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SITUACIÓN DE LA MUJER EN CANARIAS.

Introducción.

La infravaloración de la mujer en nuestra sociedad, y sus consecuencias, es un

hecho socio histórico con fuertes raíces en la educación y en las políticas de las
instituciones sociales y administrativas. Desde APC creemos que este tema ha de
ser abordado desde diferentes prismas para erradicar de una vez por todas esas
diferencias generadoras de violencia física, psicológica, social, estructural,
judicial, etc, y apostar por una igualdad real que se constate con la ausencia de
la necesidad de tener especificidades con este colectivo, desde el punto de vista
desde el que hoy tenemos que abordarlo.

Es necesario pues, un abordaje desde diferentes instituciones, una coordinación

entre las actuaciones de los distintos órganos con competencias en esta área o
estén relacionados con ella; Educación, Servicios Sociales, Justicia, Empleo...
Sólo desde un punto de vista de intervención integral y conjunta estaremos más
cerca de solucionar los problemas, no de parchearlos.

Este Plan de Actuación Integral abordaría en cada institución cuestiones

específicas o genéricas, aunque coordinadas entre sí.

Situación de las mujeres canarias en datos. Comparativa de género.

Si nos centramos en el ámbito laboral, por todas y todos es sabido que la tasa de
desempleo es mayor en las mujeres que en los hombres, que sus condiciones
laborales son más precarias (contratos temporales, jornada parcial y menos
salario) y que las contrataciones se producen de forma mayoritaria en el sector
servicios, el más frágil e inestable a nivel contractual (contratos por fines de
semana, días u horas).

Ante esta situación, las mujeres nos encontramos además con otros muchos
obstáculos para acceder al mercado laboral en condiciones dignas e igualitarias.

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Las responsabilidades familiares (mujeres cuidadoras que representan casi el

34%) es una variable relacionada directamente con la tasa de inactividad
femenina y el paro de larga duración (superior a un año). Esta es una situación
difícilmente salvable en familias monoparentales a cargo de las mujeres, como lo
son la gran mayoría de las mismas (85.9% del total); hay que cuidar de la
familia, también hay que trabajar pero no se puede acceder al mercado laboral
con disponibilidad horaria tan limitada ya que no existen servicios públicos de
cuidado que cubran estas necesidades. Opción; solicitar una AEBA (Ayuda
Económica Básica) donde se puede facilitar una ayuda económica de un máximo
de 410 euros, hay que cumplir contraprestación a cambio y no se puede tener
contrato laboral porque la ayuda es retirada o menguada.
Las mujeres son la población mayoritaria beneficiaria de PNC (Prestaciones No
Contributivas), las más desventajosas de todas.
Se perpetúa de esta manera la economía sumergida, ¿cómo vivir si no?
En los Planes autonómicos y estatal de empleo, no faltan párrafos, artículos y
objetivos destinados a conseguir un incremento en la tasa de empleabilidad
femenina y medidas de apoyo y de discriminación positiva destinadas a este fin,
sin embargo, al pasar de la mera redacción reglamentaria o normativa, a las
bases de ejecutoriedad de las mismas vemos incoherencias con tales principios,
como: que las bonificaciones contractuales en beneficio de las mujeres se
refieren a tres colectivos específicos, uno de los cuales es el siguiente:

- Mujeres con edades comprendidas entre los 16 y los 45 años.

Esta medida ocupa el segundo lugar en relación con bonificaciones
menores contractuales.

Los otros dos colectivos a los que se hace referencia con anterioridad son:

- Mujeres contratadas en los siguientes 24 meses tras el parto.

- Mujeres víctimas de violencia de género.

En relación con de violencia de género, Canarias se sitúa en los puestos de

cabeza de las listas a nivel del estado español, con una evolución bastante
desesperanzadora.

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La respuesta ante situaciones graves de violencia de género, derivan en la

retirada de la mujer y sus hijos e hijas fuera del entorno habitual de residencia,
lo que se denomina situación de acogida. Muchas veces esta situación se alarga
en un alarde del asistencialismo de las políticas sociales de parcheo, dejando
fuera, excluyendo a estas mujeres del entorno con las consecuencias que ello
conlleva. En relación a las sentencias y decisiones judiciales ante las denuncias
de maltrato, los resultados están ahí, las listas de muertas desgraciadamente no
decrecen.
Por otro lado no existen iniciativas públicas y sistematizadas de intervención con
los agresores como modelo de intervención efectiva, de la misma manera que
tampoco existen programas educativos destinados a prevenirlas.

Estas y otras circunstancias están incidiendo en la cada vez más acuciante

presencia de las mujeres en los umbrales de la pobreza y los límites de la
exclusión social, hablándose ya desde 1996 de una tendencia hacia la
“feminización de la pobreza”.

Da la sensación que, más que ayudar, se penaliza a la mujer por estar en estas
situaciones, herederas de condiciones de desigualdad y mantenidas por políticas
de brazos caídos.

En relación con la educación, igualmente los estudios y también nuestros ojos y

oídos apuntan hacia un crecimiento de actitudes “machistas” entre nuestra
juventud. Es evidente que los programas de coeducación o no se imparten o no
están dando resultados que evidencien su eficacia.

Propuestas de actuación por ámbitos.

Creemos que la planificación de cada ámbito ha de estar en coordinación y
continuidad con el resto, yendo más allá de lo planteado en el III PCIOMH (III
Plan Canario de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres),
plasmando la coherencia entre ellos en las actuaciones y resultados y no tan solo
en las redacciones de los mismos.

No obstante establecemos unas líneas genéricas de actuación para cada uno:

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• Educación; coeducación en las aulas desde el comienzo de la

escolarización, ausencia de señas sexistas y posibilidad de denuncia de
quien lo infrinja, en cuanto a la educación formal se refiere. En cuanto a la
educación informal o de cuidadores a sus hijos o familiares, poner en
marcha programas de Escuela de Padres y Educación Sexual en los
diferentes barrios, como iniciativas municipales de los ayuntamientos
(colaboración institucional horizontal y vertical).

• Formación y Empleo; abogar por una formación de calidad que responda a

las necesidades de nuestra sociedad, con compromisos posteriores de
empleabilidad por parte de empresas e instituciones. Crear los recursos
para que ese desarrollo del empleo pueda ser factible en caso de familias
monoparentales o de empleabilidad mutua (guarderías, ludotecas,
flexibilidad horaria). Facilitar actuaciones conciliadoras de la vida laboral y
familiar.
- Creación de guarderías y bajar los costes de mismas.
- No a las guarderías concertadas.
- Crear redes de apoyo alternativos (experiencia en Barcelona de las
abuelas) creadoras de empleo.
- Creación de servicios de ludotecas por barrio.

• Jurídico; responsabilizar a jueces por dictámenes o sentencias humillantes

e irrisorias que fomentan la violencia de género, igual actuación para
empresas que utilicen publicidad con estos matices sexistas o
discriminatorios, en las empresas con procesos de selección de personal
discriminatorios o salarios desiguales según género...

Todo ello partiendo de un NECESARIO diagnóstico previo que nos sitúe sobre la
situación actual y real de la mujer en Canarias (estamos basándonos en los
últimos datos oficiales publicados pertenecientes al período 1996-2001).

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