Vous êtes sur la page 1sur 44

La Tecnología Educativa en la Educación Básica: más allá

de Enciclomedia

“Introduciría en el ordenador cerca de un centenar de novelas, otro centenar


de textos científicos, la Biblia, el Corán, unas pocas agendas telefónicas (muy
buenas para los nombres). Alrededor de cien, o ciento veinte mil páginas. Entonces
usaría un programa que los mezclara todos de forma simple y aleatoria, e hiciera
unos pocos cambios – como quitar todas las Aes. De esa manera tendría una novela
y a la vez un lipograma. El siguiente paso sería imprimirlo todo y leerlo
cuidadosamente unas cuantas veces, subrayando los pasajes importantes. Entonces
lo cargaría todo en un camión y lo llevaría al incinerador más próximo. Mientras
estuviera ardiendo me sentaría debajo de un árbol con un lápiz y una hoja de papel y
dejaría que mis pensamientos vagaran hasta que se me ocurriesen un par de líneas,
por ejemplo: "La luna estaba en lo alto del cielo – el bosque susurra."

UMBERTO ECO, Come si scrive un romanzo.


Milán, Bompiani, 1996.

La tecnología educativa, tal como hoy la conocemos, es el resultado de la aplicación


de diferentes concepciones, teorías y recursos, en el ámbito educativo; éstos
provienen de las más diversas disciplinas, siempre a la búsqueda de procesos con el
fin de obtener logros en educación, considerando la manera en que se imparten una
gran variedad de conocimientos. Se trata de ofertar un apoyo tanto para la
enseñanza, como para el aprendizaje; se entiende entonces como el “acercamiento
científico basado en la teoría de sistemas que proporciona al educador las
herramientas de planeación y desarrollo, así como la tecnología que busca mejorar el
proceso de enseñanza aprendizaje”1.

La introducción de nuevas tecnologías aplicadas a la educación en nuestro


país ha hecho necesario el análisis de la importancia de estas innovaciones, así

1
Tecnología Educativa, Enciclopedia Libre Wikipedia. (En línea) Disponible en: http://es.wikipedia.org/
wiki/Tecnología_educativa. (consultada: sept. 24 de 2007).
como el estudio de los elementos que las componen, a fin de dominar las estrategias
y los modelos que se han implementado para adecuarlos de manera óptima al
quehacer docente.

Las habilidades del docente de décadas pasadas se remplazan y/o


complementan poco a poco con conocimientos cada vez más técnicos; la finalidad es
que éste sea capaz de desarrollar actividades, estrategias y materiales, y así
aprovechar los medios que le ofrecen nuevas maneras de acercar los conocimientos
al centro de todo el sistema educativo: el alumno de educación básica.

El uso del término “tecnología educativa” nos remite a la década de los 60’s
(Chadwick, 1983, 99)2. Según Colom (1986, 22)3 cuando se hacía más evidente el
hecho de que los crecientes medios de comunicación estaban teniendo una fuerte
influencia en el aprendizaje y comportamiento de las masas, sobre todo en los
sectores más jóvenes, se comenzó a ver esa “influencia” como una ventaja que se
debía aprovechar en los procesos educativos, con la intención de renovar los
antiguos formatos.

Esta intención fundamental ha movido los intereses en Latinoamérica hacia la


introducción de elementos tecnológicos en las escuelas regulares, dándose avances
que en las últimas décadas se vinieron fraguando pero que los docentes veíamos
aún con lejanía; por ello una gran mayoría fuimos tomados por sorpresa al
descubrirnos ya en la nueva etapa de la era tecnológica en educación, con la
introducción de equipos de cómputo a nuestras aulas y la consigna de que deberían
de ser utilizados en la enseñanza de forma permanente.

Se pretende, en este documento, explicar la trascendencia de los medios


educativos que han surgido durante las últimas décadas y a cuyo uso en el aula nos
hemos tenido que adaptar, aunque no siempre con los resultados esperados para
2
Cit. Por: Bartolomé Pina, Antonio R. Disponible en. http://www.lmi.ub.es/te/any88/bartolome_tit/
(consultada: sept. 24 de 2007)
3
Colom Cañellas, A.J. (1986). “Pensamiento tecnológico y teoría de la Educación” en J.L. Castillejo y
Ot., Tecnología y Educación. Barcelona: Ceac. (13-30).

2
ello, así como resaltar el papel del docente a fin de reubicar la tecnología educativa,
asignándole un rol concreto en el trabajo escolar. Aunque procuraré hacer referencia
a la mayor parte de los implementos tecnológicos que nos ayudan en el trabajo tanto
al interior como al exterior de nuestras aulas, será no sólo inevitable sino central el
análisis del uso de los sistemas computacionales debido a la fuerte influencia que
éstos han tenido, sobre todo en nuestro país, durante los últimos años.

Lo que hoy conocemos como tecnología educativa seguramente no era


concebido así hace algunos años, cuando los primeros términos se enfocaban al uso
de medios audiovisuales básicos. Y retrocediendo en el tiempo, las innovaciones en
la enseñanza (el uso de rotafolios, pizarrones blancos -pintarrones-, apuntadores
lumínicos, etc.) estaban muy lejos de lo que ahora se entiende como tecnología
educativa.

Si bien estos medios eran suplentes de otros, generalmente usados para el


trabajo ante masas o grupos escolares, la importancia, utilidad y accesibilidad de los
libros, enciclopedias, revistas, folletos y otros soportes tradicionales, seguían siendo
suficientes para asegurar su permanencia y viabilidad como herramienta educativa.

Sin embargo, con el paso del tiempo y gracias a que los costos se fueron
reduciendo, la introducción de equipos de almacenamiento digital (iniciando con los
primeros computadores hasta llegar a los equipos portátiles y unidades de discos
compactos que pueden contener enciclopedias enteras) se fue apoderando de la
escena científica y educativa, comenzando por los niveles más altos (investigadores,
profesores, estudiantes de niveles superiores) y paulatinamente se han ido
colocando en un plano perfectamente accesible para la mayoría de los estudiantes
que se ubiquen en las proximidades y posibilidades de una preparación regular. En
su momento (en realidad hace pocos años), se comentaba acerca de las
publicaciones que, de alguna manera, comenzaban a sustituir a los clásicos libros de
texto, como fuentes alternativas de aprendizaje; para los observadores de los
procesos de transformación de la educación el impacto era el siguiente:

3
En una societat audiovisual, o de l'audiovisual en moviment, regida
per "clips" i pel "zapping", el text escrit ha de reubicar-se; ja no és l'únic
suport permanent d'informació com ho era en la societat lletrada. Els llibres
de text, les enciclopèdies, els diccionaris, els llibres de continguts
conceptuals o de consulta..., van reduint el seu domini, mentre l'amplien els
llibres de creació i recreació, com els de contes, poesia, novella, assaig,
etc.4

Hoy, las herramientas de estudio que nos brinda la tecnología (enciclopedias


digitales, paseos virtuales, Internet, comunicación inalámbrica) permiten, al docente o
al estudiante, poseer, en un espacio reducido, de manera práctica la información y
herramientas que hasta hace algunos años hubieran ocupado las bibliotecas y los
almacenes enteros.

