Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
de energía
en viviendas
y edificios
Indice
Pero, ¿es esto necesario? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2
Los combustibles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
Ahorrar energía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4
La vivienda confortable . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
Los mecanismos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
Ganancias y pérdidas de calor. Los materiales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Las paredes y los aislantes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
Los vidrios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Las infiltraciones de aire . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
Construcciones que conservan y ahorran energía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
Ubicación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
Forma y orientación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
Los espacios interiores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
Las ventanas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
Ahorro en iluminación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
Ahorro en calefacción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
Ahorro en aire acondicionado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
Nota: Esta publicación fue digitalizada de una antigua ficha de divulgación fotocopiada de la cual no se conocen otras referencias. Es
un trabajo que explica de manera clara, amena y muy bien ilustrada los conceptos básicos sobre el uso racional de la energía URE.
Personalmente hubiera actualizado algunos datos pero creí preferible respetar el texto original y rescatarlo del olvido para uso de
docentes y alumnos ya que continúa vigente al haberse hecho poco o nada en la Argentina para implementar efectivamente el URE y
ahorro de energía a más de dos décadas de realizado este artículo.
Arq. Jorge D. Czajkowski
Profesor Titular de Instalaciones
Facultad de Arquitectura y Urbanismo, UNLP.
www.arquinstal.net
La Plata, marzo 2002.
1
PERO, ¿ES ESTO NECESARIO?
Desde hace pocos años, cada vez que leemos el diario, aparece alguna noticia relacionada con el
petróleo, con la generación de electricidad, la inauguración de una nueva central hidroeléctrica o la
realización de obras nucleares.
Día tras día, un inexorable bombardeo de noticias y slogans publicitarios, nos es lanzado desde el
televisor, la radio, los diarios. Todo parece apuntar a la energía.
Esta trascendencia está dada porque sin energía las casas estarían a oscuras, las industrias no
producirían, los automóviles permanecerían inmóviles En resumen, la vida tal como la conocemos
sería imposible. Hoy, para el bienestar que nos brinda la electricidad y los medios de transporte por
ejemplo, debemos gastar grandes cantidades de energía, proveniente del petróleo, en primer lugar,
y de las represas hidroeléctricas en segundo término.
Nuestra civilización se caracteriza por su enorme consumo de energía. El hombre primitivo, aquel que
vivía en las cavernas, no tenía más que la energía de sus músculos. El alimento que comía le proveía
de las calorías necesarias para caminar, correr y realizar tareas múltiples. Durante su evolución, el
hombre de las cavernas inventó algunas herramientas y con ellas alivió sus labores, Siglos más tarde,
incorporo; al trabajo animales como el caballo y el buey. Con ellos, pudo disponer de más fuerza y por
lo tanto, por primera vez, contó con fuentes externas a su cuerpo.
Fue éste un extraordinario descubrimiento porque le permitió conocer los beneficios de disponer de
grandes cantidades de energía.
El siglo pasado puso en funcionamiento la máquina de vapor, que le entregaba una cantidad de fuerza
2
muy superior a la de los animales de carga. Desde entonces a la actualidad no se ha interrumpido la
carrera tecnológica para poner en marcha fuentes que ofrecen más energía a menor costo. El hombre
llegó así a domar el átomo poniéndolo a su servicio en centrales nucleo-eléctricas.
LOS COMBUSTIBLES
Hace muchos siglos, el hombre descubrió el fuego y al quemar leña liberó la energía que contienen los
vegetales. Aprendió luego a elaborar el carbón vegetal, con lo cual se apropió de un factor de confort,
puesto que las brasas de carbón no producen humo, muy molesto si se lo emplea para cocinar en
interiores.
El hombre, con el petróleo, vio facilitado el camino de la evolución hacia comodidades cada día
mayores. Las naciones, crecieron haciendo uso de sus bondades. La calidad de vida se fue
acrecentando hasta llegar al que hoy posee. Pero este ascenso se realizó sobre la base de consumos
cada año mayores, hasta que los consumos se transformaron en abusivos.
Los depósitos subterráneos de petróleo tienen capacidad limitada. Sin embargo la extracción se realizó
como si fueran inagotables. Grave error. Un día, al perfilarse su escasez, los países que guardan en
sus entrañas el preciado mineral comenzaron a pedir más y más dinero por su petróleo. Su precio
comenzó a inflacionar la economía. Mientras que desde 1900 hasta 1970 prácticamente fue constante
entre 1970 a 1980 es decir en solo 10 años se multiplicó por 25. En 1970 un barril de petróleo costaba
1,40 dólares, hoy cuesta entre 32 y 41 dólares.
3
Una escalada escalofriante. Esta inflación aparentemente sin fin ha producido un descalabro en la
economía de las naciones que dependen de las importaciones de crudo. Estos países tienen que pagar
cada día más dinero por la misma cantidad de energía.
El petróleo tiene corta vida. Según datos ,de los países exportadores las reservas alcanzan solo para
3.5 años en todo el mundo.
AHORRAR ENERGÍA
Pero, ¿se puede ahorrar? Por supuesto. Desde que se inició el desarrollo tecnológico de este siglo, se
hicieron las cosas sin pensar demasiado en los hidrocarburos que se gastaban. ¡Total, eran tan baratos!
Pero ahora, las reglas del juego son muy diferentes. Ha llegado la hora de un nuevo desafío a la
imaginación creadora y al ingenio. Hacer lo mismo que hasta ahora pero consumiendo menos.
Estarnos en los umbrales de una nueva revolución, la de la eficiencia. A tal fin se deben reconvertir
todos los procesos industriales, las maquinarias, los edificios, en otras palabras todo aquello que, de
una u otra forma consume energía. En particular, poner énfasis en los ahorros de energía en viviendas
y edificios.
