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1.

La estimulación temprana alude en la práctica a un conjunto de distintas intervenciones,


cada una de ellas con objetivos y alcances diferentes. Éste término se utiliza para incluir
distintas acciones y servicios que los niños pequeños y sus familias pueden necesitar.
Así, incluimos los medios sanitarios, los sociales, los psicólogos y los educativos.

Se puede decir que es un conjunto de medios, técnicas y actividades que se emplean con
niños para el desarrollo de sus capacidades, corregir los efectos de su daño, evitar la
aparición de problemas secundarios y ayudar a los padres a manejarse con eficacia y
autonomía en el cuidado y educación de su hijo.

Objetivos:

 Distinguir las modernas concepciones acerca de la estimulación temprana de las


concepciones pre-científicas.

 Reconocer las características básicas de un programa de estimulación temprana.

 Argumentar acerca de la necesidad de estimulación temprana, sobre todo en


niños con déficits.

 Clasificar los tipos de hándicaps para los que son apropiados los programas de
estimulación temprana.

 Clasificar los programas que se analizan en el capítulo, según sea su mayor o


menor aplicabilidad en los distintos tipos de niños con necesidades especiales.

3.-

La razón fundamental por la que se consideran tan necesarios los programas de atención
temprana, se debe a que cada persona se desarrolla en función de su dotación genética y
del ambiente en que crece. Por tanto, cuanto más rico es el medio ambiente estimular en
el que el niño crece, mayor es el desarrollo.

Las dos leyes que rigen el desarrollo del sistema nervioso son: la ley de plasticidad y la
ley de especialización.
Plasticidad: las células nerviosas son capaces de desempeñar funciones de suplencia o
sustitución de otras células. Esto ocurre en edades tempranas.

Especialización: funciona en sentido inverso. Conforme el niño crece la estructura


neuronal se va especializando.

4.-

Todos los niños tiene derecho a un programa óptimo de intervención temprana, pero
existen tres grandes grupos que deben recibirla de forma prioritaria:

1. Niños en situación de riesgo ambiental por pobreza, nivel social y económico


muy bajo por ausencia de un progenitor, madre adolescente, etc.
2. Niños en situación de riesgo biológico por prematuridad, por bajo peso para la
edad gestacional, por sufrimiento perinatal, por hipoxia, etc.
3. Niños con riesgo establecido que produce retrasos, desviaciones o
discapacidades de desarrollo o minusvalías documentadas. Niños con
cromosopatías, retrasos psicomotores de etiología no diagnosticada, con
deficiencias motrices, auditivas o visuales, con autismo, con retraso, deficiencias
en el lenguaje o en la comunicación.

5.-

El propio término de estimulación temprana alude en la práctica a un conjunto de


distintas intervenciones, cada una de ellas con objetivos, naturaleza y alcances
diferentes.

Se utilizan distintos términos para definir lo mismo: atención temprana, atención


precoz, estimulación precoz, educación temprana, etc.

La utilización del vocablo precoz, frecuente en nuestros días, se considera poco


adecuado. Procede de “early” en inglés y en nuestro idioma puede interpretarse, como
anticiparse en el tiempo, antes de que el niño tengo madurez o hacer las cosas
demasiado pronto. También se discute lo apropiado o no del término “estimulación”,
porque en ocasiones el niño necesita una inhibición de algunos patrones posturales o de
conducta inadecuada o perjudiciales y no una estimulación.

Lo correcto es utilizar el término intervención temprana en un sentido más amplio, para


incluir las distintas acciones y servicios que los niños pequeños y sus familias pueden
necesitar.

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