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TALLERES

ÍNDICE

1. EL SACRAMENTO, CURA Y ALIVIA EL ALMA (PASTORAL


DE LA SALUD). Novicias Dominicas de la Presentación.

2. ÉXODO CAMPESINO. EL DESPOJO DE LA DIGNIDAD. Fr.


Juan Pablo Romero, O.P.

3. LA INTERDISCIPLINARIEDAD EN LA TEOLOGÍA. Dr. Jairo


Rolando Acuña Lancheros.

4. MEMORIA HISTÓRICA. HNA MARITZE TRIGOS, O.P.

5. POTENCIAL RELIGIOSO DEL NIÑO. Juan Pablo Gómez.

6. RECONSTRUCCIÓN DEL TEJIDO SOCIAL. Hnas de la


Caridad Dominicas de la Presentación.

1
EL SACRAMENTO: CURA Y ALIVIA EL ALMA

“Curad a los enfermos, resucitad a los muertos, limpiad a los leprosos, expulsad a los
demonios” Mt. 10,8

Breve Reseña Histórica

La Iglesia ha sido testigo de la evolución que ha podido tener el Sacramento


de la Unción de los Enfermos y que fue definida esta identificación más
claramente en el Concilio de Trento confrontado en esta cita bíblica: “¿está
enfermo uno entre vosotros? Llame a los ancianos de la Iglesia, que oren
sobre él y le unjan con Óleo en el Nombre del Señor y la oración de la fe
salvará al enfermo, y el Señor hará que se levante, y si hubiera cometido
pecados les serán perdonados”.1

Desde el año 200, algunos Obispos consagraban aceite para que tuviera el
poder de aportar vigor y salud al enfermo2. “En la Iglesia primitiva se llamaba
al mismo aceite el Sacramento de los Enfermos, hay evidencia del Papa
Inocencio I del año 416 que la Unción no estaba reservada a los Presbíteros,
sino que todos los fieles podrían administrarla, excepto en tiempo de
Penitencia pública y de exclusión de la Iglesia; el Sacramento se contrapone
para que los cristianos no acudan a magos y hechiceros”.3

1
St 5, 14-15
2
Cf.Greshake: el viaje definitivo: la consciencia y el misterio de la muerte.
3
Cf. Grün, Anselm. La unción de los enfermos consuelo y ternura. E.D San
Pablo. España. 2002. pg. 11-13
2
Los cuatro primeros siglos en cualquier Eucaristía se podía consagrar el Óleo
Santo, pero a partir del siglo V el Obispo consagraba el Óleo exclusivamente
el Jueves Santo y se mencionan en los textos litúrgicos una lista de todas las
enfermedades en que se les podía aplicar la Unción, dejando que los fieles
llevaran el aceite a sus casas con la esperanza concreta de curación. En el siglo
VIII un decreto de Carlomagno, dispone el Sacramento de la Extremaunción
en la obligatoriedad de administración junto con el Viático y la Penitencia
exclusivamente por el Presbítero. Bajo la influencia de el cristianismo oriental
se llegó a considerar la Unción en estrecha unión con la Penitencia. Como la
Penitencia estaba relacionada con satisfacciones muy exigentes, se posponía el
Sacramento de la Penitencia hasta el último momento de la vida. De esta
forma se trasformó la Unción de los enfermos en Extremaunción.4 Ya en el
Concilio Vaticano II se cambia de Extremaunción a la Unción de los
Enfermos.

Como lo hemos visto, el nombre del Sacramento ha vivido una trasformación


según los signos de los tiempos, por ello, tomamos conciencia del valor que
tiene este Sacramento. Hoy se propone llamarla: EL SACRAMENTO DE
LA SALUD Y LA VIDA.

Del ayer al hoy

Actualmente el sacramento de los enfermos es muy desconocido, tanto en la


teología como en la práctica pastoral. Pareciese que se hubiera convertido
simplemente en un apéndice del gigantesco tratado de la Penitencia. Aparece a

4
Grün, Anselm. La unción de los enfermos consuelo y ternura. E.D San
Pablo. España. 2002. pg. 13
3
menudo como un medio de purificación para el enfermo que va a franquear el
límite de la muerte… Allí podríamos hacernos una pregunta: ¿Será que
necesitaremos, tal vez, una o dos generaciones para que la Unción de los
enfermos, venga a ser el Sacramento de Sanación por excelencia y un signo de
la esperanza recibida en el seno de la Asamblea de los Hermanos(as)?...

No nos resignamos a tener que esperar dos o tres generaciones. Nuestra


opción es a la luz de la parábola del Buen Samaritano5 que implica
compadecernos y no repetir la triste historia del Sacerdote y el Levita; es
necesario disponer nuestros propios recursos y prepararlos a través del
Sacramento de la Unción de los Enfermos para tener la fortaleza espiritual
que la enfermedad exige.“Jesús en persona extiende su mano sobre el
enfermo, lo toca, lo levanta y lo acepta incondicionalmente. Así el enfermo es
capaz de enfrentarse de modo nuevo a su enfermedad, pues el Señor da al
enfermo la fuerza y el vigor para vencer el sufrimiento desde su interior”.6

Como novicias de las “Hermanas de la Caridad Dominicas de la Presentación


de la Santísima Virgen” hemos recibido el legado irrenunciable de nuestra
Madre Fundadora, Marie Poussepin, quien inspirada por la Providencia y
conmovida por la miseria de su tiempo, nos encarga el cuidado delicado,
sensible e integral de los enfermos; en sus Reglas Generales nos dice: “T ratad
d e s e r aú n m ás ú til, s i lo p o d é is , al b ie n d e s u alm a, q u e al c u id ad o d e
s u c u e rp o ”.

La persona enferma, el Sacramento de vida y la fraternidad de la Iglesia

5
(Lc. 14, 25-37)
6
Cf. Grün, Anselm. La unción de los enfermos consuelo y ternura. E.D San
Pablo. España. 2002. pg. 10
4
En la realidad actual pareciera que ni el cuerpo, ni el alma, es decir, ni las
personas son realmente importantes, pues pasan desapercibidas muchas
necesidades de dignificación de aquellos seres que son hijos(as) de Dios. Un
ejemplo de ello son las mismas instituciones de Salud ante un Plan Obligatorio
de Salud (POS) trivial, que intentan someramente cubrir la asistencia corporal,
pero abandonan las otras dimensiones humanas, entre ellas, la dimensión
espiritual. ¿Por qué no suplimos la demanda de la medicina del alma? ¿Será
porque no está en el POS…? ¿Debemos tal vez proponernos ofrecer el SOP
(Servicios Orden de Predicadores)? Desde una experiencia de Dios poder
brindar un cuidado, no a un cuerpo enfermo, sino a una persona enferma,
esto nos demanda ser expertos en humanidad, ciencia y en Fe. Por ende, en la
ética de la vida se nos pide pasar de una Pas to ral d e Sac ram e n to s a u n a
Pas to ral d e la Ev an g e lizac ió n , y a n o p as to ral d e e n fe rm o s s in o Pas to ral
d e la Salu d , y a n o Pas to ral d e m u e rte s in o Pas to ral d e Vid a, v iv ie n d o as í
la e xp e rie n c ia Pas c u al.

No más sub-utilización, desprecio y sub-valoración de este Sacramento, ya


que, éste es el cúlmen y signo visible de la unión entre Jesucristo y su Iglesia,
que engloba la totalidad del itinerario de la Salvación; como afirma Santo
Tomas de Aquino del Sacramento: medio de comunicación de gracias divinas
que por virtud del Espíritu Santo es efectivo.

De aquí deducimos, que es el Sacramento de la salud y la vida, es el pasaporte


hacia la eternidad; el reto es a no continuar desperdiciando la riqueza que
encontramos en cada uno de nuestros hermanos enfermos y realizar una
pastoral integral de salud eficaz y efectiva.

5
Vemos la necesidad de una formación personal e integral de este Sacramento
para que partiendo de la propia experiencia, podamos ayudar a otros a
encontrarle el verdadero sentido del acontecer de Dios en la persona a través
de este Sacramento.

Hoy por hoy se percibe ignorancia latente del sentido de vida sacramental,
urge especialmente de los religiosos y laicos la tarea o el reto de sensibilizar,
acompañar, consolar y catequizar no quedándose en conceptos y en el signo
externo del Sacramento, sino en que el enfermo con nuestras palabras, gestos
y actitudes, sientan la presencia cercana y familiar de Dios que sana, consuela,
conforta, acompaña, escucha, perdona, libera y que es fiel. Solamente cuando
se comparte desde la propia experiencia de Dios se puede darle a conocer y
reconocerle al enfermo como el rostro humano y sufriente de Cristo. Ya nos
lo recomienda Nuestra Madre Fundadora Marie Poussepin: “Es a Jesucristo
mismo a quien se sirve en su persona y es El quien nos lo asegura por esas
palabras: Estuve enfermo y me visitasteis, las hermanas consideraran por su
parte que el honor que se hace a Dios, es el motivo del servicio que se les
presta. Deben recibirlo como si se le hubiera hecho al mismo Salvador”i

Frente a una realidad social, no podemos pasar de largo ante nuestros


hermanos, ante una sociedad enferma que se desangra y a gritos pide
solidaridad, es responsabilidad nuestra dar una respuesta como Iglesia,
comprometernos todos en un trabajo organizado, sensible que pueda
responder de manera eficaz y adecuada acorto, mediano y largo plazo ante las
necesidades y angustias de nuestros hermanos en la prevención de la
enfermedad y en la cultura de vida sana e integral.

6
Conclusiones

 Desde el punto de vista de fe, la enfermedad tiene un valor pedagógico


y espiritualmente orientador, fortalecido por el Sacramento de la
Sanación: sirve para vigilar la relación con Dios y el entorno cualquiera
que sea la enfermedad y hasta la muerte misma.

 El enfermo cristiano, obligado a reconsiderar y reorganizar su


existencia en función de su nueva situación, requiere junto a la normal
atención médica, la presencia fraternal de la comunidad, la oración
común a la luz de la Palabra de Dios, la presencia del Señor y de su
Espíritu. El Sacramento de la Unción es una necesidad no suplida en
nuestros hermanos sufrientes, en nuestros Cristos rotos. Ante todo que
cada uno sea el Sacramento vivo para el hermano enfermo. ¿vamos a
seguir sin hacer nada al respecto?...

 ¿Por qué un Sacramento para los enfermos? Los Sacramentos se dirigen


a toda persona sana o enferma, excepto el de la Unción, destinada
específicamente a las personas enfermas más no es excluyente.
 Algunos autores interpretan la “UNCIÓN” desde la teología tradicional
uniéndola a la experiencia cercana de la “MUERTE”.
 Hay una demanda de una práctica renovada de la pastoral integral de la
salud.
 Corresponde a los Teólogos, Pastores hacer la clarificación e
identificación del Sacramento y todos como Iglesia continuar una
pastoral renovada e integral de salud, esto se hará posible a través de:
La reflexión, la praxis con nuestras COMUNIDADES.

7
 ¿Cómo nuestras familias, nuestras comunidades asumen al enfermo?
 ¿Cómo nos estamos preparando para afrontar la enfermedad y la
muerte?
 ¿Cómo estamos promocionando, catequizando este Sacramento y si no
lo hemos hecho que estamos dispuestos a asumir al respecto?
 Los enfermos nos enseñan a relativizar muchas cosas, nos catequizan,
cuestionan nuestras actitudes de autosuficiencia, nos ayudan a descubrir
el valor de lo pequeño, de lo sencillo, de la paciencia, de la aceptación
serena, del dolor, del sufrimiento, de lo fundamental, de lo
trascendental de la vida.
 Un reflejo del desarrollo de una sociedad es el compromiso con el
cuidado integral de sus hermanos enfermos. Teniendo en cuenta este
indicador ¿Soy conciente de lo valioso que es mi aporte en la
consecución de esta meta?.

Realizado por las Novicias de las Hermanas de la Caridad Dominicas de la Presentación


de la Santísima Virgen.

8
INICIO

1. Éxodo campesino: el despojo de la dignidad

Introducción

El principio 21 contenido en los Principios Rectores de los Desplazamientos


Internos7, exige de los Estados la protección de los bienes patrimoniales de la
población desplazada; en consecuencia, es deber del Estado implementar las
medidas conducentes a garantizar los derechos, directos e indirectos, que
existan sobre tales bienes. El velo protector que el Estado debe extender
sobre la víctima objeto de usurpación implica, por una parte, indemnización
de los perjuicios causados con el despojo cuando ésta no desee o no pueda
retornar, o en su defecto, disponer alguna medida reparativa que sea similar o
superior a los bienes abandonados8.

Los mecanismos para hacer efectiva la protección de los derechos que recaen
sobre los bienes usurpados han ocupado diferentes estudios. La Comisión de
Seguimiento a las Políticas Públicas sobre Desplazamiento Forzado, nació

7
De acuerdo a lo contemplado en el articulo 1 de los Principios Rectores De
los Desplazamientos internos, “Los Principios Rectores expuestos (…) a
continuación, contemplan las necesidades específicas de los desplazados
internos de todo el mundo. Definen los derechos y garantías pertinentes para
la protección de las personas contra el desplazamiento forzado y para su
protección y asistencia durante el desplazamiento y durante el retorno o el
reasentamiento y la reintegración”.
8
Procuraduría General de la Nación, La prevalencia de los derechos de las
victimas del delito de desplazamiento forzado, Ed. Opciones graficas, Ltda.,
2006, p.75.
9
como resultado de la sentencia T-025 de 2004 a partir del consenso de
universidades, fundaciones y personalidades de la vida nacional. En los
últimos años se ha sumado al esfuerzo de la Corte Constitucional por resolver
el problema del desplazamiento forzado en Colombia. Sus aportes han
permitido hacer una valoración sobre la respuesta del Estado en la
implementación de estrategias que posibiliten la superación del estado de
cosas inconstitucional. En tal sentido, los informes que ha entregado a la
Corte han facilitado la construcción de un escenario donde se articule las
necesidades de la población desplazada con la obligación constitucional del
Estado de garantizar los derechos de sus asociados en consonancia con los
compromisos internacionales adquiridos en el campo de los derechos
humanos. En consecuencia, los aportes realizados por esta comisión
colaboran a la consecución del objetivo central de la presente investigación: La
dignidad de la tierra.

La dignidad humana se expresa en la materialización de derechos que


descansan en la capacidad de propiciar unas condiciones materiales de
existencia acorde con las necesidades humanas. La protección de la tierra da
lugar a satisfacer los derechos más elementales del ser humano, permite que la
dignidad se manifieste en la vida del hombre, dado que encuentra un lugar en
donde llevarlos a plenitud. Sin embargo, para la comprensión del principio de
la dignidad humana, es menester separar el contenido filosófico propiamente
dicho que lo relega al recinto exclusivamente personal9 y extender su

9
Siguiendo a Boecio, persona es toda “sustancia individual de naturaleza
racional”. La presente definición la hereda Santo Tomás y es traducida como
esencia substancial subsistente, ello significa que la persona humana goza de
una naturaleza con un determinado modo de existir, diríamos que le es propio
a la naturaleza humana como presupuesto de personalidad y de dignidad la
subsistencia, es decir, la capacidad de existir libre y autónomamente. Lobato lo
entenderá desde una dimensión universal, al respecto dirá: “Por su condición
10
pluralidad semántica, en ocasiones ambigua y subjetiva, a las situaciones
concretas que acompañan al hombre. Así pues, en algunos contextos
académicos podemos encontrar la calificación: Trabajo digno, salario digno,
vivienda digna, muerte digna, dignidad de la tierra, retorno con dignidad,
dando lugar a que algunos consideren, verbi gratia, la carencia de bienes
materiales como indigna, confundiendo el concepto de la dignidad humana en
sentido lato, con la dignidad material. En efecto, la ausencia de bienes afecta la
posibilidad de disfrutar una vida en condiciones de dignidad, pero ello no
significa disminución o pérdida de la dignidad de la persona, principio que se
escapa a cualquier calificación material.

