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10 MOTIVOS PARA PERMANECER EN EL MINISTERIO JUVENIL

1 Para responder a la llamada. Moisés estuvo de pie ante un arbusto ardiente. Abraham
se disponía a partir con un destino indeterminado. Jacob luchó con Dios. Y tú lidias con un
grupo rebelde de adolescentes. Cuando Dios agarra tu corazón no puedes liberarte del
apretón, aunque quieras. El proceso de selección de Dios proporciona pocas vías de fuga, si
no me crees pregúntale a Jonás. Ser llamado por Dios no significa que nosotros alguna vez
no queramos abandonar la misión. Sin embargo, aunque lo deseemos nos resultaría casi
imposible hacerlo. Esto demuestra que, profundamente, sabemos que hacemos exactamente
lo que Dios desea que hagamos. Y ese es el motivo principal para seguir.

2 Para conducir a los adolescentes hacia una fe madura. Hacia el final de Hebreos 4, el
escritor exhorta a los creyentes que no se esfuerzan en crecer espiritualmente. El Padre
quiere que sus niños maduren y se conviertan en caminantes adultos, no que gateen como
niños toda la vida. Cuando los adolescentes entran en la universidad o consiguen su primer
trabajo, si tienen una fe inmadura ésta se derrumbará bajo las presiones de la vida. Si
enseñas a los adolescentes a desarrollar una fe firme en Dios por medio del estudio de
Biblia, la oración, y el compañerismo cristiano, antes de que ellos dejen el grupo, sabrán
cómo mantener su fidelidad durante toda su vida.

3 Para solidificar las relaciones familiares. ¿Alguien sabe actualmente lo que es un


núcleo familiar? Un enorme porcentaje de adolescentes y jóvenes tienen sustitutos:
padrastros, madrastras, hermanastros hermanastras. Son pocos los chicos que tienen el
privilegio de crecer hasta llegar a adultos al lado de sus padres originales. El divorcio y la
muerte son las causas principales para la ruptura familiar. Pero cualquiera sea la estructura
familiar de los jóvenes del grupo, nuestro objetivo debe ser reforzar las relaciones
existentes, para la gloria de Dios. Conéctate con cada familia y proporciónales educación,
estímulo, y apoyo, independientemente de cómo sea su base familiar.

4 Para conducir a los adolescentes hacia Cristo. EL ministerio juvenil es básicamente


una tarea pastoral. Podemos tener muchas o pocas ovejas con nosotros. Pero lo cierto es
que son muchas más las ovejas que vagan perdidas en las colinas, que aquellas que están a
salvo en el refugio de los brazos de Dios. La permanencia en el ministerio asegura que más
ovejas se acercarán para conocer al verdadero Pastor. Los líderes juveniles son como un
oasis en medio del desierto, a la que los adolescentes pueden llevar a sus amigos sedientos
para que tengan dirección espiritual y sean saciados de la bendición de Dios. Cuando tus
jóvenes saben que tú siempre estás allí para guiarlos, tienen menos miedo de compartir a
Cristo, porque saben que no llevan el peso ellos solos.

5 Para equipar a los adolescentes para la vida. Efesios 4:12-13 declara que Dios escoge
a sus ministros "a fin de capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar el
cuerpo de Cristo. De este modo, todos llegaremos a la unidad de la fe y del conocimiento
del Hijo de Dios, a una humanidad perfecta, conforme a la plena estatura de Cristo". Equipa
lugares, y provee las herramientas necesarias para que tus adolescentes se preparen para la
vida como hombres de Dios.
Usa este espacio para poner en una lista las herramientas que sabes que tu grupo necesita
para hacer que Efesios 4:12-13 sea una realidad.

6 Para reforzar el futuro de la Iglesia. Sabemos que los adolescentes son la iglesia de
hoy, no de mañana. Sin embargo raramente un adolescente es invitado a las reuniones
ministeriales, y definitivamente no tienen opinión en las reuniones de negocio de la iglesia.
Su presencia puede ser bienvenida, pero ¿qué pasa con su voz y su voto?
Usa los años de la adolescencia para entrenar a los chicos a jugar un papel activo en el
desarrollo de la iglesia, fortaleciéndola y edificándola con su participación e ideas. Forma
equipos de liderazgo y enséñales cómo tomar buenas decisiones y mantener una actitud que
eleve la voluntad de Dios por sobre la tradición, o la opinión personal.

7 Para mostrar a los adolescentes que la gente se preocupa por ellos. A los adolescentes
se les hace difícil de creer que uno realmente se preocupa por ellos, a pesar de sus
espinillas, los estirones, la carencia de coordinación y otras congojas adolescentes.
Manifiéstales cómo te preocupas, diciéndolo y demostrándolo. Comunícales verbalmente
que te preocupas por ellos. No dejes que pase ni una clase sin declararlo en voz alta.
Demuéstrales que te preocupan, estando allí cuando ellos necesitan un amigo.

8 Para usar tus dones. La abuela no te dio el suéter de punto tejido en Navidad para que lo
ocultes en un armario de la iglesia. Dios no te dio un don para que lo pongas bajo la tierra,
¡entonces, deja que tu don brille!
¿Qué don (regalo) te ha dado Dios?

Tú conoces el dicho "úsalo o lo pierdes". ¿No hay una parábola acerca de eso?

9 Para recibir la recompensa de ver las vidas cambiadas. "Nunca pensé que Susana se
acercaría al Señor con la vida que llevaba". El Dios que hace semejante milagro por la vida
de alguien del grupo, merece quedarse en el ministerio para siempre. Cuando Dios
comienza a obrar en tu ministerio en forma real, no para. Al contrario, comenzarás a ver
más y más milagros en la vida de tus jóvenes. Eso no tiene precio para un líder. Es probable
que tengas reuniones de adolescentes dinámicas y divertidas cada día. Pero una vida que
cambia, es inolvidable.

