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INTRODUCCION
Se conoce como buena fe a la integridad y la honestidad en el comportamiento de quien actúa y no pretende hacer el mal, si se equivoca o termina dañando a alguien o algo, no lo haría con intensión. Este principio ocupa un lugar fundamental desde los orígenes de la constitución del derecho y es una de las reglas principales que vela por la seguridad y la justicia, en el momento que se ha cometido un delito, los servidores judiciales deben basarse en las pruebas para comprobar si el acusado ha actuado con conocimiento de causa, es decir consiente de hacer el mal, hasta que no se pruebe lo contrario, los servidores judiciales deben pensar que no ha habido la intención de cometer delito, confiando en la buena fe del delincuente, aun si todo indica que el delito ha sido premeditado, con saña hasta se debe presumir la buena fe del acusado, porque la ley así lo establece (una persona es inocente hasta que en sentencia se lo declare culpable) una vez que se presentan las pruebas y se demuestra la culpabilidad del acusado entonces puede dejarse a un costado este derecho, dando paso a elaborarse una sentencia acorde al delito consumado, el grado de presunción y demás aspectos que se han analizado durante la investigación.
Es una obligación de las partes actuar con lealtad procesal, en un proceso penal, evitando los fraudes emergentes de un cálculo meditado y abusivo de las falencias del sistema procesal, para evitar dilataciones, que luego pretendan imputarse a la administración de justicia, tanto para jueces y fiscales, hay que estar alertas en cuanto a las causales de nulidad que se pueden generar o de pretendidas vulneraciones a los derechos procesales.
Es aplicable al caso concreto, pues la recurrente en lugar de observar y cuestionar, permite con ello el aprovechamiento del error judicial, para posibilitar una serie de actos que luego quieren anular, lo que es la manipulación de la administración de justicia, la recurrente pretende extender hasta la justicia constitucional lo que no se debe permitir, pues desagradaría el sistema de valores que protege la constitución y el recurso de amparo constitucional, que ha sido instituido para la defensa y protección de la vigencia de los derechos fundamentales de las personas, cuando estos son violados de forma abusiva y arbitraria contra la voluntad de las personas; y no para ser aprovechados en beneficio de los litigantes que desconocen su deber de acudir a los procedimientos legales con la buena fe del valor superior de la justicia.
El principio de lealtad procesal puede colisionar con el de oportunidad, por cuanto en pocas ocasiones la estrategia de las partes los lleva a realizar peticiones en último momento. Toda prueba debe ser atendida dentro del término, el problema surge con las pruebas testimoniales, por cuanto se requiere notificarlas con 48 horas de anticipación y a veces no pueden ser receptadas, ya sea porque los comparecientes reciben tarde la notificación o no pueden coordinar su tiempo, para asistir a la diligencia.
Conclusión
El proceso es una institución que implica que las partes procedan de buena fe y se abstengan de utilizar medios fraudulentos, que impliquen deshonra a la justicia impartida dentro del sistema procesal, los deberes del juez son prevenir, remediar y sancionar los actos contrarios a la dignidad de la justicia, lealtad, probidad y buena fe, que debe observarse en el proceso, lo mismo que toda tentativa de fraude procesal.
En cualquiera de las instancias, siempre que el juez advierta colusión o fraude en el proceso, ordenara la citación de las personas que puedan resultar perjudicadas o que tengan participación directa, para que hagan valer sus derechos y con tal fin suspenderá los tramites.
Finalmente, la infracción de las reglas de la buena fe procesal, conllevan a una amplia tipología de consecuencias para el litigante malicioso: tales como la inadmisión del acto solicitado, la ineficacia procesal del acto
Titre original
EL PRINCIPIO DE LA BUENA FE, LA LEALTAD PROCESAL Y SU INCIDENCIA EN MATERIA PENAL.docx
INTRODUCCION
Se conoce como buena fe a la integridad y la honestidad en el comportamiento de quien actúa y no pretende hacer el mal, si se equivoca o termina dañando a alguien o algo, no lo haría con intensión. Este principio ocupa un lugar fundamental desde los orígenes de la constitución del derecho y es una de las reglas principales que vela por la seguridad y la justicia, en el momento que se ha cometido un delito, los servidores judiciales deben basarse en las pruebas para comprobar si el acusado ha actuado con conocimiento de causa, es decir consiente de hacer el mal, hasta que no se pruebe lo contrario, los servidores judiciales deben pensar que no ha habido la intención de cometer delito, confiando en la buena fe del delincuente, aun si todo indica que el delito ha sido premeditado, con saña hasta se debe presumir la buena fe del acusado, porque la ley así lo establece (una persona es inocente hasta que en sentencia se lo declare culpable) una vez que se presentan las pruebas y se demuestra la culpabilidad del acusado entonces puede dejarse a un costado este derecho, dando paso a elaborarse una sentencia acorde al delito consumado, el grado de presunción y demás aspectos que se han analizado durante la investigación.