Nuestro propósito va orientado a superar la confusión semántica descrita,


destacando la preeminencia del principio de la dignidad humana pero
afirmando la importancia de garantizar la protección de la tierra de la
población campesina desplazada en perspectiva de dignidad material. En otras
palabras, el atributo calidad de vida se asocia a la necesidad de conquistar
condiciones materiales especiales que permitan disfrutar y gozar ampliamente
de unos recursos que comuniquen al hombre una subsistencia digna. En
consecuencia, no se predica dignidad de las cosas en sí sino en cuanto
transmiten al hombre un significado de dignidad, y dado que las cosas están al
servicio del hombre, su utilidad material se verifica en la capacidad de

natural y por su modo de ser personal, todo hombre tiene una dignidad
inherente, una excelencia que debe ser reconocida y estimada. El hombre es
sagrado, no lo podemos tratar como una cosa, tenemos que tratarlo siempre
como persona. (En otras palabras) En todo hombre, por el hecho de serlo,
hay inherente una dignidad. Su ser es digno. Tiene excelencia y merece estima.
Las miserias que acompañan la vida humana la pueden eclipsar, pero no la
pueden menguar ni anular”. Cfr. LOBATO, A. Dignidad y aventura humana.
Ed. San Esteban. Madrid. 1997. p. 61. y RODRIGUEZ V. La Dignidad del
Hombre como Persona. En: A.A. Dignidad de la Persona y Derechos
Humanos. Instituto Pontificio de Filosofía. Madrid. 1982. pp. 14-15.
11
satisfacer necesidades que acrecienten condiciones favorables de existencia y
aseguren el disfrute de los derechos a una alimentación adecuada, a una
vivienda, a unos proyectos productivos, a la educación, a la recreación, a la
salud, al patrimonio, a la familia. En definitiva, que garanticen la dignidad
material, consagrada constitucionalmente como derecho al mínimo vital, por
el cual se realice la entelequia del principio de la dignidad humana al afirmarla
como una posibilidad de verdad para todas las personas.

Por otra parte, la presente investigación no pretende abarcar los bienes


muebles abandonados10 en el curso del desplazamiento forzado, muchos de
los cuales tal vez hayan desaparecido. En su lugar se concentrará en torno al
recurso tierra, objeto del cual se deriva, por su carácter de bien inmueble,
todas las garantías de protección de que carecen los bienes muebles, sujetos al
libre tránsito de las personas. Con el propósito de acercarse al significado que
tiene la tierra, se establecerá la conexión con el derecho al mínimo vital como
expresión de dignidad humana, con lo cual se exalte la tierra como lugar por
excelencia de los derechos para la población campesina desplazada.

10
“El daño emergente total promedio para cada grupo familiar por concepto
de pérdida de bienes se estimó en cerca de $8,4 billones (pesos del año 2008),
Esta suma equivale al 0,65% del Producto Interno Bruto a precios corrientes
del 2007. Esta suma precisa el monto de la pérdida patrimonial de las familias
desplazadas, pérdida que significa a la vez una precarización de la calidad de
vida y un deterioro extremo de sus posibilidades de generar ingresos”. Del
mismo modo, “el lucro cesante ajustado por el rendimiento de los depósitos
en consideración ascendería a la suma de $49,72 billones (pesos del año 2008),
cifra que equivale al 11,6% del Producto Interno Bruto a precios corrientes
del 2007”. Cfr. XI informe a la Corte Constitucional de la Comisión De
Seguimiento a la Política Pública sobre Desplazamiento Forzado, titulado:
Cuantificación y valoración de las tierras y los bienes abandonados o
despojados a la población desplazada en Colombia. Bases para el desarrollo de
procesos de reparación. CODHES. Bogotá, enero de 2009. pp. 40-41
12
1.1. La tierra y su significado

La tierra, como espacio geográfico, es el contexto vital en el cual el hombre


realiza su vida. Para la población campesina, goza de un especial significado:
constituye el medio de subsistencia y el de su familia, toda vez que por medio
de ella recibe sustento y protección. Más allá de la percepción que tienen los
indígenas y afrodescendientes, para quienes la tierra posee un valor sagrado
atado a las gestas de sus ancestros, para el campesino11 tiene un valor
eminentemente existencial y pragmático. En ella desarrollaron la vida sus
ascendientes, la heredaron de sus padres, de ella reciben el alimento sus hijos y
en ella proyectan su vejez12.

11
Para efectos del presente escrito, el espectro se concentrará en el fenómeno
del desplazamiento de que ha sido víctima la población campesina. La
dimensión sagrada que tiene la tierra para indígenas y afrocolombianos no es
una constante que se pueda hacer valer en la población campesina. Sin
embargo, tal circunstancia no es óbice para desconocer que el contexto vital
en el cual el campesino desarrolla su vida, constituye la fuente de la cual
dimanan derechos fundamentales, de tal forma, que cuando la Corte ha
fallado promoviendo la implementación de políticas públicas orientadas a la
protección de la tierra de la usurpación y apropiación por parte de actores
armados o latifundistas, o bien promoviendo la sustitución en condiciones de
vida menos peligrosas, contribuye naturalmente a la construcción de un
significado de dignidad entre ellos. Del mismo modo, debe resaltarse que
dentro de la categoría de la población campesina ingresan también
comunidades afrodescendientes e indígenas que se encuentran, por cualquier
circunstancia, al margen de los territorios colectivos.
12
“Me siento contento y todo porque soy dueño. En mi tierrita tengo fríjol y
maíz y todo eso pa’ sostener los hijos y la mujer…”. Frase pronunciada por
un campesino de la Cruz, Nariño, al compartir su experiencia sobre la
adquisición de tierras que hizo gracias a la implementación de proyectos
productivos generados por Acción Social de la Presidencia de la República.
13
El recurso tierra constituye un verdadero contexto vital, pero indistintamente
de la dimensión existencial que pueda representar la tierra para este tipo de
comunidad, se destaca una dimensión jurídica y social. La Comisión
Colombiana de Juristas la referencia de la siguiente manera:

La protección de la tierra y el territorio “se inspira en otros derechos


humanos conexos, como son el derecho a la vida digna, el derecho a la
alimentación adecuada, el derecho a una vivienda digna, el derecho a la
tierra y a la seguridad de la tenencia de la misma. A pesar de no haber
sido reconocido de manera explícita en la normatividad internacional, el
derecho a la tierra es un derecho humano en cuanto se constituye en un
elemento fundamental para la realización de otros derechos humanos,
como el derecho a la libre determinación, y por consiguiente, el derecho
de los pueblos a disponer de manera autónoma de sus riquezas y recursos
naturales, el derecho de ‘acceder a una alimentación adecuada, de manera
sostenible, culturalmente aceptable y con respeto a la dignidad humana’ y
el derecho a trabajar o ‘el derecho de toda persona a tener la oportunidad
de ganarse la vida”.13 (Subrayado fuera del texto)

La protección del espacio geográfico en donde el ser humano desarrolla su


existencia contribuye a garantizar el ejercicio efectivo de todos los demás

Cfr, Alexandra Gonzáles: La tierra para los campesinos. En


www.elespectador.com. Consultado el 18 de agosto de 2008.
13
En BOULEY C., AA.VV., Revertir el destierro forzado: protección y
restitución de los territorios usurpados. Obstáculos y desafíos para garantizar
el derecho al patrimonio de la población desplazada en Colombia,
COMISIÓN COLOMBIANA DE JURISTAS, Ed. Estrategias MCP Ltda.,
Bogotá, 2006, p. 9.

14
derechos. En efecto, a pesar de no estar catalogada como derecho dentro de la
normatividad nacional e internacional, la tierra, pensada en la lógica de la
realización de derechos, permite exigir su tutela y protección. Bouley la
revistió con un contenido especial, al darle la categoría de “derecho humano”,
pues por él se posibilita el goce y disfrute de otros derechos humanos
conexos. La Corte Constitucional, como se podrá ver más adelante, será más
generosa y le otorgará al derecho a la propiedad y posesión una protección
particularmente reforzada con lo cual, bajo especiales circunstancias, el
derecho que recae sobre los bienes de la población desplazada ingresa en el
rango de los derechos fundamentales, pues en definitiva: “si el derecho a la
reparación integral del daño causado a víctimas de violaciones masivas y
sistemáticas de derechos humanos es un derecho fundamental, no puede
menos afirmarse que el derecho a la restitución de los bienes de los cuales las
personas en situación de desplazamiento han sido despojadas, también goza
de esa condición de garantía constitucional fundamental”14. Por consiguiente,
garantizar la protección de la tierra al campesino, como espacio vital, evitar su
usurpación o apropiación arbitraria o indiscriminada, o en último caso,
propiciar la indemnización, reparación o reubicación, como medida de
compensación, en un lugar seguro, desemboca indiscutiblemente en la
materialización de derechos, que como la vida o la familia, permiten
desarrollar la existencia dignamente. De alguna manera, el ser humano goza de
derechos, porque tiene un lugar en el cual puede llevarlos a plenitud, de otra
forma, sería simplemente un indigente, un verdadero “siervo sin tierra15”.

14
Cfr: En Internet:
http://www.minagricultura.gov.co/archivos/capitulo_7_jurisprudencia%5B1
%5Dx.pdf. Consultado el 2 de agosto de 2009.
15
CABALLERO CALDERON, E. Siervo sin tierra. Ed. Voluntad, Colombia,
1991.
15
Sin embargo, el derecho a la tierra, no supone ingenuamente, que con su
protección todos los derechos fluyan y se materialicen de manera automática;
la tierra no deja de ser un simple medio para alcanzar fines, y el más sublime
de ellos es la dignificación del ser humano. De modo que, junto a la tierra, es
indispensable, por parte del Estado, la implementación de políticas públicas
que atiendan las necesidades más imperiosas y acuciantes. Así pues, de manera
simultanea se deben adelantar proyectos productivos, tratamiento de aguas,
servicios públicos, construcción de vías y centros educativos, acceso a
servicios de salud, atención a población vulnerable, entre otros. En otras
palabras, la tierra es apenas el primer eslabón de toda una cadena de
necesidades, sin embargo, sin ella, no es posible hablar de una vida con
dignidad.

1.1.1. Tierra y dignidad humana

En la sentencia T-821 de 2007, la Corte Constitucional, como supremo


garante de la Constitución y en procura de la defensa del Estado social de
derecho, estableció la importancia de la restitución de los bienes de las
víctimas de desplazamiento forzado. En tal sentido señaló que: “el derecho a
la propiedad o a la posesión adquiere un carácter particularmente reforzado
que merece especial atención por parte del Estado”. Y aclaró, que en los casos
de despojos de tierras de agricultores, “la violación del derecho a la propiedad
o a la posesión, se traduce en una violación del derecho fundamental a la
subsistencia digna (al mínimo vital) y al trabajo”16.

16
Corte Constitucional, sentencia T-821 de 2007
16
En el marco del desplazamiento forzado, la sentencia antedicha se suma a los
esfuerzos iniciados en el año 2004 con la sentencia T-025 contribuyendo a la
creación de puentes de comunicación entre el recurso tierra y el principio de la
dignidad humana. En efecto, la Comisión de Seguimiento a la Política Pública
sobre Desplazamiento Forzado, en el VI informe presentado a la Corte
Constitucional sobre la implementación de políticas públicas que permitan
superar el “Estado de Cosas Inconstitucional” declarado a raíz de la realidad
del desplazamiento forzado en Colombia, destacó la importancia que los
predios adjudicados a la población desplazada gozaran de las condiciones de
dignidad suficientes para ser habitables, para poder desarrollar allí proyectos
productivos y la necesidad de asegurar la protección jurídica y estabilidad
territorial que preserve a los desplazados de futuros despojos causados ora en
razón a alguna sentencia judicial que declare mejor derecho sobre la tierra
adjudicada a algún tercero17, o bien, por el arribo de ejércitos ilegítimos que se
constituyan en focos de violencia y desplazamiento.

17
Los beneficiarios de la adjudicación del predio “Cristalina”, Jerusalén,
Cundinamarca, elevaron una acción de tutela al Consejo Superior de la
Judicatura, sala jurisdiccional disciplinaria el 13 de febrero de 2007, por cuanto
éste no reunía las condiciones para poder disfrutar una vida en condiciones de
dignidad. Sin embargo, la decisión de la sala fue reubicarlos en el predio
“Sanandra” y “Samaria” en el Valle, el cual había sido adjudicado
conjuntamente a población desplazada y población reinsertada, sin que se
hubiesen adelantado los correspondientes estudios de seguridad que
garantizaran la vida e integridad de los destinatarios. Cfr. Salinas Y. Derecho a
la propiedad y derechos de las victimas. Retos para la reparación de las
victimas del desplazamiento forzado. Informe final. Mesa de expertos. Codhes
Bogotá. 2008 p. 11. Citado por VI informe a la Corte Constitucional de la
Comisión De Seguimiento a la Política Pública sobre Desplazamiento
Forzado. Título: La restitución como parte de la reparación integral de las
victimas del desplazamiento forzado en Colombia. CODHES. Bogotá, junio
de 2008. p. 34.

17
Ahora bien, de acuerdo a los resultados presentados por los estudios de
CODHES relacionados con las áreas agrícolas dejadas de cultivar como
consecuencia del desplazamiento, en los últimos 11 años la suma asciende a
1.118.401 hectáreas, con un promedio de 101.673 hectáreas cultivadas
forzadas a dejar en abandono por año. Sin embargo, la suma anterior no se
compadece de los 5.5 millones de hectáreas que han sido objeto de despojo,
equivalentes al 10.8% de la superficie agropecuaria del país.18

La presente situación desemboca en un empobrecimiento escalonado de las


familias que son objeto de despojo, toda vez que sus ingresos mensuales se
ven reducidos considerablemente acercándolas peligrosamente a la línea de
indigencia. De hecho, “antes del desplazamiento, cerca del 49% de los grupos
familiares generaban ingresos mensuales superiores a la línea de pobreza y el
68.5% por encima de la línea de indigencia. Después del desplazamiento tales
índices caen dramáticamente, ya que solo el 3.4% y el 19.3 generan ingresos
familiares mensuales superiores a la línea de pobreza e indigencia
respectivamente”19.

Lo anterior refleja la contrastante realidad del despojo en Colombia y cómo se


hace urgente implementar acciones concretas que procuren soluciones reales
que protejan el campesino de la violencia como camino para la estabilidad
económica del país y la consecución de la paz. De hecho, el desplazamiento ha
dejado como consecuencia millones de hectáreas productivas al mando de
latifundistas, las cuales al ser destinadas a actividades ganaderas generan una

18
Al respecto debe señalarse que la superficie agropecuaria del país fue
calculada por el Ministerio de agricultura para el año 2006 en 51.169.651
hectáreas. Ver. Revista Hechos del callejón. Año 5. No. 47. p. 12. Junio de
2009. Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
19
Idem.
18
disminución considerable de la capacidad agrícola del país, constituyéndose de
contera, en una de las causas del menor dinamismo del PIB del sector en los
últimos años20.

