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HISTORIA AMERICANA II

TRABAJO PRÁCTICO – PRIMER CUATRIMESTRE

Consignas:

1- Del texto de Lynch explica: a) por qué sostiene que una economía
colonial dependía de una metrópoli subdesarrollada; b) “La ideología reformista era de
inspiración ecléctica”; c) las reformas borbónicas no fueron revolucionarias.
2- De los factores que influyeron en la ruptura del pacto colonial desarrolla
brevemente: a) la independencia de Estados Unidos basados en Adams y García
Samudio; b) la independencia de Haití según Grafenstein; c) la revolución francesa
según Guerra. Según este último autor, a partir de 1808 se abre en todo el mundo
hispánico una época de profundas trasformaciones que plantean varios problemas
explicativos: 1- su relación recíproca; 2- la naturaleza de ese proceso; 3- la relación
entre las revoluciones hispánicas y la revolución francesa; 4- ¿Por qué el paso a la
modernidad se hizo por vías diferentes en el mundo latino y en el mundo anglosajón y
cuáles fueron sus consecuencias?
3- La tesis de Kossok es que las revoluciones americanas son
revoluciones burguesas incompletas porque no alcanzaron a los aspectos económico-
sociales por la debilidad del elemento burgués y por la contradicción que surge entre la
superestructura política-institucional y la base socioeconómica. Fundamenta
brevemente esta tesis.
4- De Halperín-Donghi, supone que debes desarrollar en tus prácticas
docentes el tema “La crisis de independencia”, realiza brevemente la transposición
didáctica de “Una guerra civil americana: 1810-1815” y “La guerra colonial: 1817-
1823”. ¿Qué entiende Halperín por una “larga espera”? De las transformaciones
profundas que sufre la América española a partir de finalizada la guerra colonial
explica; a) la militarización; b) la ascensión de los propietarios terratenientes; c) la
hegemonía inglesa.
5- Señala las causas de la guerra de secesión y explica a qué se llamó la
reconstrucción.
6- Describe la ruptura del pacto colonial en Méjico.
7- De la independencia de América del Sur española explica dos casos,
excluido el de Argentina.
8- Explica la independencia de Brasil y describe el ciclo económico del
siglo xix en ese país.
9- Realiza una síntesis del proceso que condujo a l independencia de
Cuba.
10- Realiza un análisis de los documentos “La carta de Jamaica” y “La
doctrina Monroe”

1-a) Lynch sostiene que las colonias españolas en América dependían de una
metrópoli subdesarrollada porque España había quedado atrás en el desarrolla
económico, tecnológico y político europeo. España producía básicamente materias
primas, al igual que sus colonias, y no podía proveer a éstas de las manufacturas que
demandaban por no haber desarrollado una industria orientada a la exportación, sino
que reexportaba manufacturas provenientes de las potencias industriales (Inglaterra,
Países Bajos, Francia). La única división del trabajo que existía entre España y sus
colonias tenía que ver con la producción de metales preciosos, aunque esta situación
no beneficiaba directamente a la metrópoli, puesto que España desangraba
constantemente los metales provenientes de la colonia que iban a parar a los bancos
de Ámsterdam o a los bolsillos de los grandes comerciantes inglese y holandeses.
1-b) Las ideas de las reformas borbónicas fueron recolectadas de diferentes
escuelas vigentes en el pensamiento europeo de entonces: la fisiocracia (sobre el
papel atribuido a la agricultura y al estado); el mercantilismo (sobre la forma de
aprovechar los recursos de las colonias); el liberalismo económico y la ilustración
(sobre la utilización de la razón antes que la tradición).
1-c) Las reformas borbónicas no pueden ser consideradas como
revolucionarias por no pretender un cambio radical de las estructuras económica y
social existentes; sino más bien una sutil modernización de ellas. La agricultura, base
económica de España, fue modernizada, pero no se hizo demasiados esfuerzos por
promover el desarrollo de la industria, sólo en Cataluña hubo un moderado intento de
desarrollo industrial que fue ahogado por su incapacidad de competir con los
productos importados; el reparto de tierras realengas fue escaso y en el mayor de los
casos cayó nuevamente en las manos ya propietarias; la clase dominante (nobles,
clérigos y grandes exportadores) seguía guardando un consenso de intereses,
comprometidos en conservar y aun fortalecer la organización social existente.

2- a) En 1763, se logra un tratado de paz sobre la Guerra de los Siete Años, en


el cual Francia le cedería a Gran Bretaña su territorio americano hasta el Misisipí,
quedando las colonias americanas del norte en manos inglesas.
Para mediados del siglo XVIII, las trece colonias de América del Norte gozaban
de un significativo desarrollo comercial, basado en la organización agraria. Las
actividades económicas de las colonias del norte y del sur, de los Estados Unidos, se
diferenciaron claramente. En el norte se desarrollaron el comercio y la pesca y la
fabricación de barcos. La construcción de embarcaciones permitió la organización de
un circuito comercial no controlado por Inglaterra, a través del cual se realizaba un
importante comercio de contrabando. Los colonos que controlaron este circuito
lograron acumular capital, que luego invirtieron en la producción de manufacturas. En
las colonias del sur, en cambio, se organizaron plantaciones que producían arroz,
tabaco y añil –una tintura muy demandada por la industria textil británica-, productos
que eran exportados a Inglaterra. Las plantaciones eran propiedades de una minoría
de colonos blancos y muy ricos que empleaban como mano de obra a una enorme
cantidad de nativos africanos sometidos a la esclavitud.
Con el fin de restringir las ganancias de sus colonias y financiar los gastos
militares que se generaban con las guerras europeas, Gran Bretaña impuso un
monopolio comercial, que limitaba las posibilidades de comercio y nuevos impuestos.
El Parlamento votó la Ley de Azúcar, que fijaba impuestos sobre la entrada de este
producto a las colonias, y, luego, la Ley del Timbre, según la cual los documentos
legales debían pagar un derecho de estampilla; entre otras.
Las medidas generaron violentas protestas a causa de la presión impositiva y
la resistencia de los colonos ante ésta. Manifestando que el Parlamento inglés no tenía
derechos para aprobar impuestos que debían ser pagados por los habitantes de las
colonias, en 1770, convocaron a un Congreso para defender los derechos de las
colonias. El Congreso solicitó la eliminación de las medidas que habían generado el
descontento; ante la negativa del gobierno británico, se desencadenó un conflicto
armado. Durante el conflicto, las Colonias mantuvieron el Congreso y, en 1776,
declararon la independencia, lo que desató la guerra con Inglaterra, que duró cinco
años y que fue apoyado por Francia. Finalmente, Inglaterra reconoció la
Independencia de los Estados Unidos de América.
En 1787, el Congreso dictó la constitución, ésta garantizaba los nuevos
territorios independientes serían gobernados por representantes elegidos por el pueblo
y establecía que distintos Estados conservarían su autonomía y conformarían, todos
ellos, un estado federal. También establecía la división de poderes entre el Ejecutivo,
el Legislativo y el Judicial.
La Paz de Versalles, se denomino a los tratados firmados el 3 de septiembre
de 1783 entre Gran Bretaña, Francia, España y los Estados Unidos, que pusieron
término a la guerra entre esas potencias y que reconocieron la independencia y
libertad de las colonias inglesas en América del Norte.
Se restableció así la paz, aunque surgiría otra lucha que movilizaría a la vieja
monarquía Europea, lucha encabezada por el triunfo de las ideas filosóficas y políticas
del siglo XVIII, que desembocarían en el surgimiento de repúblicas democráticas en
América del sur.
La política española que rompió la neutralidad que habían logrado mantener a
Fernando VI en el trono, fue u acuerdo con Francia y el apoyo la independencia de los
Estados Unidos, acción que devino en la guerra con Inglaterra en 1789.
Reconocida la independencia, España mantuvo una lucha con Inglaterra, que
duro años, por el dominio comercial de América. A lo que se sumo los movimientos
revolucionarios que se comenzaron a avecinar a sus colonias del sur. Todas estas
circunstancias, traerían el descontento de los habitantes americanos movilizándolos a
la búsqueda de su independencia.
La revolución de Norteamérica había motivado medidas rigurosas en el
gobierno de Portugal para evitar, “el contagio revolucionario transmitido de
Norteamérica a los territorios continentales a partid de 1774”. Esta misma revolución
favoreció al comercio brasilero, al elevarse los precios de los productos por las
necesidades de Inglaterra.
Las noticias del hecho comenzaron a llegar a Buenos Aires, el ejemplo de
Norteamérica sobre la suerte de las demás colonias españolas, el germen de la gran
revolución que se preparaba en Sudamérica.
Fue así cuando se bosquejó un manifiesto dirigido a los hispanoamericanos y
se conocieron los planes de libertad, pero que fracasaron en el curso de la revolución
y por la política que consideró más conveniente una alianza con Francia y España
para defender sus intereses en América, y que condujo a la paz de Brasilea . Esta
determinación fue como un anuncio de la política a tomar por Francia, habría de
adoptarse con los demás países americanos.