Es una obligación de las partes actuar con lealtad procesal, en un proceso penal, evitando los fraudes emergentes de un cálculo meditado y abusivo de las falencias del sistema procesal, para evitar dilataciones, que luego pretendan imputarse a la administración de justicia, tanto para jueces y fiscales, hay que estar alertas en cuanto a las causales de nulidad que se pueden generar o de pretendidas vulneraciones a los derechos procesales.
Es aplicable al caso concreto, pues la recurrente en lugar de observar y cuestionar, permite con ello el aprovechamiento del error judicial, para posibilitar una serie de actos que luego quieren anular, lo que es la manipulación de la administración de justicia, la recurrente pretende extender hasta la justicia constitucional lo que no se debe permitir, pues desagradaría el sistema de valores que protege la constitución y el recurso de amparo constitucional, que ha sido instituido para la defensa y protección de la vigencia de los derechos fundamentales de las personas, cuando estos son violados de forma abusiva y arbitraria contra la voluntad de las personas; y no para ser aprovechados en beneficio de los litigantes que desconocen su deber de acudir a los procedimientos legales con la buena fe del valor superior de la justicia.
El principio de lealtad procesal puede colisionar con el de oportunidad, por cuanto en pocas ocasiones la estrategia de las partes los lleva a realizar peticiones en último momento. Toda prueba debe ser atendida dentro del término, el problema surge con las pruebas testimoniales, por cuanto se requiere notificarlas con 48 horas de anticipación y a veces no pueden ser receptadas, ya sea porque los comparecientes reciben tarde la notificación o no pueden coordinar su tiempo, para asistir a la diligencia.
Conclusión
El proceso es una institución que implica que las partes procedan de buena fe y se abstengan de utilizar medios fraudulentos, que impliquen deshonra a la justicia impartida dentro del sistema procesal, los deberes del juez son prevenir, remediar y sancionar los actos contrarios a la dignidad de la justicia, lealtad, probidad y buena fe, que debe observarse en el proceso, lo mismo que toda tentativa de fraude procesal.
En cualquiera de las instancias, siempre que el juez advierta colusión o fraude en el proceso, ordenara la citación de las personas que puedan resultar perjudicadas o que tengan participación directa, para que hagan valer sus derechos y con tal fin suspenderá los tramites.
Finalmente, la infracción de las reglas de la buena fe procesal, conllevan a una amplia tipología de consecuencias para el litigante malicioso: tales como la inadmisión del acto solicitado, la ineficacia procesal del acto
INTRODUCCION
Se conoce como buena fe a la integridad y la honestidad en el comportamiento de quien actúa y no pretende hacer el mal, si se equivoca o termina dañando a alguien o algo, no lo haría con intensión. Este principio ocupa un lugar fundamental desde los orígenes de la constitución del derecho y es una de las reglas principales que vela por la seguridad y la justicia, en el momento que se ha cometido un delito, los servidores judiciales deben basarse en las pruebas para comprobar si el acusado ha actuado con conocimiento de causa, es decir consiente de hacer el mal, hasta que no se pruebe lo contrario, los servidores judiciales deben pensar que no ha habido la intención de cometer delito, confiando en la buena fe del delincuente, aun si todo indica que el delito ha sido premeditado, con saña hasta se debe presumir la buena fe del acusado, porque la ley así lo establece (una persona es inocente hasta que en sentencia se lo declare culpable) una vez que se presentan las pruebas y se demuestra la culpabilidad del acusado entonces puede dejarse a un costado este derecho, dando paso a elaborarse una sentencia acorde al delito consumado, el grado de presunción y demás aspectos que se han analizado durante la investigación.
Es una obligación de las partes actuar con lealtad procesal, en un proceso penal, evitando los fraudes emergentes de un cálculo meditado y abusivo de las falencias del sistema procesal, para evitar dilataciones, que luego pretendan imputarse a la administración de justicia, tanto para jueces y fiscales, hay que estar alertas en cuanto a las causales de nulidad que se pueden generar o de pretendidas vulneraciones a los derechos procesales.
Es aplicable al caso concreto, pues la recurrente en lugar de observar y cuestionar, permite con ello el aprovechamiento del error judicial, para posibilitar una serie de actos que luego quieren anular, lo que es la manipulación de la administración de justicia, la recurrente pretende extender hasta la justicia constitucional lo que no se debe permitir, pues desagradaría el sistema de valores que protege la constitución y el recurso de amparo constitucional, que ha sido instituido para la defensa y protección de la vigencia de los derechos fundamentales de las personas, cuando estos son violados de forma abusiva y arbitraria contra la voluntad de las personas; y no para ser aprovechados en beneficio de los litigantes que desconocen su deber de acudir a los procedimientos legales con la buena fe del valor superior de la justicia.
El principio de lealtad procesal puede colisionar con el de oportunidad, por cuanto en pocas ocasiones la estrategia de las partes los lleva a realizar peticiones en último momento. Toda prueba debe ser atendida dentro del término, el problema surge con las pruebas testimoniales, por cuanto se requiere notificarlas con 48 horas de anticipación y a veces no pueden ser receptadas, ya sea porque los comparecientes reciben tarde la notificación o no pueden coordinar su tiempo, para asistir a la diligencia.
