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La Coordinación Neuroendocrina
La coordinación de las funciones en los organismos pluricelulares se lleva a cabo gracias a la
existencia de mecanismos mediante los cuales las células individuales, o grupos de éstas, pueden
comunicarse entre sí. La supervivencia de cualquier organismo depende de que sus funciones
estén coordinadas, o sea, transcurran ordenadamente.
Hay dos sistemas fundamentales de coordinación: uno basado en hormonas y otro en neuronas o
células nerviosas, pero en ambos casos las células se comunican a través de mensajeros químicos.
Existen grandes diferencias entre la comunicación hormonal y la nerviosa: las neuronas tienden a
actuar sobre distancias cortas mientras la hormona es liberada a la sangre y puede afectar a
cualquier célula, las neuronas actúan sobre una célula o un grupo de ellas mientras que la
hormona puede afectar a una multitud de células o a órganos completos, la comunicación
hormonal es rápida y discontinua mientras que la hormonal es muy lenta y sostenida en el tiempo.
En el plano molecular sin embargo no son muy distintas, ya que ambas operan a través de
moléculas mensajeras especiales (neurotransmisores en la neurona) que se ponen en contacto con
receptores específicos de la célula efectora, blanco o diana. Además, muchas de las moléculas
mensajeras utilizadas por un sistema las utiliza también el otro, aunque llevando un mensaje muy
distinto en cada caso. Por ejemplo la Noradrenalina como hormona es liberada por las glándulas
suprarrenales y estimula la contracción del corazón, dilata los bronquios y eleva la fuerza
contráctil de los músculos, pero como neurotransmisor provoca la constricción de los vasos y
hace elevar la presión sanguínea. Otra muestra de la gran relación entre ambos es que algunas
neuronas liberan sus mensajeros (neurohormonas) al torrente sanguíneo donde actúan como
hormonas, tratándose de una acción neuroendocrina.
Los dos grandes sistemas de comunicación interna del organismo, el sistema endocrino y el
nervioso, no sólo complementan estrechamente sus funciones sino que también controlan
mutuamente sus acciones. El estudio de esta continua interacción constituye la
neuroendocrinología.
Por una parte, se pueden considerar los casos de comunicación entre células mediante moléculas
en la que el sistema nervioso envía una señal química (el neurotransmisor) y controla la secreción
de la hormona en cuestión. Las moléculas liberadas por las neuronas a la circulación (en lugar de
ser secretadas hacia el espacio sináptico) reciben el nombre de neurohormonas.
Por otra parte, las hormonas liberadas por las diversas glándulas del organismo pueden actuar a
nivel del sistema nervioso central mediante la interacción con receptores específicos y así,
modificar el comportamiento del individuo. De esta manera, el sistema endocrino es capaz de
influenciar el comportamiento sexual o incluso el nivel de agresividad.
La interacción neuroendocrina es también responsable del control del comportamiento
alimentario.
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El Sistema Endocrino
Por definición, el Sistema Endocrino u Hormonal es el conjunto de órganos y tejidos del
organismo que liberan un tipo de sustancias llamado hormonas. Los órganos endocrinos también
se denominan glándulas sin conducto, debido a que sus secreciones se liberan directamente en el
torrente sanguíneo, mientras que las glándulas exocrinas liberan sus secreciones sobre la
superficie interna o externa de los tejidos cutáneos, la mucosa del estómago o el revestimiento de
los conductos pancreáticos. Las hormonas secretadas por las glándulas endocrinas regulan el
crecimiento, desarrollo y las funciones de muchos tejidos, y coordinan los procesos metabólicos
del organismo.
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La endocrinología es la ciencia que estudia las glándulas endocrinas, las sustancias hormonales
que producen estas glándulas, sus efectos fisiológicos, así como las enfermedades y trastornos
debidos a alteraciones de su función.
Las Hormonas
Las Hormonas son sustancias que generan la mayoría de los seres vivos, que regulan procesos
corporales tales como el crecimiento, el metabolismo, la reproducción y el funcionamiento de
distintos órganos. En los animales, las hormonas son segregadas por glándulas endocrinas,
carentes de conductos, directamente al torrente sanguíneo. Existen ciertas hormonas denominadas
feromonas que son liberadas al exterior (como ciertas hormonas sexuales) y no a la sangre.
Se mantiene un estado de equilibrio dinámico entre las diferentes hormonas que producen sus
efectos encontrándose a concentraciones muy pequeñas. Su distribución por el torrente sanguíneo
da lugar a una respuesta que, aunque es más lenta que la de una reacción nerviosa, suele
mantenerse durante un periodo más prolongado.
Esa respuesta se denomina Acción Hormonal.
Figura superior. La Células endocrinas liberan hormonas al torrente sanguíneo. Este las
transporta hasta las células blanco, a donde la hormona llega después de atravesar los
capilares.
Las hormonas son señales químicas producidas en las glándulas endocrinas y conducidas por la
sangre hasta las células blanco o diana. Las hormonas pueden ser de la familia de las proteínas
(aminos, péptidos y proteínas, aminas derivadas del aminoácido tirosina (adrenalina y
noradrenalina son secretadas por glándulas suprarrenales), o de la familia de los lípidos
(derivados de los ácidos grasos o esteroides. Ej.: hormonas ováricas, estrógenos y progesterona).
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1. síntesis,
2. secreción de la molécula utilizada como señal,
3. transporte de la molécula hasta la célula blanco,
4. detección de la señal mediante un receptor específico,
5. cambio en el metabolismo celular o expresión genética
6. remoción de la molécula utilizada como señal.
En los animales y las plantas, las glándulas exocrinas secretan sustancias químicas de funciones
muy variadas. En las plantas, producen agua, líquidos viscosos de protección y néctares. Otros
ejemplos de secreciones exocrinas son los materiales para los huevos de las aves, las conchas de
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los mejillones, los capullos de las orugas y los gusanos de seda, las telas de araña y la cera de los
panales.
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1. Activación de genes: Las hormonas esteroides (liposolubles) son capaces de atravesar la
membrana de la célula blanco, adentro se une a un receptor nuclear (de estructura proteica) que
interactúa con una proteína del ADN. Esto activa genes y hay síntesis de ARNm, y este codifica
proteínas especificas. Las hormonas tiroideas también pasan la membrana a pesar de ser proteica.