b)- En 1795, por el tratado de Brasilea, España se vio obligada a ceder a


Francia su colonia americana más antigua, Santo domingo. En las últimas décadas del
siglo XVIII, la colonia francesa de Santo Domingo había crecido debido al incremento
de la producción de las plantaciones de azúcar y de café. En estas plantaciones,
trabajaban 500 mil esclavos negros; al mismo tiempo, un reducido número de blancos
controlaba las plantaciones y el comercio exterior. Esta situación generó fuertes
tensiones sociales, que estallaron en 1789, cuando se inició el proceso de la
Revolución Francesa.
Los blancos dueños de las plantaciones negaron a los blancos pobres y a los
mulatos libres los derechos que habían sido proclamados y establecidos en Francia
por el gobierno revolucionario, negativa que origino un conflicto racial. La situación se
agravo a partir de 1794, cuando desde París llego la orden de abolir la esclavitud y los
dirigentes blancos se negaron aponerla en vigencia en la isla. Los esclavos negros se
sublevaron, y los europeos y criollos huyeron a las colonias vecinas. La rebelión de los
esclavos fue encabezada por Teoussaint Louverture, un liberto instruido, quien se hizo
cargo del gobierno y se propuso organizar una república controlada por los antes
esclavos negros.
Cuando Napoleón Bonaparte llego al gobierno, se propuso constituis los
dominios coloniales franceses en America y envió a la isla un ejercito de 20.000
hombres, a mando del Gral. Lecler, con el objetivo de recuperar el control sobre la rica
colonia del Caribe. A su llegada, Lecler anunció la pretensión de la metrópoli de
restablecer la esclavitud, noticia que provoco una nueva sublevación en la población
negra; pero Toussaint fue capturado y trasladado a Francia. Su ausencia, sin
embargo, no doblegó a los rebeldes. Jean-Joacques Dessalines se puso al frente de la
rebelión y, finalmente, los franceses, diezmados por una epidemia de fiebre amarilla,
se vieron obligados a abandonar la isla. En 1804, Haití proclamó su independencia y
se organizó como una república.

c)-Según estos autores, a partir de 1808 se abre en todo el mundo hispánico


una época de profundas transformaciones que plantean varios problemas explicativos:
1)- Su relación recíproca;
2)- La naturaleza de ese proceso;
3)- La relación entre la Revolución Hispánica y la Revolución Francesa;
4)- Porque el paso a la modernización se hizo por vías diferentes en el mundo
latino y en el mundo anglosajón y cuáles fueron sus consecuencias.
- Su relación recíproca, porque aun contemplamos estos fenómenos con los
ojos de los historiadores del siglo XIX, ya fuesen americanos, para los cuales su marco
de referencia era el Estado-nación. Para los primeros, a través de la Revolución de la
independencia, se trataba de legitimar la emancipación de las nuevas naciones
hispanoamericanas y la formación de regimenes políticos modernos. Para los
segundos, la revolución liberal era el tema central para una España degradada por su
paso traumático a la modernidad. Todos fueron olvidado la estructura política que
había precedido su existencia como Estados separados: esa estructura política del
Antiguo Régimen que era la Monarquía hispánica, con sus dos pilares el español y el
americano.
Existen ciertas referencias en los estudios sobre América a los acontecimientos
peninsulares y en los españoles a los problemas americanos, pero en ambos casos se
trataba más bien de una referencia contextual, sin verdadera importancia explicativa.
La política española con respecto a América, determinaba en parte la lucha
emancipadora. En España el recordar la existencia de la insurgencia americanas para
situar los problemas militares o financieros, pero esas referencias obligadas remitían
en ambos casos a causas exteriores.
Los dos fenómenos, la revolución liberal española y la independencia de
Hispanoamérica aparecen continuamente imbricados en todas las fuentes. Se trata de
hecho de un proceso único que comienza con la irrupción de la Modernidad en la
Monarquía del Antiguo Régimen, y va a desembocar en la desintegración de se
conjunto político en múltiples Estados soberanos.
- El problema de la naturaleza de ese proceso, se trata de un proceso
revolucionario. Para los americanos se trata de la época revolucionaria. Para los
españoles, su carácter revolucionario no ofrece dudas. Esta terminología oculta
diferencias considerables que depende de lo que se entiende o se ha entendido por
revolución. Para los protagonistas, cada período tiende difuminarse, cuando la
revolución se ve ante todo como una radical transformación de las estructuras sociales
y económicas o en asenso al poder de una nueva clase social.
Así, como en América la Independencia trajo pocas modificaciones
sustanciales en la estructura económica o sociales profundas, esta revolución ha
pasado a ser, un fenómeno puramente político y por ello de importancia secundaria.
Lo puramente político, se refiere a la ruptura del vínculo con la metrópolis, como a la
sustitución en el poder de los peninsulares por los criollos.
En España, el carácter revolucionario del proceso abierto en 1808, sigue
siendo normalmente aceptado.
En los dos casos, utilizan criterios surgidos de la interpretación de la
Revolución Francesa, hablando de una revolución burguesa, realizada en España por
una burguesía revolucionaria o en América por una burguesía criolla.
La conciencia que tienen los actores y que toda fuente refleja, de abordar una
nueva era, de fundar un hombre nuevo, con una nueva sociedad y una nueva política.
Ese hombre nuevo es un hombre individual, desgajado de los vínculos de la antigua
sociedad estamental y corporativa; la nueva sociedad, una sociedad contractual,
surgida de un nuevo pacto social; la nueva política, la expresión de un nuevo
soberano, el pueblo, a través de la competición de los que buscan encarnarlo o
representarlo.
Lo radicalmente nuevo no es tampoco la existencia de un nuevo sistema global
de referencias en el que combinan las ideas, imaginarios sociales, valores y
comportamientos que deben configurar al nuevo hombre y a la nueva sociedad. Lo
radicalmente nuevo es la creación de una escena pública cuando había estado
recluido, para irrumpir en plena luz. Una nueva legitimidad –la de la nación o la del
pueblo soberanos-, una nueva política con actores políticos, constituyen conquistar
esa nueva legitimidad.
¿Puede decirse que el nuevo sistema de referencias y las medidas concretas
que él inspira, esté elaborado e impuesto por un grupo social determinado y que este
grupo sea un grupo burgués? Se encuentran ciertamente algunos burgueses pero
sobre todo nobles y patricios, clérigos, profesores y estudiantes, empleados
públicos…; no es una común situación socio-económica, sino su pertenencia al mismo
mundo cultural.
La marcha hacia un sistema social centrado en el individuo y hacia la
democracia representativa no está ligada a una burguesía, sino a mutaciones
culturales y políticas de los grupos dirigentes, y de la sociedad.
La relación entre los actores está regida, por códigos culturales de un grupo o
de un conjunto de grupos sociales. Toda relación social posee un contenido cultural
fundamental: el del imaginario social y político, el de los valores y comportamientos.
- Un tercer problema: la relación entre la revolución hispánica y la Revolución
Francesa. El fondo de la polémica fue el oponer a lo francés, identificado con lo
moderno; a lo español, identificado con lo tradicional. De ahí la invocación a lo
procedentes de España, y el acento puesto en la especificidad de la revolución
hispánica.
La independencia americana es hija de la Revolución Francesa y consecuencia
de la difusión en América de sus principios.
A la Revolución Francesa o a la hispánica, es conceptualmente imposible el
identificar una posición ideológica a un supuesto “espíritu” nacional: ni todo lo francés
es moderno, ni todo lo español tradicional, ni inversamente. Ningún país es
culturalmente homogéneo, es inevitable la heterogeneidad cultural. Sólo, después de
esa etapa, es posible arriesgarse a definir lo que sería en un cierto momento, esa
impalpable y efímera combinación de ideas, imágenes, pasiones y juicios de valor de
los múltiples actores de un país en una época determinada.
¿Por qué el paso a la Modernidad se hizo por vías diferentes en el mundo
latino y en mundo anglosajón? ¿Y cuáles fueron sus consecuencias? Su simultaneidad
y la semejanza de los procesos, a pesar de lo diversas que son las economías y las
sociedades americanas. Todas las regiones de América tienen en común a un mismo
conjunto político y cultural, por tanto habrá que buscar las casualidades primeras.
- Las causas por la que los países europeos han seguido vías diferentes en su
marcha hacia la Modernidad, es necesario examinar las relaciones entre el régimen
político, social y cultural en el siglo XVIII.
- La victoria del absolutismo y su consecuencia es, el fenómeno clase del siglo
XVIII francés e ibérico. Esta es una salida posible de una vieja pugna que viene de la
Europa Medieval.
- El Estado Moderno en formación con las instituciones representativas de la
sociedad: la corte en los reinos ibéricos, los Estados Generales en Francia, el
Parlamento en Inglaterra. La presión del estado sobre la sociedad y sobre sus
instituciones representativas se acrecienta en los siglos XVI y XVII en todas partes.
Como consecuencia, a mediados del siglo XVII se producen.
- Las graves crisis en toda la Modernidad, en Inglaterra, la primera revolución
inglesa; en la Monarquía hispánica, las rebeliones de Cataluña y Portugal y la
resistencia de las Cortes castellanas; en Francia, la Fonda. Al concluir esta crisis; las
relaciones entre el poder real y las instituciones representativas del reino son de tres
tipos: victoria del poder del rey en Francia, victoria definitiva del Parlamento, después
de la segunda revolución en Inglaterra; empate provisorio, statu quo, en la Modernidad
hispánica de los Austria.
A principio del XVIII, con la instalación de los Borbones en el trono de España,
estos tres tipos se reducen a dos. Las Cortes de los reinos de la Corona de Aragón
son suprimidas. Las cortes unitarias de la Monarquía Hispánica, no tienen ni
representatividad ni funciones que le permitan ser un freno al crecimiento del poder
real
- La corona se esfuerza por imponer y difundir el imaginario absolutista y
prohibir la enseñanza de las prácticas del neo-tomismo español. La Monarquía
hispánica tiende a semejarse cada vez más al modelo político francés. En adelante las
dos áreas políticas del siglo XVIII están claramente determinadas: la primera, la
iglesia, en la que las instituciones representativas del reino han triunfado sobre el
poder del rey; la segunda, constituida por Francia, España y Portugal en las que tiende
a imponerse el absolutismo real. Este condiciona la ruptura revolucionaria de fines de
siglo. El crecimiento del Estado va desplazando las funciones y la competencia de los
cuerpos en la que esta organizada la sociedad. El Estado tiende a pensar su relación
con la sociedad soberano-súbdito. La lucha contra todo poder, contra todos los
cuerpos y con ello ala homogeneización de la sociedad.
- Paralelo al absolutismo se produce en el siglo XVIII la mutación cultural con el
Iluminismo, se tata pues de un conjunto de mutaciones múltiples en el campo de las
ideas, el imaginario, los valores, los comportamientos. El centro de la victoria del
individuo como valor supremo y como referencia para la composición de las
instituciones. Con esto nace la opinión pública moderna, produciendo la discusión ye l
consenso de los miembros, en sociedades igualitarias, como producto de la razón.
Comienza aquí practicarse la democracia.
Estas mutaciones son ciertamente comunes a toda el área europea, pero sus
consecuencias divergen, en función con su régimen político. De ahí que en el mundo
anglosajón la evolución hacia las instituciones democráticas modernas, sea, al final,
más lentas que en el mundo latino. Sus nuevas formas de sociabilidad y su nueva
cultura se constituyen al margen del ejercicio del poder. En ambos casos están de
acuerdo por ejemplo en la necesidad de una representación ente el Estado, lo que va
a diferir como influyan los acontecimientos es en el imaginario, la visión de la
sociedad; se trata de la traducción práctica de dos imaginarios diferentes.

