Í n d i c e

Editorial ..............................................................................................1
Noticias Verdes................................................................................3
Noticias de andar por casa ........................................................11
El proyecto olmo ............................................................................13
Experiencia de trabajo de campo con el proyecto olmo
Simón Cortés ..............................................................................14
Al ajooo El ajereeero ..................................................................15
Los olmos del arroyo de Prado
Manuel Gómez y Andrés Revilla ..............................................16
La formacion de las encinas en la dehesa extremeña
Andrés Revilla ..............................................................................21
Educación ambiental en ARBA
Virginia Illera..............................................................................23
Pictogramas y leyendas Iroquesas
Simón Cortés ..............................................................................25
El roble del Peregrino
Ramón Cortizas ..........................................................................30
Pinceladas de la vegetación de África suroccidental
Carlos Fierro................................................................................31
Repoblaciones en favor del oso pardo en Palencia
Juan Carlos Cabrero ................................................................49
La utilidades del pino ..................................................................53
La historia de un día...................................................................64
Actividades ......................................................................................65
Yo Ulmus
Leibi Ng ....................................................................................66
Sorbus y prunos
Andrés Revilla ............................................................................68
Setas de hayedos
Angeles González ......................................................................71
Denuncia: esta vez es el Jarama ............................................81
La planta de ARBA: Krascheninnikovia ceratoides
Emilio Blanco ..............................................................................82

Número 10, Diciembre 2001.

Imprime: Gráficas Gil Sanz
ISSN 11338-0934 Portada: La dehesa extremeña
Depósito legal: M-29302-1997 Dibujo: Gustavo Marquerie
Coordinación, maquetación y diseños: Carlos Fierro.
 Boletín 10
E d i t o r i a l
En el editorial del boletín nº5,
año 1999, se decía: “Arba se está
metiendo de lleno en un proceso
de renovación total...”, más ade-
lante se comentaba el potencial
humano que tiene y concluía;
“toda esa fuerza que tiene la aso-
ciación debe ser imparable si se
pone en marcha y de eso se trata,
de ponernos en marcha”.
Si desde fuera de la
asociación observára-
mos el proceso que ha
seguido ésta desde
que se dijeron
estas afirmacio-
nes, nos daríamos
cuenta que aquel
editorial no
estaba del todo
desacertado. Es
difícil verlo
desde dentro, y
más, si como
ocurre, ape-
nas mostramos interés por lo que
a nuestro alrededor se mueve.
Hemos venido pensamos que la
asociación somos los pocos que
regularmente hacemos algo, sin
caer en que otros miembros, aun-
que alejados en la distancia, tam-
bién desean hacer cosas, pero no
hemos tenido ni tiempo ni ganas
de ponernos en contacto con ellos
y prestarle el apoyo que necesi-
taban. Esa tendencia tiene que
cambiar, porque ya va siendo hora
de dejar de pensar en nuestro
propio ombligo como el centro del
mundo y abrirnos a la globalidad
de la asociación.
No es
casual que en
la actualidad
funcionen
varias Arbas y
que en un futuro
no muy lejano fun-
cionen varias más.
Las semillas hace ya
muchos años que caye-
ron al suelo, y han estado
aletargadas esperando que un
nuevo agua las hiciera renacer.
Este proceso nuevo viene por
entero a cambiar el concepto que
hasta el momento hemos tenido
de la asociación, abriéndose ante
nosotros un camino no andado,
camino que una vez puesto en
marcha, es difícil que se pueda
parar, ya que tanto su estructu-
ra, como su función se escapa de
cualquier control.
1
 Boletín 10

Unas Arbas son independien- estructura de organización, y

tes, otras “delegaciones”, otras abrirnos al futuro con otra men-
a su vez “delegaciones” de inde- talidad, ya que es seguro que de
pendientes y otras, grupos de aquí en adelante, todo sufrirá un
trabajos dentro de un arba. profundo cambio y hemos de
Algunas tienen financiación y estar a la altura de las circuns-
actividades propias, pero con tancias.
fines, objetivos y
pensamientos Se podría decir que
comunes. Esta ARBA – Madrid (en la
novedosa, rica y mayoría de los
c o m p l e j a casos), ha sido
forma orga- la madre, la
nizativa que parturienta y
se viene como tal
adquirido, debería de
de manera comportarse,
casual, nos facilitando a
ha situado los hijos el
ente una camino y
estruc- los medios
tura orga- para que
nizativa estos se
nueva, lo h a g a n
que no mayores.
quita, que
en pensa- De esta
m i e n t o , relación,
todas las saldre-
Arbas se m o s
sientan forta-
parte de lecidos
u n a todos,
m i s m a y más
asocia- q u e
ción. nosotros, que en definitiva, y en
el buen sentido de la palabra no
Ante este interesante proceso somos nada, saldrán fortalecido
que se nos presenta, hemos de nuestros bosques, que es al fin y
abandonar la obsoleta a cabo por lo que estamos aquí.
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 Boletín 10

N o t i c i a s
v e r d e s
Un nuevo jardín botánico
El 24 de octubre se ha inaugurado en plena Avenida Complutense, y tras
algo más de tres años de construcción, el Real Jardín Botánico Alfonso
XIII, así llamado, pues según parece, fue el monarca quién tuvo la feliz idea
de construirlo allí, idea que, evidentemente, las convulsiones políticas de
España truncaron. Ubicado en el corazón de la Universidad Complutense, una
de sus principales funciones será la de investigadora y docente. Pero docen-
te en un sentido amplio, desde el alumno de biológicas, hasta el vecino de
Madrid que se acerque para echar un vistazo. El jardín está dividido en dos
por un paseo diagonal y una gran plaza central. En la actualidad posee 800
especies de plantas, pero las previsiones es de alcanzar las 4000.

Seguimiento de los bosques

El Ministerio de Medio Ambiente y la
Universidad Politécnica de Madrid colabora-
rán en el seguimiento de daños en los bosques
hasta el 31 de diciembre de 2003. La colabo-
ración se centrará en la realización de mode-
los tridimensionales de vegetación en las 53
parcelas españolas del Nivel II de la Red
Europea, red que pretende hacer un segui-
miento de la salud de los ecosistemas fores-
tales, en el ámbito europeo, para evaluar el
proceso de decaimiento de los bosques y su
relación con la contaminación atmosférica.

Estudio sobre los beneficios sociales del bosque Mediterráneo

La Dirección General de Conservación de la Naturaleza y el
Centro Tecnológico Forestal de Cataluña han suscrito un convenio
para llevar a cabo el proyecto de Centro Regional del "European
Forest Institute" sobre los beneficios sociales y ambientales de
carácter público del bosque Mediterráneo.
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 Boletín 10

Lista Roja de la
flora vascular
española
Se ha publicado (nuevo
hace algún tiempo, pero
nunca es tarde mencionar-
lo) la Lista Roja de la flora
vascular Española. Son
1414 taxones que corres-
ponde con el 19% de los
taxones españoles. Para
los más de cien especialis-
tas que han colaborado:
"La lista roja no es el final
de un esfuerzo, sino el ini-
cio de otro de dimensiones
muy superiores". Además,
los investigadores dejan la
puerta abierta para pro-
mover en los próximos
años un esfuerzo similar
para la flora no vascular.

Plantas para desalinizar el terreno

Como es bien sabido, la salinización de las tierras de cultivo, bien por la
intrusión de agua marina en los acuíferos costeros sobre explotados o por
la acumulación de sales por un exceso de riego unido a una elevada evapo-
rización potencial, es uno de los grandes males que azotan las tierras de
cultivo en la cuenca mediterránea. De ahí, que se experimente con crear
especies vegetales más halófilas, por ejemplo, se ha desarrollado un toma-
te transgénico, que soporta ser regado con agua salobre. Otra vía de
investigación es sembrar especies que puedan acumular las sales, disminu-
yendo de esa manera el contenido salino del suelo haciéndolo de nuevo uti-
lizable como tierra de cultivo. En esta línea se está llevando a cabo una
investigación en la Estación Experimental La Mayora (Málaga), dependien-
te del CSIC. en la actualidad las especies que han dado mejores resulta-
dos han sido Atriplex patula, Beta vulgaris y Cynara cardunculus.

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 Boletín 10

El Plan Hidrológico
Nacional ya es ley
El senado aprobó en junio
el plan hidrológico PHN.

Un año hidrometeorológico
excepcional
El año hidrometeorológico que
finalizo el 31 de agosto ha sido
un 25% más húmedo que la media

Foto: Carlos Fierro

del siglo pasado. Podemos estar
contentos: a pesar del PHN habrá
agua.

Cascadas rebosantes de agua, Ruidera.

Vacunación con pulgas

Como es bien sabido la mixomatosis no sólo es una desgraciada enfer-
medad para el conejo, ya que el conejo es parte vital de la cadena trófica
del bosque mediterráneo. Al fallar la cadena de los conejos sus depreda-
dores, por la falta de alimento, sufrirán las consecuencias.
Lamentablemente dos los depredadores del conejo son el águila imperial
y el lince, nuestra fauna endémica más emblemática, a la par que en grave
peligro de extinción. Una iniciativa de un equipo de científicos del
Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agria y Alimentaría ha
desarrollado una vacuna contra la mixomatosis y la enfermedad vírica
hemorrágica(RHD). El problema está en como vacunar a los conejos, para
ello se ha empleado un método ya usado en otros proyectos en Europa:
usar como vectores de la vacunación los mismos que en la naturaleza sir-
ven para propagar enfermedades, o sea las pulgas y los mosquitos. Así, se
captura un mínimo de conejos a los que se les "regala" unas cuantas pulgas
con vacuna. Las pulgas pasarán de conejo a otro y se calcula que un alto
porcentaje de los conejos quedarán vacunados.

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 Boletín 10

Virus informáticos biológicos Histórica puesta de

Como todo el mundo sabe, los virus infor-
máticos, a pesar de su nombre, nada tienen
que ver con la biología, su existencia sólo se
materializa dentro del mundo virtual del
software. Son un mal cuyas graves conse-
cuencias mueven millones de dólares todos los
años, bien por los estragos que causan o bien
por el negocio de la obligación de comprar el
último actualizado de los antídotos o antivi-
rus. Sin embargo, los investigadores han des-
cubierto lo que podría llamarse como un
"virus" biológico. Se trata de un hongo del
género Geotrichum capaz de devorar la capa
de aluminio de los CD's, con lo que se carga la
información. Aquellos que pensaron que los
CD's o los novedosos DVD's eran duraderos,
comparándolos con el material magnético,
tendrían que pensarlo dos veces.
Firma del Protocolo sobre la segu-
ridad de la biotecnología
El Consejo de Ministros aprobó en
julio la firma "od referendum" del
Protocolo de Cartagena, relativo a la
seguridad de la biotecnología, del
Convenio de Naciones Unidas sobre
Diversidad Biológica. El Protocolo regu-
la los movimientos transfronterizos de
los organismos transgénicos, que puedan
tener efectos adversos para la diversi-
dad biológica o para la salud humana.
tortuga boba en las
costas españolas
En la playa nudista de Vera
Natura. Almería, se ha cons-
tatado por primera vez en
España la puesta de una tor-
tuga marina, en este caso
perteneciente a la especie
Caretta caretta, especie que
si bien se la puede encontrar
nadando en nuestro litoral,
en especial en las Islas
Baleares, sólo cría en el
Mediterráneo oriental y el
Caribe. Técnicos de el
Centro de Recuperación de
Espacios Marinos
Amenazados de Andalucía,
con sede en Málaga, acotaron
y señalizaron la zona, mien-
tras la Red de Voluntarios
Andaluces del Litoral de
Levante se turnaron en su
vigilancia.
El 24 de septiembre, 58
días desde la puesta, salieron
30 crías, otras 10 se repar-
tieron en los siguientes días.
Su peso era de 18gr y 6,4cm
de longitud.

Prohibida la comercialización de las gasolinas con

plomo desde el 1 de agosto
El Consejo de Ministros aprobó en julio un Real Decreto por el que se
adelanta al día 1 de agosto de 2001 la prohibición de comercialización de
gasolinas con plomo en todo el territorio nacional, adelantando así la fecha
que fue inicialmente establecida para el día 1 de enero de 2002.
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 Boletín 10

El plumbismo
Se calcula que entre 3000 y 5000 toneladas al año de plomo son disemi-
nadas por el campo. Como es bien sabido el plomo es poderoso veneno.
Especialmente grave es el caso de la entrada de elevados porcentajes de
plomo en las cadenas tróficas en los humedales. Muchos países civilizados
ya han prohibido el uso de perdigones de plomo, incluso USA, tan reticente
con los acuerdos de Kioto, lo ha prohibido. Por fin, en España se ha aproba-
do un decreto que prohíbe el uso de perdigones de plomo en 38 Humedales
de Importancia Internacional.
Como mala noticia de última hora, la Comunidad Valenciana y Cataluña
retrasarán la orden dos años: según se dice por “razones de orden público
de de primer orden”(¿¿¿¿????). Está claro que los cazadores tiene influen-
cias, cuando no las mismas influencias son cazadores.

Las aves acuáticas, como el ánade real, son las que más sufren el plumbismo. Foto: Carlos Fierro

¿Qué hacer con los deshechos de la huerta?

Viajar por Almería es contemplar mares artificiales de plástico, desde
donde se exporta a toda Europa cualquier hortaliza durante todo el año.
Sin embargo, por esta huerta-despensa hemos de pagar un alto precio,
primero por una devaluación de un paisaje plastificado, además de los
restos y jirones de plástico que se diseminan por doquier, y en segun-
do por las 900.000 toneladas de unos residuos vegetales que colapsan
los basureros locales. Como solución, al segundo problema, un equipo de
la universidad d Almería en colaboración la de Alcalá de Henares y
CSIC desarrollan un método para convertir estos restos en serrín de
madera para la fabricación de aglomerados o como combustible.
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 Boletín 10

Fotografías: Lola López

Calderones en el estrecho

Mar de Alborán puede ser

un santuario para delfines,
ballenas y tortugas
Un proyecto de la Oficina del
Mediterráneo de la Unión Mundial
para la Naturaleza (UICN) en
Málaga pretende convertir el Mar
de Alborán en un santuario marino
en el cual delfines, ballenas y tor-
tugas gocen de protección y ade- Primer plano de la cabeza de un calderón
más puedan ser estudia-
dos por científicos y oce-
anógrafos. El objetivo es
crear un Lugar de
Interés Comunitario
(LIC) para que sea inclui-
do en la Red Natura
2000. Además intentará
involucrar a instituciones
marroquíes y argelinas,
para que la protección
sea más efectiva.
Delfines comunes en el estrecho
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 Boletín 10

Protocolo de Kioto: Bonn y Marrakesh dos últimas

Conferencias de las Partes (COP)
El Protocolo de Kioto, aprobado en 1997, desarrolla la Convención Marco
de Naciones Unidas sobre Cambio Climático. Compromiso de reducción por
parte de los países desarrollados, que con sólo el 20% de la población son
responsables del 70% de las emisiones de dióxido de carbono ( CO2); meta-
no (CH4; oxido nitroso (N20); hidrofluorocarbonados (HFCS); perfluorocar-
bonados (PFCS) y hexafluoruro de azufre (SF6), todos ellos conocidos como
gases de efecto invernadero. Con este instrumento jurídico se obliga a que
el conjunto de los países industrializados reduzcan sus emisiones en un 5,2
por ciento con respecto a 1990 para el período 2008-2012.
Se habilitan Conferencias de las Partes (COP) para su negociación, con-
senso e implementación, las últimas han sido en Bonn y Marrakesh.
Cada país tiene una cota de reducción: -8% UE, -6% Japón y –7% USA, no
es que contamine menos, de hecho es responsable del 40% de la contamina-
ción dentro los países industrializados, más era una cifra de compromiso
para que firmara, pero ni aún así ha firmado.
Premiar la promoción y financiación de proyectos limpios en países en
desarrollo, si bien queda claramente explícito que limpio no incluye la ener-
gía nuclear como limpio.
Uno de los aspectos claves del protocolo es el tratamiento de los bos-
ques como captadores o sumideros de CO2. Establece una tabla que especi-
fica los descuentos que cada país puede descontarse de las emisiones en
función de sus prácticas forestales, o mejor decir por prácticas reforesta-
les. Sin embargo, los científicos no se ponen de acuerdo cuánto CO2 absor-
be una hectárea de bosque, además se corre el peligro de una reforestación
indiscriminada, con árboles no autóctonos de crecimiento rápido y por ende
con alto poder de absorción en poco tiempo.

Caso USA
La casa blanca encargó un informe a la Academia de Ciencias de Estados
Unidos, sobre el cambio climático, en un claro, pero fallido intento, de poner
en tela de juicio la existencia del cambio climático por el efecto invernade-
ro. El informe no sólo confirmó el fenómeno del cambio climático sino que
además alabó los estudios del IPCC, agencia de las Naciones Unidas que
estudia el cambio climático, y cuyos estudios han influido decisivamente en
el Protocolo de Kioto. Sin embargo la negativa de USA no era noticia, ya
desde marzo la nueva administración Bush anuncio su propósito de no ratifi-
car el protocolo. Es muy curioso que las razones esgrimidas fuesen: “el costo
económico que USA no podía asumir”. Es muy lamentable que exista la ley del
embudo, el resto del mundo es muy solidario con los problemas que USA
pueda tener: la terrible tragedia de las Torres Gemelas lo ha demostrado,
sin embargo cuando se trata que USA se solidaria con los problemas, no ya
del resto del mundo, sino del mundo, en donde USA es parte, hay una nega-
tiva solidaridad.

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 Boletín 10
La familia dinástica americana
bush (ya sé que se escribe con
mayúscula, ¿pero, realmente piensas
que se lo merecen?) se ha caracteri-
zado por una nula sensibilidad en
temas medioambientales, pues cho-
caba frontalmente con los intereses
de aquellos que los auparon al poder:
petroquímicas, la industria del arma-
mento etc.. Aunque eso sí, siempre
enmascarándolo como en defensa del
ciudadano medio americano y su
derecho al puesto de trabajo. El
padre del actual, “de tal piedra tal
lasca” (pues si bien el dicho es “de
tal palo tal astilla”, en temas medio-
ambientales son como piedras), for-
muló una frase con motivo de la con-
vención de Río de Janeiro, a la que no
asistió y, por supuesto, USA no
firmó, que quedará para la historia
como el retrato robot de la nula
visión ecológica de la dinastía bush:
“no estoy dispuesto a salvar a una
ardilla si el puesto de un americano
está en juego”. Una frase lapidaria
para que los estudiantes de políticas
vean un buen ejemplo de demagogia
en un discurso político con las elec-
ciones a la vuelta de la esquina.
Lamentablemente la ignorancia de
Bush (aquí la mayúscula es sólo para
distinguirlo de su retoño) no le permi-
te saber que las habilidades trepado-
ras de una ardilla la ponen a salvo de
las posibles variaciones en el nivel del
mar como consecuencia de un lamen-
table cambio climático. Aunque los
bush lo ignoren, los Estados Unidos
son parte del mundo y un americano
medio, de esos que ellos dicen defen-
der, también sufrirán las consecuen-
cias de los cambios climáticos.
Recopilación y comentarios: Carlos Fierro
10
Hitos del proceso de Kioto
1972. Conferencia de UN sobre el
Medio Ambiente Humano: necesidad de
estudiar el cambio climático.
1979. Primera Conferencia Mundial
sobre el Clima.
1985. Conferencia de Villach
(Austria). Primeras estimaciones científi-
cas del impacto del cambio climático.
1988. Creación del Grupo
Intergubernamental! de Expertos sobre
Cambio Climático (IPCC).
1990. Publicación del Primer Informe
de Evaluación del IPCC y Segunda
Conferencia Mundial sobre el Clima.
1992. Cumbre de Río de Janeiro.
Aprobación de la Convención Marco de
UN sobre Cambio Climático (CMCC).
1994. Entrada en vigor de la CMCC.
1996. Publicación del Segundo
Informe de Evaluación del IPCC.
1997. Conferencia de las Partes
(COP3) de la CMCC (Kioto). Aprobación
del Protocolo de Kioto, compromisos cuan-
titativos de reducción de emisiones de los
países desarrollados, plazos e instrumen-
tos y mecanismos para lograr el objetivo.
1988. COP4 de la CMCC (Buenos Aires).
1999. COP5 de la CMCC (Bonn).
Continuación de la negociación sobre las
reglas bases del Plan de Acción.
2000. COP6 de la CMCC (La Haya). No
se logra un acuerdo sobre las reglas de
aplicación y se decide continuar la COP6
en Bonn en julio de 2001.
2001. Publicación del Tercer Informe
de Evaluación del IPCC
2001. Bonn Julio. COP6 bis. 180 países
logran un acuerdo para la reducción de
gases de efecto invernadero. USA no.
2001. Noviembre Marrakech. COP7.
Creación de las instituciones necesarias
para sea operativo una vez aprobado.
 Boletín 10
N o t i c i a s
de andar por casa
En el próximo boletín se publica-
ran los resultados que se han obte-
nido de la encuesta que os envia-
mos. Si aún la tienes por casa
acuérdate de mandárnosla.
Ya nos hemos reunido el grupo
que está trabajando en el proyecto
olmo. Hemos delimitado tareas y
puesto los primeros pilares para
trabajar.
El grupo está abierto a toda
participación.
Por el momento somos:
Álvaro: Que se encarga de los
pueblos cacereños de los alrededo-
res de Plasencia.
Misael: Hará lo mismo en Burgos,
pero en la zona de Aranda.
ARBA
Jaime: Mirará la zona sur de C.
Real.
Raúl: Se encarga de coordinar
la provincia de Valladolid.
Carmen: Nos pasará la infor-
mación de los pueblos cercanos al
suyo (Segovia).
Jorge: (Amigo de los castillos).
Recopilará toda la información posi-
ble en sus andanzas entre fortale-
za y fortaleza.
Isabel: Que coordinará
Guadalajara.
Isa: Coordinará Cuenca, y junto
con la anterior buceará en los
archivos históricos.
Andrés: Se encargará de los
aspectos más botánicos del árbol.
Chiqui: Se encarga de los
11
 Boletín 10

pueblos de la sierra madrileña y de de semillas vanas. Si queréis reco-

los hongos asociados a la especie. ger semillas tenéis que tener esto
Fran: Que aún no ha delimitado en cuenta, y sembrarlas nada más
su trabajo. recogidas, porque sino se secan.
Raúl C.: Se encarga de la
reproducción de la especie en el Excursiones
vivero. Estamos preparando una nueva
Simón: Tocará todos los palos excursión – encuentro, parecida a la
que pueda y coordinará al grupo. realizada en Urduña con los “com-
Montserrat y J. Carlos: Que pis” de TXIRPIAL.
junto a más gente se encargan de Esta vez iremos a Burgos,
Ávila. Desfiladero de
Yecla y sabinares
Como primer resulta- colindantes.
do, comentaros que a Sería intere-
Carlos III no se le debe sante que durante
de dar los honores de el encuentro tuvié-
ser el artífice de que los ramos alguna char-
olmos estén en muchas la sobre experien-
plazas de nuestros pue- cias de nuestras
blos. Ni a él ni a ningún asociaciones, como
otro en particular, sino a coordinarnos
muchos y a hechos y cir- mejor, o algo por el
cunstancias históricas estilo. Revindicar
que iremos contando. los sabinares como
bosques a mante-
Este año hemos pro- ner durante la
ducido en el vivero excursión, con
unos 200 olmos de la algún acto de cual-
especie Ulmus minor. quier tipo e invitar
Lo hemos reproducido de semillas, a grupos de la zona.
provenientes de árboles sanos de La fecha sería para marzo y el
las vegas de los ríos Jarama y alojamiento estamos en ello.
Manzanares. !!Se admiten ideas y sugerencias¡¡

