempo miserablemente.

Con todo esto ¿qué es lo que queremos saber? Pues despertar Conciencia ¿verdad? Esa es la
verdad, eso es lo que queremos, despertar.

En el mundo oriental no se ignora que la gente está dormida, nadie lo ignora, pero en el mundo
occidental la gente cree que está despierta y sin embargo, hacen cosas que no quieren hacer. Se
lanzan a la guerra cuando no quieren ir a la guerra, pero siempre van aunque no quieran, ¿por
qué? Porque están hipnotizados. Ustedes saben que a un sujeto hipnotizado, por ejemplo, le
ordenamos que vaya a matar a alguien, va y lo mata. Eso ya está previsto en el Código Penal de
todos los países de la Tierra. Así también sucede con las gentes de todas las latitudes, están
hipnotizadas pero creen que están despiertas.

Si se les dice que ha llegado la hora de ir a la guerra, van a la guerra, no quieren ir, pero van. ¿Por
qué?: están hipnotizadas y el hipnotizado, hipnotizado está; eso es gravísimo, tremendamente
cierto. ¿Que necesitamos salir del sueño hipnótico? Eso es verdad, pero a ver ¿cómo salimos del
sueño hipnótico. Si estamos contentos con nuestros hábitos mentales, con nuestros sistemas de
razonar, con nuestros hábitos sentimentales, con nuestros distintos hábitos o costumbres
adquiridas, por la herencia y por la familia, entonces aunque estemos escuchando aquí en esta
sala las Enseñanzas, sencillamente, estamos perdiendo el tiempo.

Pregúntense ustedes a sí mismos, ¿para qué han venido? ¿Con qué objeto están ustedes reunidos
en esta sala? Si están aquí reunidos por mera curiosidad, pues vale más que no hubieran venido. Si
de verdad les salió el anhelo de cambiar, pero continúan muy contentos con sus viejas normas de
pensar, sencillamente se están auto-engañando.

Si ustedes quieren enganchar el "carro" de la Gnosis a su viejo tren carcomido por el tiempo y
podridos hasta el tuétano de los huesos, pues, están haciendo un juego muy tonto, que a nada les
conduce. Así pues, no nos engañemos a sí mismos. Si ustedes quieren cambiar, seamos serios y
empecemos por cambiar nuestra forma de pensar.

Cada cual tiene una forma de pensar y cada cual cree que su forma de pensar es la más correcta,
pero en realidad de verdad, las dispersas formas de pensar de cada cual o de todos en conjunto,
de correcto no tienen nada puesto que están hipnotizados. ¿Cómo puede pensar correcto una
persona que está hipnotizada? Pero ustedes ¿creen qué están pensando correctamente? He ahí su
error.

Sus hábitos mentales no sirven. Si es que quieren cambiar, bueno aquí tienen la Enseñanza nueva,
aquí tienen el vino de la Gnosis. Pero por favor, traigan odres nuevos para ese vino, no odres
viejos; porque el vino nuevo rompe los odres viejos.
Me interesa darles la Enseñanza a los hermanos, pero darla seriamente, y por eso les invito a
cambiar su forma de pensar.

¿Han reflexionado acaso ustedes en lo que es la Conciencia? ¿En que podrían comparar la
Conciencia? O sea hagan un poco de luz, que me dirijo hacia una parte o hacia otra, eso es obvio.

La Conciencia debemos aprender a colocarla donde debe ser colocada. Donde esté nuestra
Conciencia, allí estaremos nosotros. Ustedes que me escuchan en estos momentos, ¿están
seguros de que la Conciencia de cada uno está aquí? Si está aquí, me place, pero, ¿estamos
seguros de que está aquí? Puede ser que esté en este momento en la casa, puede ser que esté en
la cantina, puede ser que esté en el supermercado y que aquí tan sólo aquí estemos viendo la
personalidad de fachada de tal o cual hermano.

Así pues, donde está la Conciencia, ahí estamos nosotros. La Conciencia es algo que hay que
aprender a colocar inteligentemente donde debe ser colocada. Si colocamos nuestra Conciencia
en una cantina, se procesará en virtud de la cantina y si la colocamos nosotros en una casa de
citas, se procesará allí y si la colocamos nosotros en un mercado, tendremos un buen mercadero o
un mal mercadero. Donde quiera esté la Conciencia, allí estaremos nosotros.

La Conciencia está desgraciadamente embotellada. Y un "yo" de Lujuria podrá llevar nuestra


Conciencia pues, a una casa de citas. Un "yo" de borrachera, se la podrá cargar para una cantina;
un "yo" codicioso se la llevará por allá, para algún mercado; un "yo" asesino se la llevará por allá a
la casa de algún enemigo, etc. ¿A ustedes les parece acaso correcto no saber manejar la
Conciencia?

Tengo entendido que es absurdo llevarla a lugares donde no debe estar, eso es obvio.
Desgraciadamente, repito, nuestra Conciencia actualmente está enfrascada, sí, embotellada entre
distintos elementos inhumanos que en nuestro interior cargamos.

Necesitamos quebrar todos esos elementos dentro de los cuales se haya embotellada la
Conciencia. Pero díganme, ¿haríamos eso si no cambiáramos nuestra forma de pensar, si estamos
contentísimos con nuestros viejos hábitos caducos y extemporáneos que tenemos en la mente?
¿Nos preocuparíamos acaso, por despertar la Conciencia? Es claro que no.

Si se quiere cambiar, vamos a cambiar desde ahora mismo, a cambiar nuestros hábitos mentales,
nuestra forma de pensar. Cuando uno cambia de verdad, origina cambios interiores. Cuando uno
recambia su forma de pensar, puede entonces pensar en cambiar totalmente en su interior.

Pero si uno no cambia en su forma de pensar, aquí en esta mente y siguen existiendo los viejos
hábitos extemporáneos, ¿cómo puede uno decir que va a provocar un cambio en su Conciencia
interior? Eso no es posible, sería contradictorio que pensáramos una cosa e hiciéramos otra,
realmente no es posible. Así que necesitamos hacernos dueños de nuestra propia Conciencia,
colocarla donde debe colocarse, ubicarla donde debe ubicarse, aprenderla a poner en un lugar...
...Los diversos agregados psíquicos que nosotros tenemos en modo alguno son dignos. Lo único
digno, lo único real lo único que vale la pena en nosotros es la Conciencia, pero esta dormida, no la
sabemos manejar, los agregados psíquicos se la llevan para donde ellos quieren. Nosotros
realmente no sabemos usarla y eso es verdaderamente lamentable. Si queremos un cambio, pero
un cambio de fondo, debemos también ir aprendiendo a saber qué cosa es eso que se llama
Conciencia.

En el Mundo Oriental se nos ha dicho de que antes de que nazca en nosotros el Bodhisatwa debe
surgir en nosotros el Bodhisita. Pero bueno, ante todo, ¿qué cosa es eso que se llama Bodhisatwa?
Algunos de ustedes sabrán y otros no sabrán.

La Blavatsky dice que un Maestro que se posea los Cuerpos Causal, Mental, Astral y Físico es un
Bodhisatwa. El Alma Humana o Alma Causal, vestida con tales Cuerpos es un Bodhisatwa. Ella hace
plena distinción entre Maestro es sí que es Atman-Budhi, o sea el Intimo y la Alma-Conciencia y el
Bodhisatwa que el Alma Humana, revestida con los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser.

Pero el Budismo del Mahayana o Mahayanico, es más exigente. No reconocen como Bodhisatwa
sino a aquellos que se han sacrificado por la humanidad a través de sucesivos Mahanvantaras.

Hay dos clases -dice el Budismo Mahayánico-, de Seres. Los unos, por ejemplo, serían los Budhas
Pratyecas y los aspirantes a Budhas Pratyecas que son los Zarabacas. Estos no se sacrifican por la
humanidad jamás, nunca. Luchan sí, por cambiar y cambian, pero nunca dan su vida por sus
hermanos, y claro, jamás tampoco encarnan al Cristo Intimo. Los otros son los Bodhisatwas,
verdaderamente. Aquellos que han renunciado a la felicidad del Nirvana por Amor a la humanidad,
aquellos que en distintos Mahanvantaras han entregado su sangre por al humanidad, que
pudiendo vivir felices en el Nirvana, han renunciado a cualquier felicidad por sus hermanos en la
Tierra. Son ellos los únicos que verdaderamente pueden encarnar al Cristo.

Pero bueno, volvamos a esto del Bodhisita. ¿Qué cosa es el Bodhisita? Es la Conciencia ya
despierta, desarrollada, convertida en el Embrión Aureo. Es la verdadera Armadura Argentada que
nos puede proteger de las potencias de las tinieblas, que nos da la sapiencia, la experiencia.

Antes de que surja un Bodhisatwa dentro del interior de alguien, surge el Bodhisita; es decir, la
Conciencia despierta y desarrollada. Vean ustedes cuanto vale pues, ese don que se llama
Conciencia. Es lástima que la humanidad tuviera la Conciencia enfrascada entre el Ego, y es claro,
que mientras las gentes continúen pensando como piensan, sintiendo como sienten y con sus
mismas viejas costumbres rancias, no podrán despertar la Conciencia, continuará ésta hipnotizada.
Y en secuencia o como corolario diremos que nunca surgirá en gente así el Bodhisita.

Cuando el Bodhisita, que es la Conciencia desarrollada y despierta, surge en uno, en el aspirante,


entonces pronto aparece el Bodhisatwa. Obviamente el Bodhisatwa se va formando dentro del
clima psicológico del Bodhisita. Es grandioso el Bodhisita.

En realidad, de verdad, mis caros hermanos, es grande cuando uno verdaderamente cambia su
forma de pensar, porque entonces, y sólo entonces, trabajará para despertar la Conciencia.
Entonces, y sólo entonces hará un Trabajo serio que lo conduzca al nacimiento del Bodhisita, antes
no es posible.

Vivimos en un mundo desgraciadamente doloroso, todos ustedes están llenos de dolor, de


sufrimientos. Felicidad no existe en este mundo, no es posible. Mientras haya Ego, tiene que haber
dolor.

Mientras continuemos con nuestra forma rancia de pensar no podremos ser dichosos. Mientras
seamos víctimas de las emociones negativas, cualquier género de felicidad se hace imposible.
Nosotros necesitamos en verdad, llegar a la Felicidad.

No podríamos nosotros, conseguir tal logro si no despertáramos la Conciencia. Y nunca


despertaríamos la Conciencia si continuáramos con la forma que tenemos actualmente de pensar.
Así pues, primero miremos cómo estamos pensando, cambiemos esa forma anticuada del
pensamiento y preparemos nosotros odres nuevos, para el Vino nuevo que es la Gnosis, y así
trabajaremos de verdad, pero seriamente.

Este mundo en sí mismo, es el producto de la ley de la originación, este mundo se sostiene con las
Leyes de Causa y Efecto, que son las Leyes del Karma. También se les llama, Leyes de Acción y
Consecuencia, tal acción, tal consecuencia. Este es un mundo bastante complejo, es un mundo de
asociaciones, combinaciones múltiples y dualismo incesante, lucha de los opuestos, etc. En estas
circunstancias no es posible que exista en este mundo la Felicidad.

Cada uno de nosotros tiene que pagar su Karma, estamos llenos de deudas. Ese Karma
obviamente nos trae mucho dolor, mucha amargura, no somos dichosos.

Muchos piensan que podríamos llegar a la felicidad a través de la mecánica de la evolución. Es un


concepto falso, porque la mecánica es mecánica. La Ley de la Evolución, y también la de la
Involución, constituyen el eje mecánico de esta maquinaria que se llama Naturaleza.

Hay evolución en el grano que germina, en la planta que se desarrolla, y, al fin, da frutos. Hay
involución en la planta que ya entra en decrepitud y por último, se convierte en un montón de
leños. Hay evolución en el niño que se forma en el claustro materno, en la criatura que nace, que
crece, que se desarrolla y vive a la luz del sol. Más también existe la involución en el ser humano
que envejece, decrece, entra en decrepitud y al fin, muere. Eso es completamente mecánico.

Mecánica es la Ley del Karma también, en cierto sentido, en el sentido causativo, mirada a la luz
de las doce Nidanas, así es mecánica. Nosotros necesitamos libertarnos, precisamente, de la Ley
del Karma; necesitamos libertarnos de ese movimiento mecánico de la Naturaleza. Necesitamos
hacernos libres, y esto no será mediante la evolución mecánica.

Cualquier evolución mecánica se procesa de acuerdo con las leyes de Causa y Efecto, la Ley de las
Asociaciones, de las Combinaciones Mutuas, etc. Lo que es mecánico es mecánico. Nosotros
necesitamos libertarnos de la Ley de la Evolución y también de la Ley de la Involución, necesitamos
dar el gran salto para caer en el Vacío Iluminador.
Obviamente, existe pues, una antítesis entre la Teoría de la Relatividad que predicara un Einstein y
el Vacío Iluminador. Lo relativo es relativo, la maquinaria de la relatividad funciona con la Ley de
los Opuestos, con el dualismo, etc. En la lucha de las antítesis hay dolor y eso no es felicidad. Si
queremos la auténtica felicidad debemos salirnos de la mecánica ésta de la relatividad. Dar el gran
salto -repito-, para caer entre el seno del Vacío Iluminador.

Yo experimenté el Vacío Iluminador en mi mocedad. Apenas si tendría algunos 18 años de edad,


cuando pude dar el gran salto, pasar más allá del tiempo y vivenciar eso que no es del tiempo, eso
que podríamos llamar la experiencia del Prajña Paramita en su más crudo realismo. No está de
más enfatizarles a ustedes la noticia de que tal vivencia pudo ser repetida tres veces. Supe
entonces lo que era el Sunyata, lo pude vivir.

En el Vacío Iluminador no existe dualismo conceptual de ninguna especie; la maquinaria de la


Relatividad no funcionaría en el Vacío Iluminador, la Ley de las Mutuas Combinaciones y
Asociaciones Mecánicas no es posible en el Vacío Iluminador. Toda la teoría de la Relatividad de
Einstein quedaría destruida en el Vacío Iluminador.

Indubitablemente la experiencia del Vacío Iluminador sólo es posible en estado de Samadhi, o


como si dijera también el estado de Prajña Paramita...

En el Vacío Iluminador no existen formas de ninguna especie. Podría decirse que allí pasa uno más
allá del Universo y de los Dioses. En el Vacío Iluminador podría haber una respuesta correcta a
aquello de que "Si todo el Universo se reduce a la Unidad, ¿a qué se reduciría la Unidad?"

Tal respuesta no es posible para la mente lógica, o por lo menos con la mente que funciona de
acuerdo con la lógica formal. En el Vacío Iluminador no es necesaria tal respuesta sino que admite
una realidad potente en sí misma. "Todas las cosas se reducen hacia la Unidad, la Unidad también
se reduce a todas las cosas" Entonces se penetra en ese estado de Maha-Samadhi dijéramos, se
vive en todas las cosas desprovisto de todo, y esto, de por sí, ya es grandioso, sublime e inefable.

El Vacío Iluminador sólo es posible mediante el gran salto y a condición de haber pasado por la
Aniquilación Budhista total, de lo contrario no sería posible.

En aquella época aún no había pasado yo por la Aniquilación Budhista, y obviamente, a medida
que me acercaba a la Gran Realidad, la Conciencia se expandía en forma desmesurada. Es obvio
que en esta situación, no habiendo pasado por la Aniquilación Budhista, sentí indecible terror,
motivo por el cual regresé al Universo de la Relatividad de Einstein. Repito, tres veces experimenté
con el Vacío Iluminador, y supe en el Sunyata -experiencia trascendental vivida-, que hay más allá
del Vacío, algo, ¿qué? Eso que se llama Talidad, la Gran Realidad, lo supe con una intuición de tipo
trascendental, porque en el terreno de la Intuición, o dentro del Mundo de la Intuicionalidad, hay
distintos grados de Intuición. Incuestionablemente, el más elevado grado Intuicional es el de las
mentes filosófico-religiosas o filosófico-místicas, es el tipo de Intuición que corresponde al Prajña
Paramita.
Tal facultad pues, me permitió saber que más allá del Mundo del Vacío Iluminador, está la Gran
Realidad.

Bien, quiero afirmarles a ustedes en forma enfática que este camino de la Gnosis conduce a la
Gran Realidad. La Gran Realidad o la Talidad, Sunyatá, Prajña Paramita, está más allá del Universo
de la Relatividad; es decir, más allá de la mecánica ésta de la Relatividad, y más allá, mucho más
allá, del Vacío Iluminador. Es decir, la Talidad trasciende a estos dos opuestos que yo llamaría:
Mecánica de la Relatividad y Vacío Iluminador. No es el Vacío Iluminador la última palabra, es la
antesala de Talidad, es decir, de la Gran Realidad.

Estoy hablándoles a ustedes no en forma meramente teórica. En pasados Mahamvantaras


experimenté la Talidad y como quiera que la conozco, tengo que dar de ello vivo testimonio, lo
importante para nosotros es pasar por una suprema aniquilación, a fin de que la Conciencia,
convertida en Bodhisita, y totalmente despierta, pueda dar el gran salto para caer entre el Vacío
Iluminador, un paso más y llegaremos a la Talidad, pero, cómo les digo: tenemos que empezar por
cambiar nuestra forma de pensar para trabajar correctamente sobre sí mismos, desintegrando
realmente los elementos psíquicos indeseables que llevamos dentro, no podríamos concebir
nosotros el Despertar de la Conciencia, y desarrollo del Bodhisita, si antes no cambiaramos
nuestra forma de pensar.

Es necesario saber meditar, comprender lo que es la Técnica de la Meditación. El objeto de la


Meditación es muy simple, ¿qué es lo que queremos nosotros a través de la Meditación?
Tranquilidad, parecería muy superfluo lo que estamos diciendo, ustedes podrían objetarme que
podríamos tranquilizarnos con una botella de vino, ¿no? Eso es claro, podrían objetarme también
que podríamos tranquilizarnos oyendo una sinfonía de Beethoveen, eso podrían ustedes decirme,
pero en realidad de verdad, conseguir la tranquilidad, es lo más difícil que ustedes imaginar
puedan.

Nadie podría tener tranquilidad mental, tener su mente en santa paz, si no ha eliminado de su
centro intelectual el pensar caduco y extemporáneo que carga. Nadie podría tener paz en su
corazón, sino hubiese eliminado de sí mismo previamente, las emociones negativas y perjudiciales.

Así que cuando un gnóstico, un Arhat Gnóstico se sumerge en meditación, busca tranquilidad, en
esos instantes se propone trabajar sobre algún elemento inhumano que haya descubierto en sí
mismo, mediante la auto-observación.

Posiblemente descubrió la ira, bueno, se dedicará entonces a comprender el agregado psíquico de


la ira, hasta volverlo polvo, con la ayuda de su Divina Madre Kundalini, que deberá invocar, para
que le auxilie; o tal vez descubrió que tiene el agregado psíquico del odio, entonces se propondrá
a desintegrar tal agregado para que surja en su reemplazo el Amor.

A medida que uno vaya desintegrando todos esos agregados psíquicos inhumanos que cargamos
en nuestro interior, la Conciencia irá despertando.
Mucho se habla en la Gnosis sobre el Sexo, pero debemos primero cambiar nuestra forma de
pensar para que tengamos una rica información, para que nos hagamos más conscientes de la
Enseñanza. Sólo así trabajaremos con éxito en la Fragua Encendida de Vulcano.

No queremos en modo alguno esta noche eludir los Misterios Sexuales, es bueno que ustedes
entiendan que el camino que conduce a la Talidad, es -y subrayo esto completamente-
absolutamente sexual, y esto hay que entenderlo. Incuestionablemente, un soltero o una soltera
pueden disolver a base de mucha comprensión un 50% de agregados psíquicos, siempre y cuando
se apele a la Divina Madre Kundalini durante la Meditación, pero hay elementos psíquicos muy
pesados, que corresponden al mundo de las 96 leyes, estos no se desintegran sino exclusivamente
con el molinillo eléctrico de los físicos, con la swástica en movimiento, que genera determinado
tipo de electricidad sexual trascendente.

Obviamente pues, la mujer serpiente, o sea, la princesa Kundalini, la Divina Madre Cósmica es
reforzada mediante ese tipo de electricidad, y entonces puede con su poder eléctrico desintegrar
atómicamente los elementos psíquicos más pesados, en los cuales está embotellada la Conciencia.
Así poco a poco, llega el instante en que la Conciencia queda completamente liberada, despierta,
lista para dar el gran salto y caer en el Vacío Iluminador, que es la antesala de la Gran Realidad.

En este mundo se nos ha criticado demasiado porque ponemos énfasis en el sexo. Muchos
suponen que hay muchos caminos que puedan conducir a la Gran Realidad, obviamente que cada
cual es muy libre de pensar como quiera, pero en nombre de la verdad, por experiencia mística
directa, acumulada en el fondo de mi Conciencia, a través de sucesivos Mahamvantaras, puedo
decirles que el camino que conduce directamente a la Gran Realidad, a la Talidad, más allá del
Vacío Iluminador y de la mecánica de la Relatividad, es absolutamente sexual, en un ciento por
ciento.

Quienes disienten en esta cuestión, revelan con ese proceder psicológico desconocimiento de la
cruda realidad. Es obvio que quien ha tenido verdadera experiencia en estas cuestiones a través
de sucesivos Mahamvantaras, sabe muy bien que así es, y que no es posible escaparse
definitivamente de la mecánica ésta de la Relatividad por otra puerta o por otro camino que no
sea el directo, el que lleva a la Gran Realidad.

Sunyata es un término budista muy interesante, que nos indica perfectamente la experiencia
mística, vívida, del que no solamente ha experimentado el Vacío Iluminador...

...repito, dentro del terreno estrictamente místico o budista, disiento con muchos místicos o
budistas ortodoxos, que ponen el Vacío Iluminador como el máximo. Nosotros los gnósticos vamos
más allá de la mecánica de la Relatividad, más allá de esta maquinaria de la Teoría de la
Relatividad de un Einstein, fundamentada en el dualismo conceptual, y también mucho más allá
del Vacío Iluminador, nosotros queremos la Gran Realidad, la experiencia vívida, Sunyata, la vívida
experiencia de los Prajña-Paramitas.
Gracias a Dios tenemos nosotros en nuestro interior la Conciencia, es precisamente el don más
precioso, lástima que esté enfrascada en el Ego, pero si conseguimos libertar a la Conciencia,
entonces estaremos listos para el gran salto, para el salto supremo.

Una Conciencia libertada es una Conciencia que puede sumergirse entre la Gran Realidad de la
vida libre en su movimiento. Esta Gran Realidad es felicidad inagotable, más allá del cuerpo, de los
afectos y de la mente, es una felicidad imposible de describir con palabras. Todos queremos la
felicidad, y no tenemos la felicidad, necesitamos ser felices, pero no es posible ser felices en un
mundo de combinaciones, no es posible ser felices dentro de esta maquinaria de la Relatividad.

Recuerden ustedes que el Ego es tiempo, que el Ego es un libro de muchos tomos y que está
expuesto a las Leyes de Causa y Efecto. Es hora de que pensemos en libertarnos del Karma,
libertarnos de este mundo doloroso, de esta maquinaria tan infernal. Es hora de que pensemos
nosotros en la dicha verdadera de la Gran Realidad, por eso les invito esta noche a cambiar su
forma de pensar, porque si ustedes cambian, podrán trabajar sobre sí mismos, para libertar la
Conciencia; pero si ustedes no cambian su forma de pensar, si solamente quieren esta Doctrina
para engancharla a su tren, un carro más enganchado a un tren viejo, decrépito y degenerado,
pues están perdiendo el tiempo.

Yo quiero, pero la felicidad para ustedes, la verdadera dicha del Ser, así mis caros hermanos hasta
aquí la plática de esta noche, sin embargo hay algo que debo añadir antes de cerrar esta plática,
necesitamos que ustedes aprendan a meditar profundamente, que sepan meditar. Cuando uno ha
conseguido, pues, una verdadera concentración llega a una verdadera dicha.

Vean ustedes si yo no hubiera tenido la experiencia del Vacío Iluminador allá en mi mocedad, no
estaría hablándoles ahora en la forma en la que les estoy hablando, esa experiencia vívida jamás
se borró de mi Conciencia, ni de mi mente, ni de mi corazón. Es posible que en un Samadhi de
estos, es decir, en una práctica de meditación profunda pueda la Conciencia de un ser humano
escaparse de entre el Ego, para experimentar la dicha del Vacío Iluminador. Es obvio que si lo
consigue, trabajará con gusto sobre sí mismo, trabajará con ardor, porque habrá experimentado
ciertamente en ausencia del Ego eso que es la Verdad, Eso que no es del tiempo, Eso que está más
allá del cuerpo, de los afectos y de la mente.

Aquí, les he enseñado una forma sencilla de meditar, porque hay un tipo de meditación que está
dedicado a la auto-exploración del Ego, con el propósito de desintegrarlo, de volverlo cenizas.
Pero hay también otro tipo de meditación que tiene por objeto llegar un día a la experiencia de lo
Real, ojalá lo lograran ustedes, para que se sintieran animados interiormente y trabajaran sobre sí
mismos. Sin embargo conceptúo que es necesario tener algún mantram que les sirva.

Un mantram que les voy a dar esta noche es muy sencillo, ya les di una palabra de ese mantram,
en una pasada plática y ustedes los recordarán: "Gate", pero esta noche les voy a dar completas
las palabras de todo el patrón: "Gate, Gate, Paragate, Parasamgate, Bodhi, Suaja".
En las grabadoras tiene que haber quedado grabado y también en los corazones, repito: "Gate,
Gate, Paragate, Parasamgate, Bodhi, Suaja". Ese mantram se pronuncia suavemente, o con la
mente y el corazón. Puede también usarse como verbo silenciado, porque hay dos tipos de verbo:
verbo articulado y verbo silenciado. El verbo silenciado es poderoso, se relaja el cuerpo totalmente
y después de relajado, se entrega totalmente a su Dios Interior Profundo, sin pensar en nada,
únicamente recitando con la mente y el corazón el mantram completo: "Gate, Gate, Paragate,
Parasamgate, Bodhi, Suaja".

La meditación debe ser muy honda, muy profunda, los ojos cerrados, el cuerpo relajado,
entregados completamente a su Dios Interior. Ni un solo pensamiento se debe admitir en esos
instantes. La entrega a su Dios, debe ser total, y solamente el mantram debe resonar en su
corazón. Este mantram entiendo que abre el ojo de Dagma, este mantram profundo, un día los
llevará a ustedes a experimentar en ausencia del Ego el Vacío Iluminador. Entonces sabrán lo que
es el Sunyata, entonces entenderán ustedes lo que es el Prajñá Paramita.

Perseverancia es lo que se necesita. Con este mantram podrán ustedes llegar muy lejos, conviene
experimentar la Gran Realidad alguna vez en la vida, porque así se llena uno de ánimo para la
lucha contra sí mismo, esa es la ventaja del Sunyata, esa es la ventaja más grande que existe en
relación con la experiencia de lo Real. Y para que esta noche se aproveche la meditación y el
mantram como es debido, vamos a entrar un rato en meditación con el mantram, ruego a todos
los hermanos pues, entrar en la meditación.

COMO APRENDER A ESCUCHAR


Ante todo se hace necesario aprender a escuchar, muy raros en verdad son los que saben
escuchar.

Por lo común, cuando alguien escucha, no escucha, porque su "yo", su Ego, traduce todo lo que
escucha a su propio lenguaje, a su propia idiosincrasia psicológica, dentro de su criterio, y total, no
escucha...

La gente, para poder aprender a escuchar, debe antes que todo despertar la Conciencia. ¿Cómo
podría escuchar, psicológicamente, alguien que tiene la Conciencia dormida?

Para saber escuchar hay que estar presentes, y me pregunto a mi mismo y pregunto a ustedes:
¿Están seguros, los que están aquí presentes; están seguros de que a estas horas no estarán
ustedes deambulando por sus casas, por su taller, o en el campo, o en algún lugar de sus afectos?

Siempre vemos a las personas sentadas, aparentemente escuchando, pero ¿cómo podría escuchar
el que no está en casa?

Por lo común, cuando uno habla de Gnosis, aquellos que aparentemente escuchan, no escuchan,
huyen despavoridos, van de aquí para allá y de allá para acá, viajan por la ciudad psicológica
interior. Recordemos que dentro de cada uno de nosotros hay un país psicológico y una ciudad
psicológica, (una cosa es el lugar en el cuerpo físico y otra cosa es el lugar psicológico donde
nosotros estamos ubicados).

¿En qué lugar estaremos ubicados ahora mismo? Ustedes dirán que acá (podría ser, podría no ser).
La realidad es que, es difícil saber escuchar, porque por lo común el que escucha se escapa, viaja
por su país psicológico, huye en cualquier dirección. Total, "no está en la casa", y no estando en
casa, ¿Quien escucharía? ¿La personalidad humana? Verdaderamente, ella no sabe escuchar... ¿El
cuerpo físico? ¡ese no es más que un instrumento! ¿Quién escucharía entonces...?
Cuando uno habla a otra persona, (y esto lo digo muy especialmente a nuestros misioneros) tienen
que estar un poco alerta, porque las gentes huyen cuando nos escuchan o cuando aparentemente
escuchan, "no están en casa"...

Hay también gentes que están muy llenas de sí mismas; esas gentes no quieren escuchar la
Palabra, no tienen un lugar vacío, un puestecito para nuestra palabra, están llenas de sí mismas;
de sus engreimientos, de sus orgullos, de sus vacuidades, de sus vanidades, de sus teorías, etc.,
entonces la palabra no tiene donde entrar... ¿Dónde entraría, si esas gentes están llenas de sí
mismas?

Recordemos a Jesús y su nacimiento: sus padres concurriendo, pues, al empadronamiento citado


por Herodes; no hallaron en el "mesón" un lugar vacío... Entonces no hay en la "taberna interior"
(si es que se le puede dar ese nombre) un lugar vacío para la Palabra; está ocupada la "taberna",
está ocupado el "mesón" (¡cuán grave es eso!).

Nosotros debemos tener la "escudilla" del Budha hacia arriba, la "olla", para recibir la Palabra
Crística; pero en vez de hacer eso, las gentes colocan la "olla" hacia abajo. Se necesitaría primero
reconocer, pues, nuestra propia nadidad y miseria interior para que quedara en la "escudilla", en
el "cuenco", en la "olla", un lugar, sí, para la palabra. Más en tanto estemos llenos de sí mismos,
¿cómo podría la palabra entrar en nosotros? O en otros términos, ¿cómo podríamos aprender a
escuchar desde el punto de vista psicológico? Porque saber escuchar lógicamente, o saber
escuchar, dijéramos, físicamente, es cosa relativamente fácil, pero psicológicamente, ¡cuán difícil
es saber escuchar!

Hay que estar en actitud receptiva, con la "olla" hacia arriba, aguardando el alimento, o el
"cuenco", o la "escudilla", al estilo búddhico; pero si la "olla" está hacia abajo ¿cómo puede entrar
el alimento en nosotros, cómo podríamos recibirlo?

Esos que están llenos de orgullo, de auto-suficiencia, esos que están rellenos de teorías, ¿creen
ustedes acaso que se encuentran en el estado preciso para poder recibir la palabra? Ante todo,
tenemos que reconocer nuestra propia nadidad y miseria interior, antes de poder recibir el
alimento de la palabra, y no es posible recibir ese alimento si no sabemos escuchar. Pues antes, si
hemos escuchado nosotros una palabra miles y hasta millones de veces, y creemos que la
sabemos, que la hemos escuchado, pero en realidad de verdad, no hemos escuchado esa palabra.
Cualquier día de esos tantos, la oímos y nos "cae de nuevo"; pero si la hemos escuchado miles de
veces, ¿por qué nos "cae ahora de nuevo"? Porque siempre la habíamos escuchado con la
Conciencia dormida y un día cualquiera tuvimos la suerte de escucharla con la Conciencia
despierta, y nos "cae" como algo nuevo...

Vean ustedes cuán difícil es saber escuchar, vean ustedes cuán trabajoso es... Se necesita ante
todo ser conscientes, si queremos saber escuchar. Recordemos aquella tentación de Jesús en el
desierto, cuando Satán le dice: "Todos estos reinos del mundo te los entregaré si te arrodillas y me
adoras" (he allí la tentación). Se le pedía a Jesús el Cristo que colocara la "olla" boca abajo, que no
la colocara hacia arriba para recibir la palabra interior que viene de lo Alto, sino que la colocara
hacia abajo para escuchar las cosas externas, para escuchar, pues, ese mundo de los sentidos
externos...

De manera que Jesús no cayó. ¿Por qué no cayó el Gran Kabir Jesús? Porque El estaba siempre
alerta y vigilante como el vigía en época de guerra, tenía la "escudilla" hacia arriba, no hacia abajo;
estaba aguardando recibirla. Pero si El hubiera caído en tentación, es decir, si hubiera colocado la
"escudilla", la "olla" hacia abajo, hubiera escuchado palabras externas, cosas que vienen de
afuera, cosas del mundo, no habría sido capaz de escuchar psicológicamente.

Así, mis queridos hermanos, nosotros debemos volvernos cada vez más receptivos a la palabra,
debemos aprender a escuchar psicológicamente. Más repito: ¿cómo se podría escuchar si estamos
fuera de casa? Para poder escuchar, hay que estar en casa... ¿Y quienes están fuera de casa? ¡pues
todos los inconscientes...!

¿Ustedes pueden estar seguros de que en este momento me están escuchando? ¿Podrían
asegurarlo? ¿Podrían ustedes asegurarme, en este momento, jurar de que ustedes están íntegros,
no ambulan ustedes por otros lugares? La cruda realidad de los hechos es que cuando escuchan
las gentes no escuchan porque andan por otros lugares, están ausentes, no están en casa,
deambulan.

¿Por qué no recuerdan las personas, las gentes, sus vidas anteriores? ¡Pero cómo las van a
recordar, si no están en casa! ¿Puede uno recordar acaso algo que uno no ha experimentado?
"Estar en casa"... ¿Quién sabe lo que es "estar en casa"? Me refiero a esta "casa", a la persona
humana... Normalmente, el Ser anda fuera de casa; entonces, ¿cómo podríamos recordar las
pasadas existencias, si siempre estuvimos fuera de casa?
Hay dos cosas capitales en nuestros estudios gnósticos: primero: recordación de sí mismos, es
decir, de nuestro propio Ser, y segundo: relajamiento del cuerpo... Recordarse a sí mismo y relajar
el cuerpo, debemos hacerlo continuamente. Normalmente el cuerpo siempre está en tensión (los
nervios en tensión, los músculos)... Hay necesidad de aprender a recordarse a sí mismo y relajar el
cuerpo; yo lo hago continuamente, todos los días: el recuerdo de mí mismo y relajar el cuerpo, en
un sillón, sea en una cama o donde sea. Eso es indispensable: ir día a día recordándonos cada vez
más y más de sí mismos, es decir, de nuestro propio Ser.

Por olvido del Ser, en realidad de verdad las gentes cometen muchos errores y tienen tantas
teorías tan equivocadas. Si Laplace, el gran astrónomo y matemático francés, no se hubiera
olvidado de sí mismo, de su propio Ser, no habría concebido jamás en su mente esa teoría, la
famosa teoría de Laplace, esa teoría falsa, absurda, completamente absurda... Cuando Laplace
presentó su teoría a Napoleón Bonaparte, explicándole cómo de una nebulosa sale un planeta o
un sistema solar, entonces Napoleón le dijo: "¿Y cuál es el puesto que habéis dejado a Dios".
Cínicamente responde: "No, señor, yo no he necesitado de Dios para elaborar mi teoría" (vean
ustedes la auto-suficiencia). Es precisamente por lo mismo, porque no apeló a su Ser Interior,
como pudo elaborar esa teoría, esa teoría falsa, porque a ningún astrónomo del planeta Tierra le
consta jamás, nunca haber visto, con sus propios ojos, un planeta saliendo o emergiendo de entre
una nebulosa. Así que, entonces no les consta; sin embargo, es admitido por muchos necios como
dogma de fe... Si Laplace no se hubiera olvidado de sí mismo, no habría elaborado esa absurda
teoría...

Por ahí anda un necio que echó una gota de aceite, entre un vaso con agua. Con un palillo se
propuso hacer girar la gota de aceite: se extendieron anillos que luego quedaron girando
alrededor de la gota central.. ¡y así se formó el Universo...! Le preguntan: "Y entonces qué? ¿Y
Dios?" "No, no, necesitaba de Dios, vea como se forma"... ¡Pero bien tonto! no se da cuenta de
que en su teoría está él haciendo el papel de Dios, pues es él que con su movimiento está
haciendo girar el aceite ese, las gotas de aceite alrededor del mundo.. Sin embargo, es tan necio
que no se da cuenta que hubo necesidad de alguien que provocara los movimientos, pues sola, la
gota de aceite no giraría ni se extendería en forma de anillos; necesitó de una mano que la
moviera, de un impulso inteligente, pero el cínico ese, el tonto ese, está haciendo el papel de Dios
y sin embargo negando a Dios. De manera que así es la gente, torpe, cuando se olvida de sí
misma...

En cuanto a mí se refiere, gracias a Dios no me he olvidado de mí mismo, es decir, de mi propio


Ser; por lo tanto digo que la nebulosa de Laplace y su teoría nebular, es falsa... Yo voy más lejos, yo
estoy con Sababat, ¡con Sababat! ¿Qué es eso? dirán ustedes (Diamahath... Si digo que estoy con
Diamahath, no estoy cometiendo ningún delito)... Es la Inteligencia Directriz, formada dijéramos
por el Sabaoth, por el Ejército de la Palabra.

¿Cómo surgió el Universo, de una nebulosa? ¡No es cierto, no digan falsedades! Surgió de Sababat,
de la Substancia-Madre, del Caos (de la Mula-Prakrithi, dirían los Indostanes). Es obvio, ¿que se
celebraron ciertos rituales, tántricos por cierto, en el amanecer del Mahanvantara? ¡Es cierto!
Claro, los Elohim que en su conjunto constituyen el Sabaoth, ese Ejército de la Palabra, se
desdoblaron a sí mismos en la forma del Andrógino Divino, pero al desdoblarse a sí mismos como
macho-hembra, quedaron lo suficientemente preparados para fecundar la Materia Caótica; así fue
como la Isis y su principio Masculino, ejercieron entonces una cópula de tipo químico, metafísico,
para fecundar la Materia Caótica, para fecundar a Sababat, el Caos. Entonces separaron las aguas
superiores (del Caos) de las inferiores. Esas superiores fueron fecundadas por el Fuego,
ascendieron por la espina dorsal de Isis (hablando en forma colectiva), fueron fecundadas por el
principio masculino, con el Fuego y luego regresadas posteriormente al Caos, para que el Caos
fuera a su vez fecundado, y así surgió la vida, surgió el semillero de todo lo que es, ha sido y será;
se produjo el "Remolino Atómico" por todas partes. Luego los Gérmenes de la existencia, los
Atomos Elementales, los Gérmenes Elementales surgieron, surgieron los mundos con todas sus
cosas, todo gracias a Elohim o a los Andróginos Divinos, o a las Huestes de los Elohim, para hablar
más claro, pero allí no hubo ninguna nebulosa.

La primera forma que surgió a la existencia, fue un Universo mental; mucho más tarde cristalizó en
forma Astral, después en forma Etérica y después tomó forma Física, pero no hubo ninguna
nebulosa por allí, como dice Laplace; todo fue producto del Verbo, todo fue producto de la
Palabra... Si Laplace no se hubiera olvidado de sí mismo, si en vez de elaborar su teoría se hubiera
entregado a la meditación, es obvio que habría podido algún día evidenciar los orígenes del
Universo, que distan mucho de parecerse a las teorías de Laplace. Esa es la cruda realidad de los
hechos...

De manera que, cuando uno se olvida de sí mismo, comete errores espantosos. Lo más grave es
olvidarse uno de sí mismo...

El Fuego es lo que cuenta en cualquier creación; pero una cosa es el fuego en el mundo físico y
otra cosa es el Fuego en el Caos. Obviamente, en el Caos el Fuego es una potencia eléctrica, con
posibilidad de despertar para crear.
En estos días en que estamos trabajando con Pistis Sophía, digo que Pistis Sophía en el Caos es
definitiva. Realmente, Sophía, Sabiduría, es Fuego y resplandece en el Caos; por algo se dice que
"la luz sale de las tinieblas" y que "el Cosmos sale del Caos"... Pistis Sophía, como Fuego,
resplandece en el Caos para crear y volver nuevamente a crear. La Divina Sabiduría está en el Caos
y del Caos puede brotar para llegar al "Aeón-13" al "13-Serpiente", al "13 Numeral Séptimo".

Así, mis queridos hermanos, debemos nosotros reflexionar cada vez más en todo esto. Grandes
cosas se abren para uno, cuando no se olvida de su Ser, cuando se recuerda a sí mismo
profundamente...

Es aconsejable que los hermanos diariamente, sea por cinco, diez minutos, un rato, media hora,
una, se recuerden a sí mismos, que sentados en un sillón, relajen su cuerpo totalmente; un día
podrán llegar a la experiencia de lo Real por ese camino, que es un modo de actuar sobre el centro
emocional por medio del centro motor, al estar luego en esa actitud de la mente, en plena
relajación, vivenciando al Ser, sintiéndolo, experimentándolo... Volverse receptivo al Ser; eso es
fundamental.

La personalidad debe volverse cada vez más pasiva y receptiva a la palabra que viene de arriba, de
lo Alto; esa palabra viene a través de los Centros Superiores del Ser y llega a la mente; pero si no
somos receptivos, si no aprendemos a relajarnos, si nos olvidamos de sí mismos, ¿cómo podremos
recibir los mensajes que vienen a través de los Centros Superiores del Ser, de qué manera?

Los hermanos deben comprender esto, se necesita volvernos receptivos, aprender a recibir la
palabra, captar su honda significación (eso es fundamental). Diariamente, debemos relajarnos y
recordarnos a sí mismos, a nuestro propio Ser; así avanzaremos triunfantes...

Bueno, si hay algún hermano que quiera preguntar, pueden hacer sus preguntas con la más entera
libertad. Todos tienen derecho a preguntar, o todos pueden preguntar, sin salirse del tema, hable
hermano.

P.- Quisiera saber, Venerable Maestro, lo siguiente: cuando un estudiante no está en el recuerdo
de sí, ¿es inútil que consulte a un Maestro para que le resuelva una situación, puesto que no lo va
a saber escuchar?
R.- Pues, consultar es necesario, pero saber escuchar es indispensable. Así, pues, no es absurdo
consultar, lo que sí es absurdo es no saber escuchar... ¿Hay alguna otra pregunta, hermanos?

P.- Por medio de la educación de la palabra, ¿se puede aprender a escuchar?

R.- Una cosa es hablar y otra escuchar; si no sabemos escuchar, no tendremos el verdadero
conocimiento. Para saber escuchar, se necesita estar alertas y vigilantes, estar conscientes.
También se necesita que haya un pleno equilibrio entre el Saber y el Comprender, o entre el
Conocimiento y el Ser. Pero una cosa es escuchar y otra cosa es hablar. Educar la palabra es
conveniente, no digo que no, pero se hace indispensable saber escuchar, a eso no referimos
principalmente, a la Ciencia de Escuchar. ¿Alguna otra palabra hermano?

P.- Maestro: cuando uno está frente a usted, hay un aletargamiento de la mente, queda uno
incapacitado para absorber toda la palabra del Maestro, para absorber el conocimiento
trascendental, es decir, queda uno como perplejo, atontado, frente a la sabiduría del Maestro, de
tal manera que resulta harto difícil escucharlo a usted. Entonces, ¿qué podría hacer para aprender
a escucharlo, Venerable Maestro?

He oído tus palabras... Indudablemente, hay que saber escuchar; se necesita el estado de alerta-
percepción, de alerta-novedad, si es que se quiere escuchar. Más repito: ¿cómo podría saber
escuchar el que no está en casa? Normalmente, las gentes que escuchan en un auditorio al
conferencista, suelen escaparse, tienen múltiples "agregados psíquicos inhumanos" que van y
vienen por todas partes... Total que, estando allí en el auditorio escuchando, no están, y oyendo
no oyen, porque están fuera de casa...

Si se quiere saber escuchar, debe uno estar íntegro, unitotal ante el conferencista; deben estar los
tres centros (el intelectual, el emocional y el motor) integrados, unidos; pero si esos tres centros
andan disociados: el intelectual por un lado, el emocional por el otro y el motor por otro, pues
sencillamente no se está escuchando la palabra. De manera que saber escuchar es algo muy difícil
y fundamental, porque si uno aprende a escuchar, puede entonces recibir información completa
sobre el trabajo gnóstico esotérico.
Téngase en cuenta que en la vida práctica, la vida tiene muchas fuerza. La vida y el estado de
inconsciencia tienen una fuerza terrible; parecería como si la vida en el estado de inconsciencia de
la humanidad, tuviera más fuerza todavía que el conocimiento esotérico gnóstico. Pero lo que
sucede es que las gentes están tan llenas de sí mismas, repito, que no pueden recibir entonces la
información que se les da a través de la palabra; están llenas, no reciben la información correcta,
es decir, no saben escuchar (están llenas de sí mismas)...

Si uno escucha, si aprende a escuchar en estado de alerta-percepción, de alerta-novedad, llega


uno también a reconocer por tal motivo, mediante los datos que recibe, mediante la palabra que
lo informa, realmente viene a descubrir que es un cuitado, un desnudo, miserable y hambriento.
Queda, pues un lugar vacío para que la palabra pueda entrar allí; pero mientras uno se sienta
lleno, mientras se sienta engreído, se sienta satisfecho con todos esos Egos, ¿cómo va a recibir la
palabra? No hay un lugar vacío dentro de la persona, para que la palabra pueda almacenarse allí.

De manera que debemos nuestros "cántaros", nuestra "escudilla", nuestro "cuenco", deben estar
hacia arriba, abierto, aguardando la palabra, el alimento que va a nutrirnos, que va a orientarnos.
Pero si uno voltea la "olla" hacia abajo, ¿cómo va a recibir? No recibe; necesita voltearla hacia
arriba, dejar un puesto vacío para que ahí en esa "olla", a esa "olla" llegue el conocimiento...

P.- Maestro: la falsa educación, la falsa moral, ¿es también un obstáculo para aprender a
escuchar?

R.- Pues ciertamente, la falsa educación causa mucho daño. Digo que la educación que uno recibe
en las escuelas primarias, en la preparatoria, kínder, secundaria y universidad, es falsa, porque no
está relacionada con ninguna de las parte autónomas y auto-conscientes del Ser. Siendo falsa,
falsea de hecho los cinco cilindros de la máquina y nutre a muchos "agregados psíquicos
inhumanos". Un sujeto con una personalidad falsa, bien robustecida, es un sujeto que no está
dispuesto a saber escuchar, que no sabe escuchar; siempre escucha las voces subjetivas, infra-
conscientes, infrahumanas de los cinco cilindros de la máquina orgánica. Las únicas voces que sabe
escuchar son las de la falsa personalidad; se siente tan relleno de conocimientos, que no deja un
lugar vacío donde pueda un instructor depositar la palabra. De manera que la falsa educación
perjudica horriblemente, y en cuanto a la falsa moral, pues ¿no se a qué moral te refieres?

P.- Pues a la moral, digamos, apegada a lo viejo, a la tradición...


R.- Esa no sirve; hablemos de ética revolucionaria... Porque la moral es esclava de las costumbres y
de los lugares, de las épocas. Lo que en un país es "moral", en otro país es "inmoral"; lo que en
una época fue "moral", en otra época es "inmoral"; lo que en un tiempo fue "moral", en otro
tiempo es "inmoral"... Veamos un caso muy concreto: en la China, por ejemplo, hasta hace poco
tiempo, matar al padre porque ya estaba muy anciano, pues, se consideraba "moral". Entregarle
las niñitas chiquitas, recién nacidas, a los misioneros católicos que llegaban allá cambiándolas por
sellos de correos... Es normal, por ahí había un cura que trajo ciento y más de niñitas adquiridas
con puros sellos de correos, normal, sus padres tiraban a una niñita, porque era niñita a la calle,
como es mujer, eso no vale la pena, la tiraban a la calle, únicamente se alegraban cuando nacía un
varón, pero nacía una mujer y la tiraban a la calle o la cambiaban por "timbres de correo"... De
manera que, ¿en qué quedamos con la moral? La moral es esclava de las costumbres. Podríamos
citar miles de casos, algunos de ellos muy dolorosos y hasta vergonzosos, sobre la tan cacareada
"moral"...

Así, pues, la moral es esclava de las costumbres, de los tiempos, es el resultado de todos los
prejuicios de la humanidad. Eso no sirve, si uno quiere marchar por la senda de la Auto-Realización
Intima del Ser, tiene que libertarse de la moral. Hablemos más bien de Etica Revolucionaria; esto
"suena" mejor. Uno tiene que aprender a hacer un inventario de sí mismo para saber qué le sobra
y qué le falta, y también aprender a manejar las virtudes.

Una virtud, por muy santa que sea, fuera de lugar causa daño; hay muchos santos que han
perjudicado a la humanidad con sus virtudes; esa es la cruda realidad de los hechos. Sin embargo,
las virtudes son preciosas, pero el que no las sabe manejar, obviamente causa daño con las
mismas virtudes. De manera que no hablemos de moral, hablemos de Etica Revolucionaria. La
moral no sirve, perjudica nuestro desarrollo... ¿Hay alguna otra palabra?

P.- Maestro, hay que saber escuchar y hay que estar en casa para poder escuchar... ¿podría usted
ahora Venerable Maestro, hablarnos un poco sobre el "mal secretario"?

R.- El "mal secretario" es terrible, es nada menos que el Ego. y él traduce todo de acuerdo con su
idiosincrasia psicológica, total, que no ha terminado el conferencista de hablar y el Ego ha formado
su propio concepto, pero falso, pues se basa en los prejuicios, en los temores, en las falsas teorías,
en la educación falsa recibida, etc., etc., etc., y otras tantas "hierbas"... El "mal secretario" causa
mucho daño; por eso hay que estar alertas y vigilantes siempre, dispuestos a recibir la palabra,
pero alertas, atentos y presentes. Si andamos ausentes, ¿cómo podríamos recibirla? Repito: ¿por
qué las gentes no recuerdan sus vidas anteriores? Sencillamente porque nunca están presentes,
nunca están en casa; muere el cuerpo y nunca han estado en casa... ¿Cómo van a recordar las
vidas anteriores, si nunca estuvieron en casa?...

P.- Maestro: puede hablarnos de la relación que hay entre saber escuchar y la oración....?

R.- Es muy interesante la pregunta que hace nuestro hermano, ciertamente saber orar y saber
escuchar es indispensable, pero hay que saber orar, he ahí lo difícil. Ante todo hay que saber que
hay 4 estados básicos de Conciencia: primero, la inconsciencia total del individuo que está
durmiendo en la cama. El Ego anda en los mundos internos tan inconsciente como el cuerpo que
reposa. Segundo, la inconsciencia del individuo que ha despertado y se ha levantado de su cama.
Sigue con los mismos sueños que tenía cuando estaba el cuerpo en estado pasivo, sólo que ahora
el cuerpo está activo para nosotros. En esos dos estados inhumanos o infrahumanos es imposible
poder hacer una oración correcta... Para poder uno hacer una oración correcta tiene que apelar a
un Tercer Estado de Conciencia, a la recordación de sí mismo, de su propio Ser. Cuando uno se
concentra en su Padre que está en secreto con la oración del Señor: "Padre nuestro que estás en
los cielos..." obviamente está haciendo una oración consciente, que tendrá una respuesta
consciente.

Más si hemos de apelar a la oración del Señor, primero tenemos que concentrarnos en nuestro
propio Señor Interior Profundo, en nuestro Ser. No en un Dios antropomórfico estilo dogmático,
como el que tienen muchas sectas muertas, ¡no!, en la parte superior de nuestro propio Ser, esa
parte trascendental es el Padre que llevamos en el fondo. Es a El a quien nos debemos dirigir.

La oración debe ser reflexiva. Después de la recordación del Señor, que es nuestro propio Ser
interior profundo, meditaremos en cada palabra de la oración del Señor, en cada frase, palabra
por palabra, frase por frase. Tratando de comprender la honda significación. Concluida la oración
nos relajamos aún más, en estado pasivo, receptivo. Con mente quieta y en profundo silencio
aguardamos que venga la palabra del Padre... Si logramos escucharla, si encontramos respuesta, la
oración ha sido bien hecha. Pero si no logramos escucharla, si no llega a nosotros, significa esto
que la oración ha sido mal hecha, no ha sido perfecta.

Uno tiene que aprender a platicar con su Padre. Con el Padre que está en secreto cara a cara, en
profunda quietud y silencio. Así es como debemos entender la oración. Así es como debemos
entender nosotros la "Palabra" venida de lo alto. Esa Palabra llega a la mente a través de los
Centros Superiores del Ser, pero hay que estar en estado receptivo para escuchar, eso es todo...
P.- Maestro: muchas veces una palabra nos llega más profunda que otra ¿para poder captar más
hay alguna forma, alguna manera de poder forzar a la mente a captar más...?

R.- Plena atención consciente. Si no se tiene la plena atención consciente, ambularemos de un


lugar para otro mientras se escucha y así escuchando no escucharemos. Hasta aquí mis palabras...

COMO HACER LA LUZ DENTRO DE NOSOTROS MISMOS

Moisés dijo en el Génesis: "Hágase la luz, y la luz fue hecha". Esto no es algo que corresponde a un
pasado remotísimo, no. Este tremendo principio genesíaco del primer instante, no cambia de
tiempo jamás, es tan eterno como toda eternidad; debemos tomarlo como una cruda realidad de
instante en instante y de momento en momento.

Recordemos nosotros a Goethe, el gran Iniciado alemán. Antes de morir sus últimas palabras,
fueron: "luz, más luz", y murió. (entre paréntesis, Goethe está ahora reencarnado en Holanda,
tiene cuerpo físico; pero esta vez no tiene cuerpo físico masculino, ahora tiene cuerpo físico
femenino, y está casado con un príncipe holandés. Ahora es una dama holandesa de alta alcurnia.
Es muy interesante eso, ¿verdad?).

Bueno, continuando hacia delante con lo que hemos empezado a estudiar, que es luz, -es
importe-; que mientras uno vive en tinieblas, anhela uno la luz porque está ciego. La persona que
está metida en un socavón, entre las tinieblas, en un subterráneo, lo que más anhela es luz.

Bueno, la Esencia es lo más digno, lo más decente que tenemos en nuestro interior. Ella deviene
originalmente de la Vía Láctea, allí resuena la nota musical LA; pasa luego al Sol con la nota SOL, y
viene luego a este mundo físico con la nota MI. Es bella la Esencia, es dijéramos, una fracción del
principio humano Crístico de uno, que es el Alma Humana, que normalmente mora en el Mundo
Causal; por eso con justa razón, se dice de la Esencia que es Crística, o de la Conciencia Crística, y
se dice que nuestra Conciencia en Cristo, que podrá ser salvada, etc., etc., etc. Todo eso es cierto,
todo eso es verdad; pero lo grave de nuestra Conciencia, de nuestra Esencia, es que siendo tan
preciosa, poseyendo dones tan maravillosos, poderes naturales tan preciosos, está metida pues,
entre todos esos elementos indeseables, subjetivos, que desafortunadamente cargamos en
nuestro interior; es decir está metida, hablando en síntesis, en un calabozo. Ella quiere la luz,
¿pero cómo? La anhelamos -no hay quien no anhele la luz, a no ser que ya esté demasiado
perdido-, pues cuando uno tiene alguna aspiración, desea la luz. Así pues, tiene uno que hacerla.

Esto de hacer la luz es muy grave, porque implica destruir los receptáculos o calabozos -o
hablando en síntesis-, el antro negro donde está metida, para rescatarla, liberarla, extraerla de ahí,
a fin de quedar uno como debe quedar: como una persona iluminada, como un verdadero
"vidente", como un verdadero ser luminoso; gozar de esa plenitud que por Naturaleza nos
corresponde, y a la que tenemos verdaderamente derecho. Que lo que si sucede es que se
necesita de un heroísmo, o de una serie de actos de heroísmo tremendos para poder libertar
nuestra Alma, para poderla sacar del calabozo donde está metida, para poderla robar a las
tinieblas.

Esto que estoy diciendo pues seria interesante que ustedes lograran comprenderlo de verdad,
conscientemente, porque podría hasta darse el caso de que escuchando, no escucharan, o no
midieran -dijéramos-, el sentido de las palabras que estoy diciendo. Hay que saber valorar estas
palabras para entender, pues, lo que estoy afirmando.
Rescatar al Alma, sacarla de entre las tinieblas, es hermoso, pero no es fácil; lo normal es que
permanezca prisionera. Y no podrá uno gozar de una iluminación auténtica, en tanto la Esencia, la
Conciencia, el Alma, estén allí embotelladas, esté prisionera y eso es lo grave. Entonces se necesita
forzosamente, destruir, desintegrar heroicamente, con un heroísmo superior al de Napoleón en
sus grandes batallas, o superior al de Morelos en su lucha por la libertad, etc.; heroísmo
inigualable, para poder libertar la pobre Alma, sacarla de entre las tinieblas. Se necesita ante todo,
-como les decía en la pasada ocasión aquí a nuestro hermano Oscar y...-, de conocer pues las
técnicas, los procedimientos que conduzcan a la destrucción de esos elementos donde el Alma
está embotellada, prisionera, para que venga la iluminación.

Ante todo hay que empezar por comprender la necesidad de saber observar. Nosotros estamos
-por ejemplo-, aquí sentados todos, en estas sillas. Sabemos que estamos sentados, pero nosotros
no hemos observado estas sillas. En el primer caso tenemos el conocimiento de que estamos
sentados en las sillas, pero observarlas ya es algo distinto. En el primer caso hay -dijéramos-, el
conocimiento, pero no la observación. La observación requiere una concentración especial:
observar de que están hechas, luego de entrar en meditación, descubrir sus átomos, sus
moléculas; esto requiere ya dijéramos, una atención dirigida. Saber que uno está sentado en una
silla, es una atención no-dirigida, una atención pasiva; pero observar la silla, ya seria una atención
dirigida. Así también, nosotros podemos pensar mucho en nosotros mismos, mas esto no quiere
decir que estemos observando nuestros propios pensamientos; observarlos es distinto, es
diferente. Vivimos en un mundo de emociones inferiores, cualquier cosa nos produce emociones
de tipo inferior, y sabemos que las tenemos; pero una cosa es saber que uno se encuentra en un
estado negativo, y otra cosa es observar el estado negativo en que se encuentra, que es algo
completamente diferente.

Veamos por ejemplo: En cierta ocasión, un caballero le manifestó a un psicólogo, le dijo: "Bueno,
yo siento antipatía por determinada persona" (y le citó el nombre y apellidos). El psicólogo le
contestó: "Obsérvela, observe usted a esa persona". Respondió nuevamente el interrogador:
"¿pero, yo para que voy a observarlo, si le conozco?". Sacó como conclusión, el psicólogo, que
aquel no quería observar, conocía pero no observaba. Conocer es una cosa y observar es otra cosa
muy diferente. Uno puede conocer que tiene un pensamiento negativo, pero eso no significa que
lo está observando; sabe que se encuentra en un estado negativo, pero no ha observado el estado
negativo.

En la vida práctica vemos que dentro de nosotros hay muchas cosas que deberían causarnos
vergüenza: comedias ridículas, cuestiones de "yoes", protestas, pensamientos morbosos, etc.;
saber que se tienen, no es haberlos observado. Alguien puede decir: "Sí, en este momento tengo
un pensamiento morboso"; pero una cosa es saber que lo tiene, y otra cosa es observarlo, que es
totalmente diferente.

Así pues, si uno quiere llegar a eliminar tal o cual elemento psicológico indeseable, primero que
todo tiene que aprender a observar con el propósito de obtener un cambio, porque ciertamente,
si uno no se aprende a auto-observar, cualquier posibilidad de cambio se hace imposible.

Cuando uno se aprende a auto-observar, se desarrolla en uno mismo el sentido de auto-


observación. Normalmente, este sentido está atrofiado en la raza humana, está degenerado, pero
a medida que lo usamos se va desenvolviendo y desarrollando.

Como primer punto de vista, venimos a evidenciar, a través de la auto-observación, de que aún los
pensamientos más insignificantes o las comedias más ridículas que interiormente se suceden y
que nunca se exteriorizan, no son propias, son creadas por otros, por los "yoes". Lo grave es
identificarse uno con esas comedias, con esas ridiculeces, con esas protestas, con esas iras, etc.,
etc., etc. Si uno se identifica con cualquier deseo interior de esos, cobra más fuerza el "yo" que las
produce, y así cualquier posibilidad de eliminación se hace cada vez más difícil. De manera que la
observación es vital cuando se trata de provocar un cambio radical en nosotros.

Los distintos "yoes" que viven en el interior de nuestra psiquis, son muy astutos, muy sagaces;
apelan muchas veces al "rollo" ese de los recuerdos que cargamos en el centro intelectual.
Supongamos que uno en el pasado, estuvo fornicando con cualquier otra persona del sexo
opuesto, y que está insistiendo o no en eliminar la lujuria; entonces el "yo" de la lujuria apelará, se
apoderará del centro de los recuerdos, del centro intelectual; agarrará allí, dijéramos, el "rollo" de
los recuerdos, del que tenga necesidad, y las hará pasar por la fantasía de la persona, así él se
vigorizará más, se hará cada vez más fuerte. Por todas estas cosas, ustedes deben ver la necesidad
de la auto-observación. No seria posible que hubiese un cambio de verdad, radical y definitivo, si
no aprendemos a observarnos.

Conocer no es observar, pensar tampoco es observar. Muchos creen que pensar en sí mismo es
observar, y no es así. Uno puede estar pensando en sí mismo, y sin embargo no se está
observando. Es tan distinto pensar en sí mismo a observar, como el aceite al agua, o el agua al
aceite. Obviamente, no debe uno identificarse con ninguno de los "yoes". Para observarse, uno
tiene que dividirse entre dos, en dos, en dos mitades: una parte que observa, y otra parte que es
observada. Cuando la parte que observa ve las ridiculeces y necedades de la parte observada, hay
posibilidades como nunca de descubrir -supongamos el "yo de la ira"-, que ese "yo" no somos
nosotros, que él es él; podríamos exclamar: "¡el "ello" tiene ira, yo no tengo ira "ello", ese debe
morir; voy a trabajarlo, para desintegrarlo". Pero si uno se identifica con él y dice: "¡yo tengo ira,
estoy furioso!"; cobra más fuerza, se hace más vigoroso, y entonces, ¿cómo lo va a disolver, de
qué manera? Pues no podría, ¿verdad? De manera que no debe identificarse con ese "yo", ni con
su rabieta, o con su tragedia, porque si uno se identifica con su creación, pues termina viviendo en
esa creación también, y eso es absurdo.

A medida que uno va trabajando sobre sí mismo, se va ahondando cada vez más en las cuestiones
de la auto-observación, se va haciendo cada vez más profundo; en esto se debe perder ninguno,
mejor que no vaya dejando escapar ni el más insignificante pensamiento. Cualquier deseo, por
pasajero que sea, cualquier reacción, debe ser el motivo de observación, porque cualquier deseo,
cualquier reacción, cualquier pensamiento negativo, proviene de tal o cual "yo". Y si queremos
nosotros fabricar la luz, liberar el Alma, ¿vamos a permitir nosotros que continúen existiendo esos
"yoes"? ¡Seria absurdo! Si es luz lo que nosotros queremos, si de verdad estamos enamorados de
la luz, pues tenemos que desintegrar los "yoes", no queda más remedio, volverlos polvo; pero no
podemos volver polvo a lo que no hemos observado. Entonces necesitamos saber observar.

En esta cuestión, tenemos también que cuidar la charla interior, porque hay muchas charlas
interiores negativas, absurdas, conversaciones íntimas que jamás se exteriorizan, y naturalmente,
necesitamos corregir esa charla interior, aprender a guardar silencio, saber hablar cuando se debe
hablar, saber callar cuando se debe callar -esto es ley, no solamente para el mundo físico, para el
mundo exterior, sino también para el mundo interior-. Las charlas interiores negativas, más tarde
se vienen a exteriorizar físicamente; por eso es que es tan importante eliminar la charla negativa
interior, porque perjudica. Hay que aprender a guardar el silencio interior.

Normalmente se entiende por "silencio mental", cuando uno vacía la mente de toda clase de
pensamientos, cuando uno logra la quietud y silencio de la mente a través de la meditación, etc.;
pero hay otra clase de silencio. Supongamos que se nos presenta ante nosotros un caso de juicio
crítico, con relación a un semejante, y sin embargo mentalmente guardamos silencio, no
juzgamos, no condenamos; nos callamos, tanto externamente como internamente. En este caso
pues, hay silencio interior.

Los hechos de la vida práctica, al fin y al cabo deben mantenerse en íntima correspondencia con
una conducta interior perfecta. Cuando los hechos de la vida práctica concuerdan con una
conducta interior perfecta, es señal de que ya vamos nosotros creando, en sí mismos, el famoso
Cuerpo Mental.
Si ponemos las distintas partes de un radio o de una grabadora de esas -por ejemplo- sobre una
mesa, pero no sabemos nada de electrónica, pues tampoco podremos captar las distintas
vibraciones insonoras que pululan en el Cosmos; pero si mediante la comprensión unimos las
distintas partes, tenemos el radio, tendremos el aparato que puede captar sonidos que de otra
forma no captaríamos. Así también, las distintas partes de estos estudios, de este Trabajo, se van
complementando entre sí para venir a formar un cuerpo maravilloso, el famoso Cuerpo de la
Mente. Este cuerpo nos permitirá captar mejor todo lo que dentro de nosotros mismos existe, y
desarrollará en nosotros más el sentido de la auto-observación íntima, y eso es bastante
importante.

Así pues, el objeto de la observación es realizar un cambio dentro de nosotros mismos, promover
un cambio verdadero, efectivo.

Una vez que nos hemos puesto, dijéramos, diestros en la observación de sí mismos, entonces
viene el proceso de eliminación. De manera que hay propiamente, tres pasos en esta cuestión:
primero, la observación; segundo, el juicio crítico; y tercero, ya es propiamente la eliminación de
tal o cual "yo psicológico".

Al observar un "yo", debemos verlo como se comporta en el centro intelectual, de qué manera;
conocerle todos sus "juegos" con la mente. Segundo, en qué forma se expresa a través del
sentimiento, en el corazón, y lo tercero, descubrir su modo de acción en los centros inferiores:
motor-instintivo-sexual. Obviamente en el sexo, un "yo" tiene una forma de expresión, en el
corazón tiene otra forma, y en el cerebro otra. En el cerebro, un "yo" se manifiesta a través de la
cuestión intelectual: razones, justificaciones, evasivas, escapatorias, etc., etc., etc. En el corazón
como un sufrimiento, como afecto, como un amor aparentemente -muchas veces, cuando es
cuestión de lujuria-, etc. Y en los centros motor-instintivo-sexual, tiene otra forma de expresión,
como acción, como instinto, como impulso lascivo, etc., etc.

Por ejemplo, citemos un caso concreto: lujuria, un "yo" lujuria, ante una persona de sexo opuesto.
En la mente puede que se manifieste con pensamientos constantes; podría manifestarse en el
corazón como un afecto, como un amor aparentemente puro, libre de toda mancha, hasta tal
grado, que podría uno perfectamente justificarse y decir: "pero bueno, yo no siento lujuria por
esta persona, yo lo que estoy sintiendo es amor". Pero si uno es observador, si le pone mucho
cuidado a su máquina y observa el centro sexual, viene a descubrir que en el centro sexual hay
cierta actividad ante esa persona; entonces viene a quedar evidenciado que no hay tal afecto, -el
amor dijéramos-, no es tal amor por esa persona, sino que lo que hay es lujuria.

Pero vean cuan fino es el delito: la lujuria puede perfectamente disfrazarse, en el corazón, con el
amor, componer versos, etc., etc., pero es lujuria disfrazada. Si uno es cuidadoso y observa esos
tres centros de la máquina, puede evidenciar que se trata de un "yo". Ya descubriendo que se
trata de un "yo", habiéndole conocido sus "manejos" en los tres centros; o sea, en el intelectual,
en el corazón y en el sexo, entonces, procede uno a la tercera fase. ¿Cual es la tercera fase? La
ejecución, ésta es la parte final del trabajo, ¿no? Ejecución. Entonces tiene uno que apelar a la
oración en el trabajo. ¿Qué se entiende por "oración en el trabajo"? La oración en el trabajo debe
ser hecha sobre la base de la íntima Recordación de Sí Mismo.

En alguna ocasión dijimos que hay cuatro niveles del hombres, o cuatro estados de Conciencia,
-para ser más claros, cuatro estados de Conciencia-. Un primer estado de Conciencia es el del
sueño profundo e inconsciente de una persona, de un Ego que dejó el cuerpo dormido en la cama,
pero ambula en el Mundo Molecular en estado de coma -es el estado inferior-. Un segundo estado
de Conciencia es el del soñador que ha regresado a su cuerpo físico, y que cree que está en estado
de vigilia; en este caso sus sueños continúan, claro que está con el cuerpo físico en estado de
vigilia. Es más peligroso este tipo segundo de soñador, porque puede matar, puede robar, puede
cometer crímenes de toda especie; en cambio, en el primer caso, el soñador es más infrahumano
pero no puede hacer nada de estas cosas. ¿Cómo podría hacerlo, cómo podría hacer daño?
Cuando el cuerpo está pasivo para sus sueños, la persona no puede ocasionar daños a nadie en el
mundo físico; pero cuando el cuerpo está activo para los sueños, la persona puede hacer mucho
daño en el mundo físico; por eso es que en las Sagradas Escrituras insisten en la necesidad de
despertar.

Si estos dos tipos de personas: las que se encuentran, dijéramos, en estado de inconsciencia
profunda, o aquellos que siguen soñando y tienen el cuerpo activo para los sueños, hacen oración,
pues de semejantes dos estados tan infrahumanos, no pueden aceptar sus estados negativos, la
Naturaleza responde. Por ejemplo: un inconsciente, un dormido hace oración para montar un
negocio, pero puede que sus "yoes", -que son tan innumerables-, no estén de acuerdo con lo que
él está haciendo; porque es tan solo uno de los "yoes" el que está haciendo la oración, y los otros
no están siendo tenidos en cuenta; a los otros puede que no les interese tal negocio, que no estén
de acuerdo con esa oración, y hagan una oración exactamente lo contrario para que ese negocio
fracase, porque no están de acuerdo; como los otros son mayoría, la Naturaleza contesta con sus
fuerzas, con un aflujo de fuerzas, y viene el fracaso del negocio, eso es claro.
Entonces, para que la oración tenga un valor efectivo en el trabajo sobre uno mismo, pues tiene
uno que colocarse en el tercer estado de Conciencia, que es el de la íntima Recordación de Sí
Mismo, es decir, de su propio Ser.

Sumergido uno en meditación profunda, concentrado en su Divina Madre Interior, le suplicará que
elimine de su psiquis, ese "yo" que quiere desintegrar. Puede que la Madre Divina en ese
momento actúe, decapitando tal "yo", pero no con eso se ha hecho la totalidad del trabajo; la
Madre Divina no lo va a desintegrar instantáneamente todo. Habrá necesidad, si no se desintegra
todo de tener paciencia. En sucesivos trabajos a través del tiempo, lograremos que tal "yo" se
desintegre lentamente, que vaya perdiendo su volumen, de tamaño. Un "yo" puede ser
espantosamente horrible, pero a medida que va perdiendo su volumen, se va embelleciendo;
después tiene la apariencia de un niño, y por último se vuelve polvo. Cuando ya se ha vuelto polvo,
la Conciencia que estaba metida, embotellada, embutida dentro de ese "yo", queda liberada;
entonces la luz habrá aumentado, es un porcentaje de luz que queda libre. Así procederemos con
cada uno de los "yoes".

El trabajo es largo y muy duro; muchas veces cualquier pensamiento negativo, por insignificante
que éste sea, tiene por fundamento un "yo" antiquísimo. Ese pensamiento negativo que llega a la
mente, nos indica de hecho que hay un "yo" detrás de ese pensamiento, y que ese "yo" debe ser
extirpado, erradicado de nuestra psiquis. Hay que estudiarlo, conocerle sus manejos, ver como se
comporta en los tres centros: en el intelectual, en el emocional, y hablando en síntesis, en el
motor-instintivo-sexual, ver de qué manera trabaja en cada uno de estos tres centros; de acuerdo
con su comportamiento, uno lo va conociendo. Cuando uno ha desarrollado el Sentido de la Auto-
observación, viene a evidenciar por sí mismo, que algunos de esos "yoes" son espantosamente
horribles, son verdaderos monstruos de forma horripilante, macabra, y que viven en el interior de
nuestra psiquis.

EL ALIMENTO DE LAS IMPRESIONES

Los alimentos que penetran a nuestro organismo, se dividen en tres categorías. Al primero, al
primer tipo de alimento, lo podemos denominar "comida". Incuestionablemente, para los
alimentos que entran por la boca y la boca en sí, hay un medio que permite transformar esos
principios vitales. Me refiero al estómago. Si no fuera por el estómago, no sería posible la
transformación de la primera clase de alimentos. Sin embargo, el alimento que entra por la boca
no es el más importante. Bien sabemos cómo se transforman los alimentos mediante la digestión.
No hay duda de que en última síntesis, los principios vitales quedan depositados en la sangre y ella
los dirige a todos los órganos del cuerpo. Sin embargo, puede alguien permanecer algún tiempo
sin comer. Mahatma Gandhi podía permanecer hasta cuarenta días sin comer, y aún más: llegó
hasta dos y tres meses sin comer. No es pues, el alimento más importante.

La segunda clase de alimento es el Prana, que entra con el oxígeno dentro de nuestro Cuerpo
Físico; es aquél que penetra por las puertas de la respiración, e incuestionablemente, existe un
órgano, u órganos especiales para la transformación del alimento que entra por la nariz. Así pues
el aire mediante los pulmones, se transforma -naturalmente- en oxígeno, y este oxígeno -en
Prana- se deposita posteriormente en todo el torrente sanguíneo.

Es más importante la respiración que el alimento que entra por la boca y va al estómago, porque
como ya dije podríamos durar hasta cerca de un mes sin comer, pero no podríamos durar mucho
tiempo sin respirar.

Normalmente se puede durar sin respirar un minuto o dos, y algunos llegan hasta tres. Yo también
pudiera llegar a permanecer sin respirar durante más de cuatro minutos -por entrenamiento-,
pero incuestionablemente, más allá de este pequeño tiempo limitado, si no respiramos morimos.
Es pues más importante entonces, en realidad de verdad, la respiración que la comida física.

Y por último existe una tercera clase de alimento, que de hecho es aún más importante. Me
refiero, en forma enfática, a las impresiones. Incuestionablemente, no podríamos nosotros durar
ni un segundo en la existencia, si no existieran las impresiones. No podemos vivir, ni un segundo,
sin recibir impresiones.

Nuestro organismo se nutre, muy especialmente, con las impresiones. Si el aire no hiciera
impresión en nuestros pulmones y en nuestra sangre, no viviríamos; si la comida no llegara a
impresionar el estómago y vías intestinales, tampoco podríamos vivir.

Así que, las impresiones son fundamentales. Desgraciadamente, a diferencia de la respiración y del
primer alimento que entra por la boca y va al estómago, no tenemos en este caso un órgano para
"digerir" las impresiones y eso es lamentable. El aire cuenta con los pulmones, la comida cuenta
con el estómago, pero las impresiones, ¿con qué órgano cuentan? Pasan a la mente y eso no lo
podemos negar, pero no tenemos cómo poder digerir las impresiones, no hay un órgano para la
digestión y transformación de las impresiones.
Todos los acontecimientos de la vida llegan a la mente en forma de impresiones, todos los eventos
llegan al cerebro en forma de impresiones. La alegría, la tristeza, la esperanza, la desesperación,
los problemas, las preocupaciones, etc., llegan a la mente en forma de impresiones. Cualquier
circunstancia, cualquier acontecimiento por insignificante que sea, siempre llega a la mente en
forma de impresiones.

Repito: desafortunadamente no contamos con un órgano capaz de digerir impresiones, motivo


este más que suficiente como para que las mismas se conviertan en agregados psíquicos, esto es,
en "yoes". Si no digerimos la mala impresión que recibimos por ejemplo de un insultador,
entonces esa impresión se convierte, dentro de nosotros, en un "yo" de venganza. Si no digerimos
la impresión que nos provoca una copa de vino, obviamente tal impresión se convierte en un "yo"
de la embriaguez. Si no digerimos nosotros la impresión que nos provoca una persona del sexo
opuesto, incuestionablemente tal impresión se convertiría, por lo mismo, en un "yo" de lujuria. Si
no digerimos la impresión que llegue a la mente, relacionada con una fortuna, obviamente tal
impresión puede convertirse en un "yo" de codicia.

Así que, no digerir las impresiones equivale a crear "yoes". Las impresiones no digeridas, repito, se
convierten en nuevos "yoes".

Así que, no solamente tenemos los "yoes" que poseemos, esos que traemos de existencias
anteriores, sino lo que es peor: estamos creando todos los días nuevos "yoes", y eso es
lamentable.

Dejar de crear "yoes", es indispensable. Eso es posible únicamente, digiriendo las impresiones. ¿Y
cómo digerirlas? ¿De qué manera, de qué modo? ¿Cómo transformarlas en algo diferente? ¿Sería
posible eso? ¡Sí es posible! ¿Cómo? Mediante la Conciencia. Si interponemos entre las
impresiones y la mente eso que se llama "Conciencia", las impresiones se digieren.

Las impresiones en sí mismas, son Hidrógeno 48, un Hidrógeno bastante pesado. Digeridas por
medio de la Conciencia, se transforman en Hidrógeno 24, que sirve para nutrir al Cuerpo Astral.
Ese Hidrógeno 24, a su vez, puede transformarse en Hidrógeno 12 para nutrir al Mental, y por
último el Hidrógeno mental, digerido, se transforma en Hidrógeno 6, con el que se nutre el Causal.
Más vale pues, digerir nuestras impresiones con el propósito de transformar el Hidrógeno 48 en
alimentos para los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser.

Normalmente, las impresiones hieren a la mente y la mente entonces reacciona contra el impacto
proveniente del mundo exterior: si nos pegan, pegamos; si nos insultan, insultamos; si nos instan a
beber, bebemos, etc.; siempre reacciona la mente contra los impactos provenientes del mundo
exterior. Debemos evitar tal reacción, y eso sería posible exclusivamente, interponiendo la
Conciencia entre la mente y las impresiones.

¿Habría alguna forma, alguna técnica, algunas prácticas que permitiesen utilizar la Conciencia para
interponerla entre las impresiones y la mente? ¿Existe alguna clave que nos permita usar la
Conciencia de esa manera, que sea la Conciencia quién reciba las impresiones y no la mente?
Porque cuando la Conciencia recibe las impresiones, las digiere inevitablemente, las transforma en
algo distinto; pero cuando no es la Conciencia quien recibe las impresiones, sino la mente,
entonces sucede que la mente reacciona contra los impactos provenientes del mundo exterior,
reacciona violentamente, en forma mecánica.

¿Cómo usar pues, la Conciencia? ¿Cómo utilizarla, de qué modo, a fin de que sea ella -y nada más
que ella- la que reciba las impresiones y las transforme? Voy a decirles a ustedes la clave, muy
sencilla: jamás olvidarnos de Sí Mismos, de nuestro propio Ser. Porque si uno se olvida de su
propio Ser Interior en presencia de un insultador, termina insultando; si uno se olvida de Sí Mismo,
de su propio Ser en presencia de una copa de vino, termina borracho; si uno se olvida de Sí Mismo,
de su propio Ser en presencia de una persona del sexo opuesto, termina fornicando.

Cuando uno aprende a vivir en estado de alerta percepción, de alerta novedad; cuando uno se
acuerda de Sí Mismo de instante en instante, de momento en momento; cuando uno jamás se
olvida de Sí Mismo, indubitablemente se va tornando consciente. Si uno no se olvida de Sí Mismo
en presencia de un insultador, si uno no se olvida de su propio Ser, entonces transforma esas
impresiones perversas en Hidrógeno 24, que sirve para fortificar el Cuerpo Astral, y en Hidrógeno
12 para alimentar el Mental y en Hidrógeno 6 para alimentar el Causal; es decir, transforma las
palabras del insultador en una fuerza diferente.

Si uno no se olvida de Sí Mismo en presencia de una copa de vino, transforma esa impresión -ese
Hidrógeno 48- en Hidrógeno 24 y 12 y 6. Si uno no se olvida de Sí Mismo en presencia de una
fuerte suma de dinero, transforma esa impresión en Hidrógeno 24, 12 y 6.
Así que, no olvidarse de Sí Mismos es la clave que nos permite manejar inteligentemente la
Conciencia. Cuando uno no se olvida de sí mismo interpone, entre la mente y las impresiones, eso
que se llama Conciencia.

Lo hermoso es que sea la Conciencia la que reciba las impresiones que vienen del mundo exterior,
porque la Conciencia puede transformarlas en algo diferente: en elementos creadores, en
elementos superlativos del Ser, en fuerzas diamantinas que sirven para el desarrollo de los
Chacras, en múltiples fuerzas que sirven para el desarrollo de ciertos poderes que existen en
nuestra constitución interna.

Es necesario, pues, saber que todos los "yoes" que actualmente tenemos, son el resultado de
impresiones no digeridas, no transformadas, y esto es lamentable.

Desgraciadamente, las gentes no se recuerdan a Sí Mismas jamás; por eso es que las impresiones
llegan a nuestra mente y permanecen así, completamente sin transformar, dando origen como es
natural a los agregados psíquicos, a los "yoes". Es necesario disolver los "yoes", pero también es
necesario no crear nuevos "yoes". Alguien podría darse el lujo de disolver todos los "yoes", pero si
se olvida de Sí Mismo vuelve a crear nuevos "yoes", he ahí lo grave.

La recordación de Sí Mismos, es algo interesante. Cuando uno se recuerda a Sí Mismo, origina


fuerzas diferentes a las de sus semejantes: fuerzas distintas, fuerzas que lo hacen a uno un sujeto
completamente diferente a los demás. Interesante resulta saber, pues, que quienes crean tales
fuerzas son distintos, que hasta sus potencias de vida son distintas. Si colocáramos dos sujetos en
un lugar inhóspito, con mala alimentación, mal ambiente, etc.; el uno, que jamás se acuerda de Sí
Mismo, que vive una vida mecanicista, y el otro, que siempre se acuerda de Sí Mismo de momento
en momento, que siempre está acordándose de su propio Ser, que nunca olvida a su Ser Intimo,
pueden ustedes estar absolutamente seguros que el primero moriría prontamente y que el
segundo viviría a pesar del ambiente inhóspito, porque está rodeado de fuerzas distintas a los de
los demás.

Todo el problema de la liberación se fundamenta en la transformación y la transformación tiene


por basamento el sacrificio. Si observamos por ejemplo un huevo -sea el de una serpiente, o sea el
de un pájaro-, vemos allí posibilidades latentes, susceptibles de desarrollo. Tales posibilidades se
vuelven un hecho mediante la transformación. El fuego de las chimeneas, ese que nos calienta
durante los días de invierno, es el resultado de la transformación. La digestión en nosotros, es
todo un proceso de transformación mediante el cual es posible existir. La transformación del aire
dentro de los pulmones, es otro proceso de transformación, y si queremos transformarnos
psicológicamente, necesitamos transformar también las impresiones, es decir, transformar la
tercera clase de alimentos.

Repito: todos los acontecimientos de la vida -que llegan a la mente-, vienen en forma de
impresiones. Estoy hablándoles a ustedes, reunidos aquí en este salón, en este Lumisial, ¿y qué es
lo que está llegando a la mente de ustedes? La impresión, una serie de impresiones: ven a un
hombre y lo escuchan. Esas impresiones les están llegando a la mente, y en instantes en que les
estoy hablando, ¿están seguros de que están digiriendo esta impresión, esta impresión de ver a un
hombre que les está hablando, que les está dando Enseñanzas Esotéricas? ¿Ya están ustedes en
proceso de digestión de lo que están recibiendo, o no? Si ustedes no están en el proceso de
digestión o de transformación de esta impresión, la de ver frente a ustedes a Samael Aun Weor,
hablándoles, están perdiendo el tiempo lamentablemente. ¿Por qué? Porque no están digiriendo
las impresiones, porque no las están transformando. Si no se digiere, no se transforma. En la
ciencia de las transformaciones, existe la digestión de las impresiones.

¿Cómo hacen ustedes para digerir esta impresión? Me ven ustedes aquí, dando una cátedra, y no
deben olvidarse de su propio Ser, que sea el Ser quien reciba las impresiones, pasar toda la
enseñanza al Ser, escuchar con el anhelo de llegar al Ser.

Si digieren las impresiones, comprenderán mejor la enseñanza. Si no proceden así, están


perdiendo el tiempo y la cátedra esta resultaría totalmente inútil. De manera que debemos
empezar con hechos, porque aquél que escucha la palabra y no la hace, es semejante al hombre
que se mira en un espejo y luego da la espalda y se retira. No basta pues, escuchar la palabra; hay
que "di-ge-rir-la" y eso es precisamente lo fundamental.

¡Vean ustedes cuán importante es ese evento que se llama "impresiones"! No podemos vivir ni un
segundo sin las impresiones, ni una milésima de segundo.

Así pues, vale la pena transformarlas en algo distinto: en poderes, en luz, en fuego, en armonía, en
belleza. Mas, si no las transformamos -repito, aunque me haga cansón con la repetición-, se
convierten sencillamente en nuevos agregados psíquicos, en nuevos "yoes".
Es necesario que seamos más reflexivos. ¿Qué somos nosotros, en realidad, de verdad? Así como
nos encontramos, sin digerir impresiones, creando nuevos "yoes" de segundo en segundo, de
instante en instante, no somos más que simples máquinas controladas por los agregados
psíquicos.

Vivimos en un mundo de gran actividad, donde todos creen que hacen y nadie hace nada: todos
nos su-ce-de, como cuando llueve, como cuando truena. ¿Por qué? Sencillamente porque no
tenemos encarnado el Ser. Sólo el Ser puede hacer; él hace y el verdadero Hombre es el Ser; pero
si la máquina actúa, actúa algo que no es el Ser: está actuando un robot programado con una
computadora maravillosa que se llama "cerebro", está actuando mecánicamente. Entonces no
está haciendo, está actuando -una cosa es hacer y otra es actuar-. Cualquier máquina actúa, se
mueve, anda, cumple sus funciones, porque es máquina y está programada para cumplir sus
funciones, pero hacer es algo distinto: sólo el Hombre puede hacer y el Hombre verdadero es el
Ser. Distíngase entre el Hombre verdadero, que es el Ser, y la máquina, la máquina no es el Ser.

Repito: el animal intelectual es un robot programado y su cerebro es una computadora


maravillosa, una computadora que se sostiene a sí misma, una computadora que
matemáticamente calcula, con exactitud precisa; una computadora que registra las ondas visuales
y las ondas sonoras, que registra lo exterior y lo interior, que se abastece a sí misma. Es una
computadora "de primera", maravillosa, pero es eso y nada más que eso: una computadora.

Después de esa computadora viene el organismo físico y la computadora lo utiliza para ir y venir,
etc. Tal computadora está en manos del Ego, no del Ser, y el Ego es el resultado de muchas
impresiones no digeridas. Entonces lo que actúa aquí, en este mundo doloroso en que vivimos, es
una máquina provista de una gran computadora. Aquí no está actuando el Ser, sino la máquina.
Podemos decir que la máquina es humana y el Ser es el Ser.

Pero, ¿qué es, en realidad de verdad, eso que llamamos "vida"? Ciertamente, es como una
película. Sí, y cuando llega la hora de la muerte, regresamos al punto de partida de esa película y
nos la llevamos para la eternidad. Al retornar, al regresar con este Ego, uno lo hace con su película.
Al reestructurarse con un nuevo organismo, uno proyecta nuevamente su película en la pantalla
de la existencia. ¿Y qué proyecta? Su vida. ¿Cuál? La de siempre, la misma que tuvo en la
existencia anterior; es decir, repite lo mismo que hizo en la pasada existencia y en las pasadas
existencias. Todo eso que uno proyecta, de hecho está programado -desde el nacimiento- en el
cerebro.
De manera que somos robots programados. El Ser no interviene para nada en toda esa tragedia, él
no se mete en esos asuntos. El Ser de cada uno de nosotros se mueve libremente en la Vía Láctea.

Existen y viven aquí, en este "valle" doloroso de la vida, un montón de sombras, provistas de
organismos físicos. ¿Y qué hacen esos organismos? ¡Nada! Se mueven mecánicamente, de
acuerdo con el programa que ha sido depositado en el cerebro; no digo solamente en el cerebro
físico, sino en los tres cerebros: en el intelectual, en el emocional y en el motor. Y el Ser, ¿qué hace
mientras nosotros estamos aquí sufriendo, pasando trabajos, llorando, pasando trabajo para
conseguir con qué pagar la renta, con qué comprar un traje, etc.? El vive dichoso en la Vía Láctea,
se mueve libremente en la Vía Láctea. Entonces, ¿qué es esta dolorosa existencia que nosotros
llevamos? ¡Pura ilusión, algo vano! Con justa razón dicen los hindúes que este mundo es sólo
Maya, que este mundo es ilusorio, que no tiene ningún valor.

Necesitamos, repito, tener existencia real, porque todavía no la tenemos. ¿Alguno de ustedes se
preciaría de tener existencia real? ¿Cuál de ustedes tiene existencia real? No me digan que
verdaderamente la tienen. Yo no veo aquí sino máquinas que se mueven, máquinas programadas,
robots programados, nada más. Claro, siempre necesitamos dejar de ser robots, y podemos dejar
de serlo. Pero para dejar de serlo, necesitamos eliminar todos los agregados psíquicos, eso es
obvio.

Así que, ustedes ya saben que tenemos que eliminar los agregados psíquicos, mas saber esto no es
todo. Necesitamos dejar de crear nuevos agregados y diariamente los estamos creando, al no
digerir las impresiones. Necesitamos digerir las impresiones, transformarlas en fuerzas distintas
para no crear nuevos "yoes", y necesitamos digerir las viejas impresiones, las que dieron origen a
los "yoes" que actualmente tenemos. Eso es posible a través de la reflexión, de la auto-reflexión, y
de la eliminación. Cuando uno digiere las viejas impresiones que están depositadas en los cinco
cilindros de la máquina -en forma de hábitos, emociones inferiores, pensamientos negativos,
instintos depravados, abusos sexuales, etc.-, entonces desintegra esos elementos inhumanos, lo
cual es obvio.

Así que, no solamente hay que digerir las nuevas impresiones que llegan a la mente, sino también
las viejas impresiones. Y se digiere -repito y aclaro- auto-observándonos de instante en instante,
de momento en momento.
Necesitamos ejemplos y los voy a poner. Supongamos que de pronto, estamos celosos. Un hombre
descubrió que su mujer tiene otro hombre, y claro, el "yo" de los celos saltó ahí. ¿Qué hacer?
Descubierto, hay que comprenderlo, eso es obvio. La Ley de Recurrencia dice que en una pasada
existencia, el mismo triángulo existió. Así pues, esos celos que se sienten se deben a una
impresión no digerida, no transformada. Si luego uno trata de digerir aquélla impresión,
dijéramos, de transformarla en algo diferente; si uno por medio de la reflexión llega a la
conclusión de que los celos son absurdos, de que no tienen sentido real, entonces hace la
digestión de esa mala impresión que viene desde los antiguos tiempos. Cuando uno hace esa
digestión, pues está en las mejores posibilidades para la desintegración del Ego. Solo faltaría la
súplica, la súplica a Devi Kundalini Shakty para que sea élla la que desintegre ese Ego -resultado de
una impresión no digerida-, y al fin ese Ego de los celos se vuelve polvo.

Supongamos que nos peleamos con otra persona, porque no nos quiere devolver un dinero que
nos hace falta, incuestionablemente se trata de una impresión no digerida. Si en el momento en
que fuimos a cobrar el dinero no nos lo quiso pagar el deudor y sentimos una gran contrariedad y
el deseo de pelear con ese caballero, entonces debemos ser lo suficientemente comprensivos para
al llegar a casa meditar, y así, estando en paz, por medio de análisis reflexivos hacer la digestión de
esa mala impresión. No hay duda de que la Ley de Recurrencia ha trabajado ahí, se dio el mismo
caso: le prestamos a ese mismo señor determinada cantidad de dinero y no nos lo regresó. Y en la
antepasada se dio el mismo caso y en la trasantepasada lo mismo, y siempre ha sucedido lo
mismo, y debido a eso fabricamos un "yo" de odio contra ese caballero. Ahora habrá necesidad de
digerir completamente esa mala impresión -que viene de un remoto pasado y que se ha
convertido en un "yo"-, digerirla a través de la reflexión, comprendiendo que esto del dinero es
vano, ilusorio, y que a la hora de la muerte no nos llevamos ni un centavo para la eternidad.
Cuando ya nos hemos hecho conscientes de eso, entonces suplicamos a Devi Kundalini Shakty que
desintegre ese Ego -que no es más que el resultado de una serie de impresiones no digeridas-, y es
claro que la Madre Divina lo volverá polvo y quedaremos libres de esa mala impresión.

Todos nuestros "yoes" no son sino el resultado de impresiones no transformadas, no digeridas.


Desintegradas tales impresiones no digeridas, las fuerzas aquéllas de las impresiones se
transforman en algo distinto: en Hidrógeno 24, 12 y 6, y queda uno limpio.

Así que las impresiones pasadas y presentes deben ser transformadas en fuerzas cósmicas y esto
es posible no olvidándonos de Nosotros Mismos, no olvidándonos de nuestro propio Ser. Cuando
uno no se olvida de Sí Mismo, cuando uno vive en estado de alerta percepción, de alerta novedad,
entonces transforma esas impresiones en algo distinto.
Si alguien consigue transformar la totalidad de sus impresiones, será un verdadero
Bienaventurado, porque el Ser quedará en él y él en el Ser, y entonces tendrá existencia real;
entonces sí podrá hacer, porque tendrá al Ser encarnado.

Así como estamos, no somos sino robots programados. Esas impresiones sin digerir quedaron
depositadas en nuestros tres cerebros y se repiten aquéllas impresiones de instante en instante,
de momento en momento y durante toda la vida. Esa es la mecánica de la Ley de Recurrencia: una
repetición de viejas impresiones. ¿Creen ustedes que eso es agradable: ser máquinas, hacer el
papel de robots, no tener al Ser encarnado, vivir así como sombras, en este "valle de lágrimas"?
¿Creen ustedes que vale la pena tener una existencia así? ¿Y qué somos? ¡Sombras miserables,
robots programados, programados por las viejas impresiones del pasado! Todas las impresiones
de nuestras pasadas existencias que quedaron sin digerir, han sido depositadas en nuestros tres
cerebros y ahora se repiten mecánicamente. De manera que parecemos verdaderos robots, somos
robots, moviéndonos mecánicamente en este "valle de lágrimas".

¿Hasta cuándo van a querer ustedes vivir convertidos en robots? ¿Hasta qué año, hasta qué
fecha? Reflexionen en esto, mis queridos hermanos, porque verdaderamente es una lástima ser
robot.

Hasta aquí mi cátedra. Y ahora sí, antes de cerrar esta enseñanza, conviene que los que quieran
hacer preguntas las hagan con la más entera libertad, y los que no estén de acuerdo, que digan
porqué no están de acuerdo.

P.- Cuando una impresión ha sido transformada y pasa de Hidrógeno 48 A Hidrógeno 24, y
después a 12 y hasta 6, ¿puede continuar de Hidrógeno 6 a Hidrógeno 3?

R.- Sí puede continuar, para nutrir a los Cuerpos Existenciales más elevados, y hasta Hidrógeno 1
puede llegar. Téngase en cuenta que no solamente se pueden crear los Cuerpos Astral, Mental y
Causal, sino que también puede uno darse el lujo de crear los Cuatro Kayas: el Nirmanakaya, el
Sambogakaya, el Addikaya y el Dharmakaya. Obviamente, los Hidrógenos muy finos que se
necesitan para nutrir a esa clase de vehículos, tienen que salir de aquí mismo, de este mundo
físico en el que vivimos; tienen que emanar o provenir de las impresiones transformadas, o en
otros términos, del Hidrógeno 48 transformado en forma escalonada, graduativa.
P.- Maestro: ¿digerir impresiones es simplemente una actitud psicológica o pensar "aquí estoy",
manteniendo ese pensamiento dentro de nosotros?

R.- Si tú dices "aquí estoy", ¿quién está afirmando eso? Está, sencillamente, afirmando el robot. El
robot dice: "sí, yo, aquí estoy", he ahí el robot. De eso no se trata; se trata de no olvidarse de su
propio Ser, que es algo diferente. El vive normalmente en la Vía Láctea y no está encarnado
actualmente en el robot, porque el Ego y el Ser son incompatibles. Se trata de no olvidarse del Ser;
no se trata de afirmar al robot, sino de afirmar al Ser, que es distinto. ¿Alguna otra pregunta?

P.- Venerable Maestro: ya que es el cuerpo humano o la máquina, la que puede digerir las
impresiones, ¿Cómo las digiere un desencarnado?

Maestro: ¿Y qué tienen que ver los desencarnados con la cuestión de los robots?

Discípulo: Es mi pregunta, nada más...

Maestro: No, es de las impresiones "de este lado", de lo que yo estoy hablando. ¿O es que tú no
has entendido acaso? Impresión es, por ejemplo, ver ese aparato mecánico, impresión es lo que tú
comes, lo que bebes, lo que llega a tu mente a través de los sentidos. Todo eso es impresión.
Impresión es existir, es vivir: la alegría, la tristeza, lo que nos trae preocupaciones, lo que nos trae
anhelos, lo que nos trae esperanza, lo que nos trae desesperación. Todo eso es impresión. ¿Qué
tienen que ver los señores desencarnados en este "sainete"? Nada, ¿verdad? Cuando se dice que
hay que transformar las impresiones, quiere decirse que hay que utilizar un instrumento. ¿Cuál? La
Conciencia. Pero la Conciencia ¿qué es, por qué existe? La Conciencia es del Ser y cuando uno no
se olvida de su propio Ser, obviamente la Conciencia está funcionando.

No olvidarse de su propio Ser, es extraordinario. ¿Por qué existen los "ángeles caídos"? Porque se
olvidaron de Sí Mismos un instante, tiempo más que suficiente como para ir de cabeza al
precipicio. Al decir "no olvidarse de Sí Mismos", no estoy aseverando con ello que traten de
afirmar a la máquina, al robot; no, "no olvidarse de Sí Mismos" significa no olvidar a su Ser Interior
Profundo. A eso me estoy refiriendo, en forma enfática, y debe entenderse a la Luz de una
Psicología Experimental, Revolucionaria. ¿Alguna otra pregunta?
P.- Venerable Maestro: una persona que nunca ha experimentado al Ser y que jamás ha accedido a
este tipo de estudios, ¿Qué actitud psicológica debe tomar para no olvidarse de Sí Mismo y
reafirmar al Ser?

R.- La personalidad debe volverse cada vez más pasiva, a fin de que nos tornemos receptivos.
Cuando uno se torna receptivo, va sintiendo cada vez más al Ser, a través de su Centro Emocional
Superior. Por eso está escrito: "bienaventurados los limpios de corazón, porque éllos verán a
Dios". Hay que limpiar el corazón para que haya entendimiento emocional, mucho más elevado
que el entendimiento cerebral. Cuando hay cerebración, por muy grandiosa que sea, resulta muy
pobre ante el entendimiento emocional. El entendimiento emocional le permite a uno
experimentar al Ser. Aquí les estoy enseñando, pues, cómo se logra el desarrollo del
entendimiento emocional, que se va desarrollando cada vez más conforme vayan limpiando el
corazón, es decir, conforme vayan eliminando los agregados psíquicos. Si al principio solamente
existe el entendimiento emocional en una forma meramente residual, incipiente, a medida que
vayamos desintegrando el Ego este entendimiento emocional se irá haciendo cada vez más puro,
más apto.

No olvidemos al Ser, pongamos siempre cuidado al corazón, que sea limpio, y así, en realidad de
verdad, no crearemos nuevos Egos. Pero mientras nosotros nos olvidemos del Ser, las impresiones
llegarán a la mente y quedarán sin "digerir". Entonces éstas se convertirán en nuevos "yoes" o
fortificarán a los "yoes" ya establecidos en los cinco cilindros de la máquina orgánica; eso es obvio.

P.- Venerable Maestro: algunas veces, por ejemplo, sentimos que está actuando el "yo de la ira".
Uno se da cuenta de que tiene ira y quiere comprender el fenómeno que la provocó. Sin embargo,
a la vez no se siente uno con fuerzas, porque ese "yo" puede más que el anhelo de observarlo.
¿Qué podemos hacer en ese caso?

R.- Obviamente el "yo de la ira", plenamente establecido en los cinco cilindros, se ha convertido en
este caso en amo y señor de toda la máquina. Sin embargo, existe un pequeño margen -muy
limitado por cierto- de libertad. Hablando en forma de analogías, diremos que ese margen es tan
pequeño como el que puede existir entre un violín y el estuche que lo contiene. Es muy limitado,
en verdad, pero si lo usamos inteligentemente, se puede ampliar. Hay que apelar a la auto-
reflexión evidente del Ser y hay que apelar también a la auto-observación: observar a ese "yo de la
ira" en acción. Cuando uno se auto-observa durante un ataque de ira, comprende que algo, algo
distinto a uno ha entrado en sus cerebros, que se ha adueñado de ellos. Si uno ha comprobado
mediante la auto-observación esa realidad, puede dar otro paso, que es el de la auto-reflexión
evidente, y si por medio de la auto-reflexión evidente ha llegado a la conclusión de que un
demonio de la ira se ha apoderado de él, entonces puede dar el tercer paso: el de la meditación
interior profunda. A través de la meditación viene el análisis superlativo: hay que arrojar luz sobre
esa faceta, hacer claridad en la mente sobre lo que acaeció para que surgiera la ira, y se llega a
descubrir entonces que ese "yo de la ira" tiene otras raíces. Puede ser el amor propio; puede
suceder que alguien nos hirió el amor propio, o puede ser que alguien nos hirió el orgullo, o puede
ser que alguien nos hirió la susceptibilidad, o que nos hirió la vanidad, etc. Si uno llega a descubrir,
pues, la causa de esa ira, entonces comprende que esa ira es fatua, y si uno ha comprendido que
esa ira es fatua, está en posibilidades de desintegrarla. Ya solamente bastaría implorar a la
Kundalini Shakty, para que Ella desintegre tal agregado psíquico. Estoy seguro que Ella los ayudará
en el proceso de la desintegración. Ese es el camino obvio a seguir. ¿Alguna otra pregunta?

P.- Maestro: en la transformación o digestión de las impresiones, ¿Qué papel juega la Inspiración?

R.- Bueno, dicen los Hermanos Iniciados que son tres las escalas que conducen a la Iniciación:
Imaginación, Inspiración e Intuición, esa es la clave. Todos los hermanos están llenos de
Inspiración -eso es indubitable-, pero una cosa es la Inspiración y otra cosa es la objetivización de
la Conciencia. Podría uno sentirse inspirado, pero si no ha conseguido desintegrar los "yoes", su
Conciencia no es objetiva. Es decir, si su Conciencia no es objetiva, aunque se sienta inspirado no
llega por tal motivo a la Iluminación. Para llegar a la Iluminación se necesita que los agregados
psíquicos desaparezcan. Sólo desapareciendo o desintegrando los agregados psíquicos, surge en
nosotros la Inspiración Objetiva, auténtica, que lo conduce a uno a la escala más elevada de la
Iniciación.

Hay que desintegrar los agregados psíquicos, y no podrían desintegrarse si no se viviera en estado
de alerta percepción, de alerta novedad. ¿Alguna otra pregunta?

P.- En el trabajo psicológico para eliminar el Ego, ¿Qué papel desempeña la fuerza del Tercer
Logos?

R.- Bueno, hay una Trimurti muy elevada que es el Padre, el Logos y el Espíritu Santo.
Incuestionablemente, el Espíritu Santo es la fuerza sexual que se desarrolla, se desenvuelve y
procesa en la Fragua encendida de Vulcano. Si nosotros invocamos a Shakty Kundalini,
precisamente durante el trabajo en la Forja de los Cíclopes, ella nos asistirá reforzando el poder
del Tercer Logos, o sea del Espíritu Santo. Ella desintegrará, muy rápidamente, el agregado
psíquico que se manifiesta en forma de defecto. Así es como el Espíritu Santo, Shiva o Tercer
Logos, como tú dices, ejerce su papel en el trabajo de la desintegración.

P.- La fuerza sexual, cuando no hay desintegración del Ego ni mucho menos digestión de las
impresiones, ¿ya no trabajaría?

R.- Ashiata Shiemans, el gran Avatara de Babilonia, incuestionablemente había logrado la


desintegración total de todos los agregados psíquicos. Así pues, él no se olvidaba de Sí Mismo. De
instante en instante, de momento en momento recibía y digería las impresiones. Gracias a eso, se
convirtió en el "Amado del Señor". ¡Eso es todo!.

COMO HACER LA LUZ DENTRO DE NOSOTROS MISMOS

Moisés dijo en el Génesis: "Hágase la luz, y la luz fue hecha". Esto no es algo que corresponde a un
pasado remotísimo, no. Este tremendo principio genesíaco del primer instante, no cambia de
tiempo jamás, es tan eterno como toda eternidad; debemos tomarlo como una cruda realidad de
instante en instante y de momento en momento.

Recordemos nosotros a Goethe, el gran Iniciado alemán. Antes de morir sus últimas palabras,
fueron: "luz, más luz", y murió. (entre paréntesis, Goethe está ahora reencarnado en Holanda,
tiene cuerpo físico; pero esta vez no tiene cuerpo físico masculino, ahora tiene cuerpo físico
femenino, y está casado con un príncipe holandés. Ahora es una dama holandesa de alta alcurnia.
Es muy interesante eso, ¿verdad?).

Bueno, continuando hacia delante con lo que hemos empezado a estudiar, que es luz, -es
importe-; que mientras uno vive en tinieblas, anhela uno la luz porque está ciego. La persona que
está metida en un socavón, entre las tinieblas, en un subterráneo, lo que más anhela es luz.

Bueno, la Esencia es lo más digno, lo más decente que tenemos en nuestro interior. Ella deviene
originalmente de la Vía Láctea, allí resuena la nota musical LA; pasa luego al Sol con la nota SOL, y
viene luego a este mundo físico con la nota MI. Es bella la Esencia, es dijéramos, una fracción del
principio humano Crístico de uno, que es el Alma Humana, que normalmente mora en el Mundo
Causal; por eso con justa razón, se dice de la Esencia que es Crística, o de la Conciencia Crística, y
se dice que nuestra Conciencia en Cristo, que podrá ser salvada, etc., etc., etc. Todo eso es cierto,
todo eso es verdad; pero lo grave de nuestra Conciencia, de nuestra Esencia, es que siendo tan
preciosa, poseyendo dones tan maravillosos, poderes naturales tan preciosos, está metida pues,
entre todos esos elementos indeseables, subjetivos, que desafortunadamente cargamos en
nuestro interior; es decir está metida, hablando en síntesis, en un calabozo. Ella quiere la luz,
¿pero cómo? La anhelamos -no hay quien no anhele la luz, a no ser que ya esté demasiado
perdido-, pues cuando uno tiene alguna aspiración, desea la luz. Así pues, tiene uno que hacerla.

Esto de hacer la luz es muy grave, porque implica destruir los receptáculos o calabozos -o
hablando en síntesis-, el antro negro donde está metida, para rescatarla, liberarla, extraerla de ahí,
a fin de quedar uno como debe quedar: como una persona iluminada, como un verdadero
"vidente", como un verdadero ser luminoso; gozar de esa plenitud que por Naturaleza nos
corresponde, y a la que tenemos verdaderamente derecho. Que lo que si sucede es que se
necesita de un heroísmo, o de una serie de actos de heroísmo tremendos para poder libertar
nuestra Alma, para poderla sacar del calabozo donde está metida, para poderla robar a las
tinieblas.
Esto que estoy diciendo pues seria interesante que ustedes lograran comprenderlo de verdad,
conscientemente, porque podría hasta darse el caso de que escuchando, no escucharan, o no
midieran -dijéramos-, el sentido de las palabras que estoy diciendo. Hay que saber valorar estas
palabras para entender, pues, lo que estoy afirmando.

