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LAS LETRAS ESTÁN AQUÍ

Luis Cuevas

Ariel Corral

Flora Sandoval

La Isla III (2006) de Sergio Garval. Óleo sobre tela. 90 x 75 cms.


Rafael Castillo

Eduardo Ortiz

Elba Vega

Berenice Castillo

Isidro Delgado

octubre-diciembre 2009
1

Índice
LAS LETRAS ESTÁN AQUÍ La voz de las palabras
Luis Cuevas / 2

Editorial Cumbia mix


Ariel Corral / 5

N que otra vez da la cara con muestras de avivada confianza. Y cómo


umen
no mostrarse tan campechana como lo hace ahora, si el acto de aparecer
estaba impedido únicamente por la delicadeza de un telón mansito —que hasta
Cero
Flora Sandoval / 6
se descorría avergonzado de sólo pensar en que una mano pudiera hacerlo— y
por la propia pereza de presentarse con más frecuencia. No es de extrañar que Guadalajara puta quedita
R afael Castillo / 8
Numen germinara al amor propio que la garantía patrocina. Pero los auspicios
pocas veces son eternos; el suyo, al menos, no lo es. Hoy que este cuarto número
llega a tus manos, lector, es debido anunciarte que Numen tendrá que salir de su Semáforo
cómoda vidriera y vérselas en las aguas turbias de la realidad no colada: para Eduardo Ortiz / 10
continuar tendrá que exprimirle el aire al líquido espeso que la asfixiará; deberá
trepar por sobre los residuos amontonados de los tantos naufragios editoriales — A la puta que no se ha
el cúmulo trágico que forma la tinta sobre el papel hinchado de tan ahogado… robado mis poemas
Elba Vega / 13
Ya echando a un lado el tono de extremosidad odiseaca (u odiosa), la situa-
ción es más bien optimista. Borremos por el momento las sospechas de desgracia
o deriva: los hurras y los pañuelos blancos agitados deben recibir a la última Nu- Inciso
men de este 2009, que tan bien condimentó sus días. Bien lo merecen el ánimo de Berenice Castillo / 14
nuestros colaboradores y el empuje que ellos dan al que es, y se afana en seguir
siendo, el tejaban de sus palabras. Jay Alisco
Isidro Delgado / 16
¡Que corra —ya por otro lado— un agradecimiento gordo hasta las puertas
de Sergio Garval! Esperamos que La Isla iii, en la cubierta de esta Numen, sea el
augurio del ascenso satisfactorio que evada los hocicos del naufragio: el emerger
Consejo editorial
de las turbiedades, desprovista en parte, tal vez; segura poseedora de un peque- Samuel Bernal
Joel Castillo
ño espacio, suficiente al fin, y de aire: después de la sensación de asfixia, lo que Francisco Estrada
venga será dulce.
Corrección
¡Que el reconocimiento —también— caiga suave en paracaídas sobre las ca- Daniel Barragán
bezas de todos nuestros colaboradores! Que Luis, Isidro, Rafael, Elba, Eduardo, Diseño
Berenice, Flora, Ariel y todas las demás personas que nos han confiado sus textos Postof

con tan buen talante, a lo largo ya de esta cuarteta de convocatorias, se soben


numenpublicacion@gmail.com
con alegría la euforia de nuestro gesto. Que esta cuarta edición no se sienta apo-
cada; sigue adelante, lector: sin nostalgias ni moqueras.
Emilio González Márquez
Numen se realizó con el apoyo del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Jalisco, luego de haber sido seleccionada en la Convocatoria CECA 2008, en la Gobernador Constitucional del Estado de Jalisco
Lic. Fernando A. Guzmán Pérez Peláez
disciplina de Letras, en la categoría de publicación de revista. D.R. © Consejo Estatal para la Cultura y las Artes. Gobierno de Jalisco / Avenida Jesús García 720, Secretario General de Gobierno
Col. El Santuario, Guadalajara, Jalisco. / C. P. 44260. Teléfonos: 01 (33) 36 14 68 55, 01 (33) 36 14 68 64. Fax: 01 (33) 36 58 00 26 Arq. J. Alejandro Cravioto Lebrija
Secretario de Cultura
Correo electrónico: ceca_jal@yahoo.com.mx / www.ceca.jalisco.gob.mx / Portada: La Isla iii (2006) de Sergio Garval. Óleo sobre tela. 90 x 75 cms. Mtro. Martín Almádez
Numen 4 / Octubre-diciembre 2009 1P residente del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes
La voz de las palabras
Luis Cuevas

