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La gran aportación de Mendeleev fue suponer, observando las propiedades de los elementos
conocidos, que en la tabla debían dejarse algunos huecos vacíos, que corresponderían a
elementos que en aquel momento no se conocían, pero que deberían ser descubiertos con el
tiempo. Así, Mendeleev predijo la existencia de tres elementos que denominó eka-boro, eka-
aluminio y eka-silicio ("eka" es la palabra sánscrita que significa "uno"), los cuales fueron en
efecto descubiertos más adelante y recibieron el nombre de escandio, galio y germanio,
respectivamente.
Publicó, un año después que Mendeleev e independientemente de éste, una ordenación de los
elementos similar, pero en la que faltaba el gran salto que dio Mendeleev al predecir la
existencia de elementos que eran desconocidos en aquel momento.
Meyer representó gráficamente los volúmenes atómicos de los elementos en función de sus
pesos atómicos, con lo que observó que se alcanzaban valores máximos para los metales
alcalinos: sodio, potasio, rubidio y cesio. Cada descenso y nueva subida a un máximo
correspondería a un período en la tabla de elementos.Otras propiedades físicas descendían y
subían de forma similar.
Por su parte, Mendeleev se había basado en el cambio progresivo de las valencias. Clasificó la
información correspondiente no en un gráfico, como Meyer, sino en una tabla, lo cual aportaba
mayor claridad.
1. Los elementos se ordenan por sus masas atómicas, es decir, se considera que la masa
atómica es el parámetro fundamental para diferenciar a unos elementos de otros. Hoy
en día, gracias a los trabajos de Moseley, sabemos que es el número atómico, Z, el
que caracteriza a cada átomo.
Por esta razón, la tabla original de Mendeleev contenía algunas contradicciones, ya
que los pares argón-potasio, cobalto-níquel y teluro-iodo están colocados según el
criterio más lógico de sus propiedades y no por el criterio rígido de sus masas
atómicas.
2. No se diferencia entre elementos metálicos y no metálicos. Este problema desapareció
con la corrección introducida por Werner, que transformó el sistema de ocho columnas
en otro de dieciocho.
3. Los grupos de los lantánidos y actínidos no tienen una colocación definida en la tabla.
4. La octava columna agrupa a los elementos de cuatro en cuatro (también esta dificultad
se solucionó con la corrección de Werner y Paneth).
5. El hidrógeno no tiene un lugar apropiado.