De varios miles de semillas sem- Simón Cortes

bradas a boleo, solamente han sali- Dibujos: Lito
do los ya indicados. Esto es debido
al su escasa fertilidad y a que
produce grandes cantidades
12
 Boletín 10

Proyecto olmo
Simón Cortes
Durante unos años (dependien- El trabajo va a ser principal-
do de la recogida de información) mente bibliográfico, consultando
ARBA va a realizar un trabajo libros de pueblos, folletos turísti-
sobre el olmo (Ulmus minor). cos, etc., y en menor medida el
tan necesario trabajo de campo.
Nos centraremos exclusiva-
mente, en los olmos que en su El tema bien visto tiene su
tiempo se plantó en las plazas o guasa, ya que en España, contando
lugares reseñados (iglesias, monu- las islas, hay unos 35.000 núcleos
mentos, fuentes...) de rurales, y llegar “cua-
los pueblos. El objeti- Última hora: tro monos”, como se
vos de este trabajo, suele decir, a todos es
aparte de conocer un
Proyecto olmo (lo dejaremos en casi)
poco de historia, es imposible. Así que .... el
saber cuantos pueblos trabajo podría ser
tienen o han tenido La dirección General colectivo, que cada
una olma, cuantas para la Conservación de la socio o amigo de la aso-
naturaleza (DGCON) lleva
viven aún y en que con- ciación se encargara de
años trabajando con los
diciones y cuantas han olmos. hemos concertado una provincia, la suya o
muerto o desapareci- una reunión para ver qué a la que le tenga más
do. áreas están sin cubrir, qué apego, por aquello de
trabajos hay que realizar. que la tierra llama, -
Una vez finalizada parece que tienen todo aunque en este caso,
la recogida de datos, inventariado y muy estudia- ¿no sé?, ¿no sé? -. En el
se realizará un mapa do. Ya os contaremos. supuesto de que coinci-
político de pueblos que dan más de uno en una
hayan o tengan dicho provincia, ésta, se
árbol y se donará a todos aquellos puede repartir por comarcas.¡Esto
municipios que quieran recuperar- está chupado!. Y si esta cosilla de
la, un olmo de la especie Ulmus nada os parece mucho, al menos
minor (la nuestra), que en la podéis rellenar la ficha que hemos
actualidad estamos reproduciendo sacado si conocéis algún pueblo
en nuestro vivero. con olmo.

13
 Boletín 10
Experiencia de trabajo de
campo con el proyecto olmo
Cada uno de nosotros podemos
adquirir nuestro propio método de tra-
bajo de campo, ya que no hay métodos
buenos ni malos, sólo es imprescindible
tener un poco de paciencia y ser respe-
tuosos con nuestros informantes.
En el trabajo que estamos realizan-
do sobre el olmo, estamos siguiendo el
siguiente el método:
Primeramente nos enteramos de la
presencia de algún olmo en algún pueblo
por la información recogida de biblio-
grafía, por lo que nos ha contado algún
conocido o porque lo hayamos visto en
algún viaje realizado tiempos atrás.
Obtenida la información y cuando el
tiempo libre nos lo permita, nos acer-
camos al lugar en cuestión. Una vez allí
comprobamos los datos que poseíamos,
por si han variado sustancialmente.
Comprobados estos, seguimos con la
investigación. Si tenemos tiempo pode-
mos indagar más sobre ese olmo en el
ayuntamiento, previa
presentación;:...que somos de una aso-
ciación dedicada a la recuperación de
los bosques... que estamos realizando
un censo de olmos en la Península... que
nos interesa su historia... etc..., esto
abre muchas puertas y nos facilita el
camino.
14 Igualmente es intere-
sante mantener una pequeña charla con
el párroco del municipio, ya que por lo
general suelen llevar varias parroquias
a la vez, y sus conocimientos de los pue-
blos de alrededor son muy precisos.
Si por el contrario el tiempo es limi-
tado (un día o un fin de semana), y está
cerrado el ayuntamiento o no está el
párroco, los lugareños pueden perfec-
tamente indicarnos otras ubicaciones
de olmos. El mejor lugar para pregun-
tar es el bar. Hemos de tener en cuen-
ta que estos son lugares de reunión y
encuentro, donde se ven todos y se
comenta todo. De nuevo haremos la
habitual presentación; ...que somos de
una asociación....etc...etc... Si el taber-
nero no tiene mucha información, segu-
ro que nos remite a algún parroquiano
que nos la pueda dar.
Una vez que los informantes nos han
facilitado los pueblos de los alrededo-
res que tienen olmo, podemos hacerles
si lo creemos necesario una vista, y
comprobar "in situ" esa información.
Con este método de trabajo de
campo, en un solo día podemos abarcar
una amplia zona de muestreo. Esta ope-
ración se puede repetir de nuevo en el
pueblo más alejado de todos los que nos
han dicho, y así sucesivamente, hasta
abarcar comarcas o provincias enteras.
Simón Cortes
Boletín 10

15
 Boletín 10
Los olmos del
arroyo de Prad o
en los términos de Pozuelo de Alarcón y Madrid
Manuel Gómez y Andrés Revilla. Fotos: Manuel Gómez
INTRODUCCIÓN
Más de veinte años después del
inicio en Iberia del ataque de la ful-
minante grafiosis el estado actual
de las poblaciones que han quedado
de olmos es poco conocido y está
esperando un inventario definitivo.
En el momento actual la grafiosis
sigue activa aunque parece que debi-
litada. Los olmos que vemos son
rebrotes de cepa de los olmos que
había. Esto significa que no ha habi-
do avance genético en los olmos que
les halla hecho fuertes frente a la
enfermedad.
Los estudios sobre las especies
de olmos han avanzado mucho a nivel
mundial en estos últimos años. Se
han descubierto episodios históricos
en los que, como en el presente, los
olmos estuvieron a punto de extin-
guirse y quedaron acantonados en
muy pocos lugares (en el Holoceno
medio fueron diezmados por
Ophiostoma sp. –Geological Survay
of Denmark and Greenland-Peter
Ramunsen & Kjed Christensen).
Parece que olmo y grafiosis han
existido juntos desde siem-
16
pre. El agente actual ha sido denomi-
nado Ophiostoma novo-ulmi, para
destacar su propia evolución desde
el antiguo Ophiostoma ulmi. Esta
nueva especie ha evolucionado en el
Himalaya y desde allí se ha extendi-
do al mundo entero con el comercio
de madera y la ayuda del escolítido
Ceratocistis ulmii. Parece que solo U.
pumila, U. parvifolia y U. wilsoniana
son resistentes a la nueva enferme-
dad.
Se cree que tanto Ulmus minor
como U. glabra son introducidos en
épocas recientes en Iberia. Toda
especie introducida como compañera
del hombre tiene por esencia muy
poca variabilidad genética. Hijos y
padres son muy similares porque tie-
nen unos ancestros muy delimitados.
Las semillas suelen ser recogidas de
un solo árbol. Aquí puede estar el
origen de la debilidad de la especie.
Antes del ataque de la enfermedad
había en Europa, Asia occidental y
Norteamérica unos 300.000 olmos
urbanos. Hoy casi todos ellos han
desaparecido. La universidad de
Toronto ha desarrollado la vacuna
 Boletín 10
Elicitor elm que aumenta las defen-
sas naturales del árbol (Martin
Hubbes) y parece una de las vías
para solucionar el episodio actual.
Introducido o no, el olmo ha sido
fundamental en el paisaje y en las
relaciones biológicas naturales. Ha
sido parte importante en el refugio
de la fauna y sus comunidades flo-
rísticas han sido muy significativas.
El nicho ecológico dejado por U.
minor no ha sido cubierto por U.
pumila y las poblaciones de U. glabra
en el norte empiezan a recuperarse.
Como inicio de una serie de traba-
jos en torno al olmo y su estado
actual, tanto en plazas de pueblos
como en estado salvaje, queremos
aportar este primer ensayo realiza-
do de manera piloto sobre las pobla-
ciones de olmos en el arroyo Prado
de Pozuelo y Madrid (Aravaca). La
primera conclusión que sacamos al
analizar los datos de campo es la
lenta recuperación de la que fue una
de las olmedas en territorio urbano
más importantes que teníamos hace
25 años. Esta recuperación no será
total sin el apoyo de los gestores del
territorio y sus masas forestales. El
caso estudiado presenta una masa
forestal en suelo urbano tratada
como si fuesen árboles de jardine-
ría. Como no es un caso único en
Iberia creemos que es muy válido
como muestra de lo que puede
haber.
LOS OLMOS DEL ARROYO PRADO
El arroyo de Prado nace en el
término de Pozuelo de Alarcón
(Madrid), en un terreno de arcosas
junto al casco viejo del pueblo, y es,
como muchos de los arroyos de la
zona, un aliviadero del acuífero del
sur de Madrid. Recibe muy pronto
el agua del arroyo Bularás y a los
pocos metros de nacer ya es canali-
zado y empieza a recibir aguas
sucias de Pozuelo. Su paso por el
término de Madrid no es menos
agraciado y en el momento de escri-
bir estas líneas todo su recorrido
por el barrio de Aravaca ha sido
alterado para ajardinar su entorno
y su cauce. Toda la vegetación de
ribera ha sido destruida y su lecho
alterado o cambiado de trayecto. El
arroyo se pierde entre urbanizacio-
nes que terminan de matarlo antes
de llegar al Manzanares convertido
en cloaca.
En algún tramo podemos ver
tarajes, fresnos y sauces, muy
pocos chopos y algunos álamos.
Entre los fresnos destacan ejem-
plares aislados muy añosos. De las
huertas que lo rodearon han queda-
do ciruelos y moreras. En algunos
tramos hay pinos carrascos y cañas.
Aparecen plantados sauces lloro-
nes, álamos canadienses, acacia de
tres púas y arces negundos.
El cauce se cubre en verano de
Calistegia sepium. En sus
17
 Boletín 10
orillas crecía antes de las obras
cola de caballo, majuelos, rosal sil-
vestre y otros arbustos típicos de
esta zona.
De la antigua olmeda quedan solo
restos aislados. La mancha más
importante, y con mucha vitalidad,
se encuentra en el término de
Pozuelo, al cruce con la calle Osa
Mayor, la cual atraviesa por tubos y
no por un puente. El bosquete de
olmos de esta zona contiene ejem-
plares nacidos de semilla, rectos y
sanos que de momento no han reci-
bido poda ninguna. Estos 100
metros de cauce contienen algunos
ejemplares grandes que sobrevivie-
ron a la grafiosis en su etapa más
virulenta. Hay que destacar los her-
mosos y grandes ejemplares que
encontramos en el jardín del núme-
ro 21 de Osa Mayor. Los cuatro
ejemplares aquí presentes son los
testigos de otros mayores que se
murieron. Su dueño se preocupó de
tratar todos y logró salvar los que
hoy vemos. El también corrobora
nuestras observaciones: los olmos
en Pozuelo se están recuperando y
nos apunta un ejemplar hoy verde y
frondoso y hace unos años seco y
casi muerto. En el suelo de esta
zona no se aprecia ningún resto de
olmedas, salvo algunas plantas de
cicuta. El ayuntamiento de Pozuelo
laborea todos los años, y dos veces,
estos terrenos para airearlos y
mantenerlos sin hierbas. Entre
las buenas prácticas destaca-
18
remos la ausencia de podas recien-
tes entre los ejemplares. Aún así
hay muchos ejemplares con heridas
en el fuste no tratadas. Esto es
especialmente grave en el mayor y
más bonito olmo de Pozuelo, el que
crece aislado en la rotonda de la
Avenida del Monte. Este ejemplar,
con 3’05 metros de cuerda y una
altura de 15 metros presenta una
copa globosa de 10 metros de diá-
metro horizontal. Su cruz, formada
a 4’5 m deja libre y recto un fuste
con graves heridas que están for-
mando una oquedad que será la
muerte para este árbol. La herida
mayor aparece a 2 m de altura y
tiene unas medidas de 25x75 cm.
En muchas de sus ramas se aprecian
ataques de hongos fruto de anti-
guos terciados, hoy mal recupera-
dos.
En el término de Madrid se
encuentra otro ejemplar notable. En
este caso se trataba de un árbol muy
sano y fuerte, sin podas y creciendo
aislado a unos cuantos metros del
cauce del río y muy cerca de un
manadero. Este ejemplar ha sido
ahora mutilado por las máquinas que
han excavado las tierras junto a sus
raíces y han destrozado el plantel de
jóvenes árboles que le rodeaban
creando un microclima fresco en un
ambiente cálido y bastante seco. En
las fotos que os mostramos podéis
ver su estado actual. Tiene de cuer-
da 2’5 m y una cruz a 2’7. Su copa
tiene 16 m de diámetro, tanto como
 Boletín 10

de alto. El bosquete que le rodeaba Toda la tierra a su alrededor ha

antes de las obras mantiene ahora sido compactada y su cuello parcial-
un ejemplar de 70 cm de perímetro mente enterrado.
y otros 16 ejemplares jóvenes. * En caso de haber más de un

19
 Boletín 10

ejemplar se dan las medidas globa- opinión, debe limitarse a vigilar la

les del conjunto evolución de la enfermedad,
Pozuelo puede tener unas olmedas
En el arroyo Bularás, la población regeneradas en un futuro muy cer-
de olmos es muy joven y está cano. Hay dos enclaves con más de
cubriendo 80 ejempla-
por comple- res que pro-
to el cauce ducen abun-
del mismo. dante semilla
Hay además en primavera
abundantes y se esparcen
Salix salvi- por todo el
f o l i a , margen del
Crataegus arroyo. El
monogyna, municipio
Asparagus tiene muchos
officinales, más olmos,
Carlina corimbosa, Rosa sp., pero hemos prescindido de su
Lonicera periclimenum, Rubus ulmi- inventario por no hacer muy pesado
folius, Silene vulgaris, Populus y demasiado estadístico este ensa-
nigra, Ligeum yo.
barbarum, y Solo pediros
Fraxinus excel- una vez más
sior. De estos vuestra colabo-
últimos desta- ración para el
camos un ejem- censo de olmos
plar de 3’34 m en plazas y
de cuerda. En calles de nues-
general el arro- tros pueblos.
yo aparece muy Interesan todos
sucio, pero con- los datos: vivos,
serva la vegeta- muertos, desa-
ción que debió tener el arroyo parecidos, nombre..........mejor ver
Prado. la ficha y rellenarla.

En el croquis adjunto se pueden

situar los emplazamientos.

Consideramos que con una ges-

tión adecuada que, en nuestra
20
 Boletín 10
LA FORMACION DE
LAS ENCINAS EN LA
DEHESA EXTREMEÑA
Andrés Revilla. Dibujos: Gustavo Marquerie
La dehesa tal y como nos la imagi-
namos es un paisaje artificial mode-
lado por siglos de tradición. La
selección de los árboles que deben
vivir obedece a unos criterios rigu-
rosos diseñados para lograr la mayor
cantidad de lo que la dehesa produ-
ce como materia prima: la bellota de
engorde para ganado.
Convertir un bosque, un encinar,
en sabana es una labor permanente y
no exenta de riesgos. La densidad de
árboles debe ser estable para que
las condiciones físicas del suelo y el
clima no cambien. Es un prodigio de
la coevolución de muchas comunida-
des al amparo de la mano del hom-
bre: fauna salvaje y doméstica con-
viven con la vegetación autóctona sin
ponerse en peligro mutuamente.
Grullas comen bellotas con cerdos y
jabalíes y hay suficiente para todos.
El milagro del sostenimiento de
este ecosistema pseudo natural
comienza cuando la encina no es más
que una mata espesa y con múltiples
troncos.
El hombre selecciona de entre
todas estas matas aquellas que pro-
ducen las mayores bellotas y las más
tempranas. Cuánto antes madure la
bellota antes caerá al suelo y se
escapará de las heladas que pueden
estropear la cosecha de todo un año.
Las matas seleccionadas con estos
criterios son marcadas para cuando
les llegue el momento de la poda.
Podar una mata de encina (carra-
so) es una labor de tiempo y nunca
debe hacerse de una sola vez.
Primero hay que seleccionar de
entre todas las varas que la forman
(resalvos), aquella que se va a con-
vertir en árbol. Este pie, el encino,
se poda hasta formarle la cruz lejos
del diente del ganado vacuno, a unos
3 metros. A su alrededor se dejan
unos cuantos pies que se encargaran
de proteger al encino del empuje de
las vacas mientras este engorda y
que proporcionará alimento al gana-
do. Estos pies protectores se podan
a una altura de unos 25 cm. Al
rebrotar sus nuevas ramas se dirigi-
rán de manera natural hacia el exte-
rior buscando la luz y dejando el
campo libre para el crecimiento del
encino central.. Esta operación no se
hace nunca antes de que el pie
21
 Boletín 10
seleccionado no tenga al menos 30
cm de perímetro a dos metros del
suelo. Posterior a las cortas se debe
arar el suelo, aireándolo y eliminado
el rebrote de nuevos carrascos u
otros matorrales. El encino crece así
fuerte y rápido.
Al formar la cruz, encabezamien-
to, se seleccionan tres ramas hori-
zontales (guías, armaderas) que
serán en un futuro el esqueleto de la
copa del árbol. Estas ramas crece-
rán horizontales durante la vida del
árbol y en ningún caso serán podadas
(en Salamanca se selecciona cuatro y
no tres brazos). Con el andar del
tiempo, y en futuras podas, la copa
irá cogiendo forma y cuando el enci-
no tenga un tronco fuerte y una cor-
teza que le aísle bien del calor direc-
to de la radiación solar, se eliminará
todo el cortejo que rodeaba.
Tendremos así ya formado y aislado
el encino. Solo le queda engordar
y producir. En el futuro reci-
22
birá una poda ligera
más o menos cada
ocho años. Cada vein-
te años recibirá una
poda dirigida a elimi-
nar ramas aviejadas
que no producen sufi-
ciente bellota. En
cualquier caso nunca
se cortará una rama
que supere los veinte
centímetros de diá-
metro (desmoche)
Estas operaciones se
realizan en los meses
de octubre y febrero (marzo en
algunas zonas más tardías). La dehe-
sa además de bellota produce car-
bón vegetal y leña cruda.
Agradecemos a Julio, natural de
Almendralejo y podador en Madrid,
sus datos para el presente trabajo.
Esperamos que la Administración
nunca olvide que el campo lo ha
hecho el hombre de pueblo, analfa-
beto a veces, pero muy culto en lo
que le hace sobrevivir. La gestión de
estos y otros espacios debe tener
siempre en cuenta el modo tradicio-
nal de hacer las cosas, no porque sea
lo tradicional, sino porque la tradi-
ción ha demostrado durante más de
1000 años de dehesas que el proce-
so funciona. Cada dato mal recogido,
mal aplicado, olvidado o no trasmiti-
do a las nuevas generaciones supone
la pérdida de riqueza cultural, y en
este caso el empobrecimiento de la
dehesa.
 Boletín 10
EDUCACIÓN AMBIENTAL EN
ARBA
En el marco de las actuaciones de
Educación Ambiental que desempe-
ña ARBA, se vienen realizando repo-
blaciones con escolares de diferen-
tes centros. Los resultados que se
obtienen de estas actividades son
muy positivos, sobre todo en los
casos en los que los profesores se
encuentran motivados por este
tema y tienen un gran interés en
sensibilizar al alumnado en la pro-
blemática ambiental y promover el
respeto a la Naturaleza.
Las plantaciones con escolares
deben reforzarse con un trabajo
previo y/o posterior a la plantación
en sí, que tienen que realizar en el
aula, con el fin de aclarar el objeti-
vo de esta actividad y explicar las
bases en las que se apoyan las repo-
blaciones (la creciente deforesta-
ción, la función ecológica de los bos-
ques, etc.).
En esta línea se pueden destacar
las actividades realizadas por ARBA
el invierno pasado (febrero 2001)
con el I.E.S. Cervantes (Madrid),
promovidas por la profesora y cate-
drática de Ciencias Naturales en
este instituto, Paloma González,
quien se puso en contacto con noso-
tros proponiendo la realización de
actividades de educación ambiental.
Virginia Illera
Como fruto de la plantación de
árboles con estudiantes del turno
vespertino de E.S.O., realizada en
Morata de Tajuña, un grupo de
alumn@s elaboró un artículo para el
periódico del instituto, del cual se
extraen los siguientes párrafos:
“ El día 22 de Febrero realizamos
una plantación de encinas y cosco-
jas, vegetación típica de la zona
(...). Pensamos que la experiencia ha
sido muy enriquecedora para nues-
tra educación. Al apuntarnos creí-
mos que la propuesta era una buena
ocasión para contribuir a la recupe-
ración de un área que el
Ayuntamiento de Morata tiene des-
tinada a zona recreativa. Plantamos
en las laderas dónde hay más riesgo
de erosión y por consiguiente, de
pérdida de suelo.
Ya que el mundo en que vivimos,
que cada día deterioramos más,
unas veces queriendo y otras veces
sin querer, el entorno en el que vivi-
mos, hemos querido aportar nues-
tro trabajo y nuestro tiempo en
ayudar a la Naturaleza, reponiendo
plantas que en otras épocas el hom-
bre eliminó.
Desde aquí queremos hacer
una llamada que anime a los
estudiantes a colaborar
23
 Boletín 10

con esta o cualquier otra organiza- en éstos puede ejercer. En este

ción que se dedique a hacer traba-
jos relacionados con el medio
ambiente. Es nuestro futuro con-
servar, reparar y mejorar « la casa
en la que vivimos »”.
A través de este escrito, elabo-
rado exclusivamente por alumn@s
entre 12 y 15 años, se puede valorar
el efecto positivo de las plantacio-
nes con escolares y la influencia que
caso, la ilusión que mostraron en
todo momento los estudiantes
refleja el interés mostrado previa-
mente por su profesora, Paloma, y
la adecuada organización de la plan-
tación por parte de ARBA y la cita-
da profesora. Por lo tanto, nos ani-
maremos a seguir realizando este
tipo de actuaciones el próximo
invierno.

