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Una máquina eléctrica es un dispositivo que transforma la energía eléctrica en otra

energía, o bien, en energía eléctrica pero con una presentación distinta, pasando esta
energía por una etapa de almacenamiento en un campo magnético. Se clasifican en tres
grandes grupos: generadores, motores y transformadores.

Los generadores transforman energía mecánica en eléctrica, mientras que los motores
transforman la energía eléctrica en mecánica haciendo girar un eje. El motor se puede
clasificar en motor de corriente continua o motor de corriente alterna. Los transformadores
y convertidores conservan la forma de la energía pero transforman sus características.

Una máquina eléctrica tiene un circuito magnético y dos circuitos eléctricos. Normalmente
uno de los circuitos eléctricos se llama excitación, porque al ser recorrido por una corriente
eléctrica produce los amperivueltas necesarios para crear el flujo establecido en el conjunto
de la máquina.

Desde una visión mecánica, las máquinas eléctricas se pueden clasificar en rotativas y
estáticas. Las máquinas rotativas están provistas de partes giratorias, como las dinamos,
alternadores, motores. Las máquinas estáticas no disponen de partes móviles, como los
transformadores.

En las máquinas rotativas hay una parte fija llamada estátor y una parte móvil llamada
rotor. Normalmente el rotor gira en el interior del estátor. Al espacio de aire existente entre
ambos se le denomina entrehierro.

La potencia de una máquina eléctrica es la energía desarrollada en la unidad de tiempo. La


potencia de un motor es la que se suministra por su eje. Una dinamo absorbe energía
mecánica y suministra energía eléctrica, y un motor absorbe energía eléctrica y suministra
energía mecánica.

La potencia que da una máquina en un instante determinado depende de las condiciones


externas a ella; en una dinamo del circuito exterior de utilización y en un motor de la
resistencia mecánica de los mecanismos que mueve.

Entre todos los valores de potencia posibles hay uno que da las características de la
máquina, es la potencia nominal, que se define como la que puede suministrar sin que la
temperatura llegue a los límites admitidos por los materiales aislantes empleados. Cuando
la máquina trabaja en esta potencia se dice que está a plena carga. Cuando una máquina
trabaja durante breves instantes a una potencia superior a la nominal se dice que está
trabajando en sobrecarga.

La electricidad (del griego elektron, cuyo significado es ámbar) es un fenómeno
físico cuyo origen son las cargas eléctricas y cuya energía se manifiesta en
fenómenos mecánicos, térmicos, luminosos y químicos, entre otros.[1] [2] [3] [4] Se
puede observar de forma natural en fenómenos atmosféricos, por ejemplo los rayos,
que son descargas eléctricas producidas por la transferencia de energía entre la
ionosfera y la superficie terrestre (proceso complejo del que los rayos solo forman
una parte). Otros mecanismos eléctricos naturales los podemos encontrar en
procesos biológicos, como el funcionamiento del sistema nervioso. Es la base del
funcionamiento de muchas máquinas, desde pequeños electrodomésticos hasta
sistemas de gran potencia como los trenes de alta velocidad, y asimismo de todos
los dispositivos electrónicos.[5] Además es esencial para la producción de
sustancias químicas como el aluminio y el cloro.

También se denomina electricidad a la rama de la física que estudia las leyes que
rigen el fenómeno y a la rama de la tecnología que la usa en aplicaciones prácticas.
Desde que, en 1831, Faraday descubriera la forma de producir corrientes eléctricas
por inducción —fenómeno que permite transformar energía mecánica en energía
eléctrica— se ha convertido en una de las formas de energía más importantes para el
desarrollo tecnológico debido a su facilidad de generación y distribución y a su gran
número de aplicaciones.

