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EL NUEVO MARX (1857-1863)

El saber, categoría antropológica

Un nuevo espectro recorre Europa y el mundo: el espectro del saber. Marx,


en los Grundrisse (1857), concluye que el saber se ha convertido en la
categoría central y primordial del hombre y en la base de su proceso de
humanización. Es a partir de él que se edifica el mundo humano (sociedad)
y el hombre se construye a sí mismo como sujeto (individuo social). Con
este punto de partida se inaugura una nueva línea teórica deMarx. Un Marx
de matriz abiertamente hegeliana, arraigada en la Fenomenología del
Espíritu en tanto que ésta recorre el despliegue de los estadios del saber
humano a través de las figuras históricas de la conciencia y las
manifestaciones del espíritu. En su corto fragmento sobre las máquinas,
Marx nos aporta nuevas categorías que configuran su teoría en torno al
general intellect. En terminología marxiana los Grundrisse señalan el fin de
la ley del valor desde el momento en que el saber se convierte en la
principal fuerza productiva de la sociedad. Ahora las categorías de la
economía política ya no sirven para explicar la nueva realidad.

Enrique Dussel, el gran estudioso del Marx desconocido (el de los


Grundrisse y de los manuscrtios económicos de 1861-63), afirma que el
nuevo siglo ha inaugurado también el segundo siglo de Marx. Y no hay duda
que este siglo girará alrededor del concepto elaborado por Marx en el
famoso fragmento sobre las máquinas de los Grundrisse que denominó, en
expresión inglesa, general intellect. Si Marx basaba la crítica de la economía
política en el estudio de la sociedad industrial regida por el capital (que,
según Dussel, cubre el periodo del primer siglo de Marx de 1883 a 1983), en
la teoría del general intellect fundamenta el advenimiento de la nueva
sociedad regida por el conocimiento. Es la inauguración, a la vez, de una
teoría de la nueva sociedad y de una teoría de la individuación, de la
subjetividad. Nace con Marx II una nueva conceptuación teórica
fundamentada en el saber –intelecto- general y con nuevas categorías
completamente ajenas a las de la economía política que ya no pueden
explicar la nueva sociedad regida por el general intellect. Así, escribe Marx
en los Grundrisse “el desarrollo del capital fijo revela hasta qué punto el
conocimiento (knowledge) social general se ha convertido en fuerza
productiva inmediata. . . [en] órganos inmediatos de la práctica social; del
proceso vital real” y más adelante concluye “el plustrabajo de la masa ha
dejado de ser condición para el desarrollo social. . . se desploma la
producción fundada en el valor de cambio, y al proceso de producción
material inmediato se le quita la forma de la necesidad apremiante y el
antagonismo. Desarrollo libre de las individualidades, y por ende no
reducción del tiempo de trabajo necesario en vista de obtener plusvalor,
sino en general reducción del trabajo necesario de la sociedad a un mínimo,
al cual corresponde entonces la formación artística, científica, etc., de los
individuos gracias al tiempo que se ha vuelto libre y a los medios creados
para todos”. Según Marx “el capital trabaja en favor de su propia disolución
como forma dominante de la producción al incorporar trabajo científico
general, aplicación tecnológica de las ciencias naturales, estructuración
social de la producción global”.

Cabe citar aquí, para ilustrar el texto marxiano, un párrafo de un artículo de


Joseph Stiglitz en el que describe la economía moderna estadounidense con
estas palabras: “vivimos en una economía del conocimiento, de la
información y de la innovación. Porque de nuestras ideas podemos comer
todo lo que podamos –y más de la que deberíamos- con sólo un 2% de la
mano de obra empleada en la agricultura. Aun con sólo un 9% de nuestra
mano de obra en la industria, seguimos como el mayor productor de bienes
industriales del mundo. Es mejor trabajar inteligentemente que duro y
nuestras inversiones en educación y tecnología nos han permitido disfrutar
de mayor calidad de vida –y más larga- que nunca antes”. Es decir, las
sociedades más avanzadas son las que generan saber y conocimiento.