A partir de que se comienza a concebir un dispositivo que previamente era


tomado como fuente de diversión y noticias, como una herramienta potencialmente
influyente en la formación educativa o valoral, el término de tecnología educativa se
consolida hasta lograr introducir al televisor en actividades o niveles educativos
(telesecundaria, telebachillerato) que se centraban, casi en su totalidad, en el uso de
este medio de comunicación.

Durante los primeros años en que se habla de tecnología educativa de


manera formal, los medios audiovisuales se ven transformados en herramienta
básica de trabajo, dando lugar a un interés espontáneo por la exploración de las
nuevas propuestas basadas en el aprovechamiento de los recursos tecnológicos, ya
no sólo como parte obligada de un determinado nivel o sistema escolar, sino como
parte de una experimentación en busca de logros significativos mediante
mecanismos alternativos.

4
“En una sociedad audiovisual, o de lo audiovisual en movimiento, regida por los “clips” y el “zapping”,
el texto escrito debe reubicarse; ya no es el único soporte permanente de información como lo fue en
la sociedad iletrada. Los libros de texto, enciclopedias, diccionarios, libros de contenidos conceptuales
o de consulta…, van reduciendo su dominio, mientras lo amplían los libros de creación y recreación,
como los cuentos, poesía, novela, ensayo, etc.” QUINTANA, J. (1997) Multimèdia: què i per a què,
Guix, núm. 233, pp. 5-8. (En línea) Disponible en http://www.lmi.ub.es/te/any97/quintana_guix/

4
Para ello, en los inicios del siglo XXI, superada la avalancha de la última
década, que estuvo claramente distinguida por un acelerado desarrollo tecnológico
en todos los aspectos, por el descubrimiento y perfeccionamiento de sistemas,
programas, medios y herramientas, así como la reducción de costos que posibilitó el
acceso a ellos, aún no se ha descubierto el tesoro al final del arco iris que nos
prometían los primeros tecno-educadores.

Es cierto que se han introducido de manera permanente equipos y programas


que invitan y orientan la participación de la educación tecnológica; los resultados
sobre este aspecto no son los que se pudiera pensar que se producirían
evidentemente a corto plazo, como un resultado radicalmente superior en el
aprovechamiento de los alumnos, o una extrema facilidad en el trabajo del docente
(como ya veremos, las estadísticas son bastante desalentadoras).

Ante la necesidad de especificar el campo que abarca la tecnología educativa,


vale la pena definir lo qué es una tecnología, así como cada uno de los recursos que
se consideran dentro del paradigma de tecnología educativa; creo conveniente
mencionar que este trabajo se enfocará hacia un grupo de recursos que se han
aprovechado en los últimos años (a fin de lograr ubicarnos tanto espacial como
temporalmente): las llamadas Tecnologías de la información y la comunicación
(TICs).

Como primer punto se debe establecer que una tecnología es la manera en


que los hombres hemos tenido que resolver, con sistemas cada vez más complejos y
a la vez accesibles, las necesidades que nos surgen en la vida diaria, lo que ha dado
por resultado innumerables tipos de tecnología, tantos como necesidades que se han
tenido que cubrir. El caso de la educación no podía ser excepción, dándose la
implementación de recursos tecnológicos diversos con la finalidad de hacer la labor
docente más fácil y el conocimiento más accesible al alumno.

Como TICs se considera a aquellas tecnologías que de alguna manera sirven


en el desarrollo, distribución y almacenamiento de la información en medios digitales,

5
esto gracias a la implementación de equipo (hardware) y programas (software), así
como medios (radio, televisión, audio, cine) para apoyar tales actividades. Dentro de
este tipo de medios educativos, los audiovisuales han adquirido popularidad y
relevancia en las últimas décadas, llegando a ser implementados oficialmente en
muchos países como parte de los materiales básicos en la educación; tal es el caso
de nuestro país, donde, con la introducción del sistema de Enciclomedia (que en su
etapa inicial ya cubre los programas de los grados Quinto y Sexto de Educación
primaria, con la digitalización de libros de texto y agregados enciclopédicos) se han
sentado las bases para que tanto en el desempeño de la labor docente, como en el
aprendizaje de los alumnos, se incluyan toda suerte de apoyos, sobre todo visuales y
auditivos enriquecidos con una interacción relativa, que beneficien al proceso
educativo.

Este programa se sustenta en la concepción de nuevas formas y ambientes


de aprendizaje, novedosas maneras de acceder al conocimiento; herramientas
tecnológicas que apoyen la potencialización de los conocimientos; innovadoras
metodologías que lleven a la transformación de la práctica educativa en el aula, en el
marco de paradigmas educativos que privilegien la participación activa de los
estudiantes.

Pero esta situación no se ha dado de manera espontánea; sino que ha habido


un proceso paulatino en el que se evidencia la participación gradual de diferentes
medios visuales o gráfico-prácticos que se han utilizado con un fin educativo,
basándose en la concepción de la percepción directa, por medio de la cual el alumno
entra en contacto con el objeto de estudio, ya sea en un contacto real o gracias a una
representación perceptible a los sentidos, principalmente del oído y la vista.

Los soportes primarios que se utilizaron (y siguen utilizándose) para la


presentación de los contenidos de las asignaturas son, a destacar, láminas, carteles,
pizarrón, franelógrafo, mural y tríptico, objetos que gracias a la facilidad de manejo, y
variedad, se han mantenido en vigor frente a otras innovaciones como herramientas
fundamentales para el trabajo en el aula. Éstos, enriquecidos con materiales

6
impresos de uso diario, como es el caso de los libros de texto, han sido suficientes
para el desempeño de las clases durante mucho tiempo, sin que hayan tenido
variaciones importantes (cambiando solamente en dimensiones, materiales o
acabado) hasta nuestros días.

A finales del siglo XIX se comenzó a utilizar fuera del entorno de las
instituciones educativas, específicamente en museos y otras instituciones de tipo
cultural, la proyección de la imagen fija como manera de atraer la atención de los
visitantes hacia determinados temas. Esta innovación se debió sobre todo a los
avances obtenidos en el desarrollo y perfeccionamiento de la tecnología fotográfica,
lo cual posteriormente llamó la atención de las disciplinas que apuntaban a la
educación, abarcando temas contenidos en los programas de estudio para hacerlos
más atractivos; el resultado fue la creación de proyectores portátiles que podían ser
adaptados, de manera fácil, al trabajo en las aulas y no requerían de conocimientos
técnicos avanzados. Como consecuencia de esto, la generación del material a
utilizarse tuvo la posibilidad de provenir del mismo docente que iba a aplicarlo,
basándose en los contenidos de su programa de estudios y tomando como
referencia las necesidades e intereses de los alumnos.