2. Acción a través de segundos mensajeros: Las hormonas proteicas y peptídicas, así como
varios aminoácidos modificados, no pueden atravesar la membrana plasmática y actúan por la
combinación con receptores de las membranas de las células blanco. Este es el caso de las
hormonas catecolaminas, peptídicas y proteicas, tales como la adrenalina, la insulina y el
glucagón, que se combinan como moléculas receptoras sobre la superficie de las membranas de
las células blanco. La combinación hormona-receptor puede ser llevada al citoplasma por
endocitosis mediada por receptor, o la combinación puede provocar la liberación de un "segundo
mensajero". Éste, a su vez, desencadena una serie de reacciones químicas en cascada dentro de la
célula que es responsable de los resultados finales de la actividad hormonal. El AMP cíclico ha
sido identificado como el segundo mensajero en muchas de estas interacciones.
Las hormonas que no entran a la célula blanco se unen a receptores específicos de la membrana
Cuando ocurre esto, se activa un segundo mensajero, como el AMPc. Entre las hormonas que
utilizan AMPc como segundo mensajero están: ACTH, TSH, calcitonina, paratiroidea, adrenalina
y gonadotrofinas. Otro segundo mensajero es el ion calcio (proteína ligadora es la calmodulina).
Esta se une a ciertas enzimas que finalmente son activadas.
Además de compartir los mismos segundos mensajeros, se ha encontrado que muchas hormonas
de mamíferos se encuentran en otros grupos de animales. Por ejemplo, existe insulina en las
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moscas de la fruta, en las lombrices de tierra, en los protistas, en los hongos y hasta en
Escherichia coli, una bacteria.
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órganos sexuales
Calcitonina Tiroides Huesos Controla la concentración de calcio
en la sangre depositándolo en los
huesos
Hormonas tiroidea Tiroides Todo el cuerpo Aumentan el ritmo metabólico,
Tiroxina (T4), potencian el crecimiento y el
triyodotironina (T3), desarrollo normal
Parathormona (PTH) Paratiroides Huesos, Regula el nivel de calcio en la
intestinos y sangre
riñones
Timosina Timo Glóbulos blancos Potencia el crecimiento y el
desarrollo de los glóbulos
blancos, ayudando al cuerpo a
luchar
contra las infecciones
Aldosterona Glándula Riñones Regula los niveles de sodio y
suprarrenal potasio
en la sangre para controlar la
presión sanguínea
Cortisol o Glándula Todo el cuerpo Juega un papel esencial en la
Hidrocortisona. suprarrenal respuesta
Glucocorticoides y ante el estrés, aumenta los niveles
Mineralocorticoides de
glucosa en sangre y moviliza las
reservas de grasa, reduce las
inflamaciones
Adrenalina y Glándula Músculos y vasos Aumenta la presión sanguínea, el
Noradrenalina suprarrenal sanguíneos ritmo cardiaco y metabólico y los
niveles de azúcar en sangre; dilata
los vasos sanguíneos. También se
libera
al realizar un ejercicio físico
Norepinefrina Glándula Músculos y vasos Aumenta la presión sanguínea y el
suprarrenal sanguíneos ritmo cardiaco, produce
vasoconstricción
Glucagón Páncreas Hígado Estimula la conversión del
glucógeno
(hidrato de carbono almacenado)
en
glucosa (azúcar de la sangre),
regula
el nivel de glucosa en la sangre
Insulina Páncreas Todo el cuerpo Regula los niveles de glucosa en la
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sangre, aumenta las reservas de
glucógeno, facilita la utilización de
glucosa por las células del cuerpo
Somatostatina Páncreas Páncreas Inhibe la liberación de insulina y
glucagón
Estrógenos Ovarios Sistema Favorecen el desarrollo sexual y el
reproductor crecimiento, controlan las
femenino funciones del sistema reproductor
femenino
Progesterona Ovarios Glándulas Prepara el útero para el embarazo
mamarias
Útero
Relaxina Ovarios Pubis Relaja la sínfisis pubiana durante
el parto
Testosterona Testículos Todo el cuerpo Favorece el desarrollo sexual y el
crecimiento; controla las funciones
del sistema reproductor masculino
Factores Liberadores Hipotálamo Adenohipófisis Activan o inhiben la secreción de
Hipotalámicos hormonas
adenohipofisiarias
Eritropoyetina Riñón Médula ósea Estimula la producción de glóbulos
rojos
Gastrina Mucosa gástrica Estómago Estimula la secreción de jugos
gástricos
Enterogastrona Mucosa Estómago Disminuye la secreción gástrica
Duodenal
Pancreozimina Mucosa Páncreas Activa la secreción pancreática
Duodenal
Secretina Mucosa Páncreas Activa la secreción pancreática
Duodenal
Colecistoquinina Mucosa Vesícula biliar Induce la expulsión de la bilis
Duodenal
Enterocrinina Mucosa Intestino delgado Activa la secreción intestinal
Intestinal
Renina Riñón Médula ósea roja Activa el complejo
angiotensinógeno-angiotensina
Gonadotropina coriónica Placenta Útero Mantiene el embarazo
Lactógeno placentario Placenta Glándula Estimula la secreción láctea
mamaria
EL HIPOTÁLAMO
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El hipotálamo segrega ocho diferentes neurohormonas que se encargan de controlar la
secreción de otras tantas hormonas en la hipófisis anterior.
De estas neurohormonas, seis son llamados factores liberadores (releasing-factors o RF) y entre
ellos encontramos al factor liberador de la tirotropina (TSH), de la corticotropina (ACTH), de la
somatotropina (GH), de la hormona folículo estimulante (FSH) y de la hormona luteinizante
(LH).
Todos estos factores liberadores son activadores, es decir favorecen la liberación de la hormona
en cuestión, mientras que el de la prolactina inhibe la secreción de ésta.
Los factores liberadores llegan hasta la adenohipófisis mediante el sistema capilar denominado
sistema porta hipotalámico hipofisiario.