Rescatar al Alma, sacarla de entre las tinieblas, es hermoso, pero no es fácil; lo normal es que
permanezca prisionera. Y no podrá uno gozar de una iluminación auténtica, en tanto la Esencia, la
Conciencia, el Alma, estén allí embotelladas, esté prisionera y eso es lo grave. Entonces se necesita
forzosamente, destruir, desintegrar heroicamente, con un heroísmo superior al de Napoleón en
sus grandes batallas, o superior al de Morelos en su lucha por la libertad, etc.; heroísmo
inigualable, para poder libertar la pobre Alma, sacarla de entre las tinieblas. Se necesita ante todo,
-como les decía en la pasada ocasión aquí a nuestro hermano Oscar y...-, de conocer pues las
técnicas, los procedimientos que conduzcan a la destrucción de esos elementos donde el Alma
está embotellada, prisionera, para que venga la iluminación.

Ante todo hay que empezar por comprender la necesidad de saber observar. Nosotros estamos
-por ejemplo-, aquí sentados todos, en estas sillas. Sabemos que estamos sentados, pero nosotros
no hemos observado estas sillas. En el primer caso tenemos el conocimiento de que estamos
sentados en las sillas, pero observarlas ya es algo distinto. En el primer caso hay -dijéramos-, el
conocimiento, pero no la observación. La observación requiere una concentración especial:
observar de que están hechas, luego de entrar en meditación, descubrir sus átomos, sus
moléculas; esto requiere ya dijéramos, una atención dirigida. Saber que uno está sentado en una
silla, es una atención no-dirigida, una atención pasiva; pero observar la silla, ya seria una atención
dirigida. Así también, nosotros podemos pensar mucho en nosotros mismos, mas esto no quiere
decir que estemos observando nuestros propios pensamientos; observarlos es distinto, es
diferente. Vivimos en un mundo de emociones inferiores, cualquier cosa nos produce emociones
de tipo inferior, y sabemos que las tenemos; pero una cosa es saber que uno se encuentra en un
estado negativo, y otra cosa es observar el estado negativo en que se encuentra, que es algo
completamente diferente.

Veamos por ejemplo: En cierta ocasión, un caballero le manifestó a un psicólogo, le dijo: "Bueno,
yo siento antipatía por determinada persona" (y le citó el nombre y apellidos). El psicólogo le
contestó: "Obsérvela, observe usted a esa persona". Respondió nuevamente el interrogador:
"¿pero, yo para que voy a observarlo, si le conozco?". Sacó como conclusión, el psicólogo, que
aquel no quería observar, conocía pero no observaba. Conocer es una cosa y observar es otra cosa
muy diferente. Uno puede conocer que tiene un pensamiento negativo, pero eso no significa que
lo está observando; sabe que se encuentra en un estado negativo, pero no ha observado el estado
negativo.
En la vida práctica vemos que dentro de nosotros hay muchas cosas que deberían causarnos
vergüenza: comedias ridículas, cuestiones de "yoes", protestas, pensamientos morbosos, etc.;
saber que se tienen, no es haberlos observado. Alguien puede decir: "Sí, en este momento tengo
un pensamiento morboso"; pero una cosa es saber que lo tiene, y otra cosa es observarlo, que es
totalmente diferente.

Así pues, si uno quiere llegar a eliminar tal o cual elemento psicológico indeseable, primero que
todo tiene que aprender a observar con el propósito de obtener un cambio, porque ciertamente,
si uno no se aprende a auto-observar, cualquier posibilidad de cambio se hace imposible.

Cuando uno se aprende a auto-observar, se desarrolla en uno mismo el sentido de auto-


observación. Normalmente, este sentido está atrofiado en la raza humana, está degenerado, pero
a medida que lo usamos se va desenvolviendo y desarrollando.

Como primer punto de vista, venimos a evidenciar, a través de la auto-observación, de que aún los
pensamientos más insignificantes o las comedias más ridículas que interiormente se suceden y
que nunca se exteriorizan, no son propias, son creadas por otros, por los "yoes". Lo grave es
identificarse uno con esas comedias, con esas ridiculeces, con esas protestas, con esas iras, etc.,
etc., etc. Si uno se identifica con cualquier deseo interior de esos, cobra más fuerza el "yo" que las
produce, y así cualquier posibilidad de eliminación se hace cada vez más difícil. De manera que la
observación es vital cuando se trata de provocar un cambio radical en nosotros.

Los distintos "yoes" que viven en el interior de nuestra psiquis, son muy astutos, muy sagaces;
apelan muchas veces al "rollo" ese de los recuerdos que cargamos en el centro intelectual.
Supongamos que uno en el pasado, estuvo fornicando con cualquier otra persona del sexo
opuesto, y que está insistiendo o no en eliminar la lujuria; entonces el "yo" de la lujuria apelará, se
apoderará del centro de los recuerdos, del centro intelectual; agarrará allí, dijéramos, el "rollo" de
los recuerdos, del que tenga necesidad, y las hará pasar por la fantasía de la persona, así él se
vigorizará más, se hará cada vez más fuerte. Por todas estas cosas, ustedes deben ver la necesidad
de la auto-observación. No seria posible que hubiese un cambio de verdad, radical y definitivo, si
no aprendemos a observarnos.

Conocer no es observar, pensar tampoco es observar. Muchos creen que pensar en sí mismo es
observar, y no es así. Uno puede estar pensando en sí mismo, y sin embargo no se está
observando. Es tan distinto pensar en sí mismo a observar, como el aceite al agua, o el agua al
aceite. Obviamente, no debe uno identificarse con ninguno de los "yoes". Para observarse, uno
tiene que dividirse entre dos, en dos, en dos mitades: una parte que observa, y otra parte que es
observada. Cuando la parte que observa ve las ridiculeces y necedades de la parte observada, hay
posibilidades como nunca de descubrir -supongamos el "yo de la ira"-, que ese "yo" no somos
nosotros, que él es él; podríamos exclamar: "¡el "ello" tiene ira, yo no tengo ira "ello", ese debe
morir; voy a trabajarlo, para desintegrarlo". Pero si uno se identifica con él y dice: "¡yo tengo ira,
estoy furioso!"; cobra más fuerza, se hace más vigoroso, y entonces, ¿cómo lo va a disolver, de
qué manera? Pues no podría, ¿verdad? De manera que no debe identificarse con ese "yo", ni con
su rabieta, o con su tragedia, porque si uno se identifica con su creación, pues termina viviendo en
esa creación también, y eso es absurdo.

A medida que uno va trabajando sobre sí mismo, se va ahondando cada vez más en las cuestiones
de la auto-observación, se va haciendo cada vez más profundo; en esto se debe perder ninguno,
mejor que no vaya dejando escapar ni el más insignificante pensamiento. Cualquier deseo, por
pasajero que sea, cualquier reacción, debe ser el motivo de observación, porque cualquier deseo,
cualquier reacción, cualquier pensamiento negativo, proviene de tal o cual "yo". Y si queremos
nosotros fabricar la luz, liberar el Alma, ¿vamos a permitir nosotros que continúen existiendo esos
"yoes"? ¡Seria absurdo! Si es luz lo que nosotros queremos, si de verdad estamos enamorados de
la luz, pues tenemos que desintegrar los "yoes", no queda más remedio, volverlos polvo; pero no
podemos volver polvo a lo que no hemos observado. Entonces necesitamos saber observar.

En esta cuestión, tenemos también que cuidar la charla interior, porque hay muchas charlas
interiores negativas, absurdas, conversaciones íntimas que jamás se exteriorizan, y naturalmente,
necesitamos corregir esa charla interior, aprender a guardar silencio, saber hablar cuando se debe
hablar, saber callar cuando se debe callar -esto es ley, no solamente para el mundo físico, para el
mundo exterior, sino también para el mundo interior-. Las charlas interiores negativas, más tarde
se vienen a exteriorizar físicamente; por eso es que es tan importante eliminar la charla negativa
interior, porque perjudica. Hay que aprender a guardar el silencio interior.

Normalmente se entiende por "silencio mental", cuando uno vacía la mente de toda clase de
pensamientos, cuando uno logra la quietud y silencio de la mente a través de la meditación, etc.;
pero hay otra clase de silencio. Supongamos que se nos presenta ante nosotros un caso de juicio
crítico, con relación a un semejante, y sin embargo mentalmente guardamos silencio, no
juzgamos, no condenamos; nos callamos, tanto externamente como internamente. En este caso
pues, hay silencio interior.
Los hechos de la vida práctica, al fin y al cabo deben mantenerse en íntima correspondencia con
una conducta interior perfecta. Cuando los hechos de la vida práctica concuerdan con una
conducta interior perfecta, es señal de que ya vamos nosotros creando, en sí mismos, el famoso
Cuerpo Mental.

Si ponemos las distintas partes de un radio o de una grabadora de esas -por ejemplo- sobre una
mesa, pero no sabemos nada de electrónica, pues tampoco podremos captar las distintas
vibraciones insonoras que pululan en el Cosmos; pero si mediante la comprensión unimos las
distintas partes, tenemos el radio, tendremos el aparato que puede captar sonidos que de otra
forma no captaríamos. Así también, las distintas partes de estos estudios, de este Trabajo, se van
complementando entre sí para venir a formar un cuerpo maravilloso, el famoso Cuerpo de la
Mente. Este cuerpo nos permitirá captar mejor todo lo que dentro de nosotros mismos existe, y
desarrollará en nosotros más el sentido de la auto-observación íntima, y eso es bastante
importante.

Así pues, el objeto de la observación es realizar un cambio dentro de nosotros mismos, promover
un cambio verdadero, efectivo.

Una vez que nos hemos puesto, dijéramos, diestros en la observación de sí mismos, entonces
viene el proceso de eliminación. De manera que hay propiamente, tres pasos en esta cuestión:
primero, la observación; segundo, el juicio crítico; y tercero, ya es propiamente la eliminación de
tal o cual "yo psicológico".

Al observar un "yo", debemos verlo como se comporta en el centro intelectual, de qué manera;
conocerle todos sus "juegos" con la mente. Segundo, en qué forma se expresa a través del
sentimiento, en el corazón, y lo tercero, descubrir su modo de acción en los centros inferiores:
motor-instintivo-sexual. Obviamente en el sexo, un "yo" tiene una forma de expresión, en el
corazón tiene otra forma, y en el cerebro otra. En el cerebro, un "yo" se manifiesta a través de la
cuestión intelectual: razones, justificaciones, evasivas, escapatorias, etc., etc., etc. En el corazón
como un sufrimiento, como afecto, como un amor aparentemente -muchas veces, cuando es
cuestión de lujuria-, etc. Y en los centros motor-instintivo-sexual, tiene otra forma de expresión,
como acción, como instinto, como impulso lascivo, etc., etc.

Por ejemplo, citemos un caso concreto: lujuria, un "yo" lujuria, ante una persona de sexo opuesto.
En la mente puede que se manifieste con pensamientos constantes; podría manifestarse en el
corazón como un afecto, como un amor aparentemente puro, libre de toda mancha, hasta tal
grado, que podría uno perfectamente justificarse y decir: "pero bueno, yo no siento lujuria por
esta persona, yo lo que estoy sintiendo es amor". Pero si uno es observador, si le pone mucho
cuidado a su máquina y observa el centro sexual, viene a descubrir que en el centro sexual hay
cierta actividad ante esa persona; entonces viene a quedar evidenciado que no hay tal afecto, -el
amor dijéramos-, no es tal amor por esa persona, sino que lo que hay es lujuria.

Pero vean cuan fino es el delito: la lujuria puede perfectamente disfrazarse, en el corazón, con el
amor, componer versos, etc., etc., pero es lujuria disfrazada. Si uno es cuidadoso y observa esos
tres centros de la máquina, puede evidenciar que se trata de un "yo". Ya descubriendo que se
trata de un "yo", habiéndole conocido sus "manejos" en los tres centros; o sea, en el intelectual,
en el corazón y en el sexo, entonces, procede uno a la tercera fase. ¿Cual es la tercera fase? La
ejecución, ésta es la parte final del trabajo, ¿no? Ejecución. Entonces tiene uno que apelar a la
oración en el trabajo. ¿Qué se entiende por "oración en el trabajo"? La oración en el trabajo debe
ser hecha sobre la base de la íntima Recordación de Sí Mismo.

En alguna ocasión dijimos que hay cuatro niveles del hombres, o cuatro estados de Conciencia,
-para ser más claros, cuatro estados de Conciencia-. Un primer estado de Conciencia es el del
sueño profundo e inconsciente de una persona, de un Ego que dejó el cuerpo dormido en la cama,
pero ambula en el Mundo Molecular en estado de coma -es el estado inferior-. Un segundo estado
de Conciencia es el del soñador que ha regresado a su cuerpo físico, y que cree que está en estado
de vigilia; en este caso sus sueños continúan, claro que está con el cuerpo físico en estado de
vigilia. Es más peligroso este tipo segundo de soñador, porque puede matar, puede robar, puede
cometer crímenes de toda especie; en cambio, en el primer caso, el soñador es más infrahumano
pero no puede hacer nada de estas cosas. ¿Cómo podría hacerlo, cómo podría hacer daño?
Cuando el cuerpo está pasivo para sus sueños, la persona no puede ocasionar daños a nadie en el
mundo físico; pero cuando el cuerpo está activo para los sueños, la persona puede hacer mucho
daño en el mundo físico; por eso es que en las Sagradas Escrituras insisten en la necesidad de
despertar.

Si estos dos tipos de personas: las que se encuentran, dijéramos, en estado de inconsciencia
profunda, o aquellos que siguen soñando y tienen el cuerpo activo para los sueños, hacen oración,
pues de semejantes dos estados tan infrahumanos, no pueden aceptar sus estados negativos, la
Naturaleza responde. Por ejemplo: un inconsciente, un dormido hace oración para montar un
negocio, pero puede que sus "yoes", -que son tan innumerables-, no estén de acuerdo con lo que
él está haciendo; porque es tan solo uno de los "yoes" el que está haciendo la oración, y los otros
no están siendo tenidos en cuenta; a los otros puede que no les interese tal negocio, que no estén
de acuerdo con esa oración, y hagan una oración exactamente lo contrario para que ese negocio
fracase, porque no están de acuerdo; como los otros son mayoría, la Naturaleza contesta con sus
fuerzas, con un aflujo de fuerzas, y viene el fracaso del negocio, eso es claro.

Entonces, para que la oración tenga un valor efectivo en el trabajo sobre uno mismo, pues tiene
uno que colocarse en el tercer estado de Conciencia, que es el de la íntima Recordación de Sí
Mismo, es decir, de su propio Ser.

Sumergido uno en meditación profunda, concentrado en su Divina Madre Interior, le suplicará que
elimine de su psiquis, ese "yo" que quiere desintegrar. Puede que la Madre Divina en ese
momento actúe, decapitando tal "yo", pero no con eso se ha hecho la totalidad del trabajo; la
Madre Divina no lo va a desintegrar instantáneamente todo. Habrá necesidad, si no se desintegra
todo de tener paciencia. En sucesivos trabajos a través del tiempo, lograremos que tal "yo" se
desintegre lentamente, que vaya perdiendo su volumen, de tamaño. Un "yo" puede ser
espantosamente horrible, pero a medida que va perdiendo su volumen, se va embelleciendo;
después tiene la apariencia de un niño, y por último se vuelve polvo. Cuando ya se ha vuelto polvo,
la Conciencia que estaba metida, embotellada, embutida dentro de ese "yo", queda liberada;
entonces la luz habrá aumentado, es un porcentaje de luz que queda libre. Así procederemos con
cada uno de los "yoes".

El trabajo es largo y muy duro; muchas veces cualquier pensamiento negativo, por insignificante
que éste sea, tiene por fundamento un "yo" antiquísimo. Ese pensamiento negativo que llega a la
mente, nos indica de hecho que hay un "yo" detrás de ese pensamiento, y que ese "yo" debe ser
extirpado, erradicado de nuestra psiquis. Hay que estudiarlo, conocerle sus manejos, ver como se
comporta en los tres centros: en el intelectual, en el emocional, y hablando en síntesis, en el
motor-instintivo-sexual, ver de qué manera trabaja en cada uno de estos tres centros; de acuerdo
con su comportamiento, uno lo va conociendo. Cuando uno ha desarrollado el Sentido de la Auto-
observación, viene a evidenciar por sí mismo, que algunos de esos "yoes" son espantosamente
horribles, son verdaderos monstruos de forma horripilante, macabra, y que viven en el interior de
nuestra psiquis.

EL FALSO SENTIMIENTO DEL "YO"


Vamos a hablar hoy un poco sobre el sentimiento de sí mismo. Vale la pena que reflexionemos
sobre esta cuestión del sentimiento de sí mismo. Conviene que entendamos a fondo la cuestión
del falso sentimiento del "yo".

Todos en el fondo aquí de nuestro corazón, tenemos siempre el sentimiento de sí mismos. Mas
conviene saber si este sentimiento es correcto o equivocado. Es necesario pues, entender lo que
es este sentimiento del "yo".

Ante todo, urge entender que las gentes estarían dispuestas a abandonar el alcohol, el cine, el
cigarrillo, las pachangas, etc., menos sus propios sufrimientos. La gente adora sus propios dolores,
sus sufrimientos. Se despegarían más fácilmente de un rato de alegría que de sus propios
sufrimientos; sin embargo, parece paradójico que todos se pronuncian contra los mismísimos
sufrimientos, que se quejan de sus dolores; mas cuando en verdad hay que abandonarlos, en
modo alguno están dispuestos a semejante renunciación.

Ciertamente, tenemos una serie de fotografías vivientes de sí mismos. Fotografías de cuando


teníamos dieciocho años, fotografías de cuando erramos muchachos, fotografías de cuando
éramos hombres de veintiún años, fotografías de cuando teníamos veintiocho o treinta, etc., etc.,
etc. A cada una de estas fotografías psicológicas le corresponde toda una serie de sufrimientos
-eso es ostensible-, y gozamos examinando tales fotografías, nos deleitamos en narrar a los demás
los sufrimientos de cada edad, las dolorosas épocas por las que pasamos, etc.
Hay un gusto bastante exótico, bohemio -dijéramos-, cuando narramos a otros nuestros dolores;
cuando les decimos que somos gente de experiencia; cuando les contamos las aventuras de
muchachos; la forma como tuvimos que trabajar para ganarnos el pan de cada día; la época más
dolorosa de la existencia cuando andábamos por ahí buscando los centavos para subsistir,
¡Cuantos dolores, que tormentos! En todo eso gozamos.

Cuando estamos haciendo ese tipo de narraciones, somos verdaderamente bohemios, entusiastas.
En vez de deleitarnos en este caso con el alcohol o con el cigarro, nos deleitamos con la historieta,
con la novela, con lo que nos pasó, con lo que dijimos, con lo que nos dijeron, con la forma en que
vivimos, etc., etc.

Es una especie de bohemia bastante exótica, que nos gusta. En modo alguno parece que estamos
dispuestos a abandonar nuestros propios sufrimientos. Ellos son pues el narcótico que a todos
gusta, el deleite que a todos agrada. Y mientras más accidentada una vida, parece que nos
sentimos más exóticos, más bohemios con nuestros dolores; cosa absurda, por cierto.

Pero observen ustedes que a cada situación corresponde un sentimiento. Un sentimiento del "yo",
del mí mismo. Sentimos que somos, sentimos que existimos.

En este momento están ustedes reunidos aquí escuchándome, yo estoy hablándoles. Ustedes
sienten que sienten, tienen aquí en el corazón el sentimiento de si mismos, ¿y están seguros de
que ese sentimiento es el correcto?

Posiblemente que sí están seguros de eso. Acaso ese sentimiento que en este momento tienes, el
sentimiento de existir, el sentimiento de ser y de vivir, ¿será el verdadero o será un falso
sentimiento?

Conviene que seamos un poquito reflexivos en estas cuestiones. Cuando andábamos por ahí tal
vez en las cantinas, o cuando ambulábamos por los cabarets, ¿tendríamos sentimiento? Sí, es
obvio que lo tenemos, y ¿ese sería el correcto? A cada edad corresponde un sentimiento, porque
uno es el sentimiento de uno cuando tiene dieciocho años y otro el que tiene cuando tiene
veinticinco, otro es el sentimiento de los treinta y otro el de los treinta y cinco, y un anciano de
ochenta años indudablemente tendrá su propio sentimiento, ¿cuál de ellos seria el verdadero?

Es algo muy tremenda esta cuestión del sentimiento de sí mismos. Es que uno siente que siente,
uno siente que existe, uno siente que vive, uno siente que es, uno siente que siente. Tiene corazón
y siente, y dice: "yo, yo, yo". Pero son muchos los "yoes", ¿cuál de los sentimientos será pues el
exacto? Reflexionen ustedes un poco en esta cuestión, ¡piensen! Vale la pena tratar de
comprender esta cuestión.

Si uno desintegra un "yo" cualquiera -tengamos el del resentimiento con alguien-, está contento
de haberlo desintegrado; pero si el mismísimo sentimiento continua, hay algo que está fallando en
el trabajo. Sencillamente esto nos indica que el tal "yo" que creíamos haber desintegrado, no se ha
desintegrado, puesto que el sentimiento del mismo continúa.

Si perdonamos a alguien, y más aún, si cancelamos el dolor que ese alguien nos ha producido,
pero continuamos allá con un sentimiento igual, pues esto nos está indicando que no hemos
cancelado pues, ese agravio o ese mal recuerdo o esa mala acción que alguien nos produjo. El "yo"
del resentimiento continúa vivo.

Estamos tocando un punto muy delicado puesto que todos estamos en el Trabajo de sí mismos y
sobre sí mismos. ¿Cuantas veces hemos creído por ejemplo, que hemos desintegrado un "yo" de la
venganza? -Suponiendo-, pero el sentimiento aquel que teníamos continúa, esto nos indica que no
logramos entonces desintegrar tal "yo", eso es obvio. De manera entonces, que en nosotros
existen tantos sentimientos cuantos agregados psíquicos o "yoes" tenemos en nuestro interior. Si
tenemos diez mil agregados psíquicos, indubitablemente tendremos diez mil sentimientos de sí
mismos. Cada "yo" tiene su propio sentimiento.

Así pues, una pauta a seguir en nuestro trabajo sobre sí mismos, es esta cuestión del sentimiento.
Intelectualmente podremos haber aniquilado el "yo" del egoísmo, pero ¿continuará acaso
existiendo en nosotros el sentimiento del egoísmo, ese sentimiento de primero "yo", y segundo
"yo" y tercero "yo"?

Seamos sinceros consigo mismos, y si continúa existiendo tal sentimiento, es porque el "yo" del
egoísmo aún existe.
Así pues, hoy les he invitado a ustedes a comprender esta cuestión del sentimiento. Cuesta mucho
trabajo que las gentes, pues, se resuelvan a entender la necesidad de desintegrar el Ego, pero más
trabajo cuesta que entiendan lo que es el sentimiento. Suele ser tan fino que se escapa, es tan
sutil.

En todo caso, en este trabajo sobre sí mismos, mis queridos hermanos, hay tres líneas que
nosotros debemos entender: 1º, el trabajo sobre si mismos, con el propósito de desintegrar los
agregados psíquicos que en nuestro interior tenemos, viva personificación de nuestros errores. 2º:
El trabajo con los demás. necesitamos aprender a relacionarnos con los demás, y 3º: el amor al
trabajo, el trabajo por el trabajo mismo. Son las tres líneas a seguir.

Si una persona, por ejemplo, dice que está trabajando y cree que está trabajando sobre sí misma,
pero no se presenta ningún cambio en esa persona, si el sentimiento equivocado del yo continúa,
si su relación con sus semejantes es igual, entonces esta demostrado que esa persona no ha
cambiado y si no ha cambiado, pues entonces no está trabajando sobre sí misma correctamente,
eso es obvio.

Necesitamos cambiar, mas si después de un cierto tiempo de trabajo el sentimiento del "yo"
continúa igual, si el proceder con las gentes es el mismo, ¿podría acaso afirmarse que hemos
cambiado? En verdad que no, y el propósito de estos estudios consiste en cambiar. El cambio debe
ser radical, porque hasta la propia identidad que poseemos debe llegar a perderse para sí mismos.

Un día, por ejemplo, Arce buscará a Arce y ya Arce no existe, se habrá perdido a si mismo, eso es
claro. Un dia Uzcátegui dirá: que se hizo de Uzcátegui? Ya no existe, ha desaparecido para
Uzcátegui. Así que en realidad de verdad, hasta la mismísima identidad tiene que perderse para sí
mismos. Tenemos que volvernos absolutamente diferentes.

Yo conozco aquí mismo entre los hermanos, sé de algunos -cuyo nombre no menciono-, que hace
años, años y años que están estudiando aquí conmigo, aquí los veo, lo mismo, no han cambiado,
tienen su misma conducta, cometen los mismos errores; como los cometieron hace veinte años los
cometen hoy, igual. Mas no indican, no acusan, ningún cambio; no hay nada nuevo en ellos.
¿Como son? Como eran hace veinte años, o hace diez o hace cincuenta. ¿Cambio? Ninguno,
entonces ¿qué están haciendo esas gentes? ¿Que hacen aquí? Pues están perdiendo el tiempo
miserablemente, verdad? Porque el objeto de nuestros estudios es cambiar psicológicamente,
convertirnos en seres diferentes, pero si continuamos siendo lo mismo, si XX fulano es el mismo
que era hace diez años, pues entonces no ha cambiado, ni está haciendo nada, está perdiendo su
tiempo, eso es obvio.

Los invito a todos ustedes a esta reflexión, ¿quieren cambiar o no quieren cambiar? Si van siempre
siendo los mismos entonces, ¿que están haciendo? ¿Con que objeto están aquí reunidos en la 3ª
Cámara, ¿para qué? Hay que ser más reflexivos.

Una guía a seguir es esta cuestión del sentimiento del "yo". El sentimiento del "yo" es siempre
equivocado, nunca es correcto. Debemos distinguir entre el sentimiento del "yo" y el sentimiento
del Ser. El Ser es el Ser y la razón de ser del Ser es el mismo Ser. El sentimiento del Ser es siempre
correcto, pero el sentimiento del "yo" es un sentimiento equivocado, un sentimiento falso.

¿Por que gozarán los hermanos con sus fotografías, con las fotografías psicológicas de hace veinte
y hace treinta y hace cincuenta años? ¿Que les pasa?

Cada fotografía psicológica va acompañada de un sentimiento diferente. Sí, el sentimiento del


jovencito de dieciocho años que se emborracha, el sentimiento del muchachito de veinte años que
anda con la noviecita o por los caminos de la perversidad, etc. ¿Cuál de esos será el correcto? El
que teníamos cuando éramos muchachos de dieciocho años o el que tenemos hoy en día a la edad
de cincuenta o sesenta años? ¿Cuál será el verdadero?

Ninguno de esos sentimientos es verdadero, ninguno de esos es correcto, todos esos son falsos.
Falso es cuando se siente uno un hombre de dieciocho que tiene el mundo por delante y que las
noviecitas le sonrien. Falso es el muchachito aquel de los veinte que cree que por su cara bonita va
a dominar el mundo. Falso es el del jovenzuelo aquel de los veinticinco que anda de ventana en
ventana. Todo eso es falso ¿Cuál de esos sentimientos seria el real? Sólo la Conciencia les puede
dar un sentimiento real.

No olviden ustedes que entre la Conciencia y el Ser no hay mucho distanciamiento que se diga.
Son tres los aspectos de la Vida: el Ser -el Sat, en sánscrito-, la Conciencia -Chita- y la felicidad
-Ananda-, pero la Conciencia Real del Ser, que no está muy distante del Ser en sí mismo, se
encuentra enfrascada entre toda esa multiplicidad de agregados psíquicos que personifican a
nuestros errores y que en nuestro interior cargamos. Sólo ella puede darnos un sentimiento
correcto pero ese sentimiento seria cruel para los demás, porque los demás están enfrascados en
falsos sentimentalismos que nada tienen que ver con el verdadero sentimiento del Ser.

l sentimiento de la Conciencia Objetiva, Real, es lo que cuenta, es lo importante; pero para poder
tener nosotros ese sentimiento verdadero de la Conciencia Real y Objetiva, necesitamos antes que
todo, desintegrar los agregados psíquicos. A medida que vayamos desintegrando los diversos
agregados, viva personificación de nuestros defectos, la Voz de la Conciencia se irá haciendo cada
vez más fuerte. El sentimiento del Ser, es decir, de la Conciencia, irá sintiéndose cada vez más y
más en forma intensiva; y a medida que vayamos sintiendo con la Conciencia, nos daremos cuenta
de que el falso sentimiento del "yo" nos conduce al error.

Mas esto es sumamente fino, sumamente delicado, porque en la vida todos nosotros hemos
sufrido demasiado, eso es obvio. También hemos marchado por el camino del error, eso es
patético; y en todos los aspectos de nuestra vida, en cada proceso, en cada instante, hemos
sentido aquí en el corazón algo, algo, algo, algo que se llama sentimiento. Ese algo lo hemos
siempre considerado como la voz de nuestra Conciencia. Lo hemos considerado como el
sentimiento de sí, como el sentimiento real al cual hemos obedecido; como el único que puede
conducirnos por el camino recto, etc. Mas desgraciadamente hemos estado equivocados, mis
queridos hermanos.

Como prueba de nuestra equivocación, es que más tarde hemos tenido otro sentimiento
completamente diferente, totalmente distinto, y mucho más tarde otro sentimiento más distinto,
entonces, ¿cuál de los tres era el verdadero? Entonces, hemos sido víctimas todos de un auto-
engaño. Siempre nos ha guiado a nosotros o siempre hemos confundido al sentimiento del "yo"
con el sentimiento del Ser. Hemos sido víctimas de un auto-engaño, y aquí no puede haber
excepciones, hasta yo mismo, marché por el camino del error, cuando creí que el sentimiento del
"yo" era el sentimiento del Ser. No hay excepciones, todos hemos sido víctimas del auto-engaño.

Llegar a sentir, de verdad, llegar a tener el sentimiento preciso, es algo tremendo. Ese sentimiento
preciso es el de la Conciencia Superlativa del Ser. En todo caso nosotros debemos marchar por el
camino de la aristocracia de la inteligencia y de la nobleza del Espíritu. A medida que avancemos
por esa senda tan difícil del auto-conocimiento y de la auto-observación de sí mismos, de
momento en momento, iremos también aprendiendo a sentir correctamente. Iremos aprendiendo
a conocer el sentimiento auténtico de la Conciencia Superlativa del Ser.
El Ser para nosotros es lo que cuenta, es lo importante y el sentimiento juega gran papel en esta
cuestión del Ser, pero muy hondo papel. Cuantas veces creímos que andábamos bien por el
camino de la vida, guiados por el sentimiento vivo de una auténtica realidad; sucedió que
entonces andábamos peor que antes, porque nos guiaba un falso sentimiento, el del "yo".

Hay personas que no son capaces de despegarse el falso sentimiento del "yo", jamás. Tienen una
serie de fotografías sobre si mismas que no abandonarían por nada de la vida, ni por todos los
tesoros del mundo. Gozan con sus dolores y renunciar a ellos seria peor que la muerte misma. Las
gentes viven quejándose y gozan de las quejas, y nunca abandonarían sus dolores. Es terrible esto
que les estoy diciendo, doloroso, pero es la verdad.

Por un falso sentimiento del "yo" podemos perder toda una existencia, integra. Si pasan veinte
años, y los treinta, y los cuarenta, y los cincuenta, y los sesenta y llegamos a los ochenta -si acaso
llegamos, porque muchos mueren antes de los ochenta-, con ese mismo falso concepto o falso
sentimiento del "yo" para ser más claro, y ese falso sentimiento que tenemos del "yo" nos
embotella completamente en el Ego y al fin morimos, sin haber dado ni un paso adelante.

Por lo común, las gentes al enfrentarse a la vida no reciben las experiencias directas en la
Conciencia, no. Tienen una serie de preconceptos, prejuicios, -en la mente- terribles. Cualquier
reto pues, es de inmediato, dijéramos, escudado por algún prejuicio o preconcepto. Todo lo que
sucede en la vida llega, no directamente a la Conciencia, sino a toda esa multiplicidad de prejuicios
que tenemos dentro, a toda esa diversidad de sentimientos equivocados y contradictorios, pero
nunca a la Conciencia y en consecuencia, pues permanecemos dormidos por toda la vida.

Miremos un viejo neurasténico por ejemplo, de ochenta anos, rancio y torpe en el pensar,
embotellado en algún dogma, tiene un sentimiento de sí mismo totalmente equivocado. Cuando
algo le llega, no toca su Conciencia, todo lo que le llega, llega a su mente y esta, como está llena de
tantos prejuicios, costumbres, hábitos mecánicos, etc., pues reacciona de acuerdo con su propio
condicionamiento, pues reacciona violentamente, cobardemente, etc., etc., etc.

¿Saben ustedes de algún anciano de ochenta años reaccionando? Ya lo conoce uno, siempre da las
mismas reacciones, ¿por qué? Porque todo le llega a su mente, pues no le toca nunca su
Conciencia, llega a su mente y luego allí la mente lo interpreta a su modo. La mente juzga todo lo
que le parece, como está acostumbrada a juzgar, como cree que es verdadero, y el falso
sentimiento del "yo" respalda la forma equivocada de pensar. Total, que quien tiene un falso
sentimiento del "yo" pierde su existencia miserablemente.

Es que hay que llegar al correcto sentimiento, pero este es el de la Conciencia. Nadie podría llegar
a tener ese correcto sentimiento, si antes no desintegrara los agregados psíquicos. A medida que
uno va desintegrando los agregados psíquicos, el correcto sentimiento se va a manifestar. Cuando
la desintegración es total, también el sentimiento correcto es total.

Pero por lo común, el sentimiento correcto de si mismo está en pugna con el sentimiento falso del
"yo". Es que el sentimiento correcto de la Conciencia pues, está mucho más allá de cualquier
código de ética, más allá de cualquier código moral establecido por alguna religión, etc. Por lo
común, los conceptos morales establecidos por las distintas religiones, pues en el fondo resultan
falsos.

Como la Conciencia humana hoy en día está tan dormida, sucede pues que se han inventado
distintos sistemas pedagógicos, sociales, éticos, educativos y morales, para que nosotros
marchemos por el camino recto, pero nada de eso sirve para nada. Hay una ética propia de la
Conciencia, pero esta resultaría inmoral para los santurrones de las diversas denominaciones
religiosas.

Existe un libro que es el de los Paramitas en el Tíbet Oriental, con una ética que no encajaría jamás
dentro de ningún culto, porque es de la Conciencia; y no me estoy pronunciando contra ninguna
forma religiosa, únicamente contra ciertas formas o contra ciertos -dijéramos- armazones
oxidados, dentro de los cuales está embotellada hoy en día la mente y el corazón. Ciertas
estructuras caducas y degeneradas de falsa moral convencional, contra eso es que me estoy
pronunciando.

En estos estudios no se trata de seguir o de vivir de acuerdo con ciertas formas petrificadas de
moral, aquí lo que se debe es desarrollar la capacidad de la comprensión. Nosotros necesitamos
constantemente enjuiciarnos a sí mismos con el propósito de saber qué tenemos y qué nos falta.
Hay mucho que debemos eliminar y mucho que debemos adquirir, si es que queremos marchar
por el camino recto. Mas el sentimiento equivocado del "yo" no permite a muchos avanzar por la
difícil senda de la liberación, siempre se confunde a ese sentimiento equivocado del "yo" con el
sentimiento del Ser. Y si no abrimos bien los ojos, como se dice, el sentimiento equivocado del
"yo" puede hacernos fracasar a todos en la presente existencia.
El Ser es lo que cuenta, pero está muy hondo, muy profundo. Realmente el Ser en sí mismo es la
Mónada Interior. Recordemos a Leibnitz y sus famosas "Mónadas". La Mónada en sí misma es lo
que podríamos denominar Nashemah en hebreo, es decir, Atman-Buddhi. Atman, ¿quién es
Atman? Es el Intimo, el Ser. Sobre eso nos dice algo precisamente, el libro "Dioses Atómicos":
"Antes de que la falsa aurora apareciera sobre la tierra, aquellos que sobrevivieron al huracán y a
la tormenta alabaron al Intimo, y a ellos se les aparecieron los Heraldos de la Aurora."

Neschamah, es decir, Atman-Buddhi, es la Mónada citada por Leibnitz en su "Filosofia Monádica".


Atman es el Intimo, Buddhi es el Alma Espiritual, la Conciencia Superlativa del Ser; los dos,
integrados, constituyen la Mónada, eso es obvio. La Mónada a su vez, se ha desdoblado en el Alma
Humana, que es el "Manas Superior" de los orientalistas, esa Alma Humana, en principio es
germinal completamente, pero de ella por desdoblamiento, ha resultado la Esencia, que es lo
único que los animales intelectuales tienen dentro encamado. Esa Esencia está enfrascada entre
los diversos agregados psíquicos que en nuestro interior llevamos.

En hebreo, Neschamah es precisamente Atman, Atman en su parte inefable. Buddhi es "Ruach" y


Atman-Buddhi se dice "Ruach" en general. Nephesih es el Alma Humana o Alma Causal, de donde
deriva precisamente la Esencia que cada cual tiene en su interior. Esa Esencia hay que despertarla,
es la parte de Conciencia que tenemos dentro. Esa Esencia hay que ponerla en actividad,
desgraciadamente está dormida, está metida dentro de los agregados psíquicos inhumanos que en
nuestro interior cargamos, por desgracia.

Es necesario entender que cuando uno trabaja sobre sí mismo, entra en el camino de la
Revolución de la Conciencia, aspira algún día recibir sus Principios Anímicos y Espirituales, es decir,
convertirse en templo de la Mónada Interior, porque es obvio que una Esencia desarrollada,
desenvuelta, despierta, se integra, se fusiona completamente con el Alma Humana en el Mundo
Causal. Mucho más tarde viene lo mejor: el desposorio, la integración de esa Alma Humana con la
Mónada, cuando eso sucede, el Maestro se auto-realizó totalmente.

Así que lo que tenemos, que es la Esencia, debe ser trabajada. Debemos empezar por
desembotellarla, por desenfrascarla, es una fracción del Alma Humana en toda criatura y hay que
despertarla porque está dormida entre cada uno de los agregados psíquicos que en nuestro
interior llevamos.
Esa Esencia tiene su propio sentimiento correcto, que es diferente, completamente diferente del
falso sentimiento del "yo". Esa Esencia realmente, con su sentimiento, emana de la verdadera
Alma Causal o Alma Cósmica. Así, el sentimiento que la Esencia tiene, es el mismo que tiene el
Alma Cósmica, el mismo que existe en el Alma-Espíritu, es el mismo que existe en el Intimo o
Atman.

Cuando uno entra por este camino, descubre que se ha metido por la Senda de la Revolución de la
Conciencia, y la Revolución de la Conciencia es tremenda, porque trae de hecho aparejada la
revolución intelectual y la revolución física. La Revolución de la Conciencia provoca una serie de
revoluciones intelectuales extraordinarias y a su vez, como resultado, aparece la revolución física.
En la Alquimia, por ejemplo, se habla de la reincrudación del cuerpo físico, de la invulnerabilidad y
de la mutación. Es obvio que aquel que ha conseguido el despertar total, aquel que ha logrado la
iluminación, puede alimentarse con el Arbol de la Vida, y de hecho su cuerpo físico, si así lo quiere,
puede volverse invulnerable, mutante, y eso lo consigue mediante la reincrudación alquimista. Un
Iluminado sabe muy bien como se logra la reincrudación. Así son tres revoluciones en una: la de la
Conciencia que trae aparejada la revolución intelectual y la otra, la revolución física.

Los grandes Adeptos de la Conciencia, esos que lograron verdaderamente el despertar, son
iluminados, muchos de ellos son inmortales. Recordemos nosotros a nada menos que a Sanat
Kumará, el "Anciano de los Días" el fundador del Colegio de Iniciados de la Blanca Hermandad.
Trajo su cuerpo físico a la Tierra, vino desde Venus. Ese gran Maestro, habiendo ya pasado más
allá de toda necesidad de vivir en este mundo, se ha quedado en este mundo para ayudar a los
que marchan por la rocallosa senda que conduce a la liberación final. Sanat Kumará es alguien que
puede sumergirse totalmente en el Océano de la Gran Luz, pero ha renunciado a toda dicha para
quedarse aquí con nosotros, y está con nosotros, por Amor a nosotros.

En el camino este que estamos recorriendo, urge entender la forma de relacionarnos


correctamente con nuestros semejantes. Si trabajamos sobre sí mismos, debemos también
levantar la antorcha para iluminar el camino de otros, para mostrar a otros el Sendero, y eso es lo
que hacen precisamente los Misioneros Gnósticos: mostrar a otros la Senda de la Liberación.

En el oriente se habla claramente de dos clases de seres que marchan por este camino: a los
primeros los podemos denominar los Saravakas y los Buddhas Pratyekas. Obviamente, ellos son
ascetas, saben que el falso sentimiento del "yo" lo conduce a uno al fracaso. Lo entienden, ellos se
han preocupado por trabajar intensamente sobre sí mismos, han hecho sus votos, algunos de ellos
hasta han diluido al Ego, pero no trabajan por los demás, no hacen nada por el prójimo. Estos
Buddhas Pratyekas y Saravakas obviamente gozan de cierta iluminación y de cierta felicidad, mas
nunca han llegado en realidad de verdad, a ser verdaderos Bodhisattwas en el sentido más estricto
de la palabra.

Hay dos clases de Bodhisattwas: los que tienen el Bodhisita en su interior y los que no lo tienen.
¿Que se entiende por el Bodhisita o Bodhisito? Sencillamente de que a base de distintas
renunciaciones y de Kalpas enteros, rnanifestandose en los mundos y renunciando a cualquier
grado de felicidad, trabajan por la humanidad. Estos tienen los Cuerpos Existenciales en Oro Puro,
porque eso es el Bodhisitta: los Cuerpos ExistenciaIes Superiores del Ser y la Sabiduría de la
experiencia adquirida a través de sucesivas eternidades.

El Bodhisita de un Budha es propiamente un Bodhisattwa debidamente preparado, que puede


perfectamente realizar con eficiencia todos los trabajos que el Budha Interior le ha confiado.
¿Creen ustedes acaso que el Bodhisattwa que en realidad de verdad se ha desarrollado en el
terreno vivo del Bodhisita, podría acaso llegar a fracasar en los trabajos que tiene que realizar?
Obviamente que no, porque está debidamente preparado.

Se entiende por Bodhisito, precisamente a todas esas experiencias, a todos esos conocimientos
adquiridos a través de las edades, a los Vehículos de Oro Puro, la sabiduría patente del Universo.
Obviamente, el Bodhisattwa, provisto de tal Bodhisito, se manifiesta a través de distintos
Mahanvantaras y a la larga viene a convertirse verdaderamente en un ser omnisciente. La
Omnisciencia es algo que hay que conseguir, que hay que lograr, que en modo alguno nos viene
de regalo; es un producto de distintas manifestaciones cósmicas y de incesantes renunciaciones.

El Bodhisattwa que posee dentro de sí mismo al Bodhisito, es decir, todas esas sumas de
conocimientos, experiencias y Vehículos de Oro, etc., jamás se dejaría guiar por un falso
sentimiento del "yo". Pero este falso sentimiento del "yo" suele refinarse espantosamente. Hay
individuos que han logrado muchos refinamientos espirituales y sin embargo aún son víctimas del
falso sentimiento del "yo". Entender esto es básico en la Gran Obra, es fundamental.

Todos tenemos derecho a aspirar a la iluminación, pero tampoco debemos codiciar la iluminación.
Antes de codiciarla, debemos nosotros preocuparnos por la desintegración de los agregados
psíquicos que en nuestro interior cargamos; vigilar en forma intensiva ese falso sentimiento del
"yo", aniquilarlo, porque puede estancarnos, puede llevarnos al auto-engaño, puede hacernos
pensar que vamos muy bien, puede hacernos creer que es la Voz de la Conciencia, cuando en
realidad de verdad es la voz del Ego.
Quiero que entiendan ustedes, claramente, que un día ustedes, tienen que ir fabricando dentro de
sí mismos al Boddhisito, es decir, elaborando esa experiencia, elaborando ese conocimiento que
les va dando el trabajo sobre sí mismos. Con tal conocimiento, con tal experiencia, ustedes no
fallarán. A medida que ustedes vayan desintegrando los agregados psíquicos que les dan a ustedes
el falso sentimiento del "yo", irán alimentándose con el Pan de la Sabiduría, con el Pan
Transubstancial venido de lo Alto, porque cada vez que uno desintegra un agregado psíquico,
libera un porcentaje de Conciencia y adquiere de hecho una virtud, un conocimiento nuevo, algo
extraordinario.

A propósito de virtudes, he de decirles que el que no es capaz, por ejemplo de apreciar las gemas
preciosas, tampoco podría saber cual es el valor de las virtudes. El valor de estas en sí mismas, es
precioso, mas no es posible adquirir virtud alguna si antes no desintegramos el defecto antitético.
Por ejemplo, no podríamos adquirir la virtud de la Castidad si no desintegramos el defecto de la
Lujuria. No podríamos adquirir la virtud de la Mansedumbre, si no eliminamos de sí mismos el
defecto del Resentimiento. No podríamos adquirir la virtud del Altruismo, si no eliminamos el
defecto del Egoísmo.

Lo que importa pues, es que nosotros vayamos comprendiendo la necesidad de eliminar los
defectos, sólo así irán naciendo en nosotros las gemas preciosas de las virtudes. En todo caso, el
objetivo de esta plática de hoy ha sido: llamarles la atención sobre el falso sentimiento del "yo".
Tendrán ustedes que aprender a sentir la Conciencia, a tener un correcto sentimiento de la
Conciencia Superlativa del Ser. Esa Conciencia Superlativa emana o deviene originalmente de
Atman, el Inefable, es decir, del Intimo, del Ser.

Así mis queridos hermanos, hasta aquí vamos dejando esta plática, si alguno de ustedes quiere
preguntar algo en relación con el tema, bien puede hacerlo con la más entera libertad.

P.- Venerable Maestro: que relación existe entre las sensaciones y el sentimiento?

R.- Las sensaciones, sensaciones son, y las hay positivas y negativas. Toda sensación, por ejemplo,
es el resultado de alguna radiación o impresión externa. Por ejemplo: viene a nosotros una
sensación de dolor, debido a que alguien nos lo produjo, ya sea con la palabra o sencillamente nos
dió un "trancazo"; entonces tenemos una sensación de dolor. Y una sensación de alegría: cuando
alguien nos trata bien, o cuando olemos un perfume delicioso. En todo caso las sensaciones son
sensaciones, pero el sentimiento se lleva en el corazón, es diferente, va en el centro emocional, y
nunca se debe confundir el sentimiento auténtico del Ser, del Atman, de la Mónada, de la Esencia,
etc., del Ser en general, con el sentimiento del "yo". Cada "yo" tiene su forma de sentimiento, y
por lo común, esos sentimientos del "yo" nos llevan al fracaso. ¿Alguna otra pregunta? Todos
puedes preguntar, que ninguno quede con dudas. Tiene la palabra hermano.

P.- Venerable Maestro: en cada edad o etapa del individuo, se manifiestan determinados "yoes"
característicos...

R.- Ciertamente que sí, de acuerdo con la Ley de Recurrencia. Porque si en la pasada existencia a
los treinta años tuvimos una "bronca" en la cantina, el "yo" de aquella riña permanece en el fondo
de nosotros mismos, aguardando el instante de los treinta años para volver a salir otra vez.
Cuando llegue esa edad, saldrá entonces, irá a buscar una cantina con el propósito de encontrarse
con el sujeto aquel con quien riñó. Lo mismo hará aquel, y al fin se encontrarán ambos en la
cantina y volverán a reñir, esa es la Ley de Recurrencia. Y si a la edad de veinticinco años tuvimos
una aventura amorosa, pues también a esa misma edad el "yo" que estaba allí aguardando en el
fondo, saldrá a la superficie, controlará el intelecto, controlará el corazón e irá a buscar a la amada
de sus ensueños. Ella hará lo mismo y ambos se reencontrarán para repetir la aventura. Así que el
robot humano está programado por la Ley de Recurrencia. ¿Alguna otra pregunta?... En todo caso
el Ser, el verdadero Ser, no se expresa en el animal intelectual, vive normalmente en la Vía Láctea,
se mueve en la Vía Láctea. Lo que actúa en este mundo es el robot programado por la Ley de
Recurrencia.

Hay necesidad de desintegrar el Ego y despertar la Conciencia para que la Mónada, Atman-Buddhi,
el Ruach Elohim que según Moisés "labraba las aguas en el principio del Mundo", el Rey-Sol,
vuelva naturalmente a expresarse dentro de nosotros, venga a la manifestación, ingrese en
nuestra humana persona. Sólo El puede hacer.

Las gentes creen que hacen y no hacen nada. Actúan de acuerdo con la Ley de Recurrencia, son
máquinas programadas y eso es todo.

P.- Venerable Maestro, fue la segunda guerra mundial una recurrencia de la primera?
R.- Pues claro, así es, y siempre se repite todo, de acuerdo con la Ley de Recurrencia, eso es
verdad. La segunda guerra mundial no fue sino la repetición de la primera, y la tercera no será sino
la repetición de la segunda. ¿Alguna otra pregunta?

P.- Maestro: puede explicarnos como es que uno puede creer que ha eliminado el defecto, cuando
en realidad no es así?

R.- Sí, puede creerse que se ha eliminado tal o cual defecto psicológico, pero si el sentimiento de
ese "yo" continúa en nosotros, significa que no ha sido eliminado. De manera que esa es una
forma en que este conocimiento nos permite a nosotros saber si hemos eliminado tal o cual "yo".
Es un patrón de medida que nos permite descubrir si hemos o no hemos eliminado tal o cual
agregado psíquico.

P.- Maestro: cómo podría explicarnos el hecho de que el Angel Adonaí tenga Karma?

R.- Bueno, Adonaí, el Hijo de la Luz y de la Alegría, que yo sepa no tiene Karma. Si se demoró en
haber eliminado algún elemento indeseable, pues, eso ya pasó.

P.- Venerable Maestro: Tengo entendido que el Karma de Adonaí eran por los recuerdos del Alma.

R.- Bueno, pero eso es una conjetura, tenemos que marchar sobre los hechos. Yo no sé que Adonaí
tenga Karma, por lo menos no he sido informado sobre eso, esa es la cruda realidad. Tengo
entendido que no tiene Karma. Ahora tiene cuerpo físico y vive en Europa, es un Adepto
maravilloso, pertenece al Círculo Consciente de la Humanidad Solar que opera sobre los Centros
Superiores del Ser; vive y pasa como un desconocido en Europa, en Francia. ¿Hay alguna otra
pregunta?

P.- Maestro: además de Sanat Kumará, hay otros Kumarás?

R.- Pues, por Kumará se entiende a todo Individuo Resurrecto, cualquier fulano XX; con tal de que
resucite es un Kumará. Obviamente los Kumarás, lo mismo que los Pitris, son los que ayudaron a
crear, a dar vida a la forma física humana que tenemos. Me parecen todavía más interesantes
todavía que los Kumarás los Agnishvatas, que son Dioses Solares, son bastante interesantes. Por
cierto los Dioses Solares que gobernaron por ejemplo a la Tierra, a la humanidad de la Primera
Raza volvieron al Sol. Habían venido del Sol y regresaron al Sol y en la futura Sexta gran Raza raíz
volveremos a tener la visita de los Dioses Solares. Vendrán del Sol, vivirán entre la humanidad y
establecerán la Sexta Raza Raíz sobre la faz de la Tierra. Gobernarán a los pueblos, naciones y
lenguas, ellos son gobernantes. Entre las doce constelaciones del zodiaco, obviamente la más
importante es la de Leo. El Sol tiene en Leo su trono. Los Dioses Solares vienen periódicamente a
la Tierra, cada vez que se inicia una nueva Raza.

Pero bueno, no nos apartemos tanto de la cuestión que hemos planteado. Debemos llevar en
mente la necesidad de estudiarnos un poco mas a si mismos, de poner atención en esta cuestión
del sentimiento del "yo", y hasta aquí mis palabras.

IMAGINACION Y FANTASIA
Platicaremos esta noche sobre imaginación y fantasía, sobre memoria positiva y memoria
mecánica. Obviamente, conviene hacer una plena diferenciación entre lo que es la imaginación
dirigida voluntariamente, y lo que es la imaginación mecánica.

Incuestionablemente, la imaginación dirigida es la imaginación consciente. Para el sabio, imaginar


es ver. La imaginación consciente es el traslúcido; en él se refleja el firmamento, los Misterios de la
Vida y de la Muerte, el Ser Real.

Imaginación mecánica es diferente; está formada con los desechos de la memoria, es la fantasía, y
conviene investigarla profundamente. Obviamente, las gentes con su fantasía, con imaginación
mecánica, no se ven a sí mismas tal cual son, sino de acuerdo con su forma de fantasía.

Existen varias formas de la misma. Incuestionablemente, una de ellas consiste precisamente en


eso de no verse uno a sí mismo tal cual es. Pocos son los que tienen el valor de verse a sí mismos,
en su crudo realismo. Estoy seguro de que los aquí presentes, nunca se han visto a sí mismos tal
cual son; su imaginación mecánica les hace confundir gato con liebre; en su imaginación mecánica
o fantasía, se ven con una forma que no coincide con la realidad. Si yo en verdad le dijera a cada
uno de ustedes los aquí presentes, cómo es ciertamente, cuál es su característica psicológica
específica, estoy absolutamente seguro de que se sentirían heridos. Es claro que ustedes sobre sí
mismos tienen un concepto equivocado, nunca se han visto a sí mismos, su forma de fantasía les
hace verse como no son.

Hablando en forma alegórica y simpática, trataré de hacer una exploración psicológica a "groso
modo", sin citar nombres y apellidos, usando simbólicos nombres. Así que, cada uno de los aquí
presentes, escuche y entienda.

¿Qué diríamos por ejemplo de Cicerón? ¡Que gran varón, lapidarius en sus "Catilinarias",
vehemente! ¿Quién lo negaría? ¡Grandilocuente como ninguno, lapidario, terrible! ¿Estamos
seguros de que todo en él, es benevolencia?

Reflexionemos. Si dijéramos la gravedad de sus faltas, se sentiría herido; si lo señaláramos,


protestaría violentamente ¡Nunca asesinó a Popea!, -esa labor se la dejamos a Nerón-; pero si con
un cuchillito de palo hizo sangrar el corazón de su Popea, él en modo alguno se sentiría realmente
aludido; magnánimo se ha sentido siempre, bondadoso, y esa es su característica fantástica: verse
equivocadamente, a través del prisma de una benevolencia extraordinaria, eso es obvio.

¿Y qué diríamos nosotros, por ejemplo, de aquel que anhelando la luz del espíritu, fallara en su
base? ¿No dicen que Icaro se elevó hasta los cielos con alas de cera, se le derritieron y entonces
fue precipitado al abismo? Sin embargo, no piensa él de sí mismo así; supone que es fiel en las
filas, está seguro de que marcha por el camino recto, que es noble cual ninguno. Continuando así,
por este camino, ¿qué le quedaría, pues, a Icaro después de precipitarse al Averno? ¿No dicen que
Ganímedes subió hasta el Olimpo, al ver el fin? Pero Ganímedes también puede ser arrojado al
fondo del precipicio.

El discípulo, llamémoslo ahora "Justiniano", como simbolismo, ¿Cuántas veces se ha justificado a sí


mismo? Está convencido de que marcha muy bien; tal vez en los últimos tiempos ha mejorado
algo, ¿Pero acaso no ha protestado en determinados momentos, acaso no ha protestado ante el
ara del sacrificio? Más él invicto se siente, seguro está de que nunca ha protestado; desde siempre
todo lo ha hecho en favor de la gran causa, sin fallar jamás. En nombre de la verdad, aunque les
parezca a ustedes un poquito insistir, son raros los que se han visto tal cual son.

Aristóteles, una y otra vez en su filosofía, convencido de que su sentencia es formidable, cruel
jamás se ha sentido; consorte magnífico cual ninguno, ha hecho sufrir pero él sigue convencido de
que jamás ha procedido mal; está seguro de ser magnífico, benevolente, dulce, etc. En nombre de
la verdad podría decirles a ustedes así: que sólo hay una persona que se ha visto a sí misma tal
cual es; nada más que una, entre todos los aquí presentes, una; los demás, todos, tienen sobre sí
mismos una imagen fantástica; su forma de imaginación mecánica les hace verse, no como son,
sino como aparentemente son. Así pues, mis queridos hermanos, los invito a la reflexión; piensen
ustedes si alguna vez en verdad se han visto tal cual son.

Los historiadores, por ejemplo, ¿qué es lo que han escrito? ¡Fantasías, y nada más! ¿Qué dicen de
Nerón? Que era un homosexual, y que llegó a casarse con otro homosexual. ¿De dónde sacaron
eso los historiadores? ¿Les consta acaso? En nombre de la verdad les he de decir que yo estuve
reencarnado en la época de Nerón, y sé que de homosexual no tenía nada. Muchas veces lo vi salir
por las puertas de la vieja Roma, sentado en su litera, sobre los hombros de sus esclavos: hombre
de amplia frente y robusto cuerpo, hercúleo. No así afirman los historiadores; ellos enfatizan la
idea de un "jorobetas" abominable. En vez de vérsele rodeado, como muchos creen, de gentes
homosexuales, es al contrario: lo conocí siempre rodeado de sus mujeres; yo viví en las épocas de
Nerón, y doy testimonio de ello; los historiadores han falseado la verdad con respecto a ese
hombre. ¿No acusan acaso a María Antonieta de prostituta, adúltera y no sé qué más? Nadie
ignora que se le hizo un gran escándalo por lo del collar de la reina, joya que ella había regalado
pues, para ayudar a otros; pero de eso a que ella le haya sido infiel a Luis XVI, hay una gran
distancia. La sometimos a prueba en los Mundos Superiores, y resultó terriblemente casta, con
derecho a usar la túnica blanca. Yo la vi pasar por París, rumbo al cadalso, con la frente muy alta,
nada tenía que temer; entregó su vida por Francia, nunca se le ha sabido apreciar, en lo que
realmente vale.

Mucho se ha escrito en la historia, pero está deformada, no vale la pena estudiar la historia;
apenas si son las fechas, lo único útil que hay allí, y eso no siempre, porque, ¡qué absurdo sería
que nosotros aceptáramos la fecha aquélla, del año 1325 o algo así, como principio de la
fundación del Imperio de Anawak, para que en el año de 1500 y tantos, aquel imperio desaparezca
bajo la bota de Hernán Cortés y sus secuaces! ¿Creen ustedes que en dos siglos se hubiera
levantado una poderosa civilización, como la de la gran Tenochtitlán? Si para levantar una sola
pirámide se fueron generaciones enteras, ¿creen ustedes que una poderosa civilización de éstas,
se va a levantar en dos siglos? También los historiadores adulteran las fechas, las falsifican; por eso
en materias históricas, hay que andar con mucho cuidado.

Distíngase entre la memoria mecánica y la memoria del trabajo esotérico gnóstico. La memoria
mecánica lo lleva a uno a conclusiones erróneas. ¿Están ustedes seguros de recordar realmente su
vida, tal cual fue? No les estoy preguntando, sino por la presente. ¡Imposible!, pues hay cosas que
aparecen desfiguradas en la memoria mecánica. Si uno de pequeño, aunque haya nacido en una
clase media, ha vivido por lo menos en casa limpia, aseada; ha gozado de pan, abrigo y refugio, y
ha visto unas cuantas monedas, puede suceder que a la vuelta del tiempo y de los años, guarde en
su memoria mecánica algo deformado. De niños, unos cuantos billetes nos parecen millones; unas
pequeñas barras alrededor del patio o la recámara, nos pueden parecer colosales. Debido a que
nuestro cuerpo está chico, pues no sería extraño que ya grandes dijéramos: "de chiquitos, de
niños vivíamos en tal parte; mi casa estaba magníficamente arreglada, con grandes paredes,
techos armados; ¡Qué camas, que mesa tan preciosa, cuánto dinero!" Es un recuerdo mecánico,
infantil y absurdo. Así pues, la única memoria real es la del Trabajo. Si por medio del ejercicio
retrospectivo nos proponemos recordar la infancia, veríamos que esa casa, de muchachos de la
clase media, no era el palacio que antes pensábamos que fuera, sino una humilde morada, pues,
de un padre trabajador y sincero; esas fabulosas sumas que nos rodeaban, eran apenas sí, los
pocos dineros para pagar la renta de la casa, comprar el diario.

La memoria mecánica es más o menos falsa y si no veamos el caso de los famosos test
psicológicos. Si un grupo de ustedes. hace una excursión a Yucatán, y ven exactamente los mismos
monumentos y piedras, al regresar aquí cada uno de ustedes dará una versión diferente. ¿Qué
prueba eso? Que la memoria mecánica es infiel, no sirve. A ustedes les consta muchas veces lo
mismo: han contado algún relato, se lo han dicho a tal o cual amigo; éste a su vez, lo ha contado a
otro, pero al contarlo ya le añadió más o le quitó un poquito; ya no es el mismo relato, ya está
desfigurado. Y este otro a su vez, se lo cuenta a otro, y entonces el relato se sigue desfigurando
más, y a la larga ni ustedes mismos conocen el relato; ha quedado tan desfigurado, que en nada se
parece a lo que ustedes relataban.

Así es la memoria mecánica: no sirve. Y es que en la memoria mecánica existe la fantasía; memoria
mecánica y fantasía están asociadas. ¿Cómo controlar, pues, la fantasía? No hay sino un modo de
controlarla: mediante la memoria del Trabajo. Si la memoria mecánica nos hace ver nuestra vida
como no fue, como no ha sido, por medio del Trabajo vamos descuartizando nuestra propia vida, y
llegamos a descubrir tal cual es. Entonces, ¿qué quiere decir esto? Que la memoria que guardamos
después del trabajo realizado, nos permite controlar la fantasía, eliminarla, y eliminarla
radicalmente.

Es conveniente eliminar, pues, esa imaginación mecánica, porque en modo alguno nos permite el
progreso esotérico. Vean si no ustedes a la dama que se arregla ante el espejo, que se pinta sus
grandes ojeras, que se pone unas enormes pestañas artificiales, los labios los tienen de un color
rojo, etc. ¡Véanla vestida a lo último modelo: cómo se mira ante el espejo, enamorada de sí
misma, está convencida de que es bellísima!. Si le dijéramos que es espantosamente fea, se
sentiría herida en su vanidad y mortalmente. Ella tiene una fantasía terrible; su forma de fantasía
la hace verse como no es, la hace verse con una extraordinaria belleza. Entonces cada cual tiene
sobre sí mismo un concepto equivocado, totalmente equivocado, eso es terrible. Uno puede
sentirse genial, capaz de dominar al mundo con chispeante intelectualidad; está convencido, más
si se viera en su crudo realismo, descubriría que lo que tiene en su personalidad no es propio sino
ajeno; que las ideas que tiene no son propias, sino porque las leyó en tal o cual libro; que está
lleno de lacras morales, más pocos son los que tienen el valor de desnudarse ante sí mismos, para
verse tal cual son. Cada cual ha proyectado una forma de su fantasía sobre sí mismo, y como esa
forma no es la realidad, nunca se ha visto a sí mismo, jamás, y eso es terrible, espantoso.

Prosiguiendo con estas disquisiciones, pensando en voz alta para compartir con ustedes, diremos
que en tanto no vaya uno disolviendo esas formas de la fantasía, permanecerá muy lejos del Ser;
pero conforme eliminemos más y más todas las formas de la fantasía, el Ser se irá manifestando
cada vez más y más en sí mismos.

Cuando uno ahonda en lo que es la vida, profundamente, descubre que francamente no ha visto al
mundo como verdaderamente es; lo ha visto a través de las formas de su fantasía y nada más.
Imaginación mecánica: ¡Cuán grave es eso!, sueños de la fantasía; pues algunas veces, en los
sueños, permanece callada, otras veces los platica, y otras veces quiere llevarlos a la práctica.
Obviamente, en el tercer caso la cuestión es grave, pues cuando un señor que llegar a convertir
sus sueños en realidad, comete locuras espantosas, porque sucede que sus sueños no coinciden
con la mecánica de la vida; entonces resulta haciendo locuras. Un soñador silencioso gasta mucha
energía vital, pero no es tan peligroso; el que platica sus sueños, sueños fantásticos, puede
contagiar a otras personas, pero el tercero, el que quiere convertir sus sueños en hechos prácticos
de la vida, ese sí está bien "rematado" de la mente, está loco; eso es obvio.

Continuando pues, con estas disquisiciones, vemos claramente nosotros que la imaginación
mecánica o fantasía nos mantiene muy lejos de la realidad, del Ser, y eso es verdaderamente
lamentable. Las gentes deambulan por las calles soñando, van con sus fantasías, trabajan soñando
con sus fantasías; se casan soñando, viven una existencia soñando y mueren soñando con el
mundo de lo irreal, de la fantasía. Nunca se vieron a sí mismos, jamás; siempre vieron una forma
de su fantasía. Quitarle esa forma de la fantasía a alguien, resulta espantosamente fuerte,
terriblemente fuerte.

Hay varias formas de la fantasía, naturalmente; así pues, que cada uno de los aquí presentes tiene
lo que podríamos decir un "yo fantasía" , una "persona-fantasía" que no coincide con la realidad.
La "persona-fantasía" de ustedes ha existido desde un principio, desde ahora, y existirá mañana, y
ustedes están convencidos de que esa "persona-fantasía", es la realidad, y resulta que no es; he
allí lo grave.

Repito: ¿Cómo controlar la fantasía? No hay sino una sola forma de controlarla: con la memoria-
trabajo. Si somos sinceros consigo mismos, debemos trabajar para eliminar de sí mismos los
"elementos indeseables" que tenemos, y a medida que los vamos eliminando, vamos
descubriendo un orden en el Trabajo. Pero, ¿Quién viene a establecer ese orden en el Trabajo
Esotérico? El Ser; El establecer ese orden, y esa memoria-trabajo nos permite eliminar de nosotros
la fantasía. Pero se necesita un gran valor para poder uno romper, dijéramos, el "yo fantasía" que
posee, su "persona-fantasía".

Ustedes estan aquí para escucharme, yo estoy aquí hablándoles, y estoy seguro de que, por
ejemplo, XX que está aquí, está convencido de lo que él es, y dice: "soy fulano de tal, soy hombre
de negocios; mi modo de ser es este, y éste, y éste". ¿Quién podría decirle a él que no es así?
¿Quién podría decirle que él no es un hombre de negocios? ¿Quién se atrevería a decírselo? ¿Y
acaso él lo creería? ¿Podría, acaso, aceptarle a alguien la idea de que él no es un hombre de
negocios, de que él no es "fulano de tal", de que él no es lo que cree que es?

Maestro: Y a ver, ¿tú qué dices?.

Discípulo: Venerable Maestro: ante su enseñanza, ante lo que usted dice, no hay lugar a dudas.

Maestro: ¿Pero qué tal si uno de los aquí presentes, rompe ese "yo fantástico" que tú crees que
es, que estás seguro que es? Tú, puede ser que a mí me digas: "Maestro, con lo que usted dice,
estoy de acuerdo"; pero quién sabe si ya aparte, frente a frente con el otro interlocutor, piensas
distinto. Lo más seguro es que le contestes a fulano o a zutano: "Bueno, ese es un concepto tuyo;
yo soy así, y soy como soy", eso es obvio.

Maestro: Como eres, siempre te has conocido, ¿verdad?

Discípulo: Sí, Maestro.

Maestro: Pero ese que tú has conocido siempre, ese que tú crees que es, no existe; esa es una
fantasía tuya. Cuesta trabajo eso, aceptar eso que estoy diciendo, se vuelve espantosamente
difícil, pero más tarde, cuando que explores a ti mismo, que darás cuenta que sobre ti mismo
tenías un concepto equivocado. Y así sucede, pues, con cada uno de los aquí presentes: nunca se
han visto a sí mismos, siempre han visto una forma de fantasía en sí mismos; es decir, tienen cada
uno de los aquí presentes, un "yo fantasía" una "persona-fantasía" que no es la realidad.

Ahora, hay momentos terribles -eso sí se lo digo a ustedes-, muy raros, demasiado raros, en los
que uno logra por un instante ver su propia ridiculez; es cuestión de segundos, de momentos en
que uno logra percibir su "yo fantasía", su "persona-fantasía". Cuando eso sucede, se siente un
dolor moral muy profundo; pero luego vienen los jueguitos de la mente, la manera de enderezar el
entuerto, y al fin uno se auto-consuela de cincuenta mil maneras y olvida la cuestión, y el mundo
sigue en paz como siempre. Son raros esos instantes, muy raros; pero todos alguna vez los hemos
tenido, todos.
Vale la pena que nosotros, pues, seamos sinceros con nosotros mismos y tratar de auto-
conocernos, si es que de verdad nosotros aspiramos, algún día, a que quede la realidad y nada más
que la realidad en nosotros, sin un átomo de fantasía. Necesitamos ser sinceros y tener el valor de
desgarrarnos, de romper ese "yo fantasía", esa "persona-fantasía" que no existe, que los demás
saben que no existe, pero que uno cree que si existe. Claro, se necesita utilizar el bisturí de la auto-
crítica; de lo contrario no sería posible la auto-crítica de fondo, sino de superficie. Si procedemos
así, lograremos romper el "yo fantasía", lograremos destrozarlo, reducirlo a polvareda cósmica.
¿Objetivo? Descubrir al Ser. Pero el "yo fantasía" eclipsa al Ser, lo mantiene a uno tan fascinado en
sí mismo, tan fascinado en lo que no es, en lo que no es real, que no lo deja a uno descubrir al Ser,
al Ser que hay en uno mismo, en sus profundidades.

No olviden ustedes, mis queridos hermanos, que el reino de los cielos está dentro de nosotros
mismos, y que tiene distintos niveles. También el reino de la tierra está aquí, en nosotros, y el nivel
más elevado del hombre de la tierra, al más chiquito no alcanza siquiera, no le da ni por los pies al
más pequeño de aquellos que viven en el Reino de los Cielos, a la primera escala del Reino de los
Cielos. Pero, ¿cómo poder salir de los distintos niveles de la tierra, para entrar siquiera en el nivel
inferior de Reino de los Cielos? -a la primera escala del Reino de los Cielos que en nosotros está, y
no fuera de nosotros para ese paso del reino de la tierra al Reino de los Cielos-. El de la tierra tiene
distintos niveles: unos elevados, otros más elevados, otros más refinados; pero el más refinado de
los niveles de la tierra, no es el Reino de los Cielos.

Obviamente, la fantasía es la que tiene a la humanidad sumida en el estado de inconsciencia en


que se encuentra; mientras exista la fantasía, la conciencia continuará dormida. Hay que destruir
la fantasía; en vez de la fantasía, debemos tener nosotros la imaginación consciente, la
imaginación dirigida. La fantasía es imaginación mecánica, y en vez de la memoria mecánica,
debemos tener nosotros la memoria del Trabajo Esotérico, la memoria consciente. Aquel que
practique el ejercicio retrospectivo para revisar su vida, acaba con la memoria mecánica y
establece dentro de sí mismo la memoria consciente, la memoria del Trabajo. Aquel que mediante
el ejercicio retrospectivo puede recordar sus existencias anteriores, acaba con la fantasía;
entonces adquiere la memoria-trabajo. Así, pues, que la memoria-trabajo y la imaginación
consciente, nos permitirán llegar muy lejos en el camino del auto-descubrimiento.

Hasta aquí mis palabras; si alguno de ustedes tiene algo que preguntar, puede hacerlo con la más
entera libertad.

P.- Maestro: ¿Cuáles podrían ser los mejores ejercicios para desarrollar bien la imaginación
consciente?
R.- Como quiera que la imaginación consciente es la imaginación dirigida, indubitablemente, pues,
hay que aprender a dirigir la imaginación. Por ejemplo: si relajamos nuestro cuerpo y luego
enfocamos la imaginación sobre algo que tenga vida, sobre el proceso digamos, del nacer y del
morir de todas las cosas, desarrollamos la imaginación consciente. Imaginemos la semilla de un
rosal, por ejemplo germinando, cómo va luego creciendo el tallo, cómo se va enredando, cómo va
echando espinas, ramas, hojas y flores. Pensemos luego en el proceso a la inversa, en el proceso
involutivo: cómo se van marchitando los pétalos de la rosa, cómo las hojas van cayendo, y cómo al
fin el rosal queda convertido en un montón de leños. Es un ejercicio maravilloso; con él se logra la
imaginación en forma positiva, con él se logra la imaginación consciente, que es lo que vale.

P.- Maestro: ¿Cómo eliminamos de nosotros la fantasía, o sea la imaginación mecánica?

R.- Sencillamente disolviendo, primero que todo, al "yo fantasía", acabarlo. Tenemos que empezar
por vernos como somos, no como aparentemente somos, o como creemos que somos. Uno
normalmente, se ve cómo no es; se ve cómo cree que es, de acuerdo con su fantasía, por allí tiene
uno que empezar, para romper la fantasía. Cuando uno se ha visto de verdad, como es, en su más
crudo realismo, por lo común sufre una terrible decepción en sí mismo, una espantosa decepción.
¡Que horror! Después queda el consuelo de la sapiencia.

Si uno acaba con la imaginación mecánica y establece la memoria del trabajo, pues elimina la
fantasía, porque en la memoria mecánica hay fantasía. Ya dije el caso de los historiadores: ¿de qué
sirve estudiar las grandes obras de nuestra historia? ¡Son puras fantasía! ¿Estuvieron acaso
presentes los historiadores en la revolución francesa? ¿Conocieron a Carlos V de España, a Felipe
"El Hermoso"? Ellos escriben versiones desfiguradas por el tiempo, producto de la fantasía.

Si nosotros, en vez de la memoria mecánica que es pura fantasía, establecemos la memoria-


trabajo en nosotros; si trabajamos sobre nosotros mismos, disolviendo los elementos indeseables
que tenemos, obviamente vamos adquiriendo la memoria consciente, la memoria del Trabajo.
Esta memoria consciente, o memoria del Trabajo, es maravillosa, y aplicada a la historia universal,
nos permitiría descubrir la verdad en los Registros Akásicos; nos permitiría estudiar la cruda
realidad de la revolución francesa, de María Antonieta o de cualquier página de la historia en
general.
Así pues, la memoria consciente aplicada sobre sí mismos, nos lleva muy lejos, y aplicada sobre el
Universo, nos permite estudiar en los Registros Akásicos de la Naturaleza cualquier suceso de la
historia. Así, a medida que vaya uno eliminando todo lo que tiene de fantasía, la imaginación
consciente se irá haciendo más y más activa, y la imaginación mecánica o fantasía, irá
desapareciendo hasta que no quede nada.

LA FALSA PERSONALIDAD

Ciertamente, existe un elemento perjudicial en nosotros que es óbice para la adquisición de la


verdadera felicidad. Quiero referirme, en forma enfática, a la falsa personalidad.
Incuestionablemente, si esta se desvaneciera, sólo reinaría en nuestros corazones la
bienaventuranza. Desafortunadamente, la falsa personalidad está constituida por ciertos
ingredientes perjudiciales; obviamente, me refiero ahora a la vanidad y al engreimiento; no hay
duda de que si estos dos elementos desaparecieran de la faz de la tierra, la vida del ser humano
cambiaría totalmente.
Con el engreimiento y la vanidad se procesan muchas causas y efectos equivocados. El engreído
quiere subir al tope de la escalera, hacerse sentir, pisotear honras, dignidades, corazones,
sentimientos, sin interesarle el dolor ajeno. El vanidoso, obviamente, se siente herido cuando
alguien le lastima y en aras de su vanidad sacrifica a otros con tal de tener lo que a las gentes más
deslumbra: el flamante carro, la lujosa residencia, los elegantes trajes, etc., no importa que tenga
que explotar a muchos si por ese medio, o por distintos medios, ha de conseguir el dinero
necesario que le permita mostrar al mundo su fatuidad.

Así pues hermanos, el engreimiento y la vanidad son gravísimos. Graves también son los celos y las
preocupaciones. Las preocupaciones son semejantes, dijéramos a las moscas: miles de "yoes" de
las preocupaciones revolotean en la mente, aguardando algo, como para formar problemas. Así
como las moscas se posan en forma indiscriminativa sobre la inmundicia y sobre la comida, sobre
todo lo que encuentran, así son también el enjambre de "yoes" de las preocupaciones. Ellos
aguardan algo en que posarse para formar preocupaciones: un concepto, una palabra, una idea,
una teoría, cualquier cosa, no importa qué sea, los "yoes" de las preocupaciones sólo aguardan el
instante en que puedan formar problemas, y flotan en la mente, son perceptibles para aquellos
que poseen la Divina Clarividencia. Es terrible eso, pensar sencillamente que tales "yoes" se
corresponden con la falsa personalidad.

Vean ustedes cuán perjudicial es la falsa personalidad. Y en cuanto a los celos, ¿qué diríamos? El
celoso forma "de una pulga un caballo", hace problemas por doquiera; si el ser amado sonríe, es
un motivo ya de celos para el celoso, calumnia, hiere, hace daño. Mas no solamente existen celos
pasionales, también existen otra clase de celos: celos religiosos, celos políticos, etc. Hay celos de
amistad, eso nadie lo puede negar; los celos son múltiples, causan gran dolor todos esos celos,
todos esos "yoes" de las preocupaciones. El engreimiento indudablemente es malísimo, la vanidad
que tanta ostentación hace, en fin, todo eso pertenece sencillamente, a la falsa personalidad.

Podrían ser felices los seres humanos si no poseyeran la falsa personalidad; desgraciadamente
todo el mundo la posee. En ausencia de la falsa personalidad viviríamos en éxtasis. ¡Cuán dichosos
nos sentiríamos!, mas desgraciadamente las gentes todas poseen la falsa personalidad, y eso es
muy grave.

Es necesario que nosotros nos propongamos destruir la falsa personalidad. Es posible esto si le
hacemos la disección a los celos, a la vanidad, a los "yoes" de las preocupaciones, al orgullo, etc.
Cuando uno comprende que el engreimiento es uno de los factores más densos de la falsa
personalidad, se propone a hacerle la disección a ese elemento y lo disuelve radicalmente.
Pensemos en lo que es la felicidad del Ser y lo que es la falsa personalidad. El Ser, en sí mismo es
feliz, infinitamente dichoso. Cuando uno elimina la falsa personalidad, queda en la plenitud del
Ser, entonces goza de la bienaventuranza. Desgraciadamente, muy pocos son los que se
preocupan por esta clase de estudios, raros son los que realmente intentan auto-explorarse
profundamente.

Obviamente, mis queridos hermanos, necesitamos provocar un cambio en nosotros. Si un mago


-por obra de magia-, disolviera la vanidad y el engreimiento la gente se encontraría totalmente
transformada, mas desgraciadamente no hallarían qué hacer, se hallarían desorientados, no le
encontrarían sentido a la vida, se suicidarían, morirían, y sin embargo, hay que disolver esos dos
ingredientes: el engreimiento y la vanidad. Pero el proceso del cambio, de la disolución, debe ser
metódico, didáctico y hasta dialéctico, de lo contrario se moriría, nos hallaríamos desorientados.
Cuando uno comprende esto, se propone trabajar sobre sí mismo.

Necesitamos hacernos conscientes, auto-conscientes de nuestros propios pensamientos, de


nuestros propios sentimientos y de los efectos que otros seres humanos producen en nosotros.
Cuando uno comprende la necesidad de hacerse auto-consciente, va disolviendo los factores del
engreimiento y de la vanidad, así como los de los celos y los de las preocupaciones, se procesa una
transformación; obviamente eso nos llevaría al despertar, sería lo fundamental, despertar es
radical.

Los "yoes" del engreimiento y de la vanidad que corresponden a la falsa personalidad, hacen que
uno se identifique con las cosas de este mundo, con las cosas materiales, con los sucesos, con los
distintos eventos recurrentes en el tiempo. Uno tiene que aprender a producir la separación de sí
mismo, la separación de todas las cosas; no identificarnos con los sucesos, con los
acontecimientos, con las cosas, con los eventos, etc., porque esta identificación le absorbe,
vampiriza a uno la Conciencia y la sumerge en realidad más profundamente en el sueño. De
manera que necesitamos que nuestra Conciencia despierte, es posible haciendo la separación
entre nosotros y las cosas, los eventos, los sucesos.

Así queridos hermanos, que debemos volvernos auto-reflexivos, auto-conscientes. Obviamente, el


trabajo de la desintegración de los elementos de la falsa personalidad suele ser a veces muy difícil
y esto no lo podemos negar. Nosotros quisiéramos desintegrar ciertos elementos y sub-elementos
de la falsa personalidad, con el propósito de conseguir la felicidad a la cual tenemos derecho,
desgraciadamente -eso es lo grave-, a veces sentimos que nos estancamos. Hay "yoes" y
elementos agregados o sub-elementos de la falsa personalidad muy difíciles de desintegrar;
entonces necesitamos revestirnos de mucha paciencia, si es que en verdad queremos avanzar. A
medida que nosotros ahondamos más y más dentro de sí mismos, vamos descubriendo también
que existen en nosotros ciertos agregados psíquicos inhumanos, muy difíciles de pulverizar. No
debemos impacientarnos, máxime cuando en realidad de verdad, no hemos pagado el precio del
avance. Desintegrar a veces ciertos elementos difíciles es posible cuando uno paga, pero es
también absurdo querer eliminar ciertos sub-elementos en forma inmediata, sin haber pagado.
Recuerden ustedes que tales o cuales agregados inhumanos, personificando errores, se hallan en
verdad íntimamente relacionados con causas equivocadas, y éstas, a su vez, con el Karma. Así
pues, no se extrañen ustedes si alguna vez quedan estancados en tal o cual elemento;
simplemente está el mismo vinculado a tal o cual mala causa. Malas causas producen malos
efectos y esas malas causas o "yoes causas", a su vez se encuentran vinculados a la Ley del debe y
el haber, el Karma. Para esos casos se necesita pagar para poder desintegrar estos o aquellos
elementos difíciles.

No solamente se paga con dolor el Karma, se puede pagar también con buenas obras y hasta se
puede lograr el perdón mediante el supremo arrepentimiento, entonces los "yoes causas" se
disuelven.

La impaciencia en estos estudios perjudica a nuestros neófitos; si estos quieren realizar avances
serios, deben volverse serios. No es concebible un hombre serio que no haya adquirido la
paciencia. El Cristo Jesús dijo: "En paciencia poseeréis vuestras almas". Muy buena dosis de
paciencia se necesita cuando nos estancamos en tal o cual "yo". Por eso es urgente volvernos más
conscientes de sí mismos en pensamiento, en sentimiento, en palabra.

Distingamos nosotros entre lo que es la plática propiamente dicha, y lo que es la charla. La charla y
el charlatán son el mismo; por eso en nuestros estudios no debemos jamás aceptar la palabra
"charla", o "charlatán" para nuestros conferencistas. Nosotros no damos charlas, yo aquí no estoy
charlando con ustedes; yo soy un hombre serio que no he venido a charlar, he venido a platicar
con ustedes, que es diferente. La charla es de los charlatanes, la plática la encontramos en los
"Diálogos" de Platón, que es diferente, las pláticas que sostenía Sócrates con sus discípulos. Ya
ampliamente se ha hablado sobre esto; bien valdría la pena estudiar "La República" de Platón; así
podríamos hacer una clara diferenciación entre lo que es plática y lo que es la charla de los
charlatanes. La charla es algo mecánico por naturaleza; el "charlista o el charlatán", el que da
charlas, es el individuo que no tiene Conciencia de lo que está diciendo, habla mecánicamente. La
plática es otra cosa: plática es la de un Sócrates con sus discípulos en su academia; la de un Platón
en los Misterios de Eleusis, eso es plática, allí hay reflexión. En este caso, quien platica, quien da la
Enseñanza, habla por la Reflexión evidente del Ser, escoge las palabras adecuadas para cada idea,
así reviste a las ideas con palabras exactas, resultado evidente de la Auto-Reflexión del Ser. Quien
platica, quien da la Enseñanza Esotérica Gnóstica, en modo alguno discurriría mecánicamente.
Observen ustedes que los hombres reflexivos, cuando platican, lo hacen evidentemente
concentrados, escogen los términos que necesitan para revestir las ideas trascendentales del Ser.

Así que debemos hacernos conscientes de la palabra; también debemos volvernos conscientes de
nuestros sentimientos y de nuestros pensamientos. No hay duda de que existe o existen los cinco
centros principales de la máquina orgánica: el intelectual, el emocional, el motor, el instintivo y el
sexual. El intelectual está ubicado en el cerebro, el centro motor en la parte superior de la espina
dorsal; el emocional incuestionablemente en el corazón, plexo solar y centros simpáticos
nerviosos; el instintivo en la parte inferior de la espina dorsal y el sexual propiamente dicho en el
sexo. Nosotros debemos aprender a manejar nuestros centros, si es que queremos vivir
conscientemente. Un gran sabio decía que deberíamos usar también las partes inferiores de los
cinco centros del Ser. A muchos se les hará extraño, ¿cómo es eso de que un sabio aconseje -y me
refiero en estos momentos, en forma categórica, a Ouspensky-, usar también las partes inferiores
de los distintos centros de la máquina orgánica? Pero así es. Estos nos ponen en relación con la
vida práctica, con los hechos concretos de la existencia. Sabiéndolos manejar evitamos el derroche
innecesario de energía. Sería absurdo utilizar las partes cuando se deberían utilizar las partes
superiores de los distintos centros o viceversa; o en otros términos, usar la parte superior de los
cinco centros de la máquina, cuando debería usar la parte inferior. Un ejemplo concreto:
supongamos que alguien está ocupado de un oficio baladí, sin importancia en un momento dado;
y que en ese momento está terriblemente concentrado en ese oficio tonto, que ha puesto en
juego lo mejor de su mente y de su voluntad para hacer una tontería y hay un derroche inútil de
energías. ¿Para hacer una tontería? Si bastaría ocupar la parte inferior de los centros de la
máquina -es obvio-, y se evitaría el derroche inútil de energía. Quien quiera aprender a eliminar
dijéramos, los factores perjudiciales de la falsa personalidad, debe manejar los cinco centros
orgánicos y saberlos manejar.

Es necesario también saber usar las energías que fluyen por el interior del organismo humano. Por
ejemplo, un mal uso de las energías es el pensamiento excitado; una mente excitada está
funcionando mal. Obviamente, el centro intelectual y el emocional, si trabajan en forma
coordinada y maravillosa, se vuelven productivos, realizan obras espléndidas, maravillosas,
marchan bien. Pero, ¿qué tal si la mente se halla excitada, por ejemplo con la energía sexual, o por
la energía del centro instintivo, o por la energía del centro motor? En este caso la mente está
excitada, está andando mal. ¿Qué habría que hacer? Profundizarnos en el centro mental para
poner orden dentro de la mente, sacarla del estado de excitabilidad y pensar con entera serenidad
y lógica. No me refiero a la lógica formal, sino al "Tertium Organum", a la Lógica Superior. Así que
la mente excitada está funcionando incorrectamente. Nosotros necesitamos aprender a manejar
correctamente los centros de la máquina, si es que queremos en verdad eliminar los elementos
indeseables de la falsa personalidad. Existen muchos "yoes" mecánicos, inútiles, en los cinco
centros de la máquina que deben ser eliminados, "yoes" de muchas tonterías que deben ser
eliminados.

El engreimiento, la vanidad, dentro de la falsa personalidad, originan desde sus profundidades


ciertas acciones que resultan totalmente equivocadas y perjudiciales. Vean ustedes cuan necesaria
es la auto-exploración de sí mismos, cuan indispensable es auto-explorarse.

Conforme vayamos desintegrando lo que debemos desintegrar -los ingredientes de la falsa


personalidad-, se irá produciendo una transformación didáctica, dialéctica, y al fin la resultante de
eso, de tal transformación, viene a ser la Conciencia despierta, lúcida. Cuando uno, en verdad,
establece esta Enseñanza en su mente y en su corazón, comprende la necesidad de sacrificar
muchas cosas, la necesidad de luchar por muchas causas. Hay necesidad de sacrificar mucho,
mucho, para conseguir la transformación de fuerzas; sacrificar lo que es más grato a la vida, al
hombre, al ser humano, es indispensable en verdad cuando queremos transformarnos.

¿Qué se entiende por transformación? Convertirnos en una criatura diferente, en una criatura que
corresponde más bien al futuro Periodo Solar, eso es transformación; pero no podríamos alcanzar
tal transformación si no tuviéramos paciencia. Repito lo que dije al principio: "en paciencia
poseeréis vuestras almas". El impaciente queda estancado y fracasa para siempre. Yo no digo que
ustedes no pasen por procesos de estancamiento, obviamente habrán esos procesos, pero si se
revisten de la paciencia, saldrán de tales estados.

Necesitamos volvernos más profundos en el pensar. ¿A qué se parece la gente superficial? La


gente superficial es como los pozos aquellos que se forman en los caminos, los charcos sin fondo,
las aguas se pudren y sólo queda el lodo. Y las gentes del profundo pensar, ¿a qué se parecerían?
A los lagos profundos, ahí viven los peces, ahí palpita la vida. Necesitamos volvernos muy
profundos para descubrir tantas y tantas cosas que tiene la falsa personalidad. Lo más grave es
que si uno se identifica con la falsa personalidad, si vive en ella, pues entonces fracasa y a la larga
tendrá que involucionar en el tiempo, dentro de los mundos infiernos.

Si reflexionamos hondamente, mis caros hermanos, descubrimos dentro de sí mismos ciertos


errores que sirven de basamento a determinados agregados psíquicos, dificilísimos de desintegrar;
comprender esto es vital. ¿Cómo quebrantaríamos las causas equivocadas, aquellas que nos hacen
permanecer estancados en un punto, que de allí no salimos por más que quisiéramos? Se necesita
forzosamente, de la disección analítica del error que nos mantiene estancados, el estudio
profundo relacionado con tal agregado psíquico, así como del supremo arrepentimiento, del
supremo dolor.

Hay algo que siempre les he venido repitiendo a ustedes aquí, la desintegración de tales o cuales
errores en nosotros no es cuestión meramente intelectual; hay que pasar a veces por grandes
crisis emocionales, hay que llegar a llorar lágrimas de sangre cuando en verdad se quiere la
transformación. Entonces así se logra producirse la desintegración de tal o cual agregado difícil.
Por lo común esos agregados difíciles, repito, tienen causas muy graves; tales causas, o "yoes
causas", se relacionan en forma directa con la Ley, con el Karma. Es posible lograr el perdón de
ciertas deudas cuando el arrepentimiento es sincero.

En cierta ocasión me dirigía yo a mi Madre Divina Kundalini; ella, la Serpiente Sagrada de los
grandes misterios, estaba enroscada en una columna, conservando su cabeza de tipo humano; le
supliqué perdón, pues obviamente luchaba por la revalorización de ciertos principios éticos en mí
mismo, por la revaluación de ciertos Valores Místicos, por la regeneración del Oro Espiritual. La
respuesta de ella fue definitiva: "Estáis perdonado, hijo mío, te perdono, ya tres veces te he
perdonado". Ciertamente, en la antigua Tierra Luna, durante el Mahavantara de "Padma o Loto de
Oro", había sido yo perdonado; en el continente Mu, otrora situado entre las embravecidas olas
del Pacífico, había sido perdonado, y ahora, por tercera vez, necesitaba perdón. Pero añadió la
Serpiente Sagrada: "En una de esas, la segunda vez que os perdoné -refiriéndose al continente
Mu-, tu Karma era tan grave, que francamente a pesar de que yo te perdoné no me atreví a
penetrar en el Palacio de los Señores del Karma -dijo mi Madre Divina-, porque me hubieran
pisoteado los Señores de la Ley; sin embargo, te perdoné". "Gracias, Madre", fue mi respuesta.

Así, la Víbora Sagrada de los antiguos misterios, la Princesa Kundalini, perdona cuando uno se
encuentra en el máximo grado de estancamiento, "que ni para atrás ni para adelante", que no
marcha en ninguna forma, pues no le queda más remedio que implorar el perdón a Devi Kundalini
Shakty, a fin de que ella pueda desintegrar determinadas causas equivocadas, "yoes causas", y
aniquilando las mismas, los efectos se anulan. Así que hay que tener paciencia para realizar el
Trabajo. Lo importante para nosotros todos, es lograr en verdad la transformación, es posible
lograrla cuando en verdad se tiene paciencia, el impaciente no avanza una pulgada en estos
estudios.

En todo caso, mediante la aniquilación budhista, mediante la desintegración de toda clase de


elementos inhumanos o sub-humanos perjudiciales en nosotros, se consigue que la Conciencia, la
Esencia, quede completamente desembotellada en ausencia de la falsa personalidad; esa
Conciencia despierta nos confiere a nosotros algo que se llama "bienaventuranza". Así que la
bienaventuranza hay que lograrla aquí y ahora, mediante la transformación radical.

A través de todo esto, ¿cómo es que muchos hermanos comprendiendo esto, sintiendo la
necesidad del cambio, no tengan en realidad de verdad continuidad de propósitos? Unos
perseveran por un tiempo y luego se cansan, abandonan el trabajo sobre sí mismos y no consiguen
en verdad ninguna transformación. Para conseguirla, se hace indispensable la continuidad de
propósitos.

Necesitamos vivir en estado de auto-observación continua, uno descubre los procesos de la


vanidad y del engreimiento, entonces puede ya, con tales datos trabajarlos, trabajar todo eso, a
esa vanidad y ese engreimiento, pulverizarlos. Es difícil que alguien permanezca en auto-
observación contínua de día y de noche, constantemente, es difícil hallar a alguien así. Cuando uno
persevera en verdad, quebranta a los "yoes" y libera a la Conciencia, la vuelve refulgente, la vuelve
despierta.

Se necesita cambiar mis queridos hermanos, urge el cambio, y no es posible esto si continúan
existiendo en nosotros la falsa personalidad. Quiero que esta plática les lleve a ustedes a la
reflexión. "En paciencia poseeréis vuestras Almas", en paciencia llegaréis al despertar.

Necesitamos hacernos conscientes de nuestros propios pensamientos, hacernos conscientes de


nuestros propios sentimientos, hacernos conscientes en realidad de verdad, del efecto que
producen en nosotros las gentes que nos rodean. Necesitamos hacernos conscientes del ambiente
en que vivimos y de las relaciones que tenemos con nosotros mismos; mientras continuemos
existiendo como máquinas inconscientes, nada estamos haciendo. Necesitamos dejar de ser
máquinas. Así pues mis queridos hermanos, hasta aquí mi plática de esta noche. Ahora estoy
dispuesto a contestar preguntas con relación al tema.

P.- Venerable Maestro: ¿a qué se debe la falta de continuidad de propósitos?

R.- Pues, cuando no se ha establecido un centro permanente de Conciencia en nosotros, no existe


continuidad de propósitos, pero cuando se ha establecido un centro magnético en el centro de la
Esencia, entonces hay continuidad de propósitos. Normalmente, el Centro Magnético de nuestra
propia existencia se encuentra localizado en la falsa personalidad.
P.- ¿ Venerable Maestro, ¿de qué está hecha la personalidad auténtica?

R.- Ciertamente, la personalidad en sí misma es pura energía. Nadie nace con una personalidad, la
personalidad es hija de su tiempo, nace en su tiempo, muere en su tiempo, no hay ningún mañana
para la personalidad del muerto. Cuando retornamos, cuando regresamos, cuando nos
reincorporamos en un nuevo cuerpo, tenemos que crear una nueva personalidad. En sí misma es
energía, pero ésta se torna falsa -en realidad de verdad-, cuando ciertos "yoes" penetran en su
interior y se desenvuelven en la misma. Por ejemplo: el "yo" de la vanidad, el "yo" de los celos, los
"yoes" de las preocupaciones, los "yoes" del intelectualismo, los "yoes" mecánicos vienen pues a
utilizar esa energía, vienen a apoderarse, a ubicarse dentro de esa personalidad haciéndola falsa.
Pero si desintegramos tales "yoes", entonces se vuelve pura, energética; sin esos "yoes" ya no es
falsa, es un instrumento para trabajar, pero ya no es la falsa personalidad.

P.- Venerable Maestro: ¿cómo podemos establecer una fuerte personalidad en nosotros?

R.- La personalidad debe equilibrarse con la Esencia. Cuando la personalidad es más fuerte que la
Esencia, hay desequilibrio. Cuando la Esencia es más fuerte que la personalidad hay desequilibrio.
Ciertas gentes del campo desarrollan la Esencia maravillosamente a consta de la personalidad,
cuando vienen a la ciudad están en desequilibrio, y ciertas personas de la ciudad desarrollan la
personalidad en forma exorbitante, cuando van al campo, cuando se ponen en contacto con
gentes sencillas están en desequilibrio. Necesitamos un perfecto equilibrio entre la personalidad y
la Esencia.

P.- Cuando un adepto se auto-realiza, ¿le infiere carácter de eternidad a una determinada
personalidad?

R.- Bueno, podríamos decir que sí. Por ejemplo, un Maestro Resurrecto que pueda conservar el
cuerpo físico, obviamente tendrá una personalidad eternal en el mundo físico, tendrá otra
personalidad eternal en el Mundo Astral, relacionada con el Cuerpo Astral; otra personalidad
eternal en el Mundo Mental, relacionada con el Cuerpo Mental, otra personalidad en el Mundo
Causal, relacionada con el Cuerpo Causal. De manera que hay cuatro personalidades
fundamentales: la Física, la Astral, la Mental y la Causal. Son cuatro personalidades , la Física que
está gobernada por 48 leyes, la Astral que está gobernada por 24 leyes, la Mental que está
gobernada por 12 leyes y la Causal que está gobernada por 6 leyes.
P.- Siendo obra de su tiempo, ¿no se puede considerar a la personalidad como un agregado?

R.- No, porque a diferencia de los agregados psíquicos, la personalidad dura lo que dura el cuerpo
físico, nada más, lo uno; lo otro: es un instrumento receptivo, el vehículo de la acción cuando no
es falsa, sino cuando fluye originalmente, cuando vive en forma prístina.

P.- Perdón Maestro, ¿la manifestación según el plano en que se encuentren -sea la del Mental o la
del Causal,- son diferentes?

R.- Pues claro, una es la manifestación en el mundo físico, con la personalidad física, otra es la
manifestación en el Mundo Astral con la personalidad Astral, otra es la manifestación en el Mundo
Mental con la personalidad Mental y otra es la manifestación Causativa o Causal, (el Hombre
Causal es el verdadero Hombre, entre paréntesis). Pero pensemos nosotros realmente en lo que
es la personalidad. Si nosotros conseguimos liberarnos de la falsa personalidad, nos establecemos
de hecho en el tercer estado de Conciencia, que es el de la recordación de Sí Mismo, del propio
Ser; ahora bien, todos tenemos derecho por nacimiento al tercer estado de Conciencia. Observen
ustedes a los niños recién nacidos: viven en el tercer estado de Conciencia, en la recordación de Sí
Mismos, del propio Ser. Desgraciadamente todos nosotros debido a la falsa educación recibida, a
los malos ejemplos de nuestros familiares, caemos del tercer estado de Conciencia en el segundo
estado, esto es como caer del cielo al infierno. Nacemos en el tercer estado de Conciencia y
pronto caemos en el segundo, en el mal llamado de vigilia, equivalente como caer -repito-, del
cielo al infierno. Es en este "infierno" del segundo estado de Conciencia, donde los "yoes" nacen,
donde los agregados psíquicos se manifiestan, donde todos los elementos inhumanos, perversos,
que nosotros tenemos, afloran se robustecen, surgen. El segundo estado es un verdadero infierno.

P.- Venerable Maestro, en su disertación hablaba de que debemos aprender a sacrificar.


Queríamos preguntarle, ¿qué es lo que debemos sacrificar?

R.- Pues hemos de empezar a sacrificar el engreimiento, empezar por saber hacernos conscientes
de que nosotros no somos sino míseros gusanos del lodo de la tierra; sacrificaremos también la
vanidad, realmente nosotros no somos sino, como ya dije, míseros gusanos del lodos de la tierra,
no hay nada de qué envanecerse; sacrificar las preocupaciones que de nada sirven, volverlas
polvo, ¿de qué pueden servirnos; sacrificar los celos que nos conducen al error, a la calumnia y al
delito.
P.- Hay algunos autores que hablan de sacrificar el sufrimiento, ¿tiene algo que ver el sufrimiento
con la falsa personalidad?

R.- Pues, la gente sacrificaría todo menos el sufrimiento; la gente es capaz de sacrificar sus vicios,
sus pasiones, su vida misma, menos su dolor. Sus sufrimientos los quieren demasiado, esos sí que
no los sacrifican por nada, y hay que sacrificarlos también, hay que aprender a sacar de los
sufrimientos lo más útil, aprovechar, dijéramos, las adversidades, porque las peores adversidades
nos brindan siempre las mejores oportunidades para la Auto-Realización. Así entiendo yo el
sacrificar los sufrimientos. Hay dolores terribles, hondos, que penetran en la Conciencia, si
sabemos sacar partido de ellos, si sabemos aprovechar la lección que nos dan, saberla extraer
dentro del dolor y usarla, entonces sacrificamos el sufrimiento. Son verdades terribles estas que
estamos diciendo, mas, se necesita, -repito-, pasar por la aniquilación de la mente, del
sentimiento, de la personalidad, del "yo". Como resultado de tantas transmutaciones, como
resultado de tantos trabajos, surge al fin una criatura diferente, terriblemente divina en el fondo
de cada uno de nosotros. Por eso se ha dicho que mediante la muerte se inicia la transformación, y
es mediante la transformación como podemos llegar nosotros al Nacimiento Segundo,
convertirnos en seres terriblemente divinos, más allá del bien y del mal.

P.- Maestro, ¿cómo podemos nosotros desarrollar la comprensión?

R.- La comprensión creadora, pues esa se va desarrollando a base de puro discernimiento; no


puede haber comprensión en uno si no se establece un perfecto equilibrio entre el Ser y el Saber.
Cuando el Ser es más grande que el Saber, de allí deviene, como decía Gurdjieff, un "santo
estúpido"; cuando el Saber es más grande que el Ser, de ahí deviene -digo yo-, un "bribón del
intelecto", y el mundo, actualmente, está gobernado por bribones, de allí el estado caótico en que
se encuentra la humanidad. Establecer el equilibrio entre el Ser y el Saber es indispensable. Uno
establece el equilibrio entre el Ser y el Saber a base de meditación. Si estudiamos, por ejemplo, un
versículo bíblico y no utilizamos para el estudio mas que el centro formativo, el centro que registra
en el intelecto, pues obviamente vamos mal, estamos destrozando ese Centro, pero si estudiamos
el versículo y luego nos absorbemos en profunda meditación, con propósito de hacernos
conscientes por iluminación, del profundo significado de ese versículo, entonces se forma,
dijéramos, un intercambio entre el Ser y el Saber. El Saber se funde en el Ser y el Ser se funde en el
Saber, de esa fusión tan integral resulta la llamarada viviente de la comprensión.

P.- Venerable Maestro, ¿se puede concebir un arrepentimiento subjetivo?


R.- Sí, hay arrepentimientos subjetivos y los hay objetivos. El arrepentimiento subjetivo es más
bien mecánico, a veces se hace por compulsión; alguien le hace ver a uno que ha cometido tal o
cual falta, y entonces dice uno "voy a arrepentirme", ese es un arrepentimiento mecánico.
Necesitamos nosotros, no de arrepentimientos mecánicos, necesitamos del arrepentimiento
consciente, del arrepentimiento objetivo, mediante la Dialéctica íntima del Ser, mediante la
Dialéctica de la Conciencia. Sólo mediante la Dialéctica de la Conciencia, se puede conseguir el
arrepentimiento real, auténtico, que obviamente ha de llevarle a uno a un cambio profundo en sus
intimidades. En todo caso, hermanos, estoy mostrándoles el camino de la transformación; éste
nos conduce al auto-despertar; a la objetivación real de la Conciencia, y eso es lo importante, lo
trascendental.

P.- ¿Ese arrepentimiento, Maestro, podría ser el de las personas místicas, movidas por choques
emotivos?

R.- Pues, no podríamos pronunciarnos así, en esa forma, contra ciertas gentes místicas. Muchas
veces, una humilde mujer que enciende una veladora ante un santo, puede realizar prodigios que
no realizaría jamás un profesor de física atómica. De manera que tenemos que tener mucho
cuidado con las palabras. Yo soy matemático en la investigación y exigente en la expresión; por
eso exijo de ustedes exactitud en la palabra.

LA NUEVA EDAD DE ACUARIO


Con el mayor placer me dirijo a este grupo de hermanos, deseando naturalmente, saludarlos aquí
en el mundo físico, ya que en los mundos superiores conocemos nosotros a todos y cada uno de
los aquí presentes.

Ciertamente la Gnosis viene a llenar una necesidad en ésta Era del Acuario. En nombre de la
Verdad debo decirles a ustedes que la Nueva Era, empezó exactamente el 4 de febrero del año
1962, entre las dos y tres de la tarde. Entonces hubo un embotellamiento del tránsito celeste en la
Constelación del Aguador. Los observatorios de todos los países de la Tierra pudieron observar tal
evento, fue algo que se conoció en los cuatro puntos cardinales del mundo. Fue algo que se vio en
los observatorios de Palomares en Estados Unidos, o de Manila, o de Londres, etc.

No se trata de una afirmación a "priori" sin documentación de ninguna especie. En realidad de


verdad éste evento fue un hecho concreto, rigurosamente observado por la Ciencia Oficial.

Los planetas del Sistema Solar se reunieron en supremo congreso, precisamente bajo la
Constelación de Acuario. Desde entonces como secuencia o corolario empezó la Era del Acuarius,
la Nueva Era.

Sin embargo es de saberse que en este momento se sienten los últimos impulsos de Piscis, que
tratan de mezclarse con los primeros albores de Acuario. Hay una especie de mezcla entre las dos
corrientes, la que agoniza y la que nace, entre lo viejo y lo nuevo, entre lo que está caducando y lo
que tiene sabor revolucionario.

A medida que vaya pasando el tiempo la Era del Acuarius se irá haciendo sentir cada vez más, más
y más.

Obviamente esta Era trae grandes acontecimientos, si observamos rigurosamente la Constelación


de Acuario veremos que está gobernada por dos planetas; el primero de ellos es Urano, un planeta
revolucionario, catastrófico en un ciento por ciento.
El segundo Saturno, tal mundo está representado en la Alquimia por el Cuervo Negro, la Muerte.
Significa de hecho el regreso al Caos original primitivo, esto lo saben los divinos y los humanos.
Frente a la Constelación del Aguador está la Constelación de Leo, obviamente el signo de Leo es un
signo zodiacal de fuego. Incuestionablemente el León de la Ley sale al encuentro de una
humanidad lo suficientemente madura y vergonzosa, dijéramos, como para el Karma o castigo
final.

Observen bien la posición de esas dos constelaciones, en la una hallamos el agua, en la otra el
fuego. Bien sabemos a través del curso de la historia que el fuego y el agua siempre se han
disputado el destino de este mundo.

Indubitablemente así como existe el año terrestre, también existe el gran año sideral. Un año
terrestre es la vuelta de la Tierra alrededor del Sol; un año Sideral es la vuelta o el viaje del Sistema
Solar nuestro, alrededor del cinturón Zodiacal.

Nuestro Sistema Solar inició el presente viaje bajo la Constelación de Acuario, después del Gran
Diluvio Universal, que no fue otra cosa que la sumersión del Continente Atlante, entre las
embravecidas olas del océano que lleva su nombre. Desde aquella época, comenzando pues con el
nuevo viaje, también se inició la Nueva Raza, que es la nuestra.

Los atlantes perecieron, pero surgió la Raza Aria; ésta raza surgió desde el instante mismo en que
el Sistema Solar inició su nuevo viaje alrededor del Zodíaco. Ese nuevo viaje -repito-, se inició bajo
la Constelación de Acuario.

Así como existe el año terrestre existe el año sideral. El sistema Solar ya está concluyendo su viaje
alrededor del Zodiaco, acaba de regresar a la Constelación de Acuario, y al final del viaje,
incuestionablemente tiene que haber un gran cataclismo.

El pasado fue maravilloso -en el pasado viaje existió la raza de los atlantes-, pero concluyó ese
viaje precisamente en la Constelación de Acuario con un gran cataclismo, el Diluvio Universal.
Ahora nuevamente concluye el viaje del Sistema Solar en la mismísima Constelación de Acuario,
entonces tiene que haber indubitablemente una Gran Catástrofe.
Hay fenómenos cósmicos que son extraordinarios, así como el Sistema Solar viaja alrededor de
todo el Cinturón Zodiacal hasta regresar al punto de partida original, así también hay un mundo,
un planeta gigantesco que hace juego con esta mecánica sideral. Quiero referirme en forma
enfática al Planeta Hercólubus, es un mundo gigantesco, seis veces más grande que el titán de
nuestro Sistema Solar llamado Júpiter.

Hercólubus, tiene una órbita enorme, pertenece a otro Sistema Solar, al Sistema Solar Tylar, dicho
sistema se está acercando peligrosamente a nosotros. Y en cuanto a Hercólubus, viene viajando
pues, en su órbita, rumbo hacia la Tierra. Está a la vista de todos los telescopios del mundo, en
nuestra Asociación Gnóstica allá en México tenemos nosotros el mapa, un mapa off-set,
encontrado en una hemeroteca dentro del Distrito Federal, no se trata pues de simples
suposiciones, sino algo que todos los astrólogos conocen.

