El documento habla sobre la relación entre el arte y los niños pequeños. Discute que los niños experimentan el arte a través del juego y la literatura desde una edad temprana. Aunque los bebés requieren cuidados básicos, también tienen experiencias artísticas a través de canciones, voces y libros ilustrados. Para que los libros sean una experiencia estética para los niños, deben construir un terreno donde florezca la fantasía en lugar de solo enseñar o informar.
El documento habla sobre la relación entre el arte y los niños pequeños. Discute que los niños experimentan el arte a través del juego y la literatura desde una edad temprana. Aunque los bebés requieren cuidados básicos, también tienen experiencias artísticas a través de canciones, voces y libros ilustrados. Para que los libros sean una experiencia estética para los niños, deben construir un terreno donde florezca la fantasía en lugar de solo enseñar o informar.
El documento habla sobre la relación entre el arte y los niños pequeños. Discute que los niños experimentan el arte a través del juego y la literatura desde una edad temprana. Aunque los bebés requieren cuidados básicos, también tienen experiencias artísticas a través de canciones, voces y libros ilustrados. Para que los libros sean una experiencia estética para los niños, deben construir un terreno donde florezca la fantasía en lugar de solo enseñar o informar.
por Mara Emilia Lpez Jugar nos ayudaba a entender la vida, y tambin el arte nos ayuda a entender la vida. Pero no porque los uentos digan de otra manera! iertos asuntos o e"pliquen on e#emplos lo que nos pasa sino por las onseuenias que nos trae $abitarlos. Por esa manera de $oradar que tiene la %iin. &e levantar osas tapadas. Mirar el otro lado. 'isurar lo que paree liso. (%reer grietas por donde olarse. )bonar las desmesuras. E"plorar los territorios de %rontera, entrar en los araoles que esonden las personas, los vnulos, las ideas!. *raiela Montes +niiar un pensamiento sobre el arte y los ni,os peque,os implia, desde mi punto de vista, detenernos en el prinipio del devenir $umano de todos los $ios. -n ni,o llega al mundo argado de inertidumbres, privado aun de la apaidad de representain, privado aun de digos ompartidos on aquellos que lo reiben, on el mundo ultural que $a de $abitar. Pero a ambio trae un aparato pereptivo absolutamente virgen, en el que aun no se $an insripto las maras del lengua#e, los sentidos ya estableidos de los modos de mirar ompartidos ulturalmente. Esta realidad onstituye una parado#a vital para su desarrollo. probablemente para quienes lo aompa,aremos advertirla y pensarla sea una manera potente de andamiarlo saludablemente en su onstruin sub#etiva, y tambin en la posibilidad de $aer su propia e"perienia esttia!, es deir de omenzar a transitar la relain on el arte. La %ragilidad de un beb, los uidados personalsimos que nos demanda, implian un aqu y a$ora tan ligado a la supervivenia, que imaginar que all ourren %enmenos relativos a su devenir artstio resulte tal vez desonertante. /in embargo, 0inniott 123 ya nos advirti sobre esto $ae mu$os a,os, uando omenz a desarrollar sus $iptesis sobre el surgimiento de la reatividad, en sus esritos sobre el #uego. 4 aunque e"pliitaba que su ob#eto de estudio era la reatividad en un sentido amplio, propio de la ondiin de estar vivo y no neesariamente omo ondiin de artista!, reonoa que el impulso creador es algo que se puede entender como una cosa en s misma, que, por supuesto, es necesaria si el artista quiere producir una obra de arte, pero tambin como lo que se encuentra presente cuando cualquiera beb, nio, adolescente, adulto, anciano- contempla algo en forma saludable o hace una cosa de manera deliberada, como ensuciarse con sus propias heces o prolongar el acto de llorar para gozar con un sonido musical. Adverta tambin que o bien los individuos viven en forma creadora y sienten que la vida es digna de ser vivida, o que no pueden hacerlo y dudan del valor de vivir. sa variable de los seres humanos tiene vinculaci!n directa con la calidad y cantidad de la formaci!n de un ambiente al comienzo o en las primeras etapas de la e"periencia vital de cada beb. Esos argumentos 5inniottianos %ueron la base de m6ltiples e"perienias y teorizaiones posteriores. 