Las dos neurohormonas restantes, la oxitocina y la vasopresina, se originan como prohormonas
en el hipotálamo y se concentran en la neurohipófisis, donde se activan antes de salir a la
circulación general.
La oxitocina determina la contracción de la musculatura lisa del útero facilitando la expulsión del
feto en el parto y activa la eyección de leche en las glándulas mamarias después de él.
La vasopresina u hormona antidiurética favorece la retención de agua por el riñón y, en
grandes cantidades, eleva la presión sanguínea.
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Figura Superior: Hipotálamo - Hipófisis
LA HIPÓFISIS.
La hipófisis, es de importancia fundamental en el control de la secreción de la casi totalidad de
las glándulas endocrinas, está ubicada en la silla turca y pesa en el hombre de 0,6 a 0,7 g. De
acuerdo a su origen embriológico y a su estructura histológica, está formada por dos glándulas
separadas: la adenohipófisis, que corresponde al lóbulo anterior y la neurohipófisis representada
por el lóbulo posterior. Entre ambas se sitúa una estructura rudimentaria, llamada lóbulo
intermedio, de caracteres similares al lóbulo anterior.
La hipófisis se conecta anatómica y funcionalmente con el hipotálamo, hecho que condiciona una
eficaz coordinación entre el sistema nervioso y endocrino.
La relación entre hipotálamo y la hipófisis merece mención especial. A diferencia del resto del
sistema nervioso, donde las neuronas se relacionan directamente con su efector (músculo, por
ejemplo), en la hipófisis las neuronas hipotalámicas no hacen contacto directo con sus células
efectoras. Estas neuronas son anatómicamente células nerviosas pero funcionalmente células
endocrinas que secretan los factores liberadores. Estos factores pasan a la sangre y alcanzan la
adenohipófisis a través de una abundante red capilar, tipo sistema porta, que se extiende entre el
hipotálamo y la hipófisis anterior. Cabe señalar que los factores liberadores son específicos, es
decir, cada uno modifica solamente la secreción de una determinada hormona adenohipofisiaria.
Los núcleo hipotalámicos secretores de los factores liberadores son, por tanto, indispensables
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para la función normal de la hipófisis. Su destrucción suprime la secreción de aquellas trofinas
hipofisiarias que requiere un factor liberador. Hace excepción, a este respecto, la prolactina, cuya
liberación en este caso se intensifica, ya que el factor hipotalámico que regula su liberación es de
carácter inhibitorio.
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2.- En el metabolismo de los lípidos, aumenta la lipólisis y, consecuentemente, el paso de ácidos
grasos al plasma. Estimula además la oxidación de las grasas en el hígado, con lo cual se libera
una mayor cantidad de energía, que permite ahorrar proteínas e hidratos de carbono
indispensables para el crecimiento.
3.- En el metabolismo de los glúcidos, produce hiperglucemia por su acción anti insulínica
(inhibe la entrada de glucosa a la célula) y eleva el nivel glucémico. Aumenta también, por un
mecanismo no conocido, el glucógeno muscular.
4.- En relación con el metabolismo mineral, produce un balance positivo (cantidad eliminada
inferior a la absorbida) de calcio, sodio, potasio y fosfatos, lo cual contribuye al anabolismo y
crecimieto óseo.
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Figura superior. Relación Hipotálamo Hipófisis y las hormonas que se segregan.
LAS PARATIROIDES
Las paratiroides están situadas en la cara posterior de la glándula tiroidea.
La hormona paratiroidea o parathormona es un polipéptido constituido por 75 aminoácidos, cuyo
efecto consiste en el aumento de calcio y una disminución del fósforo plasmáticos.
La extirpación de las glándulas paratiroideas provoca la caída del nivel del calcio sanguíneo, lo
que aumenta la excitabilidad muscular y nerviosa y puede llegar a causar tetania, crisis
convulsivas y muerte.
La parathormona eleva la calcemia actuando a tres niveles:
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1.- El nivel más importante es el hueso, donde estimula la actividad de los osteoclastos con la
siguiente reabsorción ósea. A consecuencia de esto el calcio intercambiable pasa del hueso a la
sangre y se eleva la calcemia.
2.- En el intestino, aumenta en forma discreta la absorción intestinal de calcio.
3.- En el riñón, estimula la reabsorción de calcio filtrado, hacia el plasma.
La parathormona estimula la excreción renal de fósforo.
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Un segundo factor que interviene en el mantenimiento de la constancia del nivel de calcio es la
calcitonina, que es una hormona polipeptídica secretada por las células parafoliculares de la
glándula tiroidea. Su papel fisiológico no es bien conocido. Se sabe, sin embargo, que inhibe la
reabsorción de calcio en el hueso y baja, por consiguiente, su nivel en la sangre. La intensidad de
su secreción depende de la calcemia, cuyo aumento la estimula.
Un tercer factor regulador del metabolismo del calcio es la vitamina D. Su acción consiste
fundamentalmente en facilitar la absorción intestinal de calcio. En caso de carencia de esta
vitamina, el organismo, para mantener el nivel calcémico, utiliza en exceso el calcio de los
huesos. Esto produce descalcificación ósea, que se manifiesta en el niño en crecimiento como
raquitismo y en el adulto como osteomalacia.
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proporcionalmente mayor que normalmente. Debido a esto, para cubrir los requerimientos
energéticos de trabajo, es indispensable ingerir mayores cantidades de alimentos. A pesar de la
mayor ingestión, los hipertiroideos pierden peso.
La acción calorigénica de las hormonas tiroideas es importante para la adaptación del organismo
al frío.
Las hormonas tiroideas estimulan la absorción intestinal de glucosa y es así como en algunos
casos la hiperfunción tiroidea se acompaña de hiperglucemia. Esta tiene, sin embargo, carácter
transitorio, ya que es rápidamente compensada por aumento de la secreción de insulina y por la
mayor combustión de hidratos de carbono en los tejidos cuyo metabolismo está aumentado por
efecto de hormonas tiroideas. Aunque las hormonas tiroideas aumentan la síntesis de colesterol,
el nivel sanguíneo de éste disminuye en el hipertiroidismo debido a la mayor utilización y a su
mayor eliminación por la bilis.
