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1) El documento habla sobre la necesidad de tener fe y valor para renunciar a los pecados predilectos, conformar la vida a Cristo a pesar de la oposición de los demás, y perseverar en el servicio a Dios hasta el final de la vida.
2) También menciona la dificultad de renunciar a los deseos más cercanos al corazón, no conformarse a las costumbres del mundo aunque cause menosprecio, y mantener la integridad aun cuando otros se rebelen.
3) Además, enfatiza la importancia
1) El documento habla sobre la necesidad de tener fe y valor para renunciar a los pecados predilectos, conformar la vida a Cristo a pesar de la oposición de los demás, y perseverar en el servicio a Dios hasta el final de la vida.
2) También menciona la dificultad de renunciar a los deseos más cercanos al corazón, no conformarse a las costumbres del mundo aunque cause menosprecio, y mantener la integridad aun cuando otros se rebelen.
3) Además, enfatiza la importancia
1) El documento habla sobre la necesidad de tener fe y valor para renunciar a los pecados predilectos, conformar la vida a Cristo a pesar de la oposición de los demás, y perseverar en el servicio a Dios hasta el final de la vida.
2) También menciona la dificultad de renunciar a los deseos más cercanos al corazón, no conformarse a las costumbres del mundo aunque cause menosprecio, y mantener la integridad aun cuando otros se rebelen.
3) Además, enfatiza la importancia
Esto requiere un paso decidido de fe: aventurarse a
entrar en la presencia de Dios con la misma temeridad que Ester lo hizo ante Asuero. Aunque no nos sonra, ni alce su cetro de oro para que nos acerquemos, debemos ir adelante con esta noble resolucin: "si perezco, que perezca" (Est. 4:16). Esto nos lleva por la fe un paso ms all: tambin hemos de confiar en el Dios que nos "mata". Hay que declarar con Job: "Aunque l me matare, en l esperar" (Job 13:15). Hace falta una fe sumisa para que el alma siga adelante cuando Dios, con rostro adusto, parece disparar flechas envenenadas contra ella. Es muy duro, y pondr a prueba el talante del cristiano. Pero este espritu se encontraba en la cananea, que recibi las negativas de Jess, y, con humilde valor, se las devolvi en su ruego (Mr. 15:22-28).
5. Sigue el camino hasta el final de la vida Tu obra y tu vida deben terminar juntas. Persistir hasta el fin ser el aguijn en tu carne cuando el camino parezca interminable y tu alma pida liberarse antes de tiempo. La constancia aade peso a todas las dificultades del llamamiento. Hemos conocido a muchos que se han unido al ejrcito de Cristo y les ha gustado ser soldados durante un par de escaramuzas; pero pronto se han hartado y han terminado por desertar. Se alistan por impulso en el deber cristiano, se persuaden fcilmente a profesar la religin, y con la misma facilidad la abandonan. Como la luna nueva, brillan un poco al empezar la noche, pero se esconden antes del alba. Perseverar es difcil! Tomar la cruz a diario, orar siempre, velar da y noche, y nunca quitarse la armadura para descansar, hace que muchos se alejen entristecidos de Cristo. Pero este es tu llamamiento: hacer de la fe cristiana el trabajo diario, sin vacaciones cada ao. Estos ejemplos bastan para demostrar el coraje y valor que necesitas.
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Tratados Gracia Abundante
LLAMADA AL SERVICIO
William Gurnall (1617-1679)
Revisemos las directrices para un servicio piadoso a Dios, dadas por el autor puritano William Gurnall en su libro El cristiano con toda la armadura de Dios.
Todo soldado est llamado a una vida de servicio activo, igual que el creyente. La misma naturaleza de ese llamamiento excluye una vida ociosa. Si pensabas ser soldado de verano, considera con cuidado tu comisin. Tus rdenes espirituales son rigurosas. Igual que el apstol, no quiero que ignores esto y, por tanto, cito algunas directrices.