Toda vivienda o edificio es diseñado y construido para tener como mínimo, una vida de alrededor de
treinta años, o sea, una vivienda construida hoy durará más allá del límite de agotamiento del
petróleo. Permanentemente, se levantan viviendas que nada tienen que ver con la época en que
vivimos. Edificios donde, dentro de unos años será imposible poder pagar los consumos de calefacción
y refrigeración, están pensados para la era de la energía barata, donde una caldera o estufa más o
menos grande a nadie le importaba, edificios que llevan consigo una auténtica crisis.
LA VIVIENDA CONFORTABLE
Cuando éramos hombres primitivos nuestra piel, se cubría de espesa pelambre para protegerla de las
inclemencias del clima. Muchos siglos han transcurrido y es costumbre universal protegernos del
clima con una construcción que llamamos casa. Lo que diremos sobre ella será válido para los edificios
de oficinas o industriales. En todos ellos, el objetivo es la búsqueda de un refugio que nos mantenga apartados,
separados del clima . Es inconcebible una vivienda que no nos proteja, que no mantenga una cierta
temperatura y humedad constante. Todos protestamos cuando nos vemos obligados a trabajar o vivir
en un ambiente demasiado caluroso o demasiado frío, en un ambiente que no tenga diferencia
respecto al aire exterior.
“Mi casa es un nidito”
expresamos cuando, en
invierno nuestro hogar
permanece caldeado y afuera
hace frío. Inversamente,
decimos que nuestra casa u
oficina es una "frescura",
cuando en el exterior los
demás se achicharran. El
concepto de confort,
entonces, está ligado al de
constancia de la temperatura
interior de la vivienda y al
de independencia de la
temperatura exterior.
4
Por supuesto que esa sensación dependerá además de factores subjetivos, tales corno el tipo de
actividad que desarrollamos, el mobiliario que nos rodea, etc. El objetivo del diseño y construcción de
un edificio es, por lo tanto, dar satisfacción plena a las diversas de los ocupantes entre ellas las
ambientales. Es entonces prioritario diseñar o reacondicionar estas construcciones con un nuevo
criterio. Hasta ahora, poco se ha dicho en la Argentina sobre este tenia. Trataremos de dar algunas
pistas para la solución de la tan intrincada cuestión.
¿Por qué tanta insistencia en el confort? . Porque de todos los factores es éste el que mayores consecuencias tiene
sobre los consumos de energía. Una casa dentro de la cual hace frío mientras afuera hace calor, es la
antítesis de lo que llamaríamos el ideal de casa. Sin embargo, los últimos años, es fácil observar cada
vez con mayor frecuencia cómo las casas y edificios se construyen contra este criterio, haciendo
prevalecer la belleza del diseño sin pensar en los gastos que se ocasionarán a los futuros habitantes.
Total, la energía era barata. Pero esto se acabó. Ahora la energía cuesta y mucho. Hay casas y edificios
donde los habitantes sufren frío porque los costos de calefacción son prohibitivos.
Es suficiente con ejecutar sólo algunas medidas y los consumos de combustibles de nuestros edificios
y casas serán reducidos a la mitad o menos. Eso sí, habrá que olvidarse de basar todo el confort en la
calefacción o el aire acondicionado. La casa deberá ser diseñada o convertida en una construcción que
conserve la energía.
Nuestro cuerpo es muy sensible a los cambios en la radiación que recibe, por ejemplo, desde el sol. Si
la temperatura es inferior a 18ºC, pero hay buen sol y nos colocamos bajo su protección comenzamos
a sentir de inmediato que nuestra sensación de confort aumenta. No en vano tantas generaciones de
jubilados toman el solcito en las plazas. El sistema de calefacción conocido como losa radiante o el de
radiadores, utiliza el principio de irradiación para alcanzar una temperatura agradable.
5
Así como una persona se siente bien cuando está al sol en un día de frío, lo contrario es también cierto.
El sol es muy molesto cuando la temperatura del aire es alta. En consecuencia, una habitación donde
entra el sol en invierno es confortable. En verano ocurre lo contrario. Esta habitación actúa como un
elemento conservador de energía.
La humedad relativa es altamente molesta cuando se combina con los extremos de temperatura. Una
habitación con 30ºC y 80% de humedad relativa ofrece un ambiente muy molesto. Si aumentamos la
temperatura sin bajar la humedad, transformaremos la habitación en un baño turco, con el peligro del
golpe de calor, enfermedad producida por combinación de alta temperatura y humedad.
A la inversa, las altas temperaturas con muy baja humedad pueden provocar peligrosas insolaciones.
Existen límites muy bien trazados por sobre los cuales es casi imposible el desarrollo de cualquier
trabajo. Se trata de la zona por arriba del 80% de humedad relativa y 35ºC o 25% y 45ºC. A mayor
temperatura se necesita más humedad y a menos temperatura, menos humedad.
En un clima muy húmedo, es deseable contar con mucha ventilación para evaporar rápidamente la
transpiración. Sabemos lo desagradable que puede ser un ambiente cerrado y húmedo en pleno
verano.
Todos estos datos y descripciones sobre el confort de las casas, tienen condicionantes muy grandes
en la edad, sexo y vestimenta del ocupante, Los varones soportan uno a dos grados menos de
temperatura que las mujeres. En invierno, las mujeres necesitan más temperatura y en verano menos.
Igualmente, a medida que avanzamos en edad, se necesita mayor temperatura en invierno y menor
en verano. la ropa hace variar mucho la temperatura necesaria en una habitación. De modo general,
sabernos que vestidos con ropas muy abrigadas, soportamos temperaturas más bajas durante un largo
tiempo.
