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FIEBRE TIFOIDEA:

Enfermedad infecciosa aguda producida por el bacilo Salmonella typhi. Se contagia por
la leche, el agua o los alimentos contaminados por heces de enfermos o portadores. Los
portadores son personas sanas que sufren una infección asintomática y excretan
periódicamente el bacilo. El esquema de transmisión epidemiológica se puede
simplificar con las siglas DAME (dedos, alimentos, moscas y excretas).

CLÍNICA, TRATAMIENTO

El periodo de incubación varía de una a tres semanas. Las bacterias se acumulan en el


intestino delgado y de ahí pasan al torrente sanguíneo. La entrada en sangre de la
bacteria ocasiona los primeros síntomas: escalofríos, fiebre alta y postración. Los
enfermos presentan además cefaleas, tos, vómitos y diarrea. La enfermedad remite de
forma espontánea tras varias semanas en el 80% de los casos, pero en el 20% restante se
complica con septicemia, focos de infección salmonelósica a distancia (neumonías,
osteomielitis, abscesos hepáticos o cerebrales) o perforaciones de la mucosa digestiva
con la subsiguiente hemorragia. Estas complicaciones pueden producir la muerte. La
tasa de mortalidad se redujo a partir del descubrimiento del primer antibiótico efectivo
frente a la salmonella, el cloranfenicol, aislado de un moho sudamericano a finales de la
década de 1940. Este fármaco, que hoy día se obtiene de forma artificial, sigue siendo el
tratamiento de elección en la mayoría de los casos. Otros antibióticos útiles son la
ampicilina y la amoxicilina, empleados para el tratamiento de los portadores.

CONTROL

La incidencia de la enfermedad ha disminuido mucho con el análisis obligatorio de los


JUSla pasteurización o esterilización de la leche (hoy en día es muy frecuente el proceso
UHT —ultra high temperature—, por el que la leche se calienta a temperaturas muy
altas durante un corto espacio de tiempo). Asimismo es esencial la detección y
tratamiento de los portadores de salmonellas, operación que debe ser sistemática y
obligatoria en todos los manipuladores de alimentos (personal de hostelería, comedores
públicos,...). También es muy importante la mejora continua de los sistemas sanitarios
de evacuación de heces y aguas residuales.

Otro aspecto importante de la lucha contra la enfermedad es la vacunación de las


personas expuestas: soldados, campamentos infantiles, personal sanitario de hospitales o
viajeros a zonas con condiciones sanitarias deficientes.
MALARIA O PALUDISMO

Enfermedad humana y también de las aves y monos, causada por la infección de un


protozoo del género Plasmodium, caracterizada por escalofríos y fiebre intermitente. La
transmisión de los microorganismos responsables de la malaria humana se produce por
la picadura de unas 60 especies de mosquitos del género Anopheles. La enfermedad
existe en las regiones tropicales y subtropicales de casi todas las partes del mundo, así
como en regiones con otras temperaturas. Con la introducción de los programas de
control basados en el uso de insecticidas residuales, la distribución de la malaria cambió
rápidamente. Desde 1950, ha sido erradicada en casi toda Europa y grandes áreas de
América Central y del Sur. Sin embargo, continúa siendo un problema muy importante
en ciertos partes de África y del sureste de Asia. Cada año se registran cerca de 100
millones de casos de paludismo humano y alrededor de un 1% son mortales.

MALARIA EN LOS SERES HUMANOS

La malaria humana presenta cuatro formas, cada una de las cuales está producida por
una especie de parásito diferente. En todas, los síntomas suelen ser escalofríos, fiebre y
sudoración. En los casos no tratados estas crisis recidivan periódicamente. La forma
más leve de malaria es la malaria terciana benigna, en la que la fiebre brota cada dos
días después de la crisis inicial (que aparece dentro de las dos semanas después de la
infección). La fiebre de la selva o, malaria terciana maligna, o malaria estivo-otoñal, es
responsable de la mayoría de los casos mortales de malaria. En esta forma de la
enfermedad los microorganismos obstruyen los vasos sanguíneos del cerebro
produciendo coma, delirio, y finalmente la muerte. La malaria cuartana, , tiene un
periodo de incubación más largo que la malaria terciana o fiebre de la selva. La primera
crisis tiene lugar entre los 18 y los 40 días después de la infección. La crisis aparece
cada tres días. La cuarta forma de la enfermedad, que es la más rara, es similar a la
malaria terciana benigna.