Ello nos lleva a destacar el papel primordial que cumple la tierra en la


erradicación de la desigualdad, la superación de la pobreza y la realización de
los derechos de la población desplazada. Un análisis juicioso de los datos
referidos confirma la evidente conclusión que para la población campesina
desplazada por la violencia la tierra es el lugar por excelencia de los derechos y
el medio por el cual se hace posible hablar de dignidad humana21, es allí en
donde las actividades relacionadas con la agricultura, la ganadería o la
extracción de recursos naturales se constituyen en parte fundamental y casi
exclusiva del sostenimiento de los grupos familiares22. Por lo tanto, dada la
relación existencial que se genera con el recurso tierra ésta deja de ser el lugar
en donde se desarrolla la vida, a constituirse en la vida misma, pues de su
protección se hace posible el derecho de “acceder a una alimentación

20
Idem.
21
La usurpación o el abandono de tierras, cultivos y animales trajeron como
consecuencia la pérdida de activos productivos con consecuencias negativas
obvias sobre las posibilidades de generar ingresos. Para las familias que
trabajaban en sus tierras (y con sus animales) esta privación se agrava al
quedar ubicados en un medio urbano en donde no pueden ejercer las
actividades agrícolas y pecuarias para las cuales han desarrollado sus
capacidades y habilidades. Cfr. XI informe a la Corte Constitucional de la
Comisión De Seguimiento a la Política Pública sobre Desplazamiento
Forzado, titulado: Cuantificación y valoración de las tierras y los bienes
abandonados o despojados a la población desplazada en Colombia. Bases para
el desarrollo de procesos de reparación. CODHES. Bogotá, enero de 2009.
p.8
22
Revista Hechos del callejón. Año 5. No. 47. p. 12. Junio de 2009. Programa
de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
19
adecuada, de manera sostenible, culturalmente aceptable y con respeto a la
dignidad humana, (así como) el derecho a trabajar o el derecho de toda persona
a tener la oportunidad de ganarse la vida”.23 Cursiva fuera del texto

En tal sentido, “el desplazamiento forzado genera efectos destructores en


poblaciones que fundamentan su identidad cultural, sus proyectos de vida y su
subsistencia en el territorio, y quebranta el tejido social, familiar y comunitario,
la cosmogonía, los sueños y las prácticas culturales. En algunos casos, el
destierro conduce al exilio en zonas urbanas, donde las personas desplazadas
sufren discriminación y enfrentan enormes dificultades para adaptarse a las
condiciones laborales. La mayoría de estas familias permanecen en
condiciones más precarias que las de la población pobre, incluso peores que
las de la población indigente.”24

En definitiva, la tierra cumple un papel preponderante en la construcción de


un significado de dignidad dentro de la población desplazada al permitir la
realización de sus derechos representados en la capacidad de las familias de
producir lo necesario para subsistir; el incentivo de usar la tierra de una
manera sostenible; la posibilidad de acceder a mercados financieros que
permitan la liquidez frente a proyectos agropecuarios25; tener un espacio para
la educación y la recreación de los hijos; generar conexiones culturales y de
arraigo indispensables en la sana expresión de la identidad de los pueblos.

23
En BOULEY C., AA.VV., Revertir el destierro forzado: protección y
restitución de los territorios usurpados. Obstáculos y desafíos para garantizar
el derecho al patrimonio de la población desplazada en Colombia,
COMISIÓN COLOMBIANA DE JURISTAS, Ed. Estrategias MCP Ltda.,
Bogotá, 2006, p. 9.
24
Ibíd.., pp. 9-10
25
Con respecto a la conexión existente entre el recurso tierra y el acceso a
oportunidades económicas de las poblaciones pobres, ver: DEININGER, K.
Acceso a la tierra, desarrollo y reducción de la pobreza. Banco Mundial,
Bogotá. 2005. pp. 13-14.
20
1.2. El desarrollo económico como foco de desplazamiento

Algunas investigaciones atribuyen la fuerte concentración de la tierra que


existe en Colombia al equivocado énfasis en la política agraria de la primera
mitad del siglo XX de propiciar la colonización de terrenos baldíos al margen
de la frontera agrícola y la promesa de titular la tierra a quienes la despejaran y
trabajaran haciéndola productiva. Sin embargo, una vez los terrenos
estuvieron en condiciones de generar excedentes económicos, los grandes
terratenientes se apropiaron de los predios convirtiendo a los colonos en
arrendatarios, lo cual desencadenó pronto en una reacción violencia dando
lugar a la intensificación del conflicto armado26. De hecho, los informes
presentados por la Comisión de Seguimiento a la Política Pública sobre
Desplazamiento Forzado a la Corte Constitucional constatan la estrecha
relación existente entre concentración de tierra y desplazamiento. Así pues, los
datos recogidos demuestran que el desplazamiento forzado es mas frecuente
en los departamentos que registran mayores índices de concentración de
tierras, lo cual coincide con los estudios adelantados por el profesor Darío
Fajardo, quien hace eco de esta barbarie y señala que el desplazamiento se
acrecienta en zonas de mayor concentración de la propiedad, particularmente
en zonas donde la posesión de la tierra se fundamenta en la ganadería
extensiva como base del poder económico y político27.

26
IBAÑEZ, A. y QUERUBIN, P. Acceso a tierras y desplazamiento forzado
en Colombia. CEDE. Universidad de los Andes. 2004. p. 60
27
FAJARDO D. Desplazamiento Forzado, una mirada desde la economía
política. En Territorio patrimonio y desplazamiento. Seminario internacional.
Procuraduría General de la Nación y Consejo Noruego para los Refugiados.
T. I. pp. 103-142.
21
Los objetivos impulsados por la reforma agraria del año 1961 concentrados en
una política de equidad en la distribución de la propiedad rural quedaron en el
vacío y por el contrario, la problemática de la concentración de los predios
rurales se ha acentuado. De hecho, “el 94% de los propietarios del país
(3´346.445) es titular de sólo el 18,7% de la superficie (12´683.460 ha),
equivalente a 2´411.399 predios cada uno con una extensión promedio
inferior a 50 hectáreas. Mientras que el 1,4 % de los propietarios (48.212) son
titulares del 65,4% de la superficie (44´260.931 ha), representada en 29.342
predios, cada uno con extensiones promedio superiores a las 200 hectáreas”28.

Preocupa que la mayor proporción de la tierra abandonada se encuentre


precisamente en la región de la Costa Atlántica (38,2%), seguida por la
compuesta por la Amazonía, la Orinoquía y el Chocó (34,5%) y finalmente
por la Andina (27,3%)29, territorios de marcada tradición ganadera, porcentajes
que se desbordan entre los años 2000, 2001, 2002, periodos en los cuales el
fenómeno del desplazamiento se acrecentó30 generando un 47.8% de los
desplazamientos registrados en el rango comprendido entre 1995 y 200731.

28
Giovanny Martínez, en calidad de subdirector del Instituto Geográfico
Agustín Codazzi (IGAC) expone las presentes cifras en la cátedra Manuel
Ancízar. UNAL. 2007. Citado por VI informe a la Corte Constitucional de la
Comisión De Seguimiento a la Política Pública sobre Desplazamiento
Forzado. Título: La restitución como parte de la reparación integral de las
victimas del desplazamiento forzado en Colombia. CODHES. Bogotá, junio
de 2008. p. 22
29
Revista Hechos del callejón. Las caras del despojo de tierras. Año 5. No. 47.
pp. 17-20. Junio de 2009. Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD).
30
El coronel (r) del Ejército Víctor Hugo Matamoros será llamado a juicio.
Fue señalado por el mayor (r) de la misma institución Mauricio Llorente
Chávez, de facilitar a los paramilitares el ingreso a la región del Catatumbo, en
Norte de Santander, donde llegaron en 1999 y llevaron a cabo varias de sus
22
Distribución porcentual de los grupos familiares incluidos en el RUPD, según
año del primer o único desplazamiento.

Fuente. Encuesta Nacional de verificación de los derechos de la población


desplazada. Noviembre de 2007.32

Como corolario de lo anterior, la geografía de la guerra muestra que los


desplazamientos no solo se han concentrado en zonas importantes de
estrategia militar, legal o ilegal, sino en lugares con dinámicas económicas muy
atractivas para los “factores reales de poder”33. La expansión empresarial tiene
como fin el desarrollo de las regiones por medio de la implementación de

peores atrocidades. Dentro del registro señalado por la revista semana, sólo en
el primer año de incursión hubo 800 civiles asesinados, muchos de ellos en
masacres; un número incierto de desaparecidos, y al menos 20.000
desplazados. Ver. Revista Semana. El ejército abrió el Catatumbo a los paras.
Ed. 1418. 5 de julio de 2009.
31
VI informe a la Corte Constitucional de la Comisión De Seguimiento a la
Política Pública sobre Desplazamiento Forzado. Título: La restitución como
parte de la reparación integral de las victimas del desplazamiento forzado en
Colombia. CODHES. Bogotá, junio de 2008. p. 22
32
Ibid. P. 23
33
Expresión acuñada por LASALLE, F. ¿Qué es una Constitución?, Ariel,
Barcelona, 1976.
23
mega-proyectos, sin embargo, su paso ha arrojado desolación y muerte34. En
consecuencia, los territorios con potencial capacidad para la expansión de la
ganadería, agronegocios o extracción de recursos naturales se constituyen en
foco de expulsión de sus habitantes. En efecto, baste verificar la denuncia
instaurada por Iván Villamizar Luciani, defensor regional del Pueblo, frente a
la incursión paramilitar en el municipio de la Gabarra, Norte de Santander en
mayo de 1999:

“El trasfondo de la conquista del territorio ha sido el control de las


millonarias ganancias provenientes de los megaproyectos que se
desarrollan en la región: tres concesiones para la explotación de
yacimientos petrolíferos y la veta de carbón ubicada entre Sardinata
y La Gabarra. La apropiación de la tierra ha servido para el cultivo
de la palma aceitera, al cual han sido destinadas 6.000 hectáreas de

34
La multinacional CHIQUITA BRAND, empresa bananera estadounidense
reconoció que había financiado desde 2001 hasta 2004 con aproximadamente
un millón y medio de dólares al grupo paramilitar que actúa en Urabá, zona
donde ha tenido sus cultivos. Además, allí fueron asesinados
aproximadamente mil sindicalistas. Tanto las voces de los organismos de
derechos humanos nacionales e internacionales, como las pruebas que se han
recogido y siguen apareciendo, evidencian cómo los paramilitares, en alianza
con la Brigada XVII del Ejército, cometieron en conjunto crímenes de lesa
humanidad en esa región. Así pues, se registran ejemplos de las violaciones de
la CHIQUITA BRANDS: Su filial colombiana, CI Banadex, sobornó a
empleados de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) para
comprar su licencia aduanera y portuaria en el puerto de Turbo, Antioquia.
También, la empresa de Estados Unidos estuvo involucrada en el
contrabando de armas. El 21 de noviembre de 2001 el barco Oterloo, que
arribó al puerto donde opera la Chiquita Brands, traía consigo 14
contenedores, con un cargamento de 3000 fusiles AK 47 con 5 millones de
cartuchos calibre 7.65 mm. Este cargamento fue transportado hasta las faldas
del nudo de Paramillo para entregarlo a sus destinatarios, los paramilitares
comandados por Carlos Castaño. Cfr. En Internet:
http://www.solidaridad.net. Consultado el 2 de agosto de 2009.

24
un proyecto que busca llegar a 20.000 (...). Con métodos coactivos,
paramilitares y mafiosos compraron las mejores tierras de una vasta
zona que incluye los dominios adyacentes a la frontera y territorios
en Venezuela. Por ese corredor pasa una de las más importantes
rutas actuales de la cocaína”35.

Por lo tanto, el resultado de la usurpación y el despojo de los territorios


campesinos culmina con la concentración de la propiedad en pocas manos y
el consecuente uso impropio de la tierra, dando lugar a que grandes
extensiones de este recurso se destinen a la ganadería extensiva o la
implementación de agro-proyectos como caucho, pino, palma aceitera y caña
de azúcar, con la correlativa afectación a la seguridad alimentaria representada
en el mercado interno de alimentos y una ruptura abrupta del proyecto de
vida personal, familiar y comunitario de la población campesina. Así pues, la
tierra deja de ser un activo que permite el acceso al mínimo vital, y con el
desplazamiento, la seguridad material no proviene de la generosidad de la
tierra y del fruto del trabajo, sino de la ayuda de las Instituciones, de la
solidaridad de alguien o de los desechos que se puedan recoger en las plazas
de mercado, pues el poco dinero que se tiene debe destinarse a la vivienda36.

35
Iván Cepeda Castro, “Las fosas comunes en El Catatumbo”. En BOULEY
C., AA.VV., Revertir el destierro forzado: Protección y Restitución de los
Territorios Usurpados. Obstáculos y desafíos para garantizar el derecho al
patrimonio de la población desplazada en Colombia, COMISIÓN
COLOMBIANA DE JURISTAS, Ed. Estrategias MCP Ltda., Bogotá, 2006,
pp. 21-22.
36
A.A. Desplazamiento Forzado, territorio y reparación. En Revista Javeriana.
N. 737. Año 74. Agosto de 2007. p. 37
25
En este sentido, la Misión Internacional de Verificación de los Conflictos Ambientales y
Sociales de los Agrocombustibles concluyó que la soberanía alimentaria del país se
halla profundamente afectada por la expansión de cultivos para
agrocombustibles y la consecuente reducción de cultivos de pancoger. En tal
sentido, la Misión encontró que la caña de azúcar y la palma africana o aceitera
son los principales cultivos dirigidos a agrocombustibles en Colombia y los
que más alteran el libre desarrollo y el buen vivir de las comunidades. Del
mismo modo, denunció que en aras de la expansión empresarial, se ha
perdido todo escrúpulo por el respeto a la vida y la dignidad humana, toda vez
que se acude a cualquier medio con el fin de adquirir tierras para cultivos. Así
pues, fueron documentados casos de invasión territorial a las comunidades
por parte de empresarios apoyados por actores armados, amenazas y
gravísimas violaciones a los Derechos Humanos de la población civil,
incluyendo asesinatos, desplazamientos y desalojo agresivo, entre otros37.

En definitiva, el desplazamiento forzado se convierte en una estrategia


histórica de bajo costo para ocupar y explotar tierras, transformar su uso,
controlar económica, política y militarmente y propiciar el sacrificio de
intangibles como la cosmogonía o el arraigo, de modo que la ocupación
violenta de los territorios se concentra en una actividad estratégica de guerra o
desarrollo empresarial pero termina auspiciando la perdida de la identidad
cultural de los pueblos. “En la mayoría de los casos se pierden los grupos de
referencia, se destruyen las bases de la identidad personal y familiar (…). La
desaparición de la comunidad, referida incluso solo al área geográfica genera
sentimientos de confusión, humillación, desesperación y culpa”38.

37
Cfr. En Internet: www.censat.org. Consultado el 15 de julio de 2009
38
CASTAÑO. En Raíces sin tierra. Atención e impacto del desplazamiento
Forzado, Procuraduría General de la Nación. 1999. p. 67
26
1.3. Estado de facto

El Estado Social de Derecho, cuyo centro dinamizador es la dignidad de la


persona humana, pierde su horizonte cuando es puesto al servicio de los
intereses de una minoría ubicando a la población civil en el centro de la
confrontación política, económica y militar sometiéndola a las resultas de un
ordenamiento jurídico que no consulta la realidad de la comunidades39;
cuando se entregan bastas zonas de territorio a la explotación empresarial
dando lugar a una pauperización escalonada y sistemática del agro, y por ende,
del campesino; cuando el monopolio de la fuerza se comparte con grupos
armados ilegales propiciando la barbarie40.

