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Fue el menor de seis hermanos, su padre era pastor protestante y su madre murió a
los nueve meses de nacido.
Motivado por los comentarios de Gruner, Froebel descubre las ideas de Johann
Pestalozzi, viaja a Suiza y trabaja con él en Yverdon. Fue este tiempo el que determinó
su vocación de maestro y filósofo.
En 1826 Froebel publica su obra "La educación del hombre" y diseña una colección de
500 figuras de madera, estas completamente geométricas y lógicas entre sí las cuales
son utilizadas para la enseñanza de las matemáticas.
En 1843 se publica su libro “Cantos maternales”, que son una serie de canciones que
buscan estimular los sentidos de los niños desde los primeros meses de vida.
En los siguientes diez años se fundan más de cuarenta y cuatro kindergartens en toda
Alemania y un centro de capacitación de maestros en Mariethal.
Sostiene que "el juego es el nivel más alto de desarrollo del niño. Es la
expresión espontánea de pensamiento y sentimientos, es decir, una
expresión que su vida interna necesita". Le da tal importancia al juego
porque a través de él, el niño desarrolla sus cualidades personales para
la vida adulta.
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Síntesis
Para Federico Fröebel, objeto de estudio de este libro, la educación ideal del hombre es la que
comienza desde la niñez. De ahí que él considerara el juego como el medio más adecuado para
introducir a los niños al mundo de la cultura, la sociedad, la creatividad y el servicio a los demás,
sin olvidar el aprecio y el cultivo de la naturaleza en un ambiente de amor y libertad.
Esta idea fue la que inspiró al pedagogo alemán para fundar los jardines de infancia o
kindergarden, instituciones creadas especialmente para la educación del niño preescolar. En
palabras de Fröebel, el jardín de niños debía ser "una extensión del hogar". Actualmente, el jardín
de niños se ha convertido en una institución educativa de primera importancia en todo el mundo,
ya que destaca el derecho natural que tienen los padres de contribuir a la formación integral de sus
hijos.
En su doctrina filosófico-educativa, Fröebel propone el empleo de la actividad infantil no de modo
mecánico, sino espontáneo, en la que el niño involucre todo su ser. Además, dicha actividad debe
ser gozosa y manifestarse prioritariamente en el juego, pero también en las distintas tareas que se
le encomiendan o en aquellas que por su propia actividad se ve impulsado a realizar
Propuesta pedagogica
Su situación familiar cambió, cuando se fue a vivir con el tío Hoffman (hermano de su madre). Ya
como alumno regular, inscrito por su tío en la escuela de Stadt-Ilm, por primera vez tuvo conciencia
de su libertad. No obstante, dicha etapa también terminó. Volvió nuevamente a la casa paterna y
dado su temperamento poco comunicativo, pensaban que era poco brillante y por lo mismo,
incapaz de emprender elevadas tareas intelectuales. De esta manera, a sus 15 años fue a parar
como guardabosquesépoca que supo aprovechar por las lecturas que hacía así como por el
contacto directo que podía tener con la naturaleza. Su formación filosófica: gracias a la herencia
que le dejó su madre, pudo sostener sus estudios universitarios aunque solo por cuatro semestres,
dados los escasos recursos de su modesta herencia.
Después de haber estado 9 meses en la cárcel por no cumplir puntualmente con algunas deudas,
volvió a Oberweissbach (su lugar de origen) en busca de empleo, donde pudo colocarse como
agricultor práctico, debido a los conocimientos que tenía sobre la naturaleza. Inmediatamente
después su padre -sintiéndose viejo y enfermo- lo llamó y le brindó todo su apoyo y comprensión.
Luego de la muerte de su padre y dedicado ya a trabajar, a sugerencia de un amigo filósofo, leyó la
obra de Schelling: Bruno o el espíritu de la época que influyó profundamente en su pensamiento.