La electricidad es originada por las cargas eléctricas, en reposo o en movimiento, y


las interacciones entre ellas. Cuando varias cargas eléctricas están en reposo relativo
se ejercen entre ellas fuerzas electrostáticas. Cuando las cargas eléctricas están en
movimiento relativo se ejercen también fuerzas magnéticas. Se conocen dos tipos de
cargas eléctricas: positivas y negativas. Los átomos que conforman la materia
contienen partículas subatómicas positivas (protones), negativas (electrones) y
neutras (neutrones). También hay partículas elementales cargadas que en
condiciones normales no son estables, por lo que se manifiestan sólo en
determinados procesos como los rayos cósmicos y las desintegraciones radiactivas.
[6]

La electricidad y el magnetismo son dos aspectos diferentes de un mismo fenómeno


físico, denominado electromagnetismo, descrito matemáticamente por las
ecuaciones de Maxwell. El movimiento de una carga eléctrica produce un campo
magnético, la variación de un campo magnético produce un campo eléctrico y el
movimiento acelerado de cargas eléctricas genera ondas electromagnéticas (como
en las descargas de rayos que pueden escucharse en los receptores de radio AM).[7]

Debido a las crecientes aplicaciones de la electricidad como vector energético,


como base de las telecomunicaciones y para el procesamiento de información, uno.

Los pasos para besar bien:


1. Humedécete los labios. Los labios secos no se mueven bien. Es mejor tenerlos húmedos se moverán y
deslizarán con más suavidad. Así que si vas a besar discretamente humedécetelos.
2. Inclina tu cabeza. Una leve inclinación de la cabeza hacia un lado evitará en encuentro nariz con nariz y
permitirá dar un beso con más facilidad y con mayor "profundidad". Intenta evitar inclinar la cabeza al
mismo lado que tu pareja.
3. Cierra tus ojos. Conforme te aproximes para besar a tu pareja mírala a los ojos, pero una vez que estas
cerca de su boca cierra tus ojos.
4. Empieza con un suave beso con boca cerrada. El beso francés es un beso con boca abierta, pero no
tengas prisa, no arremetas de entrada de forma brusca. Empieza abriendo tus labios muy lentamente,
recreate en la suavidad y ternura de un beso.
5. Disfruta de los labios de tu pareja. Besar debe ser una decisión compartida: necesitas saber si tu
pareja quiere un beso francés sin preguntarlo. Es el movimiento de tus labios la forma de preguntárselo.
Abre un poco tus labios lentamente y disfruta de los labios de tu pareja. Busca y rebusca sus labios, roza un
poco tu lengua con sus labios. Esa es la señal de que deseas un beso francés. Si la lengua de tu pareja no
responde de la misma manera o hace ademán de retirarse, quizás debas dejar el beso francés para otro
momento mejor... Si responde, pasa al siguiente paso.
6. Explora con tu lengua. Si tu pareja da muestras de gustarle el beso con boca abierta, lentamente abre
tu boca un poco más y suavemente empuja tu lengua un poco más hacia dentro en su boca. La lengua es
muy sensible, así que el mero hecho de tocar la lengua de tu pareja será muy placentero y estimulante para
los dos. No metas tu lengua demasiado dentro de su boca, juega suavemente con su lengua

7.
Besa lentamente. Para disfrutar un beso francés debes ir con lentitud, sin prisas. Tómate
tiempo para explorar la lengua de tu pareja.
8. Hazlo diferente. Una vez que te sientas confortable besando a alguien es tentador hacer
siempre lo mismo. Añade variedad, mezcla cosas. Por ejemplo, algunas veces besa más
profundamente, otras veces presta más atención a los labios que a la lengua, o al revés,
explora los deseos, los tiempos y los ritmos de tu pareja en el arte de besar...
9. Aprende el lenguaje del beso de tu pareja. Cada persona besa de forma diferente, y
cada persona disfruta con diferentes formas de besar. No hay sólo una única forma
"adecuada" de besar. Lo que separa a los buenos besadores de los malos es la habilidad de
los primeros para leer el lenguaje del cuerpo de su pareja. Intenta identificar "pistas" en la
forma de besar de tu pareja que te lleven a hacerle disfrutar del beso. Sus suspiros o
gemidos o la devolución del beso con mayor intensidad, son parte de ese lenguaje. Aprende
las señales de tu pareja.
10. Desarrolla tu propio estilo. Un buen beso francés, como cualquier buen beso requiere
practica. Los harás mejor cuanto más beses. Cuanto mas beses a una persona, más
confortable te sentirás besándola y ello te permitirá desarrollar un estilo propio que os guste
a los dos.
Generadores de Energia

Ya sea para Garantizar el Suministro de Energía Eléctrica una cargas


críticas en la Industria en casos de emergencia o cortes intempestivos,
suministrar Energía eléctrica de las Naciones Unidas grandes y
pequeños asentamientos mineros alejados de los centros de generación
y distribución del sector productivo de base para nuestra economía-o ,
bien para Reducir la facturación de las empresas por concepto de ahorro
energético al utilizarlos en horas punta, los grupos generadores Han
Pasado A Ser cada vez más cercanos Necesarios Y a nuestro quehacer
cotidiano.