El ideal de un Estado social y democrático en el marco de una carta de


derechos incluyente que asegure “a sus integrantes la vida, la convivencia, el
trabajo, la justicia, la igualdad, el conocimiento, la libertad y la paz”41, se hace
inane dentro de un contexto de irrespeto sistemático de los derechos humanos
que ridiculiza la obligación del Estado de garantizar la vida y la integridad de
sus asociados. No se comprende cómo en la era de “la política de seguridad
democrática”42 en la cual se afirma que la fuerza pública ejerce control sobre el
97% del territorio nacional, mas de dos millones de personas hallan tenido
39
Ver la sentencia C-175 de 2009 por el cual se declara inconstitucional la ley
1152 de 2007, mejor conocida como Estatuto de Desarrollo Rural
40
Ver declaración del Coronel (r) Hernán Orozco en la audiencia por la cual
se le condena por la masacre de Mapiripan (Meta) impetrada por los
paramilitares en anuencia con las fuerzas militares: “Los paramilitares son la
amante del militar, no se puede llevar a la casa, pero hay que tenerla”.
41
Ver Preámbulo de la Constitución Política de Colombia.
42
La Política de Seguridad Democrática representa la columna vertebral en
materia de seguridad y confianza inversionista del gobierno del Presidente de
la República de Colombia: Dr. Álvaro Uribe Vélez.
27
que desplazarse por conducto del conflicto armado y que 385.000 familias
hallan perdido o abandonado 5.5 millones de hectáreas de tierra, siendo objeto
de usurpación y despojo por parte de latifundistas y empresarios.

La negligencia del Estado en la generación de soluciones efectivas a la


problemática del despojo acentuó el problema del desplazamiento43, no en
vano fue declarado el estado de cosas inconstitucional a través de la sentencia
T-025 de 2004 con el fin de paliar este problema de hondas repercusiones
sociales que había desbordado la capacidad de las Instituciones. Del mismo
modo, a través de los diferentes autos complementarios de la sentencia en
cuestión la Corte ha mantenido una vigilancia constante encaminada al
cumplimiento de las directrices dadas allí con el fin de superar esta emergencia
humanitaria. En este propósito, es importante destacar que la problemática de
la tierra es apenas uno de los derechos conculcados a la población desplazada
e ingresa dentro del rango de los derechos patrimoniales con vocación de ser
reparados como consecuencia de su despojo y usurpación.

43
La comisión intereclesial de justicia y paz tuvo ocasión de pronunciarse
acerca de la complicidad del Estado en los mecanismos de usurpación y
despojo de las tierras y territorios de la población desplazada. En tal sentido,
afirmó: “El desarraigo forzoso es un mecanismo de represión y de control de
la población por la actuación directa del Estado o en su complicidad con
estructuras armadas encubiertas o clandestinas de tipo paramilitar, en
desarrollo de estrategias contrainsurgentes. (…) La mirada institucional evade,
oculta, niega o trasfiere sus responsabilidades jurídicas, éticas, políticas, tanto
como con las causas profundas del desplazamiento referida a intereses
económicos, de poderes locales, nacionales e internacionales con intereses en
la concentración de la tierra, en la expropiación de los minifundios, en las
posesiones estratégicas de tierras y de territorios significativos en la
globalización del mercado”. Cfr: en Internet:
http://justiciaypazcolombia.com/De-desplazados-de-retornados-y-de.
consultado el 3 de agosto de 2009.

28
El derecho a la restitución fue recogido dentro de los principios Pinheiro44 de
la ONU el año 2005, sumándose a los esfuerzos desplegados por nuestra
Corte Constitucional y los aportes de diferentes instituciones defensoras de
derechos humanos; sin embargo, a la fecha, la realidad del despojo se ha
acrecentado debido a la renuencia del Estado a contribuir en la superación de
obstáculos normativos e institucionales que faciliten la esperanza de una
compensación, una reubicación o un retorno en condiciones de dignidad.

Ahora bien, en la frontera entre la formalidad jurídica y la realidad se ubica la


población campesina y su arraigo a la tierra. La normatividad existente define
los linderos por los cuales puede moverse el intérprete, y los alcances y
posibilidades de quienes tienen la tierra como medio de subsistencia. Sin
embargo, las disposiciones señaladas dejan en evidencia que frente a la
realidad del desplazamiento forzado que vive Colombia, la normatividad
vigente, en materia civil y comercial es anacrónica, toda vez que su aplicación
sería comprensible bajo unas condiciones normales de trafico de bienes y
servicios entre los particulares, y por ende, de seguridad; pero en un contexto
de conflicto armado con un escenario de violación sistemática de derechos de
diferente índole, un ordenamiento de esta naturaleza propicia impunidad
frente al despojo y la usurpación.

Dadas las especiales circunstancias de violencia que enfrenta Colombia por la


presencia de grupos armados ilegales, por la influencia del narcotráfico, por la
proliferación de megaproyectos que esconden oscuros intereses
expansionistas en las zonas rurales del país, por la corrupción de la clase
44
Así se conocen los principios definidos por Naciones Unidas y adoptados
por la subcomisión de promoción y protección de derechos humanos del
mismo organismo el 28 de junio de 2005 acerca de la restitución de las
viviendas y el patrimonio de los refugiados y las personas desplazadas.
29
dirigente y la inestabilidad Institucional, el ordenamiento jurídico que regula la
materia no se compadece de la realidad del campesino, quien debe sortear a
diario el insoportable contraste de permanecer aferrado a la tierra como medio
de subsistencia o huir desplazado a la ciudad para salvaguardar su vida y la de
su familia45.

1.4.3.. La negligencia Institucional

El ideal democrático que deviene con la Constitución de 1991 bajo el rótulo


de Estado social y democrático del derecho le impuso al Estado el deber
constituirse en el garante de los derechos de todos los asociados, de modo
que en uso del principio de la igualdad, todas las personas gocen de las
mismas oportunidades y derechos sin menoscabo de ninguno. Las
Instituciones deben, por tanto, colaborar con este propósito; solidamente
trabadas deben posibilitar la realización del bien común en un contexto de
participación sin segregación y de sinergia de fuerzas encaminadas a asegurar
la vida, la convivencia, el trabajo, la justicia, la igualdad, el conocimiento, la
libertad y la paz, dentro de un marco jurídico, democrático y participativo que
garantizara un orden político, económico y social justo; fundado en el respeto
de la dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que la
integran y en la prevalencia del interés general46.

45
Una suma indeterminada de colombianos han tenido que acudir a la vía del
desplazamiento como mecanismo para proteger su vida y la de sus seres
queridos ante la amenaza de grupos armados que con el fin de apropiarse de
sus bienes les han insinuado: “o me vende o le compro a la viuda”. Cfr. En
Internet: www.revistadesarrollohumano.org. Consultado el 16 de julio de
2009.
46
Ver preámbulo y artículo 1 de la Constitución Política de Colombia.
30
En el marco de los derechos escritos, el calidoscopio de la realidad supera el
texto constitucional siendo la desnudez de la vida cotidiana la que impone su
lógica implacable. En este contexto es innegable la perdida de autonomía de
las ramas del poder público, el avance del narcotráfico, la violación sistemática
de los derechos humanos, la penetración de los grupos armados ilegales en la
institucionalidad del país y su incidencia en las decisiones políticas, la
corrupción administrativa, el resurgimiento de los grupos emergentes de las
autodefensas en algunas regiones, entre otros, que conducen a considerar la
Carta Constitucional como un texto, escrito para otra sociedad, más
organizada y menos salvaje.

Siendo la Constitución el alma del Estado, la crisis social arroja una crisis
Institucional que deviene en un ordenamiento jurídico que prefiere intereses
particulares en contravía del bien común47 y de la sólida configuración de las
Instituciones públicas o que incurre en el error de declarar enemigos de la

47
El derecho positivo entra en crisis cuando el ejercicio del poder legislativo
ordinario o extraordinario se mira a sí mismo y profiere normas que no
consultan la realidad social. Ello ha conducido a que decisiones con declarada
trascendencia nacional, verbi gratia, la ley 1152 de 2007, hayan sido exluidas del
ordenamiento jurídico por la Corte Constitucional, supremo tribunal en quien
reposa la responsabilidad de velar porque los principios, derechos y deberes
contenidos en la Carta Magna sean respetados y garantizados. En este sentido,
COSTAS DOUZINAS señala: “Desde una perspectiva subjetiva, los derechos
en la postmodernidad se han convertido en predicados o extensiones del ser,
una colección elaborada de máscaras que el sujeto se pone bajo el imperativo
de lo auténtico, de ‘ser él mismo’ de perseguir su versión particular de la
identidad. (…) El acuerdo general en cuanto a que cualquier interés o deseo es
condición suficiente para ser constitutivo de ‘humanidad’ satisface por contera
la creación de un nuevo derecho. Es en esta medida que el “ser” y el “deber
ser” colapsan, es en esta medida que los derechos son minimizados y
reducidos al nudo hecho y a simples acuerdos expresados por el legislador,
(…) reducidos a las prioridades disciplinarias del poder y la dominación. Ver:
DOUZINAS, C. El fin de los derechos humanos. Legis. Bogotá. 2008. p. 14.
31
democracia a quienes opinan diferente48. En este sentido, la Corte
Constitucional mediante la sentencia C-175 de 2009 declaró la
inconstitucionalidad de la ley 1152 de 2007 debido a la ausencia de consulta
previa a las comunidades indígenas y afrodescendientes sobre el impacto de
esta reglamentación en sus territorios; idéntica sanción sufrió la ley que
intentó regular todos los asuntos relacionados con la explotación de los
recursos forestales en Colombia, conocida como la “ley forestal”,
circunstancia que deja en evidencia la inmadurez democrática de nuestras
Instituciones, y por ende de sus responsables, siendo una realidad incluso en la
operatividad de los organismos que deben coordinar la problemática del
desplazamiento y de proveer rutas efectivas de protección de las tierras
usurpadas a la población desplazada.

En efecto, dentro del espectro de la administración de tierras en Colombia, el


Estado carece de un diseño institucional y de política pública para el acceso y
la protección de la propiedad que permita establecer sistemas de registro de
bienes inmuebles con bases de datos actualizadas y confiables, lo cual
contribuye a la precariedad de la información recogida sobre la materia,
inconexa y desactualizada; no existe dentro de las diferentes Instituciones
responsables la debida coordinación que genere confianza acerca del
tratamiento que se le está dando al problema de la usurpación de tierras de

48
El Presidente de la República arremete contra la Corte Suprema de Justicia
después de poner en entredicho la reelección presidencial del año 2006 por las
dudas que generó la reforma constitucional al interior del Congreso de la
República. En tal sentido expresó: “He ejercido la Presidencia de la República
con amor a Colombia, con el único propósito de servir bien al interés general.
He querido luchar por un país seguro, próspero y equitativo. La trampa del
poder del terrorismo agónico, para la cual se han prestado magistrados de la
Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, no parece tener solución judicial”.
Ver en Internet: http://noticiasuno.com/noticias/uribe-repeticin-
elecciones2.html. Consultado el 22 de julio de 2009.
32
acuerdo a lo establecido en la ley 387 de 1997 y los decretos reglamentarios,
presentándose incluso negligencia en la aplicación de la norma por parte de
notarías y oficinas de registro en cuanto a la prohibición de constituir
escrituras públicas e inscribir negocios que se originen dentro de las zonas
declaradas en riesgo de desplazamiento por los comités creados para el efecto.

Según la directriz constitucional, las Instituciones públicas deben contribuir a


garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes de todos los
asociados. Sin embargo, la realización de los fines esenciales del Estado
orientada a la prevalencia del interés general se hace inane frente a la realidad
de sus Instituciones, afectadas por la insuficiencia de recursos públicos que
permitan el cumplimiento de las misiones asignadas, la pobre coordinación y
lamentable articulación entre ellas reducen la expectativa de cumplir el ideal de
un Estado social de derecho en el cual la sinergia de proyectos comunes
contribuya a la implementación de acciones concretas de desarrollo que
jalonen el Estado a su propia transformación y modernización, el respeto a los
derechos humanos, la promoción de la dignidad de la persona humana y la
respuesta oportuna a las necesidades sociales.

En efecto, la nueva política de tierras que pretende la Corte sea implementada


por el Estado tiene tres propósitos49 que no fueron atendidos rigurosamente
por Acción Social:

49
Hechos del callejón. Las caras del despojo de tierras. Año 5. No. 47. Junio
de 2009. Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) p. 5
33
1. Contar con un mecanismo eficiente para esclarecer la verdad con
respecto a la magnitud, modalidades y efectos de los abandonos y
despojos de tierras ocurridos como consecuencia del conflicto armado.
2. Identificar reformas institucionales y normativas por medio de las
cuales se logre asegurar la restitución de los bienes de la población
desplazada.
3. Diseñar y ejecutar un mecanismo para recibir, tramitar y resolver las
reclamaciones de restitución de tierras de las victimas de abandonos o
despojos según las distintas formas de relación jurídica de la población
desplazada con los predios abandonados.

1.5. Retos a implementar

Con la promulgación de la reglamentación sobre protección de tierras se logró


direccionar el tratamiento que venía recibiendo el problema de la usurpación
de bienes patrimoniales de la población desplazada por parte de las
Instituciones del Estado; empero, según lo señalado a lo largo del presente
capítulo, se hace urgente implementar verdaderas políticas públicas orientadas
a la construcción de un sistema de protección normativo, institucional y social
que incluya por vía de excepción la realidad del desplazamiento y enfrente los
efectos negativos a nivel personal, familiar y comunitario que aquejan esta
población.

El Estado Social de Derecho que heredamos con la Constitución de 1991


declara el principio de la dignidad de la persona humana como fin en sí
mismo, de modo que la finalidad del Estado se estima según la capacidad de
garantizar los derechos de los asociados, siendo la vida el primero de todos

34
ellos, y por su conducto el mínimo vital, representado para el efecto, en la
realización de las condiciones existenciales mínimas para poder disfrutar una
vida en condiciones de dignidad.