E l poeta Gustavo Trepagny provocó nuestra rebe-


lión. Agarró por la fuerza a una nueva compa-
ñera, un neologismo emigrado al español desde el
francés, y la encerró en un poema. Nuestra compa-
ñera nos ha solicitado que respetemos su anonima-
to, pues teme que los hablantes se solidaricen con
el género humano y no la pronuncien jamás. Basta
decir que se trata de una compañera joven, aún con
problemas de identidad y que lo único que demanda
es que todavía no la confundan con connotaciones
múltiples. Ella pertenece al campo semántico de los
juegos infantiles, y fue obligada a entrar en un poe-
ma de perversiones eróticas zoofílicas. En una sesión
Corre. Después de perder la postura
de flujo de escritura inconsciente le pedimos al poeta
e ignorar los principios inquebranta- que corrigiera el poema. Incluso hubo compañeras
bles del maratón (talón-punta-talón- que se ofrecieron voluntariamente para sustituir a la
punta), corre. A veces, a causa del rehén: Saliva, Candela y Fuego (Amor se negó alegan-
esfuerzo físico y la concentración
requerida, se olvida que lo hace
do cansancio crónico por trabajo excesivo en poemas
porque las palabras lo persiguen, y cartas, pero manifestó públicamente su solidaridad
lo rastrean marchando como en un con nuestra causa). Sin embargo, el necio poeta no
desfile a la Cri-Cri, pero más tétrico. accedió a liberar a nuestra compañera. Y publicó el
Sin embargo, cuando se arma de
valor, Luis se detiene en seco y se
poema.
para frente a todos esos signos que Nos vimos en la necesidad de tomar medidas
se precipitan hacia él; consciente drásticas. La lucha activa estalló. Se acordó intercam-
del inconcebible adiestramiento de biar nuestros significados en su mente. Las primeras
sus perseguidoras, prefiere ser él el
domado. Ahora es su tinta la que co-
voluntarias fueron Cariño y Pendeja; con esto logra-
rre. Luis Cuevas (1981), quien cursa mos que en pocos días su esposa lo dejara. Después
el quinto semestre de la licenciatura fueron Mamá y Puta, y sus relaciones familiares ter-
en Letras hispánicas, ha participado minaron. Le volvimos a exigir la libertad de nuestra
en la revista Portuñol y en la anto-
logía de cuentos El otoño come su
compañera, pero respondió: “Cariños, no la dejaré
hoja. libre, ni por recuperar la pendeja de mi puta, que

2 Numen 4 / Octubre-Diciembre 2009


ustedes me han quitado. ¡Esa mamá se queda en el
poema!”. Y lo mandó a un concurso.
La vida de nuestra compañera peligraba, los ha-
blantes adultos no la pronunciaban por ser un neo-
logismo francés de uso infantil y prohibían a sus ni-
ños mencionarla por la connotación sexual que el
poeta le había impuesto. Era urgente que nuestra
compañera recuperara su inocencia para poder ser
admitida firmemente en el español y gritada por los
niños. Teníamos que extremar nuestras estrategias
de ataque para salvarla. Cientos de compañeras se
sumaron al movimiento. Unidas logramos confundir
más nuestros significados en su mente. Sexo se armó
del significado de Permiso; Idiota del de Hola; Culo
del de Libertad, y Dios, Cabrón, Ayuda, Sed, Mamar,
Piedad, Sodomizar, Dinero, Morir y muchas otras se
rebelaron. Provocamos un caos semántico total en
su mente. De modo que no había día que no regre-
sara a su casa herido por haber solicitado sexo en
lugar de permiso o saludado con un idiota a todo el
mundo. Sin embargo, Gustavo se evadía de su do-
lorosa realidad escribiendo poemas que enviaba a
concursos, poemas terriblemente incoherentes. Pero
a él eso no le importaba, se animaba pensando que
los grandes poetas nunca fueron comprendidos en
su época. Y tanto sufrimiento físico lo terminó por
convencer de que era realmente un poeta maldito.
La idea romántica del suicidio lo sedujo. Pero eso
estaba en contra de nuestros planes: ¿quién corre-
giría el poema si su autor estaba muerto? Nuestra
compañera parecía condenada a la prisión eterna de