Definimos entonces un triángulo del confort, con vértices colocados en 20% y 75% de humedad
relativa y temperaturas ambientales de 18ºC y 26ºC. Pensamos en los extremos: desarrollar una
actividad física intensa en un galpón de chapa al sol con 40ºC y 75 % de humedad, parece realmente
incómodo. Sin embargo, ¡cuántos edificios fabriles se han construido así!. El confort dentro de tal
edificio solamente se puede restaurar si se coloca aire acondicionado, con el cual se deberán gastar
impresionantes cantidades de electricidad, para eliminar un defecto que pudo ser corregido al
construirse el local. El camino es exactamente el opuesto: deben diseñarse edificios adaptados al clima
y a la actividad a desarrollar en ellos.
6
El hombre se ha desarrollado mejor en estrecho contacto con la naturaleza. Un edificio del tipo
“coraza” que aísle totalmente del entorno es dañino, no sólo desde un punto de vista energético, sino
también médico.
LOS MECANISMOS
Cuando hablamos de ahorro de energía, nos referimos al ahorro de los combustibles que generan esa
energía.
Los artefactos domésticos tales como lavarropas, heladeras, etcétera, tienen también bajos consumos.
Un lugar aparte merece la televisión. ¿Por qué? Por el gran número de horas de funcionamiento. Suele
ser común tener encendido el televisor durante 8 horas, con un consumo equivalente a 4 horas de
planchado de ropa.
Un fenómeno generalizado en la naturaleza es el de hacer circular la energía desde los lugares más
calientes a los más fríos. En tal caso decimos que hay un flujo de calor. Jamás ocurre lo contrario. Una
habitación se enfría si el ambiente externo está más frío y se calienta sí la temperatura externa es
superior.
El calor circula desde los lugares de mayor temperatura a los de menor temperatura.
La energía contenida en un lugar caliente que se está enfriando, se pierde de tres formas posibles. En
primer lugar, los materiales calientes en contacto con materiales más fríos les pasan el calor de tal
modo que los materiales calientes se enfrían. Este es un fenómeno de contacto, donde los materiales
necesitan tocarse para que ello ocurra.
La velocidad con que un material pierde calor, depende de su conductividad, una propiedad que tiene
cada material en particular. Hay materiales que conducen más que otros. los metales son mucho más
conductores del calor que los materiales de construcción.
Un techo al sol se calienta al recibir radiación solar y se enfría al circular aire sobre él. Una cuchara con
sopa caliente es enfriada soplando sobre ella; haciendo circular viento sobre la sopa.
El tercer proceso de transporte de energía a distancia es por radiación. La luz del sol nos llega desde
muy lejos; entre el sol y la tierra no hay materia alguna que sirva de medio de transporte, tal como en
los dos procesos antes descriptos. Es que la luz del sol es una onda electromagnética que puede viajar
en el vacío y lo hace a gran velocidad, la de la luz. Se, puede comprobar que todo cuerpo emite ondas
y que estas ondas llevan consigo cierta cantidad de energía. Es lo que se conoce como irradiación.
Cuanto más caliente está un cuerpo, más energía es capaz de irradiar. Si la temperatura es
suficientemente alta, alrededor de 6.000ºC -como el sol- entonces las ondas irradiadas se pueden ver
y las llamamos luz. Todos los cuerpos sobre la superficie terrestre emiten o irradian ondas llamadas
infrarrojas. Hay varios tipos de ondas infrarrojas, dependiendo la potencia y cantidad de energía que
transportan y de la temperatura del cuerpo que las emite la calefacción por infrarrojo, esas placas tan
comunes que se ven en las paredes, emiten un infrarrojo muy poderoso, pues proviene de una fuente
de alta temperatura.
La energía solar, en consecuencia, es una clase de energía que se transporta por radiación desde el sol.
Las ondas de radiación pueden ser absorbidas, tanto más fuertemente cuanto más oscura o cercana
al negro es la superficie. A nadie se le ocurriría ponerse ropa negra para pasear bajo el sol de verano.
En cambio el blanco es todo lo contrario, produce un rechazo, un reflejo de la luz del sol. Para un día
de verano, lo mejor para pasear al sol es vestir con ropa blanca. Hay otros colores muy reflectantes del
sol, como el plateado y el oro.
Los colores claros son buenos para climas cálidos, los oscuros para los fríos. Cuanto más oscuro es un
color más absorbe la energía del sol. Esto vale también para la energía proveniente de radiación
infrarroja. Además de los colores, hay elementos que absorben luz o cierto tipo de radiación. El vidrio
es sumamente curioso en su comportamiento pues deja pasar la luz del sol pero no el infrarrojo. En
consecuencia, en toda ventana se produce un efecto caracterizado por el pasaje de luz y el no pasaje
de infrarrojo. El vidrio impide, así, que la emisión de calor de paredes y pisos se vaya por la ventana
a través del vidrio. Si la habitación se ha calentado porque entró sol, no se podrá enfriar por
irradiación desde adentro hacia afuera mientras la ventana permanezca cerrada.
8
Además de absorber la luz del sol y la radiación infrarroja, los materiales tienen otra propiedad, la de
almacenar calor.
Sabemos perfectamente que en toda vivienda o edificio se produce una carga de energía durante las
horas en que el sol penetra a través de las ventanas o se proyecta sobre las paredes.
Esa energía, acumulada durante las horas de sol, es irradiada hacia el interior de la vivienda y hacia
el exterior cuando el sol se pone. La radiación producirá un efecto calefaccionador. Ese mismo efecto,
en verano, es indeseable y producirá un recalentamiento del ambiente.
