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RAIMONDI Y SUS ESTUDIOS ETNOLOGICOS

Por Ricardo La Torre Silva1

Según el plan de trabajo de Antonio Raimondi, publicado en el Tomo I de la


serie “El Perú”, la parte correspondiente a sus estudios etnológicos fue planificada para
ser publicada en el sexto y último volumen de esta obra. Al respecto dice: “En esta
parte se tratará tanto de las razas antiguas como de las modernas, indagando su
origen, usos, costumbres, objetos de la industria, etc. Irá acompañada de grabados que
representan tipos de las diferentes sub-razas que pueblan el Perú, vistas de sus
habitaciones, trajes, utensilios domésticos.….” 2

Refiriéndose a la Etnología, señalaba que: “El estudio de la etnología presenta


en el Perú un doble interés: primeramente, porque los preciosos y abundantes restos de
los antiguos habitantes del Perú, que se hallan diseminados en todas las distintas
regiones de la República, pueden dar mucha luz para la historia y origen de las
pasadas generaciones que poblaban este país antes de la conquista; y en segundo
lugar, porque el estudio de las numerosas razas, tanto las sometidas al gobierno como
las que viven en estado salvaje, pueden guiarnos al través de los tiempos para aclarar
la obscura cuestión que versa sobre el origen de los pueblos americanos”3.

Para conocer parcialmente los estudios etnológicos del sabio es necesario


apreciar dos aspectos: los datos publicados (incluidos los manuscritos que le han
sobrevivido) y sus colecciones recogidas durante diecinueve años de viajes por el Perú.
Entre las publicaciones que permiten apreciar sus estudios etnológicos destacan:
“Apuntes sobre la provincia litoral de Loreto”, “El Departamento de Ancash y sus
riquezas minerales”, Los tomos I, II y III de la serie “El Perú” y “Notas de Viaje para su
obra El Perú”, esta última serie póstuma4”.

Como lo escribiera el Señor José Balta: “Lo publicado por Raimondi, en vida,
aún cuando es considerable en cantidad y calidad, no está en relación con sus números
viajes ni con el abundante material en ellos recogidos”5. Las ediciones que siguieron a
su muerte, aparecidas a partir de 1891, no respetaron el orden previsto por el naturalista
milanés.

Lamentablemente de los veinte volúmenes proyectados por Raimondi para su


obra “El Perú”, sólo pudo editar los tres primeros tomos. Los datos etnológicos
1
Ex Director del Museo Raimondi.
Miembro de la “Sociedad Peruana de Historia de la Farmacia”
e.mail: latorrej@hotmail.com
2
Antonio Raimondi. El Perú, Tomo I. Parte Preliminar, capítulo IX, p.137
3
El Perú, Tomo I. Parte Preliminar: p.108.
4
Trascripciones de las libretas de viaje de Raimondi publicada en cinco tomos por el Ing. Alberto
Jochamowitz entre 1942 y 1950. En 1929 El Banco Italiano de Lima, también por iniciativa del Ing.
Alberto Jochamowitz, publicó la trascripción completa de tres libretas de viaje. Antes la Sociedad
Geográfica de Lima publicó extractos de diversos itinerarios del sabio en su boletín.
5
La labor de Raimondi. Boletín de la Sociedad Geográfica de Lima. Tomo XLIII. Trim.IV (2ª) p. 408. 31
de diciembre de 1926, Lima.
recogidos en sus libretas de apuntes se destruyeron parcialmente en el incendio que
asoló la Biblioteca Nacional en 1943. Estos documentos estaban bajo la custodia de la
Sociedad Geográfica de Lima, institución cuya sede ocupaban el segundo piso de la
Biblioteca Nacional.

Se sabe que Raimondi pensó ilustrar su obra sobre etnología publicando las
fotografías de pobladores de la amazonía tomadas en la década de 1870 por su amigo el
sargento del ejército peruano Ramón Herrera. Lamentablemente no se sabe nada sobre
el paradero o destino de tan importante corpus fotográfico.

Desde un inicio Raimondi se percató de la diversidad étnica del Perú y las


distintas idiosincrasias culturales que caracterizan a cada uno de los grupos que lo
pueblan. Como pocos hombres de su tiempo, supo vincularse con cariño y respeto con
la gente del interior, descubriendo en ellos un mundo lleno de virtudes, como el
conocimiento ancestral de las propiedades de las plantas, el amor por la naturaleza y su
conocimiento excepcional del territorio, puesto de manifiesto en su pericia como guías.
Explica que aquella actitud desconfiada y agresiva atribuida a muchos grupos del
interior era la reacción ante el maltratado sistemático de las instituciones oficiales y de
la cultura occidental representada por el hombre blanco.