El general intellect

El conocimiento social general (general intellect) es el espacio pre-individual


del saber, es decir, la instancia social del pensamiento que consiste en el
saber genérico, en el pensamiento sin soporte, impersonal. El saber no se
encuentra solamente en el individuo (educación, cultura), sino que ante
todo existe bajo forma pre-individual, antes de la formación del individuo y
el general intellect desvela esta realidad. Es decir, un saber general, no de
contenidos sino más bien como potencial de conocimiento y de
pensamiento (Virno). El conocimiento entendido como instancia social y
pública, no privada o individual. Esta es la gran aportación y al mismo
tiempo novedad del concepto marxiano.
El término de general intellect que Marx expuso por primera y única vez en
sus Grundrisse de 1857-1858 a propósito de los escritos sobre el fragmento
de las máquinas, se ha convertido en una de las categorías clave del
llamado Marx II o del discurso marxiano de los Grundrisse y los manuscritos
económicos de 1861-1863. El general intellect es el saber social general,
abstracto, la ciencia, el conocimiento impersonal difundido en la sociedad,
el "pensamiento sin soporte" (1918) que decía Gottlob Frege. Marx lo
expresa en la figura del individuo social, en el sentido de que la parte social
del individuo es, sin duda, el general intellect. La expresión inglesa parece
una réplica a la voluntad general de Rousseau y un acercamiento al nous
poietikos de Aristóteles ya que para Marx de la actividad intelectual
proviene el verdadero motor de la generación de riqueza. Es así como el
saber abstracto, en especial el científico, tiende a convertirse en la principal
fuerza productiva de la sociedad. En resumen, la teoría del general intellect
consiste en considerar el saber como el recurso primordial del hombre tanto
para edificar su propio mundo humano (sociedad) como para construirse a
sí mismo como sujeto (principio de individuación o individuo social de Marx).
Es un saber oceánico que cubre todo el espectro psíquico del individuo.
Describe, pues, una realidad pre-individual que según Gilbert Simondon
pertenece a todos los sujetos. En la sociedad industrial, el general intellect,
el saber universal, se objetivó en las máquinas y no en los hombres, pero
ahora al inicio de una nueva sociedad se manifiesta en la intelectualidad de
masas (en la inteligencia de masas), en el sentido que todo el mundo es
intelectual, no sólo el escritor o el científico. Virno entiende por
intelectualidad de masas el hecho de que el individuo trabaja con las
facultades de la mente. No importa saber algo a nivel erudito, importa
sobre todo el uso del lenguaje, del pensamiento, de las capacidades de
abstracción comunes. De esta manera todo el mundo lo es porque dispone
de la facultad genérica de pensar, de imaginar y de una lengua
interpsíquica (pre-individual). Ahora el general intellect se encuentra en
manos de la sociedad y de la gente y no en manos del Estado o de las
máquinas y esto puede abrir una nueva manera de concebir la esfera
pública mediante su desvinculación de la economía y del Estado. Y aquí nos
encontramos ante una nueva opción política: a través de esta esfera
podemos pasar del pre-individual al individuo, podemos individuar el
general intellect y superar el modelo de repesentació política, de la voluntad
general y de la soberanía popular. Podemos pensar cómo configurar una
democracia no representativa. Pero todavía nos hace falta sustituir el
Estado por nuevas formas de expresión políticas, por ahora, el problema
central de nuestra época. Como dice Paolo Virno "lo que es universal
[general intellect] es una premisa y no una promesa [voluntad general]"

