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Prof.

Alejandro Fatouh
4to 1era TT, 4to 2do TT, 4to 5ta TT y 4to 3ra TM

Sistema Osteoartromuscular: Los Músculos.


El sistema osteoartromuscular integra distintas estructuras que, coordinadas por el sistema nervioso, producen
todos los movimientos. Entre esas estructuras se encuentran los huesos, relacionados entre sí mediante las
articulaciones, y los músculos que en ellos se insertan.

Caminar, reírnos, recuperar el equilibrio al tropezar, etc. son acciones posibles de llevar a cabo gracias a la
contracción y relajación coordinada de los músculos del cuerpo. Dichas acciones, no siempre son voluntarias.
El avance y la mezcla de los alimentos con los jugos digestivos, por ejemplo, son consecuencia de la actividad
de ciertos músculos involuntarios que forman parte del tubo digestivo. El latido cardíaco es otro ejemplo de
actividad involuntaria. Estos músculos no voluntarios no forman parte del Sistema Locomotor y tienen
características propias que los diferencian de los músculos voluntarios que si son parte de ese sistema.

¿Cómo están formados los músculos? Todo músculo está formado por haces de fibras. Cada fibra constituye
una célula muscular rodeada por tejido conectivo, cuya propiedad más destacada es la contractilidad. Gracias a
la facultad de contraerse, producto de una orden emitida por el sistema nervioso de cada fibra muscular, los
músculos se acortan y tiran de los huesos o tensan los órganos de los que forman parte y, acabado el trabajo,
recuperan su posición de reposo.

Clasificación de las Fibras Musculares


Teniendo en cuenta la estructura, la función y la ubicación de las distintas fibras musculares podemos
distinguir tres tipos de tejido:

a) El tejido muscular estriado o esquelético: Está compuesto por células alargadas, más o menos cilíndricas,
rodeadas de una membrana plasmática llamada sarcolema. Cada célula o fibra muscular contiene muchos
núcleos periféricos y un citoplasma repleto de largos cilindros paralelos, dispuestos longitudinalmente, que
reciben el nombre de miofibrillas. Las miofibrillas, compuestas a su vez por filamentos proteicos contráctiles de
actina y miosina, son las responsables del aspecto estriado que presenta el músculo esquelético cuando se lo
observa al microscopio. Estos filamentos se ordenan en el sentido del movimiento, en forma muy regular y
debido a su disposición determinan la constitución de unidades de contracción llamadas sarcómeros en las que
se pueden reconocer distintas bandas y líneas según haya superposición de las fibrillas de actina y miosina o
no.

El acortamiento simultáneo de todas las miofibrillas de una fibra muscular se produce cuando, por orden del
sistema nervioso, los filamentos de actina (más delgados) y a los de miosina (más gruesos) se aproximan entre
sí. Esta aproximación requiere de un gasto de energía aportada por las mitocondrias que rodean a las
miofibrillas. La relajación de la célula muscular es simplemente la vuelta pasiva a la longitud original.

Fig. 1 – Tres tipos de fibra muscular. De izquierda a derecha: Fibra Estriada Esquelética, Fibra Lisa y
Fibra Estriada Cardiaca.

b) El tejido muscular cardíaco o miocardio: Las células que lo constituyen presentan estriaciones longitudinales
y transversales imperfectas y difieren del músculo esquelético sobre todo en la posición central de su núcleo y
en la ramificación e interconexión de las fibras.

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Forma la mayor parte del corazón de los vertebrados. Su control es involuntario. Está inervado por el sistema
nervioso autónomo, aunque los impulsos procedentes de él sólo aumentan o disminuyen su actividad sin ser
responsables de la contracción rítmica característica del miocardio vivo. El mecanismo de la contracción
cardiaca se basa en la generación y transmisión automática de impulsos a través de unas uniones intercelulares
particulares llamadas Uniones GAP.

c) El tejido muscular liso (también denominado visceral): Está compuesto por células alargadas, con forma de
huso, que presentan un sólo núcleo central. Se lo denomina «liso» debido a que dichas células carecen de
estrías transversales. Se caracteriza por su contracción lenta e involuntaria - determinada por el sistema
nervioso autónomo- y por su color blanco-amarillento.