No hay observatorio en el mundo donde no se sepa, donde se ignore la cuestión esta de


Hercólubus. Cuando aquel enorme y gigantesco planeta se acerque demasiado, se procesarán en
nuestro planeta Tierra acontecimientos extraordinarios. La enorme masa llamada Hercólubus
obviamente tiene un poder magnético formidable, atraerá por tal motivo el fuego líquido que
existe en el interior de la Tierra, entonces brotarán volcanes por todas partes acompañados de
intensos terremotos, nuestros antepasados de Anawak, dijeron lo siguiente:

"Los hijos del Quinto Sol, -refiriéndose a nosotros-, perecerán por el fuego y los terremotos". Esto
vendrá a suceder con la llegada de Hercólubus, vendrá obviamente el Gran Incendio Universal,
preconizado por los mejores videntes: San Juan, el vidente de Patmos; Jesús de Nazaret -Gran
Kabir-, Daniel el profeta, Nostradamus, etc., etc., etc.

La llegada de Hercólubus causará verdaderamente espanto en todas las latitudes del mundo,
asegura Nostradamus en forma enfática que este gigante de los cielos será visible en pleno
mediodía; que vendrá a interponerse entre el Sol y Tierra, cual es de saber provocará un gran
eclipse, eclipse total. Como quiera que la masa planetaria de Hercólubus es demasiado gigantesca,
es obvio que tiene que atraer el fuego líquido del interior del mundo hasta la superficie; por tal
motivo tienen que brotar los volcanes por doquiera. Lo más grave es que cada volcán nuevo surge
en medio de terribles y espantosos terremotos, no será pues extraño que en aquellos días las
grandes ciudades del mundo caigan hechas polvo: Nueva York, París, Londres, Buenos Aires, etc.,
etc., etc.
Con el máximum de acercamiento de Hercólubus hacia la órbita terrestre, incuestionablemente
tendrá que producirse una revolución de los ejes de la Tierra; entonces los mares cambiarán de
lecho y los continentes actuales se sumergirán entre los océanos. Por aquellos días la Tierra, toda
entera habrá regresado al Caos original primitivo, tal como se puede deducir cuando se observa la
Constelación del Aguador. Es necesario ese regreso al Caos, para que de entre el fondo de los
océanos surjan tierras nuevas y cielos nuevos, como dijera el Apóstol Pedro. No esta demás -viene
a colación ahora- citar precisamente la epístola de Pedro a los romanos, dijo: " y los elementos
ardiendo serán desechos y la tierra y todas las obras que en ella hay, serán quemadas". Pablo de
Tarso también dice que habrán cielos nuevos y tierras nuevas, y lo mismo dice el Vidente de
Patmos.

Así que en realidad, nuestro Sistema Solar está concluyendo su viaje alrededor del Zodíaco, algo
similar sucedió con la vida de los atlantes. Cuando terminó el pasado viaje del Sistema Solar
alrededor del Zodiaco llegó Hercólubus, entonces se produjo una revolución total de los Ejes de la
Tierra, los mares cambiaron de lecho y desapareció la Atlántida entre las embravecidas olas del
océano que lleva su nombre.

Ahora finalizando el nuevo viaje que se iniciara después del Diluvio podemos afirmar en forma
enfática que una catástrofe similar se avecina. Si fuera el agua en aquella época la que iniciara la
gran catástrofe de los atlantes, ahora será precisamente el fuego el que iniciará la tragedia.

Empero, es de saberse que el Demiurgo Arquitecto del Universo, todo lo tiene bien previsto, como
quiera que habrán de surgir tierras nuevas para una nueva humanidad, tendrá que conservarse la
simiente, la semilla; por tal motivo habrá de prepararse un núcleo que sirva de basamento para la
Era del Acuarius, para la Edad de Oro, para la Nueva Raza.

Ese núcleo estará formado por hombres y mujeres de buena voluntad. Tal grupo será sacado
secretamente de entre el fuego y el humo en la hora del terror y se les llevará a una isla que existe
en el océano Pacífico. Esta tal isla colocada en forma tal, estratégica, tan protegida por las
potencias cósmicas que los que allí vayan no recibirán daño alguno, podrán convertirse en
espectadores de la gran tragedia. Les tocará vivir como los Nibelungos de la sumergida Atlántida,
entre el vapor del agua y del fuego, porque por aquellos días la Tierra toda estará envuelta en
niebla de vapor de agua. Les tocará a ellos contemplar con entera claridad el duelo de los
elementos durante varios siglos, entonces ellos se acabarán de preparar eliminando radicalmente
de sí mismos los defectos psicológicos, tendrán que reconquistar la inocencia, si es que anhelan o
anhelaren vivir en la Edad de Oro, en la Nueva Edad.
Quiero decirles a ustedes, en forma enfática, que cuando aparezca un doble arco iris en las nubes,
por aquellos tiempos, los que estén debidamente preparados lo tomarán como señal y pasarán a
vivir en tierras nuevas y bajo cielos nuevos, porque estas tierras dejarán de existir, y éstos cielos,
cargados de tanto veneno, habrán pasado a la historia.

Surgirá una tierra nueva, lo que es hoy la fisonomía geológica de nuestro mundo, será cambiada
totalmente. Habrán continentes nuevos, donde vivirá una nueva humanidad, vivirá la Sexta Raza-
raíz.

Nosotros somos gentes de la Quinta Raza; la Sexta será muy diferente. Antes de nosotros existió la
Cuarta Raza, en la Atlántida; mucho antes de los atlantes existió la Tercera Raza, que fue la
lemúrica, en el gigantesco continente lemúrico, que entonces se extendía en todo el océano
Pacífico, y antes que los lemures hubieran surgido, existieron los hiperbóreos alrededor del polo
Norte, la herradura que ese continente formara en el Polo Norte. Y antes que los hiperbóreos
surgieran a la existencia, existió la Primera Raza, la Raza Protoplasmática, en el casquete polar del
Norte, que otrora estuviera situado en la línea ecuatorial. Digo así, porque a través del tiempo hay
cambios geológicos extraordinarios. Los polos actuales, por ejemplo, ahora ya se están desviando
y un día estarán en la zona ecuatorial, y el Ecuador actualmente se convertirá en polos en un
futuro. Eso ya está debidamente estudiado por los mejores sabios: la revolución de los ejes de la
Tierra, la verticalización de los polos, etc.

Así que, nos preparamos para gigantescas catástrofes, eso es obvio. El Movimiento Gnóstico,
nuestra Asociación de Estudios Gnósticos, Antropológicos y Culturales, sólo tiene un objetivo:
preparar el núcleo que ha de servir para la futura Sexta Raza-raíz. Este movimiento esoterista,
crístico, tiene alrededor de cinco millones de personas, en todo el hemisferio occidental,
incluyendo a los Estados Unidos, e iniciándose en este momento también en el Canadá. Solamente
perseguimos un objetivo: preparar el núcleo que ha de servir para la futura Sexta Raza-raíz. Quiero
que ustedes sepan que así como la Tierra tiene cuatro estaciones, durante el año, que son:
primavera, verano, otoño e invierno; así también cada raza, durante el viaje del Sistema Solar
alrededor del Zodíaco, pasa por cuatro estaciones: primavera, la Edad de Oro; verano, la Edad de
Plata; otoño, la Edad de Cobre; invierno, la Edad de Hierro. Daniel, el profeta, ve allá en la lejanía
un enorme y gigantesco mar, un gran océano, y cuatro bestias que luchan y se disputan entre sí la
supremacía. Luego, ante su clarividencia, surge la primera bestia, que parecía un león y que tenía
alas como de águila y que le fue dado corazón de hombre -es la Edad de Oro-; y luego ve surgir,
una segunda bestia que parece un oso y que hoya toda la tierra, -es la Edad de Plata-. Y luego una
tercera, que más bien parece una esfinge -la Edad de Cobre-, y luego una cuarta que es
completamente distinta a las otras tres, porque es de hierro, sus uñas y sus pies son de hierro, sus
dientes son de acero. Tritura todo lo que encuentra y tiene poder para formar el desorden en
todas partes: para destruir la Naturaleza y aún para vencer a los Santos del Altísimo. Pero se sentó
el juez, vino, y le quitó al fin su dominio y el Reino le fue entregado a los Santos del Altísimo. Esta
cuarta bestia es la Edad de Hierro, es la Edad actual en que estamos, que terminará
catastróficamente. Recordemos también aquel sueño que tuviera Nabucodonosor-Rey. Veía él, en
su sueño, una gran estatua: su cabeza era de oro, su pecho y sus brazos de plata, su vientre era de
cobre -de metal, se dice- sus piernas y sus pies eran en parte de hierro y en parte de barro cocido.
Entonces Nabucodonosor-Rey llamó a todos los sabios de Babilonia para que le interpretaran el
sueño. Cuando ellos le requerían que los diese a conocer, diciéndole: "Dinos tu sueño y lo
interpretaremos", él guardaba silencio y sólo se limitaba a responder: "Mi sueño no lo cuento, no
lo digo, porque sé muy bien que vosotros ponéis dilaciones, en tanto se cambia el tiempo y se
mudan las circunstancias. Si sois sabios, decidme ¿cuál fue mi sueño? ¿Que fue lo que yo soñé? y
luego dadme la interpretación.

Protestaban, naturalmente, todos los sabios y decían: "Jamás rey ni príncipe alguno fue tan
exigente". Enfurecido, el monarca los hizo llevar a las prisiones y a la muerte. Así estaban las cosas,
hasta que surgió Daniel, el profeta, que entonces se llamara en la tierra de Babilonia: Beltsasar, y
dijo: "Yo diré el sueño al rey y daré su interpretación". ¡Claro, Daniel se había preparado con
anticipación, había estudiado en el Mundo Astral el sueño del rey; había salido del cuerpo, había
investigado ese sueño, de manera que ya estaba listo...! El monarca dijo: "¿Eres tú capaz de saber
que soñé" "¡Sí, señor! Tú soñaste con una gran estatua. Su cabeza era de oro, su pecho y sus
brazos eran de plata, su vientre era de cobre y sus piernas y sus pies, en parte eran de hierro y en
parte de barro cocido. Eso significa: cuatro reinos que se suceden siempre en la historia del
mundo"... Claro, indubitablemente se refería a las cuatro edades: la cabeza, a la Edad de Oro; el
pecho y los brazos, a la Edad de Plata; el vientre, a la Edad de Cobre, y las piernas y los pies, en
parte de hierro y en parte de barro cocido, a la Edad de Hierro, que es en la que estamos nosotros:
en parte es fuerte y en parte es frágil. Fuerte, aparentemente, pero frágil porque vendrán los
grandes terremotos, los grandes maremotos y espantosos cataclismos y acabarán con toda esta
perversa civilización de víboras. ¡Esa es la cruda realidad...!

Claro, asombrado Nabucodonosor-Rey, hizo ponerle a Daniel túnica de púrpura y sobre su pecho
un collar precioso, y en su mano un anillo de diamantes, y lo declaró gobernador de todo el reino.

Así que, las cuatro Edades son un hecho. En la Edad de Oro de una raza, no existe ni "lo mío" ni "lo
tuyo", todo es de todos y cada cual puede coger del árbol del vecino sin temor alguno. Entonces
reina el amor, la fraternidad, todos adoran al Dios, le rinden culto, el Ego no existe entonces en los
seres humanos, todos son inocentes, preciosos, gozan con la belleza de la Naturaleza. No hay
fronteras, no hay ejércitos, no hay nada que pueda disminuir la felicidad; todo es de todos y lo
único que reina, soberano, es eso que se llama Amor.

En la Edad de Plata, comienzan los seres humanos a querer conquistar la tierra -por eso se la
representa con un oso que hoya la tierra-, pero todavía reina el esplendor primigenio, se le rinde
culto a los Dioses, a los Cosmocratores; se le canta al sol de la mañana, a los Heraldos de la Aurora.
Se puede todavía percibir a los príncipes del fuego, de los aires, de las aguas y de la tierra.

En la Edad de Cobre, comienzan a surgir las guerras, comienzan a aparecer las fronteras y
desaparece el esplendor primigenio. Y en la Edad de Hierro, todo termina con un pavoroso
cataclismo.

En la Edad de Hierro, la humanidad llega al estado actual en que se encuentra. La cuarta bestia,
realmente, ha sido espantosa -como dijo Daniel-, distinta a las otras bestias, mas tendrá su fin de
la noche a la mañana.

Amigos: estamos en una época de confusión y de degeneración, estamos en la Edad de Hierro.


Pero recuerden ustedes que se está organizando el Ejército de Salvación Mundial.

Con estos estudios, nosotros lo que queremos es prepararnos, ojalá todos y cada uno de los aquí
presentes, pudiera ingresar a ese núcleo precioso, que ha de servir como basamento para la futura
Edad de Oro.

A la Edad de Oro corresponde el Evangelio según San Lucas que es el Evangelio según la luz, el
Evangelio Solar. Símbolo de tal Evangelio es el toro alado, la tierra regenerada, purificada, después
de tanto dolor.

La época actual está perfectamente ilustrada con el Evangelio de Mateo. El Evangelio de Mateo es
el Evangelio según la Ciencia. ¿Y qué nos dice el Evangelio de Mateo? "Cuando vieres a Jerusalén
rodeada de ejércitos, y haya pestes o epidemias, terremotos por todas partes y enfermedades
desconocidas, etc., etc., etc.", es porque la gran catástrofe se acerca, se avecina. Eso dice en
síntesis Mateo.
De manera que Mateo -según la ciencia-, nos indica que la catástrofe está a las puertas, se acerca.
Obviamente, es necesario regenerar la tierra, transformarla, porque nuestro mundo Tierra está en
estos momentos pasando, o procesándose, dijéramos, de acuerdo con la Ley de la Entropía. ¿Cuál
es esa Ley? Observen ustedes, por ejemplo, a dos marmitas llenas de agua: una, con agua caliente,
otra, agua fría. Coloquen esas dos marmitas, cerca la una de la otra, juntas -tocándose, quiero
decir- y verán ustedes procesos involutivos y desordenados en el agua de las marmitas, y al fin,
estas aguas quedan igualadas. Eso, en química, se le denomina "entropía".

En estos momentos, por ejemplo, la atmósfera está contaminada con el "smog", no solamente en
las grandes ciudades, en los campos, en las montañas, en todas partes. Ya en los bosques más
profundos ya no vemos el cielo tan azul como hace cincuenta años. Ahora tiene un azul plomizo,
ligeramente grisoso, y esto en los lugares más lejanos de toda urbe. ¿Qué diremos en las
ciudades? Pensemos en el "smog" de Londres; sin ir tan lejos, el "smog" de nuestro Distrito
Federal -en México- eso gravísimo. Los mejores sabios han dicho que de continuar ese "smog",
antes de cuarenta a cincuenta años una enorme cantidad de humanidad habrá perecido, debido al
"smog".

Los ríos están contaminados, los peces han desaparecido. Ya no encuentra uno ríos de agua pura
de vida, donde pudiera para bañarse; todos están contaminados. Los mares han sido convertidos
en enormes basureros y las especies marítimas están desapareciendo por la contaminación. La
tierra, toda, que antes producía ricos frutos en abundancia, para sostener a todas las criaturas, se
está esterilizando. Ahora recorre uno enormes extensiones de terrenos, convertido todo en
desiertos. Los abonos químicos, aparentemente magníficos, a la larga terminan por esterilizar las
tierras.

Al paso que vamos, de acuerdo con la Ley de la Entropía, pronto se habrá igualado todo. Y si
pensamos en nosotros, si no trabajamos sobre sí mismos, si no luchamos por transformar nuestra
mente, por transformar nuestras emociones, llegará un día en que todos serremos igualmente
perversos, y apenas si habrá diferencia entre persona y persona: nos habremos igualado, de
acuerdo con la Ley de la Entropía.

Así la Tierra toda entera tiende a convertirse en una nueva Luna, y nosotros, todos,
involucionando con nuestras mentes desordenadas, con nuestras pasiones animales y bestiales,
con estos deseos -dijéramos- o emociones de tipo inferior, como quiera que no trabajamos sobre
sí mismos -estoy hablando esta vez en nombre de toda la humanidad-, obviamente llegará el día
en que quedaremos igualados y apenas sí habrá diferencia entre persona y persona; todos
seremos terriblemente perversos. Esa es la Ley de la Entropía Universal.

Se necesita una transformación de la Tierra y del hombre, pero esta transformación solamente es
posible mediante un gran sacrificio, mediante un gran holocausto. Solo mediante el sacrificio es
posible que una energía inferior se convierta en una energía de tipo superior y diferente.
Observemos, por ejemplo, el combustible que pone en movimiento a una locomotora: este es
sacrificado en aras de la velocidad, en aras de la fuerza motriz que impulsa al tren. Así que el
sacrificio es indispensable para transformar una fuerza inferior en algo distinto, en algo superior y
diferente.

Si la Tierra no pasara por una gran catástrofe, si no hubiera esa catástrofe, si todo lo que aquí
estamos diciendo, resultara falso, entonces la Tierra toda, dentro de poco tiempo estaría
convertida en una nueva Luna: las especies marítimas morirían por contaminación, la humanidad
entera desaparecería por contaminación y por hambre, las tierras actuales convertidas en arena,
en un Sahara, en un desierto; sería imposible toda vida, y la Ley de la Entropía se encargaría de
igualar todo, hasta hacer de este planeta una Luna, una Luna más. Así pues, la catástrofe esta, no
solamente es un hecho, que ya conocen los astrónomos que viene, pero que ellos no lo preconizan
demasiado porque está prohibido hacer escándalo, con el propósito de evitar la psicosis colectiva,
sino que además es una necesidad, trágica, ¿verdad? pero indispensable, o perece la Tierra o se
transforma.

En los planes de la Fraternidad Universal Blanca, se sabe que la Tierra se transformará; las
Sagradas Escrituras afirman que se transformará, no solamente las escrituras bíblicas, sino
también las Sagradas Escrituras de otras latitudes, de otras grandes religiones, siempre se ha dicho
que se transformará, que pasará por una gran transformación, y esa transformación solamente es
posible mediante un gigantesco sacrificio, mediante un gran holocausto.

La Tierra actual está agonizando, y lo más grave es que la humanidad no se da cuenta de ello; no
se dan cuenta que en los mares, están pereciendo las especies, no se dan cuenta que en los ríos
están desapareciendo las especies, no se dan cuenta que se está esterilizando nuestro mundo, que
está agonizando.

Añádase, a eso, las explosiones atómicas subterráneas. Absurdo meterle bombas atómicas al
interior de la casa; yo creo que a ninguno de ustedes se le ocurriría bombardear su propia casa.
¿Cuál de ustedes tendría la necedad o la tontería de meterle una bomba de dinamita bien fuerte a
su casa? ¿De hacer una excavación en su casa para luego meterle una bomba, en su mismo
domicilio? Sin embargo, los científicos eso están haciendo: bombardeando este domicilio, este
pequeño planeta que se llama "Tierra", y en el cual vivimos todos. Y lo más grave es que lo están
haciendo sin consultarnos, arbitrariamente, no nos han consultado, si nos consultaran, estoy
seguro que todos nosotros protestaríamos, lo están haciendo así, en forma dictatorial, porque sí,
en estas condiciones este planeta Tierra está agonizando, sometido a una gran destrucción, a una
devastación inmensa!

¿Qué decimos nosotros cuando vemos a alguien que está agonizando? Incuestionablemente que
su final está cerca, ¿verdad? Muere y el doctor extiende el certificado de defunción, pero no
queremos darnos cuenta que este gran organismo "Tierra" está agonizando y que a la vista está
cercano su final, de eso sí no nos damos cuenta, ¡cuán dormida está la humanidad!

Así pues, observen ustedes la constelación de Acuario, gobernada por Saturno y Urano. Urano, el
planeta de las catástrofes, atómico, revolucionario, terrible. Saturno, el símbolo de la muerte -el
esqueleto ese, con la guadaña-. También Saturno es simbolizado en la Alquimia, con el famoso
Cuervo Negro de la muerte: el regreso al Caos Original Primitivo. Es necesario que regrese, esta
Tierra, al estado caótico, al Caos; que de entre ese Caos surja una nueva Tierra regenerada,
simbolizada con el toro alado del Evangelio de San Lucas.

Así que, los tiempos del fin han llegado y estamos en ellos. Antes de la gran catástrofe que se
avecina, habrán muchas guerras a muerte. De pronto vendrán revoluciones sangrientas, en
distintas naciones del mundo, y vendrá la tercera guerra mundial, y será un verdadero holocausto
atómico.

Se multiplicarán las enfermedades por todas partes y no habrá cómo sanarlas. Debido al abuso de
la física atómica, habrá un instante en que vendrá la descomposición del átomo en cadena y los
científicos no podrán controlarlo. Cuando "Hercólubus" se acerque demasiado, olas inmensas
serán atraídas, precisamente por la fuerza magnética de aquel planeta, olas del inmenso mar, olas
como jamás se habían visto, y azotarán las playas y un sonido extraño saldrá de entre el fondo de
los océanos.

Por aquellos días, las gentes saldrán por las calles como locas, porque la energía nuclear
contaminará el fósforo del cerebro y las gentes, medio dementes, harán aparecer en el escenario
del mundo, escenas dantescas, maquiavélicas, horripilantes. Afortunadamente, con el máximo de
acercamiento de "Hercólubus", terminará esta tragedia dantesca, se le marcará el punto final a la
raza Aria, a nuestra raza que es la Aria. Los mares cambiando de lecho, definitivamente
sumergirán a las tierras en los océanos, en el fondo profundo, afortunadamente, todo está
previsto, como ya les he dicho: y habrá un lugar para el núcleo selecto, que servirá de fundamento
a la futura Sexta Raza-raíz.

Estamos pues, ante el dilema del "ser" o del "no ser" de la filosofía: o nos transformamos o
perecemos. ¡Esa es la cruda realidad de los hechos! Aunque nos creamos muy santos, todos y cada
uno de nosotros, en verdad que no lo somos. Antes bien, aunque parezca increíble, en el fondo
todos somos terriblemente malignos.

Esto que estoy diciendo puede ser conocido, poco a poco, a través de nuestra psicología
revolucionaria. Un libro escrito en relación con nuestras características psicológicas. Me refiero al
"Tratado de Psicología Revolucionaria", libro que ojalá conocieran aquí los hermanos, para que
pudieran trabajar conscientemente sobre sí mismos.

Hasta aquí mi plática de esta noche. Ahora, con el mayor gusto, daré oportunidad a los hermanos
asistentes para que hagan preguntas en relación estricta con el tema que hemos planteado. Si
alguien tiene algo que preguntar, puede hacerlo con la más entera libertad.

P. Maestro: ¿cuándo empezarán los tiempos del fin?

R. Los "tiempos del fin", o el principio del fin, ya comenzó; estamos exactamente en el principio
del fin. Por donde quiera hay guerras, y rumores de guerras, enfermedades desconocidas,
degeneración y catástrofes. Así que, ya empezó el final. ¿Alguna otra pregunta?

P. Las personas que se salvan, se salvan físicamente o en estado de Jinas?

R. El núcleo de sobrevivientes que servirá de basamento para la futura Sexta Raza-raíz, -que entre
paréntesis, será llamada la Raza de Koradi- será sacado precisamente de entre el humo y las llamas
en su momento preciso, es decir, antes de que termine todo este escenario que sirvió para la
Quinta Raza-raíz, y será llevado físicamente, por los procedimientos físicos, a la isla, una isla que
existe en el Pacífico, y que yo la conozco. ¿Alguna otra pregunta?

P. Las personas que se trasladarán, que sean llevadas a esa isla y que luego desencarnen, ¿podrán
recordar la catástrofe cuando renazcan, cuando se reincorporen en un nuevo organismo físico?

R. Pues, los que serán trasladados a la isla, serán sujetos que hayan disuelto por lo menos, el
cincuenta por ciento del Ego animal. Por lo tanto, estarán más o menos despiertos. Se les llevará,
pues, a donde se les debe llevar. Allí vivirán hasta el tiempo que daban vivir, desencarnarán y
volverán a tomar cuerpo allá mismo, en la isla, y volverán a desencarnar y volverán a tomar cuerpo
-allá mismo, en la isla-, y en cada uno de esas existencias continuarán con el trabajo de
perfeccionarse. En cuanto a que recuerden la catástrofe, pues, eso depende del grado de
Conciencia que cada cual haya alcanzado. Una persona consciente, pues tendrá que recordar todo;
una persona medio-consciente, recordará menos. Todo depende de la capacidad concientiva de
cada cual.

P. Maestro usted decía que ese planeta era 6 veces más grande que Júpiter, o entendí mal?

R. ¡Correcto!

P. Entonces la fuerza gravitacional al entrar entre el Sol y la Tierra va a ser de una fuerza
tremenda, que puede desencadenar, no solamente el desplazamiento de los polos de la Tierra,
sino posiblemente, el deslizamiento total del Sistema Solar, ¿es así?

R. Afectará exactamente, de acuerdo con el mapa cosmológico que nos han entregado los
astrónomos y de acuerdo con los cálculos matemáticos que ellos han hecho, afectará
fundamentalmente a la Tierra, y en forma secundaria afectará a Urano, a Júpiter y a Marte. De
manera que, va a ser verdaderamente catastrófico. Pero, fundamentalmente, la Tierra será la que
recibirá el principal impulso, la que recibirá las mayores catástrofes.

P. ¿Puedo hacer una pregunta? Maestro, usted habló de un eclipse total, debido precisamente a la
presencia de un planeta entre el Sol y la Tierra, ¿así es?
R. ¡Así es! Habrá un eclipse total, y ya Miguel de Nostradamus lo había profetizado. Se dice que
por aquella época, habrá un gran eclipse total. Nostradamus piensa que esto puede acaecer en el
año 1.999. Nuestros astrónomos difieren un poco con la fecha; nuestros astrónomos piensan que
esto puede acaecer en el año 2.400. A mí se me dijo que sería en el 2.500.

Sin embargo, Nostradamus es terriblemente peligroso, porque ¡nunca ha fallado y esto es lo


grave! Si hubiera fallado alguna vez, podríamos tener una especie de esperanza de que no fueran
tan cerca; pero no se conoce, hasta ahora, la primera falla de Nostradamus. Anunció la segunda
guerra mundial con tal precisión, que causó asombro a todo el mundo. Dijo hasta la fecha exacta,
la cantidad de años que duraría, y aun más: mencionó hasta el nombre de Hitler y lo llama el
"revoltoso". De manera que lo grave es que Nostradamus nunca se equivocó. Eso sí es lo que me
tiene a mí francamente, bastante preocupado. Además, Hercólubus ya está ante la vista de todos
los observatorios del mundo. Si no se habla públicamente de eso, es precisamente porque a los
astrónomos les han prohibido de hacer escándalos, se les prohibe llevar a la humanidad a estados
de psicosis colectiva. Pero yo tengo, y tenemos allá en nuestra asociación los mapas que ellos
mismos han trazado, los astrónomos. De manera que el asunto es de conocimiento totalmente
oficial, y eso es lo grave.

P. ¿Cuál es la dirección del planeta?

R. El planeta "Hercólubus" gira, tiene su órbita alrededor del Sol Tylar. En cuanto a la dirección que
lleva, obviamente marcha hacia la órbita terrestre. Se sabe que pasará por un ángulo del Sistema
Solar, ya está debidamente calculado.

P. ¿Podremos nosotros verlo con algún aparato?

R. No, en aquellos días será visible. Dicen que en 1.999, o antes de 1.999, ya será visible
públicamente, y se verá en pleno mediodía y eso va a ser gravísimo. ¿Alguna otra palabra?

P.- Se habla de que hay extraterrestres mucho más adelantados que nosotros, ¿nosotros alguna
vez vamos a llegar a ese nivel psicológico, que podamos salir de este mundo?
R.- Pues, ciertamente, los que son habitantes de otros mundos, algunos pueden estar más
adelantados que nosotros; otros pueden estar como nosotros, o en peores condiciones, de todo
hay en el Universo -que no tiene limites, ni orillas-. Lo que sí puedo asegurarles es que aquellos
extra-terrestres que pueden viajar de galaxia en galaxia, son verdaderos Dioses-Hombres, que
esos otros que solamente pueden viajar dentro del Sistema Solar, son Hombres en el sentido más
completo de la palabra.

Los que pueden viajar por la Galaxia -por nuestra Vía Láctea, exclusivamente-, son Hombres
Trascendentales, pero que todavía no han llegado al estado del Super-Hombre. La conquista del
espacio es para Hombres verdaderos o para Super-Hombres, jamás para el "animal intelectual"
equivocadamente llamado Hombre.

Así que, si considerando nosotros el estado en que nos encontramos, aunque nos parezca muy
duro debemos aceptar que somos, hoy por hoy, animales provistos de intelecto. Quitémosle el
intelecto a cualquier persona, a ver qué queda: la pura bestia y eso es todo.

Somos animales provistos de intelecto, "animales intelectuales". Eso de que somos ya Hombres,
en el sentido más trascendental de la palabra, eso es demasiado, eso es exagerar la nota.

El Hombre es el rey de la creación. Un pequeño grupo de Hombres pudo paralizar totalmente, a


Estados Unidos y al Canadá. Ese pequeño grupo de hombres pudo hacer un apagón tan terrible
que paralizó a los Estados Unidos, a una nación tan orgullosa, tan poderosa, pues fue herida de
muerte. De qué les sirve a los "gringos" sus formidables cohetes y máquinas de toda especie, todo
eso es movido por electricidad. A la hora que falló la electricidad, ¿con qué mueven todo eso? Este
pequeño grupo de Hombres, paralizó a los Estados Unidos. Nada más que unos cuantos pudieron
paralizar a la poderosa nación del Norte.

Me refiero a un pequeño grupo de extra-terrestres, verdaderos Hombres, se acercaron con una


nave y paralizaron a los Estados Unidos. Todos ustedes recuerdan, perfectamente, el apagón de
Nueva York, que produjo tan grande escándalo. No hay duda de que entonces fue debidamente
fotografiada la nave que produjo el apagón. En aquella época se inició la investigación, en los
Estados Unidos, sobre esta cuestión de los platillos o discos voladores. Ahora ya ni se quiere hablar
nada, en los Estados Unidos, sobre eso. Claro, los "gringos" se sintieron incapaces de seguir
investigando, y por otra parte no quieren llevar su país al estado de psicosis colectiva. Pero hechos
son hechos y ante los hechos tenemos que rendirnos, un puñadito de Hombres paralizó a la
poderosa nación estadounidense.

El Hombre es el rey de la creación, es el amo del Universo. Ahora, ¿podremos nosotros hacer
igual? Si nos reunimos cuatro de nosotros, ¿lograremos paralizar a la poderosa nación gringa? Si
un solo Hombre tiene poder sobre el fuego del Universo, sobre el aire, sobre las aguas, sobre la
tierra, porque es rey, y si no es rey, no es Hombre. Yo no puedo concebir a un Hombre que no sea
rey de la creación: o es rey, o no es Hombre y la cruda realidad es que nosotros somos,
únicamente, meros animales intelectuales.

P.- ¿Pero vamos a permanecer siempre en este estado?

R.- Eso depende de nosotros. El Sol está haciendo un gran experimento, un experimento terrible:
quiere crear Hombres. Logró crear algunos, en la época de Abraham, judíos. Logró hacer cierta
buena cantidad de creaciones durante los primeros ocho siglos del cristianismo; en la edad media
hizo algunas creaciones, y en este momento intenta hacer nuevas creaciones, antes de que
perezca la Raza Aria.

Ha depositado el Sol, en nuestras glándulas sexuales, los gérmenes del Hombre. Si nosotros
cooperamos con el Sol, esos gérmenes pueden desarrollarse. Entonces se forma el Hombre dentro
de nosotros, en la misma forma que dentro de la crisálida se forma la mariposa. Pero hay
necesidad de cooperar con el Sol. Cuando la gente pierde interés por las Ideas Solares, el Sol
también pierde interés por la gente y las destruye, porque no le sirven para su experimento.
Actualmente la raza humana ha perdido todo interés por las Ideas Solares, se ha vuelto
terriblemente lunar, terriblemente mecanicista, y es obvio que por tal motivo, el Sol la va a
destruir, tendrá que crear una nueva raza para continuar con sus experimentos.

El Sol ha creado toda esta delgada capa, dijéramos, de vida orgánica sobre la superficie del mundo.
Esa delgadísima película de vida orgánica, y tiene derecho a recoger el fruto de su trabajo. El
quiere cosechar, y con justa razón, un grupo de Hombres Solares; desea el Sol cosechar Hombres
Solares. Si nosotros cooperamos con el Sol, los germen para el Hombre se desarrollarán dentro de
nosotros y nos convertimos en verdaderos Hombres, en el sentido más completo de la palabra.
Convertirnos en Hombres es extraordinario, porque el Hombre es el rey, el rey verdadero, el rey
de la creación. Ya les dije a ustedes que cuatro Hombres, nada más, le dieron una herida de
muerte a los Estados Unidos con el apagón de Nueva York; desarmaron a la poderosa nación,
cuatro Hombres nada más. Y es que el Hombre es poderoso es el amo de la creación.

LA INTUICION Y LA ORGANIZACION DE LA PSIQUIS

Vamos a dar inicio a nuestra cátedra de esta noche. Podríamos denominar esta cátedra:
intuición.

Ante todo hemos de empezar por la base: el Hombre. ¿De dónde venimos, para dónde vamos,
cuál es el objeto de nuestra existencia, para qué existimos, por qué existimos? He ahí una serie
de interrogantes que debemos aclarar y resolver.

Nace un niño, y de hecho recibe el cuerpo físico en forma gratuita es -es obvio-, un cuerpo
maravilloso, con unas quince mil millones de neuronas, etc., a su servicio -nada le ha costado-.
Conforme el niño va creciendo, la Mente Sensual se va abriendo poco a poco, y ésta ultima, en
sí misma y por sí misma, se informa mediante las percepciones sensoriales externas. Y es
precisamente con los datos aportados por tales percepciones, como la Mente Sensual elabora
siempre sus conceptos de contenido, motivo por el cual ella jamás puede saber algo sobre lo
Real; sus procesos razonativos son subjetivos, se mueven dentro de un círculo vicioso: el de las
percepciones sensoriales externas; eso es obvio.

Ahora comprenderán ustedes, un poco mejor, lo que es la Razón Subjetiva en sí misma, Más
ha de hacerse una plena diferenciación entre Razón Subjetiva y Razón Objetiva.

Es obvio que el niño tiene que pasar por todos los procesos educacionales: kínder, primaria,
secundaria, preparatoria y hasta universidad. La Razón Subjetiva se nutre con todos los datos
que las distintas instituciones escolásticas le aportan, más en verdad que ningún instituto
docente podría dar al niño, o al joven, o al adolescente, datos exactos sobre eso que no es del
tiempo, sobre eso que es lo Real.

En verdad, hermanos, que las especulaciones de la Razón Subjetiva vienen a conducir -pues-
al intelectual, al terreno absurdo, dijéramos, del utopismo, o en el mejor de los casos, al de las
simples opiniones de tipo subjetivo etc., más nunca a la experiencia verdadera de eso que no
es del tiempo, de eso que es la Verdad. En cambio la Razón Objetiva -que desgraciadamente
no recibe ninguna instrucción y para la cual no hay escuelas-, permanece siempre abandonada.
Indubitablemente, los procesos razonativos de la Razón Objetiva, obviamente nos conducen,
dijéramos, a postulados exactos y perfectos, pero el niño, de sitio en sitio, es educado
subjetivamente, para él no existe ninguna forma de instrucción superior. Los datos de los
sentidos aportan a la Mente Subjetiva del adolescente -a la Mente Sensual, dijéramos-, todas
las cuestiones escolásticas, de familia, etc., son meramente empíricas y subjetivas, y eso es lo
lamentable.

En principio, el niño no ha perdido todavía la capacidad de asombro. Obviamente, se asombra


ante cualquier fenómeno; un hermoso juguete, despierta en él ese asombro, y se divierte los
niños con sus juguetes. Más, conforme va creciendo, conforme su Mente Sensual va recibiendo
datos de la escuela, del colegio, la capacidad de asombro va desapareciendo, y al fin llega el
instante en que el niño se convierte en joven y el joven ya ha perdido por completo esa
capacidad.

Desafortunadamente, los datos que uno recibe en los colegios, en las escuelas, en los centros
educacionales, sólo sirven para nutrir -como ya dije- a la Mente Sensual, pero nada más. En
esa forma, y con esos sistemas de educación actuales, lo único que realmente se logra es
forjarnos en la escuela, en la academia, en la universidad, una personalidad artificiosa.

Téngase en cuenta, mis caros hermanos, que en realidad de verdad, los conocimientos que se
estudian en humanidades, Jamás servirían para formar al Hombre Psicológico. En nombre de la
verdad hemos de decir, claramente, que las materias que se estudian actualmente en los
institutos docentes, no tienen relación alguna con las distintas partes del Ser. Por eso es que
sólo sirven para falsear los cinco cilindros de la máquina orgánica, quitarnos la capacidad de
asombro, desarrollar la Mente Sensual y forjar en nosotros una personalidad falsa, y eso es
todo.

Así pues, que se entienda, claramente, que la Mente Sensual en forma alguna podría producir
en nosotros una transformación radical. Es conveniente entender que la Mente Sensual, por
muy culta que parezca, nunca podría sacarlo a uno del automatismo y de la mecanicidad en
que se encuentra toda la gente, todo el mundo

Una cosa es el hombre meramente animal, es decir, el "animal intelectual", y otra cosa -en
verdad muy diferente, por cierto- es el verdadero Hombre Psicológico. Al citar la palabra
"hombre" incluyo también -naturalmente- a la mujer, y esto se debe sub-entender claramente.

Nacemos con un cuerpo físico maravilloso, pero en realidad de verdad necesitamos hacer algo
más. Formar el cuerpo físico, no es difícil -lo heredamos-, pero formar al Hombre Psicológico, sí
es difícil.

Para formar el cuerpo físico no necesitamos trabajar sobre sí mismos, pero para formar al
Hombre Psicológico, sí debemos trabajar en sí mismos, eso es obvio. Se trata, pues, de
organizar la psiquis que está desordenada, para crear al Hombre Psicológico, que es el
verdadero hombre, en el sentido más completo de la palabra. Decía el maestro Grudjieff que la
máquina orgánica no tiene ninguna psicología, -tengo que disentir bastante con él en esa
cuestión-. Sí existe psicología en cualquier máquina orgánica llamada "orche"
-equivocadamente por cierto-, lo que sucede es que está desorganizada, y esto es distinto.
Organizar esa psicología dentro del animal intelectual es lo urgente, lo inaplazable, lo
impostergable, si es que queremos en verdad crear el verdadero hombre, que es el Hombre
Psicológico. Distíngase, pues, entre el animal intelectual equivocadamente llamado hombre, y el
verdadero y auténtico Hombre Psicológico.

Nosotros necesitamos trabajar sobre sí mismos, si es que queremos crear a tal Hombre. Sin
embargo, hay lucha en nosotros: la Mente Sensual es enemiga declarada de la Mente Superior.

La Mente Sensual se identifica con cualquier circunstancia. Si, por ejemplo, de pronto nos
hallamos en opíparo banquete, nos identificamos tanto con las viandas que nos convertimos en
glotones. Y si se nos brinda una copa, nos identificamos tanto con el vino que terminamos
embriagados. Y si encontramos en nuestro camino a una persona del sexo opuesto, fascinante,
interesante, nos identificamos tanto con aquella, que al fin terminamos nosotros en fornicarios, o
convertidos simplemente en adúlteros. En estas circunstancias, y de este modo no es posible
crear al Hombre Psicológico.

Si por alguna parte hemos de iniciar el trabajo de crear al Hombre Psicológico, será en realidad
de verdad, trabajando sobre sí mismos, no identificándonos, jamás, con ninguna circunstancia,
y auto-observarnos de instante en instante, de momento en momento. Hay quienes yerran el
camino. Existen sociedades, escuelas, órdenes, logias, religiones, sectas, que pretenden
organizar la psiquis humana mediante ciertas máximas que llamaríamos "de oro"; comunidades
que pretenden, mediante tal o cual máxima, comportarse en todas las circunstancias de la vida,
a fin de conseguir algo que ellos llamarían "purificación", "santidad", etc. Todo esto es urgente
analizarlo. Es obvio que una máxima cualquiera, de tipo ético, religioso, nunca podría servir de
patrón para los distintos aconteceres de la vida. Una máxima, aun estructurada con la lógica
superior de un Ouspensky, por ejemplo, en verdad que jamás podría crear un nuevo Cosmos, ni
una nueva Naturaleza. Supeditarnos estrictamente a una máxima, con el propósito de organizar
nuestra psiquis, sería absurdo. Esto significaría convertirnos en esclavos -obviamente-.

De manera que, conviene que reflexionemos sobre muchos catálogos éticos y códigos morales,
con "máximas de oro". Ellas no pueden transformar, o todas esas reglas o máximas jamás
pueden transformar a nadie, eso es obvio. Además, hay factores que hay que analizar, antes de
poder entrar uno en el trabajo de organizar la psiquis.

Incuestionablemente, un enunciado demostrativo, por ejemplo, por muy rico que él fuese, y
perfecto, podría ser falso, y lo que es peor: intencionalmente falso.

Así que, al intentar nosotros una transformación de sí mismos, tenemos que volvernos un poco
más individuales -no quiero decir "egoístas"- sub-entiéndase esto como aprender a pensar
mejor y en una forma más independiente y perfecta, porque muchas sentencias sagradas,
máximas de oro, -como ya dije-, aforismos que todo el mundo considera perfectos, realmente
no podrían servir de patrón de medida para conseguir una transformación auténtica y una
organización de la psiquis dentro de nosotros.

Se trata de organizar la psiquis interna, y tenemos que salir de tanto racionalismo de tipo
subjetivo, e ir -como se dice- "al grano", a los hechos: afrontar nuestros propios errores, como
son; no querer nunca justificarlos, no tratar de huir de ellos, no intentar disculparlos. Se necesita
que nos volvamos más serios; en la analítica, tenemos que ser, dijéramos, más juiciosos, más
comprensivos. Si en verdad no buscamos escapatorias, entonces sí podemos trabajar sobre
nosotros mismos para conseguir la organización del Hombre Psicológico y dejar de ser meros
"animales intelectuales", como hasta ahora somos.

La auto-observación psicológica es básica. Se necesita, en verdad, auto-observarnos de


instante en instante, de segundo en segundo. ¿Con qué objeto? ¡Uno! ¿Cuál? Descubrir
nuestros defectos de tipo psicológico, pero descubrirlos en el terreno de los hechos, observarlos
directamente, juiciosamente, sin evasivas, sin disculpas, sin escapatorias de ninguna especie.

Una vez que un defecto ha sido debidamente descubierto, entonces y sólo entonces, podemos
nosotros comprenderlo, y al intentar comprenderlo, debemos -repito-, ser severos consigo
mismos.

Muchos, cuando intentan comprender un error, lo justifican, o lo evaden, o lo esconden de sí


mismos, y eso es absurdo. Hay también algunos hermanitos gnósticos que al descubrir tal o
cual defecto en sí mismos, comienzan con su mente -dijéramos-, teorética a hacer
especulaciones y eso es gravísimo, porque como ya dije y lo repito hasta ahora, en este
momento, las especulaciones de la mente -meramente subjetiva- van a desembocar,
forzosamente, en el terreno del utopismo, eso es claro.

Así, pues, si se quiere entender un error, las especulaciones meramente subjetivas deben ser
eliminadas, y para que sean eliminadas, se necesita haber observado el error directamente.
Sólo así, mediante una correcta observación, es posible corregir la tendencia a la especulación.

Una vez que uno ha comprendido íntegramente cualquier defecto psicológico, en todos los
niveles de la Mente, entonces sí puede darse el lujo de quebrantarlos, de desintegrarlos, de
reducirlos a cenizas, a polvareda cósmica. Sin embargo, no debemos olvidar nunca que la
mente, por sí misma, no puede alterar radicalmente ningún defecto, nunca, la mente por sí
misma, puede rotular cualquier defecto con distintos nombres, puede pasarlo de un nivel a otro,
esconderlo de sí misma, esconderlo de los demás, pero nunca desintegrarlo.

Muchas veces les he hablado aquí, les he dicho que necesitamos de un poder que sea superior
a la mente, de un poder que, en verdad, pueda reducir a cenizas a cualquier defecto de tipo
psicológico.

Afortunadamente, ese poder existe en el fondo de nuestra psiquis. Me refiero, claramente, a


Stella Maris, la Virgen del Mar, es una variante de nuestro propio Ser, pero derivada, o
derivado. Si nosotros nos concentramos en esa fuerza variante que existe en nuestra psiquis y
que algunos pueblos la denominaron "Isis" y otros "Tonantzin" y aquellos "Diana", etc., seremos
asistidos. Entonces, el defecto en cuestión puede ser reducido a polvareda cósmica.

Cualquier agregado psíquico, viva personificación de tal o cual error, una vez que ha sido
desintegrado, libera algo, eso se llama "Esencia". Es claro que, dentro de cualquiera de esas
"botellas" conocidas como "agregados psíquicos", existe Esencia o Conciencia anímica
enfrascada, y al quebrantarse éste o aquél error, el porcentaje de Esencia, allí depositado, o
embotellado, es liberado.

Cada vez que un porcentaje de Esencia Búddhica es liberada, aumenta de hecho y por derecho
propio el porcentaje de Conciencia. Y así, conforme nosotros vamos quebrantando los
agregados psíquicos, el porcentaje de Conciencia despierta se irá multiplicando, y cuando la
totalidad de los agregados psíquicos sea reducida a cenizas, la Conciencia habrá despertado,
también en su totalidad.

Si tan sólo hemos quebrantado un cincuenta por ciento de "elementos psíquicos", inhumanos,
indeseables, poseeremos -obviamente- un cincuenta por ciento de Conciencia Objetiva,
despierta. Más si nosotros conseguimos quebrantar el ciento por ciento de los agregados
psíquicos indeseables, lograremos de hecho y por derecho propio, un ciento por ciento de
Conciencia Objetiva. Así es que, a base de multiplicaciones incesantes, nuestra Conciencia irá
resplandeciendo cada vez más, eso es obvio.

Lograr el absoluto despertar, es lo que queremos nosotros. Y es posible lograrlo, si marchamos


por el camino correcto. De lo contrario, no sería posible lograrlo; eso es claro.

En todo caso, a medida que nosotros vayamos quebrantando los elementos psíquicos
indeseables que en nuestro interior cargamos, distintos Siddhis o Facultades luminosas irán
aflorando en nuestra psiquis, y cuando se haya conseguido la aniquilación buddhista, entonces
en verdad, habremos conseguido la más absoluta iluminación.

Esta palabra, aniquilación buddhista, molesta mucho a determinadas organizaciones de tipo


pseudo-esoterista y pseudo-ocultista. A nosotros, en vez de fastidiarnos, tal palabra nos agrada
realmente. Conseguir el ciento por ciento de conciencia, es algo anhelable. Son muchos los que
quisieran tener la iluminación, son muchos los que se sienten amargados, los que padecen
entre las tinieblas, los que sufren por las distintas circunstancias amargas de la vida. La
iluminación, es algo muy anhelable, pero la iluminación tiene una razón de ser; la razón de ser
de la iluminación es el Dharmadatu -esta palabra, de tipo sánscrito, sonará un poco extraña a
los oídos de los aquí presentes: "Dharmadatu", que viene de su raíz "Dharma"-.

Podría alguien desintegrar los elementos psíquicos indeseables que en nuestro interior
cargamos, y sin embargo no por ello lograría la iluminación radical -aquí entra en juego eso que
se llama el Tercer Factor de la Revolución de la Conciencia, el del Sacrificio por la Humanidad.
Si nosotros no nos sacrificamos por la Humanidad, no sería posible conseguir la iluminación
absoluta, porque -repito- la razón de ser de la iluminación es el Dharmadatu.

Es obvio que si desintegramos el Ego, se nos paga. Es cierto y de toda verdad que si creamos
los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser, se nos paga. No podemos negar que si nosotros
nos sacrificamos por nuestros semejantes, se nos paga. Todo eso es indubitable.

Para conseguir la iluminación absoluta, se necesita trabajar con los Tres Factores De La
Revolución de la Conciencia: Nacer: es decir, crear los Vehículos Existenciales Superiores del
Ser; Morir: desintegrar el Ego en su totalidad, y Sacrificio por la humanidad. He ahí los Tres
Factores de la Revolución de la Conciencia.

Pero como les decía a ustedes, tenemos que saber trabajar sobre sí mismos -eso es obvio-;
necesitamos organizar al Hombre Psicológico dentro de sí mismos. Primero que todo, antes de
conseguir nosotros la iluminación absoluta, el Hombre Psicológico debe nacer en nosotros, y
nace en nosotros cuando se organiza la psiquis, hay que organizar la psiquis dentro de sí
mismos, aquí y ahora.

Si nosotros trabajamos correctamente, organizamos la psiquis. Por ejemplo, si no malgastamos


las energías del centro emocional, si no malgastamos las energías de la mente, o del cerebro
motor-instintivo-sexual, es obvio que con tal reserva, creamos o venimos a crear, a dar forma al
segundo cuerpo psicológico en nosotros: el nuevo cuerpo para las emociones -denominémoslo
"Eidolón"-.

Es indubitable que si nosotros nos libertamos de la Mente Sensual, conseguiremos -en realidad
de verdad- ahorrar energías intelectuales, con las cuales podríamos nutrir al tercer cuerpo
psicológico, a la mente individual.

Y al pronunciarme contra la Mente Sensual, quiero que entiendan los hermanos, claramente,
que no dejo de reconocer la utilidad de la Mente Sensual y que necesitamos vivir en perfecto
equilibrio: saber manejar la Mente Superior y saber usar la Mente Sensual. Porque si uno no
sabe usar la Mente Sensual, se olvida de que tiene que pagar la renta, se olvida de que debe
de comer para existir, se olvida de que tiene que vestirse: anda por la calle en el más completo
desaliño, no cumple uno con sus deberes en la vida. Entonces, la Mente Sensual es necesaria,
pero hay que saberla manejar inteligentemente, con equilibrio. Es decir, la Mente Superior y la
Mente Sensual deben equilibrarse en la vida; eso es obvio.

Hay gentes que se preocupan únicamente por la Mente Superior. Ejemplo: determinados
eremitas que viven en cavernas, en los Himalayas, y olvidan que tienen una Mente Sensual.
Desecharla, simplemente "así porque sí", es absurdo. Se necesita que la Mente Sensual
funcione en forma equilibrada, para cumplir uno con sus deberes en la vida.

La pugna entre la Mente Superior y la Mente Sensual, es espantosa. Recordemos nosotros al


Cristo, cuando estuvo en su ayuno en el desierto. Se le presenta un demonio y le dice: "Todos
estos reinos del mundo te los entregaré, si te arrodillas y me adoras" -es decir, la Mente
Sensual tentándole-. Y responde la Mente Superior diciendo: "¡Satán, Satán, escrito está: al
Señor tu Dios adorarás y a Él sólo obedecerás!" -no se dejó Jesús dominar por la Mente
Sensual-. Pero esto no quiere decir que no sea útil tal mente; lo que sucede es que hay que
tenerla bajo control y que debe marchar en perfecto equilibrio con la Mente Superior.

Al tratar de organizar al Hombre Psicológico, obviamente sucederá una pugna espantosa entre
las dos Mentes: entre la Superior -la Psicológica- y la Sensual. La Mente Sensual no quiere
nada que se relacione con la Mente Superior. La Mente Sensual goza cuando se identifica con
una escena de lujuria, o cuando se identifica con un acontecimiento doloroso en la calle, o
cuando se identifica con una copa de vino, etc., la mente psicológica se opone violentamente.

Voy a ilustrar esto con un ejemplo: Iba, de pronto, en un carro; alguien conducía el automóvil.
Marchábamos por el carril izquierdo de una calle; por el carril derecho, una dama conducía otro
carruaje. De pronto sucede que el carruaje que conduce aquélla dama, cambia de dirección,
intenta meterse a un supermercado. Es obvio que, yendo por la derecha, debía quebrar para
alguna parte, para meterse en el supermercado. Si el supermercado hubiera estado a su
derecha, pues se hubiera metido hacia la derecha, pero desafortunadamente estaba a su
izquierda y el carril izquierdo estaba ocupado por el carruaje en que nosotros viajábamos. No le
importa a aquella dama, absolutamente nada, y definitivamente "quiebra" hacia la izquierda
-claro, viniendo a chocar con el carruaje en el que nosotros íbamos-. Los daños no fueron
graves, fueron mínimos para aquél otro carro, pero aquí viene lo interesante.

Como quiera que en el carro en el que viajara mi insignificante persona, el conductor reconoció
no tener la culpa -y en verdad, no la tenía, él no era culpable de que otro carruaje se le metiera
por delante, quebrando violentamente, en momentos en que él marchaba-, naturalmente alegó
eso, a la dama en cuestión. La dama insistía en tener su razón. Claro, su razón era
manifiestamente absurda, y cualquier perito de tránsito la habría descalificado de inmediato. Sin
embargo, ella insistía: "llama al Seguro -dijo ella- para arreglar el problema". Después de 1 ó 2
horas, el Seguro no llegaba. La dama insistía en que se le pagaran unos 300 pesos que
costaba el daño, la reparación de su vehículo, que ella misma había destruido.

Los tripulantes del carro en que viajaba, y su conductor, definitivamente estaban airados, en
gran manera, y aunque cualquiera de ellos hubiera podido pagar, no estaban dispuestos a
hacerlo -era tal la ira que tenían-. Por mi parte, resolví no identificarme con aquella
circunstancia, pues nuestra disciplina psicológica, nuestro judo psicológico -dijéramos-, nos
indica que en tales casos, uno no debe identificarse. Es obvio que permanecí sereno, de
acuerdo con nuestro judo psicológico.

Bueno, pero el tiempo se pasaba: 2 horas, y posiblemente muchas más tendríamos que
aguardar, pues el Seguro no aparecía. Al fin, la dama aquella llegó muy respetuosamente hacia
mí, pues vio que era el único que estaba sereno, los demás tripulantes vociferaban. Me dice:
"Señor, si me diera usted siquiera 300 pesos, dejamos esta cuestión a un lado. Porque estoy
perdiendo el tiempo y todos lo estamos perdiendo". Le dije: "Observe usted la posición en que
están esos dos carros. Si quería usted quebrar a la izquierda, debería haber traído el carril
izquierdo; pero usted va por el carril derecho y sin embargo intenta entrar a ese supermercado.
No es posible entrar por el carril derecho, cuando el izquierdo va ocupado. Cualquier perito en
tránsito la descalifica". "Señor, ¿pero qué hacemos perdiendo el tiempo? ¡No viene el
Seguro...!" "Bueno, tome sus 300 pesos y vaya usted en santa paz. No hay problema, siga su
viaje..."

Es obvio que hubo una protesta general de los tripulantes, se indignaron, no solamente contra
aquella dama, sino contra mi también. Era tal el estado en que se encontraban, que no podían
menos que protestar -se encontraban absolutamente identificados con la escena-. Y claro que a
mí me calificaron de "tonto", etc., etc., etc., y "otras tantas hierbas".

Claro, uno de los tripulantes avanzó directo hacia las damas, con el propósito de insultarlas,
pues eran varias; la que conducía y las acompañantes. Yo me adelanté un poquito y le dije a
aquella señora "Vallase usted en santa paz y no haga caso a los insultadores". Bueno, la mujer
-muy feliz- desde lejos me alcanzó a dar el último saludo, y el carro se perdió allá, por esas
calles de la ciudad.

Hubieran podido seguir aguardando 3, 4, 6 horas, toda la tarde y posiblemente hasta la noche,
hasta que llegara el Seguro, para concluir en cualquier arreglo tonto. Realmente, no había
problema grave; los daños de aquél carro eran mínimos, pero aunque los tripulantes aquellos
tenían dinero, de ninguna manera estaban dispuestos a pagar. Se encontraban tan identificados
con la escena, que obviamente, no tenían ganas -como se dice- de "dar a torcer su brazo".

Los salvé, ciertamente, de una cantidad de pormenores y detalles molestosos; les evité, si es
posible, ir a la "Delegación"; les evité cincuenta mil sandeces y tonterías, amarguras y
discusiones, pero ellos se encontraban tan identificados con aquel hecho, que ni cuenta se
daban del bien que se les había hecho ¡así es la gente!

De manera que, mis queridos amigos, en realidad de verdad, deben ustedes entender que al
identificarse con las circunstancias, trae problemas. ¡Es absurdo identificarse con las
circunstancias, completamente absurdo! -se gastan las energías-. ¿Con qué energías
organizaría uno, por ejemplo el Cuerpo Astral, si se deja llevar de esos estallidos de ira, de esos
"berrinches" espantosos, de esos corajes que no tienen razón de ser, todo por identificarse con
las circunstancias? ¿Con qué fuerzas podría uno darse el lujo de crearse una Mente Individual,
si uno -en verdad de verdad, despilfarra sus energías intelectuales, las malgasta en tonterías,
en hechos similares a los que les he contado? La creación del segundo Cuerpo nos invita a
ahorrar energías emocionales, y la creación de un tercer Cuerpo -llamaríamoslo- "intelectual", o
mente individual, nos hace comprender la necesidad de ahorrar un poco nuestra energía
mental.

Ahora bien, si nosotros no aprendemos en verdad, a dejar las antipatías mecánicas; si nosotros
estamos siempre llenos de mala voluntad hacia nuestros semejantes, ¿con qué energías
crearíamos entonces el Cuerpo de la Voluntad Consciente, es decir, el cuarto Cuerpo
Psicológico? Y hay que crear todo ese juego de Vehículos Superiores, si es que queremos en
verdad crear, dentro de sí mismos, o fabricar dentro de sí mismos, o dar forma dentro de sí
mismos, al Hombre Psicológico.

Bien sabemos que alguien, que posea el Cuerpo Físico y un segundo Cuerpo de tipo
Emocional, Psicológico, y un tercer Cuerpo de tipo Mental, Individual, y un cuarto Cuerpo de
tipo Volitivo, Consciente, puede darse el lujo de recibir sus principios anímicos para convertirse
en hombre, eso es indubitable. Pero si uno verdaderamente malgasta sus energías motrices,
vitales, emocionales, mentales y volitivas, identificándose con todas las circunstancias de la
vida, etc., pues es obvio que nunca podrá organizar esos Cuerpos Psicológicos, en nosotros tan
indispensables para que dentro de sí mismos aparezca el Hombre.

Así que, cuando hablo de organizar la psiquis, debe saberse entender. Tenemos que manejar
energías, saberlas utilizar no identificarnos para no malgastar nuestras energías torpemente, no
olvidarnos de sí mismos.

Cuando uno se olvida de sí mismo, se identifica, y cuando se identifica, entonces, no puede dar
forma a la psiquis, no puede hacer, pues, que la psiquis -pues- se estructure inteligentemente
en sí misma, porque malgasta las energías torpemente. Esto es urgente entenderlo, mis
queridos hermanos.

Así pues, un Hombre verdadero es un Hombre que ha ahorrado sus energías y que, mediante
las mismas, ha podido crear los cuerpos existenciales superiores del Ser. Un Hombre verdadero
es aquel que ha recibido sus principios anímicos y espirituales, un hombre perfecto es aquel
que ha desintegrado, dijéramos, todos los elementos psíquicos inhumanos, y que en vez de
tales elementos indeseables, ha dado forma al hombre interior.

El hombre interior es lo que cuenta, el hombre interior recibe su pago, la Gran Ley le paga. El
hombre interior está despierto porque ha desintegrado el Ego; el hombre real, verdadero, que
se sacrifica por sus semejantes, obviamente consigue la iluminación.

Así, crear al Hombre es lo primero, es lo fundamental, y esto se consigue organizando la


psiquis. Pero muchos, en vez de dedicarse a organizar su propia psiquis íntima, se preocupan
exclusivamente por desarrollar poderes o shiddis inferiores. ¡Y eso es absurdo! ¿Con qué
vamos a empezar nosotros, a organizar la psiquis, o a desarrollar poderes inferiores? ¿Qué es
lo queremos? Tenemos que ser juiciosos nosotros en el análisis, juiciosos en nuestros anhelos.
Si es poderes lo que estamos buscando, perdemos el tiempo miserablemente. Creo que lo
fundamental es que organicemos nuestra psiquis inferior; eso es lo básico. Si ustedes lo
entienden en sí mismos y trabajan en sí mismos, conseguirán darle forma a la psiquis. Entonces
el hombre real, el hombre verdadero, habrá nacido en ustedes. Entiendan esto: mejor es que en
vez de andar buscando shiddis inferiores, o poderes inferiores, como decimos nosotros, demos
forma a la psiquis.

Hay un poder trascendental, que nace en cualquier hombre que verdaderamente ha trabajado
sobre sí mismo. Me refiero, en forma enfática, a la intuición. La intuición y cito esto para que
dejen ustedes de codiciar poderes.

Pero, ¿cual es esa facultad? Se nos ha dicho que está relacionada con la Glándula Pineal. No
lo niego, pero lo interesante es explicar cuales son sus funciones.

¿Cómo definiríamos la Intuición? "Percepción directa de la verdad, sin el proceso deprimente de


la opción". Bueno, está buena esa forma de definirla, pero la encuentro muy incipiente -la usan
todas las escuelitas por ahí, de tipo pseudo-esotérico y pseudo-ocultista, pero la analítica nos
invita a ahondar más en este asunto-.

¿Qué es la Intuición? Es una facultad de interpenetración, posiblemente Hegel, en su dialéctica,


trate de definirla con aquello de los "concretos universales", pero me parece mejor definirla con
la Filosofía China, de la raza amarilla, pues.

Una emperatriz china no entendía bien esta cuestión de la Intuición. Un sabio le explicó que era
la facultad de interpenetración, -está correcta esa definición, pero ella no la entendía-. Entonces
el sabio trajo una veladora encendida y la colocó en el centro de un recinto, y a su alrededor
colocó también diez espejos. Es claro que la lumbre de aquella veladora se reflejaba en un
espejo y ese espejo la proyectaba a otro espejo, y el otro espejo la proyectaba al otro, y el otro
al otro, y así total que los diez espejos mutuamente se proyectaban la luz, uno a otro. Se formó
un juego de luces maravilloso, un juego con interpenetración; la emperatriz entendió. He ahí la
facultad de la Intuición.

Si alguien ha logrado la aniquilación buddhista, si alguien ha conseguido fabricar los Cuerpos


Existenciales Superiores del Ser, si verdaderamente es un Hombre de verdad, en el sentido
trascendental de la palabra, entonces la facultad de interpenetración será en él un hecho.
Téngase en cuenta que uno está contenido en el Cosmos, mejor dicho, uno es una parte de un
Todo. Dentro del Microcosmos-Hombre, hay mucho, existe mucho, y sin embargo la totalidad de
uno, no es sino una parte del Todo. Ya sabemos que por ejemplo, dentro del Ayocosmos, o sea,
el Infinito, está contenido el Macrocosmos. Dentro del Macrocosmos, que es la Vía Láctea, está
contenido el Deuterocosmos, el Sistema Solar. Dentro del Deuterocosmos, está contenido el
Sol Cósmico, y dentro de éste, está contenido el Cosmos-Tierra, el Mesocosmos. A su vez,
dentro del Mesocosmos está contenido el Microcosmos-Hombre, y dentro del Microcosmos-
Hombre está contenido, pues, la vida de lo infinitamente pequeño: el Tritocosmos.

Como dentro de un Cosmos hay otro Cosmos, y dentro de ese Cosmos hay otro, y por todo hay
siete cosmos, unos contenidos en otros. De manera que dentro de nosotros hay un Cosmos
inferior -eso es claro: el Tritocosmos- y un Cosmos superior -eso es claro: el Mesocosmos-; es
decir, nosotros estamos entre un cosmos superior y un cosmos inferior.

Estamos también muy relacionados con nuestros padres, -pues nos dieron origen-. A su vez, de
nosotros devienen los hijos y los nietos; todos estamos interpenetrándonos mutuamente. Así, la
interpenetración es una ley, perfectamente definida por la dialéctica de Hegel, con sus famosos
conceptos que ya he dado forma, que ya he explicado.

Indubitablemente mis queridos amigos, la existencia de un mundo cualquiera, su nacimiento, su


desarrollo, su muerte, queda reflejándose también dentro del Hombre verdadero, que ha
logrado la aniquilación buddhista. Entonces, éste puede decir: "Bueno, conozco la historia de
ese planeta".

Todo el Mahanvantara puede reflejarse en la uña de un Hombre auténtico, y reflejarse con tanta
exactitud, que el Buda ese no ignore nada.

Todo lo que pueda suceder a una nación, puede reflejarse en la psiquis de un Hombre que ha
pasado por la aniquilación buddhista, y reflejarse con tanta precisión, con tanto detalle, que éste
-claro- no llegue a ignorar ni el más insignificante acontecer.

Así, pues, deduzcan ustedes, o infieran de lo que he dicho, lo que es la intuición, la facultad de
interpenetración.

Si conseguimos que toda la historia de esta Galaxia se refleje en nosotros, ¿ignoraríamos algo,
por ejemplo, en relación con la Galaxia? ¡Es claro que no! Y la Galaxia, con todos sus procesos,
puede reflejarse en nuestra psiquis, con tanta naturalidad, mis queridos hermanos, como la
veladora aquella del ejemplo que he puesto, que se reflejaba en los espejos, en los diez espejos
que sirvieron para ilustrar a la emperatriz. Si todas las criaturas pueden reflejarse en la psiquis
de un buddha de contemplación, es porque éste ya no tiene agregados psíquicos inhumanos
que desintegrar, entonces éste, de hecho, consigue -mediante la Intuición- eso que podríamos
definir como omnisciencia.

Llegar a la iluminación pues es posible, pero no olviden, mis queridos amigos, que la
iluminación, a su vez, tiene sus leyes. La razón de ser de la iluminación, es el Dharmadatu, es
decir el Dharma. Si uno se ha sacrificado por los mundos, si uno verdaderamente ha creado sus
Cuerpos Existenciales Superiores, si uno verdaderamente ha disuelto el Ego, claro, recibe
recompensa, pago, porque solamente en la región del Dharmadatu es posible la iluminación
interior profunda. Así pues, que como quiera que lo vital es que un día lleguen ustedes a la
iluminación, deben empezar desde ahora mismo por organizar su psiquis, eso es obvio.

Necesitamos que a través de nuestros trabajos, mediante la iluminación, un día podamos


nosotros dar el gran salto, para caer en el Vacío Iluminador. Distíngase entre la mecánica de la
relatividad y el Vacío Iluminador, lo importante para nosotros es escaparnos de este mundo de
la relatividad, de este mundo de causas y efectos, de este mundo donde reina el dolor, y
solamente es posible conseguir uno, dar el gran salto para caer en el Vacío Iluminador si
desintegra el Ego, si lo reduce a cenizas, si lo convierte en polvareda cósmica, si organiza su
psiquis, si le da forma a su psiquis, sólo así pude lograrlo.

El Vacío Iluminador es la máxima aspiración de nosotros, es la Gran Realidad, la vida libre en


su movimiento, más allá del cuerpo, de los afectos y de la mente. Incuestionablemente, el Vacío
Iluminador es lo supremo...

LOS MISTERIOS DE LA VIDA Y DE LA MUERTE

Vamos a comenzar la plática de esta noche; espero que todos pongan el "máximum" de
atención.

Voy a hablar hoy sobre los Misterios de la Vida y de la Muerte; ese es el objeto claro de esta
plática.

Vamos a hacer una plena diferenciación entre lo que es la Ley del Eterno Retorno de todas las
cosas, la Ley de la Transmigración de las almas, y la Ley de la Reencarnación, etc.

Ha llegado el momento de desglosar ampliamente todas estas cosas, a fin de que los
estudiantes se mantengan bien informados.

Es obvio que lo primero que uno necesita saber en la vida es ¿de dónde viene, para dónde va,
cuál es el objeto de la existencia, para qué existimos, por qué existimos? etc., etc., etc.

Incuestionablemente, si queremos nosotros saber algo sobre el destino que nos aguarda, sobre
lo que es la Vida en sí, se hace indispensable, primero que todo, saber qué es lo que somos;
eso es urgente, inaplazable, impostergable.

El cuerpo físico, en sí mismo, no es todo. Un cuerpo está formado por órganos y cada órgano
está compuesto por células; a su vez, cada célula está compuesta por moléculas y cada
molécula por átomos; si fraccionamos cualquier átomo, liberamos energía. Los átomos en sí
mismos, se componen de iones que giran alrededor de los electrones, de protones, de
neutrones, etc., etc., etc., todo eso los sabe la física nuclear.

En última instancia, el cuerpo físico se resume en distintos tipos y subtipos de energía, y eso es
interesantísimo. El mismo pensamiento humano es energía; del cerebro salen determinadas
ondas que pueden ser registradas sabiamente. Ya sabemos que los científicos miden las ondas
mentales con aparatos muy finos y se les cataloga en forma de micro-voltios. Así pues, en
última instancia nuestro organismo se resume en distintos tipos y sub-tipos de energía.

La llamada "materia" no es más que energía condensada por eso dijo Albert Einstein: "energía
es igual a masa, multiplicado por la velocidad de la luz al cuadrado"; y también afirmó en forma
enfática, que "la masa se transforma en energía y la energía se transforma en masa". Así que,
en última síntesis, la llamada "materia" no es más que energía condensada.

El cuerpo físico tiene un fondo vital orgánico. Quiero referirme, en forma enfática, al "Lingam
Sarira" de los teósofos, a la condensación Bio-Termo-Electromagnética. Cada átomo del
Cuerpo Vital penetra cada átomo del cuerpo físico y lo hace vibrar y centellear. El Doble Vital o
Cuerpo Vital, es realmente una especie de doble orgánico. Si por ejemplo un brazo de ese
Doble Vital se sale del brazo físico, sentimos que la mano se nos duerme, que el brazo se nos
duerme, pero al volver ese brazo vital a entrar dentro del brazo físico, al penetrar cada átomo
del Cuerpo Vital dentro de cada átomo del cuerpo físico, se produce una vibración, la vibración
esa que siente uno cuando se le duerme un brazo y tiene uno que despertarlo, una especie de
"hormigueo" por decirlo así.

Bien, si se le sacara definitivamente el Cuerpo Vital a una persona física, y no se le volviese a


traer, moriría la persona física. Así que resulta interesante esto del Cuerpo Vital; sin embargo,
tal cuerpo no es más que la sección superior del cuerpo físico, es dijéramos, la parte
tetradimensional del cuerpo físico. Los vedantinos consideran al Cuerpo Vital y al físico como un
todo, como una unidad.

Un poco más allá pues, de este cuerpo físico con su asiento vital orgánico, tenemos nosotros al
Ego. En sí mismo, el Ego es una suma de diversos elementos inhumanos que en nuestro
interior cargamos; es obvio que a tales "elementos" los denominamos Ira, Codicia, Lujuria,
Envidia, Orgullo, Pereza, Gula, etc., etc., etc. Son tantos nuestros defectos, que aunque
tuviésemos mil lenguas para hablar y paladar de acero, no acabaríamos de enumerarlos a
todos cabalmente. Así pues, que el Ego no es más que eso.

Hay gentes que entronizan al Ego en el corazón y le hacen un altar y le adoran; son
equivocados sinceros que suponen que el Ego en sí mismo es divinal, y en eso están
perfectamente equivocados.

Hay quienes dividen al "yo", en dos: "yo superior", "yo inferior", y quieren que el "yo superior"
controle al "yo inferior". No quieren darse cuenta esas gentes, no quieren darse cabal cuenta
tales personas, que "sección inferior" y "sección superior" de una misma cosa, son la misma
cosa.

El "yo", en sí mismo, es tiempo; el "yo", en sí mismo, es un libro de muchos tomos; en el "yo"


están todas nuestras aberraciones, todos nuestros defectos, aquello que hace de nosotros
verdaderos animales intelectuales en el sentido más completo de la palabra.

Algunos dicen que el "Alter Ego" es divino y le adoran; es otra forma, pues, de buscar
escapatorias para salvar al "yo", para divinizarlo, porque el "yo" es el "yo", y eso es todo.

La muerte, en sí misma, es una resta de quebrados; terminada la operación matemática, lo


único que continúa son los "valores". Estos "valores" son positivos, y negativos también; los hay
buenos y los hay malos. La Eternidad se los traga, los devora; en la Luz Astral, los "valores" se
atraen y repelen, de acuerdo con las Leyes de la Imantación Universal. Los "valores" son los
mismos elementos inhumanos que constituyen el Ego; estos "elementos" a veces chocan entre
sí, o simplemente se atraen o repelen.

La muerte es el regreso al punto original de partida. Un hombre es lo que es su vida; si un


hombre no trabaja su propia vida, si no trata de modificarla, obviamente está perdiendo el
tiempo miserablemente, porque el hombre no es más que eso: lo que es su vida. Nosotros
debemos trabajar nuestra propia vida para hacer de ella una Obra Maestra.

La vida es como una película; cuando termina la película, nos la llevamos para la Eternidad; en
la Eternidad revivimos nuestra propia vida, que acaba de pasar. Durante los primeros días, el
desencarnado, el difunto, suele ver la casa donde murió y hasta habita en ella. Si murió por
ejemplo de 80 años de edad, seguirá viendo a sus nietos, sentándose a la mesa, etc., es decir,
el Ego estará perfectamente convencido de que todavía está vivo y no hay nada en la vida que
logre convencerle de lo contrario. Para el Ego nada ha cambiado, desgraciadamente; él ve la
vida como siempre. Sentado por ejemplo, ante la mesa del comedor, pedirá sus alimentos
acostumbrados. Obviamente, no lo verán sus "dolientes", pero el subconsciente de sus
familiares sí responderá; ese subconsciente pondrá en la mesa los indicados alimentos. Es
obvio que no va a poner alimentos físicos, porque eso sería imposible, pero sí pone formas
mentales, muy similares a las de los alimentos que el difunto acostumbraba a consumir.

Puede ver un velorio el desencarnado; jamás supondría que ese velorio tenga algo que ver con
él, más bien piensa que tal velorio corresponde a alguien que murió, a otra persona, más nunca
creería que correspondería a él; él se siente tan vivo, que ni remotamente sospecha su
defunción. Si sale a la calle, verá las calles tan absolutamente iguales, que nada podría hacerle
pensar que ha sucedido algo. Si va a una iglesia, verá allí al "cura" diciendo misa, asistirá al rito
y muy tranquilo saldrá de la iglesia, perfectamente convencido de que está vivo, nada podría
hacerle pensar que ha muerto. Aun más: si alguien le hiciese tamaña afirmación, él sonreiría
escéptico, incrédulo, no aceptaría la afirmación que se le hiciese.

Tiene que revivir en el Mundo Astral, el difunto, toda la existencia que acaba de pasar; pero la
revive en una forma tan natural y a través del tiempo, que el difunto, identificado con la misma,
de verdad saborea cada una de las edades de la vida que terminó. Si era de 80 años, por
ejemplo, por un tiempo estará acariciando a sus nietos, sentándose a la mesa, acostándose en
su consabida cama, etc., pero a medida que va pasando el tiempo, él va adaptándose a otras
circunstancias de su propia existencia. Pronto se sentirá viviendo la edad de 79 años, o de los
77, o de los 60, etc., y si vivió en otra casa, a la edad de los 60 años, pues se verá viviendo en
aquella otra casa y dirá lo mismo que dijo, y hasta su aspecto psicológico asumirá el aspecto
que tenía cuando era de 60 años, y si vivió a la edad de 50 años en otra ciudad, pues a esa
edad se verá, en esa edad, reviviéndola en esa otra casa y así sucesivamente, a tiempo que su
aspecto psicológico, su fisonomía, va transformándose, de acuerdo con la edad que tenga que
revivir. A la edad de 20 años, por ejemplo, tendrá exactamente la fisionomía que tuvo cuando
era de 20 años, y a la edad de 10 años se verá hecho un niño, y cuando llegue el instante,
pues, en que haya terminado de revisar su existencia pasada, su vida toda habrá quedado
reducida a sumas y restas y operaciones matemáticas; esto es muy útil para la Conciencia.

En estas condiciones, el difunto tendrá prácticamente que presentarse, pues, ante los
Tribunales de la Justicia Objetiva o de la Justicia Celestial; tales Tribunales son perfectamente
distintos a los de la Justicia Subjetiva o terrenal. En los Tribunales de la Justicia Objetiva solo
reina, de verdad, la Ley y la Misericordia, porque es obvio que al lado de la Justicia siempre
está la Misericordia.

Tres caminos se abren ante el difunto: el primero, unas vacaciones en los Mundos Superiores,
este camino es para gentes que se lo merecen de verdad. Segundo, pues retornar en forma
mediata o inmediata a nueva matriz. Tercero, descender a los Mundos Infiernos, hasta la
"Muerte Segunda" de que habla el "Apocalipsis" de San Juan y el Evangelio del Cristo.

Obviamente, quienes logran el ascenso a los Mundos Superiores, pasan por una temporada de
gran felicidad. Normalmente el Alma, o lo que dijéramos la Conciencia, se encuentra
embotellada entre el "yo" de la psicología experimental, entre el Ego, que como ya les dije a
ustedes, es una suma de distintos elementos inhumanos. Más sucede que aquéllos que suben
a los Mundos Superiores, abandonan al Ego temporalmente; en estos casos el Alma o
Conciencia o Esencia, o como queramos llamarla, sale dentro de ese calabozo horrible que es
el Ego, el "yo", para ascender al famoso "Devachán" de que nos hablaran los indostanes: una
región de felicidad inefable en el Mundo de la Mente Superior del Universo. Allí se goza de una
auténtica felicidad, allí se encuentran los desencarnados con sus familiares que abandonaron
hace tiempo; encuentran, dijéramos, lo que podríamos decir el Alma de ellos. Posteriormente, la
Conciencia, la Esencia, o Alma, o como queramos llamarla, abandona también el Mundo de la
Mente para entrar en el Mundo de las Causas Naturales.

El Mundo Causal es grandioso, maravilloso; en el Mundo Causal resuenan todas las armonías
del Universo, allí se sienten, en verdad, las melodías del Infinito. Sucede que en cada planeta
hay múltiples sonidos, pero todos ellos entre sí, sumados, dan una nota-síntesis, que es la nota-
clave del planeta. El conjunto de notas-claves de cada Mundo, resuena maravillosamente entre
el coral inmenso del espacio estrellado y esto produce un gozo inefable en la Conciencia de
todos aquellos que disfrutan la dicha en el Mundo Causal.

También encontramos, en el Mundo de las Causas Naturales, a los Señores de la Ley, a los
que castigan y premian a los pueblos y a los hombres. Encontramos, en el Mundo de las
Causas Naturales, a los verdaderos Hombres, a los Hombres Causales; allí los hallamos,
trabajando por la humanidad. Encontramos, en el Mundo de las Causas Naturales, a los
"Principados", a los Príncipes de los elementos, a los Príncipes del fuego, del aire, de las aguas
y de la tierra.
La vida palpita, intensivamente, en el Mundo de las Causas Naturales. El Mundo Causal es
precioso en sí mismo; un azul profundo, intenso como el de una noche llena de estrellas,
iluminada por la Luna, resplandece pues incesantemente en el Mundo de las Causas Naturales.
No quiero decir que no hayan otros colores; sí los hay, pero el color básico fundamental, es el
azul intenso, profundo, de una noche luminosa y estrellada.

Quienes viven en esa región, son felices en el sentido más trascendental de la palabra; pero
todo premio a la larga se agota, cualquier recompensa tiene un límite y llega el instante, claro
está, en que el Alma que ha entrado en el Mundo Causal debe retornar, regresar y descender
inevitablemente, para meterse nuevamente dentro del Ego, dentro del "yo" de la psicología
experimental. Posteriormente, esa clase de Almas vienen a impregnar el huevo fecundado, para
formar un nuevo cuerpo físico; se reincorporan en un nuevo cuerpo físico, vuelven al mundo.

Otro es el camino que aguarda a los que descienden a los Mundos Infiernos. Se trata de gentes
que ya cumplieron su tiempo, su ciclo de manifestación, o que fueron demasiado perversas;
tales gentes involucionan indubitablemente, dentro de las entrañas de la Tierra.

El Dante Alighieri nos habla, en su "Divina Comedia", de los nueve círculos dantescos y él ve
esos nueve círculos dentro del interior de la Tierra. Nuestros antepasados de Anawak, en la
gran Tenochtitlan, hablan claramente del "Miktlan", es la región infernal que ellos también
ubican en el interior mismo de nuestro globo terrestre.

A diferencia, pues, de algunas otras sectas o religiones, para nuestros antepasados de Anawak,
como hemos visto en sus códices, el paso por el "Miktlan" es obligatorio y lo consideran,
sencillamente, como un mundo de probación, donde las Almas son probadas, y si logran pasar
por los nueve círculos, incuestionablemente ingresarán al "Eden", o sea, al "Paraíso Terrenal".

Para los sufíes mahometanos, el infierno no es tampoco un lugar de castigo, sino de instrucción
para la Conciencia, y de purificación. Para el cristianismo, en todos los rincones del mundo, el
infierno es un lugar de castigo y de penas eternas; sin embargo, el Círculo Secreto del
cristianismo, la parte oculta de la religión cristiana, es diferente. En la parte oculta de cualquier
movimiento cristiano, en la parte íntima o secreta, se encuentra la Gnosis. El Gnosticismo
Universal ve el infierno, no como un lugar de penas eternas y sin fin, sino como un lugar de
expiación, de purificación y de ilustración a su vez para la Conciencia.

Obviamente, tiene que haber dolor en los Mundos Infiernos, puesto que la vida es terriblemente
densa, dentro del interior de la tierra y sobre todo en el noveno círculo, donde está el núcleo,
dijéramos, concreto, de una materia terriblemente dura; allí se sufre lo indecible. En todo caso,
quienes ingresan a la involución sumergida del Reino Mineral, tarde o temprano deben pasar
por eso que se llama, en el Evangelio Crístico, la "Muerte Segunda".

No hemos pensado jamás en el Gnosticismo Universal, al estudiar esta cuestión del "infernus"
dantesco, en que no tenga pues un límite el castigo. Consideramos que Dios, siendo
eternamente justo, no podría cobrarle a nadie más de lo que debe, pues toda culpa, por grave
que sea, tiene un precio; pagado su precio, nos parecería absurdo seguir pagando. Aquí mismo
en nuestra justicia terrenal, que no es sino una justicia perfectamente subjetiva, vemos que si
un preso entra a la cárcel por tal o cual delito, una vez que pagó su delito se le da la boleta de
libertad; ni las mismas autoridades terrenales aceptarían que un preso continuara en la cárcel
después de haber pagado el delito. Se han dado casos de presos que se acomodan tanto en la
prisión, que llegado el día de su salida, no han querido salir; entonces ha habido que sacarlos a
la fuerza.

Así pues, toda falta por muy grave que sea tiene un precio. Si los jueces terrenales saben esto,
¿cuánto más no lo sabría la Justicia Divinal? Por muy grave que haya sido el delito, o los delitos
que alguien haya cometido, pues tiene su precio; pagado el precio, pues está la boleta de
libertad a la orden. Si no fuera así, Dios sería entonces un gran tirano y bien sabemos nosotros
que al lado de la Justicia Divina nunca falta la Misericordia. No podríamos en modo alguno
calificar a Dios como "tirano"; tal proceder sería equivalente a blasfemar y a nosotros
francamente, no nos gusta la blasfemia.

Así que, la "Muerte Segunda" es el límite del castigo en el infernus dantesco. Que a este
infernus se le llame "Tartarus" en Grecia, o que se le llame "El Averno" en Roma, o "El Avitchi"
en el Indostán, o "El Miktlan" en la antigua Tenochtitlan, importa poco. Cada país, cada religión,
cada era o cada cultura, ha sabido de la existencia del infernus y le ha calificado siempre con
algún nombre. Para los antiguos habitantes de la gran "Hesperie", como vemos nosotros al leer
la divina "Eneida" de Virgilio, el poeta de Mantúa, el infernus es la morada de Plutón, es aquella
región cavernosa donde Eneas el troyano encontrara a Dido, aquella reina que se mató por
amor, enamorada del mismo, después de haber jurado lealtad a las cenizas de Siqueo.

La "Muerte Segunda", en sí misma, suele ser muy dolorosa. El Ego siente que se vuelve
pedazos, los dedos se caen, y sus brazos, sus piernas. Sufre un desmayo tremendo; momentos
después la Esencia, lo que hay de Alma metida dentro del Ego, asume infantil figura; entonces
se torna como un Gnomo o Pigmeo, para ingresar en la evolución de los Elementales
minerales.

Elementales de la Naturaleza los hay de variadas clases. Autoridad en esa materia tenemos a
Franz Hartman; bastante interesante es su libro escrito -"Los Elementales", precisamente-.
Tenemos a Paracelso, el gran médico Felipe Teofrasto Bombastro de Honheneim Aureola
Paracelso. En todo caso, los Elementales son las Conciencias de los elementos, porque bien
sabemos que los elementos -fuego, aire, agua, tierra-, no son algo meramente físico, como
suponen los "ignorantes ilustrados, sino más bien, dijéramos, vehículos de Conciencias
sencillas, simples, primigenias, dijéramos, en el sentido más transcendental de la palabra. Así
que, los Elementales son principios concientivos de los elementos, en el sentido trascendental
de la palabra, y eso es todo.

Ahora bien, continuemos con nuestra explicación. Es obvio que quienes han pasado por la
"Muerte Segunda" y salen a la superficie del mundo, reinician nuevos procesos evolutivos que
indubitablemente, habrán de empezar por el mineral, por la piedra, proseguirán en el vegetal,
continuarán en el animal y por último tendrán acceso a la vida humana, se reconquistará el
estado humano, o "humanoide" que otrora se perdiera.

Resulta interesantísimo ver a esos gnomos o pigmeos entre las rocas; parecen pequeños
enanitos, con sus grandes libros y su lengua barba blanca. Obviamente, esto que nosotros
decimos, que he dicho en pleno siglo veinte, pues resulta bastante extraño, porque la gente se
ha vuelto ahora tan complicada, la mente se ha desviado tanto de las sencillas verdades de la
Naturaleza, que es difícil que ya pueda aceptar de buena gana estas cosas. Más bien este tipo
de conocimientos los aceptan las gentes simples, sencillas, aquellos que no tienen tantas
complicaciones en el intelecto.

En todo caso, quiero decirles que los Elementales minerales, cuando ya ingresan en la
evolución vegetal, se hacen interesantísimos. Cada planta es el cuerpo físico de un Elemental
vegetal; esos Elementales de las plantas, tienen Conciencia, son inteligentes, y hay grandes
esoteristas que saben manipularlos o manejarlos a voluntad. Resultan bellísimos; quienes los
conocen, pueden por medio de ellos actuar sobre los elementos de la Naturaleza.

Un poco más allá de los Elementales vegetales, tenemos a los Elementales del reino animal.
Indubitablemente, sólo los Elementales vegetales avanzados tienen derecho a ingresar en
organismo animales y siempre se comienza la evolución, en el reino animal, por organismos
simples, sencillos, pero a medida que se va evolucionando, se va también complicando la vida y
llega el instante en que el Elemental animal puede tomar cuerpos orgánicos muy complejos.
Posteriormente, se reconquista el estado humano que otrora se perdiera. Al llegar a este
estadío, se le asignan a los Elementales, a la Esencia, a la Conciencia, al Alma -como ustedes
quieran definirla o explicarla- 108 existencias nuevamente para su Auto-Realización Intima. Si
durante las 108 existencias nuevas no se consigue la Auto-Realización Intima del Ser, prosigue
la rueda de la vida girando y entonces se desciende nuevamente entre las entrañas del reino
mineral, con el propósito de eliminar -de la Esencia- los elementos indeseables que en una u
otra forma se aderieron a la psiquis, y se repite el mismo proceso.

Conclusión: la rueda gira 3.000 veces. Si en 3.000 ciclos, de 108 existencias cada uno, cada
ciclo, no se auto-realizan las Esencias, toda puerta se cierra y la Esencia misma, convertida
simplemente en un Elemental inocente, se sumerge entre el seno de la Gran Realidad, es decir,
entre el Gran Alaya del Universo, entre el Espíritu Universal de Vida o Parabrahatman, como le
denominan los indostanes, la Gran Realidad.
Esta es la vida, pues, de los que descienden al interior de la Tierra, después de la muerte.
Vemos pues, que después de la desencarnación unos suben a los Mundos Superiores para
unas vacaciones, otros descienden en las entrañas de la tierra y hay otros que se retornan en
forma mediata o inmediata, se reincorporan, vuelven para repetir, de inmediato también, su
existencia aquí, en este mundo.

Mientras uno tenga que retornar o regresar, pues tiene que repetir su propia vida. Ya vimos que
la muerte es el regreso al punto de partida original; ya les expliqué también que después de la
muerte, en la Eternidad, en la Luz Astral, dijéramos, tenemos que revivir la existencia que acaba
de pasar. Ahora les diré que al volver, al retornar, al regresar, tenemos que repetir otra vez, en
el tapete de la vida, o sobre el tapete de la existencia, toda nuestra misma vida.

P.- Venerable Maestro: Usted nos ha hablado del descenso de las Almas o Esencias al interior
de la Tierra y de su posterior evolución, al salir del infernus, por los reinos mineral, vegetal y
animal, hasta reconquistar el estado humano. También ha hablado de regresar esas Esencias,
después de la muerte. ¿En cual de los dos casos se refiere usted a la Doctrina de la
Transmigración de las Almas?

R.- Bueno, en el primer caso mencioné únicamente la ley de la Transmigración de las Almas y
aquéllas -Almas- que cumplían el ciclo de las 108 existencias, que les tocaba descender entre
las entrañas del mundo y que posteriormente, muerto el Ego, volverían a evolucionar desde el
mineral hasta el hombre. Esa es la Doctrina de la Transmigración de las Almas.

Ahora estoy hablando de la Doctrina del Eterno Retorno de todas las cosas, junto con esa otra
Ley que se llama la "Doctrina de la Recurrencia". Si uno, en vez de descender entre las
entrañas del mundo, retorna en forma mediata o inmediata, aquí, al mundo, es obvio que tendrá
que repetirse, sobre el tapete de la existencia, sobre el tapete del mundo, su misma vida, la vida
que finalizó.

Ustedes me dirán que eso es demasiado aburridor. Todos estamos aquí, repitiendo lo que
hicimos en la pasada existencia, en el pasado retorno. ¡Claro que sí es tremenda aburridor!
Pero los culpables somos nosotros mismos, porque como ya les he dicho, un hombre es lo que
es su vida; si nosotros no modificamos la vida, tendremos que estarla repitiendo
incesantemente.

Desencarnamos y volvemos a tomar cuerpo físico, ¿Para qué? Para repetir lo mismo. Y
volvemos a desencarnar para volver a tomar cuerpo y repetir lo mismo, y llega el día en que
tenemos que irnos "con nuestra música a otra parte", tenemos que descender entre las
entrañas del mundo, hasta la "Muerte Segunda". Pero uno puede evitar estas repeticiones;
estas repeticiones es lo que se conoce como la "Ley de Recurrencia": todo vuelve a ocurrir, tal
como sucedió. Pero ¿por qué? dirán ustedes, ¿por qué tiene que repetirse lo mismo? Bueno,
esto merece una explicación.

Ante todo quiero que sepan que el "yo" no es algo meramente autónomo o auto-consciente, o
dijéramos muy individual. Ciertamente, el "yo" es una suma de "yoes". La psicología común y
corriente, la psicología oficial, piensa en el "yo" como una totalidad; nosotros pensamos en el
"yo" como una suma de "yoes", porque uno es el "yo" de la Ira, otro es el "yo" de la Codicia, otro
es el "yo" de la Lujuria, otro es el "yo" de la Envidia, otro es el "yo" de la Pereza, otro es el "yo"
de la Gula; son distintos "yoes", no hay un solo "yo", sino varios "yoes" dentro de nuestro
organismo.

Es obvio que la pluralidad del "yo" le sirve de fundamento, pues, a la "Doctrina de los muchos",
tal como se enseña en el Tíbet Oriental. En apoyo de la "Doctrina de los muchos", está el Gran
Kabir Jesús. Dicen que él sacó del cuerpo de María Magdalena siete demonios; no hay duda
que se trata de los "siete pecados capitales": Ira, Codicia, Lujuria, Envidia, Orgullo, Pereza,
Gula. Cada uno de esos siete es cabeza de legión y como ya les dije, aunque tuviéramos mil
lenguas para hablar y paladar de acero, no alcanzaríamos a enumerar todos nuestros defectos
cabalmente.

Cada defecto es un "yo" en sí mismo; así que tenemos muchos "yoes-defectos". Si calificamos
de "demonios" a tales "yoes-defectos", pues no estamos equivocados.

En el Evangelio Crístico, se le pregunta al poseso por su nombre verdadero y contesta: "¡Soy


legión, mi verdadero nombre es legión!" Así cada uno de nosotros, en el fondo, es legión y cada
"yo-demonio" de la legión quiere controlar el cerebro, quiere controlar los cinco centros
principales de la máquina orgánica, quiere descollar, subir, trepar al tope de la escalera,
hacerse sentir, etc.

Cada "yo-demonio" es como una persona dentro de nuestro cuerpo; si decimos que dentro de
nuestra personalidad viven muchas personas, no estamos equivocados; en verdad, así es.

Así que, la repetición mecánica de los diversos eventos de nuestra pasada existencia, se debe
ciertamente a la multiplicidad del "yo". Vamos a situar casos concretos: supongamos que en
una pasada existencia, a la edad de 30 años, nos peleamos con otro sujeto en la cantina -caso
común de la vida-. Obviamente, el "yo-defecto" de la Ira fue el personaje principal de la escena.
Después de la muerte, ese "yo-defecto" continúa en la Eternidad y en la nueva existencia, ese
"yo-defecto" permanece en el fondo de nuestra subconsciencia, aguardando que llegue la edad
de los 30 años para volver a una cantina; en su interior hay resentimiento y desea encontrar al
sujeto de aquel evento. A su vez, el otro sujeto, el que tomó parte del evento aquel trágico,
"cantinero", también tiene su "yo" -el "yo" que quiere vengarse, que permanece en el fondo del
subconsciente, aguardando el instante ese de entrar en actividad-.

Conclusión, llegada la edad de los 30 años, el "yo" del sujeto, el "yo-ira", el "yo" que formó parte
de aquel evento trágico, metido en el subconsciente dice: "Tengo que encontrarme con aquel
hombre". A su vez, él dice: "Yo tengo que encontrarme con ese". Y telepáticamente ambos se
ponen de acuerdo, y al fin se dan telepáticamente cita en alguna cantina, se encuentran
físicamente, personalmente, en la nueva existencia, y repiten la escena, tal como sucedió en la
pasada existencia.

Todo esto se ha hecho a espaldas de nuestro intelecto, por debajo de nuestro intelecto, está por
debajo de nuestro razonamiento. Sencillamente hemos sido arrastrados a una tragedia, hemos
sido arrastrados a la tragedia, hemos sido llevados, inconscientemente, a repetir lo mismo.

Ahora tengamos el caso de que alguien, a la edad de 30 años, en su pasada existencia tuvo
una aventura amorosa un hombre que tuvo una aventura con una dama. El "yo" aquel de la
aventura continúa vivo después de la aventura, y después de la muerte continúa vivo en la
Eternidad. Al regresar, al reincorporarnos en un nuevo organismo, aquel "yo" de la aventura
sigue vivo, aguarda en el fondo del subconsciente, en los repliegues más bien inconscientes de
la vida de la psiquis. En momento de entrar en una nueva actividad, y al llegar a la edad de la
aventura pasada, es decir a los 30 años, dice: "bueno, ahora sí es el momento, ahora voy a salir
a buscar la dama de mis ensueños". A su vez, el "yo" de la dama de sus ensueños, el de la
aventura, dice lo mismo: "este es el instante, voy a buscar a aquel caballero". Y por debajo de la
razón, los dos "yoes" se las arreglan telepáticamente, ambos se hacen la cita y arrastran cada
uno la personalidad, todo eso a espaldas de la inteligencia, todo a espaldas del misnisterio de la
intelectualidad, viene el encuentro y se repite la aventura.

Así que nosotros en verdad, aunque parezca increíble, no hacemos nada, todo nos sucede,
como cuando llueve, como cuando truena.

Un pleito que uno haya tenido por bienes terrenales, digamos, por nada casi, el "yo" de aquel
pleito, después de la muerte sigue vivo y en la nueva existencia sigue vivo, está escondido en
los repliegues de la mente, aguardando el instante de entrar en actividad. Si aquel pleito fue a la
edad de 50 años, aguarda a que lleguen los 50 años y a la edad de 50 años dirá: "este es mi
momento" y seguro que aquel con quien tuvo el pleito dirá también que "es el momento", y se
reencuentran para otro pleito similar y repiten la escena. Entonces, nosotros realmente ni
siquiera tenemos un libre albedrío, todo nos sucede, repito, como cuando llueve o como cuando
truena.
Hay un pequeño margen de libre albedrío, es muy poco. Imagínense ustedes, por un momento,
un violín metido en dentro de un estuche: hay un margen muy mínimo para ese violín. Así es
también nuestro libre albedrío: es casi nulo, lo que hay es un pequeño margen, imperceptible,
que si lo sabemos aprovechar, puede suceder entonces que nos transformemos radicalmente y
nos liberemos de la Ley de Recurrencia; pero hay que saberlo aprovechar.

¿Cómo? En la vida práctica tenemos que volvernos nosotros un poquito más auto-
observadores. Cuando uno acepta que tiene una psicología, comienza a observarse a sí mismo
y cuando alguien comienza a observarse a sí mismo, comienza también a volverse diferente a
todo el mundo.

Es en la calle, es en la casa, es en el trabajo donde nuestros defectos, esos defectos que


llevamos escondidos afloran espontáneamente, y si estamos alertas y vigilantes, como el vigía
en época de guerra, entonces los vemos. Defecto descubierto, debe ser enjuiciado a través del
análisis, de la reflexión y de la meditación íntima del Ser con el objeto de comprenderlo. Cuando
uno comprende a tal o cual "yo-defecto", entonces está debidamente preparado para
desintegrarlo atómicamente.

¿Es posible desintegrarlo? Sí es posible, pero necesitamos de un poder que sea superior a la
mente, porque la mente por sí misma no puede alterar, fundamentalmente, ningún defecto
psicológico. Puede rotularlo con distintos nombres, puede pasarlo de un nivel a otro del
entendimiento, puede ocultarlo de sí misma o de los demás, puede justificarlo o condenarlo etc.,
pero jamás alterarlo radicalmente. Necesitamos de un poder que sea superior a la mente, un
poder que pueda desintegrar cualquier "yo-defecto"; ese poder está latente en el fondo de
nuestra psiquis, sólo es cuestión de conocerlo para aprenderlo a usar. A tal poder en oriente, en
la India, se le denomina "Devi Kundalini", "la Serpiente Ignea de nuestros mágicos poderes". En
la gran Tenochtitlan, se la denominaba "Tonantzin"; entre los alquimistas medievales recibe el
nombre de "Stella Maris", la "Virgen del Mar"; entre los hebreos tal poder recibía el nombre el
nombre de "Adonia"; entre los Cretenses se le conocía con el nombre de "Cibeles"; entre los
egipcios era "Isis, la Madre Divina, a quien ningún mortal ha levantado el velo"; entre los
cristianos es María, Maya, es decir, Dios Madre.

Hemos pensado nosotros muchas veces en Dios como Padre, pero bien vale la pena pensar en
Dios como Madre, como Amor, como Misericordia. Dios Madre habita en el fondo de nuestra
psiquis, es decir, está en el Ser. Podría decirles que Dios Madre es una parte de nuestro propio
Ser, pero derivado.

Distíngase entre el Ser y el "yo". El Ser y el "yo" son incompatibles, son como el agua y el
aceite, que no pueden mezclarse. El Ser es el Ser y la razón de ser del Ser, es el mismo Ser. El
Ser es lo que es, lo que siempre ha sido y lo que siempre será; es la vida que palpita en cada
átomo, como palpita en cada Sol.
Así pues, Dios Madre es una variante de nuestro propio Ser, pero derivado. Esto significa que
cada cual, o significa de hecho que cada cual tiene su Madre Divina particular, individual.
Kundalini, le dicen los indostanes, estoy de acuerdo con este término. Considero que nosotros
podemos encontrar a la Divina Madre Kundalini en meditación profunda, y suplicarle entonces
que desintegre aquel "yo-defecto" que hemos comprendido perfectamente, a través de la
meditación. Las Divina Madre Kundalini procederá y lo desintegrará, lo reducirá a polvareda
cósmica. Al desintegrar un defecto, libera esencia anímica, pues dentro de cada "yo-defecto"
hay cierto porcentaje de esencia anímica embotellada. Pero si se desintegra un defecto, se
libera esencia anímica; si se desintegran dos defectos, pues de libera más esencia anímica, y si
se desintegran todos los defectos psicológicos que cargamos en nuestro interior, entonces
liberamos totalmente la Conciencia.

Una Conciencia liberada es una Conciencia que despierta. Una Conciencia despierta, es una
Conciencia que podrá ver oír, tocar y palpar los grandes Misterios de la Vida y de la Muerte; es
una Conciencia que podrá experimentar por misma y en forma directa, eso que es lo Real, eso
que es la Verdad, eso que está más allá del cuerpo, de los afectos y de la mente.

Cuando a Jesús el gran Kabir, Pilatos le preguntara cuál es la Verdad, guardó silencio, y
cuando al Budha Gautama Sakyamuni, el príncipe Sidharta, le hicieron la misma pregunta, dio
la espalda y se retiró. La Verdad es lo desconocido de momento en momento, de instante en
instante; sólo con la muerte del Ego, adviene a nosotros eso que es la Verdad.

La Verdad hay que experimentarla, como cuando uno mete el dedo en la lumbre y se quema.
Una teoría, por muy bella que sea, con respecto a la Verdad no es la Verdad; una teoría, digo, o
una opinión, por muy venerable o respetable que sea, con relación a la Verdad tampoco es la
Verdad. Cualquier idea que tengamos, con respecto a la Verdad no es la Verdad, aunque la
idea sea muy luminosa. Cualquier tesis que nosotros podamos plantear sobre la Verdad,
tampoco es la Verdad. La Verdad hay que experimentarla, repito, como cuando uno mete el
dedo en la lumbre y se quema. Esta más allá del cuerpo, de los afectos y de la mente, y la
Verdad sólo puede ser experimentada en ausencia del "yo psicológico"; sin haber disuelto el
"yo", no es posible la experiencia de lo Real. El intelecto, por muy brillante que sea, por muy
hermosas teorías que posea, no es la Verdad. Como dijera Goethe, el creador del "Fausto":
"toda teoría es gris y sólo es verde el árbol de dorados frutos que es la vida".

Así que nosotros necesitamos desintegrar el Ego de la psicología para liberar la Conciencia;
sólo así podremos llegar a experimentar la Verdad.

Jesús el Cristo dijo: "Conoced la Verdad y ella os hará libres". Nosotros necesitamos
experimentarla directamente. Cuando alguien consigue de verdad destruir el Ego, se libera de la
Ley de Recurrencia, hace de su vida una obra maestra, se convierte en un genio, en un
iluminado, en el sentido más completo de la palabra. Cuando alguien libera su Conciencia,
obviamente conoce la Verdad. Hay que liberarla, y no es posible liberarla si no se disuelve el
"yo" de la psicología.

Quienes alaban al "yo", son ególatras por naturaleza y por instinto. Al "yo" lo alaban los
mitómanos porque son mitómanos; al "yo" lo alaban los paranoicos, porque son paranoicos y
los ególatras porque son ególatras.

La vida, sobre la faz de la Tierra, sería distinta si nosotros disolviéramos el Ego, el "yo";
entonces la Conciencia de cada uno despierta, iluminada, irradiaría amor y habría paz sobre la
faz de la Tierra.

La paz no es cuestión de propagandas, ni de apaciguamientos, ni de ejércitos, ni de "O.E.A.S.",


ni de "ONUS", ni nada por el estilo; la paz es una substancia que emana del Ser, que viene de
entre las entrañas mismas del Absoluto. No puede haber paz sobre la faz del mundo, no podrá
haber verdadera tranquilidad en todos los rincones de la Tierra, en tanto los factores que
producen guerras existan en el interior de nosotros. Es claro que mientras dentro de cada uno
de nos haya discordia, en el mundo habrá discordia.

La masa no es más que una extensión del individuo; lo que es el individuo, es la masa y lo que
es la masa exterior, es el mundo. Si el individuo se transforma, si el individuo elimina de sí
mismo los elementos del odio, del egoísmo, de la violencia, de la discordia, etc., es decir, si
consigue destruir el Ego para que su Conciencia quede libre, sólo habrá en él eso que se llama
"Amor". Si cada individuo de los que pueblan la faz de la Tierra disolviera el Ego, las masas
serían masas de Amor, no habrían guerras, no habrían odios; pero no podrá en verdad haber
paz en el mundo, mientras exista el Ego.

Algunos afirman que desde el año 2.001 ó 2.007 en adelante, vendrá la era de la fraternidad,
del amor y la paz. Pero yo, pensando aquí en voz alta, me pregunto a mí mismo, y hasta les
pregunto a ustedes: ¿de dónde van a sacar esa era de fraternidad, de amor y de paz entre "los
hombres de buena voluntad"? ¿Creen ustedes acaso que el Ego de la psicología con sus odios,
con sus rencores, con sus envidias, con sus ambiciones, con sus lujurias, etc., puede crear una
edad de amor, de felicidad, etc., etc.? ¿Podría acaso darse ese asunto? ¡Obviamente que no!

Si queremos de verdad la paz en el mundo, pues tenemos que morir en sí mismos, tiene que
destruirse en nosotros lo que tenemos de inhumanos: el odio que cargamos, las envidias, los
celos espantosos, esa ira que nos hace tan abominables, esa fornicación que nos hace tan
bestiales, etc. Más en tanto continúen existiendo tales factores dentro de nuestra psiquis, el
mundo no podrá ser diferente; antes bien, se volverá peor, porque a través del tiempo el Ego se
irá volviendo cada vez más poderoso, más fuerte, y conforme el Ego se manifieste con más
violencia, el mundo se irá haciendo cada vez más tenebroso. Y al paso que vamos, si no
trabajamos sobre sí mismos, llegará un día en que ya ni siquiera podremos existir, porque unos
a otros nos destruiremos violentamente.

Si continuara robusteciéndose el Ego indefinidamente, así como vamos, llegará el momento en


que nadie podrá tener seguridad de su vida ni de su hogar. En un mundo donde la violencia ha
llegado al máximo, ya nadie tiene seguridad de su propia existencia.

Así, creo firmemente que la solución de todos los problemas del mundo está, precisamente, en
la disolución del "yo".

Hasta aquí mis palabras...

LA SEGUNDA JOYA DEL DRAGON AMARILLO


Es Claro que nos toca irnos independizando cada vez más y más de la mente. La mente,
ciertamente es un calabozo, una cárcel donde todos estamos prisioneros. Necesitamos
evadirnos de esa cárcel si es que realmente queremos saber que cosa es la libertad, esa
libertad que no es del tiempo, esa libertad que no es de la mente.

Ante todo debemos considerar a la mente como algo que no es el Ser. La gente,
desafortunadamente, está muy identificada con la mente, y dice: "Estoy pensando", se siente
como mente.

Hay escuelas que se dedican a fortificar la mente, dan cursos por correspondencia, enseñan a
desarrollar la fuerza mental, etc. Todo eso es absurdo; no es fortificando los barrotes de la
prisión donde estamos metidos. Lo indicado, lo que necesitamos es destruir esos barrotes para
conocer la verdadera libertad que, como les he dicho a ustedes, no es del tiempo. Mientras
estemos entre la cárcel del intelecto, seremos incapaces de experimentar la verdadera libertad.

La mente en si misma es una cárcel muy dolorosa; nadie ha sido feliz con la mente hasta la
fecha. ¿Cuándo han conocido al primer hombre feliz con la mente? La mente hace desdichadas
a todas las criaturas, las hace infelices. Los momentos más dichosos que hemos tenido en la
vida, han sido siempre en ausencia de la mente. Ha sido un instante, sí, pero ya no se nos
podrá olvidar nunca; en tal segundo, hemos sabido lo que es la felicidad, pero sólo ha durado
un segundo.