No es fácil acotar el significado de este concepto tal como Marx lo concibió


en las breves páginas de los Grundrisse. Se trata de un saber oceánico
primordial, que conforma la realidad pre-individual. Es una instancia
humana que convive con el conocimiento y la conciencia. Pero tal vez lo
más acertado es concebirlo como el reino de las abstracciones reales
vigentes en una época, sus lugares comunes, sus topoi koinoi. Las
abstracciones reales son pensamientos que devienen cosas –como el
dinero- y que son compartidas, genéricamente, por todos los humanos. “El
devenir cosa de un pensamiento: eso es lo que una abstracción real es. Y
bien visto, el concepto de general intellect no hace más que desarrollar
desmesuradamente la noción de abstracción real” ha escrito Paolo Virno en
su Gramática de la multitud y continúa “si en el caso de la abstracción real
es un hecho empírico (por ejemplo, el intercambio de equivalentes) el que
muestra la sofisticada estructura de un pensamiento puro, en el caso del
general intellect la relación se invierte: ahora son nuestros pensamientos los
que se presentan con el peso y la incidencia típica de los hechos. El general
intellect es el estadio en el cual las abstracciones mentales son
inmediatamente, de por sí, abstracciones reales”. Son ellas las que se
nutren de las relaciones intersubjetivas: se puede hablar la misma lengua y
sin embargo no llegar a entenderse por falta de lugares comunes, por no
disponer de las mismas abstracciones reales que constituyen el suelo
común del lenguaje. Son, en una palabra, fuentes de inteligibilidad y de
sentido. En Marx, el general intellect aparece como un bien público, común
ya que en el intelecto del hombre está presente el saber acumulado de la
sociedad: “la naturaleza no construye máquinas, ni locomotoras,
ferrocarriles, electric telegraphs. . . Éstos son productos de la industria
humana; material natural (natürliches Material) transformado (verwandelt)
en órgano de la voluntad humana sobre la naturaleza o de su actuación en
la naturaleza. Son órganos del cerebro humano creados por la mano
humana; fuerza objetivada del conocimiento”. El conocimiento se concibe
como instancia social (general intellect), que es tanto como decir que el
saber nace de las relaciones que los hombres contraen entre sí en el
transcurso del devenir de la sociedad, en el curso de sus relaciones
intersubjetivas. Marx descubre que el saber no nace en el cerebro de los
hombres sino que se origina en la sociedad humana a través de sus
relaciones intersubjetivas y las abstracciones reales que genera. Ahora
sabemos que la creación humana es siempre recreación. Nuestras
construcciones mentales no son ex novo: no creamos nada a partir de la
nada, de forma que la memoria es de hecho el primer paso hacia la
creatividad.

En el marco de este esquema teórico el intelecto en general, la parte social


del pensamiento, es concebida como una realidad que es configurada por el
saber genérico de la sociedad y regida por las llamadas por Marx
abstracciones reales. En este aspecto, el general intellect es una
herramienta conceptual inédita para identificar las acciones intersubjetivas
de una época de las cuales nacen las abstracciones reales.

La abstracción real

Pero ¿qué entendemos por esta bella expresión de "abstracción real"? En


primer lugar, Marx concede rango de autonomía conceptual al general
intellect porque entiende que es un término capaz de explicar las
abstracciones reales que rigen el saber en su estadio pre-individual. En
otras palabras, son abstracciones que hacen inteligible la realidad y por eso
se configuran como momentos abstractos de lo real. Constituyen el
sustratos, el suelo común de la realidad. Son abstracciones que no explican
la realidad pero sí que la hacen inteligible. Ahora bien, hay que tener en
cuenta que la abstracción real no tiene lugar en la conciencia del sujeto
como un proceso de pensamiento. No es pensamiento sino más bien una
forma de pensamiento previa y externa. No son los hombres los que
producen estas abstracciones sino sus acciones. Son abstracciones que
surgen de las relaciones intersubjetivas establecidas por los hombres.

Alfred Sohn-Rethel, que ha trabajado monográficamente esta categoría,


considera que este tipo de proceso de pensamiento precede y determina la
acción y el pensamiento de la gente como si fuera una estructura a priori de
la síntesis social. Son abstracciones que sólo existen en el pensamiento del
hombre pero que no brotan de él. Su naturaleza es más bien social y su
origen se debe buscar en la esfera de las relaciones humanas formadas
históricamente. En el marco de las relaciones intersubjetivas que contraen
los hombres. El general intellect muestra, pues, como las relaciones
intersubjetivas vigentes en una sociedad generan las abstracciones reales
que diseñan su realidad pre-individual. Así resulta evidente que los
conceptos de las ciencias son abstracciones del pensamiento, mientras que
el concepto económico de valor constituye una abstracción real, no del
pensamiento. Sohn-Rethel propone el ejemplo del intercambio de
mercancías para explicar esto: este intercambio se hace mediante la
abstracción del uso, no se trata de una abstracción mental, sino de una
abstracción real. En el mercado o en una tienda, las cosas no cambian. Su
única actividad es cambiar de dueño y es el dinero quien asume esta
abstracción real.