Numen 4 / Octubre-diciembre 2009 3


la biblioteca literaria, sin niños que la pronunciaran
más.
El poeta tomó la pistola y la llevó a su frente. Pero
el teléfono timbró. Gustavo respondió en francés.
Sus brincos y sonrisa nos revelaron desde el primer
momento que se trataba de una buena noticia. Tiró
la pistola. Por la prensa supimos que había ganado
el premio a Poesía Vanguardista Goncourt “por la
creación de un lenguaje neosurrealista profundo que
aportaba nuevas perspectivas metalingüísticas bilin-
güales.” Nosotras ignorábamos que Gustavo habla-
ba francés, comprendimos que el dominio de otro
idioma le había permitido permanecer más o menos
cuerdo ante nuestros ataques.
Con el dinero del premio, Gustavo cambió su re-
sidencia a La Rochelle, donde es comprendido por
los francófonos. Gustavo no quiere corregir el poema
y nuestra compañera agoniza, nadie más la pronun-
cia. Pero no nos rendiremos. Y por eso, los adjeti-
vos, verbos, nombres, pronombres y circunstanciales,
como representantes de la lengua española, pedimos
a nuestras compañeras francesas, y a las de todos los
idiomas, se sumen a nuestra causa en la defensa de
los derechos de una hermana suya, a quien le ha sido
alienado su derecho natural y sagrado de no ser utili-
zada en frases contra su propia voluntad que pongan
en peligro su existencia. Porque tenemos el derecho
de ser libres y pronunciadas. Contra el cariñoso poe-
ta: ¡Palabras de todos los países, uníos!

4 Numen 4 / Octubre-Diciembre 2009


Cumbia mix
Ariel Corral

Ésta es mi historia. La historia de una mujer púrpura.


Mi evento es la relación de un cuerpo con el cosmos.
Un año, cayó en mi haber un libro de mitología. Nunca asistí a una escuela,
pero la rareza de mi sino hizo que encallara en los libros que me amparan para relatar
mi olvido, olvido de una mujer parcela. Soñándome Europa parí un esturión aborto de
Zeus mi violador.

***

Ahora trabajo aquí sentada. Nadie se ha interesado en sacarme a bailar. En esta cantina
de este modo nos empleamos: nos sentamos y esperamos pacientemente a que se nos
estudie y, cuando hemos sido auscultadas, los ojos prontos de algún bebedor se trocan
pies para llegar hasta nuestros sitios. Se nos tiende una mano franca, una mano llano
grieta de obrero distendida por la ternura de la cerveza. De la cerbeza.

***
Los hijos nuevos llegaban por mon-
Seré de mosaico: ha llovido. En el piso suelo gravitar: el suelo es mi cosmos: mi mirada tones aunque la Humanidad entera
absorta lo admira en su infinita constelación de gemas. Antiguo, el piso renarra el baile no lograba recuperarse del gran
del danzar volcano. salto que recién había dado. A Chi-
huahua, Ariel llegó casi solo; ate-
rrizó cuando un acordeón echaba
*** el último suspiro de aquel día. Hoy
por hoy, aunque la Humanidad más
Cuando se nos ha sacado a bailar, esperamos, deseamos se nos lleve en secuencia hasta bien se esperance en los traspiés,
Ariel es aficionado a la escultura, a
el sitio de la Mariscal, hasta el centro del cetro del mundo, para que se nos allane. Para
la cinematográfica literaria y, con
que se nos allane. De esto vivimos, de esto nos angustiamos en las sillas de la cantina, oído pegado a las bocinas y pie
con la vida suspendida de la Nada. libre, gusta de Ramón Ayala y Juan
Gabriel. Sus palabras plasmadas
con ámbar-tinta también son re-
Cumbia mix, salgo ahora. Des[a]tino del mundo.
veladas en Río Grande Review (El
Paso, Texas) y Letras Hábiles (Ciu-
dad Juárez, Chihuahua).

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Cero
Flora Sandoval

Soy una máquina.