Por lo que contamos con gran variedad de Generadores Diesel y Equipos


adicionales, para satisfacer sus Necesidades de Energía Eléctrica en
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días del año.

1.-El Golem es un adefesio antropomorfo creado por un rabí, animado por la


magia y la cábala. El monstruo de Frankenstein es, propiamente, la máquina-
monstruo: partes de procedencia diversa unidas por ciertas técnicas de
ensamblaje, a las que se agrega un motor, otra máquina. En este caso luego del
motor mítico que anima al Golem (siglo XVIII), viene un motor tecnológico,
literalmente un motor eléctrico (siglo XIX). Entre lo místico y lo tecnológico no
había (no hay) muchas diferencias.
Con impulsos eléctricos se podía estimular y provocar movimiento en patas de
rana. La electricidad hace ciento y tantos años, da vida, es soplo. Aún hoy es
maná, flujo energético técnico-mágico. Anima a la máquina, da vida, entre lo
explicable y lo inexplicable, entre el proyecto y lo imprevisible, entre el cálculo y
el accidente, entre el control consciente y el automatismo pulsional natural.
Una máquina compleja de dar vida tiene como terminal a la máquina-monstruo
de Frankenstein; conexiones y polos lo atan a un complicado ingenio de grandes
bobinas, de cajas negras, de interruptores-palanca -todo, finalmente, fluye hacia
el techo, hacia el cielo: un pararrayos- la otra terminal de la máquina, se estira
esperando la descarga. La electricidad, mientras tanto, agita el cielo; dispara sus
fogonazos entre truenos y ráfagas de viento y lluvia -ayuda a escenificar el
gótico, la gran máquina natural desatada, la tormenta. Tormenta del alma: la
locura y la psicosis, el desenfreno, la psicodelia y los alucinógenos. Tormenta
cerebral: la epilepsia, las narco y las catalepsias de Poe; Frankenstein, científico
loco-poseído, incontenible instinto fáustico de experimentación y búsqueda,
hibris, desafío a la máquina trascendente. Cae el rayo. La máquina, acostada en la
mesa de disecciones, abre los ojos.

2.-El monstruo de Frankenstein tiene un cerebro pero carece de mente. Tiene


materia, res extensa, pero no espíritu. El simulacro tecnológico no puede sino
animar a la máquina antropomorfa. Con espíritu de época, Freud siente lo
siniestro en el androide, en el autómata y por lo tanto en las repeticiones, las
compulsiones y los automatismos, puertas hacia lo otro, pero también marcas
estilísticas de la locura (psicosis) -experiencia primordial de la locura: soy una
máquina.
Esta experiencia se extiende al olvido, al lapsus, al acto fallido, al sueño, al
chiste. Todo somos cosa, autómata, máquina -los "síntomas cotidianos" estan ahí,
para que no lo olvidemos. Esta experiencia maquínica "vive" también en la
torpeza psicomotriz: monos, niños, ciertos enfermos, están mucho más cerca de
la máquina que los adultos humanos. Esta torpeza se "coreografiza" en los
androides del cine o la Tv. Hipnotíceme, doctor, haga de mí un autómata: la
experiencia siniestra como espectáculo, gestionada por las habilidaes hipnóticas
de Tony Kamo o Tu Sam.