Por lo tanto, es imperativo enfrentar los problemas estructurales que a nivel


Institucional y normativo adolecen en el país con el fin de superar los
obstáculos que impiden la protección de las tierras abandonadas o usurpadas a
causa del conflicto armado en desmedro de la realización del mínimo vital, y
de contera, de la materialización del principio de la dignidad humana de la
población campesina desplazada por la violencia. Para tal fin se sugiere:

 Fortalecer el sistema de información sobre titularidad de tierras en el


país de modo que sea confiable, actualizada, unificada e integral. En
consecuencia, el sistema de catastro debe contener información
actualizada y unificada con las demás instituciones, de modo que
consigne simultáneamente aquella relativa a los derechos de propiedad,
posesión, ocupación y tenencia, toda vez que son estos últimos los
medios más afectados y perseguidos a través de la usurpación y el
despojo.
 Instruir a todos los agentes de las diferentes entidades gubernamentales
para que al momento de tomar la declaración de las personas en
situación de desplazamiento interno, les informen sobre sus derechos a
la propiedad y a la posesión y sobre los mecanismos para el
aseguramiento de sus bienes y las acompañen y asesoren en la
protección de sus derechos en la materia.
 Establecer un dialogo entre la normatividad civil y comercial (sustantiva
y adjetiva) con la realidad del desplazamiento forzado, de manera que
por vía de excepción se flexibilice la dogmática de la norma al consagrar
35
una protección especial de derechos que recaiga sobre las tierras que la
población desplazada ostenta.
 En consonancia con lo anterior, invertir la carga de la prueba de modo
que surja la presunción a favor de la víctima, y por tanto, la exigencia de
acreditar algún derecho de dominio sobre la tierra no se constituya en
patente de corzo para desconocer la calidad de interesado dentro de los
eventuales procesos judiciales que se surtan.
 Implementar acciones administrativas al interior de los entes
territoriales orientadas a la formalización de la propiedad rural, de
manera tal que quienes gocen de la calidad de poseedores u ocupantes,
y satisfagan algunas condiciones excepcionales previamente normadas,
reciban la titularidad respectiva y se garantice su acceso a la tierra de
manera efectiva y segura.
 Establecer un registro especial para población desplazada que
abandonó bienes inmuebles rurales y urbanos con el fin de identificar a
las víctimas que, además de la atención a la población desplazada,
tienen derecho a la reparación, vía la restitución de sus bienes, o la
indemnización.
 Propiciar la implementación de una política integral dirigida a la
población desplazada acorde con un enfoque restitutivo que se
diferencie claramente de la política de atención humanitaria y de
estabilización socioeconómica50. Si bien la realidad del desplazamiento

50
“La población desplazada es tratada en algunas entidades como destinataria
de programas generales relativos a la población vulnerable. En este sentido,
los desplazados no son distinguidos del resto de la población vulnerable
cuando su condición especial de extrema penuria e indefensión ha llevado a
que las normas nacionales e internacionales vigentes exijan que los
desplazados reciban una atención específica, adecuada y oportuna para
proteger sus derechos”. Auto 178 de 2005

36
impone la necesidad de acoger humanitariamente al desplazado, ello no
es óbice para ignorar las causas de su generación: el despojo y la
apropiación de sus bienes por parte de los grupos armados. Por tanto,
se hace urgente establecer mecanismos orientados a evitar que los actos
de barbarie obtengan la finalidad perseguida. De otra manera, tales
actos seguirán repitiéndose ante la mirada impotente de las autoridades
encargadas de evitarlos.
 Propiciar una cultura de responsabilidad social al interior de las
Instituciones encargadas de velar por el desarrollo agropecuario en el
país para que el proceso de industrialización y tecnificación de agro
consulte las reales necesidades del campesino considerándolo un agente
activo de la productividad rural y por lo tanto, se le respeten sus
derechos.
 Explorar políticas y estrategias encaminadas a la solución del conflicto
armado en el país partiendo de la construcción de nuevas relaciones
campo-ciudad que permitan estabilizar las poblaciones rurales en
condiciones que satisfagan sus derechos fundamentales, sus
requerimientos básicos de empleo e ingresos y sus expectativas políticas
y culturales.
 Por último, garantizar el derecho a la no repetición de los hechos que
causaron el despojo o la usurpación de las tierras.

37
INICIO

LA INTERDISCIPLINARIEDAD EN LA TEOLOGÍA: UNA


HERRAMIENTA PERTINENTE PARA SU ACTUALIZACIÓN
CIENTÍFICA Y SOCIAL

POR: JAIRO ROLANDO ACUÑA LANCHEROS

“Entendemos, además, que la verdadera promoción humana

38
no puede reducirse a aspectos particulares: “Debe ser integral, es decir,

promover a todos los hombres y a todo hombre”

Gaudium et Spes 76

"Para las personas creyentes, Dios está al principio. Para los científicos,

está al final de todas sus reflexiones."

Max Planck

“Trababan también conversación con Pablo algunos filósofos epicúreos y


estoicos.

Unos decían: ¿qué querrá decir este charlatán? Y otros: “parece ser un
predicador de divinidades extranjeras”. Porque anunciaba a Jesús y la
Resurrección.

Le tomaron y le llevaron al Areópago; y le dijeron: ¿podemos saber cuál es esa


nueva doctrina que tú expones? Pues te oímos decir cosas extrañas y

querríamos saber qué es lo que significan.

39
Pablo, de pie en medio del Areópago, dijo: Atenienses, veo que ustedes son,
por todos los conceptos, los más respetuosos de la divinidad. Pues al pasar y
contemplar sus monumentos sagrados, he encontrado también un altar en el
que estaba grabada esta inscripción: “al Dios desconocido”. Pues bien, lo que
adoran sin conocer, eso les vengo yo a anunciar.

Hch. 17, 18-20. 22-23

Es significativo para mí poder estar con ustedes compartiendo con los


invitados y asistentes al IX Congreso de Formandos “Responsabilidad social:
Impacto y transformación en la crisis actual”, un tema que considero
pertinente en razón de los movimientos que dentro de la esfera local, regional,
nacional e internacional se están presentando, y que por el impacto que dicha
dinámica proyecta, necesariamente toca a todos y cada uno de los ámbitos en
los que la Iglesia actualmente hace presencia.

Solo basta escuchar la radio, leer las noticias de cualquier periódico del
mundo, así como otros medios de divulgación general para observar cómo se
repite de diferentes formas la expresión CRISIS: crisis energética, crisis
alimenticia, crisis económica, crisis política, crisis de valores, y así
sucesivamente. Sin embargo, para efectos del presente Congreso, me limitaré a
hablar de cómo el “fenómeno crisis” está afectando la forma en que se
construye hoy conocimiento y su impostergable necesidad de hacerlo realidad
a través de la praxis humana.

40
Desde décadas pasadas, estudiosos del fenómeno económico han venido
identificando la presencia del efecto globalizador en las economías capitalistas,
el cual ha venido -poco a poco- permeando las realidades locales de los
países subdesarrollados. No obstante, hombres como Joseph E. Stiglitz -
premio Nobel de economía 2001- en su artículo “El descontento con la
globalización”51 sostiene que “El problema, por tanto, no reside en la
globalización en sí, sino en la forma de manejarla”52; es decir, se reconoce que
tal fenómeno ha demostrado tener grandes ventajas para los diferentes
sectores productivos de las economías mundiales, pero de igual forma se
observa que dicho fenómeno no tiene el mismo impacto en los países en vía
de desarrollo y, por ende, tampoco ha logrado llegar a todos los ámbitos
culturales de las comunidades.

Esta realidad tan cambiante se ha insertado en el ideal existencial del hombre y


la mujer del siglo XXI. El camino de la senda de “lo seguro y estable” ha sido
difuminado, no aparece en el panorama debido al surgimiento del principio de
la incertidumbre: “La realidad parece más bien un sistema inestable como una
nube”53. Este sentimiento, ésta perspectiva de vida, es la que está interpelando
ya no pausada sino directamente los cánones formativos de las instituciones
de educación superior, específicamente el plan curricular, las prácticas
laborales y los procesos de investigación.

51
STIGLITZ, Joseph. El descontento con la globalización. En: GIRALDO
ISAZA, Fabio. comp. Pánico en la globalización. Bogotá D.C.: Fundación
para la Investigación y la Cultura, 2007. p. 56 – 85.
52
Ibíd., p. 58.
53
TUNNERMANN BERNHEIM, Carlos. La Universidad Latinoamericana
ante los retos del siglo XXI. Barcelona: Paidós, 2003. p. 113.

41
Después de la segunda guerra mundial, 1939 - 1945, las grandes potencias
reconocieron el papel que desempeñó el avance del conocimiento científico,
no sólo en la carrera armamentista, sino también en el impacto que éste
tendría en el nuevo orden mundial, por ejemplo la Bomba atómica. Es así
como en la época de la pots-guerra -1950- por medio de entes institucionales
como la ONU, los países se colocaron como premisa que “todo avance
científico debería estar al servicio de la humanidad y no en detrimento de
ella”; esto motivó a organizar los centros de educación superior en facultades
o departamentos donde el criterio metodológico era la construcción
epistemológica de las ciencias, enfocada principalmente a fortalecer el
conocimiento en forma disciplinar.

Éste modelo -de lo específico, de lo disciplinar- se observa hoy como el gran


causante del aislamiento y fragmentación del conocimiento; si bien es cierto
logró que disciplinas como la psicología, la sociología, antropología -entre
otras- se consolidaran epistemológicamente, por otro lado, ayudó a una
división categorial del conocimiento, entre ciencias exactas y ciencias sociales,
colocando como base del estatuto científico el método científico54.

Pero es precisamente la era de la mundialización la que está modificando este


paradigma55. La visión del mundo como la “gran aldea” direccionada por los
modelos económicos ha posibilitado la maximización del desarrollo de las

54
MARDONES, J.M. Filosofía de las Ciencias Humanas y Sociales.
Barcelona: Antrophos, 2005.
55
“Considero a estos como realizaciones científicas universalmente
reconocidas que, durante cierto tiempo, proporcionan modelos de problemas
y soluciones a una comunidad científica”. KUHN, Thomas Samuel. La
estructura de las revoluciones científicas. México: Fondo de Cultura
Económica, 1991. p.13.
42
TIC -Tecnologías de la información y las comunicaciones-, las cuales son
hoy el punto obligado de referencia para indicar la brecha entre países ricos y
países pobres. Por esta razón, hoy más que nunca, la ciencia está en la
obligación de establecer un “diálogo interdisciplinario” debido a que los
problemas que aquejan a la humanidad son de suma complejidad que, desde
una mirada unívoca, la ciencia no está ni estará en capacidad de dar solución -
o por lo menos aminorar- el sin número de dificultades o sufrimientos que
aquejan a los pueblos actualmente56.

De acuerdo con las investigaciones realizadas, la mayoría de los biógrafos


coinciden en afirmar que el sociólogo Louis Wirtz fue quien en el año de 1937
publicó por primera vez el término “interdisciplinariedad”, sin desconocer que
“Antes, la Academia Nacional de Ciencia de los Estados Unidos había
empleado la expresión "cruce de disciplinas", y el Instituto de Relaciones
Humanas de la Universidad de Yale había propuesto el término "demolición
de las fronteras disciplinarias" (Sills, 18). Es pertinente hacer un cuidadoso
deslinde conceptual del término “interdisciplinariedad”, distinguiéndola de la
multidisciplinariedad, pluridisciplinariedad y transdisciplinariedad; considero
necesario hacer claridad conceptual, ya que más adelante permitirá consolidar
la relación existente entre ésta metodología de investigación con las diferentes
acciones llevadas a cabo dentro de la pastoral social.

Según Tunnermann “La mejor contribución a este esfuerzo es el que resultó


del proyecto de investigación que sobre la interdisciplinariedad auspició en los
años 1969 y 1970, el Centro para la Investigación y la Innovación con el

56
ACUÑA LANCHEROS, Jairo Rolando. Una mirada Introspectiva de la
Facultad de Teología ad portas del siglo XXI. En: Reflexiones Teológicas.
Julio-diciembre, 2007, no. 1. p. 39 - 54.
43
Seminario sobre la Interdisciplinariedad en las universidades, que tuvo lugar
en la Universidad de Niza, Francia, en septiembre de 1970” 57. De allí se ha de
resaltar el aporte dado por el Profesor Jean Piaget al distinguir tres niveles de
interdisciplinariedad, teniendo como base el alcance de la interacción entre las
disciplinas componentes:

1. El nivel inferior podría ser llamado “multidisciplinariedad” y ocurre


cuando la solución a un problema requiere obtener información de una
o dos ciencias o sectores del conocimiento, sin que las disciplinas que
contribuyan sean cambiadas o enriquecidas.

2. En el segundo nivel está el término “interdisciplinario”, donde la


cooperación entre varias disciplinas o sectores heterogéneos de una
misma ciencia lleva a interacciones reales, es decir, hacia una cierta
reciprocidad de intercambios que dan como resultado un
enriquecimiento mutuo.

3. Finalmente, en el tercer nivel, está la “transdisciplinariedad”, la cual, no


sólo cubriría las investigaciones o reciprocidades entre proyectos
especializados de investigación, sino que también situaría esas
relaciones dentro de un sistema total que no tuviera fronteras sólidas
entre las disciplinas.

A partir de ésta distinción tomaré como base conceptual de


interdisciplinariedad “la que implica la integración de sus métodos y
conceptos, que ante todo es un principio y esencialmente una categoría

57
TUNNERMANN BERNHEIM, Op.cit., p. 140-141.
44
científica que se relaciona concretamente con la investigación”. Desde ésta
perspectiva, la construcción del conocimiento no se limitará a realizarse al
interior de cada disciplina, sino que se ve en la obligación de abrirse a otros
espacios, a asumir una actitud de apertura frente a los aportes de las otras
disciplinas y a valorar lo que el mundo exterior le proporciona desde el marco
experiencial personal y social de las comunidades.

Esta realidad toca todas las esferas del conocimiento en general y,


concretamente, la disciplina teológica. Es así que buscando inicialmente lograr
reconocer las causas por las cuales la pastoral implementada por los
misioneros de la Consolata en el corregimiento de La Tagua, departamento
del Putumayo58 se encontraba en un estado de constante crisis, se hizo
imperante abordar su estudio desde su misma realidad actuante, es decir, su
materialización, a través de un proceso de investigación exhaustivo y
concienzudo que logró identificar el sin número de factores que estaban
afectando los procesos evangelizadores en esa región.

De igual manera esta situación de


complejidad también se logró
evidenciar a través de los procesos
investigativos acerca del desarrollo
de la pastoral en el barrio sub-
normal de Caracolí, ubicado en la
Localidad de Ciudad Bolívar.
Nuevamente, se logró identificar

58
ACUÑA LANCHEROS, Jairo Rolando. El Enfoque Holístico:
requerimiento fundamental para la Holopraxis Misionera Intercultural
Allamaniana del teólogo IMC en La Tagua – Putumayo. Bogotá D.C.: 2008.
45
cómo el desplazamiento, la ausencia de Estado, el desarraigo, la
marginalización, la pobreza, el regionalismo, la violencia intrafamiliar, etc.,
están afectando los procesos evangelizadores, llevando a que estos sean
infructuosos, en razón de la complejidad de las problemáticas que aquejan a
ésta comunidad y que -lamentablemente- todas convergen en el momento en
que se pregunta por el proyecto personal de vida y el marco experiencial
comunitario.

Como fruto de éstas investigaciones


-con comunidades indígenas en el
Resguardo indígena de
Toribío/Cauca, el barrio sub-normal
Juan José Rondón/Bogotá, entre
otras- la reflexión que emerge en mi
condición de teólogo es la de
actualizar el papel que desempeña la
interdisciplinariedad en el marco del conocimiento científico, y con mayor
relevancia, en la construcción de la ciencia de la fe o teología59, pues como
muy bien lo expresa el teólogo Jesuita Carlos Novoa, “La teología de manera
científica (…) debe ser interdisciplinaria e histórica. Interdisciplinar pues debe
dialogar permanentemente con todos los demás saberes; e histórica, porque
tiene que encarnarse en los grandes retos de la sociedad, en sus grandes
desafíos, como hizo Jesús”60.

59
NOVOA, Carlos. La teología es una ciencia histórica e interdisciplinar. En:
Theologica Xaveriana. Enero-marzo, 2002, no. 141. p. 136.
60
Ibíd., p. 163.
46
Esto me lleva a afirmar que el discurso teológico “deberá estar inserto en las
realidades de las comunidades, en la conciencia de los sujetos, elaborado a
partir de una experiencia de fe que se hace y construye históricamente pero
que en razón de su naturaleza, requiere de otras disciplinas para la
comprensión de los grupos humanos y de los sujetos que la componen”61. En
palabras del teólogo Jaime Flórez -las cuales son bastante dicientes- cuando
afirma: “En este nuevo contexto de crisis de época, marcado por la nueva
realidad geopolítica, la creciente incredulidad, el aumento vigoroso de la
desigualdad social, el deterioro ecológico del planeta, y el desbarandamiento
de los ideales modernos que nos prometían la felicidad fundada en la razón y
la ciencia, se exige a la teología una nueva forma de percibir, hacer y ofrecer su
palabra al mundo de hoy”62.