La forma como se incorporaron los grupos de emigrantes foráneos a la vida


nacional fue otro aspecto que llamó su atención. Fue testigo del abuso y explotación al
que fueron sometidos los inmigrantes chinos en las haciendas de la costa así como del
momento de libertad de los afro peruanos6 y la situación de marginación que tuvieron
que afrontar al incorporarse como ciudadanos libres en una sociedad racista.

Para poder apreciar sus estudios etnológicos trascribimos una pequeña parte de
su Libreta Nº 47 de 1886 que titula “Datos sobre los salvajes llamados Antis o
Campas”. En ella escribe:

“Estos salvajes conocidos con el nombre vulgar de chunchos o infieles, que se


aplica en el Perú a todas las tribus de indios que viven en estado independiente en las
montañas situadas al Este de la Cordillera, pertenecen a la nación de los Campas o
Antis y se hallan diseminados en las montañas de Chanchamayo, Jauja, Pangoa,
Huanta y valle de Santa Ana del Cuzco. Rara vez aparecen en los valles de
Paucartambo, que están habitados por otras tribus, tales como los Huachipayris y
Tuyeneries, que no son muy amigos de los Campas.

Como se vé, la tribu de los Campas ocupa una regular extensión de terreno
adelantándose, tanto por el río de Santa Ana como por el río Tambo, hasta el punto
donde se reúnen estos dos ríos para formar el Ucayali, en cuyo lugar empiezan los
Chontaguiros llamados también Simirinches o Piros. Los campas son indios de estatura
mediana, aunque se ve sin embargo algunos de estatura elevada: un indio que vive en
frente de la confluencia del Mantaro con el Apurímac; tiene una estatura que pasa de 6
pies. Los rasgos de cara son muy pronunciados y tienen los siguientes caracteres:
pómulos salientes, nariz algo roma ligeramente remangada de manera que vistos de
frente aparecen en parte los agujeros de la nariz que a causa de su tabique algo espeso
son un poco laterales. Ojos expresivos poco abiertos y algo oblícuos: En las mujeres
6
Coloquial pero impropiamente denominados “negros”
observé algunas con ojos grandes. Labios gruesos, dientes blancos en las mujeres y
amarillentos en los hombres, color que es debido a una corteza que mascan
continuamente. Arcos orbitarios salientes, frente mediana, barba casi nula. Pelo negro
liso desordenado que cae sobre el cuello y en algunos cortado por delante sobre la
frente. Tez de la cara rojiza o aceitunada; en los niños tiernos, casi blanca. Los brazos,
piernas y cuerpo están comúnmente cubiertos de manchas de color carne claro.
Algunos individuos sin embargo no tienen ninguna mancha y cuando pregunté la causa
de estas manchas tan generales, me dijeron que se producen en quienes se alimentan
con cierta clase de pescados y de moluscos; que los que prescinden de esta clase de
alimentos, no tienen manchas. En el Perú se da el nombre de overos a los individuos
atacados de esta afección. Raras veces los campas son gordos, y, en general, son
también proporcionados.

Los Campas o Andis no andan desnudos sino que se hallan constantemente


cubiertos con un ancho y largo saco formado de una tela de algodón tejida por las
mujeres. Esta tela es bastante bien trabajada y tiene unas rayas de color rojizo café.
Este saco les llega hasta los tobillos y cuando es nuevo está blanco; pero pronto se
vuelve amarillento y también rojizo ensuciándose con el achiote con que se pintan la
cara. La longitud del saco hasta los tobillos y su color claro, hacen que los salvajes o
infieles pertenecientes a la tribu o nación de los Campas, sean fácilmente conocidos,
porque las demás tribus usan sacos más cortos y de color oscuro...”

Los datos recogidos por Raimondi sobre las condiciones de abandono y


explotación a que los que eran sometidos las poblaciones indígenas del interior
originaron un profundo impacto en la dirigencia política del país. Un ejemplo de lo
antes afirmado es el siguiente testimonio del 20 de diciembre de 1868 proveniente de la
Prefectura del departamento de Loreto7:

Sr. Ministro de Estado en el despacho de Gobierno.


