El documento discute la relación entre adultos e infantes a través de la historia. Explica que la infancia se ha definido como una discapacidad que requiere guía de los adultos, quienes asumen roles de autoridad y responsabilidad. La asimetria entre adultos e infantes es necesaria para que los niños puedan emanciparse y convertirse en adultos autónomos siguiendo el modelo de los mayores. Sin embargo, en la actualidad es más difícil definir quién es el verdadero adulto a cargo de los niños.
El documento discute la relación entre adultos e infantes a través de la historia. Explica que la infancia se ha definido como una discapacidad que requiere guía de los adultos, quienes asumen roles de autoridad y responsabilidad. La asimetria entre adultos e infantes es necesaria para que los niños puedan emanciparse y convertirse en adultos autónomos siguiendo el modelo de los mayores. Sin embargo, en la actualidad es más difícil definir quién es el verdadero adulto a cargo de los niños.
El documento discute la relación entre adultos e infantes a través de la historia. Explica que la infancia se ha definido como una discapacidad que requiere guía de los adultos, quienes asumen roles de autoridad y responsabilidad. La asimetria entre adultos e infantes es necesaria para que los niños puedan emanciparse y convertirse en adultos autónomos siguiendo el modelo de los mayores. Sin embargo, en la actualidad es más difícil definir quién es el verdadero adulto a cargo de los niños.
En 1982, Neil Postman public su libro The Disappearance of Childhood (La
desaparicin de la infancia), el cual contena una hiptesis el avance de la televisin como tecnologa privilegiada para la trasmisin de conocimientos y pautas culturales, genera una creciente equivalencia entre personas de diferentes edades, ya que el mensaje televisivo est con- figurado de manera tal que poco importa la posicin biolgica de los receptores. De este modo, la predominancia de la televisin (habr de borrar las fronteras entre nios y adultos. En la vida cotidiana y en los medios de comunicacin con frecuencia se enuncian frases del tipo los chicos saben ms que los adultos o los alumnos superan a los maestros en algunos dominios del conocimiento o incluso los padres ya no saben cmo educar a sus hijos La infancia, esa carencia esencial Para Kant, la minora de edad no es una condena a la que destinen a las personas, sino un estado perfectamente distinguible Para Hobbes en Leviatn la infancia era un mero contrato entre el padre poderoso y el hijo vulnerable. Los siglos XVI y XVII, la infancia ser vista como un grado previo en la evolucin humana hacia la adultez, en las que las caractersticas adul- tas son minimizadas y desvalorizadas en una caracterizacin de nio como hombre pequeo Para Kant la infancia supone una forma de dependencia en la que hay otro que maneja los diferentes planos del universo decisional y al que se le confiere en este vnculo el lugar de la autoridad Nuestra cultura moderna y occidental confa la de- terminacin de la conducta infantil no en la propia infancia, sino en aquellos mayores de edad que tienen la capacidad de decidir. Este vnculo entre el nio y quien habr de dirigirlo est contenido, pues, en el registro de la dada autonoma-heteronoma. Suponemos al menor de edad incapaz de construir una ley propia y, por tanto, determinamos que es otro capaz el que va tomando decisiones por l, La infancia fue definida por la pedagoga de la modernidad como una suerte de discapacidad que posee dos dimensiones: por un lado, una discapacidad operativa y necesitar de otro para operarlas; por otro lado, una discapacidad epistmica y necesitar de otro para pensarlas. Ambas dimensiones estn entrelazadas y articuladas en la constitucin de la verdadera discapacidad la discapacidad superior: discapacidad moral de no atinar a determinar por s mismo qu es lo bueno y qu no lo es, necesitando para esto de otro que as lo haga. Al otro no infantilizado de las relaciones interculturales de la modernidad lo denominamos adulto y quien ocupa ese lugar es quien asume la gua hasta que el menor de edad se apropie de la capacidad autnoma, esto es, se convierta en un mayor de edad Obediencia para la emancipacin Quin es el adulto verdaderamente capacitado para lidiar con la impotencia, la ignorancia y la heteronoma infantil? Surgieron diferentes figuras protagnicas de la adultez: primero el padre, la madre, el educador y la educadora, el sacerdote, el polica. Ms tarde el psiquiatra, el pediatra, el psiclogo, el psicoanalista. ltimamente, el psicopedagogo, el neurlogo, el asistente social; aunque tambin el conductor de programa de TV, la estrella del rock, del rap, del hip hop, de la cumbia y otros lter ego paternales surgidos en el brillo del llamado show bussines. La dependencia infantil necesita un faro al que remitirse el autogobierno es propio de los adultos y solamente ser admitido en los nios en dosis adecuadas al momento de su desarrollo, como una estrategia adulta ms que contribuya a su formacin Mientras transcurre la infancia, el vnculo entre el nio y el adulto es de carcter asimtrico, el adulto es responsable por el nio El adulto tiene cargas y responsabilidades