3.-La enfermedad y la disfuncionalidad orgánica son unos de los momentos más


vívidos de experimentación de la otredad, como maquinidad, en culturas
cartesianas. El cuerpo, como el lenguaje, son máquinas que nuestra cultura hace
desaparecer en un ideal de funcionalidad y obediencia: son máquinas-vehículo,
grados cero, no deben verse o notarse -ambos son recipientes eficaces de la res
cogitans- del soplo espiritual. Un grano en la espalda, un dolor de cabeza, los
ruidos y los olores, hacen opaco al cuerpo, lo delatan y al mismo tiempo me
arrancan de él, me separan del autómata. Verifico con incomodidad que mi
cuerpo hace cosas que yo no he ordenado, o que yo no quiero que haga.
Mal funcionamiento, depósito de basura, residuo material (dolor, olor, ruido) de la
actividad inmaterial. (Con este dolor de muelas no puedo pensar -concentrarme, leer-; -lo
mejor es distraerme- automatizarme, cocinar, hacer crochet). Todo se vuelve cuerpo,
gallina cartesiana, el pato de Vaucanson. El espíritu, plusvalor inexplicado,
agregado a la máquina, desaparece. El monstruo ensamblado empieza a carecer
de teorías que lo explican como un continuo unificado y gobernado por la
plusvalía del espíritu.
Cuadrapléjicos con electroprótesis internas (estímulos a la pata de rana) guiadas
desde controles con display y menú (provistos de algunos movimientos elementales:
pararse, caminar, estirar un brazo), son una experiencia limítrofe de la maquinidad,
de la tropeza tecnológica para producir plusvalía inmaterial en un ensamblaje de
materia. Pero también son una experiencia de la posibilidad de inventar
simulacros cada vez más perfectos de espiritualidad. Estos simulacros no son
simplemente hardware experimental -pequeños impulsos eléctricos, enviados por
un generador al accionar un interruptor instalado en mi hombro -hacen que mi
brazo se levante-, sino también software teórico.

4.-Estos simulacros teóricos son en parte, la fabricación del hombre por la


modernidad de la que hablaba Touraine. Descartes lo diseña como materia más
espíritu (contenidos ideatorios formales). Kant mejora el diseño sustituyendo el
espíritu por una inteligencia categorial, por un sistema operativo -se trata de la
primera máquina cognitiva. La revolución industrial le agrega un cuerpo, brazos,
piernas, fuerza de producción (medicina, tratados de anatomía). Las revoluciones
políticas le dan existencia jurídica, lo ensamblan a máquinas externas de
regulación. Marx le agrega una conciencia histórica y social. Freud, un
inconsciente, un pasado y un sexo. La máquina, el monstruo ensamblado, estaba
por así decirlo, completo. El problema es que cada uno de estos ensamblajes en
cadena reclaman, en algún momento, el lugar de teorías explicativas sobre la
unidad.
Las fabricaciones parciales tienen que ver con la complejización de las distintas
partes. La conciencia histórico-social en Marx debe justificarse y legitimarse
dentro de una máquina más grande: la gran máquina narrativa de la historia. El
complejo ensamblaje de la máquina social, más un motor, la lucha de clases. Son
máquinas externas.

5.-Internas son las máquinas cognitivas (y, más tarde, lo afectivo-expresivo, vuelto
máquina, al pasar del ámbito de réplica romántica al ámbito científico y clínico). Lo que
las ciencias cognitivas actualmente llaman simuladores, aproximaciones y
mapeos del funcionamiento de la mente humana desde modelos artificiales,
técnico-computacionales o teórico-formales, son una de las más viejas aventuras
culturales de occidente: simular al hombre con las prácticas y el saber
tecnológico disponible y dominante -construir el androide.
Simular las "actividades superiores" (cognitivas) resultaba entreverado, digamos,
en tiempos de Russell o de Turing: la gigantesca computadora ENEAC, cintas
magnéticas, tarjetas perforadas, inexistencia de pantallas, la reprogramación a
través de manipulaciones hechas sobre el hardware, entrando literalmente a la
máquina, sustituyendo circuitos, ajustando y aflojando tornillos. Chafe, de la
generación del personal computer y de la miniaturización, puede proponer un
simulador bastante simple, compuesto por un scanner, más un procesador digital,
más un sistema de archivo en el que la información se archiva metafóricamente
(grafos, dibujos, diagramas) o metonímicamente (historia, relatos, adición).
El problema clásico de la ciencia cognitiva, esto es, dar una solución simple y
verosímil a la ecuación mente-cerebro, parece heredar la vieja cuestión cartesiana
de resolver la discontinuidad de la res cogitans y del espíritu como plusvalía
inexplicable de la cadena material de montaje -conectar la incesante química
cerebral y la tormenta neuronal del córtex, con signos, semiosis, categorías,
gramáticas: en fin, conectar el espíritu y la materia. Los niveles de descripción se
han ido afinando al extremo de que el sistema nervioso central ha desplazado
completamente al espíritu.