HISTORIA

Desde 1638 el tratamiento de la malaria se ha basado en un extracto de la corteza del


árbol de la quina llamado quinina. La quinina, que tiene cierta toxicidad, detiene el
crecimiento de los protozoos en la circulación sanguínea. En 1930, químicos alemanes
sintetizaron el Atabrine (clorhidrato de quinacrina) más eficaz que la quinina y menos
tóxico. La investigación reveló que otro fármaco, la cloroquina, del que se dispone
desde finales de la II Guerra Mundial, era capaz de prevenir y curar totalmente la fiebre
de la selva, y que era mucho más eficaz que el Atabrine o la quinina frente a otras
formas de malaria. También era mucho menos tóxico que cualquiera de los anteriores y
más eficaz en dosis menores.

En los últimos años se están realizando progresos en el desarrollo de una vacuna contra
la malaria. En la actualidad, existen varias vacunas posibles que están siendo sometidas
a ensayos clínicos de seguridad y eficacia en voluntarios humanos, y los científicos,
entre ellos el colombiano Patarroyo, trabajan en una vacuna de distribución general.
SARAMPIÓN

Enfermedad infecto-contagiosa aguda y febril producida por un virus filtrable que se


distingue del virus responsable de la rubéola, una enfermedad menos grave que también
produce lesiones cutáneas. El sarampión se caracteriza por la aparición de pequeñas
manchas rojas en la superficie de la piel, irritación ocular (sobre todo ante el estímulo
luminoso), tos y rinorrea (secreción nasal abundante). A los doce días del contagio,
aparecen fiebre, estornudos y rinorrea. Después aparece la tos y la inflamación de los
ganglios del cuello. A los cuatro días empiezan a aparecer manchas cutáneas, primero
en el cuello y la cara y después en el tronco y las extremidades. En dos o tres días el
exantema (o erupción cutánea) va remitiendo, así como la fiebre. Puede haber
descamación de la piel afectada por el exantema. También es posible la infección del
oído medio.

El sarampión ha sido una de las enfermedades más corrientes de la infancia. Con la


puesta a punto de una vacuna eficaz en 1963, la incidencia ha disminuido mucho. Se
trata de una enfermedad benigna en la mayoría de los casos. Sólo en ocasiones el virus
puede alcanzar el tejido cerebral y producir encefalitis o incluso la muerte.

El sarampión no tiene tratamiento específico. Se debe mantener al paciente aislado para


evitar el contagio de otras personas. Se recomienda el reposo en cama, la administración
de paracetamol, jarabes antitusígenos y lociones cutáneas para aliviar la fiebre, la tos y
el prurito (picor de la piel), respectivamente. En general, el haber padecido la
enfermedad confiere inmunidad y las mujeres embarazadas inmunizadas transfieren
anticuerpos (contenidos en la fracción de globulinas del suero sanguíneo) al feto a
través de la placenta.
VARICELA

Enfermedad viral extremadamente contagiosa producida por el herpesvirus varicela-


zóster. Propia de la infancia, sus síntomas son fiebre precoz, erupción de pápulas y
vesículas, y alteraciones constitucionales leves. La fiebre suele aparecer 24 horas antes
que la erupción. Ésta se produce en brotes centrífugos repetidos de pápulas rojas
dispersas (empiezan por la cara y cuero cabelludo y se diseminan de forma progresiva
por todo el cuerpo), que maduran después a vesículas umbilicadas. Al mismo tiempo
que un brote finaliza, se está iniciando otro. Las lesiones cutáneas son muy
pruriginosas; si se rascan, se sobreinfectan y dejan cicatrices en la piel. En algunos
países se recomienda someter al enfermo a una cuarentena de 7 días tras la erupción.

La varicela no presenta gravedad en los niños sanos, pero puede ser mortal en
inmunodeprimidos como los enfermos de leucemia o los sometidos a tratamiento con
corticoides o quimioterapia. La enfermedad afecta a casi todos los niños y una vez
pasada, se es inmune a ella, con lo que la mayoría de los adultos son inmunes; si no lo
son, la enfermedad puede llegar a ser grave.