Puedo escalar una montaña

en un paso,
puedo soportar los ciclos de la tierra,

bailar entre huracanes,


bañarme en lava hirviendo,
y beberme el océano,

mientras simulo que aspiro aire


para sobrevivir.
Puedo escuchar tu corazón
como escucho el ruido del trueno
y los sonidos de la tierra,

pero claramente,
Flora dio su primera bocanada de
aire cerquita del Cerro de la Silla no puedo hacer reír
—indolente, como estampado en a tu boca que exhala como locomotora
bambalina añeja— cuando 1991 el humo de un oscuro cigarro
hacía los preparativos para recibir
hecho de las hebras del universo,
a su sucesor. Ahora, son Flora y
las luces que se embarran, des- provocando un Big bang con cada exhalada;
garran el silencio, la oscuridad; y ni morir en mi nido de pájaros hambrientos
las luces que escapan del ombligo a causa de un amor imposible.
de la oscuridad de las palabras. Lo
acostumbrado que no puede dejar
de revolverse, diluirse con el humo,
la sonrisa y la sangre. Kubrick,
Buñuel, César Vallejo, Bergman,
Dylan Thomas, Xavier Villaurru-
tia… Aquello (ellos) y la espesura
de estar viva.

6 Numen 4 / Octubre-Diciembre 2009


Pero, oh, lector, hay días en que
observo el fervor obsesivo de las gentes
que sobre una pantalla viven la época de los saltos,
y yo, al ser una máquina,
puedo controlar y construir la red de sus ojos ensimismados;
observo el caminar monótono
de las gentes, a las que sigo con pasitos
infinitos en una persecución de hormiga delirante;
observo a mis manos y dedos
llenos de pequeños circuitos
como raíces que me aferran a una fábrica,
y siento la sangre fluir
desde el hormiguero de la creación.

Numen 4 / Octubre-diciembre 2009 7


Guadalajara puta quedita
R afael Castillo

Pasea desnuda Guadalajara por la tierra del lodo


en su autopsia se reconoce la catedral
sale de antro sin licencia, sitios en donde los alacranes olvidan su cola
cerveza con ponzoña sedan las cuerdas vocales
y el reflejo le grita que la tierra mojada con el tiempo se hace barro.

Mujeres de cirrosis entonan efímeras bocanadas


se derraman en la historia de un espacio maquillado
en los muros de arena y los cimientos de sal,
en el dulce impacto de los deseos y el qué dirán.

Un anzuelo de murmullos la pesca en la cantina,


tira la primer piedra siendo culpable
le escupe al oído sus pecados
oculta sus orgasmos bajo la sotana.
Rafael (Guadalajara, 1981) sabe Le enseña a flagelarse por su naturaleza
del aún vivo y prohibido comadraz- por el error de Eva
go entre Poesía y Música; no duda,
las ha visto bajo los escupitajos por el mundo
de luz lunar cuando sus reuniones y también por los pecado de dios.
furtivas a deshoras. Pero cómo
podría oponerse si él mismo, con
la complicidad de los beats, hi-
jos desmadrosos de los circuitos
electrónicos (sobrinos de Música),
les ha echado la mano para que
retomen sus chismorreos de an-
taño. Fuera de la clandestinidad,
Rafael —generación 2000 de la
licenciatura en Letras hispánicas—
ha empleado en sus libros (Verbo
Cirio IV y Memoria del relevo), en
el periódico cultural La Manzana y
la revista Fedra a los críos menos
berrinchudos de Poesía.

8 Numen 4 / Octubre-Diciembre 2009


Una voz oculta
un susurro divino
un soplo de luz de Dios
le aconseja que se vaya de puta,
que lo cóncavo extraña lo convexo
y lo erógeno no es un comercial de condones.

Regresa pisando el día,


cuando los camiones pasan
y los puestos de revistas desempolvan la ciudad.
Regresa con la cruz del desvelo a cuestas
y con la certeza del qué dirán.

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Semáforo
Eduardo Ortiz

Prisa. Prisa. Tengo prisa.


