0 évaluation0% ont trouvé ce document utile (0 vote)
111 vues4 pages
Este resumen analiza un documento que reseña el libro "Literatura y frontera" de Álvaro Fernández Bravo. El documento critica que el libro hace afirmaciones sin evidencia empírica, como que la ciencia y el ejército convergieron para apoyar al Estado nacional, o que el libro de Darwin tuvo poca difusión. También señala que el libro no define claramente quién era el público lector de la época.
Este resumen analiza un documento que reseña el libro "Literatura y frontera" de Álvaro Fernández Bravo. El documento critica que el libro hace afirmaciones sin evidencia empírica, como que la ciencia y el ejército convergieron para apoyar al Estado nacional, o que el libro de Darwin tuvo poca difusión. También señala que el libro no define claramente quién era el público lector de la época.
Este resumen analiza un documento que reseña el libro "Literatura y frontera" de Álvaro Fernández Bravo. El documento critica que el libro hace afirmaciones sin evidencia empírica, como que la ciencia y el ejército convergieron para apoyar al Estado nacional, o que el libro de Darwin tuvo poca difusión. También señala que el libro no define claramente quién era el público lector de la época.
Literatura y frontera. Procesos de territorializacin en las culturas argentina y chilena del siglo XIX, Sudamericana/Universidad de San Andrs, Buenos Aires, 1999. Este libro puede ponerse en vinculacin con la traduccin al espaol de Imperial Eyes. Travel Writing and Transculturation, de Mary Louise Pratt, por la Universidad Nacional de Quilmes en 1997: como veremos en esta resea, ambos comparten un estilo no demasiado frecuente en la Argentina de la ltima dcada pero que supo abundar en los aos de la crtica ideolgica. La tesis central de Literatura y frontera consiste en que el poder poltico pretendi insertar estos relatos, que llamaremos literatura de la frontera, en un plan de apropiacin y homogeneizacin cultural nacionalista. La historia literaria tambin contribuy en esta maniobra de territorializacin, a travs de su bsqueda por construir una doble genealoga que asocia territorio con literatura por un lado y literatura con nacionalidad por el otro (p.13). Fernndez Bravo organiz su libro en cinco captulos y un eplogo para presentar en ellos su marco terico y los textos que leera para probar esta tesis. As, entre las quince fuentes primarias que constituyen el cuerpo a analizar, se le da mayor peso al Facundo, de Sarmiento, a las Investigaciones filosficas sobre la influencia social de la conquista y el sistema colonial de los espaoles en Chile, de Lastarria, a la Crnica de la Araucana, de Lara y a La Australia argentina, de Payr. El libro es una versin corregida de la tesis doctoral del autor presentada en 1996 en el Departamento de Lengua y Literaturas Romances de la Universidad de Princeton. En el captulo inicial Fernndez Bravo esboza una genealoga que le permite emparentar su estancia en Princeton con los exilios, con Indios, ejrcito y frontera, de David Vias y con Los vengadores de la Patagonia trgica, de Osvaldo Bayer. Para Fernndez B., Princeton result tambin en el descubrimiento del proceso de construccin de las fronteras argentinas y chilenas gracias a las lecturas de Homir Bhabha, de Mary Louise Pratt y de Gilles Deleuze. El trabajo recurre, asimismo, a parte de la historiografa de la antropologa producida en los Estados Unidos de Amrica. As, surgen los nombres de James Clifford, 2 de Curtis Hinsley y de George Stocking Jr., de los que toma, sobre todo, sus presupuestos ms generales. Deja de lado, sin embargo, tanto el marco historiogrfico como el trabajo emprico que estos dos ltimos vienen realizado desde hace dcadas. lvaro Fernndez prefiere adherir a los enfoques de Clifford y de Pratt que conciben a la cultura como texto. En su interpretacin, la tarea del investigador consiste en la lectura de relatos, cuya importancia se define cannicamente o a priori, para, a travs de ella, retrodecir los posibles efectos que estos pudieron haber tenido. As, ms all de las pretensiones foucaultianas de Pratt y de su escuela, la historia aparece como la fuente ms clara a la que se puede recurrir para ratificar lo conocido y lo dado. Fernndez Bravo confirma su participacin en esta concepcin no genealgica de la historia al considerar las crnicas de los conquistadores y de los misioneros como prehistoria de la antropologa (p. 24) y al afirmar aunque quizs solo se trate de un error de redaccin- que San Agustn era un temprano torico del imperialismo (p. 92). Como la obra de Pratt, Literatura y frontera es un libro lleno de sugerencias y de consecuencias que no se comprueban. Los textos aparecen como antecedentes de fenmenos, y lo probable y lo posible son presentados como hechos, solo por haber sido concebidos en este marco de interpretacin. Como si el mundo desapareciera ms all de esta unidad que se crea entre el cuerpo de los libros elegidos y el ojo lector, pareciera que ninguna de las hiptesis es contrastable. As, Fernndez Bravo argumenta apelando a la transformacin de sus hiptesis en enfticas afirmaciones, enunciando asociaciones y sugerencias provocativas y enjuiciadoras o incurriendo en un juego de palabras