Esta forma de construir conocimiento -y por ende conocimiento teológico-


obliga necesariamente a elaborar una demarcación conceptual de lo que se
entiende por el término teología. Etimológicamente, se compone de dos
términos griegos: theós y logía que significan Dios y ciencia o tratado
respectivamente. No obstante, en esta misma acepción, surge un primer
problema porque el objeto de estudio -Dios- no nos es posible abordarlo,
precisamente, como objeto; además, empíricamente, la percepción y
construcción individual y colectiva de la experiencia de lo sacro no es unívoca.
Ya en la antigüedad, los griegos entendían el discurso teológico como ciencia
de las cosas divinas, con un marcado asiento cosmológico. En la visión de
Platón y Aristóteles, la teología era la ciencia encargada de hablar de los

61
ACUÑA LANCHEROS, Jairo Rolando. Una mirada Introspectiva de la
Facultad de Teología ad portas del siglo XXI. En: Reflexiones Teológicas.
Julio-diciembre, 2007, no. 1. p. 45.
62
FLÓREZ, Jaime. La teología como logos hermenéutico del Theos:
aproximación desde su estatuto epistemológico. En: Theologica Xaveriana.
Enero-junio, 2008, no. 165. p. 161.
47
principios, de las narraciones mitológicas. Los Estoicos, por su parte, la
identificaron como un constructo de orden social que legitima el statu quo de la
época, marcadamente teocrática (el orden social en relación a Dios) en todos
los ámbitos del conocimiento.

Situados en la era cristiana, la teología entendida como disciplina encuentra


obstáculos desde su mismo origen ya que está referida al paganismo greco-
romano -en primera instancia- y porque, cultural y teológicamente, los
hebreos entienden el conocer de Dios como sabiduría -fruto de la experiencia
histórica de la revelación- y no como ciencia, carácter que define al
pensamiento griego. Es por eso que no se puede hablar de teología como
disciplina hasta entrada la Edad Media gracias a la apropiación de los escritos
de los filósofos griegos Platón y Aristóteles, así como de otros autores, traídos
por los árabes a Europa; este hecho posibilitó una primera sistematización de
lo que es el tratado de la intelección de la fe.

Autores como Eusebio de Cesarea, Dionisio el Areopagita, Agustín de


Hipona, Abelardo, Anselmo de Canterbury, Santo Tomás, Ricardo de San
Víctor -entre otros- profundizaron en la formulación del concepto de
teología referido al estudio de los misterios sagrados de la doctrina cristiana
valiéndose de la herramienta del conocimiento humano, imperfecto éste, pero
susceptible de aprehender y oscultar cada vez más el misterio revelado de la
encarnación del Hijo de Dios como designio salvífico de la Divinidad siempre
actuante. Pero es con Duns Scoto con el que el término teología toma un
carácter especulativo más que doctrinal, de ahí que se empieza a hablar en

48
plural de teologías: mística, ascética, moral, apologética, cargadas de
componentes afectivos, intuitivos, existenciales, racionales, intelectuales63.

Toda esta carga de doctrina, simbología, experiencia mística, racionalidad y


reflexión desembocará actualmente en los postulados de una teología
capaz² €colocar en cuestión sus mismos fundamentos con el propósito de
hacer hermenéutica del propio verbo creer en los albores del siglo XXI, en
donde hacer teología y tener fe se implican mutuamente en una dialéctica vital
que logre dar razón de la esperanza que nutre el espacio vital del cristianismo:
la comunidad eclesial. Dichas hermenéuticas se postulan como ecuménicas,
interreligiosas, de género, pluralistas, inculturadas, con atención hacia lo social;
en general, en escucha atenta de las exigencias de los grupos humanos y sus
necesidades materiales y de sentido.

No obstante, la tarea de consolidar esta evolución de la concepción misma de


la disciplina teológica y su razón de ser encuentra “renovados” obstáculos.
Recientemente -a manera de ejemplo representativo- en marzo del año 2007,
la Congregación para la Doctrina de la Fe, bajo el auspicio del actual Papa
Joseph Ratzinger -Benedicto XVI- hizo una notificación oficial que
cuestiona los argumentos que el sacerdote jesuita Jon Sobrino hace en sus
postulados cristológicos de acuerdo con la teología denominada de la
liberación. En ellos, Sobrino aduce que la teología ha de responder a las voces
de los interlocutores válidos por excelencia de la revelación cristiana, a saber,
los empobrecidos de la tierra. Ellos son lugar teológico que ineludiblemente
marca la diferencia a la hora de postular horizontes de sentido pero, sobre

63
VELEZ CARO, Olga Consuelo. El Método Teológico. Pontificia
Universidad Javeriana, Facultad de Teología, Colección Apuntes, Bogotá
D.C.: 2006. p. 10 – 19.
49
todo, acciones pastorales que pretendan liberar no solo del pecado a la
condición humana sino también de sus consecuencias estructurales, es decir,
de aquello de lo que se denomina pecado social.

Para Sobrino -en comunión con Gustavo Gutiérrez, padre de la teología de la


liberación y otros autores como Leonardo Boff- los lugares teológicos no es
que hayan cambiado mucho respecto a la teología tradicional, sino que lo que
ha cambiado es el grado de la conciencia histórica del ser humano, por tanto,
su racionalidad no se conforma con un discurso medieval esencialista, válido
para su momento histórico, debido a que la situación actual ha desvirtuado -
no extinguido- los grandes meta relatos -incluso entre ellos, para algunos
pensadores, los pobres- en razón de los procesos de secularización y las
dinámicas globalizantes de la economía y el mercado de valores.

Hay que retroceder cuatro décadas en la historia reciente de la Iglesia para


situar esta discusión y sumergirse en las premisas del Concilio Vaticano II,
reunión colegial de los obispos del mundo católico que marcó la actualización
de la Iglesia en razón de las búsquedas, horizontes y necesidades de la
sociedad denominada moderna. Entre los múltiples y valiosos contenidos
dogmáticos y pastorales, nos interesa mencionar lo que en la Constitución
Gaudium et Spes 62 menciona a propósito de la razón de ser de la teología:

“Los que se dedican a las ciencias teológicas han de empeñarse en


colaborar con los hombres versados en las otras materias,
poniendo en común sus energías y puntos de vista. La
investigación teológica siga profundizando en la verdad revelada
sin perder contacto con su tiempo”

50
Esta premisa contrasta con lo que pre-conciliarmente se consideraba la misión
misma de la Iglesia respecto a su interacción con el mundo secular o sociedad
civil. El hecho social era considerado desde una percepción excluyente. Todo
era dividido según una racionalidad e interés eclesial, rechazando aquello que
era diverso de los postulados e intereses de la dogmática tridentina. Por ello,
existían conceptos tan antagónicos como “sociología y sociología cristiana”,
“Humanismo neopagano y humanismo cristiano”, “Doctrina Pontificia y
Doctrina civil”, etc., dando continuidad a una posición netamente aislada y
conveniente respecto a la suerte de los hombres y mujeres insertos y sujetos a
las vicisitudes de las luchas de poder propias de cada época histórica.

Uno de los documentos fundantes64 de la denominada Doctrina social de la


Iglesia, la encíclica Rerum Novarum del papa León XIII, trata de la necesidad de
resolver la cuestión social en el marco de un liberalismo excluyente y de un
socialismo y comunismo exacerbado por el odio y la venganza. Para este Papa,
el evangelio es la solución para hacer desaparecer los sistemas que atacan la
tranquilidad en la que estaba sumida la Iglesia y la sociedad cristiana
conformada en la edad media y la premodernidad tardía. Entre los elementos
evangélicos que postula como solución al problema social están:

-. La perfección del individuo

-. La restauración de la familia

-. La formación de la conciencia

-. La dignidad y derechos de la persona humana

64
Otros documentos representativos son Mater et magistra, Octogesima
adveniens, Quadragessimo Anno.
51
-. Las virtudes sociales del evangelio

-. La propiedad privada: la riqueza y la pobreza

-. La dignificación del trabajo

Estos elementos configurarían un proceso que constaría de las siguientes


fases:

1. Cambio de la disposición subjetiva de los contendientes a través de los


principios de la desigualdad y sufrimientos necesarios, y la necesidad de la
unión mutua entre las clases.

2. Arrancar la raíz del mal

3. La justicia

4. La caridad

5. La vida cristiana, único remedio verdadero de la cuestión social.

6. Deberes de los patronos y de los obreros cumplidos con exactitud

7. La intervención del Estado con las leyes e instituciones

8. Intervención de las asociaciones profesionales

Sin pretender hacer un estudio exhaustivo de la encíclica, es preciso señalar


que el interés práctico de la Iglesia que subyace es la inmersión en lo social
desde la premisa de un recuperar-restaurar la ruina de las almas -en palabras
de León XIII-labor exclusiva de los sacerdotes, con una participación aislada
de los laicos en las esferas de la sociedad civil ya que esta sólo es recuperable

52
en la medida que viva la propuesta de sociedad cristiana manifestada por el
mismo Pontífice en el documento señalado65.

Para dar respuesta a las exigencias de las sociedades modernas y “superar” esta
posición, en los albores del Concilio Vaticano II se buscó “abrir las ventanas”
para que entrara un nuevo aire que renovara la autopercepción de la Iglesia en
el marco de su misión y quehacer en medio de los pueblos de la tierra. De ahí
que nazcan las Constituciones Lumen Gentium, Gaudium et Spes, Ad Gentes,
entre otras, que pretenden ser derroteros en los nuevos areópagos tan
promulgados por el recién fallecido Juan Pablo II. Toda la enseñanza social de
la Iglesia66, en continuidad heredera de la tradición eclesial de Trento y
Vaticano I, se materializó en los continuos documentos que los Pontífices y
Obispos locales emitían para el cultivo de las virtudes cristianas y la
responsabilidad ética e histórica de los creyentes cristianos católicos.

El contexto social de los años 70´ se vio reflejado también en la aprehensión


de los documentos universales de la Iglesia desde la geografía latinoamericana.
Es así que la Doctrina social de la Iglesia tomó unos matices que dio lugar a
confrontaciones al interior de ella misma por hacer posible y real la reserva de
sentido y lucha que traían esos documentos, pero en especial, la particular

65
PITARQUE, Felipe. Curso de Sociología Pontificia. 3ª ed. Barcelona:
Casulleras, 1961. 542 p.
66
Se entiende como enseñanza social de la Iglesia, con los obispos de Puebla,
como el conjunto de orientaciones doctrinales y criterios de acción que tienen
su fuente en la Sagrada Escritura, en la enseñanza de los Padres y de grandes
teólogos de la Iglesia y en el magisterio, especialmente de los últimos papas.
ANTONCICH, Ricardo, MUNÁRRIZ, José Miguel. La Doctrina social de la
Iglesia. Madrid: Paulinas, 1987. p. 14.

53
lectura que se les dio en la situación empobrecida de América del sur. La
Conferencia General de Episcopado en Puebla marcó un hito en la lectura y el
compromiso real con las masas de creyentes oprimidas y alienadas por una
débil comprensión del sentido de la fe y por los poderes y estructuras que
habían generado los sistemas capitalista y socialista en las sociedades
suramericanas.

En esa ocasión, los obispos recalcaron que el objeto de la Doctrina social de la


Iglesia es la dignidad humana y la defensa de sus derechos a la luz de su
filiación adoptiva y divina. Por tanto, la liberación integral del ser humano es
la premisa del ejercicio de la pastoral social en los contextos donde la Iglesia
hace presencia, haciendo la aclaración de no confundir progreso terrestre con
el crecimiento del Reino de Dios. Esta última aclaración es muy discutida en
sectores críticos de la Iglesia ya que la carga de sentido liberador y de
promoción humana se ve “amainada” por la salvaguarda de las implicaciones
institucionales y existenciales de tomar posición por los empobrecidos -en el
decir de unos- o por la conveniencia de interferir en los asuntos sociales con
el propósito de sostener un statu quo, fundamentado en la ideología religiosa de
la doctrina de la dogmática cristiana, para otros.

Frente a estas críticas, la Iglesia ha defendido su competencia ética para juzgar


las realidades económicas, sociales y políticas en razón de su carácter religioso
y de magistra en la enseñanza de criterios de justicia social, económica y política
inspirados en los documentos evangélicos de la sacra escritura. Las razones
que argumenta son:

54
1. Los problemas sociales no se reducen a aspectos técnicos particulares
de cada disciplina. Como problema humano tiene también dimensiones
éticas. En esta perspectiva la fe forma la conciencia del ser humano
para asumir sus tareas históricas.
2. Los problemas humanos tienen su raíz en el pecado de los hombres, en
la descristianización de la sociedad y el olvido de los valores
espirituales.
3. Las consecuencias de los problemas sociales interesan a la Iglesia por
que no hay condiciones para la realización de la persona humana,
generándose una visión materialista de la vida.
4. La Iglesia tiene la obligación, a través del magisterio, de proponer un
concepto cristiano de la vida.

El Magisterio ha dicho que la Doctrina Social de la Iglesia entiende su nivel de


competencia en el plano de los valores naturales de la vida personal y social,
sin tenerse como infalible su manifestación de corte netamente pastoral -no
dogmática- como lo sugiere el término “Doctrina”. Este punto es
fundamental resaltarlo porque se encuentran comúnmente representantes de
la Iglesia ejerciendo esta orientación pastoral de intervención eclesial en el
hecho social como “regla infalible” que no permite un disentimiento por parte
del creyente o profesional que trabaje en un proyecto de pastoral social. El
documento de Puebla en el Nº 473 reitera el carácter dinámico de la Doctrina
Social y la necesidad de discernir comunitariamente qué es lo más pertinente
para las comunidades -sin miedos u omisiones- en sus procesos irrepetibles y
particulares.

La Conferencia de Medellín es un ejemplo claro de la apropiación de los


textos conciliares en la perspectiva de apropiarse de la historia de los pueblos

55
pastoreados en estas zonas suramericanas y ver la presencia de Dios en los
llamados signos de los tiempos. Para lograr este propósito, se postula una
metodología que integra las mediaciones socio analíticas en una lectura de fe
de la realidad: ver, juzgar y actuar, para más adelante, completarse con el
celebrar.

Los anaqueles más recientes de la reflexión teológica muestran un interés


marcado por el diálogo entre las diversas disciplinas y la teología, tomando
distancia del discurso filosófico, mediación analítica por excelencia del
discurso teológico de la Iglesia. No obstante, documentos y alocuciones de
Juan Pablo II -tales como Fides et Ratio, el Mensaje a la conferencia Episcopal
Brasileña, etc.- manifiesta un temor muy grande respecto a los riesgos e
implicaciones epistemológicas que desde la dogmática cristiana no están aun
esclarecidas para un “auténtico diálogo” entre la fe y las ciencias. Respecto al
tópico de lo social, la Iglesia es consciente de las múltiples orientaciones y
racionalidades a la hora de abordar el hecho social. Entre ellas identifica “el
partir del clamor de los pobres, de las ideologías, los movimientos históricos,
de las utopías, de las ciencias, de las filosofías”, todas ellas con el empeño de
dar respuesta a los desafíos generacionales que imponen la dinámica social del
momento67.