Al nivel del suelo la avenida parece más amplia. El espacio
de la calle se expande hacia todas partes. De vez en cuando
los ruidos de motores y frenazos rompen un poco la sole-
dad. Los postes de las lámparas, altísimos, suplantan a los
olvidados árboles. Y el silencio del cemento.
Brilla, resplandece, fulgura, ciega. El metal bruñido del
auto corta el aire, avanza incontenible, poderoso. Quien mira
pasar, en la calle, mira un tanque negro, mezcla de acero y
cristal. Quien mira pasar, sabe que el auto no se detendrá.
Sabe también, con sus extremosos pocos o muchos años, con
sus ojillos claros o sus raídas barbas, que tiene que esperar o
anhelar que se detenga. Surgieron de pronto, quién sabe de
dónde. En el auto hay una pequeña duda eléctrica, un respin-
go apenas.
Aish. Pero que programa tan aburrido. A veces no sé para
qué Guillermo hizo instalar la pantalla de plasma… ¿qué será
plasma? Qué gente tan fea afuera. Voy a subir el aire y pren-
der el radio…
Se aleja el automóvil. Muchos ojos lo miran irse. Los vie-
Alto: Eduardo Ortiz Arámbula, Ciu-
dad de México, 1968. Preventiva:
jos ya ni siquiera le prestan atención a la oportunidad perdi-
egresado en la generación 1986- da. No existe, no hay nada que hacer al respecto. Mientras la
1991. Siga: profesor e investigador gran mayoría da la espalda, como una muralla, un niño solo
del Departamento de Letras en la se queda mirando, mirando. Fijamente. Al objetivo que se
UdeG. Vuelta sin retorno: la mez-
cla de información y análisis crítico
va. Hasta cuando se detiene el auto manifiesta su poder, la
para elaborar textos. Carril de alta: energía de todos los motores, de todos los metales. Frena y
Las torres y los colmillos, Ediciones produce un sonido oscuro, filoso. Su presencia es un bloque
del Plenilunio, Guadalajara, 2001. denso y rugiente en una esquina de la calle aireada. Dos
Carril de baja: el rock y una buena
pieza de chelo o viola. Oríllese a la
grandes avenidas forman una grande cruz.
orilla: lecturas de narradores mexi- Pausa. Un ligero zumbido del auto. Un ronroneo de gato
canos y ciencia ficción. en el interior mullido. Se acerca el niño al cristal ahumado.

10 Numen 4 / Octubre-Diciembre 2009


Con el puño mínimo, no tan sucio como se esperaría, no tan
débil, toca, toca, como quien llama para entrar.
Qué quiere esta gente que no la deja a una en paz. Ca-
ray. Ya, ya, minino, no pasa nada. Tengo prisa, tengo prisa,
¿entiende?
Tiende la mano el niño. Ofrece o pide algo o llama la
atención. Habla, perfectamente claro y la mujer no escucha
nada, no entiende nada. Sólo el ruido del motor, aire acondi-
cionado y radio, muy lejos, parece dominar su interés. Aun-
que lo nota, no atiende a un chasquido extraño, como otra
duda, como una pausa en el respirar del automóvil. El niño
insiste, pregunta, no se sabe si demanda o previene, pero se
obstina, se aferra a la puerta. Al arrancar el coche, es derri-
bado, herido. Nunca vio a la mujer al otro lado del vidrio
decir que no, arrugar la nariz, con todo y que cualquier olor
jamás entraría a su espacio si ella no lo permitiera.
Avanza militarmente el coche. Rápido, fuerte, espeso.
Parece no haber nadie en la amplia avenida. En otra esquina,
una nueva pausa en el camino. Semáforo en rojo. De pronto
surgen dos muchachos, casi niños. Se acercan y observan el
auto, parece que cada vez se acercan más. Y el auto no se
mueve ni un milímetro.
Aish. Qué asquito. Ya los ví, pero mejor subo el aire y el
volumen.
El radio farfulla un ruido de estática y un blablablá elec-
trónico. Ellos se miran entre sí y avanzan. Son rechazados
por la negrura de la ahumada ventanilla. Su reflejo distor-
sionado les propone una visión de cómo la mujer dentro
del coche los concibe. El ruido del radio se corta, se pierde
y se apaga, sólo queda un zumbido que se difumina poco
a poco.

