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VIOLENCIA INTRAFAMILIAR DOMESTICA

INTRODUCCIÓN:

A pesar de la entrada a un nuevo siglo, caracterizado por grandes


avances en la ciencia y la tecnología, como sociedad no hemos podido
resolver muchos de los graves problemas que afectan nuestra
convivencia y desarrollo como personas. Entre éstos encontramos la
pobreza extrema y la violencia de diferentes tipos.

Hoy en día la violencia, en todas sus manifestaciones, parece una forma


natural de convivencia social.

Vivimos rodeados de una serie de situaciones y fenómenos violentos y


muchas veces los hemos asumido y los asumimos como una
característica propia del ser humano. Sin embargo, es responsabilidad
nuestra buscar la forma de superarla.

Son muchas las razones que la generan y es importante poder


identificarlas para entender el problema y tratar de solucionarlo.

Diferentes manifestaciones de violencia social, intrafamiliar y


doméstica.

Todos los días leemos en los periódicos y escuchamos en la radio o en la


televisión, noticias acerca de cómo las guerras acaban con poblaciones
enteras en diversas partes del mundo.

También nos enteramos de la lucha de algunos grupos por obtener o


mantener lo que consideran su derecho a ejercer la violencia en las
ciudades y de cómo miles de personas mueren por falta de alimentos,
mientras otras los tienen en exceso.

Estas noticias, de una u otra manera, nos están indicando el grado de


violencia que nos rodea.

Probablemente hemos sido testigos de algún tipo de violencia muy cerca


de nosotros o nosotras, en nuestra comunidad o barrio, ya sea entre
personas, familias o grupos. Las causas pudieron ser robos, pleitos por
alguna pertenencia, terreno o territorio, o simplemente discusiones que
se salieron de control.

Tal vez también hemos estado en alguna situación como víctimas de la


violencia, por ejemplo cuando nos han gritado, insultado, amenazado o
golpeado; o bien hemos sido los violentos cuando le gritamos a otra
persona, la insultamos, la amenazamos o la golpeamos.

Como podemos ver, aunque se expresa de muchas maneras, la violencia


es cualquier acto que atenta contra los derechos, la voluntad y la
integridad física y emocional de las personas, o que afecta sus
relaciones sociales.

Hay otras formas de violencia que, aunque no se vean tanto, son igual
de graves.

Imagínate!, en el mundo, tres de cada cuatro mujeres sufren diversos


tipos de violencia dentro del hogar.

En México, cada año miles de niños son atendidos en los hospitales


porque han sido víctimas de maltrato por parte de sus padres o algún
otro familiar.

Muchas veces, la violencia hacia los niños y niñas no se considera como


tal, porque mujeres y hombres, ya sean hijos, hijas, esposos, esposas,
parejas o padres y madres de familia, creen que los golpes, los gritos y
las amenazas son una forma "necesaria" de "corregir" o "educar".

Violencia intrafamiliar y doméstica es:

Todo tipo de conductas dentro del hogar que dañen el cuerpo, alteren
las emociones, el bienestar personal o la libertad de cualquiera de los
integrantes de la familia.

La violencia intrafamiliar y doméstica la ejercen los hombres adultos


hacia las mujeres en primer lugar y, en segundo, hacia los niños y
niñas, los ancianos y ancianas así como hacia las personas con alguna
discapacidad física o mental.

FORMAS QUE PUEDE TOMAR LA VIOLENCIA DENTRO DEL HOGAR

1. Acciones aparentemente sin importancia, tales como empujones, los


cuales, conforme la situación se complica, se convierten en lesiones
cada vez más graves: golpes en el cuerpo, en la cara, en la boca, en la
cabeza; golpes en el vientre durante el embarazo, encierro forzoso,
encadenamiento o privación de alimentos. Todo ello es violencia física.

2. Gritos, insultos y amenazas de golpes o castigos, son violencia


verbal.
3. Indiferencia, amenazas de separación o abandono, de causar daño a
los hijos, hijas o seres queridos, actitudes de desprecio, limitación del
gasto para cubrir las necesidades más elementales, ofensas sobre el
aspecto físico y humillaciones. Todos son manifestaciones de violencia
psicológica o emocional.

Los gritos, insultos y amenazas de golpes o castigos, son violencia


verbal.

4. Abuso o acoso sexual, es decir, desde tocamientos, miradas, caricias


que quien recibe no desea; continuas insinuaciones o peticiones
sexuales, hasta violación, esto es, consumar el acto sexual por la fuerza.
Son manifestaciones de la violencia sexual.

Debemos considerar que cualquier forma de manifestación de la


violencia, siempre tiene consecuencias, tanto sobre la salud física o
mental, como sobre el bienestar material de la familia.