Curiosidades naturales de
España

Foto: Carlos Fierro

Todo el mundo sabe la relación de las abejas con el polén, pero sólo hace
unos pocos años los investigadores se han dado cuenta de la relación de cier-
tas especies de hormigas que lo consumen con auténtico deleite. En la foto
una hormiga sobre la flor de una Cistácea en una dehesa extremeña.

24
 Boletín 10
PICTOGRAMAS
Y LEYENDAS
I R O Q U E S A S
Los indios iroqueses eran
un pueblo culto, pacífico y
amable, que alcanzaron su
mayor esplendor hacia fina-
les del siglo XVII, antes de
su contacto con el hombre
blanco.
Procedían de una de las
ramas del pueblo Dakota o
Lakota (Sioux), que abando-
naron las praderas a media-
dos del siglo XV, para insta-
larse en lo que es hoy
Montreal (Canadá) y los
estados de Ohio y y de la tradición oral con-
Pennsylvania (EE.UU.).
Al igual que el resto de las
tribus indias de América del
Norte, no conocían la escri-
tura, pero sí usaban una
serie de signos y dibujos
(pictogramas), fácilmente
comprensibles para ellos u
otras tribus que desconocie-
sen su lengua.
Los pictogramas y leyen-
Simón Cortes
das que aparecen a conti-
nuación han sido recogidas
por el investigador Mohawk
(unas de las tribus que for-
maban la Liga de las Cinco
Naciones Iroquesas)
Tehanetorens, copiados de
antiguos cinturones “wam-
pum” * , de tiras de corte-
za de árboles, con las que
recubrían las “Casas
Largas”**, y en las que se
dibujaban la historia perso-
nal de sus moradores, de
pinturas rupestres antiguas
tada por los más ancianos de
su pueblo.
Aquí tan sólo recogemos
unos pocos pictogramas y
leyendas relacionadas con
los vegetales, que aparecen
en el libro “Cuentos de los
indios iroqueses” editado
por Miraguano en 1984, de
un texto proporcionado por
el Museo de las Seis
Naciones Indias.
25
Boletín 10

26
 Boletín 10
Leyendas
La invención del arco y la flecha.
Cuenta una leyenda Mohawk,
que hace mucho tiempo los
Onkwehonwe (Pueblo Real o
Natural), para la caza sólo usa-
ban la lanza, hasta que un día, un
joven cazador, de nombre
Okwironto, dejó su poblado
durante la estación de la Luna de
las Hojas que Caen para cazar,
llevando como única arma, una
lanza de punta de piedra.
Después de mucho andar por la
espesura del bosque, encontró el
rastro de un enorme oso, al que
descubrió dándose un festín de
frutos silvestres, sin deparar el
animal en la presencia del hom-
bre. El joven cazador se acercó
al oso cuanto pudo, levantó su
lanza dispuesto a asentar un
golpe definitivo al oso, cuando
resbaló cayendo en tierra.
Advertido el animal de la pre-
sencia del mohawk, se dispuso a
hacerle frente. Rápidamente
Okwironto se puso en pie y ante
la amenaza del “okwari”(oso),
echó a correr lo más rápido que
pudo. Seguido por el animal, el
joven cazador, se iba tropezan-
27
 Boletín 10
do con todo lo que por delante
se le ponía, consciente de que
sus posibilidades de escapatoria
eran escasas. Cuando el oso
estaba a punto de alcanzarlo, el
joven indio, seguro de su muer-
te, se volvió para lanzar su lanza
en un último intento desespera-
do, pero el extremo de esta se
enredó en una fina liana que col-
gaba de un pequeño fresno. Tiró
el joven cazador con todas sus
fuerzas de la lanza para soltarla,
pero sólo consiguió que el fresno
se doblara, hasta que la copa
casi llegara a tocar tierra.
Dando un grito de terror soltó la
lanza y echó de nuevo a correr.
No había andado mucho cuando
se dio cuenta que el “okwari” no
le seguía. Volvió la cabeza y vio
al animal tendido en el suelo,
cuando se acerco, el sorprendido
cazador, para ver que había
sucedido, el oso yacía en tierra
atravesado por la lanza. El caza-
dor recogió su lanza, la colocó de
nuevo sobre la liana y tiró hasta
que el fresno se arqueó, soltó y
esta salió disparada. Acababa de
inventarse el arco. Desde
entonces los Onkwehonwes
fabricaron sus arcos con madera
de fresno.
El descubrimiento del fuego.
Siempre ha sido costumbre
entre los Mohawks, que cuando
un muchacho cumplía los
28
catorce años realizase un viaje a
un lugar de las montañas sagra-
das acompañado de su padre.
Allí el joven debía de quedarse
solo durante al menos cuatro
días. Durante ese tiempo el
joven no debía de comer nada, ya
que cumplimentaba un ritual lla-
mado Sueño del Ayuno. Para
salir airoso y convertirse en
hombre, debía de presentársele
el espíritu de su clan, que en
adelante sería su guardián, y
conseguir algo de la criatura
soñada.
Otsiera, joven intrépido y
dotado de grandes virtudes.
Hijo de un jefe del Clan del
Osos, durante la Luna en la que
Florecen las Cerezas, le corres-
pondió realizar dicho ritual. El
joven anhelaba enfrentarse a su
prueba de fuerza y resistencia.
Pasaron cuatro soles y al joven
no se le presentó su espíritu, por
lo que su padre le fue a buscar
para llevarlo de regreso al
poblado, pero Otsiera le rogó a
su padre que le dejara un día
más. Durante aquella noche, se
levantó en la montaña una fuerte
tormenta, con numerosos relám-
pagos. “Ratiwera, Gran Señor del
Trueno, envía en mi ayuda al
espíritu de mi clan” musitaba el
joven. No había acabado su ple-
garia cuando un colosal trueno
estremeció la montaña. Un
gigantesco oso apareció delante
 Boletín 10
de sus ojos. “Otsiera , esta
noche tendrás poder, un poder
que no sólo te beneficiará a ti,
sino también a todos los
Onkwehonwe, el Pueblo Natural”
le dijo el Espíritu de su Clan.
Otro relámpago le hizo des-
pertar de su visión. Se restregó
los ojos y buscó al espíritu, pero
el Gran Oso ya había desapareci-
do. El joven Mohawk estaba
maravillado aún por lo que había
visto, - había conocido a su pro-
tector, y éste lo sería para
siempre -. La tormenta seguía
impávida sobre la montaña.
Súbitamente comenzó a escu-
charse un chirrido como nunca
había oído. Asustado por el
fuerte sonido , Otsiera, levantó
la cabeza y al tiempo descubrió
la causa que lo producía. Por
encima de él había dos grandes
árboles, que por la fuerza del
viento frotaban sus ramas vigo-
rosamente. Mientras lo obser-
vaba sucedió algo extraordina-
rio. Una delgada columna de
humo surgió de la zona de fro-
tación, que ascendió vacilante
hacia los cielos. Al poco tiempo,
ante sus atónitos ojos, aquellos
árboles comenzaron a arder.
Al principio Otsiera se asustó
mucho y comenzó a correr.
Nunca nadie de su pueblo había
visto antes el fuego tan de
cerca. Recordó al Espíritu de su
Clan, “a esto debía de referir-
se”, pensó.
A la mañana siguiente, Otsiera
recogió dos trozos de madera de
un árbol igual a los que había
visto arder. Una vez en el pobla-
do, y delante de todos comenzó a
frotar un palo contra otro,
hasta que apareció un hilo de
humo. Continuó con mas fuerza
hasta que apareció una brasita,
a la que juntando hierba seca y
corteza de madera convirtió en
fuego. ¡Tenían el fuego!. De esta
manera fue como llegó el fuego a
los Onkwehonwe, hace ya mucho
tiempo. Y Otsiera fue el porta-
dor.
Pictogramas
* Los cinturones de “wam-
pum” estaban hechos de con-
chas cilíndricas de moluscos,
atravesadas por un cordel, en
las que se tallaban sucesos
relevantes acaecidos en la
tribu; tratados, declaraciones
de guerras, cacerías importan-
tes etc. ** Viviendas hechas de
tronco de madera y recubierta
de cortezas, en las que vivían
todos los miembros de un clan..
Cada poblado poseía varias de
estas casa, rodeadas por una
empalizada.
29
 Boletín 10

Arboles notables

El Roble del Peregrino

Ramón Cortizas Turégano (Texto y foto)
DENOMINACIÓN: OBSERVACIONES:

Especie: Quercus Robur. En muy buen estado.

Nombre Común: Carvallo.
Nombre Vulgar: Roble del Con mucho espacio, (sin competen-
Peregrino. cia).
Ejemplar con porvenir.
LOCALIZACIÓN:
León.
Astorga.
Rabanal del Camino.

Coordenadas aproximadas: Latitud:

42° 50’ Norte. Longitud: 6° 20’
Oeste.

Altitud aproximada: 1.200 metros.

REFERENCIAS:

Hacia el Oeste a unos 12

Kilómetros de la ciudad de
Astorga. En el Camino de Santiago;
a unos 30 metros a la izquierda
justo antes de llegar a Rabanal del
Camino ( LE - 142 ).

DIMENSIONES:

Altura: 18 metros.
Muy ramificado a los 2’5 m. del
tronco.
 Boletín 10
Viajes botánicos
Pinceladas sobre la
l
vegetación de África
suroccidental
Texto y fotografías: Carlos Fierro
Introducción
Conoces algún lugar del mundo
que tenga parques nacionales por
motivos florales, en donde los visi-
tantes, en masas admirables, vie-
nen a contemplar extrañas plantas
del desierto o al mismo desierto
convertido en un manto de flores.
Conoces un país que contenga
animales propios de ambientes de
calor tropical, con seres de
ambientes polares. Con colonias de
focas en pleno desierto cálido.
Donde plantas milenarias, en
edad, y prehistóricas, en origen,
se retuercen en dos únicas hojas
que la han de durar toda su vida, o
sea, por los siglos de los siglos.
Un crisol de culturas donde
ciudades en el más puro estilo
alemán dan paso, más al sur, a
villas con el sabor de la Francia
mediterránea (No, no es Europa),
que se mezclan con chozas cons-
truidas con los materiales más
humildes y como música de fondo
el sonido de tambores.
Una región donde las riquezas
de sus minerales contrasta con la
miseria en la que viven millones
de sus habitantes de color, que
son los originarios y legítimos
pobladores, a los que la pólvora
europea les ha desheredado.
Esa región es África del sur,
vocablo que se refiere a los paí-
ses de Namibia, Bostwana,
Zimbabwe, la república de
Sudáfrica y Mozambique.
Una región donde la naturalaza
rebosa generosidad. Si queremos
el elemento agua las Cataratas
Victoria se precipitan en ofre-
cernos un espectáculo que sólo
hace “aguas” si las comparamos
con Iguazú. El Delta de
Ukavango, en territorio de
Bostwana, es el único delta que no
baña sus pies en el mar, de hecho
es el sediento desierto del
Kalahari el que se traga sus
aguas. Pero antes de rendirse, el
Ukavango ofrece uno de los
espectáculos pantanosos más
grandiosos del mundo, en donde,
a diferencia con otras zonas pan-
tanosas del mundo donde las aves
son las estrellas, aquí los prota-
gonistas son los grandes
mamíferos africanos.
31
 Boletín 10

Pero desde el punto de vista dará una tasa de escasísima llu-

botánico, es su costa oeste y sur, via, menos de 100mm anuales,
territorio de Namibia y República como consecuencia: una zona de
de Sudáfrica respectivamente, la desiertos y semidesiertos. Sólo
que promete hacer las delicias de la costa sur, alejada del cintu-
los botánicos. Será este oeste y rón de altas presiones, se ha
sur el objeto de nuestro recorri- podido salvar de la desertiza-
do y estudio. ción climatológica. Si bien, en
todo el territorio predominan
Clima las lluvias estivales (enero-
La costa oeste siguiendo el marzo, estamos en el hemisferio
patrón de las corrientes oceáni- sur), en la costa sur, provincia
cas mundiales recibirá corrien- de El Cabo, república de
tes frías de zonas polares, aquí Sudáfrica, las condiciones son
la corriente de Benguela. Hecho opuesta, allí las lluvias son
que imposibilita el mantenimien- invernales y los veranos cálidos
to de los 20ºC de temperatura y secos, en otras palabras, un
mínima del agua, lo que aleja el clima tipo mediterráneo.
asentamiento de los corales en
sus costas. Otro
efecto de esta
corriente fría de
Benguela es la
incapacidad para
que los vientos
arranquen gran-
des cantidades de
humedad, dado lo
fría que está (algo
que sí ocurre en la
cálida costa este
bañada por la cáli-
da corriente de
Agujas). Estas
frías aguas unidas
a la ubicación de
la zona en pleno
cinturón de altas
presiones sub-
Mapa general de esta parte de África
tropicales,
32
 Boletín 10
Etosha
En Etosha, en la temporada seca
hace un sol de justicia, entonces el
Etosha Pan, el gigantesco lago
endorreico de Etosha, auténtico
corazón y alma de estos parajes, se
seca para convertirse en una gigan-
tesca y desolada planicie blanca,
con una costra de sal en la super-
ficie. Donde sólo los orix y aves-
truces osan hacer incursiones
marginales. El afloramiento de
ciertos manantiales kársticos
han sido, en estas épocas del
año, la salvación para miles de
animales salvajes. Hasta los
topónimos parecen que aluden
al milagro con nombres
como Salvadora,
manantial donde
centenares de
cebras hacen
cola para su
ración del líqui-
do salvador.
La vegetación que rodea al Pan
es de muy diversa naturaleza, y
está condicionada por la
naturaleza edáfica del Hojas de mopane
terreno: así en los bor-
des del Etosha Pan y otros lagos
endorreicos temporales existe una
vegetación halófila con Suaeda sp. y
Salsola etoshensis como ejemplos.
Las gramíneas perennes o anuales
constituyen uno de los elementos
vegetales más importante desde el
punto de vista ecológico por la can-
tidad de herbívoros que dependen
de ellas. Sporobolus salsus y
Sporobolus spicatus crecen en los
terrenos más salinos cerca del Pan,
mientras que Eregrostis nindensis y
Enneapogon desvauxii cubren las
grandes llunuras más arcillosas.
Estas llanuras son invadidas por
ejemplares Acacia nebrownii y
Acacia mellifera. Allí donde el suelo
está mas desarrollado crece
Colophospermum mopane, mopa-
ne para los amigos, una de las
especies más importantes
del ecosistema. Es un
árbol de moderado porte
cuyos bosques ralos ocu-
pan un alto porcentaje
de las tierras de
Etosha, ade-
más de muchas
otras zonas de África del
sur. Sus hojas en forma de
pezuña de antílope son con-
sumidas por muchos de los
herbívoros, en especial
cuando son brotes tier-
nos. El mopane se mezcla
con Combretum apicula-
tum, el arbusto
del kudu y
Terminalia sp..
Además en este terreno árido no
podrían faltar las omnipresentes
acacias, la quinta esencia del paisa-
je africano. Aquí podemos encon-
trar Acacia nebrownii, A. mellifera,
A. tortilis y A. erioloba.
Uno de los puntos de mayor
belleza paisajística son las colinas
o cerros calcáreos que rom-
33
 Boletín 10

Un claro en las masas de bosquete ralo mopane, Etosha (Namibia).

pen la monotonía horizontal de estos
parajes. En ellos la estrella es
Moringa ovalifolia, una moringácea.
Denominado en lengua inglesa como
phantom tree (árbol fastasma), es un
bicho raro. Salvo casos expeccionales,
como en el paraje de Sprokieswound,
donde forma un auténtico bosque en
una zona llana, el resto de las ocasio-
nes aparece en reducidos números o
ejemplares aislados, en los parajes
más agrestes y saliendo de un peque-
ña grieta en plena roca. Es un árbol de
hoja caduca, con corteza blanca y con
abultado tronco siguiendo una moda a
lo “baobab”, que le confieren, en la
época seca, un aspecto de fantasma
que justifica su nombre inglés. Su
belleza estética en estos parajes
semidesérticos hacen de él objetivo
de las cámaras de los viajeros. Por su
aspecto los bosquimanos pensaban que
lo que realmente se ve son los raíces
del árbol, como si el árbol, caído del
cielo, ha crecido al revés(los dioses
deben de estar locos)

34 Un moringa creciendo en una grieta en la roca, Halali dentro de Etosha,

 Boletín 10

Desierto del Namib negros. Es un desierto, no hay

Es la mayor extensión de arena agua subterránea o edáfica como
al sur del Sáhara. Se dice que es para sustentar plantas vasculares
el desierto más viejo de la tierra, con un sistema radical, salvo en
algo que queda justificado a juz- ciertas vaguadas con humedad
gar por sus paleoendemismo edáfica, pero si un leve rocío
vegetales. Es un desierto de con- matinal capaz de “regar” campos
trastes, donde dunas abrasadas de líquenes.
por un sol reflejan sus contornos
en las calmadas aguas de laguni-
llas temporales que se asientan
sobre cubetas de fondo arcilloso,
la belleza de Sossusvlei es un
buen ejemplo; Donde sólo la locu-
ra coloca a colonias de focas,
Arctocepphalus pusillus , ¡una
foca con piel!, en pleno desierto
subtropical (pero si lo analizamos
bien: qué mejor protección para
sus crías contra depredadores
que una franja de desierto);
Donde el aparentemente yermo
paraje cobra vida y cientos de
insectos, en especial escaraba-
jos, trepan con velocidad de vér-
tigo las empinadas laderas de las
dunas quedándose inmóviles en
sus crestas para esperar que las Extensos campos de líquenes, crecien-
brisas húmedas matinales les do sobre la arena
obsequien con vitales gotas de
rocío, la única ración de agua que Welwitschia mirabilis
el día les deparará. Pero sin lugar a dudas, la
Estas brisas matinales húme- atracción botánica lo constituye
das no sólo calman la sed de Welwitschia mirabilis, que debe
comunidades de insectos, tam- el nombre genérico a su descubri-
bién dan origen a un espectáculo dor, el botánico austriaco
botánico: extensiones planas cer- Fridrich Welwitsch, profesor de
canas al mar de varios kilómetros botánica en Lisboa y que fue
cuadrados que están ocupadas enviado por el gobierno portu-
por campos de líquenes rojos y gués para explorar Angola,
35
 Boletín 10

extenso artículo en el
tomo XXIV en
“Transactions of the
Linnean Society ” donde
la denominó Welwitschia
mirabilis , en honor de su
descubridor, nombre por
el que se la conoce desde
entonces, y en clara con-
frontación con las nor-
mas de la nomenclatura
científica, en donde la
colonia portuguesa, y el de la primera denominación es la que
especie a la admiración que des- prevalece. Sin embargo, con este
pertó en los naturalistas del siglo
XIX. Darwin la calificó de “orni-
torrinco del reino vegetal”. De
caracteres arcaicos, es un repre-
sentante de la clase Gnetopsida,
que posee tres géreros Ephedra,
Welwitschia y Gnetum. El género
Ephedra posee taxones peninsu-
lares, mientras que el género
Welwitschia sólo tiene la única
especie que estamos describien- Welwitschia mirabilis, arriba izquierda pie
do y cuyo hábitat son las llanuras hembra, sobre estas líneas pie macho y abajo un
desérticas que va pie milenario: Husab Welwitschia(1500 años).
desde el sur de Angola,
lugar del descubrimien-
to de Welwitsch, hasta
el desierto del Namib.
Fridrich Welwitsch
inicialmente la puso
Tumboa bainesi pues
las tribus locales la lla-
man tumboa , que signi-
fica “flor del desierto”.
Pero tres años después
el botánico inglés Sir J.
D. Hooker publicó un
36
 Boletín 10

extraordinario descubrimiento se insertan de la parte aérea del

hizo una excepción. tronco. Las semillas sólo ger-
En su ciclo vital sólo produ- minan los escasísimos años
ce dos hojas, de varios que llueve varios días segui-
metros de longitud, centifor- dos.
mes y coriáceas de lentísimo Aloe dichotoma
crecimiento que salen de un Un áloe que puede crecer
grueso tronco enterrado en a una altura de 4m, en los
un 80%. Como las células indi- cerros. El árbol guarda el
viduales tienen fecha de agua en su tronco y está
caducidad el extremo de las conocido como el árbol de la
hojas está muerta y deshila- aljaba, porque los pueblos
chada además de retorcida nativos usaban sus ramas
por las inclemencias del vien- como aljabas. Las ramas
to del desierto. ahorquillan hasta formar una
Los estomas sólo se abren corona redondeada con gran-
durante la noche cuando el des hojas puntiagudas. Sus
calor amaina, de esta manera grandes flores amarillas flo-
reducen la evapatranspira- recen en junio o julio.
ción a un mínimo. Para ello
tiene un metabolismo tipo
CAM que permite almacenar
el CO 2 capturado en la aper-
tura nocturna de los estomas
y liberarlo durante el proce-
so fotosistético diurno.
Según parece es la única gim-
nosperma con dicho metabo-
lismo (Izco, 1997). El sistema
CAM es muy común entre los
cactus y demás plantas cra-
sas.
La welwitschia es dioica, es
decir, hay pies masculinos y
otros femeninos. No se
reproduce hasta que tiene
más o menos un cuarto de
siglo, algo muy humano. Con
los órganos sexuales en
estróbilos compuestos se Aloe dichotoma
37
 Boletín 10

Namaqualand si todos los granos de arena fue-

Namaqualand es la tierra de los
Nama, el la esquina noroeste de
la república de Sudáfrica. Ha
sido inmortalizado por documen-
tales, con el espectáculo de la
metamorfosis de un desierto, que
una vez al año,
sen semillas. Es la naturaleza que
usa como lienzo un árido desierto
para pintar un cuadro impresio-
nista géneroso en colores.
Además es un gran festín para los
herbívoros, el atracón para las
tortuga de Namaqualand y para
la vista del visi-
tante.