La mente no sabe qué cosa es la felicidad, ella es una cárcel. Hay que aprender, pues, a
dominar la mente -no la ajena, sino la propia-, dominarla, si es que queremos independizarnos
de ella. Se hace necesario, se hace indispensable aprender a mirar la mente como algo que
debemos dominar, como algo digamos, que hay que amansar. Recordemos al divino Maestro
Jesús, entrando a la Jerusalén Celestial, montado en su borrico en "Domingo de Ramos", ese
borrico es la mente que hay que someter; debemos montar en él, no que él monte en nosotros.
Desgraciadamente, la gente es víctima, el borrico monta sobre la gente; la pobre gente no sabe
montar en el borrico. Es un borrico, dijéramos demasiado torpe y hay que dominarlo, si es que
verdaderamente queremos montar en él.

Durante la meditación, debemos platicar con la mente; si alguna duda se atraviesa,


necesitamos hacerle la disección a la duda. Cuando una duda ha sido debidamente estudiada,
cuando se le ha hecho la disección, no deja en nuestra memoria rastro alguno, desaparece;
pero cuando una duda persiste, cuando queremos nosotros únicamente combatirla,
incesantemente, entonces se forma un conflicto. Toda duda es un obstáculo para la meditación,
pero no es rechazando las dudas como vamos a eliminarlas; es haciéndoles la disección, para
ver qué es lo que esconden de real.
Cualquier duda que persiste en la mente, se convierte en una traba para la meditación,
entonces hay que analizar, descuartizar, reducir a polvo la duda. No combatiéndola, no, -repito-
sino abriéndola con el escalpelo de la auto-crítica, haciéndole una disección rigurosa,
implacable; sólo así vendremos a descubrir qué es lo que había de importante en la duda, y qué
era lo que había de real en la duda, y qué de irreal.

Así pues, las dudas a veces sirven para aclarar conceptos. Cuando uno elimina una duda
mediante el análisis riguroso, cuando le hace la disección, descubre alguna verdad; de tal
verdad, viene algo más profundo: más sapiencia, más sabiduría. La sabiduría se elabora pues,
sobre la base de la experimentación directa, sobre la experimentación propia, sobre la base de
la meditación profunda.

Hay veces que necesitamos, repito, platicar con la mente; porque muchas veces, cuando
queremos que la mente esté quieta, cuando queremos que la mente esté en silencio, ella
persiste en su necedad, en su parloteo inútil, en una lucha de antítesis. Entonces es necesario
interrogar a la mente, decirle "pero bueno, ¿qué es lo que tú quieres mente? ¡Bien contéstame,
explícame qué es lo que tú quieres!" Si la meditación es profunda, puede surgir en nosotros
alguna representación; en esa representación, en esa figura, en esa imagen, está la respuesta.

Debemos entonces platicar con la mente y hacerle ver la realidad de las cosas, hacerle ver que
su respuesta está equivocada, hacerle ver que sus preocupaciones son inútiles y el motivo por
el cual son inútiles, y al fin la mente queda quieta, en silencio. Más si notamos que no surge la
iluminación todavía, que aun persiste en nosotros el estado caótico, la confusión de la mente
con su lucha y su parloteo incesante, entonces tenemos que llamarla nuevamente al orden,
interrogarla: "Bueno, ¿qué es lo que tú quieres?" Decirle: "¿Qué es lo que tú andas buscando,
por qué no me dejas en paz? Hablar claro, platicar con la mente como si fuera un sujeto
extraño, porque ciertamente, ella es un sujeto extraño, ella no es el Ser; entonces hay que
tratarla como a un extraño, hay que recriminarla, hay que regañarla.

Los estudiantes del Zen avanzado, acostumbran el Yudo; pero el Yudo Psicológico de ellos no
ha sido comprendido por los turistas que llegan a Japón. Ver por ejemplo a los monjes
practicando el Yudo, luchando unos contra otros, parecería como un ejercicio meramente físico,
más no lo es. Cuando ellos están practicando el Yudo, realmente casi no se están dando cuenta
del cuerpo físico, su lucha va realmente dirigida a dominar su propia mente. El Yudo en el que
se hayan combatiendo, es contra la propia mente de cada uno. De manera que el Yudo
Psicológico tiene por objeto someter la mente, tratarla científicamente, técnicamente, con el
objeto de someterla. Desgraciadamente los occidentales, que solamente ven la cáscara del
Yudo, como siempre superficiales y necios, tomaron el Yudo como defensa personal, física, y
se olvidaron de los principios Zen y Chan -eso ha sido verdaderamente lamentable-. Es algo
muy semejante a lo que sucedió con el Tarot. Ustedes saben que en el Tarot está toda la
sabiduría antigua, ustedes saben que en el Tarot están todas las leyes cósmicas y de la
Naturaleza. Por ejemplo, un individuo que habla contra la Magia Sexual, está hablando contra el
Arcano 9 del Tarot; por lo tanto, se está echando encima un Karma horrible. Un individuo que
hable a favor, dijéramos, del Dogma de la Evolución, que quiere esclavizar las mentes ajenas
con el Dogma de la Evolución, está quebrantando la ley del Arcano 10 del Tarot, y así
sucesivamente. El Tarot es el patrón de medida para todos, como lo dije en mi libro titulado "El
Misterio del Aureo Florecer". Termino diciendo que los autores son libres de escribir lo que
quieran, muy libres, pero que no olviden el patrón de Medidas, el Tarot, el "Libro de Oro", si es
que no quieren violar las leyes cósmicas y caer bajo la Ley de la Katancia -el Karma Superior-.
Quienes defienden el Dogma de la Evolución, están quebrantando las leyes del Arcano 10 del
Tarot.

Bueno, después de esta pequeña disgresión, quiero decirles a ustedes que este Tarot tan
sagrado, tan sapiente, se convirtió en un juego de "póquer", en los distintos juegos de naipes
que hay para divertir a la gente; se olvidó la gente de sus leyes, de sus principios. Las piscinas
sagradas de los templos de la antigüedad, de los templos de Misterios, se convirtieron hoy en
albercas para bañistas. El toreo, ciencia profunda, ciencia taurina de los antiguos Misterios de
Neptuno, en la Atlántida, se convirtió hoy en el circo vulgar de toros. Así pues, no es extraño
que el Yudo Zen o Chan, que tiene por objeto, precisamente, someter a la mente propia en
cada uno de sus movimientos y jugadas, haya degenerado, haya perdido sus principios en el
mundo occidental, y se haya convertido nada más que en algo profano, que solo se usa hoy
para la defensa personal.

Miremos el aspecto psicológico del Yudo, no quiero decirles a ustedes que yo voy a enseñarle
Yudo físico, porque ni yo mismo lo practico, pero sí estoy enseñándoles el Yudo Psicológico.

Se necesita dominar a la mente; la mente tiene que obedecer, hay que recriminarla fuertemente
para que obedezca. ¿Cómo es posible que estando nosotros en una práctica de meditación, en
instantes en que buscamos la quietud, más se impone ella, no quiere estarse quieta? Hay que
saber por qué no quiere quedarse quieta, hay que interrogarla, hay que recriminarla, hay que
azotarla, hacerla obedecer -es un borrico terco, torpe, que hay que domeñar-. Esto no lo ha
enseñado Krisnhamurti, tampoco lo ha enseñado el Zen o el Chan; esto que les estoy diciendo,
pertenece a la Segunda Joya del Dragón Amarillo, a la Segunda Joya de la Sabiduría. Dentro
de la Primera Joya podemos incluir al Zen, pero la Segunda Joya no la explica el Zen, aunque
sí tenga los prolegómenos con su Yudo Psicológico. La Segunda Joya implica la disciplina de la
mente, dominándola, azotándola, regañándola; la mente es un borrico insoportable que hay que
amansar.

Así pues, durante la meditación tenemos que contar con muchos factores, si es que queremos
llegar a la quietud y al silencio de la mente. Necesitamos estudiar el desorden porque
solamente así nosotros podemos establecer el orden. Hay que saber qué es lo que existe en
nosotros de atento, y qué es lo que hay en nosotros de desatento. Siempre que entramos en
meditación, nuestra mente está dividida en dos partes: la parte que atiende, la parte atenta, y la
parte desatenta. No es a la parte atenta a la que tenemos que poner atención, sino
precisamente a lo que hay de desatento en nosotros. Cuando nosotros logramos comprender a
fondo lo que hay de desatento en nosotros, y estudiamos los procedimientos para que lo
desatento se convierta en atención, habremos logrado la quietud y el silencio de la mente. Pero
tenemos que ser juiciosos en la meditación, enjuiciarnos a sí mismos, saber qué es lo que hay
de desatento en nosotros; necesitamos hacernos conscientes de aquello que existe de
desatento en nosotros.

P.- Cuando decimos que debemos "dominar a la mente", ¿quién la debe dominar?

R.- La Esencia; la Esencia, la Conciencia debe dominar a la mente.

P.- Entonces, ¿despertando consciencia tenemos más poder sobre la mente?

R.- Naturalmente que sí, si nos hacemos conscientes de lo que hay de inconsciente en
nosotros. Así pues, se hace urgente, inaplazable, domeñar la mente, platicar con ella,
recriminarla, azotarla con el látigo de la voluntad, hacerla obedecer. Esto pertenece a la
Segunda Joya del Dragón Amarillo. Como les dije, yo estuve reencarnado en la China antigua, y
me llamé Chou Li; fui iniciado en la Orden del Dragón Amarillo, tengo orden de entregar las
Siete Joyas del Dragón Amarillo.

Ante todo no debemos identificarnos con la mente, si es que queremos sacar, verdaderamente,
el mejor partido de la Segunda Joya; porque si nosotros nos sentimos mente, si digo "estoy
razonando, estoy pensando", entonces estoy afirmando un adefesio, y no estoy de acuerdo con
la Doctrina del Dragón Amarillo, porque el Ser no necesita pensar, el Ser no necesita del
razonar, quien razona es la mente. El Ser es el Ser y la Razón de ser del Ser es el mismo Ser.
El es lo que es lo que siempre será, El es la vida que palpita en cada átomo, como palpita en
cada Sol. Así pues, lo que piensa no es el Ser, quien razona no es el Ser. Nosotros no tenemos
encarnado todo al Ser, pero sí tenemos encarnada una parte del Ser, es la Esencia, el
Buddhata, eso que hay de Alma en nosotros; lo anímico, el material psíquico. Es necesario
pues, que esta Esencia viviente se imponga sobre la mente.

P.- Maestro, ¿quiere decir entonces que lo que se analiza es el "yo", los "yoes"?

R.- Así es, porque los "yoes" no son sino formas de la mente, formas mentales que hay que
desintegrar, reducir a polvareda cósmica.

P.- En ese caso, si desintegramos los "yoes" ¿dejamos de analizar y de razonar?

R.- Pues claro está que sí. Aunque podría darse el caso de que alguien disuelva los "yoes", los
elimine. Podría darse el caso de que ese alguien, además de disolver los "yoes" se fabrique un
Cuerpo Mental, obviamente adquiere individualidad intelectual, empero tiene que liberarse hasta
del mismo Cuerpo Mental, porque el mismo Cuerpo Mental, por muy perfecto que sea también
razona, también piensa, y la forma más elevada de pensar es no pensar. Mientras se piense, no
se está en la forma más elevada de pensar. El Ser no necesita pensar; El es lo que siempre ha
sido, lo que siempre será. Así pues, en síntesis, hay que subyugar a la mente, azotarla,
interrogarla; no necesitamos someter mentes ajenas, porque eso es magia negra. No
necesitamos dominar la mente de nadie, porque eso es brujería de la peor clase. Lo que
necesitamos nosotros es someter a nuestra propia mente, dominarla.

Durante la meditación, repito, hay dos partes: aquella que está atenta y aquella que está
desatenta; necesitamos hacernos conscientes de lo que hay de desatento en nosotros, y
haciéndonos conscientes, podemos evidenciar que la desatención tiene muchos factores.
Vamos a analizar alguno de esos factores.

Duda: hay muchas dudas, son muchas las dudas que existen en la mente humana. ¿De dónde
vienen las dudas de la mente? Veamos, por ejemplo el ateísmo, el materialismo, el
escepticismo. Si los descuartizamos, vemos que existen muchas formas de escepticismo,
muchas formas de ateísmo, muchas formas de materialismo. Existen personas que se dicen
"ateos", "materialistas"; sin embargo, le temen por ejemplo a las hechicerías, a las brujerías,
respetan a la Naturaleza, saben ver a Dios en la Naturaleza, pero a su modo. Cuando se les
platica sobre asuntos espirituales o religiosos, se declaran "ateos", "materialistas" su ateísmo es
una forma nada más que incipiente. Hay otra forma de materialismo y ateísmo: el del tipo
marxista-leninista, incrédulo, escéptico. En el fondo, algo busca ese materialista-ateísta; quiere
sencillamente desaparecer, no existir, aniquilarse íntegramente, no quiere saber nada de la
Mónada Divina, la odia. Obviamente, al proceder así, se desintegra como él quiere -es su
gusto-, dejará de existir, descenderá a los Mundos Infiernos, hacia el centro de gravedad del
planeta; ese es su gusto: auto-destruirse. Perecerá, sí, la Esencia se liberará, retornará a
nuevas evoluciones y pasará por nuevas involuciones. Volverá, una y otra vez, en distintos
ciclos de manifestación, a caer en el mismo escepticismo y materialismo, pero a la larga
aparece el resultado. ¿Cual? Cuando el día en que definitivamente, se cierran todas las
puertas: cuando los 3000 ciclos se agotan. Entonces la Esencia se absorbe en la Mónada, y
esta, a su vez, entre el seno del Espíritu Universal de Vida, pero sin Maestría. ¿Qué era lo que
quería realmente esa Esencia, qué era lo que buscaba con su ateísmo, con su materialismo,
cuál era su anhelo? Su anhelo ara rechazar la Maestría; en el fondo, eso era lo que quería. Lo
consigue, lo logra, pero al fin termina como una Chispa Divina sin Maestría. Así pues, las
formas del escepticismo son variadas.

Hay gente que se dice "católica, apostólica y romana", sin embargo, en sus exposiciones son
crudamente materialistas y ateístas, pero van a misa los domingos, comulgan y se confiesan.
Esa es otra forma de escepticismo y de materialismo.

Si analizamos todas las formas habidas y por haber de escepticismo y materialismo,


descubrimos que no hay un solo escepticismo, no hay un solo materialismo. La realidad es que
son millones de formas de escepticismo y de materialismo, y son millones, sencillamente
porque son mentales, cosas de la mente, es decir, el escepticismo y el materialismo son de la
mente y no del Ser.

Cuando alguien ha pasado más allá de la mente, se ha hecho consciente de la Verdad, que no
es del tiempo. Obviamente, no puede ser ni materialista ni ateísta, aquél que alguna vez ha
escuchado el Verbo que está más allá del tiempo, más allá de la mente. El Ateísmo es de la
mente, pertenece a la mente, es como un abanico. Todas las formas de materialismo y ateísmo,
semejan un gran abanico; ¡son tantas, tan variadas: es el abanico de la mente! Pero lo que hay
de real está más allá de la mente. El ateísta, el materialista es ignorante, jamás ha escuchado el
Verbo, nunca ha conocido la Palabra Divina, jamás ha entrado en "la Corriente del Sonido". Así
pues, es en la mente donde se gesta el ateísmo y el materialismo, son formas de la mente,
formas ilusorias que no tienen ninguna realidad. Lo que verdaderamente es real, no pertenece a
la mente, lo que ciertamente es Real, está más allá de la mente. Independizarnos de la mente
es importante para conocer lo Real, no para conocerlo intelectualmente, sino para
experimentarlo real y verdaderamente.

Así pues, al poner atención a lo que hay de desatento, podemos ver distintas formas de
escepticismo, de incredulidad, de dudas, etc. Ya viendo cualquier duda, de cualquier especie,
hay que descuartizarla, hacerle la disección para ver que es lo que tiene de verdad, y una vez
que la hemos descuartizado totalmente, la duda desaparece, no dejando en la mente rastro
alguno, no dejando en la memoria ni la más insignificante huella.

Cuando observamos, pues, lo que hay de no-atento en nosotros, vemos también la lucha de
antítesis en la mente, es entonces cuando hay que descuartizar a esas antítesis, para ver qué
es lo que tienen de verdad esas antítesis: recuerdos, emociones, deseos o preocupaciones que
se ignoran, que no se sabe de dónde vienen, por qué vienen. Cuando juiciosamente vemos que
hay necesidad de llamar la atención de la mente, hay un punto máximo en que uno se ha
cansado, en que la mente ya no quiere obedecer en ninguna forma; entonces no queda más
que recriminarla, hablarle fuertemente, tratarla frente a frente, cara a cara, como a un sujeto
extraño e inoportuno; azotarla con el látigo de la voluntad, recriminarla con la palabra dura,
hasta hacerla obedecer. Hay que platicar con la mente muchas veces, para que entienda; si no
entiende, pues hay que llamarla al orden severamente.

No identificarse con la mente, es indispensable. Así, al azotar a la mente, subyugándola,


dominándola, si ella reacciona con violencia, pues volveremos nosotros a azotarla. Así nosotros
nos salimos de la mente y llegamos a la Verdad, a aquello que ciertamente no es del tiempo.
Cuando nosotros logramos asomarnos a Eso que no es del tiempo, podemos experimentar un
elemento que transforma radicalmente. Existe cierto elemento transformador que no es del
tiempo, que solamente se puede experimentar, repito, cuando salimos de la mente. Cuando
experimentamos ese elemento transformador, luchamos intensamente hasta conseguir la Auto-
Realización Intima del Ser.

Una y otra vez necesitamos independizarnos de la mente y entrar en "la Corriente del Sonido",
en el mundo de la música en el mundo donde resuena la palabra de los Elohim, donde reina
ciertamente la Verdad. Pero mientras estemos embotellados entre la mente ¿qué podemos
saber de la Verdad, lo que otros dicen? ¿Pero qué sabemos nosotros? Lo importante no es lo
que otros dicen, sino lo que nosotros experimentamos por sí mismos. Nuestro problema está
pues, en cómo salirnos de la mente; nosotros necesitamos Ciencia, Sabiduría para
emanciparnos.

Así pues, mis caros hermanos, espero que todos ustedes, en la práctica de hoy, hagan
dijéramos consciencia de lo que existe de no-atento en ustedes; que sean capaces de hacerle
la disección a cualquier duda, que sean capaces de dominar la mente, de platicar cara a cara
con ella, de recriminarla. El objetivo de nosotros es buscar la quietud y el silencio mental,
cuando creemos que la mente está quieta, cuando creemos que está en silencio, y sin embargo
no viene a nosotros ninguna experiencia Divina, es porque no está quieta la mente ni en
silencio; en el fondo ella está parloteando. Entonces nosotros, a través de la meditación,
tenemos que platicar con ella, recriminarla, interrogarla para ver qué es lo que quiere; que
conteste, que explique qué quiere; decirle: "Mente, ¿por qué no te estás quieta, por qué no me
dejas en paz? ¿Qué es lo que tú quieres?" Ella dará alguna respuesta; nosotros le contestamos
con otra explicación, tratando de convencerla; pero si no quiere convencerse, no quedará más
remedio que someterla por medio de la recriminación y el látigo de la voluntad.

Como les dije, esto pertenece a la Segunda joya del Dragón Amarillo. El Zen solo abarca la
Primera Joya, estos conocimientos que les estoy dando esta noche, pertenecen a la Segunda
Joya. ¿Hay preguntas?

P.- Maestro: nos indicaron que también se podría meditar en los opuestos; que si tengo en la
mente una joven bonita, debo entonces colocarle una joven fea, y si veo una flor, colocarle una
flor marchita. ¿Así puedo disiparla? ¿Es posible también aquietar la mente, no a la fuerza sino
esperar a que se aquiete espontáneamente?

R.- Todo eso que tú estás exponiendo no es otra cosa que "Fragmentos de una Enseñanza
Desconocida". Lo que va más al fondo de todo esto, es lo que estoy enseñando. Así, por
ejemplo ¿nos asalta un pensamiento de odio, un pensamiento malvado? Pues hay que tratar de
comprenderlo, tratar de ver su antítesis, que es el Amor. Si hay Amor, ¿Por qué ese odio, con
qué objeto? Surge, por ejemplo, el recuerdo de un acto lujurioso. Pasar por la mente el Cáliz
Sagrado y la Santa Lanza, y decir: ¿Por qué he de profanarlos con mis pensamientos
morbosos? En la síntesis pues, está la clave, saber buscar siempre la síntesis, porque de la
tesis hay que pasar a la antítesis, pero la Verdad no se encuentra ni en la tesis ni en la antítesis.
En la antítesis y en la tesis hay discusión, y el resultado de la discusión es la solución. Eso es lo
que exactamente se quiere: afirmación, negación, discusión y solución. Afirmación de un mal
pensamiento; negación del mismo mediante la comprensión de su opuesto; discusión: hay que
discutir qué es lo que tiene de real el uno y el otro, hasta llegar a la sabiduría, y dejar la mente
quieta, en silencio. Así es como se debe practicar; todo eso es una parte, pues, de las prácticas
conscientes, de la observación de lo que hay de no-atento. Pero simplemente, si decimos que
"al recuerdo de una persona alta le oponemos enfrente a una persona bajita, y adiós", no está
correcto; lo correcto sería decir que "lo alto y lo bajo no son sino dos aspectos de una misma
cosa", y "lo que importa no es lo alto ni lo bajo, sino lo que hay de verdad tras de todo eso"; lo
alto y lo bajo son dos fenómenos simplemente ilusorios de la mente. Así se llega pues a la
síntesis, a la solución.

P.- Maestro: yo estoy atento a sus explicaciones, ¿pero cual es la parte que no está atenta, que
no pone atención? Eso es lo que yo no entiendo: trato de liberarme de la mente; el hecho de
que yo esté captando los pensamientos, las imágenes que vienen. Que las esté analizando
para ver qué dudas tienen, ¿es eso lo que se llama "atención"?

R.- Allí hay atención; pero lo no-atento está formado por el subconsciente, por lo incoherente,
por la cantidad de recuerdos que surgen en la mente; por las memorias del pasado, que asaltan
una y otra vez; por los desechos de la memoria, etc.

P.- ¿Y esos hay que rechazarlos?

R.- Ni aceptarlos ni rechazarlos, sino hacerse conscientes de lo que hay no-atento, y así queda
lo no-atento, atento en forma natural y espontánea; queda atento lo no-atento.

P.- Maestro: ¿Esto se puede hacer también en la vida práctica? Cuando viene un mal
pensamiento, ¿se puede hacer la meditación en plena vida diaria?

R.- Claro que sí, lo hace sencillamente el que está práctico, hace de la vida corriente una
continua meditación. No solamente medita en aquellos instantes en que se encuentra en su
casa, o en el santuario, o en el lumisial, practicando, sino que también puede abarcar la
corriente del diario vivir, y su vida la convierte de hecho en una constante meditación. Así es
como realmente, viene la Verdad. ¿Hay alguna otra pregunta?

P.- ¿Podemos decir que la Mente es el Ego, y que la Conciencia es el Alma?

R.- Pues sí, la mente en sí misma es el Ego; pero es conveniente saber que al destruir el Ego,
queda la substancia mental. Puede fabricarse el Cuerpo Mental, pero siempre se tendrá la
mente. Lo importante es liberarse de la mente, hacerse libre de ella, aprender a funcionar en el
Mundo del Espíritu Puro sin la mente; saber vivir en esa Corriente del Sonido que está más allá
de la mente y que no es del tiempo. En la Mente lo que hay es ignorancia. La Real Sabiduría no
está en la mente, está más allá de la mente; la mente es ignorante, y por eso se cae y se cae
en tantos errores graves.

P.- Maestro: se sufre mucho con la mente; yo estoy en una constante batalla contra ella.

R.- Todos los seres humanos están amargados con la mente. Vean ustedes cuan necios son
aquellos que hacen propaganda "mentalista", aquellos que prometen "poderes mentales", que
le enseñan a otros a dominar mentes ajenas, etc., etc., etc. La mente no ha hecho feliz a nadie.
La verdadera felicidad está mucho más allá de la mente; uno no puede llegar a conocer la
felicidad hasta tanto no se independice de la mente ¿Hay alguna otra pregunta, hermanos?

P.- ¿Cuando uno está soñando, es porque no está atento?

R.- Los sueños son propios de la inconsciencia; cuando uno despierta consciencia, deja los
sueños, los sueños no son sino proyecciones de la mente: Recuerdo un cierto día, un caso mío
en los Mundos Superiores -fue solamente un caso de descuido-: Vi como me salió de la mente
un sueño; ya iba a comenzar a soñar y reaccioné contra el sueño que se me escapó por un
segundo de descuido. Claro, como me di cuenta del proceso, rápidamente me alejé de esa
forma petrificada, que se me escapó por un segundo de descuido. ¿Qué tal si yo hubiera estado
dormido? Allí hubiera quedado, enredado en esa forma mental de lo lindo, pero cuando uno
está despierto, sabe inmediatamente que en un momento de no-atención, se puede escapar un
sueño y quedar uno enredado en ese sueño toda la noche, hasta el amanecer.

P.- Yo tuve un sueño, precisamente de cuando era pequeña...

R.- No, allí no hubo un sueño; hubo sencillamente un proceso de recordación de su infancia.
Eso no es sueño, eso es diferente; eso es real, es producto del desecho de la memoria, que se
escapa de la mente, coincide con lo que vivió en su infancia; es un proceso de recordación. Lo
que importa en nosotros, pues, es despertar Conciencia para dejar de soñar, dejar de pensar,
este pensar que es materia cósmica, es la mente, porque el mismo Astral no es más que la
misma cristalización de la materia mental, y el mundo físico es, también, mente condensada.
Así pues, la mente es materia y muy grosera, ya sea en estado físico, ya sea en el estado
llamado "astral" -"manásico"; como dicen los indostanes-, de todas maneras es la mente,
grosera y material. El Astral no es más que mente condensada, el físico es mente también; la
mente es materia, ya física o metafísica, pero materia, y por lo tanto no puede hacernos
dichosos. Para conocer la auténtica felicidad, la verdadera sabiduría, debemos salirnos de la
mente y vivir en el mundo del Ser, eso sí es muy importante.

P.- Maestro: ¿está usted negando el poder creador de la mente en el mundo físico?
Naturalmente que allá, desde luego, en esos mundos inefables, es un estorbo la mente, y hay
que liberarse de ella para funcionar en los Mundos Superiores.

R.- No negamos el poder creador de la mente; es claro que todo lo que existe es mente
condensada, ¿pero qué ganamos con eso? ¿Acaso nos ha dado la felicidad? Podemos
nosotros hacer maravillas con la mente, crearnos muchas cosas en la vida -los grandes
inventos son mente condensada-, pero ese tipo de creaciones, ¿nos harán felices? Lo que
necesitamos es independizarnos, salir de ese calabozo de la materia, porque la mente es
materia; hay que salirse de la materia, vivir en función de espíritus, como seres, como criaturas
felices, más allá de la materia. La materia siempre es grosera, aunque asuma hermosas figuras,
es dolorosa siempre.

Sí, nosotros lo que buscamos es la felicidad, pero la auténtica felicidad no la encontraremos en


la materia, sino en el Espíritu. Necesitamos liberarnos de la mente; la verdadera felicidad viene
a nosotros cuando nos salimos del calabozo de la mente -eso es lo cierto-. No negamos que la
mente pueda ser creadora de cosas: crea inventos, maravillas, prodigios, ¿pero acaso esto nos
da la felicidad? ¿Cuál de nosotros es feliz? Si alguno de ustedes es feliz, pues que levante el
dedo -a ver, yo quisiera conocerlo-. Nosotros estamos aquí porque buscamos el verdadero
camino que ha de conducirnos a la felicidad. Si la mente no nos ha dado la felicidad, tenemos
que saber cómo evadirnos de la mente, y ese es el objeto de nuestras prácticas y estudios.
¿Hay alguna otra pregunta?

P.- El llamar la atención del inconsciente por el consciente, ¿pertenece también a la Segunda
Joya del Dragón Amarillo?

R.- También, pues, pertenece a la Segunda Joya del Dragón Amarillo, eso es obvio. En
nosotros existe, por ejemplo, un tres por ciento de Conciencia, y hay un noventa y siete por
ciento de subconsciencia -eso es cierto-; entonces lo que tenemos de consciente debe dirigirse
a lo que tenemos de inconsciente o subconsciente, para recriminarle y hacerle ver que debe
convertirse en consciente. Pero hay necesidad de que la parte consciente recrimine a la parte
subconsciente, para que el subconsciente se haga consciente. Esto de que la parte consciente
se dirija a la parte subconsciente, es un ejercicio muy importante que se puede practicar en la
aurora; así las partes inconscientes, poco a poco, se van volviendo conscientes.

P.- Maestro, eso es algo similar a lo de David contra Goliat: el tres por ciento contra el noventa y
siete por ciento, ¿no es así?

R.- Es que las partes subconscientes no se van a volver conscientes de inmediato, eso es todo
un proceso, un proceso largo, pero al fin se logra. ¿Hay alguna otra pregunta, hermanos? Como
no hay más preguntas, vamos a entrar en meditación...

LA LLAVE MAESTRA

En todo caso, decía yo que para poder llegar a la Auto-Realización, no solamente se necesitan
esfuerzos. Los esfuerzos, naturalmente son útiles y maravillosos, pero no son suficientes; se
necesitan SUPER-ESFUERZOS ÍNTIMOS, realizados dentro de nosotros mismos, aquí y ahora.

Por ejemplo, un caso de esfuerzos: pongamos que tú haces un viaje a la cumbre de una alta
montaña, que vas a pie, que estando allá, en la cumbre, te llueve. Regresas a pie, es de noche
cuando llegas a tu casa; te aguardan (en tu hogar, pues) con el pan, con la cena, con el abrigo,
con una deliciosa cama para descansar, etc. Pero si tú resuelves, por ejemplo, regresarte a la
cumbre de la montaña, allí hay super-esfuerzos. Si en el primer caso hubo esfuerzos, pues ya,
al regresarse y volver otra vez a la cumbre de la montaña, allí hay super-esfuerzos. De manera
que no son esfuerzos los que se necesitan para llegar a la Auto-Realización Íntima del Ser, sino
terribles super-esfuerzos íntimos, repito, que hay que realizar en uno mismo y dentro de uno
mismo, aquí y ahora.
Porque si analizamos a esta especie humana, o mejor dicho, esta especie de "humanoides", es
realmente lamentable, porque estos "humanoides" únicamente son "mamíferos racionales"
(¡parece increíble, pero así es!).

¿Qué es lo que se entiende por "mamíferos"?. Pues todas las criaturas que se alimentan con
las mamarias, ¿no?. Las vacas (vemos los terneros, como se alimentan con la ubre, beben el
precioso líquido: la leche), y en fin, todos los cuadrúpedos, todo lo que sea mamífero. Y en
cuanto a los "bípedos tri-centrados", o "tri-cerebrados", equivocadamente llamados "hombres",
son únicamente "mamíferos intelectuales", o "mamíferos racionales". Es una verdad muy cruda,
¿no?, pero es la verdad. Si negáramos que somos "mamíferos intelectuales", cometeríamos un
gravísimo error, porque resulta que todos nosotros nos hemos formado dentro de un vientre
materno y nos hemos alimentado con los pechos de nuestra madre, ¿no es así?. Es decir,
hemos necesitado mamar, y por lo tanto somos "mamíferos". Eso es obvio, y negarlo sería
absurdo.

Convertirnos en hombres, eso es diferente. Desgraciadamente (y eso es lo más grave), pues


las gentes están convencidas de que pertenecen al reino humano, de que ya son hombres,
hombres de verdad, y he ahí la gran equivocación. Eso de "ser hombres", es una palabra muy
grande, ese es un sombrero que le queda muy grande a los "humanoides", porque, para ser
hombre, se necesita poseer los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser. Todo el mundo cree
que los posee, y no los posee.

Si miramos, por ejemplo, el estado en que se encuentran los "humanoides", nos damos cuenta
que tienen, primero que todo, un cuerpo planetario (yo entiendo, por "cuerpo planetario", el
cuerpo físico, el cuerpo que usamos para vivir en el planeta Tierra). Tal cuerpo,
indubitablemente, posee un Asiento Vital, un fondo vital, el "LINGAM SARIRA" de que nos
hablan los Indostanes. Más allá del cuerpo físico, con su Asiento Vital, ¿qué es lo que
encontramos?. Un grupo de "agregados psíquicos", controlando a la máquina orgánica.

Bueno, ¿qué se entiende por "agregados psíquicos"?. ¡Los "Yoes" psicológicos!. La gente cree
que tenemos solamente un "Yo", y muchos teosofistas y pseudo-rosacrucistas y yoguistas,
presuponen que tienen un "Yo" único, uni-total, y hasta lo divinizan. Pero no hay tal: lo que se
posee es un enjambre de pequeños "Yoes", pendencieros y gritones. Ellos personifican (en sí
mismos, cada uno), a nuestros errores psicológicos. Algunos de ellos personificarán a la Ira, por
ejemplo, otros podrán personificar a la Codicia, otros a la Lujuria, otros a la Envidia, o al Orgullo,
o a la Pereza, o a la Gula, etc., etc., etc., y "otras tantas hierbas más". Pero la cruda realidad de
los hechos, es que esos "Yoes" (pendencieros y gritones, que controlan a la máquina orgánica),
son los mismos "agregados psíquicos" de los cuales nos hablan los tibetanos. Esos
"agregados" o "Yoes", son criaturas verdaderamente diabólicas, demoníacas; se forman,
dijéramos, de nuestros propios errores, creados por nosotros mismos. Y lo más grave es que,
dentro de esos "agregados", está embutida la Conciencia. Obviamente, ésta (en sí misma) se
encuentra dormida, dijéramos, condicionada por sus propios funcionalismos de tipo tenebroso
(cada uno de esos "agregados" tiene funcionalismos diferentes, psíquicos, y la Conciencia, allí
embotellada, está condicionada por ese tipo de funcionalismos).

Llega la hora de la muerte: ¿qué es lo que continúa?. ¡Un montón de diablos; eso es todo!.
¿Qué más tarde regresa ese enjambre de diabólicas criaturas?. ¡Eso es un hecho: Regresan
para Re-incorporarse en un nuevo organismo!. Sin embargo, no todos esos "agregados
psíquicos" logran regresar. Algunos de esos "agregados" se pierden: se adhieren a
determinados lugares, o involucionan en el reino mineral sumergido, o se re-incorporan en
organismos animales inferiores, etc. Una parte pues, del montón, regresan con el propósito de
proyectarse en el futuro, a través del callejón del presente. Ese es el crudo realismo, pues, de lo
que todos estos "humanoides" llevan dentro.

¡Es triste decirlo, pero lo más grave es que regresan para repetir sus mismos errores, sus
mismas tragedias, sus mismos dramas, sus mismas escenas, todo igual, más las
correspondientes consecuencias de sus actos!. No es nada agradable regresar, ¿no?.
¡Desgraciadamente, así es!.

Bueno, ese es (exactamente) el estado en que nos encontramos, y no es muy agradable.


Ahora, lo importante es salir de ese estado. Eso es lo que hay que ver, eso es lo que hay que
estudiar ...

Indudablemente, existe una "LLAVE" (Maestra, por cierto), que es la "LLAVE DEL ARCA DE LA
CIENCIA". ¿Cómo llegó a nosotros?. A través de los Misterios la tenemos. ¿Cuál es esta
"LLAVE"?. El GRAN ARCANO, el MAGNO SECRETO de la Alquimia y la Cábala.

Ahora, con esa llave podemos abrir la "CAJA DE PANDORA", la CAJA DE LOS GRANDES
SECRETOS, podemos realizar prodigios y maravillas. Afortunadamente, la tenemos: El
MAITHUNA, el GRAN ARCANO. Mas es necesario saber que en el Esperma Sagrado hay un
Hidrógeno maravilloso, con el que podemos realizar la Gran Obra. Ese es el HIDRÓGENO
SEXUAL SI-12.

Ese Esperma es extraordinario. Antiguamente, a principios de la Lemuria, la gente no gozaba,


pues, en extraer del organismo el SANTO ESPERMA (no, no gozaba la Humanidad con eso).
Desgraciadamente, conforme la Humanidad se fue degenerando, empezó a sentir placer en
sacar, o en extraer de su organismo, dijéramos, el Esperma Sagrado, y a medida que ese vicio
se fue propagando, se volvió cada vez más perversa.

Ahora, fabricar los Cuerpos Existenciales Superiores del hombre, es necesario para poder tener
una INDIVIDUALIDAD SAGRADA. Mediante la transmutación de ese Esperma Sagrado,
podemos elaborar el Cuerpo Astral y llegar a tener un Cuerpo Astral (no todo el mundo lo tiene,
pero podemos llegar a tenerlo). Mediante la transmutación del Esperma Sagrado, llega el
momento que el Hidrógeno Sexual SI-12 cristaliza en la forma del Cuerpo Astral. Mediante la
transformación de ese Esperma en energía, llega el instante en que el Hidrógeno Sexual SI-12
cristaliza en la forma del Cuerpo de la Mente. Mediante la transmutación de ese Esperma
Sagrado en energía, llega el momento en que el Hidrógeno Sexual SI-12 cristaliza en la forma
del Cuerpo de la Voluntad Consciente.

Cuando uno ya posee tales Cuerpos, entonces puede encarnar el Alma y convertirse en hombre
verdadero, en hombre auténtico, legítimo. Un hombre así, al desencarnar se lo encuentra uno
(con su personalidad muy viva) en el Mundo Astral. También se lo encuentra, uno, en el Mundo
Mental, con el Cuerpo mental, o en el Causal (es un hombre de verdad, un hombre inmortal).

Pero (y allí es donde está el "pero" más grande) sin uno fabrica esos Cuerpos y se convierte en
un hombre verdadero, pero no elimina los "agregados psíquicos" (de que estaba hablando hace
un instante), es decir, si uno no tiene la paciencia de eliminar sus propios defectos psicológicos,
sus propios errores; si no se resuelve a desintegrar, ciertamente, esos "agregados inhumanos",
eso que hace de nosotros simples "mamíferos racionales", pues entonces fracasa en la Gran
Obra del Padre, se convierte en HANASMUSSEN con doble centro de gravedad, en un aborto
de la Madre Cósmica.

Eliminar esos "agregados", es pues indispensable. No basta con crear los Cuerpos
Existenciales Superiores del Ser: hay que eliminar también los "agregados psíquicos", es decir,
nuestros propios defectos, nuestros propios errores.

¿Cómo elimina uno esos "agregados psíquicos"?. Pues apelando a la misma energía creadora,
porque así como la energía sexual sirve para crear, también sirve para destruir. Con esa
energía podemos destruir, desintegrar, completamente, los defectos psicológicos.

¿En qué forma podríamos hacerlo, o cómo haríamos?. ¿Cuál sería la técnica, la didáctica?.
Pues, durante el Maithuna ruega uno, a la Divina Madre Kundalini, que elimine tal o cual error
psicológico que uno ya comprendió a fondo (claro, primero debe comprenderlo, antes de
eliminarlo). Se hace necesario que, cuando uno descubre que tiene tal o cual error, tal o cual
defecto, medite profundamente en el defecto, hasta entenderlo de verdad, hasta hacerse
consciente de su origen: de dónde viene, cómo fue que consiguió ese defecto, etc., y ya que
uno lo ha comprendido, elimínelo.

Repito: la eliminación puede hacerse, claramente, en la "Forja de los Cíclopes". Durante el


Sahaja Maithuna se ruega, en tales instantes, a la Divina Madre Kundalini, que elimine, que
desintegre el error que ya hemos comprendido, y ella así lo hará. Y conforme vaya pasando el
tiempo, uno va eliminando sus errores, pero debe hacerlo a voluntad (esto solamente es posible
a base de trabajos conscientes y padecimientos voluntarios).

En la vida práctica, en la lucha por el pan de cada día, en relación con nuestros amigos, en la
casa, con nuestros familiares, etc., pues llega un momento en que descubrimos tal o cual error,
es decir, en relación con la gente, los defectos que llevamos escondidos afloran, y si estamos
alertas y vigilantes como el vigía en época de guerra, entonces los vemos. Defecto descubierto,
debe ser estudiado a fondo, profundamente, en todos los niveles de la Mente (eso es claro).
Una vez que lo ha descubierto uno, hay que trabajarlo: meditar para entenderlo, para
comprenderlo. Y después viene lo mejor: LA ELIMINACIÓN. Primero, comprender, y luego
eliminar, y así va uno MURIENDO de instante en instante.

De manera, pues, que son tres trabajitos que hay que hacer: por un lado, hay que crear los
Cuerpos Existenciales Superiores del Ser, para volverse hombre, para entrar en el reino de los
seres humanos, para dejar de ser un simple "mamífero intelectual". Lo segundo, hay que
eliminar lo que tenemos de ANIMAL: todos nuestros errores, todos nuestros defectos, todas
nuestras barbaridades, y tercero, nos toca levantar la antorcha bien en alto, para enseñarle el
camino a todos, sacrificándonos por los demás. Tenemos que aprender a amar a nuestros
semejantes, porque si solamente nos preocupamos por nosotros mismos y no hacemos nada
en favor de nuestros semejantes, egoístas seríamos, y el egoísta avanza en una forma
exageradamente lenta. Si queremos precipitar el avance, no debemos ser egoístas, debemos
lanzarnos a luchar por nuestros semejantes, a trabajar, pues, ya en lo espiritual, ya en lo social,
ya en lo económico, etc. Trabajar, pues, es básico, indispensable, urgente, inaplazable. Por eso
fue que dijo El Cristo: "El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y
sígame". "NEGARSE A SÍ MISMO" implica la muerte del "Yo"; "TOMAR LA CRUZ" es trabajar
en la "Forja de los Cíclopes", para lograr la Auto-Realización Íntima, para fabricar los Vehículos
Existenciales Superiores del Ser, etc., y "SACRIFICARSE POR LA HUMANIDAD" (Seguir al
Cristo) es Amor. Esos son los tres factores de la Revolución de la Conciencia.

Así pues, para llegar a gozar de una completa Iluminación, de una absoluta Iluminación, se
necesita haber erradicado (de nuestra naturaleza interna) todos los "elementos inhumanos" que
cargamos dentro, todo eso que pertenece al "mamífero racional". Mientras uno tenga esos
defectos inhumanos, no es posible que sea un verdadero Iluminado.

Por este camino que les estoy indicando a ustedes, se alcanza la MAESTRÍA, pero una cosa es
alcanzar la Maestría y otra cosa es haber llegado a la PERFECCIÓN EN LA MAESTRÍA (eso es
diferente).

No se le puede exigir a un MAESTRO IMPERFECTO, que tenga las perfecciones de un


MAESTRO PERFECTO. Es decir, cuando uno ya se convierte en hombre (que es cuando ha
fabricado los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser), de hecho también se convierte en
Maestro, pero de allí a la PERFECCIÓN EN LA MAESTRÍA, hay NUEVE GRADOS, muy
difíciles y más amargos que la hiel.

Ahora, llegar uno a "GRAN ELEGIDO" y "MAESTRO PERFECTO", es la aspiración máxima. El


Maestro Perfecto, ya de por sí es extraordinario, pero "Gran Elegido" es solamente el que ya
logró la cristalización absoluta de todas las tres fuerzas primarias de la Naturaleza (dentro de sí
mismo, en su propio realismo). Ese es el "Gran Elegido".

Bueno, ahora pregunten ustedes, pregunten ...

* Venerable Maestro: ¿podría explicarnos un poco más lo que es un "Hanasmussen?.

Bueno, indudablemente, un individuo que se ha dado el lujo de crearse los Cuerpos


Existenciales del Ser. Es necesario que elimine lo que no pertenece al hombre. Si uno no
elimina, realmente, aquellos "elementos inhumanos" que carga adentro, aquellos "elementos"
de los "mamíferos racionales", pues es claro que se convertiría en un aborto de la Madre
Cósmica, en un Hanasmussen con doble centro de gravedad, y de esta clase de Hanasmussen
hay cuatro tipos, es decir, los Hanasmussen se dividen en cuatro "familias". La primera, la
llamaríamos la de los Hanasmussen que son mortales: individuos que sólo poseen el cuerpo
planetario, o cuerpo físico; no han creado los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser, pero se
han dedicado a la Magia Negra, al mal, y al fin vienen a dar forma (dentro de su organismo) a
un "algo fatal" y tenebroso que hace de ellos verdaderos Hanasmussen. Afortunadamente, con
la muerte, ese "algo fatal" se disipa, y sólo continúan los "agregados psíquicos" inhumanos que
pueden retornar, más tarde, en un nuevo organismo, o deben involucionar en los mundos
infiernos.

Existe también una segunda clase de Hanasmussen: corresponde a aquellos sujetos que
fabricaron el Cuerpo Astral, que poseen ese vehículo, pero que no eliminaron los "elementos
inhumanos", y al no eliminar tales "elementos inhumanos", tales "elementos subjetivos",
entonces se convierten en Hanasmussen, porque el Ego, dentro del Astral, viene a elaborar ese
"algo fatal" que caracteriza a los Hanasmussen.

Esta segunda clase de Hanasmussen, pueden eliminar lo que tienen de Hanasmussen


voluntariamente, si así se lo proponen, mas si no se lo proponen, en forma voluntaria, entonces
la Gran Ley puede hacerlos retornar, o regresar, o reincorporarse, dijéramos, en organismos
animales (no solamente bi-cerebrados, sino hasta uni-cerebrados), y así, mediante ese sistema
de reincorporaciones en organismos animales inferiores, lograr eliminar lo que tienen de
Hanasmussen ...
Hay una tercera clase de Hanasmussen: sujetos que crearon los Cuerpos Existenciales
Superiores del Ser, que se convirtieron en hombres, que poseen un Cuerpo Astral (auténtico,
legítimo), un Vehículo Mental verdadero, y además el Cuerpo Causal o Cuerpo de la Voluntad
Consciente.

Bueno, si ellos no eliminan los "elementos inhumanos", no sólo no logran entonces la perfecta
Iluminación, la real sabiduría, sino que para colmo de colmos, se convierten en Hanasmussen,
porque el Ego, los "elementos inhumanos", vienen a crear (en su interior) ese "algo fatal" que
caracteriza a los Hanasmussen. No les queda más salida, a esta clase de gentes, sino trabajar
sobre sí mismos, y a base de trabajos, dijéramos, conscientes, deliberados, y de sufrimientos
voluntarios, eliminar lo que tienen de Hanasmussen. De lo contrario, no les quedaría más
remedio que descender a la involución sumergida de los mundos infiernos: bajar por los
escalones, dijéramos, animálicos, vegetaloides y mineraloides, hasta lograr la "Muerte
Segunda": Lograda, entonces la Esencia saldrá a la luz del Sol, a la superficie, para reiniciar
una nueva evolución que habrá de empezar desde el mineral en adelante, hacia arriba. Bien,
ese es, desgraciadamente, el caso de ese tercer tipo de Hanasmussen ...

Hay una cuarta clase, o sea, Hanasmussen que no solamente se convirtieron en hombres, sino
aún más: sujetos que llegaron al estado de Ángeles, de Arcángeles, de Dioses, y que se
cayeron. El Ego viene a formar, dentro de sus Vehículos, ese "algo fatal" de los Hanasmussen,
y si no se resuelven a eliminar lo que tienen de Hanasmussen, la Ley también los castigará a
ellos: serán precipitados en la involución sumergida de los mundos infiernos, hasta que logren
la "Muerte Segunda". Conseguida ésta, entonces la Conciencia, lo que tienen de Alma (la
Esencia, dijéramos), volverá otra vez a evolucionar desde el mineral, pasando por el vegetal, el
animal, hasta reconquistar el estado de humanos que otrora perdieran. Ese es el caso de la
cuarta clase de Hanasmussen.

Así pues, una de dos: o eliminamos los "elementos inhumanos" que llevamos dentro, o nos
convertimos en Hanasmussen. No basta, solamente, crearse los Cuerpos Existenciales
Superiores del Ser; se hace necesario eliminar lo que tenemos de inhumanos ...

* Venerable Maestro: quisiera que nos aclarara un concepto que ha surgido en Venezuela.
Siempre nosotros hemos visto que el "cierre" se hace de izquierda a derecha, pero ahora
trajeron una nueva modalidad de lo que se llama el "cierre", y entonces ya no lo hacen como
siempre lo hemos hecho, sino que lo hacen al revés, y como yo vi que en la pasada reunión que
tuvimos, usted hizo el "cierre" como comúnmente lo hemos hecho siempre, quisiera, pues, que
nos aclarara esto.

Bueno, ante, todo, mi estimable hermano, no se por qué le han dado, los hermanos gnósticos,
el nombre de "cierre" a la CRUZ DENTRO DEL CÍRCULO; no se de dónde han sacado esto de
"cierre", si esto no es para "cerrar" a nadie, con esto no se "cierra" a nadie. El símbolo de la
Cruz dentro del círculo, es un símbolo perfectamente esotérico que nada tiene que ver con el
"cierre". La Cruz, con sus dos palos: uno vertical y otro horizontal, nos está hablando de algo
completamente sexual. Ya sabemos que el palo vertical es masculino, que el palo horizontal es
femenino, y que en el cruce de ambos se halla la clave de todo poder (el MAITHUNA, claro
está).

Ahora bien, el círculo alrededor de la Cruz nos indica que estos dos VÁSTAGOS ETERNOS
vienen, realmente, de toda eternidad, vienen del Espíritu Universal de Vida, y que toda la
creación se fundamenta en esos poderes: masculino-femenino. Ahora comprenderán ustedes,
por ejemplo, por qué en todas las Teogonías se habla de una Deidad masculina y otra Deidad
femenina: José y María, Isis-Osiris, etc. Los dos se enfatizan, ya muy

seriamente, en la cuestión del LINGAM-YONI: PHALO-ÚTERO.

¿Que el Tercer Logos crea así?. Sí, él hace sus creaciones combinando sus elementos
masculinos-femeninos, y las criaturas se reproducen mediante el sexo (hasta las flores tienen
que usar los poderes masculino y femenino para la reproducción).

Nosotros, mediante la Santa Cruz (es decir, mediante el LINGAM-YONI) podemos lograr,
perfectamente, la creación de nuestros Cuerpos Existenciales Superiores del Ser. He ahí el
poder de la Cruz, todo dentro del CÍRCULO DE LA ETERNIDAD. Pero esto no es un "cierre", es
un símbolo, y lo mismo puede hacer uno girar la mano de derecha a izquierda, que de izquierda
a derecha. No se por qué los hermanos le han dado tanta importancia a eso de mover la mano
de derecha a izquierda, o de izquierda a derecha. ¡Que cada cual lo haga como quiera, como le
provoque hacerlo, porque no es un "cierre", es un símbolo nada más!. ¿Entendido?.

* Sí, hemos entendido. Lo que pasa es que esa palabra de "cierre" viene precisamente de su
libro "LOGOS-MANTRAM-TEURGIA", donde usted recomendaba eso: una forma de "cierre"
que se hace de izquierda a derecha, y terminaba dejando una parte, como para que entraran
los fuerzas hacia la persona.

Entonces ustedes no entendieron bien lo que yo escribí en ese libro. Yo jamás dije "cierre"
(dijéramos específicamente), en la forma que todos los hermanos le han dado: como de un
"cierre mágico", o algo así por el estilo. Jamás quise decir eso. Yo, cuando dice "cierre", me
refería a la forma de cerrar el círculo, eso es todo. Yo entiendo por "cierre" verdadero, por
ejemplo cuando uno hace un círculo en el suelo, para invocar a cualquier entidad, a cualquier
Maestro del Astral. Entonces uno hace un círculo completo, solamente interrumpido por el sello
de Salomón. Ese es un "cierre" magnífico, para evitar que las entidades tenebrosas ataquen,
pero eso es en esos casos. No quise llamar "cierre" a la Cruz dentro del círculo, porque eso
sería absurdo, eso no es más que un símbolo. Sólo quise decir "cierre", porque uno hace girar
la mano y cierra el círculo. De manera que los hermanos no han sabido interpretar, ¿no?, y le
han dado pues, a esto, un sentido que no tiene. ¡Que cada cual haga la Cruz dentro del círculo
como quiera: que gire la mano de derecha a izquierda, o de izquierda a derecha!. Eso no tiene
importancia; lo que importa es que quede la Cruz en el círculo, como símbolo sagrado,
dijéramos, del cruce sexual masculino-femenino, que es el que nos ha de llevar a la Auto-
Realización Íntima.

* Con respecto a lo mismo, Venerable Maestro, hay otro problema que se ha suscitado, y es
que usted nos ha enseñado que hay que hacer girar los Chacras de izquierda a derecha,
utilizando la Imaginación. Ahora parece que hay que girarlos de derecha a izquierda. Entonces,
en este caso, ¿el problema de los Chacras sería igual al de la Cruz dentro del círculo?.

Nada tiene que ver el movimiento de los Chacras con el símbolo aquel de la Cruz dentro del
Círculo de la Eternidad, absolutamente nada. No hay que ligar, ahí, una cosa con la otra.
Realmente, los Chacras deben hacerse girar en forma positiva: de izquierda a derecha, como
las manecillas de un reloj, visto el reloj de frente...

* Por ejemplo, Maestro: el reloj está allí, yo lo estoy viendo de frente. Entonces, ¿cómo tengo
que hacer girar los Chacras?

En la misma forma como tú ves que gira la aguja ... Allí tienes un reloj de pared: ¿cómo ves que
giran las manecillas del reloj?. Así debes hacer girar los Chacras. No lo confundas, mira bien las
manecillas del reloj ... Eso no tiene nada de difícil, pero desafortunadamente, algunos
hermanitos se han venido confundiendo espantosamente. En todos esos detallitos se enredan y
eso es lamentable, muy lamentable ...

Ahora, lo que sí les digo a ustedes es que hay que trabajar con el FUEGO

SAGRADO, y la Divina Madre, Kundalini-Shakti, se encargará de desarrollar esos Chacras en


forma positiva, como debe ser. Hay que dejarle esos Chacras a la Divina Madre; ella sabe lo
que hace. Ustedes conténtense con vocalizar, hacer lo que hace el jardinero: que riega
diariamente su jardín, hasta que broten las flores por sí mismas (porque la Madre Naturaleza las
hace brotar, la Madre Naturaleza abre los pétalos de las rosas, etc.). Así ustedes, rieguen su
jardín diariamente, cultiven su "rosal", transmuten sus energías creadoras, que ella (la Bendita
Diosa-Madre) sabrá cómo hacer girar los Chacras. Es obvio que es de izquierda a derecha,
pero es trabajo de ella, no de ustedes. Ustedes lo único que tienen que hacer es transmutar,
vocalizar, orar y meditar (intensamente) en la Divina Madre.

* En relación con las plantas, Maestro, también allí hay cierta confusión. ¿Debe hacerse un
círculo?. Algunos opinan que debe hacerse de derecha a izquierda, y otros que de izquierda a
derecha. ¿Es necesario hacer el círculo, o sólo bendecir la planta?.

Se puede hacer el círculo perfectamente, alrededor de la planta, y bendecirla, y que cada cual
lo haga de izquierda a derecha, o de derecha a izquierda, como quiera, pero que haga el
círculo, que no se enrede en eso, en esos detallitos. Por enredarse en eso, pierden lo mejor. Yo
no se por qué los hermanos, sobre todo los de Sur-América, se enredan tanto en eso. Lo que
importa es trabajar con el Fuego, que ya la Madre Divina se encargará de poner orden en todo
el organismo, y orden en los Chacras. ¡Eso es lo importante!.

* También se ha dicho, en Sur-América, que el trabajo con el Fuego, o sea, las cinco grandes
Iniciaciones, ahora que han estudiado su libro "Las Tres Montañas", las toman como "Misterios
Menores", y los demás grados de la Maestría como "Misterios Mayores". ¿Qué opina usted de
eso?.

Yo, en mi libro "Las Tres Montañas", no hablé sobre los Misterios Menores; hablé sobre las tres
Montañas (la primera Montaña es la de la Iniciación). Yo hable de Iniciaciones de Misterios
Mayores, porque las nueve Iniciaciones de Misterios Menores son el Kinder, pertenecen a los
Discípulos a Prueba, y como las tres Montañas son fundamentales, hablé, pues, de los
Discípulos Aceptados.

Ahora, la segunda Montaña pertenece a la Resurrección; allí están los Nueve Grados que
conducen a la Perfección en la Maestría. Es obvio que en la primera Montaña se alcanza la
maestría, cuando uno llega a la cumbre, a la cima. En la segunda Montaña se alcanza la
Perfección en la Maestría, y en la tercera se alcanza el grado "Gran Elegido". "Gran Elegido" y
"Maestro Perfecto", es pues la máxima aspiración de todo Adepto ... ¿Qué más me ibas a
decir?.

* Quedó bien aclarado el punto, Maestro, y nosotros lo habíamos entendido como usted dice.
Usted habla de las nueve grandes Iniciaciones de Misterios Mayores y luego de todo el proceso
especial, ¿no es cierto?.

Pues en eso sí te equivocas, porque las Iniciaciones de Misterios Mayores no son nueve, son
ocho. De manera pues que, téngase en cuenta lo que son las OCHO GRANDES
INICIACIONES de Misterios Mayores.

En la segunda Montaña hay que recorrer Nueve Grados, para llegar a la Perfección en la
Maestría. Y repito: en la tercera se alcanza el grado de "Gran Elegido" y "Maestro Perfecto" ...
* Venerable Maestro: antes habíamos leído, en sus libros, que existían cinco Iniciaciones de
Misterios Mayores, más dos que son la Corona del Padre. Ahora usted nos dice que son ocho.
¿Cómo podríamos entender eso?.

En tiempos en que empezamos a escribir las obras, por equivocación dijimos que habían nueve
Iniciaciones de Misterios Mayores, pero ahora hemos rectificado ese error, en nuestro libro
titulado "Las Tres Montañas". De manera que no son nueve, son ocho ...

Esto me viene a recordar, en este momento, una fiesta que se hacía aquí, en el México Nahuatl
y Azteca, una fiesta maravillosa, cada ocho años, en honor de Venus (recordemos a la
Iniciación Venusta y a los Ocho Grados). Resulta, pues, que esas tribus conocían el Esoterismo
de toda esta cuestión.

Es claro que esas cinco Iniciaciones, de las que habíamos hablado antes, son las del Fuego.
Después viene la Iniciación Venusta, que tiene ocho grados. La primera Iniciación Venusta no
es más que la octava superior de la primera Iniciación del Fuego. La segunda Iniciación
Venusta es la octava superior de la Segunda Iniciación del Fuego. La tercera Iniciación Venusta
es la octava superior de la tercera Iniciación del Fuego. La cuarta Iniciación Venusta es la
cuarta octava superior de la cuarta Iniciación del Fuego. La quinta Iniciación Venusta es, pues,
la quinta octava superior de la quinta Iniciación del Fuego; más a ella siguen tres Iniciaciones
(por todo, ocho), que corresponden a la primera Montaña (son la primera Montaña). En la
segunda Montaña tiene uno que hacer el trabajo con la Luna, con Mercurio, con Venus, con el
Sol, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, hasta alcanzar la Perfección en la Maestría (es la
Montaña de la Resurrección), y la tercera Montaña es la de la Ascensión, hasta hacer
cristalizar, en uno, al Segundo y Primer logos, y recibir hasta la Estrella Atómica Interior que
siempre nos ha sonreído.

Total que, quien alcanza la cumbre de la tercera Montaña, pues ya no es solamente Maestro
Perfecto, sino "Gran Elegido".

* Venerable Maestro: antes, usted había dicho que había que eliminar a los Tres Traidores de
Hiram Abbif. Ahora dice usted, en su libro "Las Tres Montañas", que tenemos que eliminar a las
"Tres Furias", y que eso es únicamente para Maestros. Mi pregunta es: el trabajo de eliminar las
"Tres Furias", o a los "Tres Traidores", ¿es sólo para Maestros, o se refiere también a todo el
estudiantado gnóstico?.

Bueno, eso de las "Tres Furias", o de los "Tres Traidores", es lo mismo. Son distintas palabras
para decir lo mismo: el demonio del Deseo, el demonio de la Mente y el demonio de la Mala
Voluntad. En cuanto al demonio del Deseo, pues es el Judas Íntimo, interno, que cada uno
carga adentro. El demonio de la mente es el Pilatos particular, de cada cual, que siempre "se
lava las manos", que siempre se justifica, que nunca tiene la culpa, que busca evasivas, que se
siente "justo", etc. Y en cuanto al tercer traidor, indudablemente es el de la Mala Voluntad
(Caifás). Estos tres traidores (Judas, Pilatos y Caifás), están representados por las "Tres Furias"
del clasicismo antiguo. Claro que estos tres traidores de Hiram Abbif, hay que desintegrarlos en
la Esfera Lunar. Quienes quieran alcanzar el Estado Angélico, deben desintegrarlos en los
mundos infiernos de la Esfera Lunar.

Entiendo que los discípulos, los aspirantes, los principiantes, pues realmente todavía están muy
lejos de poder desintegrar a los tres traidores. Eso es para gente que ya alcanzó la Maestría;
así lo he entendido siempre. Por lo menos, así lo he vivido, y yo no puedo afirmar algo que no
haya vivido; afirmo lo que he experimentado por mí mismo; eso es todo ...

EL BODISHITA

¡Qué saben los materialistas ni los espiritualistas sobre esa sustancia que se llama materia!

Nosotros necesitamos dar el gran salto y caer en el Vacío Iluminador; y las escuelas de derecha
o de izquierda no pueden darnos la experiencia de la Verdad.

Amigos, ha llegado la hora de entender estas cuestiones profundamente y en todos los niveles
de la mente. Mucho he dicho. Se admira a los grandes místicos, a los grandes santos, más digo
que ellos también, no solamente nacen en los cielos, sino que de regreso vuelven a este valle
de amarguras, a esta tierra dolorosa. Ellos necesitan estar libertados de esta rueda fatal del
Samsara y entrar en el Vacío Iluminador, más allá de esta maquinaria espantosa de la
relatividad. Así pues, el Vacío Iluminador y la relatividad, son también en el fondo, dos antítesis.
El Vacío Iluminador, en el fondo, no es más que la antesala de la Gran Realidad, de la Talidad.
Necesitamos, en verdad, no solamente alcanzar el Vacío Iluminador, sino posteriormente
sumergirnos en la Gran Realidad, en la Verdad. Jesús el Cristo dijo: "Conoced la Verdad y ella
os hará libres".

Digo en verdad, queridos amigos, que nosotros tenemos aquí, en esta escuela métodos,
medios como para que ustedes puedan conocer directamente la Verdad. Les enseñamos y les
enseñaremos aquí la técnica de la Meditación y un día llegará en que la Conciencia de ustedes
podrá desembotellarse de entre el "yo", de entre el Ego, de entre la personalidad humana para
experimentar en Verdad, eso que no es del tiempo, eso que es la Verdad.

Es necesario saber que la humanidad ha sido víctima de una gran ilusión, porque de un lado las
escuelas de la derecha con sus pontífices del espíritu y del otro las escuelas de la izquierda con
sus pontífices del dios materia, unos y otros están hipnotizados; porque por allá, técnicamente,
con la derecha o con la izquierda, es algo incompleto. Necesitamos comprender y, repito y he
repetido muchas veces esta noche, de que esto que llamamos materia, no es más que una
sustancia homogénea con dos polos positivo y negativo.

Es necesario que no seamos víctima de la lucha de estos dos polos. Veamos nosotros que más
allá de estos dos polos está la síntesis. Que la síntesis de esto es que, este mundo no es más
que la sustancia homogénea cristalizada y que en su estado original es anímica, es divinal.
Entendido esto, comprendiendo que las escuelas de la derecha e izquierda no pueden, en
modo alguno, entregarnos la verdad, debemos buscar dentro de nosotros mismos.

Debemos auto-conocernos a sí mismos. Debemos auto-explorarnos a sí mismos, para saber


¿quienes somos, de dónde venimos, para dónde vamos? No porque otros nos lo digan o nos lo
dejen de decir, sino por sí mismos. Es obvio que si nos auto-exploramos, repito, encontramos al
"yo" de la psicología y este "yo" es lo que nos interesa estudiar, este "yo" que sufre, este "yo"
que tiene tantas aspiraciones, este "yo" que tiene que pagar alquiler de casa, este "yo" que
tiene que pagar impuestos, este "yo" que tiene que levantar hijos, este "yo" que tiene que
cumplir obligaciones, etc. ¿Qué es? ¿De qué sirve que continuemos una vida mecánica, llena
de actos equivocados? Más vale que de una vez nos dediquemos al conocimiento de sí
mismos.
Se hace necesario conocernos para que nuestra Conciencia despierte. Una Conciencia
despierta, un Bodhisita despierto es de un valor inapreciable. Para aquellos que saben de
esoterismo les diré lo siguiente: si un Bodhisatva no tiene el Bodishita despierto no puede servir
a los propósitos de su Dios Interior Profundo, no podrá compartir las leyes de los Budas, no
podrá trabajar con el Círculo Consciente de la Humanidad Solar que opera sobre los Centros
Superiores del Ser.

Quien quiera, por ejemplo, conocer la alta magia, necesita antes que todo aprenderse de
memoria todos los mantrams, todos los exorcismos, todas las conjuraciones, etc. Finalmente
digo también que aquellos que quieran llegar a compartir la vida de los Dioses, que aquellos
que quieran compartir la vida de los Seres inefables, que aquellos que quieran compartir la vida
de los Budas y de los Cristificados, necesitan primero que todo despertar su Conciencia, porque
con la Conciencia dormida no pueden ver, oír, tocar ni palpar las grandes realidades de los
mundos superiores.

Con la Conciencia dormida no puede ser uno un investigador de lo Real. Con la Conciencia
dormida no puede uno en realidad de verdad, entrar en contacto con el Círculo Consciente de la
Humanidad Solar que opera sobre los Centros Superiores del Ser.

Es indispensable, antes que todo, despertar la Conciencia aquí y ahora.

Sí, digo en verdad que todos ustedes están dormidos y que deben despertar. Es en el terreno
de la vida práctica, en relación con nuestros familiares, en la calle, en el templo, en la escuela,
etc., donde nuestros defectos escondidos afloran, y si nos hallamos alertas y vigilantes como el
vigía en época de guerra, entonces los vemos.

Defecto descubierto, debe ser estudiado, analizado, comprendido profundamente en todos los
niveles de la mente. Cuando uno ha comprendido un defecto psicológico debe desintegrarlo,
reducirlo a polvareda cósmica. La mente por sí misma no podría jamás alterar radicalmente
ningún defecto de tipo psicológico. La mente solamente puede rotular los defectos, pasarlos de
un departamento a otro, etc., más jamás aniquilarlos.

Necesitamos de un poder que sea superior a la mente, de un poder que pueda desintegrar
nuestros defectos psicológicos para liberar nuestra Conciencia, para despertarla.
Afortunadamente, ese poder se halla en estado latente dentro de cada uno de nos; quiero
referirme en forma enfática a Devi Kundalini Shakti, la serpiente ígnea de nuestros mágicos
poderes.
Ella es la más brillante de nuestro propio Ser, Ella y solamente Ella puede ayudarnos.
Recordemos nosotros a la Cibeles de Creta, o la Tonantzin de nuestros antepasados
mexicanos. Recordemos a la Isis morena de la tierra egipcia, a la Diana cazadora de la tierra
sagrada de los helenos, a María, Mara, Dios Madre. Existe en el fondo de nuestra Conciencia,
en esa parte de nuestro Ser.

Por ese motivo todas las religiones ortodoxas del pasado le rindieron culto. Mara, Stella Maris,
puede ayudarnos en este trabajo de desintegración de nuestros defectos psicológicos a
condición de haberlos comprendido previamente en todos los recovecos de la mente. Cuando
uno lo ha entendido a fondo, cuando uno ha descubierto un defecto y lo ha analizado, entonces
está preparado para su desintegración. Bastaría solamente concentrarnos en Stella Maris, la
Madre Cósmica Divinal que en nuestro interior existe y suplicarle en forma enfática que reduzca
a polvo tal defecto. El resultado no se hace esperar y él mismo se convertirá en polvareda
cósmica liberando el porcentaje de Conciencia que tenga allí embotellado.

Así mis queridos amigos, por este camino, aniquilando los agregados psíquicos que en su
conjunto constituyen el Ego, el "yo", el mí mismo, el sí mismo, lograremos el despertar de la
Conciencia. ¿Cómo podría alguien, por ejemplo, con la Conciencia dormida, compartir la vida
de los grandes iluminados? Necesitamos despertar y eso es imprescindible, impostergable,
urgente, inaplazable.

Amigos, quien tiene la Conciencia despierta puede enfrentarse a los peores enemigos y jamás
será vencido. Quien tiene la Conciencia despierta, en realidad de verdad, podrá penetrar en el
fondo de los océanos y entrar en los palacios de las serpientes. Quien tiene la Conciencia
despierta gozará de la dicha del Espíritu Puro. Así amigos, que ha llegado la hora de
comprender la necesidad de despertar.

Triste, es muy triste vivir dormidos. En este terreno de las inquietudes esotéricas
trascendentales hay en verdad dos corrientes de guías que hay que tratar de comprender. De
un lado tenemos nosotros a los Budas Pratyekas y Saravakas. Ellos trabajan sobre sí mismos,
cumplen sus deberes en la vida, son en realidad de verdad, seres que han buscado su vibración
individual, más nunca han encarnado al Cristo Cósmico. Del otro lado tenemos en verdad a los
Bodhisatvas de compasión, aquellos que han ido creando los Cuerpos Existenciales Superiores
del Ser, es decir, los Cuerpos Mercuriales. Se han dedicado a trabajar con el tercer factor de la
Revolución de la Conciencia. Se han sacrificado por la humanidad.

Esos, los Bodhisatvas, que a través de distintas eternidades han venido entregando su sangre
por todos los pueblos, esos precisamente esos, son los que en verdad, vienen a recibir más
tarde la Iniciación Venusta, y en ese gran evento cósmico encarnan al Cristo.
Escrito está: "Al que sabe la palabra da poder, nadie la pronunció, nadie la pronunciará, sino
solamente aquel que lo tiene encarnado". H.P.B., llama Bodhisatvas a aquellos que tienen los
Cuerpos Existenciales Superiores del Ser, mediante el cumplimiento Parlock del Ser. Pero
hablando en riguroso esoterismo crístico y budista, llegamos a la conclusión de que
Bodhisatvas, realmente, solo son aquellos que se han sacrificado por las humanidades
planetarias a través de sucesivos Mahanvantaras.

Sólo ellos, los Bodhisatvas, pueden llegar a la Omnisciencia. Se llega al estado bodhisáttvico
mediante el sacrificio por la humanidad. Luchando por llevar esta doctrina a todos los pueblos
de la Tierra sin diferencias de raza, credo, casta o color. Se llega a Bodhisatva lanzándose por
todas estas calles de Dios con la palabra que crea y vuelve nuevamente a crear. Se llega a
Bodhisatva amando a nuestros enemigos, bendiciendo a los que nos maldicen y persiguen. Se
llega a Bodhisattwa besando el látigo del verdugo. Digo en verdad, que aquellos que no sean
capaces de sacrificarse por la humanidad no podrán jamás llegar a ser Bodhisatvas.

Aquél que ha despertado su Conciencia, hablando en lenguaje oriental diríamos aquel que ha
despertado a su Bodishita, obviamente, nunca podría ser detenido en su camino hacia la Gran
Realidad. Los Budas Pratyekas no podrían detenerle en su marcha; marcharía con firme paso
decidido hacia la liberación final. He ahí la ventaja de trabajar con el tercer factor de la
Revolución de la Conciencia, el del sacrificio por nuestros semejantes, el del amor por todos los
seres que pueblan la faz de la Tierra. Ese es el camino que conduce al estado bodhisáttvico.

Llegar a encarnar al Cristo Intimo es el evento cósmico más formidable de todo el Universo.
Más sólo podría llegarse a encarnar al Verbo, a la Gran Palabra, al Señor de Perfecciones,
cuando se ha llegado al estado bodhisáttvico. Por eso yo invito a todos los que aquí están
presentes para estudiar la doctrina y marchar por el camino del sacrificio hacia la liberación
final. Así y sólo así se puede llegar al estado bodhisáttvico.

Mis queridos amigos, entiendan, comprendan que el amor es el fundamento de todo lo que es,
ha sido y será. Sólo amando a nuestros peores enemigos, devolviendo bien por mal podríamos
en verdad, amigos míos, llegar al estado bodhisáttvico. Sólo llevando la palabra con humildad
de puerta en puerta a las gentes, sólo llamando a las muchedumbres para que nos escuchen,
podríamos llegar al estado bodhisáttvico.

Es urgente entender que el Bodishita, es decir, la Conciencia despierta, es un don precioso,


extraordinario, pero nosotros no hemos sabido aprovechar ese don y tenemos la Conciencia
dormida. Estamos hipnotizados, viviendo como máquinas en un mundo terriblemente doloroso.
Todos quieren dicha, alegría, pero la alegría no es posible lograrla mientras la Conciencia esté
hipnotizada.
Hay gentes que me escriben por todas partes deseando mejorar la situación económica,
deseando más mejorar las circunstancias de la vida práctica, obviamente, no es posible mejorar
si no pasamos a un nivel superior del Ser. Dentro de este nivel en que nos encontramos existen
los sufrimientos que nos rodean actualmente, las circunstancias que actualmente nos vienen
diariamente.

Solamente podríamos cambiar de vida si pasamos a un nivel Superior del Ser. Es obvio saber
que por debajo de nosotros existe un nivel inferior del Ser y por encima de nosotros existe un
nivel superior del Ser. A cada nivel del Ser le corresponde una serie de circunstancias buenas o
malas. Si queremos cambiar de vida, mejorar la situación, ser diferente, necesitamos pasar a un
nivel superior del Ser y eso solamente es posible destruyendo los agregados psíquicos que
llevamos en nuestro interior. A medida que vayamos eliminando y desintegrando nuestros
defectos psicológicos iremos a escalones y escalones más y más elevados del Ser y por último
llegará el día en que pasaremos al nivel superior del Ser. Al nivel más elevado, y entonces
vendrá la liberación final. Empero, antes de que eso venga a nosotros, antes de que la Gran
Realidad venga a nosotros y nosotros a ella, necesitamos pasar por la aniquilación budista,
desintegrar la totalidad del Ego, del "yo", del mí mismo, del sí mismo.

Amigos míos, para llegar al despertar completo se necesita tener tenacidad en el trabajo,
diariamente luchar incansablemente vigilándonos a sí mismos en la casa, en la calle, entre los
amigos, en el trabajo, etc., y defecto que descubramos en nuestras palabras, en nuestras
miradas, en nuestros pensamientos, debemos aniquilarlo. Si perseveramos así, si vamos
comprendiendo la necesidad de trabajar con cada defecto que surja en nosotros, la Conciencia
irá despertando progresivamente; así un día la Conciencia estará totalmente despierta.

Les digo a ustedes, en verdad, que el oro más precioso que existe es el oro del Ser, es el oro
del Bodishita, es decir, de la Conciencia despierta. El oro que llega a resplandecer en el Cuerpo
Astral o en la mente o en la voluntad o en cualquiera de los Cuerpos Existenciales Superiores
del Ser ha sido proporcionado por el Bodishita, es decir, por la Conciencia despierta.

La Conciencia despierta es un tesoro apreciadísimo. Vean ustedes, si alguien va al deporte a


aprender a lanzar flechas en un blanco, lo primero que tendrá que hacer es aprender a pararse
en tierra, colocar sus pies como es debido, sus piernas en la postura apropiada y luego sí podrá
disparar la flecha al blanco y ésta irá a parar al blanco con absoluta seguridad.

Sinceramente digo, antes de que nosotros podamos saber algo sobre lo Real, sobre la Verdad,
debemos aprender a fundamentarnos en la Conciencia despierta, debemos despertarla y
aprendernos a basar en ella para poder en verdad trabajar conscientemente en los mundos más
elevados. Los grandes problemas del Universo dejan de existir cuando la Conciencia está
despierta. La Conciencia, es decir, el Bodishita en el mundo oriental es el fundamento tácito en
el que debemos apoyarnos para poder lanzarnos a las altas exploraciones en los mundos
cósmicos. Pero una Conciencia dormida nada puede hacer. Una Conciencia dormida vivirá
siempre en profundas tinieblas.

Amigos, ha llegado la hora de entender lo que es el valor de la Conciencia despierta. Alguna


vez ustedes habrán oído hablar sobre la leche de una leona; si una gota de leche de leona se
depositase entre un recipiente lleno de leche de vaca, verán ustedes como la gota de leche de
leona no se confundirá con la leche de la vaca y caerá al fondo del recipiente sin confundirse o
flotará entre el líquido elemento. Así también es el Bodishita despierto, la Conciencia despierta.
Quien tenga la Conciencia despierta podrá vivir entre todas las perversidades del mundo si
confundirse con las mismas, podrá descender a los mundos infiernos sin confundirse con las
perversidades de los demonios. Será fuerte en el sentido ético de la palabra. Así amigos míos,
que la Conciencia es maravillosa, pero no la hemos sabido aprovechar. Existe la ciencia de la
Conciencia y es grandiosa.

Ha llegado la hora de entender amigos míos, que mediante la Conciencia despierta es posible
dar el gran salto para caer de lleno en la Gran Realidad de la vida libre en su movimiento más
allá de esta maquinaria dualística y espantosa de la relatividad. Todos nosotros somos víctimas
de la Ley. El Karma cae sobre cada uno de nosotros como un rayo de venganza. Erramos y
volvemos a errar y el Karma nos castiga y nos vuelve a castigar. Estamos en un mundo de
causas y efectos. Cada palabra dura, por ejemplo, que nosotros pronunciemos caerá más tarde
sobre nosotros como un rayo de venganza. Hacemos mal y recibimos el mal y no hay efecto sin
causa ni causa sin efecto. Existe la maquinaria de la relatividad, en toda esta maquinaria de la
relatividad todo se procesa de acuerdo con la ley de causa y efecto, todo este encadenamiento
terrible de causas y efectos nos tienen esclavizados en este valle de amarguras, en esta
corraleda cósmica. En este mundo de asociaciones y combinaciones lo único que existe es el
dolor. Necesitamos salirnos de este mundo de combinaciones y dar el gran salto para caer
entre el seno del Vacío Iluminador y posteriormente entrar en la Gran Realidad, en la Talidad,
en la vida libre en su movimiento. Más esto no sería posible si no nos auto-exploráramos
profundamente para descubrir nuestros defectos psicológicos: Ira, Codicia, Lujuria, Envidia,
Orgullo, Pereza, Gula, etc. Son los múltiples defectos que en nuestro interior cargamos y cada
uno de estos es cabeza de legión.

En la doctrina egipcia se habla de los Demonios Rojos de Seht. Estos son los agregados
psíquicos que llevamos en nuestro interior. Las personificaciones vivas de nuestros defectos
psicológicos. Es necesario desintegrarlos, convertirlos en polvo de la tierra, en polvo cósmico,
para despertar la Conciencia y dar el gran salto, el atrevido salto que nos permitirá caer en el
Vacío Iluminador y posteriormente ingresar al seno de la Gran Realidad. Pero este no es un
salto de tipo evolutivo. La evolución y su hermana gemela la involución son leyes mecánicas de
este mundo de la relatividad. Ninguna de estas dos leyes podrá permitirnos el ingreso a la Gran
Realidad. No es mediante evoluciones incesantes a través de millones de vidas como podemos
un día llegar a la Gran Realidad, no. Innumerables nacimientos y las leyes de la evolución y de
la involución siguen aquí en este universo de la relatividad incesantemente, y ninguna de esas
dos leyes, evolución e involución podrán permitirnos dar el gran salto. Necesitamos en verdad
ser revolucionarios, rebeldes, dar el gran salto cueste lo que cueste, y esto solamente es
posible rompiendo cadenas, destruyendo todas estas perversidades que en nuestro interior
llevamos. Todas esa barbaridades que nos hacen infelices, desgraciados. Sólo así, queridos
amigos, podemos dar el gran salto.

Santos virtuosos, inefables, que las religiones reverencian, tienen méritos, pero estos, en última
síntesis, solamente como ya les dije, les permitirá nacer en los cielos del espacio o en la tierra
dolorosa, más nunca ingresan en el seno de la Gran Realidad, allí no hay santos. En el seno de
la Gran Realidad solamente existe la vida libre en su movimiento, los hombres que se han
libertado de sí mismos, los que han destruido la vida, los que se han revelado contra la
maquinaria horrible de la relatividad. Sólo así llegaremos donde tenemos que llegar, a la
auténtica dicha a la que tenemos derecho, a la dicha inagotable, pero necesitamos romper
cadenas, revolucionarnos contra todo lo que existe actualmente en la derecha o en la izquierda
del mundo.

Comprender que la materia no es más que una sustancia homogénea que en ultima síntesis
deviene maravillosa del Caos inefable, del espacio ilimitado, de lo divinal y no dejarnos
proyectar por las escuelas de la derecha o de la izquierda, de espiritualismo o de materialismo.
¿Qué saben, por ejemplo, los pontífices de las religiones sobre lo Real? ¿Sobre la Talidad,
sobre eso que está más allá del cuerpo, de los afectos y de la mente?

...Podrán haber leído las enseñanzas de los iluminados, pero no las han realizado en sí mismos
y por tanto no han experimentado nada y ¿qué saben los pontífices del materialismo sobre la
materia? Nada.

Miremos nosotros la materia, un pedazo de hierro, ¿qué vemos allí? Materia, dirán los
materialistas, pero también llaman materia un pedazo de vidrio, (de brillo azul, diríamos entre
paréntesis); pero esos átomos que giran allí alrededor de sus centros gravitacionarios con sus
cargas electrónicas ¿qué significa? Nada saben ellos sobre eso. Solamente saben que
los ............. alrededor de sus electrones seleccionando protones, etc., pero nada más. Nosotros
decimos que existen partículas ígneas dentro de esos átomos, almas ígneas, y esas almas
ígneas son en realidad extraordinarias, esas almas ígneas, esas partículas ígneas son las que
mantienen incesantemente eso que se llama materia, eso que muchos llaman materia, cuestión
de nombre, porque la substancia nadie la conoce.

Hay magos en oriente que actúan sobre las almas ígneas o partículas ígneas metidas dentro de
los átomos y por medio de ellas hacen prodigios extraordinarios. Así que en última síntesis
estos átomos llevan también eso que se llama espíritu o fuego. Es bueno entender que esas
cargas eléctricas de los átomos son conscientes, son las almas ígneas. Entendiendo esto,
entendiendo que en todo existe el espíritu, vale la pene que reflexionemos un poco.

¿Qué saben los físicos sobre la sustancia en sí? Nada, absolutamente nada. Por lo tanto la
hora ha llegado en que nosotros vayamos más allá de las cargas eléctricas de los átomos o de
las cargas a la inversa en la antimateria. Nos dediquemos a la auto-exploración de sí mismos
con el propósito de saber algo sobre nosotros mismos, algo sobre nuestro propio Ser. A ello nos
hemos dedicado y ese es el propósito de las enseñanzas que aquí tenemos. Sólo cada uno es
libre de investigar en la física, en la química, en donde quiera. Pero lo más importante para
nosotros es investigarnos a sí mismos, auto-explorarnos profundamente. Sólo así llegaremos a
donde debemos llegar, mis queridos amigos.

La Conciencia, repito, es valiosa y vale la pena que pongamos atención en ella, pero para
despertarla, para sacarla del estado de sopor en que se encuentra, necesitamos aprender a
auto-observarnos diariamente, esto con el propósito de auto-descubrirnos. No hay duda de que
en todo auto-descubrimiento existe auto-revelación. Cuando uno destruye un defecto y lo
desintegra, conoce una nueva verdad, recibe un mensaje de luz, aprende algo nuevo. Así es
como diariamente podemos alimentarnos con el "pan transustancial venido de lo alto", es el pan
de la sabiduría. A medida que vayamos desintegrando el Ego, nos iremos alimentando con el
pan de la sabiduría, empero antes de desintegrar el Ego, lo único que tienen los seres humanos
en su mente son teorías y teorías y más teorías y como dijera Goethe: "Toda teoría es gris y
sólo es verde el árbol de doradas frutas que es la vida".

A los misioneros gnósticos me dirijo también esta noche. Ellos van siguiendo por el camino
bodhisáttvico. Porque sacrificándose por la vida, por la humanidad, estos misioneros van
avanzando por esa senda que un día habrá de convertirles en Bodhisatvas. Ellos están
trabajando, para un día, más tarde, a través del tiempo llegar a encarnar al Cristo Intimo. He ahí
el mérito de los Bodhisatvas. Más es también lamentable que algunos misioneros todavía
tengan la forma de pensar que tenían antes de entrar en estos estudios. Los misioneros, en
verdad, necesitan transformar su forma de pensar. Ser distintos para que puedan mostrar el
camino a otros. Existen también misioneros que actualmente marchan muy bien, marchan
victoriosos por la senda de las grandes realizaciones y que prometen mucho para el estado
bodhisáttvico, a ellos naturalmente no puedo menos que hacerles llegar mis felicitaciones y
salutaciones.

Amigos, es bueno entender de una vez y para siempre que a medida que nosotros vamos
avanzando por este camino doloroso, surgirá en nosotros el "yo" del automérito; entiéndase que
nosotros seremos víctimas de ese "yo". Debemos ser vigilantes cuando trabajamos por el
despertar de la Conciencia, porque todos tenemos la tendencia al "yo" del automérito. En
verdad que nosotros no tenemos méritos de ninguna especie porque méritos únicamente los
tiene el Padre que está en secreto, El y sólo El. El "yo" del automérito puede entorpecer los
pasos que llevamos hacia la Gran Realidad. Eso de creer que nos merecemos todo es un
absurdo porque nosotros nada merecemos, pero el "yo" del automérito nos hará creer dignos de
todo mérito y nos detendrá en el camino, será óbice para el avance hacia la Gran Realidad. El
"yo" del automérito puede llevarnos a la gloria de los cielos inefables y luego nos trae de
regreso a este valle de lágrimas. Reconozcamos que nosotros nada valemos, nada somos, que
El único digno de alabanza y mérito es nuestro Padre que está en secreto. Si así lo hacemos, si
así procedemos, después de haber examinado todo el curso de nuestra equivocada existencia
se disolverá en nosotros el "yo" del automérito.
Es también necesario saber que existe el "yo" del orgullo místico, la tendencia a creernos
dioses, a creernos inefables, a creernos poderosos, señores del universo, grandes iniciados con
tantas y tantas iniciaciones. Esto nos lleva por el camino equivocado, porque es urgente
entender que hay tres tipos de relaciones: La relación con nuestro propio cuerpo. Si nosotros no
sabemos relacionarnos con nuestro propio cuerpo nos enfermamos. Segundo, la relación con el
medio ambiente en que nos movemos, si no sabemos relacionarnos con la gente nos formamos
conflictos y tercero, la más importante relación es la relación consigo mismos, con las distintas
partes autónomas y auto-conscientes de nuestro propio Ser para poder llegar al éxtasis, al
samadhí, a la experiencia de la Gran Realidad, se necesita antes que todo, aprendernos a
relacionar no solamente con las distintas partes de nuestro propio Ser, que en nuestro interior
cargamos sino aun más, con la parte más elevada de nuestro propio Ser, es decir, con nuestro
Padre que está en secreto, con el Anciano de los Días, con la Verdad de las Verdades, con lo
Oculto de lo Oculto.

El orgullo, el orgullo místico, el engreimiento, creernos dioses, sentirnos inefables, es óbice,


obstáculo para la relación correcta y perfecta con las distintas partes del Ser y más aun, con la
parte más elevada del Ser y quien no aprenda a relacionarse con las distintas partes del Ser y
muy especialmente con la parte más alta del Ser, no podrá llegar a experimentar nunca eso que
es la Verdad, eso que está más allá del cuerpo, de los afectos y de la mente.

Ha llegado la hora de entender también, mis queridos amigos, que el psiquismo inferior no
puede llevarnos nunca a la Gran Realidad.

En el mundo abundan demasiados psíquicos inferiores, aquellos que gozan poniendo las
manos sobre una mesa para que esta se mueva, aquellos que gozan hipnotizando a otros,
aquellos que gozan en sesiones mediumnímicas o espiritistas, aquellos que creen que mediante
el desarrollo de ciertos poderes psíquicos pueden llegar a la Verdad. Obviamente el psiquismo
inferior sólo sirve para atarnos más y más a esta maquinaria horrorosa de la relatividad.
Nosotros necesitamos llegar a la parte más alta del Ser y no es posible esto si nos
entretuviéramos con el psiquismo inferior. Es necesario entender, mis queridos amigos, que las
facultades más nobles del Ser solamente pueden despertar en nosotros con la destrucción del
mí mismo, del Ego, es decir, pasando por la aniquilación budista.

Hay la facultad conocida como la intuición. La intuición tiene distintos grados, pero la forma de
intuición más elevada solo es de tipo llamado Prajña-Paramita, es la facultad que nos permite
llegar un día a experimentar, mediante la Conciencia despierta, eso que no es del tiempo, eso
que está más allá del cuerpo, de los afectos y de la mente, eso que en el oriente se llama
Talidad, más allá del Vacío Iluminador. Pero quien quiera llegar al despertar del grado más
elevado de la intuición Prajña-Paramita, necesitará el despertar total de la Conciencia, sólo así
lo logrará. Así que no se desdeñe eliminar los defectos psicológicos, que no se les mire como
cuestión meramente de mentecatos, que no se crea que es algo meramente sectario de tipo
pseudo-religioso o pietista, que se entienda de una vez para siempre que esto de la eliminación
de los agregados psíquicos pertenece a la ciencia de la Conciencia. Que se entienda de una
vez y para siempre que es lo más importante, porque mientras la Conciencia esté embutida
entre el Ego, entre los defectos, entre el odio, entre la ira, entre la envidia, entre los celos, etc.,
el despertar de la otra Conciencia será algo más que imposible. Hay una tendencia siempre
creada a subestimar esto de la eliminación de los defectos. Muchos de los que vinieron a
nuestras filas, estudian el esoterismo gnóstico, pero subestiman totalmente la cuestión de la
eliminación de los defectos psicológicos, les ponen como acento de religiosidad, como una
cuestión cansona escuchada desde la infancia; no saben entender, realmente, lo que es la
ciencia de la Conciencia.

Amigos, no estoy invitándolos a santificaciones, ni a puritanismos de ninguna especie, estoy


únicamente indicándoles el camino de la muerte mística, el camino de la aniquilación budista y
de la Gran Realidad.

Amigos, en verdad quiero decirles a ustedes en forma enfática que ni los materialistas ni los
espiritualistas, ninguno de estos dos polos de la sustancia única pueden darnos la experiencia
de lo Real.

Ha llegado la hora de auto-explorarnos, de auto-conocernos para poder saber quienes somos,


romper cadenas y dar el gran salto en el Vacío Iluminador.

¡Paz Inverencial!

Bueno, si alguno tiene algo que preguntar puede hacerlo con la más entera libertad.

P.- Maestro, no sé si entendí bien: la humanidad necesitaría caminar en dos pies, en el


materialismo y la religión, que nosotros no sabemos apreciar esos dos aspectos, y sea
necesario encontrar la verticalidad caminando en los dos pies precisamente, -ni un extremo, ni
el otro-, ¿no se si usted me ha entendido?

R.- Me alegra mucho esta pregunta que está bastante interesante. Indudablemente la escuela
materialista con su dialéctica investiga en el campo de la física, de la química, de la biología
etc., etc., etc. Y obviamente rinde culto pues, al dios materia. No quiero decir que sus
producciones todas sean inútiles, esto sería absurdo. Tenemos aviones en los que podemos
volar, tenemos automóviles para transportarnos, tenemos ciencia médica, etc., y esto no se
puede tampoco desdeñar porque nos presta servicios en alguna forma y de alguna manera.

En cuanto al terreno espiritualista pues obviamente que existen muchas sectas, escuelas,
religiones. Algunas de ellas indudablemente han generado la enseñanza de los grandes
maestros, de los grandes iluminados, pero en realidad de verdad aunque son útiles todas las
religiones para bien de los pueblos, no quiere decir esto que puedan entregarnos la liberación,
no. Los espiritualistas, los religiosos o místicos tampoco han experimentado en sus sectas eso
que es la Gran Realidad, a excepción de sus fundadores o de los discípulos más directos.

Así pues ni los de la derecha, ni los de la izquierda pueden salvarnos, porque repito
espiritualismo y materialismo son los dos polos de esa substancia que ya la han denominado
materia. Esa es una substancia homogénea y en si misma contiene a los dos polos. Esos dos
polos son propiedad de esa substancia; que algunas gentes se parcializan con la corriente de la
izquierda y estudian el materialismo dialéctico, que otras se parcializan con la corriente derecha
que estudia la parte espiritual o el polo positivo de la materia; pero ni el polo positivo ni el
negativo nos pueden conducir a la Gran Realidad.

Necesitamos resolver el problema de las antítesis mediante la síntesis. La síntesis nos lleva a
comprender que esa substancia llamada materia en sus orígenes es homogénea, purísima,
virginal, divinal que antes de cristalizar en la forma en que actualmente existe, devino del Caos
como un germen conteniendo en sí todas las posibilidades, pero que a través del tiempo surgió
a la existencia. Que se bipolarizó hasta ser lo que actualmente es. Polo positivo, polo negativo,
porque son los dos polos de esa substancia. Pero repito la solución de la lucha entre los
opuestos está dando el salto a la síntesis y comprendiendo que solamente un monismo
trascendente y transcendental puede llevarnos a la comprensión de lo que es la Gran Realidad.

He dicho que ni el polo negativo por si sólo podría llevarnos a la liberación, ni el positivo,
aunque sean útiles en la manifestación. No he atacado a ninguno de los dos polos -subrayo-
únicamente los he mostrado como son, y aclaro: que mediante el salto vertical llegamos a la
síntesis que es un monismo transcendental que nos lleva a comprender que en última síntesis,
a la materia, a la substancia imperecedera, eterna, divinal, virginal, purísima. Eso es todo.
Alguna otra pregunta.

P.- Maestro: ¿Por qué que seremos muchos los llamados y pocos los escogidos dentro de la
hecatombe que se avecina?

R.- Bueno, realmente existe la ley de la selección natural, hay aves por ejemplo, que nacen y al
poco tiempo de nacer tienen que emigrar a otras latitudes, muchas no resisten semejante viaje
y perecen, y también es muy cierto que las crías de muchos peces que nacen no todos
sobreviven, cierta cantidad muere, antes de haberse desarrollado, esta es la selección del más
fuerte, porque es la ley natural. Existen muchos millones de personas sobre la faz de la Tierra,
unos afiliados a la escuela de la derecha otros a la de la izquierda, pero verdaderamente son
pocos los seres humanos que se deciden a marchar por el camino del centro, por el camino
revolucionario interior. Son muy pocos los que se han resuelto a abandonar las escuelas de
extrema derecha y de extrema izquierda, para auto-explorarse a sí mismos, para auto-
conocerse, para transformarse, por ese motivo no todos logran pues, salvarse del grave
cataclismo que se avecina, no todos lograrán al Ser, no todos sirven para la conquista de la
Gran Realidad, eso es todo. A ver tome la palabra.

P.- ¿Cómo se podría llamar a una persona que ni es que está de parte del materialismo ni parte
del cristianismo?

R.- Bueno, si no se ha propuesto esa persona a auto-explorarse a sí misma, se le podría


denominar "tibio" y ya sobre eso el Cristo habló claramente en el Evangelio diciendo: "sed fríos
o calientes, pero no tibios porque a los tibios los vomitaré de mi boca", eso es todo. Todo el que
quiera preguntar puede preguntar y el que quiera refutar pues que refute de una vez, aquí hay
libertad de palabra para todos, aquí no se prohibe la libertad de palabra a nadie.

P.- Hace aproximadamente un año, en una plática de Europa, fue el año pasado
aproximadamente, decía alguien que estimaba que la humanidad estaba viviendo las últimas
etapas de una crisis de sexualidad y que la única forma de salirnos de esa crisis era una nueva
síntesis de fe y de sensaciones. La pregunta mía es la siguiente: que si estima usted que en el
gnosticismo -que estoy incursionando apenas en él- ¿se pueden encontrar esa síntesis de fe y
de sensaciones?

R.- Amigo, con el mayor gusto daré respuesta a esa interesante pregunta. El mundo entero, en
realidad de verdad, -como usted lo dice- se haya en estado de crisis mundial y de bancarrota de
todos los principios. Estamos ante el dilema del Ser y del no ser de la filosofía, eso es verdad;
ahora bien, en cuanto a la Gnosis se refiere, quiero decirle en forma enfática que Gnosis es
conocimiento, sabiduría, por medio de la sabiduría podemos nosotros orientarnos. Aquí
experimentarán ustedes fe, sí, pero fe consciente, no la fe del carbonero, la fe consciente, aquí
tendrán ustedes algo más que simples sensaciones, experiencias vívidas de lo Real, se les
entregarán aquí sistemas precisos de meditación, para la experiencia de lo real.

EL LADO OCULTO DE NUESTRA LUNA PSICOLOGICA


Hay dentro de nosotros mismos una parte oculta de nuestro Ego que nunca se ve a simple
vista. Así como la Luna tiene dos aspectos, uno que se ve y aquel lado oculto, así también hay
en nosotros un lado oculto que nunca vemos. Ante todo quiero que entiendan ustedes que así
como hay una Luna física que nos ilumina, existe también la luna psicológica. Esa luna
psicológica la cargamos muy dentro, es el Ego, el "yo", el mí mismo, el sí mismo.

El lado visible, todo el mundo con un poquito de observación lo ve. Pero hay un lado invisible en
nuestra luna psicológica que a simple vista no se ve. La Conciencia, desafortunadamente, no ha
iluminado esa parte oculta de nuestra propia luna interior. Realmente nosotros vivimos en una
pequeña zona de nuestra Conciencia, nosotros nos hemos forjado un retrato de nosotros
mismos, mas un retrato no es la totalidad.

Cuando logremos que la Conciencia penetre como un rayo de luz en ese lado invisible, que no
se ve, en ese lado oculto de nosotros mismos, lo que de nosotros ignoramos es muchísimo.

El lado oculto que desconocemos suele ser muy profundo, pero necesitamos conocerlo, y sólo
podremos conocerlo proyectando la luz de la Conciencia sobre ese lado oculto. Y es importante
ese lado oculto, es precisamente en ese lado donde están todas las causas de nuestros
errores, las innumerables reacciones mecánicas, las antipatías mecánicas, nuestras
mezquindades, etc.

En tanto nosotros no hayamos iluminado ese lado oculto con los rayos de la Conciencia,
obviamente estaremos muy mal relacionados, no solamente consigo mismos, sino también con
los demás.

Cuando uno ilumina ese lado de su luna psicológica con los rayos de la Conciencia, conoce sus
errores, entonces sabe ver a los demás; pero cuando uno no ilumina con su Conciencia ese
lado oculto de sí mismo, comete el error de proyectarlo sobre la gente que nos rodea y eso es
gravísimo.

Proyectamos sobre las gentes todos nuestros defectos psicológicos, y si somos mezquinos, a
todos los veremos mezquinos; y si estamos llenos de odio, a todos los veremos en esa forma; y
si somos envidiosos, creeremos que los otros son también envidiosos; y si somos violentos y no
sabemos comprender la violencia ajena, creemos que sólo nosotros tenemos la razón y que los
demás no la tienen.

Cuando sentimos antipatía por alguien, es claro que allí está precisamente el "quid" de la
cuestión, aquí está precisamente el defecto que interiormente llevamos y que lo estamos
proyectando sobre ese alguien. ¿Por qué nos causa antipatía tal o cual persona? ¿Por qué le
vemos este aquel defecto que nos molesta tanto? Aunque parezca increíble, aunque no lo
admitamos, aunque rechacemos, la verdad es que ese defecto lo tenemos adentro y lo estamos
proyectando sobre el prójimo.

Cuando uno comprende, entonces se propone disolver el elemento que ha descubierto, y si uno
ve que el prójimo tiene tal o cual defecto, seguro es que del lado oculto que uno no ve, el lado
oculto de uno mismo, está el defecto en cuestión.

Así pues, es lamentable que nosotros estemos tan mal relacionados con la gente.
Desgraciadamente, como quiera que estamos nosotros mal relacionados con nosotros mismos,
pues tenemos que estarlo con los demás. Si sabemos relacionarnos con sigo mismos,
sabremos también relacionarnos con los demás -eso es obvio-, a medida que avanza uno en
esto, dándose cuenta de cuán equivocado anda por el camino de la vida.

Protesta uno porque otros no son cuidadosos y uno sí lo es; creemos que los demás andan mal
porque no son cuidadosos, cree uno que sí es cuidadoso y se molesta contra alguien porque no
lo es.

Si uno observa en detalle verá que ese que no es cuidadoso, ese defecto que ve uno en otro, lo
tiene muy sobrado en sí mismo, en el lado desconocido de sí mismo. El que se crea muy
cuidadoso, puede suceder -y es verdad, sucede- que no es tan cuidadoso como cree y sí hay
desorden dentro de sí mismo que ignora y no acepta, y no cree ni entiende.

Vale la pena conocer uno ese lado desconocido de sí mismo. Cuando uno de verdad proyecta
la luz de la Conciencia sobre ese lado de sí mismo desconocido, cambia totalmente.

Descubrir uno que es violento, por ejemplo, entonces aprende a tolerar la violencia de los
demás. Se dice a sí mismo: "yo soy violento". Entonces ¿por qué critico a aquel que es violento,
si yo lo soy? Cuando uno comprende realmente que es injusto consigo mismo, que carga la
injusticia en sí mismo, aprende a tolerar la injusticia de los otros.

Se nos ha dicho en la Gnosis que "debemos aprender a recibir con agrado las manifestaciones
desagradables de nuestros semejantes", más no podría uno llegar de verdad a recibir con
agrado las manifestaciones desagradables de nuestros semejantes, si no acepta sus propias
manifestaciones desagradables, si no las conoce, y para conocerlas debe lanzar un rayo de luz
sobre ese lado oscuro de sí mismo. Obviamente, en ese lado que no ve están en verdad las
manifestaciones desagradables que interiormente carga y que proyecta sobre los demás. Así
que cuando uno conoce sus propias manifestaciones desagradables, pues aprende a tolerar las
manifestaciones desagradables del prójimo.

Obviamente, para poder cristalizar uno en sí mismo al Cristo Cósmico, necesita inevitablemente
de aprender a recibir con agrado las manifestaciones desagradables de los demás. Así, poco a
poco, va cristalizando en de sí mismo al Señor de Perfección. Así pues que, hay que entender
que el Señor de Perfección solamente cristaliza en nosotros a través del Santo Negar.

Hay tres fuerzas en nosotros muy importantes: la primera es el Santo Afirmar; la segunda el
Santo Negar y la tercera el Santo Conciliar.

Para cristalizar por ejemplo el Santo Conciliar -la tercera fuerza, la del Espíritu Santo, la fuerza
neutra-, necesita transmutar la energía creadora y al fin esa fuerza maravillosa viene a
cristalizar en los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser. Para cristalizar en sí mismo la
segunda fuerza, la del Señor de Perfección, la del Bendito, la de nuestro Señor el Cristo, se
necesita inevitablemente aprender a recibir con agrado las manifestaciones desagradables de
nuestros semejantes. Y para cristalizar en sí mismo la primera fuerza, la del Padre, el Santo
Afirmar, se necesita saber obedecer al Padre, así en los Cielos como en la Tierra.

El Sagrado Sol Absoluto, del cual dimana toda vida, quiere cristalizar en cada uno de nosotros
esas tres fuerzas primarias de la Naturaleza y del Cosmos: Santo Afirmar, Santo Negar y Santo
Conciliar.

Concretándonos nuevamente en la cuestión -del Santo Negar, es decir del Cristo-, necesitamos
negarnos a sí mismos, repito, aprender a recibir con agrado las manifestaciones desagradables
de nuestros semejantes. Mas ¿cómo podríamos nosotros recibir con agrado las
manifestaciones desagradables del prójimo, si uno antes no ha conocido sus propias
manifestaciones desagradables? Si por ejemplo tenemos ira -sabemos que la tenemos-, si nos
hemos hecho conscientes de que somos "berrinchudos, geniosos, enojones", iracundos,
furiosos; pues es claro, estando bien conscientes de ello, tendemos a dispensar esos mismos
errores en los demás y como consecuencia nos relacionaremos mejor con el prójimo.

Si estamos llenos de envidia y reconocemos que la tenemos, que la cargamos en el lado oculto
de nuestra luna psicológica, aprendemos a perdonar las manifestaciones desagradables de la
envidia, tal como existen en otras personas.

Si estamos llenos de orgullo, si sabemos que lo tenemos, sabemos que somos orgullosos, que
estamos engreídos y reconocemos que lo somos, entonces aprendemos a mirar pues, a los
orgullosos con más comprensión. Ya no nos atreveremos a criticarlos; sabemos que dentro
cargamos esos mismos defectos.

Si un hombre se siente honrado, si se siente incapaz de mentir, de pronto sucede que le


ofenden diciéndole: ¡mentiroso! Obviamente si ha aceptado que en el lado oculto de su luna
psicológica, en ese lado que no se ve, en el lado oculto de sí mismo, existe todavía la mentira
de forma inconsciente, no se sentirá ofendido cuando se le diga mentiroso, sabrá ser tolerante
con el prójimo.

Muchos podrán creerse muy liberales en su forma de ser, muy justos, más si de pronto hay
alguien que les dice que no lo son, que no son tan liberales ni tan justos, podrían ofenderse
porque ellos se sienten siendo justos y liberales. Mas si ellos han aprendido a proyectar antes
previamente, su Conciencia sobre el lado oculto de sí mismos, sobre ese lado oculto que jamás
se ve, entonces vienen a reconocer por sí mismos, directamente, que no son tan justos ni tal
liberales como pensaban. En el fondo de ellos hay injusticia e intolerancia, etc. Cuando alguien
intente herirlos en ese sentido, no se hieren, porque saben que les están diciendo la verdad.

Así pues, resulta muy importante mirar ese lado oculto de sí mismo, ese lado que no se ve, en
ese lado está la crítica, la censura. En nosotros hay algo que censura, algo que critica, en la
parte oculta de nosotros mismos está la censura, está la crítica ¿Por qué censuramos a los
demás, por qué los criticamos? ¿Que es lo que estamos criticando a los demás, tal o cual
defecto? Seamos sinceros, mirémonos hacia adentro, auto-exploremonos, iluminemos esa
parte oculta de nuestra propia psiquis, esa parte que nos se ve y veremos que los defectos que
a otros estamos criticando, los tenemos muy dentro en sí mismos. Entonces cuando eso sea,
dejaremos de criticar. La censura, la crítica, se debe precisamente a la falta de comprensión.
¿Qué censuramos en otros, qué criticamos a otros? Bueno sí, nuestros propios defectos, eso es
lo que estamos criticando, como los proyectamos.

Triste es saber que nosotros proyectamos nuestros defectos psicológicos sobre los demás,
triste es saber que los vemos tal como somos nosotros, que vemos al prójimo como somos
nosotros, esto es algo que hay que entenderlo. Todos tenemos una tendencia a creemos
perfectos. Nunca se nos ha ocurrido mirar esa parte de la luna -de nuestra luna psicológica -,
esa parte que no se ve, jamás.

Ha llegado la hora pues de autoexplorarnos seriamente para conocernos de verdad. Cuando


uno de verdad, iluminando pues la parte oculta de sí mismo, el lado invisible que lleva en su
interior, descubre con horror factores psicológicos que en modo alguno aceptaría tener, factores
que rechazaría de inmediato, factores que cree no tener.

A un hombre honrado, por ejemplo, se le diga: ¡ladrón!, es una ofensa. ¿Por qué se ofendería
un hombre honrado si le dice ladrón? El Ego inmediatamente tiene la tendencia a decir, porque
se le ha calificado mal; aún más, el ofendido podría apelar a la violencia para tratar de
justificarse. El hecho mismo de que un hombre honrado se ofenda cuando le dice ladrón,
demuestra que no es honrado. Ahí esta el "quid" de la cuestión.

Si de verdad fuera honrado no se ofendería aunque le digan ladrón, si se ofende no es honrado.


Si ese hombre -por ejemplo-, iluminara con su propia luz de la Conciencia esa parte de sí
mismo que no se ve, esa parte oculta de nuestra luna psicológica, con horror descubriría lo que
no quiso aceptar: descubriría "yoes" del robo, ladrones. ¡Qué horror, imposible! Pero así es. En
nosotros hay factores que ni remotamente sospechamos, que rechazamos, que de ninguna
manera aceptamos y nos horrorizan y sin embargo en el fondo los tenemos; ¡horrendo es, pero
así es!

Yo mismo, cuando estaba en el trabajo de la disolución del "yo" en el Mundo de las Causas
Naturales, fui sorprendido. Nunca pensé que tuviera dentro de mi interior "yoes" del robo, y
encontré toda una legión de "yoes" ladrones. "Imposible, -dije- yo nunca le robo a nadie ni cinco
centavos. ¿Cómo va a ser posible que aparezcan "yoes" del robo allá adentro?" Pues imposible
o no imposible, aunque rechazara, ahí estaban; me gustara o no me gustara, ahí estaban.