Referente al efecto de las hormonas tiroideas en el metabolismo proteico, hay que recalcar que,
en dosis fisiológicas, estas hormonas tiene una acción anabólica, especialmente durante el
crecimiento. En caso de hipertiroidismo o de suministro excesivo de hormonas tiroideas
exógenas, se observa un marcado incremento del catabolismo proteico.
Aunque la tiroxina no intensifica el metabolismo cerebral, su déficit produce inhibición de los
procesos mentales, los que se normalizan al suministrar la hormona.
Las hormonas tiroideas tienen una importancia fundamental en el desarrollo normal del sistema
nervioso central y periférico en el lactante y en los niños.
La mielinización de los axones y el desarrollo neuronal se ven alterados por la falta de la
hormona, produciendo deficiencia mental. Esta se hace irreversible en caso de que no se inicie un
tratamiento hormonal precozmente.
El crecimiento en el niño hipotiroidea es lento e incompleto (talla menor que la normal) a pesar
de que los cartílagos epifisiarios se cierran tardíamente y aunque se mantenga experimentalmente
la secreción de hormona de crecimiento en forma normal.
Insulina. Es una hormona proteica producida por las células beta del páncreas. Su función es
promover el almacenamiento de glucosa, aminoácidos y ácidos grasos, las 3 principales
biomoléculas usadas como combustible a nivel celular. Su efecto es facilitar el ingreso de glucosa
a las células de todo el cuerpo, en especial a las células musculares y adiposas. En presencia de
insulina, el exceso de glucosa es captado por las células musculares y almacenada como un
importante azúcar complejo, llamado glicógeno. Por su parte, las células adiposas almacenan el
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exceso de glucosa como sustancias grasas. La insulina promueve en el hígado la captación de
glucosa y su almacenamiento como glucógeno. En conjunto, todos estos efectos provocan una
disminución de los niveles de azúcar en la sangre.
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La insulina disminuye los niveles sanguíneos de glucosa, por lo que se dice que es una hormona
hipoglucemiante
Glucagón. Hormona proteica producida por las células alfa, que estimulan la movilización de
glucosa, ácidos grasos y aminoácidos desde los sitios de almacenamiento hacia la sangre. El
glucagón estimula la liberación de glucosa a partir del glicógeno almacenado en el hígado y los
músculos. De igual modo, promueve la liberación de las grasas almacenadas en los tejidos,
elevando los niveles de ácidos grasos en la sangre. Los efectos del glucagón son opuestos a los
ejercidos por la insulina: de esta forma, se contribuye a regular los niveles de glucosa en la
sangre.
El glucagón aumenta los niveles sanguíneos de azúcar es decir, es una hormona
hiperglucemiante.
Somatostastina. Es una hormona proteica producida por las células delta, que interviene
indirectamente en la regulación de la glucemia. La secreción de somatostatina inhibe la secreción
insulina y glucagón. La secreción de somatostatina es regulada por los mismos factores que
afectan la secreción de insulina, como los niveles elevados de glucosa, aminaácidos y de
glucagón.
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aumento o la disminución de la glucosa sanguínea. De estos, el hígado debe ser considerado
como un gran “amortiguador de glucosa”, ya que en forma rápida actúa entregando glucosa o
acumulándola cuando las concentraciones de ella han aumentado en la sangre.
La insulina (producidas por células beta) y el glucagón (producidas por células alfa) son
secretados por el sistema endocrino. Los islotes de Langerhans son formados por un 70% de
células beta. La insulina facilita la absorción de glucosa, esto se produce por un aumento en el
transporte de la glucosa a través de la membrana La glucosa no atraviesa la membrana, sino que
pasa por transporte facilitado a través de la gradiente de concentración (eficaz en el músculo,
tejido adiposo y corazón). Además cuando los niveles de glucosa están sobre los normales, la
insulina incrementa su metabolismo. Cuando entra mucha cantidad de glucosa al liquido
extracelular, parte se guardan en el hígado, evitando un aumento excesivo de glucosa en la sangre
(glucemia). Cuando la glucemia baja, la glucosa que esta en el hígado regula la situación.
Cuando la glucemia aumenta, el exceso de glucosa actúa directamente sobre los islotes de
Langerhans, para aumentar la producción de insulina. Cuando la glucemia disminuye, pasa lo
contrario.
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Mineralocorticoides y glucorticoides son imprescindibles para el mantenimiento de la vida.
Son de particular importancia en los estados de estrés.
Los glucorticoides se inactivan en el hígado, donde son convertidos en compuestos hidrosolubles
y eliminados posteriormente por la orina.
Tanto el cortisol como la corticosterona tienen una acción antagónica a la insulina, ya que ambos
elevan la glucemia mediante la conversión de aminoácidos en glucosa.
El cortisol además regula el balance de agua, especialmente su distribución entre los distintos
compartimientos del organismo. Su efecto final es antagónico al de la ADH. Participa en el
mantenimiento de una adecuada filtración glomerular, lo que facilita la eliminación de agua por
los riñones.
Los glucorticoides actúan sobre la sangre y el sistema linfático, intensificando la formación de
eritrocitos y neutrófilos en la médula ósea, y aceleran el paso de estos elementos a la sangre. El
cortisol inhibe la formación de linfocitos esto acarrea consigo la disminución de anticuerpos en la
sangre.
Entre los mineralocorticoides se encuentran la corticosterona, desoxicorticosterona (DOCA) y la
aldosterona, todas las cuales controlan el metabolismo de las sales minerales. Su falta altera
profundamente el nivel de sodio en la sangre, lo que recibe el nombre de hiponatremia.
La mayor parte de la aldosterona, a semejanza del cortisol, circula unida a proteínas plasmáticas.
Es inactivada en el hígado y eliminada posteriormente por la orina.
El principal efecto de los mineralocorticoides consiste en estimular el intercambio de sodio con
potasio tanto en el riñón como en las glándulas salivales y sudoríparas.