El individuo social

Sobre esta base preindividual del saber se construye el individuo social


(Marx) en tanto que sujeto a través del proceso de individuación. El sujeto
no coincide con el individuo singular ya que contiene una cierta proporción
irreductible de realidad pre-individual. En el sujeto, pues, subsisten el pre-
individual y la parte individuada. Los individuos en tanto que sujetos buscan
lazos de unión en la medida en que son seres que contienen una parte pre-
individual.

Ha sido Paolo Virno el que ha escrito que “la teoría de Marx debería hoy día
comprenderse como una teoría rigurosa, es decir, realista y compleja, del
individuo. Así, como una teoría de la individuación”. En efecto, en Marx la
construcción del sujeto se identifica con la del individuo social, figura que
traza en un pasaje de los Grundrisse y que designa como al verdadero
protagonista de cualquier transformación radical del estado de cosas
vigente. En el adjetivo “social” se reconocen los trazos de esta realidad pre-
individual que, según Simondon, pertenece a todos los sujetos y en el
sustantivo “individuo”, se reconoce su singularidad. Cuando Marx habla de
“individuo social”, se refiere a la relación entre “existencia genérica”
( Gattungswesen) y subjetividad. No hay que olvidar que el “individuo
social” aparece en las mismas páginas de los Grundrisse en las que se
introduce la noción de general intellect que constituye la premisa universal,
así como la partitura común para los trabajos y los días de la gente. El punto
de partida de la individuación es algo aún no individual. Para establecer lo
que ha precedido a la individuación, Simondon emplea la expresión, de
realidad pre-individual. Ahora bien, ¿qué es exactamente lo pre-individual?
Simondon lo describe así: «se podría llamar naturaleza a esta realidad pre-
individual que el individuo lleva consigo, tratando de encontrar en la palabra
naturaleza el significado que le daban los filósofos presocráticos: los
fisiólogos jónicos encontraban ahí el origen de todas las especies de ser,
anterior a la individuación: la naturaleza es realidad de lo posible que, bajo
las especies de este apeirón del que habla Anaximandro, hace surgir toda
forma individuada; la naturaleza no es lo contrario del hombre, sino la
primera fase del ser”. Sin lugar a dudas, la parte social del “individuo social”
se identifica con el general intellect. En Marx la construcción de la
subjetividad abarca, por una parte, al pre-individual, al general intellect, y
por otra, al individuo, es decir, a la educación, la formación y la cultura.
Llegados a este punto, merece la pena advertir que la propuesta de Marx
coincide con la ontogénesis expresada por Vygotski, en tanto que tránsito
de una socialidad completa a la individuación del sujeto ya que «el
movimiento real del proceso de desarrollo del pensamiento del niño no se
realiza de lo individual a lo socializado, sino de lo social a lo individual».

La nueva esfera pública no estatal

Se trata, por tanto, de la individuación del general intellect o individuación


de segundo grado que abre las puertas a una nueva esfera pública no
estatal y a nuevas formas de expresión política que eliminan la subsunción
del sujeto al estado y que preconizan la centralidad del concepto de
ciudadanía. Significa la implantación de una esfera pública regida por el
general intellect y donde categorías como pueblo, soberanía popular,
representación política o interés general pierden su legitimidad y vigencia.
Una esfera pública que da lugar a nuevas formas de expresión política
(ciudadanía, democracia participativa, vida activa, búsqueda de la felicidad
y del bienestar)