La influencia de Pestalozzi, en la Escuela Modelo, era notoria, la institución se regía por los
principios pedagógicos de su doctrina. Esta experiencia, que terminó por algunas voces insidiosas,
fue sustituida por otra en la que fungió como preceptor de los tres hijos de la familia Von
Holzhausen. En esta época se formuló una serie de preguntas que bien pueden enmarcarse en
una filosofía de la educación. Interiorizó también la idea del trabajo humano, cuestión que le abrió
todo un horizonte de nuevas posibilidades, con lo que queda situado como uno de los pioneros de
la educación para el trabajo. Como consideró que le hacía falta un conocimiento más hondo de la
doctrina de Pestalozzi decidió trasladarse a Iverdun para empaparse de los principios educativos
del maestro y ponerlos en práctica inmediatamente, con sus discípulos, y más tarde implantarlos
en las escuelas de su patria. En efecto, Pestalozzi se convirtió en el amigo y consejero del futuro
fundador del Kindergarden alemán prodigándole muchas muestras de su consideración y afecto;
es en Iverdun donde aprende a valorar el juego infantil y juvenil al aire libre.
Más tarde descubriría que el juego llegaría a convertirse en uno de los cimientos principales de su
pedagogía. En esta grata estancia, pudo Froebel juzgar el pensamiento de Pestalozzi con un
sentido crítico, en especial algunos elementos de su doctrina que le parecieron inconsistentes. Su
valoración se encuentra apoyada en la detección de algunas de las carencias fundamentales de
este sistema educativo, lo cual motivó un progresivo alejamiento de Pestalozzi, hasta obligarle a
dejar Iverdun.
En 1811 decidió inscribirse como alumno de la Universidad de Gotinga para continuar sus estudios
de filosofía. Ahora podía reflexionar sobre otros tantos temas que le inquietaban como: el origen y
fin del hombre y su medio de expresión natural: el lenguaje. Allí se entregó por completo al cultivo
del estudio y de su espíritu; aquí cristalizó una de las ideas que más tarde expresaría en La
educación del hombre. En Berlín continúo sus estudios: algunas ciencias de la naturaleza además
de filosofía con profesores como Fichte, Schleiermacher, Sevigni y otros, con lo que su formación
filosófica se hizo más profunda, pero siempre bajo los derroteros del idealismo alemán. Al formar
parte de la lucha contra Napoleón (donde conoció a quienes serían sus mejores amigos y más
tarde sus discípulos y colaboradores), mostró su amor por la justicia, la paz, la verdad y el bien.
En 1826 Froebel publica su obra "La educación del hombre" y diseña una colección de 500 figuras
de madera, estas completamente geométricas y lógicas entre sí las cuales son utilizadas para la
enseñanza de las matemáticas.
En 1837 Froebel establece un kindergarten en Bad Blakenburg, Turingia, Alemania. En esta
escuela se trabajaba con juegos, canciones, historias y manualidades.
En 1840 para conmemorar los cuatrocientos años de la invención de la imprenta de Gutenberg,
Froebel lanza el Kindergaten universal alemán.
En 1843 se publica su libro “Cantos maternales”, que son una serie de canciones que buscan
estimular los sentidos de los niños desde los primeros meses de vida.
En los siguientes diez años se fundan más de cuarenta y cuatro kindergartens en toda Alemania y
un centro de capacitación de maestros en Mariethal.
El 21 de junio de 1852. en Mariethal, al cuarto para las seis de la tarde, después de una pequeña
enfermedad, muere Federico Froebel
Albert Bandura
Fue educado en una pequeña escuela elemental y colegio en un solo edificio, con recursos
mínimos, aunque con un porcentaje de éxitos importante. Al finalizar el bachillerato,
trabajó durante un verano rellenando agujeros en la autopista de Alaska en el Yukon.
Bandura creyó que el comportamiento estaba sobre la base de P-B-E, donde "P" es para la
persona y lo que está pensando, "B" es el comportamiento y lo que está haciendo, y "E" es
el ambiente y las interacciones con el mundo y la sociedad.
Él también tenía una teoría de la “autoeficacia”, que es la creencia de que uno puede llevar
a cabo adecuadamente una situación particular. El sentido de la eficacia de uno mismo
influye en sus opiniones, motivación y funcionamiento de muchas maneras.