Podemos encontrar este tipo de tejido en las paredes del intestino, del estómago, de las arterias y venas, en los
conductos uriníferos y biliares y en otros órganos como la vejiga y el útero. Según los casos, favorece el
avance, la eliminación o la circulación de distintos «materiales» y, en el caso del útero, interviene activamente
durante el parto

El sistema nervioso periférico somático debe «ordenar» la contracción muscular. Para ello, las fibras nerviosas
provenientes de la médula espinal, llegan a los músculos esqueléticos donde se ramifican en miles de
filamentos. Cada filamento llega a una fibra muscular. La unión entre la fibra nerviosa y la fibra muscular se
denomina placa motora (unión sináptica entre neuronas motoras y células musculares).

El Músculo Esquelético
El cuerpo humano posee unos 650 músculos esqueléticos de acción voluntaria. Tal riqueza muscular nos
permite realizar innumerables movimientos. Hay músculos planos como el recto del abdomen, con forma de
huso como el bíceps y muy cortos como los interóseos del metacarpo. Algunos músculos son muy grandes,
como el dorsal en la espalda, mientras que otros son muy potentes como el cuadriceps del muslo.

Además de conferir movilidad al cuerpo, los músculos, junto con los huesos protegen a los órganos internos,
dan forma al organismo y confieren expresividad al rostro. Así mismo, son los grandes generadores de calor de
los organismos homeotermos.

Los músculos esqueléticos son órganos formados por tejido muscular estriado. Este tejido está compuesto por
conjuntos de células alargadas llamadas fibras musculares. Las fibras se organizan formando haces que a su
vez están rodeados de una vaina conjuntivas que se prolongan formando los tendones, con lo que se unen a los
huesos. Su forma es variable. La más típica es la forma de huso muy alargado.

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Fig. 2 – Esquema del músculo esquelético en corte transversal, mostrando las envolturas o membranas
que lo recubren.

Propiedades del Músculo Esquelético:


- Son rojos
- Son blandos
- Pueden deformarse
- Se contraen y relajan rápidamente
- Son voluntarios

El músculo esquelético o estriado se caracteriza por ser voluntario, es decir que se halla bajo control consciente.
La mayor parte de los músculos esqueléticos están unidos a zonas del esqueleto mediante inserciones de tejido
conjuntivo llamadas tendones. Al contraerse, permiten los movimientos de los distintos huesos y cartílagos del
esqueleto. También forman la mayor parte de la masa corporal de los vertebrados
Su misión esencial es permitir el movimiento de las diversas partes del cuerpo. También intervienen en la
regulación de la temperatura corporal, al producir calor mediante su movimiento e intervienen en el
desplazamiento forzado de la sangre en las venas.

El músculo esquelético está recubierto por una membrana llamada epimisio y está formado por fascículos.
Los fascículos a su vez, están recubiertos por una membrana llamada perimisio y están formados por fibras
musculares.
La fibra muscular está recubierta por una membrana llamada endomisio y está compuesto por miofibrillas.
La fibra muscular está integrada por :
* El sarcolema es la membrana plasmática que rodea cada fibra. Está constituida por fosfolípidos, hidratos de
carbono, así como fibrillas delgadas de colágeno que ofrecen resistencia al sarcoplasma.
* El sarcoplasma representa la parte gelatinosa de las fibras musculares. Llena los espacios existentes entre las
miofibrillas. Equivale al citoplasma de una célula común. Se encuentra constituido de los organelas celulares
(las mitocondrias, aparato de Golgi, lisosomas, entre otras), glucógeno, proteínas, grasas, minerales (potasio,
magnesio, fosfato), enzimas, mioglobina, entre otros.
* Los túbulos T, son extensiones del sarcolema que pasan lateralmente a través de la fibra muscular. Se
encuentran interconectados (entre miofibrillas). Sirven de vía para la transmisión nerviosa (recibido por el
sarcolema) hacia las miofibrillas, permiten que la onda de despolarización pase con rapidez a la fibra o célula
muscular, de manera que se puedan activar las miofibrillas que se encuentran localizadas profundamente.
Además, los túbulos T representan el camino para el transporte de líquidos extracelulares (glucosa, oxígeno,
iones)
* Retículo sarcoplasmático: son una compleja red longitudinal de túbulos o canales membranosos. Corren
paralelos a las miofibrillas (y sus miofilamentos) y dan vueltas alrededor de ellas. Esta red tubular comúnmente
se extienden a través de toda la longitud del sarcómero y están cerrados en cada uno de sus extremos. Sirve
como depósito para el calcio, el cual es esencial para la contracción muscular. La magnitud de su estructura es
de gran importancia para producir contracción rápida

Fig. 3 – La Fibra Muscular Estriada, con sus estructuras internas.