¿Cómo concebir, en principio, la acción política basada en el general


intellect? ¿Qué nuevas formas de expresión política surgirán? Una cosa es
cierta, serán formas superiores a las de la democracia representativa en
cuanto partirán de la figura de la intelectualidad de masas (Virno), o del
sujeto como portador de general intellect, y no de la figura general de
pueblo. El general intellect configura una esfera pública no estatal, un
ámbito no estatal de los asuntos comunes, un escenario pre-individual del
sujeto. Hay que emprender la edificación de una institución pública no
estatal, de una comunidad política que posea como fundamento propio el
general intellect. Asistimos en nuestra época al acceso a un primer plano de
las aptitudes fundamentales del ser humano (pensamiento, lenguaje,
autorreflexión, capacidad de aprendizaje). Es decir, la transferencia del
general intellect de la máquina –en la sociedad industrial- a la subjetividad
en las sociedades modernas, genera la intelectualidad de masas que está
en el origen de una esfera pública inédita, lejos de los ritos de la soberanía y
del monopolio de las decisiones políticas (estado). No se trata de proclamar
la revolucionaria aspiración a apoderarse del estado, sino la actitud radical
de defenderse del estado, de disolver el vínculo estatal como tal, a
desvincularse de él para superar la subsunción de la subjetividad al estado.
En esa nueva esfera pública emerge la centralidad política del ciudadano de
igual manera que de la teoría de la plusvalía surgió la figura política del
proletariado. En la nueva esfera se configura una individuación de segundo
grado (Simondon) en tanto que individuación del general intellect, que se
aleja del modelo de representación política con su voluntad general y su
soberanía popular y se acerca a las herramientas virtuales de internet como
la web 2.0, las redes sociales o la blogosfera. Algo que la estratega de
comunicación online del partido demócrata estadounidense Rahaf Harfoush
aplicó a través de la web de Barack Obama logrando que más de dos
millones de ciudadanos participaran activamente en la campaña
presidencial y que formaran 35.000 grupos virtuales de discusión.

Internet y el general intellect

En el siglo XIX, Marx hablaba del sistema de máquinas (capital fijo) como
depositario del general intellect en la sociedad industrial. Ahora, en el
comienzo de una nueva sociedad regida por el conocimiento y la
información, hemos de hablar de un general intellect que se muestra como
intelectualidad de masas (dado el proceso de escolarización universal y de
acceso general a la información), para decirlo en términos de Paolo Virno.
La actividad intelectual, las aptitudes intelectuales de todos y cada uno de
nosotros son el verdadero motor de la producción de riqueza. En todas las
actividades hay, como sustrato, la facultad y la potencia de pensar. El
pensamiento abstracto se convierte en la columna vertebral de la
producción social. De esta manera, el general intellect se puede considerar
el principio constituyente de una nueva esfera pública no estatal, de una
esfera pública autónoma: de una comunidad política que posee como
fundamento propio el general intellect. Y esta esfera ya existe en el mundo
moderno, desde hace más de una década, bajo el nombre técnico de
internet (invención de la web). Internet ha representado la apropiación y la
rearticulación del saber por parte de la gente (de la multitud) hasta ahora
congelado por el Estado; se ha convertido en una república de la multitud al
arrebatarle al Estado el general intellect. Internet es ahora la esfera
tecnológica del pre-individual, el espacio intangible donde reside el saber
oceánico y el pensamiento en abstracto. Internet como forma política básica
de la multitud cuestiona la facultad de decisión del estado y lo hace a través
de dos categorías esenciales que también lo son de la intelectualidad de
masas: la transgresión civil y el éxodo (el exit de Albert O. Hirschman) o la
defección que hace posible la autonomía del saber respecto al estado y su
apropiación por la gente. El concepto de general intellect, a través de la
teoría de internet, desarrolla la noción de abstracción real porque ahora son
nuestros pensamientos los que se presentan con la incidencia de los
hechos, son las ideas las que adquieren una existencia concreta; las
abstracciones mentales se convierten en abstracciones reales (por ejemplo,
el software). Toda esta reflexión nos indica como una categoría marxiana,
tal vez la categoría axial de este período, ha sido fundamental para explicar
y entender el fenómeno moderno de internet.

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