Conclusión
El proceso es una institución que implica que las partes procedan de buena fe y se abstengan de utilizar medios fraudulentos, que impliquen deshonra a la justicia impartida dentro del sistema procesal, los deberes del juez son prevenir, remediar y sancionar los actos contrarios a la dignidad de la justicia, lealtad, probidad y buena fe, que debe observarse en el proceso, lo mismo que toda tentativa de fraude procesal.
En cualquiera de las instancias, siempre que el juez advierta colusión o fraude en el proceso, ordenara la citación de las personas que puedan resultar perjudicadas o que tengan participación directa, para que hagan valer sus derechos y con tal fin suspenderá los tramites.
Finalmente, la infracción de las reglas de la buena fe procesal, conllevan a una amplia tipología de consecuencias para el litigante malicioso: tales como la inadmisión del acto solicitado, la ineficacia procesal del acto
Se conoce como buena fe a la integridad y la honestidad en el comportamiento de quien acta y no pretende hacer el mal, si se equivoca o termina daando a alguien o algo, no lo hara con intensin. Este principio ocupa un lugar fundamental desde los orgenes de la constitucin del derecho y es una de las reglas principales que vela por la seguridad y la justicia, en el momento que se ha cometido un delito, los servidores judiciales deben basarse en las pruebas para comprobar si el acusado ha actuado con conocimiento de causa, es decir consiente de hacer el mal, hasta que no se pruebe lo contrario, los servidores judiciales deben pensar que no ha habido la intencin de cometer delito, confiando en la buena fe del delincuente, aun si todo indica que el delito ha sido premeditado, con saa hasta se debe presumir la buena fe del acusado, porque la ley as lo establece (una persona es inocente hasta que en sentencia se lo declare culpable) una vez que se presentan las pruebas y se demuestra la culpabilidad del acusado entonces puede dejarse a un costado este derecho, dando paso a elaborarse una sentencia acorde al delito consumado, el grado de presuncin y dems aspectos que se han analizado durante la investigacin.
Es una obligacin de las partes actuar con lealtad procesal, en un proceso penal, evitando los fraudes emergentes de un clculo meditado y abusivo de las falencias del sistema procesal, para evitar dilataciones, que luego pretendan imputarse a la administracin de justicia, tanto para jueces y fiscales, hay que estar alertas en cuanto a las causales de nulidad que se pueden generar o de pretendidas vulneraciones a los derechos procesales.
Es aplicable al caso concreto, pues la recurrente en lugar de observar y cuestionar, permite con ello el aprovechamiento del error judicial, para posibilitar una serie de actos que luego quieren anular, lo que es la manipulacin de la administracin de justicia, la recurrente pretende extender hasta la justicia constitucional lo que no se debe permitir, pues desagradara el sistema de valores que protege la constitucin y el recurso de amparo constitucional, que ha sido instituido para la defensa y proteccin de la vigencia de los derechos fundamentales de las personas, cuando estos son violados de forma abusiva y arbitraria contra la voluntad de las personas; y no para ser aprovechados en beneficio de los litigantes que desconocen su deber de acudir a los procedimientos legales con la buena fe del valor superior de la justicia.
El principio de lealtad procesal puede colisionar con el de oportunidad, por cuanto en pocas ocasiones la estrategia de las partes los lleva a realizar peticiones en ltimo momento. Toda prueba debe ser atendida dentro del trmino, el problema surge con las pruebas testimoniales, por cuanto se requiere notificarlas con 48 horas de anticipacin y a veces no pueden ser receptadas, ya sea porque los comparecientes reciben tarde la notificacin o no pueden coordinar su tiempo, para asistir a la diligencia.
Conclusin
El proceso es una institucin que implica que las partes procedan de buena fe y se abstengan de utilizar medios fraudulentos, que impliquen deshonra a la justicia impartida dentro del sistema procesal, los deberes del juez son prevenir, remediar y sancionar los actos contrarios a la dignidad de la justicia, lealtad, probidad y buena fe, que debe observarse en el proceso, lo mismo que toda tentativa de fraude procesal.
En cualquiera de las instancias, siempre que el juez advierta colusin o fraude en el proceso, ordenara la citacin de las personas que puedan resultar perjudicadas o que tengan participacin directa, para que hagan valer sus derechos y con tal fin suspender los tramites.
Finalmente, la infraccin de las reglas de la buena fe procesal, conllevan a una amplia tipologa de consecuencias para el litigante malicioso: tales como la inadmisin del acto solicitado, la ineficacia procesal del acto realizado, la prdida de las cantidades econmicas depositadas judicialmente para la realizacin de ciertas actuaciones, la valoracin intraprocesal de la conducta de las partes a efectos probatorios, las multas, las sanciones disciplinarias, las costas procesales o la prdida del proceso; y otras extraprocesales, como la responsabilidad disciplinaria, civil o penal del abogado.