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1.

-FACTORES GEOGRÁFICOS BÁSICOS DE LOS TIEMPOS Y CLIMAS DE ESPAÑA

Trataremos en este apartado, fundamentalmente, los factores denominados "geográficos", es decir


los que no dependen de la dinámica atmosférica. Éstos últimos se analizarán, de modo integrado, en el
apartado 3º.

1.1.-La latitud

 La península Ibérica se enmarca entre los 43º 47’ N (Estaca de Bares) y los 36º 00’ N (Tarifa). Las
Islas Canarias se extienden entre los 29º 24’ N (Alegranza) y los 27º 38’ N (S de Hierro). En ambos
casos se trata de latitudes subtropicales, muy cercanas a los trópicos en el caso de Canarias, y a las
latitudes medias en el caso del N de la península.
 El intervalo latitudinal peninsular, de casi 8º, equivalente a unos 850km, es un factor importante en
la insolación y en las temperaturas.
 El principal efecto de la latitud subtropical es un régimen térmico moderado, sobre todo, en las
temperaturas mínimas invernales, que no descienden de los 5ºC (a nivel del mar).
 Otro efecto es la casi total ausencia de heladas y nevadas a nivel del mar: Las masas que ocasionan
estos procesos, llegan ya muy modificadas.

1.2.-Posición en costa occidental

 En las clasificaciones climáticas, este es un factor de gran importancia. Habitualmente se distingue


entre climas de fachada oriental y occidental. Dentro de los climas subtropicales, el clima “chino”
(subtropical húmedo), es un clima de fachada oriental (SE de EEUU, SE DE China, Pampa
argentina...) mientras que el clima “mediterráneo”, es claramente un clima de fachada occidental (S
de Europa, California, franja central de Chile, región de Perth (Australia)...).
 En el caso del clima mediterráneo, la influencia de la exposición occidental en el tiempo y en el
clima se debe a tres mecanismos principales:
a) Los westerlies (vientos del Oeste) aportan influencia atlántica. Este proceso alcanza su máxima
intensidad en invierno, estación en la que la circulación de los westerlies y de las borrascas atlánticas es más
meridional. Es el principal factor responsable de que el semestre invernal sea lluvioso.
b) El anticiclón de las Azores genera estabilidad en verano. La dinámica atmosférica del semestre
estival está dominada por la subsidencia subtropical (dominio de movimientos verticales descendentes del
aire troposférico) lo que genera estabilidad. Esta subsidencia se manifiesta sobre las superficies oceánicas en
forma de anticiclones (como el de las Azores), que refuerzan la estabilidad atmosférica de las zonas
subtropicales más cercanas al océano (como es el caso de la Península Ibérica). Esta estabilidad sólo se ve
alterada parcialmente por las bajas presiones térmicas estivales, aunque éstas son incapaces de generar
tormentas convectivas.
c) Los anticiclones subtropicales generan corrientes cálidas en su parte más occidental (que aportan
calor y humedad a las fachadas orientales), y corrientes frias en su parte más oriental (en las fachadas
occidentales). Estas corrientes frías son otro factor añadido de estabilidad atmosférica, pues enfrían las capas
bajas de la atmósfera. La influencia refrescante y estabilizadora de la “corriente de las Canarias”, en la parte
oriental del Anticiclón de las Azores, alcanza desde Galicia hasta cerca de las Islas de Cabo Verde.
 En consecuencia, las características pluviométricas de un clima mediterráneo ofrecen claros
contrastes estacionales: influencia oceánica y precipitaciones en otoño, invierno y primavera, frente
a estabilidad atmosférica y ausencia de lluvias en verano. Esta es la tendencia general aunque, como
ser verá en otros apartados, el mosaico de regímenes pluviométricos estacionales es muy variado.