que el nio no posee, aunque ste tenga las suyas, diferentes a las del adulto y determinadas por l Jaan Valsiner Las relaciones sociales implican relaciones de poder de carcter evidentemente jerrquico, en las que el nio es introducido por adultos que poseen, en su vnculo con aquellos, una posicin dominante en trminos de una relacin asimtrica La obediencia ser ahora un instrumento propio de una relacin asimtrica en la que se determina que uno de los miembros se encuentra en condiciones de precariedad para encarar la vida por s mismo y, por lo tanto, precisa hacer lo que el otro adulto le indique por su propio bien El trmino Obediencia tiene muy mala prensa: remite casi invariablemente al terreno del autoritarismo, La posicin de Valsiner resumida en algunos prrafos ms arriba, condensa mu- chas de las precauciones que hoy prevalecen en los mbitos de reflexin pedaggica, psicolgica y jurdica frente a la postulacin de la existencia de asimetra y obediencia en el vnculo entre adulto y nio como constitutivas e inherentes a l Toda relacin asimtrica implica desigualdad, Para esta crtica, la asimetra no solamente implica dominacin, sino incluso comporta tensin, propia de situaciones opresivas. En la educacin: La relacin entre adulto y nio / adolescente se da sobre todo en los anlisis respecto de la educacin escolar y el rol de los maestros. Se proyecta un escenario ideal en el que en la buena educacin todo se logra por el consenso y por una suerte de voluntad soberana de las partes: Algo as como si la buena enseanza fuera aquella que produce una comunicacin sin ruidos o la construccin de significados compartidos sin re- parar en el carcter inherentemente asimtrico de las interacciones docente-alumnos de las prcticas escolares y de las concebidas en la propia nocin de ZDP [zona de desarrollo prximo], al menos cuando es referida a la escolarizacin (Baquero, 2001: 34). Cuanto ms obedezca el nio, ms autnomo ser el adulto. El dominio, por el contrario, implica la sujecin del otro asimtrico a las reglas del ms poderoso, sin las posibilidades de la emancipacin, en tanto persona autnoma que nos prometiera la modernidad: en el proceso moderno de infantilizacin, la obediencia supone una direccionalidad de la conducta tendiente a que la infancia asuma, de manera creciente, ms y ms responsabilidades adultas, hasta el punto de no necesitar obedecer El concepto de autoridad diverge en un sentido poltico y el vinculado a la relacin entre adultos y nios / adolescentes. Desde los trabajos clsicos de Max Weber en adelante, el dominio es parte central de la autoridad en cada una de sus manifestaciones (Weber, 1969), pero el fin ltimo de la misma es la reproduccin ilimitada de la obediencia y el logro de que el dominio y su consentimiento pervivan sin mayores fisuras o grietas. El concepto kantiano de minora de edad, No parece conveniente yuxtaponer tericamente el concepto weberiano de autoridad con el concepto de autoridad adulta: ambas asimetras se corresponden con dos regmenes histricos y discursivos diferenciados. Philippe Aris (1986) caracterizara a este tipo de asimetra, hace unas pocas dcadas, como sentimiento bifronte de infancia: una de las caras de este sentimiento es el cuidado y la proteccin de los nios a partir del reconocimiento de su vulnerabilidad, acciones que generan cario y sentimientos de amor difcilmente identificables en vnculos entre adultos. Pero su contracara en este fenmeno bifronte es la responsabilidad por la severidad: decir que no a tiempo y ocupar de manera eficaz los lugares adultos: el del poder, el del saber y la ley moral que delimita en el desarrollo de la infancia aquello que debe ser cuidadosamente respetado La asimetra entre adultos y nios / adolescentes es la que permite dotar de sentidos determinados a la emancipacin ya como adulto, pero no como cualquier adulto, sino a imagen y semejanza del modelo al que fuera subordinado. La operatividad de la asimetra permite alcanzar el ideal del adulto modelo Por eso, ms que soportar la ley adulta, la modernidad proclamaba que los nios / adolescentes tenan derecho a la ley adulta: nico camino a su propia autonoma, a la construccin de su propia ley. La existencia de la asimetra como configuracin bsica del vnculo entre adultos y nio / adolescente, por lo tanto, demuestra que para que exista la infancia y sta se halle ubicada en el lugar de una discapacidad moral que subsuma discapacidades operativas y epistmicas, es necesario que exista un adulto Hoy no es fcil ser un adulto La precondicin sine qua non para la existencia de una infancia moderna que dependiente y heternoma se subordine al mundo adulto y, recprocamente, de una adultez moderna que ocupe el lugar del saber y de la ley, con capacidad de cuidar, de amar y de decir no, Margaret Mead Denominar, cultura posfigurativa: La legitimidad adulta de la cultura posfigurativa es consecuencia de la acumulacin de experiencia y conocimiento por los mayores. Sociedades en las que el enorme monto de experiencia acumulada a lo largo del tiempo permite tener una visin ms lcida de la realidad y, por ende, tomar las decisiones correctas para con un futuro que no debe ser demasiado diferente