El principal mineralocorticoide es la aldosterona. La secreción de esta hormona está influida por
numerosos factores. La disminución de sodio y el aumento de potasio plasmático, la hemorragia
y el stress incrementa su secreción. La aldosterona aumenta la reabsorción de sodio,
disminuyendo su eliminación por la orina y estimula la excreción de potasio y de hidrógeno.
La zona más profunda de la corteza adrenal origina hormonas sexuales tanto masculinas
(andrógenos) como femeninas (estrógenos). Su secreción está controlada por la ACTH
hipofisiaria
OVARIOS
Los ovarios son los órganos femeninos de la reproducción, o gónadas. Son estructuras pares con
forma de almendra situadas a ambos lados del útero. Los folículos ováricos producen óvulos, o
huevos, y también segregan un grupo de hormonas denominadas estrógenos, necesarias para el
desarrollo de los órganos reproductores y de las características sexuales secundarias, como
distribución de la grasa, amplitud de la pelvis, crecimiento de las mamas y vello púbico y axilar.
La progesterona ejerce su acción principal sobre la mucosa uterina en el mantenimiento del
embarazo. También actúa junto a los estrógenos favoreciendo el crecimiento y la elasticidad de la
vagina. Los ovarios también elaboran una hormona llamada relaxina, que actúa sobre los
ligamentos de la pelvis y el cuello del útero y provoca su relajación durante el parto, facilitando
de esta forma el alumbramiento.
Figura inferior - Ciclo menstrual. Un ciclo menstrual típico dura 28 días. Comienza con tres
a cinco días de menstruación, o expulsión del revestimiento uterino, durante la cual los
niveles hormonales son bajos. Al final de la menstruación, una hormona hipofisaria
estimula el desarrollo de nuevos folículos en el ovario. Éste secreta estrógenos cuando los
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folículos maduran, e induce la proliferación de las células del revestimiento del útero. Hacia
la mitad del ciclo, un folículo maduro libera un óvulo.
El folículo vacío forma el cuerpo lúteo, un cuerpo endocrino que secreta progesterona. Bajo
la influencia adicional de la progesterona, el revestimiento uterino se engrosa y se hace más
denso, como preparación para la implantación del huevo fecundado. Si la fecundación no se
lleva a cabo, el cuerpo lúteo muere y los niveles hormonales bajan. Sin estímulo hormonal,
el revestimiento uterino se deshace y es expulsado, comenzando un nuevo periodo
menstrual y un nuevo ciclo.
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Hormonas foliculoestimulante, luteinizante y luteotropa en la mujer:
La FSH, la LH y la LTH son hormonas que actúan sobre las gónadas (glándulas que desempeñan
la función sexual: los testículos en el hombre y los ovarios en la mujer). La acción de estas
hormonas consideradas por separado, no tiene ningún efecto útil sobre el funcionamiento de las
gónadas, solo la integración de todas ellas, y por consiguiente un equilibrio adecuado de las
distintas hormonas estimulantes, conduce a un funcionamiento normal de las glándulas sexuales.
La vida sexual de la mujer se caracteriza por el ciclo menstrual, que dura 28 días, de los cuales
los primeros 14 se dedican a la formación del folículo en los ovarios; se trata de una vesícula que
sobresale de la superficie del ovario que contiene estrógenos (hormonas sexuales femeninas) y el
óvulo, la célula germinal femenina. Al décimo cuarto día se rompe el folículo, y el óvulo emigra
al útero, donde, si es fecundado por el espermatozoide (célula germinal masculina), comenzará el
proceso que conducirá a la formación de un nuevo individuo.
Mientras tanto, el folículo roto se transforma en cuerpo lúteo, es decir en una nueva glándula que
segrega progesterona, la hormona que junto con los estrógenos prepara al útero para que reciba al
óvulo, en caso de que este sea fecundado. Si el óvulo no es fecundado, al día numero 28 se
produce la menstruación y el cuerpo lúteo se degenera hasta desaparecer. Si por el contrario se
produce la fecundación, el cuerpo lúteo crece, aumenta la cantidad de progesterona secretada por
el y la vida de la nueva glándula dura hasta el final del embarazo.
La FSH, o gonadotropina folicular, interviene en la primera fase del proceso, estimulando la
formación del folículo, y mantiene su intervención, aunque de forma reducida, en la segunda
mitad del ciclo; además esta hormona favorece el tropismo del ovario.
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La LH, o luteinizante, interviene en un segundo tiempo y solo cuando la FSH ha actuado y
continua actuando. La LH induce la formación y la secreción de estrógenos por parte del ovario y
provoca la rotura del folículo, con la consecuente liberación del óvulo; estimula, además, la
transformación del folículo en el cuerpo lúteo.
Llegados a este punto es necesaria la presencia de la tercera hormona, la luteotropa (LTH o
gonadotropina luteosecretora), que estimula la secreción de progesterona por el cuerpo luteo
recién formado.
No solo son necesarias todas ellas para que se complete el ciclo menstrual sino que cada una de
ellas no actúa si no se encuentran en circulación al mismo tiempo las otras.
La LTH tiene otro efecto sobre la mujer, la prolactina: durante el puerperio, estimula la mama
para la secreción de leche, su acción es solo eficaz si actúan las tres hormonas.
TESTÍCULOS.
Las gónadas masculinas o testículos, son cuerpos ovoideos pares que se encuentran suspendidos
en el escroto. Las células de Leydig de los testículos producen una o más hormonas masculinas,
denominadas andrógenos. La más importante es la testosterona, que estimula el desarrollo de los
caracteres sexuales secundarios, influye sobre el crecimiento de la próstata y vesículas seminales,
y estimula la actividad secretora de estas estructuras. Los testículos también contienen células
que producen gametos masculinos o espermatozoides.
PLACENTA
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Figura superior – Placenta
La placenta, un órgano formado durante el embarazo a partir de la membrana que rodea al feto,
asume diversas funciones endocrinas de la hipófisis y de los ovarios que son importantes en el
mantenimiento del embarazo.
Secreta la hormona denominada gonadotropina coriónica, sustancia presente en la orina durante
la gestación y que constituye la base de las pruebas de embarazo. La placenta produce
progesterona y estrógenos, somatotropina coriónica (una hormona con algunas de las
características de la hormona del crecimiento), lactógeno placentario y hormonas lactogénicas.