Clasificación de los Músculos Esqueléticos:

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Los músculos tienen nombres que aluden a su forma, función e inserciones: por ejemplo, el músculo trapecio
del dorso se llama de este modo porque se parece a la figura geométrica de este nombre, el músculo masetero
(del griego, masètèr, ‘masticador’) de la cara debe su nombre a su función masticatoria.
Algunos de los 650 músculos son:
En la Cabeza los que utilizamos para masticar, llamados maseteros, el músculo que permite el movimiento de
los labios cuando hablamos, orbicular de los labios, los que permiten abrir o cerrar los párpados son los
orbicular de los ojos, los que utilizamos para soplar o silbar, llamados bucinadores, los que utilizamos para
doblar la cabeza hacia los lados o para hacerla girar, esternocleidomastoideos y los que utilizamos para
moverla hacia atrás esplenio.

En el tronco encontramos los utilizados en la respiración son los intercostales y serratos. También están los
pectorales, para mover el brazo hacia adelante y los dorsales, que mueven el brazo hacia atrás y los trapecios,
que elevan el hombro y mantienen vertical la cabeza.

En los brazos destacamos el deltoides que forma el hombro, el bíceps braquial que flexiona el antebrazo sobre
el brazo, el tríceps braquial que extiende el antebrazo, los pronadores y supinadores que hacen girar la
muñeca y la mano y los flexores y extensores de los dedos.

En las extremidades inferiores destacamos los glúteos que forman las nalgas, el sartorio que utilizamos para
cruzar una pierna sobre la otra, el bíceps crural está detrás, dobla la pierna por la rodilla, el cuadriceps que
extiende la pierna, los gemelos son los que utilizamos para caminar y forman la pantorrilla, terminando en el
tendón de Aquiles y por último los flexores y extensores de los dedos.

Fig. 4 – Los Músculos Esqueléticos en vista anterior y posterior.

Las fibras musculares se han clasificado, por su función, en fibras de contracción lenta y de contracción rápida.
La mayoría de los músculos esqueléticos están formados por ambos tipos de fibras, aunque uno de ellos

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predomine. Las fibras de contracción rápida, de color oscuro, se contraen con más velocidad y generan mucha
potencia; las fibras de contracción lenta, más pálidas, están dotadas de gran resistencia.

La contracción de una célula muscular se activa por la liberación de calcio del interior de la célula, en respuesta
probablemente a los cambios eléctricos originados en la superficie celular.

Los músculos que realizan un ejercicio adecuado reaccionan a los estímulos con potencia y rapidez, y se dice
que están dotados de tono. Como resultado de un uso excesivo pueden aumentar su tamaño (hipertrofia) Como
resultado de una inactividad prolongada, pueden disminuirlo (atrofia) y debilitarse. En ciertas formas de
parálisis, el grado de atrofia puede ser tal que los músculos quedan reducidos a una pequeña parte de su tamaño
normal.

Los músculos gastan mucho oxígeno y glucosa. Cuando el esfuerzo es muy fuerte y prolongado y los músculos
no alcanzan a satisfacer sus necesidades, se producen calambres y fatigas musculares debido a la acumulación
de toxinas. Estos estados desaparecen con descanso y masajes que activen la circulación, para que la sangre
arrastre las toxinas presentes en la musculatura.

El Músculo Cardíaco
El músculo cardíaco contiene una enorme cantidad de fibras musculares cuya principal característica es su gran
contractilidad. Estas fibras tienen un diámetro menor que las fibras musculares del músculo esquelético pero, en
cambio, tienen más sarcoplasma. El colágeno y los capilares sanguíneos son los otros constituyentes del
miocardio.

El músculo cardíaco o miocardio, como cualquier otro músculo, tiene la capacidad de acortarse y de relajarse,
funcionando como una auténtica bomba mecánica, enviando y recibiendo sangre, con una velocidad y fuerza
determinada. El miocardio, solamente obtiene energía del metabolismo aerobio, es decir, necesita oxígeno para
poder funcionar. Cuando falla el aporte de oxígeno al músculo cardíaco, por la causa que sea, se produce el
llamado infarto de miocardio, que se traduce en una necrosis de las células miocárdicas. Cuando este déficit es
sólo transitorio, por un desequilibrio entre la oferta y la demanda de oxígeno, se habla de angina de pecho. El
músculo cardíaco es el único músculo que se encuentra sólo en el corazón. Como requiere un aporte constante
de oxígeno, el músculo cardíaco muere muy deprisa si se obstruyen las arterias que conducen al corazón. Los
ataques cardíacos se producen por los daños que causa un aporte de sangre insuficiente al músculo cardíaco.