Les advierto que en el terreno de la vida práctica alguien podría dejar aquí en este lugar un
tesoro de oro puro, yo no sacaría ni una sola moneda, aunque dicho está: "en el arca abierta
hasta el más justo peca". Pero por ese lado estoy seguro de no fallar, que ni dejándome oro en
polvo me sacaría yo pues, ni un miligramo de aquel oro. Sin embargo, con cuánto dolor
descubrí que allá en el fondo existían "yoes" del robo.

Cuando los observaba con el sentido de auto-observación psicológica, los veía huyendo; el
ladrón que roba y huye despavorido, horribles caras de robo. Quedé horrorizado, sí, de mí
mismo, pero no tengo ningún inconveniente en confesarlo, porque si no lo confesara todavía
sería señal de que todavía estarían vivos esos "yoes" allá, adentro. Porque el hipócrita tiene la
tendencia de ocultar sus propios defectos. Así pues que, no tengo ningún inconveniente en
confesarlo que tenía esa clase de "yoes"; aun llevando una vida honrada los tenía. Aun
pagando las deudas ajenas los tenía, ¿qué me tocó? Desintegrarlos, reducirlos a polvareda
cósmica y eso me causó horror.

Sí hermanos, dentro de uno, en su interior, en ese lado oculto que no ve de sí mismo, lleva
monstruosidades inenarrables, indescriptibles. Alguien se lava las manos diciendo: "no, yo soy
hombre bueno, yo a nadie le robo jamás ni cinco centavos, he hecho muchas obras de caridad,
soy buen esposo, buen padre de familia, buen hijo, no mato, no robo, no le quito la mujer al
prójimo, entonces yo soy un santo...". Esos que hablan así son candidatos seguros para el
Abismo y la Muerte Segunda, son casos perdidos. Ninguno de nosotros se crea santo, porque
en el lado oculto de sí mismo, en ese lado que no ve, carga monstruosidades inenarrables,
horribles, que ni remotamente sospecha. Desgraciadamente la gente -como le he dicho a
ustedes- no vive sino en una pequeña parte de sí misma. No ve la totalidad del cuadro,
solamente ve un rincón del mismo y se ha forjado cada cual sobre sí mismo un retrato: el retrato
del hombre honorable, el retrato del la dama virtuosa -aunque no lo sea-, el retrato del caballero
caritativo, etc.

De acuerdo con ese retrato condiciona su existencia y de allí acciona y reacciona


incesantemente. Allí están todas sus mezquindades, críticas o sus censuras, pero él se cree
perfecto. Bien vale la pena reflexionar un poco en estas cosas, en ese lado oculto de sí mismo,
tener el valor de verlo. Todo el mundo lo sospecha, pero nadie se atreve a ver de verdad cara a
cara a ese lado oculto de sí mismo donde están precisamente los factores que producen
discordia en el mundo, donde está la censura y la crítica, donde está la violencia, donde está la
envidia, etc.

La envidia -por ejemplo-, convertida dijéramos en la mecánica de esta civilización, en el factor


básico de la acción, cuan lamentable es eso. Si alguien tiene un "carrito" y de pronto ve que otro
pasó con un "carro" más hermoso, un flamante automóvil y dice: "hombre, yo tengo ganas de
mejorar un poco, voy a ver como me consigo un carrito mejor". Mas no se le ocurre saber ¿por
qué anhela un "carrito" mejor? Muchas veces puede suceder que el "carrito" que está usando le
está sirviendo, ¿por qué anheló otro mejor? Sencillamente por envidia. Esa envidia está allá en
el lado oculto que no se ve, en el lado oculto de nuestra propia luna psicológica, allí está.

Obviamente se ha convertido, repito, la envidia en el resorte secreto de la acción y eso es


realmente lamentable. Cuando vayamos progresando en la auto-exploración psicológica nos
iremos haciendo cada vez más conscientes de sí mismos y eso es lo mejor. Ha llegado la hora
de entender que los errores que en otros vemos los cargamos adentro nosotros.

Ha llegado la hora de entender que en tanto nosotros no conozcamos ese lado oculto de sí
mismos, estaremos mal relacionados con el prójimo. Es necesario aprender a relacionarnos
mejor consigo mismos para poder relacionarnos mejor con los demás. ¿Cómo podríamos
relacionarnos bien con el prójimo cuando ni siquiera nos hemos relacionado bien consigo
mismos?

No solamente debemos pensar en la luna ésta, física, -repito- sino en la luna psicológica que
interiormente cargamos, que es la más interesante. Allí los otros "yoes" de una monstruosidad
terrible, están el lado oculto que no vemos. Esas visiones que el Dante viera en su Divina
Comedia, "garras y aletas horribles, dientes, pezuñas, monstruosidades y monstruos", que
existen en el lado oculto de nosotros mismos, en ese lado que no vemos.

Mas en el trabajo sobre sí mismos hay pasos muy difíciles. Sucede que cuando trabajamos
sobre sí mismos, cambiamos, obviamente. Si cambiamos somos mal interpretados por nuestros
semejantes. Sucede que nuestros semejantes no quieren cambiar, ellos viven embotellados en
el tiempo; son el resultado de muchos ayeres y si nosotros cambiamos, ellos gritan y protestan
y nos juzgan equivocadamente. Todo esto debe saberlo el estudiante gnóstico.

En el mundo se han escrito muchos códigos de moral, mas ¿qué cosa es la moral? ¿Servirá
acaso para la disolución del "yo"? ¿Podrá iluminarnos ese lado oscuro de sí mismos, ese lado
que no se ve? ¿Podrá conducirnos a la santificación, o qué? Nada de eso. La moral es hija de
las costumbres, del lugar y de la época. Lo que en un lugar es moral, en otro lugar es inmoral.
Lo que en una época fue moral, en otra época dejó de serlo. Así pues que, ¿en qué quedamos?
¿En qué queda la moral?

En la China antigua, matar a su padre era justo cuando ya estaba demasiado anciano e incapaz
de bastarse a sí mismo. ¿Aquí qué diríamos nosotros de un hombre mata a su padre? Parricida,
¿verdad? Así pues, la moral es esclava del lugar, de las costumbres y de la época, repito.
Entonces, ¿de qué sirven los códigos de moral que en el mundo se han escrito? ¿De qué sirven
tan brillantes códigos? ¿Podrían ellos disolver el "yo"? ¿Podrían iluminar la cara oculta de
nuestra luna psicológica? Nada de eso, no sirven; en el camino éste de la disolución del "yo" a
simple vista pareceríamos inmorales. ¿Qué clase de moral necesitamos entonces seguir?
¿Cuál, si no sirven los códigos? ¿Entonces qué?

Hay un tipo de "ética" que ustedes no lo conocen. Algunos lo conocen en los Himalayas. Me
refiero a ese tipo de conducta recta de la Naturaleza. A esa ética que los tibetanos un día
condensaron en los Paramitas. Lástima que los Paramitas no estuvieran traducidos pues, al
lenguaje occidental. Los he buscado y no los he hallado. Es el tipo de ética real, pero ¿quién la
entiende? Tal vez ustedes los entendieran, tal vez no.

Si ustedes cambian, puede suceder que la gente se vuelva contra de ustedes. Si alguien de
ustedes cambia puede suceder que todos los hermanos que aquí están, lo estén calificando
entonces mal, lo estemos señalando como inmoral, malvado: "vean lo que ha hecho, lo que
está haciendo". Es decir, surge la censura y es que las gentes quieren que el iniciado
permanezca embotellado en el pasado. De ninguna manera quieren que el iniciado surja a lo
nuevo, que cambie. Cuando el iniciado cambia es mal interpretado, juzgado equivocadamente.

Así que el Ego es tiempo y el Ego ajeno no puede tolerar que alguien se salga del tiempo, no lo
perdonan de ninguna manera. A mí me "corrieron" de mi propia casa paterna porque resolví
cambiar, me tenían demasiado atormentado con su "mochismo". La férula de los profesores
llovía sobre mí incesantemente, los jalones de orejas, los golpes en la cabeza, porque no
dominaba aquellas materias que para ellos eran muy fundamentales -cosas allá de los Egos-,
pero que para ellos son fáciles y se enorgullecen de tener esas cosas, además.

Me "corrieron" de mi propia casa paterna, me "corrieron" de la escuela y me "corrieron" de todas


partes. Conclusión: yo era una calamidad, sencillamente porque estaba cambiando. Yo no
quería seguir metido en el tiempo, entonces se me endilgaban toda clase de barbaridades, se
me condenaba como hereje, malvado, terrible. Hasta me perseguía para darme muerte:
enemigo número uno de la religión ortodoxa. Conclusión: me coloqué, como dice un dicho por
ahí, "fuera de onda". No podían perdonarme que me saliera pues, del "jacal" y no perdonaron.

Aquí mismo estamos todos reunidos, si uno de ustedes cambia, puede estar seguros de que
todos los demás le criticarán y estamos aquí en pleno lumisial. Queremos que hasta el mismo
Maestro camine de acuerdo con ciertas normas preestablecidas en el tiempo. Yo les aseguro
que ustedes no mirarían con agrado que yo me les saliera de sus normas. Ustedes tienen sus
normas y si yo me salgo de esas normas, entonces ¿qué? Ya no mirarían con agrado eso.
Posiblemente dirían "vean, vean lo que está haciendo, ¿pero esto que está haciendo y es un
Maestro? ¡Imposible, eso no es un Maestro!".

¿Por qué? Porque me salí del "jacal", porque no quiero seguir metido en sus normas. Porque no
quise seguir embotellado en el tiempo. Porque no quise seguir encerrado en sus códigos de
moral. Porque aunque parezca increíble, cada uno de ustedes sigue determinados códigos de
moral. Algunos de ustedes seguirán los diez mandamientos que ya están estipulados y de ahí
no se salen ni a cañonazos. Otros de ustedes siguen normas más o menos preestablecidas por
sus familias en el tiempo. Algunos de ustedes siguen determinadas reglas de conducta que
aprendieron pues, en distintas escuelas psudo-esotéricas o pseudo-ocultistas, que oyeron de
sus preceptores religiosos.
Cuando alguien se sale, cuando alguien no se comporta de acuerdo con esas normas que
ustedes tienen establecidas en sus mentes, ese alguien para ustedes es un indigno, un infame,
es un malvado. Vean ustedes cuán difícil es pues, llegar uno a la Auto-Realización Intima del
Ser. A medida que uno se auto-observa psicológicamente, va eliminando precisamente esa
cara oculta que no ve, va conociendo que en su intimidad hay factores que ignoraba, crímenes
que ni remotamente sospecha.

Conforme disuelve tales factores, se verifican cambios psicológicos que obviamente se reflejan
sobre sus semejantes, esos cambios son mal interpretados por el prójimo. De ninguna manera
el prójimo puede aceptar que alguien no se comporte de acuerdo con las normas establecidas,
de acuerdo con los códigos ya escritos, de acuerdo con los principios sustentados.

Resulta que en el Trabajo, muchas veces tenemos que volvernos inmorales. Cuando hablo de
"inmorales" hay que saber entender esto, ponerlo entre comillas y subrayado. Me estoy
refiriendo, no estoy citando esta palabra en la forma que ustedes la están entendiendo, en la
forma negativa. Quiero únicamente aclarar: cito esta palabra en el sentido edificante o
dignificante, en el sentido positivo, constructivo, en el sentido de que hay la necesidad de evitar
los códigos caducos, de cierta moralidad sin basamento sólido.

Tengo que llamar la atención a A., porque ha llegado al final de la clase y eso no está correcto,
eso no está correcto, has hecho un escándalo, hay que llegar siempre temprano, a la hora que
empezamos; empezamos a las 9 de la noche, a esa hora.

Bueno mis queridos hermanos, llegamos pues a la conclusión de que la vía suele ser difícil, el
camino angosto, estrecho. De lado y lado hay horrendos precipicios, subidas maravillosas,
bajadas horribles.

Caminos, suelen salir muchos, algunos lo conducen a uno al dominio de determinadas zonas
del Universo; es decir, le convierten de hecho en un Deiduso o Cosmocrator, para hablar esta
vez en el sentido indostánico...

Otros lo llevan a determinados paraísos; caemos, nos traen de nuevo a los sufrimientos de la
tierra; los otros al Abismo y a la Muerte Segunda. Hay sendas que se escapan al camino central
con apariencias maravillosas de santidad, pero que conducen al Abismo y a la Muerte Segunda.
Es difícil no perderse, lo normal es que se pierdan muchas veces por atenerse a un código de
moral establecido, se pierden, caen en el Abismo de perdición.

Entonces qué, ¿cómo hacer? Auto-observarse psicológicamente en forma incesante y antes de


censurar a otros censurarse a sí mismos. Y antes de ser violentos con otros, autoexplorarse
para conocer su propia violencia, su violencia íntima, aunque la rechace y piense que no la
carga.

...si la gente viviera en una forma más consciente, todo sería diferente. Desgraciadamente
nosotros, como lo hemos repetido tanto esta noche, nos hemos formado muchos retratos sobre
sí mismos, porque sólo vivimos en una pequeña parte de sí mismos. Cuando proyectamos
nuestra Conciencia sobre esa parte que no se ve, los retratos aquellos dejan de ser alimentados
y se vuelven polvareda cósmica, entonces todo cambia; necesitamos cambiar. Qué pequeños y
deformes retratos nos hemos forjado de sí mismos, qué mezquinos y cuán lejos están esos
retratos de lo que realmente somos, desgraciadamente.

Estaba pensando aquí en voz alta, y ustedes están formando parte de mis propias reflexiones.
Cuán mezquinos somos y sin embargo ni remotamente sospechamos que somos mezquinos,
que en el lado oculto de sí mismos cargamos la mezquindad.

A veces pensamos que si estos grupos esotéricos gnósticos caminaran mejor, seríamos más
felices. Parece como que reclamamos un mundo ideal para trabajar. Si fuéramos a las
montañas, o a los valles más profundos, creeríamos que así caminaríamos mejor. Más ¿de qué
sirve encerrarse en una cueva cuando dentro de sí mismos cargamos todos los factores que
producen envidia, lujuria, odio, etc., etc.? Los aquí presentes no somos unas mansas ovejas,
porque perfecto solamente ahí está el Padre, nosotros no somos perfectos, eso es obvio.

Aquí veo un pequeño grupo de hermanos reunidos; ¿están seguros los aquí presentes de
constituir precisamente un núcleo de fraternidad y de amor y de belleza? ¿Nunca nadie de los
aquí presentes ha criticado a nadie? ¿Y cuando están en plena asamblea se han tratado
siempre con un amor nunca visto? ¿Jamás han disputado entre sí? Cada uno ¿cómo ve a cada
uno? Creo que no se ven muy bien.

Aquí están todos reunidos como santitos, sí, así es, pero en el fondo ustedes saben que hay
envidias, disputas, odios, críticas malsanas, etc., etc., etc., lo saben, sí. Sin embargo cada cual
ve el error en los demás, pero no lo ve en sí mismo; a nadie se le ocurre que el error que está
viendo en los otros lo carga dentro de sí mismo, eso no se le ocurre. Son pocos los hermanos
que saben reflexionar en estas cosas, son pocos los que saben entender. ¿Por qué quisiéramos
nosotros algo ideal, un mundo ideal donde nadie se odiara, donde todos fueran hermanos,
donde todos se dedicaran únicamente al saber y al amor? ¿Por qué? ¿Hay razón para desear
eso? En verdad que no la hay.

Aunque un grupo esté de 3ª Cámara, viene a simbolizar o a representar precisamente a la vida


allá, a la vida que está fuera de esta Cámara. Ustedes saben que la vida, el tren de vida, la
humanidad en conjunto está llena de terribles defectos.

Ustedes saben que esa multitud amorfa que abunda por ahí, está llena de ira, de codicia, de
lujuria, de envidia, orgullo, pereza y gula, etc., etc., etc. No es ideal verdad, no, no lo es.
Entones este pequeño grupo, ¿por qué este pequeño grupo queremos que sea ideal? Este
pequeño grupo representa a esa humanidad, a ese montón, a esos millones de personas que
hay en el mundo. Aquí está ese pequeño grupo con esos mismos errores que tienen las
multitudes; entonces en este pequeño grupo hay una escuela maravillosa, hay un gimnasio
formidable, así con sus defectos, así como están, este es un gimnasio psicológico magnífico.

Que el hermano tal dijo algo al hermano tal, bueno, el que dijo, en lugar de decirlo debe
investigarse a sí mismo, mirar esa parte oculta de sí mismo, esa parte que no se ve, a ver ¿por
qué lo dijo? ¿Por qué censuró al prójimo? Que la hermanita tal dijo algo de la otra hermanita
zutana, bueno, en lugar de estar criticando esa hermanita, autoexplorese para ver esa parte de
la luna que no se ve, y a buen seguro que el error que está viendo a la otra hermanita, seguro lo
carga en esa parte oculta de sí misma, en la parte que no se ve. Si eso lo sabemos aprovechar,
precisamente los propios defectos psicológicos de nuestros hermanos, si en vez de estarlos
criticando, los aprovechamos para el autodescubrimiento de sí mismo, pues tendremos
entonces que este pequeño grupo es una escuela maravillosa, extraordinaria.

Aquí está representada toda la humanidad, en este pequeño grupo hay allí un gimnasio
precioso, necesario para el autodescubrimiento, hay que aprovecharlo. Si este pequeño grupo
fuera de perfectos, entonces no habría necesidad de que existiera ese grupo, ¿para qué? Si
todos llegaron a la perfección, ¿para qué formar este grupo?

Este grupo existe porque no somos perfectos, por eso existe. Si fuéramos perfectos este grupo
no existiría. Los errores de nosotros, los errores de todos los hermanos sumados entre sí son
los errores de la humanidad. Aquí está tipificada, ejemplarizada, esta es una muestra de lo que
es la humanidad; pues aprovechemos esta muestra, aprovechemos esta escuela, y en vez de
censurar a nuestros hermanos, censurémonos a sí mismos. El error que en otro veamos, debe
servirnos de ilustración para la Conciencia, nos permitirá saber que nosotros cargamos ese
error en la parte oculta que no se ve. Vean ustedes cuán útil es una escuela esotérica, una de
regeneración.

Esta es una escuela de regeneración, más somos tontos cuando dejamos la escuela y nos
vamos de "pinta" buscando una humanidad ideal. ¿Dónde la van a encontrar, en qué parte del
mundo? Imposible ¿verdad? Hay una Humanidad Divina, sí, pero no es la humanidad corriente,
no. Me refiero en forma enfática al Círculo Consciente de la Humanidad Solar, a ese Círculo
que opera sobre los Centros Superiores del Ser. Esa es la única humanidad que yo diría, ideal.
¿Pero cómo vamos a llamar ideal al hijo del vecino? ¿Cómo vamos a llamar ideal a Pedro, a
Juan, a Jesús, a Jacinto, José, sin embargo todos son necesarios. Los errores del vecino
pueden ser muy útiles para nosotros, podemos utilizarlos como indicación. Si yo descubro que
el hermano fulano de tal está lleno de envidia, pues debo ser un poquito reflexivo. ¿Estoy
censurando la envidia de fulano de tal? El hecho de que este censurando la envidia del
hermano fulano de tal, indica que yo la tengo en las profundidades de mi Conciencia, en esa
parte que no se ve. Ahora bien, hay que saber quién es el que censura. ¿Quién es el
censurador? ¿Cuál es el "yo" de la crítica? Vale la pena que le hagamos la autopsia, que lo
reduzcamos a polvareda cósmica. Hasta aquí esta plática, mis queridos hermanos. Ahora
pueden si ustedes quieren preguntar, pueden hacerlo con entera libertad.

P.- ¿Qué podría explicarnos sobre las Gorgonas?

R.- Las Gorgonas, ¿qué quieres saber sobre las Gorgonas? ¿No acaso habló Virgilio, el poeta
de Mantua, en la Eneida? ¿No habló acaso de las Gorgonas el Dante Alighieri en la Divina
Comedia? ¿Qué quieres saber tú sobre las Gorgonas?

P.- ¿Qué son lo que significan?

R. Las Gorgonas, con sus venenos gorgoicos, no son otra cosa sino las Tres Furias que nos
habla Virgilio en su Eneida. Allí sí, allí están, sí -yo lo digo-, las Tres Furias, las tres Gorgonas,
ahí están terribles. En el Esoterismo Crístico podríamos llamarla a la primera, Judas -el
demonio del deseo-, a la segunda podríamos llamarla Pilatos -el demonio de la mente-, y a la
tercera podemos llamarla Caifás -el demonio de la mala voluntad-. ¿Que las decapitó, quién?
¿Perseo, con la espada flamígera? El lo hizo, ahora lo que importa es que cada uno de
nosotros decapite a las tres Gorgonas que lleva dentro. Ellas pertenecen precisamente a ese
lado oculto de sí mismo, a ese lado que no se ve. ¿Hay alguna otra pregunta, hermanos?

P.- Cuando usted mencionaba eso del código moral, se me ocurre que puede existir el peligro
de que convirtamos la Gnosis, -las enseñanzas gnósticas- en un código "moral" que no
comprendamos realmente la enseñanza. Puede existir ese peligro también ¿no es cierto?

R.- Así es, y veo que hay una marcadísima tendencia en todos los hermanos del Movimiento
Gnóstico a escribir códigos morales. Y todos tienen la tendencia a que esos códigos sean
respetados, que todos quieren establecer códigos morales en el Movimiento a fin de que la
totalidad de los hermanos se ajuste a esos códigos. A la larga esos códigos resultan absurdos,
rancios, torpes, se convierten -dijéramos- en botellas dentro de las cuales queda la mente
embotellada. Entonces viene el fracaso en el trabajo de la disolución del Ego. Sucede que en
este trabajo hay que hacer cosas que parecerían inmorales, tiene uno que salirse a veces de
ciertas normas a las cuales todos están sujetos.

Sucede que cuando uno cree que va muy bien, va muy mal. A veces cuando los demás piensan
que uno va malísimamente, es cuando mejor va. De manera que camino es así. Hay mucha
virtud en los malvados y mucha maldad en los virtuosos. Hay peligros tremendos, cualquiera
puede meterse por un callejón que cree es el correcto y se aparta del Real Camino y lo lleva al
fracaso.

Así pues, ¿de qué sirven los códigos morales? ¿de qué sirve la moral convencional de las
gentes? Mejor es que nosotros marchemos de acuerdo con los principios de la Sabiduría, que
debemos encontrar dentro de nosotros mismos, aquí y ahora. ¿Alguna otra pregunta?

P.- Maestro, ¿tampoco tenemos mandamientos aquí?

R.- Pues cada cual debe de seguir tales o cuales mandamientos. Las gentes tienen tantas
cosas, han inventado tantos dogmas a través de los siglos que realmente si uno se pronunciara
contra todas sus normas, a lo único a que se expondría es a ser apedreado en la plaza pública.
En esto lo que sirve es el discernimiento, la auto-exploración de sí mismo, la auto-observación
psicológica, conforme uno se valla auto-observando va viendo lo que quiere y va procediendo
de acuerdo con lo que necesita, con lo que debe ser, con lo urgente, de nada sirve que estemos
siguiendo códigos de moral convencional, mas sirve la auto-observación de sí mismo, eso es lo
que debe orientar, vernos, vernos y vernos y seguirnos viendo y proyectar la Conciencia una y
otra vez sobre ese lado oculto de sí mismos, sobre ese lado que no se ve, eso es lo que sirve,
¿lo demás? ¿Lo que digan los códigos? "¡vale sorbete!" ¿A ver alguno más...?

P.- Maestro, nosotros que somos instructores y tenemos que apoyar la sabiduría gnóstica, por
ejemplo, a veces, en la Biblia, en ese mandamiento de no adulterar, y todos los demás sobre la
Ley de Moisés, entonces digamos si no nos apoyáramos ahí, como usted se ha apoyado en
muchas de sus obras, nosotros estamos de acuerdo en qué los códigos están pasados, pero
¿sirven esos mandamientos por ejemplo, en apoyo a nuestros discípulos?

R.- De nada sirven todos esos dogmas, lo único que le sirve a uno en la vida es auto-
observarse psicológicamente. Bien sabemos nosotros que debe transmutar su energía
creadora, no porque se diga no fornicar, sino sencillamente por observación psicológica, si uno
comprende que si transmuta su energía creadora consigue desarrollar los fuegos espinales,
consigue crear los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser, consigue transformarse y
convertirse en un Logos. Es cuestión de conocimiento maduro, directo, es cuestión de
observación propia, etc. Eso del adulterio es repugnante, ¿quién no lo ha dicho? Es decir,
realmente el adulterio es horrible, pero ¿qué es lo que se debe entender por adulterio? No
solamente existe el adulterio sexual, hay otra clase de adulterio, hay gentes que no adulteran
sexualmente pero sí adulteran doctrinas, hay gente que adultera la leche y le echa agua para
dañar los estómagos de los niños, hay gente que adultera los frutos de la tierra, todos esos que
hacen injertos vegetales, son adúlteros, están adulterando los frutos de la tierra, etc.

Hay cosas en el camino ese de la ética que sorprenden, no todos los casos que se han visto de
hombres que se van con otras mujeres o mujeres que se van con otros hombres son adulterio.

Hay casos de Ley, hay casos de Karma y la gente no sabe, que la gente no sabe ni lo que es
bueno ni lo que es malo, no entienden esas cosas, ¿qué va a saber el dormido? ¿Qué puede
saber el dormido de lo que es bueno y de lo que es malo? No quiero decir que sea
recomendable que un esposo traicione a la esposa, porque eso es absurdo, es adulterio, ni
quiero decir... no es recomendable que una esposa traicione al esposo, eso es un crimen, eso
es adulterio, pero no todos los casos son adulterio, hay casos kármicos para el uno o para el
otro.

Con esto que digo podría suceder que las gentes inmaduras, dijesen: "bueno, yo dejo a mi
esposa y me voy con aquella porque, es correcto, es cuestión del Karma", siempre existe la
tendencia pues, a agarrar la sabiduría y a acomodársela a su modo, cada cual quiere
acomodarse la doctrina a su modo, para justificar sus delitos. Son pocos los que saben ser
imparciales, las gentes son parciales por naturaleza, por instinto, de la parcialidad lo único que
resulta es el error, de la parcialidad resulta -dijéramos- la falta de consideración para con el
prójimo, cuando uno es parcial no sabe relacionarse con los demás, ve en otros los defectos,
critica los errores de otros, pero no se le ocurre pensar que ese error lo carga dentro, en la parte
aquella de sí mismo, esa parte que no se ve.

Hay que ser un poquito más maduros y salirnos de tantos códigos y de tantas morales,
volvernos revolucionarios, luchar por el camino de la Rebeldía Psicológica. La mejor ética es la
de aprenderse a ver a sí mismo, cuando uno se ve a sí mismo sabe qué le falta y qué le sobra y
tiene inventario correcto. Cuando uno no se auto-observa sino que se deja guiar por los códigos
rancios de moral torpe, no sabe ni qué le falta, ni sabe qué le sobra, cree tener lo que no tiene y
lo que no cree tener eso tiene, pero la auto-observación psicológica es maravillosa porque le
permite a uno saber qué le falta y qué le sobre, necesitamos iluminar más el fondo desconocido
de sí mismos, como les dije, hasta ahora vivimos en una pequeña fracción de sí mismos, en
una pequeña parte de sí mismos, en un retrato de sí mismos, no hemos aprendido pues, a
vernos verdaderamente tal cual somos, necesitamos aprender a vernos mejor, auto-
observarnos.

P. Maestro, pero yo no me refería a esos mandamientos, sino a los mandamientos que tiene la
Gnosis porque yo no los conozco, es decir, como los mandamientos que tiene según el
catecismo católico la santa madre iglesia: el primero, oír misa entera los domingos y fiestas de
guardar, el segundo, comulgar como lo manda la santa madre iglesia, el tercero, ayunar como
lo manda también la santa madre iglesia, el cuarto, comulgar por pascua florida y el quinto,
pagar diezmos y primicias a la santa madre iglesia, yo pensaba que aquí también había algunos
mandamientos por el estilo, los cuales yo desconozco o no los hay, a eso me refería yo.

R.- Pues, pueden existir algunos mandamientos en la Gnosis, mas podría también suceder que
esos mandamientos si no son debidamente comprendidos se convirtieran en normas frías,
dentro de las cuales cae embotellada la mente y entonces vendría el estancamiento, hay que
salirnos de toda clase de estancamientos y aprender a vernos a sí mismos tal cual somos, solo
por ese camino podemos marchar de verdad hacia la liberación final. Se necesita tener un buen
juicio, un buen sentido de discernimiento y no olvidar jamás la auto-observación psicológica,
tender siempre a auto-observarse, eso es lo mejor. ¿Alguna otra pregunta hermanos? Con toda
libertad habla hermano..

P.- Cuando uno no comprende una cosa la convierte en un código por su propia insuficiencia
para comprender, así uno puede ilustrar el caso de los Evangelios, cuando los judíos de los
Evangelios criticaban a Jesús porque El curaba los sábados, curaba los sábados y entonces la
ley decía que el sábado había que descansar y lo criticaban de que estaba haciendo mal, ellos
vivían de acuerdo a la ley pero no la comprendían...

R.- Vivían de acuerdo a la ley pero no la comprendían, hacía cosas Jesús que parecerían
inmorales. Curar en día sábado cuando en día sábado estaba prohibido, a El no le interesaban
los códigos, al Gran Maestro le interesaba el Amor, curar al enfermo, el sábado o el lunes o el
día que fuera pero curar, porque absurdo e injusto es pudiendo curarse a un enfermo no
hacerlo, eso hubiera sido más injusto. Desgraciadamente las gentes no saben ver el camino
como se debe ver, las gentes quieren que el iniciado marche de acuerdo con las normas
establecidas, si alguien viola las normas ese alguien es mal criticado, así son las gentes, por tal
motivo, las gentes permanecen petrificadas en el tiempo...

LA LEY DEL PENDULO


Vamos a comenzar nuestra cátedra de esta noche. Ciertamente, la humanidad vive entre el
batallar de las antítesis, entre la lucha cruenta de los opuestos. A veces nos encontramos muy
alegres, contentos; otras veces nos hallamos deprimidos, tristes. Tenemos épocas de progreso,
de bienestar -unos más que otros, de acuerdo con la Ley del Karma-, también tenemos épocas
críticas en lo económico, en lo social, etc. Hay veces que nos encontramos optimistas, con
relación a la vida, y hay veces que nos sentimos pesimistas. Siempre se ha visto que a toda
época de alegría, de contentamiento, le sigue una temporada depresiva, dolorosa, etc. Nadie
puede ignorar de que siempre estamos sometidos a muchas alternativas en el terreno práctico
de la vida. Por lo común, a las épocas que nosotros denominamos "felices", siguen épocas
angustiosas. Es la Ley del Péndulo la que gobierna, realmente, nuestra vida.

Ustedes han visto, por ejemplo el péndulo de un reloj: tan pronto asciende, por la derecha,
como se precipita para ascender por la izquierda. Esa Ley del Péndulo gobierna también a las
naciones, no hay duda. En las épocas, por ejemplo, en que Egipto florecía a las orillas del Nilo,
el pueblo Judío parecía -o no es que parecía-, era nómada en el desierto. Mucho más tarde,
cuando el pueblo egipcio decayó, se levantó victorioso el pueblo hebraico, esa es la Ley del
Péndulo. Una Roma triunfante, se sostiene sobre los hombros de muchos pueblos, pero
después cae, con la Ley del Péndulo y esos pueblos ascienden victoriosos.

La Unión Soviética, por ejemplo, se apasionó terriblemente por la dialéctica materialista, pero
ahora el Péndulo comienza a cambiar, está pasando al otro lado, y como resultado, la dialéctica
materialista está quedando, o ya quedó prácticamente arrinconada, ya no tiene ningún valor.
Hoy en día la mayor producción que tenemos en materia de Parapsicología, se la debemos a la
Unión Soviética. Y está ya comprobado, de acuerdo con los datos, que la Unión Soviética está
produciendo la mayor cantidad de materias relacionadas con la Parapsicología: se usa el
ocultismo en las clínicas, la Parapsicología en todos los hospitales, etc. Al paso que va la Unión
Soviética, dentro de poco tiempo habrá pasado, exactamente, al lado opuesto del materialismo,
se habrá hecho absolutamente mística y espiritual. Ya lleva ese camino y muchos paladines
místicos están descollando, pues, en Rusia.

¿La dialéctica de Carlos Marx? Pues ha quedado arrinconada, está cayendo prácticamente en
el foso del olvido para dejar su puesto a la Parapsicología, y posteriormente al esoterismo
científico, al ocultismo, a la Yoga, etc., porque el péndulo está cambiando, está pasando al otro
lado: de la tesis a la antítesis.

Todos los seres humanos dependen de la Ley del Péndulo, eso es obvio. Tenemos buenos
amigos y si sabemos comprenderlos, es claro que podremos conservar su amistad; sería
absurdo que nosotros exigiéramos que nuestros amigos no estuvieran jamás sometidos a la Ley
del Péndulo. Nunca debe extrañarnos, por ejemplo, que un amigo con el cual hemos tenido
siempre buenas relaciones, resulte de la noche a la mañana con el ceño fruncido -iracundo,
berrinchudo, malgenioso, duro en la palabra, etc.-, ante nosotros. En esos casos hay que hacer
una venia respetuosa y retirarnos, para que el amigo tenga tiempo de desahogarse, y por el
hecho de que nos haga "mala cara" un día, no debemos nosotros desanimarnos; antes bien
comprenderlo, porque no hay ser humano que no esté sometido a la Ley del Péndulo.

Así pues que, vale la pena ser reflexivo. Esta Ley del Péndulo, parece o entiendo que se hace
muy manifiesta, especialmente en los nativos de Géminis: 21 de mayo al 21 de junio. Estos de
Géminis tienen -se dice-, una doble personalidad. Como amigos son extraordinarios,
maravillosos, llegan hasta el sacrificio por sus amistades, pero cuando cambia la personalidad,
entonces son lo opuesto y todo el mundo queda desconcertado. Bueno, este es precisamente
un ejemplo de lo que es la Ley del Péndulo. No quiero decir que ellos sean únicamente los
exclusivos en esta cuestión de la Ley del Péndulo; no, hasta allá no llegamos, pero sí por lo
menos la especifican, la ponen de relieve, sirven como de patrón de medida, nos indica lo que
en realidad de verdad es tal Ley.

Quienes conocemos a los nativos de Géminis, sabemos manejarlos. Cuando viene su


personalidad fatal, negativa a la manifestación, nosotros no oponemos ninguna resistencia y
pacíficamente aguardamos que vuelva la personalidad simpática a la actividad.

Resulta interesante todo esto; pero es que la Ley del Péndulo no solamente está demostrada
por los nativos de Géminis, también la podemos evidenciar en nuestro organismo. Existe un
diástole y un sístole en el corazón, es decir, la Ley del Péndulo. "Diástole", deviene de cierta
palabra griega que significa "reorganizar, prepararse, acumular, etc." "Sístole" significa
"contracción, impulso, dirección", de acuerdo con ciertas palabras griegas. Durante el diástole,
el corazón se abre para recibir la sangre, más también organiza, prepara, etc., hasta que toma
una nueva iniciativa, se contrae y lanza pues la sangre a todo el organismo. Este lanzamiento
es importante, es el sístole. Lo que sí me doy cuenta cabal, es que las gentes comprenden que
hay un diástole y un sístole, pero no entienden que entre el diástole y el sístole, existe una
tercera posición: la de preparación, ordenamiento, acumulación de potencias vitales, etc. Se
nos dirá que es muy breve, pues, el intermedio entre el diástole y el sístole. Acepto: se trata de
milésimas de segundo. Para nosotros aquello resulta demasiado fugaz, pero para ese mundo
maravilloso de lo infinitamente pequeño, para ese mundo extraordinario del microcosmos, pues
es lo suficiente como para realizarse prodigios. Mirando las cosas desde este ángulo, me
parece que nosotros deberíamos orientarnos con la cuestión esta del diástole, el sístole y su
síntesis organizativa; eso es obvio.
La gente toda, en sus relaciones o inter-relaciones vive completamente esclavizada por la Ley
del Péndulo: tan pronto suben con la alegría desbordante, cantando victoria, como se van al
otro lado, deprimidos, pesimistas, angustiados, desesperados. La vida parece complicarse toda,
de acuerdo con la Ley del Péndulo. Las altas y bajas de la moneda, subidas y bajadas de las
finanzas, las épocas de maravillosa armonía entre los familiares, los tiempos de conflictos y
problemas, se suceden todos inevitablemente, de acuerdo con esa Ley del Péndulo.

Para nuestro modo de ver las cosas, debemos asegurar en forma enfática, que la Ley del
Péndulo es mecanicista en un ciento por ciento. Esa Ley del Péndulo la tenemos en nuestra
mente, en nuestro corazón y también en los centros motor-instintivo-sexual. Es obvio que en
cada centro existe la Ley del Péndulo. En la mente, está perfectamente definida con el batallar
de las antítesis, en las opiniones encontradas, etc. En el corazón, con las emociones antitéticas,
con los estados de angustia y de felicidad, de optimismo y depresión. En el centro motor-
instintivo-sexual, se manifiesta los hábitos, las costumbres, con los movimientos: fruncimos el
ceño, estamos adustos; cuando nos hallamos deprimidos o sonreímos alegres, bajo el impulso,
pues, del centro motor; cuando nos hallamos muy contentos, etc. Saltamos, brincamos, llenos
de alegría por una buena noticia, o nos tiemblan las pantorrillas ante un peligro inminente: tesis
y antítesis del centro motor, la Ley del Péndulo en el centro motor.

Conclusión: somos esclavos de una mecánica. Si alguien nos da palmaditas en el hombro,


sonreímos tranquilos; si alguien nos da una bofetada, contestamos con otra; si alguien nos dice
una palabra de alabanza, felices nos sentimos, pero si alguien nos hiere con una palabra
agresiva, nos sentimos terriblemente ofendidos. Total, somos maquinitas sometidas a la Ley del
Péndulo, cada cual puede hacer de nosotros lo que le venga en gana. ¿Quieren vernos
contentos? Dennos unas cuantas palmaditas en el hombro y unas cuantas lisonjas al oído, y
estamos contentísimos. ¿Quieren vernos llenos de ira? Pues dígannos una palabra que nos
hiera el "yo" del amor propio, dígasenos cualquier palabra dura, y nos verán también ofendidos,
iracundos.

Así pues, la psiquis de cada uno de nosotros, en realidad de verdad está sometida a lo que los
demás quieran. No somos, y eso es triste decirlo, dueños de nuestros propios procesos
psicológicos; cualquiera puede manejar nuestros procesos psicológicos, somos verdaderas
marionetas que cualquiera maneja. Si yo quiero tenerlos aquí contentos a ustedes, me basta
endulzarles el oído, alabarlos, y los tengo felices. Si yo quiero que ustedes queden disgustados
conmigo, me pongo a ofenderlos y entonces ustedes fruncen el ceño, el entrecejo; ya no me
miran "con dulces ojos", como en este momento me están mirando, sino en forma iracunda, con
"ojos de pistola". Pero si yo quiero volverlos a ver contentos, vuelvo y les digo unas palabritas
dulces, y vuelven a estar contentos y me vuelven a mirar dulcemente. Conclusión: se convierten
para mi, ustedes, en un instrumento en el que puedo yo tocar melodías, ya dulces, ya graves,
ya agresivas, ya románticas, como quiera. Entonces, ¿dónde está, pues, la individualidad de las
gentes? Pues no la poseen, si no son dueños de sus propios procesos psicológicos. Cuando
uno no es dueño de sus mismos propios procesos psicológicos, no puede decir realmente que
tiene una individualidad.
Salen ustedes, por ejemplo, a la calle; van muy contentos, mientras no halla algo que les
disguste. Tal vez vayan manejando su "carrito" y por ahí viene un loco, de esos que andan por
la ciudad, y los rebasa por la derecha y se les atraviesa. Esto les ofende terriblemente. Ustedes
no protestan en ese momento con la palabra, por lo menos protestan con el "claxon", pero sin
protestar no se quedan. Es decir, el del "carrito" que los rebasó, que los molestó, que los
fastidió, los hizo cambiar totalmente. Si iban contentos, se llenaron de ira, entonces el del
"carrito" pudo más sobre ustedes, pues pudo manejar su psiquis y ustedes no pudieron.

¿Van viendo, pues la Ley del Péndulo? Bueno, ¿habría alguna forma de escaparse uno de esta
terrible Ley mecánica del Péndulo? ¿Creen ustedes que hay alguna manera de escapar? Si no
la hubiera, estaríamos condenados a vivir una vida mecánica "por sécula-seculorum, amen".
Obviamente que tiene que haber algún sistema que nos permita evadir esa ley o manejarla sin
sufrimiento. Existe realmente: tenemos que aprender, volvernos comprensivos, reflexivos,
aprender a ver las cosas en la vida, tal como son. Obviamente que cualquier cosa en la vida,
tiene dos caras. Una superficie cualquiera, nos está indicando la existencia de una cara
opuesta; eso es incuestionable. El anverso de una medalla, nos sugiere el reverso de la misma.
Todo tiene dos caras; las tinieblas son lo opuesto de la luz. En los mundos suprasensibles,
puede evidenciarse que al lado de un templo de luz, existe siempre un templo tenebroso, eso es
claro. Pero, ¿por qué cometemos nosotros el error de alegrarnos ante algo positivo y de
protestar ante algo negativo, si son las dos caras de lo mismo? Pienso que el error más grave
en nosotros, consiste precisamente en no saber mirar las dos caras de cualquier cosa, o de
cualquier circunstancia, etc. Siempre vemos más una cara, nos identificamos con ella y
sonreímos; pero cuando se nos presenta la antítesis de la misma, protestamos, rasgamos
nuestras vestiduras, "tronamos y relampagueamos"; no queremos nosotros, en verdad,
cooperar con lo inevitable y ese es nuestro error, precisamente.

Hay veces que nos apasionamos por un platillo de la balanza y otras veces por el otro platillo;
hay veces que nos vamos a un extremo del péndulo y hay veces que nos vamos al otro, y por
este motivo no hay paz entre nosotros, nuestras relaciones son muy pésimas, conflictivas. Toda
época de paz le sucede una de guerra y a toda época de guerra, le sucede una de paz. Somos
víctimas de la Ley del Péndulo, y eso es doloroso. A eso se debe precisamente, la "tempestad
de todos los exclusivismos", la lucha de clases, los conflictos entre el Capital y los trabajadores,
etc.

Si nosotros pudiéramos ver las dos caras de toda cuestión, realmente todo sería diferente; más
desgraciadamente nos falta conclusión. Si queremos ver las dos caras de cada cuestión, se
hace necesario -a mi modo de entender las cosas-, de vivir no dentro de la Ley del Péndulo,
sino dentro de un círculo cerrado, un círculo mágico. Imaginemos nosotros un círculo alrededor
de nosotros, un círculo mágico. Por ese círculo van pasando todos los pares de opuestos de la
Filosofía: las tesis y las antítesis, las circunstancias agradables y desagradables, las épocas de
triunfo y de fracaso, el optimismo y el pesimismo, lo que llaman "bueno" y lo que las gentes
llaman "malo", etc. Alrededor de ese círculo mágico podemos ver un desfile muy interesante;
descubriremos, por ejemplo, que a toda gran alegría le sucede, enseguida, estados depresivos
angustiosos, dolorosos. Cuando las gentes se carcajean más, las lágrimas son mayores y los
llantos peores. Observen, habrán visto ustedes que ha habido en la vida, instantes en que todo
el mundo ríe -la familia-, que todos están contentísimos, que no hay sino que carcajadas y
alegría... Mala cosa esa. Cuando uno ve en una familia eso, puede profetizar -seguro que no va
a fallar-, de que a esa familia le aguarda un gran sufrimiento, en que todos van a llorar. Eso es
seguro, porque todo es doble en la vida. A la mueca esa de la carcajada, le sigue otra mueca
fatal: la del supremo dolor y el llanto. A los gritos de alegría, etc., le suceden los gritos de
supremo dolor.

Todo tiene dos caras: la positiva y la negativa, eso es obvio. Este signo, por ejemplo, lo indica
(esotérico). Supongan ustedes, o refléjenlo aquí, en el suelo. Observen en el suelo la sombra.
¿Qué se ve? El Diablo, eso es claro, y sin embargo es el signo del esoterismo, pero su sombra,
obviamente, tiene la cara del diablo. Todo es doble en la vida, no hay nada que no sea doble.

Cuando uno se acostumbra a ver las cosas desde el centro de un círculo mágico, todo cambia,
se liberta de la Ley del Péndulo. En cierta ocasión, cuando tuve yo el cuerpo físico de Tomás de
Kempis, escribí en una obra titulada "Imitación de Cristo", la siguiente frase: "No soy más
porque me alaben, ni menos porque me vituperen, porque siempre soy lo que soy". Esto es
claro, todo tiene su doble cara: la alabanza y el vituperio, el triunfo y la derrota. Todo tiene dos
caras.

Cuando uno se acostumbra a ver cualquier circunstancia, cualquier cosa, cualquier acontecer,
en forma íntegra, uni-total, con sus dos caras, pues se evita en la vida muchos desengaños,
muchas frustraciones, muchas decepciones, etc. Si uno trata a una amistad, a un amigo, pues
debe comprender que ese amigo no es perfecto, que tiene sus "agregados psíquicos", que en
cualquier momento podría pasar de amigo a enemigo, lo que es normal, además. Y el día que
eso suceda de verdad, el día que ese acontecer se realice, no pasa uno por ninguna desilusión,
está "curado en salud", eso es obvio.

Recuerdo cuando empecé yo con el Movimiento Gnóstico. Por ahí, unas tres o cuatro personas
me seguían y en verdad yo había puesto todo mi corazón en esta gente, luchando por
ayudarles, de salir en Cuerpo Astral, que la meditación, que en el estudio de la Gnosis, etc.
Logré formar cierto grupito; todo aguardaba entonces, menos que alguien del grupito se retirara,
puesto que había venido, pues, de lleno dedicado a formar ese grupito con mucho amor. Claro,
cuando uno de los del grupo se retiró, sentí como si me hubiera clavado un puñal en el corazón.
Dije: "Pero si yo he luchado tanto por este amigo, si yo quería que el marchara por la Senda,
como debía ser; si yo no le he hecho ningún mal, ¿entonces por qué me traiciona?" Se afilió a
otra escuela. Todo pensaba, menos que alguien que está recibiendo las enseñanzas, pudiera
afiliarse a otra escuelita. Sin embargo, resolví continuar estoicamente con mi trabajo. Fueron
aumentando en el grupo y llegó el día en que había mucha gente. Por aquellos días se me dijo
en los mundos superiores, que "el Movimiento Gnóstico era un tren en marcha y que unos
pasajeros se bajaban en una estación, y que otros subían en otra estación; que más allá
bajaban otros y mucho más allá subían otros". Conclusión: era un tren en marcha y yo era el
maquinista que iba conduciendo la locomotora, por lo tanto, "no debería preocuparme". Así lo
entendí, y realmente más tarde lo pude comprobar: unos pasajeros subían en una estación y se
bajaban más adelante, y así sucesivamente. Desde entonces me volví estoico. Vi también que
se retiraba uno y llegaban diez. "Bueno (dije), entonces no hay porque preocuparme tanto".
Desde aquella época, pues, después de un gran sufrimiento por uno que se retiró, aprendí que
muy raro es el que llega a la estación final; eso me costó bastante dolor. ¿Qué hoy se retira un
hermano? ¡Qué le vaya bien! Ya no soy aquel que se llenaba de terrible angustia, desesperado
por el hermanito; esos tiempos ya pasaron. ¿Qué se retira uno? Llegan diez, llegan veinte. Que
sufro, cuando hay tanta gente, por gente no debemos pelear, eso es claro.

Todos están sometidos a la Ley del Péndulo: los que hoy se entusiasman por la Gnosis,
mañana se desilusionan. Eso es normal, todos viven dentro de esa mecánica.

Aprendí, entonces, a ver las dos caras en cada persona. ¿Se afilia alguien a la Gnosis? La
ayudo en todo, pero estoy absolutamente seguro que ese alguien no va a permanecer con
nosotros toda la vida, que ese alguien no va ha llegar a la estación final. Como lo sé por
anticipado, pues estoy "curado en salud". Me he colocado exactamente en el centro del círculo
mágico, para ver todo lo que en el círculo va pasando; cada circunstancia, cada persona, cada
acontecer, cada suceso con sus dos caras, positiva y negativa. Si uno se sitúa en el centro y ve
pasar todo a su alrededor, sin tomar partido por la parte positiva o por la negativa de cada cosa,
pues se evita muchos desengaños, muchos sufrimientos.

El error más grave en la vida es querer ver nada más que una cara de cualquier cuestión, una
cara de una amistad, una cara de una circunstancia, una cara de un objeto cualquiera, una cara
de un acontecer. Eso es grave, porque todo es doble. Cuando viene la parte negativa, entonces
siente uno que le clavan siete puñales en el corazón.

Hay que aprender a vivir, mis amigos, hay que saber vivir, si ustedes quieren llegar lejos, no
como muchos. Porque si ustedes únicamente ven una cara nada más, no ven la antítesis, la
otra cara, la fatal, tienen que pasar por muchos desengaños, por muchos desencantos, por
muchos sufrimientos; terminan enfermos y al fin mueren. La pobre Blavatsky, por ejemplo, la
mataron. ¿Quiénes la mataron? Todos sus calumniadores y detractores, y enemigos secretos y
amigos -o esos que se dicen "amigos"-, sencillamente la asesinaron, no con pistolas, ni con
cuchillos, no, no, no: hablaron mal de ella, la calumniaron públicamente, la traicionaron, etc.,
etc., etc., y "otras tantas hierbas". Conclusión: murió la pobre, llena de sufrimientos.

Yo, francamente, lo lamento mucho, pero ese gusto si no se lo voy a dar a todos los hermanitos
del Movimiento. Yo veo en cada hermanito, dos caras. Un hermano que hoy está con nosotros,
un hermanito que estudia nuestras doctrinas, lo aprecio, lo amo, pero el día en que se retira,
para mi es normal que se retire; más bien me extraño cuando alguien dura demasiado. Pero,
para aprender esta horrible lección, tuve que sufrir fuertemente. Los primeros, sí, fue como si
me clavaran un puñal en el corazón; ya, después, me volví como mejor, parece que me salió un
callo en el corazón. De manera que lo de la Blavatsky no lo voy a hacer, porque yo estoy
mirando las dos caras de cualquier cuestión; estoy en una tercera posición, en la posición en
que está el corazón cuando se está preparando para su sístole. El está en estado de alerta,
absorbiendo en sus profundidades, preparando, organizando, para luego recogerse,
comprimirse y lanzar la sangre por el organismo. Mejor dicho, considero que mejor es estar uno
en el centro del círculo mágico, que en los extremos del Péndulo. Ese centro, en Oriente, -en la
China, especialmente-, se llama Tao. Tao es el trabajo esotérico-gnóstico, Tao es el Camino
Secreto, Tao es el INRI, Tao es el Ser. Cuando uno vive en el centro del círculo, pues no está
metido dentro de ese jueguito mecánico de la Ley del Péndulo, no está sometido a las
alternativas esas de angustia y de alegría, de triunfo y de fracaso, de alegría y de dolor, de
optimismo y de pesimismo, etc. Se ha libertado de la Ley del Péndulo, eso es obvio. Pero repito,
hay que aprender a ver cada cosa, en sus dos caras: positiva y negativa, y no identificarse ni
con la una ni con la otra, porque ambas son pasajeras, todo pasa; en la vida, todo pasa.

Dentro del mundo este que podríamos llamar "intelectual", siempre se tiene como una cierta
aversión a las opiniones. Porque tengo entendido que una opinión emitida, no es más que la
exteriorización intelectiva de un concepto, con el temor de que otro sea el verdadero. Esto,
naturalmente, acusa supina ignorancia -esto es grave, allí están las antítesis-.

Todavía no entiendo, no lo comprendo, por qué motivo cierta pitonisa sagrada le dijo a Sócrates
que "había algo entre la sabiduría y la ignorancia", y que "ese algo es la opinión". Francamente,
aunque sea muy sagrada esa Pitonisa, no he podido aceptar su tesis, porque la opinión, pues,
viene de la Personalidad y no del Ser. La personalidad, realmente, conduce a los seres
humanos hacia la involución sumergida de los Mundos Infiernos. La Personalidad es múltiple
-como les decía en cierta ocasión-, tiene muchos trasfondos, es artificiosa, está formada por las
costumbres que nos enseñaron, con esa falsa educación que recibimos en las Escuelas y
Colegios, que nos separó del Ser y que no guarda ninguna relación con las distintas partes del
Ser. Esta Personalidad es artificiosa. Como quiera que nos aleja de nuestro propio Ser Interior
profundo, obviamente nos conduce por un camino equivocado que nos lleva hacia la involución
del Reino Mineral Sumergido.

De manera que pienso -estoy pensando aquí en voz alta-, que cuando uno no sabe algo, es
preferible callarse antes que opinar, porque la opinión es producto de la ignorancia. Uno opina
porque ignora; si no, no opinaría. Uno emite un concepto, con temor de que otro sea el
verdadero. Vean ustedes ese dualismo de la mente; esa ley terrible de la mente, a una opinión
se le contrapone otra.

De manera que la Personalidad se mueve dentro de la Ley del Péndulo, vive en el mundo de las
opiniones contrapuestas, de los conceptos antitéticos, del batallar de las antítesis. Entonces no
sabe nada la Personalidad, y la opinión es producto de la ignorancia. Si analizamos la
Personalidad, que es la que origina la opinión, llegamos a la conclusión de que la opinión es el
resultado de la ignorancia. De manera que lo que esa Pitonisa le dijo a Sócrates, me parece
equivocado.

Le pregunta Sócrates también, a la Pitonisa Divinus -se llamaba la Pitonisa de Delfos- sobre el
Amor. Dice Sócrates que "el Amor es bello, inefable y sutil". La Pitonisa le contesta que
propiamente, no es bello. Sócrates le dice, asombrado le responde: "¿Acaso no es bello?
¿Entonces es feo?" La Pitonisa le dice: "¿No puedes ver sino lo feo, como si no existiera más
que lo feo? ¿No puedes concebir que entre lo bello y lo feo hay algo diferente, algo distinto? El
Amor no es ni bello ni feo; es diferente y eso es todo". Sócrates, como era un sabio, tuvo que
guardar silencio.

Claro, como estoy pensando aquí en voz alta con ustedes, les invitaría a la reflexión. ¿Cómo
han visto ustedes el Amor? ¿Cómo lo han visto?; no como se lo han dicho que es, sino como
ustedes lo han sentido: ¿bello o feo? ¿Alguno de ustedes me puede dar una respuesta? ¿Quién
gustaría contestar?

* Discípula: Maestro, cuando se está enamorado, pues es bello, y si uno recibe Amor del Ser
que ama, pues es doblemente bello.

* Maestro: A ver...

* Discípulo: Siempre se ha relacionado a la Belleza con el Amor y lo feo con la antítesis del
Amor. Son dos aspectos psicológicos que nuestras abuelitas, de niños, cuando nos hablaban
de las Hadas, nos las pintaban así: por ser buenas, bellas, y cuando nos hablaban de los ogros,
por ser malos, nos los pintaban feos. Entonces creo que está el Amor, más allá de esos
principios.

* Maestro: Están buenas esas dos respuestas. Mas debe hacerse una diferencia entre lo que es
bello y lo que es el Amor. De manera que no está muy completa la cuestión. A ver si otro da una
respuesta. A ver tu...

* Discípulo: Presiento que el Amor está más allá de ese par de opuestos, trasciende lo bello y lo
feo, está más allá.

* Maestro: La respuesta está muy interesante. A ver, dime, hermano...

* Discípulo: El Amor es inefable, porque no es una cuestión intelectiva; es una emoción que
podríamos llamar "sublime".
* Maestro: Esta respuesta está más trascendental.

* Discípula: Maestro, yo considero que el Amor es indefinible; cuando uno siente Amor, no se
puede expresar con palabras.

* Discípula: Maestro, Yo diría que para nosotros es muy difícil decir si el Amor es bello o feo,
porque nosotros no conocemos el Amor.

* Maestro: Bueno, a ver, las últimas respuestas.

* Discípulo: Pienso que como todo lo captamos desde el punto de vista de nuestra humana
Personalidad, todo es relativo, somos víctimas de las circunstancias y no profundizamos,
entonces el Amor se escapa a lo nuestro. Eso pertenece realmente al Ser, no a la humana
Personalidad.

* Maestro: Te hemos escuchado. ¿Quién más va a decir algo?

* Discípulo: El Amor es del Ser; la única razón del Amor, es el mismo.

* Maestro: Está bien... En realidad de verdad que la Pitonisa aquella de Delfos, que le habló a
Sócrates, insinuó prácticamente una verdad: el Amor, más allá de lo bello y de lo feo. ¿Qué la
belleza deviene del Amor? Es otra cosa. Por ejemplo, cuando el Ego es disuelto, queda en
nosotros la belleza interior, y de esa belleza deviene eso que se llama Amor. De manera que,
entonces, el Amor, en sí mismo, está más allá de los conceptos que se tienen sobre la fealdad y
sobre la belleza. No se puede definir, porque si se define se desfigura. ¿Tendría entonces razón
o no la Pitonisa? Sí la tenía: está más allá de los conceptos de fealdad y de belleza, aunque del
Amor devenga la belleza, resulte la belleza. Donde existe el verdadero Amor, existe la belleza
interior; eso es obvio.

Así que, hermanos, entre la tesis y la antítesis siempre hay una síntesis que coordina y
reconcilia los opuestos. Veamos esto. Sabemos que existe la gran batalla entre los poderes de
la luz y los poderes de las tinieblas. En el mismo Esperma Sagrado, existe una lucha entre los
poderes atómicos de la luz y los poderes atómicos de las tinieblas. En todo lo creado, existe esa
gran lucha; las columnas de Angeles y de Demonios se combaten mutuamente, en todos los
rincones del Universo.

Cuando uno no tiene todavía la Piedra Filosofal, ve como imposible la reconciliación de los
opuestos: luz y tinieblas dentro de uno mismo. Mas cuando uno logra la Piedra de los Filósofos,
la Piedra de la Serpiente, a base de trabajos conscientes y padecimientos voluntarios,
entonces, mediante la misma, logra reconciliar los opuestos, y los reconcilia en si mismo, pues
que reconoce que todo en la creación tiene doble cara. Y sólo mediante una tercera posición, es
decir, sólo mediante el Tao -en el centro del círculo mágico-, sólo mediante la síntesis, podemos
reconciliar los opuestos dentro de nosotros mismos; eso es obvio.

Así que, se hace necesario que aprendamos a reconciliar los opuestos, se hace necesario que
nos libertemos nosotros de la Ley del Péndulo y que vivamos mejor dentro de la Ley del Círculo.
Uno se liberta de la Ley del Péndulo cuando se coloca en la Ley del Círculo, cuando se coloca
en el Tao, que está en el centro del círculo mágico. Porque entonces, a su alrededor de uno,
todo pasa; por todo el rededor de la Conciencia de uno -que es un círculo, que es la Conciencia
redonda de uno mismo-, ve uno como pasan los distintos aconteceres, con sus dos caras; las
cosas con sus dos posiciones, las circunstancias, etc., los triunfos y las derrotas, el éxito y el
fracaso.

Todo tiene dos caras, y uno, ubicado en el centro, reconcilia los opuestos, ya no teme a un
fracaso económico, ya no sería capaz de "volarse la tapa de los sesos" porque perdió su fortuna
de la noche a la mañana, como han hecho muchos jugadores del Casino de Montecarlo:
pierden su fortuna y se suicidan; ya no va a sufrir por las traiciones de sus amigos, se hace
invulnerable al placer y al dolor.

¡Vean ustedes lo extraordinario, lo maravilloso! Pero si nosotros no aprendemos a vivir dentro


del círculo, si no nos ubicamos exactamente en el Tao -punto central del círculo mágico-,
continuaremos como estamos: expuestos a la Ley trágica y cambiante del Péndulo, que es
completamente mecanicista en un ciento por ciento, dolorosa.

Así, mis queridos amigos, debemos aprender a vivir inteligentemente, conscientemente; eso es
obvio. Desgraciadamente, toda la humanidad está sometida a la Ley del Péndulo. Veamos
como la mente pasa de un lado a otro. ¡Eso es fatal! Yo he visto, pues, que no hay nadie, en
realidad de verdad, que no esté sometido a la cuestión esa de las objeciones. Llegará alguno y
nos dice alguna cosa, alguna frase. ¿Qué es lo primero que se nos ocurre? ¡Objetar, poner tal o
cual objeción! Es la Ley del Péndulo: "Dime que yo te diré", "me derribas y yo te derribo
después". Conclusión: dolor. ¡Vale más que no, eso es terrible! ¿Por qué tenemos que estar
poniendo objeciones, hermanos? Me viene en este momento, a la mente, un caso interesante.
Hace muchos, pero muchísimos años, hallándome en el Mundo Astral -en Hod, en el Sephirote
Hod, internado en ese Sephirot-, hube de invocar a un Deiduso, Angel o Elohim, como ustedes
quieran denominarlo, o Deva. Algo me dijo aquel Deiduso y de inmediato objeté, saqué a relucir
la antítesis. En forma vulgar le diría a ustedes que le refuté. Yo esperaba que el Deiduso aquel
discutiera conmigo también, mas no sucedió así. Aquella Seidad me escuchó con infinito
respeto y profunda veneración. Aduje muchísimos conceptos y cuando concluí -que pensaba
que él iba a tomar la palabra para rebatirme- con gran asombro vi que hizo este signo, se inclinó
reverente, dio la espalda y se fue. Me dio muy bonita lección, una lección magistral: no objetó
nada. Obviamente, aquel Deiduso había pasado más allá de las objeciones. Sí, es indubitable
que las objeciones pertenecen a la Ley del Péndulo. Mientras uno esté objetando, está
sometido a la Ley del Péndulo.

Todo el mundo tiene derecho a emitir sus opiniones, sus conceptos, cada cual es libre de decir
lo que quiera. Nosotros debemos, sencillamente, escuchar al que está hablando, con respeto.
¿Terminó de hablar? Nos retiramos. Claro, algunos no proceden así, o no procederán en esa
forma. Por orgullo dirán: "yo no me retiro, yo tengo que darle en la torre". He ahí el orgullo
supino, intelectual. Si nosotros no eliminamos en si mismos el "yo" del orgullo, es obvio que
tampoco lograremos jamás la liberación final.

Lo mejor es que cada cual diga lo que tiene que decir y no pongamos objeciones, cada cual es
libre de decir lo que quiera, sencillamente. Pero uno siempre vive poniendo objeciones: se las
pone al interlocutor y se las pone a sí mismo también. Claro, esto no significa que no exista el
agrado o el desagrado; es obvio que existe. Supongamos que a cualquiera de nosotros se nos
pone a limpiar una pocilga, donde viven los cerdos, creo que este no sería precisamente, un
trabajo muy agradable. Tendríamos derecho a que no nos pareciera agradable, pero una cosa
es que no nos parezca agradable, tal trabajo, y otra cosa muy diferente es que nosotros
pongamos objeciones, que empecemos a protestar: "¡Qué porquería esta, Dios mío, nunca creí
que yo fuera a caer tan bajo! ¡Ay de mi, desgraciado de mi, etc., limpiando una pocilga de
cerdos! ¡En lo que vine a parar!". Bueno con eso lo único que uno consigue es fortificar
completamente, pues, los "yoes" de la ira, del amor propio, del orgullo, etc.

También se da el caso de que una persona que, en principio, nos desagrada: "¡Es que me cae
tan gorda esa persona...!". Pero una cosa es que nos desagrade, en principio, y otra cosa es
que nosotros estemos poniendo objeciones, que estemos protestando contra esa persona:
"Pero es que esta persona me cae mal, esta persona es un problema", Y que estemos
buscando subterfugios para apuñalarla, para eliminarla. Con las objeciones, lo único que
conseguimos es multiplicar la antipatía en nosotros, robustecer el "yo" del odio, robustecer el
"yo" del egoísmo, el "yo" de la violencia, del orgullo, etc.

¿Cómo hacer, en este caso, en que una persona no nos es grata? Es que todos debemos
conocernos a sí mismos, para ver porque no nos es grata esa persona. Podría suceder que esa
persona esté exhibiendo alguno de los defectos que nosotros poseemos. Uno tiene el "yo" del
amor propio, adentro, y si alguien exhibe alguno de esos defectos interiores, pues, obviamente,
ese alguien "nos cae mal". De manera que, en vez de nosotros estar poniendo objeciones sobre
esa persona, protestando, riñendole, más bien auto-explorarnos, para conocer cual es ese
elemento psíquico que cargamos interiormente y que origina esa antipatía. A buen seguro que
si nosotros descubrimos tal "elemento" y lo disolvemos, la antipatía concluye. Pero si nosotros,
en vez de investigarnos a sí mismos ponemos objeciones, protestamos, "tronamos",
"relampagueamos" contra ese alguien, robusteceremos el Ego, el "yo"; eso es indubitable.
Dentro del mundo del intelecto, no hay duda que siempre estamos poniendo objeciones. Esto
produce la lucha intelectual: se divide la mente, entre tesis y antítesis, se convierte en un campo
de batalla que destroza el cerebro. Observen ustedes como esas gentes que se dicen
"intelectuales", están llenas de extrañas manías, algunos dejan el pelo alborotado, se rascan
espantosamente, etc., hacen cincuenta mil payasadas; claro, producto de una mente más o
menos deteriorada, destruida por el batallar de las antítesis.

Si a todo concepto le ponemos nosotros una objeción, termina nuestra mente riñendo sola.
Como consecuencia, vienen las enfermedades al cerebro, las anomalías psicológicas, los
estados depresivos de la mente, el nerviosismo, que destruye órganos muy delicados, como los
del hígado, corazón, páncreas, bazo, etc. Pero si nosotros aprendemos a no estar haciendo
objeciones, que cada cual piense como le venga en gana, que cada cual diga lo que quiera,
terminarán esas luchas dentro del intelecto y en su reemplazo vendrá una paz verdadera.

La mente de las pobres gentes está riñendo a todas horas: riñe entre sí espantosamente, y eso
nos conduce por un camino muy peligroso, camino de enfermedades del cerebro, de
enfermedades a todos los órganos, destrucción de la mente, muchas células son quemadas
inútilmente. Hay que vivir en santa paz, sin poner objeciones; que cada cual diga lo que quiera y
piense lo que le venga en gana. Nosotros no debemos poner objeciones, y así marcharemos
como se debe marchar: conscientemente.

Así que, hay que aprender a vivir. Desgraciadamente, no sabemos vivir, estamos metidos
dentro de la Ley del Péndulo. Ahora que, sí, yo reconozco -aquí, platicando con ustedes- que no
es cosa fácil no poner objeciones. Salimos nosotros de aquí, agarramos nuestro "carrito"; de
pronto, más adelante, alguien nos rebasa por la derecha, se nos atraviesa. Bueno, si no
decimos nada, por lo menos tocamos el "claxon" en señal de protesta. Aunque sea haciendo
sonar el "claxon", pero protestamos. Alguien nos dice algo, en un momento en que
"abandonamos la guardia", y seguro que protestamos, ponemos objeciones. Es muy difícil,
espantosamente difícil, no poner objeciones. En el mundo oriental, esto se ha reflexionado
profundamente; también en el mundo occidental. Yo creo que hay veces en que hay necesidad
de apelar a un poder que sea superior al de nosotros, si es que queremos libertarnos de esa
cuestión de las objeciones.

En cierta ocasión, iba un monje budista caminando, por allá por las tierras esas del mundo
oriental, en un invierno espantoso, lleno de hielo y de nieve, y de bestias salvajes; claro, esto le
proporcionaba sufrimientos al pobre monje, naturalmente protestaba, ponía sus objeciones.
Pero tuvo suerte el pobre: cuando estaba desmayándose, en meditación se le aparece Amitaba
-es decir, Amitaba, en realidad de verdad, es el Dios Interno de Gautama, el Buddha Sakya-
Muni-, y le entregó un mantram para que pudiera, pues, sostenerse fuerte y sin hacer
objeciones; algo que le ayudase para no estar protestando, a cada rato, contra sí mismo, contra
la nieve, contra el hielo, contra el mundo. Ese mantram es muy sencillo; se los voy a vocalizar
tres bien, para que los graven en su memoria y para que quede grabado también aquí en estas
cintas que traen ustedes aquí, en sus grabadoras:

Gaaateee, gaaatee, gaaaateee...

Mejor es que se los deletree: G-a-t-e. Ese mantram, tengo entendido que le permitió, a aquel
monje budista, abrir el Ojo de Dagma, y eso es interesante. Se relaciona con la Iluminación
Interior Profunda y con el "Vacío Iluminador".

Uno necesita algo que lo ayude, pues, porque no es tan fácil dejar de poner objeciones. Un
momento que descuide uno la guardia, y está poniéndole objeciones a todo: a la vida, al dinero,
a la situación, al frío, al calor, etc., etc., etc. Muchos protestan porque está haciendo frío,
protestan porque está haciendo calor, protestan porque no tienen dinero, protestan porque les
picó un mosquito, por todo están protestando. Cuando uno, en realidad de verdad, vive siempre
haciendo objeciones, se perjudica horriblemente, porque lo que ha ganado uno por un lado,
disolviendo el Ego, por el otro lado lo está destruyendo con las objeciones. Si uno está luchando
que por no sentir ira, pero sí está poniendo objeciones, pues obviamente vuelve a coger fuerza
el demonio de la ira. Que está haciendo uno lucha terrible por eliminar el demonio del orgullo,
pero si pone objeciones a la situación, a esto o aquello, pues vuelve a fortificar ese demonio.
Que está haciendo uno esfuerzos por acabar con la abominable lujuria, pero si pone objeciones
en un instante dado: "que porque la mujer no quiere tener relaciones sexuales con él", o la
mujer que "porque el hombre no la busca", y cincuenta mil objeciones así por el estilo, pues
está fortificando el demonio de la lujuria. De manera que si por un lado estamos luchando por
eliminar los "agregados psíquicos" y por el otro lado los estamos fortificando, sencillamente nos
estancamos. Así que, si ustedes quieren, en realidad de verdad, desintegrar los "agregados
psíquicos", tienen que terminar con esa cuestión de las ob-je-cio-nes. Si no proceden de esa
forma, se estancan inevitablemente, no progresarán en modo alguno.

Quiero pues que entiendan esto, mis estimables amigos, que lo comprendan profundamente.
Bueno, hasta aquí por hoy la cátedra que hemos dado. Sin embargo, dejaremos abierta la
puerta, para las preguntas que los hermanos tengan que hacer. A ver, habla, hermano...

P.- Maestro, se dice que "el silencio es la elocuencia de la Sabiduría". Muchas veces, se dice,
"es tan malo callar cuando se debe hablar, como hablar cuando se debe callar". Y hay veces
que es necesario hablar, tal vez en momentos de defensa, cuando lo están acusando, tal vez
injustamente. Quisiera que me aclarara, pues, este aspecto.

R.- Uno tiene derecho a hablar, porque no es mudo ni nadie le ha cosido la lengua. Pero lo que
no es conveniente jamás, para nuestro propio bien, es estar haciendo objeciones, estar
protestando, "tronando y relampagueando" porque está haciendo calor, porque está haciendo
frío, disgustado con todo. Eso nos conduce, naturalmente, al fracaso. Necesitamos, repito, no
hacer objeciones. Uno debe decir lo que tiene que decir: la verdad y nada más que la verdad, y
dejar a los otros libertad para que opinen como les venga en gana, cada cual es libre de decir lo
que quiera. Si uno no procede así, si a todas horas está haciendo objeciones, destruye su
mente, destruye su pobre cerebro y se ocasiona muchos daños a sí mismo. Además, fortifica al
Ego en vez de disolverlo. ¿Hay alguna otra pregunta?

P.- Hay personas que viven, muy pero muy convencidas de que, a un momento de alegría le
sucede uno de tristeza. Es decir, se programan en ese sentido, no se colocan dentro del círculo
protector. Evidentemente, a esas personas les sucede eso, pero de una manera infalible,
matemática. Tanto es así, que no disfrutan de los momentos de alegría porque ya, fatalmente,
están temiendo el momento de tristeza. Quisiera que nos aclarara un poquito esto.

R.- Esas personas se dan cuenta, realmente, que todo en la vida tiene dos caras, pero
desafortunadamente no se colocan en el centro del círculo, no se colocan en el Tao. Cuando
uno está en el Tao, sabe que va a pasar alrededor de sí mismo, alrededor de su propia
Conciencia, dentro de sí mismo, todos los acontecimientos de la vida con sus dos caras, y sabe
que son pasajeros. Obviamente, entonces no se identifica ni con una cara ni con la otra:
reconcilia los opuestos, mediante la síntesis.

Tengamos el caso de que alguien, por ejemplo, está en una gran fiesta, muy contento, muy
alegre. Empero, ese alguien sabe que a todo momento de alegría, le sucede uno de dolor. Mas
si esa persona está ubicada en el centro, en el Tao, entonces reconcilia los opuestos dentro de
sí mismo, en su propio Ser, en su propia Conciencia. Dice: "Sé que a toda alegría le sucede una
tristeza, mas a mi nada de esto me afecta, porque todo es pasajero, todo pasa: las personas
pasan, las cosas pasan, las ideas pasan, todo pasa"... Por lo tanto, puede perfectamente vivir,
este acontecer, como debe ser. Una reflexión así, le permitirá a tal persona estar en el evento
sin preocupación alguna: está consciente, sabe que está en un momento pasajero, no lo elude,
lo entiende, conoce sus dos caras. Sencillamente, vive a conciencia. Al reflexionar una persona
así, actúa en la misma forma en que actúa el corazón, cuando en el diástole se abre, y recibe,
acumula, organiza, elabora, para luego entrar en actividad con el sístole para enviar la sangre a
donde debe llegar. Ese tercer aspecto es interesante; si una persona así ha reflexionado y ha
dicho: "esto es pasajero -en vez de estar metido en el dolor-, este es un evento que ya se va",
ya lo entendió lo comprendió, habiendo hecho comprensión de hecho de eso, entonces en la
tercera posición, en el sístole, se adapta a las circunstancias convive con todo...

LA LEY DEL PENDULO


Vamos a comenzar nuestra cátedra de esta noche. Ciertamente, la humanidad vive entre el
batallar de las antítesis, entre la lucha cruenta de los opuestos. A veces nos encontramos muy
alegres, contentos; otras veces nos hallamos deprimidos, tristes. Tenemos épocas de progreso,
de bienestar -unos más que otros, de acuerdo con la Ley del Karma-, también tenemos épocas
críticas en lo económico, en lo social, etc. Hay veces que nos encontramos optimistas, con
relación a la vida, y hay veces que nos sentimos pesimistas. Siempre se ha visto que a toda
época de alegría, de contentamiento, le sigue una temporada depresiva, dolorosa, etc. Nadie
puede ignorar de que siempre estamos sometidos a muchas alternativas en el terreno práctico
de la vida. Por lo común, a las épocas que nosotros denominamos "felices", siguen épocas
angustiosas. Es la Ley del Péndulo la que gobierna, realmente, nuestra vida.

Ustedes han visto, por ejemplo el péndulo de un reloj: tan pronto asciende, por la derecha,
como se precipita para ascender por la izquierda. Esa Ley del Péndulo gobierna también a las
naciones, no hay duda. En las épocas, por ejemplo, en que Egipto florecía a las orillas del Nilo,
el pueblo Judío parecía -o no es que parecía-, era nómada en el desierto. Mucho más tarde,
cuando el pueblo egipcio decayó, se levantó victorioso el pueblo hebraico, esa es la Ley del
Péndulo. Una Roma triunfante, se sostiene sobre los hombros de muchos pueblos, pero
después cae, con la Ley del Péndulo y esos pueblos ascienden victoriosos.

La Unión Soviética, por ejemplo, se apasionó terriblemente por la dialéctica materialista, pero
ahora el Péndulo comienza a cambiar, está pasando al otro lado, y como resultado, la dialéctica
materialista está quedando, o ya quedó prácticamente arrinconada, ya no tiene ningún valor.
Hoy en día la mayor producción que tenemos en materia de Parapsicología, se la debemos a la
Unión Soviética. Y está ya comprobado, de acuerdo con los datos, que la Unión Soviética está
produciendo la mayor cantidad de materias relacionadas con la Parapsicología: se usa el
ocultismo en las clínicas, la Parapsicología en todos los hospitales, etc. Al paso que va la Unión
Soviética, dentro de poco tiempo habrá pasado, exactamente, al lado opuesto del materialismo,
se habrá hecho absolutamente mística y espiritual. Ya lleva ese camino y muchos paladines
místicos están descollando, pues, en Rusia.

¿La dialéctica de Carlos Marx? Pues ha quedado arrinconada, está cayendo prácticamente en
el foso del olvido para dejar su puesto a la Parapsicología, y posteriormente al esoterismo
científico, al ocultismo, a la Yoga, etc., porque el péndulo está cambiando, está pasando al otro
lado: de la tesis a la antítesis.

Todos los seres humanos dependen de la Ley del Péndulo, eso es obvio. Tenemos buenos
amigos y si sabemos comprenderlos, es claro que podremos conservar su amistad; sería
absurdo que nosotros exigiéramos que nuestros amigos no estuvieran jamás sometidos a la Ley
del Péndulo. Nunca debe extrañarnos, por ejemplo, que un amigo con el cual hemos tenido
siempre buenas relaciones, resulte de la noche a la mañana con el ceño fruncido -iracundo,
berrinchudo, malgenioso, duro en la palabra, etc.-, ante nosotros. En esos casos hay que hacer
una venia respetuosa y retirarnos, para que el amigo tenga tiempo de desahogarse, y por el
hecho de que nos haga "mala cara" un día, no debemos nosotros desanimarnos; antes bien
comprenderlo, porque no hay ser humano que no esté sometido a la Ley del Péndulo.

Así pues que, vale la pena ser reflexivo. Esta Ley del Péndulo, parece o entiendo que se hace
muy manifiesta, especialmente en los nativos de Géminis: 21 de mayo al 21 de junio. Estos de
Géminis tienen -se dice-, una doble personalidad. Como amigos son extraordinarios,
maravillosos, llegan hasta el sacrificio por sus amistades, pero cuando cambia la personalidad,
entonces son lo opuesto y todo el mundo queda desconcertado. Bueno, este es precisamente
un ejemplo de lo que es la Ley del Péndulo. No quiero decir que ellos sean únicamente los
exclusivos en esta cuestión de la Ley del Péndulo; no, hasta allá no llegamos, pero sí por lo
menos la especifican, la ponen de relieve, sirven como de patrón de medida, nos indica lo que
en realidad de verdad es tal Ley.

Quienes conocemos a los nativos de Géminis, sabemos manejarlos. Cuando viene su


personalidad fatal, negativa a la manifestación, nosotros no oponemos ninguna resistencia y
pacíficamente aguardamos que vuelva la personalidad simpática a la actividad.

Resulta interesante todo esto; pero es que la Ley del Péndulo no solamente está demostrada
por los nativos de Géminis, también la podemos evidenciar en nuestro organismo. Existe un
diástole y un sístole en el corazón, es decir, la Ley del Péndulo. "Diástole", deviene de cierta
palabra griega que significa "reorganizar, prepararse, acumular, etc." "Sístole" significa
"contracción, impulso, dirección", de acuerdo con ciertas palabras griegas. Durante el diástole,
el corazón se abre para recibir la sangre, más también organiza, prepara, etc., hasta que toma
una nueva iniciativa, se contrae y lanza pues la sangre a todo el organismo. Este lanzamiento
es importante, es el sístole. Lo que sí me doy cuenta cabal, es que las gentes comprenden que
hay un diástole y un sístole, pero no entienden que entre el diástole y el sístole, existe una
tercera posición: la de preparación, ordenamiento, acumulación de potencias vitales, etc. Se
nos dirá que es muy breve, pues, el intermedio entre el diástole y el sístole. Acepto: se trata de
milésimas de segundo. Para nosotros aquello resulta demasiado fugaz, pero para ese mundo
maravilloso de lo infinitamente pequeño, para ese mundo extraordinario del microcosmos, pues
es lo suficiente como para realizarse prodigios. Mirando las cosas desde este ángulo, me
parece que nosotros deberíamos orientarnos con la cuestión esta del diástole, el sístole y su
síntesis organizativa; eso es obvio.

La gente toda, en sus relaciones o inter-relaciones vive completamente esclavizada por la Ley
del Péndulo: tan pronto suben con la alegría desbordante, cantando victoria, como se van al
otro lado, deprimidos, pesimistas, angustiados, desesperados. La vida parece complicarse toda,
de acuerdo con la Ley del Péndulo. Las altas y bajas de la moneda, subidas y bajadas de las
finanzas, las épocas de maravillosa armonía entre los familiares, los tiempos de conflictos y
problemas, se suceden todos inevitablemente, de acuerdo con esa Ley del Péndulo.

Para nuestro modo de ver las cosas, debemos asegurar en forma enfática, que la Ley del
Péndulo es mecanicista en un ciento por ciento. Esa Ley del Péndulo la tenemos en nuestra
mente, en nuestro corazón y también en los centros motor-instintivo-sexual. Es obvio que en
cada centro existe la Ley del Péndulo. En la mente, está perfectamente definida con el batallar
de las antítesis, en las opiniones encontradas, etc. En el corazón, con las emociones antitéticas,
con los estados de angustia y de felicidad, de optimismo y depresión. En el centro motor-
instintivo-sexual, se manifiesta los hábitos, las costumbres, con los movimientos: fruncimos el
ceño, estamos adustos; cuando nos hallamos deprimidos o sonreímos alegres, bajo el impulso,
pues, del centro motor; cuando nos hallamos muy contentos, etc. Saltamos, brincamos, llenos
de alegría por una buena noticia, o nos tiemblan las pantorrillas ante un peligro inminente: tesis
y antítesis del centro motor, la Ley del Péndulo en el centro motor.

Conclusión: somos esclavos de una mecánica. Si alguien nos da palmaditas en el hombro,


sonreímos tranquilos; si alguien nos da una bofetada, contestamos con otra; si alguien nos dice
una palabra de alabanza, felices nos sentimos, pero si alguien nos hiere con una palabra
agresiva, nos sentimos terriblemente ofendidos. Total, somos maquinitas sometidas a la Ley del
Péndulo, cada cual puede hacer de nosotros lo que le venga en gana. ¿Quieren vernos
contentos? Dennos unas cuantas palmaditas en el hombro y unas cuantas lisonjas al oído, y
estamos contentísimos. ¿Quieren vernos llenos de ira? Pues dígannos una palabra que nos
hiera el "yo" del amor propio, dígasenos cualquier palabra dura, y nos verán también ofendidos,
iracundos.

Así pues, la psiquis de cada uno de nosotros, en realidad de verdad está sometida a lo que los
demás quieran. No somos, y eso es triste decirlo, dueños de nuestros propios procesos
psicológicos; cualquiera puede manejar nuestros procesos psicológicos, somos verdaderas
marionetas que cualquiera maneja. Si yo quiero tenerlos aquí contentos a ustedes, me basta
endulzarles el oído, alabarlos, y los tengo felices. Si yo quiero que ustedes queden disgustados
conmigo, me pongo a ofenderlos y entonces ustedes fruncen el ceño, el entrecejo; ya no me
miran "con dulces ojos", como en este momento me están mirando, sino en forma iracunda, con
"ojos de pistola". Pero si yo quiero volverlos a ver contentos, vuelvo y les digo unas palabritas
dulces, y vuelven a estar contentos y me vuelven a mirar dulcemente. Conclusión: se convierten
para mi, ustedes, en un instrumento en el que puedo yo tocar melodías, ya dulces, ya graves,
ya agresivas, ya románticas, como quiera. Entonces, ¿dónde está, pues, la individualidad de las
gentes? Pues no la poseen, si no son dueños de sus propios procesos psicológicos. Cuando
uno no es dueño de sus mismos propios procesos psicológicos, no puede decir realmente que
tiene una individualidad.

Salen ustedes, por ejemplo, a la calle; van muy contentos, mientras no halla algo que les
disguste. Tal vez vayan manejando su "carrito" y por ahí viene un loco, de esos que andan por
la ciudad, y los rebasa por la derecha y se les atraviesa. Esto les ofende terriblemente. Ustedes
no protestan en ese momento con la palabra, por lo menos protestan con el "claxon", pero sin
protestar no se quedan. Es decir, el del "carrito" que los rebasó, que los molestó, que los
fastidió, los hizo cambiar totalmente. Si iban contentos, se llenaron de ira, entonces el del
"carrito" pudo más sobre ustedes, pues pudo manejar su psiquis y ustedes no pudieron.

¿Van viendo, pues la Ley del Péndulo? Bueno, ¿habría alguna forma de escaparse uno de esta
terrible Ley mecánica del Péndulo? ¿Creen ustedes que hay alguna manera de escapar? Si no
la hubiera, estaríamos condenados a vivir una vida mecánica "por sécula-seculorum, amen".
Obviamente que tiene que haber algún sistema que nos permita evadir esa ley o manejarla sin
sufrimiento. Existe realmente: tenemos que aprender, volvernos comprensivos, reflexivos,
aprender a ver las cosas en la vida, tal como son. Obviamente que cualquier cosa en la vida,
tiene dos caras. Una superficie cualquiera, nos está indicando la existencia de una cara
opuesta; eso es incuestionable. El anverso de una medalla, nos sugiere el reverso de la misma.
Todo tiene dos caras; las tinieblas son lo opuesto de la luz. En los mundos suprasensibles,
puede evidenciarse que al lado de un templo de luz, existe siempre un templo tenebroso, eso es
claro. Pero, ¿por qué cometemos nosotros el error de alegrarnos ante algo positivo y de
protestar ante algo negativo, si son las dos caras de lo mismo? Pienso que el error más grave
en nosotros, consiste precisamente en no saber mirar las dos caras de cualquier cosa, o de
cualquier circunstancia, etc. Siempre vemos más una cara, nos identificamos con ella y
sonreímos; pero cuando se nos presenta la antítesis de la misma, protestamos, rasgamos
nuestras vestiduras, "tronamos y relampagueamos"; no queremos nosotros, en verdad,
cooperar con lo inevitable y ese es nuestro error, precisamente.

Hay veces que nos apasionamos por un platillo de la balanza y otras veces por el otro platillo;
hay veces que nos vamos a un extremo del péndulo y hay veces que nos vamos al otro, y por
este motivo no hay paz entre nosotros, nuestras relaciones son muy pésimas, conflictivas. Toda
época de paz le sucede una de guerra y a toda época de guerra, le sucede una de paz. Somos
víctimas de la Ley del Péndulo, y eso es doloroso. A eso se debe precisamente, la "tempestad
de todos los exclusivismos", la lucha de clases, los conflictos entre el Capital y los trabajadores,
etc.

Si nosotros pudiéramos ver las dos caras de toda cuestión, realmente todo sería diferente; más
desgraciadamente nos falta conclusión. Si queremos ver las dos caras de cada cuestión, se
hace necesario -a mi modo de entender las cosas-, de vivir no dentro de la Ley del Péndulo,
sino dentro de un círculo cerrado, un círculo mágico. Imaginemos nosotros un círculo alrededor
de nosotros, un círculo mágico. Por ese círculo van pasando todos los pares de opuestos de la
Filosofía: las tesis y las antítesis, las circunstancias agradables y desagradables, las épocas de
triunfo y de fracaso, el optimismo y el pesimismo, lo que llaman "bueno" y lo que las gentes
llaman "malo", etc. Alrededor de ese círculo mágico podemos ver un desfile muy interesante;
descubriremos, por ejemplo, que a toda gran alegría le sucede, enseguida, estados depresivos
angustiosos, dolorosos. Cuando las gentes se carcajean más, las lágrimas son mayores y los
llantos peores. Observen, habrán visto ustedes que ha habido en la vida, instantes en que todo
el mundo ríe -la familia-, que todos están contentísimos, que no hay sino que carcajadas y
alegría... Mala cosa esa. Cuando uno ve en una familia eso, puede profetizar -seguro que no va
a fallar-, de que a esa familia le aguarda un gran sufrimiento, en que todos van a llorar. Eso es
seguro, porque todo es doble en la vida. A la mueca esa de la carcajada, le sigue otra mueca
fatal: la del supremo dolor y el llanto. A los gritos de alegría, etc., le suceden los gritos de
supremo dolor.

Todo tiene dos caras: la positiva y la negativa, eso es obvio. Este signo, por ejemplo, lo indica
(esotérico). Supongan ustedes, o refléjenlo aquí, en el suelo. Observen en el suelo la sombra.
¿Qué se ve? El Diablo, eso es claro, y sin embargo es el signo del esoterismo, pero su sombra,
obviamente, tiene la cara del diablo. Todo es doble en la vida, no hay nada que no sea doble.

Cuando uno se acostumbra a ver las cosas desde el centro de un círculo mágico, todo cambia,
se liberta de la Ley del Péndulo. En cierta ocasión, cuando tuve yo el cuerpo físico de Tomás de
Kempis, escribí en una obra titulada "Imitación de Cristo", la siguiente frase: "No soy más
porque me alaben, ni menos porque me vituperen, porque siempre soy lo que soy". Esto es
claro, todo tiene su doble cara: la alabanza y el vituperio, el triunfo y la derrota. Todo tiene dos
caras.

Cuando uno se acostumbra a ver cualquier circunstancia, cualquier cosa, cualquier acontecer,
en forma íntegra, uni-total, con sus dos caras, pues se evita en la vida muchos desengaños,
muchas frustraciones, muchas decepciones, etc. Si uno trata a una amistad, a un amigo, pues
debe comprender que ese amigo no es perfecto, que tiene sus "agregados psíquicos", que en
cualquier momento podría pasar de amigo a enemigo, lo que es normal, además. Y el día que
eso suceda de verdad, el día que ese acontecer se realice, no pasa uno por ninguna desilusión,
está "curado en salud", eso es obvio.

Recuerdo cuando empecé yo con el Movimiento Gnóstico. Por ahí, unas tres o cuatro personas
me seguían y en verdad yo había puesto todo mi corazón en esta gente, luchando por
ayudarles, de salir en Cuerpo Astral, que la meditación, que en el estudio de la Gnosis, etc.
Logré formar cierto grupito; todo aguardaba entonces, menos que alguien del grupito se retirara,
puesto que había venido, pues, de lleno dedicado a formar ese grupito con mucho amor. Claro,
cuando uno de los del grupo se retiró, sentí como si me hubiera clavado un puñal en el corazón.
Dije: "Pero si yo he luchado tanto por este amigo, si yo quería que el marchara por la Senda,
como debía ser; si yo no le he hecho ningún mal, ¿entonces por qué me traiciona?" Se afilió a
otra escuela. Todo pensaba, menos que alguien que está recibiendo las enseñanzas, pudiera
afiliarse a otra escuelita. Sin embargo, resolví continuar estoicamente con mi trabajo. Fueron
aumentando en el grupo y llegó el día en que había mucha gente. Por aquellos días se me dijo
en los mundos superiores, que "el Movimiento Gnóstico era un tren en marcha y que unos
pasajeros se bajaban en una estación, y que otros subían en otra estación; que más allá
bajaban otros y mucho más allá subían otros". Conclusión: era un tren en marcha y yo era el
maquinista que iba conduciendo la locomotora, por lo tanto, "no debería preocuparme". Así lo
entendí, y realmente más tarde lo pude comprobar: unos pasajeros subían en una estación y se
bajaban más adelante, y así sucesivamente. Desde entonces me volví estoico. Vi también que
se retiraba uno y llegaban diez. "Bueno (dije), entonces no hay porque preocuparme tanto".
Desde aquella época, pues, después de un gran sufrimiento por uno que se retiró, aprendí que
muy raro es el que llega a la estación final; eso me costó bastante dolor. ¿Qué hoy se retira un
hermano? ¡Qué le vaya bien! Ya no soy aquel que se llenaba de terrible angustia, desesperado
por el hermanito; esos tiempos ya pasaron. ¿Qué se retira uno? Llegan diez, llegan veinte. Que
sufro, cuando hay tanta gente, por gente no debemos pelear, eso es claro.

Todos están sometidos a la Ley del Péndulo: los que hoy se entusiasman por la Gnosis,
mañana se desilusionan. Eso es normal, todos viven dentro de esa mecánica.

Aprendí, entonces, a ver las dos caras en cada persona. ¿Se afilia alguien a la Gnosis? La
ayudo en todo, pero estoy absolutamente seguro que ese alguien no va a permanecer con
nosotros toda la vida, que ese alguien no va ha llegar a la estación final. Como lo sé por
anticipado, pues estoy "curado en salud". Me he colocado exactamente en el centro del círculo
mágico, para ver todo lo que en el círculo va pasando; cada circunstancia, cada persona, cada
acontecer, cada suceso con sus dos caras, positiva y negativa. Si uno se sitúa en el centro y ve
pasar todo a su alrededor, sin tomar partido por la parte positiva o por la negativa de cada cosa,
pues se evita muchos desengaños, muchos sufrimientos.

El error más grave en la vida es querer ver nada más que una cara de cualquier cuestión, una
cara de una amistad, una cara de una circunstancia, una cara de un objeto cualquiera, una cara
de un acontecer. Eso es grave, porque todo es doble. Cuando viene la parte negativa, entonces
siente uno que le clavan siete puñales en el corazón.

Hay que aprender a vivir, mis amigos, hay que saber vivir, si ustedes quieren llegar lejos, no
como muchos. Porque si ustedes únicamente ven una cara nada más, no ven la antítesis, la
otra cara, la fatal, tienen que pasar por muchos desengaños, por muchos desencantos, por
muchos sufrimientos; terminan enfermos y al fin mueren. La pobre Blavatsky, por ejemplo, la
mataron. ¿Quiénes la mataron? Todos sus calumniadores y detractores, y enemigos secretos y
amigos -o esos que se dicen "amigos"-, sencillamente la asesinaron, no con pistolas, ni con
cuchillos, no, no, no: hablaron mal de ella, la calumniaron públicamente, la traicionaron, etc.,
etc., etc., y "otras tantas hierbas". Conclusión: murió la pobre, llena de sufrimientos.

Yo, francamente, lo lamento mucho, pero ese gusto si no se lo voy a dar a todos los hermanitos
del Movimiento. Yo veo en cada hermanito, dos caras. Un hermano que hoy está con nosotros,
un hermanito que estudia nuestras doctrinas, lo aprecio, lo amo, pero el día en que se retira,
para mi es normal que se retire; más bien me extraño cuando alguien dura demasiado. Pero,
para aprender esta horrible lección, tuve que sufrir fuertemente. Los primeros, sí, fue como si
me clavaran un puñal en el corazón; ya, después, me volví como mejor, parece que me salió un
callo en el corazón. De manera que lo de la Blavatsky no lo voy a hacer, porque yo estoy
mirando las dos caras de cualquier cuestión; estoy en una tercera posición, en la posición en
que está el corazón cuando se está preparando para su sístole. El está en estado de alerta,
absorbiendo en sus profundidades, preparando, organizando, para luego recogerse,
comprimirse y lanzar la sangre por el organismo. Mejor dicho, considero que mejor es estar uno
en el centro del círculo mágico, que en los extremos del Péndulo. Ese centro, en Oriente, -en la
China, especialmente-, se llama Tao. Tao es el trabajo esotérico-gnóstico, Tao es el Camino
Secreto, Tao es el INRI, Tao es el Ser. Cuando uno vive en el centro del círculo, pues no está
metido dentro de ese jueguito mecánico de la Ley del Péndulo, no está sometido a las
alternativas esas de angustia y de alegría, de triunfo y de fracaso, de alegría y de dolor, de
optimismo y de pesimismo, etc. Se ha libertado de la Ley del Péndulo, eso es obvio. Pero repito,
hay que aprender a ver cada cosa, en sus dos caras: positiva y negativa, y no identificarse ni
con la una ni con la otra, porque ambas son pasajeras, todo pasa; en la vida, todo pasa.

Dentro del mundo este que podríamos llamar "intelectual", siempre se tiene como una cierta
aversión a las opiniones. Porque tengo entendido que una opinión emitida, no es más que la
exteriorización intelectiva de un concepto, con el temor de que otro sea el verdadero. Esto,
naturalmente, acusa supina ignorancia -esto es grave, allí están las antítesis-.

Todavía no entiendo, no lo comprendo, por qué motivo cierta pitonisa sagrada le dijo a Sócrates
que "había algo entre la sabiduría y la ignorancia", y que "ese algo es la opinión". Francamente,
aunque sea muy sagrada esa Pitonisa, no he podido aceptar su tesis, porque la opinión, pues,
viene de la Personalidad y no del Ser. La personalidad, realmente, conduce a los seres
humanos hacia la involución sumergida de los Mundos Infiernos. La Personalidad es múltiple
-como les decía en cierta ocasión-, tiene muchos trasfondos, es artificiosa, está formada por las
costumbres que nos enseñaron, con esa falsa educación que recibimos en las Escuelas y
Colegios, que nos separó del Ser y que no guarda ninguna relación con las distintas partes del
Ser. Esta Personalidad es artificiosa. Como quiera que nos aleja de nuestro propio Ser Interior
profundo, obviamente nos conduce por un camino equivocado que nos lleva hacia la involución
del Reino Mineral Sumergido.

De manera que pienso -estoy pensando aquí en voz alta-, que cuando uno no sabe algo, es
preferible callarse antes que opinar, porque la opinión es producto de la ignorancia. Uno opina
porque ignora; si no, no opinaría. Uno emite un concepto, con temor de que otro sea el
verdadero. Vean ustedes ese dualismo de la mente; esa ley terrible de la mente, a una opinión
se le contrapone otra.

De manera que la Personalidad se mueve dentro de la Ley del Péndulo, vive en el mundo de las
opiniones contrapuestas, de los conceptos antitéticos, del batallar de las antítesis. Entonces no
sabe nada la Personalidad, y la opinión es producto de la ignorancia. Si analizamos la
Personalidad, que es la que origina la opinión, llegamos a la conclusión de que la opinión es el
resultado de la ignorancia. De manera que lo que esa Pitonisa le dijo a Sócrates, me parece
equivocado.

Le pregunta Sócrates también, a la Pitonisa Divinus -se llamaba la Pitonisa de Delfos- sobre el
Amor. Dice Sócrates que "el Amor es bello, inefable y sutil". La Pitonisa le contesta que
propiamente, no es bello. Sócrates le dice, asombrado le responde: "¿Acaso no es bello?
¿Entonces es feo?" La Pitonisa le dice: "¿No puedes ver sino lo feo, como si no existiera más
que lo feo? ¿No puedes concebir que entre lo bello y lo feo hay algo diferente, algo distinto? El
Amor no es ni bello ni feo; es diferente y eso es todo". Sócrates, como era un sabio, tuvo que
guardar silencio.

Claro, como estoy pensando aquí en voz alta con ustedes, les invitaría a la reflexión. ¿Cómo
han visto ustedes el Amor? ¿Cómo lo han visto?; no como se lo han dicho que es, sino como
ustedes lo han sentido: ¿bello o feo? ¿Alguno de ustedes me puede dar una respuesta? ¿Quién
gustaría contestar?

* Discípula: Maestro, cuando se está enamorado, pues es bello, y si uno recibe Amor del Ser
que ama, pues es doblemente bello.

* Maestro: A ver...

* Discípulo: Siempre se ha relacionado a la Belleza con el Amor y lo feo con la antítesis del
Amor. Son dos aspectos psicológicos que nuestras abuelitas, de niños, cuando nos hablaban
de las Hadas, nos las pintaban así: por ser buenas, bellas, y cuando nos hablaban de los ogros,
por ser malos, nos los pintaban feos. Entonces creo que está el Amor, más allá de esos
principios.

* Maestro: Están buenas esas dos respuestas. Mas debe hacerse una diferencia entre lo que es
bello y lo que es el Amor. De manera que no está muy completa la cuestión. A ver si otro da una
respuesta. A ver tu...

* Discípulo: Presiento que el Amor está más allá de ese par de opuestos, trasciende lo bello y lo
feo, está más allá.

* Maestro: La respuesta está muy interesante. A ver, dime, hermano...


* Discípulo: El Amor es inefable, porque no es una cuestión intelectiva; es una emoción que
podríamos llamar "sublime".

* Maestro: Esta respuesta está más trascendental.

* Discípula: Maestro, yo considero que el Amor es indefinible; cuando uno siente Amor, no se
puede expresar con palabras.

* Discípula: Maestro, Yo diría que para nosotros es muy difícil decir si el Amor es bello o feo,
porque nosotros no conocemos el Amor.

* Maestro: Bueno, a ver, las últimas respuestas.

* Discípulo: Pienso que como todo lo captamos desde el punto de vista de nuestra humana
Personalidad, todo es relativo, somos víctimas de las circunstancias y no profundizamos,
entonces el Amor se escapa a lo nuestro. Eso pertenece realmente al Ser, no a la humana
Personalidad.

* Maestro: Te hemos escuchado. ¿Quién más va a decir algo?

* Discípulo: El Amor es del Ser; la única razón del Amor, es el mismo.

* Maestro: Está bien... En realidad de verdad que la Pitonisa aquella de Delfos, que le habló a
Sócrates, insinuó prácticamente una verdad: el Amor, más allá de lo bello y de lo feo. ¿Qué la
belleza deviene del Amor? Es otra cosa. Por ejemplo, cuando el Ego es disuelto, queda en
nosotros la belleza interior, y de esa belleza deviene eso que se llama Amor. De manera que,
entonces, el Amor, en sí mismo, está más allá de los conceptos que se tienen sobre la fealdad y
sobre la belleza. No se puede definir, porque si se define se desfigura. ¿Tendría entonces razón
o no la Pitonisa? Sí la tenía: está más allá de los conceptos de fealdad y de belleza, aunque del
Amor devenga la belleza, resulte la belleza. Donde existe el verdadero Amor, existe la belleza
interior; eso es obvio.
Así que, hermanos, entre la tesis y la antítesis siempre hay una síntesis que coordina y
reconcilia los opuestos. Veamos esto. Sabemos que existe la gran batalla entre los poderes de
la luz y los poderes de las tinieblas. En el mismo Esperma Sagrado, existe una lucha entre los
poderes atómicos de la luz y los poderes atómicos de las tinieblas. En todo lo creado, existe esa
gran lucha; las columnas de Angeles y de Demonios se combaten mutuamente, en todos los
rincones del Universo.

Cuando uno no tiene todavía la Piedra Filosofal, ve como imposible la reconciliación de los
opuestos: luz y tinieblas dentro de uno mismo. Mas cuando uno logra la Piedra de los Filósofos,
la Piedra de la Serpiente, a base de trabajos conscientes y padecimientos voluntarios,
entonces, mediante la misma, logra reconciliar los opuestos, y los reconcilia en si mismo, pues
que reconoce que todo en la creación tiene doble cara. Y sólo mediante una tercera posición, es
decir, sólo mediante el Tao -en el centro del círculo mágico-, sólo mediante la síntesis, podemos
reconciliar los opuestos dentro de nosotros mismos; eso es obvio.

Así que, se hace necesario que aprendamos a reconciliar los opuestos, se hace necesario que
nos libertemos nosotros de la Ley del Péndulo y que vivamos mejor dentro de la Ley del Círculo.
Uno se liberta de la Ley del Péndulo cuando se coloca en la Ley del Círculo, cuando se coloca
en el Tao, que está en el centro del círculo mágico. Porque entonces, a su alrededor de uno,
todo pasa; por todo el rededor de la Conciencia de uno -que es un círculo, que es la Conciencia
redonda de uno mismo-, ve uno como pasan los distintos aconteceres, con sus dos caras; las
cosas con sus dos posiciones, las circunstancias, etc., los triunfos y las derrotas, el éxito y el
fracaso.

Todo tiene dos caras, y uno, ubicado en el centro, reconcilia los opuestos, ya no teme a un
fracaso económico, ya no sería capaz de "volarse la tapa de los sesos" porque perdió su fortuna
de la noche a la mañana, como han hecho muchos jugadores del Casino de Montecarlo:
pierden su fortuna y se suicidan; ya no va a sufrir por las traiciones de sus amigos, se hace
invulnerable al placer y al dolor.

¡Vean ustedes lo extraordinario, lo maravilloso! Pero si nosotros no aprendemos a vivir dentro


del círculo, si no nos ubicamos exactamente en el Tao -punto central del círculo mágico-,
continuaremos como estamos: expuestos a la Ley trágica y cambiante del Péndulo, que es
completamente mecanicista en un ciento por ciento, dolorosa.

Así, mis queridos amigos, debemos aprender a vivir inteligentemente, conscientemente; eso es
obvio. Desgraciadamente, toda la humanidad está sometida a la Ley del Péndulo. Veamos
como la mente pasa de un lado a otro. ¡Eso es fatal! Yo he visto, pues, que no hay nadie, en
realidad de verdad, que no esté sometido a la cuestión esa de las objeciones. Llegará alguno y
nos dice alguna cosa, alguna frase. ¿Qué es lo primero que se nos ocurre? ¡Objetar, poner tal o
cual objeción! Es la Ley del Péndulo: "Dime que yo te diré", "me derribas y yo te derribo
después". Conclusión: dolor. ¡Vale más que no, eso es terrible! ¿Por qué tenemos que estar
poniendo objeciones, hermanos? Me viene en este momento, a la mente, un caso interesante.
Hace muchos, pero muchísimos años, hallándome en el Mundo Astral -en Hod, en el Sephirote
Hod, internado en ese Sephirot-, hube de invocar a un Deiduso, Angel o Elohim, como ustedes
quieran denominarlo, o Deva. Algo me dijo aquel Deiduso y de inmediato objeté, saqué a relucir
la antítesis. En forma vulgar le diría a ustedes que le refuté. Yo esperaba que el Deiduso aquel
discutiera conmigo también, mas no sucedió así. Aquella Seidad me escuchó con infinito
respeto y profunda veneración. Aduje muchísimos conceptos y cuando concluí -que pensaba
que él iba a tomar la palabra para rebatirme- con gran asombro vi que hizo este signo, se inclinó
reverente, dio la espalda y se fue. Me dio muy bonita lección, una lección magistral: no objetó
nada. Obviamente, aquel Deiduso había pasado más allá de las objeciones. Sí, es indubitable
que las objeciones pertenecen a la Ley del Péndulo. Mientras uno esté objetando, está
sometido a la Ley del Péndulo.

Todo el mundo tiene derecho a emitir sus opiniones, sus conceptos, cada cual es libre de decir
lo que quiera. Nosotros debemos, sencillamente, escuchar al que está hablando, con respeto.
¿Terminó de hablar? Nos retiramos. Claro, algunos no proceden así, o no procederán en esa
forma. Por orgullo dirán: "yo no me retiro, yo tengo que darle en la torre". He ahí el orgullo
supino, intelectual. Si nosotros no eliminamos en si mismos el "yo" del orgullo, es obvio que
tampoco lograremos jamás la liberación final.

Lo mejor es que cada cual diga lo que tiene que decir y no pongamos objeciones, cada cual es
libre de decir lo que quiera, sencillamente. Pero uno siempre vive poniendo objeciones: se las
pone al interlocutor y se las pone a sí mismo también. Claro, esto no significa que no exista el
agrado o el desagrado; es obvio que existe. Supongamos que a cualquiera de nosotros se nos
pone a limpiar una pocilga, donde viven los cerdos, creo que este no sería precisamente, un
trabajo muy agradable. Tendríamos derecho a que no nos pareciera agradable, pero una cosa
es que no nos parezca agradable, tal trabajo, y otra cosa muy diferente es que nosotros
pongamos objeciones, que empecemos a protestar: "¡Qué porquería esta, Dios mío, nunca creí
que yo fuera a caer tan bajo! ¡Ay de mi, desgraciado de mi, etc., limpiando una pocilga de
cerdos! ¡En lo que vine a parar!". Bueno con eso lo único que uno consigue es fortificar
completamente, pues, los "yoes" de la ira, del amor propio, del orgullo, etc.

También se da el caso de que una persona que, en principio, nos desagrada: "¡Es que me cae
tan gorda esa persona...!". Pero una cosa es que nos desagrade, en principio, y otra cosa es
que nosotros estemos poniendo objeciones, que estemos protestando contra esa persona:
"Pero es que esta persona me cae mal, esta persona es un problema", Y que estemos
buscando subterfugios para apuñalarla, para eliminarla. Con las objeciones, lo único que
conseguimos es multiplicar la antipatía en nosotros, robustecer el "yo" del odio, robustecer el
"yo" del egoísmo, el "yo" de la violencia, del orgullo, etc.