Policía y Obras Públicas
S.M.

Con sincera satisfacción he visto la distinguida circular de US., en que se sirve


recomendar la puntual observancia de las leyes y disposiciones supremas que se
hallan vigentes en protección de los derechos de la clase indígena. US., conoce bien
las grandes dificultades con que hay que chocar para desarraigar los inveterados
abusos de que son víctimas los indígenas en casi toda la República; y por
consiguiente juzgo que le será satisfactorio saber que en este departamento los
indígenas colocados al nivel de todos los ciudadanos con tanto mayor facilidad,
cuanto que no existe en ellos, como en los de otros pueblos, esa profunda
humillación que supieron inculcar y conservar los colonos españoles. Aquí el indio
no necesita en mi concepto, para verse en una condición digna de la humanidad,
sino caminos, carreteras y aulas, porque sin los primeros, está muy remoto, según
creo, el ver al indio de Mainas independizado del degradante ejercicio de cargar
cómo bestias, siendo como no puede dejar de ser con contenible la necesidad del
comercio, que por medios mas ó menos legales, seduce siempre al carguero por no
haber otro recurso de movilidad absolutamente. Lo muy sabido que es esto desde
que viajeros notables han dado noticias verídicas de estas regiones, especialmente el
Sr. Raymondi, y la convicción que me asiste, de que S. E. se halla tan
7
Diario oficial “El Peruano”, el 19 de marzo de 1869
favorablemente dispuesto, lo mismo que US. me hacen concebir la esperanza, de que
se adoptará tal vez esta lijera indicación, que me permito hacerla....que he
comunicado á los Sub-prefectos la circular de US. con especiales prevenciones para
el cumplimiento de tan importante prescripciones. Dios guarde á US..-S.M.-Manuel
del Aguila”.

Por sus meritos en este campo de ciencia, Raimondi fue honrado en vida como
integrante de importantes instituciones científicas, a saber:

- Miembro Correspondiente de la Sociedad Antropológica de Londres. 5 Agosto


de 1863
- Miembro Correspondiente de la Sociedad Arqueológica de Santiago de Chile. 5
de Octubre de 1878
- Socio Honorario de la Sociedad Italiana de Antropología, Etnología y
Psicología Comparada. Florencia, 7 de Marzo de 1883

Las colecciones naturales del sabio italiano, acumuladas a lo largo de diecinueve


años de viajes, tienen entre sus integrantes un importante grupo de objetos etnológicos,
la mayoría pertenecientes a poblaciones selváticas. Estas importantes colecciones fueron
adquiridas por el Estado Peruano mediante Ley del 28 de enero de 1869, dos de cuyos
párrafos dicen:

“...El Congreso ha autorizado al Poder Ejecutivo para que entendiéndose con don
Antonio Raimondi, proceda á la publicación de los trabajos de éste sobre la Geografía,
Geología é Historia Natural del Perú. Los gastos que la impresión demanda se harán de
cuenta del Estado. Igualmente se le ha autorizado para que previos los informes que
crea oportunos, invierta la cantidad necesaria para comprar las colecciones científicas
que el señor Raimondi ha reunido en sus viajes en el territorio de la República, esas
colecciones clasificadas debidamente se reunirán en un Museo que llevará el nombre de
“Museo Raimondi.....”

Raimondi nunca dejó de ser italiano, sin embargo sólo manifestó plenamente su
nacionalidad durante la ocupación chilena de Lima a fin de resguardar del saqueo las
colecciones fruto de sus estudios. Para ello recurrió a la delegación consular italiana fin
de que le extienda una constancia de su nacionalidad. Se le inscribió como súbdito del
rey de Italia en Lima con el número 4044 el 27 de Julio de 1880. Este acto evitó
cualquier posible atropello de las tropas de ocupación. Su hijo Enrique ha legado una
interesante crónica sobre la suerte de las colecciones durante este ingrato período, al
respecto dice:

“... cuando la invasión chilena, trasladó mi padre, a su costa, el museo, del


colegio de San Fernando a su casa habitación, colocándolo bajo la protección de la
bandera italiana, y ahí ocupó tres grandes departamentos y lo conservó hasta su
muerte, es decir durante 10 años, dejando de percibir los alquileres que antes le rendía
esa localidad”.8

8
Enrique Raimondi, Apuntes Biográficos Sobre Raimondi. “El Comercio”, Lima. Lunes 24 de abril de
1905.
Durante la ocupación chilena, Raimondi recibió la visita de señorita Margarita
Dickins, del diario: “Danbury News”, quien nos ha dejado el siguiente testimonio:

“...Llegamos en seguida á la casa del profesor Raimondi. Penetramos en un


patio interior, y á la mano derecha, dentro de una habitación espaciosa que daba sobre
aquel, encontramos al sabio naturalista rodeado de libros en idiomas diferentes,
sentado frente á su escritorio y trabajando con afán....En el gabinete de estudio de
Raimondi existen no solamente sus libros, sobre un estante existen varios cráneos
antiquísimos deformes y un casco español antiguo, de hierro con su visera caída y en
buena condición. Llevándonos á otra parte de su casa, nos condujo á un cuarto
espacioso lleno de huacos anteriores a la conquista; así como, también, de diferentes
artículos fabricados y usados por los indios salvajes de hoy. Entre unos y otros objetos
llamó nuestra atención: una bien conservada momia de criatura y otra en extremo
curiosa de mujer, tan perfectamente conservada también, que la india parecía en un
estado no lejano de la vida: estaba postrada sobre una rodilla, negro cabello caían
sobre sus hombros y una especie de camisa, con extraños dibujos bordados de azul y
negro, cubría á medias su pobre cuerpo.

Hay calaveras allí, de una raza que acostumbraba deformarse las cabezas por
medio de bandejas,.... Ví, así mismo, una alacena de adornos y útiles indianos de plata
y oro, y un jarrón como de un pié de altura, más o menos tan perfectamente soldado
que después de tantos años, no se puede descubrir en donde fue soldado; e igualmente,
una caja pequeña contiene dos vestidos de pluma de un jefe indio y junto con ellos, una
especie de casco para cubrirse la cabeza y encima una clase de adorno parecido á una
corona, con trozos pendientes de tela hacía adelante y hacía atrás, cubriendo las orejas
y una parte del pecho y de la espalda. Un ropero tiene lleno, tanto de tejidos antiguos
muy bien hechos, hallados en las huacas, como de las toscas telas que fabrican
actualmente los salvajes amazónicos. Entre estos, había una camisa de tela de corteza
de árbol, teñida de color pardo oscuro,.... Hierro en su forma mineral ó ya sea
beneficiada, por los indios primitivos de que disponen esos habitantes de las selvas y
un cuchillo á medio hacer de ese metal y otro ya hecho.

En uno de los ángulos del cuarto, un gran número de arcos y de flechas de las
de tipo más fuerte y estas últimas generalmente armadas con punta de metal..”. 9

Las colecciones de Raimondi, pese a los avatares sufridos en las primeras


décadas del siglo XX, sirvieron de base para la organización del Museo de Historia
Natural “Javier Prado” y el Museo de Arqueología de la Universidad Mayor de San
Marcos10. En el último caso, muchos de estos materiales arqueológicos fueron
incorporados en 1945 a la colección del Museo Nacional de Arqueología, Antropología
e Historia del Perú.

En síntesis podemos decir que uno de los méritos de la obra científica de


Raimondi fue la incorporación de la región Amazonía a la realidad territorial y social de

9
“Danbury News” de 7 de Enero del 1885
10
R. Ravines. Los Museos del Perú. Breve historia y guía: p.37. Instituto Nacional de Cultura. p. 189
Lima, 1989.
la joven republica del Perú. De la población nativa de la selva dirá: “si nunca han
tratado con gente culta son como unos niños malcriados, entre los cuales naturalmente
unos son de buen carácter y otros de malo. Pero los salvajes verdaderamente
peligrosos, son los que han tenido contacto con los hombres que se llaman civilizados,
pues estos con el pretexto de civilizarlos también han invadido sus casas y destruido
sus cultivos; los han despojado de sus terrenos y cazado a veces como animales feroces.
Estos infelices no han recibido de la civilización sino agravios”

Finalmente debemos señalar que los conocimientos de Raimondi sobre la


etnología peruana fueron muchos y a pesar del tiempo transcurrido son de permanente
actualidad. Sin embargo se necesitará de un estudio muy prolijo de los diversos apuntes
y colecciones que han sobrevivido para conocer las ideas principales que debían orientar
la redacción de su obra en este campo, tarea que queda pendiente para aquellos
investigadores interesados en su legado.

Correspondencia: Ricardo La Torre S.


Calle Veronesse 169-303
San Borja
Cel.9733-5116

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