6.-También en la producción de máquinas internas de simulación ocurren


modificaciones (aditivas, de ensamblaje). La máquina cognitiva, para Kant -gran
materialista moderno- era un DOS, un dispositivo que conecta, categoriza, mide,
compara, funcionando en un mundo de objetos, provisto de ciertos
procedimientos de registro (sentidos y memoria, según la actitud cognitiva modela en la
antigüedad clásica: la mirada, la contemplación, el ocio).
Piaget le agrega, a la máquina kantiana, la capacidad de manipular y actuar sobre
el mundo de los objetos: la máquina categoriza, tematiza y abstrae no objetos
puestos a su contemplación, sino a sus propias operaciones de manipulación. Los
interaccionistas modifican menos la máquina cognitiva que el mundo en el que le
toca operar (esta modificación alterará radicalmente el ensamblaje, el funcionamiento y el
sentido del movimiento de la propia máquina cognitiva): ese mundo ya no es natural,
"objetivo", sino artificial, cultural, propiamiente maquínico. La máquina ya no se
enfrenta a objetos sino a vínculos e interacciones -ensamblaje con otras máquinas
y con la máquina social.
La máquina "externa" social y la máquina "interna" psicocognitiva, luego de esta
cadena de montaje, se reconectan, se envuelven, acompasan sus movimientos. El
sentido del flujo parecería ser externo-interno de afuera hacia adentro; la máquina
social inventa, diseña y ensambla a la máquina psico, le permite existir en lugares
de retiro, de repliegue. Ya nadie concibe la máquina social como la vasta
sumatoria de las máquinas psicocognitivas -ni siquiera como su composición y
coordinación a través de máquinas intermedias, como las instituciones.
Ya no hay, en definitiva, interno-externo, adentro-afuera. Círculo de la
sociogénesis. No mucho es ya lo que recorta la positividad del hombre sobre un
fondo de entidades (naturaleza, sociedad, objetos, mundo). La modernidad había
construido y animado al androide. Foucault hablaba de la posibilidad de
desaparición del hombre como un rostro en la arena, borrado por el mar.
Últimamente, aunque no puede decirse que se esté borrando en el sentido del
desvanecimiento, o aún desconstruyendo o desensamblando, ocurre que se lo ha
descrito y enriquecido tanto como "máquina interna", y se lo ha conectado,
ensamblado e hiperensamblado con tantas otras máquinas, otros dispositivos y
otros ingenios, parejamente ricos y pormenorizadamente descritos, que el diseño-
hombre como algo objetivo, provisto de interioridades de exterioridad y límites,
no se reconoce.

Variadores de velocidad: Los variadores de velocidad son dispositivos electrónicos


que permiten variar la velocidad y la cupla de los motores asincrónicos trifásicos,
convirtiendo las magnitudes fijas de frecuencia y tensión de red en magnitudes
variables. Se utilizan estos equipos cuando las necesidades de la aplicación sea:
Dominio del par y la velocidad, regulación sin golpes mecánicos, movimientos
complejos, mecánica delicada.
Se lo deberá colocar con un interruptor automático, también se le puede colocar un
contactor de línea para seccionamiento automático de la línea en caso de emergencia.
Inductancias: Existen inductancias estándar para cada tipo de variador, estas reducen el
índice de armónicos que produce el variador. La utilización de inductancias en línea está
especialmente recomendada en los siguientes casos: Red muy perturbada por otros
receptores. Red de alimentación con desequilibrio de tensión entre fases >1.8% de la
tensión nominal. Instalación de un número elevado de convertidores de frecuencia en la
misma línea. Reducción de la sobrecarga de los condensadores de mejora del cosj .
Filtro de radio perturbaciones: estos filtros permiten limitar la propagación de los
parásitos que generan los variadores por conducción, y que podrían perturbar a
determinados receptores situados en las proximidades del aparato (radio, televisión, etc.)
Estos filtros solo pueden utilizarse en redes de tipo TN (puesta al neutro) y TT (neutro a
tierra). Algunos variadores lo traen incorporado de origen.