OTROS ÓRGANOS
Otros tejidos del organismo producen hormonas o sustancias similares. Los riñones secretan un
agente denominado renina que activa la hormona angiotensina elaborada en el hígado. Esta
hormona eleva a su vez la tensión arterial, y se cree que es provocada en gran parte por la
estimulación de las glándulas suprarrenales. Los riñones también elaboran una hormona llamada
eritropoyetina, que estimula la producción de glóbulos rojos por la médula ósea. El tracto
gastrointestinal fabrica varias sustancias que regulan las funciones del aparato digestivo, como la
gastrina del estómago, que estimula la secreción ácida, y la secretina y colescistoquinina del
intestino delgado, que estimulan la secreción de enzimas y hormonas pancreáticas. La
colecistoquinina provoca también la contracción de la vesícula biliar. En la década de 1980, se
observó que el corazón también segregaba una hormona, llamada factor natriurético auricular,
implicada en la regulación de la tensión arterial y del equilibrio hidroelectrolítico del organismo.
La confusión sobre la definición funcional del sistema endocrino se debe al descubrimiento de
que muchas hormonas típicas se observan en lugares donde no ejercen una actividad hormonal.
La noradrenalina está presente en las terminaciones nerviosas, donde trasmite los impulsos
nerviosos. Los componentes del sistema renina-angiotensina se han encontrado en el cerebro,
donde se desconocen sus funciones. Los péptidos intestinales gastrina, colecistoquinina, péptido
intestinal vasoactivo (VIP) y el péptido inhibidor gástrico (GIP) se han localizado también en el
cerebro. Las endorfinas están presentes en el intestino, y la hormona del crecimiento aparece en
las células de los islotes de Langerhans. En el páncreas, la hormona del crecimiento parece actuar
de forma local inhibiendo la liberación de insulina y glucagón a partir de las células endocrinas.
Las prostaglandinas se encuentran entre las más potentes de todas las sustancias producidas y
liberadas por las células.
Desde su descubrimiento inicial, en el semen, se han identificado un gran número de
prostaglandinas, todas ellas relacionadas estructuralmente, pero con una variedad de efectos
diferentes y, a veces, directamente opuestos. Las prostaglandinas son un buen ejemplo de
hormonas locales, que actúan sobre las mismas células (autocrinas) que las secretan o en la
vecindad de ellas (paracrinas). O sea, no todas las hormonas son liberadas a la sangre!
Aunque las prostaglandinas tienen propiedades hormonales, difieren de otras hormonas en varios
aspectos significativos: 1) Son ácidos grasos. 2) Son producidas por las membranas celulares de
casi todos -si no todos- los órganos del cuerpo. 3) Sus tejidos blanco son generalmente los
mismos tejidos en los que son producidas. 4) Producen efectos notables en concentraciones
extremadamente bajas.
Además, se liberan en cantidades muy pequeñas y son degradadas rápidamente por sistemas
enzimáticos del cuerpo. Las prostaglandinas participan en la contracción muscular necesaria para
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el movimiento del semen y también en las contracciones uterinas durante el parto. También
juegan un importante papel en la regulación de la temperatura por parte del hipotálamo y en la
respuesta inflamatoria: los efectos antipiréticos y antiinflamatorios de las aspirinas tienen que ver
con la inhibición de la síntesis de prostaglandinas.
Entre las prostaglandinas se encuentra un grupo de sustancias conocidas como leucotrienos, que
son producidos principalmente por los distintos leucocitos que intervienen en las respuestas
inflamatoria e inmune. Los leucotrienos incluyen las interleucinas liberadas por los linfocitos T
colaboradores activadas, así como una variedad de moléculas liberadas por macrófagos y
mastocitos estimulados.
El Metabolismo Hormonal
Las hormonas conocidas pertenecen a tres grupos químicos: proteínas, esteroides y aminas.
Aquellas que pertenecen al grupo de las proteínas o polipéptidos incluyen las hormonas
producidas por la hipófisis anterior, paratiroides, placenta y páncreas. En el grupo de esteroides
se encuentran las hormonas de la corteza suprarrenal y las gónadas. Las aminas son producidas
por la médula suprarrenal y el tiroides. La síntesis de hormonas tiene lugar en el interior de las
células y, en la mayoría de los casos, el producto se almacena en su interior hasta que es liberado
en la sangre. Sin embargo, la tiroides y los ovarios contienen zonas especiales para el
almacenamiento de hormonas.
El sistema endocrino de los vertebrados posee gran uniformidad, puesto que la mayoría de las
glándulas endocrinas se presentan más o menos desarrolladas en casi todos los grupos de
vertebrados. Con las hormonas que producen ocurre algo similar.
En los vertebrados hay:
1. Hormonas propiamente dichas, es decir, formadas en glándulas endocrinas,
2. Hormonas producidas por células no agrupadas en glándulas
3. Neurohormonas.
La secreción endocrina está bajo el control nervioso. La corteza cerebral, ante diferentes
estímulos, internos y externos (luz, sonido, temperatura...), provoca la liberación de
neurohormonas a partir de células neurosecretoras del hipotálamo. Estas hormonas denominadas
factores liberadores, pasan al torrente sanguíneo porta-hipotálamo-hipofisiario y de esa manera
alcanzan la hipófisis, donde se encargan de activar o inhibir la producción de hormonas
hipofisiarias. Éstas, a su vez, pasan a la circulación sanguínea y actúan a nivel de diferentes
glándulas endocrinas para que segreguen hormonas. Por esta circunstancia, a las hormonas
hipofisiarias se les denomina hormonas tróficas o trópicas.
Control Y Retrocontrol
La actividad del hipotálamo viene determinada tanto por estímulos procedentes de los centros
nerviosos superiores del encéfalo como por su “retrocontrol” o feed-back negativo provocado
por la concentración sanguínea de las hormonas tróficas hipofisiarias o de las hormonas
segregadas por las glándulas endocrinas “blanco” de aquellas. La hipófisis también sufre un
retrocontrol negativo por la presencia en la sangre de las hormonas de sus glándulas endocrinas
“ blanco”.