carente de una verdadera preocupacin filolgica. Con esto ltimo me refiero al abuso por querer encontrar la Nacin dentro de palabras tales como combinacin e imaginacin (transformadas en combiNacin p. 53- e imagiNacin -p. 103) y que el uso de un buen diccionario, o sospechas mnimas de latn, hubieran conjurado. En esta resea me interesa analizar estos aspectos tal como aparecen en el captulo 5, Desplazamientos finiseculares, en el que frecuentemente se menciona la relacin entre la literatura, la ciencia y el Estado nacional. En este captulo, Fernndez Bravo vuelve a insistir en el tpico de la alianza entre ciencia y ejrcito como brazos del Estado (p. 162- 163). Sin discutir la validez general de esta afirmacin, en la Argentina, por lo menos, parece basarse en la aceptacin de la gloria de Julio A. Roca retratado por Juan Manuel 3 Blanes junto a los cientficos alemanes que tomaron parte en su campaa al Ro Negro. Pero, subrayemos, no existe todava un estudio pormenorizado acerca de las relaciones entre las instituciones cientficas, los cientficos, los polticos y el ejrcito en los distintos momentos de la historia argentina. El lugar ya comn de que saber y poder convergen una vez ms y exhiben una complicidad de la que la crnica tambin forma parte (p. 163) perturba incluso su lectura de la cita que extrae de Payr en la que queda claro que el coronel Rosario Surez acompaaba a Francisco Moreno como agregado voluntario y no como miembro del ejrcito. Este tipo de reducciones (Moreno como equivalente de la ciencia, el coronel Surez como representante del ejrcito o la Revue de Deux Mondes p. 89- como sinnimo de Francia) crean varios problemas: primero, oscurecen los procesos particulares y las articulaciones reales que muestran a una ciencia mucho ms endeble y mucho menos orgnica de lo que las lecturas tanto hagiogrficas como de crtica ideolgica postcolonial pretenden hacer creer. La formacin del archivo no contaba con el apoyo de la maquinaria militar del Estado (p. 162): como puede comprobarse en la historia de las exploraciones emprendidas desde el Museo provincial de La Plata, el Museo Nacional de Buenos Aires, la Academia de Ciencias de Crdoba o, privadamente, por los hermanos Ameghino, la logstica de los viajes era objeto de negociacin permanente y de apoyos obtenidos merced a alianzas, tan espordicas como los vaivenes de la poltica argentina. En este aspecto particular, la bibliografa de Fernndez Bravo es particularmente escasa y comprende el libro de Bertomeu (1949) y el estudio preliminar al Viaje a la Patagonia Austral, de Rey Balmaceda (1969). Basarse en las hagiografas como fuente secundaria puede resultar en la rplica de una apoteosis, con signo negativo, que conserva intacta la estructura de la biografa consagrada. Pero, an cuando solamente se trate de sealar y reforzar las imgenes urdidas por Payr, tampoco parece prudente asumir que las mismas hayan sido compartidas o que tuvieran alguna eficacia. De esta manera, Fernndez Bravo, fijndose en el cuestionamiento del acto apototico, lo vuelve a consagrar. En el captulo 5, al igual que en el resto del libro, se echa de menos algn gesto que sugiera la intencin de contrastar los parece, los acaso y los quizs con los hechos y los datos que hubiesen surgido, por ejemplo, de la simple revisin de los ndices de las revistas cientficas. As, abundan los prrafos como el siguiente: A fin de siglo, sin embargo, la contratacin de sabios extranjeros parece disminuir (acaso debido a la 4 creciente xenofobia y a la mayor disponibilidad de cientficos nacionales) y los escritos de los naturalistas britnicos en particular son sometidos a una severa revisin (p.152). Lo mismo ocurre unos prrafos ms abajo al referirse a las crticas al Diario del viaje en el Beagle, de Charles Darwin: Pero cabe preguntarse, por qu asignar tanta importancia al libro de Darwin, cuando difcilmente podra haber tenido una difusin masiva entre los lectores sudamericanos y menos an- incidencia concreta en los problemas limtrofes entre los dos pases? (p. 152). A mi entender, el presupuesto de una falta de difusin masiva del libro de Darwin incurre en varios errores historiogrficos no poco importantes en el marco de la tesis de Fernndez Bravo. Primero, el uso del calificativo masivo, demasiado sospechoso de contemporaneidad. Al mismo tiempo, hubiese sido interesante que Fernndez Bravo desarrollara esta conexin entre la difusin masiva de Darwin y el peso que, segn este nexo, podra haber tenido la opinin de las masas en la resolucin de los problemas de lmites. Por otro lado, aunque el autor no desconoce -e incluso cita- El discurso criollista, de Adolfo Prieto, el libro elude cualquier intento de definir al pblico lector de las obras que analiza. Sin embargo, Fernndez Bravo tiene razn: no es vano preguntarse quin era el lector y cmo eran ledos estos textos, ya fueran los de Darwin o los de los argentinos y chilenos. Pero para responder esto hubiera hecho falta salir del texto y dejar de creer como Pratt- que podemos hacer pasar nuestros ojos por los de los lectores de entonces: recordemos que, si se intenta conjurar la sombra del alma y la quimera del origen, la necesidad de la historia no puede evitarse. Irina Podgorny UNLP/CONICET