7ambin pueden ser una base para la artiulain entre los uidados maternales $aia un beb o ni,o peque,o 1ya sea en el 8mbito %amiliar o en los #ardines maternales3, y las e"perienias l6dias y artstias. 9Los bebs pueden relaionarse on el arte: 9;mo $ago propuestas artstias para bebs: 9<u aprende sobre el arte un beb: Estas preguntas y otras a%ines resuenan permanentemente en los #ardines maternales, en quienes se est8n %ormando omo doentes, en los #ardines de in%antes. La introduin al tema que planteo en este artulo intenta apro"imar algunas ideas= $aer e"perienia artstia, dis%rutar de una obra de arte, produir arte, son posibilidades que se onstruyen en un devenir, pero ese devenir implia un amino evolutivo 1relaionado diretamente on la apaidad reativa que va adquiriendo el beb o el ni,o peque,o3 que est8 en %uerte sintona on la alidad de los primeros uidados que brinda el adulto en la intersub#etividad, y que luego podremos trasladar al doente, uando ese ni,o peque,o aede al #ardn y reibe a la vez uidados amorosos y uidados pedaggios. Pensemos algunas situaiones onretas. Qu es la literatura para un beb o nio pequeo? Eo > voz > palabra > imagen > literatura= desde las primeras palabras, esas que signi%ian todo, esas que balbuean sentidos, esas que pesan m8s por la voz que las porta que por su etimologa, esas que son eo del amor, de la ternura, esas que $aen de espe#o, las que nos dien > le dien dnde est8 la belleza, que l > ella es la belleza, que la belleza y el amor son una sola osa. Los sonidos= la voz que imprime sentidos a sus sensaiones, a sus dolores, a su $ambre, a sus alegras= la voz o las voes que le antan aniones de manos, de ratones, de aballos, o aniones para dormir. 4 laro que all $ay arte= en la poesa de la letra de ada anin, en las melodas, en las modulaiones, en el gesto orporal aunador, en el movimiento. ?ay e"perienias de plaer, $ay e"perienias artstias, $ay un reservorio ultural en danza que el ni,o inorpora en su perepin amplia y dispuesta. Las im8genes= primero el rostro m8s querido, despus otros rostros, m8s all8 los olores, la naturaleza, los #uguetes y %inalmente los libros. Protoliteratura! me gusta llamarla, esa que nae en las nanas, esa que rea una envoltura sonora apaz de ontener y aompa,ar, esa que $ae sub#etividad y adem8s estimula el #uego, ese #uego que poo a poo, en el enuentro on iertos ob#etos de la ultura, omenzar8 a disriminarse omo arte, aunque en un prinipio ambas e"perienias estn totalmente imbriadas. Pensemos en un beb que lee un libro, lo $upa, lo saude, se,ala las im8genes, balbuea. @o tenemos dudas de que #uega, e"plora, investiga. Pero, 9eso es tambin e"perienia esttia: 9?ay all relain entre ese beb y el arte: 9Es una situain literaria: &epende... 9de qu depende: Por un lado de la alidad del libro, y este es un punto %undamental. Lamentablemente muy poas biblioteas para bebs o ni,os peque,os uentan on materiales enriqueedores, la tendenia a onvertir el libro en un transmisor de onoimiento $ae que la mayora de las propuestas terminen mostrando los ob#etos de la vida otidiana, asi siempre simpli%iados en su dise,o, omo para que no queden dudas de que el ni,o va a interpretar orretamente! la imagen. 4 esa es la primera traiin al arte. 9/u %unin aaso es in%ormar: 9( aonse#ar: Porque otra de las araterstias reurrentes suele ser la uestin moral= libros para prestar los #uguetes, libros para de#ar el $upete, libros para dormir en la propia ama. 4 laro que la literatura implia un traba#o psquio, o omo dira Mi$Ale Petit, el lector no consume pasivamente un te"to# se lo apropia, lo interpreta, modifica su sentido, desliza su fantasa, su deseo y sus angustias entre las lneas y los entremezcla con las del autor. $ es all, en toda esa actividad fantasm%tica, en ese traba&o psquico, donde el lector se construye 1B3. Pero la esenia de la obra literaria, aunque sea para un letor beb, es %undamentalmente %iional. Eso es la literatura= %iin. Por lo tanto, si el libro 1tanto por sus te"tos omo por sus ilustraiones3 no onstruye un terreno en el que la %antasa pueda desplegarse, on todas las $erramientas propias de la %iin, su ar8ter de ob#eto esttio se desdibu#a. Entones leemos libros para aprender iertos temas, o para estimular el lengua#e, o para superar problemas emoionales, pero no estamos introduiendo al ni,o en el terreno del arte. Para sostener el enuentro on una obra literaria es impresindible que pueda darse all un pato de %iin. /i el letor, grande o peque,o, no logra involurarse en la realidad alternativa que onstruye la obra, si no logra suspender la inredulidad, no $abr8 posibilidades de ingreso al terreno potio. Ese enuentro puede %allar por arenia artstia del libro, por inompetenia del letor, o por intromisin desa#ustada del mediador. Las pinacotecas: dnde estn? Colvemos al terreno de las ilustraiones. En los 6ltimos a,os, los libros ilustrados y los librosD8lbum $an ganado mu$o espaio en el merado editorial, eso $ae que la o%erta sea e"tensa. /in embargo, el esaso aeso a la %ormain en letura de im8genes por parte de los doentes, $ae que mu$as obras riqusimas que se $an vuelto aesibles pasen desaperibidas para nuestros ni,os. E"iste un supuesto de que los ni,os peque,os slo pueden peribir lo que se propone en im8genes %igurativas, olores plenos, esttias realistas. /orprende observar, si uno se detiene a $aer un seguimiento de las leturas de im8genes de los $ios, la antidad de elementos que ellos desubren antes que un adulto en determinadas ilustraiones, o mo relaionan elementos aparentemente inone"os para la mirada de su padre o maestro. Los ni,os peque,os son naturalmente surrealistas, tienen la apaidad de estableer lgias alternativas a partir de la libertad on que irulan sus im8genes mentales y asoiaiones. 4 aqu onviene detenernos en algunas ideas aera de la perepin in%antil. &aniel /tern 1E3, un psioanalista que estudia espeialmente el naimiento de las relaiones intersub#etivas en los ni,os, desribe la perepin de los primeros a,os omo una perepin amodal!, en el sentido de no modalizada u organizada a6n por el lengua#e, por lo tanto sumamente abarativa de los registros de todos los sentidos. La perepin amodal es, desde ese punto de vista, una gran riqueza de esos primeros a,os, porque implia la posibilidad de una multipliidad de registros en %unionamiento, aunque luego ir8n soterr8ndose en bene%iio del lengua#e, que deber8 organizar la e"perienia, volverla nombrable, representable, et. 1F3. Pero sabemos que no todo ingresa en las posibilidades del lengua#e... eso que queda por %uera puede ser analizado en la e"perienia esttia, eso que queda por %uera es lo que da posibilidad a la reain rompiendo las %ronteras de lo sabido, de lo ya reado, de lo ya estruturado. En este sentido, podemos deir, por un lado, que las ondiiones onstitutivas que trae un ni,o lo predisponen a una gran apaidad pereptiva. y por otro, que alimentar esa posibilidad de onservain de la perepin amodal es una tarea diretamente relaionada on las e"perienias de aprendiza#e que le proponen los adultos aompa,antes. La %antasa, el #uego, el arte, son los espaios donde es posible inventar y onstruir realidades alternativas. alternativas de las ya estruturadas desde un maro pereptivo que $a perdido potenia, por el slo $e$o de la raionalizain onstante. En ese punto la e"perienia del arte $ae m8s reativos a todos los que la viven, ni,os o adultos, y observamos tambin mo los $ios que se eduan en 8mbitos %le"ibles, on tiempos prolongados de #uego, $abilitados para desplegar sus gestos espont8neos, on propuestas artstias muy $abituales, desarrollan m8s posibilidades inteligentes %rente a la resoluin de problemas de ualquier naturaleza 1G3. Hetomamos el motivo de esta disgresin= los ni,os peque,os tiene enormes posibilidades en la letura de im8genes, o%reerles libros on ilustraiones simples! es un menospreio de sus posibilidades inteligentes y esttias. ;abe preguntarnos por nuestro lugar de mediadores, de andamiadores= 9<uin