Resistencias de frenado: Su función es disipar la energía de frenado, permitiendo el


uso del variador. De este modo se logra el máximo aprovechamiento del par motor,
durante el momento de frenado y se conoce como frenado dinámico. Normalmente es un
opcional ya que sólo es necesaria en aplicaciones en donde se necesitan altos pares de
frenado. La instalación de la resistencia es muy sencilla: se debe ubicar fuera del
gabinete para permitir su correcta disipación, y el variador posee una bornera donde se
conecta directamente. De acuerdo al factor de marcha del motor se determina la potencia
que deberá disipar la resistencia. Existen tablas para realizar esta selección. El valor
óhmico de la resistencia es característico del variador y no debe ser modificado

Arrancadores progresivos: Son equipos electrónicos tiristorizados que, mediante el


control de las tres fases del motor asincrónico, regulan la tensión y la corriente durante
su arranque y parada, realizando un control efectivo del par. Los sensores de corriente
incorporados le envían información al microprocesador, para regular el par ante las
diferentes condiciones de carga y proteger al motor de sobrecargas.
Se recomienda un arrancador progresivo cuando sea necesario: Reducir los picos de
corriente y eliminar las caídas de tensión en línea. Reducir los pares de arranque.
Acelerar, desacelerar o frenar suavemente, para la seguridad de las personas u objetos
transportados. Arrancar máquinas progresivamente, en especial aquellas de fuerte
inercia. Proteger al motor y la máquina con un sistema de protección muy completo.
Supervisar y controlar el motor de forma remota.
Selección de un arrancador: Se selecciona en función de la potencia del motor y el tipo
de servicio (normal o severo). Se entiende por servicio severo aquellas aplicaciones
donde los arranques son muy pesados y largos o muy frecuentes.
En la colocación de estos aparatos se instalará un interruptor o seccionador, un contactor
y fusibles ultrarápidos (1.25 de la nominal 25%)

Arrancadores progresivos: Son equipos electrónicos tiristorizados que, mediante el


control de las tres fases del motor asincrónico, regulan la tensión y la corriente durante
su arranque y parada, realizando un control efectivo del par. Los sensores de corriente
incorporados le envían información al microprocesador, para regular el par ante las
diferentes condiciones de carga y proteger al motor de sobrecargas.
Se recomienda un arrancador progresivo cuando sea necesario: Reducir los picos de
corriente y eliminar las caídas de tensión en línea. Reducir los pares de arranque.
Acelerar, desacelerar o frenar suavemente, para la seguridad de las personas u objetos
transportados. Arrancar máquinas progresivamente, en especial aquellas de fuerte
inercia. Proteger al motor y la máquina con un sistema de protección muy completo.
Supervisar y controlar el motor de forma remota.
Selección de un arrancador: Se selecciona en función de la potencia del motor y el tipo
de servicio (normal o severo). Se entiende por servicio severo aquellas aplicaciones
donde los arranques son muy pesados y largos o muy frecuentes.
En la colocación de estos aparatos se instalará un interruptor o seccionador, un contactor
y fusibles ultrarápidos (1.25 de la nominal 25%)
Para la instalación de un timbre o
zumbador se debe de desmontar la placa
del timbre anterior quitando los tormillos
que la aseguran a la caja, luego, aflojar los
tornillos que aseguran los cables y colocar
el nuevo. Si es una instalación nueva,
primero debemos de colocar los cables
dentro del tubo segun indica la figura y
proceder como se hizo con los
interruptores, ver Interruptor simple e
Interruptor múltiple.
El cable que se utiliza para timbres es de
tipo paralelo y sólido relativamente
delgado.
Esta característica se debe a que la
corriente que circulará por el es
relativamente baja, por lo mismo no habrá
calentamiento, además los períodos en que circulará corriente por el son cortos.

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