La Respuesta a la Estimulación Sensorial: La Contracción Muscular


Los músculos están accionados por nervios motores que regulan la contracción voluntaria y nervios sensitivos
que informan al cerebro del estado e intensidad de la contracción. En el músculo esquelético, la contracción y la
relajación se producen rápidamente, no así el músculo liso que lo hace más lentamente.

Después de un estímulo se observan en el músculo tres periodos diferentes que son:


Latencia que es el espacio comprendido entre la excitación y el principio de la contracción.
Contracción en el que las fibras musculares se acortan y,
Relajación en el que las fibras tienden a regresar a su posición inicial.

La contracción muscular depende directamente en su intensidad, de la fuerza, velocidad de aplicación y


duración del estímulo, así como la fuerza de oponente a la contracción y la temperatura.

A la contracción del músculo corresponde un cambio de forma, seguido de una serie de reacciones químicas
donde se absorben ciertos elementos necesarios y se eliminan los productos de desecho. En dicha función, el
tejido muscular, tiene la capacidad de conservar cierto grado de contracción sin fatigarse, de uno o un grupo de
músculos, propiedad que recibe el nombre de tono muscular, que se presenta por impulsos nerviosos pequeños
y permanentes. Podemos observar esta acción, al mantener nuestra postura erecta o cuando entrecerramos la
mano.

El tono muscular disminuye durante el sueño permitiendo la firmeza de los tejidos en el organismo. La ausencia
de fatiga es debida a que los estímulos nerviosos sólo excitan a una parte de las fibras de un músculo, mientras
las otras descansan. El tono muscular se puede alterar cuando se presentan fracturas de huesos, presencia de
dolor, la lesión de un nervio motor, etc.

La contracción muscular se acompaña de reacciones químicas complejas, en las cuales intervienen iones de Ca,
K, Na y Cl, producidas por la liberación de energía a partir de la destrucción de la molécula de ATP. Otras
reacciones químicas producen la energía para que el ATP se forme nuevamente.

Uno de los productos de las reacciones químicas que se generan durante la contracción muscular es el ácido
láctico, el que en presencia de dióxido de carbono y ante estímulos repetidos, origina una contracción muscular
más débil progresivamente hasta llegar a no obtenerse respuesta, provocando la fatiga muscular y puede llegar a

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la tetanización (calambre). Un ejemplo claro, es cuando realizamos demasiado ejercicio cuando no se esta
acostumbrado a hacerlo.

Como ya dijimos antes, cada músculo esquelético está constituido por fibras musculares -células largas,
multinucleadas- unidas por tejido conectivo. Cada fibra está rodeada por una membrana celular externa, el
sarcolema. Cada célula muscular contiene entre 1.000 y 2.000 filamentos pequeños, las miofibrillas, que
corren paralelas a la longitud de la célula. Cada miofibrilla está rodeada por un retículo endoplasmático
especializado, el retículo sarcoplasmático, y es atravesado por túbulos transversales -el sistema T- que están
formados por una invaginación del sarcolema.

Las miofibrillas están constituidas por unidades llamadas sarcómeros, que consisten en filamentos delgados y
gruesos alternados. La contracción ocurre cuando los filamentos se deslizan unos sobre otros.
La contracción muscular es el proceso fisiológico por el que los músculos realizan la fuerza para desplazar el
contenido de la cavidad a la que recubren (músculo liso) o mueven el organismo a través del medio o a otros
objetos (músculo estriado).

El músculo estriado puede estar en estado de relajación o de contracción. En estado de relajación, al observar el
sarcómero, los extremos de los filamentos de actina en la zona A, apenas se superponen entre sí, mientras que
se superponen casi al completo a los filamentos de miosina. En el estado de contracción, los filamentos de
actina, se han desplazado sobre los filamentos de miosina y sobre ellos mismos, de tal manera que se entrelazan
entre sí en mayor extensión, ocupando mayor espacio de la zona A. Por lo tanto, la contracción muscular es un
mecanismo de deslizamiento de filamentos.