3- La concepción compartida por los historiadores marxistas sobre la


emancipación anticolonial ha sido una revolución burguesa incompleta, que si bien ha
alcanzado sus objetivos políticos-nacionales, no ha podido hacer lo mismo con los
económicos sociales, este es el núcleo del problema. Las consecuencias sociales y
económicas están inmersas en una revolución incompleta.
Dada la debilidad de los elementos potenciales y burgueses, la determinación
exacta de la investigación de las clases populares adquiere una importancia especial;
resulta más fácil formular que llevar a cabo, existe una deformación militar, causada
por la primacía de los factores externos y la unión de las estructuras sociales de clases
con la diferenciación étnica que surgen de las específicas situación colonial
Hay que tener en cuenta que la nacionalización posterior a la emancipación no
debe concebirse de modo absoluto, sino que precisamente el hecho de que la
revolución de la independencia haya sido incompleta hace que sobre al base de
caracteres socioeconómicos básicos relativamente unitarios se mantenga una
estrecha unión estructural entre las incipientes naciones, de manera tal que las tareas
históricas, las fuerzas motoras y el instrumentario del desarrollo sigue siendo en gran
medida idéntico y por ello se expresan con frecuencia en concordancia temporal.
Una característica simbólica para América Latina, salta a la vista la orientación
cada vez mayor hacia el ejército, que se convierte en un barómetro de la falta de
disposición de la burguesía y la pequeña burguesía de aliarse con los campesinos
indios, los mestizos y mulatos para desbordar revolucionariamente a la oligarquía
conservadora.
Hay que analizar en que medida las dos revoluciones contribuyeron a que la
burguesía se fundiera con la oligarquía latifundista, y con esta base de clases, a que
se constituyera la dictadura, que a su vez promovieron el desarrollo del capitalismo por
medio de una “revolución desde arriba”. A estoy hay que sumarle en qué medida
influyo el capital extranjero ingles y norteamericano y se conjugan con la formación del
capitalismo industrial nacional, al mismo tiempo dependiente y deformado. Esta
formación capitalismo tiene su punto de eje en al fusión de las fracciones de la
burguesía mercantil y la gran burguesía agraria, solo tiene lugar como consecuencia
de tales “revoluciones desde arriba” y como repuesta a la clase dominante a la
“revolución desde abajo”.

En conclusión la burguesía que anteriormente era demasiado débil para


conducir la revolución, cuando alcanza su fuerza objetiva y subjetiva, ya no está
dispuesta a tomar el camino de una revolución consecuente. Para rechazar las más
mínimas exigencias independientes de la clase obrera se sirve de buen grado de las
dictaduras semi-bárbaras de las oligarquías tradicionales. Con ello ya se enunciado en
el siglo XIX la incapacidad histórica de la burguesía latinoamericana para realizar su
propia revolución, para cumplir totalmente con su misión histórica, que habría de
manifestarse completamente en el siglo XX.

4- Los Comienzos de la Revolución de Independencia (1810-1815):


A comienzo de 1810, Napoleón ocupa Andalucía y la Junta Central debió
disolverse. De aquí en adelante no hubo más gobierno legítimo en España. Esta
noticia llego a América rápidamente entre abril y mayo de 1810, en los virreinatos y
otras ciudades esta noticia llegó con temor para las personas relacionadas con la
administración y el comercio español y despertó esperanza en los grupos que desde
1808 estaban esperando la oportunidad de separarse de España. Dentro de estos
grupos estaba los jóvenes abogados, graduados en la Universidad Americana como
Mariano Moreno o españoles como Manuel Belgrano, que estaban influenciados por
las corrientes del Iluminismo conformada por las ideas de Montesquieu, Voltaire y
Rousseau. Sumado a esto estaban los principios de la Revolución Francesa: libertad e
igualdad. También se habían avecinados acontecimientos como la independencia de
los Estados Unidos, como ejemplo de colonia que se pudo independizar de la
metrópolis.
Otros miembros de este grupo revolucionario eran los comerciantes y
propietarios rurales, quienes querían abrir el comercio a todas las naciones.
Una vez conocida la noticia de los hechos que se vivían en España este grupo
comenzó a actuar, en las diferentes colonias se vivían iguales ánimos de
independencia como en Caracas, Buenos Aires, Santiago, Bogotá y México. En estos
lugares citados las autoridades coloniales fueron depuestas con la instauración de
juntas de gobierno. En este movimiento los cabildos tuvieron una gran importancia en
los cambios políticos, considerando que había caducado la legitimidad de los
gobiernos Españoles.