Si las leyes físicas dicen que los flujos de calor van de lo más caliente a lo más frío, es inevitable
concluir que en el invierno las habitaciones tienden a perder calor desde adentro de la casa hacia
afuera y en verano a ganar calor de afuera hacia adentro. La calefacción se inventó para calentar
ambientes cuya temperatura era demasiado baja para vivir con confort; en consecuencia se logró
inyectar calor con una estufa para que la temperatura subiera a niveles agradables. De igual manera,
el aire acondicionado fue creado para extraer calor de un ambiente demasiado caluroso.
Vamos a introducir el concepto de velocidad de la pérdida de calor. Una habitación puede perder
energía desde adentro hacia afuera y hacerlo lenta o rápidamente. Esto dependerá de los materiales
con que esté construida, de la temperatura interna y de la externa. No es lo mismo hablar de la
Patagonia que de Buenos Aires o Formosa. Los inviernos en el sur, son muchos más crudos y las casas
pierden energía más rápidamente. A menor temperatura exterior mayor pérdida de energía.
Desde el punto de vista del ahorro, la temperatura interna de una casa deberá ser de alrededor de
18ºC. Parecerá baja, no obstante es suficiente para mantener el confort del ambiente.
De ahora en más consideramos que todas las casas ahorrativas tienen una temperatura de 18ºC. Mayor
temperatura significa automáticamente más gasto.
De igual forma, fijaremos para verano, una temperatura de ahorro de 27ºC en el interior de las
viviendas y edificios. Si dos viviendas están colocadas en el mismo lugar y una de ellas necesita más
calefacción que la otra, es que tiene mayores pérdidas de calor.
9
En toda habitación, las pérdidas se producen a través de las paredes, techos y ventanas por conducción
del calor hacia el aire frío exterior. Además, todas las puertas y ventanas tienen rendijas por donde se
infiltra aire frío, que hace bajar la temperatura del ambiente.
Las pérdidas de calor a través de la mampostería, son significativas cuando los materiales con que está
construida la vivienda son muy livianos. El caso extremo es el de las casas de chapa, donde las
pérdidas de calor son muy superiores. En cuanto al consumo, estas viviendas serán las más costosas.
Los aislantes utilizan el aire encerrado en pequeñas celdas para evitar el paso
del calor. El aire es un mal conductor del calor. Las aislaciones, al contar con
cientos de pequeñas burbujas de aire encerrado en ellas, aumentan y
magnifican el efecto no conductor del aire. Así, una pared con cámara de aire,
baja los consumos de energía. En una pared aislada no es necesario llevar el
espesor del aislante a valores muy altos para bajar mucho las pérdidas de
calor. Una pared de 30 cm dividida al medio con una cámara de 5 cm de
aislante, por ejemplo, tiene una pérdida que es la tercera parte de la de una pared maciza de 30 cm de
ladrillo. Si llevamos aislación a 10 cm disminuimos las pérdidas en un 25 % adicional.
10
La aislación es particularmente importante en los techos, puesto que esta zona de los edificios está
fuertemente sometida a la acción del sol y el viento.
Lo que decimos para las pérdidas es también válido para las ganancias, de calor en verano.
En la República Argentina, a medida que se progresa hacia el sur, mayor tendrá que ser el espesor de
aislante a colocar en paredes y techos. En las regiones calurosas, el aislante será también importante
para evitar el recalentamiento de las habitaciones con muros y techos expuestos al sol.
Existen vanos tipos de aislante: Lana de vidrio, espuma rígida, lana mineral y otros en forma de
espumas que se colocan en el lugar. No haremos hincapié en ninguno de ellos. Cabe decir, tan sólo,
que el uso de aislantes es uno de los mejores caminos para bajar los consumos de combustibles.
En todos los casos de colocación de aislaciones, se deberá tener especial cuidado con el fenómeno de
la condensación, que ocurre siempre que hay aire húmedo, como el existente dentro de las viviendas,
en contacto con una superficie fría. En ese lugar se forma una película de agua tanto mayor cuanto
más húmedo es el aire y más grande la diferencia de temperatura con el exterior.
Las aislaciones pueden ser colocadas en el exterior de las paredes o en el interior. En caso de una
vivienda o edificio ya construido, en general es más fácil ubicar los aislantes en el interior.
Sin embargo, desde el punto de vista térmico es óptimo colocarlos en el exterior. Así los efectos
aislantes son más pronunciados. Claro que esto es sólo posible cuando la construcción se está
levantando.
LOS VIDRIOS
De todos los elementos de una vivienda, el vidrio es el que mayor pérdida térmica tiene ya que
equivale a tres veces la de una pared de 30 cm de espesor. Es necesario entonces, estudiar muy
cuidadosamente la cantidad de vidrio a colocar en una vivienda, pues está directamente relacionada
con las pérdidas de energía y de dinero. La superficie de vidrio deberá ser, desde el punto de vista
del ahorro de energía, la necesaria para una buena iluminación y ventilación naturales al abrirse las
ventanas. No más que esto. Los edificios con enormes muros de vidrio reemplazando a las paredes,
11
son verdaderos monstruos consumidores de energía. Exactamente van a gastar tres veces más que uno
normal y seis veces más que uno convenientemenente aislado. Esto puede ser mucho dinero. Así como el
vidrio pierde energía, también la gana. Cuando el sol pasa a través de vidrio y entra en un ambiente
en verano el efecto puede ser desagradable pues introduce calor extra en el ambiente. Deberemos en
consecuencia evitar la penetración del sol en verano mediante un adecuado diseño de los aleros de
protección de las ventanas y la orientación de ellas. En invierno, las ventanas causan pérdidas de
energía durante las horas en las cuales no entra sol, pero ganan energía cuando penetra en la
habitación.