que el pasado El mero paso del tiempo es el que, obviamente, permite su acumulacin, por lo que a mayor edad, mayor experiencia, mayor legitimidad en la toma de decisiones: la ecuacin tpica de toda cultura posfigurativa. En las culturas posfigurativas la subordinacin de las jvenes generaciones a las generaciones mayores resulta percibida como natural e inherente por s misma, toda vez que los viejos saben ms y pueden ms, por el hecho de ser viejos. El tiempo en la cultura posfigurativa tiene, en consecuencia, dos caractersticas nodales: es lineal y, por tanto, es acumulativo El problema que se presenta en la actualidad consiste en el cuestionamiento a la autoridad adulta y, por ende, se presenta una crisis de legitimidad que trastoca a la vieja cultura posfigurativa. Cuando las sociedades mudan de manera constante sus paradigmas, como en nuestra actualidad, la experiencia deja de ser una herramienta til para saber y poder el mundo. Al contrario, la formacin experiencial en un determinado paradigma suele transformarse en una pesada carga cuando ese paradigma decae o es socialmente cuestionado. Esto es lo que sucede en lo que Margaret Mead denomina culturas prefigurativas Los cambios vertiginosos en un determinado escenario social son los que establecen una forma diferente en el intercambio intergeneracional: sern ahora los nios y los jvenes los portadores de bienes culturales valiosos, ya que su dominio de acciones y discursos fue configurado en la nueva situacin. Estos cambios hacen que las infancias / adolescencias ya no sean las mismas. La idea de nio dependiente, obediente y heternomo, construida pacientemente a lo largo de varios siglos, es cuestionada por la valorizacin de la infancia, de lo joven, de la inexperiencia de las generaciones jvenes. Ser joven, incluso ser nio o adolescente, ya no supone una carencia que va a ser saldada por la correcta accin formativa adulta a travs del paso del tiempo, sino que constituyen atributos positivos tanto en ellos como, y esto muy especialmente, en los adultos que ahora intentan lograr una fisonoma exterior, un lenguaje, unos gustos estticos asimilables a los de los ms jvenes. La infancia ahora es una capacidad especial. Un perodo de la vida al cual se le asigna un conjunto de derechos especiales que deben ser respetados a rajatabla: el nio pas de ser el lado vulnerable de una relacin asimtrica a constituirse en un sujeto de derecho no equiparable an al adulto Los nios parecen no anhelar con desesperacin formar parte del mundo de los adultos y la adolescencia, ya no semeja una edad conflictiva de la que hay que huir rpidamente. Son los adultos los que quieren parecerse a los ms chicos Los vnculos de los ms jvenes con los adultos ya no son netamente asimtricos, sino que van hacindose ms y ms equivalentes. Incluso son los mayores los que se subordinan a las pautas instaladas por los menores, producindose situaciones en las que corresponde inquirir acerca de quin ocupa el lugar de la discapacidad. Esta visin de la infancia pos discapacidad implica una creciente horizontalizacin del vnculo entre grandes y chicos, lo que presupone, como en toda relacin social entre equivalentes, la intercambiabilidad de los roles El lmite moral ya no se obedece, sino que se busca entre todos, se consensua, ya que el lugar del adulto no merece, en muchos casos, ni confianza ni respeto si no pas por el tamiz y el visto bueno de su ex contraparte asimtrica. La autoridad adulta no ha desaparecido. Pero su legitimidad debe ser corroborada continuamente y la mera presencia o accin adulta ya no resulta fuente ineludible de identificacin. Por el contrario, slo los ejercicios conscientes y en cierto modo nostlgicos de los adultos pueden contribuir a instalar asimetras transitorias que necesitan siempre ser refundadas. Ya no es fcil ser un adulto. Cada vez quedan menos fronteras sociales entre adultos y nios / adolescentes: como bien sealara Postman (1994), debido a la re- produccin ilimitada de la cultura de las pan- tallas, a todos se nos ha dado ver lo mismo, saber lo mismo, escuchar lo mismo, participar casi de lo mismo. Los tradicionales reductos adultos ya no estn reservados a personas experimentadas y maduras, y el porno perdi todo su misterio y est a apenas a un clic de distancia de cualquiera al que le interese. La televisin de horario ilimitado acab con las restricciones horarias para diferentes edades y los canales infantiles son accesibles a cualquier hora del da o de la noche. Un adulto con fisonoma adolescente parece ser el ideal corporal de estos tiempos, No es que la adolescencia actual dure ms que la de antes. Lo que ocurre es que ya casi no hay distincin entre adolescencia y adultez en un mundo en el que a pocos se les ocurre invocar su propia experiencia o su sabidura de la vida como un valor positivo. Y los que impostan la fisonoma del sabios son denostados: al fin de cuentas aparecen como autoritarios imponedores de criterios pasados de moda. Impostores sancionados mayormente con el peso violento y brutal de la indiferencia. Tanto se procur la liberacin de los nios del dominio adulto que, finalmente, los adultos han logrado liberarse de ellos.