La Primera Guerra de Independencia (1810-1815):


Esta primera etapa de independencia se desarrolla entre la formación de las
Primeras Juntas de Gobierno en América y la Restauración de Fernando VII en el
trono español. A pesar de que España seguía ocupada por Francia, en 1812 se
reunieron en Cádiz una Corte o Congreso Constituyente, que sancionó una
constitución liberal y se organiza el reino con una Monarquía Constitucional.
En 1814, Fernando VII retorna al reino, después que los ingleses expulsan a
los franceses de la península. Se suprime la constitución y las Cortes Liberales y se
implanta nuevamente la Monarquía Absoluta. También se habían planteado sofocar
las rebeliones en América.
En América del Sur, el Virreinato del Perú se convirtió en el centro de las
revueltas contra la corona española. Desde allí partieron tropas que derrotaron la
Junta de chile en 1814 y que disputaron el Dominio del Alto Perú , junto con las tropas
enviadas desde Buenos Aires en 1810. Las guerras fueron permanentes para la zona
del Alto Perú, Salta y Jujuy. De igual modo por un largo tiempo España logro mantener
su dominio sobre todo en el Alto Perú, preferentemente en la zona de Potosí, por la
importancia dada a los yacimientos de plata.
En Venezuela, estaba la Junta de Caracas, liderada por Francisco de Miranda,
se declara independiente en 1811. Este proceso independentista no contó con el
apoyo de las elites criollas, quines quisieron esperar nuevas noticias de España. Este
movimiento tampoco tuvo apoyo popular ni de mulatos ni de negros ni de los llanos del
interior.
La guarnición española llegada desde Puerto Rico derrotó con facilidad a las
fuerzas independentistas, es capturado Miranda y ahora el liderazgo paso a Simón
Bolívar, éste se fugó a Colombia y una vez vencido se refugió en Jamaica en 1814. La
independencia del norte de Sudamérica había sido sofocada por los españoles.
En cambió en México el levantamiento fue popular, con Hidalgo a la cabeza,
se lleva a cabo una rebelión de campesinos indígenas y mestizos, quienes bajo la
bandera de libertad tomaron la ciudad de Guanacuajo y masacraron a las personas.
Este movimiento tenía unos fines claros: abolición de tributos, confiscación de
propiedades a los españoles y restitución de las tierras a los indígenas.
Los criollos por temor de una masiva revolución apelaron al apoyo español
para reprimir el levantamiento y retomar el orden. En 1811 el ejército español capturó
a Hidalgo y fue ejecutado. Y así solo quedo un movimiento independentista en el sur
de México liderado por José María Morelos , que fue derrotado en 1815. Para logar el
triunfo de los ideales de la independencia fue necesario convencer a los criollos
asustados por las amenazas que sentían a sus fortunas, de que el orden social no
sería alterado en su contra.

Los libertadores en Sudamérica (1815-1825):


Para 1815, todos los movimientos independentistas surgidos en 1810, fueron
sofocados, salvo el caso de Buenos Aires, que permanecieron libres de España. Para
1814, se habían expulsado el dominio de la metrópolis de Montevideo, en el norte con
los esfuerzos de Salta y Jujuy bajo el líder Martín Güemes. Después de muchas
disputas en el periodo que comprende desde 1810 a 1815, en Tucumán se abre el
Congreso Constituyente de las provincias Unidas en 1816, su principal propósito era
la constitución pero se terminó declarando la Independencia el 9 de Julio. Paraguay ya
era independiente desde1811, y la Banda Oriental bajo el mando del Gobernador
Artigas, se opuso al gobierno de las Provincias Unidas.
Pero la suerte de la independencia corría por el lado de la Banda Oriental ya
que los españoles estaba asentado y avanzando desde Bolivia y Chile. Ya las fuerzas
de Güemes en dos oportunidades 1817 y 1821 habían frenado a las tropas, pero
necesitaban un bloqueo desde el Atlántico.
San Martín se encargó de atacar a los españoles primero en Chile y desde allí
fue a Perú para la derrota definitiva. Se organiza el cruce de la Cordillera de los Andes
con el ejército de liberación. Luego de las batallas de Chacabuco y Maipú los
españoles son derrotados y en 1818 se declara la independencia de Chile. Dos años
después se comienza la libertad de Perú.
En 1820 estalla en España una revuelta encabezada por el general Riego, a
quien Fernando VII le había encomendado sofocar las revueltas americanas. El nuevo
gobierno dicto una constitución que sofocó a los criollos del Perú, por ello comenzaron
a pensar en separarse de España, además temían a las rebeliones de las mazas
indígenas y mestizas, recordando lo que sucedió cuarenta años antes con la rebelión
de Túpac Amaru.

Venezuela, Colombia, Ecuador y Bolivia: Simón Bolívar.


En 1816 Bolívar regresa de Jamaica y comenzó a formar un ejército de
liberación para el Norte de Sudamérica. Recibió ayuda económica del extranjero,
también fue apoyado por los del llano del interior de Venezuela, liderados por Antonio
Páez. Con esto Bolívar decide enfrentar primero en Bogotá a las tropas españolas,
estos sufren la derrota en la batalla de Boyacá en 1819. La expulsión de los españoles
del territorio colombiano y venezolano e incluso de Caracas, comprende el período de
1820-1822. En el 1822 entra en Quito y declara la independencia de La Gran
Colombia: Venezuela, Colombia y Ecuador.
Luego en Guayaquil se une a San Martín, éste se retira de la batalla y toma el
curso de la independencia Bolívar, quien culmina la independencia de en las sierras
del Perú y en el Alto Perú. En agosto e 1824 Antonio de Sucre, segundo de Bolívar,
derrotan a los españoles en Ayacucho. En 1825, Sucre Vende a los realistas en el Alto
Perú y declara la independencia de Bolivia.
Así llegamos al fin de la lucha por la independencia d América del Sur.

Fin de las Guerras de Independencia (1815-1825):


Independencia tardía: México y América Central (1815-1823):
Entre 1815 y 1820, el ejército restauró el poder español en México, apoyado
por la elite mexicana, que temían las insurrecciones populares. Como ocurrió en el
caso de Perú, la instalación en España en 1820 de un gobierno liberal movilizó a las
elites mexicanas. Algunas medidas de constitución liberal española irritaron a éste
grupos de elites, quienes reaccionaron de inmediato.
Todo esto desemboco en la independencia de México en 1821, donde también
rompen vínculos con España la Capital General de Guatemala, que dependía de
México y abarcaba toda América Central, en 1823 se independiza de México.

Independencia de Brasil:
Esta independencia no tuvo matices de guerras dramáticos, sino que fue un
progreso gradual de ruptura con de la colonia con la metrópolis. Como centro del
Imperio portugués, Brasil gozaba del comercio exterior, antes inexistente debido al
comercio de Lisboa. Todo comenzó cuando en 1814 inglese expulsan a los franceses
de Portugal, permitiendo el regreso de la monarquía, de igual modo Juan VI decisión
quedarse en Brasil.
En 1821, una revolución liberal impuso una monarquía constitucional, el rey
Juan VI debió retornar a Portugal, dejando en Brasil su hijo Pedro. Este gobierno
liberar quería devolverle a Brasil el status que la colonia tenía para 1808, para ello
designaron gobernadores militares para cada provincia con grandes poderes, que
respondían a las órdenes de gobierno de Lisboa.
En el gobierno brasileño existían dos fracciones: una portuguesa, que sugería a
Pedro abandonar Brasil y otra pro-brasilera, que instaba al regente a permanecer en
Brasil y cortar los vínculos con la metrópolis. Pedro decidió por la última opción
creyendo que una ruptura violenta implicaría la perdida de la influencia portuguesa en
Brasil. En 1822 Pedro declara la Independencia de Brasil, también en el ’22 se
sanciona una constitución que lo proclama primer emperador de Brasil, conocido como
Pedro I.

Una Larga Espera: Una vez culminada la guerra de independencia en 1825,


desde las ruinas que esto había ocasionado en lo económico, político y social, se
esperaba que surgiera un nuevo orden, que se esperaba desde le comienzo de la
lucha por la independencia.
Pero este nuevo orden se hizo esperar 25 años y es a esto lo que Halperín
denomina “Una Larga Espera”, las primeras explicaciones se buscan en al herencia
que ha dejado la guerra y por ende las causas de esta desconcertante demora.

a)- Militarización:
No hay sector de la vida hispanoamericana que no haya sido tocado por la
revolución, la más visible de sus consecuencias fue la violencia. La guerra de la
independencia, se transformó en un relato de sangre y horror. La violencia popular
anónima e incontrolable es invocada por unos y por otros como responsable única de
los errores.
Esta violencia llega a dominar la vida cotidiana y aquellos tiempos coloniales en
los que se podía recorrer Hispanoamérica casi vacía de armas, ha quedado a tras:
luego de la guerra es necesario difundir las armas por todas partes para mantener un
orden interno; así sobrevino la militarización a la lucha.
Pero esta militarización es un remedio costoso e inseguro, para lograr
solucionar el problema, porque: los jefes de grupos armados comienzan a
independizarse de quienes los convoco y organizó como ejército. Estos para conservar
su lugar de poder deben mantener a los cuerpos de soldados satisfechas, esto
significa un gasto en armas, que implica el uso de las rentas del Estado.
Otro tema es que las repúblicas llegan a su independencia con una gran
cantidad de cuerpos de oficiales y por el miedo de un levantamiento armado no se
animan a deshacerlos, pero el tema es que para pagarlos deben recurrir a la violencia.
Unida a los ejércitos que posee el Estado están las milicias rústicas, reunidas
para mantener el orden local; estas más cercanas al poder de las estructuras
regionales, son menos costosas, comienzan sus ingresos en la lucha política
expresando la protesta de las poblaciones agobiadas por el peso del ejército regular; a
medida que se internan en esa lucha se hacen también ellas más costosas.
Los nuevos estados suelen gastar más de lo que sus recursos permiten, y ello
sobre todo porque es excepcional que el ejército consuma menos de la mitad de esos
gastos. La imagen de una Hispanoamérica prisionera de los guardianes del orden
comienza a difundirse.
Solo en parte puede explicarse la hegemonía militar como proceso que se
alimenta a sí mismo, y su perduración como una consecuencia de la imposibilidad de
que aquellos que no poseen armas, desarmen a los que tienen las armas.
La gravitación de los cuerpos armados surgidos en la época de la
democratización de la vida política y social hispanoamericana, comienza sin duda por
ser un aspecto de esa democratización, pero pronto se transforma en una garantía
contra una extensión excesiva de ese proceso: por eso aun quieren deploran algunas
de las modalidades de la militarización hacen a veces poco por ponerle fin.