¿Cómo hacer, en este caso, en que una persona no nos es grata? Es que todos debemos
conocernos a sí mismos, para ver porque no nos es grata esa persona. Podría suceder que esa
persona esté exhibiendo alguno de los defectos que nosotros poseemos. Uno tiene el "yo" del
amor propio, adentro, y si alguien exhibe alguno de esos defectos interiores, pues, obviamente,
ese alguien "nos cae mal". De manera que, en vez de nosotros estar poniendo objeciones sobre
esa persona, protestando, riñendole, más bien auto-explorarnos, para conocer cual es ese
elemento psíquico que cargamos interiormente y que origina esa antipatía. A buen seguro que
si nosotros descubrimos tal "elemento" y lo disolvemos, la antipatía concluye. Pero si nosotros,
en vez de investigarnos a sí mismos ponemos objeciones, protestamos, "tronamos",
"relampagueamos" contra ese alguien, robusteceremos el Ego, el "yo"; eso es indubitable.

Dentro del mundo del intelecto, no hay duda que siempre estamos poniendo objeciones. Esto
produce la lucha intelectual: se divide la mente, entre tesis y antítesis, se convierte en un campo
de batalla que destroza el cerebro. Observen ustedes como esas gentes que se dicen
"intelectuales", están llenas de extrañas manías, algunos dejan el pelo alborotado, se rascan
espantosamente, etc., hacen cincuenta mil payasadas; claro, producto de una mente más o
menos deteriorada, destruida por el batallar de las antítesis.

Si a todo concepto le ponemos nosotros una objeción, termina nuestra mente riñendo sola.
Como consecuencia, vienen las enfermedades al cerebro, las anomalías psicológicas, los
estados depresivos de la mente, el nerviosismo, que destruye órganos muy delicados, como los
del hígado, corazón, páncreas, bazo, etc. Pero si nosotros aprendemos a no estar haciendo
objeciones, que cada cual piense como le venga en gana, que cada cual diga lo que quiera,
terminarán esas luchas dentro del intelecto y en su reemplazo vendrá una paz verdadera.

La mente de las pobres gentes está riñendo a todas horas: riñe entre sí espantosamente, y eso
nos conduce por un camino muy peligroso, camino de enfermedades del cerebro, de
enfermedades a todos los órganos, destrucción de la mente, muchas células son quemadas
inútilmente. Hay que vivir en santa paz, sin poner objeciones; que cada cual diga lo que quiera y
piense lo que le venga en gana. Nosotros no debemos poner objeciones, y así marcharemos
como se debe marchar: conscientemente.

Así que, hay que aprender a vivir. Desgraciadamente, no sabemos vivir, estamos metidos
dentro de la Ley del Péndulo. Ahora que, sí, yo reconozco -aquí, platicando con ustedes- que no
es cosa fácil no poner objeciones. Salimos nosotros de aquí, agarramos nuestro "carrito"; de
pronto, más adelante, alguien nos rebasa por la derecha, se nos atraviesa. Bueno, si no
decimos nada, por lo menos tocamos el "claxon" en señal de protesta. Aunque sea haciendo
sonar el "claxon", pero protestamos. Alguien nos dice algo, en un momento en que
"abandonamos la guardia", y seguro que protestamos, ponemos objeciones. Es muy difícil,
espantosamente difícil, no poner objeciones. En el mundo oriental, esto se ha reflexionado
profundamente; también en el mundo occidental. Yo creo que hay veces en que hay necesidad
de apelar a un poder que sea superior al de nosotros, si es que queremos libertarnos de esa
cuestión de las objeciones.

En cierta ocasión, iba un monje budista caminando, por allá por las tierras esas del mundo
oriental, en un invierno espantoso, lleno de hielo y de nieve, y de bestias salvajes; claro, esto le
proporcionaba sufrimientos al pobre monje, naturalmente protestaba, ponía sus objeciones.
Pero tuvo suerte el pobre: cuando estaba desmayándose, en meditación se le aparece Amitaba
-es decir, Amitaba, en realidad de verdad, es el Dios Interno de Gautama, el Buddha Sakya-
Muni-, y le entregó un mantram para que pudiera, pues, sostenerse fuerte y sin hacer
objeciones; algo que le ayudase para no estar protestando, a cada rato, contra sí mismo, contra
la nieve, contra el hielo, contra el mundo. Ese mantram es muy sencillo; se los voy a vocalizar
tres bien, para que los graven en su memoria y para que quede grabado también aquí en estas
cintas que traen ustedes aquí, en sus grabadoras:

Gaaateee, gaaatee, gaaaateee...

Mejor es que se los deletree: G-a-t-e. Ese mantram, tengo entendido que le permitió, a aquel
monje budista, abrir el Ojo de Dagma, y eso es interesante. Se relaciona con la Iluminación
Interior Profunda y con el "Vacío Iluminador".

Uno necesita algo que lo ayude, pues, porque no es tan fácil dejar de poner objeciones. Un
momento que descuide uno la guardia, y está poniéndole objeciones a todo: a la vida, al dinero,
a la situación, al frío, al calor, etc., etc., etc. Muchos protestan porque está haciendo frío,
protestan porque está haciendo calor, protestan porque no tienen dinero, protestan porque les
picó un mosquito, por todo están protestando. Cuando uno, en realidad de verdad, vive siempre
haciendo objeciones, se perjudica horriblemente, porque lo que ha ganado uno por un lado,
disolviendo el Ego, por el otro lado lo está destruyendo con las objeciones. Si uno está luchando
que por no sentir ira, pero sí está poniendo objeciones, pues obviamente vuelve a coger fuerza
el demonio de la ira. Que está haciendo uno lucha terrible por eliminar el demonio del orgullo,
pero si pone objeciones a la situación, a esto o aquello, pues vuelve a fortificar ese demonio.
Que está haciendo uno esfuerzos por acabar con la abominable lujuria, pero si pone objeciones
en un instante dado: "que porque la mujer no quiere tener relaciones sexuales con él", o la
mujer que "porque el hombre no la busca", y cincuenta mil objeciones así por el estilo, pues
está fortificando el demonio de la lujuria. De manera que si por un lado estamos luchando por
eliminar los "agregados psíquicos" y por el otro lado los estamos fortificando, sencillamente nos
estancamos. Así que, si ustedes quieren, en realidad de verdad, desintegrar los "agregados
psíquicos", tienen que terminar con esa cuestión de las ob-je-cio-nes. Si no proceden de esa
forma, se estancan inevitablemente, no progresarán en modo alguno.

Quiero pues que entiendan esto, mis estimables amigos, que lo comprendan profundamente.
Bueno, hasta aquí por hoy la cátedra que hemos dado. Sin embargo, dejaremos abierta la
puerta, para las preguntas que los hermanos tengan que hacer. A ver, habla, hermano...

P.- Maestro, se dice que "el silencio es la elocuencia de la Sabiduría". Muchas veces, se dice,
"es tan malo callar cuando se debe hablar, como hablar cuando se debe callar". Y hay veces
que es necesario hablar, tal vez en momentos de defensa, cuando lo están acusando, tal vez
injustamente. Quisiera que me aclarara, pues, este aspecto.

R.- Uno tiene derecho a hablar, porque no es mudo ni nadie le ha cosido la lengua. Pero lo que
no es conveniente jamás, para nuestro propio bien, es estar haciendo objeciones, estar
protestando, "tronando y relampagueando" porque está haciendo calor, porque está haciendo
frío, disgustado con todo. Eso nos conduce, naturalmente, al fracaso. Necesitamos, repito, no
hacer objeciones. Uno debe decir lo que tiene que decir: la verdad y nada más que la verdad, y
dejar a los otros libertad para que opinen como les venga en gana, cada cual es libre de decir lo
que quiera. Si uno no procede así, si a todas horas está haciendo objeciones, destruye su
mente, destruye su pobre cerebro y se ocasiona muchos daños a sí mismo. Además, fortifica al
Ego en vez de disolverlo. ¿Hay alguna otra pregunta?

P.- Hay personas que viven, muy pero muy convencidas de que, a un momento de alegría le
sucede uno de tristeza. Es decir, se programan en ese sentido, no se colocan dentro del círculo
protector. Evidentemente, a esas personas les sucede eso, pero de una manera infalible,
matemática. Tanto es así, que no disfrutan de los momentos de alegría porque ya, fatalmente,
están temiendo el momento de tristeza. Quisiera que nos aclarara un poquito esto.

R.- Esas personas se dan cuenta, realmente, que todo en la vida tiene dos caras, pero
desafortunadamente no se colocan en el centro del círculo, no se colocan en el Tao. Cuando
uno está en el Tao, sabe que va a pasar alrededor de sí mismo, alrededor de su propia
Conciencia, dentro de sí mismo, todos los acontecimientos de la vida con sus dos caras, y sabe
que son pasajeros. Obviamente, entonces no se identifica ni con una cara ni con la otra:
reconcilia los opuestos, mediante la síntesis.

Tengamos el caso de que alguien, por ejemplo, está en una gran fiesta, muy contento, muy
alegre. Empero, ese alguien sabe que a todo momento de alegría, le sucede uno de dolor. Mas
si esa persona está ubicada en el centro, en el Tao, entonces reconcilia los opuestos dentro de
sí mismo, en su propio Ser, en su propia Conciencia. Dice: "Sé que a toda alegría le sucede una
tristeza, mas a mi nada de esto me afecta, porque todo es pasajero, todo pasa: las personas
pasan, las cosas pasan, las ideas pasan, todo pasa"... Por lo tanto, puede perfectamente vivir,
este acontecer, como debe ser. Una reflexión así, le permitirá a tal persona estar en el evento
sin preocupación alguna: está consciente, sabe que está en un momento pasajero, no lo elude,
lo entiende, conoce sus dos caras. Sencillamente, vive a conciencia. Al reflexionar una persona
así, actúa en la misma forma en que actúa el corazón, cuando en el diástole se abre, y recibe,
acumula, organiza, elabora, para luego entrar en actividad con el sístole para enviar la sangre a
donde debe llegar. Ese tercer aspecto es interesante; si una persona así ha reflexionado y ha
dicho: "esto es pasajero -en vez de estar metido en el dolor-, este es un evento que ya se va",
ya lo entendió lo comprendió, habiendo hecho comprensión de hecho de eso, entonces en la
tercera posición, en el sístole, se adapta a las circunstancias convive con todo...

LOS SIETE TIPOS DE HOMBRES


 

Así que, existen dos tipos de Humanidad: al uno lo llamaríamos la humanidad mecánica y al
otro lo llamaríamos la Humanidad Consciente.

Para pasar del centro de gravedad mecánico al centro de gravedad consciente, hay que
trabajar, hay que apelar a esa tercera fuerza, cual es la del trabajo gnóstico sobre sí mismos,
aquí y ahora...

El Hombre número 1, es el hombre meramente instintivo, mecanicista; en él predominan los


centros del instinto y el mecánico, o motor.

El Hombre número 2, es el individuo emocional, un individuo que se mueve en el mundo de las


emociones inferiores, de las pasiones, de los deseos animales, etc.

El Hombre número 3, es el hombre meramente intelectual, el hombre que está razonando todo
el día, toda su vida; que fundamenta todas sus actividades, exclusivamente en el centro
intelectual.

Los hombres número 1, 2 y 3, forman el círculo de "confusión de lenguas"; los hombres 1, 2 y 3


son la "Torre de Babel", porque en ese círculo hay confusión de lenguas: el intelectual no
entiende al hombre emocional; el instintivo, no entiende al emocional; el emocional no entiende
al intelectual; el emocional tampoco entiende al instintivo, ni el instintivo al emocional... Allí hay
confusión de lenguas, nadie entiende a nadie. El hombre intelectual dice una palabra y aquél lo
escucha a su modo; si un hombre intelectual afirma algo y se lo dice a un hombre emocional, el
hombre emocional no entenderá al intelectual: interpretará las palabras del intelectual de
acuerdo con sus emociones, les dará una traducción completamente diferente. A su vez, el
hombre instintivo, cuando dice algo, el intelectual lo escucha a su modo, lo interpreta de la
manera que le parece que es correcta... El emocional no podría tampoco entender al instintivo;
cuando afirma algo el instintivo, no lo entiende. Total, que aunque se hable el mismo idioma en
un país, los hombres 1, 2 y 3 no se entienden entre sí, viven en el círculo de la confusión de
lenguas, en el círculo de Babel. Allí nadie entiende a nadie; cuesta mucho trabajo que los
hombres número 1, 2 y 3 se entiendan entre sí. Los hombres número 1, 2 y 3 interpretan las
cosas a su modo, como les parece que es, y resulta que ninguno entiende a ninguno. Los
hombres 1, 2 y 3, son los que han provocado las grandes guerras en el mundo; la primera y
segunda guerra mundial fueron provocadas por los hombres 1, 2 y 3...

Se necesita pasar al Hombre número 4, antes de pertenecer al "Reino"; el Reino está


constituido por los hombres 5, 6 y 7. En el Reino, todos se entienden entre sí, allí no hay
"confusión de lenguas".

El Hombre número 5, posee un Cuerpo Astral y sabe que lo posee, lo usa a voluntad. El
Hombre número 6, posee un Cuerpo Mental y sabe que lo posee; el Hombre número 7, posee
un Cuerpo Causal y sabe que lo posee...

La confusión, el problema de la humanidad, está en los hombres 1, 2 y 3, los de la Torre de


Babel, los de los problemas. Estos son los que verdaderamente han hecho mucho daño; yo
creo que las Jerarquías Divinas deberían ya apartar al 1, 2 y 3 y dejar en paz a los hombres 4,
5, 6 y 7, porque los 1, 2 y 3 están causando problemas desde hace mucho tiempo y no se
entienden entre sí.

Obviamente, viene una gran catástrofe que se encargará de hacerle esa operación quirúrgica a
la humanidad, de apartar las "ovejas" de los "cabritos", (así está escrito)...

¿Cuál es el hombre número 4? El hombre número 4, es el hombre que ha equilibrado los


centros de su máquina orgánica, es el hombre que ya posee una Luna que él mismo se ha
fabricado, una Luna psicológica; es el mismo que ya ha creado un centro de gravedad
consciente; este tipo de hombre está listo para entrar en las actividades del Reino.

Sabido es, que para crear una Luna en nosotros, es decir, un centro de gravedad consciente
(esto es: un centro de gravedad permanente), hay que apelar a una tercera fuerza, eso es
obvio; esa tercera fuerza es el trabajo esotérico. Nosotros aquí vamos dándoles a ustedes las
enseñanzas que necesitan para que puedan crear en sí mismos, un centro de gravedad
consciente. Obviamente, quien quiera crearse tal centro debe empezar por abandonar las auto-
consideraciones, el auto-sentimentalismo.

Cuando uno se quiere mucho a sí mismo, cuando se considera demasiado, cuando está lleno
de auto-sentimentalismos, suspiros, congojas, tristezas, etc., por lo común odia a sus
semejantes; es decir, cuanto más se ame uno a sí mismo, cuanto más piedad sienta uno de sí
mismo, tanto más odiará a todos aquellos que le rodean. Los demonios más vengativos, los
hombres más perversos, son aquéllos que se quieren demasiado a sí mismos, que se auto-
valoran, que están llenos, repito, de auto-sentimentalismos, de auto-compasión; más si uno se
aborrece a sí mismo, entonces amará a sus semejantes.

No quiero decirles a ustedes que uno debe llegar a ser masoquista; no, hasta allá no llego en
este discurso, no hay necesidad de ser masoquista; pero sí quiero decirles que uno debe
reconocer sus propias imperfecciones, uno debe aceptar que es una criatura mecánica, que la
vida de uno se mueve sobre los carriles de los hábitos, de las costumbres adquiridas; uno debe
aceptar que está lleno de celos, de rencores, de resentimientos espantosos...

Cuando uno lo acepta, cuando acepta que es un vil gusano del lodo de la tierra, cuando acepta
que es una criatura mecánica, cuando se aborrece a sí mismos, comienza entonces a formar,
comienza a crear dentro de sí, el centro de gravedad consciente.

Así, pues, se pasa del centro de gravedad mecánico al centro de gravedad consciente,
mediante el trabajo sobre sí mismo; esa es la tercera fuerza.

No está de más, aclararles a ustedes esta noche, que nosotros aquí, en nuestra institución, les
vamos a enseñar a trabajar sobre sí mismos, para que ustedes puedan crear, en sí mismos, el
centro de gravedad consciente. Cuando ustedes puedan ya darle forma a ese centro, dejarán
de ser individuos mecánicos, se convertirán en criaturas conscientes, habrán formado en sí
mismos, dijéramos, una Luna psicológica consciente.

Obviamente, tenemos que hacer muchas creaciones dentro de nosotros mismos. Mucho más
tarde, en el tiempo, ustedes necesitarán crear algo más; necesitarán crear al Sol psicológico
dentro de si mismos; entonces se convertirán, indubitablemente, en Hombres Solares. Más no
podrían ustedes pasar a ser Hombres Solares, si antes no han asimilado, en sí mismos, la
Inteligencia Solar, es decir, si antes no han creado dentro de sí mismos al Sol Espiritual, al Sol
Consciente, al Sol-Cristo.

Así que, habremos de empezar por crear la Luna psicológica, antes de poder crear el Sol
psicológico dentro de nosotros mismos, aquí y ahora. Mucho más tarde, en el tiempo, será
necesario crear la Galaxia psicológica interior, dentro de nuestra humana naturaleza.
Posteriormente, ese Infinito conocido (el "Infinito de Einstein", lo llamaría yo), ese Infinito que
tiene alrededor de unos 100.000 millones de Galaxias, cada una con 100.000 millones de Soles,
etc. (hasta donde los telescopios pueden percibir, dentro de unos 600.000 años-luz), debe ser
también creado dentro de nosotros mismos; cuando eso sea, nos habremos elevado a la
estatura de Dioses.

Más si pensamos nosotros en los varios Infinitos, que pueden ser demostrados mediante las
matemáticas transfinitas, entonces comprenderemos que las posibilidades para nosotros son
también transfinitas...

Si en un pizarrón ponemos nosotros el signo del infinito y le adicionamos otro: infinito más
infinito es igual a infinito, esta operación matemática nos permite sentar un axioma (no una
simple teoría, sino un axioma): la tesis de los varios infinitos... Hay un Infinito y mucho más allá
otros, y todos los Infinitos tienen por fundamento el Absoluto.

Ahora bien, quiero decirles mis estimables hermanos, que un hombre que fabricó su Luna
psicológica, o sea, un centro de gravedad consciente, de hecho se independizó de la mecánica
lunar, porque existe un principio de la homeopatía que dice: "similian similius curando" ("lo símil
con lo símil se cura). Así también diríamos nosotros, que si la Luna mecanicista nos tiene
convertidos en puros entes mecánicos, podemos independizarnos creando una Luna
psicológica dentro de sí mismos, o sea, un centro de gravedad consciente (así nos
independizamos de esa fuerza lunar que produce las altas y bajas mareas, que sirve de pesa
para esta mecánica de la Naturaleza).

Pero eso no es todo: un individuo que posee el centro de gravedad consciente, porque ha
fabricado una Luna psicológica consciente, que le ha permitido independizarse de la mecánica
lunar, obviamente debe crear un Sol psicológico dentro de sí mismo. ¿Cuándo lo crea? Cuando
fabrica los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser, mediante el cumplimiento del Deber
Parlock del Ser, o sea, del deber cósmico del Ser que tiene tres factores: Morir, o destrucción
de los "elementos indeseables" que en nuestro interior llevamos; Nacer, el nacimiento segundo
("el que no nace del agua y del fuego, dijo Jesús el gran Kabir a Nicodemus, no entrará en el
Reino de los Cielos". Para entrar en el Reino, hay que crear los Cuerpos Existenciales
Superiores del Ser, es decir, hay que "nacer del agua y del fuego"); tercero, Sacrificio por la
Humanidad, pues si somos egoístas, si no trabajamos por nuestros semejantes, si no
levantamos la antorcha en alto para iluminar el camino de otros, no progresaremos; el egoísta,
por muy pietista que sea, no realizará progresos en estos estudios.

Así que, hermanos, la creación del Sol psicológico dentro de sí mismos, tiene tres factores que
ya conocen ustedes: Morir, Nacer y Sacrificarse por la Humanidad...

Cuando uno se asimila la Inteligencia Solar, las ideas solares, se convierte en un Hombre Solar.
El Sol ha querido y quiere crear Hombres Solares; él ha depositado en nuestras glándulas
endocrinas sexuales, los gérmenes para el Hombre Solar. Pueden perderse esos gérmenes y lo
normal es que se pierdan; es un ensayo el que está haciendo el Sol, un ensayo muy difícil:
crear Hombres, Hombres Solares... Durante la época de Abraham, el profeta, logró muchas
creaciones; en los primeros ocho siglos del cristianismo, consiguió crear algunos hombres; en la
Edad Media, unas pocas creaciones; por este tiempo, lucha el Astro-Rey, haciendo el último
esfuerzo para crear Hombres, antes de la destrucción de esta Raza. Cuando una humanidad
pierde todo interés por las ideas solares, el Sol también pierde todo interés por esa humanidad
y la destruye; entonces crea una nueva Raza para su experimento en el laboratorio de la
Naturaleza: crear Hombres Solares.

Obviamente, no sería posible la creación de Hombres Solares si nosotros no cooperáramos con


el Sol. Tenemos, en las glándulas sexuales, los gérmenes para el Hombre, pero se necesita de
la disponibilidad al hombre. Si cooperamos, si trabajamos de acuerdo con las ideas gnósticas,
entonces el Hombre Solar nacerá en nosotros, surgirá. Esto es semejante a la mariposa que se
forma dentro de la crisálida: cuando está ya lista, sale el insecto, vuela... Así también, nosotros
somos como crisálidas: debe formarse dentro de nosotros el Hombre Solar, pero para que se
forme hay que cooperar (eso es fundamental). Cuando uno coopera, nace el Sol en uno, un Sol
psicológico, el Hombre Solar.

El Sol quiere una cosecha de Hombres Solares y obviamente, tiene derecho a esa cosecha
porque él ha creado esa delgadísima película de la vida orgánica sobre la costra terrestre; eso
le da más derechos (si un agricultor siembra, tiene derecho a cosechar). El Sol ha establecido,
sobre la corteza de nuestro mundo, una vida orgánica, una delgadísima película de vida
orgánica. No negamos que esa delgadísima película es una fábrica de dolor (¿quién lo
negaría?). Pero el Sol tiene derecho, repito, a una cosecha de Hombres Solares; eso es lo que
él quiere. Por tal propósito, él tiene derecho a reclamar ese pago, puesto que ha trabajado; el
que trabaja, necesita de su pago...

Así que, si queremos crear la Luna psicológica, es decir, un centro de gravedad consciente
dentro de nosotros, y posteriormente, después de eso, el Sol psicológico, necesitaremos del
sacrificio; sin el sacrificio no es posible crear una Luna psicológica. Y vamos a hablar nosotros
un poquito sobre el sacrificio...

Si por ejemplo dejamos nosotros de querernos a sí mismos, en eso hay sacrificio; pero tenemos
una marcada tendencia a querernos demasiado, el "yo" del amor propio existe en nosotros, eso
es obvio, y dejar uno de quererse a sí mismo, implica sacrificio.

Para dejar de quererse a sí mismo, tiene uno que aprender a recibir con agrado las
manifestaciones desagradables de sus semejantes. Si uno es capaz de eso, pues es capaz
también de dar vida a su centro de gravedad consciente; pero en eso hay sacrificio.. ¿Ustedes
son capaces, acaso, de recibir con agrado las palabras de un insultador? ¿Estarían ustedes
seguros de sonreír ante el que les ha abofeteado el rostro? ¡Seamos sinceros consigo mismos:
debemos cambiar y esto sólo es posible a base de sacrificios! Recibir con agrado las
manifestaciones desagradables de nuestros semejantes, implica sacrificio; dejar a un lado la
auto-consideración, el auto-sentimentalismo, es sacrificio.

Por lo común siempre se protesta contra los que nos hieren con la palabra y es un error
protestar. La persona que nos está hiriendo, nos está dando una nueva oportunidad
extraordinaria: nos está brindando nada menos que un "gimnasio psicológico", mediante el cual
es posible aprender a recibir con agrado las manifestaciones desagradables de nuestros
semejantes... ¿Qué sería de nosotros si no existieran los insultadores? ¿Dónde nos
entrenaríamos, en qué lugar, cuál sería el "gimnasio psicológico"? Sí, nosotros necesitamos que
nos insulten, que nos hieran y hasta que nos abofeteen; pero lo importante es aprender a recibir
con agrado todas las ofensas, pues si uno descubre que tiene el "yo" de la ira, va a tener que
trabajar con ese "yo" de la ira: habrá que comprenderlo íntegramente y luego suplicar a la
Divina Madre Kundalini, elimine de su naturaleza psicológica tal "yo". Si uno tiene dentro de sí el
"yo" del amor propio, habrá que rogar a la Divina Madre Kundalini, habrá que suplicarle y ella
eliminará de nuestra naturaleza ese "yo"; entonces no nos amaremos, o no nos auto-amaremos
a si mismos.

De manera que los insultadores son útiles, eso es obvio... ¿Y qué diremos de los celos? Si uno
logra destruir los celos en sí mismo, no solamente los celos pasionales, sino también los celos
religiosos, los celos políticos, etc., pues habrá dado un gran paso. Tiene uno que declararse
enemigo de si mismo: de sus auto-consideraciones, de sus auto-alabanzas, de los miedos
secretos; tiene uno que independizarse de los celos, del orgullo, de la vanidad, si es que en
realidad de verdad desea crear, dentro de si mismo, un centro de gravedad consciente. Quienes
realmente lo han logrado, son hombres número 4. El Hombre número 4, está ya listo para
fabricarse un Cuerpo Astral y entrar en el camino de los hombres número 5.

El Hombre número 5, vive en el Mundo Astral, absolutamente consciente; quien posee un


Cuerpo Astral, puede viajar con ese cuerpo a través del espacio, puede visitar otros planetas,
puede estar en contracto con el Círculo Consciente de la Humanidad Solar, que opera sobre los
Centros Superiores del Ser. Un hombre número 5, a su vez, está listo para convertirse en
hombre número 6, y se convierte en hombre 6 cuando se fabrica un Cuerpo Mental; entonces
es capaz de captar toda la sabiduría de la Naturaleza. El hombre número 6 se convierte en
hombre 7 cuando se ha fabricado un Cuerpo Causal; entonces puede recibir sus principios
anímicos y espirituales y convertirse en un Hombre Solar, en un Hombre de verdad.

Por eso les decía que después de haber fabricado la Luna psicológica, habrá que fabricar el Sol
psicológico; pero estos avances se realizan a base de puros sacrificios.

¿Cómo podría un hombre, que ha fabricado el Sol psicológico y la Luna psicológica, un Hombre
Solar, por ejemplo, convertirse en un Hombre galáctico si no bajara? Debe bajar a la "Novena
Esfera" a la "Forja de los Cíclopes", a los mundos infiernos; para resucitar más tarde, elevarse
más tarde a las Estrellas y convertirse en lo que se llama un "Hombre Galáctico", debe crearse
una Galaxia dentro de sí mismo y solamente se la creará mediante el sacrificio, bajando ya a los
mundos infiernos. Un Hombre galáctico, tiene perfecto derecho a viajar de Galaxia en Galaxia;
esto significa que puede, de hecho, ingresar a una tripulación inter-galáctica.

¿Qué diríamos del hombre que se eleva ya al estado de infinito, que ha creado un infinito dentro
de si mismo? Para hacerlo, tiene que bajar a sufrir, tiene que entrar en las entrañas de algún
mundo, conocer las Leyes Infinitas y luego volver a subir; entonces se crea un infinito dentro de
si mismo. Un hombre así, puede viajar de Galaxia en Galaxia (lo merece, es un Dios). Más
existen posibilidades cada vez más grandes: se puede penetrar en el futuro infinito, o en otros
Infinitos, y elevarse de grado en grado, pero cada subida está precedida por una bajada; no es
posible subir si antes no se ha bajado.

Sólo mediante el sacrificio se puede uno transformar y convertirse en algo diferente; empero no
hay que confundir una bajada con una caída. Obviamente, aquéllos que no han llegado a la alta
iniciación, confunden muy fácilmente una caída con una bajada, eso es obvio... Esos son los
que en el movimiento dicen: "el maestro tal está caído, el hermano tal se cayó", y echan a volar
sus lenguas sin conocimiento de causa, no entienden las leyes de la Alquimia, no han estudiado
jamás el "Apocalipsis" desde el punto de vista esotérico, nada saben sobre el "Génesis"
alquimista; esos calumnian a los Maestros...

Así que, debemos ser severos en el análisis, profundos en la reflexión; así que, debemos
comprender el trabajo que hay que hacer. Necesitamos irnos elevando poco a poco, de grado
en grado, y pasar del centro de gravedad mecánico al centro de gravedad consciente y esto
solamente es posible mediante una tercera fuerza. Esa tercera fuerza es el trabajo esotérico
gnóstico.

Nosotros aquí les vamos a entregar a ustedes los medios, todos los sistemas, toda la ciencia
que necesitan para convertirse en personas número 4. Necesitamos, pues, que entiendan que
sólo ese tipo de personas son las que ya poseen un fuerte centro de gravedad consciente.

Hasta aquí mis palabras de esta noche. ¡Paz Inverencial!


LA CORRIENTE DEL SONIDO

Ante todo considero que es necesario cambiar, debemos salir del estado este en el que nos
encontramos, que urge una transformación total dentro de sí mismo.

Indubitablemente ningún cambio se procesa sin un shock especial. Obviamente las siete notas
Do, Re, Mi, Fa, Sol, La, Si, se hallan relacionadas con todos los eventos de la vida. Do, Re, Mi,
implican de hecho una serie de sucesos. Pero observen ustedes que entre el mismo Fa existe
realmente una pausa. Así pues, Fa, Sol, La, son las notas siguientes. Entre La y Si hay otra
pausa. Si uno se propone en la vida realizar un programa, habrá de comenzar inevitablemente
por la nota Do, proseguirá con la Re, y llegará a la nota Mi; al llegar a esa parte tiene
dificultades, inconvenientes, que es una pausa entre la nota Mi y la nota Fa, entonces tiende la
corriente del Sonido a regresar al punto de partida original. Como consecuencia o corolario, es
apenas normal que el esfuerzo inicial, el proyecto que se puso en marcha zozobre. Pero si uno
lanza un nuevo esfuerzo para atravesar la pausa, es obvio, apenas normal que se mantendrá
en línea recta y hasta en ascensión el impulso que inició, y el negocio triunfará.
Continuando con todo esto vemos que vienen luego las notas Fa, Sol, La. Pero entre el La y el
Si existe una nueva pausa; si no se refuerza el impulso original, la corriente del Sonido
regresará al punto de partida original y fracasará la empresa, el proyecto o el negocio. Así que
es muy importante esto de las siete notas de la escala musical; es formidable esta cuestión de
la Corriente del Sonido. Hay que darle un shock al sonido entre las notas Mi y Fa, y otro entre
las notas La y Si. Siempre se necesita de un shock que le permita a uno existir, para lograr un
cambio, una transformación.

Un niño nace, viene al mundo. El primer shock que recibe es el del aire que inhala, que recibe;
al llegar el aire, al recibirlo por primera vez, el niño vive. De manera que nosotros necesitamos
de ese shock meramente físico para existir. También es cierto que si por ejemplo en vez de
respirar nosotros oxígeno, nitrógeno, etc., respiráramos por ejemplo monóxido de carbono, se
produciría el shock pero no sería recibido por el cuerpo, el cuerpo no aceptaría ese shock y
vendría la muerte.

En cuanto a nuestra tan cacareada civilización moderna sucede que necesitaría un shock para
no morir, para no ser destruida, ese shock sólo podría ser a través de otra civilización e
inmensamente superior a la nuestra; sólo así podría esta civilización no morir. Habría que
inventar el tipo de shock para dárselo a esta civilización agonizante, pero no se ha inventado
ese tipo de shock que permita a esta civilización transformarse y existir. Obviamente esta
civilización tendrá que morir por falta de ese shock, eso es claro.

Siguiendo hacia adelante, tendremos que contemplar al hombre a la luz del Génesis, sólo así
comprenderíamos qué clase de shocks nos llevarían a la Auto-Realización Intima del Ser. ¿Qué
nos dice el Génesis? Nos dice que: "en el principio Dios creó los Cielos y la Tierra". Los
ignorantes ilustrados suponen que se refiere exclusivamente a los Cielos macrocósmicos y a la
Tierra meramente física, la Tierra esta en la que vivimos. No niego que se refiera también a ella
entre otras cosas, pero específicamente se está refiriendo en forma concreta al microcosmos-
hombre.

Los cielos son los estados de conciencia dentro de nosotros mismos, dentro del hombre mismo.
En cuanto a la Tierra, es el cuerpo físico del hombre, la Tierra Filosófica citada por los
alquimistas medievales, la Tierra Filosofal. Así es que en el principio creó Dios los cielos, -los
estados de conciencia superiores del hombre-, y la Tierra -el cuerpo físico-.

El Génesis añade: "la tierra estaba desordenada y vacía y el espíritu de Dios se movía sobre la
faz de las aguas". ¿A qué se está haciendo alusión aquí? Simplemente al bípedo tricerebrado o
tricentrado equivocadamente llamado hombre, al animal intelectual, que es tierra desordenada y
vacía, que tiene su mente en el más completo desorden, es un verdadero caos, que únicamente
cree lo que le informan los cinco sentidos, que vive en el mundo de las pasiones animales, que
nada sabe sobre lo Real, sobre lo esotérico, que es absolutamente ignorante, que nunca ha
recibido un rayo de luz, etc. Es el hombre común y corriente, el hombre del mercado, el hombre
de la plaza pública, el hombre vulgar de la Tierra citado por uno de nuestros rituales gnósticos
-creo que en el de 2º grado-, etc., el tipo sensual y grosero. Ese es el promedio de la vida
humana, el promedio de todos los millones de seres humanos o humanoides que viven
actualmente sobre la Tierra. Pero, ¿cómo salir de ese estado? Imaginemos por un momento
que nos subimos a una torre para ver las multitudes humanas. ¿Cómo hacer para que salgan
de ese estado en el que se encuentran? No hay duda de que cada una de esas personas que
en general componen las multitudes, es tierra desordenada y vacía, eso es obvio. ¿Cómo
hacer? Se necesita un shock especial, sólo así podría darse el caso de que hubiera un cambio.
Es posible ese shock.

El Génesis dice que creó Dios la Luz, dijo: "hágase la luz y la luz fue hecha", y que separó la luz
de las tinieblas. ¿A qué tinieblas se refiere el Génesis? Pues a las tinieblas que están dentro de
uno mismo, dentro de esta Tierra Filosófica. Pero, ¿qué clase de tinieblas son esas? pues esas
tinieblas constituyen los agregados psíquicos inhumanos que personifican a nuestros defectos
de tipo psicológico: ira, codicia, lujuria, envidia, orgullo, pereza, gula, etc., etc., etc. Bueno, he
citado únicamente los siete pecados capitales, estos se multiplican por otros siete y otros tantos
más y más, y son legión.

Pensemos en lo que son los agregados psíquicos; ya Virgilio el poeta de Mantua dijo: "Aunque
tuviéramos mil lenguas para hablar y paladar de acero, no alcanzaríamos a enumerar todos
nuestros defectos cabalmente". Ellos mismos constituyen las tinieblas que cargamos en nuestro
interior. ¡Separar la luz de las tinieblas!, eso es muy difícil, esa Luz es la Conciencia Superlativa
del Ser, hay que arrancársela a las tinieblas; ese modo de extraerla de entre cada agregado
psíquico inhumano de hecho implica terribles super-esfuerzos que hay que realizar en sí mismo
y dentro de uno mismo, aquí y ahora. ¡Arrancarle la Luz a las tinieblas!, eso significa destruir
todos esos receptáculos dentro de los cuales está metida la Esencia, desintegrar esos
agregados, pulverizarlos, para que la Luz Esencial se haga libre. Eso es lo que se quiere decir
con separar la luz de las tinieblas. "Y a la luz llamó día y a las tinieblas -de la ignorancia y del
error- llamó noche". Hay que saber comprender, creo que los hermanos van reflexionando.

Continuando hacia adelante con el Génesis, veremos nosotros cómo separa el Creador, el
Elohim, a las aguas superiores de las inferiores, esto pertenece ya al terreno mismo de la
Alquimia. Obviamente en nosotros existe el Azogue, es decir el mineral en bruto. Cuando se
transmuta el Azogue en bruto o mineral en bruto, que no es otra cosa que el Exiohehari -es
decir, el Esperma Sagrado, hablando en otros términos: las secreciones de las glándulas
endocrinas sexuales-, entonces se consigue la energía; energía que asciende hasta el cerebro
a través de sus respectivos canales que son bien conocidos en anatomía oculta. Esa energía o
sustancia -tengo entendido en que hemos llegado a un modismo en que energía y masa ya no
se diferencian, porque esa energía creadora del Tercer Logos, es sustancia, sustancia que sube
por los canales espermáticos hasta el cerebro, esa sustancia-energía-, indubitablemente es el
Alma Metálica del Esperma Sagrado o el Exiohehari; esa Alma Metálica del Esperma Sagrado
es pues energía y es sustancia. Como sustancia la podríamos llamar Mercurio; no es un
Mercurio Seco como el de los "yoes", los agregados psíquicos que personifican nuestros
errores, no, es un Mercurio líquido, espumoso.
Miradas las cosas desde este punto de vista, vemos cómo las aguas superiores mercuriales se
desligan, se separan de las aguas inferiores, hay la separación de aguas. "Y separo Dios las
aguas de las aguas, las aguas superiores de las aguas inferiores". Claro está que esas aguas
superiores son el Mercurio, que tiene que pasar por varias fases antes de que se haga digno de
recibir al Azufre. En principio esas aguas mercuriales son negras como el carbón,
posteriormente, a base de grandes sublimaciones, es decir, refinando el Sacramento de la
Iglesia de Roma, que es la Iglesia del Amor -porque Roma a la inversa se lee Amor-, refinando
tal sacramento, se consigue que las aguas negras se vuelvan blancas y posteriormente
amarillas. En Alquimia hay animales que alegorizan estas fases del Mercurio. Les dije que en
principio el Mercurio es negro y está representado por un cuervo negro, que después se vuelve
blanco y está representado por la paloma blanca y luego se vuelve amarillo y está representado
por el águila amarilla, por último es rojo y está representado por el faisán rojo. Así que el
Mercurio tiene que pasar por cuatro fases: 1º negro, 2º blanco, 3º amarillo, 4º rojo. Esas fases
se hacen posible mediante la sublimación del trabajo en la Forja de los Cíclopes. Así que van
entendiendo ustedes, el Sacramento de la Iglesia de Roma, y ya lo saben puesto que son de
Tercera Cámara.

Cuando el Mercurio se ha hecho amarillo, obviamente recibe al Azufre. ¿Cuál es el Azufre? Es


el Fuego Sagrado, el Fuego tiene que fecundar al Mercurio. Así que mezclado el Fuego con las
corrientes asciende por el canal medular espinal hasta el cerebro. Hablamos de las aguas
superiores y ¿dónde dejaremos a las aguas inferiores? Las hay; las aguas inferiores, si en
principio eran negras, después tienen que volverse completamente claras. Esto es lo que se
llama "separar las aguas de las aguas para que surja la ceca, la cual se llama tierra". ¿A qué
seca nos estamos refiriendo? ¿A qué seca alude el Génesis? Pues a los Cuerpos Existenciales
Superiores del Ser, a eso alude el Génesis.

Obviamente, este Mercurio ascendente mezclado con el Fuego Sagrado o Azufre, lleva también
cierta cantidad de Sal, Sal sublimada y cristalizada en nosotros, dentro de nosotros mismos, de
acuerdo con la Ley de las Octavas.

Sal, Azufre y Mercurio revueltos reciben un nombre en Alquimia, se les denomina Azoe, ese
Azoe en general, cristalizará dentro de nosotros de acuerdo a la Ley de las Octavas; en una
octava superior cristalizará en nosotros convirtiéndose en el Cuerpo Astral, y esa cristalización
también se verifica o se realiza de acuerdo con la Ley del Siete, con la Ley del Eterno
Heptaparaparshinock, de acuerdo con las siete notas musicales: Do, Re, Mi, Fa, Sol, La, Si. En
una octava viene a cristalizar con esas mismas notas de la escala, la Sal, el Azufre y el
Mercurio en el Cuerpo de la Mente. Por último, una tercera cristalización viene a concretarse
con el Cuerpo Causal o Cuerpo de la Voluntad Consciente. Si alguien posee los cuerpos físico,
Astral, Mental y Causal, puede por tal motivo recibir los principios Etnicos, Anímicos o
Espirituales que le convertirán en un Hombre a imagen y semejanza de Dios.

Todos los procesos que están en la Biblia donde se hace alusión a la yerba verde, a todo árbol
que dé frutos, son simbólicos, obviamente debe de dar frutos en nosotros el Arbol de la Ciencia
del Bien y del Mal. Esa semilla debe germinar en nosotros, las lumbreras del Espíritu deben
iluminarnos, el Sol Espiritual debe darnos su luz hasta que al fin después de tantos trabajos de
Alquimia, eliminando los agregados psíquicos, domando los peces y los animales que dentro de
nosotros tenemos y haciéndonos reyes y señores de ellos hasta destruirlos, aparece entonces
el Hombre hecho a imagen y semejanza de Dios en el sexto día de la Creación.

Pero todavía no es por tal motivo el Hombre viviente, el Hombre del sexto día está hecho
únicamente a imagen y semejanza de Dios, pero no es el Hombre viviente. El Hombre viviente
es el Hombre del séptimo día, ese sí es el Hombre viviente, el Hombre que se ha integrado con
la Divinidad, el Superhombre, el Maestro Resurrecto, a ese alude tácitamente el Génesis. Así
para poder transformarnos en hombres hechos a imagen y semejanza de Dios necesitamos un
shock, es decir, del conocimiento esotérico oculto; obviamente, para convertirnos en Hombres
vivientes necesitamos de un tercer shock especial. Concretemos; para que exista el hombre
físico, necesitamos de un shock físico que es el aire que se respira en el momento de nacer.
Para que exista el Hombre hecho a imagen y semejanza de Dios se necesita de otro shock que
está definido con aquellas palabras que dicen: "Dijo Dios, hágase la Luz, y la luz fue hecha y
separó a la luz de las tinieblas". El hombre ignorante necesita de un shock especial, necesita de
alguien que le lleve la enseñanza, necesita recibir las luces del esoterismo; eso produce en él
un shock especial, sólo ese shock especial puede transformarlo más tarde, puede convertirlo
dijéramos en lo que se llama "el Hombre hecho a imagen y semejanza de Dios" en el sexto día.
En el séptimo día ya cambian las cosas; para llegar a ser un Hombre viviente, un Hombre del
séptimo día, se necesita otro shock último muy especial, un Hombre del sexto día es un Hombre
hecho a imagen y semejanza de Dios, pero no es un Hombre viviente, se necesita de un tercer
shock para convertirse en un Hombre viviente. Si un Hombre del sexto día, hecho a imagen y
semejanza del Eterno quiere convertirse en Hombre viviente, debe hacerse Resurrecto, no
podría hacerse Resurrecto sin un shock especial, necesita descender, bajar a los mundos
infiernos, a la Novena Esfera, a desintegrar los demonios de la Luna Negra.

Ya les he explicado muchas veces a ustedes que la Luna Psicológica tiene dos caras, la que se
ve y la que no se ve. Así como la luna visible tiene dos caras, la que se ve y la oculta que está
del otro lado, así también tengo que decirles que la Luna Psicológica dentro de nosotros
mismos tiene dos caras, la que se ve, es decir, los defectos que se ven a simple vista, y la que
no se ve, la oculta. Muchos santos que progresaron demasiado, quedaron estancados creyendo
que habían acabado con el Ego; sí, habían destruido muchos elementos inhumanos de la parte
visible de la Luna Psicológica, mas no habían desintegrado los elementos inhumanos de la cara
oculta de la Luna Psicológica. Se absorbieron en el Nirvana o en el Maha-Paranirvana,
convencidos de que los elementos indeseables de su psiquis habían sido desintegrados,
pulverizados; más tarde se dieron cuenta de que no habían llegado todavía a la meta, les
quedaban muchos elementos indeseables en la parte oculta de la Luna Psicológica.

El Hombre hecho a imagen y semejanza de Dios tiene necesariamente que desintegrar los
elementos inhumanos de la Luna Psicológica si es que en verdad quiere convertirse en un
Hombre viviente. Ese shock no sería factible si no se bajara a la Novena Esfera, sólo allí se
puede recibir ese shock tan especial; recibiéndolo, sólo así sería factible desintegrar los
elementos indeseables que en su interior tuviera. Esa clase de trabajo relacionado con la Luna
Negra se denomina en esoterismo: "la Iniciación de Judas", es decir, la Pasión por el Señor;
raros son los seres humanos que han llegado a esas alturas, sin embargo yo cumplo con
mostrarles a ustedes el camino que conduce a la liberación final. El camino no es para los
mentecatos, no es para las gentes que están embotelladas dijéramos en los códigos de moral
escritos por tantos humanoides intelectuales, es un camino difícil; a este se le llama "El Camino
Estrellado". Se le denomina así porque está simbolizado con ocho estrellas en el firmamento,
un camino lleno de peligros imprevistos, un camino de angustias y dolor.

Por ese camino anduvo Nicolás Flamel, el insigne alquimista medieval; ese camino conduce a
Compostela; hay que entender lo que es la palabra Compostela. "Compo" significa recibir,
"stela" significa stella, estrella, recibir la Estrella para convertirse en Hombre viviente. Hay que
recibir la Estrella de seis puntas, es decir, el Sello de Salomón, esto está además debidamente
documentado con el sepulcro del Iniciado que debe resplandecer.

No olviden ustedes que la Madre Divina Kundalini es la que levanta los sepulcros de los
Iniciados; cuando yo digo sepulcros de los Iniciados, no me estoy refiriendo a sepulcros físicos
sino a sepulcros psicológicos donde deben ser depositados los restos de los "yoes" muertos; el
sepulcro resplandece en el Iniciado cuando están los "yoes" dentro del sepulcro, eso significa la
Estrella de seis puntas.

El peregrino que va a Compostela, Nicolás Flamel, simboliza entre otras cosas el Mercurio de la
Filosofía Secreta o al Apóstol Santiago. Obviamente los doce Apóstoles de que habla la Biblia,
no son meramente doce Apóstoles históricos como suponen los ignorantes ilustrados, no, esas
doce Potestades están dentro del Ser, son doce partes autónomas y auto-conscientes y hasta
auto-independientes de nuestro propio Ser individual particular. De esos doce Apóstoles el más
interesante de ellos es Santiago el Mayor. Santiago representa al Mercurio de la Filosofía
Secreta, y el Mercurio es el fundamento de la Gran Obra. Los doce Apóstoles existieron
históricamente, no lo niego, pero ellos simbolizan o alegorizan a los doce Apóstoles que cada
uno de nosotros lleva en su interior. No quiero decir que ya todos los aquí presentes hayan
encarnado a los doce Apóstoles, yo no llego hasta el máximo, no quiero exagerar la nota;
podemos encarnar a los doce, para eso se necesita inevitablemente haber muerto, haber
destruido el Ego. Las doce potestades obviamente fueron depositadas por el Señor en el vientre
de la Divina Madre Kundalini; de allí surgen, vienen, entran a nuestro cuerpo físico. No se
confundan a las doce Potestades con las doce facultades; tenemos doce, o sea, cinco sentidos
ordinarios y las siete Iglesias del Apocalipsis; son doce facultades y no son las doce
Potestades, pero sí se relacionan en una o en otra forma con las doce Potestades. Así pues,
mis hermanos, Santiago por ejemplo, representa a la Gran Obra y dijéramos, las enseñanzas
de la Gran Obra vienen del Padre de todas las Luces y llegan a la Mente a través de Santiago.

Dentro de nosotros están las doce Potestades, están los veinticuatro Ancianos, están los cuatro
elementos, etc., etc., etc. El Ser de cada uno de nos parece un ejército de niños inocentes, de
infantes, cada una de las partes del Ser goza de autonomía, auto-conciencia y auto-
independencia. ¿Que necesitamos perfeccionar cada una de las partes del Ser? Eso es cierto y
de toda verdad, pero eso solamente es posible eliminando los elementos subjetivos de las
percepciones. ¡Perfeccionar la parte superior del Ser!, eso es muy difícil, quien logre
perfeccionar la parte superior de su propio Ser recibe el grado de Ismesh. Son pocos los que
llegan a esas alturas, deben empezar ya, crear dentro de nosotros mismos al Hombre hecho a
imagen y semejanza del Creador. Este hombre no podría surgir a la existencia sin un shock
especial; este shock es el de la Gnosis, es el de la luz que lo va a sacar del estado caótico y lo
va a convertir en un Hombre auto-realizado. Pero si ahí no más nos quedáramos, andaríamos
mal. Necesitamos crear, hacer surgir dentro de nosotros al Hombre viviente del séptimo día,
para eso se necesita también de un shock especial que los ignorantes ilustrados no entienden;
cuando un Iniciado, que es un Hombre hecho a imagen y semejanza del Creador, trata de
convertirse en un Hombre viviente, no es entendido; ahora se explicarán ustedes por qué
motivo los doce Apóstoles son calumniados, los calumnian los virtuosos, los calumnian los
sacerdotes del templo y los calumnian los ancianos. ¿Quiénes son los virtuosos? ¿Quiénes son
los sacerdotes del templo? ¿Quiénes son los ancianos? Eso vale la pena explicarlo. Los
escribas, los intelectuales, los que están apegados a tantos códigos rancios y podridos, esos
son los falsos virtuosos que condenan a los Iniciados. ¿Quiénes son realmente los ancianos?
Pues sencillamente las gentes muy llenas de experiencia, muy juiciosas, no entienden jamás a
los Iniciados. ¿Quiénes son esos sacerdotes? Las gentes de cada culto. De manera que los
doce Santos, las doce Potestades, los doce Apóstoles, suelen ser calumniados, pero ellos
marchan firmes hacia donde tienen que marchar. Santiago el Mayor, el bendito patrón de la
Gran Obra, firme va por el camino que lo lleva a Compostela -estoy hablando en un lenguaje
esotérico, superior, para los que están en Tercera Cámara-.

Así que, mis queridos hermanos, vean ustedes esos shocks que se reciben son necesarios para
la transformación, son vitales. Hay un libro que nos puede guiar a todos, cualquiera de ustedes
lo puede encontrar en el mercado, se vende por montones, pero nadie, teniéndolo en su mano,
nadie es capaz de comprenderlo. ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?
Ninguno podría ni en los cielos ni en la tierra; me refiero al Apocalipsis de San Juan; ese libro
no lo entiende nadie, gracias a eso no lo han adulterado, si no a estas horas ya sería un
cadáver; como no lo entienden lo han dejado en paz. En el Apocalipsis de San Juan está toda la
Ciencia de la Gran Obra; allí está Santiago, aparece en el Apocalipsis, lleva una vara, en su
sombrero una concha marina, se apoya en su báculo -la vara-, en la otra mano empuña el
Apocalipsis, en su sombrero luce la concha, ese sombrero está hecho como cosa rara con una
calabaza. El Apocalipsis puede guiarnos si nosotros recibimos enseñanzas del Padre de todas
las Luces; es posible recibirlas a través de Santiago. Santiago es el Mercurio de la Filosofía
Secreta, y hay que prepararlo en la Forja de los Cíclopes, en el Laboratorium Oratorium del
Tercer Logos, ahí se prepara el Mercurio y hay que trabajarlo; necesitamos de un Mercurio
Azufrado, el Mercurio, el Azufre y debidamente mezclado con Sal sublimada.

Volviendo al Génesis, diremos que es una obra que tampoco entendemos. La Biblia comienza
por el Génesis y concluye con el Apocalipsis. ¿Quién entiende el Génesis? ¿Quién entiende el
Apocalipsis? Nadie. Hay autores que suponen que todo el Génesis se relaciona exclusivamente
con el hombre; no seamos exagerados, no exageremos la nota, se relaciona también con el
Universo. Cuando alguien está creando dentro de sí mismo al Hombre hecho a imagen y
semejanza de Dios, obviamente está trabajando con la misma fuerza con la que Dios creó al
mundo; es como una pequeña parcela del mundo, dentro de la cual tiene que hacerse una
creación. Allí es donde uno viene a saber de qué modo creó Dios al mundo. Así pues, el
Génesis es aplicable a lo macrocósmico, pero en forma simbólica, alegórica. Nadie podría
entender el Génesis si no fuera Alquimista; los Alquimistas saben que esto es así, verbigracia:
si por ejemplo para poder crear al hombre hecho a imagen y semejanza de Dios necesitamos
forzosamente la Sal, el Azufre y el Mercurio, y esto sucede allá arriba en el macrocosmos.

De esos entes del espacio sin fin surge dentro de el Archeus compuesto de Sal, Azufre y
Mercurio y es de ese Archeus que viene a surgir una nueva unidad cósmica, un nuevo sistema
solar. Aquí abajo hay que crear un Archeus dentro de nosotros mismos con Sal, Azufre y
Mercurio para que ese Archeus brote, no una nueva unidad cósmica, sino un Hombre hecho a
imagen y semejanza del Creador.

La Ley de las Analogías, de las Correspondencias, de la Numerología nunca fallan, son leyes
fundamentales. Un Hombre viviente, ya no me refiero a un Hombre hecho a imagen y
semejanza de Dios, sino un Hombre viviente en el sentido más completo de la palabra, es
reconocido por los tridentes que lleva en sus cuernos. Obviamente para ser un Hombre viviente
se necesita llevar en los cuernos los seis tridentes; si no los tiene eso quiere decir que todavía
no es un Hombre viviente, tan sólo es un Hombre hecho a imagen y semejanza del Creador. El
Hombre viviente lleva los seis tridentes en los cuernos; es claro, nos hace recordar al sello de
Salomón, la Estrella de seis puntas, la Estrella debe tener los seis tridentes en los cuernos,
entonces sí es un Hombre auto-rrealizado, es un Hombre que puede establecerse firmemente
en el Sagrado Anklad. Así pues mis queridos hasta aquí la plática de esta noche.

P.- Maestro, para que un hombre se convierta en tridente, en "hombre tridente", ¿necesita estar
ya más elevado?

R.- ¿Que un Hombre se convierta en tridente? No, es que los tridentes marcan exactamente los
grados de perfección alcanzados por la Razón Objetiva; si un Hombre no tiene sino cinco
tridentes, será él hecho a imagen y semejanza del Eterno; si le aparecen en sus cuernos en la
frente cinco tridentes, obviamente se trata de un Hombre hecho a imagen y semejanza del
Creador, pero no de un Hombre viviente. Un Hombre viviente, repito, lleva seis tridentes en los
cuernos. Sabemos muy bien lo que es un tridente, es decir, el tenedor de tres picos; bien, los
cuernos los tiene Lucifer, los lleva el Lucifer Interior que cada uno de nosotros carga; es una
reflexión del Logos. En principio ese Lucifer es el famoso Diablo, negro como el carbón. Cuando
uno destruye el Ego, ese Lucifer es el Arcángel de la Luz, y al integrarse con nosotros nos
convierte en Arcángeles, también conservará sus cuernos de plata, los cuernos de plata de los
Hierofantes. El número de tridentes indica su grado de progreso.

P.- Maestro, hemos aprendido que hay Maestros que emprenden el camino del Absoluto,
también se nos ha dicho que todos los Angeles que no cayeron y que se fundieron en el
Absoluto están más allá de toda posible comprensión, ¿qué clase de exaltaciones puede haber
dentro del seno del Absoluto? Bien, pero después hay Maestros que han alcanzado la Gema
Preciosa y la tiran al agua una, dos, tres veces. ¿Qué propósitos persiguen estos Maestros?
¿No es suficiente digamos con las exaltaciones que se alcanzan posteriormente dentro del seno
Absoluto, o qué otra clase de exaltación o sabiduría busca ese Maestro, ese Patriarca?

R.- Bueno, en la India se sabe que el Iniciado o el Yogui que persigue precisamente la unión
con Dios mismo, nada tiene más que buscar, puesto que ya encontró a Dios, pero si quiere
progresar un poco más, ahondar más dentro de Dios, si quiere profundizarse más en Dios
-porque Dios no es ninguna persona, Dios es lo Divinal-, necesitará por retrogradación
descender otra vez, debe volver a intentar darle vida a la Piedra Filosofal y surgir nuevamente.
Obviamente si alguien así lo hace penetra más profundo, porque eso está alegorizado con la
famosa Ave Fénix, una ave que volaba y volaba por ahí, y tenía una corona de oro inefable, sus
patas eran de oro, su plumaje azul, vivía miles y miles y miles de años; y al fin cansada de vivir,
dice la mitología que fabricó un nido formado por incienso, mirra, áloe, sándalo, etc., y allí se
incineró. La Naturaleza entera se llenó de profunda tristeza al ver convertirse en cenizas al Ave
Fénix, mas al fin ella resucitó de entre sus propias cenizas, más poderosa que antes, más
majestuosa, más profunda. La Naturaleza entera le temió y le adoró. Así que, quien tira la
Piedra Filosofal al agua busca algo, busca resucitar su propia Piedra un poco más tarde, y eso
le cuesta mucho dolor, muchos sacrificios, muchos sufrimientos; como resultado de eso dará
vida a una Piedra más poderosa, más divinal, la Piedra de virtudes más extraordinaria, más
imponderable.

P.- Maestro, pero se nos ha dicho que hay Maestros que han llegado más allá del sexo, que por
lo tanto tienen prohibido el sexo. ¿No podemos pensar que dentro del seno del Absoluto exista
otra clase de exaltaciones?

R.- Incuestionablemente el Sendero que conduce al seno del Eterno Padre Cósmico Común, es
el camino del sexo, no hay otro camino; quien se sumerge en el seno del Eterno Padre Cósmico
Común ya no vuelve otra vez al sexo jamás; pero es muy difícil absorberse entre el seno del
Eterno Padre Cósmico Común, raros son los que lo logran; imposible no, pero muy difícil. Sólo
esos que se sumergen en el seno del Eterno Padre Cósmico Común son esos que han
golpeado en la puerta 13, en el Ain, en el Sat Inmanifestado, sólo esos pueden darse el lujo de
pasar más allá del sexo.

NQUIETUDES EXTRATERRESTRES
Damas y Caballeros:

Esta noche vamos a agotar algunos temas bastante interesantes de palpitante actualidad.
Obviamente, estamos en una época de inquietudes extraordinarias, es necesario, si se quiere,
reflexionar profundamente sobre el momento actual en que vivimos.

Tenemos una poderosa civilización moderna; se han hecho muchos avances en el terreno de la
Física, de la Química, de la Medicina, de la Ingeniería, etc., etc., hemos levantado una gran
civilización, poderosas naves dirigidas hacia la luna y han sondeado el espacio, han aterrizado
en el suelo lunar, etc.; también se han enviado naves a Venus, aunque no hallan sido
tripuladas; se proyectan excursiones a Marte y se ha dicho que por el año de 1985 ó algo más,
Estados Unidos va a enviar un cohete atómico a Marte (tripulado); aguardaremos resultados
concretos sobre el particular.Todo esto en el fondo es fascinante; extraordinario, la televisión ha
cumplido una gran misión; gracias a la televisión pudimos seguir las huellas de los cohetes que
descendieron en la luna; entonces mucho se supo sobre la vida lunar se investigó bastante.
Antes se pensaba que la luna era un pedazo de tierra proyectado al espacio; las pruebas con el
C-14 fueron definitivas, se llegó a la conclusión lógica de que la luna es anterior a la tierra, es
más antigua y esto de por sí resulta sensacional. Entonces, todos esos sabios que en el
pasado sostuvieron la teoría de que la luna era un pedazo de tierra proyectado al espacio, se
equivocaron lamentablemente.

Repito, el análisis riguroso de los guijarros lunares les indicaron que tales sabios, que en el
pasado sostuvieron que la luna era un pedazo de tierra, resultaron específicamente
equivocados.Así pues, estamos en una época de grandes inquietudes científicas y nosotros
debemos, siquiera por un rato, reflexionar profundamente sobre todas estas cosas. Ustedes
están aquí porque tienen inquietudes, y yo también estoy aquí por las inquietudes que tengo,
ustedes han venido dispuestos a escucharme y yo estoy dispuesto a platicarles, entre ustedes y
yo debe haber un intercambio de ideas, nos hemos reunido precisamente para estudiar en
conjunto muchas cosas, para analizar diversos asuntos importantes que a ustedes y a mi nos
interesan; quiero que entre todos nosotros analicemos estos temas de palpitante
actualidad.Obviamente luchamos por la conquista del espacio, y esto lo estamos haciendo
sinceramente. Nuestros científicos fueran en alas de sus proyectos hacia un futuro que el
hombre ha de conquistar definitivamente a otros mundos; empero, no debemos, en manera
alguna, dejarnos fascinar por tanta fenomenología; conviene que, con carácter propio, nos
investiguemos a sí mismos y evitemos, probablemente, muchos desengaños.Se ha hablado
mucho en esta época, eso lo saben ustedes, sobre la cuestión esa de naves cósmicas,
provenientes de otros mundos. Hay una especie de antinomia, de antítesis muy interesante,
entre cohetes disparados por tirios y troyanos a la luna o a Venus y naves cósmicas
provenientes de otros mundos; existe cierto escepticismo que a nada conduce. Hay, pues,
inquietudes de una y otra parte; conceptos antagónicos, opiniones encontradas; todo esto vale
la pena reflexionarlo.Cuando nosotros oímos hablar de platillos voladores ponemos atención o
sonreímos un poco escépticos, pero hay algo de realidad en todo esto; a mí no me parece, en
modo alguno, que nuestro planeta Tierra sea el único planeta habitado, cuando uno estudia la
Panspermia de Arrhenius, descubre con asombro místico, que los gérmenes de la vida
provienen de otros mundos; resulta interesante... ARRHENIUS con sus teorías.

Obviamente, desde el polvo lumínico de las estrellas, nuestro mismísimo planeta Tierra, es un
mundo habitado, un mundo que gira alrededor del Sol, un planeta como cualquier otro del
espacio infinito, la ley de las analogías filosóficas nos invita a pensar que si nuestro mundo
Tierra está habitado, debe haber en el espacio infinito otros mundos también habitados. No
creería yo, jamás, que los gérmenes de la vida universal, fueran patrimonio exclusivo del
planeta Tierra; me parece que el exclusivismo en este sentido resulta regresivo, reaccionario,
retardatario, los invito a pensar que si estamos luchando por conquistar el espacio, es posible
que en otros mundos exista también esta luchar no descartaría jamás, la idea de la posibilidad
de gentes extraterrestres, habitantes de otras esferas, que ya hubiesen conquistado el espacio.
Creer que somos los únicos en un espacio tan grandioso, compuesto por millares y millares de
mundos, resulta demasiado reaccionario y exclusivista; recuerden ustedes que en la época de
Colón, muchos fueron los que rieron de aquel sabio, de aquel gran navegante cuando se lanzó
como decían en aquella época, a través del océano, más allá del cabo Finisterre. Entonces, en
la época de Colón, se creía que la Tierra era plana, cuadrada; nadie en Europa aceptaba la
posibilidad de vida más allá del Cabo Finisterre, que significa: «Fin de la tierra».Parece que a
veces nosotros pensamos con mente medieval; cuando negamos la posibilidad de vida
consciente e inteligente en otros mundos, indubitablemente pensamos con criterio anticuado,
antirrevolucionario, medieval... ¡Admitamos la posibilidad de vida en otros mundos! ¡las naves
cósmicas... son una realidad!. Gentes hay en otros mundos habitados, más cultas que nosotros
que ya conquistaron el espacio, y de eso puedo darles a ustedes testimonios fehaciente. Si me
basara en meras elucubraciones intelectuales realmente no tendría bases para afirmar la tesis
de los mundos habitados por gentes extraterrestres; si me basara únicamente en puras
concepciones intelectivas de la lógica Formal o Dialéctica razonativa, para enfatizar la idea de la
posibilidad de existencia de los extraterrestres, no pasaría de ser un teórico más, pero en
verdad, me consta la existencia de seres extraterrestres, los conozco personalmente, en carne
y hueso y por eso no tengo inconveniencia alguna en dar testimonio.

Si ustedes creen, está bien; si aceptan, maravilloso; si rechazan, es cuestión de ustedes; en


todo caso, daré un testimonio...Un día, no importa cuál, hallándome en el D.F., República de
México, hube de visitar el Desierto de los Leones, quería estar en paz aunque fuese algunas
horas, deseaba entregarme a la más serena de las reflexiones; de pronto me sentí atraído hacia
cierto lugar del bosque, vi allí un espacio entre una arboleda, no sé por qué se me ocurrió
dirigirme personalmente al lugar indicado, lo cierto es que hallé una enorme nave cósmica
sobre un trípode de acero. Obviamente, les confieso que me sentí completamente confundido,
conmovido; tal hallazgo me dejó absolutamente sorprendido, mas allí no paró la cuestión... Una
puerta metálica se abrió y vi a un jefe o capitán descender de aquella nave... tras él, venía la
tripulación. Naturalmente me dirigí al jefe, al capitán; lo saludé y él me contestó en perfecto
español el saludo.- Buenos días, le dije.- Buenos días, respondió el capitán.Entre la tripulación
vi a dos damas de edad avanzada. ¿Qué edad tendrían? No lo sé. Incuestionablemente ellas
tendrían edades correspondientes a otros tiempos, no a nuestro tiempo terrenal. Hablé al
capitán diciendo:- Señor, me gustaría conocer el planeta Marte, mi propio germen espiritual,
divinal, está relacionado con aquel mundo del espacio infinito. Mi monada, dijéramos hablando
al estilo de Leibniz que tanto se ocupó sobre las monadas. El capitán de esa nave, después de
unos minutos tomó la palabra y dijo...- ¿A Marte, dice usted?- Sí, me gustaría conocer el
planeta Marte y que ustedes me llevaran, estoy dispuesto a irme... con ustedes ya,
inmediatamente, nada me puede retener en el planeta Tierra.- ¿Marte?, ese planeta queda ahí
mismo, en verdad eso está muy cerca.Pero al hablar así, en esa forma, comprendí que mi
petición o que mi pretensión había sido demasiado pobre, yo creía haber pedido algo muy
grande, pero ¿para qué mentir? mi petición había sido en verdad muy pobre. Por ciertas
significaciones intuitivas, me dieron a entender que aquella nave, que me había parecido tan
espléndida, provenía de una nave matriz que había quedado oculta alrededor de la Tierra.El
sistema solar nuestro, conocido como sistema solar de Ors, no era, en modo alguno,
desconocido para el capitán aquel, no era sino uno de los tantos sistemas solares del
inalterable infinito. Indudablemente me hallaba entre viajeros intergalácticos, de gentes que
viajan de galaxia en galaxia, de individuos sabios y conscientes.- Soy un escritor y quisiera ser
llevado a otros mundos habitados, con el propósito de escribir y dar testimonio fehaciente a la
humanidad sobre la existencia de otros mundos habitados... le dije, soy un hombre, no un
simple animal intelectual; la petición que hago a ustedes no es por mí, sino por la humanidad en
general. Me gustaría, en alguna forma, cooperar con la cultura general del mundo en que vivo...
En fin, expuse muchos conceptos, pero el capitán aquel guardaba silencio. Hasta me agarré
del trípode aquel de acero con el propósito de no desprenderme de ahí hasta que se resolviera
meterme entre la nave y me llevara, mas todo fue inútil; guardaba silencio.Examiné a aquel
hombre y a toda la tripulación; personajes de un color cobrizo, amplia frente, delgados de
cuerpo, estatura de un metro y 20, 30 ó 40 centímetros, nada más.La tripulación al fin, se sentó
sobre unos troncos de madera que había en el bosque. las damas eran dos ancianas
venerables no pude hacer menos que observar a tan extrañas criaturas. No pude ver en ellos la
perversidad terrestre, pude notar cuidadosamente, el sentido de responsabilidad humana que
tenían. Hablaban poco porque tienen un concepto muy elevado sobre la palabra, ellos no
echan a volar la palabra como nosotros... para ellos la palabra es oro, oro en polvo, sólo la usan
en casos muy indispensables.

No les vi cara de asesinos como las de nosotros los terrícolas, tampoco les vi tal cariz
maquiavélico con el que tanto se adornan ciertas películas; en esas extrañas criaturas
solamente brillaban la sabiduría, el amor y el poder. Son hombres, pero hombres de verdad, en
el sentido más completo de la palabra. Ninguno de ellos quiso raptarme, al contrario, luché
demasiado, rogándoles que me llevaran; estoy seguro de que si me hubiesen concedido tal
petición en modo alguno hubieran hecho de mí un «conejo» de laboratorio. Otra cosa somos
nosotros los terrícolas; si lográsemos atrapar a un extraterrestre, seguro que va para el
laboratorio y en cuanto a la nave, la confiscaremos y con ella como patrón, podremos construir
muchas para bombardear ciudades indefensas, para conquistar otros mundos a la fuerza y para
hacer diablura y media, porque nosotros, los terrícolas, empezando por mí, somos en verdad,
sumamente perversos. Esa es la cruda realidad de los hechos.En modo alguno, he venido aquí
a lavarme las manos delante de ustedes y a decirles que soy «una mansa oveja». No, todos
nosotros estamos «cortados con la misma tijera», y los defectos que yo tengo, los tienen
ustedes y viceversa. Así pues, les aseguro que el testimonio que doy de aquellas gentes, es
sincero, en verdad sincero. No trato en modo alguno de deformar el testimonio, de deformar la
verdad.Sentados al fin aquellos tripulantes, sobre los troncos de madera que había en tal lugar,
una de las damas se puso de pie y en nombre de toda la tripulación habló y dijo:- Si colocamos
nosotros una planta que no es aromática junto a otra que lo es, la que no es aromática se
impregnará de la que sí es aromática.Luego prosiguió:- Lo mismo sucede en los mundos
habitados, mundos que en el pasado andaban mal, humanidades perversas, poco a poco se
fueron transformando con el aroma, con la vibración de los mundos vecinos; mas nosotros,
como usted ve, acabamos de llegar aquí, a este planeta tierra y no vemos que suceda lo
mismo. ¿Qué es lo que pasa en este planeta?Bueno, la pregunta que me hicieron fue tremenda
y yo debía dar una respuesta, pues, de alta calidad. Sin reflexionarlo mucho, pero eso sí,
cuidando muy bien la palabra, dije:- Este planeta Tierra es una equivocación de los Dioses, mas
luego completé, redondeando el concepto lo mejor que pude para decir: «Este es el karma de
los mundos. Karma es la palabra que representa o significa causa y efecto; tal causa, tal
efecto.

La tierra tiene causas que la trajeron a la existencia, y si posiblemente esas causas están más o
menos equivocadas, los efectos tienen que ser equivocados.Al decir así: «Este es el karma de
los mundos con gran asombro vi que la anciana que hablara, asintió inclinando la cabeza con
una venia respetuosa; no dijo nada, pero, sencillamente asintió. la otra dama, lo mismo, hizo
una venia respetuosa y todos los de la tripulación, en genuflexión moderada asintieron.Bueno,
les diré algo: pensé que me iban a jalar las orejas, es darle una respuesta a personas que
viajan de galaxia en galaxia, un pobre diablo como yo, era terrible, pero resultó, resultó;
funcionó mi respuesta y eso me alegró. Claro, resolví sacar el mejor partido de aquel
asentimiento y me dije: «Bien, este es el momento», volví a reiterar mi petición de ser llevado a
otro planeta de el inalterable espacio infinito, para dar testimonio a las gentes sobre la realidad
de los mundos habitados.- Soy escritor, les dije, y no es por mí, es por la humanidad;
llévenme...De nada valieron mis ruegos, el silencio era terrible. Al fin el capitán pronunció una
frase, nada más que una porque hablan poco, pero dicen mucho, nunca empeñan la palabra si
no la han de cumplir; no son como nosotros, que le decimos a un amigo: «mañana nos
encontramos a las 9 de la mañana, para platicar sobre tal negocio». Y el amigo, no llega o se
aparece por ahí a las 10, a las 11, ó a las 12. Esas gentes hablan poco y dicen mucho.
Parecería como si esos personajes fuesen verdaderamente Dioses con cuerpos de hombre.
(Me daba esa impresión al platicar con ellos). Logré una respuesta y luego que me la dieron es
claro que quedé satisfecho.- En el camino –dijo el capitán– iremos viendo...Nada más. Eso fue
lo que me dijo, pero que para mí fue definitivo. Si un terrícola me hubiera dicho lo mismo,
sencillamente hubiera considerado esas palabras como una escapatoria, como una evasiva,
como cuando uno solicita, por ejemplo, un empleo, y le dicen: le tendremos en cuenta cuando
haya una vacante, (es como para salir corriendo a quinientos KPH). Podemos estar seguros de
que hemos fracasado en la solicitud. Pero estaba hablando con extraterrestres. «En el camino
iremos viendo»... ¿A cuál camino se refería aquel capitán?Al camino esotérico, iniciático; a una
senda que yo estoy siguiendo y que muchos están siguiendo, «La senda que conduce al
superhombre»; a la senda angosta, estrecha y difícil de la cual habla el Cristo a ese camino
misterioso que recorriera un Dante, un Hermes Trismegisto o un Jesús de Nazaret. Yo sigo ese
camino, por lo tanto, las palabras de aquel capitán me llenaron de ánimo.Bueno, me dio su
mano (su diestra), subió a la nave por una escalerilla, también se subieron los de la tripulación;
comprendí que debía retirarme y así lo hice. No quería en modo alguno, que mi cuerpo se
desintegrase instantáneamente por la fuerza de aquella nave.

Me retiré, sí, a cierta distancia pude observar a través de los árboles, el momento en que
aquella nave despegara, subió lentamente hasta cierto punto y luego se precipito en el espacio
infinito, sin hacer ruido alguno...Les aseguro a ustedes, que estoy dando testimonio sobre
gentes que ya conquistaron el espacio, sobre los extraterrestres, he venido aquí a decirles la
verdad, y nada más que la verdad. No he venido a darles testimonios falsos porque con eso no
ganaría nada, ni tampoco ustedes ganarían nada; me engañaría a mí mismo y cometería el
crimen absurdo de engañar a mis semejantes. les estoy dando a ustedes un testimonio de la
verdad. De lo que me consta sobre los extraterrestres. Si ustedes creen, maravilloso; si no
creen, no me importa; si se ríen, allá ustedes; en todo caso, el que ríe de lo que desconoce,
dice Víctor Hugo en una de sus obras, está en el camino de ser idiota. Yo doy mi testimonio,
ustedes verán.. Hay otras gentes que ya conquistaron el espacio, que no son terrícolas. Son
gentes que vienen de otros mundos densamente poblados. Es urgente comprender que esas
gentes que conquistaron el espacio infinito, no tienen vicios, no beben, no fuman, no fornican,
no adulteran, no roban, no matan; son perfectos en el sentido más completo de la palabra. Me
digo a mí mismo, les digo a ustedes pensando en voz alta: nosotros los terrícolas, ¿tendremos
acaso tales méritos, seremos dignos de conquistar el espacio infinito? Y si lo lográramos ¿cuál
sería nuestra conducta en otros mundos habitados? ¿Estaremos seguros de que no iríamos a
beber allá, a tomar, a adulterar, etc.? ¿Somos tan perfectos que nos creemos capaces de
conquistar el espacio infinito?Ahora bien, esas naves cósmicas yo entiendo que son
multidimensionales, me parece que las tres dimensiones: largo, ancho y alto, no son todo. La
geometría tridimensional de Euclides ha sido muy discutida. Una mesa, por ejemplo, tiene
largo, ancho y alto, tiene tres dimensiones; mas tiene que haber una cuarta vertical de esta
mesa, ¿cuál será? Yo digo que es el tiempo. ¿Cuánto tiempo hace que fue fabricada?. He allí
la cuarta vertical. Indubitablemente existe también la quinta coordenada: entiendo que es la
eternidad. Más allá de la quinta tiene que existir una sexta, o sea, una que no es el tiempo ni la
eternidad, ni tampoco el mundo tridimensional. la quinta coordenada es la eternidad, la cuarta
es el tiempo. Pero la sexta, ¿cuál será y cuál la séptima? Es la dimensión cero desconocida.
(Espíritu puro, dijéramos).Indubitablemente tienen que haber siete dimensiones básicas,
elementales; mientras exista, mientras tengamos nosotros el dogma tridimensional de Euclides,
permaneceremos en estado regresivo, retardatario. Hoy por hoy, la física moderna está
retardada, es regresiva, es retardatario, anticuada, porque se basa exclusivamente en las tres
dimensiones, básicas, fundamentales del dogma tridimensional de Euclides.Las Naves
extraterrestres están basadas en una geometría diferente. Yo digo que hay que crear una
geometría tetradimensional. Esto sería posible si investigáramos más profundamente al átomo.
Obviamente es en el átomo donde está trazada la cuarta vertical. El día que podamos trazar la
cuarta vertical sobre papel, podremos también entonces crear una geometría tetradimensional,
con una geometría así podríamos fabricar naves de cuatro dimensiones, naves capaces de
viajar en el tiempo, ya hacia el remoto pasado, ya hacia el remoto futuro; con naves así
podríamos conquistar el espacio infinito, mas nosotros todavía no podemos crear ese tipo de
naves.

Para viajar a Marte, nos tardaremos dos años en un cohete atómico; según pude entenderse las
explicaciones de aquellos extraterrestres que conocí en el desierto de los leones, que en
menos, en cuestiones de minutos, están en Marte. (Para ellos Marte es, ahí nomás, como quien
dice en la tienda de la esquina). Y es que ellos meten sus naves en la cuarta vertical; tales
naves están propulsadas por energía solar y esto es maravilloso. Nosotros necesitamos enviar
cohetes equipados con combustible líquido, nuestros astronautas tienen que hacer cincuenta
mil maromas, para poder bajar en la luna; ellos no necesitan de tales maromas, para ellos la
luna está «allí nomás».Así, pues, no veo por qué hemos sentirnos orgullosos de nuestra tan
cacareada civilización moderna. los invito a comprender, que nosotros los terrícolas somos
apenas embriones; que nuestra tan cacareada civilización moderna, no vale realmente la pena.
Los invito a ustedes a comprender a fondo esta cuestión de la conquista interplanetario; hay
necesidad de analizar, hay necesidad de estudiar, hay necesidad de comprender, que, si
queremos la conquista del espacio infinito, debemos empezar por estudiarnos a sí mismos,
porque las leyes del Cosmos están dentro de nosotros mismos aquí y ahora y si no
descubrimos las leyes del Cosmos dentro de sí mismos, no lo descubriremos jamás fuera de
nosotros mismos. El hombre está contenido en la naturaleza y la naturaleza está contenida en
el hombre. Si queremos conquistar el espacio infinito, debemos empezar por conquistarnos a sí
mismos.Hoy por hoy, nosotros somos víctimas de las circunstancias. No hemos aprendido a
manejar las diversas circunstancias de la vida; aún no sabemos determinar circunstancias.
Somos juguetes de todas las fuerzas del universo.Vivimos en un mundo convulsionado, en un
mundo que va a pasar grandes catástrofes, ya vienen los terremotos, han venido caminando
nuestra América desde sur a norte. Un día es Chile conmovido por grandes terremotos y
maremotos, más tarde Caracas, siguió Colombia, se estremeció Nicaragua, siguió Honduras y
se acaba de estremecer Guatemala. Es necesario saber, que dentro de poco, todas las
ciudades de México) se estremecerán con los terremotos.San Francisco, California, está
llamada a desaparecer. Hay una falla al pie de la península de California que ya está estudiada,
una grieta profunda que ya empieza a devorarse poco a poco a California y obviamente,
California se hundirá en el fondo del Pacífico.Vivimos, pues, en un mundo que está amenazado,
por grandes convulsiones, que merece que nosotros reflexionemos un poco sobre el estado
psicológico en que nos encontramos, sobre nuestra civilización, etc. El fondo de los océanos
Atlántico y Pacífico está lleno de profundas grietas; en el Pacífico, sobre todo, hay algunas
grietas que son tan profundas, que ya ponen en contacto el fuego con el agua; el agua del
océano penetra dentro del interior de la tierra, en aquellas zonas donde está el fuego líquido y
se están formando presiones y vapores que aumentan de instante en instante. Estas presiones
y vapores están originando terremotos en grande escala y se van a convencer ustedes,
distinguidos caballeros y damas de que antes de poco, no habrá un solo lugar del planeta tierra
donde uno pueda estar seguro. los terremotos y maremotos, tienen que intensificarse debido a
las presiones y vapores subterráneos. Los hielos del Polo Norte se están derritiendo y ya se
encuentran enormes icebergs cerca del Ecuador. En el Polo Sur se están produciendo aguas
calientes salidas de algunos cráteres, estas corrientes de aguas calientes penetran hasta
ciertos lugares de Guinea. Hay cambios dentro del mundo tierra y si las presiones y vapores
continúan un día explotará la corteza terrestre. No hay duda de que hoy por hoy, cualquier
acontecimiento cósmico, la llegada de algún mundo gigantesco, es suficiente para que se
produzca tal explosión.

Nosotros estamos sentados sobre un barril de pólvora y no nos damos cuenta. la Tierra toda, se
está preparando para cambios geológicos formidables y la naturaleza está pasando
actualmente por procesos difíciles, está en una gran agonía, el fuego de el interior de la Tierra
se halla en desasosiego, pero nosotros, sobre la epidermis de este planeta, nos creemos muy
seguros, levantamos poderosos edificios como si nunca se fueran a caer al suelo, creamos
poderosas naves, como si éstas nos permitieran a nosotros huir a otros planetas en un instante
dado; nos sentimos amos del universo y cualquier dolor de estómago es suficiente como para
irnos a la cama, somos débiles, pero nos creemos invencibles.Me parece que debemos
reflexionar sobre lo que somos, sobre lo que está sucediendo, sobre lo que pasa en este
momento. En este siglo ha habido dos guerras espantosas: la de 1914 a 1918 y la de 1939 a
1945, habrá una tercera y será atómica; entonces existirá un gran holocausto, poderosas
ciudades quedarán reducidas a cenizas; millones de personas perecerán. Lo más grave de todo
esto, es que el abuso de la física atómica nos llevará al desastre. Un día llegará en que vendrá
la descomposición del átomo en cadena y entonces los científicos no podrán controlar la
energía atómica. No hay duda de que la contaminación radiactiva será espantosa; las nubes
cargadas de radiactividad, por ejemplo, al descargarse sobre los cultivos también los
contaminarán. Así pues, en la tercera guerra mundial ya no habrá qué comer, porque la
radiactividad habrá impregnado completamente las cosechas y los alimentos contaminados no
servirán para nuestra alimentación.Al paso que vamos, no debemos sentirnos muy seguros de
una civilización que tambalea y tampoco debemos estar muy seguros de nuestras teorías, de
nuestros conceptos, de nuestras ideas. Merece la pena que revisemos todo lo que hemos
aprendido en la escuela, en el colegio, en la universidad, en los libros escritos por distintos
escritores. No trato de atacar ninguna teoría, no; únicamente estoy invitándoles a ustedes a la
reflexión y nada más, ese es el objeto de esta plática.Hay una ley que se conoce como la Ley
de la Entropía Universal. Si colocamos dos marmitas llenas de agua, una conteniendo agua
caliente y otra conteniendo agua fría Y las colocamos juntas, veremos un desorden involutivo
(he allí lo que es la entropía universal). Si las gentes no trabajan sobre sí mismas, si no
procuran pasar por una especie de revolución psicológica, si no modifican sus costumbres, su
manera de vivir y de ser, marcharán de acuerdo con la ley de entropía, involucionarán en el
tiempo y un día no habrá diferencia entre persona y persona, todos seremos terriblemente
perversos.En cuanto al planeta Tierra, no podemos negar, que está metido dentro de la ley de
la entropía. la atmósfera se halla completamente contaminada, los mares se hallan convertidos
en enormes basureros, muchas especies marítimas están desapareciendo, en los ríos han
muerto los peces. Es difícil ya, encontrar un río que no esté contaminado; los frutos de la tierra
han sido adulterados con tantos y tantos injertos, es difícil comerse una manzana legítima,
ahora tiene uno que comer peroles. Todo esto ha alterado el orden del universo, el orden de la
naturaleza hay tierras que ya no producen.Actualmente el globo tiene 4,500,000,000 de
personas; no alcanzaran los alimentos para sostener a tanta gente; los próximos años serán
millones de personas que morirán de hambre. Actualmente es mucha la gente que está
pereciendo. Así pues, la tierra toda está pereciendo. Así pues, la tierra toda está marchando
de acuerdo con la ley de entropía universal. Las tierras que antes eran cultivables, que daban'
frutos en abundancia para sostener a todo el mundo, ahora son estériles; los experimentos
hechos con la energía atómica y esos abonos químicos, han echado a perder la tierra, todo
marcha en forma involutiva.La Tierra misma, en este momento, está agonizando y lo más grave
es que está agonizando y nosotros, no nos damos cuenta de que está agonizando.
Obviamente, si una persona está agonizando, ya sabemos lo que le aguarda; similarmente, si
nuestro planeta Tierra está agonizando, debemos entender lo que le aguarda. Un día quedará
igualada la Tierra en todas partes, convertida en un Sahara, o en otros términos, convertido en
una luna más del espacio infinito.

Mas la sabiduría del Demiurgo creador del universo es grande. No está de más, decirles a
ustedes, en forma enfática, que sólo mediante el sacrificio es posible la transformación. Si por
ejemplo, no sacrificamos el combustible de la locomotora, no habría fuerza motriz, para mover
el tren; similarmente, diremos, que mediante el gran sacrificio es posible también, la
transformación del mundo.Sabemos demasiado que los ejes de la Tierra se están
verticalizando, no está lejano el día en que los polos se conviertan en Ecuador; no está lejano el
día en que el Ecuador se convertirá en polos. Cuando esto sea, los mares cambiarán de lecho
y se tragarán al planeta entero, no cabe duda de que vendrá el gran caos. Actualmente, ya los
hielos del Polo Norte, repito, se están derritiendo; esto origina enormes ciclones que arrasan
ciudades enteras y causan estragos, como el que causó hace poco el ciclón ese terrible que
acabó con Honduras.Así es que, los icebergs se encuentran ahora por montones cerca de la
zona ecuatorial; ya no coincide el polo magnético con el polo geográfico. Si un avión saliera
directamente hacia el Polo Norte en estos instantes, guiados por la brújula y si luego
descendiera exactamente sobre el polo magnético, hallarían los pilotos, con asombro, que allí
no está el polo geológico. El polo geológico está desviado, se dirige hacia el Ecuador. De
manera que el polo magnético y el geológico ya no coinciden, esto hace que cambien los
climas, que comiencen ciertos desórdenes en las estaciones, sobre todo en la primavera y en
verano; esto hace que los mares surjan de sus cauces y que las poderosas civilizaciones que
hemos creado nosotros, se destruyan. Lo más grave de todo es que con ella nos destruiremos
nosotros también, pereceremos.Los antepasados de Anahuac dijeron: «Los hijos del quinto sol,
refiriéndose a nosotros, perecerán con el fuego y los terremotos». Esto está debidamente
determinado ahora, con la catástrofe de Guatemala, que entre paréntesis fue muy grave, ya que
no solamente tembló, sino que sigue temblando en ese desgraciado país y los muertos están
aumentando. Así pues, que la humanidad perecerá por el fuego y los terremotos y por último
será definitivamente barrida de la faz de la Tierra, al salirse de su lecho los océanos. Así,
después de este tremendo y espantoso sacrificio, surgirán algún día, de entre el caos,
continentes nuevos donde vivirá una nueva humanidad. Ya Virgilio, el gran poeta de Mantúa
dijo: «Llegó la edad de oro y una nueva progenie manda». Si nosotros somos tan perversos
que provocamos guerras atómicas; mas llegará el día en que vivirá sobre la faz de la Tierra una
humanidad pacífica, una humanidad llena de amor, una humanidad inocente y pura, una
humanidad bella y sabia.De manera que el planeta Tierra ha salido desde la conciencia de eso
que se llama dios, de lo inefable, hacia donde debemos regresar ahora; pero hasta ahora
hemos marchado por el camino de la perversidad y tendremos que perecer pero habrán cielos y
tierras nuevas, como dijo Pedro en su epístola a los Romanos y en ellas vivirá una humanidad
nueva.Haciendo reconsideraciones sobre todos estos principios, es por lo que vale la pena, que
luchemos nosotros por una transformación radical; vale la pena fabricar dentro de nosotros un
nuevo hombre. No nos conocemos a sí mismos y necesitamos conocernos, dentro de nosotros
hay maravillas que desconocemos. Alguien me decía, el otro día: Yo sí me conozco a mí
mismo, señor.Me alegra –le respondí– que usted se conozca a sí mismo, pero contésteme
usted la siguiente pregunta: ¿cuántos átomos tiene un solo pelo de su bigote?Al hacerle esta
pregunta, guardó silencio y por último exclamó: ¡Eso sí no lo sé!Le dije: Si usted no conoce
siquiera cuántos átomos hay en un solo pelo de su bigote, ¿cómo se atreve a decir, con gran
énfasis, que se conoce a sí mismo, en forma íntegra, unitotal?El hombre quedó
confundido.Dentro de nosotros hay algo más que cuerpo físico; existe una psicología que hay
que estudiar. El cuerpo físico no lo es todo. Ustedes se sienten atraídos hacia el físico, saben
que tienen un cuerpo de carne y hueso porque lo pueden tocar, porque lo pueden palpar, pero
difícilmente ustedes admiten que tienen una psicología, porque esto sí que no lo pueden palpar
físicamente. Cuando alguien admite que tiene su propia idiosincrasia psicológica individual,
particular, de hecho comienza a auto-observarse. Obviamente, cuando alguien se auto-
observa, comienza a ser diferente a los demás y tiene posibilidades de cambiar.Dentro de esta
humanidad ha de ser salvado un núcleo de gentes que cambien, de gentes que logren, con
anticipación, un cambio psicológico. Tales gentes serán asistidas y llevadas a cierto lugar del
Pacífico y desde ahí podrán contemplar el duelo del agua y del fuego durante siglos y al fin,
cuando surjan tierras nuevas del fondo de los mares, esas gentes que hayan cambiado, podrán
vivir en paz, convertirse en el núcleo de una futura humanidad. Pero necesitamos cambiar y no
podemos cambiar si no nos auto-observamos psicológicamente, por eso digo, que cuando
alguien comienza a auto-observarse psicológicamente tiene esperanzas de cambiar, de ser una
persona diferente.

Necesitamos auto-observarnos en el pensar, en el sentir y en el obrar; me parece que no es


delito la auto-observación psicológica, me parece que no es delito intentar un cambio
psicológico.Dentro de nosotros mismos, dentro de nuestra persona, existen los factores de la
discordia, que producen guerras en el mundo. Mucho se habla sobre la paz en estos tiempos.
Mussolini decía: «la paz, es un ramo de olivo que pende del filo de once millones de
bayonetas», vean qué clase de palabras, de consejos. Allá lo colgaron, le aplicaron la famosa
pena, esa de la «venddeta italiana»; le dieron de puños y patadas, por último, cayó el cadáver al
suelo. Un ciudadano bastante sádico, mirando el cadáver del «Duce» entre el lodo, exclamó:
«El duce se ha vuelto un cerdo».La paz, no es cuestión de propaganda, ni de apaciguamientos,
ni de ONU, ni de ejércitos pro paz, etc. Recuerden ustedes que la ONU ha enviado también
ejércitos que han ido a pelear por la paz. ¿Creen ustedes que pelear por la paz, es paz?
Ustedes mismos son testigos de que la ONU dispone de un ejército y que han atacado a otras
fuerzas, que han bombardeado, que han empuñado el fusil ¿Creen ustedes que así se trabaja
por la paz? En el mundo habrá guerras, mientras en nosotros existan los factores que producen
guerras.El temor, es uno de los principales motivos de «el armamentismo mundial». Si un
hombre le teme a otro hombre, se arma, carga pistola, ¿por qué?, porque le teme; si no le
temiera, no se armaría; Si una nación se arma hasta los dientes, si adquiere bombas atómicas,
cañones ultramodernos, etc., es porque teme que la invadan, teme que otra nación la ataque.
El miedo hace cometer muchas injusticias, el miedo a la vida hace que muchos se metan a
ladrones, el miedo al hambre hace que muchas mujeres se prostituyan, de manera que
mientras existan los factores de miedo, de temor, dentro de nosotros, tienen que haber guerras,
prostitución, asesinatos, etc., etc. Si queremos luchar por la paz, tenemos que acabar con los
factores que producen guerras, el temor es uno de ellos. ¿Queremos nosotros paz? ¡Acabemos
con el egoísmo!.

Cada uno de nosotros dice: Primero yo, segundo yo, tercero yo; si se proyecta ese egoísmo
mundialmente, si las naciones dicen: primero yo, segundo yo, tercero yo, habrán encuentros de
intereses entre país y país y se desatará la guerra.Así pues, la paz no es cuestión de
apaciguamiento, ni de ejércitos, ni de UNESCO, ni de ONU, ni de OEA. Mientras dentro de
nosotros existan los factores que producen guerras, habrá guerras.La paz, es una substancia
atómica, inefable que está más allá del bien y del mal, que viene del espacio abstracto absoluto.
Es necesario que nosotros nos auto exploremos. en estos momentos de crisis mundial y de
bancarrota de todos los principios, es necesario que nosotros, nos auto-observemos
psicológicamente, en este instante en que la tierra está convulsionada por tantos y tantos
terremotos, es necesario que reflexionemos sobre nuestra posición actual, sobre lo que somos,
sobre lo que proyectamos, sobre nuestro pensar, sobre nuestro sentir, sobre nuestro obrar.
Hay una psicología que cada uno de nosotros tiene y esto no es cuestión de creer o de no
creer, sino de observar. Existe en nosotros la ira, que nos conduce a la locura, existe la codicia
y no solamente codiciamos, sino que hay unos que se la «echan de santos», codician no ser
codiciosos; existen en nosotros la lujuria, que nos convierte en verdaderas bestias; existe la
envidia, que se ha convertido en el resorte de la acción social, porque si vemos que tiene un
lindo carro ultramoderno y flamante, lo envidiamos y deseamos tener uno como ese o aún,
mejor; si vemos que un amigo de nosotros compra una linda casa y tiene además una linda
esposa, nosotros le envidiamos y queremos tener una casa mejor que esa y si queremos
echarnos de virtuosos afirmamos: «No, yo no codicio, me contento con lo que tengo, pan,
abrigo y refugio y eso es todo»; aunque por dentro arda el deseo de conquistar fama, honores,
prestigio, dinero, etc., etc., etc.El orgullo nos está corroyendo el corazón, cada uno de nosotros
tiene su orgullo particular, individual; nos queremos demasiado a sí mismos y eso es gravísimo.

Perezosos, los hay muchos; glotones, hay por montones, pero nosotros creemos que no somos
perezosos ni glotones, sino unos santitos. la cruda realidad de los hechos, es que dentro de sí
mismos tenemos valores negativos que nos conducen al fracaso en este instante de crisis
mundial y bancarrota de todos los principios; en momentos, precisamente, que se acerca la
tercera guerra mundial.Yo digo que cada uno de los defectos psicológicos que tenemos en
nuestro interior, es como un demonio o como una entidad tenebrosa. También, cuando uno lee
los cuatro evangelios, encuentra versículos donde se afirma, en forma enfática, que el gran
Kabir, Jesús de Nazaret, el Cristo, arrojó del cuerpo de María Magdalena, siete demonios; he
aquí, los siete pecados capitales, si éstos se multiplican por otros siete y otros tantos de miles
de sietes más, entonces, lo que el gran Kabir arrojó del cuerpo de María Magdalena, fue una
legión. Virgilio, el gran poeta de Mantúa, dijo: «Aunque tuviéramos mil lenguas para hablar y
paladar de acero, no alcanzaríamos a enumerar todos nuestros defectos cabalmente». Así
pues, el evangelio crístico, tiene razón cuando afirma que: «Cada uno de nosotros es legión».Si
afirmásemos en forma clara y precisa que el Yo, no es algo individual sino que constituye una
pluralidad, no estaríamos exagerando. Dentro de cada persona existe un yo paralizado; el Yo
envidio, el Yo amo, el Yo odio, el Yo tengo temor, el Yo tengo lujuria, el Yo tengo egoísmo, etc.,
etc.; toda esa multiplicidad existe dentro de nosotros mismos. Aquí y ahora.Estamos hablando
en el terreno psicológico revolucionario, estamos afirmando que dentro de nosotros existen
múltiples entidades psicológicas y eso está debidamente patentizado; está documentado en las
equivocaciones que tenemos en nuestra propia mente. Tan pronto estamos afirmando, como
estamos negando; nuestra mente es mente veleta, estamos llenos de maromas psicológicas,
nunca sostenemos lo mismo. Así pues, ¿de dónde nos vienen tantas contradicciones
psicológicas? El cerebro, no es más que el instrumento de la mente, pero no es la mente; está
hecho para elaborar el pensamiento, pero no es el pensamiento. Así pues, busquemos más a
fondo: ¿de dónde vienen tantas contradicciones psicológicas?.

Obviamente de la pluralidad del Yo. Si dijéramos que cada uno de nuestros yoes posee los tres
cerebros, intelectual, emocional y motor, no exageraríamos. En otros términos diríamos, que
así como existe el espacio tridimensional de Euciides, existen también espacios psicológicos;
no hay duda de que toda esa multiplicidad psicológica que en nosotros aflora, es una realidad
dentro del espacio psicológico. Sin embargo, los sentidos físicos ordinarios no son capaces de
percibir el espacio psicológico; sino otros sentidos. El sentido de la auto-observación
psicológica sí puede percibir tal espacio, desgraciadamente, el sentido de la auto-observación
psicológica está atrofiado. Más, conforme nosotros nos auto-observemos de instante en
instante, podremos desarrollar tal sentido, cuando eso sea, la multiplicidad del yo será una
realidad para nosotros y la veremos y también percibiremos, inteligentemente, el espacio
psicológico.Cada uno de nosotros es legión, tenemos la conciencia demasiado dormida. El
humanoide intelectual, no es capaz de ver, tocar o palpar las grandes realidades del espacio
psicológico. Necesitamos despertar conciencia, porque la conciencia de nosotros está
embotellada, embutida entre todos esos yoes, que en su conjunto, constituyen el «mi mismo»,
el «yo mismo», el «sí mismo». Necesitamos desintegrar esos yoes que personifican nuestros
errores y esto es posible, mediante la autoobservación psicológica. Es en el terreno de la vida
práctica, en la fábrica o en la oficina, en la casa o en la calle, en el mercado o donde sea, donde
podemos autodescubrirnos. En relación con la gente, los defectos que llevamos escondidos
afloran espontáneamente y si estamos alertas y vigilantes, como el vigía en época de guerra,
entonces los vemos. Defecto descubierto debe ser enjuiciado severamente a través del análisis
superlativo del ser. Defecto descubierto debe ser estudiado y posteriormente desintegrado.
Obviamente la mente no puede alterar radicalmente ningún defecto; la mente puede justificar tal
o cual error, cambiarlo, justificarlo o condenarlo, pero jamás desintegrarlo. Necesitamos de un
poder que sea superior a la mente, capaz de aniquilar cualquier defecto. Afortunadamente, este
poder se halla latente en el fondo de la anatomía humana. Quiero referirme, en forma enfática,
a la signatura astral del fuego; quiero referirme, en forma clara, a Dios-madre, al principio del
amor, al eterno femenino divinas; quiero referirme en forma clara a la divina madre Kundalini-
Shakti, Estella Maris, o virgen del mar, a Tonantzin, Rea, Cibeles, María, Isoberta, Diana, etc.
Dios-madre subyace en las profundidades de nuestro propio ser; es un poder flamígero que
solamente el iniciado puede percibir con el sentido de la auto-observación psicológica. Si se
utilizara ese poder ígneo divinas, que es una variante de nuestro propio ser, pero derivado,
podríamos desintegrar totalmente cualquier defecto psicológico que previamente hayamos
comprendido en todos los niveles de la mente. Bastaría clamar, como clama un niño a su
madre, cuando tiene hambre o cuando tiene sed; bastaría suplicar a Devi Kundalini Shakti que
desintegre cualquier yo-defecto previamente comprendido; así éste quedaría reducido a
polvareda cósmica, a cenizas y la conciencia enfrascada, metida entre tal yo-defecto, sería
liberada; por ese camino podríamos desintegrar todos los yoes-defectos y liberar la totalidad de
la conciencia superlativo de el ser. Una conciencia liberada o emancipada, es capaz de ver,
tocar, palpar las grandes realidades del espacio psicológico: una conciencia liberada está más
allá de la mente y puede, perfectamente, descubrir la realidad de todos los fenómenos que
suceden en el universo.

Quiero que ustedes sepan que hay tres clases de mentes; a la primera podríamos denominarla
«Mente sensual», ésta elabora sus conceptos de contenido con las percepciones sensoriales
externas, nada sabe sobre el espacio psicológico, nada sabe sobre lo real, sobre Dios, etc. Don
Emmanuel Kant, el filósofo de Köenisberg, escribió una obra titulada La crítica de la razón pura;
el pensamiento Kantiano, con todos sus silogismos, presilogismos, esilogismos, etc., es
formidable; Don Emmanuel Kant con La crítica de la razón pura demostró al mundo que la
mente sensual, nada puede saber sobre lo real, sobre la verdad, sobre Dios, etc. Pues elabora
sus conceptos de contenido con las percepciones sensoriales externas y por lo tanto, sobre la
verdad, no puede saber nada.Hay una segunda mente: quiero referirme a la mente intermedia,
allí están depositados todos los dogmas, creencias religiosas, etc. Cada cual es muy libre de
creer lo que quiera; nosotros los gnósticos en modo alguno nos pronunciaríamos contra las
creencias ajenas; sabemos respetar la religión y las religiones, porque consideramos que las
religiones son como perlas preciosas engarzadas en el hilo de oro de la divinidad. Empero, las
creencias religiosas tampoco son percepción directa de la verdad. El sol, existiría, así creamos
en él o no creamos; el fuego, nos quemará el dedo cada vez que lo metamos entre la llama,
aunque nosotros no creamos. Así, pues, lo que yo crea o deje de creer, no es la verdad.Más
allá de la mente intermedia, está la mente interior. Si la mente sensual funciona en base a las
percepciones sensoriales externas, la mente interior funciona con los resortes precisos de la
conciencia superlativo del ser. Así pues, la conciencia despierta puede conocer los fenómenos
de la naturaleza en forma directa, completa, íntegra, un unitotal. Y luego, entregar esos datos a
la mente interior. la mente interior, con los datos de la conciencia superlativo del ser, conoce los
misterios de la vida y de la muerte, conoce el origen de la vida, descubre eso que la mente
sensual ignora; sabe de dónde venimos, para dónde vamos, cuál es el objeto de la existencia,
etc. la mente sensual, no puede conocer los fenómenos de la naturaleza en sí mismos.
Citemos aquí una flor, por ejemplo, un clavel, la mente sensual dice: «es un clavel» ¿pero quién
le dijo que éste era el nombre de esa flor? Nos lo enseñaron en la escuela, nos lo enseñaron
en la casa, nos lo enseñaron las gentes. Mas ¿a nosotros nos consta que sea ese, el
verdadero nombre de esta flor? Me lo enseñaron, sí, pero ¿qué autoridad tienen los que nos
enseñaron a ponerle nombre a esa flor? ¿cuál será su verdadero nombre? ¿somos acaso los
amos de la sabiduría universal para saber cuál es el nombre que el divino arquitecto ha puesto
a esa flor? En la mente interior todo cambia; decimos: el verdadero nombre de esta flor es tal o
cual; sus componentes son tales o cuales. En el colegio, en la escuela o la universidad, se nos
entregaron las fórmulas químicas de esta flor, entonces nosotros vemos, en esa flor la fórmula
que nos metieron en la memoria, pero no estamos viendo la flor no estamos viendo su
verdadero nombre, estamos viendo lo que nos enseñaron, estamos poniendo en la flor, lo que
aprendimos en la escuela, en el colegio o en la universidad, pero no estamos viendo la
flor.Verla es diferente.

Tenemos que abrirnos a lo nuevo, para que la flor nos hable, tenemos que conocerla, tenemos
que colocarnos en un estado receptivo, pero nosotros somos orgullosos, nos creemos más
grandes que la flor y la llamamos de tal o cual manera; decimos: es un clavel y su fórmula
química es tal, porque nos la enseñaron en la escuela; pero no estamos viendo la flor. la
conciencia sí puede ver la flor y conocerle su real nombre en el cosmos, conocer sus
funcionalismos y sus verdaderos elementos; la conciencia puede pasarle esos datos a la mente
interior y la mente interior puede comprenderlos.Hoy por hoy, con nuestra mente sensual, lo
único que hacemos nosotros en verdad, es proyectar esas falsas ideas y conceptos sobre los
fenómenos. Nadie puede aprender con la mente sensual a conocer los fenómenos de la
naturaleza y del cosmos porque la vida fluye incesantemente y cuando nosotros queremos
retenerla, aunque sea por un instante, la matamos. Sólo con la conciencia despierta,
expresándose a través de la mente interior, podemos conocer los fenómenos en sí mismos y
por sí mismos, aquí y ahora.Hay dos tipos de ciencia: la ciencia profana y la ciencia pura. En la
ciencia pura, no existen teorías, sino hechos. Si yo les dijera a ustedes que el Conde de San
Germain, que vivió en los siglos XV, XVI, XVII, XVIII, XIX, etc., todavía vive, ustedes me
creerían loco, pero conozco al Conde de San Germain y por eso doy testimonio de que vive.
Vive sostenido por una ciencia que ustedes no conocen; la ciencia pura, la ciencia del
superhombre, la ciencia que conocen los extraterrestres que viajan a través del espacio infinito.
la ciencia de los señores de la vida y de la muerte, la ciencia de aquellos que han abierto la
mente interior.Nosotros no somos sino parte del conocimiento universal y eso es todo. Mas
podemos despertar conciencia, destruyendo los elementos indeseables que llevamos dentro,
transformándonos radicalmente para convertirnos en superhombres, en el sentido más
completo de la palabra.

Ahora, en estos instantes de crisis mundial y de bancarrota de todos los principios, en estos
momentos de terribles terremotos y maremotos, bien vale la pena que nos exploremos a sí
mismos, bien vale la pena que intentemos un cambio psicológico, una transformación radical;
bien vale la pena que nos levantemos en armas contra todos los conceptos anticuados,
extemporáneos; bien vale la pena que nos convirtamos en verdaderos revolucionarios de la
psicología, en hombres capaces de iniciar una nueva civilización y una nueva cultura.

EL SABOR TRABAJO Y EL SABOR VIDA

Empezaremos, naturalmente, preparando el ambiente con esta plática de tipo esotérico. Espero
que los hermanos, pues, pongan toda su atención.

Es necesario comprender la necesidad de aprender a vivir. Las experiencias de la vida diaria


son muy útiles; desafortunadamente, las gentes las repudian, las enjuician, las detestan, etc.;
muchos se quejan de sí mismos y de los demás, y se asombra uno de ver cómo es que las
gentes subestiman las experiencias. Nosotros debemos actuar a la inversa: tomar las
experiencias para nuestra propia Auto-Realización; ellas en sí mismas, pueden ofrecernos
material didáctico suficiente como para el desarrollo de la Esencia, o en otras palabras, para el
crecimiento anímico.

Así pues, las experiencias resultan ciertamente magníficas en todo sentido; no es posible sacar
material didáctico, para el desarrollo de la Conciencia, de cualquier otro lugar que no sea de las
experiencias; por eso es que quienes las repudian, o quienes protestan contra las dolorosas
experiencias de la vida, obviamente se privan de lo mejor: se privan, precisamente, de la fuente
viva que puede conducirnos al robustecimiento de la vida anímica.

Cuando uno toma las experiencias como material didáctico para su Auto-Realización, descubre
sus propios defectos psicológicos, porque es en relación con la humanidad, es en relación con
nuestros familiares, es en relación con nuestros compañeros de trabajo, en la fábrica, en el
campo, etc., como nosotros mediante las experiencias, logramos el auto-descubrimiento.
Obviamente, las experiencias son las que nos hacen aflorar nuestros propios errores. En
presencia de nuestros insultadores, por ejemplo, aflora el "yo" de la ira; en presencia del vino,
aflora el "yo" de la borrachera; en presencia de personas del otro sexo, si no estamos alertas y
vigilantes, como el vigía en época de guerra, aflora la lujuria.

Así pues, resultan útiles las experiencias para conocernos a sí mismos. Obviamente, lo principal
es no identificarnos con ningún acontecimiento, con ningún evento, con ninguna circunstancia;
necesitamos aprender a ver los distintos eventos y circunstancias, sin identificarnos con los
mismos; necesitamos aprovechar cada experiencia, por dolorosa que sea, para el auto-
descubrimiento.

Cuando uno se está observando a si mismo, ve cuan útiles son las experiencias. Si nos
retiráramos a una caverna solitaria sin habernos auto-descubierto, sin habernos conocido a sí
mismos, sin haber disuelto el Ego, el resultado sería el más absoluto fracaso.

