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El documento analiza el rol que tuvo la televisión en la sociedad estadounidense de posguerra y cómo se promocionó como un elemento central de la vida familiar. Se presentaba a la TV como un catalizador para reforzar los valores familiares y el consumismo, aunque también generaba dudas sobre su influencia en los niños y su capacidad de reemplazar la figura paterna. Con el tiempo, la televisión pasó a ser vista como una amenaza potencial para la autoridad de los padres y la cohesión familiar.
El documento analiza el rol que tuvo la televisión en la sociedad estadounidense de posguerra y cómo se promocionó como un elemento central de la vida familiar. Se presentaba a la TV como un catalizador para reforzar los valores familiares y el consumismo, aunque también generaba dudas sobre su influencia en los niños y su capacidad de reemplazar la figura paterna. Con el tiempo, la televisión pasó a ser vista como una amenaza potencial para la autoridad de los padres y la cohesión familiar.
El documento analiza el rol que tuvo la televisión en la sociedad estadounidense de posguerra y cómo se promocionó como un elemento central de la vida familiar. Se presentaba a la TV como un catalizador para reforzar los valores familiares y el consumismo, aunque también generaba dudas sobre su influencia en los niños y su capacidad de reemplazar la figura paterna. Con el tiempo, la televisión pasó a ser vista como una amenaza potencial para la autoridad de los padres y la cohesión familiar.
Televisin e ideal familiar en la Amrica de postguerra
En los aos de postguerra el aparato de televisin se convirti en una figura central en las representaciones de las relaciones familiares. La introduccin de la mquina al hogar significaba que los miembros de la familia necesitaban adaptarse a la presencia de un medio de comunicacin que poda transformar los viejos modos de interaccin familiar. Mientras el aparato de televisin se trasladaba al centro de la vida familiar (dnde debera poner usted el aparato de televisin?), otras instalaciones fijas de la casa tradicionalmente asociadas con la felicidad domstica tuvieron que hacerle sitio. Los nuevos centros de entretenimiento dentro de los hogares, compuestos por radio, una televisin y un fongrafo, a menudo hacan al piano completamente obsoleto, la aparicin del aparato de televisin se correlaciona de modo significativo con el piano en desaparicin. La TV represent la sustitucin de los muebles fijos tradicionales de la vida familiar, como la chimenea en conjunto, reemplazada por la TV como punto focal alrededor del cual disponer los asientos en la habitacin. Los discursos de los medios de comunicacin no reflejaban tanto la realidad social; en lugar de ello, la precedan. De hecho, las revistas incluan la TV como un mueble fijo domstico corriente antes que la mayora de los americanos pudiese ni siquiera recibir una seal televisiva. Decan que la televisin acercara mucho ms a las familias, y era exactamente ese valor, el ncleo familiar, lo ms importante para las personas en la postguerra. Habitacin familiar: evidencia de un creciente deseo de proporcionar un marco dentro del cual los miembros de una familia se encontrarn mejor equipados para disfrutar unos con los otros sobre la base del respeto y afecto mutuos. La importancia de este concepto (habitacin familiar) indica una urgencia por reafirmar la validez de la familia a travs de proporcionar un diseo mejor para vivir. Esta nocin de cohesin domstica era esencial al diseo de la vivienda propuesto por las revistas, que popularizaron la habitacin familiar en los aos 50. Ocuparon fotografas retratando el crculo familiar, con la TV en l, donde cualesquiera que fuesen las presiones y complejidades de la modernidad, el hogar conservara una armona y seguridad impertrritas. Los anuncios publicitarios para la televisin de postguerra apuntaban a una economa de los tiempos de paz basada en el consumismo y en los valores familiares. Mostraban que la TV actuara como catalizador para el regreso a un mundo de amor y afecto domsticos. El perfil del padre de familia que regresa al hogar luego de la guerra que, especialmente, el cine negro quiso mostrar, eran personas enfermas, trastornadas y emocionalmente inestables. Muchos teman que los veteranos que haban regresado fueran incapaces de asumir sus posiciones como padres de familia responsables. Y las mujeres, que durante la guerra haban sido llamadas por los medios para ocupar la posicin masculina de trabajo fuera del hogar, fueron llamadas a regresar a la casa, a cumplir su rol natural que fomentaban los medios de comunicacin. Pero ellos mismo estaban, simultneamente, fomentando lo contrario, porque al mostrar el ideal de familia, mandaban a las mujeres casadas al interior de la fuerza laboral con el fin de obtener el dinero necesario para vivir de acuerdo al ideal: la felicidad domstica era cara. De todas formas, las ilustraciones de felicidad hogarea y prosperidad consumista (siempre con la televisin en el centro del grupo familiar) presentaban una tranquilizadora alternativa a las tensiones de la vida de la postguerra. El tema del producto como centro no solo sugera las cualidades familiares del aparato, sino que implicaba tambin un modo de uso: los anuncios sugeran que la TV fuese mirada por una audiencia familiar. Todo esto produjo que la televisin mantuviera ms a la familia en el hogar que antes, es decir, que permaneciera ms tiempo en el hogar mirando la televisin que saliendo a la ciudad. La gente reaccion a todo esto de manera congruente con la publicidad que la TV promova: las mujeres decan que gracias a la TV, sus relaciones maritales estaban retomndose; los nios inquietos se curaban mirando televisin: la televisin mantiene a los nios en casa. Sin embargo, este consumismo asistido por la mquina tena un lado oscuro oculto desde el cual las nuevas tecnologas del hogar y los estilos