La Ascensión de los Propietarios Terratenientes:


La guerra, facilito el debilitamiento del sistema de castas, que creaba
posibilidades nuevas, en las filas realistas más que en las revolucionarias. Este
proceso se da también allí donde la fuerza militar son expresión directa de los
poderosos en la religión, pero aquí el cambio se vincula más bien que con la
ampliación de los sectores dirigentes a partir de las viejas elites urbanas con otro
desarrollo igualmente inducido por la revolución: la pérdida de poder de éstas frente a
los sectores rurales.
La revolución introducía un nuevo equilibrio de poder en que la fuerza del
número contaba más que antes, este debía favorecer a la rural, en casi todas partes
abrumadoramente mayoritarias. Y como consecuencia de ello, a los dirigentes
prerrevolucionarios de la sociedad rural: los episodios revolucionarios más radicales
pueden llamar error en la medida en que hagan suponer que en el campo ocurrieron
en esta etapa cambios radicales y duraderos del ordenamiento social. En casi todas
partes no había habido movimientos rurales espontáneos, y la jefatura seguía, por
tanto, correspondiendo a los propietarios o a sus agentes instalados al frente de las
explotaciones; unos y otros solían dominar las milicias organizadas para asegurar el
orden rural.
En algunas zonas la etapa revolucionaria esa hegemonía no desaparece, los
resultados de la radicalización revolucionaria son efímeros, en la medida en que ésta
sólo preside la organización para la guerra; la reconversión a una economía de paz
obliga a devolver poder a los terratenientes.
Sin duda, no pueden hacer otra cosa si quiere que la economía de sus
provincias vuelva a ofrecer rápidamente saldos exportables, pero su decisión muestra
muy bien de qué modo aun los jefes de los más radicales movimientos rurales
debieron colaborar en la destrucción de su propia obra. Otros hicieron con celo, desde
que descubrieron las ventajas personales que podían derivar de dirigir la
reconstrucción del orden social.
Sin duda, la revolución no había pasado por esas tierras sin provocar bajas y
nuevos ingresos en el grupo terrateniente. Pero han tenido otras consecuencias más
importantes: es el eterno sector terrateniente, al que el orden colonial había mantenido
exposición subordinada, el que asciende en la sociedad posrevolucionaria. Frente a él
las elites urbanas no sólo deben adaptarse a las consecuencias de ese ascenso: el
curso del proceso revolucionario las ha perjudicado de modo más directo.
Además los ha empobrecido: la guerra devora en primer lugar las fortunas
muebles, tanto las privadas como las de las instituciones cuya riqueza, es gozada
sobre todo por los hijos de la elite urbana. Los consulados de comercio, se transforma
en intermediarios entre los comerciantes y un poder político de exigencia cada vez
más exorbitantes, cuya agresiva mendicidad es merecida por encima de todos.
La guerra, además, consume desenfrenadamente los ganados y frutos de las
tierras cruzadas. Pero aún así deja intacta la semilla de una riqueza que podrá ser
reconstruida: es la tierra, a partir de la cual las clases terratenientes podrán rehacer su
fortuna tanto, más fácilmente porque su peso político se hecho mayor.
Pero la revolución no solo priva a las elites urbanas de una parte de su riqueza,
sino que despoja de poder y prestigio al sistema institucional con el que sus elites se
identificaban, y que hubiera querido dominar solas, sin tener que compartirlo con los
intrusos peninsulares favorecidos por la Corona. La victoria criolla tiene aquí un
resultado paradójico: la lucha ha destruido lo que debía ser el premio de los
vencedores, los poderes revolucionarios no sólo han debido reemplazar el personal de
las altas magistraturas, colocando en ellas a quines les son leales; las ha privado de
modo más permanente de poder y prestigio, transformándolas en agentes
escasamente autónomos del centro de poder político.
La Hegemonía Inglesa:
Esta es, el dato dominante en el mundo en el que se mueve Latinoamérica.
Afirmada vigorosamente durante la guerra de la independencia, esa hegemonía se ha
de consolidar en los años posteriores a 1815, en los que, sin embargo, no faltan
tentativas de reconciliación de la Hispanoamérica revolucionaria y la Europa
restaurada.
La intransigencia de España y la debilidad de las monarquías continentales los
frustran; Gran Bretaña tiene ahora, como integrante de plano derecho de la Europa de
restauración, una situación envidiable; más que nunca los revolucionarios se disputan
su buena voluntad, de la que depende su propia supervivencia. La diplomacia británica
se deja adular y utiliza su posición para consolidar los intereses de sus súbditos,
amenazados, luego de 1815. Por una ola de impopularidad creciente. En la década
siguiente va a consolidar aún más esa situación privilegiada.
En ese momento la hegemonía de Inglaterra se apoya en su predominio
comercial, en su poder naval, en tratados internacionales. Pero se apoya también en
un uso muy discreto de esas ventajas: la potencia dominante, su poderío político,
mercantil y que no desea participar más profundamente en la economía
latinoamericana, arriesgando capitales de los que no dispone en abundancia, se fijan
objetivos políticos adecuados a esa situación.
En primer lugar no aspira a una dominación política directa, que implicaría
gastos administrativos y la comprometería en violentas luchas de fracciones locales.
Se proponen dejar en manos hispanoamericanas, junto con la producción y buena
parte de comercio interno, el costoso honor de gobernar esas vastas tierras. No quiere
decir, que no tengan puntos de vistas muy firmes, ni que se inhiba de hacer sentir su
poder para imponerlo. Pero en cuanto a esto, hay que tener en cuenta ante todo que
los esfuerzos británicos por imponer determinadas políticas serán siempre limitados: a
falta de rápidos éxitos suelen ser abandonados, dejando en situación a media
incómoda a quienes creyeron contar incondicionalmente con el apoyo de Gran
Bretaña. No hay que olvidar, las aspiraciones políticas de la misma en Latinoamérica,
que están definidas por el tipo de interés económico que la vincula con estas tierras.
Su política es solo muy ocasional, una extremada cautela es el rasgo
dominante de una política así concebida. Esta cautela explica la preferencia inglesa
por el mantenimiento de la fragmentación política heredada de la revolución, que suele
atribuirse al deseo de debilitar a los nuevos estados. Por el contrario, cada vez que
una reorganización política en unidades más vasta pareció posible, ésta contó con el
beneficio británico.
Inglaterra no tenía motivos para temer la creación de unidades políticas más
vastas, que ofreciera a su penetración comercial áreas más solidariamente pacíficas.
Tenían en cambio motivos para temer que esos proyectos fuesen irrealizables, que su
último fruto fuese la anulación de los esfuerzos por imponer algún orden a la unidades
más pequeñas en que espontáneamente se había organizado la Hispanoamérica
posrevolucionaria.
Esa política prudente explica que la hegemonía inglesa haya podido seguir
consolidándose cuando algunas de sus bases comenzaron a flaquear. Pero, pese a la
multiplicación de conflictos locales, el influjo ingles, que en líneas generales no
combate, sino apoya a los sectores a los que las muy variadas evoluciones locales
han ido dando el predominio, es a la vez favorecido por éstos.