Teoría
Bandura consideró que esto era demasiado simple para el fenómeno que observaba
(agresión en adolescentes) y por tanto decidió añadir un poco más a la fórmula: sugirió que
el ambiente causa el comportamiento, pero que también el comportamiento causa el
ambiente también. Definió este concepto con el nombre de determinismo recíproco: el
mundo y el comportamiento de una persona se causan mutuamente.
Más tarde, fue un paso más allá. Empezó a considerar a la personalidad como una
interacción entre tres “cosas”: el ambiente, el comportamiento y los procesos psicológicos
de la persona.
Estos procesos consisten en nuestra habilidad para abrigar imágenes en nuestra mente y en
el lenguaje. Desde el momento en que introduce la imaginación en particular, deja de ser un
conductista estricto y empieza a acercarse a los cognocivistas. De hecho, usualmente es
considerado el padre del movimiento cognitivo.
Y ustedes podrán predecir lo que los observadores anotaron: un gran coro de niños
golpeando a descaro al "muñeco bobo". Le pegaban gritando ¡”estúpidooooo!”, se sentaron
sobre él, lo golpearon con los martillos, etc. En otras palabras, imitaron a la joven de la
película y de una manera bastante precisa.
Bandura llevó a cabo un largo número de variaciones sobre el estudio en cuestión: el sujeto
que hacía de modelo era recompensado o castigado de diversas formas; los niños eran
recompensados por sus imitaciones; el modelo se cambiaba por otro menos atractivo o
menos prestigioso y así sucesivamente. En respuesta a la crítica de que el "muñeco bobo"
estaba hecho para ser “pegado”, Bandura incluso rodó una película donde una chica pegaba
a un payaso de verdad. Cuando los niños fueron conducidos al otro cuarto de juegos,
encontraron lo que andaban buscando: ¡un payaso real!. Procedieron a darle patadas,
golpearle, darle con un martillo, etc.
Todas estas variantes permitieron a Bandura a establecer que existen ciertos pasos
envueltos en el proceso de modelado:
Alguna de las cosas que influye sobre la atención tiene que ver con las propiedades del
modelo. Si el modelo es colorido y dramático, por ejemplo, se prestará más atención. Si el
modelo es atractivo o prestigioso o parece ser particularmente competente, se le prestarás
más atención. Y si el modelo se parece más al sujeto que aprende, este prestará más
atención. Este tipo de variables encaminó a Bandura hacia el examen de la televisión y sus
efectos sobre los niños.
2. Retención. El sujeto que aprende observando, debe ser capaces de retener (recordar)
aquello a lo que ha prestado atención. Aquí es donde la imaginación y el lenguaje entran en
juego: se guarda (retiene) lo que hemos visto hacer al modelo en forma de imágenes
mentales o descripciones verbales. Una vez “archivado”, se puede hacer resurgir la imagen
o descripción de manera que se reproduzca con el propio comportamiento del sujeto que
aprende.
3. Reproducción. En este punto, el sujeto debe ser capaz de traducir las imágenes o
descripciones retenidas, a su repertorio de comportamientos. En algunos casos, esa
reproducción puede ser verdaderamente difícil o imposible. Por ejemplo: puedo pasarme
todo un día viendo a un patinador olímpico haciendo su trabajo y no poder ser capaz de
reproducir sus saltos, ya que ¡no sé nada patinar!.
Otra cuestión importante con respecto a la reproducción es que nuestra habilidad para
imitar mejora con la práctica de los comportamientos envueltos en la tarea.
Y otra cosa más: nuestras habilidades mejoran ¡aún con el solo hecho de imaginarnos
haciendo el comportamiento!. Muchos atletas, por ejemplo, se imaginan el acto que van a
hacer antes de llevarlo a cabo.
4. Motivación. Aún con todo esto, todavía no haremos nada a menos que estemos
motivados a imitar; es decir, a menos que tengamos buenas razones para hacerlo. Bandura
menciona un número de motivos: a) Refuerzo pasado: como el conductismo tradicional o
clásico. b) Refuerzos prometidos: (incentivos) que podamos imaginar. c) Refuerzo vicario:
la posibilidad de percibir y recuperar el modelo como reforzador.