El sol es energía pura que evita el gasto en calefacción. Una vivienda con locales bien orientados y con
ventanas recibiendo sol durante varias horas al día, puede disminuir enormemente, su consumo de
combustible. Por cada 2 metros cuadrados de ventana, el sol aporta en Buenos Aires el equivalente al
calor generado por un metro cúbico de gas. Una habitación de 3 x 3 metros construida con paredes
aisladas, y con una buena ventana al norte no necesita calefacción alguna en las horas de sol, aunque
la temperatura externa sea 0ºC. Ese mismo sol acumulará en paredes y techo suficiente energía para
que las necesidades de calor en horas nocturnas sean menores, pues la energía acumulada en la
mampostería se re-irradia al interior de las habitaciones contribuyendo a la calefacción.
En verano ese calor almacenado puede ser perjudicial y hay que evitarlo; los aleros que permiten sol
en invierno y no en verano, son fáciles de construir.
En edificios de oficinas generalmente el sol es un inconveniente pues a mucha gente le molesta trabajar
con sus rayos sobre el escritorio. En este caso es recomendable cubrir las ventanas con una película
protectora altamente reflectante de la luz solar o con vidrios que posean ,esta propiedad. Si la
edificación es nueva, se pondrán vidrios tratados especialmente, que incorporan el elemento reflector
al material.
En regiones muy frías donde las temperaturas de
invierno se encuentran con frecuencia por debajo
de los 0ºC es aconsejable recurrir al vidrio doble en
las ventanas. Este vidrio adicional reduce las
pérdidas a la mitad. Se puede incluso dar el caso de
regiones tan frías en las que sea necesario llegar al
vidrio triple.
12
LAS INFILTRACIONES DE AIRE
Los burletes colocados en aberturas presuntamente responsables de las infiltraciones de aire, son tan
útiles como los vidrios dobles o los aleros para evitar pérdidas y ganancias de calor.
Existen en plaza excelentes materiales, por ejemplo, adhesivos flexibles que sin mucho gasto ponen
en condición de estanqueidad las rendijas existentes. Cuando más alta se encuentra una ventana, más
presión ejercerá el viento sobre ella y mayor será la infiltración; por lo tanto, deberán ser colocados
mejores burletes. La calidad de la carpintería de cerramiento en ventanas y puertas es decisiva; más
de una casa o edificio se hace inhabitable por la simple razón de haberse construido con carpinterías
donde se puede pasar hasta un dedo entre el marco y el bastidor. El costo inicial es mucho menor, pero
los costos acumulados de funcionamiento tal vez cubran, en veinte años, el dinero exigido para
construir tres edificios similares.
Un párrafo especial merecen los hogares o chimeneas, elementos visualmente muy atractivos aunque
productores de verdaderos desastres desde el punto de vista del ahorro de energía. Una chimenea a
leña, cuando está prendida, generalmente calefacciona un ambiente y congela los restantes. El efecto
13
se produce porque la combustión genera un tiraje de aire desde el interior al exterior, aire que viene
desde las habitaciones aledañas. Este aire es introducido por las rendijas de las ventanas y puertas del
exterior, con lo cual esas habitaciones sufren una gran pérdida de energía. Se produce un efecto
contrario al deseado. Para evitarlo, habrá que cubrir la boca de la chimenea con un vidrio o tomar el
aire de combustión del exterior. Debe guardarse la precaución de cerrar de noche el tiraje de la
chimenea después de apagar el fuego.
No son muchas:
• LOCALIZACIÓN EN EL TERRENO
14
UBICACIÓN
Para el verano, un árbol o planta que proyecte sombra sobre un edificio o ventana, puede ser la
diferencia entre confort y disconfort. Evidentemente, los árboles de hojas caducas son el ideal para esta
situación. Con hojas en verano, sin hojas y dejando pasar el sol en invierno. Los espacios abiertos en
15
un terreno, aquellos que deja libre el edificio, deberán ser estudiados con cuidado pues si no reciben
una buena cantidad de sol en invierno, probablemente nadie los utilice. Un patio con sombra en esta
estación es universalmente reconocido como muy desagradable y frío. Se ha desperdiciado la
oportunidad de contar con un espacio soleado para recreación.
La geografía del lugar tiene una fuerte incidencia sobre el sol y el viento. En la época estival, a orillas
del mar, por ejemplo, comienza por la tarde una brisa que refresca las calurosas habitaciones
calentadas por el sol. Si las ventanas están bien orientadas, sólo bastará abrirlas, y sin un centavo de
gasto se refrescará el ambiente.
FORMA Y ORIENTACIÓN
La forma del edificio tiene gran incidencia en los consumos de combustible para calefacción y
refrigeración, que dependerán de la rigurosidad del clima en el cual está localizada la vivienda, pero
en general las formas posibles pueden relacionarse con las ganancias y pérdidas de calor.
16
Además de no recibir sol, éstas sufren las contingencias de los vientos fríos del invierno.
Una densa cortina de árboles siempre verdes, una pared alta o fuertes aislaciones son buenas
alternativas de solución.
Una excelente forma de reducir los consumos de energía en un edificio es pensar en la distribución
de espacios interiores con criterio conservacionista.