5- Una vez declarada la independencia de las colonias inglesas


norteamericanas y dictada la constitución surge un enfrentamiento entre aquellos que
decían que los Estados Unidos debían ser una confederación de estados autónomos y
unidos sólo en cuestiones estrictamente necesarias, y aquellos que los concebían
como una nación unificada; en este caso, lo que se cuestionaba era, al fin y al cabo la
obligatoriedad o no de los estados de atenerse a lo dictado por la constitución (que
establecía que en caso de conflicto la autoridad federal debía tener primacía por sobre
la estatal). Esta es la discusión que lleva a este país a la guerra de secesión; sus
causas fundamentales fueron básicamente dos:
. La diferencia de producción y formas de producir que había entre el norte y el
sur: los estados del norte eran estados generalmente pobres, con una organización
social bastante igualitaria, que empezaban a conocer un desarrollo industrial del
algodón básicamente, que era importado de los estados sureños. Mientras que la base
económica de estos últimos (en expansión a mediados del siglo XIX) era
fundamentalmente la producción agrícola de tabaco y algodón, orientada hacia la
exportación y organizada bajo el sistema de plantación. Este sistema creaba una gran
estratificación social entre los grandes plantadores y los blancos pobres (ni hablar de
los esclavos) y permitía a las clases dirigentes disfrutar de un nivel de vida mucho más
ostentoso que el de sus vecinos del norte que se basaba en la importación de
manufacturas de Europa. En el sur estaban la mayoría de las principales colonias
inglesas (Maryland, Virginia, Carolina del Norte y del Sur y Georgia), donde residía
gran parte de la población del país.
. La esclavitud: la mayor parte de los esclavos vivían en los estados del sur,
donde eran necesarios para el desarrollo de la agricultura de plantación, aunque aun
así éstos no sobrepasaban el número de la población blanca. Los esclavos que
habitaban en l norte eran escasos y por otro lado no jugaban un papel fundamental en
el desarrollo de la economía de la región. Con la revolución el país asiste a un
resurgimiento del liberalismo que entre sus reivindicaciones contaban aquella que
bregaba por la abolición de la esclavitud en todo el país. Por otro lado, había en ese
momento toda una coyuntura mundial que promovía esto (abolición de la esclavitud en
el Imperio Británico en 1833 y control sobre el tráfico), a lo que hay que sumar también
que, siendo que los esclavos no contaban en los censos como un ciudadano y que los
diputados en el Parlamento estadounidense se contaban según la cantidad de
habitantes de cada estado, los estados libres del norte siempre tenían mayoría de
votos.
Estas son las dos causas fundamentales por las cuales se desate la guerra de
secesión entre los años 1860 y 1865 y comienza con la separación de los estados del
sur del resto de la confederación en febrero de 1860.
Una vez finalizada la guerra, el congreso impuso al sur aquello que fuera
conocido como la reconstrucción del sur. En contra de las leyes de Lincoln, por
considerarlas demasiado benevolentes con los insurrectos, los diputados del norte
expulsa del congreso a los sureños (que, por otro lado, se convertían en mayoría
gracias a la abolición de la esclavitud), al tiempo que impusieron gobiernos aceptados
previamente por el congreso, protegidos por tropas que invadieron los estados del sur.
Esta reconstrucción terminó en un acuerdo con el candidato republicano, Hayes, quien
prometió la retirada de las tropas de los estaos del sur y la extensión a estos de la
protección federal a sus intereses; el bienestar de los esclavos liberados y los mulatos,
y la igualdad fueron sacrificados en aras del bienestar de la nación.

6- Méjico era la colonia más próspera de España en América. Los criollos, aquí
como en la mayoría de las otras colonias, se quejaban de las restricciones económicas
(acaparamiento del mercado metropolitano por españoles, prohibición de importar con
las otras colonias, limitaciones a la producción) tanto como de las sociales
(discriminación de los criollos de los altos cargos gubernamentales o eclesiásticos),
por otro lado, por fuera de la elite criolla, también había una naciente burguesía en
pleno ascenso económico que, por el contrario, se veía imposibilitada de
promocionarse socialmente en la sociedad colonial; y por debajo de ésta estaban los
indios y castas, que sumaban el 80 % de la población y estaban excluidos de cualquier
tipo de privilegios y vivían en la miseria trabajando para los blancos.
Con la caída de Fernando VII en 1808, las posiciones en Méjico se polarizaron
entre la Audiencia (realista) y el Cabildo de Ciudad de Méjico (dominado por criollos
liberales). Este último pidió al virrey Iturrigaray que asumiera el gobierno en
representación del rey cautivo, lo cual equivalía a crear un gobierno autónomo. La
Audiencia se opuso a esto y el 16 de septiembre de derrocó al virrey y lo reemplazó
por Pedro de Garibay. El derrocamiento del virrey debilitó aun más la autoridad de la
monarquía española y generó descontento entre la población; el 16 de septiembre de
1810 Hidalgo lanzó su “grito de Dolores”, invitando a las clases populares a levantarse
en rebelión, la revolución se inició en nombre de Fernando VII pero Hidalgo no tardó
en reclamar la independencia, la abolición de a esclavitud y la devolución de las tierras
a las comunidades indígenas; pero el tinte racial que alcanzó la rebelión privó a
Hidalgo del apoyo de los criollos que se unieron al gobierno virreinal; además, las
tropas de Hidalgo no estaban debidamente entrenadas, y cuando comenzaron a
enfrentarse con el ejército bien disciplinado de los realistas sufrieron una derrota tras
otra hasta que el 7 de noviembre recibieron el golpe definitivo. Los dos líderes de la
rebelión, Hidalgo y Allende, dividieron sus fuerzas, pero Hidalgo fue desposeído del
mando militar por sus lugartenientes y el mando del movimiento pasó a José maría
Morelos y a Ignacio Rayón. Morelos clarificó más los objetivos del movimiento,
reclamando un gobierno parlamentario, la declaración de la independencia y ciertas
reformas sociales a favor de las clases populares, aunque mantenía los privilegios de
la Iglesia Católica. Aun así la rebelión de Morelos no consiguió el apoyo de los criollos.
Se constituye un congreso que el 6 de noviembre de 1813 declara la independencia,
pero que posteriormente se ve herido por disputas internas entre Morelos y Rayón; al
año siguiente se proclama la constitución, mientras, el congreso abandonó su
establecimiento en Chilpancingo y se vio obligado a vagar huyendo de las fuerzas
realistas, en uno de esos caminos Morelos es capturado y fusilado el 22 de diciembre
de 1815.
Mientras tanto, el virrey Venegas se veía amenazado en su poder por el militar
Calleja, quien había comandado el asedio a Morelos, y lo destituyó de su cargo, éste
se retiró a Ciudad de Méjico y consiguió el apoyo de los ultrarrealistas, así como de los
criollos liberales, quienes finalmente lo harán acceder el cargo de virrey el 4 de marzo
de 1813.
Durante todo este tiempo los gastos ocasionados por las guerras hicieron
aumentar los precios y redujeron las inversiones en nuevas empresas. En Méjico se
vio a las Cortes españolas como una amenaza al poder español y los sucesivos
virreyes hicieron una minuciosa selección de los decretos a aplicar y aquellos a los
cuales hizo caso omiso. La restauración de Fernando VII, como es obvio, fue recibida
por los realistas mejicanos con gran entusiasmo, de aquí en más, sólo la revolución
española de 1820 podría hacer levantar nuevamente la revolución en Méjico, la
constitución de 1812 fue reimplantada en España y en Méjico y otras colonias surgió la
idea de que la única forma de hacerla respetar y combatir los abusos de los
absolutistas virreyes era declarando la independencia, y fue esto lo que impulsó a dar
ese paso a los patriotas de Méjico y Centroamérica. Así, el 24 de febrero de 1821 se
proclama el Plan de Iguala, inspiración de Francisco Iturbide, que ratificó todos los
decretos emitidos por las Cortes españolas hasta la fecha de promulgación del Plan, el
cual convertía a Méjico en una monarquía independiente, gobernada por la
constitución española hasta la promulgación de su propia constitución, “Religión,
independencia y unión” estaría protegidos por el “Ejército Trigarante”.a fines de julio
del mismo año llegó a Méjico francisco O’ Donojú, enviado por las Cortes como
capitán general, éste se reunió con Iturbide y se proclamó el 24 de agosto la
independencia mejicana, nombrando a Iturbide jefe del nuevo régimen.

