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Las mentiras de la guerrilla

Las guerrillas de las Farc y el ELN no son ni han sido jamás


agricultores. No tienen ni la más remota idea de qué es preparar la
tierra, sembrar una semilla y luego cuidar su brote hasta alcanzar el
fruto. Ellos no saben sino de secuestros, asesinatos masivos y
seleccionados, a sangre fría, violación de los derechos humanos,
organizar ataques a civiles como escuelas, hospitales, ambulancias;
plantar minas antipersonales, presionar gratis a los campesinos
verdaderos a sembrar coca para luego traficar con cocaína, reclutar
menores a la fuerza como amantes de los jefes y un millón de
atrocidades y salvajadas más. El video que elaboraron para falsear
su realidad frente a los argentinos y que presentaron en un teatro de
su capital, está muy lejos de convencer a nadie cuando las noticias
diarias dicen todo lo contrario. La guerrilla colombiana evolucionó,
desde hace cerca de 20 años, de ser un grupo social guiado por una
ideología, p0ara implantar en el país el comunismo de Marx, Lein y
Stalin, política que fracasó ruidosamente hace cerca de 20 años en la
Unión Soviética y se convirtió a la más grande banda delincuencial
dedicada al narcotráfico internacional. No tienen ninguna autoridad
moral, política o social, fue el peor error de su existencia.

Colombia se volvió a pronunciar, como lo ha hecho infinidad de veces


contra las Farc una vez conoció este nuevo episodio de falsedad y
mentira a nivel latinoamericano. Los grandes desfiles de rechazo en
las ciudades, pueblos y sectores rurales, donde los colombianos han
condenado sus actuaciones criminales, brutales, inconscientes y
salvajes, son la más pura y grande expresión popular. Las Farc
perdieron las bases populares masivas y es poco creíble que las
pueda volver a recuperar. Diez mil personas que integran esta
guerrilla, (Si alcanzan este número), contra 53 millones de
colombianos, no son nada, no tienen una verdadera representación.
No se puede ir contra la corriente y la brújula marca que el país no
quiere más sangre, ni dolor, ni secuestro, ni minas, ni narcotráfico;
quiere vivir en paz y armonía sin narco o guerrilleros desalmados. No
estoy defendiendo ningún gobierno, hablo en torno al pensamiento
de toda una nacionalidad que no es propiedad presidencial.

Colombia rechazó el primer miércoles del 2010 el contenido de un


documental en el que se intenta mostrar a las FARC como una
guerrilla que defiende los derechos de la gente y que vive de la
agricultura. Todos los partidos políticos, ONGs, gobierno, medios de
comunicación, campesinos (víctimas favoritas de las Farc),
desplazados, afro colombianos e indígenas, estudiantes, iglesia y
sindicatos, entre muchos, se identificaron con la verdad que vivimos
los colombinos. El video es mentira, es un engaño, es falsedad
ideológica. “Este grupo narcoterrorista de las FARC es asesino,
mentiroso y cínico: derrama sangre y en seguida escribe
comunicados doctorales. Derrama sangre y miente, pero no nos
extrañe. Ellos siempre han mentido dentro y fuera de lo frontera". Es
que ellos siempre han mentido". Una publicación de una ONG dice:
“No se puede reivindicar socialmente a un pueblo utilizando la
mentira, el narcotráfico, el secuestro y el terrorismo como
fundamento…”. “Se tiene que ser muy ingenuo o estúpido para
creen en la santidad de las Farc…Pueda ser que se estén dando
cuenta del error en que viven y que por se camino solo llegaran al
fracaso politico y social…”

En el documental, se ve a integrantes de las FARC dedicados a la


agricultura, sin camuflaje ni armas haciendo afirmaciones como: "No
producimos coca, no producimos marihuana, no producimos narco
cultivos. Sólo producimos comida para sostener a nuestra
organización revolucionaria". Iván Cepeda, director del Movimiento
de Víctimas de Crímenes de Estado e integrante del grupo de
colombianos y colombianas por la Paz, (hombre de izquierda política),
rechazó de manera contundente las últimas actuaciones de las Farc:
"Quiero reiterar la condena…señalar que es un acto que no tiene
ningún tipo de justificación posible, como Colombianos y Colombianos
por la Paz pedimos que se le ponga fin al secuestro y a todo tipo de
violencia contra al población civil ejercidos por las Farc". Estos
eventos de protesta contra quienes generan la violencia en el país
sirven para llegar al fondo de la verdad, pero de todas formas, hay
que reclamarle al gobierno menos palabras bonitas y mas realidades
sociales. “Si el Estado hiciera siquiera un mínimo por acabar con el
caldo de cultivo de la guerrilla, centrado en el desempleo, malos
salarios, hambre, exclusión social, política y económica, los logros
serán mayores y se acabaría con las Farc más rápidamente que con
balas y bombas…” Las mentiras sean del gobierno o las Farc no
llevan a ninguna parte. Para mentirosos y falsos, son iguales.

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