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Ser cristiano significa seguir a Jesús. Seguir a Jesús supone reconocerlo como Señor, aceptar su proyecto de establecer el Reino de Dios, y formar parte de su comunidad eclesial. Vivir como cristiano requiere dejarse guiar por el Espíritu Santo para continuar la misión de Jesús en el mundo de hoy.
Ser cristiano significa seguir a Jesús. Seguir a Jesús supone reconocerlo como Señor, aceptar su proyecto de establecer el Reino de Dios, y formar parte de su comunidad eclesial. Vivir como cristiano requiere dejarse guiar por el Espíritu Santo para continuar la misión de Jesús en el mundo de hoy.
Ser cristiano significa seguir a Jesús. Seguir a Jesús supone reconocerlo como Señor, aceptar su proyecto de establecer el Reino de Dios, y formar parte de su comunidad eclesial. Vivir como cristiano requiere dejarse guiar por el Espíritu Santo para continuar la misión de Jesús en el mundo de hoy.
CRISTIANO Amrica Latina es, desde hace cuatro siglos, un continente pobre y cristiano. La inmensa mayora del continente vive en situaciones de hambre y miseria, que se manifiestan en la mortalidad infantil, muy elevada, falta de vivienda digna, problemas de salud, salarios bajsimos, desempleo, analfabetismo, marginacin de indgenas, etc. A estos problemas econmicos se suman la droga, la corrupcin. Frente a esto la pregunta por el significado de ser cristiano aparece. Seguramente ser cristiano es diferente de lo que muchos han credo hasta ahora.
2. SER CRISTIANO NO ES SIMPLEMENTE. . .
1. Ser cristiano no es simplemente hacer el bien y evitar el mal. Hay muchas personas honestas, que trabajan por construir un mundo mejor e intentan luchar contra la corrupcin y la injusticia. Les mueven motivos nobles y una tica humanstica. Sin embargo, a pesar de sus aportes positivos y sus valores humanos, no por esto pueden ser llamados propiamente cristianos.
2. Ser cristiano no es simplemente creer en un Ser Superior. Judos, mahometanos, budistas e hindes, y miembros de otras grandes religiones de la humanidad, creen en Dios, origen y fin ltimo de todo, pero no creen en Jesucristo, no pueden ser llamados cristianos.
3. Ser cristiano no consiste simplemente en cumplir unos ritos determinados. Las ceremonias y ritos simblicos, el haber sido bautizado, haber hecho la primera comunin, asistir a procesiones, peregrinar a santuarios, celebrar festividades, etc. no sirven para poder ser identificado como cristiano. Los fariseos del tiempo de Jess eran muy fieles en sus ritos y sin embargo Jess los denunci cmo hipcritas (Mt 23).
4. Ser cristiano no se identifica con seguir una tradicin. La historia es importante para la Iglesia, para la fe, pero el cristianismo no es simplemente una cultura, un folklore, un arte, una costumbre que se transmite a travs de los aos. Esto es algo vaco y que no ayuda al crecimiento espiritual.
6. Ser cristiano no puede consistir nicamente en prepararse para la otra vida, esperar en el ms all, mientras uno se desinteresa de las cosas del presente. La fe cristiana afirma la existencia de una vida eterna y la consumacin de la tierra pero la esperanza de una tierra nueva no debe amortiguar la preocupacin por transformar y cambiar esta historia. Por esto no se puede llamar cristiano a quien no le preocupa las situaciones actuales, con la excusa del cielo futuro.
Ser cristiano no se identifica con ninguna de estas posturas u otras semejantes.
SER CRISTIANO ES SEGUIR A JESUS No se puede ser cristiano al margen de la figura histrica de Jess de Nazaret, que muri y resucit por nosotros y Dios Padre le hizo Seor y Cristo (Hch 2,36). Lo cristiano no es simplemente una doctrina, una tica, un rito o una tradicin religiosa, sino que cristiano es todo lo que dice relacin con la persona de Jesucristo. Sin l no hay cristianismo. Los cristianos son seguidores de Jess, sus discpulos. En Antioqua, por primera vez los discpulos de Jess fueron llamados cristianos (Hch 11,26). La vida cristiana es un camino (Hch 9,2), el camino de seguimiento de Jess. Los Apstoles, primeros seguidores de Jess, son el modelo de la vida cristiana. Ser cristiano es imitar a los Apstoles en el seguimiento de Jess.
Los Apstoles no fueron nicamente los discpulos fieles del Maestro, que aprendieron sus enseanzas, como los jvenes de hoy aprenden de sus profesores. Ser discpulo de Jess comportaba para los Apstoles estar con l, entrar en su comunidad, participar de su misin y de su mismo destino (Mc 3,13-14; 10, 38-39).
Seguir a Jess hoy significa continuar su camino "pro- seguir su obra, perseguir su causa.