Fig. 5 - Placa Motora o Unión Neuromuscular entre una neurona motora y una fibra muscular.

A nivel molecular, los filamentos de actina se deslizan hacia adentro entre los filamentos de miosina debido a
fuerzas de atracción resultantes de fuerzas mecánicas, químicas y electrostáticas generadas por la interacción de
los puentes cruzados de los filamentos de miosina con los filamentos de actina.

En reposo, las fuerzas de atracción entre los filamentos de actina y miosina están inhibidas, pero cuando un
estímulo nervioso viaja por la membrana de la fibra muscular, provoca la liberación de grandes cantidades de
iones calcio hacia el sarcoplasma que rodea a las miofibrillas. Estos iones calcio activan las fuerzas de atracción
en los filamentos, y comienza la contracción.

En todo este proceso también se necesita energía para mantener la contracción muscular, que proviene de los
enlaces ricos en energía del adenosín trifosfato (ATP), que se desintegra en adenosín difosfato (ADP) y fósforo
inorgánico para proporcionar la energía requerida.

Relación entre el Sistema Nervioso y el Músculo Esquelético – La Placa Motora o Unión Neuromuscular
Una neurona motora típicamente tiene una sola prolongación llamada axón que se ramifica al llegar al músculo.
Al final, el axón se inserta en un surco en la superficie de una fibra muscular, formando la placa motora o
unión neuromuscular.

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En la comunicación entre neurona y fibra muscular, la señal para comenzar la contracción (sinapsis), pasa a
través de la unión neuromuscular por medio de una sustancia química generada por la neurona, denominada
neurotransmisor.

Fig. 6 - Del Músculo a las Proteínas de Contracción.


a) El músculo esquelético se compone de células cilíndricas
-las fibras musculares-con varios núcleos.
b) Cada fibra está formada por muchas miofibrillas, que
contienen proteínas contráctiles.
c) Cada miofibrilla está dividida en segmentos, los
sarcómeros. Cuando se produce la contracción, los
sarcómeros se contraen y acortan. Cada sarcómero está
constituido por filamentos gruesos (miosina) y delgados
(actina).
d) Cuando son estimulados, los filamentos gruesos y finos
se deslizan uno sobre el otro y el sarcómero se acorta.
e) Cada filamento delgado consiste en dos filamentos de
actina enrollados entre sí en una cadena helicoidal. Cada
cadena está compuesta por moléculas globulares de actina.
Los filamentos gruesos son haces de miosina. Cada
molécula de miosina está compuesta por dos cadenas
proteicas enrolladas en una hélice; el extremo de cada
cadena se encuentra plegado en una estructura globular, la
"cabeza".

Los Sarcómeros en la Fibra Estriada


El sarcómero representa la unidad funcional básica (más
pequeña) de una miofibrilla. Son las estructuras que se forman
entre dos membranas Z consecutivas. Contiene los filamentos
de actina y miosina (formada por una banda A y media banda I
en cada extremo de la banda A). Un conjunto de sarcómeros
forman una miofibrilla. Los componentes del sarcómero (entre
las líneas Z) son, la Banda I (zona clara), Banda A (zona
oscura), Zona H (en el medio de la Banda A), el resto de la
Banda A y una segunda Banda I. Estas bandas corresponden a
la disposición y solapamiento de los filamentos.

Fig. 7 – Organización de los Sarcómeros.

Un Detalle de Cómo se Produce la Contracción Muscular:


Cuando se produce el acortamiento de cada fibra muscular, las actinas de un sarcómero se acercan a las actinas
del otro sarcómero, aproximando entre sí las líneas Z. Esto ocurre siguiendo ciertos pasos:

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a) la miosina se une al ATP formando un complejo estable miosina-ATP. Cuando llega el estímulo para la
contracción, éste se transmite desde la membrana plasmática receptora (sarcolema) al retículo endoplasmático
(retículo sarcoplásmico) el cuál libera Ca2+ acumulado en sus cisternas.
b) En presencia de Ca2+, el complejo miosina ATP se inestabiliza y se une a la actina.
c) Posteriormente se produce la hidrólisis del ATP y la liberación de energía que se emplea para desplazar la
porción globular de la miosina, que a su vez desliza el filamento de actina unido a ella, produciendo la
contracción.
d) Para que se rompan los enlaces entre ambos filamentos es necesario un nuevo gasto de energía. De esta
manera la actina se separa y se restablece el complejo miosina-ATP.
e) Si el Ca2+ se reincorpora a las cisternas del retículo sarcoplásmico, se produce la relajación de la fibra
muscular, si el Ca2+ persiste en el citoplasma recomienza el proceso de contracción.
Cuando no hay ATP disponible, el complejo actomiosina-ADP no puede desarmarse y se produce entonces una
contracción irreversible como la rigidez cadavérica.