La regulación de la secreción de hormonas suele estar dada por retroalimentación negativa. La
información acerca de los niveles de hormona es enviada a la glándula que las secreta, la que
responde aumentando o cesando la producción.
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Figura superior - Sistemas de control hormonal. Control de la secreción hormonal: (+),
control directo. (-), retrocontrol o feed-back, efectuado a tres distintos niveles.
La liberación de las hormonas depende de los niveles en sangre de otras hormonas y de ciertos
productos metabólicos bajo influencia hormonal, así como de la estimulación nerviosa. La
producción de las hormonas de la hipófisis anterior se inhibe cuando las producidas por la
glándula diana particular, la corteza suprarrenal, la tiroides o las gónadas circulan en la sangre.
Por ejemplo, cuando hay una cierta cantidad de hormona tiroidea en el torrente sanguíneo la
hipófisis interrumpe la producción de hormona estimulante del tiroides hasta que el nivel de
hormona tiroidea descienda. Por lo tanto, los niveles de hormonas circulantes se mantienen en un
equilibrio constante. Este mecanismo, que se conoce como homeostasis o realimentación
negativa , es similar al sistema de activación de un termostato por la temperatura de una
habitación para encender o apagar una caldera.
La administración prolongada procedente del exterior de hormonas adrenocorticales, tiroideas o
sexuales interrumpe casi por completo la producción de las correspondientes hormonas
estimulantes de la hipófisis, y provoca la atrofia temporal de las glándulas diana. Por el contrario,
si la producción de las glándulas diana es muy inferior al nivel normal, la producción continua de
hormona estimulante por la hipófisis produce una hipertrofia de la glándula, como en el bocio por
déficit de yodo.
La liberación de hormonas está regulada también por la cantidad de sustancias circulantes en
sangre, cuya presencia o utilización queda bajo control hormonal. Los altos niveles de glucosa en
la sangre estimulan la producción y liberación de insulina mientras que los niveles reducidos
estimulan a las glándulas suprarrenales para producir adrenalina y glucagón; así se mantiene el
equilibrio en el metabolismo de los hidratos de carbono. De igual manera, un déficit de calcio en
la sangre estimula la secreción de hormona paratiroidea, mientras que los niveles elevados
estimulan la liberación de calcitonina por el tiroides.
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La función endocrina está regulada también por el sistema nervioso, como lo demuestra la
respuesta suprarrenal al estrés. Los distintos órganos endocrinos están sometidos a diversas
formas de control nervioso. La médula suprarrenal y la hipófisis posterior son glándulas con rica
inervación y controladas de modo directo por el sistema nervioso. Sin embargo, la corteza
suprarrenal, el tiroides y las gónadas, aunque responden a varios estímulos nerviosos, carecen de
inervación específica y mantienen su función cuando se trasplantan a otras partes del organismo.
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como el ciclo menstrual y el periodo de gestación. El patrón cíclico del estro, que es el periodo
durante el cual es posible el apareamiento fértil en los animales, está regulado también por
hormonas.
La pubertad, la época de maduración sexual, está determinada por un aumento de la secreción de
hormonas hipofisiarias estimuladoras de las gónadas o gonadotropinas, que producen la
maduración de los testículos u ovarios y aumentan la secreción de hormonas sexuales. A su vez,
las hormonas sexuales actúan sobre los órganos sexuales auxiliares y el desarrollo sexual general.
En la mujer, la pubertad está asociada con el inicio de la menstruación y de la ovulación. La
ovulación, que es la liberación de un óvulo de un folículo ovárico, se produce aproximadamente
cada 28 días, entre el día 10 y el 14 del ciclo menstrual en la mujer. La primera parte del ciclo
está marcada por el periodo menstrual, que abarca un promedio de tres a cinco días, y por la
maduración del folículo ovárico bajo la influencia de la hormona folículo estimulante procedente
de la hipófisis. Después de la ovulación y bajo la influencia de otra hormona, la llamada
luteinizante, el folículo vacío forma un cuerpo endocrino denominado cuerpo lúteo, que secreta
progesterona, estrógenos, y es probable que durante el embarazo, relaxina. La progesterona y los
estrógenos preparan la mucosa uterina para el embarazo. Si éste no se produce, el cuerpo lúteo
involuciona, y la mucosa uterina, privada del estímulo hormonal, se desintegra y descama
produciendo la hemorragia menstrual. El patrón rítmico de la menstruación está explicado por la
relación recíproca inhibición-estimulación entre los estrógenos y las hormonas hipofisiarias
estimulantes de las gónadas.
Si se produce el embarazo, la secreción placentaria de gonadotropinas, progesterona y estrógenos
mantiene el cuerpo lúteo y la mucosa uterina, y prepara las mamas para la producción de leche o
lactancia. La secreción de estrógenos y progesterona es elevada durante el embarazo y alcanza su
nivel máximo justo antes del nacimiento. La lactancia se produce poco después del parto,
presumiblemente como resultado de los cambios en el equilibrio hormonal tras la separación de
la placenta.
Con el envejecimiento progresivo de los ovarios, y el descenso de su producción de estrógenos,
tiene lugar la menopausia. En este periodo la secreción de gonadotropinas aumenta como
resultado de la ausencia de inhibición estrogénica. En el hombre el periodo correspondiente está
marcado por una reducción gradual de la secreción de andrógenos.
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Cushing u originar virilismo, aparición de caracteres sexuales secundarios masculinos en mujeres
y niños. Las alteraciones de la función de las gónadas afecta sobre todo al desarrollo de los
caracteres sexuales primarios y secundarios. Las deficiencias tiroideas producen cretinismo y
enanismo en el lactante, y mixedema, caracterizado por rasgos toscos y disminución de las
reacciones físicas y mentales, en el adulto. La hiperfunción tiroidea (enfermedad de Graves,
bocio tóxico) se caracteriza por abultamiento de los ojos, temblor y sudoración, aumento de la
frecuencia del pulso, palpitaciones cardiacas e irritabilidad nerviosa. La diabetes insípida se debe
al déficit de hormona antidiurética, y la diabetes mellitus, a un defecto en la producción de la
hormona pancreática insulina, o puede ser consecuencia de una respuesta inadecuada del
organismo.
