1) Juan el Bautista predicó en el desierto un mensaje de conversión y arrepentimiento para preparar el camino para la llegada del Mesías. 2) Invitó a la gente a recibir el bautismo como un símbolo de su conversión y perdón de pecados. 3) Juan cumplió fielmente su papel de precursor de Jesús señalando a este como el verdadero Mesías a pesar de su propio éxito.
1) Juan el Bautista predicó en el desierto un mensaje de conversión y arrepentimiento para preparar el camino para la llegada del Mesías. 2) Invitó a la gente a recibir el bautismo como un símbolo de su conversión y perdón de pecados. 3) Juan cumplió fielmente su papel de precursor de Jesús señalando a este como el verdadero Mesías a pesar de su propio éxito.
1) Juan el Bautista predicó en el desierto un mensaje de conversión y arrepentimiento para preparar el camino para la llegada del Mesías. 2) Invitó a la gente a recibir el bautismo como un símbolo de su conversión y perdón de pecados. 3) Juan cumplió fielmente su papel de precursor de Jesús señalando a este como el verdadero Mesías a pesar de su propio éxito.
(Mc 1, 1-8) La buena noticia. El evangelio de Marcos inicia con el anuncio de la buena noticia: ste es el principio del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. A qu buena noticia se referir? Del texto se desprenden, en efecto, como dos grandes noticias: el comienzo del Evangelio de Jesucristo y la buena noticia, que es Jess mismo, definido aqu, de antemano, como Mesas e Hijo de Dios. Voz que clama en el desierto. La citacin de Isaas, que sigue el prembulo, habla del envo de un mensajero para la preparacin del camino en vista de la recepcin del Mesas. El mensajero, por cierto, es Juan. Como ltimo de los grandes profetas del antiguo testamento, Juan grita, en el desierto, la urgencia de que los hombres vuelvan a Dios dejando los caminos del pecado: Preparen el camino del Seor; enderecen sus senderos. Por qu Juan profetiz desde el desierto? Porque las profecas antiguas prevean que la salvacin y la liberacin del pueblo de Dios iban a darse en el tiempo en que Israel viviera en el desierto. Desde all, entonces, llegara y se revelara el Mesas. Con la conciencia, de que el tiempo mesinico ya haba llegado, Juan inicia su accin preparatoria. En efecto, lo primero que pide a la gente, que se le acerca numerosa, es preparacin, o sea, conversin del corazn y abandono del pecado. Lo de preparen el camino y enderecen los senderos, significa exactamente la urgencia de conversin y arrepentimiento por los pecados cometidos. La preparacin del camino para la llegada del Mesas y del da del juicio, por cierto, consiste en la desaparicin del estado de pecado del pueblo. Con esto, nos queda claro que es Dios mismo quien, por medio del Bautista, prepara al pueblo para la llegada del Mesas. El bautismo de purificacin. Para plasmar el proceso de conversin y purificacin, en vista de la venida del Seor, en algo visible y simblico, Juan invita a todos a recibir el bautismo en las aguas del Jordn. Mientras los dems ritos purificadores de la tradicin Juda eran reiterativos y sin ninguna trascendencia, el rito del bautismo de Juan se administraba solamente una vez e nicamente a 1
aquellos que, de verdad, decidan convertirse, moral y religiosamente, a
Dios. Ahora entendemos mejor las palabras evanglicas de Marcos: En cumplimiento de esto refirindose a la conversin preparatoria a la venida del Salvador- apareci, en el desierto, Juan el Bautista predicando un bautismo de arrepentimiento para el perdn de los pecados. El bautismo de Juan deba ser un acto de penitencia y de conversin total a Dios y, como tal, efectuar la remisin de los pecados. El bautismo que, posteriormente, trae el Seor, en las mismas palabras de Juan, resulta diferente. De hecho, dice Juan: l los bautizar con el Espritu Santo. En la predicacin de los profetas el don del Espritu Santo caracterizar el nuevo tiempo mesinico e inaugurar una nueva humanidad, la de Cristo, gracias a su presencia redentora y salvadora. El papel del Bautista. Objeto de eleccin providencial divina Juan cumple, cabalmente, su misin de preparar a los hombres a la venida final del Seor. Lo del nacimiento anual del Seor es, desde luego, coyuntural y conmemorativo. Sin embargo es de mucho estmulo proyectar nuestra conversin y preparacin hacia esta renovada y anual venida de Jess entre los hombres. Es alentador, hoy en da, volver a acoger la invitacin del Bautista, cuya extraordinaria misin de sacudir al mundo de la torpeza y la inercia espiritual, sigue siendo urgente y necesaria. Tal vez, el Seor suscita permanentemente personajes profticos para que nos volvamos a Dios con determinacin y pasin, sin embargo, entre tantas distracciones, no logramos reconocerlos. El xito de Juan se debe, por cierto, a su envidiable coherencia de vida y a su contundente predicacin. En esa vestimenta rudimentaria de pelo de camello vemos cristalizada la renuncia a las comodidades innecesarias; en el cinturn de cuero el smbolo del profeta, a la manera de Elas, a quien el pueblo esperaba; en el lugar del desierto el aislamiento del mundo judo incoherente y la separacin del culto hipcrita. Por esta razn, el pueblo aceptaba y acoga el mensaje de Juan. S. Marcos, en efecto, parece complacerse en describir el xito de la predicacin de Juan, diciendo que la gente, de toda la regin de Judea y todos los rincones de Jerusaln, acudan a l: a l acudan de toda la comarca de Judea y muchos habitantes de Jerusaln. La poderosa sugestin de su personalidad, cuya spera austeridad recordaba a Elas, y de su predicacin, se deja ver por esta gran afluencia de gente que a l acude. No obstante tanto xito, Juan permanece siempre en su justo lugar de precursor del Seor, resistindose a toda tentacin protagnica. De ninguna manera traicion su papel y, apenas pudo, evidenci a Jess como 2
uno ms poderoso que yo, uno ante quien no merezco ni siquiera
inclinarme para desatarle la correa de sus sandalias. Juan el heraldo de Jess. No hay dudas de que Juan ha sido el hombre elegido por la providencia divina para que los hombres nos dispongamos a acoger el misterio de Dios y a recibir, con fe y esperanza, a su propio hijo Jess, verdadera e nica buena noticia de salvacin. No sera inteligente disminuir la carga proftica del mensaje de Juan y la eficacia histrica de su papel por preparar la calzada sacra, o sea, el camino recto y plano, para que podamos volver a experimentar, en este adviento, el encuentro real y espiritual con el Mesas que viene. Si queremos que el futuro, nuestro y de la humanidad, sea ms esperanzador y positivo, siguiendo las indicaciones del Bautista tendremos que quitar los mltiples obstculos que la sociedad actual pone en nuestros caminos. Siendo, as, nosotros mismos, hoy en da, los heraldos de Jess y sus precursores, para quienes viven alejados de l.