Quien vive la violencia, sufre consecuencias sobre su salud física, ve


disminuida su autoestima, su capacidad para relacionarse con otras
personas, la confianza en sí mismo (a) y en los demás y su creatividad.

ESTAS SON ALGUNAS CONSECUENCIA DE LA VIOLENCIA


INTRAFAMILIAR Y DOMESTICA

Cuando niños y niñas viven la violencia doméstica, se vuelven tristes y


violentos, no pueden asumir responsabilidades dentro de la familia o la
escuela -no se asean, no estudian, no son respetuosos- y se van
refugiando en amistades que tienen conductas peligrosas para ellos
mismos y reprobadas por la ley como el alcoholismo, la drogadicción y
la delincuencia.

Debido a que la violencia es la única forma que conocen de convivir y


relacionarse, estos niños y niñas se convierten fácilmente en futuros
padres y madres violentos con sus hijos e hijas.

Dentro de las consecuencias más frecuentes están la desintegración de


la familia y la huida de niños y niñas del hogar, quienes se van a vivir a
la calle y fácilmente son víctimas de nuevas formas de violencia, esta
vez por parte de las autoridades o de las personas que sienten rechazo
por ellos.
1.- Los niños, niñas y ancianos no pueden asumir responsabilidades

2.-Los hijos huyen del hogar.

3.-Los niños y niñas se vuelven violentos

4.-si haces lo adecuado se estrecharan los lazos familiares.

COMO SE GENERA LA VIOLENCIA FAMILIAR

Aunque no lo parezca, la respuesta a esta pregunta está relacionada


con la manera en que se nos educa a los hombres y a las mujeres. Y las
principales víctimas de la violencia son las mujeres, las niñas y los
niños.

Hagamos un poco de historia. Para los bisabuelos, abuelos y tal vez


nuestros padres, ser hombre significaba:

1. Imponer su autoridad.

2. "Ser el que manda".

3. Tener el poder para hacer y decidir.

4. Ser el proveedor económico de la familia con un trabajo más duro,


arriesgado y peligroso que el de cualquier mujer en su casa.

5. Tener un desempeño sexual muy alto, es decir, "siempre estar


dispuesto con las mujeres".

6. Reprimir la expresión de emociones, sentimientos y afectos.

Por otra parte, para las bisabuelas, abuelas y tal vez nuestras madres,
ser mujer significaba:

1. Casarse y tener hijos.

2. Dedicarse al hogar el resto de la vida.

3. Cumplir la "función para la cual nacieron".

4. Siempre servir y atender a padres, hermanos, esposos, hijos, hijas,


nietos y nietas.
Las principales víctimas de la violencia son las mujeres, las niñas
y los niños.

Aunque en la actualidad el concepto de lo que debe ser un hombre y


una mujer ha cambiado, en general, a las mujeres se les sigue
educando para comportarse pasivamente y convertirse en dependientes
económicas y emocionales e incluso, aceptar la violencia en su contra.

Sin embargo, vemos a muchísimas mujeres encabezando el hogar y


haciendo frente a todas las responsabilidades.

Por otro lado, los hombres son educados para presentar un


comportamiento activo, de ejercicio del poder a través de la violencia.
Se espera de ellos imposición de autoridad, conquista y represión de sus
necesidades de amor, afecto y emociones.

Si lo piensas con calma, todo lo que se les enseña y exige a los hombres
es muy violento para su cuerpo, su mente y sus emociones aunque no
se den cuenta. Es como forzarlos continuamente a ser y parecer algo
que, a veces, no quieren. Es como obligarlos a no ser humanos.

Conforme van creciendo, los hijos hacen preguntas, cuestionan, es una


forma de definirse como individuos con pensamientos propios,
diferentes de los de sus padres.

Todo lo que hoy en día se exige a los hombres es muy violento para su
cuerpo, su mente y sus emociones, aunque no se den cuenta.

Muchas veces los padres no sabemos cómo responder ante nuestros


hijos. Como adultos, frecuentemente recordamos lo que fuimos o
quisimos ser y nos encontramos confundidos. Puede surgir entonces la
competencia, la envidia y, generalmente, la lucha por el poder entre las
dos generaciones, lo cual provoca situaciones violentas en la familia.

HACIA DONDE NOS LLEVA ESTE TIPO DE VIOLENCIA

La violencia en la cual hemos sido formados y en la que hemos


aprendido a convivir, en ocasiones nos lleva a hacer cosas que:

1. Afectan nuestra salud y nuestra vida. Por ejemplo el uso de drogas y


el abuso del alcohol, utilizado muchas veces "para darnos valor" u
olvidar.
2. Ponen en riesgo nuestra vida a través de conductas imprudentes y
arriesgadas "nomás porque sí".