de vida mecanizados parecan menos atractivos. Las mquinas proporcionaban ocio, confort, y la posibilidad de progreso, pero tambin indicaban el fin de la naturaleza y el orden natural de las cosas, tanto en el hogar como en la vida pblica. Entonces, la amenaza del hombre-mquina dio ascenso a una serie de afirmaciones sobre la relacin entre la TV y la familia. Se convertir el aparato de televisin en el amo y la familia en su objeto de deseo? En resumen, no deje que la televisin lo domine! Se refirieron a ella como el gigante de la sala de estar, una especie de nio sobrenatural que poda volverse contra su amo en cualquier momento. Estaba la posibilidad de que los ciudadanos se volviesen impotentes frente a la nueva y curiosa mquina, en la privacidad de sus hogares. Otro punto importante es la importancia estratgica que tuvo el aparato de TV en la Segunda Guerra Mundial, por lo que su imagen de unidad familiar domstica se contradeca con su pasado blico. Adems exista la creencia popular de que la TV podra producir cncer por la radiacin. Como estrategia de respuesta a estas creencias populares en desmedro de la TV, se crearon anuncios que promovan que la TV instalada dentro de un mueble estara domesticada, y que se podan crear modelos de televisin acordes con el estilo de la habitacin familiar, es decir, camuflar el aparato dentro de la sala. Estas ganas de esconder la mquina producen una contradiccin con el hecho de que la TV significaba un smbolo de estatus en la sociedad norteamericana de los 40, pero luego de las guerras, ya en la dcada del 50, la TV se masific tambin a los sectores medios y bajos, por lo que para los sectores altos, tenerla tan a la vista pas a ser visto de mal gusto. Para alivianar las tensiones de la tecnologa televisiva, surgieron anuncios que le daban un carcter antropomorfo a la TV, mostrndola al igual que un animal domesticado, sta obedecera a su dueo y se convertira en el compaero de juegos de los nios, tanto como un fiel compaero para los adultos. Pero las dudas seguan. Ahora eran los espectadores quienes haban perdido el control sobre s mismos, especialmente los nios, vulnerables a caer a conductas pasivas y adictivas. Y stas podran conducir en s mismas al efecto opuesto de incrementar la agresividad. Llamaron a la TV la droga enchufable y la relacionaron con narcticos que ofrecan a los nios una excitacin momentnea antes que los eternos placeres del arte verdadero. La TV estaba colonizando el tiempo de ocio de los chicos ms de lo que ninguna forma cultural lo haba hecho hasta el momento. Muchas organizaciones comunales y religiosas pusieron medidas de regulacin de los contenidos de la TV, para intentar lograr que el nuevo medio resultase seguro para nios y adolescentes. Lo que resulta interesante aqu es el grado en que los debates acerca de la televisin y los nios involucr interrogantes relacionadas con la autoridad de los padres. stos no podan controlar la TV, pero s a sus hijos, la televisin amenaz particularmente con destronar al padre; se necesita una mano humana para prender la televisin. De esta forma, los padres podan permitir a sus hijos ver cierto tipo de programas y otros no. Pero los nios, respondiendo a encuestas, demostraron que preferan los programas que sus padres encontraban desagradables. En el perodo de postguerra, la TV se convirti en un vehculo ideal a travs del cual regular la vida familiar, porque volvi a los padres ms dependientes respecto del conocimiento generado por las instituciones pblicas y por consiguiente, los ubic en una posicin ms dbil. La televisin era un medio fuertemente promocionada para las familias CON hijos, ya que los nios constituan un mercado de consumo lucrativo. Al ser la TV la duea del quehacer familiar contrarresta la figura paterna y amenaza con separar a los miembros de la familia. A pesar de que las familias son reunidas alrededor del televisor, esta proximidad espacial no necesariamente se traduce en mejores relaciones familiares. Poco a poco comenz a surgir tambin el hecho de tener ms de un televisor, de modo que la familia se divide en subgrupos de inters. TV-cocina: una vez que el hogar es considerado un lugar de trabajo (para las amas de casa), la separacin entre el trabajo pblico y tarea domstica se torna menos clara. La manera en que estn relacionados el trabajo y el ocio, sin embargo, se mantiene como un complejo interrogante. El consumo televisivo encaja en un modelo general de vida cotidiana en que el trabajo y el tiempo libre estn entrelazados. La posicin de los programas en la parrilla televisiva refleja y est determinado por el orden estructural de trabajo del mundo social. Los programadores se preguntan quin se encuentra en casa, si la mujer o el hombre, a cierta hora, y realizan parrillas televisivas acordes a eso. Las amas de casa siempre fueron un pblico fiel a la radio, y con la llegada de la TV la industria asumi que sta requerira la total atencin del ama de casa, y por lo tanto perturbara su labor en el hogar. La insercin de la programacin diurna cost al principio, ya que las cadenas y auspiciantes no estaban seguros de si las amas de casa efectivamente prestaran atencin a los programas y publicidades de la maana y el da. Para esto se crearon programas que pudiesen ser apreciados tanto al ser escuchados como al ser vistos como shows segmentados, que podan ser interrumpidos y retomados continuamente y no importaba porque no tenan una trama particular y duradera. Los programas les prometan a las espectadoras no solamente entretenimiento, sino tambin lecciones sobre como tomar decisiones de consumo para sus familias, inspiradas en las revistas de moda, cocina, tiempo libre, espectculos, etc. La teora que mova este modelo televisivo era que es ms probable que el ama de casa se tome el tiempo de sus tareas hogareas si siente que su consumo televisivo volver ms eficiente su trabajo del hogar y la ayudar a aportar una vida ms agradable a su familia.