De esta manera, la Doctrina Social de la Iglesia -preocupada por las


condiciones socio-económicas, políticas y espirituales de los creyentes- aboga
por condiciones dignas para el desarrollo de la vida, fundamentada en
principios y valores humano-cristianos, en el reconocimiento de la persona

67
Ibíd., p. 33.
56
“hijo (a) de Dios” y sus derechos inalienables68. De igual manera, la Iglesia,
consciente de su deber y responsabilidad social como miembro de un
conglomerado mayor del cual ella hace parte, defiende y promueve la
expresión de solidaridad organizada69, sin perder de vista la autonomía y
libertad de conformación que les son propias a estas organizaciones. Se puede
intuir en esta perspectiva que la Pastoral social comprende una conciencia y
responsabilidad personal que no debe ser sustituida por las organizaciones -
comunidades religiosas o asociaciones laicales- sino que, contrariamente, éstas
últimas sólo materializan la responsabilidad de los hombres en miras a fines
comunes70.

En este sentido, la recurrencia a esta ejemplificación para recrear el problema


de las implicaciones que tiene el hecho de intervenir en el ámbito de la
dinámica social, nos sirve para resaltar la necesidad de tomar consciencia
sobre cuál es el papel histórico, científico y social que reclama la sociedad de la
disciplina teológica y por ende del teólogo; es imperativo de las mismas
comunidades dejar de lado el cinismo academicista que -consciente o
inconscientemente- se lleva consigo en la prédica y la acción pastoral en los
complejos contextos de la misión de la Iglesia, la Evangelización.

68
GESTEL, C. Van. La Doctrina social de la Iglesia. Barcelona: Herder, 1962.
p. 339.
69
En la penúltima encíclica del Papa Benedicto XVI, Deus Caritas Est, el
Obispo de Roma postula una premisa pertinente para la credibilidad y
continuidad de la praxis de la caridad cristiana en la sociedad moderna: “el
amor se organiza”.
70
ACUÑA LANCHEROS, Jairo Rolando. Reflexiones entorno a la
integración entre las Organizaciones Sociales Civiles y la Doctrina social de la
Iglesia. En: Encuentro del Parlamento Universitario Latinoamericano
Ciudadanos Cristianos (3: 22-24, agosto: Buenos Aires, Argentina). Pontificia
Universidad Católica Argentina: Programa de Evangelización de la Cultura,
2007. 3 p.

57
Haber hecho una breve lectura de los sucesos y acontecimientos que se
presentan en la esfera nacional e internacional en el plano político, económico,
religioso y social; en nuestros contextos enmarcados por una tradición
religiosa católica, por la debilidad de su statu quo y sus instituciones, se hace
ineludible cuestionar, no solo la razón de ser de la teología sino reivindicar a la
vez su irrestricto papel frente a los derroteros de fe y sentido que la
humanidad reclama de su misma praxis, dirigida la mayoría de las veces en un
desperfilado “tener y aparecer” que reitera la filosofía plasmada en la sentencia
de una reconocida canción: “amigo, cuanto tienes cuanto vales”.

Revitalizar la identidad de la teología, refiere ineludiblemente a la identidad de


cada persona que se dice cristiana; este proceso es similar al que se ha forjado
en el continente latinoamericano respecto a su identidad. De igual manera, la
dinámica de la construcción del conocimiento científico, interdisciplinar y
teológico, exige una actitud abierta, una mentalidad compleja y una actividad
investigativa que, seguramente, nos dirán cómo innovar epistemológicamente
el discurso teológico y la acción pastoral en la sociedad pero que a su vez nos
sumirán en el horizonte de la incertidumbre71, que no significa vaguedad o
relativismo científico o existencial, sino todo lo contrario, la posibilidad de
repensar y reconstruir constante y progresivamente la mundanidad que nos es
propia, la humanidad que nos es requerida y la esperanza que nos evoca la
idea y experiencia de bondad, del bien.

71
MORIN, Edgar. Traducido por Mercedes Vallejo. Los siete saberes
necesarios para la educación del futuro. Bogota D.C.: ICFES, 2000. 88 p.
58
59
BIBLIOGRAFÍA

ACUÑA LANCHEROS, Jairo Rolando. El Enfoque Holístico: requerimiento


fundamental para la Holopraxis Misionera Intercultural Allamaniana del
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62
INICIO

SENTIDO E IMPORTANCIA DE LA MEMORIA HISTORICA

TRABAJO EN GRUPO

“Las cosas que escuchamos y aprendimos,

Que nos fueron contando nuestros padres,

No las ocultaremos a nuestros hijos, y se

Las contaremos a las generaciones venideras:

La fama del Señor y su poder,

Las grandes maravillas que El ha hecho” Salmo 78,3-4

En la recuperación de la Memoria Histórica, es importante tener criterios y


principios, dónde y cómo busco la verdad de los hechos: Confrontar
Documento No 1 QUE ES LA MEMORIA?

1.La que no se alimenta de barreras objetivas entre el objeto y el sujeto, ni de


miedos o terrores que bloquean la verdad que expresa la Memoria.

2.La que no teme al debate transparente porque sabe que expresa lo vivido, la
experiencia

63
3.La que toma opción por las víctimas y la Memoria es denuncia y
dignificación

4.La que se nutre de valores éticos, evangélicos y la Memoria es exigencia de


justicia

5.La que deja huellas históricas de los acontecimientos desde el pueblo


empobrecido

La Biblia es la Memoria de salvación vivida por el pueblo de Israel, Dios se


reveló, los acompañó, les habló, los interpeló y actuó a su favor en un proceso
de liberación.

Su historia sigue viva, muchos rostros que actuaron, se comprometieron,


sufrieron el martirio, siguen hoy vivos, la Memoria de Jesucristo muerto y
resucitado.

El pueblo de Israel daba mucha importancia en conservar y transmitir la


Memoria, la convirtieron en un Credo. En la Memoria se refieren a no ocultar,
no olvidar lo vivido, hacerlo público y visible:

Salmo 78,3-4

“Puso esta obligación para Jacob, y estableció esta Ley en Israel, ordenó a nuestros padres,
e n s e ñ arlas a s u s h ijo s , p ara q u e las c o n o zc an , lo s q u e v e n g an d e s p u é s , y
los hijos que nazcan se levanten, y a su vez se las cuenten a los suyos, para que estos confíen
sólo en Dios, no olviden jamás de sus hazañas y observen ante todo, sus mandatos” Salmo
78,5-7

64
“Es c rib an p u e s e s te c án tic o y e n s é ñ e n lo a lo s h ijo s de Israel para que lo
re c e n d e m e m o ria. Este cántico me servirá de testimonio contra los hijos de Israel. Pues
ya los llevaré a la tierra que bajo mi juramento prometí a sus padres…” Deut 31,19-20

“Mi padre era un arameo errante, que bajó de Egipto y fue a refugiarse allí, siendo pocos
aún; pero en ese país se hizo una nación grande y poderosa. Los egipcios nos maltrataron,
nos oprimieron y nos impusieron dura servidumbre. Llamamos entonces a Yavé…El nos
sacó de Egipto con mano firme, demostrando su poder con señales y milagros a quienes
sembraron el terror. Y nos trajo aquí para darnos esta tierra que mana leche y miel”

Deut 25,6 cfr Salmos 77, 83, 105, 106, 114

PREGUNTAS

1. En el hoy de Colombia y en un proceso Pastoral Misionero, qué


importancia tiene la recuperación de Memoria Histórica?
2. Concrete dos exigencias prácticas para el quehacer Pastoral
transformador.
MEMORIA EN EL RELATO DE RISPA

2Samuel caps 18, 19, y 21,1-14

CONTEXTO: “Hubo hambre por tres años…” 2Sam 21,1

Las interpretaciones son diversas…siguiendo el comentario de Alicia Winter,


David echó la culpa a Saúl por una masacre de gabaonitas, el conflicto de

65
poder entre Saúl y David (2Sam caps 18 y 19). David lloró amargamente el
asesinato de su hijo Absalón y resolvió vengarse con la entrega a los
gabaonitas y la ejecución pública de siete descendientes de Saúl, 2Sam 21,8-9
.En esta forma eliminaba toda descendencia de Saúl y David quedaba como
único heredero del trono del Norte. Problemas de poder, ansias de dominio
político…

RELATO: “Pero a Mipibaal y a Armoni, los dos hijos de Rispá y Saul, y a los cinco
hijos que Merob, la hija de Saul, había tenido de Adriel, los entregó a manos de los
gabaonitas, que los ahorcaron en el cerro, donde de Yavé. Los siete murieron juntos. Eran
los primeros días de la cosecha, cuando comienza la siega de la cebada” 2Sam 21,8-9

“Rispá la hija de Haya, extendió un saco sobre el roquerío y se quedó allí desde el tiempo de
la siega hasta la estación de las lluvias. No permitió que los destrozaran ni las aves de
rapiña, en el día, ni las fieras salvajes durante la noche” 2 Sam 21,10

ANALISIS:

RISPA Y LA MEMORIA:

Era mujer, viuda y concubina, categorías sociales que la hacen aparecer sin
derechos, excluida y pobre entre las pobres. La concubina es como ser esclava,
podía ser vendida por su padre, Ex 21,7, así contara con ciertos derechos,
como la exigencia de la ley de rescate.

Esta mujer viuda, concubina, excluida y pobre, sin descendencia, aspectos


propios de una cultura de violencia, hace el acto más grande de Memoria de

66
sus hijos, resistir cerca de sus cadáveres para que no desaparecieran, para que
la huella de sus cuerpos perdurara y en consecuencia, la Memoria de sus vidas
fuera dignificada.

El dolor y el sufrimiento la llevaron a este acto y según Alicia Winter, fue


también un acto político, un acto de resistencia ante el poder del rey David y
ante el derecho de la costumbre sagrada de sepultar a sus muertos con ritos y
ceremonias, 2Cron 25,12 y 35,25; Jer 9,17

Cuando David supo del acto realizado por Rispá, mandó recoger los huesos
de Saúl y de su hijo Jonatán, que también habían sido colgados de un muro, y
los juntó con los huesos de los siete, para darle sepultura en tierra de
Benjamín, en el sepulcro de Quis, padre de Saúl, y después de esto, Dios
quedó aplacado con la tierra, 2Sam 21,11-14

“Rispá no sólo lloraba la memoria de sus hijos. Ella tuvo el firme propósito de
restaurar la dignidad humana de las siete víctimas que habían sido ultrajadas y
abandonadas a la mutilación de sus cuerpos. Su respuesta a una masacre
salvaje era una afirmación de su poder de seguir siendo humana en medio de
la deshumanización. Rodeada de cadáveres, ella daba testimonio de su vida”72

Hoy no puede ser un acto voluntario, se ha convertido en una exigencia ética,


política, en una vivencia evangélica como parte del acompañamiento a las
víctimas, de recuperar la Memoria y la Verdad en vista a la exigencia de
Justicia y de una Reparación integral.

72
WINTER, Alicia, Ribla No 13 La Memoria subversiva de una mujer, 2Sam
21,1-14 pag 85
67
Rispá salvó los cuerpos de las víctimas de “las aves de rapiña y de los animales
salvaje”, hoy son numerosas esas aves de rapiña…desde la distorsión de los
hechos y escenarios de muerte, ocultamiento de identidades, mentira en los
procesos jurídicos, amenaza a los testigos o defensores de derechos humanos,
pérdida de procesos, destrucción de organizaciones, desintegración de
comunidades, el miedo y el terror que se infunde para paralizar cualquier
acción alternativa. Todos son mecanismos de impunidad para condenar al
olvido los crímenes cometidos.

El relato nos cuenta que la mujer permaneció durante el día y durante la


noche, “desde el tiempo de la siega hasta la estación de las lluvias”, es
decir, época en que se superó el problema de la sequía en la región. Esta
temporalidad y permanencia, nos habla de una lucha constante, permanente,
cotidiana, en actitud de resistencia y esperanza y como decía el mártir Josué
Giraldo, “Ceder sería mas terrible que la misma muerte”; es preciso una
fidelidad histórica al proyecto de justicia de Dios, que es su mismo Reino que
inicia desde ya y ahora.

La recuperación de Memoria y exigencia de justicia, nos hace referencia a un


Ayer, un Hoy y un Mañana. Esos tres momentos se convierten en lugares
teológicos, donde se revela interpela y no podemos guardar silencio ante los
crímenes cometidos, ante injusticias y horrores de una guerra. Es un hoy que
nos exige una actitud profética para denunciar y anunciar la esperanza, para
reconstruir el tejido social destruido, para fortalecer las comunidades y
organizaciones ante la violación de sus derechos, para lograr reparación

68
integral y tener la esperanza de un Mañana con mejores condiciones de vida
digna.

“Esta mujer, Rispá, no se sometió a la erradicación que amenazaba a las víctimas de la


masacre. Desafiaba el terror a la desaparición, peor que el terror a las fieras, porque no
podía permitir que sus hijos fuesen borrados como si nunca hubieran existido. Estaba
decidida a preservar su identidad. Aunque invitara la muerte para ella misma al hacerlo. Y
en su compromiso con la vida, Rispá al fin dejó de ser una víctima pasiva y asumió una
identidad propia”73

En la actualidad son muchos los ejemplos que como Rispá, siguen en forma
pública reivindicando la Memoria de las víctimas: las Madres de la Plaza de
Mayo, las Madres de la Candelaria, las Matriarcas de AFAVIT, las Mujeres de
ASFADDES, etc

Los cadáveres fueron tirados en el “roquerío, en el monte de Yavé” y este


sitio es convertido por Rispá, en lugar de duelo, en el sitio de Memoria, en la
tierra de mártires, en sitio de conciencia y resistencia. Hoy también en
Colombia se multiplican los lugares de Memoria Histórica, donde se erigen
monumentos o Galerías de Memoria: Salón Nunca Mas en Antioquia, Galería
Memoria Tiberio Fernández M en Cali, Galería Memoria en Trujillo, Galería
Memoria Valencia Cano en Buenaventura, Monumento Memoria El Salado,
Cacarica, Hasta la última piedra en San José de Apartadó

73
Winter,A ibid
69
Rispá tiende un saco, en algunas traducciones dice “y lo tendía en el suelo
para dormir sobre la roca”. Esta actitud hace referencia al rito religioso de
penitencia que se hacía ante un mal cometido, cfr 1Reyes 21,27, 2Sam3,31 y
12,16

La conmemoración, el Acto celebrativo y orante desde la fe, o el Acto político


de Memoria, ha venido recobrando un significado muy grande en la
recuperación de la Memoria y elaboración de duelos.

En este relato, se puede imaginar más gente del pueblo, familiares que
debieron acompañar a Rispá en el lugar de los hechos, su cultura comunitaria
los lleva a realizar un ceremonial colectivo, así como se realiza cada año en
Trujillo con las Peregrinaciones, donde se expresa la solidaridad, se celebra la
Resurrección, se hace debate con Foros públicos.

La Memoria recoge dimensiones de la vida socio-cultural, política y


económica, actitudes religiosas de fe y de prácticas rituales, Pennebaker, Paez
proponen algunos aspectos para promover el papel preventivo de la Memoria
colectiva:74

 Recordar los hechos de forma compartida y expresarlos en rituales y


monumentos
 Insertarse en el pasado y en el futuro del grupo
 Explicar y aclarar conclusiones para el presente

74
Pennebaker, Páez y Rimé, Cartilla Identidad y Memoria colectiva,
Conferencia Episcopal Colombia, CINEP, 1996 Univ Javeriana Bogotá
70
 Darle sentido y reconstruir lo ocurrido haciendo énfasis en los aspectos
positivos de nuestra identidad
 Evitar la fijación en el pasado y las estigmatizaciones.