En los Himalayas, muchos anacoretas vivieron en cavernas y hasta desarrollaron algunos


"Shiddis", es decir, poderes. Esos ermitaños, a base de rigurosas disciplinas esotéricas,
consiguieron el Samadhí, y gozaron entonces en el mismo, penetraron en el Alaya del Universo
y hasta perdiéndose por instantes en el Supremo Parabrahatma-Hatma. Lo que sucedió
realmente, fue que entrenados en las más diversas disciplinas de la mente, tales cenobitas
lograban desembotellar la Esencia, la Conciencia, y esta, en ausencia del Ego, vino a
experimentar eso que no es del tiempo, eso que está más allá del cuerpo, de los afectos y de la
mente. Embriagados, pues, con el "Soma" del Samadhí, se creyeron Mahatmas, nunca
trabajaron sobre el Ego, jamás se preocuparon por desintegrar los diversos agregados
psíquicos, sólo se especializaron en la Yoga de la Meditación. Ya desencarnaron, y como
quiera que indubitablemente se habían hecho atletas de la Ciencia de Dyani o Meditación, la
Esencia, momentáneamente, pudo hasta penetrar en los Planetas del Cristo, flotar en el
ambiente de tales planetas, desafortunadamente sin poder ingresar a las corporaciones de
dichos mundos. Pasado el éxtasis, la Esencia volvió otra vez al Ego, al interior del "mí mismo";
posteriormente retornaron, regresaron, se reincorporaron, y ahora son, en el mundo occidental,
personas vulgares, comunes y corrientes, y tanto en el Oriente como en el Tíbet, se les sigue
todavía venerando como a santos.

Es necesario entender la necesidad de desintegrar el Ego, y no seria posible esto si no


aprovecháramos las duras experiencias de la vida. Hay personas también, que después de un
trabajo de observación constante, con los distintos eventos de la existencia, se olvidan del
trabajo; entonces las experiencias vuelven a ser tomadas como antes.

Cuando uno toma las experiencias de la vida como un medio para llegar a un fin, como un
medio para el auto-descubrimiento, como un medio para la auto-observación, puede
saborearlas. El sabor trabajo es algo maravilloso; le da, a uno, una exquisitez inefable.

Cuando uno descubre que tiene tal o cual defecto psicológico, y lo elimina, entonces viene a
saborear el Trabajo, es un sabor inconfundible; pero cuando uno, después de haber trabajado,
abandona el Trabajo sobre sí mismo y vuelve a tomar las experiencias de la vida tal como
antes, es decir, vuelve a reinvertir el sentido de las experiencias, entonces, indubitablemente,
sentirá otra vez el mismo sabor de la rutina diaria, el mismo sabor a vida de siempre.

Hay pues que distinguir, claramente, entre el sabor trabajo y el sabor de la vida rutinaria. Por
eso yo les digo a ustedes, mis caros hermanos: no huyan de las experiencias de la vida,
aprovechen hasta la más simple experiencia para el auto-descubrimiento. Cualquier evento, por
insignificante que sea, permite el auto-conocimiento; porque precisamente, es en relación con
las distintas gentes como viene uno a auto-descubrirse, a descubrir sus propios errores; estos
afloran solos, tan espontáneamente, que basta estar en estado de alertas para verlos. Defecto
descubierto, debe ser trabajado, debe ser enjuiciado, debe ser analizado correctamente, debe
ser comprendido a través de la técnica de la meditación. Posteriormente, viene la ejecución, la
disolución; cualquier agregado psíquico puede ser disuelto con la ayuda de Devi Kundalini
Shakty, nuestra Madre Divina. Si nosotros le suplicamos elimine de nuestro interior el agregado
psíquico que hemos comprendido, ella así lo hará, lo desintegrará, y quedaremos libres de tal
defecto. ¡Cuan dichoso se siente uno, cuando elimina de sí mismo algún defecto; siente uno
como si le hubieran quitado una abrumadora carga de encima! ¡Cuanta dicha! Y a medida que
los distintos agregados psíquicos se van desintegrando, la Esencia, el Budhata va siendo
liberado, y cuando todos los agregados han sido reducidos a polvareda cósmica, desaparece la
Conciencia Egoica y sólo queda la Conciencia limpia del Ser, la Conciencia prístina, original. Así
pues, bien vale la pena que aprovechemos las experiencias prácticas de la vida para el auto-
descubrimiento; sin ellas no sería posible el autodescubrimiento.

Esos ermitaños que en tiempos idos, se encerraron en las cavernas para meditar, alimentados
por ahí con hierbas, con raíces del bosque, consiguieron hacerse atletas del Samadhí; algunos
lograron hasta el Satori, el Vacío Iluminador irrumpió en sus mentes, más nunca pudieron
realizar en sí mismos el Vacío Iluminador. Una cosa, mis queridos hermanos, es experimentar
el Vacío Iluminador; y otra cosa es en verdad les digo, realizar en sí mismos al Vacío
Iluminador. Hubo santos, místicos, ermitaños en el Oriente que experimentaron el Vacío
Iluminador, pero como quiera que no trabajaron sobre sí mismos, como quiera que no
eliminaron los agregados psicológicos, no pudieron realizar en sí mismos el Vacío Iluminador.

Experimentar la naturaleza del Vacío iluminador es útil, mis queridos hermanos, muy útil, pero si
solamente nos quedáramos en ese estadium del Ser, si no auto-realizáramos interiormente el
Vacío Iluminador, habremos perdido el tiempo lamentablemente. No podríamos
verdaderamente, realizar en sí mismos el Vacío Iluminador, si no trabajáramos desintegrando el
Ego, el "mí mismo", el "sí mismo". Así que vale la pena reflexionar profundamente en todas
estas cosas.

A medida que nosotros vayamos desintegrando en sí mismos al Ego, la Conciencia se irá


liberando, y cuando hayamos logrado la desintegración absoluta del "mí mismo", la Conciencia
estará absolutamente liberada; entonces el Vacío Iluminador habrá sido realizado en cada uno
de nosotros.

Sólo aquellos que han realizado en sí mismos el Vacío Iluminador, pueden vivir en los Planetas
del Cristo. Sepan ustedes que alrededor de cada Sol que nos ilumina, giran los Planetas del
Cristo; ellos son de naturaleza espiritual, no material. Hay dos naturalezas; la una, es mutable,
pasajera, perecedera, es la naturaleza del mundo físico; mas hay otra naturaleza: la naturaleza
de los Planetas del Cristo, que es inmortal, inmutable, imperecedera, terriblemente divina. En
esos planetas viven las Humanidades Divinas, dentro de cada criatura de esas, mora el Cristo,
el Cristo resplandece en cada criatura. Pero intentar convertirse en habitante de los Planetas
del Señor sin haber eliminado el Ego, es absurdo; querer eliminar el Ego renunciando a las
experiencias de la vida, o protestando contra las mismas, o desesperando, o identificándose
con cada evento, es estúpido. El material didáctico para la Auto-Realización, no sale de ninguna
otra parte sino de las experiencias de la vida.

Así pues, tomemos cada experiencia, por dolorosa que sea, con alegría; pensemos en que nos
da el material didáctico, suficiente para la Auto-Realización. No cometamos el error de
identificarnos con ningún evento. Tampoco cometamos el error de repudiar evento alguno; cada
evento de la vida es útil.
Cuando hayamos disuelto la totalidad del Ego, nuestra Mente Interior se habrá abierto. Ya les
he dicho a ustedes que hay tres mentes, y hoy se los repito. A la primera podemos denominarla
"Mente Sensual", -en élla está la "levadura de los Saduceos", groseros y materialistas-. La
segunda es la "Mente Intermedia", y tercero es la "Mente Interior". En la Mente Intermedia están
las creencias de las distintas religiones, es la "levadura de los Fariseos". Jesús el Cristo dice:
"Cuidaos de la levadura de los Saduceos y de los Fariseos", es decir, "cuidaos de las doctrinas
de los Saduceos materialistas y de los Fariseos hipócritas". Esas son palabras del Evangelio del
Señor.

¿Qué puede saber la Mente Sensual sobre lo Real, sobre la Verdad? ¡Nada! ¿por qué? Porque
ella elabora sus conceptos de contenido, exclusivamente con los datos aportados por los cinco
sentidos. La Mente Intermedia tampoco sabe nada de lo Real; allí están las "doctrinas de los
Fariseos", y bien sabemos que asisten a sus santos oficios, o ritos, para que otros digan de
ellos lo mejor, mas nunca trabajan sobre sí mismos; fundamentan su religión únicamente en las
creencias, y eso es absurdo.

Con la muerte del Ego se abre la Mente Interior, y esta es distinta; esta funciona con los
resortes de la Conciencia, esta recibe los datos de la Conciencia Superlativa del Ser, y con tales
datos elabora sus conceptos de contenido. Como quiera que la Conciencia Trascendental y
Superlativa del Ser tiene poder para experimentar lo Real, la Verdad, obviamente la Mente
Interior, al ser así informada, tiene buenos datos para elaborar sus conceptos de contenido, por
algo es que a la Mente Interior se le denomina "razón objetiva", por algo es que a la Mente
Sensual se le denomina "razón subjetiva".

Quien tenga desarrollada la Mente Interior, conoce lo Real, la Verdad, conoce eso que está más
allá del cuerpo, de los afectos y de la mente; conoce los Misterios de la Vida y de la Muerte, no
porque otros se los diga o se los deje de decir, sino por experiencia mística directa. Quien tenga
desarrollada la Razón Objetiva, es un Iluminado; mas hay seis grados de desarrollo de la Razón
Objetiva; estos seis grados se conocen por los Tridentes que existen en los Cuernos.

¿A qué "cuernos" me estoy refiriendo? A los Cuernos de Plata de los Hierofantes, a los Cuernos
de Lucifer. Este Lucifer no es otra cosa que la reflexión del Logos en nosotros, la sombra del
Señor, ubicada dentro de nosotros mismos, en nuestro interior, para nuestro bien. ¿Podríamos
acaso ascender hasta "el Gólgota del Padre", por otro camino que no fuera el cuerpo de Lucifer,
las espaldas de Lucifer? ¡Imposible! ¿Podría alguien acaso, trabajar en la Forja de los Cíclopes
sin el impulso de Lucifer? ¡Imposible! Lucifer da el impulso; si nosotros sabemos clavar la Lanza
en su costado, lo vencemos. Vencido el Dragón, subimos utilizando su espalda como escalera.
"La tentación es fuego, el triunfo sobre la tentación es Luz". Si logramos vencer a Lucifer,
subimos de grado en grado por su espalda; cada triunfo sobre Lucifer implica, de hecho, un
peldaño en el ascenso, y así, de peldaño en peldaño, llegamos a la cumbre del Ser, subimos
por la Montaña del Ser.

Siete o seis grados de desarrollo de la Razón Objetiva, ponen los Cuernos de Lucifer. Sí, allí
está la base. Mientras uno tenga un tridente en esos Cuernos, ya ha subido uno, un grado; y
quien tenga dos tridentes, indica un segundo grado de desarrollo en su Razón Objetiva; y quien
tenga un tres, ha perfeccionado su mente hasta el tercer grado de la Razón Objetiva. Pero
quien tenga los seis grados, los seis tridentes en sus Cuernos, habrá alcanzado la perfección
absoluta, y la Razón Objetiva del Ser, habrá llegado al Sagrado Anklad, y podrá permanecer en
él, será perfecto, y todos los coros de las Egolatrías de este Universo, los cuatro grandes coros
o grupos, le obedecerán, le venerarán.

Tener los seis grados de la Razón Objetiva, es haber llegado a la absoluta iluminación, al
conocimiento objetivo absoluto -sin lagunas-, de los Misterios de la Vida y la Muerte, de los
Misterios del Logos, de los Misterios del Abismo y del Cielo; es haber abierto, completamente,
su mente a lo Real; por eso, quien llega al sexto grado, puede reposar en el Sagrado "Anklad".
Quien llegue al sexto grado, se encuentra tan solo a tres grados de la Infinitud que todo lo
sustenta, y esto hay que saberlo entender. Quiero pues, que los hermanos reflexionen
profundamente en todo esto.

Mucho se ha hablado sobre los Chacras, "discos o ruedas magnéticas" del Cuerpo Astral. ¿Son
útiles? Sí, son útiles; pero todas esas ruedas, Chacras o discos magnéticos, etc., a pesar de ser
tan maravillosos pues nos permiten las extra-percepciones, resultan en verdad como míseras
bujías de sebo ante la Razón Objetiva del Ser. Puede la Clarividencia, por ejemplo, ser muy
hermosa, y ¿quién negaría los poderes intrínsecos de los Chacras? ¿Quién negaría los poderes
intrínsecos de tan maravillosos Chacras? Mas ellos, en sí mismos, son como el fuego de un
cerillo, comparado con la luz del Sol; así son, si los comparamos con la Iluminación que da la
Razón Objetiva del Ser.

De manera que, ¿cuál es el máximo, o los máximos poderes que el anacoreta gnóstico puede
lograr? ¿Estarán en los Chacras? ¿Dónde estarán? En verdad hermanos, les digo que no están
en los Chacras. Entonces, ¿dónde están? Les digo, en verdad: están en la Razón Objetiva del
Ser. Mas para perfeccionar la Razón Objetiva del Ser, se requiere la eliminación de los
elementos subjetivos de las percepciones, o en otros términos: la eliminación de los diversos
"yoes". Luego si así procedemos, si nos resolvemos a pasar por la aniquilación budista, tan
temida para los señores del Teosofismo, entonces, y sólo entonces podremos reposar en el
Sagrado Anklad.

Hay dos psiquismos: el inferior, que está relacionado con los Chacras, y el superior, que
pertenece a la Conciencia Trascendental y Superlativa del Ser, a los valores étnicos de lo
Divinal, de lo Trascendental; a la Cultura Universal-Espiritual-Divinal. ¿Que el psiquismo inferior
no cumpla finalidades? Sería absurdo negarlo: sí cumple algunas finalidades. ¿Que el
desarrollo de los Chacras sea inútil? No digo así, no pienso así; es útil hasta cierto punto, pero
no es todo. Cuando uno a despertado Conciencia y ha abierto en verdad la Razón Objetiva, y
puede la Razón Objetiva o Mente Interior servir de instrumento a la Conciencia, entonces la
Iluminación del Ser es absoluta y supera a todos los Chacras, pasa más allá de los Chacras,
entra en el terreno del Super-Hombre, del Budha, del iluminado Budha.
Quiero que los hermanos comprendan este aspecto intrínseco, tan profundo; quiero que
entiendan también, por tal motivo, la necesidad de pasar por la aniquilación budista. Si así lo
hicieren, no les pesará: abrirán su Mente Interior y llegarán a poseer la Iluminación. No quiero
decir que antes no sea posible la experiencia del Vacío Iluminador; es posible, como ya les he
dicho, pero una cosa es la experiencia del Vacío Iluminador, y otra es la realización íntima del
Vacío Iluminador. Cualquier anacoreta puede experimentar el Vacío Iluminador, pero eso no
implica, forzosamente, la auto-realización íntima del Vacío Iluminador. Nadie podría realmente
auto-realizar el Vacío Iluminador en sí mismo, en tanto no haya eliminado o desintegrado todos
esos agregados psíquicos inhumanos que llevamos en nuestro interior. Vale la pena que
comprendamos pues, todo esto, que reflexionemos profundamente.

En el proceso de desintegración del Ego, hemos de sangrar profundamente, y necesitamos


lavar nuestros pies con la sangre del corazón, si es que queremos quedar completamente
puros. La Auto-realización Intima del Ser es muy grave, gravísima; ha de pasar uno por torturas
espantosas: muchas veces tiene uno que renunciar a lo que más ama, tiene uno que estar
dispuesto a perder lo más querido, y repito, lavar los pies en la sangre del corazón. Necesita
uno convertirse en algo diferente, en algo distinto; hasta la misma identidad personal debe
perderse. Esto quiere decir que un día, habremos de buscar nuestra misma identidad actual y
ya no la hallaremos, se habrá perdido para nosotros mismos, porque nosotros nos habremos
convertido en algo diferente. Necesitamos volvernos distintos, diferentes, cambiar radicalmente;
pero, ¿cómo podríamos cambiar totalmente si conserváramos nuestra actual identidad?

En este camino, mis queridos hermanos, hay procesos dolorosos, muy dolorosos; el que quiera
empezar con éxito, debe empezar con algunos sacrificios físicos, disciplinarios. Yo empecé, en
mi actual existencia, caminándome algunos países enteros a pie, sin cinco centavos entre la
bolsa, durmiendo por las montañas, envuelto en mis propios "trapos" para desafiar la plaga,
llegando a los pueblos sin dinero, o bien acostándome por ahí, debajo de los "aleros" de las
casas; cuando tenían tales techos o aleros, porque ahora las edificaciones se han vuelto tan
crueles que si le cae a uno la lluvia, no tiene más remedio que soportarla; ¡así es la crueldad de
estos tiempos! Y no me pesa haber caminado sin dinero países enteros, no me pesa haber
sufrido la tormenta y los huracanes, no me pesa haber llegado a los pueblos donde nadie me
conocía, y sin un céntimo entre la bolsa. Así empecé, y mucho me sirvió. Yo empecé en una
forma natural; mi Padre que está en Secreto, quiso que así empezara, y así empecé; a otros les
ha tocado empezar así porque su Gurú así lo ha establecido para su bien.

Conozco el caso de un Gurú de ojos negros, penetrantes, y "mostachos" negros, que organizó a
sus discípulos para una caravana. Recorrió países enteros para llegar a Persia desde Rusia,
para caminar por ahí, entre la nieve, mujeres y hombres, algunos con los pies descalzos,
sangrando, durmiendo en las montañas, expuestos a los lobos, pero firmes en la disciplina, y
así llegaron a ese país de Persia, sencillamente para encontrar una casa desocupada donde
vivir. ¡Tonterías!, diría cualquiera: ¿cómo es posible un viaje, con un grupo de personas que
están sufriendo, a través de las montañas y del hielo, durmiendo en la noche en las selvas,
expuestos a los lobos y al invierno? ¿Con qué objeto -incongruente parecería-, para llegar, por
último, a una casa que han alquilado? Pues para hacerlo, no se necesita de todo eso; para eso
se podría haber hecho el viaje en un maravilloso automóvil o en un avión. El Gurú sabía lo que
hacía: si el discípulo viraba a la derecha, el Gurú señalaba a la izquierda, y si el discípulo jalaba
a la izquierda, el Gurú, como al caballo, le jalaba las riendas para que virara hacia la derecha. Y
al sufrir un poco, sus discípulos se forjaron desde un principio en la dura disciplina, y resultaron
magníficos.

A mi me tocó también forjarme, en principio, en esa dura disciplina; mi Padre que está en
Secreto, así lo quiso. No lo había entendido; mucho más tarde, en el tiempo, lo entendí: que El
había seguido conmigo el mismo proceso que han seguido todos los Gurujís de los tiempos
idos, que sometían a los estudiantes, primero que todo, a esas duras pruebas, y no hay duda de
que fueron magníficos los estudiantes que por las mismas pasaron.

Así queridos hermanos, tenemos que ir eliminando de sí mismos, muchas pésimas costumbres,
hábitos adquiridos que uno mismo ignora que los tiene: movimientos mecánicos sin sentido, etc.
Tiene uno que hacerse consciente de todos sus gestos y actitudes, y eliminar lo que no sirve;
todo esto requiere una observación muy rigurosa de sí mismos. En principio es conveniente esa
dura disciplina de los viajes dolorosos y cruentos, de las torturas del camino, a fin de forjarse
desde un principio como debe forjarse: en la lucha.

No debemos desmayar, pues, en la cuestión de la auto-observación psicológica. En la medida


en que uno se vaya auto-observando, va descubriendo cuantos "yoes" tenía, "yoes" que
ignoraba que tenía. Uno mismo se queda asombrado cuando se auto-descubre.

¿Qué diríamos de un caballero honrado, sincero, trabajador, magnífico ciudadano, intachable,


incapaz de quitarle un céntimo a nadie, que de pronto descubra que en el fondo de sí mismo,
posee unos cuantos "yoes ladrones"? "¡Imposible -diría cualquiera-, no es posible!". No, en esto
no hay nada imposible. ¿Y qué diríamos de una dama honesta, magnífica esposa, virtuosa,
entregada a su hogar, que de pronto, auto-explorándose profundamente, descubriese en el
fondo de sí misma, toda una legión de "yoes prostitutas"?. "¡Incongruente -dirían muchos al oír
la explicación de todo esto-, qué ilógico, qué paradójico!". Pero en el terreno de la Psicología
profunda, todo esto es posible. En el fondo de cada uno de nosotros hay una creación
equivocada: "yoes" de los antiguos tiempos, "yoes" que personifican errores espantosos, y lo
más grave es que dentro de los mismos, esté embotellada la Conciencia, siempre ella
enfrascada, siempre ella procesándose en virtud de su propio embotellamiento.

¿Y cual es el peor obstáculo que existe para la disolución del Ego? Lujuria, sí, es una palabra
terrible. Mas, ¿quién no la tiene? ¿Alguno de los aquí presentes, podría decir que nunca ha
tenido lujuria? ¡Cuan difícil es desarraigarla de sí mismos!

Cuando nosotros analizamos cualquier "yo" de lujuria, venimos a evidenciar que se procesa, en
cada uno de los tres cerebros, en forma diferente. En el cerebro -dijéramos-, puramente motor-
instintivo-sexual, a través del erotismo; en el cerebro exclusivamente intelectual, como planes,
proyectos relacionados con el amor, o con el ser que se ama o que se cree amar; sin embargo,
he ahí que todos no son sino fenómenos de un mismo "yo" que se llama lujuria. Pero vean cuan
distinto se manifiesta en el cerebro intelectual, qué otra forma asume en el corazón, y por último
cual es su modus operandi en el centro motor-instintivo-sexual. Repito: en centro motor-
instintivo-sexual, como pasión animal; en el corazón, la lujuria asume otra forma que podríamos
denominarla como "amor", y en el intelecto asume otra forma, como proyectos relacionados con
ese "amor", como recuerdos de ese "amor". Y es que cada "yo" tiene sus tres cerebros: el
intelectual, el emocional y el motor-instintivo-sexual, eso es obvio.

Así pues, que dentro de nuestra persona hay miles de personas, y cada una de ellas está
organizada con sus tres cerebros; nuestra personalidad no es más que una marioneta, jalada
por hilos invisibles.

Hay "yoes" muy difíciles de arrancar de sí mismos, de desintegrar, "yoes" que se confunden con
la espiritualidad y con el amor. Se necesita tener, dijéramos, un "ojo clínico" para verse a sí
mismo, tener siempre ese bisturí finísimo de la auto-crítica, para ver todo lo que uno tiene y
hacerle la disección a sus "valores"; sólo así se puede saber, realmente, qué es lo que uno
tiene de verdad.

Se necesita mucha observación, mis caros hermanos; somos espantosamente débiles y nos
creemos muy fuertes, somos criaturas deleznables, exageradamente perversas. Nada
podríamos hacer si no tuviéramos una ayuda, la que obviamente tenemos: contamos con el
poder de la Serpiente Sagrada, de la Divina Madre Kundalini; sólo ella puede de verdad
asistirnos para desintegrar los "yoes", sólo ella, con sus flamas, puede reducir cualquier "yo" a
polvareda cósmica. Mas intentar desintegrar los "yoes" sin contar con la ayuda de Devi
Kundalini Shakty, es condenarse uno a sí mismo al fracaso, y eso es obvio.

Alguien, cuyo nombre no menciono, cometió el error de atribuirle a la serpiente ascendente,


todas las características siniestras e izquierdas de la serpiente descendente. Hay dos
serpientes: la que sube y la que baja. La que sube es la Kundalini; ella se abre paso por el canal
de Sushumná, a lo largo de la médula espinal, dorsal, y llega hasta el cerebro y posteriormente
al corazón; la otra, la que baja, se precipita desde el coxis hacia los infiernos atómicos del
hombre: es el abominable Organo Kundartiguador, o la Serpiente Pitión, que se arrastraba por
el lodo de la tierra, y tuvo poder para hacernos caer en el error; la otra, la ascendente, es
diferente: tiene poder para liberarnos del error.

En el pasado, es claro que algunos Individuos Sagrados se equivocaron, e implantaron en la


naturaleza del ser humano el abominable Organo Kundartiguador; pero, ¿cómo haríamos
nosotros para ser sanos? Habría que implantar en el organismo humano, otro órgano como el
Kundartiguador, pero que sea positivo, luminoso, antitético, opuesto al Kundartiguador. Existe
es cierto, y es la Kundalini. La misma palabra lo dice: "Kunda-lini". "Kunda" nos recuerda al
abominable Organo Kundartiguador. "Lini" significa "fin" -fin del Organo Kundartiguador-, esto
es, ascendiendo la Serpiente Kundalini, el abominable Organo Kundartiguador queda reducido
a polvareda cósmica.

En "el Génesis" aparece la serpiente tentadora del Edem, la horrible "Pitión" de siete cabezas,
que se arrastraba por el lodo de la tierra y que Apolo, irritado, hirió con sus dardos. Mas también
aparece, en la sabiduría antigua, Moisés y la Serpiente de Bronce que se enroscaba en la
"Tau", o Lingam Generador, esa es la Kundalini.

Gurdjieff cometió el error de confundir a la Kundalini con el Kundartiguador, a la serpiente que


sube con la que baja, y liga a la que sube con los siniestros poderes tenebrosos de la serpiente
descendente. He ahí su error, y he ahí la causa por la cual sus discípulos no lograron disolver
los "yoes"; esa fue su gran equivocación. A base de mera comprensión, no es posible disolver
los "yoes". No niego que con el cuchillo de la Conciencia, comprendiendo vivamente cualquier
"yo" podemos separarlo de sí mismo, de nuestra psiquis; pero eso, mis queridos hermanos, no
es suficiente, porque el "yo" separado de nuestra psiquis, continuará vivo, no se resignará a
permanecer lejos de casa, intentará una y otra vez volver a ocupar su lugar, se convertirá en un
demonio tentador. Hay que desintegrar el "yo" que con el cuchillo de la Conciencia hayamos
separado de si mismos, y nadie puede desintegrarlo con otro poder que no sea el poder de la
Divina Madre Kundalini; sólo ella puede reducirlo a cenizas, a polvareda cósmica.

Así pues, lo fundamental mis queridos hermanos, es morir en si mismos, definitivamente, para
poder abrir la Mente Interior y gozar de la Razón Objetiva, que es visión verdadera de lo Real,
experiencia íntima del Ser, visión búdica trascendental, divinal, más allá del cuerpo, de los
afectos y de la mente subjetiva.

A medida que ustedes vayan digiriendo todo esto, irán comprendiendo también la necesidad de
vivir alertas y vigilantes, como el vigía en época de guerra, trabajando siempre en forma
constante. Así como están, como se encuentran en estos precisos momentos, ustedes no
sirven para nada: tienen una creación equivocada, manifestándose a través de una falsa
personalidad; espiritualmente están muertos, no tienen realidad ninguna. Así como están, todos
ustedes deben dejar de existir, porque si continúan existiendo así como están, tendrán que
ingresar en la involución mineral de las entrañas de la Tierra; así como están, están muertos
espiritualmente, no poseen la Razón Objetiva del Ser, no han conseguido la Iluminación, yacen
como sombras entre las profundas tinieblas. ¿Cuál es la realidad de ustedes? ¡Sombras, y nada
más que eso: sombras! Necesitan abrir la Mente Interior, y para ello tienen que dejar de existir
como míseras sombras, tienen que volverse despiadados consigo mismos, porque hoy por hoy
ustedes se quieren mucho a sí mismos, se auto-consideran demasiado. Pero, ¿qué es lo que
ustedes quieren, su querido Ego, su desnudez, su miseria interior, las tinieblas en que se
hallan? ¡No, hermanos, reflexionen profundamente, reflexionen! Deben dedicarse a trabajar
intensamente sobre sí mismos, deben comprender el proceso de la lujuria, que es el peor
enemigo de la disolución del Ego, el peor enemigo de la eliminación. ¿Quién no la tiene, quién
no la ha tenido? Sin embargo, hay que reducirla a cenizas.
¿Algún hermano tiene algo que preguntar?

P.- A Gurdjieff se le llama "Maestro", ¿él trabajó en la Novena Esfera, o sólo trabajó en la
disolución del Ego mediante la comprensión?

R.- Trabajó en la Novena Esfera, fabricó los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser, pero no
logró la disolución total del Ego porque rechazó a su Divina Madre. ¿Cómo puede disolver el
Ego el hijo ingrato? El hijo ingrato no progresa en estos estudios. Primero que todo, antes de
llegar al Padre, tenemos que llegar a la Madre, eso es obvio. ¿Algún otro hermano tiene algo
que preguntar, en relación con el tema?

P.- Maestro, ¿por qué siendo Gurdjieff discípulo suyo, no sabía que el único camino para la
disolución del Ego es el de la Divina Madre Kundalini?

R.- Ciertamente, él se olvidó de su Madre. En antiguas existencias estuvo bajo mi instrucción,


pero en su existencia última, pues él, como quiera que estaba lejos de mí, se olvidó también de
su Divina Madre. ¡Ese fue su error, ese! Sin ese poder fohático, nadie puede desintegrar los
agregados psíquicos; nadie por sí solo puede lograr nada. El cuchillo de la Conciencia permite a
uno separar los "yoes" que ha comprendido, separarlos de su psiquis, pero eso no significa
disolución. Repito: tales "yoes" lucharán incesantemente para volver a acomodarse dentro de la
máquina orgánica.

¿Hay algún otro hermano que tenga algo que preguntar? No quiero que ustedes dejen de
preguntar, porque si uno no pregunta, no comprende; hay veces que es necesario preguntar.
Así Parsifal, en su primera llegada al Castillo de Montsalvat Trascendente, no llegó a ser Rey
del Grial por no haber preguntado el por qué de los dolores de Anfortas; de manera que siempre
hay que preguntar.

P.- Maestro, ¿cuántos procesos se requieren para llegar a adquirir la Razón Objetiva del Ser?

R.- Para llegar a la Razón Objetiva hay seis grados. Obviamente, la Razón Objetiva tiene seis
grados, pero el más elevado de los seis grados pertenece al Sagrado Anklad, y se encuentra a
tres pasos de la Infinitud que todo lo sustenta. Ahora, ¿cuántos procesos incluye? Tienes
primero que morir completamente en tí mismo; si no desintegras el Ego, no desarrollas la Razón
Objetiva. Pero a medida que vas avanzando profundamente en la destrucción del "mí mismo",
la Razón Objetiva del Ser se va abriendo; cuando logres el ciento por ciento de disolución del
Ego, la Razón Objetiva del Ser, en tí mismo, habrá llegado a la plenitud de la perfección;
entonces estarás iluminado, iluminado absolutamente, y conocerás por experiencia vivida,
directa, todos los Misterios del Universo, nada ignorarás, y tendrás todos los poderes del
Cosmos. Esto está más allá de los Chacras; los Chacras, repito, no son sino como pálidas luces
ante la luz del Sol. Son útiles, pero muy incipientes.

P.- Maestro esos tridentes de los cuales usted habla, ¿tiene alguna relación con las
"entropitas"?

R. Esto es punto y aparte. No mezclemos las distintas ciencias; nos convertiríamos en


iconoclastas. ¿Qué es un iconoclasta? Un hombre que está haciendo disección a todo y
revolviendo todo sin querer nada. Nosotros no somos iconoclastas, dejemos a cada materia de
estudio en su lugar...

LA TRANSFORMACION de las IMPRESIONES

Nuestro tema de hoy está relacionado con la cuestión de la transformación de uno mismo. En
nuestras pasadas pláticas, mucho dijimos sobre la importancia que tiene la vida en sí misma;
dijimos, también, que un hombre es lo que es su vida y que ésta es como una película que al
desencarnar, nos la llevamos para revivirla (En forma retrospectiva) en el mundo astral, y que al
retornar, la traemos para proyectarla otra vez sobre el tapete del mundo físico.

Es claro que la ley de la Recurrencia existe y que todos los acontecimientos se repiten, que
todo vuelve realmente a ocurrir tal como sucedió, más las consecuencias buenas y malas; eso
es obvio.

Ahora bien, lo importante es conseguir la transformación de la vida, y esto es posible si uno se


lo propone, profundamente...

«Transformación» significa que una cosa cambia en otra cosa diferente. Es lógico que todo está
sometido a cambios.

Existen transformaciones muy conocidas de la materia; nadie podría negar, por ejemplo, que el
azúcar se transforma en alcohol y que el alcohol (a su vez) se convierte en vinagre por la acción
de los fermentos (esta es la transformación de una substancia molecular en otra substancia
molecular). Uno sabe, por la nueva química de los átomos y elementos, que el radio, por
ejemplo, se transforma lentamente en plomo.

los Alquimistas de la edad media hablaban de la «Transmutación del plomo en oro» sin
embargo, no siempre aludían a la cuestión metálica, meramente física. Normalmente querían
indicar, con tales palabras, la transmutación del «Plomo» (éste de la personalidad) en el «Oro»
del espíritu; Así, pues, conviene que reflexionemos en todas estas cosas.

En los EVANGELIOS, la idea del hombre terrenal ( comparado éste a una semilla capaz de
crecimiento), tiene la misma significación, como la tiene también la idea del renacimiento, de un
hombre que «nace otra vez». Sin embargo, es obvio que si el grano no muere, la planta no
nace; en toda transformación existe muerte y nacimiento, o muerte y resurrección.

Ya uno sabe que en la Gnosis, consideramos al hombre como una fábrica de tres pisos que
absorbe, normalmente, tres alimentos.

El alimento común, normalmente le corresponde al piso inferior de la fábrica (a la cuestión esta


del estomago). El aire, naturalmente, esta en el segundo piso, pues se haya relacionado con los
pulmones y las impresiones, indubitablemente están íntimamente asociadas al cerebro, o tercer
piso (esto es cuestión de OBSERVACION, ¿verdad, hermanos?).

El alimento que comemos, sufre sucesivas transformaciones (esto es incuestionable). El


proceso de la vida en si misma, por si misma, es la transformación. Cada criatura del Universo,
mis estimables hermanos, vive mediante la transformación de una substancia en otra. Un
vegetal, por ejemplo, transforma el aire, el agua y las sales de la tierra, en nuevas substancias
vitales, en elementos útiles para nosotros, como son (por ejemplo) las nueces, las frutas, las
papas, o los limones, las judías, los guisantes, etc. Así, pues todo es TRANS-FOR-MA-CIÓN.

Por la acción de la luz solar, obtenemos los variados fermentos de la naturaleza. Es


incuestionable que la sensible película de vida, que normalmente se extiende sobre la faz de la
tierra, conduce toda la FUERZA UNIVERSAL hacia el interior mismo del mundo planetario en
que vivimos.

Pero cada planeta, cada insecto, cada criatura (el mismo animal intelectual equivocadamente
llamado hombre), absorbe, asimila determinadas fuerzas cósmicas y luego las transforma y
retransmite (inconscientemente) a las capas anteriores del organismo planetario.

Tales fuerzas, transformadas, se hayan íntimamente relacionadas con la economía de este


organismo planetario en que vivimos. Cada criatura, según su especie, transforma
determinadas fuerzas que luego retransmite al interior de la tierra, para la economía del mundo.
También las demás criaturas, las distintas especies (las plantas, etc.), cumplen la misma
función.

Sí, en todo existe transformación. Así, pues, la epidermis de la tierra es un órgano de


transformación...

Cuando comemos el alimento, tan necesario para nuestra subsistencia, este es transformado
(claro está, etapa tras etapa) en todos esos elementos vitales, tan indispensables para nuestra
misma existencia.

¿Quien realiza, dentro de nosotros, ese proceso de transformación de las substancias? ¡El
centro instintivo! ¡Cuan sabio es tal centro! ¡Realmente, nos asombramos de la sabiduría de
dicho centro!.
La digestión en sí misma, mis estimables hermanos, es transformación. Todos pueden ver que
el alimento tomado por el estómago (es decir, la parte inferior de esta fábrica de tres pisos, que
es el organismo humano) se transforma.

Si un alimento por ejemplo, pasara por el estómago y no se transforma, el organismo no podría


asimilar sus principios (sus vitaminas, sus proteínas); eso sería, sencillamente, una indigestión.
Así pues, conforme nosotros vamos reflexionando en esta cuestión, llegamos a comprender la
necesidad de pasar por una Transformación.

Claro está que los alimentos físicos se transforman; mas hay algo que nos invita mucho a la
reflexión: no existe una transformación (por ejemplo) adecuada de las impresiones. Para el
propósito de la naturaleza, propiamente dicha, no hay necesidad alguna de que el animal
intelectual equivocadamente llamado hombre, transforme realmente las impresiones.

Pero un hombre puede transformar sus impresiones, por si mismo, si posee (naturalmente) el
conocimiento de fondo, esotérico, y comprende el por que de esa necesidad (resultaría
magnífico transformar las impresiones).

La mayoría de las gentes, en el terreno de la vida práctica, creen que este mundo físico les va a
dar, exactamente, lo que anhelan y buscan, y he ahí, mis estimables hermanos, una tremenda
equivocación. La vida en sí misma, entra en nosotros, en nuestro organismo, en forma de
meras impresiones.

Lo primero que realmente debemos comprender, es el significado de este trabajo esotérico,


relacionado íntimamente con la cuestión de las impresiones. ¿Que necesitamos transformar la
vida? ¡Es verdad! Y uno no podría realmente transformar su vida, si no transforma las
impresiones que le llegan a la mente. Es urgente, pues, que los que escuchen esta cátedra,
reflexionen en lo que aquí estamos diciendo...

No existe, realmente, tal cosa como la vida externa (y vean ustedes que estamos hablando de
algo muy revolucionario, pues todo el mundo cree que lo físico es lo real; pero si vamos un
poquito mas al fondo, lo que realmente estamos recibiendo a cada instante, a cada momento,
son meramente Impresiones).

Vemos a una persona que nos agrade o que nos desagrade, y lo primero que obtenemos son
impresiones de esa naturaleza. ¿Verdad? Esto no lo podemos negar.
La vida es, dijéramos una sucesión de impresiones (y no como creen muchos ignorantes
ilustrados: una cosa sólida, física, de tipo exclusivamente material): la realidad de la vida son
sus impresiones, claro esta que la idea que estamos emitiendo a través de esta grabación,
resulta ciertamente difícil de capturar, de aprehender; constituye un trabajoso punto de
intersección.

Es posible que ustedes que me estén escuchando, tengan la certeza de que la vida que tienen
existe como tal, y no como sus impresiones. Están tan sugestionados ustedes por el mundo
físico, que obviamente así piensan.

La persona que vemos sentada, por ejemplo, en una silla (allá, con tal o cual traje de color),
aquel que nos sonríe mas allá, aquel que va tan serio, etc., es para nosotros cosa real,
¿verdad? pero si meditamos (profundamente) en todo lo que vemos, llegamos a la conclusión
de que lo real son las impresiones.

Estas, como ya dije, llegan a la mente, a través (claro esta) de las ventanas de los cinco
sentidos. Si no tuviéramos, por ejemplo, ojos para ver, ni oídos para oír, ni tacto para tocar, ni
olfato para oler, o ni siquiera gusto para gustar los alimentos que entran en nuestro organismo,
¿existiría acaso, para nosotros, esto que se llama mundo físico? ¡Claro que no, absolutamente
no!

Así pues, la vida nos llega en forma de impresiones, y es ahí, donde existe la posibilidad de
trabajar sobre nosotros mismos.

Ante todo (si eso queremos hacer), pues hay que comprender el trabajo que debemos hacer. Si
no hiciéramos ese trabajo en forma correcta, ¿como podríamos lograr una transformación
psicológica, en si mismos? Es obvio que el trabajo que vamos a realizar sobre si mismos, debe
ser sobre las impresiones que estamos recibiendo a cada instante, a cada momento.

Y a menos que lo aprehenda, o capture, etc., nunca nadie comprendería el significado de lo que
en el trabajo es llamado el PRIMER CHOQUE CONSCIENTE.

El CHOQUE se relaciona con esas impresiones que son todo cuando conocemos el mundo
exterior, que estamos recibiendo, que tomamos como si fueran las verdaderas cosas, las
verdaderas personas.

Necesitamos, pues, transformar nuestra vida, y esta es INTERNA. Al querer transformar, pues,
estos aspectos psicológicos de nuestra vida, obviamente necesitamos trabajar sobre las
impresiones (que entran en nosotros claro esta)...

¿Por que llamamos nosotros, al trabajo sobre la transformación de las impresiones, el PRIMER
CHOQUE CONSCIENTE? Por un motivo, mis queridos hermanos gnósticos, por un solo motivo:
porque, sencillamente, es algo que en modo alguno podríamos efectuar en forma meramente
mecánica.

Esto no sucede jamas mecánicamente, se necesita de un esfuerzo auto-consciente.

Es claro que un aspirante gnóstico que comience a comprender esta clase de trabajo,
obviamente (por tal motivo) comienza también a dejar de ser un hombre mecánico que sirve,
exclusivamente, a los intereses de la naturaleza; una criatura absolutamente dormida, que
sencillamente no es mas que una “empleada” de la naturaleza, para los fines económicos de la
misma, los cuales no sirven, en modo alguno, a los intereses de nuestra propia Auto-
Realización Intima.

Si ustedes comienzan ahora a comprender el significado de todo cuanto en este casset


estamos enseñando; si piensan ahora en el significado de todo cuanto se les enseña a hacer,
por la vía (dijéramos) del esfuerzo propio (empezando con lo OBSERVACION DE SI MISMOS),
verán sin duda, mis queridos hermanos gnósticos, que en el lado practico del trabajo esotérico,
todo se relaciona con la transformación de las impresiones y lo que resulta (naturalmente) de
las mismas.

El trabajo, por ejemplo, sobre las emociones negativas, sobre los estados de animo enojosos,
sobre la cuestión esta de la IDENTIFICACION, sobre la auto-consideración, sobre los YOES
SUCESIVOS, sobre la auto-justificacion, sobre la disculpa y sobre los estados inconscientes en
que nos encontramos, se relaciona (en todo) con la transformación de las impresiones y lo que
resulta de ello.

Así convendrá, mis queridos hermanos gnósticos, que en cierto modo el trabajo sobre si
mismos se compare a la disección, en el sentido de que es una transformación. Quiero que
ustedes reflexionen profundamente en esto, que comprendan, pues, lo que es el PRIMER
CHOQUE CONSCIENTE. Es preciso formar un INSTRUMENTO DE CAMBIO en el lugar de
entrada de las impresiones (¡no lo olviden!)

Si mediante la comprensión del trabajo ustedes pueden aceptar la VIDA COMO TRABAJO
(realmente esotérico), entonces estarán en un estado constante de RECUERDO DE SI
MISMOS. Este estado de conciencia de SI MISMO, los llevara a ustedes (naturalmente) al
terreno viviente de la transformación de las impresiones, y así normalmente (o supra-
normalmente, mejor dijéramos), al de una vida distinta, en lo que a ustedes naturalmente
respecta.

Es decir, que ya la vida no obrara mas sobre todos ustedes, mis queridos hermanos, como lo
hacia antes; comenzaran ustedes a pensar y a comprender de una manera nueva, y este es el
comienzo, naturalmente, de su propia transformación. Porque mientras ustedes sigan pensando
de la misma manera, tomando la vida de la misma manera, es claro que no habrá ningún
cambio en ustedes.

Transformar las impresiones de la vida, es transformarse uno mismo, mis queridos hermanos
gnósticos, y solo una manera de pensar enteramente nueva, puede efectuarlo. Todo este
trabajo, pues, se dirige hacia una forma radical de transformación. Si uno no se transforma,
nada logra.

Comprenderán ustedes que la vida nos exige (continuamente) reaccionar. Todas esas
reacciones forman nuestra vida, nuestra vida personal. Cambiar la vida de uno, no es cambiar
las circunstancias meramente externas, es cambiar realmente las propias reacciones.

Pero si no vemos que la vida exterior nos llega como meras impresiones que nos obligan
incesantemente a reaccionar (en una forma, dijéramos, mas o menos estereotipada), no
veremos donde empieza el punto que realmente posibilite el cambio, y donde es posible
trabajar.

Las reacciones, que forman nuestra vida personal, son casi todas de tipo negativo. Entonces
también nuestra vida será negativa, no será mas que una serie sucesiva de reacciones
negativas, que se dan como respuesta incesante a las impresiones que llegan a la mente.

Luego nuestra tarea consiste en transformar las impresiones de la vida, de modo que no
provoquen ese tipo de reacciones negativas a que estamos tan acostumbrados.
Pero, para lograrlo, es necesario estarnos AUTO-OBSERVANDONOS de instante en instante,
de momento en momento. Así las impresiones no llegan de un modo mecánico; esto equivale a
empezar a vivir mas conscientemente.

Un individuo puede permitir, darse el lujo de que las impresiones le lleguen mecánicamente,
pero si uno no comete semejante error, si transforma sus impresiones, entonces comienza a
vivir conscientemente. Por eso se dice que este es el PRIMER CHOQUE CONSCIENTE.

EL PRIMER CHOQUE CONSCIENTE radica, precisamente, en la transformación de las


impresiones que llegan a la mente. Si uno consigue transformar las impresiones que llegan a la
mente, en el momento mismo de su entrada, siempre se puede trabajar en el resultado de las
mismas. Claro esta que, al transformarlas, evitamos que produzcan sus efectos mecánicos, que
siempre suelen ser desastrosos en el interior de nuestra psiquis.

Esto exige un sentimiento definido, una vibración definida del trabajo, una valorización de la
enseñanza, lo que significa que este trabajo esotérico debe ser llevado hasta el punto, por así
decirlo, donde entran las impresiones, y desde donde son distribuidas (mecánicamente) a su
lugar acostumbrado (por la personalidad), para evocar las antiguas reacciones.

Quiero que ustedes vayan entendiendo un poquito mas. Voy a tratar, dijéramos, de simplificar, a
fin de que ustedes puedan entender. Pondré un ejemplo: si arrojamos una piedra a un lago
cristalino, en el lago vemos que se producen impresiones, y es la respuesta a las impresiones
dadas por la piedra (son las reacciones).

Estas se manifiestan en ondas que van desde el centro hasta la periferia, ¿verdad? Bueno,
ahora lleven ustedes, mis queridos hermanos gnósticos, este ejemplo a la mente. Imagínensela,
por un momento, como un lago. De pronto, aparece la imagen de una persona.

Esa imagen, dijéramos, es como la piedra de nuestro ejemplo: llega al lago de la mente, y
entonces la mente reacciona (las impresiones son las que producen la imagen que llega a la
mente; las reacciones son la respuesta a tales impresiones).

Si ustedes tiran una pelota contra un muro, el muro recibe la impresión y viene la reacción, que
consiste en que (inconscientemente) regresa la pelota a quien la mando. Bueno, puede que no
le llegue directamente, pero de todas maneras rebota la pelota y eso es reacción, ¿verdad?

Bien, hay impresiones que no son muy agradables. Por ejemplo, las palabras de un insultador
no son, por cierto, bastante buenas que se diga, ¿no?. Claro que podríamos, dijera, transformar
esas palabras del insultador.

Pero si las palabras son como son, ¿entonces que podríamos hacer? ¿transformar las
impresiones que tales palabras nos producen? Si, eso es posible, y la enseñanza gnóstica nos
enseña a cristalizar la SEGUNDA FUERZA (es decir, al Cristo en nosotros), mediante un
postulado que dice:

«HAY QUE RECIBIR CON AGRADO LAS MANIFESTACIONES DESAGRADABLES DE


NUESTROS SEMEJANTES.»

He ahí, pues, el modo de transformar las impresiones que producen, en nosotros, las palabras
de un insultador: «RECIBIR CON AGRADO LAS MANIFESTACIONES DESAGRADABLES DE
NUESTROS SEMEJANTES».

Este postulado nos llevara, naturalmente, a la cristalización de la SEGUNDA FUERZA (es decir,
al Cristo en nosotros), hará que el CRISTO venga a tomar forma en nosotros. Es un postulado
sublime, esotérico en un ciento por ciento...

Ahora bien, si del mundo físico no conocemos sino las impresiones, entonces (propiamente) el
mundo físico no es tan externo como creen las gentes. Con justa razón dijo Don Emmanuel
Kant: «lo exterior es lo interior». Así, pues, si lo interior es lo que cuenta, pues debemos
transformar lo interior (las impresiones son interiores)

Así, pues, todos los objetos, las cosas, todo lo que vemos, existe en nuestro interior en forma
de impresiones. Si, por ejemplo, nosotros no transformamos las impresiones, nada cambia en
nosotros. La lujuria, la codicia, el odio, el orgullo, etc., existen en forma de impresiones (dentro
de nuestra psiquis) y vibran incesantemente.

El resultado mecánico de tales impresiones, han sido todos esos elementos inhumanos que
llevamos dentro, y que normalmente los hemos llamado Yoes (los yoes, que en su conjunto
constituyen el mi mismo, el si mismo, ¿verdad?)

Supongamos que un individuo, por ejemplo, ve a una mujer provocativa y no transforma sus
impresiones. El resultado será que las mismas (de tipo naturalmente lujurioso), exigen en él,
pues, un deseo de poseerla.

Tal deseo viene a ser el resultado mecánico de la impresión recibida, y se plasma, viene a
cristalizar, a tomar una forma en nuestra psiquis, se convierte en un agregado mas, es decir, en
un elemento inhumano, en un nuevo yo de tipo lujurioso que viene a agregarse a la suma
(existente ya) de elementos inhumanos que, en su totalidad, constituyen el EGO, el mi mismo,
el si mismo.

Pero vamos a seguir reflexionando... En nosotros existe ira, codicia, lujuria, envidia, orgullo,
pereza y gula. Ira, ¿por que? por que muchas impresiones llegaron a nosotros, a nuestro
interior, y nunca las transformamos.

El resultado mecánico de tales impresiones, pues fue la ira, fueron los yoes que aun existen,
viven en nuestra psiquis, y que constantemente, pues, nos hacen sentir Coraje.

Codicia. Indubitablemente, muchas cosas despertaron en nosotros la codicia: el dinero, las


joyas, las cosas materiales de todo tipo, etc. Esos objetos llegaron a nosotros en forma de
impresiones.

Nosotros cometimos el error de no haber transformado esas impresiones, por ejemplo en otra
cosa diferente: en una admiración por la belleza, o en altruismo, o en alegría por el dueño de
tales o cuales cosas, en fin... ¿y que? pues que tales impresiones no transformadas,
naturalmente se convirtieron en yoes de codicia que ahora cargamos en nuestro interior.

En cuanto a la Lujuria, ya dije que distintas formas de lujuria llagaron a nosotros en forma de
impresiones, y surgieron (en el interior de nuestra mente) imágenes, dijéramos, de tipo erótico,
cuya reacción fue la lujuria.

Como quiera que nosotros no transformamos entonces esas ondas lujuriosas, esas vibraciones
lujuriosas, esas impresiones, ese SENTIR LUJURIOSO, ese EROTISMO MALSANO, no bien
entendido (porque bien entendido, ya dije que el erotismo es sano), naturalmente que el
resultado no se hizo esperar: fue completamente mecánico, nacieron nuevos Yoes dentro de
nuestra psiquis (de tipo, claro esta, morboso).

Así, pues, hoy en día nos toca trabajar sobre las impresiones que tenemos en nuestro interior y
sobre sus resultados mecánicos. Dentro, tenemos impresiones de ira, de lujuria, de envidia, de
orgullo, de pereza, de gula, etc., etc., etc.,(y otras tantas hierbas). También tenemos, dentro, los
resultados mecánicos de tales impresiones: manojos de yoes pendencieros y gritones que
ahora necesitamos comprender y E-LI-MI-NAR.

Todo el trabajo sobre nuestra vida, versa pues en saber transformar las impresiones y también
en saber eliminar, dijéramos, los resultados mecánicos de las impresiones no transformadas en
el pasado.

El mundo exterior, propiamente no existe; lo que existe es lo interno. Las impresiones son
interiores, y las reacciones (con tales impresiones) son de tipo completamente interior. ¿Quien
podría decir que esta viendo a un árbol en si mismo? No, estará viendo la IMAGEN DEL
ARBOL, pero no al árbol. La COSA EN SI, como decía Don Emmanuel Kant, nadie la ve; se ve
la imagen de la cosa, es decir, surgen en nosotros las impresiones sobre un árbol, sobre una
cosa.

Estas son internas, son de adentro, son de la mente. Si uno, por ejemplo, no hace una
modificación de sus propias impresiones internas, el resultado mecánico no se deja esperar: es
el NACIMIENTO DE NUEVOS YOES que vienen a esclavizar, aun mas a nuestra esencia, a
nuestra conciencia; que vienen a intensificar el sueño en que vivimos.

Cuando uno comprende que, realmente todo lo que existe dentro de uno mismo (Con relación al
mundo físico), no son más que impresiones, comprende también la necesidad de transformar
esas impresiones, y al hacerlo, se produce una transformación total de uno mismo.

No hay cosa que más duela, por ejemplo, que la CALUMNIA, o las palabras de un insultador;
pero si uno es capaz de transformar las impresiones que le producen a uno tales palabras, esas
quedan entonces como un cheque sin fondo.

Ciertamente, las palabras de un insultador no tienen más valor que el que les da el insultado. Si
el insultado no le da valor a tales palabras, las mismas quedan sin valor (repito, aunque me
haga cansón: quedan como un cheque sin fondo).
Cuando uno comprende esto, transforma entonces las impresiones de tales palabras, por
ejemplo en algo distinto: En amor, en compasión por el insultador, y eso (naturalmente) significa
TRANS-FOR-MA-CION...

Así, pues, necesitamos estar transformando (incesantemente) las impresiones, no sólo las
presentes, sino las pasadas. Dentro de nosotros existen muchas impresiones (que cometimos
el error, en el pasado, de no haber transformado) y muchos resultados mecánicos de las
mismas, que son los tales «Yoes» que ahora hay que desintegrar, aniquilar, a fin de que la
conciencia quede libre y despierta.

Quiero que ustedes reflexionen (profundamente) en lo que estoy diciendo: las cosas, las
personas, no son más que impresiones dentro de ustedes, dentro de su mente. Si transforman
esas impresiones, se transforma la vida de ustedes.

Cuando hay,(por ejemplo) ORGULLO, eso tiene por basamento la ignorancia. ¿De qué puede
sentirse orgullosa, por ejemplo, una persona? ¿De su posición social, de su dinero, de qué?
Pero si esa persona, por ejemplo, piensa que su posición social es una cuestión meramente
mental, es una serie de impresiones que han llegado a su mente (Impresiones sobre su estado
social, o su dinero).

Cuando piensa que tal estado no es más que una cuestión mental, o cuando analiza, pues, la
cuestión del dinero y se da cuenta que eso sólo existe (en la mente) en forma de impresiones
(las impresiones que produce el dinero, claro está).

Si analiza esto a fondo, si comprende (realmente) que el dinero y la posición social (y demás)
no son más que impresiones internas de la mente, por el sólo hecho de comprender que sólo
son impresiones de la mente, hay transformación de las mismas; entonces el orgullo por sí
mismo cae, se desploma, y nace en una forma muy natural, en nosotros, la humildad.

Continuando así con estos procesos de transformación de las impresiones, diré algo más. Por
ejemplo: una imagen de una mujer LUJURIOSA llega a la mente, o surge en la mente. Tal
imagen es una impresión, obviamente.

Nosotros podríamos transformar esa impresión lujuriosa, mediante la comprensión. Bastaría


con que pensáramos en que la citada imagen es perecedera, en que esa belleza es (por lo
tanto) ilusoria.

Si recordáramos, por unos instantes, que esa mujer ha de morir y que su cuerpo se va ha volver
polvo en el panteón; si con la imaginación viésemos su cuerpo en estado de desintegración,
dentro de la sepultura, sería esto más que suficiente como para transformar esa impresión
lujuriosa en CASTIDAD. Así, transformándola, no surgirían (en la psiquis) más «Yoes» de
lujuria.

Así, pues, conviene que mediante la comprensión, transformemos las impresiones que surgen
en la mente.

Creo que los estimables hermanos van comprendiendo que el mundo exterior no es tan exterior
como normalmente se cree. Es interior, pues todo lo que nos llega del mundo, no son más que
impresiones internas. Nadie podría meter un árbol dentro de su mente, o una silla, o una casa, o
un palacio, o una piedra.

Allí todo, en nuestra mente, no son sino impresiones (eso es todo), impresiones de un mundo
que llamamos «exterior», pero que realmente no es tan exterior como se piensa.

Conviene, pues, que todos nosotros vayamos transformando las impresiones mediante la
comprensión. Si alguien nos alaba, por ejemplo, ¿Cómo transformaríamos nosotros la
VANIDAD que tal adulador podría provocar en nosotros? Obviamente, las alabanzas, las
adulaciones, no son más que impresiones que llegan a la mente, y ésta reacciona en forma de
vanidad, pero si se transforman tales impresiones, la vanidad se hace imposible.

¿Cómo se transformarían, pues, las palabras de un adulador, esas impresiones de alabanza, en


qué forma? ¡Mediante la comprensión! cuando uno realmente comprende que no es más que
una infinitesimal criatura en un rincón del universo, de hecho transforma, pues, tales
impresiones de alabanza, o de lisonja, en algo distinto.

Convierte tales impresiones, dijéramos, en lo que son: polvo, polvareda cósmica, porque
comprende su propia posición.

Ya sabemos que nuestro planeta tierra es un grano de arena en el espacio. Pensemos en la


Galaxia en que vivimos, compuesta por miles y millones de mundos... ¿Qué es la tierra? Es una
mísera partícula de polvo en ese infinito. ¿Y qué nosotros? Organismos (dijéramos) así, micro-
organismos, dentro de esa partícula... ¿Entonces qué? ¿Qué conseguiríamos nosotros con
estas reflexiones? CAMBIAR (es claro) y esto, obviamente, produciría una transformación de
las impresiones que se relacionan con la lisonja, la adulación, la alabanza, y no
reaccionaríamos (como resultado) en forma de orgullo, ¿Verdad?.

Tanto más reflexionemos en esto, vemos más y más la necesidad de una transformación
completa de las impresiones...

Todo lo que vemos (externo) , es interior. Luego, si no trabajamos sobre lo interior, vamos por el
camino del error, porque no modificaríamos entonces nuestra vida. Si queremos ser distintos,
necesitamos transformarnos íntegramente, y si queremos transformarnos, debemos empezar
por transformar las impresiones. Ahí está la clave para la transformación radical del individuo.

En la misma transmutación sexual, hay transformación de las impresiones. Transformando las


impresiones animales, bestiales, en elementos de la devoción, entonces surge (en nosotros) la
transformación sexual: la TRANSMUTACIÓN.

Creo que ustedes me han comprendido y por hoy llegaremos hasta esta parte, pues, de nuestro
discurso. Espero que los que escuchen esta cinta, tengan la amabilidad de analizarla, de
comprenderla...

EL HOMBRE Y EL UNIVERSO QUE LE RODEA


Introducción

"Dentro de cada ser humano debe construirse una ciudad-luz, una Jerusalén Celestial. Así, los
iniciados habitan en la Ciudad de Heliópolis. Así, dentro de cada ser humano, existe una ciudad
psicológica terriblemente maligna, poblada por los demonios del deseo. ¡Necesitamos destruir
tal ciudad! Se hace necesario fabricar el Mercurio de los Sabios, para edificar dentro de
nosotros mismos la Jerusalén Celestial. ¡Conócete a ti mismo! Y vosotros, que deseáis conocer
la Piedra Filosofal, conocéos bien y la conoceréis. En el Mercurio de los Sabios, está la clave
para la Piedra Filosofal. ¡La luz brilla en las tinieblas! Stella Maris, la Virgen del Mar, Devi
Kundalini, resplandece en el Mercurio que asciende por el canal medular del Iniciado. La
Serpiente Ignea de nuestros mágicos poderes, reduce a polvo a los habitantes tenebrosos de la
ciudad psicológica. Sobre las ruinas de la ciudad maldita, se levantará la Jerusalén Celestial. La
Jerusalén Celestial, es pues, algo interior, profundo: nuestro propio Universo Interior."

Samael Aun Weor

"Pistis Sophía Develada"

"Para poder penetrar en el Edén -la Cuarta Vertical, la Cuarta Dimensión del planeta Tierra-, es
necesario saber viajar con el Cuerpo Vital y haber recibido educación esotérica profunda.
Escrito está que el Cuerpo Vital, o asiento de la vida orgánica en cada uno de nosotros, tiene
cuatro éteres. Los éteres Químico y de Vida, se relacionan con los procesos químicos y de
reproducción sexual. El éter Químico es el fundamento específico de los fenómenos químico-
orgánicos; el éter de Vida es el fundamento de los procesos sexuales, reproductivos y
transformativos de la raza. Los dos éteres superiores: Luminoso y Reflector, tienen funciones
más elevadas. El éter Luminoso se relaciona con los fenómenos calóricos, luminosos,
perceptivos, etc. El éter Reflector sirve de medio de expresión a la Voluntad y a la Imaginación.
Mediante la Iniciación, se desligan los dos éteres superiores para formar el Soma Puchicon. Es
necesario saber que el Soma Puchicon es el Cuerpo Etérico del Hombre Celestial. Con el
Cuerpo Celestial Etérico cristificado y estigmatizado, podemos viajar a través del infinito. Las
virtudes celestiales cristalizan en la Esencia. La Esencia, cargada de virtudes, poderes, leyes,
etc., se viste con el Soma Puchicon. El Alma, vestida con el Soma Puchicon, es el Hombre de la
Quinta Ronda, el hombre liberado. En la Quinta Ronda, la Tierra será azul, etérica,
transparente, inefable. El Hombre Etérico-Cristificado, el Hombre-Cristo, puede entrar y salir del
cuerpo físico a voluntad, conscientemente, perfectamente. En el Hombre Etérico, la Verdad y la
Virtud se han unido totalmente. El Hombre Etérico es el Bodhisita perfecto. Quien no posee el
Bodhisita, aún cuando haya creado los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser, es todavía
inconsciente. Sólo poseyendo el Bodhisita, es posible visitar las Tierras Búdhicas a voluntad,
conscientemente. Las Tierras Búdhicas son los Mundos Superiores.

Samael Aun Weor

CONFERENCIA - El Hombre y el Universo que le rodea

"Quien quiera descubrir las leyes de la Naturaleza, debe encontrarlas dentro de sí mismo.
Quien dentro de sí mismo no encuentra lo que busca, no lo encontrará fuera de sí mismo
jamás".

"Los antiguos dijeron: "Hombre, conócete a ti mismo y conocerás el Universo y a los Dioses.
Todo lo que existe en la naturaleza y en el cosmos, debemos encontrarlo en nuestro mundo
interior".

Hermanos: aquí todos reunidos, esta noche, iniciaremos nuestra plática. Espero que pongan el
máximum de atención.

Ha llegado la hora de que estudiemos, más a fondo, todo lo relacionado con el hombre y el
universo que nos rodea.

Ante todo se hace indispensable comprender, a fondo, los procesos de la vida y de la muerte.
Incuestionablemente, existen en el ser humano facultades de cognición superlativas,
extraordinarias, que se hallan en estado latente y que convenientemente desarrolladas, pueden
servirnos para estudiar a fondo al hombre y al universo.

Ciertamente, los mundos internos de cada uno de nosotros es lo que cuenta. El pensamiento, el
sentimiento, las emociones, los deseos, los anhelos, son invisibles; a simple vista, nadie los ve.
Todos esos valores constituyen, en sí mismos, lo interno. Cada hombre tiene su propia vida
interior, cada hombre tiene sus mundos internos. Si un hombre no conoce su propio mundo
interior, su vida íntima, mucho menos podrá conocer los mundos internos, la vida íntima del
planeta en que vivimos. Y si no conoce la vida íntima del planeta en que vivimos, tampoco
conocerá la vida interna de nuestro sistema solar, o de la galaxia que gira alrededor del sol
central Sirio.

Así pues, si se quiere conocer la vida interna del sistema solar o de la Tierra, o de la galaxia,
hemos de empezar por conocer nuestros propios mundos internos. Nadie podría conocer a
nadie, observando únicamente la forma física, o el cuerpo físico.

Si se nos invita a una fiesta, veremos a muchas gentes que danzan alegres, felices, pero en
realidad de verdad sólo vemos de ellas la mímica, escuchamos su voz sonora, su carcajada, o
descubrimos la "sonrisa sutil de Sócrates", su continente, etc., más nada sabemos, en verdad,
sobre la vida interna de tales gentes.

Ver personalidad física, o ver personalidades físicas -para hablar en forma pluralizada-, no es
descubrir la vida interna de las gentes. Eso de que "yo conozco a fulano", o "a fulana", resulta
absolutamente falso, porque nadie puede conocer a nadie, si antes no se conoce a sí mismo.

Decir que "conocemos a un amigo", que "conocemos su vida íntima", que "es un amigo íntimo",
resulta exagerar la nota, porque no podremos en verdad conocer íntimamente a nadie, en tanto
a sí mismos no nos hayamos conocido. Más si uno conoce sus propios mundos internos, puede
conocer también la vida interna de las personas que le rodean.

Cuando uno descubre su vida interna, cuando conoce sus errores psicológicos, pues se vuelve
mejor amigo, mejor hermano, mejor hijo, mejor ciudadano, porque comprende entonces mejor a
los demás. Si uno viene a saber por sí mismo que tiene ira, pues comprende la ira de los demás
y no exige de los demás que no la tengan, puesto que sabe que uno la tiene. Si uno descubre
que es celoso, no molestará a los demás con sus celos, no podrá exigir que los demás no
sientan celos, porque si uno los tiene, se dirá a sí mismo: "los demás, obviamente, tendrán que
tenerlos."

Así pues, es necesario que reflexionemos bastante en todas estas cosas.

La vida interna de cada uno de nosotros, es lo que cuenta; es más real todavía que las cosas
físicas, que esta mesa, que esta grabadora, y está muy cerca de nosotros mismos, constituye
nuestros procesos psíquicos, somos nosotros mismos.

Nadie ve el pensamiento ajeno, a menos que tenga la divina clarividencia, pero el pensamiento
existe, y es interno. Para el clarividente, los pensamientos de los demás son como un libro
abierto.

Así que, ha llegado la hora de volvernos más comprensivos. No podríamos, repito, conocer la
vida interna de este planeta Tierra, si antes no conocemos nuestra vida interna. Y no podríamos
conocer la vida interna de un amigo, es decir, no podríamos conocer a un amigo, de verdad, si
antes no nos conocemos a sí mismos.

Así pues, el conocimiento de sí mismos es fundamental cuando se quiere explorar algo, cuando
se quieren conocer los mundos internos del planeta Tierra, cuando se quiere inquirir, o buscar,
o indagar algo sobre los misterios de la vida y de la muerte.

Es necesario educir, desarrollar ciertas facultades supranormales, con el propósito de explorar


la vida íntima del planeta Tierra, más si nosotros no empezamos por conocernos a sí mismos,
dichas facultades no lograrán su pleno desarrollo.

Así pues que, vale la pena entender lo que es la vida interior y sus responsabilidades.

¿Que nuestro planeta Tierra tiene un Cuerpo Vital? ¡Eso no se puede negar, sí que lo tiene!
Nosotros también tenemos un "asiento vital orgánico"; sin ese asiento vital, no podría el cuerpo
físico existir.

A la hora de la muerte, el cuerpo físico va al sepulcro, junto con el vital. Ese Cuerpo Vital se va
descomponiendo lentamente, frente al sepulcro, y tiene un color fosforescente, brilla como los
"fuegos fatuos" de la media noche. Los videntes suelen hasta ver el Cuerpo Vital frente a los
sepulcros, descomponiéndose lentamente, a medida que el cuerpo físico también se va
descomponiendo.

El Cuerpo Vital es el asiento -repito- de la vida orgánica. Ningún cuerpo físico podría funcionar
sin ese "Nisus Formativus", sin ese Cuerpo Vital, que es fundamental para la Biología, para la
Química, para la Fisiología, etc.
Ahondar en esta cuestión es urgente, inaplazable, impostergable. Más, ¿cómo es ese mundo
Vital? Porque si nosotros poseemos un Cuerpo Vital, el planeta Tierra tiene también que
poseerlo. Obviamente, el Cuerpo Vital del planeta Tierra es el Edén, el "Paraíso", la "Tierra
Prometida", de la cual hablara Moisés el gran Cabalista-Iniciado, el gran legislador hebraico.

Quien haya desarrollado las facultades extraordinarias del Cuerpo Vital, podrá viajar con dicho
Vehículo en el Edén. No quiero decir que la totalidad del Cuerpo Vital pueda ser utilizada para
viajar en el Paraíso. El Cuerpo Vital tiene cuatro éteres: 1º) El Eter Químico, que sirve de
basamento a las fuerzas químicas que trabajan en el organismo, tanto en los procesos de
asimilación como de eliminación. 2º) El Eter de Vida; éste, está relacionado, directamente, con
los procesos de la reproducción de la raza. 3º) El Eter Lumínico, que se relaciona con las
percepciones, con las calorías, etc. Y por último, el Eter Reflector, que es el vehículo de la
Imaginación y de la Voluntad.

Así que, el Cuerpo Vital tiene cuatro éteres y es el fundamento de la vida orgánica. El iniciado
puede extraer los dos éteres superiores, en el Cuerpo Vital, para viajar con ellos por la región
del Edén. Estos dos éteres superiores, repito, son el Lumínico y el Reflector. Uno, con tal
vehículo, puede estudiar el Edén, el "Paraíso Terrenal".

Quienes supongan que el "Paraíso Terrenal" estuvo situado en tal o cual lugar de la Tierra,
están equivocados. La explicación que dá la Biblia, sobre los ríos "Tigris" y "Eufrates" y el
"Paraíso", situado por allá en la Mesopotamia, etc., es completamente simbólica. El "Paraíso
Terrenal" es el Cuerpo Vital del planeta Tierra, es la sección superior de este mundo
tridimensional de Euclides. El Cuerpo Vital terrestre, sirve de asiento a la vida orgánica de todo
nuestro mundo Tierra.

Ciertamente, el Cuerpo Vital contiene, en sí mismo, dos esferas: la primera, diría, la Luna; la
segunda, la Tierra; son como dos yemas del mismo huevo. Esto parecerá insólito, más en el
fondo no lo es. Recuérdese que la Luna que nos ilumina en el espacio infinito, un día tuvo vida,
y vida rica, en abundancia: mares profundos, volcanes en erupción, vida vegetal, animal,
humana, etc. Aquellos pseudo esoteristas, o iniciados que afirmaran que la Luna era "un
pedazo de Tierra lanzado al espacio", quedaron muy mal con las exploraciones hechas por la
NASA. Los distintos guijarros lunares, examinados con el "Carbono-14", indicaron que la Luna
es más antigua que la Tierra. Entonces, obviamente, no es un pedazo de costra terrestre, como
suponen muchos ignorantes y equivocados.

¿Que el Alma Lunar, un día, haya sido transferida a nuestro mundo Tierra? ¡Eso es obvio!
Después de que ese mundo lunar se convirtiera en un cadáver, su Alma Lunar, su principio
vital, fue transferido a esta región del espacio y sirvió de "Nisus Formativus" para nuestro
planeta Tierra. Por eso es que nuestros antepasados de Anawak llamaban, a la Luna, nuestra
"abuela Luna".

La Blavatsky dice que "la Luna es la madre de la Tierra". Para los Iniciados de Anawak, la Luna
es "la abuela", porque la Luna es la madre de la Tierra, y si la Tierra es la madre de nosotros,
entonces resulta que la Luna es nuestra abuela. Vean ustedes como ellos, con gran sabiduría,
definen algo que los modernos intelectuales, de tantas "campanillas", no han podido definir (yo,
en realidad, entre paréntesis, he visto que la sabiduría es espantosamente sencilla: tiene una
ingenuidad y una inocencia que asombra).

Obviamente, la Luna juega un gran papel en la economía orgánica de nuestro mundo Tierra.
Como quiera que el Cuerpo Vital de la Tierra abarca también a la Luna, es posible que la Luna
actúe en forma más directa sobre nuestra Tierra, sobre los organismos, etc. Ya sabemos el
papel que hace, en relación con las altas y bajas mareas; ya sabemos la relación que tiene con
la función ovárica, en el sexo femenino; ya sabemos la relación que tiene con las distintas
enfermedades y los ciclos lunares; con la salud mental de las gentes que se hallan en el
manicomio, que en los cambios de Luna se enferman aún más, etc., etc., etc. La Luna influye
directamente en la concepción de todas las criaturas vivientes. En creciente, la sabia sube; en
menguante baja, y esto es extraordinario.

Así, pues, el Mundo Vital es algo que vale la pena investigar. En el Edén, es decir, en el Mundo
Vital, existen verdaderas maravillas. Cualquiera que sepa viajar con Cuerpo Vital por el
"Paraíso", podrá ver allí razas humanas existentes. Hay razas paradisiacas que viven en la
Cuarta Vertical, que son humanas; conviven al lado de nosotros, pero son invisibles para
nosotros. Conozco una raza de esas, y tienen cuerpo físico, y se reproducen como nosotros y
conviven a nuestro alrededor, sin que las gentes las vean, debido a las distintas modificaciones
de la materia.

Todavía hay razas humanas que no han salido del paraíso y son dichosas y felices; gentes de
carne y hueso, invisibles para las gentes que viven en la región tridimensional de Euclides;
gentes edénicas, paradisiacas, que aún no han comido de aquel fruto del que se nos dijera:
"¡No comeréis, porque si comiereis de ese fruto, moriréis!"; gentes que han sabido obedecer
ese mandato.

El Mundo Vital o Mundo Edénico, es precioso. Las montañas, allí, son transparentes como el
cristal y tienen un bello color azul; los mares se ven azules, y los campos. El color básico,
fundamental del Edén, es el azul; más no quiere decir esto que no exista toda la gama de
colores en el Edén. Existen, pero el fundamental es el azul intenso del éter.

El Mundo Vital es precioso. Allí hay templos extraordinarios, allí están los templos de los
Elementales de la naturaleza. Cada planta, por ejemplo, es el cuerpo físico de un Elemental.
Una es la familia de los naranjales, otra la de los pinos, otra la hierbabuena de menta, otra la de
los rosales, etc. Esas familias Elementales, vegetales, tienen sus templos en el Edén; allí se
reúnen esas criaturas inocentes para recibir instrucción de los Devas que las gobiernan. Quien
sepa viajar en Cuerpo Etérico, podrá perfectamente verificar por sí mismo y en forma directa lo
que en estos instantes estoy enfatizando.

Bien vale la pena, pues, inquirir, estudiar más a fondo esta doctrina, para descubrir tantos
prodigios.

Juan, el Bautista, indubitablemente vive en el Mundo Vital, es decir, en el Edén, en el Paraíso.


Juan, el Bautista, es un verdadero Iluminado, un Christus, alguien que ya encarnó, en sí mismo,
al Verbo, a la Palabra, al Cristo Intimo.

Para poder penetrar en el Edén, es necesario saber viajar con el Cuerpo Vital y haber recibido
educación esotérica profunda.

Mucho más allá de este Cuerpo Vital, que es tan precioso, descubriremos lo que podríamos
llamar el "Mundo Astral". El verdadero Iniciado posee un Cuerpo Astral; no todos los seres
humanos lo poseen, pero el Iniciado si lo posee. También el planeta Tierra posee un Cuerpo
Astral.

El Mundo Astral es maravilloso. De por sí, es el mundo del color; tiene siete tonalidades
básicas, fundamentales, de acuerdo con las siete notas musicales, de acuerdo con los siete
colores básicos del espectro solar. El Mundo Astral tiene regiones extraordinariamente
sublimes, y otras desgraciadamente infernales. En el Mundo Astral hallamos las columnas de
ángeles y también las columnas de demonios, podría decirse que en el Mundo Astral combaten
ángeles y demonios. Quien posea un Cuerpo Astral, puede viajar por esas regiones del Mundo
Astral, puede conocerlas, puede descubrir sus prodigios, etc.

Podría decirse en forma enfática que el Mundo Astral es el mundo de los Sacramentos, y esto,
obviamente, ya está demostrado esotéricamente.

Cualquier Adepto verdadero, posee un Cuerpo Astral. Es posible hacer visible y tangible el
Cuerpo Astral, después de la muerte del Cuerpo físico. Existe, en el alto esoterismo, un
sacramento que se le denomina "Almoadzano". Mediante ese sacramento, un maestro
-después de la muerte del cuerpo físico- puede vivir durante un año, materializado en el mundo
tridimensional de Euclides -es decir, aquí en el mundo físico, para influir a sus devotos. El
sacramento Almoadzano es tremendo: cuando un Maestro quiere instruir físicamente a sus
discípulos, después de haber perdido el cuerpo denso, puede hacerlo, puede materializar el
Astral, hacerlo tangible ante los discípulos, a condición de haber -primero- verificado el
sacramento Almoadzano. ¡Es tremendo ese sacramento!: el Adepto pondrá, dentro de su copa
o cáliz, algo de su sangre, y sus discípulos imitándolo pondrán también sangre entre ese cáliz,
mezclará todo el conjunto de sangre y celebrarán un rito, pero un rito muy especial, en el que
cada uno beberá del cáliz y se verificará el sacramento Almoadzano.

Ante todo, esto merece una explicación científica, clara y precisa. Dentro de la sangre arterial, o
dentro de la sangre humana, existe el Hambledzoid del Ser, sangre Astral, o corpúsculos de
sangre sutil, que corresponde al Astral. La Liturgia, combinada con la operación de sangre, tal
como la he citado -es decir, la sangre Astral contenida en la sangre física-, entra pues, en la
parte Astral de cada uno de los que han celebrado el sacramento. Así, en el Maestro, viene a
quedar el Hambledzoid del Ser de cada uno de sus estudiantes, y en los estudiantes,
Hambledzoid del Ser de la sangre de su Maestro. Sangre astral, mejor dicho, contenida en la
sangre física, llegará a la parte Astral de discípulos y Maestro. Así y sólo así será posible que el
Maestro, después de la muerte del cuerpo físico, pueda materializarse, vivir con su Cuerpo
Astral aquí, en la región tridimensional de Euclides, en este mundo denso, lleno de tinieblas,
donde sólo se oye el llanto y el crujir de dientes.

Así pues, el Mundo Astral es un Mundo Fohático -angélico o diabólico- y esto es algo que
debemos entender.

En el Mundo Astral viven los fallecidos; las "almas en pena", los "espíritus cautivos", y también
aquellos que se dedican a la Alta o Baja Magia. En el Mundo Astral encontraremos nosotros a
Elohim Gibor o a Andrameleck, a Michael o a su antítesis, a Chavajot o a Rafael, a Lilit o a
Nahemáh, a Miguel o a Lucifer, etc., etc., etc. Allí viven las columnas de ángeles y demonios,
que se combaten mutuamente.

Quienes se dedican a la Magia práctica, especialmente, se ubican en el Mundo Astral.


Recordemos nosotros, precisamente, a Eliphas Levi, el abate Alfonso Luis Constant; es un gran
Maestro que se halla ubicado, incuestionablemente, en el Mundo Astral. Allí vive, allí trabaja, allí
existe, porque es un Mago.

La palabra "Mago" hay que revalorizarla. Por estos tiempos desgraciados, se llama "Mago" al
charlatán, al prestidigitador, al ignorante embaucador que tiene habilidad de manos para
engañar al pueblo. En los tiempos antiguos, Mago era el Sabio, el Iluminado, aquel que había
empuñado el cetro de poder, aquel que había desarrollado, en su anatomía oculta, el Fuego
Serpentino Anular que se desenvuelve en el cuerpo del asceta.

En el Mundo Astral se pueden invocar a los ángeles y también a los demonios. Existen fórmulas
angélicas, inefables, mediante las cuales es posible que los Elohim nos asistan; más existen
también fórmulas mántricas diabólicas, o litúrgicas, mediante las cuales es posible invocar a los
demonios.

Ángeles y demonios, obedecen al Mago. En el Mundo Astral viven los Magos. Cualquier Adepto
que se haya dedicado a la Alta o Baja Magia, tiene que vivir forzosamente en el Mundo Astral.

El Mundo Astral, de por sí, es un mundo de colores centelleantes, tremendos. El Fuego Astral
arde abrasadoramente en todo el universo. Allí encontramos a las almas desencarnadas, allí
viven, allí existen y podemos platicar con ellas si sabemos dejar el cuerpo físico a voluntad.

Más allá del Mundo Astral, está el Mundo de la Mente. Cuando un hombre es capaz de
fabricarse un Cuerpo Mental, cuando lo tiene, es también capaz de viajar por el Mundo de la
Mente Universal.

En el Mundo de la Mente, encontramos sapiencia, sabiduría. Allí están todos los templos de los
dioses, los templos de Hermes Trismegisto, donde se mencionan sus obras, donde se le rinde
culto a su sapiencia.

Pocos son los que saben viajar en Cuerpo Mental. Esto se debe a que pocos son los que se
han fabricado, para su uso personal, un Cuerpo Mental. Cuando uno aprende a viajar en
Cuerpo Mental, descubre que la Mente de la Tierra es gigantesca. Dentro de la Mente de
nuestro planeta Tierra, hallamos los suburbios, los mercados, etc., más también hallamos
nosotros la parte subliminal del Entendimiento Universal.

En el Mundo de la Mente hay de todo. Allí están los pensamientos de cada persona, las ideas
de cada cual, etc.

Algunas almas, que en la vida tuvieron buena conducta, son recompensadas: por algún tiempo
moran en el "Devachán", es decir, en la región de la Mente Superior, y hasta logran hacer una
visita al Causal, aunque más tarde, agotada la recompensa, tengan que regresar otra vez para
un nuevo cuerpo físico.

En el Mundo de la Mente hay dolor o felicidad, todo depende de la región donde nosotros
estemos. En las regiones inferiores del Mundo de la Mente, hay dolor; en las regiones
superiores del Mundo de la Mente, hay felicidad.

En el Mundo de la Mente, encontramos también a muchos Devas que aman a la humanidad.


Estos trabajan por el bien común, estos luchan por el bien de tantos y tantos millones de
personas que pueblan la faz de la Tierra.

Hermanos: ha llegado la hora de entender, claramente, que si uno no conoce su propia mente
particular, que si uno no conoce sus procesos mentales, que si uno no ha aprendido a subyugar
su mente y a controlar los sentidos, mucho menos podrá conocer la Mente Cósmica, la Mente
Universal. Recordemos que "la mente que es esclava de los sentidos, hace al alma tan inválida
como el bote que el viento extravía sobre las aguas". ¿Cómo podríamos conocer la Mente
Universal, si no conocemos muestra propia mente, si no hemos estudiado los 49 niveles del
entendimiento, si aún no hemos creado un verdadero Cuerpo Mental, si todavía no hemos
desintegrado esos "elementos indeseables" que en el entendimiento cargamos?

Así pues, explorar el Mundo de la Mente es posible cuando uno ha explorado su propia mente.

Mucho más allá, pues, de esta región de la Mente Universal o de la Mente Terrestre, está el
Mundo de las Causas Naturales. Si uno no ha fabricado un Cuerpo Causal, para su uso
particular, ¿Cómo podría uno explorar el Mundo de la Causación Cósmica? ¿Cómo podría uno
viajar en Cuerpo Causal? ¿Cómo podría uno conocer el Mundo de las Causas Naturales?

Ha de estudiar, uno, su propia vida causativa: haber descubierto las causas de sus errores,
haberse conocido a sí mismo, para poder tener derecho a convertirse en un Hombre Causal.
Sólo el Hombre Causal puede vivir, conscientemente, en el Mundo Causal; sólo el Hombre
Causal puede viajar por el Mundo de las Causas Naturales, sólo el Hombre Causal tiene
acceso, pues, a los Archivos Secretos de la región causativa.

En el Mundo de las Causas Naturales, predomina nuevamente el azul intenso, profundo. Los
Adeptos del Mundo Causal trabajan por la humanidad; se les ve vestidos en forma similar a la
de aquí, a la del Mundo Tierra. Tienen sus templos y se hallan demasiado ocupados en los
trabajos que se realizan por el bien común.

En el Mundo de las Causas Naturales, encontramos la Ley de la Balanza. El Hombre Causal


trabaja siempre de acuerdo con la Balanza Cósmica: vive en perfecto equilibrio.
En el Mundo Causal descubrimos que no hay efecto sin causa, ni causa sin efecto; la causa se
transforma en efecto y el efecto se convierte en una nueva causa que origina, a su vez, otro
efecto. Las leyes de causa y efecto son reales y se conocen a fondo cuando se investigan en el
Mundo de las Causas Naturales.

El Hombre Causal es el hombre que ha fabricado un Cuerpo Causal; el Hombre Causal es


aquel que ya tiene Voluntad Individual.

Debemos decir, en forma enfática, que el animal intelectual equivocadamente llamado


"hombre", no posee todavía una verdadera Voluntad. Obviamente, el animal intelectual todavía
no es un hombre, en el sentido más completo de la palabra. Cuando uno se ha dado el lujo de
fabricarse un Cuerpo Causal, o un Cuerpo de la Voluntad Consciente, sabe lo que es
verdaderamente la Voluntad.

Si pensamos nosotros en la multiplicidad del "yo psicológico", si pensamos en que cada uno de
los defectos que poseemos, está perfectamente representado por un "agregado psíquico"
inhumano, venimos nosotros a descubrir, con claridad meridiana, que tenemos muchas
"voluntades". Cada agregado psíquico es como una entidad tenebrosa en nosotros,
personificando algún error, y posee su propia voluntad.

Así pues, los diversos agregados que en nosotros moran, representan distintos impulsos
volitivos. Hay pues, muchas "voluntades" en el fondo de nuestra psiquis que chocan entre sí. El
"animal intelectual" no posee una voluntad autóctona, independiente, íntegra, uni-total; no hay
unicidad en la "voluntad" del "animal intelectual". Pero cuando uno ha creado el Cuerpo de la
Voluntad Consciente, entonces dispone de una voluntad individual, con la cual puede trabajar
en el universo entero.

En el Mundo de las Causas Naturales, encontramos nosotros a los Hombres Causales, aquéllos
que ya crearon el Cuerpo de la Voluntad Consciente.

¿Cómo podríamos conocer el Mundo Causal, si antes no hemos conocido las causas de
nuestros propios errores? ¿Cómo podríamos conocer el Mundo Causal, cuando todavía no
conocemos nuestras propias causas equivocadas? En realidad de verdad, repito, quien quiera
conocer los mundos internos del planeta Tierra, deberá ante todo empezar por conocer sus
propios mundos interiores. Esto requiere auto-exploración y trabajo consciente sobre sí mismo.
Más allá del Mundo de la Voluntad Consciente, encontramos nosotros el Mundo Búddhico o
Intuicional. Obviamente, no podríamos nosotros entrar en el Mundo Búddhico o Intuicional, si
antes no hemos conocido nuestra propia realidad intuitiva, si antes no hemos desarrollado en
nosotros la Intuición.

Existe una clara diferenciación entre lo que es el proceso razonativo-comparativo, y lo que es la


Intuición. La razón se apoya en el proceso de comparación: "esto es blanco porque aquello es
negro", o viceversa. "Intuición", es algo diferente: es percepción directa de la verdad, sin el
proceso deprimente de la opción.

En el Mundo Búddhico o Intuicional, existe la Intuición. Mucho más allá del Mundo de la
intuición, está la región de Atman, el inefable. Pero en la región de la Intuición descubrimos la
sabiduría del Universo: de todo lo que es, de todo lo que ha sido, de todo lo que será.

En el Mundo Búddhico o Intuicional, hay sapiencia inefable, hay fraternidad, hay unicidad, uni-
totalidad, Amor. Quienes viven en el Mundo de la Intuición, gozan de la auténtica felicidad.

Así pues que vale la pena investigar en todo esto.

Mucho más allá del Mundo Búddhico o Intuicional, está la región de Atman el Inefable, la región
del Intimo, del Ser; el Ser es el Ser y la razón de ser del Ser, es el mismo Ser.

El Intimo, en sí mismo, tiene dos almas: el alma espiritual, que es femenina, y el alma humana,
que es masculina. Si leemos "La Divina Comedia", veremos que el Dante también cita a las dos
almas: la una, "la que trabaja" -la humana-, la otra, "la que contempla", "la que se mira en el
espejo de la Naturaleza."

Mucho se ha hablado sobre el signo zodiacal de Géminis. Yo digo que ese signo lo cargamos
dentro de nosotros mismos, en los fondos del alma. El Intimo tiene, repito, dos almas: la
espiritual, que es femenina; la humana, que es masculina. La espiritual es la Walkiria, es
Ginebra, la Reina de los Jinas, aquella que a Lanzarote escanciara el vino, entre las copas
delicias de Suka y de Manti. La humana sufre, llora, es masculina; a través de ella vibra el
Crestos Cósmico, "la poderosa mediación astral que enlaza nuestra personalidad física con la
inmanencia suprema del Padre Solar."
Llegar nosotros a encarnar las dos almas, es posible; más esto requiere rigurosas disciplinas
esotéricas; hay que haber creado, antes, los Cuerpos Astral, Mental y Causal; hay que haber
trabajado profundamente, en sí mismo y dentro de sí mismos, aquí y ahora. Solo el Iniciado
libre, que ha eliminado el Ego, que ha trabajado de verdad, profundamente, sobre sí mismo, se
hace digno de encarnar en sí mismo a las dos Almas. Esto significa hacer realidad en nosotros
el signo zodiacal de Géminis, pues esas dos almas son gemelas.

Incuestionablemente, el alma humana debe desposarse con su dama; la Walkiria, la sulamita


del sabio Salomón, esa que figura en "El Cantar de los Cantares". Quien llegue a encarnar en sí
mismo a ese par de Almas, logrará la iluminación total, la sabiduría.

Primero, es necesario recibir el principio anímico, humano, masculino; segundo, debe venir el
desposorio de la parte humana, masculina, con la parte espiritual, femenina. A través del
Buddhi, de la Walkiria, de la Ginebra, de la Beatríz del Dante Alighieri, resplandece el Logos.

Obviamente, los principios divinos más poderosos, están contenidos en el interior del alma-
espiritual, del Buddhi. Por eso la Blavatsky, en "La Voz del Silencio", ha dicho: "El Buddhi es
como un vaso de alabastro, fino y transparente, a través del cual arde la llama de Prajna".
Cuando el alma humana, eso que tenemos de humano en nosotros aquí adentro, se desposa
con el Alma-Espíritu, se establece la luz interior en nosotros, quedamos transfigurados,
resplandecientes, iluminados. Pero, para que ese contacto se establezca, hay que trabajar muy
duro, dentro de nosotros mismos, en forma intensiva: creando los Cuerpos Existenciales
Superiores del Ser, eliminado el Ego animal y sacrificándonos por la humanidad doliente.

Así hermanos, lo interesante es que nos convirtamos en verdaderos adeptos de la Fraternidad


de la Luz Interior. Si así procedemos, llegaremos a la verdadera iluminación íntima; si así
procedemos, llegaremos a la auténtica bienaventuranza, podremos sumergirnos en la región de
la felicidad legítima, etc.

Hay necesidad de salir de estas regiones de tinieblas en que nos encontramos; es urgente, en
verdad, llegar al mundo de los esplendores.

Hay que investigar un poco, reflexionar -repito-, estudiar estas cosas. Si nosotros no
analizamos, si no estudiamos estas materias de enjundioso contenido, jamás llegaremos a la
liberación final.

Cada uno de nosotros tiene que trabajar sobre sí mismo, si es que aspira a llegar, algún día, a
la auténtica iluminación. Más, para trabajar sobre sí mismo, se necesita inevitablemente tener el
conocimiento, las claves, las prácticas. Nosotros aquí, les iremos dando a nuestros estudiantes
los sistemas, los métodos para trabajar sobre sí mismos, a fin de que logren un cambio
absoluto.

Se necesita, ante todo, que haya continuidad de propósitos, porque muchos comienzan estos
estudios y pocos llegan. Sucede que las gentes no tienen continuidad de propósitos: hoy
comienzan con mucho entusiasmo y más tarde, en el tiempo, se apartan del cuerpo de doctrina.

En el mundo hay de todo: existen los "mariposeadores", esos que andan de escuelita en
escuelita y que creen saber mucho, cuando en realidad de verdad nada saben.

Nosotros tenemos que definirnos con entera claridad. Esta institución no busca otra cosa sino la
Auto-Realización Intima del ser humano. En modo alguno nos interesa la cuestión esa de los
"mariposeadores", que andan de escuelita en escuelita, para no llegar a ninguna conclusión. A
nosotros lo único que nos interesa es trabajar sobre sí mismos, para conseguir la
transformación radical.

Necesitamos hacernos Adeptos de la Fraternidad de la Luz Interior, y esto es posible trabajando


sobre sí mismos, aquí y ahora.

Los tiempos son llegados, en que el Hijo del Hombre tenga que enseñarle a la humanidad el
camino. Desgraciadamente las gentes, oyendo no oyen y viendo con sus ojos, no ven; se les
indica la Senda y no la entienden, y si ligeramente llegasen a entenderla, no tienen continuidad
de propósitos para llegar a la meta y bien pronto se desvían.

El Movimiento Gnóstico es como un tren en marcha: uno pasajeros, suben, en una estación, y
se bajan en otra; raros son los pasajeros que llegan a la estación final. Los afiliados a nuestra
institución, están invitados: pueden llegar a la meta si se lo proponen.

¡Qué lastima que las gentes tengan "mente veleta" y que hoy piensen una cosa y mañana otra!
Si las gentes de verdad fueran serias, sólo se preocuparían por trabajar intensivamente dentro
de sí mismas.

En esta institución enseñamos, a las gentes, cómo eliminar los agregados psíquicos e
indeseables que en nuestro interior cargamos. En esta escuela les enseñamos, a los seres
humanos, cuál es el camino del autentico sacrificio, y cómo fabricar los Cuerpos Astral, Mental y
Causal para convertirse en hombres verdaderos, en hombres legítimos, en hombres auténticos,
en el sentido más completo de la palabra.

Obviamente, conforme va naciendo el Hombre dentro del animal intelectual, se provocan


cambios extraordinarios: se despiertan ciertos poderes, ciertas facultades magníficas. El
hombre íntegro, el hombre unitotal, llega hasta el punto de tener perfecto dominio sobre los
Tattwa. ¿Y qué son los Tattwa? Vibraciones del Éter Universal.

En los elementos de la naturaleza están sintetizados los Tattwas. El principio vital-etérico del
agua, es Apas; el principio vital-etérico del aire, es el Vayu-Tattwa; el principio vital-etérico del
fuego, es el Agni-Tattwa, o el Tejas, o Taijas-Tattwa; el principio vital-etérico de la Tierra, es
precisamente el Pritvi-Tattwa.

El hombre auténtico, legítimo, es el que ha fabricado los Cuerpos Astral, Mental y Causa; aquel
que es capaz de entrar en el Mundo Etérico, aquel que es capaz de moverse por el Mundo
Astral, aquel que puede penetrar inteligentemente en el Mundo de la Mente Cósmica, o viajar
por el Mundo de las Causas Naturales, y que también adquiere poder sobre los elementos de la
naturaleza: sobre la perfumada tierra y sobre el fuego flamígero, sobre las aguas tempestuosas
y sobre el huracanado viento. Por este motivo, el adepto llega de verdad a convertirse en un
Rey de la Naturaleza y del Cosmos.

Los Tattwas, en sí mismos, pertenecen al Mundo etérico, a ese Mundo Vital, a ese Cuerpo Vital
del planeta Tierra. Los Tattwas son vibraciones del Éter, Los Tattwas penetran, directamente,
en las glándulas endocrinas del organismo humano, pero no vuelven a salir de allí. Los Tattwas,
al entrar dentro de los Chacras, pasan a las glándulas endocrinas y se transforman en
hormonas, hormonas que circulan por la sangre, y eso es todo; de allí no vuelven a salir.

Despertar los poderes tattwicos es asombroso, más esto solamente es posible para el hombre
auténtico, para aquel que es capaz de vivir en el Mundo Astral conscientemente, o para aquel
que sabe viajar por el Mundo de la Mente, o para aquel Hombre Causal que ha establecido su
centro de gravedad, precisamente, en el Mundo de las Causas Naturales.

Un Adepto auto-realizado es un hombre, en el sentido más completo de la palabra, porque


maneja los Tattwas, porque puede manipularlos a voluntad. Un hombre que maneje el fuego, el
aire, las aguas y la tierra, que sea capaz de desatar las tempestades, etc., es idóneo en el uso
de los Tattwas, es un hombre de verdad, es un Maestro auto-realizado, alguien que conoce los
mundos superiores.
Llegado es el momento en que cada uno de ustedes luche por la Auto-Realización; el momento
ha llegado en que cada uno de ustedes conozca sus propios mundos internos, para que
conozcan los mundos internos de sus amigos y para que conozcan los mundos internos del
planeta Tierra y del sistema solar y de la galaxia en que vivimos.

Samael Aun Weor.

LAS PROYECCIONES DE LA MENTE

Bueno, voy a hablar hoy aquí, en este "Parque Alameda" de México, D. F.; algo que es muy
importante; quiero referirme, enfáticamente, a la cuestión de los sueños.

Ha llegado la hora de ir al fondo de esta cuestión y considero que lo más importante es dejar de
soñar. Los sueños, en realidad, no son más que meras proyecciones de la mente y por lo tanto
son ilusorios, no sirven. Es precisamente el Ego quien proyecta sueños y obviamente, esos
sueños resultan inútiles...

Nosotros necesitamos transformar al sub-consciente en consciente, nosotros necesitamos


eliminar radicalmente, no solamente los sueños, sino la posibilidad de soñar; es incuestionable
que tal posibilidad existe mientras existan "elementos subjetivos" dentro de nuestra psiquis.
Necesitamos una mente que NO PROYECTE, necesitamos agotar el proceso del pensar. La
MENTE PROYECTISTA proyecta sueños y estos son vanos e ilusorios.

Cuando yo digo "mente proyectista", no me estoy refiriendo a los meros proyectos como los que
hace un Ingeniero, que traza o proyecta los planos para un edificio, un gran puente o una
carretera; no, cuando hablo de "mente proyectista" quiero referirme a todo "animal intelectual".
Es claro que el sub-consciente siempre proyecta, no solamente casas, edificios o cosas por el
estilo; no, aclaro: proyecta también sus propios deseos, sus propios recuerdos, sus propias
emociones, pasiones, ideas, experiencias, etc. La MENTE PROYECTISTA, repito, proyecta
sueños y es claro que mientras exista el sub-consciente, existirán las PROYECCIONES;
cuando el sub-consciente se ha transformando en consciente, las proyecciones concluyen, ya
no pueden existir, desaparecen...

Si queremos nosotros llegar a la auténtica ILUMINACION, es necesario y urgente, dijéramos,


trasformar al sub-consciente en consciente. Indubitablemente, tal trasformación sólo es posible
aniquilando al sub-consciente. Pero el sub-consciente es el Ego; entonces hay que aniquilar al
Ego, al "Yo", al "mi mismo", al "si mismo". Así es como se transforma el sub-consciente en
consciente para que quede en su lugar la CONCIENCIA OBJETIVA, real verdadera... En otros
términos quiero decir que mientras exista cualquier "elemento subjetivo" dentro de nosotros
mismos, por insignificante que este sea, continúa la posibilidad de soñar. Mas cuando termina
cualquier "elemento subjetivo", sub-consciente, cuando ya no queda ningún "agregado" o
"elemento" sub-consciente en nuestra psiquis, el resultado es la CONCIENCIA OBJETIVA, la
Iluminación auténtica, verdadera.

Una cosa es andar uno en los mundos hiper-sensibles con la Conciencia Objetiva, es decir,
despierto, y otra cosa es andar uno allí en esas regiones, en estado subjetivo, sub-consciente,
proyectando sueños. Vean ustedes qué diferencia tan grande existe entre el que deambula por
esas regiones proyectando sueños y el que vive allí sin hacer proyecciones, con la Conciencia
completamente despierta, Iluminada, en un estado de super-exaltada vigilia. Obviamente, éste
último verdaderamente es un ILUMINADO y puede, si así lo quiere, investigar los Misterios de la
Vida y de la Muerte, conocer todos los enigmas del Universo...

Cierto autor dice que "los sueños son ideas disfrazadas" y si eso es así, podemos nosotros
aclarar un poco más la cuestión diciendo que son proyecciones de la mente, porque esas "ideas
disfrazadas" se proyectan mentalmente y he ahí por qué los sueños, por lo tanto, son falsos y
vanos.
Pero quien vive despierto, ya no sueña. Nadie podría vivir despierto sin haber MUERTO EN SI
MISMO, sin haber aniquilado el Ego, el "Yo", el "mi mismo". Por eso es que quiero que todos los
hermanos se preocupen por la desintegración del Ego, porque sólo así, desintegrando esa
terrible Legión, podrán quedar despiertos radicalmente.

Indubitablemente, no es tan fácil eliminar "elementos subjetivos" (que los hay muy variados).
Esta eliminación se procesa en forma didáctica, poco a poco, y conforme una va eliminando
tales "elementos", la Conciencia se va objetivando y cuando la eliminación es absoluta, la
Conciencia ha quedado totalmente objetivada, despierta; entonces la posibilidad de soñar ha
terminado, ha concluido...

Los grandes Adeptos de la Fraternidad Universal Blanca no sueñan, poseen Conciencia


Objetiva; la posibilidad de soñar para ellos ha desaparecido y los encuentra uno, en los Mundos
Superiores, en estado de vigilia intensificada, dirigiendo la corriente de los innumerables siglos,
gobernando las leyes de la Naturaleza, convertidos en Dioses que están más allá del bien y del
mal.

Se hace pues indispensable comprender esto a fondo para que todos puedan sacar un resumen
exacto, quiero decirles lo siguiente:

1- El sub-consciente es el mismo Ego; aniquilando el Ego, la Conciencia despierta.

2- Los "elementos" sub-conscientes son infra-humanos y cada cual los lleva adentro.
Destrúyanse y toda posibilidad de soñar concluirá.

3- Los sueños son proyecciones del Ego y por lo tanto no sirven.

4- El Ego es mente.

5- Los sueños, por ende, son proyecciones de la mente.


6- Esto deben anotarlo con mucha atención: es indispensable NO PROYECTAR.

7- No sólo se proyectan cosas para el futuro, constantemente vivimos proyectando las cosas del
ayer.

8- También se proyectan toda clase de emociones EN EL PRESENTE: morbosidades,


pasiones, etc., etc.

Las proyecciones de la mente son pues infinitas y por tanto las posibilidades de soñar son
también infinitas...

¿Cómo podría considerarse "Iluminado" un soñador? Obviamente, el soñador no es más que un


soñador, nada sabe sobre la realidad de las cosas, sobre eso que está más allá del mundo de
los sueños.

Es pues indispensable que nuestros hermanos gnósticos se preocupen por despertar; se


requiere que se dediquen de verdad a la disolución del Ego, del "Yo", del "mi mismo", del "si
mismo"; que sea esa su principal preocupación. Conforme vayan MURIENDO EN SI MISMOS,
la Conciencia se irá volviendo cada vez más objetiva y las posibilidades de soñar irán
disminuyendo en forma progresiva.

Meditar es indispensable para comprender nuestros errores psicológicos. Cuando uno


comprende que tiene tal o cual error o defecto, pude darse el lujo de eliminarlo, tal como lo
enseñé en mi obra titulada "El Misterio del Aureo Florecer". Eliminar tal o cual error, tal o cual
defecto psicológico, equivale a eliminar tal o cual "agregado psíquico", tal o cual "elemento
subjetivo", dentro del cual existen posibilidades de soñar o de proyectar sueños.

Cuando uno quiere eliminar un defecto, un error, un "agregado psíquico", debe primero
COMPRENDERLO, pero no basta comprender únicamente, hay que ir más hondo, a lo
profundo: es necesario CAPTURAR EL HONDO SIGNIFICADO de aquéllo que uno ha
comprendido: solamente se puede lograr dicha CAPTURA a través de la meditación de fondo,
profunda, muy íntima... Aquél que ha capturado el hondo significado de lo que ha comprendido,
está en posibilidad de eliminar...

Eliminar "agregados psíquicos" es urgente ("agregados psíquicos" y defectos psicológicos en el


fondo son lo mismo; cualquier defecto psicológico no es más que la expresión de un "agregado
psíquico").

¿Que hay que eliminarlos? Eso es claro, pero primero tenemos que haberlos comprendido y
también haber capturado su honda significación. Así es como vamos MURIENDO de instante
en instante, sólo con la MUERTE adviene lo nuevo...

Ustedes quieren estar despiertos en el ASTRAL, en el MENTAL, etc., pero no se preocupan por
MORIR y lo más grave es que confunden los sueños con las verdaderas experiencias místicas.
Una cosa son los sueños, que no son más que simples proyecciones del sub-consciente, y otra
cosa son las experiencias místicas, reales. Cualquier experiencia mística auténtica, exige el
ESTADO DE ALERTA y la CONCIENCIA DESPIERTA; yo no podría concebir una experiencia
mística con la Conciencia dormida.

Así, pues, la experiencia mística, real, verdadera, auténtica, sólo adviene cuando objetivamos la
Conciencia, cuando estamos despiertos... Reflexionen los hermanos gnósticos profundamente
en todo esto; estudien nuestra obra "El Misterio del Aureo Florecer", preocúpense por MORIR
de momento en momento; sólo así lograrán objetivar realmente a la Conciencia. ¡Eso es todo!.

P.- Venerable Maestro: hace usted hincapié no sólo en la comprensión, son también en
descubrir el HONDO SIGNIFICADO de nuestros defectos psicológicos. Yo entiendo que la
comprensión tiene por objeto identificar a esos defectos y que el HONDO SIGNIFICADO tiene
por objeto descubrir el daño que el defecto puede causarnos, como obstáculo para la Auto-
Realización. ¿Estoy en lo correcto?.

R.- La pregunta que ha salido del Auditorio vale la pena responderla... Comprensión no es
identificación; alguien podría identificar un defecto psicológico sin haberlo comprendido.
Distingamos, pues, entre comprensión e identificación.

Esto de la comprensión es muy elástico, los grados de comprensión varían; puede que hoy
comprendamos tal o cual cosa de cierto modo, de cierta manera, en forma relativa y
circunstancial, y que mañana comprendamos mejor.

La aprehensión del hondo significado de tal o cual defecto, sólo es posible mediante todas las
partes de nuestro SER INTEGRO. Si algunas partes de nuestro Ser han capturado el hondo
significado, más otras partes de nuestro mismo Ser no lo han capturado, entonces el significado
íntegro y profundo tampoco ha sido aprehendido.
Sobre aquéllo que es el "hondo significado", sobre su sabor específico, no debemos formarnos
pre-conceptos. Lo que es el significado profundo de tal o cual error, sólo podemos vivenciarlo
en un momento preciso, en el instante adecuado; es por ello que en modo alguno podríamos
formarnos ideas preconcebidas sobre aquello que podría ser el "hondo significado de nuestros
defectos"...

P.- Gracias, Maestro, por esta explicación que nos revela que la comprensión realmente es una
función de la mente y que el HONDO SIGNIFICADO es una función de la Conciencia. ¿Es esto
correcto?.

R.- Amigos: la mente con todos sus funcionalismos, es femenina, receptiva; absurdo sería
volverla positiva, necio sería elaborar ideas, preconceptos, teorías...

Siendo pues la mente un instrumento meramente pasivo, no podría ella por sí misma ocupar el
puesto de la comprensión. Distingan ustedes entre lo que es la comprensión y lo que es el
instrumento que usamos para manifestarnos en el mundo. Obviamente, la comprensión
pertenece más bien a la Esencia, a los funcionalismos íntimos de la Conciencia y eso es todo.

El hondo significado de tal o cual error psicológico, difiere de la comprensión por el hecho
mismo de pertenecer a las diversas percepciones o experiencias directas, vividas por las
diversas partes del SER UNI-TOTAL.

LOS TIEMPOS DEL FIN


Damas, caballeros: esta noche vamos a abordar algunos temas bastante interesantes de
palpitante actualidad. Obviamente estamos en una época de inquietudes extraordinarias, es
necesario y se requiere reflexionar profundamente sobre el momento actual en que vivimos.

Tenemos una poderosa civilización moderna, se han hecho muchos avances en el terreno de la
física, de la química, de la medicina y de la ingeniería, etc., etc., etc. Hemos levantado una gran
civilización. Poderosas naves dirigidas hacia la luna han sondeado el espacio, han estudiado o
han aterrizado en el suelo lunar, etc., también se han enviado naves a Venus aunque no hayan
sido tripuladas. Se proyectan excursiones a Marte; se ha dicho que por el año 1985 o algo más,
Estados Unidos va a enviar un cohete atómico al planeta Marte, tripulado, aguardaremos
resultados concretos sobre el particular.

Todo esto en el fondo es fascinante, extraordinario. La televisión ha cumplido una gran misión;
gracias a la televisión pudimos perfectamente seguir las huellas de los cohetes que
descendieron a la Luna, entonces mucho se supo sobre la vida lunar, se investigó bastante.

