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El principio básico de las finanzas es: un dólar hoy, vale más que un dólar mañana,
porque el dólar disponible hoy, puede ser invertido, y generar intereses inmediatamente.
A este principio se le conoce como “el valor temporal del dinero”.
VAN = C0 + C1
1+ r
El segundo principio básico de las finanzas es: un dólar sin riesgo vale más que un dólar
con riesgo.
Con el supuesto del riesgo, sigue siendo correcto actualizar el pago con el costo de
oportunidad de una inversión equivalente, pero hay que pensar en pagos y
rentabilidades esperadas.
Por lo tanto el valor actual depende de la fecha de vencimiento de los pagos futuros y de
su incertidumbre.
Rentabilidad= Beneficio
Inversión
Es decir, el costo de oportunidad del capital, es a la rentabilidad a la que se renuncia por
no invertir en otros activos financieros.
Por lo tanto, existen dos reglas de decisión equivalentes para las inversiones de capital:
Regla del valor actual neto: se aceptan las inversiones que tienen un valor actual
neto positivo
Regla del tanto de rentabilidad: se aceptan las inversiones que ofrecen un tanto
de rentabilidad superior a su coste de oportunidad del capital.
Como en la vida real no sabemos los flujos futuros, y estos valores esperados, hay que
recordar que el coste de oportunidad del capital de un proyecto de inversión, es el tanto
de rentabilidad esperado o demandado por los inversionistas en acciones o otros activos
financieros con el mismo nivel de riesgo del proyecto.
Existe la posible fuente de confusión: el banco me presta el capital que necesito para el
proyecto a una tasa de interés de 8% ¿significa esto que el coste de capital de proyecto
es 8%? No, el tipo de interés del préstamo no tiene ninguna relación con el riesgo del
proyecto, e independientemente si la persona toma o no el préstamo, igual debe decidir
entre 2 proyectos con distintas rentabilidades, es decir, la tasa de interés del préstamo, es
totalmente independiente de la rentabilidad del proyecto.
Dólares en un año
420
388,5
Por lo tanto, no importa si prefiero consumir hoy o en el futuro, siempre estaré mejor
invirtiendo en proyectos con VAN positivo, ya que esas inversiones incrementan la
riqueza, haciendo que la línea del gráfico se mueva hacia arriba: siempre que se acepten
proyectos con VAN positivo habrá riqueza extra que puede ser gastada ahora o en el
futuro.
Esto puede cambiar si los mercados de capitales no son perfectos, por ejemplo, que no
nos podamos endeudar fácilmente, o existen costos de transacción, pero supondremos
que son perfectos.
La regla del VAN también hace sentido con flujos de caja inciertos, que se extienden
distantes en el futuro, ya que, el administrador financiero hace bien su trabajo, si
aumenta el valor de mercado de las acciones de la empresa, aprovechando todas las
oportunidades de inversión que tengan VAN positivo.
La maximización de los beneficios no tiene sentido como objetivo empresarial por 3
razones.
1. ¿Beneficios de que año?, puede que los accionistas no quieran que un directivo
aumente los beneficios del año que viene a expensas de los beneficios de años
anteriores.
2. Una empresa puede ser capaz de aumentar sus beneficios futuros recortando los
dividendos en invirtiendo el dinero, pero esto no será positivo para los
accionistas si la empresa solo obtiene una baja rentabilidad por esa inversión.
3. Distintos contables pueden calcular los beneficios en forma distinta.
La regla del VAN reconoce el valor temporal del dinero y la diferencia entre los tantos
de rentabilidad del proyecto y los costes de oportunidad del capital, además se centra en
los flujos de caja, por lo que inmuniza las discrepancias de los beneficios contables.
Existen diversos acuerdos institucionales que ayudan a asegurar que los directivos le
prestarán atención al valor de la empresa:
Los directivos son estimulados con programa de incentivos, que van ligados a la
ganancia del accionista
Las actuaciones de los directivos son vigiladas por el consejo de administración.
Si a la empresa le va mal, la van a vender, y los directivos serán reemplazados.
En la mayoría de los casos no existe conflicto entre hacer las cosas bien (maximizar el
valor) y hacer el bien. Las empresas con beneficios son las que tienen a sus clientes
satisfechos y empleados leales.
Las empresas honestas son las que finalmente crearan relaciones de largo plazo con sus
clientes.
Los ejecutivos japoneses, alemanes y franceses opinaban que las empresas deberían ser
dirigidas para todos sus participes, mientras que los estadounidenses y británicos decían
que los accionistas estaban primero. Pero la globalización de los mercados, está
aumentando la presión sobre las empresas, para que adopten la creación de valor de sus
accionistas como el principal objetivo.