1.3.-El relieve

 España es un país con un relieve formado básicamente durante la Orogenia Alpina. Como otras
tierras circummediterráneas de origen alpino, el relieve tiene dos características básicas: es enérgico
y variado espacialmente, y presenta desniveles altitudinales bastante acusados. A estas dos
características se les une el que tiene una elevada altitud media, debido a la estructura en forma de
meseta interior y cordilleras periféricas que minimizan la extensión de las tierras bajas litorales. La
altitud media llega a alcanzar los 650m, la segunda de Europa después de Suiza.
 Los principales efectos de estas características del relieve sobre el clima son los siguientes:
1. Los rangos de temperatura entre los lugares más cálidos del país y las cimas de las montañas más
elevadas superan los 22ºC. Esto es aplicable para la Península, que presenta un gradiente térmico
vertical de unos 0'6ºC/100m. En Canarias este gradiente no sirve, debido a la presencia de la
inversión térmica de los alisios, que hace que por encima de los 800-1000m de altitud aparezca una
capa de aire más cálido, pero debido a la gran elevación del Teide (3718m), el rango térmico es
semejante.
2. Las sierras y valles tienen notables efectos de "umbria" y de "solana", que se reflejan claramente en
la vegetación.
3. Las precipitaciones se ven muy afectadas por la exposición del relieve y también en parte por la
altitud. En general, el gradiente pluviométrico con la altitud es positivo (llueve claramente más en
los macizos montañosos, tanto más cuanto más elevados), pero presenta muchas variaciones locales.
En algunos lugares, incluso, se pueden presentar situaciones invertidas. Es el caso, por ejemplo, de
las comarcas costeras del S de Valencia y N de Alicante en las que el factor litoralidad es más fuerte
que el factor altitud, de modo que llueve más en el piedemonte montañoso que en las partes altas del
macizo de Alcoi.
4. Todavía es más variable el efecto de exposición, pues en cada sierra o conjunto de sierras, la
dirección de los flujos inestables es diferente. En algunas sierras, las dos fachadas están bien
expuestas a algún tipo de flujo inestable (ej. en los Pirineos orientales y en los occidentales), pero lo
normal es que en la mayoría de macizos y cordilleras, sea más húmeda una fachada que otra. Entre
las más claras disimetrías pluviométricas por efecto del relieve tenemos: Las Islas Canarias más altas
y occidentales (Tenerife, Gran Canaria, La Palma...), en su cara N (húmeda) y S (seca); la Cordillera
Cantábrica, muy húmeda en Asturias y más seca en los Montes de León; el macizo de Alcoi, muy
húmedo al NE y extremadamente seco al SE, con uno de los gradientes pluviométricos más bruscos
de toda la Península; los Montes Universales, húmedos en Cuenca y relativamente secos en el sector
turolense (Albarracín)...
5. Hay otros parámetros climáticos menos importantes que también se ven afectados por el relieve.
Quizá el más importante sea el viento, que registra cambios de dirección y de velocidad al ser
encauzado por el relieve.

1.4.-La continentalidad

La forma compacta de la Península Ibérica hace que en ciertas ocasiones tenga el efecto de un
minicontinente. Evidentemente, las reducidas dimensiones hacen que este factor sea en general poco
importante, pero llega a tener efecto, sobre todo en:
 Los tipos de tiempo fríos anticiclónicos, que registran un plus de enfriamiento que se traduce en
temperaturas mínimas algo más bajas, mayor número de días de helada, etc.
 El desgaste de las situaciones atmosféricas lluviosas de componente W. Se puede decir que la
influencia Atlántica apenas llega al Mediterráneo. Al margen de las Islas Baleares, el punto menos
atlántico de toda la peninsula, posiblemente sea el extremo NE de Alicante (Cabo de la Nao y de San
Antonio. Allí, sólo el 5% de la lluvia cae con situaciones atmosféricas asociadas a vientos del W.
 El hecho de que las cubetas del interior peninsular sean estepas frías: es el caso de Valladolid, de Los
Monegros, del valle del Jiloca o de Albacete.
 Como se verá en otros apartados, la continentalidad también se hace notar en las amplitudes térmicas
anuales (diferencia entre las temperaturas medias del más más frío y del más cálido. Albacete,
Cuenca y Teruel, en conjunto son las tierras con mayor amplitud térmica, lo que equivale a decir que
son las más alejadas, a la vez, de la influencia atlántica y de la mediterránea.