Con la adición del sonido a la presentación de imágenes fijas se pudo


enriquecer, de manera importante, la experiencia de la representación de objetos del
mundo real (que hasta ese momento no se podían tener a mano para su análisis); no
pasó mucho tiempo para que las galerías o salas de proyección de universidades y
otras escuelas (que contaban con estos espacios) cambiaran hacia espacios
audiovisuales. Aunque no fue sino hasta la invención y perfeccionamiento del cine
que se pudieron adjudicar con todo merecimiento ese título.5

Es esta última manifestación la que resulta más explotada en un primer


momento por la educación, puesto que hacia ella apuntaban los avances obtenidos,

5
Cabe recordar las primeras películas mudas, en blanco y negro: representando una sociedad obrera,
el desarrollo industrial de la época, las masas creciendo y sobreviviendo apretadamente en ese
mundo que sufría mutaciones aceleradas, los medios de comunicación que florecían, como el
ferrocarril y la naciente industria automotriz.

7
con la intención de representar y preservar perfectamente eventos históricos que
para la posteridad sirvieran como memoria de la sociedad.

El perfeccionamiento del cine viene a repercutir en la educación; mientras que


en sus inicios las películas eran usadas indistintamente de su origen con fines
educativos, al hacerse más popular y accesible este medio, la generación de
cortometrajes, documentales o promocionales con fines meramente educativo, se
hizo cada vez más común, creándose piezas que eran a la vez excelentes obras de
arte y herramientas educativas muy útiles.

La invención de la computadora, durante la segunda mitad del siglo XX


(gracias a la madurez de la tecnología, la globalización de la información científica y
las exigencias de una sociedad creciente en necesidades de comunicación y
organización) y su uso con fines educativos alcanzó primero a científicos y jóvenes
universitarios en aspectos técnicos, ampliándose poco a poco su utilización en los
niveles inferiores de enseñanza.

El desarrollo de esta nueva tecnología se ha acelerado en las dos últimas


décadas, durante las cuales no sólo ha habido un incremento en las capacidades de
los equipos y sistemas que los hacen funcionar, sino que, además, al hacerse
comerciales, su costo se va volviendo cada vez más accesible al ciudadano
promedio.

Este acelerado desarrollo, con la aceptación que se consolida en los sectores


más jóvenes, parece a veces superar la capacidad de los docentes para aprovechar
una herramienta potencial al interior de su centro de trabajo. Como experiencia
personal me ha tocado descubrir a compañeros maestros enfrentándose a un
equipo de cómputo como si fuera un adversario poderoso al que ven difícil de
dominar.

Hoy en día ya no es raro descubrir a jóvenes y niños desarrollando actividades


tanto educativas como lúdicas en dispositivos que son cada vez más compactos y

8
completos, los cuales han aprendido a utilizar sin estudios formales para ello y con
una facilidad, simplemente, impresionante.

Entonces, ¿qué hacer ante la realidad de enfrentarnos a un sistema educativo


que se ve, cada vez más, dependiente de la tecnología? Está claro que es un
fenómeno que no se puede frenar, puesto que ya nos situamos en él de manera
directa. Sin embargo, el aprovechamiento de las posibilidades que nos brindan las
nuevas tecnologías parece no estar esclarecido para quienes trabajamos con estos
implementos en la educación básica; y al parecer está llevándose a cabo una
estandarización o igualación de los temas en los diferentes ambientes sociales en
que se desarrolla la labor docente en aparente contraposición con las
recomendaciones respecto a la adaptación de los contenidos de los planes y
programas de estudio.

Ya de por sí en un ambiente sin computadora el docente se auto-limita al uso


exclusivo de los libros de texto para trabajar en el aula cualquier materia o
asignatura, dejando la adecuación de contenidos de lado y haciendo de la formación
escolar una experiencia, en muchas situaciones, poco significativa para el alumno,
esto en gran medida ocasionado por la falta de planeación.

Ahora, con información audio-gráfica, (más difícil de superar, dominar o


modificar) la labor educativa se torna más superficial en cuanto a la contextualización
que se espera de ella. El docente no conoce, ni entiende las posibilidades en el uso
de un equipo de cómputo al interior del aula; y, en lugar de motivar al alumno en su
uso, lo limita, mientras permite la posibilidad de que él mismo (el maestro) sea
suplido como centro de atención por la pantalla, dejando al alumno en una situación
igual o peor que antes, pues éste no puede establecer una relación con su “nueva
herramienta de estudio”.

¿Se debe pensar que el docente debe salir de su formación educativa e ir un


paso adelante, adecuando ahora la educación tecnológica que le ayude a generar
y/o modificar la información que pueda ser utilizada en la plataforma digital? La

9
respuesta al parecer no es otra que una afirmación rotunda, primero porque se lo
comienzan a exigir las disposiciones oficiales, con la introducción de equipos de
cómputo en las escuelas oficiales, y, segundo, porque la misma sociedad,
representada por sus alumnos, amenaza con rebasarlo si no se propone la
modernización de sus métodos de enseñanza.

Ahora bien, al docente de nuestro país le está tocando una situación difícil; se
encuentra en la necesidad obligada de aprender a utilizar esta herramienta a la vez
que continúa con sus labores y tiene que ir implementando sus nuevos aprendizajes
en la materia, descubriendo poco a poco las posibilidades en el uso y
aprovechamiento de los equipos de cómputo, pero también modificando los métodos,
las estrategias, la planeación y la organización de los contenidos.

Es cierto, la responsabilidad mayor en la adaptación de la maquinaria


educativa hacia los avances tecnológicos radica principalmente en el maestro de
escuela; no obstante, el sistema educativo también carga con parte de esa
responsabilidad, ya que ha tenido el desatino de obligar al docente a aprender de
manera forzosa, generando así los casos de rechazo a la innovación por considerarla
imperativa y argumentando la carencia de una capacitación previa especializada, así
como la dificultad del acceso personal a la preparación adecuada (por razones
económicas o geográficas).

Tras estos argumentos se esconde, en muchos casos, el desinterés por parte


de los docentes (sobre todo aquellos próximos a jubilarse) hacia el aprendizaje de
nuevas estrategias, pues consideran que para ellos está fuera de tiempo, y que han
establecido sistemas probados como efectivos con los que planean cerrar su servicio
en las aulas.