es el que tiene miedo de no omprender: 9<u nos suede a los adultos %rente a una pintura que no omprendemos: 9Podemos evaluar la riqueza esttia de una ilustrain de artista: Es probable que estos interrogantes nos ubiquen en el lugar temido del no saber. Lo neesario para aompa,ar a un ni,o en su onstruin esttia es mu$o, pero sobre todo, m8s all8 de la antidad de onoimientos, es importante la e"perienia de sensibilizain! propia, y la apaidad de dar lugar a una hermenutica 1I3 entre la obra y el ni,o. 9<u quiero deir on esto: <ue ning6n sentido de la obra 1pl8stia, literaria, musial, orporal, esultria, inematogr8%ia, et.3 est8 plasmado ompletamente en ella, es deir que %rente a ualquier ob#eto esttio, aquel que se onvierte en interloutor 1ni,o o adulto3 tiene la posibilidad y la responsabilidad de onstruir alguna signi%iain... propia. 7oda obra de#a a su espetador > oidor > letor un espaio vao que l tendr8 que rellenar. &esde esta posiin, si admitimos que el ni,o tiene responsabilidad %rente a la ilustrain o al poema, o %rente a la m6sia o el uadro, nuestra propia responsabilidad desansa en esa mirada ompartida, en la obra misma. as probablemente nos permitamos una pausa para esu$ar, aompa,ar, dar aue a la letura partiular que ese ni,o est8 onstruyendo, lo ual implia para l un gran ato inteligente y potio. E"plorar la sensibilidad, gozar de ada obra, busar y deleitarse on el poema. a%inar la perepin, leer! im8genes, sorprendernos on las leturas multi%oales de los $ios, aprender a leerlas!, desubrir all la reatividad de ada uno, dar lugar a la onstruin de un espaio potio, gratuito, sin verdad revelada, on multipliidad de puntos de vista. 4 laro que saber! sobre las distintas mani%estaiones artstias es %undamental y nutre onsiderablemente nuestra posibilidad Domo doentesD de aompa,ar a los $ios. pero si esas ondiiones no est8n dadas plenamente, es m8s que %rut%ero, entre tanto, de#arse atrapar por sus ideas, rastrear buenos libros, observar detenidamente la naturaleza, leer mu$a poesa, ver ine de autor, reorrer museos, inursionar en otros gneros musiales distintos a los $abituales $asta volverse un poo m8s amodal!, omo para entender las modalidades diversas de las e"presiones del arte, su ar8ter esenialmente polismio, y onmoverse y pensar all. Entones, las primeras pinaoteas, 9dnde est8n: En los libros ilustrados, %undamentalmente. Las obras de los ilustradores in%antiles $aen la primera pinaotea de los $ios. peribir esta realidad nos sit6a de manera di%erente on respeto a qu es el arte! o dnde est8 el arte!. &espus est8 el museo, pero antes y mu$o m8s a mano los libros ilustrados y los librosD8lbum. ;uando elegimos un libro ilustrado y de auerdo a mo lo aompa,amos, estamos $aiendo eduain pl8stia. Esto quiere deir que un beb de I meses puede mantener relaiones %luidas on el arte. ;laro, todava no dibu#a, todava no inventa poemas ni aniones, no danza, todava no puede $aer obra, pero s puede observar, esu$ar, imaginar, deodi%iar, investigar, deambular, disriminar, peribir, #ugar, sentir plaer, emoionarse, estableer relaiones entre sonidos, palabras, im8genes, te"turas, que enriqueen su mundo pereptual, mientras va aprendiendo maneras de nombrar esas e"perienias, de rerearlas, o de ubiarlas un poo a ada lado entre el mundo real y el mundo %iional. ay ay ayJJJJJ
Arte y juego: entre los juguetes y los objetos estticos! 7odo se iniia en el #ugar, y los ob#etos que le propongamos a los $ios para su atividad ser8n grandes apoyos a la $ora de pensar su relain on el arte. &e su maleabilidad, de su desestruturain, de su variedad depender8 en gran parte la posibilidad de inventar y busar aminos propios, partiendo de ierta asepsia del ob#eto en relain on las representaiones, y tambin del lugar que eli#amos oupar omo mediadores, ya sea proveyendo los materiales, ya sea en los modos de interain que eli#amos sostener. ;omparto una situain on un ni,o que me result muy onmovedora, estando de via#e por Ju#uy, m8s preisamente en ?uma$uaa. Cisit8bamos unos terrenos de ultivo de los inas. Carios $ios, $ermanos entre s, vivan en esas