El herpes zóster también está causado por el virus varicela-zóster. Cuando éste no es
destruido totalmente por el sistema inmune en el curso de una varicela, queda
acantonado en algunos ganglios nerviosos. Ante situaciones de inmunodepresión el
virus se reactiva y produce el herpes zóster, que se caracteriza por una erupción local de
vesículas muy dolorosa. El paciente con herpes zóster puede transmitir el virus y por
tanto iniciar una epidemia de varicela.
GRIPE

Enfermedad infecto-contagiosa aguda del tracto respiratorio que afecta de manera


especial a la tráquea. Un episodio de gripe no complicada cursa con un cuadro que
incluye tos seca, dolor de garganta, taponamiento y secreción nasal abundante e
irritación ocular. En los casos más complejos se añaden escalofríos, fiebre de rápida
instauración, cefalea, dolores musculares y articulares y, en ocasiones, síntomas
digestivos. En el primer caso los síntomas y la fiebre remiten paulatinamente en el
transcurso de pocos días. Sin embargo, cuando el proceso se acompaña o va seguido de
una neumonía viral o bacteriana, la mortalidad aumenta.

Desde el siglo XVI se han descrito más de 31 pandemias (epidemias de amplísima


extensión). La epidemia más devastadora de la era moderna tuvo lugar en 1918, y se
calcula que provocó la muerte de unos 20 millones de personas.

Hay tres virus causales denominados A, B y C, que fueron identificados en 1933, 1940
y 1950 respectivamente; los dos primeros son los causantes de las epidemias. En 1941
se demostró que es posible controlar esta enfermedad a través de la administración de
vacunas virales. Debido a las diferencias antigénicas entre los 3 virus de la gripe, la
vacunación no es del todo eficaz porque no se desarrolla inmunidad cruzada; a este
problema se añade otro, consecuencia de la propiedad excepcional de los virus de la
gripe de mutar sus características antigénicas con cierta periodicidad para eliminar
cualquier respuesta inmune por parte del organismo infectado; por ello la eficacia de la
vacunación es sólo transitoria. La solución a este problema ha sido el desarrollo de
vacunas polivalentes: se combinan las vacunas contra los diferentes tipos y subtipos de
virus, que se modifican en función de las transformaciones de éstos. Para cumplir estos
propósitos tuvo que establecerse un sistema de vigilancia a escala mundial capaz de
identificar las nuevas formas virales con rapidez para permitir la preparación de las
vacunas adecuadas.
.

El fármaco hidrocloruro de amantadina, que se administra por vía oral, es eficaz en la


prevención, e incluso en el tratamiento de la gripe producida por el tipo A de virus. Se
utiliza como tratamiento coadyuvante en los pacientes de riesgo. Sin embargo la
vacunación es considerada como el método más eficaz para combatir la enfermedad.
MENINGITIS

Inflamación de las meninges o membranas que envuelven el encéfalo y la médula


espinal. La meningitis se clasifica como paquimeningitis cuando afecta a la duramadre
(la membrana más externa), y como leptomeningitis cuando las membranas implicadas
son la piamadre y la aracnoides (las más internas). Por lo general, la paquimeningitis es
consecuencia de un traumatismo, como la fractura de los huesos del cráneo, o por la
extensión de una infección localizada en el oído medio, o los senos frontales. La
leptomeningitis es mucho más frecuente y se debe a: la propagación de una inflamación
localizada en la nasofaringe.

La meningitis cerebroespinal epidémica o meningitis meningocócica es una enfermedad


específica, muy infecciosa, que afecta al sistema respiratorio superior y a las meninges,
en especial a niños y adultos jóvenes, y en particular en aquellos lugares donde convive
mucha gente, como los dormitorios escolares o los cuarteles. Tiene una distribución casi
mundial, aunque es más frecuente en las regiones templadas del norte. Las epidemias se
han sucedido de forma periódica. El agente responsable es el meningococo, aislado en
1887 por el médico austriaco Anton Weichselbaum.