Geológicamente
la roca es granito.
Se podría decir
que es país de los mil
domos graníticos, o en clave de la
Pedriza de Manzanares el Real,
cuan- de los mil Yelmos. El típico paisa-
d o je de bolos decora un paraje,
llueve, que como era de espe-
de la rar, el suelo es
a r e n a ácido y arenoso.
surge un No todas las
manto de plantas
flores multico- s o n
lor, un alfom- her-
bra persa de
pétalos.
E s
como
 Boletín 10

báceas anuales ya que bajo la garitas” lo que da el paisaje su

superficie de este desierto están vida:
bulbos y rizomas en latente espe- Compuestas
ra. Muchas de las semillas tienen Arctotis venusta
inhibidores químicos impregnando Dimorphotheca pluvialis
sus envolturas, para desprender D. sinuata
este inhibidor hace falta una lluvia Osteospermum sinuatum
larga y génerosa, así evitar la Arctotis fasuosa
posibilidad de germinación por un Gorteria diffusa
fugaz aguacero que impli- Ursinia calenduliflora
caría la muerte Sin embargo también
(Attenborough, 1995). otras familias están repre-
sentadas
Pachypodium namaquanum
Scrofulariáceas
En el norte, cerca de
Diascia namaquensis
la frontera con Namibia,
se puede hallar los “half- Labiadas
mens” ( Pachypodium Salvia disermas
namaquanum ), los medio Geraniáceas
hombres traducido al Sarcocaulon crassicarle
castellano, o tronco de Pelargonium incrassatum
Elefante, raro árbol Iridácea
suculento con un tronco Morea fugax
largo hirsuto, coronado Liliáceas
por un pequeño penacho o Bulbinella latifolia
“cabeza” de follaje. Oxalidáceas
Siempre parecen orienta- Oxalis pes-caprae
dos al norte, y hay una Zygofiláceas
leyenda que dice que son Sisyndite spartea
los cuerpos transforma- Zygophyllum morgsana
dos de las personas del
pueblo Khoikhoi exiliados
al sur durante una gue-
rra, aquellos que se vol-
vieron hacia sus tierras
perdidas se transforma- Pachypodium namaquanum
ron en los “halfmens”.
Sin embargo son sus
herbáceas, en especial
sus compuestas, las “mar-
39
 Boletín 10
El reino Capense
Si se habla de la tierra de los seis
reinos, uno podría pensar que se
trata un mundo imaginario, creado
por un Tolkien cualquiera. Pero, si se
precisa que son los seis reinos flora-
les de la Tierra, dejamos lo imagina-
rio y nos situamos en el mundo real,
aunque por ello menos fascinante.
De todos ellos existe uno que llama
poderosamente la atención, su exten-
sión es muy reducida en comparación
con los otros, ni que decir que se
trata del más pequeño de todos. Sin
embargo, su biodiversidad global es
muy alta, algo que sorprende si tene-
mos en cuenta que está alejado del
cinturón tropical donde se supone que
están los puntos calientes de la biodi-
versidad, al abrigo de humedad y
calor sin racionamientos. Es el reino
floral Capense, su ubicación en la
punta más meridional de África,
territorialmente en Sudáfrica, desde
el río Olifants, como frontera norte,
y hasta Port Elizabeth como límite
oeste, que con una extensión de
90000 km2, es el más pequeño de los
seis reinos florales con apenas el
0,04% de la superficie terrestre. La
separación en un reino aparte del
reino paleotropical o africano, donde
sí está Madagascar, está defendida
por autores como Diles, Hayek, Rikli y
Takhtajan, y en España por Rivas,
pues ven en él una unidad florística
bien diferenciada e independiente.
De hecho posee seis familias endémi-
cas: Geissolomatáceas,
Grubbiáceas, Penaeáceas,
40
Retziáceas, Roriduláceas, Stilbáceas,
a lo que hay que añadir 193 géneros
endémicos (Asher, 2001). Sin embar-
go, a pesar de su peculiar flora exis-
ten dudas, ya que tiene elementos
comunes con las suculentas del semi-
desierto del Gran Karroo que lo
rodea, además de con otros ecosiste-
mas Sudafricanos del reino paleotro-
pical (Izco, 1997). Otros autores
para apoyar su inclusión dentro del
reino paleotropical, se fijan que los
climas mediterráneos, que aparte de
Sudáfrica, son California, la costa de
Chile, suroeste de Australia y, ¿cómo
no?, la cuenca del Mediterráneo, son
todos tremendamente biodiversos,
así ocupando sólo el 5% de superficie
terrestre contienen el 20% de las
plantas con flor (Cox & Barry, 2000).
Para ellos, si no se sepera en reinos
aparte los otras floras mediterráne-
as tampoco hay motivo para hacerlo
con la Capense.
Está aislado del resto de África,
primero por agrestes cadenas de
montaña: Cedarberg, Witterberg y
Swartberg entre otras, y en segundo
lugar por un extenso territorio semi-
desértico denominado el Gran Karroo.
A esto hay que añadir que hacia el
norte se extienden desiertos tan
míticos como el Kalahari y el desierto
del Namib, los más antiguos del pla-
neta. A este aislamiento de acciden-
tes geograficos hay que añadir un asi-
lamiento climatológico, con una flora
adaptada, y por ello atrapada, a unas
condiciones de clima mediterráneo,
inviernos húmedos y veranos secos,
 Boletín 10

condiciones climáticas que no se repi- Composición de la

ten en ninguna otra parte de África, flora
salvo miles de kilómetros al norte, en
Predominan los arbustos
el Magreb.
esclerófitos perennes con gran
Su biodiversidad es muy alta, como
riqueza en geófitos y terófitos.
ejemplo de su diversidad en plantas
Sus biomasas vegetales son:
vasculares la península del Cabo, con
470 km2, tiene 2256 especies, y Cabo
Bosque templado afromontano
Hangklip tiene 1383 en 240 km2.
En el reino no abundan los árbo-
Globalmente tiene 8504, de los cua-
les, salvo en ciertos enclaves cos-
les 1800 están en la lista roja. Muy
teros caracterizados por una oro-
interesante es que está diversidad
grafía agreste y de profundos
reside en un reducido número de
barrancos como en Tsitsikamma,
géneros algo más típico de floras isle-
donde encontramos un bosque
ñas que de la floras continentales.
templado, denominado afromonta-
Pero quizás esta zona de la punta
no. Aquí el bosque es posible por
suroccidental de África, aislada por
una elevada tasa de humedad y
los desiertos más antiguos del mundo,
cierta protección de los fortísi-
funcione como una isla rodeado por un
mos vientos del oeste que han con-
mar de arena. Tan efectivo ha resul-
dicionado para el resto del terri-
tado este aislamiento que es de los
torio un tapiz vegetal de porte
pocos lugares del mundo, salvo la
arbustivo. Entro sus arboles
Antártica, donde existen colonias de
encontramos Podocarpus latifo-
pingüinos en tierra firme, como son
lius, P. falcatus, Olea capensis y
Boulder Beach y Betty`s Bay , y no
Ocotea bullata.
sólo en islas con un mar protector. La
razón es muy simple: la ausencia de
Renosterveld
los grandes depredadores africanos,
El término veld se refiere a
que por el mismo impermeable aisla-
praderas templadas, que a dife-
miento secular, en forma del cinturón
rencia de la sabana esta despro-
de desiertos que sufre su flora, ha
vista de árboles. Pero el renoster-
impedido el paso a los grandes depre-
veld no está desprovisto los
dadores del resto de África, sólo el
arbustos ya que su principal com-
zorro del cabo es oriundo de la zona.
ponente es el arbusto resinoso
El leopardo ha podido tímidamente
Elytropapus rhinoceros, una com-
echar una zarpa al territorio, aunque
puesta que da nombre al ecosiste-
siempre con individuos aislados y
ma. Se asienta sobre suelos férti-
divagantes. Como dato curioso en
les arcillosos, poco ácidos y mode-
1984 un solitario leopardo diezmó la
radamente rico en nutrientes.
colonia de Betty`s Bay a la mitad.
Su extensión es del 20%.
41
 Boletín 10

ocupa el centro de la república.

Un tipo especial es la vegeta-
ción que cubre llanuras arenosas
costeras denominado
Strandveld. Su biodiversidad, a
costa de la familia
Mesembryanthemáceas es muy
alta.

Matorral karroo, con Aloe sp. en primer término les, de carácter más termófilo,
Matorral karroo
Con una extensión del 26%.
De carácter suculento como
adaptación a unas condiciones
semiáridas, y antesala a la
extensión del Gran Karroo que
T hi ck e t
Matorral tanto perenne como
deciduo, con árboles asomando
aquí y allá. No tiene la capa ini-
cial de gramíneas. Gran parte
de las plantas tienen espinas,
hecho que delata la presencia
de grandes herbívoros. Se
trata de bosquetes subtropica-
en las zonas más al este donde
las corrientes cálidas del océa-
no Indico tienen su influencia.
Rico en arbustos suculentos
como euforbias arbustibas. Es
rico en lianas y geófitos.

El thicket, bosquetes subtropicales, abundan las euforbias de gran porte

 Boletín 10

El fynbos puesto de Ericáceas que cuenta

Un tapiz arbustivo, denominado
el fynbos , es la estrella con una
área de 47%, ocupa los suelos
pobres y ácidos (Richardson et
al., 1995). Sólo el último año los
botánicos de Sudáfrica citaron
60 nuevas especies de plantas, la
mayor parte de ellas en el fynbos
(El Departamento de la
Atmósfera, memoria para
2000/1). La palabra procede de la
expresión holandesa fijn bosch ,
con 450 especies de hoja fina, de
Restionáceas, sin hojas (más
finura en las hojas no puede
pedir) y de tallos verdes tubula-
res estrechos, y de Proteáceas
que no hacen honor al adjetivo de
hojas finos, y normalmente ocu-
paran las zonas más protegidas y
con condiciones edáficas mejo-
res. La familia de las proteas con
la vistosidad de sus flores, por
sus anchas hojas coreáceas son

Ericáceas Restionáceas

pronunciado las auténticas reinas

“fain-bos” en de este reino floral,
afrikáans, y que una de ellas Protea
literalmente cynaroides es la flor
significa el nacional de
arbusto fino, Sudáfrica. El nombre
aquí lo de fino de la familia se lo
se refiere a las puso Linneo del dios
hojas de la griego Proteo que es
mayoría de sus capaz, según la mito-
taxones. El fyn- logía, de cambiar su
bos está com- apariencia
43
Protáceas
 Boletín 10
física, alusión clara a la gran can-
tidad de especies de esto género,
que unido a la variedad de sus
formas impresionó a Linneo.
Sudáfrica de hecho tiene 350
especies de proteas, de ellas 120
están en la lista roja. Pero no
todos pertenecen al reino
Capense ya que su distribución
abarca toda la república.
Son una de las familias más
antiguas de angiospermas, con
fósiles de hace 300 millones de
años, o sea presentes en el macro
continente Gondwana. Su exten-
sión actual, aparte de Sudáfrica,
es el hemisferio sur, con repre-
sentes en Australia
Sudamérica. Pero lo que hace úni-
cas a las de Sudáfrica es que
mientras existen géneros comu-
nes entre los otros dos continen-
tes, los géneros de Sudáfrica son
endémicos salvo uno, aunque sin
cambiar de continente, que se
encuentra en Madagascar.
Biodiversidad
Existe un cierto mito con los
fynbos, así en la Lonely planet,
una de más prestigiosas guías de
viajes, asegura en su guía de
South Africa, Lesotho & montañas, con gradientes ecoló-
Swaziland, que el reino floral
Capense es el ecosistema más
diverso del planeta, y como prue-
ba alude que tiene 1300 especies
por 10000 km 2 mientras que la
selva tropical sudamericana
sólo tiene 400 especies en
44
igual área. Lamentablemente los
conceptos de biodiversidad son lo
bastante complejos como para no
sacar conclusiones a la ligera. Así
pues, si bien los fynbos son espe-
cialmente ricos en endemismos,
con un 80%, una de las mayores
tasa de endemismos de todo el
mundo, sólo tienen una moderada
diversidad de especies con un
valor medio de 66 por 1000 m 2
(Cowling et al ., 1992), mientras
que la riqueza de especies en los
bosques tropicales dobla esa
cifra. La aparente contradicción
tiene una explicación, la selva
amazónica es una extensión bas-
y tante homogénea, lo que implica
que por aumentar más un deter-
minado área no vamos ha aportar
un incremento significativo del
número de especies. Esto es un
hecho bien conocido en ecología:
superado el área mínima la curva
de especies/área alcanza una
casi asíntota, o zona plana donde
por mucho que aumentes el área
de muestreo no aumenta signifi-
cativamente el número de espe-
cies (Margalef, 1977). En con-
traste, el reino capense es un
terreno desgarrado con valles y
gicos altitudinales, con zonas
azotadas por fuertes vientos en
las cercanías del mar o protegido
en valles intramontanos. Como
resultado un mosaico multicolor
con mil y un ecosistemas. En el
reino Capense, cuando aumenta-
 Boletín 10
mos el área estamos introducien-
do nuevos ecosistemas, añadiendo
así el listado completo del nuevo
ecosistema a la lista existente.
En estudios sobre comunidades
de fynbos sobre distintos sub-
tratos, se comprobó que no tení-
an ningún taxón común (Crowling,
1990). Si aumentamos mucho el
área, para dar cabida a ecosiste-
mas distintos, o recorremos un
gradiente ecológico, del reino
floral Capense, evidentemente
esté superará en número de
especies a la mítica selva tropi-
cal. Sin embargo, si se hacen las
cosas con un poco de rigor cientí-
fico y escogemos áreas mínimas
dentro de un único ecosistema
Capense y calculamos su biodiver-
sidad como especies por unidad
de área, lo que científicamente
se denomina biodiersidad alpha ,
esta, como ya se ha mencionada
es sólo la mitad, como media, que
en la selva amazónica. La gran
riqueza de los fynbos reside en
una elevadísima taxa de endemis-
mos, ya mencionado, así como una
elevada biodiversidad beta sobre
gradientes ecológicos. Así, por
ejemplo, conforme ascendemos la
ladera de una montaña costera y
la temperatura baja a razón de
0,6ºC por cada 100m, habrá una
variación en su flora. Sobre estos
gradientes ecológicos se han lle-
gado a registrar cifras de vérti-
go en biodiversidad beta, como
2600 especies en 470 km 2
(Daturi & Violan, 1985), pero
hemos de insistir que dicho
número de especies no pertene-
cen a un único y homogéneo eco-
sistema, por lo que implica que no
se trata de una comunidad vege-
tal con interrelaciones, y con
plantas luchando rama con rama,
como lo es la selva tropical.
Como dato a tener en cuenta su
alto porcentaje de endemismo,
entre el 68% y el 80% según los
autores, se debe, más que a
paleoendemismos, a un neoende-
mismos sobre especializaciones
sobre suelos de sustrato geológi-
camente joven (Asher, 2001)
La relación entre los animales
y las plantas en los fynbos
Los fynbos, aunque más con-
cretamente las protáceas por lo
grandes y lo vistoso de su apara-
to floral tienen una estrecha
relación con el reino animal. Pero
aquí, a diferencia de España,
donde los insectos son casi los
únicos responsables de la polini-
zación, aquí al margen de los
insectos existen unos pájaros
denominado nectarínidos, que
ocupan el nicho de los colibríes
del Nuevo mundo. Al igual que
ellos, los machos poseen brillan-
tes colores, hecho que les delata
como muy territoriales, sus picos
son largos y curvos, y algunos
han seguido un proceso de coevo-
lución con determinadas protá-
ceas. Pero a diferencia de
45
 Boletín 10
los colibríes son incapaces de
libar en pleno vuelo suspendido,
para alimentarse se posan en el
borde de la flor o hoja próxima,
hecho que debe haber condicio-
nado que las protáceas no sean
precisamente la parte “fina” de
los fynbos . Pero la polinización
encuentra un voluntario más,
dado el escaso porte de los fyn-
bos unido al hecho que ciertas
especies tienen inflorescencias
muy bajas, en algunos casos apo-
yadas literalmente en el suelo,
ciertos ratones sudafricanos
encuentras irresistible el néctar.
Relación de los fynbos con
otros reinos florales
El reino floral Capense consta
de 8 familias con 200 géneros,
con Erica, Phylica, Cliffortia,
Crassula, Metalasia, Protea y
Restio entre otros. Siendo el más
numeroso el Erica con 450 taxo-
nes, género que por cierto com-
parte con el reino Holártico, del
que España forma parte. Con el
reino Australiano comparte pro-
táceas, restionáceas y otoño, con los arbustos cargados
Metrosideros; con Nueva Zelanda
Bulbinalla ; con nueva Caledonia
Cunonia . Tiene cierta influencia
con el reino paleotropical (el
resto de África al sur del
Sahara), así tiene en común géne-
ros como Celtis, Pittosporum,
Cliffortia, Ilex, Olea y Muraltia.
Los fynbos y el fuego
46
La ecología de los fynbos tam-
bién fue un cierto misterio. Un
caso significativo fue el caso de
Serruria florida, citada por pri-
mera vez en 1773, su segunda
cita fue 110 años más tarde, con
una población pequeña en una
zona de montaña. A pesar de los
cuidados, su retroceso parecía no
tener remedio, además las semi-
llas no prosperaban en los vive-
ros. Hasta que un fuego fortuito
devasto una zona protegida
donde aún quedaban algunas plan-
tas en pésimo estado: en un pri-
mer momento se pensó en una
gran desgracia. Pero no “hay
fuego que por bien no venga ”, y
desveló a los investigadores que
entre las cenizas renació
Serruria florida como una planta
fénix , no sólo recuperó su estado
anterior al fuego sino que lo
superó con creces. Hoy sabemos
que los fynbos necesitan el
fuego, muchas de las semillas
sólo germinan cuando son quema-
das. Ahora se sabe que los incen-
dios espontáneos naturales en el
de semillas es una regeneración
obligada del ecosistema, hasta el
punto que si dicho fuego no se
produce en intervalos de 5-30
años el ecosistema fenecerá.
Para algunas de las especies es
necesario un mínimo de tiempo
entre incendio e incendio pues
sólo pies de 3-5 son capaces de
producir semillas. Pero no todas
 Boletín 10

las plantas del ecosistema nece- Algunas plantas significativas

sitan de fuego para germinar, las del reino Capense
de semillas pequeñas y escasa
protección cutánea se convertirí- Mesembryanthemáceas
an en ceniza sin remedio. Pero Carpobrotus acinaciformis
estas tienen una protuberancia Drosanthemum hispidum
oleosa, llamada eleosoma , muy Boragináceas
nutritiva y razón por la cual las Echium plantagineum
hormigas las almacenan en sus Lobostemon fruticosus
despensas subterráneas lo que Brassicáceas
las libra del fuego. Una vez con- Heliophila coronopifolia
sumida el eleosoma por las hormi- Plumbagináceas
gas estas sacarán los restos de Limonium sinuatum
basura, o sea las semillas intac- Geraniáceas
tas dentro de su protección Pelargonium cucullatum
cutánea, a la superficie donde Pelargonium peltatum +costa
germinaran. Un tercer grupo de Iridácea
plantas, aunque totalmente des- Antholyza rigens
truida y derrotada por el fuego Watsonia borbonica
en superficie, conservará sus Liliáceas
fuerzas en rizomas subterráneos Veltheimia capensis
para ganar la última batalla al Iridáceas
fuego. Las primeras en brotar Freesia alba
después del fuego son las Dierama pendulum
Restionáceas, será su momento Compuestas
de esplendor, para luego verse Felicia aethiopia
remplazadas por Ericáceas y Senecio elegans
Proteáceas. S. speciosus
Oxaliáceas
Los fynbos están en declive. Oxalis pes-caprae
Sólo un tercio del área original se O. purpurea
conserva, y de esta un cuarto Protáceas
está invadida por plantas no Mimetes cucullatus
endémicas como Pinus alepensis. Protea neriifolia
Leucospermum reflexum
Leucadendron argenteum árbol
de la plata sólo en Table
Mountain