1.5.-El Mediterráneo

 La presencia de un gran mar interior es un rasgo exclusivo de la fachada euroasiática. En ningún otro
lugar del mundo se da una situación geográfica semejante. Este rasgo tiene una singular importancia
en el tiempo y el clima de las Islas Baleares y de toda la fachada levantina de la Península, incluso de
la Costa del Sol.
 Potencialmente, el Mediterráneo es una fuente de inestabilidad, pues, al ser un mar cálido
proporciona las dos componentes básicas de la inestabilidad atmosférica: el calor y la humedad. Esta
situación, por inercia térmica, alcanza el máximo exponente desde finales del verano hasta
diciembre, pero en realidad está presente todos los meses del año. El único requisito que hace falta es
que se produzca un "forzamiento sinóptico" que desencadene el proceso, en especial una situación
atmosférica que haga que el viento tenga componente E, para que proceda de este mar y que, a la
vez, presente inestabilidad dinámica en capas medias y altas de la atmósfera. Es de notar que este
tipo de situaciones son anómalas en las latitudes medias, dominadas por los vientos del oeste. El
marco sinóptico que puede dar lugar a que el Mediterréneo tenga una influencia efectiva en la
Peninsula es el de los temporales de levante acompañados de "gotas frías" en altura. El responsable
del temporal de levante suele ser un anticiclón centroeuropeo o una pequeña borrasca norteafricana
(o ambos a la vez). La responsable de la inestabilidad en altura es la "gota fría", tanto por su efecto
termodínámico (aire frío en altura) como sobre todo el puramente dinámico (ciclogénesis en altura).
 La influencia del Mediterráneo en la pluviometría de los climas peninsulares se deja ver, sobre todo,
en los máximos pluviométricos otoñales. Un buen criterio para delimitar hasta dónde es
predominante la influencia mediterránea y a partir de qué lugar predomina la influencia atlántica es
trazar la línea que separa los máximos estacionales primaverales y los otoñales. El la Comunidad
Valenciana, esta línea coincide bastante con los límites provinciales entre Castellón y Teruel y entre
Valencia y Cuenca-Albacete.

1.6.-La corriente fría de las Canarias

 El clima de las Islas Canarias tiene unos rasgos mediterráneos, pero unos factores geográficos muy
especiales. Sus lluvias proceden casi exclusivamente de las gotas frías, al igual que las del
Mediterráneo, pues las borrascas atlánticas son casi incapaces de llegar a latitudes tan bajas.
 Pero al margen de unos pocos días al año en los que se dan condiciones de inestabilidad atmosférica,
durante el resto predomina la estabilidad atmosférica. El factor geográfico fundamental de esta
estabilidad es la presencia de una corriente marina "fría", que contrasta con el aire cálido tropical. La
combinación entre unas capas bajas de la atmósfera frescas, por efecto de unas aguas marinas con
temperatura más baja de lo normal y unas capas medias y altas cálidas produce una inversión térmica
(la inversión térmica de los alisios) que estabiliza totalmente la atmósfera.
 Tanto los alisios (vientos del NE al sur de los anticiclones subtropicales -como el de las Azores-)
como los temporales de "gota fría" afectan sobre todo a la mitad norte de las islas. Si las "gotas frías"
aportan lluvias, los alisios aportan otra fuente de humedad nada despreciable: la precipitación
"horizontal" del mar de nubes (pequeñas gotitas de condensación de las nubes cuando éstas entran en
contacto con el relieve). Se estima que la formación vegetal de la "laurisilva" canaria recibe más
aportación hídrica de las gotículas nubosas que de la propia precipitación.

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