Nótese que estos motivos han sido tradicionalmente considerados como aquellas cosas que
“causan” el aprendizaje. Bandura nos dice que éstos no son tan causantes como muestras de
lo que hemos aprendido. Es decir, él los considera más como motivos.
Por supuesto que las motivaciones negativas también existen dándonos motivos para no
imitar: a) Castigo pasado. b) Castigo prometido (amenazas) c) Castigo vicario.
Como la mayoría de los conductistas clásicos, Bandura dice que el castigo en sus diferentes
formas no funciona tan bien como el refuerzo y, de hecho, tiene la tendencia a volverse
contra nosotros.
2. Juicio. Comparamos lo que vemos con un estándar. Por ejemplo, podemos comparar
nuestros actos con otros tradicionalmente establecidos, tales como “reglas de etiqueta”. O
podemos crear algunos nuevos, como “leeré un libro a la semana”. O podemos competir
con otros, o con nosotros mismos.
3. Auto-respuesta. Si hemos salido bien en la comparación con nuestro estándar, nos damos
respuestas de recompensa a nosotros mismos. Si no salimos bien parados, nos daremos
auto-respuestas de castigo. Estas auto-respuestas pueden ir desde el extremo más obvio
(decirnos algo malo o trabajar hasta tarde), hasta el otro más encubierto (sentimientos de
orgullo o vergüenza).
Lo anterior tiene cierta semejanza con las personalidades insanas de las que hablaban Adler
y Horney: el tipo agresivo, el tipo sumiso y el tipo evitativo respectivamente.
Las recomendaciones de Bandura para las personas que sufren de auto-conceptos pobres
surgen directamente de los tres pasos de la autorregulación:
Terapias
Terapia de autocontrol
Las ideas en las que se basa la autorregulación han sido incorporadas a una técnica
terapéutica llamada terapia de autocontrol. Ha sido bastante exitosa con problemas
relativamente simples de hábitos como fumar, comer en exceso y hábitos de estudio.
1. Tablas (registros) de conducta. La auto-observación requiere que anotemos tipos de
comportamiento, tanto antes de empezar como después. Este acto comprende cosas tan
simples como contar cuántos cigarrillos fumamos en un día hasta diarios de conducta más
complejos. Al utilizar diarios, tomamos nota de los detalles; el cuándo y dónde del hábito.
Esto nos permitirá tener una visión más concreta de aquellas situaciones asociadas a
nuestro hábito: ¿fumo más después de las comidas, con el café, con ciertos amigos, en
ciertos lugares…?
2. Planning ambiental. Tener un registro y diarios nos facilitará la tarea de dar el siguiente
paso: alterar nuestro ambiente. Por ejemplo, podemos remover o evitar aquellas situaciones
que nos conducen al mal comportamiento: retirar los ceniceros, beber té en vez de café,
divorciarnos de nuestra pareja fumadora…Podemos buscar el tiempo y lugar que sean
mejores para adquirir comportamientos alternativos mejores: ¿dónde y cuándo nos damos
cuenta que estudiamos mejor? Y así sucesivamente.
Terapia de Modelado
La terapia por la que Bandura es más conocido es la del modelado. Esta teoría sugiere que
si uno escoge a alguien con algún trastorno psicológico y le ponemos a observar a otro que
está intentando lidiar con problemas similares de manera más productiva, el primero
aprenderá por imitación del segundo.
Después que el cliente ha visto todo esto (sin duda, con su boca abierta durante toda la
observación), se le invita a que él mismo lo intente. Imagínense, él sabe que la otra persona
es un actor (¡no hay decepción aquí; solo modelado!) Y aun así, muchas personas, fóbicos
crónicos, se embarcan en la rutina completa desde el primer intento, incluso cuando han
visto la escena solo una vez. Esta desde luego, es una terapia poderosa.
Un inconveniente de la terapia era que no es tan fácil conseguir las habitaciones, las
serpientes, los actores, etc., todos juntos. De manera que Bandura y sus estudiantes
probaron diferentes versiones de la terapia utilizando grabaciones de actores e incluso
apelaron a la imaginación de la escena bajo la tutela de terapeutas. Estos métodos
funcionaron casi tan bien como el original.