La mayoría de los casos de meningitis, en especial los producidos por bacterias,


presentan un inicio brusco, con síntomas que incluyen cefalea, rigidez de nuca, fiebre,
náuseas, vómitos, apatía e irritabilidad, que con frecuencia conducen a estupor y coma.
Progresa con rapidez y si no se trata en periodos que oscilan entre 24 y 72 horas puede
conducir a la muerte. La meningitis bacteriana se trata con mucha eficacia con la
administración precoz de antibióticos.

A veces, en particular en los niños que no se tratan precozmente, se pueden producir


lesiones cerebrales graves. Esto puede ocurrir cuando el drenaje del líquido
cefalorraquídeo desde las cavidades hacia el cerebro se bloquea, y provoca separación
de las cavidades, presión sobre el cerebro, y aumento del cráneo, lo que se denomina
hidrocefalia.

La meningitis tuberculosa, que es más frecuente en niños que en adultos, suele ser
secundaria a una tuberculosis pulmonar. Esta forma de meningitis fue casi siempre
mortal hasta el descubrimiento de la estreptomicina. Desde la introducción de ésta, y de
otros fármacos antituberculosos, se han producido muchas recuperaciones y las
curaciones han sido eficaces incluso en casos recidivantes.

La meningitis viral generalmente es una forma no mortal de meningitis infecciosa. Casi


siempre afecta a niños y origina síntomas como cefaleas, fiebre elevada, vómitos y
dolor en las piernas. En la mayoría de las meningitis los pacientes afectados se
recuperan de manera espontánea en un periodo de una a dos semanas.
TUBERCULOSIS

Enfermedad infecciosa aguda o crónica producida por el bacilo Mycobacterium


tuberculosis, que puede afectar a cualquier tejido del organismo pero que se suele
localizar en los pulmones

ANTECEDENTES HISTÓRICOS

A principios del siglo XIX los trabajos de los médicos franceses Gaspart Laurent Bayle
y René Laënec establecieron las formas y estadios de la tuberculosis como enfermedad;
ambos fallecieron por su causa. El microbiólogo alemán Robert Koch descubrió, en
1882, el agente causal, el bacilo de la tuberculosis. En 1890, desarrolló la prueba de la
tuberculina para el diagnóstico de la enfermedad. En 1924, los bacteriólogos franceses
Albert Léon Calmette y Alphonse F.M. Guérin desarrollaron una vacuna denominada
BCG (vacuna del bacilo de Calmette-Guérin).

El primer agente quimioterapéutico específico para la tuberculosis fue la estreptomicina,


descubierta por el microbiólogo norteamericano Selman Abraham Waksman en 1944.
Este descubrimiento fue seguido en 1948 por el del PAS (ácido paraaminosalicílico) y
más tarde por la isoniazida y otros fármacos que revolucionaron el tratamiento de la
tuberculosis.

CAUSAS Y PREVENCIÓN

Los bacilos de la tuberculosis son transmitidos por el esputo, bien en gotitas


suspendidas en el aire o por partículas de polvo y rara vez por excrementos o alimentos.
A diferencia de otras enfermedades infecciosas, la tuberculosis no tiene un periodo de
incubación específico.. El bacilo puede permanecer latente en el organismo durante un
largo periodo, hasta que una disminución de las defensas le da la oportunidad de
multiplicarse y producir los síntomas de la enfermedad.

DETECCIÓN, DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO

La radiografía simple de tórax es un método de exploración selectiva de la población


para evidenciar la tuberculosis pulmonar. Aunque la radiografía suele demostrar la
presencia de una lesión pulmonar, la confirmación requiere otras pruebas. La prueba de
la tuberculina consiste en inyectar en la piel una proteína obtenida de cultivos de bacilos
de la tuberculosis.
En las fases tempranas no suelen existir síntomas. Los síntomas comunes a todas las
formas de tuberculosis en fase avanzada suelen incluir fiebre, fatiga, sudoración
nocturna, pérdida de apetito y pérdida de peso. En la tuberculosis pulmonar estos
síntomas se acompañan de trastornos respiratorios como tos, dolor torácico y esputos
sanguinolentos. Con frecuencia es necesaria la hospitalización durante la primera fase
del tratamiento pero una vez que la enfermedad está bajo control, el paciente puede
volver a su actividad normal. El tratamiento completo dura entre seis meses y dos años.

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