Pero, en realidad ¿cuántas ventajas presenta el uso de tecnología educativa


al interior de las escuelas de educación básica?

10
Como primer punto se puede manifestar la creciente motivación que brinda la
interacción con los objetos de estudio, puesto que, como ya se mencionó, la
percepción multi-sensorial directa del alumno con éstos brinda la significación
adecuada a la experiencia de aprendizaje. Los elementos gráficos que sirven como
apoyo a la información textual plasmada en los medios digitales hacen las veces de
traducciones prácticas a la búsqueda rápida de información.

También se tiene que considerar el hecho de que la accesibilidad de la


información basada en los soportes digitales vuelve el trabajo de investigación
accesible para cualquier persona, dándose una positiva disposición a la solución de
los problemas por medio de la exploración de información diversa.

Las actividades desarrolladas, gracias a las tecnologías de información y


comunicación, brindan la oportunidad de percibir el trabajo en equipo desde una
nueva perspectiva, logrando llevar a otro nivel el concepto de cooperatividad.

Estas facilidades ofrecen al estudiante, a la vez que se nutre de información,


la posibilidad de ampliar o generar nuevos conocimientos así como la capacidad de
visualizarlos en situaciones diversas, gracias a la facilidad de apropiación,
organización, síntesis, experimentación, y corrección, logrando desarrollar trabajos
de investigación y tesis con el mínimo esfuerzo (dicho de manera relativa, pues en
cuanto se está en contacto con los medios audiovisuales, inconscientemente,
estamos utilizando todos nuestros sentidos, lo que permite que desarrollemos una
actividad cerebral permanente e intensa).

Todas las actividades mencionadas, si bien requieren un impulso inicial para


llevarse a cabo, están en la posibilidad de realizarse de manera autónoma y
metódica, siempre y cuando se cuente con una fuente de información accesible, con
contenidos perfectamente organizados que promuevan incluso un aprendizaje
autodidacta que se debe dar manera natural en el estudiante.

11
Pero no todo es miel sobre hojuelas en la exploración de las posibilidades de
la tecnología educativa. Si estos medios no son aplicados de manera adecuada, con
la planeación que la actividad docente amerita y en situaciones perfectamente
controladas, la situación se puede revertir contra los propósitos iniciales de la
intención educativa.

Un exceso en la utilización de estos recursos puede reflejarse en ansiedad,


cansancio o monotonía; por ello, las sesiones en las que se programe el uso de
medios audiovisuales deben planearse de acuerdo al conocimiento que se tenga del
carácter del grupo de trabajo, del volumen (cantidad, duración), del material a
presentarse y la pertinencia de éste.

En el trabajo diario no se debe perder de vista la participación del trabajo en


equipo, permitiendo que haya una interacción permanente entre los alumnos de
manera que bloquee cualquier posibilidad de aislamiento, fenómeno a que lleva muy
comúnmente el uso de la virtualidad cuando se está en contacto continuo con ella, y
que influye sobre todo en las relaciones humanas que ya de por sí se ven afectadas
por lo fácil que se hace la comunicación a través de la tecnología, haciéndose a
veces innecesario el hecho de estar físicamente presente para conocer distintos
lugares o personas; esto puede ser tomado como una ventaja para los casos en que
sería difícil acceder a cierto tipo de conocimientos que no se encuentran al alcance
de la mano, pero también limita el interés del alumno hacia las nuevas experiencias
“reales” y nubla el espíritu investigador en el campo del conocimiento a que se alude.

Como usuario de los sistemas de cómputo he sido testigo del creciente


número de jóvenes y niños que comienzan a utilizar estos equipos como medio de
comunicación, estableciendo lazos con personas a quienes muchas veces no
conocen físicamente. Por otra parte, he percibido cómo el uso constante de los
programas de mensajería instantánea, al mismo tiempo que ha impulsado la práctica
de la escritura en un teclado (la cual ha sido descartada de la educación media, a
excepción de algunas escuelas particulares, y que de manera importante facilita el
primer contacto de los alumnos con la computadora), ha permitido que el lenguaje

12
escrito se vea seriamente afectado con el uso del caló, las contracciones,
extranjerismos y otros vicios del lenguaje que antes sólo eran evidentes en el uso del
habla, y que si bien hasta hace algún tiempo eran incidentales y sin intención, hoy
son parte de la moda y se practican con la intención –conscientemente o no- de
buscar alterar cada vez más el lenguaje.6 ¿Será esta la nueva evolución de nuestra
lengua?

Al interior del aula, si no se logra tener un ambiente de trabajo controlado, con


un flujo adecuado de estrategias y actividades, se corre el riesgo que se favorezcan
estrategias de esfuerzo mínimo, tales como el uso de la calculadora para la
realización de operaciones aritméticas sencillas, lo que permite que el alumno se
aleje abruptamente de la comprensión de procesos básicos que se supone deben de
promoverse de acuerdo al programa de estudios. Siempre se debe tener en cuenta el
hecho de que el alumno aprenderá de una manera más significativa si descubre por
sí mismo la manera de resolver los problemas matemáticos o las reglas de escritura,
por poner un ejemplo, que si se le da todo el conocimiento listo para ser digerido.

También se debe supervisar que los contenidos planeados estén


perfectamente cubiertos por el material a utilizarse en clase, que éste se encuentre
correctamente contextualizado, completo y que atienda a la temática; que se esté en
posibilidad de partir de conocimientos previos que sean rescatados de forma
eficiente, demostrados y asegurados.

Si bien todos estos puntos en contra parecen poco frente a las enormes
posibilidades que encierra el uso de la tecnología al interior de las aulas, son
comunes a la mayoría de los docentes, ya sea en el uso o no de las tecnologías

6
El uso de contracciones es cada vez más frecuente, incluso entre aquellos miembros que pudieran
destacar por su nivel de estudios; ya sea por la rapidez que implica al escribir o por moda, cada vez es
más variada la forma de escribir los mensajes en los chats: “q ond@ we…!! cm 3st4s?”. En este último
ejemplo se aprecia el cambio de vocales por números que se les asemejan en cierto sentido, pero que
al pensar escribirlo por primera vez, podría no representar una opción más fácil que la palabra original,
por lo que incluso podría pensar que este sistema de escritura desarrolla así otras habilidades
cognitivas de comparación gráfica. Cabe destacar también el uso de los llamados “smileys” o
“emotíconos”, que son secuencias de caracteres que recuerdan algún gesto humano y que ayudan en
la definición de estados anímicos.

13
educativas; por este motivo no se les debe restar importancia, sobre todo si
conciernen en su mayor parte a la labor del maestro.