Teniendo en cuenta las acciones que la GH lleva a cabo en el organismo, se pueden deducir las
consecuencias que derivan de una secreción de esta hormona en defecto o en exceso. En el primer
caso se produce el enanismo y en el segundo el gigantismo, que también aparece durante la
infancia y sobre todo durante la adolescencia, siempre antes de la pubertad.
La razón es sencilla: la diferencia de estatura se debe principalmente a un desarrollo diferente del
sistema óseo y en particular de los huesos largos (esqueleto de los miembros) . Estos están
constituido por la diáfisis, que es el cuerpo del hueso, y la epífisis, las dos cabezas. Entre la
diáfisis y cada una de las dos epífisis, durante el periodo de crecimiento, existen dos capas
delgadas de cartílagos, el cual da origen a la formación de nuevo tejido óseo que,
superponiéndose a la ya existente, que constituye la diáfisis provoca un alargamiento del hueso.
La GH regula la función de los cartílagos de crecimiento: si aumenta, estos aceleran su ritmo de
trabajo y aparece el gigantismo.
Se habla del gigantismo cuando la estructura de los hombres sobrepasa el metro noventa y cinco,
en la mujer el metro ochenta y cinco.
b) Defina hormona, feromona, glándula endocrina, tejido diana, receptor hormonal y acción
hormonal.
Órgano nervioso >> glándula endocrina >> hormona >> tejido diana >> acción hormonal
e) ¿Cómo se transportan las hormonas en los animales? ¿Por qué será que se transportan por esa
vía?
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g) ¿Qué es un segundo mensajero? ¿Existen formas de acción hormonal en donde el segundo
mensajero no sea necesario? Explique.
j) Compare la forma en que funciona el sistema nervioso con el sistema endocrino completando
este cuadro:
k) Explique que estructuras relacionan al sistema endocrino con el nervioso. ¿Por qué es tan
importante la estrecha relación entre ambos?
l) Una hormona es liberada por una glándula. La hormona viaja, acompañada de glóbulos rojos y
proteínas plasmáticas, a través de la sangre. Ningún control remoto la guía por el laberinto de
vasos sanguíneos…
¿Cómo sabe la hormona que tiene que actuar sobre determinado grupo de células?,
¿Cómo supo la glándula que tuvo que enviar esta hormona a este órgano?,
¿Cómo supo la glándula que tenía que dejar de enviarla?
m) Busque un cuadro que reúna las hormonas humanas según sus características y funciones
n) Intente explicar las características, funcionamiento, regulación y control del sistema endocrino
usando como ejemplo los conceptos de insulina, diabetes y páncreas.
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o) Intente explicar las características, funcionamiento, regulación y control del sistema endocrino
usando como ejemplo los conceptos hormona de crecimiento, hipófisis y acromegalia.
Ejercitación
En los siguientes textos identifique los conceptos de glándula endocrina, hormona, tejido
diana y acción hormonal. Defina cada uno de ellos.
Texto 1:
Los anabólicos esteroides, más precisamente anabólicos androgénicos esteroides, pertenecen al
grupo de drogas ergogénicas, también llamadas drogas de performance. Son sustancias
sintéticas derivadas de la testoesterona, una sustancia natural masculina. "Anabólico" significa
"constructor" o "fabricante", y "androgénico" significa "masculinizante", es decir que otorga
características sexuales masculinas. Los esteroides derivan de las hormonas; a su vez, los
anabólicos esteroides conforman un grupo dentro de estas drogas hormonales. Un hombre sano
produce entre 2 y 10 miligramos de testosterona al día (las mujeres también la producen, pero
en cantidades residuales). Las hormonas anabólicas ayudan al cuerpo a absorber las proteínas,
propician el desarrollo muscular, óseo y de la piel. Las características androgénicas de la
testosterona se relacionan con la masculinidad: durante la pubertad permite el desarrollo sexual
masculino, el crecimiento capilar en el cuerpo y el agravamiento de la voz.
Estas sustancias están diseñadas para imitar las funciones de crecimiento de la testosterona,
pero afectando mínimamente sus efectos masculinizantes
Texto 2:
Según el endocrinólogo de la Universidad de Washington, Michael Schwartz, las hormonas que
participan en la regulación de la ingesta pueden dividirse en dos grupos: uno que actúa
rápidamente e influye en las comidas individuales, y otro que actúa más lentamente para
promover el equilibrio a largo plazo de las reservas de grasa del organismo.
Los reguladores de largo plazo incluyen a la leptina y la insulina . Liberadas en el torrente
sanguíneo en respuesta a la proporción de tejido adiposo que contiene el cuerpo -en el primer
caso por las células grasas y, en el segundo, por el páncreas- inciden sobre el apetito
estimulando o inhibiendo a las neuronas del hipotálamo.
"La leptina es una molécula que informa al cerebro acerca del estado de acopiamiento
energético. Básicamente le dice estamos bien o nos estamos quedando sin víveres.
La hormona ghrelin , que secreta el estómago, constituye otro tipo de señal de alerta. Sus niveles
se elevan abruptamente antes de las comidas, con el estómago vacío, indicándole al cerebro que
es hora de tener hambre, y después caen igual de rápido, cuando el estómago está lleno.
El péptido YY3-36 , recientemente descubierto, es considerado una hormona antihambre: redujo
el 60% el apetito en individuos sanos a los que se les ofreció un buffet canilla libre . "Es
producido después de comer por células que tapizan el intestino delgado y el colon
proporcionalmente al contenido calórico de la ingesta", explicó a LA NACIÓN el profesor
Stephen Bloom, uno de sus descubridores.
Los niveles de YY3-36 en la sangre se mantienen altos entre las comidas y, cuando se lo inyecta
en roedores y seres humanos, inhibe la ingesta durante las siguientes doce horas.
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Fuentes de Información
http://www.biologia.edu.ar
http://www.biocarampangue.dm.cl
http://www.biologia.arizona.edu
http://www.telmeds.org
http://highered.mcgraw-hill.com
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/8.htm
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