3. Afectan a otros hombres, como son pleitos con armas o sin ellas,
golpizas, etc., las cuales pueden llegar hasta provocar la muerte.

4. Se dirigen contra las mujeres u otras personas a quienes creemos


más débiles, como es el caso de la violencia doméstica.

5. Nos conducen o pueden conducir a la muerte, como por ejemplo, el


suicidio, los accidentes automovilísticos o los pleitos con armas.

El suicidio es un acto intencional que busca producir la propia muerte.


Su incremento entre los jóvenes durante los últimos años nos invita a
reflexionar al respecto.

La violencia nos puede conducir a la muerte.

COMO MANEJAR LA VIOLENCIA

Si bien los sentimientos de odio, coraje y rencor, forman parte de la


naturaleza humana, no es válido expresarlos con conductas violentas
que afecten a otros. Podemos reconocerlos en nosotros(as) mismos(as)
y aprender a manejarlos y canalizarlos constructivamente sin llegar a
dañar a nadie.

Una forma de manejar la violencia es analizar nuestras acciones


y valores.

Para manejar la violencia, tanto la que ejercemos en contra de nosotros


mismos como la que podríamos ejercer contra los demás, es preciso
analizar nuestro interior, reflexionar sobre nuestros deseos, valores y
acciones, así como sobre lo que vivimos cuando éramos niños.

En la búsqueda de lo que significa el ser humano están presentes


nuestros valores. Si analizamos ese lugar que hay en el fondo de
nosotros mismos donde surgen las preguntas sobre el sentido de la
vida, podremos construir las respuestas que nos permitirán tomar
decisiones de manera responsable.

Los valores son guía de nuestra conducta.

Nuestros valores son las guías o carriles que tomamos para orientar
nuestra conducta en la vida. Al enfrentarnos a problemas, ya sean
grandes o pequeños, o para tomar decisiones, nos basamos en esos
valores. Sin embargo, cuando no los tenemos suficientemente claros,
podemos experimentar una gran confusión y actuar dañando a los
demás o a nosotros mismos.

Por ejemplo, si alguien desea tener poder a toda costa, seguramente no


pensará en las consecuencias de sus actos, ni en cómo afectará a los
demás.

Todas las personas tenemos valores que nos fueron inculcados cuando
éramos niños y que se han ido transformando durante nuestra vida.

Aclarar qué son para nosotros valores como: autoestima, respeto,


tolerancia, responsabilidad, libertad, democracia, igualdad y paz, nos
permitirá saber qué es lo que guía nuestra vida, qué deseamos y qué
podemos hacer para cambiar lo que nos hace daño.

Podemos ir cambiando nuestros valores para aprender a vivir con


tranquilidad y alegría.

De acuerdo con lo que hemos visto hasta aquí la violencia puede ser
canalizada constructivamente: cierto o falso?

Analizando mi propia situación

Si nos encontramos en situaciones en donde predomina la violencia,


recordemos cuáles son los valores que deseamos conservar para no
provocarla o ser víctimas de ella.

Aprender a manejar la violencia también requiere conocer nuestros


derechos, como personas y como jóvenes, y saber cómo hacerlos
efectivos.

Veamos, ¿te gustaría echar un vistazo a la manera en cómo te


relacionas con tu pareja y en tu hogar? ¿Quieres saber qué tanta
tendencia tienes a controlar o ser violento o violenta? Si deseas hacer
una exploración real de tu comportamiento, contesta honestamente y
sólo para ti la pregunta siguiente:

Consideras que tu pareja te pertenece y que es lógico que tú seas él ó la


que mande Y él o ella ¿tenga que obedecer? Si ó no

Finalmente, lo que te podemos decir es que:

Muchas alternativas para no caer en la violencia están dentro de


uno mismo, aprendamos a:
1. Decir lo que nos pasa con confianza y seguridad.

2. Escuchar las necesidades de los demás.

3. Tener responsabilidad de las consecuencias de nuestros actos.

4. Comprender y tolerar a los otros.

No caer en la violencia es nuestro reto.

Para que obtengas más información sobre el tema, responde a


las siguientes preguntas:

1. ¿Cómo has visto que se manifiesta la violencia en tu


comunidad, colonia o barrio?

2. ¿Crees que la violencia dentro de la familia es necesaria?, ¿por


qué?

3. ¿Qué opinas sobre la relación entre la forma en que hemos


sido educados o educadas y la violencia?

Fin del mini curso

EN AMOR INCONDICIONAL

CIRIONGELDELUZ

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