No debemos perder de vista la relevancia y funcionalidad en el uso de, por


ejemplo, el equipo de cómputo con fines educativos, como un medio en donde el
docente podrá evaluar de manera más precisa el desempeño escolar de los dicentes
pero también el propio, potenciando el desempeño profesional al realizar una auto-
evaluación en el uso de la tecnología.

Una modalidad de la educación formal que se está poniendo de moda es la


educación a distancia, gracias a la cual las posibilidades de pertenecer a una
institución educativa ya no se ven restringidas por el espacio físico, sino que van más
allá, estableciendo redes de estudio de proporciones mundiales.

Esta posibilidad, explorada desde que se empezó a introducir la tecnología


informática en la educación, había tenido un desarrollo muy lento, e incluso frustrado,
dado que las tecnología de las comunicaciones habían avanzado a un ritmo más
lento que el interés de aplicarlas para su uso en la educación.

Si bien esta modalidad de educación se ha estado fraguando y aplicando en


los niveles educativos superiores (sobre todo en estudios de postgrado, para los
cuales es necesario desempeñarse en el campo de trabajo referente a los estudios
que se realizan), no está lejos el día en que los niveles básicos de educación se vean
también inmersos en esta opción educativa.

¿Y donde entrarán los docentes en este futuro de educación virtual? Muchos


ven con ojos dudosos la permanencia del personal docente de aquí a algunos años.
Se cree que los alumnos lograrán desarrollar habilidades tales que la educación
autónoma integral podría ser considerada una realidad definitiva. Sin embargo, la
experiencia nos enseña que si bien el ser humano es investigador por naturaleza, en
las distintas áreas del conocimiento, en general, siempre se necesita de una guía

14
adecuada para saber elegir entre los contenidos que sean pertinentes de ser
apreciados para su aprovechamiento.

El docente debe entonces prepararse para un cambio de rol, en el que pasará


de transmisor de conocimientos a orientador en la búsqueda, exploración, análisis y
aprovechamiento de éstos, además de la guía y prueba viviente del logro y dominio
de determinados conocimientos; el papel del educador en este nivel será de un
permanente motivador en el interés del alumno y su predisposición a aprender, así
como el perfecto asesor en la selección de contenidos que conviene aprovechar, lo
cual permite mantener humanizado el hecho educativo.

Por otra parte, se puede considerar la posibilidad de la participación activa en


los procesos educativos de los agentes que hoy se mantienen al margen,
trascendiendo en su impacto al trabajo final, ampliándose para abarcar no sólo a
docentes, directivos y padres de familia, sino también a profesionales de distintas
ramas del saber, instituciones, organizaciones y el estado mismo, ahora ya como
participantes permanentes.

Una de las interrogantes planteada desde que el interés de los educadores


volteó hacia el uso de la tecnología, fue acerca de la manera en que se tendrían que
aplicar los contenidos para ser aprovechados por este nuevo medio (dado que,
independientemente del país en que se traten de implementar estas herramientas, la
variedad cultural representa una barrera en el diseño de programas que se quisieran
adaptar fácilmente a cualquier medio). En realidad estas diferencias culturales han
sido y serán siempre un factor crítico en un país como el nuestro, dadas las
condiciones heterogéneas de la población; y durante algún tiempo se pensó que se
podrían establecer “niveles” en los contenidos de acuerdo a la situación geográfica
de los destinatarios de los planes y programas de educación, esto aun sin
Enciclomedia en mente.

Es así que se ha podido impulsar con menos recelo el uso de diferentes


innovaciones al interior del trabajo escolar sin que esto marque diferencias notables,

15
siempre y cuando los docentes se dediquen con el mismo interés y profesionalismo
al trabajo con equipo tecnológico, como se hacía con los libros de texto.

Un ejemplo del interés que los desarrolladores de programas innovadores en


América Latina han demostrado, en concreto del Instituto Latinoamericano de la
Comunicación Educativa (ILCE), es desde hace algunos años Red Escolar:

El propósito principal de Red Escolar es brindar las mismas


oportunidades educativas a todos los mexicanos, llevando a cada escuela y
a cada centro de maestros, materiales relevantes que ayuden a mejorar el
proceso de enseñanza-aprendizaje con apoyo de las tecnologías de
información y comunicación; promover el intercambio de propuestas
educativas y de recursos didácticos, además de recuperar las experiencias
que se han desarrollado con éxito en las escuelas del país. Este programa
propone, en los próximos años, llevar computadoras con multimedios,
conectadas a Internet y con una amplia gama de contenidos educativos a
todas las escuelas primarias y secundarias públicas del país.7

Este proyecto conjunta medios digitales, de comunicación y bibliotecas de aula, para


brindar cierta flexibilidad a maestros y alumnos en su labor de enseñanza y
aprendizaje, fomentando la investigación en dichos medios, lo que permite el
conocimiento de distintos lenguajes e interfaces gracias a los cuales podrá elegir
todo el conocimiento que esté a su alcance.

Uno de los puntos fuertes de Red escolar es la instauración de Aulas de


Medios, equipadas con computadoras, impresora, equipo de recepción de Edusat,
colecciones de Cd’s y conexión telefónica a Internet. Con el uso de estas aulas se
promueve el acercamiento al trabajo colaborativo a larga distancia por medio de
publicaciones, foros, conferencias, difusión de noticias o actividades didácticas.

Es evidente que el responsable para que estas aulas funcionen


adecuadamente y dentro de las disposiciones que el programa especifica, no sólo
debe ser usuario de este equipo sino poseer competencias laborales y pedagógicas
digitales, de forma que su interacción con los docentes, alumnos y sociedad en que

7
http://redescolar.ilce.edu.mx/redescolar/quees/indexquees.htm (consultada: 5 dic 5 de 2007)

16
se ubique esta aula sea definitiva para el desarrollo de actividades y el logro de los
objetivos que en ella se planeen.

Hay que decir que estas aulas de medios han servido más como simples
bibliotecas, puesto que se han topado con problemáticas que afectan de forma
definitiva a este tipo de programas. La falta de infraestructura para la operación
correcta del equipo, la capacitación escueta a los responsables del aula de medios y
la falta de desarrolladores o programadores de sistemas que innoven en la
presentación y desarrollo de contenidos para ser aprovechados en estos espacios,
redunda en el progresivo abandono de las instalaciones que los mismos docentes
promueven al ver limitadas sus propias capacidades para el aprovechamiento de
estos equipos.