10 Para recibir un pago por algo que te gusta hacer. Relee los números uno al nueve.
Recibir el pago por tu trabajo es muy importante. Pero recibir un pago para hacer lo que te
gusta hacer, ¡es mejor! Tanto si tu paga proviene de una jornada completa como de media
jornada, es una bendición. Si tú eres solamente un voluntario, y sabes de qué hablo, te doy
especiales gracias por hacer lo que Dios quiere, sin recibir ninguna retribución. Ora a Dios
para que puedas dedicarte a tiempo completo sirviendo a los jóvenes.
¿CÓMO TENER UN MINISTERIO EFECTIVO?

1 Tienes que saber por que haces lo que haces.


No hace sentido hacer absolutamente nada sino tienes una razón que lo justifique.
Pregúntate ¿por qué existe tu ministerio juvenil?

2. Tienes que saber con quien trabajas.


Recordar esto es importante porque a veces olvidamos que el ministerio juvenil es
ministerio con los padres, con los líderes de la iglesia y con voluntarios. Además deseamos
alcanzar a los chicos no Cristianos también.

3. Debes de estar seguro de cuales son tus metas.


Las metas a corto y a largo plazo son una buena idea. Recordemos que estas metas deben
de poder ser medidas y evaluadas. En otras palabras podrías tener la meta que cada chico
sepa compartir el evangelio con sus amigos.

4. Tienes que tener un plan de acción.


En otras palabras tienes muy claro como piensas llegar a cumplir las metas que te has
trazado.

5. Necesitas tener una visión.


Asegúrate que la visión viene de Dios y que es más grande que tI. Sueña en ver a todos tus
jóvenes graduados de la universidad sirviendo a Dios en todo el mundo. Recuerda que el
soñar es gratis.

6. Necesitas construir buenas relaciones con todos.


Si tenemos una relación más o menos con los líderes de la iglesia nunca lograremos
avanzar. Haz el tiempo para construir relaciones saludables con los líderes, con los chicos y
con sus padres. Asegúrate además que eres amigo de la secretaria de la iglesia y del
custodio (persona con las llaves).

7. Expone a tus chicos a ver el mundo como Jesús lo vio.


Vamos a tener que sacar a los chicos afuera de la iglesia. Las cuatro paredes de la iglesia se
pueden convertir rápidamente en el obstáculo más grande entre los chicos y Dios. Dios
desea utilizar a los chicos para hacer una diferencia en este mundo. Pero la realidad es que
Dios nos llamo a impactar el mundo y no a quedarnos dentro del edificio.

8. Toma el tiempo necesario para evaluar lo que se ha hecho hasta ese


punto.
Utiliza el modelo FODA si lo deseas. Pregúntate: ¿Cuáles son las Fortalezas? ¿Cuáles son
las Oportunidades? ¿Cuáles son las Debilidades? y ¿Cuáles son las Amenazas?

Para finalizar, ora consistentemente por tus chicos y el ministerio.


SIETE HABITOS EFECTIVOS PARA LÍDERES JUVENILES

1. Sé proactivo. ¿Asumes completa responsabilidad por tu ministerio? Decide primero qué


necesitas hacer y cómo lo harías, luego actúa.

2. Comienza con un fin en mente. ¿Cómo quieres que los miembros de tu grupo juvenil
recuerden quién eres y cuáles son tus valores cuando sean adultos? Basa todos tus
pensamientos, palabras y acciones en eso.

3. Establece primero lo primero. ¿Dios es lo más importante en tu ministerio? Ofrece


cada día, cada reunión y cada actividad al Señor, y así los pequeños detalles de la vida no te
agobiarán.

4. Piensa en ganar-ganar. Cuando surgen problemas, ¿buscas soluciones que beneficien a


todos? Acepta las diferencias de las personas, y aliéntalas para que trabajen juntas.

5. Procura primero comprender, y después ser comprendido. ¿Te enfocas más en


mantener tu idea que en ver otros puntos de vista? Habla en último término, no seas el
primero en hacerlo, y practica escuchar activamente.

6. Sinergiza. ¿Cooperas con otros ministerios en tu iglesia? Encuentra formas en que tu


grupo juvenil pueda comprometerse o servir a otras áreas de la congregación.

7. Afilar la sierra. ¿Tu ministerio es sólo parte de una vida estable? Pasa tiempo
renovando tu vida espiritual, física, emocional y social.

MEJORA TUS MENSAJES

Recuerda que una de las cualidades de un gran maestro es ser: Desafiante. Si has estado
enseñando desde hace un tiempo, es fácil caer en la tentación de tratar de hacer que la hora
de la clase pase. No caigas en esto, continúa focalizado y trata de mantener el desafío en los
estudiantes.

1. Déjales una pregunta al grupo que tengan que llevar a casa y estudiar para descubrir la
respuesta.
2. Dales una tarea que tengan que completar para la próxima clase.
3. Imprime un boletín con un tópico como la pureza sexual y luego comienza el debate.
4. Termina con una parábola que ellos puedan "masticar" en su mente y a la que tengan que
encontrar su interpretación personal.
5. Toma el ejemplo de Jesús en cuanto a iniciativa y anímalos a ser como Él.
6. Confronta el pecado en el grupo y nunca lo lleves a condenación.
Esto no tiene que ser hecho con dureza o falta de amor. Trata estos temas en una manera
positiva, alentándolos y de forma atractiva. Un desafío nunca debería ser usado para
frustrar a alguien sino para inspirar.

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