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Dondequiera que vivan en el mundo, les instamos a evaluar la condicin de sus recursos econmicos para
prepararse para la adversidad. Les instamos a ser moderados en sus gastos y a ejercer la disciplina en sus
compras a fin de evitar las deudas Si ya han pagado sus deudas y cuentan con una reserva econmica,
por pequea que sea, ustedes y su familia se sentirn ms seguros y disfrutarn de mayor paz en su corazn.
La Primera Presidencia, Preparad todo lo que fuere necesario: La economa familiar, pg. 2
Diezmo
Cuando el pago del diezmo es la primera obligacin que atendemos, se fortalece nuestro compromiso hacia
este importante principio del Evangelio y disminuye el riesgo de que haya una mala administracin.
Ofrendas de ayuno
En el da de ayuno nos abstenemos de comer o beber durante dos comidas consecutivas, si estamos en
condiciones fsicas de hacerlo, y damos luego al obispo una ofrenda de ayuno, de igual o mayor valor que los
alimentos que no ingerimos. En lo posible, debemos ser muy generosos y ofrendar ms. El obispo emplea las
ofrendas de ayuno para atender a los pobres y necesitados.
Utilizar un presupuesto
Lleven un registro de sus gastos. Anoten y evalen sus ingresos y gastos mensuales. Determinen la manera de
reducir lo que gasten en cosas que no sean esenciales.
Utilicen esta informacin para establecer un presupuesto familiar. Planifiquen la cantidad que contribuirn
como donativos a la Iglesia, cunto ahorrarn y lo que gastarn en alimentos, vivienda, servicios pblicos,
transporte, ropa, seguros, etc.
Disciplnense para vivir de acuerdo con su plan de presupuesto. Una hoja de trabajo para elaborar un
presupuesto es un instrumento til para ayudarle con su plan.
Establezcan gradualmente una reserva de recursos econmicos y utilcenla slo para emergencias. Si ahorran
con regularidad un poco de dinero, les sorprender cunto se acumular con el tiempo.
El presidente Gordon B. Hinckley (19102008) ense: Pongan sus casas en orden. Si han liquidado sus
deudas y cuentan con una reserva, por pequea que sea, entonces, aunque las tormentas azoten a su alrededor,
tendrn refugio para su esposa e hijos y paz en el corazn (A jvenes y a los hombres, Liahona, enero de
1999, pg. 63).
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