Es así que en múltiples oportunidades se ha visto, con tristeza, que los


principales responsables de fomentar el aprovechamiento de las nuevas tecnologías
en beneficio de la educación son quienes han puesto la nota triste en este tema. Y
eso que para 400 mil maestros mexicanos se han destinado, de acuerdo a la
Secretaría de Educación Pública, computadoras portátiles de bajo costo con la
finalidad de dotar de recursos tecnológicos a los impulsores de la educación de
nuestro país… ¿Habrá sido éste el destino de dichos equipos? La opinión pública
coincide en que “se sigue regalando pescado en lugar de enseñar a pescar”, además
de que tal disposición tuvo tintes políticos, dadas las condiciones en que se ha
conducido el sindicalismo magisterial, que en el caso de la organización sindical más
grande del país, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (S.N.T.E), ha
mantenido relaciones orientadas más a la política que a la educación; tanto, que al
interior de este sindicato, en últimas fechas, se ha creado una nueva fuerza política
conformada en gran parte por docentes de todo el país bajo las órdenes de la
autonoembrada Dirigente Nacional vitalicia.

Es iluso pensar que con este tipo de programas se generan las bases para un
cambio fundamental en las capacidades o actitudes de los docentes que resultan
beneficiados. No existen varitas mágicas que nos garanticen que un equipo de

17
cómputo va a volver eficiente, tecnológica y didácticamente hablando, a un usuario
en la construcción de mejores conocimientos.

Por otro lado, quienes han visto con mejores ojos el uso de sistemas
tecnológicos en las clases han sido los alumnos, abriéndose un mundo de
posibilidades de interacción con el conocimiento cada vez mayor. Hoy las materias
pueden ser no sólo vistas o leídas sobre el papel; se pueden observar fenómenos
por medio de los videos, escuchar la música o el lenguaje de diferentes partes del
mundo, llevar a cabo experimentos para comprobar las leyes naturales, realizar
visitas virtuales a lugares a los cuales sería muy difícil acceder. En fin, una variedad
de actividades siempre atractivas para los alumnos, quienes se ven atraídos al
conocimiento, dada la facilidad de manejar ellos mismos la información y la manera
en que ésta se dosifica en el trabajo al interior del salón de clases, e inclusive, la
disposición que los menores presentan al aprendizaje a partir de las nuevas maneras
de trabajar.

Hablando concretamente de los alumnos, el uso de tecnología educativa en


escuelas de educación básica abre nuevas posibilidades para el apoyo a alumnos
con capacidades diferentes, sobre todo en los casos de debilidad visual y auditiva; se
pueden enriquecer las experiencias sensoriales que lo permitan en cada caso, con la
finalidad de que el alumno en cuestión pueda percibir de manera más intensa
diferentes contenidos de los programas de estudio que anteriormente eran cubiertos
con materiales o actividades que no siempre tenían el impacto esperado.

Por ejemplo, la adaptación de los equipos y sistemas de cómputo para dar


acceso a personas débiles visuales hacia la información, ha permitido, incluso, la
oportunidad de encontrar un empleo que permita la integración al sector productivo,
quedando patente la intención de la educación básica referente a este aspecto. De
dichas adaptaciones cabe destacar el uso de teclados con el sistema Braille para que
sea fácilmente identificable por los invidentes, así como el desarrollo de software que
permite que el texto en pantalla pueda ser escuchado por el usuario, y los programas

18
de dictado para tener una interfaz más amigable al momento de intentar escribir en
cualquier programa procesador de palabras.

Desgraciadamente, las posibilidades que ofrecen la mayoría de estas nuevas


tecnologías han sido limitadas a determinados lugares de trabajo donde se cuente
con espacios adaptados perfectamente para su instalación y uso; por otra parte, se
tiene el inconveniente de las escuelas ubicadas en zonas de marginación, en donde
con frecuencia es muy difícil contar con instalaciones eléctricas estables que
permitan el trabajo constante con estos materiales, así como que se cuente con
seguridad adecuada para garantizar la permanencia del equipo sin riesgos; incluso
en el medio urbano o semi-urbano se dan estas condiciones de falta de
infraestructura e inseguridad, lo que orilla a los educadores a prescindir del trabajo
con sistemas de cómputo: "La historia de los medios audiovisuales (…) ha
demostrado con creces cuantos medios han quedado obsoletos con un mínimo uso,
simplemente por la falta de recursos para su utilización." (Cabero, 1998, 61- 62).

En nuestro país, las autoridades educativas se han dado a la tarea de ofrecer


cobertura nacional al programa de Enciclomedia, asegurando la dotación de equipos
en condiciones de ser aprovechados en las aulas, sin tomar en cuenta que muchas
de las instituciones destinatarias de este beneficio apenas cuentan con un lugar
pobremente adaptado para dar clases, por lo que no están adecuadas para tales
actividades.

El entorno de trabajo que ofrece el aula Enciclomedia se presenta como una


opción viable, dado que muestra un lado divertido y eficaz para transmitir los
contenidos que se pretende que el niño alcance. La interactividad que brindan sus
múltiples herramientas permite, por ejemplo, que el alumno descubra de forma casi
autónoma los materiales de apoyo que corresponden a cada lección de los
programas de estudio. Al entrar en contacto con ese descubrimiento de los nuevos
conocimientos se busca impactar directamente en la experiencia del alumno y que el
aprendizaje se vuelva significativo.

19
La naturaleza propia del niño le lleva a la investigación, con el apoyo del
recurso tecnológico de todos los elementos implícitos en cada lección, ampliando el
conocimiento básico y enriqueciéndolo con material audiovisual que siempre será
accesible, por lo que el alumno en cualquier momento podrá consultarlo para lograr
una recuperación completa de los conocimientos vistos previamente y una
asociación de ideas.

Enciclomedia presenta también la posibilidad de elaborar material por parte


del alumno, exponer sus conocimientos, sentimientos, imágenes, realizar visitas
virtuales a lugares lejanos, e incluso jugar mientras aprende.

El docente tiene en este sistema una herramienta potencialmente provechosa,


gracias a la cual puede servirse para ejemplificar más eficazmente las explicaciones
de temas complejos, dejando de lado la propuesta de sólo “imaginarse” tal o cual
situación, al permitírsele elaborar materiales didácticos a través de los cuales podrá
hacer llegar los conocimientos de manera más natural y efectiva.

Es importante señalar que la variedad de manifestaciones del lenguaje


empleados por este sistema (escrito, auditivo, simbólico, gráfico), similar a los
utilizados por la televisión, con el agregado de la interactividad, intenta cubrir el
espacio ocupado por este medio al fortalecer la manera en que el alumno se
comunica en sociedad, brindando opciones más variadas a su forma de expresión.

Sin embargo, como ya mencionaba unos párrafos previos, aunque el sistema


cumple con los requisitos que se esperarían de un proyecto educativo de esa
magnitud, el programa deja mucho que desear en lo que a planeación, organización,
control y evaluación concierne.

Desde los inicios de Enciclomedia, en su primera etapa en el ciclo escolar


2004-2005, se pudo observar que los alcances del programa se estaban reduciendo
de manera importante, hasta resultar en la aplicación de los equipos en menos de la

20
mitad de las aulas que se tenían planeadas al inicio del programa, debido a los
recortes presupuestales hechos a los programas educativos.