En grandes edificios, por ejemplo oficinas, la distribución de ambientes en grandes espacios sin
tabiques o paredes que separan pequeños espacios, crea una atmósfera de trabajo agradable, en tanto
la distribución de escritorios, bibliotecas, plantas decorativas, etc haya sido lograda con inteligencia
y buen gusto. Los espacios amplios no oponen obstáculos a los flujos y corrientes de aire desde los
núcleos centrales a la periferia, facilitando así la ventilación, la iluminación natural y la circulación de
calor o frío de un lado a otro.
La orientación oeste es peligrosa en verano, pues a la tarde crea una zona donde se recibe una alta
cantidad de energía solar. Es importante crear allí también un espacio que actúe como pulmón
amortiguador.
LAS VENTANAS
17
De todas las orientaciones posibles, en general la mejor es la norte. Su ángulo debe ser bajo para
facilitar la entrada del sol hasta el fondo de la habitación. Se obtiene tres veces más radiación solar en
la fachada norte que en cualquier otra.
Durante el verano, las ventanas así orientadas dejan entrar poco sol, y aún éste puede evitarse
mediante un alero o un árbol de hojas caducas. No es fundamental que las ventanas estén orientadas
exactamente al norte, y son aceptables variaciones de hasta 30º.
Una ventana adecuadamente colocada y dimensionada, es un factor nato de ahorro de energía. Pocos
elementos pueden competir en eficiencia. Por supuesto, en días nublados y lluviosos, poca energía
solar llegará a las habitaciones a través de las ventanas. En esos casos será necesario utilizar un sistema
tradicional de calefacción. Tomando una estadística de los días nublados, aun en esa circunstancia, la
ventaja económica será cuantiosa.
A medida que el clima se hace benigno la superficie de ventanas necesarias puede disminuir. En
climas templados, hay un cierto peligro de sobrecalentamiento en las habitaciones, que puede ser
obviado con una ventilación adecuadamente dimensionada.
El sobrecalentamiento se
evita si la radiación solar
incide sobre superficies de
mampostería macizas,
puesto que éstas absorben el
exceso de energía. En la
Argentina, los climas
templados abarcan desde los
20º hasta los 40º de latitud
sur, de tal forma que la
mayor concentración de
población se encuentra en dicha área. Es de interés, por consiguiente, tener en cuenta que el invierno
tiene menor o igual importancia que el verano. En general son más los días de calor que los de frío.
Hay que cuidar mucho las ganancias de calor en las casas y edificios. Una ventana mal orientada y de
gran superficie, puede ser la diferencia entre un local inaguantablemente caluroso y otro que no lo es.
El sol se evita sólo con elementos sombreadores. El oeste es la peor orientación, por lo que los rayos
solares deberán ser detenidos mediante persianas o postigones.
AHORRO EN ILUMINACIÓN
18
Si la luz solar ha sido inventada hace tantos años
y funciona muy bien, ¿por qué hacer todo lo
posible para usar luz artificial en los ambientes?.
La iluminación natural debe provenir del sol, o
del cielo, que es un elemento natural difusor de la
luz. Teniendo en cuenta esta regla hay que prever
ventanas o aberturas suficientes en lugares
estratégicos. Una abertura al norte, ofrece
excelentes oportunidades de controlar la
iluminación para hacerla útil, por lo que se
deberán utilizar elementos sombreadores
horizontales y aberturas rectangulares para la
regulación. Las ventanas verticales son más
adecuadas para el este y el oeste. Se debe tratar de
evitar las cortinas, puesto que no impiden que el sol entre por el vidrio y una vez adentro, se convierta
en infrarrojo y quede atrapado por éste.
Las ventanas o aberturas altas, tienen mejor distribución de la luz cuando los locales son profundos.
El techo de tipo diente de sierra brinda excelente iluminación de locales industriales.
Ponemos énfasis en los climas fríos, porque los cálidos no causan tantos inconvenientes dado que es
fácil colocar artefactos sombreadores a los cuales se les provea de niveles adecuados de luz. Habrá así
en un ambiente, zonas de alta y baja iluminación. Esto es común en las casas de familia, donde a nadie
se le ocurriría prender a pleno todas las luces disponibles para leer el diario. Por lo general se enciende
una sola lámpara que crea una zona de luz intensa, permaneciendo el resto del ambiente con menor
iluminación. En oficinas donde se ilumina totalmente el local, sin considerar las actividades a
19
desarrollar en las distintas áreas, se hace un gran gasto sin un beneficio real. La iluminación crea calor
residual, que aumenta las cargas de calor internas en los ambientes, y el gasto en refrigeración. Este
calor puede ser aprovechado en invierno para disminuir los consumos de calefacción. Generalmente
se crea una estratificación del aire tal que cerca del techo hace más calor que cerca del suelo. Esta
diferencia de temperatura puede ser aprovechada si se crea una corriente de aire vertical que
provoque la circulación de este aire hacia el piso.
Uno de los factores que más afectan al consumo de energía en iluminación es el encendido y apagado
de la misma. Las luces suelen permanecer encendidas a menos que expresa o automáticamente se las
apague.
Es absolutamente conocido que dejar en nuestras manos esta tarea, significa que jamás se apagarán.
Es conveniente por lo tanto, recurrir a llaves de corte con temporizadores, de tal forma que los
interruptores se activen a horarios prefijados y se desactiven de la misma forma. Es posible además
agregar controles que detecten niveles de iluminación sobre ventanas, que impidan la introducción
de rayos solares y la consiguiente disminución de la refrigeración necesaria.