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¿Pero qué pasa? No puede ser. No se puede confiar en
estas marcas. Se supone que son de lo mejor. Qué barbari-
dad. Esto es un escándalo.
Sigue el rojo del semáforo. Alguien lo mira directamente.
Y el rojo cubre completamente su visión. El chófer avisa que
se ha descarado la batería. Un ruido sordo sobre el techo.
Otro y otro más. Otro. Dos niños arrancan la antena y otros
circuitos del enorme cofre.
Salen niños de todas partes. El chófer abre su puerta y
echa a correr y hay niños y más niños por todas partes. En la
amplísima avenida los niños se mueven como manchas so-
bre la claridad del cemento y dejan atrás los solitarios postes
de las lámparas.
¿Pero qué?... ¿por qué se ha ido este desobligado…? ¿Y
mis citas de la tarde? Ya me dijeron que no hay que abrirle a
nadie en estos rumbos… No cierra la puerta… ¡¿Y ahora qué
voy a hacer con esta gente?!
Los niños suben al auto por todas partes. Algunos force-
jean en el interior con la mujer. Le arrebatan el bolso y otras
cosas. Una sale corriendo mientras exhibe al gato apetitoso.
Todos actúan con segura parsimonia, sin demasiado apuro.
Los niños cubren en su totalidad el automóvil.
Alguien mira directamente el rojo del semáforo. Y el rojo
cubre completamente su visión.

12 Numen 4 / Octubre-Diciembre 2009


A la puta que no se ha robado mis poemas
Elba Vega

Entra a destrozar mis cosas

y comienza

con los poemas.

Antes de derribar el mural


de mis manos en la pared
antes de llevarte mi ropa
y mis libros
encuentra los poemas
y llévatelos
hasta que sólo vea
el polvo que dejan las polillas
devorando los pedazos.
Recolectora de hongos, vendedo-
Róbate lo que quieras: ra de jugos, asaltabancos, repre-
sentante médico… fueron algunas
el dinero de las opciones que Elba contem-
la computadora pló en el Catálogo de ocupaciones
mi hígado (en su reedición más reciente) an-
pero comienza con ellos. tes de elegir —a pesar del repro-
che y el abucheo general— una
de las más olvidadas, de las que
Llévate mis poemas apenas se hacen un huequito en
y si aún tienes ganas las últimas páginas del prestigioso
también todo lo otro. inventario, de ésas a las que —se-
gún el magnánimo criterio de sus
editores— no hace falta dedicar
más que algunas líneas, una que
le permitiera a la indecisa Elba es-
crivivirlas todas: ésta. Así, desde
agosto del 2009, Elba Vega (1991)
es alumna de la licenciatura en Le-
tras hispánicas.

Numen 4 / Octubre-diciembre 2009 13


Inciso
Berenice Castillo

(la historia del paréntesis de sobra es muy triste y corta por-


que todos los paréntesis se cierran tarde o temprano como
los almacenes que conservan la mercancía en proceso de
empaque constante, era la vigencia de potasio lo que decía
cómo y hasta cuándo, en caso de que no se extinga antes
que el cansancio, los seguros en cuclillas mientras el flu-
jo del líquido llegue al interruptor y uno tenga una mano
disponible, la derecha o la otra según la ventanilla, cuan-
do la llave y el flotador sean congruentes, dejen de darse
mordidas el alba y la mañana o el crepúsculo y la noche,
las frases reduzcan su protagonismo, haya puntos según el
tipo de cambio y una misma dirección para todas las cajas
o, al contrario, un solo sufijo para me- con dos variantes
por cada hemisferio no más, ajustarse a la demanda del Sin-
Ella, señores, señoras, es de Za- Par-Consumidor reclinado en su fuente del primario diván
popan (1984), pero sus primeros echando ojo por los vitrales que da seguimiento preciso al
años de vida trascurrieron al ritmo punto que una vez soltó de la cadena, cuando el punto haya
de las olas en la Costa Alegre de
Jalisco. Recuerda que fue en la in- concluido su devenir en puntos suma esperanza, posibili-
fancia cuando comenzó su periplo dades las encuentran aunque no adecuadas y latentes no
por el mundo de la lectura y la es- sirven de nada, la madrugada en que los peldaños no se
critura, dúo que pasó a convertirse duerman decidan llenar los huecos convertirse en muros,
en artículo de primera necesidad
en su vida. Ahora, Berenice Cas- qué igualdad de condiciones, la equilateralidad como esta-
tillo (licenciada en Letras hispáni- do ideal de isósceles y escaleno, qué de necias disputas, en
cas, 2008) está de plácemes por que todas las vistas aéreas ofrezcan la posibilidad de sal-
la reciente aparición de un capítulo tar franquear el borde del pozo sin agua un último esfuerzo
en EstacionEs (UdeG, 2009) y por
su primer libro en solitario que ya estás afuera, vuelta de página dedo índice sobre índice
emergerá próximamente (Época confirma dedicación ha terminado su plazo de colaboración
del aire, ceca, 2009). Otros textos eliminada de todas las entradas, en que aspecto adquiera su
suyos han sido publicados en las propio singular auténtico litoral, la signatura de un ultimá-
revistas Fedra, Viene-Viene y en
los matutinos Regional Costa Pró- tum a la resignación, coordinemos las extremidades seamos
diga y El Occidental. precavidos a la vez, cuando el impulso del ventarrón de la