1. Renuncia a tus pecados predilectos Aquellos pecados ms cercanos a tu corazn deben ahora ser hollados bajo tus pies. Y se necesita valor y coraje para hacerlo! Crees que Abraham fue probado al lmite cuando se le pidi tomar a Isaac -"tu hijo, tu nico, a Isaac a quien amas" (Gn. 22:2)- y ofrecerlo con sus propias manos. Pero no tiene ni comparacin con esto: "Alma, toma tu deseo, el hijo ms cercano a tu corazn, tu Isaac, aquel pecado del cual piensas granjear mayor placer. Ponle las manos encima y ofrndalo; derrama su sangre ante M; clava el cuchillo sacrificial en su mismo corazn, y hazlo con gozo!". Esto es superior a las fuerzas humanas. Nuestros deseos no se quedarn quietos sobre el altar con la paciencia de Isaac, ni como el Cordero que va mudo al matadero (Is. 53:7). Nuestra carne ruge y chilla, partindonos el corazn con sus horribles gritos. Quin puede expresar el conflicto, la lucha, las convulsiones de espritu que aguantamos antes de cumplir con esta orden de corazn? Quin puede explicar plenamente la sutileza con que tal deseo defender sus derechos? Cuando el Espritu te convence de pecado, Satans tambin intentar convencerte. Te dir: "No tiene importancia, acptalo". O sobornar el alma con una proposicin de secreto: "Puedes quedarte con esto, y tambin con tu buena reputacin. No se notar para avergonzarte ante los vecinos. Puedes encerrarlo en el tico de tu corazn, lejos de las miradas, si me dejas de vez en cuando sentir los abrazos salvajes de tus pensamientos y tu afecto secreto". Si no se le permite esto, entonces Satans pide una prrroga para la ejecucin, sabiendo que en la mayora de estos casos los pecados al final obtienen el indulto total. Mientras ms lo aplacemos, ms difcil ser romper con los elocuentes artificios de este defensor del pecado y la muerte, para llevar a cabo su ejecucin. En esto los hombres ms valientes de la historia han sido como arcilla en manos del adversario. Vuelven de la batalla con banderas de victoria al vuelo, para vivir y morir en su casa esclavos de un deseo rastrero. Son como aquel gran general romano que, en su paseo triunfal por la ciudad, no poda quitar los ojos de una prostituta que iba por la calle; un conquistador de imperios, cautivo de la mirada de una sola mujer!
2. Conforma tu vida a Cristo Se nos manda no conformarnos a este siglo; esto es, no comprometernos con las costumbres corruptas del da. El creyente no debe ser un sastre tan complaciente que corte el manto de su profesin segn la moda. En su lugar, debe plantarse en sus principios, demostrando abiertamente ser ciudadano del Cielo al revestirse de la verdad. Hace falta gran coraje para hacer caso omiso del menosprecio que sin duda arrostrars por tu disconformidad. Tristemente, hay muchos que no pueden soportarlo. Hemos visto muchas veces cmo un manto de orgullo cubre rpidamente el manto celestial de la justicia imputada en aquel que teme las burlas de los hombres, si se atreve a hablar abiertamente de Cristo (Jn. 7:13). Cuntos pierden el Cielo por vergenza a acudir "vestido de tontos!. Mientras algunos se burlan, otros perseguirn a muerte al creyente que no se conforme a los principios y prcticas de este mundo. Esta fue la trampa que se les puso a los tres hebreos exiliados en Babilonia. Tenan que bailar al son de Nabucodonosor, o morir (Dn. 3:15). Igualmente en el caso de Daniel, que anduvo de forma tan perfecta que la nica acusacin que sus enemigos pudieron encontrar contra l fue su entrega a su religin (Dn. 6:5). En tal caso, cuando la decisin es de vida o muerte, cuando un creyente est ante la alternativa de negar a su Seor o ser presa de hombres sanguinarios, cuntas retiradas y huidas inventa el corazn cobarde para protegerse!. Es un gran honor para el cristiano si lo nico que pueden decir sus enemigos es: "No vive como nosotros". El cristiano que se enfrenta a tanta oposicin debe aferrarse bien a su fe, si no quiere ser desmontado enseguida.
3. Salta los obstculos Siempre hay aquellos en la iglesia que, por medio de graves errores de conducta y juicio, han puesto piedras de tropiezo ante los cristianos profesos. Har falta una santa resolucin para enfrentarse al desnimo. Esfurzate como Josu. Cuando la mayora de los israelitas se rebelaban y su corazn miraba hacia Egipto, Josu mantuvo su integridad. Declar que aunque ningn otro se le uniera, l igual servira al Seor.
4. Confa en Dios en cada circunstancia A veces el santo ha de confiar en un Dios escondido: "El que anda en tinieblas y carece de luz, confe en el nombre de Jehov, y apyese en su