La iluminación no tiene mucha relación con los vatios que consume la lámpara. En general esto
depende de la calidad del elemento y del principio de funcionamiento. Las lámparas de filamento o
incandescentes, tienen la más baja de las eficiencias, alrededor del 3% y con lámparas de gran potencia
la eficiencia aumenta poco. Esto significa que sólo el 3 partes en cien son convertidas en luz útil. Un
97% se pierde en forma de calor. Realmente son mejores calefactores que iluminadores. Los tubos
fluorescentes tienen una eficiencia mayor -alrededor del 9%- que en términos de iluminación significa
que a igual gasto se obtiene un nivel de iluminación tres veces superior. Por otra parte gozan de la
propiedad de ser más eficientes cuanto más largos son.
Las lámparas de descarga, del tipo mercurio o sodio, son también eficientes lográndose llegar al 11%.
El problema de estas lámparas es la coloración de su luz, tan apartada de la luz solar que las torna
inútiles en el interior de las viviendas. En cambio, para iluminación de exteriores, su empleo se ha
visto ampliamente difundido por su alto poder lumínico, menor consumo y mayor vida útil.
La distribución de las llaves de luz en casas o edificios, es también de gran significación. Una buena
ubicación de las llaves de encendido facilita el control de las luces por áreas.
20
De nada valdrá una buena distribución de llaves si se las instala todas frente a la puerta de entrada
y sin señales que las distingan. Esto inevitablemente termina con el encendido de todas las lámparas
al no poderse distinguir a qué zona pertenece cada una de ellas.
Finalmente, la limpieza periódica de las lámparas puede aumentar hasta un 25% los niveles de
iluminación.
AHORRO EN CALEFACCIÓN
21
El quemador es un elemento sobre el cual se ha trabajado mucho en
los últimos años, obteniéndose resultados excelentes mediante la
utilización de precalentadores de combustibles y una buena
vaporización del mismo en los picos del quemador. Hay
quemadores donde la eficiencia llega al 98%.
El quemador debe ser calibrado por el "service" para bajar, en lo posible, las temperaturas de chimenea
y aumentar el volumen de CO2. El sistema de distribución de calor es la fase siguiente en la cadena
de calefacción y puede consistir en vapor, agua o aire caliente. De los tres sistemas, el de vapor es el
que presenta mayores ventajas en rascacielos o edificios tipo torre, donde debe transportarse la energía
a grandes distancias. los sistemas de agua caliente son indicados para conducir calor a menores
distancias como es el caso de edificios o viviendas de pocos pisos. El aire caliente en cambio, deberá
restringirse a ambientes o distancias pequeñas. Estas diferencias definen además las eficiencias de
funcionamiento de los sistemas. Un sistema de calefacción por aire caliente donde el aire debe ser
llevado a grandes distancias, será menos eficiente que uno en el cual el aire caliente es generado en
el lugar mediante la transferencia de calor desde una serpentina por dentro de la cual circula agua
caliente o vapor. Si el edificio es de gran tamaño, la utilización de vapor permite el empleo de cañerías
de menores diámetros con el consiguiente ahorro de dinero. En todos los casos de transporte de calor
a distancia deberá colocarse aislante en las tuberías y su espesor debe ser suficiente para minimizar
las pérdidas de calor desde las calderas a las unidades terminales.
El consumo individual es alto debido a que el sistema de control es individual por aparato. Si se
encendieran todas juntas las estufas de una casa, gastarían un 20 ó 30% más que un sistema central
bien diseñado. La compensación por un menor valor inicial es un mayor valor de consumo y menor
vida útil.
22
Los sistemas de calefacción tanto en viviendas como en edificios del tipo losa o piso radiante, donde
las cañerías de distribución que transportan agua caliente están embutidas en las losas de la
construcción, son sistemas altamente popularizados por el bajo costo inicial. Este sistema, actúa por
radiación y crea confort por responder el cuerpo a los niveles de irradiación mejor que a los aumentos
de temperatura del aire. Es por lo tanto un sistema recomendable desde el punto de vista fisiológico,
pero al tener una gran inercia térmica, es de mayor consumo de combustible. Esto se puede solucionar
si se colocan controles que lo corten o pongan en funcionamiento para el caso de que la temperatura
exterior lo demande. Pueden emplearse además válvulas de mezcla, sacando del control humano la
operación del sistema. Señalamos esas malas costumbres de los consorcios de colocar reglamentos
al funcionamiento de los sistemas de calefacción, como si la temperatura del aire exterior siguiera
algún reglamento. Un control tiene un costo ínfimo comparado al costo total y ahorra mucho más que
mil reglamentos. Los difundidos radiadores son excelentes desde el punto de vista de la utilización
de la radiación para calefacción. Ofrecen además una mayor posibilidad de control individual unido
a una menor inercia térmica, que evita el consumo innecesario de calefaccionar las estructuras del
edificio, como es el caso de la losa radiante. Cada radiador debe tener una válvula termostática
individual con la cual el control de temperatura se efectúa ambiente por ambiente, aumentando la
eficiencia con menos consumo.
Finalmente, los sistemas de calefacción con aire caliente son los que ofrecen la menor inercia térmica
y más rápida respuesta al calor.
El tamaño de un sistema de calefacción dependerá de las pérdidas de calor que deba cubrir. Cuanto
mayores sean éstos más grande la caldera o estufa a utilizar. Un edificio de paredes con poco vidrio
tendrá mejor pronóstico en cuanto al consumo de combustible. Los modernos edificios de paredes
enteras de vidrio, son verdaderos monstruos consumidores de combustible.
En cuanto a las luces si se las toma adecuadamente en cuenta, contribuyen en gran medida al ahorro.
Existen casos donde la correcta utilización de las luces y de flujo de personas, unido a ganancias de
energía solar por las ventanas, permiten la eliminación total de los sistemas de calefacción.