Fig. 8 –
Izquierda: Sarcómero mostrando el deslizamiento de los filamentos durante la contracción. Los
filamentos gruesos corresponden a la Miosina y los finos a la Actina. Obsérvese que la longitud de los
filamentos no varía durante los deslizamientos.
Derecha: Esquema sencillo del sarcómero.

Hemos dicho que el sistema nervioso periférico somático debe «ordenar» la contracción muscular. Para ello,
las fibras nerviosas provenientes de la médula espinal, llegan a los músculos esqueléticos donde se ramifican en
miles de filamentos. Cada filamento llega a una fibra muscular. La unión entre la fibra nerviosa y la fibra
muscular se denomina placa motora (unión sináptica entre neuronas motoras y células musculares).

Material de Consulta

Bibliografía:
Curtis, Helena, Barnes N. Sue. 2007. Biología. 6ta edición. Madrid. Editorial Médica Panamericana SA.
Starr Taggart. Biología. 10ma edición. 2007 - Editorial Thomson
Villée, C. Biología. Editorial Interamericana. 2003
Marc Maillet, Histología e histofisiología humanas. Editorial AC; 1980.

Sitios de Internet:
alejandrofatouh.blogspot.com
http://es.wikipedia.org/wiki/Músculo
http:// epsprofaschroeder.blogspot.com
http://deportesaludyedfisica.blogspot.com
http://www.anatomiahumana.ucv.cl/
http://www.gobiernodecanarias.org/educacion/9/Usr/eltanque/cm6/cuerpo/muscuerpo.html (evaluación virtual)

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Material Multimedia:
MS Encarta - 2009

Cuestionario de Indagación:

1) Desarrollar pequeños textos considerando las siguientes secuencias de conceptos:


a) músculo cardíaco / movimiento / contracción / célula muscular / proteínas de contracción
b) músculo / movimiento / célula muscular / estímulo del sistema nervioso
c) movimiento / músculo estriado/ articulación / hueso
d) movimiento / músculo estriado / miofibrilla / estímulo del sistema nervioso / uniones GAP / célula muscular.
¿Por qué no puede desarrollar la misma relación considerando el músculo liso?.
e) movimiento / músculo estriado / articulación / hueso / placa motora / contracción y relajación / sarcómero /
esqueleto. ¿Por qué no puede desarrollar la misma relación considerando el músculo cardíaco?.

2) Indicar verdadero / falso y justificar en forma amplia:


a) La miofibrilla es parte del sarcómero en todas los tipos de células musculares
b) Las uniones GAP generan una respuesta lenta y sostenida durante la contracción muscular
c) El núcleo central es típico de las células musculares estriadas.
d) Los neurotransmisores son fundamentales en el proceso de contracción muscular

3) Diferenciar:
Epimisio – Perimisio – Endomisio
Actina – ATP
Placa Motora – Unión GAP
Músculo Esquelético – Músculo Estriado
Fibra muscular – Miofibrilla

4) Las siguientes son afirmaciones referidas a la integración de las distintas estructuras que componen el
músculo esquelético: indicar cuáles son afirmaciones verdaderas y justificar las falsas.
a) el músculo esquelético se compone de células musculares individuales que son células cilíndricas,
frecuentemente de muchos centímetros de longitud, con numerosos núcleos
b) cada fibra muscular está constituida por muchas subunidades cilíndricas, las miofibrillas
c) las miofibrillas, que contienen proteínas contráctiles, van de un extremo de la célula al otro
d) la miofibrilla está dividida en segmentos, los sarcómeros, por particiones delgadas y oscuras, las líneas Z
e) cada sarcómero está constituido por filamentos gruesos y delgados

5) Describir en un texto los esquemas de la figura 6 del texto.

6) Realice un cuadro comparativo que permita diferenciar los tipos de células musculares.

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