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Los brasileños aguardan ansiosos y expectantes el desarrollo de la Copa del Mundo, a pesar de los anuncios de manifestaciones por parte de sectores que se oponen al torneo. La posible reelección de Dilma, en los comicios de octubre próximo, es un hecho político aún lejano para el interés de los pentacampeones.
Los brasileños aguardan ansiosos y expectantes el desarrollo de la Copa del Mundo, a pesar de los anuncios de manifestaciones por parte de sectores que se oponen al torneo. La posible reelección de Dilma, en los comicios de octubre próximo, es un hecho político aún lejano para el interés de los pentacampeones.
Los brasileños aguardan ansiosos y expectantes el desarrollo de la Copa del Mundo, a pesar de los anuncios de manifestaciones por parte de sectores que se oponen al torneo. La posible reelección de Dilma, en los comicios de octubre próximo, es un hecho político aún lejano para el interés de los pentacampeones.
El jogo bonito de la poltica Atrs quedaron las imgenes de Luiz In- cio Lula da Silva llorando de emocin ante las cmaras al enterarse de que Brasil haba sido elegida para organizar el cam- peonato mundial de ftbol de 2014 y los Juegos Olmpicos de 2016. Eran tiempos en los que, sentado en los foros de los pases ms poderosos del planeta, el pas era un ejemplo de cmo combatir el ham- bre sin salirse del buen trato a los grandes centros financieros y sus intereses locales y externos. Todo cambi con la llegada de Dilma Rousseff. No porque haya habido un giro determinante en las polticas de gobier- no, sino, precisamente, porque llegaba el tiempo de profundizar los cambios socia- les y, encima, con variables macroecon- micas ms difciles que las de aos atrs. Una protesta con olor a primavera A mediados de 2013, miles de personas marcharon por las principales ciudades del pas para demandar mejoras en el transporte pblico. En San Pablo, la ciu- dad industrial ms poderosa de la regin, quienes se movilizaron fueron jvenes y estudiantes que le dieron ese perfume a primavera rabe que tanto les gusta a los dueos del pensamiento occidental. A esas protestas, denostadas en un primer momento por los medios hegemnicos y en poco menos de 24 horas reivindicadas como indignacin de los jvenes, se le sum el reclamo por los gastos que el Es- tado estaba asumiendo para la prepara- cin de los estadios y las sedes para el Mundial 2014. Las concentraciones multitudinarias y la violenta represin de las fuerzas de segu- ridad paulistas el estado es gobernado por el centroderechista Geraldo Alckmi dejaron decenas de muertos, entre ellos el camargrafo Santiago Andrade, de la Rede Bandeirantes, mientras cubra las protestas, al caerle en la cabeza un petar- do lanzado al parecer por un manifestan- te contra la polica. La respuesta de Dilma no se hizo esperar: La energa que viene de las calles es ma- yor que cualquier obstculo. No tenemos por qu permanecer inertes, incmodos o divididos. Por eso, traigo propuestas concretas y disposicin poltica para que discutamos al menos cinco pactos. La mandataria anunci la propuesta de or- ganizar un plebiscito en el marco de un gran pacto nacional sobre el sistema pol- tico, la salud, la educacin y el transporte. Dilma tom la iniciativa y fren las pro- testas, pero no pudo evitar que el Mun- Pag. 28 Los brasileos aguardan ansiosos y expectantes el desarrollo de la Copa del Mundo, a pesar de los anuncios de manifestaciones por parte de sectores que se oponen al torneo. La posible reeleccin de Dilma, en los comicios de octubre prximo, es un hecho poltico an lejano para el inters de los pentacampeones. EL BRASIL QUE RECIBE AL MUNDIAL dial quedara en el centro de los cues- tionamientos y, sobre todo, no logr sobrellevar las presiones que le piden mano dura y extremas medidas de se- guridad para evitar las protestas durante el encuentro deportivo. A dos das de la muerte del camargra- fo, el senador oficialista Jorge Viana, del Partido de los Trabajadores, propuso al Parlamento una Ley Antiterrorista que to- dava se est discutiendo. En ese contexto, fuerzas militares asumieron el control de 15 favelas en Ro de Janeiro y lo manten- drn durante el mes que dure el Mundial. La FIFA, por su parte, cambi aquella cara de satisfaccin porque el campeonato se realizara en Brasil y comenz a cuestionar las demoras en las obras en algunas de las sedes, pero se alegr por los anuncios so- bre mayor control social para evitar que el negocio que seguirn millones de perso- nas se vea empaado por ese cctel ex- trao de cuestionamientos que provienen, en gran medida, de los sectores medios y medios altos y no de los pobres, que es- peran con ansiedad el inicio del Mundial. Las protestas que no son pacficas invo- lucran a personas que slo quieren crear problemas, que se enfrentan a la auto- ridad, y la nica forma de desactivarlas es utilizar a la polica para tener a estas personas bajo control, dijo el secretario general de la FIFA, Gerome Valcke, en una conferencia de prensa en Ro. Por su parte, una organizacin civil que tiene representacin en varias ciudades del pas es la encargada de promover las protestas y de mantener en vilo a la polti- ca con su llamado a no dejar las calles. Ni la violencia policial ni el discurso de des- calificacin nos deben impedir de ejercer el derecho constitucional de protestar, en especial contra una Copa viciada en elitismo, represin, sexismo, prdida de soberana, despilfarro y corrupcin como la que se avecina. Entonces, que en 2014 hagamos de las calles y avenidas de la ciu- dad las autnticas gradas del pas, seala en su pgina web el Comit Popular de la Copa de So Paulo. Ftbol y poltica, una eterna pareja A pesar de las protestas y de que Brasil dej de ser un posible aliado de los cen- tros financieros porque amenaza con ce- rrar filas con los otros miembros del BRIC bloque de pases que integra junto a Ru- sia, India, China y Sudfrica, la Presidenta sigue siendo gran candidata para ser re- electa en las elecciones del 5 de octubre prximo. Con casi el 50 por ciento de las preferen- cias y una intencin de voto directa, segn la ltima encuesta de la empresa Ibope, del 25 por ciento, Rousseff juega sus car- tas ms fuertes en estos das en los que el ftbol detiene al mundo. Aunque mantie- ne los logros alcanzados en la continui- dad del gobierno de Lula, enfrenta difi- cultades macroeconmicas por la crisis internacional. Pero espera, como tantas veces vimos en el mundo, que la alegra deportiva cambie los humores de la ciu- dadana y la deje bien posicionada para octubre. Mientras tanto, la FIFA, que contina con sus reclamos de represin de las protes- tas y cuestiona las demoras en la orga- nizacin del Mundial, ya vendi casi tres millones de entradas. EL JUEGO DE LA COPA