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En estas tres visiones que forjaron buena parte del pensamiento y conocimiento
occidental, podemos observar cómo la experiencia del lenguaje es interpretada desde
lo propiamente somático (Epicuro); como prueba de un mundo de ideas y
abstracciones perfectas que explican el mundo de los hechos (Platón); o como
nominación de fenómenos clasificables por el intelecto por las percepciones
(Aristóteles). Tras el auge de la cultura griega y la posta que respecto de aquella
realizó el Imperio Romano Occidental y Oriental, en la temprana Edad Media (siglos V
al X), cuando los focos de educación del antiguo orden imperial se habían extinguido
no quedaba en pie otro almacén del conocimiento que el que ofrecía la Iglesia Católica.
Con la eclosión de las NTIC, hacia el último tercio del siglo recién pasado, y la
emergencia de la Sociedad de la Información y el Conocimiento, se inició una tercera y
aún no concluida gran revolución educacional, cuyos efectos recién comienzan a
expresarse, pero que, como en los cambios anteriores, también están impulsados por
las nuevas tecnologías que han masificado un bien que hasta hace apenas un siglo era
inaccesible para muchos.
2 Curso “Inclusión Digital” Magister en Comunicación y Educación Pontificia Universidad Católica de Chile.
2008. Luz María Zañartu.
En nuestro actual modo de organización social, la generación, procesamiento y
transmisión de la información se han convertido en las fuentes fundamentales de la
productividad, conocimiento y poder, hecho que se demuestra en la extraordinaria
acumulación de capital que observa la empresa asociada a las NTIC3.
Desde el advenimiento de las NTIC, la Internet y la World Wide Web (WWW), este
proceso de transformación tecnológica se ha ido expandiendo de manera exponencial
gracias a su capacidad para producir interfaz entre diversos campos científico-
tecnológicos a través de un lenguaje digital común, mediante el cual la información se
genera, almacena, recupera, procesa y retransmite, sin importar las barreras de
lenguajes naturales y/o culturas en los que estos se desenvuelven, incidiendo en las
vidas de los hombres en casi todas sus dimensiones. Pareciera que la hipótesis de
Noam Chomsky, formulada hace más de 40 años, de que el lenguaje natural proviene
de una base común que es innata y que permite, gracias a un conjunto de normas, el
trasvasije entre idiomas, se materializara en este lenguaje binario, anclado en las
cualidades filogenéticas de la especie.
Los ajustes neurobiológicos del hombre moderno a su habitat cada vez más artificial
son actualmente motivo de amplias investigaciones, especialmente con focos en salud
y educación, aunque también por inquietudes culturales más generales. Como vimos,
las nuevas generaciones educadas en un entorno de información y telecomunicaciones
que invaden el conjunto de las actividades diarias (“nativos digitales”), muestran una
serie de cambios en sus procesos de cognición que están siendo analizados por
3 M. Castells. La era de la información. 2000
neurólogos, psicólogos, educadores, sociólogos y antropólogos. Según aquellos, el
impacto de las NTIC ya se expresa en algunas modificaciones cognitivas, emotivas y
conductuales en los modos de aprendizaje.
En efecto, para buena parte de las nuevas generaciones, la comprensión del lenguaje
hablado y textual presenta dificultades como consecuencia del tsunami audio-visual al
que están expuestos, generando en ellos un tipo de almacenamiento mnémico
fragmentado y aparentemente caótico, que exige un modo diferente de procesamiento
mental. Como hemos visto, el lenguaje textual (hablado y escrito) es lineal y lógico
secuencial, lo que obliga a una especial disciplina intelectual para su buen uso en
términos conceptuales, pues requiere conocer debidamente la definición y usos de las
palabras para una buena comunicación, así como sus correctas relaciones. Pero las
imágenes-concepto adheridas a las ideas-definiciones en el momento de su
aprendizaje representan, como vimos, sólo el fenómeno específico nominado (siendo la
nominación misma una generalización) y exigen de un salto cognitivo para abstraerlas
a nivel de “clase”, paso que hace recién posible el intercambio comunicacional de
significantes con similares significados para emisor y receptor.