Antes se pensaba que la Luna era un pedazo de Tierra proyectado al espacio. Las pruebas con
el carbono 14 fueron definitivas, se llegó a la conclusión lógica de que la Luna es anterior a la
tierra, es más antigua y esto de por sí resulta sensacional.

Entonces, todos esos sabios que sostuvieron en el pasado la teoría de que la Luna era un
pedazo de Tierra proyectado al espacio, se equivocaron lamentablemente. Repito, las pruebas
con el carbono 14, el análisis riguroso de los guijarros lunares, nos indicaron que tales sabios
que en el pasado sostuvieran la tesis que la Luna era un pedazo de Tierra, resultó
específicamente equivocada. Así pues, estamos en una época de grandes inquietudes
científicas y nosotros debemos siquiera por un rato, reflexionar profundamente sobre todas
estas cosas.

Ustedes están aquí porque tienen inquietudes, yo también estoy aquí por las inquietudes que
tengo. Ustedes han venido dispuestos a escucharme y yo estoy dispuesto a platicarles. Entre
ustedes y yo debe haber un intercambio de ideas, nos hemos reunido precisamente para
estudiar en conjunto muchas cosas, para analizar diversos asuntos importantes que a ustedes y
a mí nos interesan. Quiero que entre todos nosotros analicemos estos temas de palpitante
actualidad.

Obviamente, luchamos por la conquista del espacio y esto lo estamos haciendo sinceramente,
nuestros científicos vuelan en alas de sus proyectos hacia un futuro en que el hombre ha de
conquistar definitivamente a otros mundos. Empero no debemos en manera alguna, dejarnos
fascinar por tanta fenomenología. Conviene que con carácter propio investiguemos así nos
evitaremos posiblemente muchos desengaños.

Se ha hablado mucho en esta época y eso lo saben ustedes, sobre la cuestión esa de naves
cósmicas provenientes de otros mundos, de una especie de antimonia, de antítesis muy
interesante entre cohetes disparados por "tirios" y "troyanos" a la luna o a Venus, o a Marte,
etc., y naves cósmicas provenientes de otros mundos.

Existe cierto escepticismo que a nada conduce, hay pues inquietudes de una y otra parte,
conceptos antagónicos, opiniones encontradas, todo esto vale la pena reflexionarlo.

Cuando nosotros oímos hablar de platillos voladores, o ponemos atención o sonreímos un poco
escépticos, pero: ¿hay algo de realidad en todo eso? A mí no me parece en modo alguno que
nuestro planeta Tierra sea el único planeta habitado. Cuando uno estudia la panspermia de
Arrhenius descubre con asombro místico, que los gérmenes de la vida provienen de otros
mundos. Resulta interesante Arrhenius con sus teorías.

Obviamente en el fondo todos vivimos de las estrellas. Nuestro mismísimo planeta tierra es un
mundo habitado, un mundo que gira alrededor del Sol, un planeta como cualquier otro del
espacio infinito.

La Ley de las Analogía Filosóficas, nos invita a pensar que si nuestro mundo Tierra está
habitado, debe haber en el espacio infinito, otros mundos también habitados. No creería yo
jamás que los gérmenes de la vida universal fuesen patrimonio exclusivo del planeta Tierra, me
parece que el exclusivismo en este sentido resulta regresivo, reaccionario, retardario.

Les invito a pensar que si nosotros estamos luchando por la conquista del espacio con nuestros
cohetes que viajan a velocidades extraordinarias, es posible que en otros mundos exista
también esa misma lucha; no descartaría jamás la idea de la posibilidad de gentes
extraterrestres, habitantes de otras esferas que ya hubiesen conquistado el espacio.

Creer que somos los únicos, en un Cosmos tan grandioso compuesto por tantos y tantos
millones de mundos, resulta demasiado reaccionario y exclusivista.

Recuerden ustedes que en la época de Colón muchos fueron los que se rieron de aquel sabio,
de aquel gran navegante; cuando se lanzó, como dicen en aquella época, a través del océano,
más allá del cabo Finisterre, entonces en la época de Colón se creía que la Tierra era plana,
cuadrada, nadie aceptaba la posibilidad de vida en Europa, más allá del cabo Finisterre que
significa: fin de la Tierra.

Paréceme ha veces que nosotros pensamos con mente medieval cuando negamos la
posibilidad de vida consciente o inteligente en otros mundos. Indubitablemente pensamos con
criterio anticuado, anti-revolucionario, medieval. Admitamos la posibilidad de vida en otros
mundos, las naves cósmicas son una realidad; gentes hay en otros mundos habitados, más
cultas que nosotros, que ya conquistaron el espacio, y de eso puedo darles a ustedes
testimonio fehaciente.

Si me basara en meras elucubraciones intelectuales, realmente, no tendría bases como para


afirmar la tesis de los mundos habitados por gentes extraterrestres. Si me basara únicamente
en puras concepciones intelectivas o en la lógica formal o dialéctica, para enfatizar la idea de la
posibilidad de la existencia de los extraterrestres, no pasaría de ser un teórico más.

A mí en verdad me consta la existencia de los extraterrestres, los conozco personalmente en


carne y hueso y por eso no tengo inconveniente alguno en dar testimonio. Si ustedes creen está
bien, si no creen, está bien, si aceptan, maravilloso, si rechazan, es cuestión de ustedes, en
todo caso daré mi testimonio.

Algún día, no importa cuál. Hallándome en el Distrito Federal, hube de visitar el Desierto de los
Leones, quería estar en paz, aunque fuese por algunas horas, deseaba entregarme a las más
serenas reflexiones; de pronto me sentí atraído hacia cierto lugar del bosque y allí, había allí un
espacio dentro de una arboleda; no sé porqué me dio por dirigirme personalmente al lugar
indicado; lo cierto fue que hallé una enorme nave cósmica sobre un trípode de acero.
Obviamente les confieso a ustedes, en nombre de la verdad, que me sentí completamente
confundido, conmovido, tal

hallazgo me dejó absolutamente sorprendido, más ahí no paró la cuestión. Una compuerta
metálica se abrió y vi a un jefe o capitán descender de aquella nave, tras de él venía la
tripulación. Naturalmente, me dirigí al jefe, al capitán, le saludé y él me contestó en perfecto
español el saludo. "Buenos días", -le dije-, respondió el capitán: "Buenos días". Entre la
tripulación vi a dos damas de edad avanzada, ¿Qué edad tendrían? no lo sé,
incuestionablemente, ellas tendrían edades correspondientes a otros tiempos, no a nuestro
tiempo terrenal.

Hablé al capitán diciendo: "Señor, me gustaría conocer el planeta Marte, mi propio germen
espiritual, divinal, está relacionado con aquel mundo del espacio infinito, mi Mónada" -dijera,
hablando al estilo de Lebniz, que tanto se ocupó sobre las mónadas-. El capitán guardó silencio,
sin embargo después de unos minutos tomó la palabra y dijo: "¿A Marte dice usted?". "Sí, me
gustaría conocer el planeta Marte y que ustedes me llevaran, estoy dispuesto a irme con
ustedes ya, inmediatamente, nada me puede atraer al planeta Tierra". "¿Marte?, ese planeta
queda ahí nomás, eso está muy cerca", -me dijo-, pero al hablar así, en esa forma, comprendí
que mi petición, o que mi pretensión, había sido demasiado pobre, yo creía haber pedido algo
muy grande, pero para él mi petición había sido en verdad muy pobre.

Por ciertas indicaciones intuitivas pude entender que aquella nave que me había parecido tan
espléndida, provenía de una nave matriz, que había quedado en órbita alrededor de la Tierra.

El sistema solar nuestro, conocido con el nombre de Sistema Solar de Ors, no era en modo
alguno, para el capitán aquel, más que uno de los tantos sistemas solares del inalterable
infinito.

Indudablemente, me hallaba frente a frente de viajeros intergalácticos, de gentes que viaja de


galaxia en galaxia, de individuos sabios y conscientes.

"Soy un escritor -les dije-, quisiera ser llevado a otros mundos habitados con el propósito de
escribir y dar testimonio fehaciente a la humanidad sobre la existencia de otros mundos
habitados."

"Soy un Hombre, -le dije-, no un simple, animal intelectual y la petición que le hago a ustedes
-les dije-, no es por mí sino por la humanidad en general. Me gustaría en alguna forma cooperar
con la cultura general del mundo en que vivo." Argüí muchos conceptos pero aquel capitán
guardaba silencio. Hasta me agarré al trípode aquel de acero con el propósito de no
desprenderse de ahí más, hasta que se resolviera meterme en su nave y me llevara. Mas todo
fue inútil, guardaba silencio; examiné a aquel Hombre y a toda la tripulación, personajes de un
color cobrizo, amplia frente, delegados de cuerpo, estatura de un metro veinte, treinta o
cuarenta centímetros a más.

El capitán tenía en su mano como una especie de algo metálico que francamente no entendí.
La tripulación al fin se sentó en unos troncos de madera que hay en el bosque. Las damas eran
dos ancianas venerables y yo no pude hacer menos que observar tan extrañas criaturas,
inteligentes, sabias, respetuosas, no vi en ellos la perversidad terrestre.

Pude notar cuidadosamente el sentido de responsabilidad moral que tenían, hablaban poco,
porque tienen un concepto muy elevado sobre la palabra. Ellos no echan a volar la palabra
como nosotros, hablan poco y dicen mucho, para ellos la palabra es oro, oro en polvo.

Sólo la usan en casos muy indispensables. No les vi caras de asesinos, como nosotros, los
terrícolas, tampoco les vi los planes maquiavélicos con que tanto se adornan ciertas películas;
en estas extrañas criaturas solamente brillaba la sabiduría, el amor y el poder.

Hombres, pero hombres de verdad en el sentido más completo de la palabra. Ninguno de ellos
quiso raptarme, al contrario, luché demasiado rogándoles que me llevaran. Estoy seguro que si
se me hubiesen concedido tal petición, en modo alguno habrían hecho de mí un conejo de
laboratorio.

Otra cosa somos nosotros los terrícolas, si lográramos atrapar un extraterrestre seguro que va
para el laboratorio, en cuanto a la nave la confiscaremos y con ella como patrón, podremos
construir muchas para bombardear ciudades indefensas, para conquistar otros mundos a la
fuerza y hacer diablura y media. Porque nosotros los terrícolas, empezando por mí, somos en
verdad terriblemente perversos. Esa es la cruda realidad de los hechos, en modo alguno he
venido aquí a lavarme las manos delante de ustedes y a decirles que soy una mansa oveja, no,
todos nosotros estamos cortados con la misma tijera y los defectos que yo tengo, los tienen
ustedes y viceversa.

Así pues, el testimonio que les doy sobre aquellas gentes es sincero en verdad, sincero, no
trato en modo alguno de deformar el testimonio, de deformar la verdad.

Sentados al fin aquellos tripulantes en los troncos de madera que habían en tal lugar, una de las
damas se puso de pie y en nombre de toda la tripulación habló, dijo: "Si colocamos nosotros
una planta que no es aromática junto a otra que sí lo es, la que no es aromática se impregnará
con el aroma de la que sí es aromática". Luego prosiguió: "Lo mismo sucede en los mundos
habitados, mundos que en el pasado andaban mal, con humanidades perversas, poco a poco
se fueron transformando con el aroma, con la vibración de los mundos vecinos, más nosotros
como usted ve, acabamos de llegar aquí a este planeta Tierra y no vemos que sucede lo
mismo, ¿qué es lo que pasa en este planeta?"
Bueno, la pregunta que me hicieron fue tremenda y yo debía dar una respuesta pues, de alta
calidad. Sin reflexionarlo mucho, pero eso sí, cuidando muy bien la palabra dije: "Este planeta
Tierra es una equivocación de los dioses", más luego completé, rendondeé el concepto lo mejor
que pude para decir: "este es el karma de los mundos".

"Karma es la palabra que representa o que significa causa y efecto, tal causa, tal efecto.
Obviamente, la Tierra tiene causas que la trajeron a la existencia y posiblemente -dije- esas
causas, pues, están más o menos equivocadas, los efectos tienen que ser equivocados".

Al decir así: "ese es el karma de los mundos", con gran asombro vi que la anciana que me
hablara, asintió inclinando su cabeza con una venia respetuosa, no dijo nada, sino
sencillamente asintió, la otra dama lo mismo, hizo una venia respetuosa y todos los de la
tripulación en genuflexión moderada, asintieron.

Bueno, me llené de ánimo porque pensé que me iban a jalar las orejas. Pues dar una respuesta
a gentes que viajan de galaxia en galaxia, un pobre diablo como yo, pues, era terrible, pero
resultó, funcionó mi respuesta y eso me alegró. Claro, resolví sacar el mejor partido de aquel
asentimiento, dije, bueno, este es mi momento, volví a reiterar mi petición de ser llevado a otro
planeta del espacio infinito para dar testimonio a las gentes sobre la realidad de los mundos
habitados. "Soy escritor, -les dije-, no es por mí, es por la humanidad, llévenme..."

De nada valieron los ruegos. El silencio era terrible, al fin el capitán pronunció una frase, nada
más que una, porque habla poco y dice mucho y nunca empeñan la palabra si no la han de
cumplir, no es como nosotros que decimos a un amigo: mañana nos encontramos a las 9 de la
mañana en el café tal para que platiquemos sobre tal negocio, y el amigo no llega y si llega se
presenta por ahí a las 10 o a las 11 o a las 12. No, ellos dicen mañana a las 9, ni un minuto
antes ni un minuto después, están presentes.

Es gente que habla poco y dice mucho. Parecería como si estos personajes fuesen
verdaderamente dioses con cuerpo de Hombres. Me daba esa impresión, al platicar con ellos,
logré una respuesta, no se las niego, pero me dejó satisfecho: "En el camino, -dijo el capitán-
iremos viendo". No fue más lo que me dijo, pero para mí fue definitivo. Si un terrícola me lo
hubiera dicho, sencillamente habría quedado triste, habría considerado esa palabra como una
escapatoria, como una evasiva. Cuando uno solicita, por ejemplo, un empleo y le dicen, lo
tendremos en cuenta para cuando halla una vacante, es como para salir corriendo a 500 km/h.,
podemos estar seguros de que hemos fracasado en la solicitud.

Pero estaba hablando con extraterrestres, "En el camino iremos viendo". ¿A cuál camino se
refería aquel capitán? Al camino esotérico, iniciático, a una senda que yo estoy siguiendo y que
muchos están siguiendo, a la senda que conduce al Super-Hombre, a la senda angosta,
estrecha y difícil de la cual habla el Cristo, a ese camino misterioso que recorriera un Dante, un
Hermes Trismegisto o un Jesús de Nazaret.

Yo sigo ese camino, por lo tanto las palabras de aquél capitán me llenaron de ánimo, luego me
dio la mano -su diestra-, subió a la nave por una escalerilla le siguieron los de la tripulación.
Comprendí que debía retirarme y así lo hice, no quería en modo alguno que mi cuerpo físico se
desintegrase instantáneamente con la fuerza de aquella nave y me retiré, sí. A cierta distancia
pude observar a través de los árboles, el momento en que aquella nave despegara, subió
vertiginosamente, subió lentamente hasta cierto punto y luego se precipitó en el espacio infinito
sin hacer ruido alguno. Les aseguro a ustedes, que estoy dando testimonio sobre gentes que ya
conquistaron el espacio, sobre los extraterrestres. He venido aquí a decirles la verdad y nada
más que la verdad, no he venido a darles testimonios falsos porque con eso no ganaría yo nada
ni tampoco ustedes ganarían nada; me engañaría a mí mismo y cometería el crimen absurdo de
engañar a mis semejantes, no. Les estoy dando un testimonio de la verdad de lo que me
consta, sobre los extraterrestres.

Si ustedes creen, maravilloso, si no creen, no me importa, si se ríen allá ustedes, en todo caso
el que ríe de lo que desconoce, -dice Víctor Hugo en una de sus obras-, está en el camino de
ser idiota. Yo doy el testimonio, ustedes sabrán.

Hay otras gentes que ya conquistaron el espacio pero no son terrícolas, son gentes que vienen
de otros mundos densamente poblados.

Si he podido comprender que estos que conquistaron el espacio infinito, son gentes que no
tienen vicios, no beben, no fuman, no fornican, no adulteran, no roban, no matan, son perfectos
en el sentido más perfecto de la palabra.

Me digo a mí mismo y les digo a ustedes y pienso en voz alta: nosotros los terrícolas,
¿tendremos acaso tales méritos? ¿Seremos dignos de conquistar el espacio infinito? Y si lo
lográramos, ¿cuál sería nuestra conducta en otros mundos habitados? ¿Estamos seguros de
que no iríamos a convertir a las gentes de otros planetas en esclavos nuestros? ¿Estamos
seguros de que no iríamos a beber allá, a fumar, a adulterar, etc.? ¿Somos tan perfectos que
merecemos conquistar ya el espacio infinito?

Ahora bien, esas naves cósmicas entiendo que son multidimensionales; me parece que las tres
dimensiones de largo, ancho y alto no son todo.

La geometría tridimensional de Euclides ha sido muy discutida: esta mesa, por ejemplo, tiene
largura, anchura y altura, tiene tres dimensiones, mas, tiene que haber una Cuarta Vertical en
esta mesa, ¿cuál será? Yo digo que el tiempo. ¿Cuánto tiempo hace que fue fabricada? He ahí
la Cuarta Vertical.

Existe indubitablemente también una quinta coordenada, entiendo que es la Eternidad. Más allá
de la quinta dimensión tiene que existir una sexta, una sexta que no es ni el tiempo ni tampoco
el mundo tridimensional. La quinta coordenada será la Eternidad, la cuarta el Tiempo, y la sexta
¿Cuál será? ¿Y cuál la séptima? La sexta está más allá del la Eternidad y del Tiempo y en
cuanto a la séptima es la dimensión cero, desconocida, -el Espíritu Puro, dijéramos-.

Indubitablemente, tiene que haber siete dimensiones básicas, fundamentales; mientras


tengamos nosotros el dogma tridimensional de Euclides permaneceremos en estado regresivo,
retardatario. Hoy por hoy, la física moderna está retardada, es regresiva, es retardataria,
anticuada, porque se basa en las tres dimensiones básicas fundamentales del dogma
tridimensional de Euclides.

Las naves extraterrestres están basadas en una geometría diferente. Yo digo que hay que crear
una geometría tetradimensional y esto sería posible si investigamos más a fondo el átomo.
Obviamente, es en el átomo donde está trazada la Cuarta Vertical. El día que podamos trazar la
Cuarta Vertical en el papel, podremos también entonces crear una geometría tetradimensional.
Con una geometría así, podríamos fabricar naves de cuatro dimensiones, naves capaces de
viajar en el tiempo, ya hacia el remoto pasado, ya hacia el remoto futuro. Con naves así
podríamos conquistar el espacio infinito, más nosotros todavía no podemos crear ese tipo de
nave.

Para viajar a Marte nos echaremos dos años en un cohete atómico, según pude entender las
afirmaciones de aquellos extraterrestres que conocí en el Desierto de los Leones. En cuestión
de minutos ellos están en Marte, para ellos Marte está allí no más, como quien dice, en la tienda
de la esquina.

Sí, es que ellos meten sus naves dentro de la Cuarta Vertical, tales naves están propulsadas
con energía solar y esto es maravilloso. Nosotros necesitamos enviar cohetes equipados con
combustible líquido, nuestros astronautas tienen que hacer cincuenta mil maromas para poder
bajar en la Luna, ellos no necesitan de tales maromas, para ellos la Luna está allí no más.

Así pues, no veo porqué hemos de sentirnos orgullosos con nuestra tan cacareada civilización
moderna. Yo les invito a ustedes sencillamente a dejar por un momento el engreimiento, el
orgullo. Les invito a comprender que nosotros los terrícolas somos apenas embriones, y que
nuestra tan cacareada civilización moderna, no vale realmente la pena. Yo les invito a ustedes a
investigar a fondo toda esta cuestión de la conquista del espacio interplanetario.

Hay necesidad de analizar, hay necesidad de estudiar, hay necesidad de comprender, si


queremos la conquista del espacio infinito debemos empezar por estudiarnos a sí mismos,
porque las leyes del Cosmos están dentro de nosotros mismos aquí y ahora. Si no descubrimos
las leyes del Cosmos dentro de sí mismos, no las descubriremos jamás fuera de nosotros
mismos. El hombre está contenido en la Naturaleza y la Naturaleza está contenida en el
hombre.

Si queremos conquistar el espacio infinito, debemos empezar por conquistarnos a sí mismos.


Hoy por hoy, nosotros somos víctimas de las circunstancias, no hemos aprendido a manejar las
diversas circunstancias de la vida, aun no sabemos determinar circunstancias. Somos juguetes
de todas las fuerzas del Universo, vivimos en un mundo convulsionado, en un mundo que va a
pasar por grandes catástrofes. Ya vienen los terremotos, han venido caminando en nuestra
América desde Sur a Norte. Un día fue Chile conmovido por grandes terremotos y maremotos,
más tarde Caracas, siguió Colombia, se estremeció Managua, siguió Honduras y se acaba de
estremecer Guatemala. No es pues extraño que dentro de poco, todas nuestras ciudades de
México se estremecerán con los terremotos.

San Francisco de California está llamado a desaparecer, hay una falla al pie de la Península de
California que ya está estudiada, una grieta profunda y comienza a desbordarse poco a poco la
California. Obviamente California se hundirá en el fondo del Pacífico.

Vivimos pues en un mundo, que está amenazado por grandes convulsiones y merece que
nosotros reflexionemos un poco sobre el estado psicológico en que nos encontramos, sobre
nuestra civilización, etc.

El fondo de los océanos Atlántico y Pacífico está lleno de profundas grietas. En el Pacífico
sobre todo, hay algunas grietas que son tan profundas que ya ponen en contacto el fuego con el
agua. El agua de la Tierra penetra en el interior de la Tierra en aquellas zonas donde está el
fuego líquido y se están formando presiones y vapores que aumentan de instante en instante.
Esas presiones y vapores están originando los terremotos en gran escala y se convencerán
ustedes -distinguidos caballeros y damas-, de que antes de poco no habrá un solo lugar en el
planeta Tierra donde uno pueda estar seguro. Los terremotos y maremotos tienen que
intensificarse debido a las presiones y vapores subterráneos.

Los hielos del Polo Norte se están derritiendo, y ya se encuentran enormes iceberg cerca del
Ecuador. En el Polo Sur se están produciendo aguas calientes salidas de algunos cráteres,
esas corrientes de agua caliente penetran hasta ciertos lugares cerca de Guinea.
Hay cambios dentro del mundo Tierra; si las presiones y vapores continúan, un día explotará la
corteza terrestre. No hay duda de que hoy por hoy cualquier acontecimiento cósmico, la llegada
de algún mundo gigantesco es suficiente como para que se produzca tal explosión. Nosotros
estamos sentados sobre un barril de pólvora y no nos damos cuenta.

La Tierra toda se está preparando para cambios geológicos formidables, la Naturaleza está
actualmente pasando por procesos difíciles, está en una gran agonía. El fuego del interior de la
Tierra se haya en desasosiego, pero nosotros sobre la epidermis de este mundo nos creemos
muy seguros. Levantamos poderosos edificios como si nunca se fueran al suelo, creamos
poderosas naves como si estas nos permitieran a nosotros huir a otros planetas en un instante
dado. Nos sentimos amos del Universo y cualquier dolor de estómago es suficiente como para ir
a la cama. Somos débiles pero nos creemos invencibles; parece que debemos reflexionar sobre
lo que somos, sobre lo que está sucediendo, sobre lo que va a suceder.

En este siglo han habido dos guerras espantosas, la de 1.914 a 1.918 y la de 1.939 a 1.945;
habrá una tercera y será atómica, entonces existirá un gran holocausto nuclear, poderosas
ciudades quedarán reducidas a cenizas y millones de personas perecerán.

Lo más grave de todo esto es que el abuso de la física atómica nos llevará al desastre. Un día
llegará en que vendrá la descomposición del átomo en cadena, entonces los científicos no
podrán controlar la energía atómica.

No hay duda de que la contaminación radioactiva será espantosa, las nubes cargadas de
radioactividad, por ejemplo, al descargarse sobre los cultivos, también los contaminarán. Así,
pues, que en la tercera guerra mundial ya no habrá que comer, porque la radioactividad habrá
impregnado completamente las cosechas, y los alimentos contaminados no servirán para
nuestra alimentación. Al paso que vamos no debemos sentirnos muy seguros de una
civilización que tambalea, ni tampoco debemos estar muy seguros de nuestras teorías, de
nuestros conceptos, de nuestras ideas.

Merece la pena que revisemos todo lo que hemos aprendido en la escuela, en el colegio, en la
universidad, en los libros escritos por distintos escritores. No trato de atacar ninguna teoría, no,
únicamente estoy invitándoles a usted a la reflexión y nada más, ese es el objeto de esta
plática.

Hay una ley que se conoce como Ley de la Entropía Universal: si nosotros colocamos dos
marmitas llenas de agua, una conteniendo agua caliente y otra conteniendo agua fría, si las
colocamos juntas, veremos un desorden involutivo, he ahí lo que es la Entropía Universal.

Si las gentes no trabajan sobre sí mismas, si no procuran pasar por una especie de revolución
psicológica, si no modifican sus costumbres, su manera de vivir y de ser, marcharán de acuerdo
con la Ley de la Entropía, involucionarán en el tiempo y un día no habrá diferencia entre
persona y persona, todos seremos terriblemente perversos, en cuanto al planeta Tierra, no
podemos negar que está metido dentro de la Ley de la Entropía.

La atmósfera se haya completamente contaminada, los mares se han convertido en enormes


basureros, muchas especies marítimas están desapareciendo, en los ríos han muerto los
peces, es difícil ya encontrar un río que no esté contaminado, los frutos de la Tierra han sido
adulterados con tantos y tantos injertos, es difícil ya comerse una manzana legítima, ahora tiene
uno que comer perones.

Todo esto ha alterado el orden del Universo, el orden de la Naturaleza, hay tierras que ya no
producen.

Actualmente, el mundo tiene 4.500 millones de personas, no alcanzan los alimentos para
sostener a tanta gente. En próximos años serán millones las personas que morirán de hambre,
y actualmente es mucha la gente que está pereciendo. Así pues la Tierra toda está marchando
de acuerdo con la Ley de Entropía Universal; tierras que antes eran cultivables, que daban
frutos en abundancia para sostener a todo el mundo, ahora son estériles; los experimentos
hechos con la energía atómica, los abonos químicos, han echado a perder la tierra. Todo
marcha en forma involutiva, la Tierra misma en este momento está agonizando y lo más grave
es, que está agonizando y nosotros no nos damos cuenta de que está agonizando.

Obviamente, si una persona está agonizando, ya sabemos lo que le aguarda, similarmente si


nuestro planeta está agonizando debemos entender lo que le aguarda.

Un día quedaría igualada la Tierra en todas partes, convertida en un Sahara, o en otros


términos, convertida en una Luna más del espacio infinito. Más la sabiduría del Demiurgo
Creador del Universo es grande, no está de más decirles a ustedes en forma enfática, que sólo
mediante el sacrificio es posible la transformación, si por ejemplo, no sacrificáramos el
combustible de la locomotora, no habría fuerza motriz para mover el freno, similarmente
diremos que mediante el gran sacrificio es posible también la transformación del mundo.

Sabemos demasiado, que los ejes de la Tierra se están verticalizando, no está lejano el día en
que los Polos se convertirán en Ecuador, no está lejano el día en que el Ecuador se convertirá
en Polo, y cuando esto sea, los mares cambiarán de lecho y se tragarán al planeta entero. No
hay duda que vendrá un gran caos; actualmente los hielos del Polo Norte, repito, se están
derritiendo, esto origina enormes ciclones que arrasan con ciudades enteras y que causan
estragos como los que causaron hace poco, el ciclón ese terrible, que acabó con Honduras.

Así que los iceberg, se encuentran ahora por montones cerca de la zona ecuatorial.

Ya no coincide el polo magnético con el polo geológico, si un avión saliera directo, en estos
instantes, hacia el Polo Norte guiado por la brújula, y si luego descendiera exactamente sobre el
polo, hallarían los pilotos con asombro que ahí no está el polo geológico, el polo geológico está
desviado, se dirige hacia el Ecuador, de manera que el polo magnético y el geológico, ya no
coinciden.

Esto hace que cambien los climas, que se noten ciertos desórdenes en las estaciones, sobre
todo en la primera y el verano; esto hace que los mares fluyan, se desplacen, y que esta
poderosa civilización que hemos creado nosotros se destruya. Lo más grave es que con ella
nos destruiremos nosotros también y pereceremos.

Los antepasados de Anawak, dijeron: "Los hijos del quinto sol, -refiriéndose a nosotros-,
perecerán con el fuego y los terremotos...", esto está debidamente testimoniado ahora con la
catástrofe de Guatemala, que entre paréntesis, fue muy grave y que no solamente tembló, sino
que sigue temblando en ese país y los muertos están aumentando.

Así pues, que la humanidad perecerá por el fuego y los terremotos, y por último será
definitivamente barrida de la faz de la Tierra por el cambio de lecho de los océanos, más así,
mediante ese tremendo y espantoso sacrificio surgirán un día de entre el caos, continentes
nuevos donde vivirá una nueva humanidad. Ya Virgilio el poeta de Mantua, dijo: "Llegó la Edad
de Oro y una nueva progenie manda...".

Si nosotros somos tan perversos que provocamos guerras atómicas, habrá un día en que vivirá
sobre la faz de la tierra una humanidad pacífica, una humanidad llena de amor, una humanidad
inocente y pura, una humanidad bella y sabia. Me parece que este planeta ha salido de entre la
conciencia, de eso que se llama Dios, de lo Inefable. Si hasta ahora hemos marchado por el
camino de la perversidad, tendremos que perecer, pero habrán cielos nuevos y tierras nuevas,
como dijo Pedro en su Epístola a los Romanos, y en ellos vivirá una humanidad nueva.

Haciendo reconsideraciones sobre todos estos principios, bien vale la pena que luchemos
nosotros por una transformación radical, bien vale la pena que establezcamos dentro de
nosotros un nuevo orden, no nos conocemos a sí mismos, necesitamos conocernos. Dentro de
nosotros hay maravillas que desconocemos.

Alguien me decía el otro día: "Yo sí me conozco a sí mismo, señor". "Me alegra, -le respondí-,
que usted se conozca a sí mismo. Pero, contésteme usted la siguiente pregunta. ¿Cuántos
átomos tiene un solo pelo de su bigote?". Al hacerle esta pregunta guardó silencio y por último
exclamó: "Eso sí no lo sé". Le dije, "si usted no conoce siquiera cuántos átomos hay en un pelo
de su bigote, cómo es que se atreve usted a decir con gran énfasis que se conoce a sí mismo
en forma íntegra, unitotal". El hombre quedó confundido.

Dentro de nosotros hay algo más que cuerpo físico, existe una psicología revolucionaria que
hay que estudiar, el cuerpo físico no es todo. Ustedes se sienten atraídos hacia lo físico, las
gentes admiten que tienen un cuerpo de carne y hueso por que lo pueden tocar, porque lo
pueden palpar, pero difícilmente aceptan que tienen una psicología, porque esto sí no lo pueden
palpar físicamente.

Cuando alguien admite que tiene su propia idiosincrasia particular, individual, de hecho
comienza a auto-observarse. Obviamente, cuando alguien se auto-observa, comienza a ser
diferente a los demás, da las posibilidades de cambiar.

De entre toda esta humanidad habrá de ser salvado un núcleo de gentes, de gentes que
cambien, de gentes que logren con anticipación un cambio psicológico; tales gentes serán
asistidas y llevadas a cierto lugar del Pacífico, desde allí, podrán contemplar el duelo del agua y
del fuego durante siglos. Y al fin cuando surjan tierras nuevas del fondo de los mares, esas
gentes que hayan cambiado podrán vivir en paz, convertirse en el núcleo de una futura
humanidad.

Pero necesitamos cambiar, y no podríamos cambiar si no nos auto-observamos


psicológicamente; por eso dije que cuando alguien comienza a auto-observarse
psicológicamente, da esperanzas de cambiar, se vuelve una persona diferente. Necesitamos
auto-observarnos en el pensar, en el sentir y en el obrar. Me parece que no es delito tanta
observación psicológica, me parece que no es delito intentar un cambio psicológico.

Dentro de nosotros mismos, dentro de nuestra persona, existen los factores de la discordia que
producen guerras en el mundo. Mucho se habla sobre la paz en estos tiempos, Mussolini decía:
"La paz es un ramo de olivo que pende del filo de once millones de bayonetas", deja en ustedes
esa clase de palabras, de conceptos, y en qué quedó el Ducce Mussolini, allá lo colgaron de
una gasolinera y le aplicaron la famosa pena esa de la vendetta italiana, le dieron de puños y de
patadas, por último cayó el cadáver al suelo, alguien por ahí, un ciudadano bastante sádico,
mirando el cadáver del Ducce entre el lodo exclamó: "El Ducce se ha vuelto un cerdo..."

Así que la paz no es cuestión de propagandas, ni de apaciguamientos, ni de ONU, ni de


ejércitos pro-paz, etc. Recuerden ustedes que la ONU ha enviado también ejércitos que han ido
a pelear por la paz. ¿Creen ustedes que pelear por la paz es paz? Ustedes mismos son testigos
de que la ONU dispone de ejércitos y que éstos han atacado a otras fuerzas, que han
bombardeado, que han empuñado el fusil. ¿Creen ustedes que así se trabaja por la paz?

En el mundo habrán guerras mientras dentro de nosotros existan los factores que producen
guerras.

El temor es uno de los principales motivos del armamento mundial. Si un hombre le teme a otro
hombre, se arma, carga pistola al cinto, ¿por qué? Porque le teme, si no le temiera no se
armaría.

Si una nación se arma hasta los dientes, si adquiere bombas atómicas, cañones ultramodernos,
etc., es porque teme que la invadan, teme que otra nación le ataque; el miedo hace cometer
muchas injusticias, un hombre mata a otro por miedo, el miedo a la vida hace que muchos se
metan de ladrones, el miedo a perecer de hambre hace que muchas mujeres se prostituyan. De
manera, que mientras existan los factores del miedo, del temor dentro de nosotros, tiene que
haber guerras, prostituciones, robo, asesinatos, etc., etc., etc.

¿Queremos luchar por la paz? Debemos acabar con los factores que producen guerras, el
temor es uno de ellos. ¿Queremos nosotros paz? Acabemos con el egoísmo, cada uno de
nosotros dice: primero yo, segundo yo y tercero yo. Si se proyecta ese egoísmo mundialmente,
si las naciones dicen: primero yo, segundo yo y tercero yo, habrá encuentro por intereses entre
país y país y se desatará la guerra.

Así pues, la paz no es cuestión de apaciguamentos, ni de propagandas, ni de ejércitos de paz,


ni de ONU, ni de UNESCO, ni de OEA; mientras dentro de nosotros existan los factores que
produzcan guerras, en el mundo habrá guerras.

La paz es una sustancia atómica inefable que está más allá del bien y del mal y que viene del
Espacio Abstracto Absoluto.
Es necesario que nosotros nos auto-exploremos en momentos de crisis mundial y de bancarrota
de todos los principios, es necesario que nosotros nos auto-observemos psicológicamente en
instantes en que la Tierra está convulsionada por tantos y tantos terremotos.

Es necesario que reflexionemos sobre nuestra posición actual, sobre lo que somos, sobre lo
que proyectamos, sobre nuestro pensar, sobre nuestro sentir, sobre nuestro obrar. Hay una
psicología que tiene cada uno de nosotros y esto no es cuestión de creer o de no creer sino de
observar.

Existe en nosotros la ira, que nos conduce a la locura; la codicia, y no solamente codiciamos
sino que algunos que se la echan de santos, codician no ser codiciosos.

Existen en nosotros la lujuria que nos convierte en verdaderas bestias; la envidia, que se ha
convertido en el resorte de la acción social, porque si vemos que otro tiene un lindo carro
ultramoderno y flamante, le envidiamos y deseamos tener otro como ese, o aun mejor. Y si
vemos que un amigo de nosotros ha comprado una linda casa y tiene allí viviendo una bella
esposa, nosotros le envidiamos y deseamos tener una casa mejor que la de ese. Y si nosotros
queremos echárnosla de virtuosos, afirmamos; "no, yo no codicio, me contento con lo que
tengo, pan abrigo y refugio, y eso es todo", aunque por dentro arde en el deseo de conquistar
fama, honores, prestigio, dinero, etc., etc., etc.

Orgullo nos está corroyendo el corazón, cada uno de nosotros tiene su orgullo particular,
individual, nos queremos demasiado a sí mismos y eso es gravísimo. Perezosos los hay
muchos, glotones por montones, pero nosotros no somos perezosos ni glotones, somos muy
"santitos".

La cruda realidad de los hechos es que dentro de sí mismos tenemos valores negativos que nos
conducen al fracaso y esto en instantes de crisis mundial y de bancarrota de todos los
principios, en momentos precisos en que se acerca la tercera guerra mundial, yo digo, que cada
uno de los defectos psicológicos que tenemos en nuestro interior, es como un demonio o como
una entidad tenebrosa.

Cuando uno lee los cuatro Evangelios encuentra un versículo donde se afirma en forma
enfática, que el Gran Kabir Jesús de Nazaret, el Cristo, arrojó del cuerpo de la Magdalena siete
demonios: he ahí los siete pecados capitales; si se multiplicasen por otros siete y otros tantos
miles de sietes más, entonces lo que el Gran Kabir arrojó del cuerpo de la Magdalena fue
legión.
Virgilio, el poeta de Mantua, dijo: "Aunque tuviésemos mil lenguas para hablar y paladar de
acero, no alcanzaríamos a enumerar todos nuestros defectos cabalmente". Así pues, el
Evangelio Crístico tiene razón cuando afirma que cada uno de nosotros es legión.

Si afirmásemos en forma clara y precisa que el "yo" no es algo individual, sino que constituye
una pluralidad, no estaríamos exagerando la cuestión; dentro de cada persona existe un "yo"
pluralizado, el "yo envidio", el "yo amo", el "yo odio", el "yo tengo rencor", el "yo tengo lujuria", el
"yo tengo egoísmo", etc., etc., etc. Toda esta multiplicidad de "yoes" existen dentro de nosotros
mismos, aquí y ahora.

Estamos hablando en el terreno psicológico revolucionario, estamos afirmando que dentro de


nosotros existen múltiples entidades psicológicas, y esto está debidamente patentizado, está
debidamente documentado por las contradicciones que tenemos en nuestra propia mente; tan
pronto estamos afirmando como negando, nuestra mente es mente veleta.

Estamos llenos de maromas psicológicas, nunca sostenemos lo mismo, así pues, ¿de dónde
devienen tantas contradicciones psicológicas? El cerebro no es más que el instrumento de la
mente, no es la mente, está hecho para elaborar el pensamiento, pero no es el pensamiento.
Así pues, pensemos más a fondo, ¿de dónde vienen tantas contradicciones psicológicas?
obviamente, de la pluralidad del "yo". Si dijéramos que cada uno de nuestro "yoes" posee los
tres cerebros, intelectual, emocional y motor, no exageraríamos. En otros términos diríamos que
dentro de cada persona viven muchas personas psicológicas. También diríamos que así como
existe el espacio, este, tridimensional de Euclides, existe el espacio psicológico; no hay duda de
que toda esa multiplicidad de personas psicológicas que en nosotros moran, es una realidad
dentro del Espacio Psicológico.

Sin embargo, los sentidos físicos ordinarios no son capaces de percibir el Espacio Psicológico,
mas hay otros sentidos. El sentido de la auto-observación psicológica sí puede percibir tal
Espacio, desgraciadamente el sentido de la auto-observación psicológica está atrofiado.

Más, conforme nosotros nos auto-observemos de instante en instante, de momento en


momento, podremos desarrollar tal sentido, cuando eso sea, la multiplicidad del "yo" será una
realidad para nosotros, la veremos y también percibiremos inteligentemente el Espacio
Psicológico.

Cada uno de nosotros es legión, tenemos la Conciencia demasiado dormida, el humanoide


intelectual no es capaz de ver, palpar y tocar las grandes realidades del Espacio Psicológico.
Necesitamos despertar Conciencia pero la Conciencia de nosotros está embotellada, embutida,
entre todos esos "yoes" que en su conjunto constituyen el mí mismo, el yo mismo, el sí mismo.
Necesitamos desintegrar esos "yoes" que personifican a nuestros errores, y eso es posible
mediante la auto-observación psicológica. Es en el terreno de la vida práctica, en la fábrica o en
la oficina, en la casa, en la calle o en el mercado, o donde sea, donde podemos auto-
descubrirnos.

En relación con las gentes, los defectos que llevamos escondidos, afloran totalmente y si
estamos alerta y vigilantes como el vigía en época de guerra, entonces los vemos. Defecto
descubierto debe ser enjuiciado severamente a través del análisis superlativo del Ser. Defecto
descubierto debe ser estudiado y posteriormente desintegrado.

No hay duda de que la mente no puede alterar radicalmente ningún defecto; la mente puede
justificar tal o cual error, cambiarlo, pasarlo de un departamento a otro del entendimiento,
justificarlo o condenarlo, pero jamás desintegrarlo. Necesitamos de un poder que sea superior a
la mente, capaz de aniquilar cualquier defecto. Afortunadamente tal poder se halla latente en el
fondo de la anatomía humana. Quiero referirme en forma enfática a la signatura astral del sexo,
quiero referirme en forma clara a Dios-Madre, al principio Amor, al Eterno Femenino Divinal.
Quiero referirme en forma clara a la Divina Madre Kundalini Shakti, Stella Maris o la Virgen del
Mar, Tonantzin, Rea, María, Cibeles, Adonía, Insoberta, Diana, etc.

Dios-Madre subyace en las profundidades de nuestro propio Ser, es un poder flamígero que
solamente el psicólogo avanzado puede percibir con el sentido de la auto-observación
psicológica. Si se apela a ese poder ígneo o divinal, -que es una variante de nuestro mismísimo
Ser-, podríamos desintegrar perfectamente cualquier defecto psicológico que previamente
hayamos comprendido en todos los niveles de la mente. Bastaría clamar, como clama un niño a
su madre cuando tiene hambre o tiene sed. Bastaría suplicar a Devi Kundalini Shakti,
desintegrara cualquier "yo defecto" previamente comprendido; así este quedaría reducido a
polvareda cósmica, a ceniza y la Conciencia enfrascada, metida entre tal "yo defecto", sería
liberada. Por ese camino podríamos desintegrar todos los "yoes defectos" y liberar la totalidad
de la Conciencia Superlativa del Ser.

Una Conciencia liberada, emancipada, es capaz de ver, tocar y palpar las grandes realidades
del Espacio Psicológico, una Conciencia liberada está más allá de la mente y puede
perfectamente descubrir la realidad de todos los fenómenos que suceden en el Universo.

Quiero que ustedes sepan que hay tres clases de mente. La primera podríamos denominarla la
Mente Sensual, esta elabora sus conceptos de contenido con las percepciones sensoriales
externas, nada sabe sobre el Espacio Psicológico, nada sobre lo Real, sobre Dios, etc.
Ya don Enmanuel Kant, el filósofo de Koenisberg, escribió una obra titulada "La Crítica de la
Razón Pura". El pensamiento kantiano con todos sus silogismos, pro-silogismos, esilogismos,
etc., etc., etc., es formidable. Don Enmanuel con la "Crítica de la Razón Pura", demostró al
mundo que la Mente Sensual nada puede saber sobre lo Real, sobre la Verdad, sobre Dios,
etc., elabora exclusivamente sus conceptos de contenido con las percepciones sensoriales
externas y por lo tanto sobre la Verdad no puede saber nada.

Hay una segunda mente, quiero referirme a la Mente Intermedia, allí están depositados todos
los dogmas, las creencias religiosas, etc. Cada cual es muy libre de creer lo que quiera,
nosotros los gnósticos en modo alguno nos pronunciaríamos contra las creencias ajenas,
sabemos respetar la religión y las religiones porque consideramos que "las religiones son como
perlas preciosas engarzadas en el hilo de oro de la Divinidad". Las creencias religiosas tampoco
son percepción directa de la Verdad. El Sol existirá si creemos en él o no creemos, la Tierra
girará alrededor del astro rey aunque no creamos, el fuego nos quemará el dedo cada vez que
lo metamos entre la llama, aunque nosotros no creamos, así pues lo que un hombre crea o deje
de creer no es la Verdad.

Más allá de la Mente Intermedia está la Mente Interior. Si la Mente Sensual funciona con base
precisamente, en las percepciones sensoriales externas, la Mente Interior funciona con los
resortes precisos de la Conciencia Superlativa y trascendental del Ser.

Así pues, la Conciencia despierta puede conocer los fenómenos de la Naturaleza en forma
directa, completa, íntegra, unitotal y luego entregar esos datos a la Mente Interior. La Mente
Interior con los datos de la Conciencia Superlativa del Ser, conoce lo Real, conoce los Misterios
de la Vida y de la Muerte, conoce el origen de la vida, descubre Eso que la Mente Sensorial
ignora, sabe de dónde venimos, para dónde vamos, cuál es el objeto de la existencia, etc. La
Mente Sensual no puede conocer los fenómenos de la Naturaleza en sí misma, vemos aquí una
flor, por ejemplo, un clavel, la Mente Sensual dice: es un clavel, ¿pero quién nos dijo que ese
era el nombre de esta flor? Nos lo enseñaron en la escuela, nos lo enseñaron en la casa, nos lo
enseñaron las gentes. Pero, ¿a nosotros nos consta acaso que ese sea el verdadero nombre de
esta flor? Nos lo enseñaron sí, pero ¿qué autoridad tienen los que nos lo enseñaron para
ponerle un nombre a esta flor? ¿Cuál será su verdadero nombre? Somos acaso los amos de la
sabiduría universal para saber cuál es el nombre que el Divino Arquitecto a puesto a esta flor?

Con la Mente Interior todo cambia, decimos: "el verdadero nombre de esta flor, es tal o cual, sus
componentes son tales o cuales". En el colegio, en la escuela, en la universidad, se nos pudo
entregar la fórmula química de esta flor, y entonces nosotros vemos en esta flor la fórmula que
nos metieron en la memoria, pero no estamos viendo la flor. El nombre que nos enseñaron,
pero no estamos viendo su verdadero nombre, estamos viendo lo que nos enseñaron, estamos
poniendo en la flor lo que aprendimos en la escuela, en el colegio, en la universidad, pero no
estamos viendo la flor. Verla es diferente; tenemos que abrirnos a lo nuevo para que la flor nos
hable, tenemos que conocerla, tenemos que colocarnos en un estado receptivo. Pero nosotros
somos orgullosos, nos creemos más grandes que la flor y la llamamos de tal manera, decimos:
un clavel, y su fórmula química es tal, porque nos enseñaron en la escuela. Pero estamos
viendo lo que nos enseñaron en la escuela, no estamos viendo la flor. La Conciencia sí pude
ver la flor, conocer su real nombre en el Cosmos, conocer sus verdaderos funcionalismo y sus
reales elementos.

La Conciencia puede pasar esos datos a la Mente Interior y la Mente Interior puede
comprenderlos. Hoy por hoy con nuestra Mente Sensorial, lo único que hacemos nosotros en
verdad, es proyectar nuestras propias ideas y conceptos sobre los fenómenos. Nadie puede
aprender con la Mente Sensual los fenómenos de la Naturaleza y del Cosmos, porque la vida
fluye incesantemente y cuando nosotros queremos retenerla aunque sea por un instante, la
matamos.

Sólo con la Conciencia despierta expresándose a través de la Mente Interior podremos conocer
los fenómenos en sí mismos y por sí mismos, ¡aquí y ahora!

Hay dos tipos de ciencia, la ciencia profana y la Ciencia Pura; en la ciencia pura no existen
teorías sino hechos. Si yo les dijera a ustedes que el Conde San Germán, que vivió en los
siglos XV, XVI, XVII, XVIII, XIX, etc., todavía vive, ustedes me creerían loco, pero conozco al
conde San Germán y de eso doy testimonio, vive. Vive sostenido por una ciencia que ustedes
no conocen: la Ciencia Pura, la Ciencia del Super-Hombre, la Ciencia que conocen los
extraterrestres que viajan a través del espacio infinito; la Ciencia de los Señores de la Vida y de
la Muerte, la Ciencia de aquellos que han abierto la Mente Interior.

Nosotros no somos sino "párvulos" del conocimiento universal y eso es todo, más podemos
despertar Conciencia, destruyendo los elementos indeseables que llevamos dentro y
transformándonos radicalmente, para convertirnos en verdaderos Super-Hombres en el sentido
más completo de la palabra.

Ahora en estos instantes de crisis mundial y de bancarrota de todos los principios, en estos
momentos de terremotos y de maremotos, bien vale la pena que nos exploremos a sí mismos,
bien vale la pena que intentemos un cambio psicológico, una transformación radical, bien vale la
pena que nos levantemos en armas contra los todos los conocimientos anticuados,
extemporáneos. Bien vale la pena que nos convirtamos en verdaderos revolucionarios de la
psicología, en verdaderos rebeldes de la inteligencia, en Hombres capaces de iniciar una nueva
civilización y una nueva cultura...

Samael Aun Weor

EL PEQUEÑO MUNDO EN QUE VIVIMOS


Introducción

"En un noventa y siete por ciento, la Conciencia de nosotros los terrícolas está dormida,
subyace en estado de hipnosis".

Samael Aun Weor

"¡Máquinas humanas con lenguas viperinas que dicen maravillas; gentes que duermen sobre la
faz de la Tierra, bípedos tricerebrados o tricentrados que no solamente ignoran, sino que
además ignoran que ignoran; máquinas que pasan y van y vienen: hablar, dicutid si os place,
pero en verdad os digo que nada sabéis!

Experiencia mística directa: eso es saber. Más en verdad la vivencia esotérica, el éxtasis, es
sólo para hombres de conciencia despierta.

¡Parece increíble, pero con sólo diez por ciento de Conciencia despierta desaparecerían las
guerras y reinaría la paz en este valle de lágrimas!

Sabedlo, soberanos y vasallos, próceres y mendigos, que vuestras miserables existencias son
tan sólo un tejido de sueños.

En el ignoto piélago, la nave sigue el azar del ímpetu de un ave. ¿Adónde va? Ni siquiera el
navegante genovés lo sabe, pues duerme.

Dentro de esta trágica Conciencia que llevamos dentro, hay tristezas que levantan y júbilos que
desdoran, hay regocijos que lloran y sufrimientos que cantan, y el animal intelectual siempre
mata lo que adora.

Conciencia que duermes: ¡Qué distinta serías si despertaras! Conocerías las siete sendas de la
felicidad, brillaría por todas partes la luz de tu amor, se regocijarían las aves entre el misterio de
sus bosques, resplandecería la luz del espíritu y los Elementales de la naturaleza cantarían
para tí sus versos de oro...

Samael aun Weor

"Mensaje de Navidad del año 1969", Cap. 10

"La mente teorética y especulativa se expansiona, extiende y desenvuelve, a expensas de las


sutiles energías del corazón y esto es muy lamentable.

La cerebración intelectiva, mecanicista, succiona, vampiriza sin misericordia alguna los poderes
vitales del corazón.

A través de muchos años de constante observación, estudio y experiencia, pudimos verificar


plenamente que el sujeto pseudo-esoterista o pseudo-ocultista, autoencerrado dentro de su
mundillo, geldre o sauquillo razonativo, intelectivo, en el terreno levitacional práctico resultaba
de hecho un verdadero fracaso."
Samael Aun Weor

"La Doctrina Secreta de Anawak"

"¿Por qué el intelecto presume de omnisciente? ¿Por qué se alucina creyendo que las
substancias y fenómenos son como él cree que son? ¿Por qué quiere la intelección que la
naturaleza sea una réplica perfecta de todas sus teorías, opiniones, dogmas pre-conceptos y
prejuicios? En realidad los fenómenos naturales no son como se cree que son, y las
substancias y fuerzas de la naturaleza de ninguna

manera son como el intelecto piensa que son"

Samael Aun Weor

"La Gran Rebelión"

"Nos encontramos pues, ante dos mundos: el exterior y el interior. El primero de estos es
percibido por los sentidos de percepción externa; el segundo sólo puede ser percibido mediante
el sentido de la auto-observación psicológica.

Pensamientos, ideas, emociones, anhelos, esperanzas, desengaños, etc., son interiores,


invisibles para los sentidos ordinarios, comunes y corrientes y sin embargo son para nosotros
más reales que la mesa del comedor o los sillones de la sala.

Ciertamente, nosotros vivimos más en nuestro mundo interior que en el exterior; esto es
irrefutable, irrebatible".

Samael Aun Weor

"Tratado de Sicología Revolucionaria".

"Una de las cosas más extraordinarias es que la gente piensa que sólo está en relación con el
mundo externo.

La Gnosis nos enseña que estamos en relación con un mundo interior, invisible para los
sentidos físicos ordinarios pero visible para la clarividencia.

El mundo interior invisible es mucho más extenso y contiene muchas más cosas interesantes
que el mundo exterior, hacia el cual siempre se está mirando a través de las cinco ventanas de
los sentidos".

Samael Aun Weor,

"La Doctrina Secreta de Anawak".

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Samael Aun Weor / Conferencia.

El pequeño mundo en que vivimos.

Indudablemente que necesitamos reflexionar un poco sobre nosotros mismos...

Se nos ha dicho que somos el micro-cosmos del macro-cosmos, más vivimos realmente,
dijéramos, en las partes inferiores de nuestros cinco centros. Ya sabemos que tenemos cinco
centros: el intelectual, el emocional, el motor, el instintivo y el sexual.

Incuestionablemente, este micro-cosmos al cual pertenecemos, está controlado por todos


nuestros intereses de tipo personal; por tal motivo, ni siquiera nos damos cuenta de lo que
realmente es el planeta Tierra.

Podríamos decir que vivimos en nuestro propio micro-cosmos -cosmos pequeño, infinitesimal-,
más debido a que nos hallamos dijéramos, completamente atrapados por los sentidos externos,
ni siquiera, repito, podemos asegurar que vivamos realmente en el planeta Tierra. Viviremos en
nuestro micro-cosmos particular, pero en el planeta Tierra no. ¿Por qué? Porque nuestra mente,
nuestros sentimientos, nuestros deseos, nuestras emociones, viven en nosotros, dentro de
nuestro pequeño mundo. Los intereses mezquinos nos controlan, no tenemos tiempo para
pensar en otra cosa que no sea en nuestros intereses egoístas, en nuestras pasiones, etc.
Así pues, francamente, no vivimos de verdad en el planeta Tierra parece esto paradójico, más
es cierto. ¿Quién podría vanagloriarse de conocer realmente el planeta en que vivimos? Es un
mundo con siete dimensiones: ¿Quién lo conoce? Sabemos que en el mar, sobre todo en
ciertas zonas profundas y aisladas del Pacífico y del Atlántico, hay fenómenos extraordinarios,
hay lugares donde los barcos no pueden avanzar: "aguas muertas", se les dice, para las que no
existe una explicación.

Si rastrillamos un cerillo con el propósito de lograr el fuego, es obvio que con la frotación surge
el fuego, pero antes de la frotación el fuego estaba en el cerillo, en estado latente; con la
frotación lo único que hemos logrado es permitir que el fuego se escape. Sin embargo, creen
las gentes que antes de la frotación no existía el fuego en el cerillo; entonces, si no existía el
fuego, ¿de dónde salió el fuego? De la nada, nada puede salir. Así pues, el fuego existe antes
del cerillo. ¿Y cuál es la naturaleza del fuego? Sobre eso nada se ha podido explicar; se limitan
los científicos a decir que "es el producto de las combustiones", es decir, se escapan por la
tangente; tal concepto no es más que un parche para tapar su ignorancia.

Se estudia la mecánica de los fenómenos, pero ¿qué se sabe sobre la vida? Los científicos
podrán conocer toda la mecánica de la vida, más ¿qué saben sobre el Fondo Vital? ¡Nada...!
Hace algunos meses, por allí se propagó la noticia periodística de que se podían ya sacar
criaturas de cualquier laboratorio. ¡Cosa absurda, hijos de simple laboratorio, "hijos de cubeta"!
"¿Habrase visto mayor estupidez? ¿Y qué era la bulla? Bueno, sencillamente que habían
logrado que un zoospermo masculino, claro está, con un gameto femenino, es decir, con un
óvulo, ya unidos los colocan en su respectivo lugar dentro del organismo y es obvio que se
procesa la gestación. Eso no tiene nada de novedad esa es la famosa "inseminación artificial"
ciertamente, más ellos pensaban que ya estaban creando vida.

Si nosotros ponemos las materias químicas de las que está hecho un zoospermo y un óvulo, y
pedimos a los científicos que hagan un par de gametos masculino y femenino, estoy seguro de
que lo hacen, pero si luego les pedimos que después de unidos tales gametos artificiales los
depositen en su lugar correspondiente, dentro del cuerpo femenino, para que de allí resulte una
criatura, o simplemente que lo coloquen en una "cubeta" muy especial, estoy seguro que no
saldrá nada de allí.

Algún día de esos tantos, discutía un materialista ateo, enemigo del Eterno, con un hombre muy
religioso y vinieron a la discusión aquella, del cuento aquél clásico, entre "quién fue primero, si
la gallina o el huevo" -es un cuento de nunca acabar, por supuesto-¿Quién puso el huevo? La
gallina. Y la gallina, ¿de dónde salió? Del huevo. Y el huevo, ¿de dónde salió? De la gallina.
Total, que eso es cuestión de nunca acabar. Pero bueno, después de tanto discutir y discutir, y
discutir y discutir, el religioso, pues, retó al materialista a que hiciera un huevo, a ver si se sentía
muy capaz de sacar de allí un pollo. El materialista dijo que lo haría y lo hizo -un huevo muy
bien hecho-. Ya después de hecho, dice el religioso. "Bueno, vamos a echarlo ahora, pues, a
una gallina para que de allí salga un pollo". Y se lo echaron a la gallina, pero no salió nada, era
un huevo muerto, sin vida. Esto nos recuerda mucho a Don Alfonso Herrera, el gran sabio
mexicano, que logró hacer la célula viva -digo la célula, pero no viva; imitación de vida, pero una
célula tal como es- pero fue siempre una célula muerta, nunca tuvo vida de verdad y la célula
era perfecta: con su núcleo, su membrana, etc., etc., etc., pero fue una célula que nunca tuvo
vida, una célula muerta, repito.

Así pues, vivimos en un planeta que desconocemos, o mejor dijéramos, no vivimos en el


planeta, vivimos en nuestro pequeño mundito, cada uno de nosotros está condicionado por sus
propios intereses, pasiones, deseos, preocupaciones, etc., etc., etc., propiamente, en el planeta
Tierra no vivimos.

Se nos ha dicho que existen los sentidos internos, no lo negamos; obviamente, hay más
sentidos internos que externos. Las distintas escuelas tienen métodos para desarrollar poderes,
para desarrollar los sentidos íntimos, los sentidos internos, pero en verdad les digo, mis caros
hermanos, que si queremos nosotros desarrollar los sentidos internos, debemos empezar por
desarrollar el sentido de la observación de sí mismos, es decir, de la auto-observación. El
sentido ese está latente en cada uno de nosotros, más hay que desarrollarlo; el desarrollo
solamente es posible a base de práctica. Conforme nosotros vayamos usando tal sentido, por sí
mismo éste se irá desarrollando, y a medida que progresemos en la observación de sí mismos,
otros sentidos van también haciéndose manifiestos, y al fin el día en que mediante la auto-
observación íntima nos hayamos conocido a fondo, íntegramente y en todos los departamentos
de la mente y del corazón, los múltiples sentidos internos que poseemos se harán manifiestos,
se desenvolverán preciosamente. He allí el por qué se nos ha dicho: "Noscete Ipsum, hombre,
conócete a ti mismo y conocerás el Universo y a los Dioses".

Conforme nosotros nos vamos haciendo reflexivos, vamos también comprendiendo el estado
lamentable en que nos encontramos. Como quiera que las gentes no viven sino dentro de su
pequeño mundito que cargan, y eso en los pisos más bajos de la máquina, es claro que no
entienden cosas relacionadas con el Cosmos o con los Cosmos, y ni siquiera les interesa, es
algo que está más allá de sí mismos. A la gente lo único que le interesa son los asuntos
mezquinos, la satisfacción plena de sus vicios, de sus pasiones, de sus intereses creados, sus
preocupaciones y egoismos, dinero y más dinero, fornicación, alcohol, etc., esa es la
humanidad. Pero cuando se les habla de los Siete Cosmos y se intenta que las gentes
comiencen a estudiar las leyes y sus principios, pues francamente no sienten por esto mucho
interés, porque eso está más allá de sí mismos, no forma parte de sus preocupaciones
mezquinas; esa es la cruda realidad de los hechos.

Nosotros necesitamos estudiar la Gnosis profundamente; para eso están los libros, para eso las
conferencias, etc. ¡Pero no basta la simple lectura de las obras, hay que ir más lejos, hermanos.
No hay duda de que en principio se necesita leer, escuchar las grabaciones, concurrir a las
clases, tomar notas en nuestras libretas o cuadernos y aprender eso de memoria; la memoria
es el principio formativo, pero no es todo. Si le confiáramos siempre todo a la memoria, a la
larga de nada nos serviría, porque la memoria es infiel en un ciento por ciento; lo que se le
confía a la memoria, tarde o temprano se pierde. Si queremos verdaderamente aprovechar
estas enseñanzas, se necesita depositar estos conocimientos en la Conciencia, eso es obvio.
En principio no niego que necesitemos de la facultad formativa, es decir, de la memoria, más allí
no se debe quedar el conocimiento.

Cuando nosotros mediante la meditación tratamos de conocer el sentido íntimo de aquello que
hemos depositado en la memoria, entonces tales conocimientos allí depositados, pasan a
partes superiores del centro intelectual, y si tratamos de ser más conscientes de la Enseñanza,
al fin sucederá que dicho conocimiento será definitivamente absorbido por el centro emocional,
que ya no es intelectual. Debemos distinguir entre el centro emocional y el centro intelectual.

Cuando el conocimiento se ha vuelto emocional, cuando ha sido depositado en el centro


emocional, se absorbe por último en la Esencia, es decir, en la Conciencia, y el conocimiento
que se vuelve Conciencia no se pierde jamás, ni con la muerte del cuerpo físico, porque al
retornar lo traemos en la Conciencia. Más lo que se deposita en la memoria exclusivamente,
tarde o temprano se pierde; por ese motivo, mis caros hermanos, es aconsejable que el
conocimiento se deposite en la Conciencia.

Repito: primero hay que estudiar; luego, depositar toda la información en el centro formativo
(memoria); luego tratar de capturar, de aprehender el sentido íntimo de eso que hemos
depositado en la memoria. Cuando lo hacemos, le sentimos a tal conocimiento, algo dijéramos
sentimental o emotivo, o emocional para ser más claros, porque pasa entonces a la parte
emocional del centro intelectual, es decir, sale de la memoria y pasa a la parte emocional del
centro intelectual. Más si insistimos en tratar de aprehender o capturar lo esencial del
conocimiento, se volverá emoción, emoción vívida, pasará dijéramos al centro emocional, y
nuevas meditaciones harán que se torne consciente; esto sucederá cuando al fin el
conocimiento emocional se sumerja en la Esencia, en la Conciencia. Ese es, pues, el proceso
por el cual tiene que pasar el conocimiento, a fin de que se torne consciente.

Las gentes comunes y corrientes viven atrapadas por los sentidos externos; sin embargo, hay
gentes que ya tienen establecidas, en sí mismas, un centro de gravedad permanente, son
aquellas personas que en vidas anteriores estuvieron en estos estudios. Esas personas
buscarán la Enseñanza, la anhelarán, sentirán que más allá del mundo de los sentidos hay
algo, y no se equivocan: mucho más allá de estos sentidos, mediante los cuales nos ponemos
en contacto con el mundo exterior, encontramos nosotros la Esencia. No hay duda de que
aquellas personas que poseen un Centro de Gravedad Permanente, sí anhelan de verdad algo
distinto, diferente, a pesar de todas las contingencias de la existencia, tengo entendido que su
Esencia permanece inmutable, que no ha sido, dijéramos, deteriorada o alterada.

Así pues, en la Esencia está lo mejor que poseemos, la Esencia es la Conciencia, es lo más
decente, lo más digno de nuestro Ser.

Existen dos corrientes de pensamiento en cada uno de nosotros: el uno, viene de la


Personalidad, el otro de la Esencia. También podemos decir que los pensamientos que vienen
de la Personalidad cultivada, pues aparentemente son más brillantes, aunque de enjundioso
contenido, más en el fondo los pensamientos que vienen de la Esencia son de tipo superior, sin
embargo, se necesita de una buena capacidad de observación para distinguir a unos de otros.

Sucede que como quiera que los pensamientos de la Esencia son más simples y los de la
Personalidad más complicados, podríamos confundirnos y creer que los pensamientos de la
misma, es decir, de la Personalidad, son de calidad superior a los de la Esencia, más tal
confusión se basa especialmente en la ignorancia. Los pensamientos de la Esencia, aunque no
tengan mucha erudición, aunque sean muy simples, incuestionablemente son de calidad
superior.

Cuando alguien empieza en la vida por preocuparse un poquito sobre su situación en la


existencia, cuando se da cuenta, pues, de que no es más que un habitante de la Tierra,
demasiado pequeña. Cuando piensa en que la Tierra es un pedazo del Sol, una tajada
desprendida del Sol, o una partícula del Sol, indubitablemente nos está indicando que su
Esencia se encuentra, dijéramos, en desasosiego, que anhela, que tiene algo de tipo superior.

Obviamente, esta clase de pensamientos aunque muy simples, a la gente que vive en su
pequeño y minúsculo mundito, aquel del micro-cosmos; a la gente que vive dentro del
infinitesimal mundo de los sentidos ordinarios, no le interesa. Uno no sentiría el anhelo de saber
si la Tierra es un pedazo de Sol y si el Sol pertenece a la Vía Láctea, a menos que a la Esencia
le saliera, dijéramos, tal preocupación o tal anhelo; es la Esencia la que tiene esa calidad de
pensamientos, sencillos pero grandiosos en el fondo.

Así pues, es necesario que los hermanos comprendan que lo más importante que tenemos en
nuestro interior es la Esencia, es decir, la Conciencia.

Muchos son los que se preocupan por los poderes mágicos. Yo digo a ustedes que la Esencia
despierta posee, en sí misma, bellísimas facultades. Lo que necesitamos es desarrollar la
Esencia, y uno no podría desarrollarla a menos que trabaje sobre sí mismo. Cuando en verdad
nos preocupamos por eliminar de nuestra naturaleza íntima nuestros defectos psicológicos: ira,
codicia, lujuria, envidia, orgullo, pereza, gula, etc., etc., etc., la Esencia, naturalmente, comienza
a desarrollarse maravillosamente.

Normalmente, la Esencia está embotellada, como ya lo he dicho tantas veces, entre esos
múltiples elementos inhumanos que cargamos en nuestro interior, me refiero a los defectos
psicológicos. A medida que vamos desintegrando o pulverizando tales "elementos", la Esencia
se va desenfrascando, desembotellando, emancipando, y cuando hallamos logrado la
aniquilación total de todos los elementos indeseables que cargamos en nuestro interior,
entonces la Esencia estará libre en forma absoluta, completamente despierta, con una
espontaneidad preciosa en este mundo de la manifestación.

A medida, pues, que vayamos aniquilando el Ego, es decir, el "yo" de la Psicología, el "mí
mismo", la Esencia se irá libertando. Con la muerte radical del "yo", del "mí mismo", del "sí
mismo", la Esencia quedará absolutamente libre, y una Esencia libre, manifestándose a través
de un cuerpo humano, a través de un cerebro -o de tres cerebros, porque, realmente, no sólo
tenemos el cerebro intelectual, sino que también tenemos el cerebro emocional y el cerebro
motor-, será una Esencia naturalmente preciosísima, y resplandecerán en la misma, los
poderes de la clarividencia, de la clariaudiencia, de la telepatía, las facultades para el
desdoblamiento astral y muchísimos otros sentidos íntimos que sería largo de enumerar.

Así pues, el camino para conseguir poderes es el de la Muerte; por algo se nos ha dicho: "Si el
germen no muere, la planta no nace". Cuando nosotros morimos en sí mismos, cuando ese
"querido Ego" que llevamos dentro se vuelve polvo, los poderes afloran porque surge la
Esencia, surge la Esencia libre; la Esencia libre goza de muchísimas facultades, de preciosos
sentidos, de capacidades asombrosas.

Existen también múltiples organizaciones, diversas organizaciones, escuelas, etcétera, para


desarrollar chacras, para conseguir poderes mágicos. Algunas de esas instituciones enseñan,
definitivamente, prácticas que podríamos calificar de "negras". En verdad podemos afirmar, mis
queridos hermanos que si solamente nos preocupáramos por desarrollar poderes y no
aniquilaramos al "mí mismo", al "sí mismo", al "yo" de la psicología, lo más que podría suceder
es que nos convirtamos en magos negros. Las sagradas escrituras han hablado muy claro; el
evangelio ha dicho: "buscar primero el Reino de Dios y su justicia que todo lo demás se os dará
por añadidura".

Vean ustedes cuán bello es un niño recién nacido; a través del niño, en el niño, lo único que se
expresa es la Esencia. Pero repito: habló de un niño recién nacido. Quienes piensan que un
niño recién nacido se encuentra en estado de inconsciencia, dormido, están profundamente
equivocados. Un niño recién nacido los ve a ustedes con piedad, está más despierto que
ustedes. Si ustedes creen que no se da cuenta de la vida de ustedes, están perfectamente
equivocados; no solamente se da cuenta del modo como ustedes viven, si no lo que es peor: de
los horrores que ustedes cargan en su interior, y eso es lo más lamentable.

No quiero decirles a ustedes que el ciento por ciento de la Esencia se exprese en un niño recién
nacido; no, obviamente en la criatura que ha venido, en aquel que ha retornado a la existencia
-que se ha reincorporizado, quiero decir, en un nuevo organismo humano-, solamente se
expresa una mínima fracción de la Esencia, pero esa mínima fracción libre -que puede
expresarse porque está libre en el niño-, incuestionablemente está también despierta y auto-
consciente. Es lástima que la totalidad de la Esencia no pudiera expresarse; prácticamente se
expresa, en un niño recién nacido, por ahí un 3% de la Esencia, pero ese 3% está libre, auto-
despierta y consciente; por lo tanto, tiene muchos sentidos íntimos en plena actividad.

Obviamente, a medida que pasa el tiempo, todo va cambiando: el niño aquel se va durmiendo,
debido especialmente a los mayores; comienza a imitar los gestos de sus mayores, sus
emociones inferiores, etcétera, hasta que también termina dormido, haciendo lo mismo.

Como quiera que el "yo" es múltiple, cualquier verdadero Iluminado que se proponga observar a
un niño recién nacido, podrá ver lo siguiente: el niño en su cuna, despierto; una mínima fracción
de la Esencia, que es la que se expresa, está completamente auto-consciente, despierta; más
también se ve, alrededor de la cuna, criaturas que intentan manifestarse, distintos "Egos",
distintos "yoes", algunos con formas hermosas, otros con horripilantes formas, que van y vienen
entran y salen, dentro de aquella recámara donde el niño duerme, que dan vueltas a su cuna,
etc. Son los "yoes", que aguardan expresarse. Dentro de esos "yoes" está repartido el resto de
la Esencia, es decir, el 97 % de la Esencia que está embutida, dijéramos, entre cada uno de
esos "yoes" -entre un "yo" embutida determinada cantidad de Esencia, entre otro "yo", otra
cantidad, etc.- Y esos múltiples "yoes" dan vuelta alrededor de la cuna, quisieran expresarse,
manifestarse, meterse dentro del cuerpecillo del niño, pero no pueden. Más sucede que a
medida que pasa el tiempo, la nueva Personalidad del infante se va formando, se forma con el
ejemplo de los mayores, con la escuela, etc. De manera que conforme la Personalidad nueva
se va formando, los "yoes" van teniendo también oportunidad para irse expresando, después de
que la fontanela frontal de los recién nacidos se cierra. Ustedes han observado perfectamente
que los niños, que el parietal superior de los niños está ligeramente abierto; es algo que llaman
"la mollerita"; nosotros decimos, técnicamente: la fontanela frontal de los recién nacidos.
Mientras está abierta, todo marcha bien, pero a medida que esa fontanela frontal se va
cerrando, la Personalidad se va también desarrollando y la capacidad para que los "yoes"
comiencen a intervenir, se hace cada vez mayor; entonces comienzan a verse a los niños
ciertas manifestaciones de ira -especialmente por ahí por las edades de tres y cuatro años-,
comienzan a volverse irascibles y poquito a poquito los "yoes" van teniendo oportunidad de
expresarse, hasta que definitivamente terminan por manifestarse todos. Resulta interesante
observar a los niños recién nacidos.

¡Qué bueno, digo yo, que la Esencia no estuviera enfrascada, metida entre todos los "yoes".
Que bueno sería que creciera el niño sin que ningún "yo" se metiera centro de él, que la
totalidad de su Esencia estuviera en él durante toda su vida; entonces todos los cinco cilindros
de la máquina: intelecto, emoción, movimiento, instinto y sexo, estarían bajo el control de la
Esencia y marcharía en armonía con el infinito! Desgraciadamente, el 97% de la esencia está
embotellada entre los diversos elementos que constituyen el Ego, el "yo". Necesitamos
desarrollar la Esencia, desembotellarla, desenfrascarla; cuando lo logremos, múltiples poderes
divinales, naturales, se expresarán en nosotros con toda su belleza y con todo su poder. No
necesitamos, pues, afanarnos por conseguir poderes, lo que debemos afanarnos es por morir
en sí mismos, aquí y ahora porque "sólo con la muerte adviene lo nuevo".

Observen ustedes la vida de los grandes místicos cristianos: no se preocuparon por conseguir
poderes, solamente se preocuparon por la santidad, por ir eliminando cada uno sus defectos
psicológicos, por ir muriendo en sí mismos, y a medida que lo iban logrando, múltiples
facultades supra-normales se iban expresando en ellos. A estos se les conoció siempre como
"santos" y de ellos hay muchos y de los más diversos orígenes, ya de oriente o de occidente. Es
pues la santidad lo más importante, mis queridos hermanos.

Y hasta aquí mi plática. Si alguno tiene algo que preguntar, puede hacerlo con la más entera
libertad.

P. Maestro, nos ha explicado usted el proceso por el cual debe pasar el conocimiento, a fin de
que este se torne consciente. Mi pregunta es, ¿la naturaleza de la Verdad es de carácter
emocional o es de carácter instintivo?

R. La Verdad es algo que no se puede definir, porque si se define se desfigura. Pero sí


podemos decir nosotros que los pasos para que el conocimiento se vuelva consciente, se hallan
trazados de la siguiente forma: primero se estudia, para que luego el conocimiento quede
depositado en la memoria. Segundo paso, se medita con la intención de aprehender el hondo
significado del conocimiento depositado en la memoria; cuando eso sucede, el conocimiento
-mediante la meditación- pasa a la parte emocional del centro intelectual, y esto hay que
explicarlo.

El centro intelectual tiene tres partes: la parte intelectual superior, la parte emocional y la parte
motora. Diríamos que el conocimiento pasa a la parte emocional del centro intelectual; entonces
comenzamos a sentirle cierto sabor a aquello que hemos depositado en la memoria. En un
estadio más avanzado de la meditación, aquel conocimiento ya abandona definitivamente al
centro intelectual, para quedar depositado, estrictamente, dentro del centro emocional y
ulteriormente, mediante la técnica de la meditación, logramos que al fin pase el conocimiento
del centro emocional a la Esencia. En la Esencia, pues, queda depositado el tal conocimiento,
es decir, la Verdad o las verdades que podamos llevar a la Esencia, para hablar más claro,
tienen un sabor más bien emocional -más no hablo de emociones inferiores, sino de emociones
de tipo superior-. La emoción superior permite a cualquier verdad pasar a la Esencia, donde
viene a quedar depositada; pero el frío intelecto analítico de un Aristóteles, por ejemplo, es
completamente cojo, no permitiría jamás al conocimiento volverse consciente, se quedaría
depositado estrictamente en la memoria y eso es todo. Por eso es que, dijéramos, entre los
sistemas aristotélicos -que es puro y frío razonamiento- y los sistemas platónicos o porfídicos
-de Porfidio-, yo prefiero a Platón. Los métodos neo-platónicos, o las escuelas de Jámblico y de
Porfirio, son emocionales y permiten llevar el conocimiento a la Conciencia, es decir, permiten
que el conocimiento se vuelva consciente, cosa que jamás se lograría con el frío razonamiento
aristotélico; ¡eso es todo...! ¿Hay alguna otra pregunta?

P. Venerable Maestro: ¿en qué forma podríamos lograr que los niños, a medida que su nueva
Personalidad se va formando, no se dejen atrapar por los "yoes"?
R. Pues la verdad es lo que es -Verbum est codex-. Obviamente, pues, en un niño recién nacido
está la Esencia, una mínima fracción, que es la que se expresa a través de él; por eso es
hermoso, dijéramos, y sublime. Desgraciadamente, y es lo peor, tarde o temprano -sobre todo
después de que se cierra la fontanela frontal de los recién nacidos-, los "yoes" comienzan a
expresarse, comienzan a meterse dentro de ese cuerpecillo, porque están sin disolver. Si
pudiéramos orientar a los niños desde la infancia, deberíamos enseñarles verdaderamente el
camino de la Gnosis, mostrarles lo que es el Ego, etc. Pero esto requiere ya, esto ya sería
dijéramos, capítulo aparte, sería cuestión de otra plática, y sería muy largo hablar sobre
educación de los niños. Unicamente me limito a decir que mientras existan los "yoes", tendrán
ellos que expresarse.

Lo deseable es que nosotros desintegremos los "yoes" para que la Esencia quede libre. Al
volver, al retornar, al reincorporarnos en un nuevo vehículo, vendríamos entonces
completamente despiertos y seguiríamos con firmeza por la "Senda del Filo de la Navaja",
seríamos diferentes. Desgraciadamente al reincorporarnos, tarde o temprano los "yoes"
comienzan a manifestarse, y cuando ellos comienzan realmente a entrar en el cuerpo, a
expresarse a través de nosotros, obviamente perdemos esa belleza, propia del recién nacido.
Por algo es que el Cristo dijo: "Hasta que no seáis como niños, no podréis entrar al reino de los
cielos". Nosotros necesitamos reconquistar la inocencia en la mente y en el corazón. Muchos
creen que la inocencia lo hace a uno más débil, más tonto, que cualquiera lo puede explotar
miserablemente, que como es inocente, todo el mundo "monta en él". Más ese es un concepto
falso, emitido por el Ego, porque el Ego se cree fuerte, omnipotente y poderoso, y realmente no
lo es, pero él cree que es muy fuerte. La verdad es que cuando uno desintegra el Ego, crea la
inocencia pero con sabiduría, porque la desintegración de cada "elemento" nos da sapiencia.

Fíjense ustedes, dijéramos, en lo que es el proceso de la ira. ¿Cuántas son las situaciones de la
ira? Múltiples, ¿verdad? Puede haber ira por un ataque de celos, puede haber ira porque nos
sentimos defraudados, puede haber ira por amor propio, porque alguien nos hirió el amor
propio, etc. Bien, estudiar la ira es muy interesante: ¿cómo se procesó la ira, por qué tal
situación de ira, cómo estalló? Así es que, cuando disolvemos algún "yo" de la ira, es porque lo
hemos previamente comprendido, y en esto de "haberlo comprendido" hemos adquirido una
sabiduría formidable, única. Si ustedes quieren el Pan de la Sabiduría, tienen que ir
comprendiendo cada uno de los "elementos indeseables" que van a desintegrar, y a medida
que los comprendan, irán adquiriendo sapiencia. Total que, cuando uno desintegra la totalidad
del Ego, que ha liberado a la Esencia, queda inocente, pero con sabiduría y la sabiduría, la
sapiencia, lo protege porque le permite conocer no solamente lo bueno y lo malo, sino lo malo
de lo bueno y lo bueno de lo malo.

P. Maestro, ¿es cierto que los Egos, a medida que se van disolviendo, se van haciendo cada
vez más chiquitos, cada vez más "chaparritos", y que van dejando su forma horrenda, se van
tornando bonitos, por decirlo así?

R. ¡Así es! Los "yoes" tienen variadas formas. Hay "yoes" monstruosos que parecen verdaderas
bestias horripilantes; cualquier clarividente que los observe, se horroriza. Ustedes han visto que
los niños recién nacidos suelen asustarse, que de pronto resultan dando gritos sin motivo
alguno. Pues se debe a que ellos ven ciertos de sus propios "yoes", que pasan cerca de la
cuna, y esto les causa pavor. Si eso sucede a los niños recién nacidos, ¿qué no sucederá a las
gentes que viven en el Abismo? Tienen ante su vista sus propios "yoes", y entonces se
producen espantos y horrores indescriptibles. Pero conforme uno va, aquí en el mundo,
disolviendo los "yoes"; estos se van empequeñeciendo.

Supongamos que queremos disolver un "yo" de envidia; en principio será aquel un monstruo
horrendo, pero a medida que lo trabajamos va perdiendo volumen, se va empequeñeciendo y
se va embelleciendo; por último toma la forma de un niño y el niño se va achicando cada vez
más, hasta que por último se desintegra, ya convertido en polvareda cósmica. Hasta allí se
cumple eso que dice el Cristo: "Hasta que no seáis como niños, no entraréis en el reino de los
Cielos". Así pues, necesitamos nosotros desintegrar todos los "yoes" para que la Esencia quede
libre y se exprese en nosotros con toda su belleza, con toda esa naturalidad, con toda esa
espontaneidad. Ya les he dicho a ustedes que tenemos más sentidos internos que externos, y
que debemos empezar por usar, desarrollar ese sentido de la observación de sí mismos; a
medida que lo usemos, otros sentidos internos se van también desarrollando, eso es obvio. Así
pues, mis queridos hermanos, necesitamos trabajar intensamente sobre sí mismos. ¿Algún otro
hermano desea preguntar?

P. Nos decía usted, Venerable Maestro, que algunas personas tienen establecidas en sí
mismas, un centro de gravedad permanente y que sus Esencias permanecen inmutables, que
no han sido deterioradas o alteradas. ¿Se refiere esto a los Maestros caídos, a los
Boodhisattwas?

R. Bueno, el centro de gravedad permanente lo tiene toda persona que en vidas anteriores, en
sus existencias anteriores estuvo en esta clase de estudios, que trabajó sobre sí misma. Gentes
así, forman su centro de gravedad, un centro de gravedad; unos lo tendrán más fuerte y otros
menos fuerte. Cuando alguien tiene un centro de gravedad específico, porque ha trabajado en
vidas anteriores, incuestionablemente al volver al mundo, le vienen a esa persona todos los
elementos que necesita para su avance: libros, instructores, etc., todo le viene, eso es todo.

P. Maestro, todos los que hemos tratado con niños pequeños sabemos muy bien que en
ocasiones, se dan en ellos ciertas expresiones de disgusto, de eso que llamamos "berrinches"
¿Podrían considerarse tales manifestaciones como expresiones del "yo" pluralizado, o de algún
"yo" específico?

R. ¡Así es! Ya esos "yoes" se expresan con libertad, y a medida que el niño va creciendo la
oportunidad o las oportunidades para la expresión de los diversos "yoes" son cada vez
mayores, hasta que al fin, definitivamente se expresa en uno todo el "yo" pluralizado y eso es lo
que nos hace feos, horrorosos. Si a través de nosotros se expresara únicamente la Esencia,
gozaríamos de la belleza de Dios, de tal belleza emana, a su vez, eso que se llama "Amor".
¿Por qué hay tantas confusiones en el mundo? Vean ustedes que los humanoides no se
entienden unos a otros. Voy a ponerles a ustedes un caso concreto. Una dama, de pronto, por
ejemplo, resuelve atender a un caballero porque "le cayó bien", porque "le cayó" muy simpático,
etc. Puede hacerlo desinteresadamente, no tiene tal dama, dijéramos, ningún pensamiento de
lujuria, no está enamorada del caballero, únicamente le parece una buena persona y se
preocupa por atenderlo en estos o aquellos menesteres, etc. Pero ¿qué sucede? El caballero
tiene Ego y el Ego controla los cinco cilindros de la máquina. Como el Ego controla aquellos
cinco cilindros de la máquina, pues entonces interpreta como se le antoja y aquellas buenas
maneras de la dama, en vez de pasar, dijéramos, al centro emocional, pues pasa a otro cilindro:
al centro instintivo-sexual, y entonces surge en aquel caballero la lujuria. La mente, claro, viene
a quedar controlada por el sexo, como siempre se ha visto, y dice el caballero: "Aquella dama
está enamorada de mí, posiblemente le caigo bien" Tiempo después comienza a hacerle
propuestas de tipo sexual; la dama se sorprende y dice: "Imposible, si yo le estaba atendiendo a
él desinteresadamente, y este señor ha mal interpretado mis buenas maneras". Sí, las ha mal
interpretado, ¿por qué las ha interpretado mal? Porque tiene Ego y el Ego controla los cinco
cilindros de la máquina; pero si aquel caballero no tuviera Ego, si fuera la Esencia únicamente
la que controlara los cinco cilindros de la máquina, las atenciones de aquella dama pasarían al
centro emocional y este se expresaría con agrado puro y verdadera belleza; no habría, pues,
mala interpretación.

Y el ejemplo que pongo, en este sentido, puede extenderse a muchos otros sentidos. Decimos
una palabra y otro la interpretó mal. ¿Por qué la interpretó mal? Porque no la interpreta con el
centro correspondiente, la interpreta con un centro que no corresponde. Emitimos un concepto
intelectual, por ejemplo, y puede ser que el centro emocional -no el superior, sino el inferior-
reciba aquel concepto intelectual y lo mal interprete, piense que se le está hiriendo el amor
propio, que este individuo con ese concepto le ha lanzado una ironía, de modo tal que
reaccione con ella. Total, no nos entendemos los unos a los otros. ¿Por qué? Por el Ego, y este
es una verdadera "torre de Babel". Y no podremos entendernos los seres humanos sobre la faz
de la Tierra; mientras haya Ego. Habrán guerras y rumores de guerra, habrán huelgas, habrá
violencia, odio, etc., etc., etc., mientras no disolvamos el Ego.

El Ego nos ha vuelto horribles a todos, no gozamos de la verdadera belleza, debido a eso, a
que tenemos Ego, somos feos, espantosamente feos. Si ustedes vieran cuan bellas son las
Esencias libres de Ego; uno se llena de éxtasis, por ejemplo cuando con sus facultades
superiores penetra en un jardín y ve a los "elementales" inocentes de las flores, desprovistos de
Ego; a los "elementales" de los árboles, como niños llenos de belleza, desprovistos de Ego, no
tienen Ego, no hay problemas entre ellos, viven en un verdadero paraíso, estos paraísos
elementales de la Naturaleza, y gozan de preciosas facultades, las facultades libres de la
Esencia.

Así pues, hermanos, mientras nosotros estemos como estamos, será imposible que gocemos
de la felicidad verdadera, pero el día que logremos la inocencia, el día que muramos en sí
mismos, podremos departir maravillosamente con las criaturas inocentes de toda esta creación
y convivir con ellas en los paraísos, en los diversos paraísos elementales. ¡Pero con Ego no!
Así, con Ego, los príncipes del fuego, del aire, de las aguas y de la tierra nos cierran las puertas.
¡Somos monstruos horribles! Cuando yo estoy en meditación, hermanos, y de pronto alguien
viene a visitarme, me doy cuenta porque llegan a mí las vibraciones horribles, siniestras, del
visitante; me doy cuenta que quien viene, trae Ego. ¿Con qué podría comparar a alguien, a
quienes tienen Ego? A Frankestein no, porque Frankestein es una ficción que no tiene ningún
valor científico... ¿Entonces a quién? ¡Al conde Drácula! Ese es el tipo de vibraciones que carga
cualquier persona que tenga Ego. Ahora comprenderán ustedes por qué las criaturas de los
elementos se horrorizan cuando ven a alguien que tiene Ego, y huyen despavoridas. ¿Me han
entendido?

Bueno, hasta aquí la plática, mis caros hermanos.

ESOTERISMO GNOSTICO de la SEMANA SANTA

La Semana Santa tenemos que vivirla dentro de nosotros mismos aquí y ahora, en la Gran
Obra.

El Génesis de Moisés y el Apocalipsis de San Juan se complementan. Conviene que echemos


un vistazo a la Biblia y que estudiemos la coordinación existente entre el Génesis y el
Apocalipsis.

Vamos a abrir, aquí, las sagradas escrituras. En el Génesis dice. “En el principio creó Dios los
cielos y la tierra, y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del
abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: ¡Sea la luz! Y fue
la luz, y vio Dios que la luz era buena, y separó Dios la luz de las tinieblas, y llamó dios a la luz
día, y a las tinieblas llamó noche, y fue la tarde y la mañana un día”.

Ese es el primer día del Gran Trabajo de la Semana Santa, en el que hay que “separar la luz de
las tinieblas”. El Iniciado tiene que bajar entonces a los mundos infiernos y conocer el secreto
del abismo: el secreto de Malchut, el secreto de los Klifos y de la “muerte segunda”.

“Luego dijo Dios: haya expansión en medio de las aguas, y separó las aguas de las aguas, e
hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión de las aguas
que estaban sobre la expansión, y fue así, y llamó Dios a la expansión cielos, y fue la tarde y la
mañana el día segundo”.

Ese es el segundo trabajo que hay que hacer; es el segundo trabajo alquímico y hay que
“separar las aguas de las aguas”.

Téngase en cuenta que cuando habla de “aguas”, se está refiriendo el génesis a esas aguas
espermáticas del primer instante al “caos metálico” De la alquimia. Es claro que en ese esperma
está, dijéramos, el Alma del mismo semen, el Alma del Caos, el “Alma” es el Mercurio de la
Filosofía Secreta.

Hay que “separar las aguas de las aguas”, o mejor dicho, separar las aguas superiores. La
“leche de gallina” como se dice en alquimia, el Mercurio de la Filosofía Secreta, él “Alma
Metálica” del Azogue, debe ser separada de la parte bruta mediante la transmutación; eso es
obvio.

Son tres tipos de Mercurio: primero, Mercurio en bruto o esperma; segundo, el “Alma Metálica”
del Mercurio, constituida por las corrientes seminales que suben por Idá y Pingalá, y el tercer
Mercurio aparece cuando los átomos solares y lunares del mismo Mercurio hacen contacto en
el Tribeni, cerca del coxis, despertando la Kundalini, el Fuego Sagrado, el Azufre, y entonces
este fecunda al Mercurio y se forma el tercero que viene a penetrar por Sushumná, es decir,
viene a ascender por la columna espinal hasta el cerebro, y es con ese tercer Mercurio –con el
excedente de ese tercer Mercurio– con el que viene a cristalizar el Cuerpo Astral, y mucho más
tarde, en una octava superior, el Mental y después el Causal.

Así pues, “separar las aguas de las aguas” es indispensable y se hace mediante la
transmutación. Ese es el segundo día de la creación.

“Dijo también Dios: júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase
la seca. Y fue así, y llamó Dios a la seca tierra, y a la reunión de las aguas llamó mares, y vio
Dios que era bueno. Después dijo Dios: produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla,
árbol que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra, y fue así. Produjo
pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza y árbol que da fruto,
cuya semilla está en él según su género, y vio Dios que era bueno, y fue la tarde y la mañana
del día tercero”.

He ahí pues, el tercer trabajo: la creación –el tercer día– del tercer vehículo, del Cuerpo Astral o
Vehículo Sideral, el cual debe “llegar a tener fruto”. ¿Y cuándo tiene fruto? Cuando ya es un
vehículo de oro puro, es cuando ya ha tenido fruto el Cuerpo Astral, donde está, dijéramos, la
semilla.

“Dijo luego Dios: haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche, y
sirvan de señales para las estaciones, para días y años, y sean por lumbreras en la expansión
de los cielos para alumbrar sobre la tierra, y fue así, e hizo Dios las dos grandes lumbreras: la
lumbrera mayor para que enseñorease en el día y la lumbrera menor para que enseñorease en
la noche. Hizo también las estrellas y las puso Dios en la expansión de los cielos para alumbrar
sobre la tierra, y para señorear en el día y la noche y para separar la luz de las tinieblas. Y vio
Dios que era bueno, y fue la tarde y la mañana del día cuarto.”

Aquí es cuando ya viene uno a darle forma a la Cuarta Iniciación, cuando cristifica en la Gran
Obra, el Vehículo de la Mente, eso es importantísimo. Entonces esas señales que se ven arriba:
El Sol, y la luna, las estrellas y toda esa cuestión, está relacionada con la Sabiduría Hermética,
porque en el Mundo de Netzah es donde encuentra uno el Conocimiento Hermético. De manera
que resulta muy interesante eso del cuarto día, que tiene que ver con la Cuarta Iniciación.

Continuando, veremos lo siguiente: “luego dijo Dios, produzca la tierra seres vivientes, y aves
que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos. Y creó Dios los grandes
monstruos marinos y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su
género, y toda ave alada según su especie, y vio Dios que era bueno, y Dios los bendijo
diciendo fructificad y multiplicaos, y llenar las aguas de los mares, y multiplíquense Las aves en
la tierra. Y fue la tarde y la mañana del día quinto”.
Bien se sabe que en la Quinta Iniciación, que corresponde al Mundo Causal, tiene uno que
hacerse amo de los elementos, aprender a manejar todo aquello que tenga vida, hacerse señor
del fuego, de los aires, de las aguas y de la tierra; aprender a manejar los poderes de la
naturaleza, y esto solamente es posible trabajando sobre uno mismo. Por eso les decía que
antes de intentar manejar los elementos de la naturaleza –los elementales del fuego, del aire,
del agua y de la tierra–, tiene uno que aprender a manejar los propios: aprender a manejar los
elementales atómicos del esperma, aprender a manejar los elementales atómicos del fuego
sexual, aprender a manejar los silfos de la propia mente –eso se llama hacerse amo de la
propia mente–, y aprender también a manejar los gnomos atómicos que forman la carne y los
huesos, hacerse amo de los elementales atómicos dentro de sí mismo. Tiene uno que hacerse
amo de su propio cuerpo para hacerse amo de la Naturaleza. No podría uno llegar a manejar
los elementales del Universo si no ha manejado sus propios elementales atómicos, los de su
cuerpo. Todo eso se aprende en el quinto día de la creación.

“Luego dijo Dios: produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y
animales de la tierra según su especie. Y fue así, e hizo Dios animales de la tierra según su
género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie, y vio Dios que era
bueno. Entonces dijo Dios: hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra
semejanza, y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la
tierra y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a
imagen de Dios lo creó, varón y hembra los creó –es muy mportante esto; indudablemente, es
bastante importante–. Y los bendijo Dios y les dijo: fructificar y multiplicaos, llenar la tierra y
sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos y en todas las bestias
que se mueven sobre la tierra. Y he ahí que os he dado toda planta que da semilla, que está
sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla, os serán para comer, y a
toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la
tierra, en que hay vida y toda planta verde, les será para comer, y fue así. Y vio Dios todo lo que
había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera, y fue la tarde y la mañana del día
sexto”.

De manera que, Dios, varón y hembra los creó. Pero, ¿Cuándo es que se pasa,
verdaderamente, a ser varón y hembra? ¿Cuándo es que se fusionan los principios masculinos
y femeninos de la Seidad? Téngase en cuenta que ese es el trabajo del sexto día, o sea, el
sexto trabajo, en el que el Budhi, la alkiria, después de haberse desposado con el Caballero,
con el Alma Humana, se fusionan ambos íntegramente mediante el fuego. Entonces queda el
Hombre como un andrógino perfecto, como varón y hembra, con poderes sobre el fuego, sobre
los aires, sobre las aguas, sobre la tierra y sobre todo lo que es, ha sido y será.

En el último día de la creación, “fueron acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos;
acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo y reposo en día séptimo de toda la obra que hizo.
Y bendijo Dios al día séptimo y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había
hecho en la Creación”.
Cuando se hace el séptimo trabajo, el Séptimo Día de la Semana Santa, la Obra queda
consumada: “¡Consumatum est!” “¡Todo se ha consumado!”; entonces sucede la suprema
entrega del Espíritu al Padre.

Más tarde, en el Octavo Día, el padre en el Hijo –en el Hijo resucitado– se levanta de entre su
sepulcro de cristal, después de la Resurrección de los Muertos; pero ese trabajo todo, en sí,
forma la Semana Santa.

Hemos mirado esto desde el ángulo del Génesis porque con las mismas leyes que el Logos o
Unidad Múltiple Perfecta usó para crear este Sistema Solar, esas mismas leyes tiene que usar
el Alquimista para crear su Universo Interior, para llegar a tener realidad, para crear el Universo
propio, se usan las mismas leyes.

Al trabajar uno con la Alquimia, está trabajando con las mismas leyes con las que el Creador
creó el Universo. Aun más: está ampliando la obra del Creador, porque la obra del Creador
queda ampliada cuando nace un nuevo Maestro. De esa manera, pues, se consuma la obra y
se llega a donde se quiere llegar.

El Génesis está íntimamente relacionado con el Apocalipsis de San Juan, con los Siete Sellos y
con las Siete Trompetas que cada Angel ha de tocar. El Iniciado, cuando recibe la Iniciación de
Malchut, incuestionablemente rompe el Primer Sello; cuando pasa por la de Jesod rompe el
Segundo Sello del Libro Sagrado, que es el Hombre. Cuando pasa por la Tercera Iniciación,
rompe el Tercer Sello, cuando pasa por la cuarta, rompe el Cuarto Sello, cuando pasa por la
quinta, rompe el Quinto Sello, cuando pasa por la sexta, rompe el Sexto Sello y así se ha
consumado la Gran Obra, porque el séptimo es de descanso, de oración, de meditación, de
súplica, como se ve allí, en el Apocalipsis de San Juan. Es claro que al romperse el Séptimo
Sello, la Obra está ya consumada –el Octavo Día es siempre para resucitar–.

Uno tiene que vivir el Génesis en lo individual o en lo colectivo. Lo vive en lo colectivo con la
creación del Universo, como partícula divina que viene a esta creación. El Apocalipsis también
tiene uno que vivirlo individualmente o colectivamente. Colectivamente en el Libro de la Vida, en
el Libro de la Sabiduría, y a través de la historia va rompiendo cada Sello. Por estos tiempos
está ya para romperse el Sexto Sello; es decir, la humanidad está viviendo colectivamente el
Apocalipsis.

Así como el Alquimista tiene que fabricar Oro –no solamente crear los Cuerpos Existenciales
Superiores del Ser, sino además convertir esos Cuerpos en Oro puro antes de ser tragado por
la Serpiente–, así también el Logos tiene una Edad de Oro, y para poder tener el Logos una
Edad de Oro tiene que hacer lo mismo que hace el Alquimista en su laboratorio, arrancando
Sello por Sello. El Logos tiene que hacerle vivir el Apocalipsis a la humanidad, debe ir
arrancando cada Sello. Claro que, cuando termina de romper el Sexto Sello, la Obra queda
consumada, viene la catástrofe final, y con la ruptura del Séptimo Sello ya no queda nada de lo
que antes había, viniendo por último la Resurrección del Logos en todo lo creado, en toda la
Naturaleza, y es cuando llega la nueva edad, la Edad de Oro.

Así como el hombre para poder fabricar Oro –hablando en sentido alquimista– necesita romper
los Siete Sellos, así también el Logos –para poder hacer una Edad de Oro– necesita que toda la
humanidad rompa los Siete Sellos, que toda la Naturaleza los rompa, y entonces nace la Edad
de Oro, pero todo esto tiene antes que pasar por un Apocalipsis tremendo y espantoso.

De manera que, o vivimos el Apocalipsis individualmente, o nos toca vivirlo colectivamente.


Claro que mejor es vivirlo individualmente, porque eso nos da el triunfo: logramos fijar el Oro en
nosotros mismos, logramos conseguir el “vellocino de oro” de los antiguos. Y si nos toca vivirlo
colectivamente, con el Gran Apocalipsis mundial, debemos ingresar a los mundos infiernos y
pasar por la “muerte segunda” para tener derecho, más tarde, a vivir en la Edad de Oro como
esencias puras de una nueva humanidad. Empero, de ambas maneras tenemos que vivir el
Gran Libro y romper sus Sellos.

La Semana Santa es la más santa de todas las semanas, porque es la Semana en la que tiene
uno que vivir el Drama Cósmico, y cada día de esos equivale a largos períodos de trabajo.
Pero, al fin y al cabo, la Gran Obra se resume siempre simbólicamente, en el “Libro de Job”, a
ocho días. Los ocho años de Job son el summum, el extracto de sí, pero en conjunto la Gran
Obra se resume en Ocho Días, en Ocho Años totalmente, junto con la Resurrección y todo, es
decir, la Semana Santa puede durar muchos años.

En todo caso, cada cual tiene que vivir su Semana Santa. El Hijo del Hombre vive la suya,
cuando el Hijo del Hombre nace en el “pesebre”. El debe luego vivir su Semana Santa, hacer
todo el trabajo en su Semana Santa.

Al pueblo no se le puede explicar todo esto, porque el pueblo no entiende. Al pueblo se le da la


“corteza”, la “cáscara” de la enseñanza, pero a los iniciados se les enseña la “carne de la
doctrina”, se les da a “comer” la Doctrina.

De manera que, el cristianismo tiene dos aspectos: el cristianismo exotérico o público, para el
pueblo, y el cristianismo esotérico o sagrado para los iniciados.

P. Venerable Maestro, con el propósito de hacer conciencia de nuestro trabajo, quiero preguntar
lo siguiente: el Bodhisattwa, aunque esté caído, ¿tiene que crear el cuerpo de la Voluntad
Consciente para que entre Tiphereth?

R. bueno, el Bodhisattwa, siendo Bodhisattwa, no tiene por qué entrar a crear el Cuerpo Causal,
puesto que se sabe que es un Bodhisattwa, es decir, el Alma Humana de un Maestro; ya se
entiende que esos vehículos los creó en el pasado. Empero, tiene que encender el fuego en sus
vehículos, restaurar el fuego en cada uno de sus vehículos, y después regenerar el oro en sus
cuerpos. Conseguido esto, pues el Bodhisattwa se levanta.

Ahora bien, no se logra eso sino empezando por la base, diríamos; después de haberse
encendido el fuego en cada uno de los vehículos, después de haberse restaurado, dijéramos, el
Principio Igneo en los vehículos físico, Vital, Astral, Mental y Causal. Así el Padre, si es su
voluntad, puede enviar a Tiphereth para que nazca en el “establo interior”. Pero entiendo que
esto es una gracia del Altísimo, porque alguien puede haber alcanzado la quinta Iniciación de
Fuego y sin embargo no por eso el Niño –que lleva la Divina Madre en sus brazos– ha de
penetrar en sus vehículos, o nacer en su “establo interior”. Empero, si se anhela de verdad, si
se quiere trabajar por la humanidad, se puede conseguir que el Hijo del Hombre venga al
mundo interior, si esa es la voluntad del Padre.

P. Cuando un Iniciado tiene formado el Cuerpo Causal, ¿logra entonces la formación del Alma
Humana? Y otra pregunta: ¿Es Tiphereth la misma Alma Humana?

R. Pues el Alma Humana, propiamente, está en el mismo Causal. Una fracción del Alma
Humana es lo que constituye el “Budhata”, la Esencia. En el Bodhisattwa, el “Budhata” o
Esencia es el “Embrión Aureo” ya organizado. En todo caso, debemos tener en cuenta lo que ya
he dicho y que es demasiado sutil: que fácilmente se presta a confusión la cuestión aquella del
Cuerpo Causal y el Tiphereth Crístico. Es tan sutil esto, que puede uno equivocarse, puede uno
confundir la “gimnasia” con la “magnesia”. Tiphereth, o sea, la expresión viva del Cristo Intimo,
se halla muy correlacionada con el Causal, con el Alma Humana, viene a formar parte íntegra
con el Alma Humana, pero sólo cuando es la voluntad del Padre, entonces el Hijo del Hombre
viene al mundo.

Creo que ya van entendiendo ustedes. Esto es muy fino y se necesita tener una mente muy
elástica, muy dúctil, para poderlo entender.

P. ¿Para lograr la Iniciación de Tiphereth, es necesario poseer los Vehículos Solares?

R. Pues, incuestionablemente, si uno no posee los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser,
no podría jamás alcanzar la Iniciación de Tiphereth.

P. Quisiera hacerle dos preguntas, Maestro. Primera, ¿cuál es el origen de nuestra Esencia?
Segunda, si nosotros deseamos levantarnos, ¿por qué no lo hemos hecho antes?

R. Bueno, con el mayor gusto voy a dar respuesta a todo eso.

La esencia viene de la “Vía Láctea” –estoy hablando en síntesis–, llega al Sol y luego, por
último, penetra en la Naturaleza. En principio se manifiesta como un simple “elemental”
primigenio, asciende a través de las etapas mineral, vegetal y animal, hasta penetrar por último
en el cuerpo del “humanoide” o “mamífero racional”. Es claro que la Esencia necesita
convertirse en el “Embrión Aureo”, necesita trabajar para crearse los Cuerpos Existenciales
Superiores del Ser y transformarse en Bodhisattwa.

Cuando la Esencia no logra su cometido en el primer ciclo de manifestación, que es de 108


existencias, entonces tiene que descender a las entrañas de la Tierra en procesos involutivos,
con el propósito de eliminar los elementos inhumanos o “agregados psíquicos” entre los cuales
vino a quedar embotellada debido a los errores. Una vez que ha pasado por la “muerte
segunda”, ella asciende otra vez a la superficie del mundo para reiniciar nuevos procesos
evolutivos a partir del mineral. Incuestionablemente, esos nuevos procesos tienen como punto
de partida una espira más alta dentro de la gran espiral de la vida. La Esencia empezará,
retornará o reiniciará sus procesos evolutivos a partir del mineral, pero en una octava superior,
ya no como un simple “elemental” inferior, sino como un gnomo superior, hasta reconquistar
otra vez el estado humano, –después de haber pasado por las escalas vegetal y animal– y se le
asignan, como ya sabemos las 108 existencias. Si no logra el triunfo, el proceso se seguirá
repitiendo así durante 3.000 ciclos, ruedas de manifestación o edades.

Bien, si ustedes no son Bodhisattwas todavía, se debe a que no trabajaron en ese sentido, no
llegaron a esas alturas en pasados ciclos de manifestación, pero ahora mismo pueden
convertirse en Bodhisattwas si se lo proponen. En todo caso, no olviden el origen de la Esencia;
ella viene de la “Vía Láctea”, pasa por el Sol y por último entra aquí en nuestra Naturaleza, en
nuestro mundo. Claro, si pensamos en que la “Vía Láctea” tiene como capital central a Sirio, no
están equivocados los esoteristas que piensan que nosotros vamos hacia Sirio. Es verdad:
hacia Sirio vamos.

P. ¿Cuándo salió de la “Vía Láctea” nuestra Esencia?

Eso fue en el amanecer de la vida. Pensemos en que esas Esencias tuvieron que evolucionar e
involucionar antes de descender hasta el mineral, formando parte de muchos procesos en las
dimensiones superiores del espacio. Al llegar al estado mineral, reiniciaron un ascenso
evolutivo, comenzaron como Esencias primigenias. Obviamente, ustedes ya han hecho el ciclo
varias veces; han pasado, no solamente por las ruedas del molino, sino también por cada una
de las muelas de las ruedas del molino. Ahora, naturalmente, tienen que aprovechar este ciclo
de manifestación para lograr su Auto-Realización, y sobre todo en estos momentos, en que
estamos viviendo las partes finales del Apocalipsis colectivo o mundial. Sería lamentable que
ustedes en estos momentos no se auto-realizaran, porque tendrían que descender a las
entrañas de la Tierra y en muy mala hora, junto con toda esta catástrofe mundial. Yo les
aconsejo, pues, que de una vez por todas se conviertan en Bodhisattwas.

P. ¿Podría usted explicarnos, Venerable Maestro, en una forma más o menos breve, cómo se
originó este Sistema Solar de Ors y quién lo gobierna?

R. “En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Por él todas las
cosas fueron hechas, y sin él nada de lo que es hecho, hubiera sido hecho”. Así pues, el
Universo está gobernado por el Verbo; el Verbo es el Ejército de la Voz, la Gran Palabra, el
Demiurgo Arquitecto, el “Archeus”. Cada uno de esos Verbos –hablando ya por separado,
puesto que el Logos es Unidad Múltiple Perfecta– tiene su misión, su labor, su ministerio, en
relación con este Sistema Solar de Ors, y todo el conjunto de los Elojim o Elohim que forman el
Ejército de la Gran Palabra, el Heru-Pa-Kroat, constituyen en sí mismos el gobierno de nuestro
Sistema Solar de Ors. Esa es mi respuesta...

Samael Aun Weor.


 

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