14 Numen 4 / Octubre-Diciembre 2009


espada cese, postigo inhabilitado del albedrío se consuma,
no tendremos necesidad de nada en absoluto ni de nosotros
mismos qué mayor gratificación, intuición del fin del punto y
coma, detección inoportuna de osteoporosis o esclerosis al
mundo antes dicho digamos en futuro que no resulte auto-
eliminación, cuando síntesis instaure su reinado de mil años
de manera que la lengua prometida llegue a ser, el principio
carezca de cimientos, aparente persona reciba elástico el
golpe de la vista sobre la cama, ominoso nombre ausente
embotellado surque sus iniciales y mude los bancos de are-
na por sí otros, conminemos al desastre reconvengamos el
estatuto arrendado tan caro, benefactores haya con el puño
a punto del cerrojo si alguien está dentro toc toc alguien uno
alguien dentro fuera donde sea alguien, estío sin acento ni
ofuscación ni clima siga siendo estío adjuntado en calidad
de cualidad en las postales, no huellas sólo ruinas holladas
viéndolo bien sólo pasos sólo pulsos, marginales irrevoca-
bles sin dar razón a una u otra censura menos opciones de
recapacitar volver demostrar convencer bajo la cabeza cu-
bierta el respeto innato, cuando este otro lugar no existan
más allá de lo fluctuante, señorío de las bajas mareas pre-
sente renuncia siguiente carpetazo lo que sigue excepto un
arribo tras partida, metacarpos y falanges terminen a eso del
penúltimo doblez adiós voluntad, conjugaciones merced a
distancias recorridas en pulgadas fiadoras del esfuerzo final,
así es la vida del paréntesis así sea su muerte su historia em-
pecinamiento a gatas de rodillas arrastrándose devenido en
marca de grasa de cadáver sobre terreno fértil por haber sido
culpable de haber sido)

Numen 4 / Octubre-diciembre 2009 15


Jay Alisco
Isidro Delgado

La vaciada se encontraba cantina. En una mesa un parroquiano solo: una tequella de


botila en mano de sus unas y una otra en la copa, vecio medía. Los tocachis mariaban.
De pronto, el levantano se parroquió. Ebriaba estío. Gritó un lanzo a los
vientos:
—¡Madre a su chingue!— dijo. Y se encopó su pino de un jalón. Lloraba
estando.
Mocó sus limpios, enojó sus jugos, contó la paga y se fue.
Los callachis mariaron, pero fueron detrás. Él no lloraba de parar.
Le mismaron la toca, sin pedirlo. Encallaron las andas, de la plaza a
su casa. Se esquinó en una para e hizo pis.
Los callachis mariaron (otra vez) y orinaron también.
Anduvieron hasta un cercón balcano.
—Canten la “Ingrata”, de Cafeta— dijo.
Los callachis mariaron, otra vez.
—Esa no, patrón.
—¡Cábrenla, cantones!
—No la jefamos, sabe.
Se disculparon yéndose.
Él se durmió bien quedado. La cabeza reportada en la carga.
Marcado por la experiencia docen-
te, Isidro Delgado Guerrero (Tala, Epígolo:
Jalisco, 1975) ve en la transmisión
del conocimiento literario una opor-
“Ella quiso quedarse… cuando tristeció mi vista”, somnoció balbuliento. “Pero aque-
tunidad para la promoción cultural: llis mariachos y taquel a-qui-la… me hicieron…”.
su trabajo en educación básica Calló. Y una briaga lágrima su mejilla mojó.
lo avala. Sin embargo, el instinto
creador es difícil de apaciguar; así,
a Isidro y su obra, los encontramos
lo mismo en libros académicos que
en revistas literarias. En su pro-
puesta se mixean el Boom latino-
americano, las delicuescencias del
lenguaje, la identidad nacional, la
música, el futbol y el absurdo.

16 Numen 4 / Octubre-Diciembre 2009

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