7- Independencia de Chile:
La primera reacción de chile tras la caída de Fernando VII en 1808 fue
reafirmar su lealtad al rey, pero pronto comenzaron a surgir dudas hasta que el 18 de
septiembre de 1810 un cabildo abierto en la ciudad de Santiago creó una junta
gubernativa, ésta acordó la apertura de los puertos al comercio extranjero y convocó a
un congreso que entró en funciones en julio de 1811. la figura más destacada dentro
de la junta fue Juan Martínez de Roza, quien, al poco tiempo y por disputas internas,
se retiró a concepción donde formó una junta paralela. En Santiago fue reemplazado
por Miguel Carrera, quien depuró el congreso de sus miembros más conservadores
para luego decretar medidas sociales tales como la libertad de vientres. Paca tiempo
después Carrera disolvió el congreso y se erigió en dictador. En julio de 1812 un
levantamiento terminó con la junta de Concepción y Roza fue obligado a exiliarse.
Carrera se enfrentó en 1813 con una tropa realista enviada desde Perú,
mientras éste estaba combatiendo, la junta que él mismo había creado le destituyó de
su cargo, reemplazándolo por Bernardo de O’Higgins, quien acordó al año siguiente
una tregua de paz con las fuerzas realistas.
Pero en julio Carrera da un golpe a O’Higgins iniciando un período de guerra
civil entre ambos bandos, que dejó a la población chilena debilitada y sin fuerzas para
resistir a los ejércitos realistas que los días 1 y 2 de octubre, en la batalla de
Rancagua, ponen infringen una derrota decisiva a los patriotas, poniendo fin a lo que
se dio a conocer como “la Patria Vieja”. Tanto Carrera como O’Higgins pudieron
exiliarse en Mendoza; los patriotas que quedaron en el país sufrieron una fuerte
represalia, lo que impulsó a que se organizaran en guerrillas, las que dieron un buen
recibimiento a San Martín cuando entró con sus ejércitos en 1817.
Después de vencer a los realistas en la batalla de Ayacucho, San Martín entró
en Santiago sin encontrar resistencia, donde una asamblea le entregó el gobierno, que
delegó a O’Higgins.
O’Higgins se vio obligado a organizar el sistema tributario de manera que el
país fuera capaz de solventar la campaña de San Martín en Perú, esto necesitó de la
apropiación de los bienes de los realistas exiliados y del endurecimiento del control
fiscal, a su vez se deshizo de sus oponentes en el campo patriota. La independencia
fue declarada en febrero de 1818 junto con la sanción de una serie de medidas
sociales que le valieron a O’Higgins el rencor de las clases privilegiadas criollas; a esto
se sumó la constitución que sancionó, afirmando el absolutismo de su autoridad. Toda
esta serie de factores hizo que se levantara en Chile una rebelión contra O’Higgins,
quien terminó por ceder su autoridad el 28 de enero de 1823.
Independencia de Perú:
Perú fue durante todo el período revolucionario la sede realista por excelencia,
y de allí se enviaron refuerzos a los ejércitos contrarrevolucionarios, función que se vio
beneficiada por la posición geográfica central que tenía Perú en América del Sur.
Durante el período liberal la elite criolla peruana disfrutó de los beneficios de la
aplicación de la constitución de 1812, pero la restauración de Fernando VII fue bien
recibido por el virrey Abascal, quien inmediatamente derogó la constitución y restauró
el absolutismo, esto se sumó al descontento de la población por la fuerte presión fiscal
derivada de los gastos que ofrecía la guerra contrarrevolucionaria. Los levantamientos
más importantes se dieron en zonas periféricas por estar alejadas de la sede virreinal
en Lima, la más importante de éstas fue el levantamiento de Cuzco, donde la
población india y criolla dirigió sus quejas contra la Audiencia de Cuzco e
indirectamente contra la hegemonía de Lima, creando un gobierno autónomo. El
movimiento se extendió también por las ciudades de La Paz y Arequipa entre los años
1814 y 1816, pero fue finalmente derrotado.
En 1816 Abascal es reemplazado por Joaquín de Pezuela, que asume en
medio de una crisis financiera y de producción, todo esto creó un malestar entre la
población que terminó de madurar con la llegada de las tropas de San Martín en 1820;
a fin de este año varias ciudades de la costa se habían pasado al bando patriota,
mientras éste hostigaba constantemente a los relista que permanecían en Lima, sólo
cuando éstos decidieron por su propia cuenta abandonar la ciudad en julio de 1821 los
ejércitos del libertador pudieron entrar victoriosos en ella, aunque la resistencia realista
continuó organizada en guerrillas en las cierras; 7 días después es proclamada la
independencia y San Martín es nombrado protector del Perú, pero fue recién cuando
entraron en el país las tropas de Bolívar, que venía victorioso del norte, cuando Perú
pudo por fin ser definitivamente pacificado.

8- Portugal era un país pequeño y débil, pero con un gran imperio que le
proporcionaba gran pare de sus ingresos fiscales. Portugal reexportaba a sus colonias
manufacturas inglesas, a la vez que distribuía por toda Europa las materias primas
producidas en sus colonias, sobre todo en Brasil.
En la segunda mitad del siglo xviii las reformas conocidas como “Pombalinas”
intentaron mejorar la agricultura y a educación de la metrópoli, extender el comercio
colonial y desarrollar la manufactura. Brasil tuvo que pagar esto con un mayor control
tributario y reformas en su sistema administrativo; por otro lado, el comercio fue
levemente liberalizado, siempre dentro del monopolio colonial. A fines de este siglo,
brasil experimentó un resurgimiento de la agricultura producto del aumento de la
demanda mundial, y el algodón se estableció como segundo producto de exportación
después del azúcar, acompañado de otros productos de menor importancia. Esto hizo
que Brasil comenzara a ser mucho más próspera que su propia metrópoli y que la
aristocracia nativa comenzara a adquirir cierta conciencia nacional y a sentir cada vez
más el peso de las restricciones comerciales que imponía Portugal. La clase
dominante brasileña estaba formada por los propietarios de ingenios, quienes eran
mayoría también en l ejército; el sentimiento nacional brasileño no estaba tan
desarrollado por ser la aristocracia nativa de reciente formación y por guardar
relaciones comerciales y políticas estrechas con Portugal. Sin embargo hubo una seria
de levantamientos anti-portugueses a lo largo del siglo xviii, de los cuales el mas
importante fue el conocido como “inconfidencia mineira”, en Minas Gerais, iniciado en
contra de las contribuciones fiscales, que pronto se convirtió en una oposición al
sistema colonial todo, pero la conspiración fue descubierta y sus principales líderes
juzgados y exiliados, y en el caso de Tiradentes, condenado a muerte. Diez años
después de la inconfidencia mineira se desató otra conspiración, en Bahía, que
consistió de un movimiento racial dirigido contra la hegemonía de los blancos; los
dirigentes tenían aspiraciones independentistas, querían formar una república y
reclamaban la abolición de la esclavitud y de todo tipo de discriminación racial. Pero
más allá de estos levantamientos aislados, el clima en Brasil era de relativa
complacencia con la metrópoli, la cual no vio interrumpido su comercio colonial por
haberse mantenido neutral en la primera etapa de las guerras revolucionarias
europeas, hasta que en 1807 el rey de Portugal se vio encerrado entre las tropas de
Napoleón que le reclamaban cortar relaciones con Inglaterra, y Gran Bretaña, su
tradicional aliada, que le exigía que se mantuviera firme mientras le prometía la
protección de Portugal si decidía trasladarse a su colonia americana. Finalmente el rey
partió con su corte para Brasil el 29 de noviembre, y llegó a Bahía el 22 de enero de
1808, desde donde se trasladó luego a Río de Janeiro, la nueva capital del imperio. La
ciudad se modernizó, el comerció se liberalizó permitiendo el intercambio con los
países amigos (básicamente Inglaterra); se revocaron las prohibiciones a las
manufacturas y se promovió su desarrollo. En febrero de 1810 se firmó con Inglaterra
un acuerdo de amistad y comercio que establecía una tarifa preferencial a sus
importaciones y otros privilegios, esto socavó el intento de desarrollo de manufacturas
locales. Río también creció culturalmente, con la fundación de bibliotecas,
universidades, etc.
En 1814 los ejércitos napoleónicos fueron expulsados de Portugal y el ministro
de relaciones exteriores británico le informa al rey dom Joâo que debe volver a la
península, éste se niega y asciende a Brasil el nivel de reino el 16 de diciembre de
1815. Esta situación produjo divisiones en el ceno de los portugueses habitantes de
Brasil, unos querían regresar a la antigua situación y recobrar así sus privilegios, otros
habían echado raíces en América y preferían que el rey permaneciera allí; los
brasieños, por su parte, no querían volver a verse reducidos a la condición de colonia.
En marzo de 1817 se da rebelión de Pernambuco, que termina proclamando
una república independiente allí y que pronto se extendió por Algoas, Paraíba y Rio
Grande Do Norte; pero sufrió enseguida divisiones internas y se rindió el 20 de mayo,
tras el bloqueo inglés a Recife. Después de esto las tropas portuguesas fueron
reforzadas.
El 24 de agosto estalló en Oporto una revolución liberal y nacionalista que
estableció una Junta Provisoria que gobernaría con le constitución española de 1812
hasta sancionar una propia. Mientras tanto en Brasil se dan varios levantamientos
liberales dirigidos sobre todo por las fuerzas militares a favor de la revolución liberal
portuguesa. El 7 de marzo de 1821 dom Joâo regresa a Portugal, dejando en Río de
janeiro al príncipe regente dom Pedro. Las Côrtes portuguesas intentaron reducir a
Brasil a su antigua condición de colonia y ejercer un mayor control político y
económico sobre ella; en septiembre se ordenó el desmantelamiento de las
instituciones gubernamentales que habían sido instaladas en Brasil en 1808 y su
regreso inmediato a Portugal.
Tanto la facción brasileña como la portuguesa intentaron ganarse la confianza
del príncipe regente quien, ante el llamado de las Côrtes, el 9 de enero de 1822
anunció que se quedaría en Brasil; el 3 de junio se llamó a la elección para la
formación de una asamblea constitucional. El 7 de septiembre las Côrtes comunicaron
a dom Pedro que sus decretos eran revocados y era acusado de traición y se le exigía
su regreso inmediato; fue entonces que dom Pero decidió cortar totalmente relaciones
con Portugal y su gobierno; el 12 de octubre fue nombrado emperador constitucional y
protector perpetuo de Brasil.
Las provincias del noroeste y del norte, donde todavía había una presencia
importante de tropas portuguesas, se resistieron a aceptar la autoridad de dom Pedro
y se mantuvieron fieles a las Côrtes, hasta que dom Pedro llamó en su auxilio al
mercenario inglés Cochrane, quien logró su rendición. Las últimas tropas portuguesas
salieron de Brasil en marzo de 1824.