Esto, por supuesto, repercutió enormemente en la cantidad de alumnos


beneficiados, puesto que las aulas que estaban siendo dejadas de lado eran en su
mayoría del medio rural, a donde iba a ser aún mas difícil el alcance del proyecto.

Los costos de las licitaciones y contratos han sido sumamente criticados;


mientras en otros países para este tipo de proyectos se busca el patrocinio de
grandes empresas, así como la inclusión de software y equipo de presupuesto
alcanzables, para el sistema de Enciclomedia la mayor parte de los componentes
requieren de un pago de licencias que, a decir de los analistas de este programa8, no
han justificado sus costos en los resultados obtenidos desde que se están utilizando
en las aulas, en lugar de realizarse con software de libre distribución; esto
posibilitaría que cualquier persona pudiera tener libre acceso al programa,
empezando por los docentes, que tendrían que trabajar fuera del entorno escolar
para sacarle un mejor provecho, ya que los centros de actualización, los únicos que
cuentan con los equipos fuera de las instituciones educativas, no se encuentran
ubicados en zonas accesibles para todos los maestros.

Tomando esto en cuenta, las auditorías realizadas al programa revelan que


éste actualmente le cuesta al país una suma de casi $7,000 millones de pesos, que
de alguna forma no se ven compensados, pues cuando se buscan instrumentos de
evaluación adecuados se topa con que éstos son ineficientes y que incluso los
resultados que arrojan los mismos no son nada alentadores.

Los niños de sexto de primaria que no utilizaron esa tecnología


tuvieron un mejor conocimiento al lograr 1.48 puntos sobre 1.23 de quienes
sí tuvieron esa herramienta, mientras que en la aplicación de los contenidos
aprendidos, los primeros obtuvieron 2.15 puntos contra 2.11 de quienes sí
tuvieron esa herramienta y los de quinto año sin Enciclomedia fueron mejor
evaluados con 2 puntos sobre 1.83 de sus compañeros con dicho equipo.9
8
http://www.jornada.unam.mx/2006/12/05/index.php?section=sociedad&article=044n1soc (disponible
en línea) (consultada: sept. 24 de 2007)
9
http://es.wikipedia.org/wiki/Enciclomedia. (disponible en línea) (consultada: sept. 24 de 2007)

21
Por otro lado, los docentes no están siendo capacitados adecuadamente; pues si
bien el uso de un equipo de cómputo representa un reto de aprendizaje desde cero
que no puede ser cubierto en un curso de dos días, aprender a utilizar Enciclomedia
en sí y sacarle provecho de modo que se vea reflejado en un mejor aprovechamiento
de los alumnos es aún más difícil.

En el caso de los maestros que ya utilizaban equipos de cómputo podría no


ser difícil establecer soluciones al momento de trabajar con Enciclomedia, pues es
natural el instinto de exploración de los elementos de los programas; pero en una
gran mayoría, los docentes encargados de quinto y sexto grados no tenían la
educación tecnológica suficiente, lo cual ha hecho más difícil el proceso de
adquisición de competencias en el manejo de equipo y programas de cómputo.

Entonces, el programa que en sus inicios fue el centro de atención de los


educadores (no sólo nacionales, sino internacionales) se revela como un gran
fracaso en su intento educativo, puesto que sus metas se encuentran aún muy
lejanas de los objetivos presentados hace 4 años, cuando el programa ya se había
echado a andar.

Ante las evidencias de los límites auto-impuestos cabe preguntarse ¿Qué


rumbo tomará el programa más ambicioso de la historia educativa actual en México
si las evaluaciones de éste, lejos de resultar aunque sea ligeramente positivas,
arrojan resultados francamente decepcionantes? ¿En donde está la parte más
grande de responsabilidad? ¿En las autoridades educativas? ¿En los diseñadores
del programa? ¿En los docentes?

Muchos hemos comenzado a utilizar multimedia10 (entre otras herramientas de


los equipos de cómputo) como un medio eficaz de aprendizaje desde hace algún
tiempo descubriendo que, dadas sus características de interfaz multisensorial (juegos
didácticos en los que se debe poner atención a los elementos en pantalla, mientras
10
Se entiende por multimedia a aquellos materiales u objetos que combinan distintas formas de
contenido – video, sonido, texto, animaciones – para ser presentados con fines lúdicos o educativos,
pudiendo o no ser interactivos; esto es, tener la capacidad de responder a la manipulación del usuario.

22
se escuchan las indicaciones por los altavoces y se tiene que atender con puntero y
teclado para que el programa realice lo que el usuario pretende) representa un apoyo
importante, pero al parecer no todos pensamos positivamente sobre esto.

Es verdaderamente lamentable tener que escuchar, por parte de los docentes,


reclamos hacia el “sistema” del que todos formamos parte, acerca de que no se les
capacita en el uso de equipos; o comentarios referentes a que primero les deberían
comprar una computadora personal, cuando estos equipos están a la mano en
muchos casos (al menos en el medio urbano o semi-urbano) en escuelas de
cómputo que cada vez son más accesibles.

La cerrazón de muchos maestros al aprendizaje de este tipo de tecnologías


raya en lo absurdo cuando se observa que los sistemas computacionales no sólo se
están usando en el medio educativo al interior de las aulas, sino también en el
aspecto administrativo, pues hay ya muchos trámites que se deben hacer a través de
equipos computarizados (como generar/vaciar información estadística de las
escuelas, rendir informes, llenar formularios, o simplemente hacer un oficio). Incluso
en los últimos ciclos escolares este recurso se ha hecho extensivo hacia la red de
Internet, permitiendo el acceso y obtención de información a nivel nacional, lo que ha
intimidado aún más a los maestros que ya de por sí se mostraban reticentes al uso
de una computadora; sin embargo, estos maestros prefieren pagar sumas
exorbitantes para que les hagan la captura e impresiones de reportes, cuando un
curso en el que aprenderían a realizarlos por ellos mismos les significaría un costo
menor de lo que pagan.

Por supuesto que no todo es culpa de los docentes; somos prácticamente


bombardeados por programas que en poco o nada facilitan los trámites a realizar, y
que son cambiados a capricho de las distintas instituciones casi cada ciclo, con
variaciones significativas que no permiten una perfecta asimilación, aun por aquellos
operadores de computadoras con experiencia.

23
Concretamente hablando del sistema que integra los equipos Enciclomedia,
éstos utilizan programas cerrados que impiden modificar alguna información; ni
siquiera se permite su traslado e instalación a otros equipos para posibilitar que el
maestro manipule fuera del aula las herramientas a fin de preparar sus clases de la
mejor manera posible, debido a que son programas por los que se ha pagado una
licencia y resulta ilegal su copia. Ni siquiera el contenido de los libros de texto se
salva de esta limitación, pues aunque son los mismos contenidos en todo el país y
son propiedad de la nación, los derechos reservados de su contenido pertenecen
enteramente a la Secretaría de Educación Pública.