Debido a su cada vez más alta exposición a ordenadores, televisión, MP4 y otros
adminículos audiovisuales NTIC fijos y nómades que operan mensajes a alta velocidad
por “cuadro”, con el objetivo de sostener la atención del observador (el paradigma
videoclip)4, su capacidad de procesamiento de imágenes se ha tornado superior al de
generaciones anteriores. Pero esta nueva facultad parece estar incidiendo en una
menor habilidad para los usos conceptuales de las palabras que designan las cosas y
fenómenos en sus hablas, lecturas e interpretación textual de las imágenes percibidas
en el proceso de construcción de esta meta-realidad continua que imbrica lenguaje y
comunicaciones.
Así, el nativo digital parece estar tendiendo a almacenar buena cantidad de imágenes
sin nominación específica –como cuando se recuerdan caras, pero no nombres- y sin
dar demasiada importancia al hecho, enfrenta la necesidad cognitiva de comunicación
respecto de tales imágenes innominadas, aunque incorporadas por el hemisferio
El análisis de contenidos semánticos del texto en las escuelas, así como la enseñanza
de fenómenos y procesos en otras áreas del saber ha ido derivando hacia lo icónico.
Esta práctica se explica educacionalmente, tanto por exigencia para la enseñanza y
aprendizaje de los currículos mínimos obligatorios pertinentes para introducir a los
educandos en el paradigma científico-tecnológico vigente, como para precaver posibles
distorsiones provocadas intencional o inconcientemente por agentes emisores
individuales, locales o de cadenas de telecomunicación internacional respecto de
visiones de mundo que el espectador –bombardeado por datos de todo tipo- pueda
hipotetizar respecto de su entorno virtual y las consecuencias que este fenómeno
puede acarrear en los próximos años.
Esta nueva mirada tiene profundas implicancias en el modo de conocer inercial actual y
por consiguiente, en la educación, en la medida que la comprensión de la naturaleza
está transitando desde una visión de procesos y fenómenos observados de corte
mecánico-estático de causa-efecto secuenciales y determinados, a una más compleja,
de carácter holístico, multireactiva, que si bien es posible describir textual y
linealmente, desde el punto de vista del lenguaje y la comunicación tiene en las
imágenes, fijas o en movimiento, mapas mentales, gráficos y demás iconografía, una
más simple manera de comunicarse.
Esta tendencia a más imagen y menos texto es estimulada, a su vez, por las propias
NTIC, muchas de cuyas aplicaciones incentivan el uso de un lenguaje corto, directo,
descriptivo, como en el caso de chats, mails, mensajerías y el modelo Twitter de
miniblogs gratuitos on line, donde la comunidad debe expresar sus puntos de vista en
menos de 140 letras, llevando esta práctica incluso al arte de los microcuentos, varios
de los cuales, empero, son de extraordinaria calidad.
Las personas cada vez más buscan entender procesos por la vía de mapas mentales,
gráficos, dibujos, representaciones e imágenes fijas o en movimiento, acorde con las
cada vez mayores facilidades que las NTIC proporcionan para estos efectos. El
fenómeno de YouTube (banco de imágenes) es otra muestra de cómo están
evolucionando las preferencias de las personas para conocer, entender y aprender de
su entorno social y natural. Estos cambios perceptivos, por lo demás, ya han influido a
contar de las antiguas TIC (TV, radio, cine analógicos) en diversas industrias en el área
de las comunicaciones y el rediseño gráfico de sus productos (periódicos, revistas),
hecho que tiende a profundizar el proceso de avance desde lo textual-lineal a lo
espacial volumétrico. Los avances en 3ª Dimensión en el cine y la TV, así como en las
investigaciones para perfeccionar imágenes holográficas incrementarán la tendencia.