9- Durante la segunda mitad del siglo XVIII Cuba pasó de ser una colonia
pequeña y sin demasiada importancia a convertirse en una de las islas más prósperas
del Caribe, y esto se debió fundamentalmente a cuatro causas: el aumento de la
demanda mundial de azúcar (debido al crecimiento de la población y a la desaparición
de Santo Domingo como productor), la emergencia de una clase de propietarios
interesados en la inversión y la explotación de sus tierras, el aumento del tráfico de
esclavos, y una serie de reformas introducidas en el reinado de Carlos III, así como la
desaparición de varias de las viejas restricciones comerciales.
En 1762 la Habana fue invadida por ingleses, quienes originaron gran parte de
estos cambios: se importaron gran número de esclavos, se tejieron relaciones
comerciales con las islas británicas del Caribe, desaparecieron buena parte de las
contribuciones a la corona española; mucho extranjeros se establecieron en la isla,
introduciendo mejoras tecnológicas y capital que benefició a la producción azucarera
(esto aumentó con la revolución de Haití y la llegada de exiliados).
A fin de siglo las plantaciones se habían extendido mucho más allá de las
zonas antiguamente pobladas y continuaban en proceso de expansión. Desde este
surgimiento, buena parte del azúcar cubano se vendió en Estados Unidos. Las guerras
napoleónicas tuvieron efecto sobre Cuba: retardaron el comercio y la introducción de
tecnología, pero también dieron a los plantadores experiencia financiera gracias a las
grandes fluctuaciones del precio del azúcar; con la caída de Fernando VII, el poder
quedó centrado en el Capitán general de la isla, el marqués de Someruelos, y fue aquí
cuando hubo un primer intento de protección de la isla por Estados Unidos, que fue
rechazado. Esta idea de la anexión a la unión norteamericana rondaría la isla por
mucho tiempo; en 1808 Gran Bretaña prohíbe el tráfico de esclavos en y desde sus
puertos, e inicia una campaña para lograr su abolición en todo el mundo; la anexión a
los Estados Unidos darían a los plantadores cubanos la seguridad de mantener el
tráfico tan vital para su sistema económico. Esta idea fue abandonada terminada la
guerra de secesión norteamericana, cuando la esclavitud fue abolida también en aquel
país; aunque esto no terminó con las relaciones entre los Estados Unidos y la isla,
muchos norteamericanos no dudaron en invertir sus capitales en Cuba y en acaparar
cada vez más porción de sus exportaciones. En la década de 1840 muchos avances
tecnológicos llegan a Cuba (ferrocarril, barcos a vapor), estos avances hicieron más
infranqueable la brecha entre los grandes terratenientes y los pequeños productores,
que quedaron arruinados por no estar a la altura de los nuevos ritmos de producción.
Estos grandes plantadores enriquecidos se constituyeron en un grupo de presión
dentro del gobierno español a fin de lograr la apertura de los puertos y determinadas
reformas liberales que les dieran más participación en el gobierno de la isla, aun así
este grupo confiaba más en una paulatina y pacífica conquista de ciertas ventajas que
en un movimiento revolucionario; el grupo en el que sí se extendió un pensamiento
radical fue el de los pequeños plantadores de caña y café de la zona oriental, entre
ellos se destacó en esta primera etapa Céspedes, quien liberó a los esclavos de la
zona y creó un ejército, este acto coincidió con una revolución liberal en España que
derrocó, en septiembre de 1868, a l reina Isabel II; así empezó el primer período de la
lucha cubana por la independencia.

Brasil tuvo a lo largo de su período colonial y después de su independencia


cuatro ciclos económicos: primero, en los primeros momentos de la colonización, el del
Palo Brasil, cuando los portugueses comerciaban con los indios el material que luego
vendían en el exterior; luego, cuando se descubre oro y diamantes en Minas Geraes y
alrededores comienza al ciclo del oro, cuando comienzan a importarse esclavos;
después comenzó el ciclo del azúcar, que inaugura el período de prosperidad de
Brasil; para fines del siglo xviii el azúcar estaba en retirada, y una causa fundamental
de esta reducción de la demanda fue el comienzo de la producción del azúcar de la
remolacha, con el cual los países desarrollados que antes eran consumidores, se
convirtieron en productores de su propia azúcar, la que muchas veces incluso se
dirigió a la exportación; también el algodón comenzó a ser progresivamente
desplazado por el producido en Norteamérica y el Oriente; a esto hay que agregar el
duro golpe que fue para el sistema económico brasileño el cese de las importaciones
de esclavos en 1850.
La producción de café había comenzado en Brasil desde mediados del siglo
xviii, pero recién a comienzos del xix que se perfiló como el cultivo principal, y a este
surgimiento contribuyó la apertura del comercio norteamericano, que buscaba
mercados que no estuvieran controlados por Inglaterra (como sí lo estaba la
producción de las Indias Occidentales y las islas de Asia). En un primer momento, la
producción de café se centrará en la zona de Río de Janeiro, región de altitudes
medias, clima benigno, relieve accidentado que hacía que los cafetos debieran
distribuirse en pequeños grupos; pero esta zona rápidamente fue perjudicada por la
mala utilización del suelo y la debilidad de las plantas en aquel relieve con muchas
ondulaciones. Río de Janeado sería reemplazado entonces por la provincia de San
Pablo, aquí el comercio ya no se orientaría hacia la capital del imperio sino a la ciudad
de San Pablo, capital de provincia, y hacia su puerto, Santos. Aquí la topografía era
más adecuada por permitir la extensión de las plantaciones por zonas amplias
ininterrumpidas. El crecimiento de Río de janeiro contribuye a la caída de San Pablo y
nace así la rivalidad que existe hasta hoy entre las dos ciudades. Comienzan a
formarse las grandes empresas y la última aristocracia brasileña, correspondiente a su
último ciclo económico, y Brasil conquistará para finales del siglo xix el virtual
monopolio de la producción cafetalera mundial.

10- Carta de Jamaica:


En un primer momento, Bolívar se defina (y con ello a todos los criollos como
él) como “una especie media entre los legítimos propietarios del país y los
usurpadores españoles”, y con esto hace otra cosa muy importante: reconoce a l
población indígena el derecho legítimo y primigenio sobre las tierras. Esto puede
parecernos contradictorio si recordamos los remates que se hicieron bajo su
aprobación de las tierras de las pocas reducciones indígenas que aun quedaban que,
si bien daban a los aborígenes el derecho a l propiedad privada, también es cierto que
la mayoría de estas tierras terminaron en manos de los ya grandes terratenientes.
Seguidamente hace un análisis de la situación colonial previa al comienzo del
período de las revoluciones en Hispanoamérica. Evidencia las influencias de los
pensadores iluministas al hablar de un contrato social entre el rey Carlos V y los
descubridores, conquistadores y pobladores de América.
Y posteriormente, pasa a detallar lo que para él es la situación de ignorancia en
que se encontraba la población americana al tiempo de la revolución; razón por la cual
se expresa fervorosamente en contra de los gobiernos populares, señala la “ineficacia
de la forma democrática y federal para nuestros nacientes Estados”, por estar la
población de éstos falta de las “virtudes” y las “luces” necesarias para esta forma de
gobierno que es, según él, la más perfecta, pero por eso mismo, la más exigente de
estas cualidades. Expresa finalmente un intento de anticipación a lo que vendrá y a lo
que él considera conveniente y lo que no y nos dice; “Los Estados americanos han
menester de los cuidados de gobiernos paternales que curen las llagas y las heridas
del despotismo y la guerra”; se expresa en contra de las monarquías americanas, y
hace un llamado: “…evitemos caer en anarquías demagógicas o en tiranías
monócratas. Busquemos un medio entre extremos opuestos…”

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