Concluimos con las palabras de Monseñor Luis Augusto Castro:

Mantener viva La Memoria es también tarea misionera siempre y


cuando esa Memoria esté unida dos realidades fundamentales: la
verdad y la reconciliación. La sola Memoria no garantiza la superación
de la violencia”75

Es preciso junto a la Memoria-Verdad, la exigencia de Justicia y


Reparación integral, como derechos universales de las víctimas.

BIBLIOGRAFIA

CASTRO, Luis Augusto Vivir la misión en medio de la guerra. Desafíos


pastorales y espirituales

TRIGOS, Maritze Marco teológico bíblico de la Recuperación de la Memoria


histórica profética en sitios de conflicto. CRC Bogotá 2009

PENNEBAKER, Páez y Rimé, Cartilla Identidad y Memoria colectiva,


Conferencia Episcopal Colombia, CINEP, 1996 Univ Javeriana Bogotá
WINTER, Alicia, Ribla No 13 La Memoria subversiva de una mujer, 2Sam
21,1-14 pag 85

75
CASTRO, Luis Augusto Vivir la misión en medio de la guerra. Desafíos
pastorales y espirituales
71
INICIO

PRESENTACIONES DE LA PARÁBOLA DEL BUEN PASTOR Y


LA PRESENCIA EUCARÍSTICA

HERRAMIENTAS BÁSICAS DE LA CATEQUESIS DEL BUEN


PASTOR PARA LA TRANSFORMACIÓN SOCIAL

JUSTIFICACIÓN

El cristiano es fundamentalmente un evangelizador que tiene como modelo a


Cristo buen Pastor; y el evangelizador no es sólo intelectualidad sino corazón
porque habla de corazón a corazón a todas y cada una de las ovejas. Por eso
con este proyecto se quiere contribuir a sensibilizar el corazón de
evangelizador en cada uno de los participantes del congreso que
voluntariamente lo acojan; ofreciéndoles algunas herramientas que puedan
ayudar en sus trabajos pastorales, específicamente en de un proceso de
iniciación cristiana que introduzca a cada persona en el misterio de Cristo y a
la vida de la Iglesia, a través de unas mediaciones sacramentales y extra-
sacramentales, que van acompañando el cambio de actitud fundamental, de
su ser y existir con los demás y en el mundo, de su nueva identidad como
persona creyente. Una iniciación totalizante en Cristo, que se dirija y abarque
todas las dimensiones del hombre: la racional, emocional, simbólica, espiritual,
corpórea existencial y vital. Un proceso que lo “renueve y conmueva” en todo

72
el mundo de sus relaciones: consigo mismo, con los demás, con el mundo y
con Dios76y a demás sea instrumento seguro de transformación social.

OBJETIVO GENERAL

 Conocer a través de las dos presentaciones: “Parábola del Buen Pastor


y Presencia Eucarística” algunos elementos que nos ofrece la
Catequesis del Buen Pastor para formar el corazón de evangelizador y
ayudar en la Pastoral a los participantes con herramientas básicas para
trabajar en las parroquias a dónde son destinados, valorando la
catequesis como un medio fundamental para lograr la tan anhelada
transformación social.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

 Sensibilizar a los participantes sobre lo que es esencial en la relación


personal con Cristo
 Dar a conocer la forma cómo la Catequesis del Buen Pastor anuncia el
misterio cristiano.
 Crear inquietud en los participantes de considerar la Catequesis del
Buen Pastor como proceso de Iniciación Cristiana Integral.

76
BOROBIO, Dionisio. La Iniciación Cristiana. Salamanca: Ediciones Sígueme.
1996. pág. 33-36
73
 Presentar la Catequesis del Buen Pastor como un medio de
calificado para generar desde el corazón del creyente la
transformación social.

Metodología

 Meditación de la Parábola del Buen Pastor, con aplicación al


impacto de la relación personal con Jesús en el proceso de
transformación social; presentación del material la Catequesis del
Buen Pastor.

 Presentación del anuncio Presencia Eucarística, también con


aplicación con lo visto; presentación con el materia de la Catequesis
del Buen Pastor.

 Espacio para compartir interrogantes y compromisos generados por


las presentaciones y también que se presenten por el proceso de la
Catequesis del Buen Pastor.

74
INICIO

“No pongáis remiendo de paño nuevo


en vestido viejo” (Mt. 9,16-17)

La vida social, en convivencia armónica y pacífica, se está deteriorando


gravemente en muchos países de América Latina y de El Caribe, por el
crecimiento de la violencia que se manifiesta en: robos, asaltos, secuestros, y lo
que es más grave, asesinatos que cada día destruyen más vidas humanas y
llenan de dolor a las familias y a la sociedad entera. La violencia reviste
diversas formas y tiene diversos agentes: el crimen organizado y el
narcotráfico, grupos paramilitares, violencia común sobre todo en la periferia
de las grandes ciudades, la lucha armada con todas sus secuelas (muertes
violentas, violaciones a los Derechos Humanos, amenazas, niños en la guerra,
secuestros, etc.), sin avizorar soluciones a corto plazo.

El conflicto armado colombiano no se queda atrás, ha dejado grandes heridas


que son difíciles de curar en cada una de sus víctimas y en general en todos
los colombianos. Masacres que han marcado grandes huellas de dolor,
sufrimiento y lesiones irreparables. ( una de tantas por ejemplo en Mapiripán (
Meta). Que costó la vida de un número no determinado de ciudadanos en manos de grupos
paramilitares provenientes de diferentes partes del país. entre el 15 y el 20 de julio de 1997)
1

Abordar el tema del conflicto armado en nuestro país es realmente una


complejidad. A partir del desarrollo de este taller queremos centrar nuestra
reflexión, no en las causas del mismo, más bien, como Hermanas de la
Caridad Dominicas de la Presentación, proponemos una posible solución
para apoyar y acompañar las consecuencias que deja tal conflicto en la
sociedad a través de la concientización para la reconstrucción del tejido social.

75
Sabiendo que el tejido social lo podemos denominar como el conjunto de
valores, costumbres y cultura que caracterizan la identidad de una sociedad
determinada. Sobre todo en aquellas zonas donde las masacres han dejado
tantas víctimas.

Es en esta realidad de dolor, la voz de Dios, a través del profeta Jeremías, se


hace presente:

“Mis ojos se deshacen en lágrimas,


día y noche no cesan:
por la terrible desgracia de la doncella de mi pueblo,
una herida de fuertes dolores.

Salgo al campo: muertos a espada;


entro en la ciudad: desfallecidos de hambre;
tanto el profeta como el sacerdote
vagan sin sentido por el país”. (Jeremías 14, 16-17)

Este cántico, es una copia viva que expresa a un Dios que conoce la realidad
y el dolor de su pueblo. Diariamente los ojos de madres, hijos, esposos,
padres, amigos etc., se deshacen en lágrimas por la terrible desdicha de ver
morir tal vez en sus brazos a quien tanto aman. Esta es nuestra realidad, la que
no podemos ignorar, y que nos cuestiona hoy. Como próximas novicias a una
profesión religiosa en la vida Dominicana nos surgen preguntas como: ¿Qué
consuelo puede curar el dolor que han dejado los abusos contra los derechos
humanos? ¿Cómo apoyar para construir puentes de solidaridad y hermandad
que reconstruyan de nuevo el tejido social?... Estas preguntas nos invitan a
pensar lo que cada una de nosotras puede aportar para que esto sea una
realidad, generar estrategias que nos hagan conscientes de que podemos
ayudar en la reconstrucción del tejido social, destruido por tal conflicto.

76
Al respecto el documento de Aparecida nos recuerda: La Ig le s ia alie n ta y
fav o re c e la re c o n s tru c c ió n d e la p e rs o n a y d e s u s v ín c u lo s d e
p e rte n e n c ia y c o n v iv e n c ia, d e s d e u n d in am is m o d e am is tad , g ratu id ad
y c o m u n ió n . (Ap are c id a Nº 539). 2

La reconstrucción del tejido social, no es fácil, como lo experimentamos en la


actividad realizada, implica dedicación, conocimiento, capacidad de escucha,
diálogo, comprensión, oración, paz, reconciliación…. Así nuestra presencia
solidaria es como nos lo enseña Jesús con el “no poner remiendo de paño
nuevo en vestido viejo” es decir, a partir de esto, reconocer que el paño
nuevo es la nueva vida nacida de Cristo resucitado, una nueva vida comienza
cuando se va tejiendo con suave cuidado lo roto, quemado y destrozado a
causa del conflicto armado. Al paño viejo, martirizado por el dolor le conviene
un trato delicado, suave y es así como nuestra predicación ha de conducirnos
cada vez más al trabajo de la reconciliación con Dios y los hermanos para
ello implica contemplar en el paño agujerado el rostro y las heridas de
aquellos que más sufren y que hoy claman: justicia, paz y solidaridad.

Para ello es importante educar y favorecer en nuestros pueblos todos


los gestos, obras y caminos de reconciliación y amistad social, de
cooperación e integración. La comunión alcanzada en la sangre
reconciliadora de Cristo nos da la fuerza para ser constructores de
puentes, anunciadores de verdad, bálsamo para las heridas. La
reconciliación está en el corazón de la vida cristiana. (Aparecida N
º534) 3

Es iniciativa propia de Dios en busca de nuestra amistad, que


comporta consigo la necesaria reconciliación con el hermano. Se trata
de una reconciliación que necesitamos en los diversos ámbitos, en
todos y entre todos. Esta reconciliación fraterna presupone la
reconciliación con Dios, fuente única de gracia y de perdón, que
77
alcanza su expresión y realización en el sacramento de la penitencia
que Dios nos regala a través de la Iglesia. (Aparecida 535). .4

Caminos de reconciliación que se generen a través del trabajo comunitario


para tomar conciencia de la responsabilidad social que nos compete a
todos, en las distintas vocaciones y profesiones que tengamos y por lo
tanto nos compromete ayudar en la construcción del tejido social que no
es obra de unos pocos arriesgados y soñadores de la nueva tierra, de la
nueva vida, es trabajo comunitario que exige esfuerzo, escucha,
diálogo, delicadeza, prudencia.

En un mundo globalizado por el neoliberalismo, que es despiadado con el ser


humano y con la naturaleza, la espiritualidad de la solidaridad nos desafía a
globalizar la justicia, la esperanza, el amor y la fraternidad solidaria, rompiendo
muros y fronteras, para abrirnos a los pueblos del mundo con una actitud de
respeto y de diálogo fraterno.

Esta tarea evangelizadora, para todo aquel que se quiera comprometer,


requiere de algunas actitudes básicas que inspiren la búsqueda de una
respuesta a los nuevos interrogantes: Leer los signos de los tiempos, discernir
juntos, nunca solos, aprender de los demás, mostrar a Dios más que
demostrarlo, inculturación e inserción, valorar y respetar la sociedad, innovar e
innovarse y lo más importante formarse en la escucha y comprensión del que
sufre.
Para lograr así la paz, que debemos cuidar, educar y promover todos en
nuestro continente.

Desde nuestro Carisma, podemos aportar significativamente en la educación


de los pequeños ciudadanos, “los grandes del mañana”, como lo dice Marie

78
Poussepin: “Sembrad en los corazones más tiernos la semilla del amor”.
Brindando así una educación basada en la formación humana que permita el
encuentro con los valores del propio país descubriendo o integrando la
dimensión religiosa y trascendente, la reconciliación y la solidaridad, para que
el mañana de nuestro pueblo sea en verdad una cadena de hermandad.

Tenemos claro que la paz no se reduce a la ausencia de guerras ni a la


exclusión de armas nucleares en nuestro espacio común, logros ya
significativos, sino a la generación de una “cultura de paz” que sea fruto de un
desarrollo sustentable, equitativo y respetuoso de la creación (“el desarrollo es
el nuevo nombre de la paz” decía Paulo VI), y que nos permita enfrentar
conjuntamente los ataques del narcotráfico y consumo de drogas, del
terrorismo y de las muchas formas de violencia que hoy imperan en nuestra
sociedad y que nuestros pequeños desconocen pero son lamentablemente
quienes viven las consecuencias. La Iglesia, sacramento de reconciliación y de
paz, desea que los discípulos y misioneros de Cristo sean también, ahí donde
se encuentren, “constructores de paz” entre los pueblos y naciones de nuestro
Continente. La Iglesia está llamada a ser una escuela permanente de verdad y
justicia, de perdón y reconciliación para construir una paz auténtica.

En conclusiones los Latinoamericanos, especialmente los


Colombianos, creyentes o no creyentes, sacerdotes, religiosos(as),
laicos, formandos, familias, jóvenes y demás, estamos llamadas a unir
fuerzas, a ser hilo que logre construir el nuevo paño en el tejido social
de la humanidad. Haciendo posible de esta manera la Teología de la
Solidaridad; es decir, nuestra vida y predicación ha de ser
un estilo para salir al encuentro del Dios viviente, identificándonos con
Jesucristo. Para ello es esencial hacer experiencia de Dios principalmente en
los rostros de nuestros hermanos más pobres, heridos, desplazados,
martirizados…. Nos lo recuerda la Conferencia de Santo Domingo (nº 178)

79
“La solidaridad cristiana es ciertamente servicio a los necesitados, pero sobre
todo es fidelidad a Dios” (id. Nº 159) 6. Sin embargo, conocemos que no se
logra plenamente poner en su lugar a la solidaridad, hasta que no se
involucran conjuntamente todos los miembros de la comunidad en proyectos
de aprendizaje y servicio.
Y un punto muy importante para esto, es la lectura crítica y creyente de la
realidad: Debemos tener una mirada crítica frente a lo que vemos y
escuchamos; el desarrollo mismo de las acciones debe llevar a la reflexión
crítica, a la búsqueda de las causas, a la comprensión del contexto social y a
trabajar con las consecuencias resultantes.

La Solidaridad es una autopista de “ida y vuelta”: quienes la practican con


sanas motivaciones lo experimentan inmediatamente. Se aportan recursos,
tiempo, dedicación, bienes económicos o culturales ... pero siempre se recoge
mucho más de lo que se da, en experiencias, ejemplos, relaciones nuevas,
amistades ... Ya lo dicen los documentos de la Iglesia los pobres s o n
b e n d e c id o s d e l Se ñ o r, atrae n s o b re n o s o tro s s u s b o n d ad e s y n o s
e v an g e lizan .

Así lograremos construir entre todos la nueva tierra, la nueva vida en nuestra
sociedad:

“Pues he aquí que yo creo cielos nuevos y tierra nueva. Y no serán mentados los primeros ni
vendrán a la memoria. Antes habrá gozo y regocijo por lo que voy a crear”. (Isaías 65, 17-
18)

Responsables:

Hermanas de la Caridad Dominicas de la Presentación de la Santísima Virgen

o Vanessa Alejandra Araúz Guardía

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o Julissa Huanco Aguilar
o Margot Sissa Peréz
o Martha Cecilia Puerto
o Nubia Yaneth Chávez Corredor

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1. El tiempo, 15 de septiembre de 2005


2. V Conf. Gral. Del Episcopado Latinoamericano- Aparecida Nº 539
3. V Conf. Gral. Del Episcopado Latinoamericano -Aparecida Nº534
4. V Conf. Gral. Del Episcopado Latinoamericano-Aparecida Nª535.
5. IV Conf. Gral. Del Episcopado Latinoamericano – Santo Domingo, Nº
178

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