47
 Boletín 10

Ericáceas Referencias y bibliografías

Erica cerinthoides
E. mammosa Asher, S. et al. 2001.
E. plukenetii Encyclopedia of biodiversity . Ed.
E. pulchella Academic Press. San Diego.
E. versicolor Attenborough, D. 1995. La vida
E. sparsa privada de las plantas . Ed.
E. sessiliflora Planeta. Barcelona.
E. winteri (foto) Cowling, R., P. Holmes & A.
Rebelo, 1992. The ecology of
Gentianáceas Finbos: nutuients, fire and diver-
Chironia baccifera sity . Ed. Oxford University
Press. Cape Town.
Cox, C. & C. Barry. 2000.
Biogeography. Ed. Blackwell
Science. Oxford.
Cowling, R. & Richardson.
1995. Finbos South Africa’s
Unique Floral Kingdom. Ed.
Fernwood Press. South Africa.
Fiz O. Adaptadas al inhóspido
desierto del Namib. Boletín 6 de
ARBA.
Goldblatt, 1978. An analysis of
the flora of southern Africa: its
characteristics, relationships
and origins. Ann. Mo. Bot. Gard .
65: 369-436.
Izco, J. 1997. Botánica . Ed.
Sudáfrica es el origen de muchas de las
Mc. Graw-Hill. Madrid
vistosas plantas cultivadas, en la foto unas
Richardson et al. . 1995.
calas (Zantedeschia aethiopica) en su
ambiente originario. Mediterranean-Type
Lamentablemente, muchas de estas Ecosystems. Ed. Springer-
especies escapadas en los ecosistemas Verlag . Berlin.
Europeos llegan a constituir auténticas White, F. 1983. The
plagas. Concretamente en el litoral penin- Vegetation of Africa. A descrip-
sular Carpobrotus acinaciformis y C. tive Memoir to Acompany the
edulis están desplazando a las comuni- UNESCO/AETFAT/UNSC
dades de especies autóctonas.
Vegetation Map of Africa .
UNESCO. Paris.
48
 Boletín 10
Repoblaciones en favor
del oso pardo
Estimados amigos:
Somos un grupo de personas que
trabajamos en la conservación del oso
pardo en Palencia. Desde 1991 hasta
hoy hemos puesto, en semillas o plan-
tones, unos 50.000 endrinos, 7.800
carballos, 6.500 espinos blancos,
2.500 castaños, 2.000 acebos, 1.500
manzanos silvestres, 1.100 cerezos
silvestres y pequeñas cantidades de
endrino mayor, nogal y madroño.
Sabido es que existen en la
Cordillera Cantábrica dos núcleos
de osos: el occidental (Lugo, León y
Asturias), y el oriental (Asturias,
Cantabria y Palencia). Los osos occi-
dentales disfrutan de un hábitat
relativamente variado en cuanto a
frutales silvestres; robles, hayas,
encinas, avellanos, castaños, madro-
ños, cerezos, manzanos, etc. Esto
significa más posibilidades de
encontrar comida, pues si falla la
montanera de una especie, quedan
todas las demás para salir del apuro.
Pero la situación de los osos orien-
tales es bien distinta: amplio predo-
minio del hayedo (con clara tenden-
cia a la expansión), algo de roble, y
poco más. El hayedo no es óptimo
para el oso por varios motivos: los
Juan Carlos Cabrero
lapsus de una buena cosecha a otra
son largos (entre 4 y 6 años), la pro-
ducción de hayuco por hectárea (y
el propio tamaño de los hayucos) son
muy inferiores a, por ejemplo, las
montaneras de roble carballo o cas-
taño; y las hayas, con su impenetra-
ble sombra, dificultan muy seria-
mente la existencia de otro tipo de
vegetación a sus pies. Pensemos en
lo que esto significa para especies
amantes del sol y de importancia
crítica para el oso: robles, rosáceas
(endrino, cerezo, manzano, zarza-
mora, etc). Casi puede hablarse de
la dictadura del haya.
¿Hasta qué extremo eso influye
en la dinámica poblacional del oso?.
Naves y Palomero afirman que: “En
la población occidental (1986 -
1990) el tamaño medio de camada
es de 2,24 (n=25; rasgo 1-4), mien-
tras que en la oriental (1985 –
1990) este valor es de 1,66 (n=9;
rasgo 1 –3), lo que supone una dife-
rencia significativa entre ambas
poblaciones... (pág. 64)... La dife-
rencia entre el tamaño de camada
de las dos poblaciones cantábricas
debe de tener mucho que ver
con la mayor riqueza ali- 49
 Boletín 10
mentaria de los sectores oseros
occidentales. Una correcta alimen-
tación otoño-invernal puede ser un
factor clave que condicione el éxito
reproductor. Pelton (op. cit.) com-
prueba cómo la falta de bellota en
un otoño provocó al año siguiente un
fracaso en la producción de osez-
nos próximo al 100 %. En la pobla-
ción oriental existe una dependen-
cia de la producción de frutos de
los hayedos (Fagus sylvatica) y
robledales (Quercus petraea y Q.
pyrenaica), con años de escasa
cosecha. En la población occidental
la presencia de la especie citada se
ve incrementada con encinares
(Quercus ilex subesp. Ballota) y
bosquetes de castaños, escalonados
todos ellos en intervalos altitudina-
les de algunos centenares de
metros. La mayor diversidad de
especies productoras de frutos
secos y las cosechas seguras en los
bosques de castaño garantizan el
engorde previo a la hibernación a
los osos de la población occidental
en mayor medida que a los de la
oriental”.
Por su parte, Torre y Roy afir-
man que: “... Clevenger y colabora-
dores... en una zona de 351.100
Has.,- que supone la mayor parte
del área de la población oriental-,
encuentran sólo seis zonas óptimas
cuya superficie conjunta es de 112
Has. La calificación global del hábi-
tat (del núcleo oriental) es de
baja a media...”.Para hacerse
50
una idea, bastará recordar que el
núcleo oriental de osos ocupa unos
2.700 Km2, de los cuales poco más
de 1 (112 Has.) es óptimo desde el
punto de vista alimenticio.
A la vista de todo ello, es eviden-
te que los osos de Palencia, Riaño y
Cantabria necesitan plantaciones
de frutales silvestres. Se garanti-
zaría así a medio – largo plazo la
existencia de una variada oferta
alimenticia vegetal, que se traduci-
ría en hembras mejor alimentadas,
más oseznos por camada y más
posibilidades de supervivencia para
el conjunto de la población oriental.
Sabed que en Palencia hay última-
mente dos hembras reproductoras,
llamadas cariñosamente Raquel y
Conchi, y en cuyos dominios hemos
hecho plantaciones de: endrino
común, manzano silvestre y roble
carballo. Puede colaborarse con
nosotros de dos formas, ambas
complementarias entre si: 1)
Mandando semillas o plantones
PEQUEÑOS (para un mejor manejo
en el monte) de especies útiles al
oso. 2) Participando en las planta-
ciones (contactar con JPG). Las
especies que necesitamos son:
Acebo (Ilex aquifolium). Enviar las
semillas a JCF, y los plantones a JPG.
Avellano (Corylus avellana).
Plantones a JPG.
Castaño (Castanea sativa).
Preferentemente de zonas de
media – alta montaña (Cordillera
 Boletín 10
Cantábrica, Sª de Gredos, Sistema
Central y Sª Nevada * ). Semillas y
plantones a JPG.
Cerezo silvestre (Prunus avium).
Semillas a JCF, plantones a JPG.
Encina ( Quercus ilex subesp. ballo-
ta). Semillas a JPG.
Endrino (Prunus spinosa). Semillas
a JPG.
Endrino mayor ( Prunus insiti-
tia)**.Semillas a JPG.
Majuelo (Crataegus monogyna) Por
razones taxonómicas, sólo de la fran-
ja que va de Galicia a Burgos.
Plantones a JPG.
Grosellero alpino (Ribes alpinum).
Semillas a JCF, plantones a JPG.
Madroño ( Arbutus unedo).
Plantones a JPG.
Manzano silvestre ( Malus sylves-
tris). Semillas a JCF, plantones a JPG.
Nogal (Juglans regia). ¡¡ No sirven
las “nueces de California”!!. Semillas y
plantones a JPG.
Peral silvestre atlántico (Pyrus
pyraster y P. cordata). Semillas a JCF,
plantones a JPG.
Pudio, carrasquillo o escuernaca-
bras (Rhamnus alpina). Semillas a JCF,
plantones a JPG.
Roble carballo (Quercus robur).
Por razones taxonómicas, no sirven los
de Extremadura y Sierra Morena***.
Semillas a JCF.
Mostajo y serbal de cazadores
(Sorbus aria y S. aucuparia). Plantones
a JPG.
Los frutos secos no necesitan
mayor tratamiento. Deben exten-
derse en un sitio aireado donde no
dé el sol directamente, hasta el
momento (cuanto antes, mejor) de
su siembra o envío. Desecharemos
las que están picadas por el “bicho”
o tengan daños. Para limpiar rápida-
mente frutos de acebo, espino
blanco, serbal, etc, usaremos una
batidora eléctrica. Echaremos esos
frutos en un cubo con agua y aplica-
remos una batidora eléctrica.
Miraremos esa papilla de vez en
cuando. Al estar ya limpias las semi-
llas, pondremos esa papilla en un
colador o cedazo, y limpiaremos
bien al grifo. Las de manzano sil-
vestre se extraerán con cuchillo
una a una, aprovechando sólo las
grandes. Las madroñas pueden plan-
tarse aplastadas.
Las de endrino, si no son muchas,
podemos limpiarlas con batidora, o
extraer las semillas manualmente,
una a una. Si son demasiadas, las
meteremos en un saco de patatas
con malla algo abierta. Pisaremos
bien durante unos minutos. Iremos
metiendo el saco en un barreño con
agua, hasta que al cabo de varios
aclarados dentro del saco sólo que-
den semillas y pieles. Echaremos el
contenido del saco en un barreño
con agua, removeremos enérgica-
mente con la mano o un palo y
entonces las pieles vendrán a flote.
Las iremos retirando con un cola-
dor, y mirando pues en medio de las
mismas siempre se cuela alguna
semilla. Tras repetir varias
51
 Boletín 10
veces esa operación, en el fondo del
barreño quedarán semillas más o
menos limpias, con algunas pieles
por el medio. Entonces pondremos
las semillas a escurrir el agua, por
ejemplo encima de un cartón o un
periódico. Ya escurridas, las pon-
dremos sobre otro periódico o car-
tón seco, para que vayan secando al
aire, no al sol. Deberían estar secas
en 3 – 4 días. Cada lote de semillas
debe ir acompañado de una etique-
ta identificativa como la de este
ejemplo:
ESPECIE: Manzano silvestre
(Malus sylvestris). Nº de SEMI-
LLAS: Aproximadamente 500.
LUGAR Y MUNICIPIO DE RECO-
GIDA: Robledal de Hormas (Sierra
de Riaño), Riaño (León).
FECHA RECOGIDA: 21 – 09 – 2000.
ALTITUD APROX.: 1.300 metros
sobre el nivel del mar.
Recibiendo semillas de diferen-
tes puntos de España, aumentamos
la diversidad genética de las plan-
taciones, pues casi todo el material
empleado procede de O Grove
(Pontevedra)****. Además de los
osos de Palencia (Camtabría y Riaño
(León)), se beneficiarían otras
especies tan emblemáticas y ame-
nazadas como el lobo ibérico, uro-
gallo o pico mediano. Y también
diversas aves de setos, de bosque
maduro, y carnívoros medianos.
¡Animaos!. Direcciones de contac-
to (EXCLUSIVAMENTE por
52
correos normal o E-mail, NUNCA
por teléfono, pues por motivos
laborales pasamos mucho tiempo
fuera de casa):
JAVIER PASTOR GALLEGO
(JPG)JUAN CARLOS CABRERO
FIGUEIRO (JCF)
C/ Doctor Díaz Caneja, nº 2, 3º
Dcha.C/ Raposeira nº 42
34002 Palencia36980 O Grove
(Pontevedra)
E-mail: vacceo@teleline.es E-
mail: isis jc@terra.es
Notas de la redacción:
* Es aconsejable que las semillas
sean recogida en la Cordillera
Cantábrica o zonas adyacentes, por
motivos de variabilidad y adactividad.
** En realidad se refiere al Ciruelo
(Prunus domestica var. insititia), que se
encuentra asilvestrado en muchas
zonas de la P. I. y Europa. Es oriundo
del Cáucaso.
*** Creemos que se refieren al melo-
jo (Quercus pyrenaica), ya que en
Extremadura y Sierra Morena no está
presente el carballo. En Palencia, en la
cara sur de la Cordillera Cantábrica el
melojo ocupa buenas extensiones, por
lo que sería conveniente meter esta
especie y en menor medida Quercus
petraea.
**** Sería preferible que el material
empleado fuese de la provincia coroló-
gica donde se realizan la repoblaciones.
La variabilidad viene dada en las semi-
llas, y es importante tener en cuenta la
adaptavilidad.
 Boletín 10
Las utilidades
d e l p i n o
ACTAS Y MEMORIAS DE LA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA DE
AMIGOS DEL PAÍS DE LA PROVINCIA DE SEGOVIA.
Tomo II; págs. 358–384.
Memoria que remitió a la Sociedad Don Pedro Ucero, Boticario de
la Villa de Cuéllar. Octubre de 1784.
Dos son las cosas que me esti-
mulan a emprender la historia del
pino. La primera, el patentizar
quán útil es esta planta al género
humano: y la segunda, el indemni-
zar a esta Provincia del feo
borrón con que otros Provinciales
la motejan. Sucede con esta utilí-
sima planta lo que con la salud, que
sólo quien la tuvo y llega a carecer
de ella, sabe lo que es el poseerla.
En tono de afrenta llaman los
extraños Pinariegos a los de esta
Provincia, reputando este País por
el mas mísero y poco ameno de las
dos Castillas, alegando no dar de
sí mas que pinos y piñones.
En esta obrita veremos ser el
pino uno de los vegetales, en que la
Divina Providencia dispensa más
bienes a favor del hombre, que
quantas plantas hay en las quatro
partes del mundo. En ella doy
razón en particular de quán prove-
chosa es para nuestra salud, útil
para maniobras, necesaria para
edificios, y precisa para casi
todas las Artes. Que quien tiene
leña con abundancia para los rigo-
res del Invierno, teas para alum-
brarse, ahorrando el gasto del
aceyte, madera para edificios, y
materiales para casi todas las
Artes, no apetezca lo propio que
posee: no hay que admirar; porque
donde no hay privación, no hay
apetito. Pero que los extraños de
nuestra Provincia, que carecen de
estos beneficios vituperen a quie-
nes tan copiosamente los disfru-
tan; es sin duda de extrañar.
Conténtense ellos con la toleran-
cia de sus miserias; que Yo
engrandeceré la Eterna Sabiduría,
que en unos arenales tan fútiles,
sabe criar las plantas mas necesa-
rias para el provecho del hombre.
Yo en nombre de mis Conacionales
daré gracias al Altisimo por
habernos dado el sér entre unos
árboles, que sin privarnos de
abundancia de pan, vino y ganados,
son los mas útiles de todos, como
esta obrita hará ver.
53
 Boletín 10
Utilidades del Pino.
Es consejo del mayor de los
naturalistas, Carlos Linneo, que el
buen Botánico debe poner su
mayor esmero en la plantas de su
propio País, pues estas las tiene a
la mano, a poca costa, y su elec-
ción, secación y reposición las
puede hacer según arte por sí
mismo y sin padecer engaño: como
no pocas veces sucede con las
extrangeras. No tenemos en esta
Provincia de Segovia plantas con
más abundancia que el pino: y por
quanto entre los muchos y exquisi-
tos vegetales que da de sí este
Pais, solo esta utilísima planta se
merece la primacía; es mi intento
proponer su historia y utilidades.
Con acuerdo de la Sociedad de
los Curiosos de la Naturaleza se
encargó a Dillenio escribir del
Mesembrianthemo, a Boerhaave de
la Protea, a Kemphero del The, y a
Haller del Ajo. También Don
Casimiro Ortega, primer
Catedrático del Real Jardín
Botánico de nuestro Monarca, cuya
vida Dios prospere, ha pocos años
dio a luz la Historia de la Cicuta.
Yo, aunque pobre de libros y esca-
so de tiempo, por las muchas ocu-
paciones de mi Oficio, me aliento a
exponer al Público las utilidades
del pino: y aunque debia dar princi-
pio por la descripción de este
árbol, como ésta solo se dirija a
dar conocimiento de la plan-
54
ta, y ésta entre todos los del País
esté bien conocida, por tanto la
omito.
Propone Linneo en sus Species
plantarum folio 1418, doce especies
de pinos; más yo en esta obrita solo
hablaré de las dos primeras, que en
nuestro idioma llamamos pino negral
y pino albar.
Estas dos especies diferéncianse
en que el pino albar las primeras
hojas que arroja todos los años
nacen solas, y con cejas en su mar-
gen; y las del negral nacen también
solas, pero sin cejas. Difieren asi-
mismo en que el albar cría las piñas
mas redondas y con los piñones que
comemos, y el negral produce las
piñas más largas y sus piñones son
inútiles.
Mas antes de dar principio a la
investigación de cada parte del pino,
para por este medio con mas parti-
cularidad averiguar las muchas utili-
dades que da de sí esta planta,
expondré el suelo o clase de tierra
en que se cría. Maravilloso es Dios
es todas sus obras! y por falta de
reflexión no admiran muchas veces
los hombres sus soberanas maravi-
llas. ¿Quién no se pasma y engran-
dece el Divino Poder, al ver en unos
arenales muertos, tierra al parecer
la mas inútil, haya el Divino Hacedor
producido tan vasto número de
pinos, plantas más útiles al hombre?
Son los arenales, según lo acredita
 Boletín 10
la experiencia, tierra sin substan-
cia, destituida de todo suco nutrício
de viviente alguno; quanto en ellas
se siembra, tanto se pierde, como
testifican con atraso de sus cauda-
les los que llegan a cultivarlos; y con
todo el Divino Labrador planta en
ellos, no yervas humildes, no mieses
anuales, sino empinados y perennes
pinos para beneficio de los morta-
les. ¡O alta y soberana providencia!
Pero siendo estas dos especies de
pino tan conformes, así en la faz
exterior, como en sus virtudes y
utilidades, hablaré de ellas sin dis-
tinción y como si fueran una sola. Y
para que con mas claridad notemos
lo generoso de esta planta, es de
saber, que las utilidades que el hom-
bre puede recibir de algún énte
natural se dividen en tres clases, a
saber, económicas, artificiales y
medicinales. Por tanto, primero
expondré los provechos económicos
y artificiales que nos administra el
pino, que será la primera parte; y en
la segunda haré patentes las
muchas utilidades medicinales con
que esta salutífera planta nos soco-
rre en nuestras enfermedades.
PRIMERA PARTE
UTILIDADES ECONÓMICAS Y
ARTIFICIALES DEL PINO
No se halla parte en esta noble
planta, que tenga su ser en vano,:
desde su profunda raíz, hasta su
elevada cumbre, toda es profícua.
No es como el sabroso manzano, que
despojado de su fruto es inútil: no
como el dulce almendro, que mirado
sin su fruta, no sirve al hombre de
provecho alguno. En el pino, aun des-
pués de muerto, tenemos mucho que
apreciar: aun después de seco, nos
llena de beneficios. Examinemos sus
partes, que cada una nos mostrará
quanto vale.
Raíz
Es la raíz aquella parte de la plan-
ta que estando fija en la tierra reci-
be el alimento con que se nutre el
vegetal. Da de sí la raiz del pino
lucientes teas, con que los rústicos
de estos Lugares, sin gastar un
ochavo en aceyte, tienen abundancia
de luz en sus casas. Y ¿quién no echa
de ver la utilidad que acarrean las
teas a tantos Pueblos como habitan
entre pinares? Solo en esta jurisdi-
ción de Cuéllar llegan a 40
Poblaciones, las que ahorran el
gasto del aceyte con las teas, cuya
utilidad anual, si se computára, com-
prehendería una gran suma de rea-
les, escusándoles asimismo de la
compra de candiles y belones, y
reservando, para ayuda de comer, lo
que habian de gastar en alumbrarse.
Hasta alguna Religión, que sabe ser
económica, he visto tener su laceni-
ta con pequeñas teas, para que los
Religiosos las tengan a mano en sus
necesidades. Además de esto sub-
ministran estas raices a los
55
 Boletín 10
Artífices una madera tan limpia,
pura y transparente, que he visto
obritas construidas de ellas tan pri-
morosas, que ni el mas tino nogal las
podría hacer algún exceso.
Tronco.
Es el tronco aquella parte que
sube desde la raíz hasta las ramas ,
consta de cuatro partes , a saber,
medula, leño, liber y epidérmis:
medula es lo que el vulgo llama cora-
zón del tronco: leño la parte leñosa
que media entre la medula y el liber:
liber es la corteza interior que el
leño; y epidérmis es la corteza
exterior que cubre el tronco, llama-
da vulgarmente roña.
Explicadas las partes del tronco,
descendamos a explorar que utilida-
des podemos sacar de todas ellas; y
comenzando por las epidérmis o
roña, tenemos en ella un buen subs-
tituto del corcho, pudiendo servir
para lo mismo que sirve éste: de
manera que los Boticarios y otras
personas podrían ahorrar la compra
del corcho aprovechándose de esta
roña para tapar exactamente sus
vasos, y evitar la exhalación de los
espíritus. También he observado
fabricarse las bóvedas de las
Iglesias de la misma roña, la qual,
demás de ser permanente y casi
incorruptible, es también muy fácil
de trabajar, sumamente ligera y
nada costosa. También es dicha
roña un grande beneficio para
56
echar suelos en las viviendas baxas,
que por las muchas humedades del
sitio pudieran ser muy nocibas, con
cuyo socorro evitan la pérdida de
sus salud los que habitan en
baxo.Esto consiste, como lo he visto
practicar, en echar una cuarta o
media vara de roña debaxo de un
piso de tablas: medio sin duda fácil
y poco costoso, pero muy útil.
Habiendo ya de tratar de las par-
tes interiores de este tronco,
¿quién habrá que no eche de ver el
crecido número de conveniencias
que de ellas sacamos? De ellas se
fabrican tablas, vigas y casi todas
las partes de que se componen nues-
tras casas: de ellas las puertas, ven-
tanas, mesas, arcas, escritorios y
hasta la cama en que dormimos. Si
carecieramos del tronco del pino,
careceriamos en la mayor parte de
este Reyno de casas, Iglesias, bar-
cas para el tránsito de los ríos, de
navios y otros infinitos utensilios de
grandes conveniencias. Si faltase el
tronco del pino, en qué trabajaría el
Tallista y Carpintero? de qué cons-
truiría el utilísimo Labrador sus
carros, trillos y paneras para las
custodia de sus granos? de qué los
Curtidores sus noques, el Cubero
sus cubas, el Herrero el carbón, tan
preciso para su fragua, el Pintor el
aguarras desecante, tan necesaria a
la pintura? Por último, si con toda
particularidad indagáramos quán
vasto es el número de bienes a que