tierras y o%iiaban de aompa,antes de todos los que nos aer8bamos al lugar. Jos, no m8s de uatro a,os, amin a mi lado largo rato. mientras tanto me mostraba las piedras que l onsideraba m8s valiosas $asta que enontr una grandeita, on una %orma partiular, y me di#o= Da$ora este es mi bebD, y sigui aminando on su ni,o aunado en su brazo omo si se tratara de un mu,eo tradiional, ant8ndole ba#ito, largo tiempo, $asta que el peso de la piedra lo abrum, y entones me pidi que le ayudara a llevar a su beb $asta la asa 1K3. /abemos que la oportunidad de Jos de onvertir en una demiurgia su enuentro on una piedra vulgar, est8 dada en gran parte, y parado#almente, por su distania de la ultura predominante. En ontrapunto on esta vivenia, Holand Lart$es, semilogo %rans, abri una rtia a la pre%igurain literal que realiza la industria del #uguete para un ni,o urbano que no podr8 $aer on l m8s que imitar las %uniones del mundo adulto. &ie Lart$es= 'os &uguetes habituales son esencialmente un microcosmos adulto, todos constituyen reproducciones reducidas de ob&etos humanos, como si el nio, a los o&os del p(blico, s!lo fuese un hombre m%s pequeo al que se debe proveer de ob&etos de su tamao. Ante ese universo de ob&etos fieles y complicados, el nio se constituye apenas en propietario, en usuario, &am%s en creador# no inventa el mundo, lo utiliza 1M3. ;on poo investigar nos damos uenta de que la mayora de los #uguetes ontempor8neos tiende ada vez m8s a la reproduin. ;abe preguntarnos qu ourrir8 on tanto ondiionamiento, o a dnde van a parar esa primeras onstruiones imaginarias de los ni,os m8s peque,os. ( qu lugar para la e"perienia artstia quedar8 on tan esasos interstiios sin sentido previo. *raiela Montes se nutre preisamente de los aportes de 0inniott, para dar %orma a lo que ella denomina la %rontera indmita!, una frontera espesa, que contiene de todo, e independiente) que no pertenece al adentro, a las puras sub&etividades, ni al afuera, el real o mundo ob&etivo. Esa %rontera se onstruye sobre la terera zona o zona potenial, en palabras de 0inniott, y se onvierte en la zona liberada!, el lugar del propio $aer, el sitio impresindible para la trasendenia del su#eto m8s all8 de la es%era pr8tia, reprodutora, eonmia de la vida. Pensando en el #uego y los #uguetes, en el arte y en las propuestas que les $aemos a los $ios, vale la pena detenernos a evaluar u8nto de reprodutivo suele #ugarse all, uanto de in%ormativo! 1por e#emplo uando la visita a un museo se entra en reonoer el nombre de un pintor y aprender su biogra%a o los datos $istrioDonte"tuales3 tienen las atividades que plani%iamos omo artstias, u8nta disoiain suele $aber entre la seriedad! de la ense,anza y la e"presin! del #uego o el arte. 'a cultura heredada s!lo es (til si puede convertirse en cultura propia, es decir, en tanto puede ingresar a la propia frontera ind!mita. $ para eso, tiene que convertirse en e"periencia 1N3. 97oda visita a un museo produe e"perienia esttia: 97odo libro de uentos es una obra de arte: 97odas las aniones que antamos en el #ardn estimulan en los ni,os sus posibilidades de oidores potios! 12O3: 9+ngresa el territorio de lo potio en nuestra plani%iain: 9+nvestigamos los modos de aeso al arte por parte de los ni,os on la misma intensidad que investigamos el aeso a la matem8tia o a la lengua: "nde ocurre el arte? 9( dnde podra ourrir: En las m8s peque,as situaiones vinulares on un beb, en los #uegos m8s espont8neos y desorganizados, en la toma posesiva de un letor por parte de un uento de miedo, sobre todo si les dan ganas de orrerse erquita de la maestra. en la lase de m6sia si las aniones son sentidas, y $ay e"plorain, y variedad esttia, y desubrimiento. en la pintura on las manos de los m8s peque,os, uando desubren sus $uellas, y de los m8s grandes uando busan emular a los grandes! y entre tanto desubren sus estilos propios. en la plaza erana al #ardn, uando %uimos a onoer una esultura de Lotero deslumbrante, omo tantas otras $ay en las plazas de la iudad, y luego los o#os de todos los $ios se volvieron $8biles desubridores de