Las fuentes internas de calor son habitualmente olvidadas en el diseño de sistemas de calefacción en
edificios y viviendas, motivo por el cual se sobredimensionan. Las escuelas son uno de los mejores
23
ejemplos de sobre-dimensionamiento, pues al no tomar en cuenta a los niños dentro de las aulas, los
sistemas resultan totalmente desproporcionados y causan no pocas molestias a educandos y
educadores.
Siempre que sea posible, conviene dividir el sistema de calefacción en unidades de menor capacidad
individual, de tal forma que la suma de ellas sea la carga térmica requerida, en lugar de utilizar una
sola caldera para todo el edificio. Un sistema central de por sí es alrededor de un 15% más eficiente
que un conjunto de estufas por cuarto. En general los sistemas centrales de calefacción incluyen una
caldera de generación de agua caliente o el servicio de agua caliente está incluido dentro de la
capacidad de la caldera de calefacción. Es recomendable separar los servicios de agua caliente de los
de calefacción, pues en el año, solo unos 100 días se necesita calefacción. El resto del año los servicios
están superpuestos. La utilización de una caldera para ambos, obliga a prender quemadores
sobredimensionados y calentar enormes masas de hierro. Es mejor usar dos calderas, una para cada
aplicación.
Los termotanques vienen aislados de fábrica, pero salvo excepciones la cantidad de aislación que se
les coloca es insuficiente. Una buena medida puede ser agregar más aislación por fuera, teniendo la
precaución de terminarla con una capa de lona o tela para evitar que el aislante se pierda con el roce.
Los calefones son calentadores instantáneos que generalmente tienen una baja eficiencia de
funcionamiento, expresada por la cantidad de calor que se pierde por la chimenea que llega a ser de
un 60%. Si a esta baja eficiencia se le adiciona la pérdida por baja transferencia en las cañerías, el
resultado puede ser un artefacto que no calienta. Las tuberías de los calefones en zonas de aguas
duras, se tapan con sarro (un depósito de sales calcio) que se incrustan en la cañería impidiendo una
buena transmisión del calor desde la llama al agua. La frecuencia de limpieza de esta serpentina tiene
alta influencia en el consumo. Del total de dinero gastado en una casa en gas u otro combustible, el
calentamiento de agua se lleva el 70%, fuera de la temporada invernal.
Uno de los métodos más utilizados en calefacción, es el de la chimenea de leña. Salvo su carácter
estético, que lo tiene, la chimenea de leña es en realidad un pobre elemento calefactor. Se trata de un
sistema que provoca resultados opuestos al esperado. Un hogar de leña funcionando, elimina por el
tubo de la chimenea casi el 80% del calor generado. Sólo llega a la habitación un escaso 20 % en forma
de radiación. La consecuencia es un calentamiento muy direccional, donde medio cuerpo está muy
caliente y la otra mitad fría por contraste.
24
El tiraje de la chimenea, produce un arrastre de aire desde habitaciones aledañas que entra por las
rendijas y aberturas de puertas y ventanas y que es frío por venir del exterior. Como resultado final,
se tendrá un ambiente, aquel en el cual está el hogar, muy caliente y el resto de la casa frío por las
infiltraciones mencionadas. Si se desea usar leña, es más aconsejable la salamandra cerrada de hierro
forjado.
En clubes, principalmente, la calefacción de piletas de natación es uno de los rubros más costosos en
los gastos de funcionamiento. Las pérdidas de calor en una pileta de natación se producen a través del
agua, en primera instancia. Es por lo tanto aconsejable colocar una cubierta de aislación encima de su
superficie. Cualquier elemento plástico de buena resistencia a las roturas será suficiente y no permitirá
que se produzca una convección de calor desde la superficie caliente al ambiente. Se producirá
únicamente un enfriamiento por conducción a través del plástico pero de mucha menor intensidad.
Así, es posible reducir en un 50% los gastos de funcionamiento.
El tamaño de un sistema de refrigeración de edificios, tendrá que ver con la ganancia de calor del
mismo. A mayor ganancia mayor equipamiento y mayor gasto de funcionamiento. De todos los
elementos posibles de usar en la construcción el peor, considerando el gasto, es el vidrio en grandes
proporciones respecto a la mampostería. las superficies vidriadas ganan enormes cantidades de
energía desde el sol que incide sobre ellas o el reflejado en alguna superficie que hace llegar este
reflejo. La ganancia depende en general del metraje de vidrios y de la orientación de la ventana. La
peor orientación es al oeste, donde a la tarde el sol llega perpendicularmente a los vidrios así
orientados. En consecuencia, se deberá evitar la penetración del sol a los ambientes mediante el uso
de elementos sombreadores. Los mejores son los exteriores, pues evitan que el sol atraviese los vidrios.
25
Existen varios sistemas de refrigeración. El más común es el acondicionador de ventana, que tiene
como única ventaja el bajo costo inicial, y que después presenta todos los problemas. Por empezar,
el alto consumo de energía eléctrica. Recién en los últimos años, se han comenzado fabricar aparatos
con alta eficiencia. Comúnmente ésta se encuentra entre el 20% y 30%. En un edificio de gran tamaño
un sistema de acondicionadores de ventana tiene un 30% o más de consumo que un sistema central.
El gasto inicial será mayor, pero el gasto de funcionamiento en pocos años permite recuperar la
diferencia de costo inicial.
En fábricas y edificios donde las cargas térmicas por aporte de motores y procesos industriales sean
muy altas, el mejor remedio es la aislación y apantallamiento del elemento, con extracción
independiente del calor, enviándolo hacia el exterior en lugar de aumentar el tamaño de los equipos
de aire acondicionado. Una buena ventilación consume muchísima menos energía.
26