contribuye el tronco del pino, halla-
 Boletín 10
riamos no haber Oficio ni Arte algu-
na a quien no sirva de mucho prove-
cho. Hasta los mismos brutos si
supieran hablar publicarían quánto
deben al tronco del pino. ¿En dónde
, pregunto, pasan los ganados de los
Labradores los rigores del Invierno,
sino en sus abrigadas quadras fabri-
cadas del mismo tronco? en dónde
reciben su alimento sino en pese-
breras de pino? Hasta para sí mismo
y para las imágenes de sus Santos
reservó Dios las utilidades de este
benéfico tronco. ¿Quántos
Retablos, Mesas de Altar y
Tabernáculos no ha fabricado pri-
morosamente el Arte de la
Escultura para habitación del mismo
Dios?.
Mas aún no paran aquí los grandes
provechos de este tronco. Luego
que llega la Primavera, deseoso de
comenzar a hacer bien al hombre, se
dexa sangrar por él; aun hasta su
propia vida pierde por llenarle de
beneficios. Apenas llega el Abril,
quando los Pegueros le sangran con
sus achas, haciéndole una cisura
capaz de destilar por ella con los
ardores del verano la substancia
que le daba vida. Derrama por ella,
en vez de su sangre, lo que llamamos
miera, licor por cierto de los mas
útiles que puede producir la natura-
leza. En el año que sangran al pino
pierde regularmente su vida, o por
secarse por causa de la cisura, o
porque descarnado demasiadamen-
te, al primer viento borrascoso es
derribado en tierra. Murió este
árbol por hacer bien al hombre, y
aun después de muerto nos servimos
de él, ya para la lumbre, ya de su
madera para artefactos.
Pero volviendo a la miera, ésta no
es otra cosa que una sustancia resi-
nosa, pesada, tenaz, crasa, traspa-
rente, de consistencia de miel,
sabor acre, amargo, y nauseoso, de
color rubro cándido. Esta va desti-
lando con los ardores del sol del
tronco del pino, cayendo en unos
oyitos que la tienen prevenidos;
recogenla y de ella fabrican en los
hornos o pegueras la pez negra, la
griega, la naval, resina, trementina y
su espíritu. Cogida esta miera líqui-
da y recien destilada y expuesta a
los rayos del sol, se convierte en
grumos blanquísimos y odoríferos,
llamados de Geofroy, incienso blan-
co, la que por su mucha pureza y
extremada blancura, asegura este
Autor, que los Cereros de Francia la
mezclan con la cera. Noticia por
cierto, que aunque no la mejor para
la conciencia de los Cereros, no es la
peor para sus bolsillos.
No me quiero detener en propo-
ner el método que los Naturales de
estas cercanías observan en la
extracción de tanta multitud de
simples como sacan de la miera, solo
quisiera llamar la atención de los
que ignoran a las utilidades que
sacan estos Pueblos y los demás que
poseen pinares de los referidos
géneros. Tenemos cerca Lugares
en donde la mitad de los
57
 Boletín 10
vecinos pasan su vida y mantienen
sus familias con sola la Fábrica de
pez, resina y trementina, con cuyo
modo de vivir no solo utilizan para
si, sino que subministran precisos
materiales para exercer sus oficios
a los Boticarios y otros Artesanos.
También da de sí la miera del pino la
pez naval, dicha así por emplearse
en embrear las naves para su mayor
duración: esta se constituye del
residuo que queda hecha la destila-
ción del aceyte y espíritu de tre-
mentina, del qual residuo (vulgo
Pelampisa) mezclado con pez negra
y sebo bacuno, derretido a fuego, se
compone dicha pez naval. Hasta del
humo que exhalan las especies que
produce la miera, resulta no peque-
ño útil al Público; sino ¿quién ignora
los muchos bienes que el Arte de la
Imprenta está diariamente produ-
ciendo al género humano? pues esta
Arte compone la tinta de que usa
del humo de la pez y resina. Y aun en
Francia se valen de este hollín, no
solo para el color negro, sino para
otros varios, como asegura el céle-
bre Geofroy. Hasta las aserraduras
que corta la sierra en el tronco del
pino, nos son útiles en las casas, por
ser excelente medio para fregar
todo género de peltre, hierro y
estaño.
Ramas, fruto y hojas
Vistas ya las muchas utilidades
del tronco del pino, pasemos a sus
partes superiores, a saber,
58
ramas, fruto y hojas, en las que
hallaremos no menos provechos eco-
nómicos. Las ramas dan el surtido
de leña para cocinas, hornos, cale-
ras, texeras y quantas Artes nece-
sitan del fuego para sus obras;
fabricandose también de ellas
varios Artefactos de carpinteria y
entalladura. El fruto de este árbol,
que es la piña, es sin duda de los que
más pueden contribuir a nuestras
conveniencias: las piñas estando
verdes nos subministran un gustoso
postre para nuestras mesas: sus
piñones son tan gustosos con el agri-
dulce de que abundan, que para
muchos es la fruta mas apeticible, y
por tanto aun de la Corte suelen ser
pedidas las piñas verdes, por los que
están inteligenciados de su agrada-
ble sabor; y por lo mismo la gente
pobre con solo pan y piña verde se
suele alimentar.
Por lo que respecta a los intere-
ses que da de sí el piñón, es muy
constante a quantos habitamos
entre pinares, que con solo su trato
vemos crecidos caudales: con ellos
los ricos se hacen más poderosos, y
los pobres se socorren en los rigo-
res del Invierno, tiempo en que en
ninguna otra cosa pudieran emplear-
se. ¿Quién no se admira al ver en la
mayor de esta jurisdición de
Cuéllar, como en los meses más
muertos de Diciembre y Enero, los
maridos ganan su jornal recogiendo
la piña, las mugeres cascando el
piñón, y hasta sus propios niños
mondándolos, quando en Campos y
 Boletín 10
otras Provincias están los pobres
jornaleros pereciendo de necesidad,
sin tener medio de ganar ni aún para
pan?. Otras utilidades nos acrecen-
ta el piñón; después de seco y tos-
tado es tan sabroso, que a la verdad
es un excelente equivalente de la
avellana tostada, y aún tengo por
necios a los que en esta tierra gas-
tan en ellas sus dineros. Por eso en
algunos Pueblos he notado la loable
costumbre de tostar en el horno,
después de sacar el pan, una porción
de piñón en cascara para en vez de
avellanas.
Después de estas gratas conve-
niencias abunda el piñón de un acey-
te mas sutil que el de aceytunas si
creemos a Geofroy; éste se saca
por expresión, y con tal abundancia
y buen gusto, que solo por este
motivo merecía el pino los mayores
aplausos entre las plantas. Pocos
años ha nos refería el Mercurio que
habiéndose helado en Italia los oli-
vos, anduvieron los Naturalistas de
aquel Reyno indagando algún succe-
daneo para la lamentable falta que
padecían del aceyte, y se vieron
precisados a sacarle de los titos de
las ubas, saliendo tan corta canti-
dad que no pudieron socorrer su
extremada necesidad después del
mucho coste de su extracción.
Alabemos a Dios (o Provinciales de
Segovia) que en unos arenales muer-
tos nos ha provisto de tanta abun-
dancia de piñón , que con su aceyte
evitariamos las miserias que la
Italia ha padecido. Es el aceyte de
piñón no solo muy a propósito para
comer y lucir, sino también un dese-
cante tan primoroso para la pintura,
que el célebre Pintor Quintanilla;
natural de esta Villa, aseguraba ser
uno de los mejores desecantes que
el arte ha podido descubrir. Es tan
benéfica la piña, que aún después de
despojada de su fruto de su fruto
se emplea en nuestro servicio. Caido
el piñón se abre ésta, quedando lo
que llamamos cogollos, materia
entre las mejores que tenemos para
nuestras lumbres, pues enciende la
demás leña y todo lo alegra con su
claridad.
Las hojas del pino, que el vulgo
llama zarabujas, son también de
grande utilidad: éstas después de
secas caensé al suelo, y los
Labradores con sus carros las reco-
gen, formando a poca costa grandi-
simos montones, los que podridos
con las aguas, les dan copia de basu-
ra para el abono de sus heredades.
Otros llenan de ellas sus corrales, y
con la freza, ya de las ovejas, ya del
ganado mayor, consiguen mucho y
exquisito estiercol, de lo que les
resulta salir muy interesados en sus
labranzas.Por último me atrevo a
decir, que tenemos en nuestra pro-
vincia un rico tesoro en la madera ,
leña y piñón. ¿Quántos caudales
dexan en esta tierra las muchas
carreterías que anualmente salen
cargadas de maderas para otras
Provincias? ¿quántos intereses
acrecienta a estos nacionales el
trato del piñón? Hay lugar
59
 Boletín 10
en esta jurisdición, que solo en el
año pasado de 83 vendió para el
Reyno de Murcia y Andalucia siete
mil fanegas a ocho reales celemin.
Hasta en el mostrar su fruto se
hace singular este generoso árbol,
no se contenta como los demás con
presentar a la vista el fruto de cada
año, antes cada año manifiesta el
fruto de los tres sucesivos: de
modo, que con solo mirar el pino, se
ve si este año, el que viene y el que
le sigue han de ser abundantes o
estériles de piña, de cuya precau-
ción se valen los Tratantes en piñón
para sus compras y ventas. Hasta
aquí de las utilidades económicas y
artificiales del pino, que es la
Primera Parte de esta obrita; ahora
veremos las utilidades medicinales
que de él resultan a favor del hom-
bre, las que aún nos son mas apre-
ciables.
PARTE SEGUNDA
UTILIDADES MEDICINALES
DEL PINO.
Si hubiera de emprender esta
Segunda Parte para hablar con los
versados en la Medicina, sin duda
que la omitiera, porque mas bien
saben ellos que yo quanta multitud
de simples y compuestos está todos
los dias surtiendo el pino a la
Facultad Médica y Chirúrgica; pero
siendo mi intento hablar con el
Público, no les cause admira-
60
ción oir lo mismo que ellos saben; y
dando principio por los simples, con
que esta salutífera planta nos soco-
rre en nuestras enfermedades, sean
los primeros la pez griega, resina y
pez negra. Estos tres simples son
los mejores consolidantes y confor-
tantes que hoy tiene la Medicina:
Con solo ellos vemos curadas las
fracturas y dislocaciones, asi de
racionales como de irracionales.
¡Dichosa medicina, y a tan poca
costa!. Basta para credito de estas
tres especies medicinales saber son
un buen succedaneo de la
Colophónia, medicina de grandísima
estimación.
El muy grande Boerhaave no se
desdeñaba de ser instruido de
Pastores y aun de ignorantes viejas,
y por este medio asegura aprendió
muy buenas cosas; por tanto no se
admire algun crítico que yo exponga
en esta obrita algunas observacio-
nes que me han comunicado algunos
rústicos; como es, que la pez negra
tomada en polvos es grande expeci-
fico para las caidas de alto y sustos,
impidiendo el coagulo de la sangre;
lo que he visto practicar con feliz
suceso. La trementina es un exquisi-
to madurativo, digestivo y mundifi-
cativo, como acredita su uso coti-
diano, por lo que con ella sola se
puede curar qualquier tumor
digestible, pues ella sola madura el
tumor, sola mundifica las materias,
y sola cicatriza.
 Boletín 10
La miera, que, como llevo dicho,
es la substancia resinosa que el pino
arroja por la incisión que se hace: es
un excelente bálsamo vulnerario.
Aquí es donde yo veo con quánta
razón el célebre Linneo nos enseña
en su Can.4.Barbari plus ad augmen-
tum medicaminum contulerunt, quam
omnium aetatum escholae. Los rús-
ticos Labradores, Acheros,
Pastores y quantos habitan pinares
por antigua tradición, no usan de
otro bálsamo en sus cortaduras y
demas heridas y las de sus animales,
que dicha miera, con notoria expe-
riencia de su propia curación; apren-
damos, pues, de ellos en esta parte
los dedicados a los ramos de la
Medicina. No hay Facultativo que
ignore ser la miera en extremo bal-
sámica, y con todo la falta de expe-
riencia la ha privado del crédito que
se merece: y para que mejor salga el
efecto, si algún curioso quisiere
hacer la prueba, advierto que hay
grande diferencia entre la tremen-
tina que se usa en las Boticas y la
miera de que yo hablo, pues aquella
es sacada a la vehemencia del fuego,
y por tanto pierde casi todo lo bal-
sámico, y esta es espontaneamente
vertida del pino; y por lo mismo la
trementina de las oficinas mas tiene
de confortante que de balsámica y
vulneraria.
Además de esto es dicha miera
diurética y solutiva, esto es, excita
la orina y mueve el vientre: es asi-
mismo utilísima en las exulceracio-
nes de los pulmones, riñones, vegiga
y demas partes viscerales, así
Geofroy; y añade, que Riverio y
otros célebres Médicos la tienen
por un seguro medio para precaver y
curar el mal de piedra. El mejor
método de usarla es en pildoras, o
disuelta en una yema de huevo.
También es un prestantisimo soco-
rro por medio de clyster en la
dysenteria, en las úlceras de los
intestinos, como en el dolor nefríti-
co. El espíritu de esta miera, mejor
que él de la trementina, administra-
da interiormente en cantidad de
ocho a diez gotas, excita la orina
con eficácia, y es muy útil en la sus-
pensión de ella, y en especial en los
afectos de los pulmones. Bartholino
usa de este espíritu en la Pleuritis,
por quanto expele los humores
estancados en el pecho por la via
urinaria. Dicho espíritu y el aceyte
de trementina exteriormente aplí-
canse por su virtud balsámica en la
heridas, sirviendo de específico bál-
samo.
La corteza del pino (según
Dioscórides) es estiptica y mezcla-
da con litargirio o incienso, es útil a
las llagas superficiales. Molida con
caparrosa refrena las llagas que van
cundiendo, bebida en polvos restri-
ñe el vientre y mueve la orina; asi-
mismo la corteza llamada Liber es
muy útil estando fresca para corta-
duras.
61
 Boletín 10
Los piñones, además de ser un ali-
mento sabroso según queda dicho,
sirven también en la Medicina de
grande utilidad para Ptysicos y
Tábidos, por quanto mundifican los
pulmones, templan asimismo las
sales acres de los humores, y por lo
mismo son especifico alimento para
los nefríticos tomados en emulsión,
con conocimiento de arroz dulcifi-
cado con jarave de altéa, cuyo medi-
camento es también útil para la tos.
El aceyte de los piñones aún es mas
útil para los efectos dichos, pues es
sin comparación mas dulcificante
que los piñones mismos, por lo que
en caso de una gran esterilidad de
almendras podría substituir por el
aceyte de ellas.
Sólo ya nos resta decir algo de
las hojas del pino en lo medicinal.
Según Linneo en su Materia Médica:
estas hojas, quando están en sus
turiones o tallos nuevos, las que
brotan todos los años en la cima del
pino, son tan antiscorbúticas, que
solo con ellas, masticadas con algu-
na frequencia, se logrará el ester-
minio del escorbuto. También
Geofroy usa de estos tallitos en
pociones antiscorbúticas, y según
Dioscorides las hojas nuevas del
pino, majadas y hervidas con vina-
gre, mitigan el dolor de muelas y
dientes. Por último, si hubiera de
referir los unguentos, emplastos,
linimentos y medicinas interiores
que da de sí el pino, aseguro que
pasarían de 200.
62
No se contenta este precioso
árbol con emplearse en provechos
del hombre, sino que hasta en sí
mismo produce otras plantas de
grande utilidad. En su corteza o
roña cria una especie de musco
(vulgo muito) con mucha abundancia,
muy apta para descargar la cabeza
tomada en polvos, llamando copiosa
destilación. Produce además en los
sobacos de sus ramas una hermosa
planta llamada por Linneo viscum
album, y por el vulgo almuérzago, de
virtudes tan eminentes que se ha
merecido que el célebre Duhamél,
Luminar mejor de la Academia
Parisiense, presentase a ella las
muchas observaciones sobre esta
parasítica planta: solo ella era acre-
edora a un breve tratadito, pero
solo apuntaré ser un excelente
antiepiléptico tomado en polvos,
desde una dracma hasta dos, en
infusión de vino; como también que
es muy útil en la apoplegía, vértigos
de cabeza, dolor de costado, y con-
tra lombrices. Además es un exce-
lente pasto para ganados bacunos,
por lo que andan a porfia los gana-
deros a alcanzarla de los pinos, con
fin de socorrer a sus ganados en el
rigor del Invierno por ser, además
de alimenticia, muy cálida.
Alimenta también en sí mismo el
pino el insecto que llamamos oruga:
éstas se encierran en el Invierno en
unos grandes zurrones, muy seme-
jantes a los del gusano de seda, aun-
que no en su magnitud, en lo finísimo
 Boletín 10
y sutil de sus hebras, las que por el
arte, despojadas de sus impurezas,
podrían ser muy interesantes para
ricas telas por su mucha abundancia.
Esta Ilustre Sociedad puede tomar
en esto la mano, que yo prometo
remitir alguna porción de estos
zurrones para el debido exámen.
He concluido, Real, Noble e
Ilustre Sociedad, la obrita de las
utilidades del pino: el corto tiempo
que he podido emplear en recoger
sus noticias, la harán salir muy esca-
sa: pero no obstante confio que al
ver los extraños de esta Provincia
nuestra abundancia de pinares, no
nos llamarán con escarnio
Pinariegos; antes al ver tanta multi-
tud de utilidades como nos acre-
cienta el pino, deberémos ser envi-
diados. Dige envidiados, por ser el
pino la planta mas precisa para el
hombre de quantas hay en las qua-
tro partes del mundo: no me retra-
to; y sino ¿qué vegetal, de quantos
cubren la tierra, produce tantos y
tan provechosos bienes?, ¿ qué otro
árbol tan precioso casi para todas
las Artes del mundo?, ¿qué yerva
fructíce ni subfructíce, aun después
de muerta nos hace tantos benefi-
cios?. Podemos (aunque metafórica-
mente) decir, que el pino es tan
noble para el hombre, que muere por
el mismo hombre; hágase cotejo con
las mas exquisitas plantas de la
América, y hallarémos que sus pon-
deradas preciosidades consisten en
uno u otro provecho, y éstas a pre-
cio muy subido; pero el pino, desde
su profunda raiz, hasta sus cimosos
tallos, todo él, con todas sus partes,
está gloriándose de bien-hechor al
hombre. Llegue el herido, venga el
fracturado, concurra el ptysico, el
escorbútico, el tumoroso, el nefríti-
co, el calculoso, tiñoso, sarnoso y
otros mal afectos, que en este
dichoso árbol tienen pronto y bara-
to su remedio. ¿Necesita el
Carpintero, Tallista, Labrador,
Herrero, Pintor y otros Artesanos
materia para sus Oficios? El pino se
la dará. Sin esta preciosa planta ni
hubiera casas, templos, ni edificio
alguno, y nos veriamos precisados a
habitar en las cuebas como fieras.
¡O grande árbol, y cómo se cono-
ce tu preeminencia entre todos los
vegetales! ¡No en vano el Divino
Hacedor te elevó mas que al almen-
dro, te encumbró sobre el olivo y
casi sobre todo viviente vegetal!
Razón era, que quien a todos habia
de exceder en provechos, útilida-
des, conveniencias y beneficios, a
todos sobrepujase en estatura.
Gloriese esta Provincia de vivir
entre pinares, pues en ellos tiene un
rico tesoro. Cuéllar y Octubre de
1784.
63
 Boletín 10
La historia de un día
Una vez, a medianoche, los hom-
bres tuvieron el mundo a su disposi-
ción. Durante mucho tiempo, habida
cuenta de lo que sabemos, permane-
cieron muy tranquilos: durante la
mañana y la tarde de ese día se limi-
taron a vagabundear en pequeños
grupos, a cazar animales con lanzas y
hachas, a refugiarse en cavernas y a
vestirse con pieles.
Hacia las seis de la tarde empeza-
ron a aprender algo sobre semillas y
agricultura, sobre el pastoreo y cosas
semejantes; hacia las siete y media se
habían establecido en grandes ciuda-
des en especial en Egipto y la India y
entre los paises comprendidos entre
estas dos naciones.
Después llego Moisés, que partió a
la búsqueda de la tierra prometida a
las nueve menos cuarto. Tras él vinie-
ron Buda en la India, Sócrates en
Grecia y Confucio en China, que se
juntaron y se fueron todos juntos
aunque sin llegar a conocerse, hacia
las diez y diez. En torno a las diez y
media apareció Cristo, algo después
de la Gran Muralla China y de Julio
Cesar. A las once fue el momento de
Mahoma.
Hacia las once y media surgieron
las primeras grandes ciudades en
Europa del Norte.
64
A partir de las doce menos cuarto
los hombres salieron de estas grandes
ciudades y saquearon el resto del
mundo por doquier. Primero expoliaron
América del Norte y del Sur, luego la
India y finalmente cuando sólo falta-
ban cuatro minutos para medianoche
le llegó el turno a África. Dos minutos
antes de medianoche se desencadenó
una gran guerra entre ellos, a la que
siguió otra semejante sólo cincuenta
segundos después.
En el último minuto del día esos
hombres del norte de Europa fueron
expulsados de la India, de África y de
muchos otros países, pero no de
Norteamérica, donde se habían insta-
lado de forma estable. En ese último
minuto, además, inventaron las armas
nucleares, desembarcaron en la luna,
fueron responsables de prácticamente
doblar la población mundial y consu-
mieron más petróleo y metales de los
que se habían utilizado en las prece-
dentes veintitres horas y cincuenta y
nueve minutos.
Volvía a ser medianoche, y el inicio
de un nuevo día.
Robin Richardson.
Learning for Change
in World
Society: Reflections, activities and
resources. World studies Project,
1979. (Publicado en “Pie de paz nº 1”)
 Boletín 10

Actividades de ARBA
Recordemos que los últimos sabados de
cada mes tenemos vivero
Cursillo
Tercer fin de semana: Mini cursillo para i d e n t i f i c a r l o s
á r b o l e s y a r b u s t o s e n i n v i e r n o por su corteza y yemas.
A cargo de Ferrero.