esulturas por todas partes 1223. en la e"plorain del movimiento que busa la propia e"presin, la oreogra%a a onstruir. en algunas de las pelulas que atrapan a los $ios por su esttia visual, por la riqueza de su guin. en el beb que ya no se $upa el libro y lo distingue laramente en su uso de los #uguetes $abituales. *ue llegue la hora de un arte sin museo, din%mico, voluntario, proclive a las e"travagancias y los cuestionamientos, los esc%ndalos. *ue advenga una esttica de la libertad y la energa en las encarnaciones m%s inmanentes) la vida cotidiana, la e"istencia de cada uno 12B3. )s lo e"presa Mi$el (n%ray. yo abogara por el permiso y la libertad para #ugar y e"plorar en la esuela, en el #ardn, a sabiendas de que el arte tiene un valor en s mismo, que no neesita emular a ninguna disiplina, que no debe servir para otra osa, que ya vale tanto de por s. +maginar el alane de la apaidad readora de un ni,o peque,o sometido a tantos ondiionamientos ulturales omo los de nuestro tiempo es bastante omple#o, sobre todo si la o%erta lo onvierte ada vez m8s en usuario! y menos en #ugador!. Estas omple#idades de poa que se le suman al #uego no son poa osa, m8s a6n si advertimos la preariedad vinular atual, y volvemos a la relain iniial entre uidados maternantes, reatividad y posibilidad de reain artstia. @o $ay arte sin met8%ora, ni tampoo aeso al pensamiento sin met8%ora. ;ontra lo plano y lo duro de la vida tenologizada, el aeso a la ternura, a la palabra, a la vida imaginativa, trans%orma tia y esttiamente el modo de estar en el mundo. El arte trans%orma el modo de estar y ser en el mundo. 14(3 'otgra%o= )ndrs /antamarina #otas: 123 0inniott, &onald. Healidad y #uego. *edisa, Larelona, 2NKN. 1B3 Petit, Mi$Ale. Leturas= del espaio ntimo al espaio p6blio. ;olein Espaios para la letura. 'ondo de ultura eonmia, M"io, BOO2. 1E3 /tern, &aniel. El mundo interpersonal del in%ante. Paids, Luenos )ires, 2NN2 1F3 Lpez, Mara Emilia. @i,os peque,os 9letores amodales:! Ponenia ompartida en el panel= El aborda#e del libro. Estrategias para el mediador, en las 2KP Jornadas para doentes, bibliotearios y pro%esionales del 8rea de la salud, de la eduain iniial y agentes de espaios omunitarios, Pasen y lean!. 2KP 'eria del libro in%antil y #uvenil. Luenos )ires, #ulio de BOOI. 1G3 Este tema meree espeial atenin, tendiendo en uenta las e"igenias en relain on la ense,anza que viven mu$os $ios de $oy. /era 6til revisar en qu onte"tos los $ios pueden $aer realmente un buen desarrollo inteligente, entendindolo omo apaidad readora por sobre apaidad reprodutiva, adem8s de revisar los ostos que mu$os pagan por ello y las maras sub#etivas relativas a distintos modos del su%rimiento, que est8n mani%est8ndose %uertemente. 1I3 Para ampliar la noin de $ermenutia! en el arte sugiero la letura de *adamer, ?ansD*eorg= La atualidad de lo bello. Paids, Luenos )ires, 2NNM. 1K3 Lpez, Mara Emilia. La demiurgia de Jos!. En Lpez, Mara Emilia 1ompiladora3= )rtepalabra. Coes en la potia de la in%ania. ;olein Heleturas. Editorial Lugar, Luenos )ires, BOOK. 1M3 Lart$es, Holand. Mitologas. /iglo QQ+, M"io, 2NMO 1N3 Montes, *raiela. La %rontera indmita. En torno a la onstruin y de%ensa del espaio potio. ;olein espaios para la letura. 'ondo de ultura eonmia. M"io. 2NNN 12O3 Para ampliar la mirada sobre proyetos musiales on ni,os peque,os, se sugiere la letura de= *$o, Laura 1en olaborain on ;laudia Loyola3. La voz del ni,o. ;antatas en el #ardn de in%antes!. Hevista Punto de partida. ),o E. @R BB. )bril BOOI. &/ editora, Luenos )ires. 7ambin en= )llende, ;eilia, *onz8lez Lienes, /antiago y Lpez, Mara Emilia, MiniDoniertos. M6sia para los odos... y mu$o m8s!. Hevista Punto de partida. ),o E. @R BE. Mayo BOOI. &/ editora, Luenos )ires. 1223 M8s in%ormain sobre esta e"perienia se enuentra desarrollada en Lpez, Mara Emilia. Esplendor y senillez. -na e"perienia esultria on $ios de tres a,os!. /eparata. Hevista Punto de partida. ),o E. @R BE. Mayo BOOI. &/ editora, Luenos )ires. 12B3 (n%ray, Mi$el. La onstruin de uno mismo. La moral esttia. Per%il libros, Luenos )ires, BOOO