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Sin obviar la época de crisis que estamos viviendo pero en linea con las
declaraciones del rector Lafuente nosotros también vamos a hacer una apuesta
por la inversión en educación, en cultura. No es un gasto, señalaba con razón,
sino una inversión. La inversión en nuevas aulas, la inversión en servicios de
autobuses, la inversión en renovación de centros, la inversión en libros… son
más importantes que las que se puedan realizar en otros ámbitos y en tiempos
de crisis más todavía.
Recorrido histórico
Recordaremos que en 1963 se hizo el primer intento por abrir una ikatola en
Pamplona tras la Guerra Civil, intentó que llevó el nombre de Nuestra Señora
de Iranzu. Y decimos intento porque las autoridades de la época prohibieron su
apertura antes de que siquiera llegara a abrir sus puertas.
Sin embargo, dos años más tarde, en 1965, y auspiciada por la Real Sociedad
de Amigos del País, sí que inició su andadura la ikastola Nuestra Señora de
Uxue con trece alumnos tutelados por Mikela Gastesi en un piso de la calle
Pozoblanco. En los años siguientes fue aumentando el alumnado, por lo que la
ikastola tuvo un periplo itinerante por diferentes zonas de la ciudad para
adecuar sus instalaciones: San Antón, Plaza de San José, Avenida de Bayona,
Torre Irrintzi…
En 1970 la iniciativa se dividió en dos: unos alquilaron la sede del Verbo Divino
en Zizur Menor y crearon San Fermin ikastola; los otros decidieron permanecer
en San Juan y, como agradecimiento a la labor realizada en favor del euskera
y la cultura vasca por Doña Paz de Ciganda y Ferrer, decidieron llamar al
centro escolar Paz de Ziganda ikastola.
Pronto se hizo evidente que los locales de San Juan eran insuficientes y se
alquiló una parte del colegio Luis Amigó; más tarde nos trasladamos al colegio
San Juan de Dios en Veloso Alto y finalmente la ikastola se asentó en el
colegio de los Dominicos de Villava. En esa etapa la ikastola llegó a sobrepasar
los 700 alumnos.
1. Pedagógico-Culturales
40 años de andadura dan para un largo recorrido, y por ello debemos felicitar y
rendir un homenaje a todas aquellas personas que han hecho posible la
trayectoria de la ikastola. Hay culturas, como la catalana –tan cercana
emotivamente para nosotros- en el que el 40 aniversario tiene un valor
simbólico muy importante, pues supone la entrada en la madurez, y se celebra
con una gran fiesta. Con sus 40 años Paz de Ziganda adquiere ese estatus, y
queremos celebrarlo junto a todos aquellos -como estudiantes, profesores o
cooperativistas- que un día fueron partícipes de este proyecto.
2. Económico
No por dejarlo para el final es, ni mucho menos, el menos importante. Hemos
comentado anteriormente que las fuertes inversiones realizadas en 1995 no
nos permitieron afrontar la puesta en marcha de todo el periodo educativo:
desde Educación Infantil hasta el Bachillerato. Y, de este modo, nuestro
proyecto, quedó inacabado. Esperamos con este Oinez obtener financiación
para crear ese tramo final -el bachillerato- con el objetivo de culminar ese
proyecto inconcluso. Para ello será imprescindible la realización de un nuevo
aulario.
Ambos han sido fruto del trabajo de una de las primeras comisiones que se
crearon para la preparación del Oinez que en estos momentos estamos
presentando.
Cuando decimos “por el mundo” o “en todas partes” –traducción por proximidad
del lema- no lo relacionamos exclusivamente con un lugar geográfico, sino que
lo hacemos también con otros ámbitos como el laboral, o el social. El euskara
debe extenderse por todos ellos, debe llegar a ellos, preparando con la máxima
calidad a nuestros alumnos.
Todos estos matices quedan reflejados en la imagen del logo, ademas de otros
que hemos podido ir reseñando en apartados anteriores.