Proyección de diapositivas
Naturaleza de Namibia y Sudáfrica
Miercoles 28 de febrero 2002, a las 19:30 h.

Calendario de actividades del grupo Espliego de ARBA

Se ruega puntualidad. Cada visita durará aproximadamente hasta las 13:30 h.
Día. 23. Paseo didáctico por la Colada de Pajeros, vía pecuaria que dis-
curre por los términos de Fuenlabrada, Parla y Torrejón de Velasco.
Hora de salida: 10:30 h. desde la estación de Renfe de Parla.
Recorreremos esta modesta cañada de la lejana Mesta, cuya longitud total
(Fuenlabrada-Torrejón de la Velasco) es de casi 10 kms.
El itinerario por el que nosotros transitaremos será su tramo final,
desde su intersección con el arroyo Humanejos, en Parla, hasta su entrada
en el municipio de Torrejón de Velasco, dada su gran longitud. En total
serán 3’5 Km. de recorrido. Dejaremos el tramo las largo para otra oca-
sión, si os apetece.

Las repoblaciones de Jarama

o
iv
V

San Fernando de Henares 13 de enero

Talamanca del Jarama 27 de enero
Sanse-Alcobendas 3 de febrero

65
 Boletín 10

Yo, Ulmus
Leibi Ng
La autora es hija de padre cantonés y madre dominicana. Residente
en la República Dominicana donde se dedica a la literatura infantil.

...y tomaremos sobre nosotros el mis-

terio de las cosas
como si fuésemos espías de los di oses. “

“El rey Lear” de William Shakespeare

Ella llegó una mañana de pri-
mavera. Traía en su cuerpo la
desgrada, pero no lo sabia.
Llegaba alegre y despreocupada
de un viaje por Holanda. Se lla-
maba Scoly. Venía cargada de
ilusiones, dispuesta a conquistar
a todos con su aroma; un aroma
que junto al de mis brotes atra-
jo el viento del exterminio.
Sé que muchos no lo creerán,
pero nosotros, los de la familia
Ulmáceas, ocupábamos extensos
bosques. Éramos tantos como un
ejército apretado luchando por
la libertad, el pan y la justicia.
Hasta el cielo se elevaban nues-
tras voces alabando el nacimien-
to de los retoños. Agradecidos,
contemplábamos el paisaje con
bondad. A nadie hacíamos mal y
en cambio resistentes, nos
repartíamos el trabajo en los
astilleros, en los muelles, en las
casas, en los más sólidos pilares
de la civilización y nuestro nom-
bre fue dado a muchas vías en
varios continentes.
66
Como bendiciones, recibíamos
elogios del sol, de la lluvia y del
viento. Tenían especial aprecio
por nuestra belleza. No sólo éra-
mos altos, sino monumentales; no
verticales, esbeltos; no frescos
y vigorosos, lozanos...
Resplandecíamos bajo la luz del
día y al claro de la luna.
Llenábamos alamedas con una
música propia que salía de nues-
tras copas perfumadas... Eran
nuestras las flores de amarillo y
púrpura, con sámaras o frutos
que diseminábamos ante el brote
de las hojas nuevas. Gozábamos
de una salud “de troncos” y los
años pasaban circundando nues-
tras cortezas, renovando el com-
promiso de la vida nueva, ¡Éra-
mos sanos y robustos!
Ya sé que gemir no es digno,
pero me brota el llanto al con-
templar las ruinas, y es imposi-
ble evitar la paradoja de lo que
fuimos y en lo que nos hemos
convertido.
Lo cierto es que yo, como mis
 Boletín 10
hermanos, allí alineados, flan-
queando las riberas, empezamos
a notar cómo se marchitaban
nuestras hojas sin poder hacer
nada. A partir de las puntas de
nuestras ramas, aquel verdor
cambió a un pardo-rojizo que
empeoró cuando las hojas se
enrollaron por el haz, como esca-
pando de si mismas. Igual que los
soldados destrozados en medio
de la batalla, se nos caían las
ramas carcomidas por un enemi-
go invisible y silencioso que
parecía nacer de nuestra propia
savia.
¿Quién iba a saber que sucum-
biríamos en silencio a causa de
aquella criatura negrísima y
vivaz? Recuerdo cuando se pren-
dó de uno de mis miembros
recién cortados, soltó aquel
aroma, un aroma extrañísimo que
luego supe llamaban feromona.
Estaba ansiosa por reproducir-
se... taladróme mil veces inva-
diendo mi tronco con su estirpe,
y fue graficando mi sentencia.
En cada hueco depositó una
larva. No me dolió cuando me
perforó, me dolió cuando supe
que no tenía remedio, que me
había condenado a ser un símbo-
lo de muerte.
Scoly llegó con el desequili-
brio. Preñada de su especie y
portadora de esporas de C. Ulmi.
Igual que aquel macabro monar-
ca, que obsequió a Alejandro
Magno, una doncella de hermosu-
ra capaz de doblegar su estatu-
ra al suelo de la derrota, pero
inconsciente de envenenar con
sólo un beso, ungida desde la
infancia, como una poción vivien-
te, Scoly fue el regalo de la
adversidad.
Yo no hubiese hecho lo mismo
que hicieron con la niña-veneno
cuando la descubrieron, que fue
lanzarla al fuego. A Scoly, yo la
habría cuidado hasta purificarla
y salvarla para salvarme a mí
mismo.
Ahora es muy tarde. Me asie-
rran sin misericordia y ella no
tiene más remedio que irse con
otro a prolongar su dispersión,
llorando igual que todos la desa-
parición del grande y majestuoso
bosque al que he pertenecido con
tanto, tanto orgullo.
Desde las orillas del Henares,
cedo mi espíritu a los vientos y
muero con la huella de coleópte-
ro de mi pequeña, eterna Scoly,
inocente instrumento de la heca-
tombe de los olmos.
Yo, Ulmus minor , no guardaré
rencor, mas no me pudriré tran-
quilo, hasta que vea sustituir a
los de mi estirpe por otros vacu-
nados, inmunes por lo tanto al
hongo desdichado que camina
montado en cuerpo ajeno y sobre
cuerpo ajeno faena silencioso
destruyendo implacable su
majestuoso templo.
2001-01-19
67
 Boletín 10
S O R B U S Y P R U N U S,
LAS GRANDES ROSÁCEAS
Del numeroso grupo de rosáceas
que habitan la Península Ibérica
solo los Prunus y los Sorbus alcan-
zan porte arbóreo. Algunos géne-
ros como Crataegus tienen espe-
cies de gran porte, pero nada com-
parable a los grandes serbales y
cerezos.
La principal diferencia entre
ambos géneros la encontramos en
sus frutos: drupas (cerezas) en
unos y pomas (manzanas) en otros.
Simplificando diremos que una
cereza es una semilla cubierta por
tejido leñoso rodeado de diversas
capas de tejido carnoso y blando.
Una poma son cinco semillas
cubiertas de carnosa pulpa pero sin
cobertura leñosa en ninguna de las
capas.
Todas las especies de estos dos
géneros se comportan como acom-
pañantes de masas forestales de
montaña. Algunas especies incluso
de alta montaña o colonizadoras de
terrenos degradados.
Prunus tiene en el peciolo unas
glándulas siempre ausentes en
Sorbus . Ningún Sorbus tiene
espinas, pero algunos Prunus
68
Andrés Revilla
sí las tienen (los ciruelos). Ambos
grupos presentan numerosas varie-
dades cultivadas por el hombre
desde antiguo, si bien son los pru-
nos los que se llevan aquí la mayor
parte, y es que los Sorbus suelen
presentar taninos en los frutos que
los hacen ser muy amargos. Solo
uno ha llegado a ser ampliamente
cultivado y se le conoce como jerbo
(Sorbus domestica).
Prunus en Iberia nunca tiene
hojas lobuladas o compuestas, pero
Sorbus presenta muchas especies
con estas características. Prunus
suele presentar corteza con ritido-
ma muy marcado (corteza en ban-
das horizontales como cinturones
anchos) y Sorbus presenta siempre
una corteza agrietada longitudinal-
mente.
Con numerosas variedades de
cultivo, son los prunos los que
ganan en este campo. De Sorbus es
poco conocida pero muy cultivada
antaño la jerba (fruta de S. domes-
tica).
Sorbus de hoja compuesta solo
hay tres: S. aucuparia, el serbal de
cazadores, que tiene frutos peque-
 Boletín 10

ños arracimados; S. domestica, el y S. hybrida, aparente híbrido de

jerbo, con frutos como peritas y S. aucuparia y S. aria pero con
hojas grandes con muchos foliolos semillas maduras en ocasiones y
que presenta
lóbulos y
foliolos en la
parte basal
de sus hojas.

De hojas
enteras son
Sorbus domestica los demás
Sorbus. Con
Ilustración: el fruto de
Pierrette Bauer-Bovet del color pardo y
libro Guide des Arbres et
muy lentice-
Arbustes d`Europe.
lado, lóbulos
profundos y
puntas agu-
das tenemos
a S. tormina-
lis. De frutos
rojizos tene-
mos otros
tres: S. aria,
cuyas hojas
nunca tienen
lóbulos, S.
intermedia ,
de estrechas
hojas lobula-
das y fruto
con células
taníferas
muy visibles
y S. latifolia,
con hojas
lobuladas
anchas y
célu-
69
 Boletín 10

las taníferas invisibles.

Con el fruto peloso encontramos
Quedan por fin los raros S. cha- al conocido almendro (P. dulcis) y al
maespilus , acahparrado
de un P. prostrata,
m e t r o este con
escaso de pequeños
altura, frutos oscu-
pétalos ros.
rojos y
hojas gla- Con los
bras y S. pedicelos
sudetica más largos
de dos que el fruto
metros de hay una
altura y hojas tomentosas por el mata rastrera, el P. ramburii, espi-
envés y pétalos rosas. Ambos están noso y de hojas pequeñas, y el
muy localizados en el Pirineo. cerezo común (P. avium) que no
tiene espinas.
Los prunos se pueden clasificar
por la dispo- Si el
sición de las pedicelo es
flores, el menor que el
color de sus fruto sólo
frutos y la puede ser ya
rugosidad de o el endrino,
su dura P. spinosa, de
cubierta pedicelos
seminal. glabros, o el
ciruelo sil-
De flores vestre, P.
arracimadas insititia , de
tenemos pedicelos
dos: P. lusitanica, con hojas coriá- pubescentes.
ceas y perennes y P. padus, de
hojas caducas. Ambos tienen el Espero que estas pinceladas
fruto de color negro. P. mahaleb botánicas os ayuden en el campo.
tiene flores corimbosas y hojas Hasta pronto.
pequeñas dobladas por el eje del
nervio central.
70
 Boletín 10

SETAS DE HAYEDOS
Angeles González Cruz
Para alguien como yo, que vive en Armillaria mellea (Vahl) Kumm.
las inmediaciones de la sierra de Es un parásito destructivo, muy
Guadarrama, el hábitat natural a la abundante y ampliamente distri-
hora de salir a recolectar setas son buido en toda la Península, que
los pinares de albar y los melojares ataca a caducifolios y coníferas.
de dicha sierra. Ciertamente, son Crece cespitoso (con los pies
los bosques que más he recorrido y agrupados) sobre la madera, nor-
los que mejor conozco a nivel
micológico.
Para mí, los hayedos eran
bosques casi “exóticos”. Este
año, sin embargo, he tenido la
suerte de poder estudiar las
setas de hayedos en las tres
temporadas micológicas: pri-
mavera, otoño y verano. Ésta
última sólo en el Norte de la
Península, cuando en Madrid
suspiramos por un poco de llu-
via, allí los hongos están en
plena producción. malmente en grandes grupos. El
Los momentos más interesantes sombrero mide unos 4 a10 cm, es
son finales de verano y otoño. En de color amarillo miel, con umbón y
primavera encontramos mayorita- cubierto de pequeñas escamas más
riamente Aphyllophorales (hongos oscuras. Las láminas son subdecu-
de la madera, para simplificar), sin rrentes, de color blanco crema,
apenas representantes de otros pudiendo presentar máculas en la
órdenes. madurez. El pie es elástico, pardo
Desde mediados de agosto, en rojizo, con anillo membranoso y
cambio, si ha llovido lo suficiente, blanquecino. Presenta rizomorfos
hay una auténtica explosión de pardo oscuros, plumosos, que en
fructificaciones, tanto de hongos estadios jóvenes son luminiscen-
saprófitos como micorrizógenos. tes.
Entre los más interesantes que Es comestible de joven, excepto
tuve la oportunidad de estudiar, el pie, que es muy coriáceo.
encontramos los siguientes:
71
 Boletín 10
Marasmius rotula (Scop) Fr.
Saprófito de caducifolios, de
pequeño tamaño, muy abundante en
hayedos y robledales del norte de
la Península, desde finales de vera-
no.
Crece agrupado sobre restos
leñosos. El sombrero mide hasta 1,5
cm, es de color blanco y estriado.
Las láminas son adnatas, blanqueci-
nas y con un “collar”, muy caracte-
rístico, que rodea el ápice del pie.
Éste es cilíndrico, pardo rojizo
oscureciendo en la base, con rizo-
morfos.
No tiene interés como comesti-
ble.
Hygrophorus eburneus (Bull.) Fr.
Exclusivo de bosques de hayas.
El sombrero es globoso, de hasta
8 cm de diámetro, blanco, muy vis-
coso. Las láminas son decurrentes,
son lamélulas, blanco-cremosas y
de aspecto céreo, típico del genero
Hygrophorus. El pie es blanquecino,
esbelto, algo viscoso y atenuado en
la base. El olor es afrutado, lo que
le diferencia de otras especies de
morfología semejante, así como la
viscosidad de todo el carpóforo.
Es comestible, aunque poco inte-
resante.
Pluteus leoninus (Sch.) Kumm.
Saprófito de caducifolios,
común en el norte peninsular.
72
Se caracteriza por su sombrero
de color amarillo vivo, de hasta 7
cm, a veces algo tomentoso en la
parte central. Las láminas son rosa-
das, libres, con lamélulas, pudiendo
presentar el borde amarillento. El
pie es blanquecino y fibriloso.
Esta bella especie carece de
interés culinario.
Hay dos especies del género
Amanita que quiero resaltar, tanto
por su abundancia como por sus
características:
Amanita phalloides (Fr.) Link.
Es la primera seta que deben
conocer los aficionados a recolec-
tarlas para su consumo. Un porcen-
taje muy alto (hasta el 90% en algu-
nos estudios) de las intoxicaciones
por setas con muerte del paciente
están protagonizadas por ella.
Además de su aspecto “comesti-
ble”, es abundantísima en los años
lluviosos, en todo tipo de hábitats,
por lo que conviene insistir en la
importancia de su conocimiento.
El sombrero mide hasta 12 cm de
 Boletín 10
diámetro, con colores muy varia-
bles, desde blanco en la variedad
alba, hasta amarillento, verdoso,
con tintes oliváceos. La cutícula
presenta fibrillas radiales, siendo
lisa, sin restos de velo ni escamas.
Las láminas son blancas, libres,
apretadas y con lamélulas. El pie es
blanco, con anillo frágil, estriado en
su parte superior, del mismo color.
Presenta en la base una volva saci-
forme (especie de saco que envuel-
ve dicha base del pie) también blan-
ca.
Como he dicho, es venenosa mor-
tal, bastando unos pocos gramos
para provocar la muerte por des-
trucción de las células hepáticas.
Normalmente, las intoxicaciones se
producen por su confusión con
especies del género Agaricus, los
conocidos champiñones, que se
diferencian por la ausencia de volva
y el color rosado de las láminas,
principalmente.
Amanita rubescens Pers.
Es una especie también muy
común en todo tipo de bosques.
El sombrero llega a medir unos 15
cm de diámetro, es blanquecino con
tonalidades vinosas en la madurez y
en las zonas rozadas. Se encuentra
cubierto de escamas blanquecinas
dispuestas irregularmente. Las
láminas son libres, blancas, con
lamélulas. El pie es bastante grue-
so, blanquecino con tonos vinosos,
con volva flocosa, apenas distingui-
ble y anillo blanco, amplio, fugaz.
En crudo es tóxica, por la pre-
sencia de hemolisinas (toxinas que
rompen la pared de los glóbulos
rojos). Dichas toxinas son termolá-
biles, se destruyen con calor, por lo
que, tras un proceso de cocción
lento o tras hervirlas varios minu-
tos y luego cocinarlas, son comesti-
bles. Personalmente, me parece un
excelente comestible, por su tex-
tura y la sutileza de su sabor, siem-
pre manteniendo la precaución
antes mencionada.
Mycena pura (Pers.) Kumm.
Especie tóxica, abundante en
bosques de coníferas y caducifo-
lios.
73
 Boletín 10
El sombrero mide hasta 5 cm de
diámetro, es cónico, con mamelón
más oscuro, de colores violeta, lila-
cinos. La cutícula es higrófana
(cambia de color con la humedad),
llegando a ser estriada por trans-
parencia en tiempo muy húmedo.
Las láminas son anchas, blancuzcas
o con tintes violáceos. El pie es frá-
gil, del mismo color que el sombre-
ro.
Tiene variedades, como lutea,
con tintes amarillentos o rosea
(algunos autores la dan como espe-
cie, Mycena rosea), de mayor porte
y color rosado.
Es característico su fuerte olor
a rábanos.
Oudemansiella radicata (Rehl.) Sing.
Saprófito que fructifica sobre
madera enterrada a gran pro-
74
fundidad, en bosques de hayas y
otros caducifolios, abundante.
Sombrero de hasta 10 cm de diá-
metro, con mamelón central,
marrón grisáceo, viscoso y muy
rugoso. Láminas adnatas, blanqueci-
nas, con lamélulas. Pie muy largo, de
hasta 15 cm, marrón cremoso, muy
radicante (puede tener hasta 15 cm
bajo el sustrato), fibroso.
Es un comestible de escaso valor.
Oudemansiella mucida (Schrad.)V.
Hoehn
Frecuente en cicatrices de árbo-
les vivos, principalmente de hayas y
en troncos recién muertos. Muy
abundante en los hayedos norteños.
Sombrero de hasta 10 cm, muy
viscoso, blanco pálido, estriado.
Láminas anchas, blancas. Pie blanco,
bulboso, con anillo blanquecino
membranoso.
Es comestible de baja calidad,
dada la viscosidad de todo el carpó-
foro.
 Boletín 10

Lactarius pallidus (Pers.) Fr.

coso en tiempo húmedo. Las láminas

Como todas las especies perte- son adnatas, blancas manchándose
necientes al orden Russulales de gris al frotamiento. El pie es
(géneros Russula y Lactarius), sus hueco, blanquecino, oscureciendo
células son esféricas, lo que provo- con la edad hasta tomar la misma
ca que no rompan con fibrillas, sino coloración que el sombrero.
como una tiza. El género Lactarius El látex es blanquecino, virando a
se caracteriza por la presencia de gris verdoso al secarse.
látex, una especie de leche que No es comestible por el sabor
brota al rozarlos o cortarlos, sobre acre y picante de su carne.
todo en las láminas.
La especie que nos ocupa mide Russula chloroides (Krombk.) Bres.
hasta 10 cm de diámetro del som-
brero, de color crema pálido y sin
zonaciones (círculos concéntricos
más oscuros). Las láminas son blan-
quecinas, así como el pie, no escro-
biculado (sin fosas ni manchas más
oscuras).
Látex blanco que no cambia de
color en contacto con el aire.
Es exclusivo de hayedos y abun-
dante a principios de otoño.
Especie abundante en bosques de
Lactarius blennius Fr. caducifolios sobre suelo ácido.
También es exclusivo de hayedos. Sombrero de hasta 12 cm de diá-
El sombrero mide hasta 8 cm de metro, blanquecino, carnoso.
diámetro, de color gris verdoso, Láminas apretadas, estrechas,
con manchas más oscuras y muy vis- blanquecinas aunque con un
75
 Boletín 10

reflejo verdoso cercano a la arista

y a la inserción con el pie, que es del
mismo color que el sombrero.
Las diferencias con Russula deli-
ca son: su menor porte, las láminas
mucho más apretadas y los reflejos
verdosos de las mismas, así como
diferentes preferencias edáficas
(Russula delica es propia de suelos
básicos y Russula chloroides de
suelos ácidos).
Aunque no es tóxica, no tiene
interés culinario.