El cristiano es el que ha escuchado, como los discpulos de Jess, su voz que le dice: "Sgueme" (Jn 1,39-44; 21,22) y se pone en camino para seguirle.
Qu supone seguir a Jess?
A. Seguir a Jess supone reconocerlo como Seor. Nadie sigue a alguien sin motivos. Los Apstoles siguieron a Jess porque reconocieron que El era: El Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Jn 1,29-37), El Mesas, el Cristo (Jn l,41), Aqul de quien escribieron Moiss en la ley y los profetas (Jn 1,45), El Hijo de Dios, El Rey de Israel (Jn 1,49). El Camino, la Verdad y la Vida (Jn 14,6), La Puerta (Jn 10,7), La Luz (Jn 8,12), El Buen Pastor (Jn 10,11, 14), El Pan de Vida (Jn 6), La Resurreccin y la Vida (Jn 11,25), La Palabra encarnada (Jn 1,l4), El Cristo, el Hijo del Dios Vivo, (Mt 16,16), El Seor Resucitado (Jn 20-21), El Juez de Vivos y Muertos (Mt 35,31-45), El Principio y el Fin, el que es, era y ha de venir, el Seor del Universo (Ap 1,8).
El cristiano no sigue, pues a cualquiera, sino al Seor quien siempre llama y nos dice a cada uno de nosotros "Sgueme".
Seguir a Jess es convertirse al Seor, cambiar la orientacin de la vida.
B. Seguir a Jess significa aceptar su proyecto Jess tiene un proyecto, una misin: anunciar y realizar el Reino de Dios (Mc 1,15). Este es el plan que el Padre le ha encomendado, formar una gran familia de hijos y hermanos, un hogar, una humanidad nueva, los nuevos cielos y la nueva tierra (Is 65, 17-25). Esta es el Plan de Dios, el autntico paraso descrito simblicamente en el Gnesis (Gen 1-2)
Esta gran Buena Noticia es algo integral, ya que abarca a toda la persona humana (alma y cuerpo), a todo el mundo (personas y comunidades) y aunque consumar en el ms all, debe comenzar ya aqu en nuestra historia.
Las parbolas del Reino hablan de esta gran Utopa de Dios como un tesoro y una perla, por cuya adquisicin vale la pena venderlo todo (Mt 13,44-46). Los Apstoles ante el proyecto de Jess, dejan sus barcas y redes y le siguen (Lc 5,11), mientras que el joven rico se alej triste de Jess porque tena muchas riquezas y no quera aceptar el proyecto de fraternidad universal de Jess (Mt 19,22).
3. Seguir a Jess es formar parte de su comunidad Jess aunque llam a los discpulos personalmente, uno por uno, a su seguimiento, form con ellos un grupo, los doce, a los que luego se aadieron hombres y mujeres hasta constituir una comunidad: la comunidad de Jess (Lc 8,1-3). Este modo de actuar del Seor no es casual, sino que corresponde al plan de Dios de formar un pueblo. El pueblo de Israel en el AT, fue elegido y formado lentamente por Yav, desde Abraham. La Iglesia es la comunidad que mantiene la memoria de Jess a travs del tiempo, es su Cuerpo visible en la historia (1 Cor 12), contina enseando el proyecto de Jess a todos, anuncia el Reino de Dios, denuncia el pecado y va realizando la fraternidad y la filiacin de la humanidad, hasta hacer de ella la nueva humanidad, los nuevos cielos y la nueva tierra en la nueva Jerusaln, donde existir plena comunin entre Dios y la humanidad (Ap 21). Querer seguir a Jess al margen de la Iglesia es un peligroso engao ya que, como Pablo descubri en su conversin (Hch 9,5-6), la comunidad de los cristianos es el Cuerpo de Jess (l Cor 12, 27), es Cristo presente en forma comunitaria. Pero la Iglesia deber continuamente convertirse al Reino de Dios, objetivo central de su misin, y deber recordar siempre que Jess nos enva para evangelizar y salvar lo perdido (Lc 4,l8; 19,10).
5. Seguir a Jess es vivir bajo la fuerza del Espritu Seguir a Jess, formar parte de su comunidad, continuar su proyecto en la historia de hoy, son realidades que nos superan. Por esto Jess prometi el Espritu a sus discpulos (Jn 14, l7) y este Espritu es la fuerza que anima, gua, santifica, a los seguidores de Jess. Este Espritu, don de Dios, es el Espritu que gui toda la vida y la misin de Jess (Lc 4,18), el cual ungido por el Espritu pas por el mundo haciendo el bien y liberando de la opresin del Maligno (Hch 10,38). Este Espritu es el que nos hace llamar a Dios, Padre (Gal 4,4) y es el que gime en el clamor de la creacin y de los pueblos en busca de su liberacin (Rm 8,18-27). Este Espritu es el que da fortaleza a los perseguidos y mrtires y es el que da esperanza y alegra al pueblo.