Russula virescens (Sch.) Fr. de diámetro, de color pardo. Tubos

Especie propia de bosques de
planifolios, sobre todo hayas y
robles.
Sombrero de hasta 15 cm de diá-
metro, de color verde azulado o
verde grisáceo, con la cutícula
totalmente resquebrajada en
anchas placas. Láminas distantes,
blanco-cremosas. Pie blanquecino.
Olor típico, afrutado.
Es un comestible muy apreciado y
no muy abundante.
y poros amarillos. Pie atenuado en la
base, pudiendo llegar a ser radican-
te, con retículo que suele aparecer
desde la mitad del mismo hasta su
ápice, amarillento sobre fondo
pardo. La carne es amarilla y azulea
al corte o roce.
Es comestible aunque no muy
apreciado.
Boletus calopus Pers.

En el orden Boletales encontra-

mos setas cuyo himenio (parte fér-
til, donde se forman las esporas) no
está compuesto por láminas, si no
por tubos y poros (en algunos casos
por pliegues). Veremos dos repre-
sentantes del género Boletus.

Boletus appendiculatus Sch.

Fructifica en bosques de planifo- Especie poco abundante que
lios, no es muy frecuente. crece en bosques de caducifolios y
Sombrero de hasta 18 cm coníferas en suelo ácido. En la
76
 Boletín 10
Península prefiere los hayedos.
Sombrero carnoso, de hasta 18
cm de diámetro, con cutícula seca
marrón pálido a grisácea. Tubos y
poros amarillos, azuleando al roce.
Pie claviforme, amarillento en la
base, rojo vivo hacia la mitad y
amarillento en el ápice, cubierto
por un retículo de mallas grandes
concoloro al mismo. Carne amari-
llenta que azulea al corte.
Aunque no es tóxico, no se puede
consumir por su sabor fuertemente
amargo.
Entre los Gasteromycetes, vul-
garmente llamados “pedos de lobo”,
caracterizados por su himenio
(parte fértil) que permanece recu-
bierto por una capa exterior (exo-
peridio) hasta que las esporas han
madurado, momento en que se abre
y éstas son expulsadas, se pueden
resaltar las siguientes especies:
Lycoperdon echinatum Pers.
Poco abundante, fructifica en
hayedos, robledales, abedulares,
sobre cualquier tipo de suelo.
Carpóforos (cuerpos fructífe-
ros) con forma de pera, de hasta 5
cm. Exoperidio (capa externa)
marrón con grandes espinas largas,
lo que le asemeja a un erizo (de ahí
su nombre científico). Dichas espi-
nas son fácilmente separables,
dejando una zona areolada. La gleba
es blanca de joven y pardo grisácea
al madurar. Presenta abundantes
rizomorfos blancos en la base.
Aunque es comestible de joven y
su gleba madura se podría emplear
como hemostático, características
que comparte con otros
Gasteromycetes, no conviene reco-
lectarlo por su escasez.
Lycoperdon pyriforme (Sch.) Pers.
Fructifica exclusivamente sobre
madera muerta de hayas, robles y
otros planifolios.
Crece en grandes grupos. Tiene
forma de pera, con grandes rizo-
morfos blancos en la base.
Exoperidio blanquecino con gránu-
los pardos de pequeño tamaño.
Gleba blanca de joven y parda con
la madurez.
77
 Boletín 10
No tiene interés comestible.
En el orden Aphyllophorales,
encontramos en los hayedos hongos
muy interesantes, tanto por su vis-
tosidad como por las utilidades que
tradicionalmente han tenido para el
hombre.
Laetiporus sulphureus (Bull.) Murr.
Parásito de caducifolios, a veces
de coníferas, muy abundante en la
Península.
Formado por numerosos sombre-
ros imbricados, de hasta 40 cm,
aplanados, de un bello color amari-
llo-anaranjado (de ahí su nombre
científico), que pasa a ocráceo en la
vejez. El himenio está formado por
tubos y poros diminutos, amarillos.
La carne es blanca y dura de joven.
Provoca una podredumbre cúbica
marrón en el xilema de los árboles
atacados.
Se ha utilizado para la obtención
de colorantes y se considera
comestible en algunos lugares
(EEUU), donde comparan su
78
sabor con el del pollo. No obstante,
puede ocasionar problemas gas-
trointestinales.
Fomes fomentarius (Fr.) Kickx
Es el famoso “yesquero”.
Parásito de todo tipo de caduci-
folios, muy abundante en nues-
tra geografía.
Carpóforos perennes, con
forma de pezuña de caballo, de
hasta 45 cm de longitud.
Superficie de color gris claro,
surcada debido a los crecimien-
tos anuales, sin pelosidad.
Himenóforo formado por
tubos y poros circulares, grises,
oscureciendo al roce.
Un uso tradicional de este
hongo es la fabricación de
yesca, para encender la lumbre
y que se usaba también como
hemostático.
No tiene interés culinario.
Pycnoporus cinnabarinus (Jacq.)
Karst.
Es un pequeño “yesquero”,
saprófito de caducifolios, abun-
 Boletín 10
dante en el norte peninsular.
Fructificaciones anuales,
semicirculares o alargadas, pla-
nas, de hasta 14 cm de longitud.
Superficie lisa, no zonada, de
un bellísimo color bermellón que
palidece en la vejez. Tubos y
poros más oscuros que la super-
ficie pileica.
No tiene interés culinario.
Polyporus varius (Pers.) Fr.
Crece sobre madera muerta
de planifolios, especialmente
hayas, siendo abundante.
Sombrero de hasta 12 cm,
pardo, ondulado. Parte fértil
formada por numerosos poros
diminutos, blancos (de ahí el
nombre del género). Pie ocre, a
menudo excéntrico, con una
característica zona negruzca en
su base.
No tiene interés culinario.
Tan sólo nombraré un repre-
sentante de la clase
A scomycetes , cuyas esporas no
se forman en basidios, las célu-
las encargadas de su producción
tienen forma de saco y se deno-
minan ascos. Las esporas de
estos hongos reciben el nombre
de ascosporas.
Chlorociboria aeruginascens
(Nyl.) Kan.
Saprófito de madera en des-
composición, sobre todo de
haya, relativamente abundante
en los hayedos del norte.
Fructificaciones pequeñas, de
2 a 5 mm de diámetro, con
forma de copa (pezizoide) y de
color azul verdoso. Pie central,
muy corto (hasta 1 mm). La
característica diferencial de
este hongo es su capacidad de
teñir la madera de un vistoso
color verde. Esto nos permite
detectar su presencia, aun cuan-
do no estén presentes sus fruc-
tificaciones.
No tiene interés culinario.
79
 Boletín 10
La lista de hongos estudiados
es muy larga y sólo quería dar una
cierta idea de la diversidad que
encierran estos bosques “mági-
cos”. Sus características de som-
bra, espesura, poca vegetación
herbácea y abundante materia
vegetal (capas de hojas muertas),
hacen de los hayedos uno de los
bosques más ricos en micoflora.
Asimismo, es muy interesante la
asociación con otros árboles y
arbustos propios del clima atlán-
tico (abetos, acebos, avellanos,
abedules, castaños, robles de
varias especies...), con su cortejo
micológico asociado. Quedan en el
tintero muchos hongos de los que,
al menos, querría nombrar una
parte:
Trametes hirsuta, Daedalea
quercina, Stereum fasciatum,
Stereum rugosum, Diatrype dis-
ciformis, Ganoderma applanatum,
Cyathus striatus, Mycena renati,
Boletus edulis, Amanita citrina,
Amanita panterina,
Clavariadelphus pistillaris,
Hebeloma radicossum y un largo
etcétera.
Por último, quería insistir,
como siempre hago, en la necesi-
dad de respetar tanto los bos-
ques como los hongos que fructi-
fican en ellos. En la naturaleza no
hay ningún elemento superfluo,
las setas que desconocemos, o
que son tóxicas para el hombre,
cumplen una función
80
imprescindible para la salud del
bosque. Los hongos micorrizóge-
nos ayudan al crecimiento de sus
árboles asociados, los saprófitos
contribuyen a que la materia
vegetal muerta se degrade y
vuelva al ciclo alimenticio del
bosque y los parásitos destruyen
los árboles enfermos, evitando la
competencia y favoreciendo a los
más sanos y fuertes.
Así, pues, disfrutemos de la
espectacular micoflora de nues-
tros hayedos, pero siendo cons-
cientes de su importancia para el
mantenimiento de los mismos.
BIBLIOGRAFIA
BON M. (1.987) Guía de campo
de los hongos de Europa. Ed.
OMEGA (Barcelona)
MORENO G., J.L. GARCIA
MANJON y A. ZUGAZA (1.986) La
Guía de INCAFO de los hongos de
la Península Ibérica. Ed. INCAFO
(Madrid)
MORENO G. y otros (1.998)
Setas de Madrid. Tomo 1 Boletales.
Sociedad Micológica de Madrid
(Madrid)
DE DIEGO F. y otros (1.999)
Setas de Madrid (y alrededores)
Tomo 2 Gasteromycetes. Sociedad
Micológica de Madrid (Madrid)
Todas las fotografías son de
la propia autora del artículo,
salvo las fotos de
Chlorociboria aeruginascens
y Lycoperdon echinatum, que
son de Francisco Prieto.
 Boletín 10

Dununcia: esta vez es

el río Jarama
Hace aproximadamente
un año denunciamos a la
Comunidad de Madrid por
las obras de “restauración”
que se estaban llavando en
el río manzanares, a la altu-
ra de Rivasvaciamadrid.
Una vez más nos vemos
obligados a denunciarlos
publicamente por la cons-
trucción de otra escollera,
esta vez en el río Jarama
cerca de la laguna del
Campillo, en el mismo tér-
mino municipal.
Nos parece increible que
una y otra vez e repita la
misma historia. ¿Es qué no
aprenden?, ¿no saben que
restaurar, no es canalizar?.
Esperemos que alguna vez
tenga algo de sensibilidad y
dejen las chapuzas para
siempre en el cajón del
olvido.
Estas obras han destrui-
do parte de la vegetación
de ribera, así como una
colonia de cría de abajaru-
cos.
Simón Cortés

Portada de un nuevo tríptico sobre la importancia de los

sotos de ribera. -No estaría mal que “algunos” lo leyesen-.
81
 Boletín 10
LA PLANTA
(Krascheninnikovia ceratoides (L.) Gueldenst.)
Con motivo de cumplirse este año
que termina, los quince años de la
existencia de ARBA, queremos ren-
dir a todos sus miembros un peque-
ño homenaje, hablando de una plan-
ta que lleva el nombre de la
Asociación: al-arba. Que además
proponemos se utilice en el futuro
como símbolo de la misma, comple-
mento de nuestro característico
logotipo.
Al -arba
Cual sería nuestra sorpresa, -al
visitar la localidad de la especie en
Alfambra , Teruel, y preguntar a
los vecinos del pueblo sobre su
nombre y uso-, cuando nos respon-
dieron alarba, un vecino pronunció
también lalarba. Sonoros nombres
que nos evocan un posible origen
árabe, para una planta poco vistosa
que vive en contadas localidades del
Valle del Ebro y del Alfambra, como
reliquia botánica de tiempos pasa-
dos cuando existieron verdaderas
estepas en España. El nombre ya
había sido recogido por otros botá-
nicos.
¿Krascheninicovia o Eurotia?
Para más curiosidad su nombre
científico tiene su origen, ni más ni
menos, que en Rusia,
82
DE ARBA
Emilio Blanco Castro
Krascheninnikovia ceratoides, dedi-
cada al naturalista ruso del siglo
XVIII, Stephan Petrovitsch
Krascheninnikov. Durante mucho
tiempo se la ha llamado Eurotia
ceratoides, siendo eurotia nombre
mucho más fácil y sonoro de pronun-
ciar, pero no válido formalmente,
pues le fue otorgado a la especie con
posterioridad, en 1833, mientras
que Krascheninnikovia data de 1772,
cuando Johan Anton von
Gueldentstaedt renombró la especie
que Linneo había llamado Axyris
ceratoides. Un lío de nombres lati-
nos y autores como suele ocurrir con
las plantas.
Ceratoides significa de “como
cuernos”, y puede referirse a las dos
cubiertas apuntadas que rodean al
fruto y que presentan largos pelos
plateados. La planta es muy poco vis-
tosa salvo cuando florece o fructifi-
ca. Sus flores nacen después del
verano, son unisexuales y muy
pequeñas, pero las masculinas se ven
bien porque presentan los estam-
bres naranjas, los frutos son plumo-
sos y muy vistosos, maduran en pleno
invierno. El resto de año el matorral
permanece inadvertido con su
aspecto ceniciento similar al de algu-
nas orzagas (Atriplex).
 Boletín 10

¿Quién descubrió la plan-

ta en nuestro país y cómo
llegó?
La planta vive actualmen-
te en una amplia área asiá-
tica, siempre en ambientes
esteparios fríos, desde el
centro de Turquía
(Anatolia, donde tuvimos la
suerte de verla),
Turquestán, Kazakstán o el
Pamir, hasta Mongolia,
desierto de
Gobi y Japón.
Más al oeste
penetra en
Europa de
forma aislada,
en Macedonia,
Rumania, este-
pas húngaras y
austríacas.
También en la
Península de
Sinai, Palestina,
El género Egipto y una
Krascheninnikovia localidad en el
Gueldenst. (= Eurotia de Atlas marroquí;
Michel Adamson, el del siendo la
baobab), según Maberley, P e n í n s u l a
comprende 8 especies en I b é r i c a
el mundo, de las que sólo una, la que (Aragón) su límite occidental.
nos ocupa, vive en el Mediterráneo
y Europa. Hace el interesante El médico del ejercito de
comentario de que es indicadora de Napoleón aficionado a la botánica,
la presencia de boro en Rusia, y que M. Leon Dufour, que había partici-
algunas especies norteamericanas pado en las campañas rusas napole-
se han usado para hacer champú ónicas, conocía bien la planta cuan-
antipiojos. do visitó nuestro país en 1841, y
no dudó de que la planta que
83
 Boletín 10
vio en las cercanías de Zaragoza,
era la misma, y la llamó Atriplex
assoi, fue por tanto su descubridor
en nuestro país.
La planta había llegado segura-
mente unos 6’5 millones de años
antes, cuando se desecó en gran
parte el Mediterráneo, en el perio-
Distribución mundial de Krascheninnikovia ceratoides puede vivir en suelos muy
según Costa, Morla y Sainz (2000).
do Mesiniense del final del
Mioceno, consecuencia de una aridi-
ficación generalizada del clima y
una importante penetración de
plantas esteparias orientales hasta
Iberia, llamada migración pregla-
ciar. Esta es al menos la hipótesis
más verosimil sobre la presencia de
esta y otras plantas estepárias en
nuestro país, que pudieron llegar ya
sea vía norte de Africa o estepas
austrohúngaras.
Para otros, y basados en su rara
distribución actual, muy asociada a
núcleos de población humana, la
planta habría sido traída por los
árabes, pero esto, a pesar del
nombre vernáculo alarba,
84
parece improbable ya que es planta
poco útil, que tan sólo se usa como
forrajera ocasional. En Rusia y Asia
también se usa como combustible.
Aunque no muy bella, se trata
por tanto de una verdadera “joya
florística”, como la calificaron
Josias Braun Blanquet y
Antonio de Bolòs cuando
la estudiaron en la
Depresión del Ebro, en
los años 50. Un especie
relicta en nuestro país,
del grupo de las quenopo-
diáceas llamadas especies
irano-turanianas, carac-
terísticas de las estepas
y desiertos fríos, que
secos y pobres, tanto
sobre yesos y margas, como sopor-
tar la sal, que gusta también del
paso y la influencia del ganado
(nitrofilia).
Dónde podemos visitarla
Actualmente su distribución es
España es muy misteriosa, se cono-
ce tan solo de dos localidades de
Aragón (Zaragoza y Teruel), aunque
también existió cerca de Guadix
(Granada), de donde existen citas
fiables del siglo XIX, pero no ha
vuelto ser encontrada y por tanto
se considera extinta.
La especie no se puede conside-
rar en peligro, ya que a pesar de su
presencia puntual, es relativamente
 Boletín 10
abundante. El gobierno de Aragón
la protege desde 1995, con la cate-
goría de Vulnerable, pero a nivel
nacional no está protegida. En prin-
cipio no presenta amenazas
inminentes, pero sus hábi-
tats deberían estar prote-
gidos, ya que cualquier alte-
ración del suelo puede aca-
bar con determinadas
poblaciones, sobre todo en
Zaragoza donde sus ejem-
plares están en peor estado.
En reciente visita a la loca-
lidad de Fuentes de Ebro,
vimos como una “pala”, alla-
nando el terreno para una ¿Posible logotipo? en este pueblo turolense
extracción de áridos, antes
de ser detenida por los
agentes forestales, había
arrasado de un plumazo una
parte de la población de
eurotia.
En Zaragoza se presen-
tan cuatro núcleos poblacio-
nales cercanos, en Osera,
Villafranca de Ebro,
Fuentes de Ebro y El Burgo
de Ebro, a tan solo 15-20
km de la capital. Las pobla-
ciones presentan un estado
no muy bueno de conserva-
ción y se sitúan en el seno
de espartales, ontinares y
vegetación halonitrófila
esteparia degradada. Raíz de alarba
En Teruel se encuentra la pobla-
ción más importante, abundante y
pujante, que domina el cerro testi-
go y alrededores de La Alfambra
(no confundir con otro pueblo de
igual nombre en Zaragoza). Muy
abundante y bien desarrollada, a
veces es casi monoespecí-
fica, llegando a desarro-
llarse hasta en las calles
de las afueras del pueblo.
Actua protegiendo de la
erosión el cerro, crecien-
do a veces en lugares inve-
rosímiles. Puede alcanzar
un metro de altura y pre-
senta una potente cepa
leñosa en la base, que
recuerda a una parra. Es
donde llaman a la planta
con el precioso nombre
vernáculo de alarba.
Cualquiera puede visitar
sin problema esta pobla-
ción y admirarse de lo
caprichosa que es la natu-
raleza con las plantas,
preguntándose: ¿porqué
aquí y no en otras muchas
localidades subesteparias
de España?.
Epílogo
Como quiera que esta
quenopodiácea de apa-
riencia modesta, que pasa
desapercibida, esconde
muchas curiosidades y
misterios, que van desde su carác-
ter relicto, su fuerte resistencia a
la sequía y el frío, su capacidad de
soportar la presión humana
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 Boletín 10

y del ganado, su caprichosa distri- el bosque autóctono, vela por la

bución, su acción de defensa contra defensa de todas las plantas silves-
la erosión y sus potenciales usos; la tres y en especial las amenazadas.
proponemos como símbolo de ARBA,
grupo que además de trabajar por Agradecimiento: A Helios Sainz.
Referencias
Nosotros hemos visitado la planta en Alfambra, en Fuentes de Ebro y en
Turquía, pero todos los datos aquí mostrados se los debemos a los siguien-
tes autores:
CASTROVIEJO S. & C. SORIANO. (1990). Krascheninnikovia. In Flora iberica T.
II: 215-216. Real Jardín Botánico de Madrid. Madrid.
COSTA, M. ; C. MORLA & H. SAINZ. (2000). Fitoecología y corología de
Krascheninnikovia ceratoides en el valle del Ebro. Congreso Homenaje a Francisco
Loscos. Alcañiz, 1986. Instituto de Estudios Turolenses. Diputación de Teruel.
MABERLEY, D. J. (1993). The Plant-Book. Cambrigde Univ. Press. Avon.
SAINZ, H.; F. FRANCO & J. ARIAS (1996). Estrategias para la conservación de
la flora amenazada de Aragón. Serie Conservación 1. Consejo de Protección de la
Naturaleza de Aragón. Zaragoza.

Nueva publicación:
La publicación es el resultado de un
estudio botánico en Las Tablas de
Villarrubia, término municipal de
Villarrubia de los Ojos del Guadiana,
Ciudad Real. Realizado por un grupo de
socios de ARBA en los últimos tres años.
Las Tablas de Villarrubia se encuen-
tran adyacentes al conocido Parque
Nacional de las Tablas de Daimiel,
encontrándose parte de esta zona den-
tro de los límites administrativos y del
área de protección del citado Parque. En
el pasado formaron una unidad de llanu-
ra de inundación que el hombre separó.
La vegetación más importante,
desde el punto de vista botánico es la
vegetación acuática y la halófila, con
importantes comunidades de
Limunium sp. para estas últimas.

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