Pese a tener conocimiento pleno del contenido de los libros de texto, ello no
garantiza la correcta manipulación de Enciclomedia por parte de los docentes, en
virtud de que estos contenidos se encuentran englobados en un sistema que (a decir
de los expertos en tecnología educativa11) podría requerir hasta de una capacitación
de más de 100 horas para considerar que el usuario está listo para sacarle provecho
a cada equipo, tiempo que se ve contrastado con las 2 o tres sesiones de 5 horas
que, como comentaba anteriormente, se ven convertidas (más que en talleres de
Enciclomedia) en cursos de computación; además, se suma el hecho de que el
personal que normalmente brinda la capacitación para los docentes no cuenta
tampoco con la capacitación adecuada (ni en sistemas de cómputo, ni en
Enciclomedia) como para que se pueda considerar que tal actividad rinde los frutos
esperados.

Entonces, si el docente mismo no ha sido perfectamente preparado para el


uso, aprovechamiento y optimización de Enciclomedia en el aula, y si se supone que
el usuario que importa es el alumno ¿cómo se brindará ese recurso a los niños?

Desde el punto de vista más crítico, se comienza a ver a Enciclomedia como


un intento de poner al país por encima de otros en cuanto a innovación tecnológica
educativa, pero a un costo muy alto. Todo parece indicar que el gobierno

11
http://www.jornada.unam.mx/2006/11/07/index.php?section=sociedad&article=046n1soc
(consultada: dic. 5 de 2007).

24
simplemente se emocionó al ver la aplicación que se podía hacer de los equipos y
software disponible y decidieron que sería la bandera de ese sexenio.

A todo esto debería de sumarse la enorme cantidad de escándalos en los que


se ha visto envuelta la administración, en distintos niveles de gobierno federal,
durante la destinación de recursos del erario para el programa, denotando
principalmente la manipulación de las licitaciones en los concursos para determinar
los proveedores de software y equipos, así como el desvío de recursos destinados
para este fin exclusivo.

Conforme se buscan respuestas al porqué del retraso en Enciclomedia, se


encuentran más evidencias que apuntan a definir el programa como otro fracaso
para el país, gracias al aspecto administrativo más que a causa del sistema en sí,
que al ser utilizado con la metodología adecuada sí pudiera representar un avance
significativo en el desempeño escolar.

Esto se agrava aún más cuando descubrimos que el aparato gubernamental,


por un lado, ha hecho lo posible por encubrir los resultados de las auditorías hechas
al programa y se ha dedicado a ensalzar las características que éste tiene; mientras
que, por el otro, se observa que la actual administración ha dejado de invertir en él,
permitiendo entrever su intención de que el programa llegue pronto a su fin.

Si este programa culmina con el retiro de equipos de cómputo e instalaciones


de las escuelas ¿qué quedará de toda esta inversión?, ¿acaso sólo la desafortunada
experiencia de haber sido partícipe de una quimera?, ¿se realizará una evaluación
eficiente para determinar en donde falló realmente el programa para definir qué es lo
que se puede aprovechar de todo esto?, ¿qué aportará esta experiencia a los
docentes?, ¿lograrán descubrir qué aprendieron de su acercamiento a la tecnología
educativa?

Primero hay que reconocer que ciertamente el país no estaba preparado para
un paso tan enorme al interior de nuestras aulas; de hecho pienso que sólo los

25
alumnos lo estaban y al final de cuentas fueron los que menos notaron la diferencia.
Si se observan las estadísticas, es evidente el retraso de quienes participaron del
programa con respecto a los que se mantuvieron al margen.

Entonces, ¿quiénes no estaban realmente preparados? ¿Fueron los docentes


y administración de las instituciones educativas? Sí, todo parece indicar que fuimos
los que fallamos en este aún infructuoso intento de llevar nuestras aulas al primer
mundo de la educación, un mundo incongruente con la realidad que se vive fuera de
las escuelas.

Como ya se ha comentado desde el inicio de este trabajo, la incursión de la


tecnología en la educación no es joven ni se ha dado de manera fortuita, sino que ha
venido obedeciendo a las necesidades y demandas de la sociedad; no tenemos
pretexto para decir que no sabíamos, o que no creímos que en algún momento se
iba a hacer necesaria la incursión de los docentes en el ámbito tecnológico para
utilizar los nuevos artilugios en la enseñanza al interior de nuestras escuelas.

La realidad es que la mayoría de los docentes nos cerramos a la exploración


de las posibilidades que nos presenta la tecnología, con la idea de que representará
una carga más de aprendizaje para nosotros que seguramente no se verá redituada
en nuestras percepciones; sino, por el contrario, impactará en nuestro bolsillo por
suponer un gasto al hacer que tomemos un curso y dispongamos de tiempo extra
para dedicarlo al aprendizaje de nuevos procedimientos.

Me atrevería incluso a pensar que muchos docentes deliberadamente se


niegan el acceso a la tecnología con la creencia apocalíptica de que las máquinas
nos podrían sustituir hasta en los quehaceres más cotidianos, y por esta razón lo
mejor es inhibir su acceso a nuestras actividades diarias, para así evitar esta
catástrofe capekiana12; tal vez se ha creado una cultura de extrapolación con
12
Karel Capek (Rep. Checa, 1890-1938), escritor checo a quien se le atribuye el uso de la palabra
robot para definir a entidades hechas por el hombre, en ocasiones a su semejanza, capaces de
realizar actividades parecidas o que imiten a los animales. Escritor de novelas, ciencia ficción y
dramaturgo, dejó algunas obras de las que R.U.R. (1921) es una de las más conocida. Una fantasía
dramática en la que las personas han quedado deshumanizadas debido al maquinismo.

26
respecto a la perspectiva que tienen las personas hacia los medios y su incursión en
el entorno educativo: por un lado quienes defienden a los modernos medios como la
herramienta imprescindible en estos tiempos de innovaciones perpetuas, mientras
que, por el otro, aquellos que definen a las herramientas que ha traído la tecnología
como falacias de tecnócratas que pretenden vender soluciones al vapor a los
problemas reales de una sociedad que no debe deshumanizarse más.

Valdría la pena retomar el punto de vista de Cabero13, respecto a no inclinarse


hacia ningún extremo, sino permanecer en un punto medio desde el que se pueda
ser crítico, a fin de poder analizar el papel de los medios tecnológicos en la
educación, su relación con maestros y alumnos, metodologías, procesos, contextos y
ambientes que favorezcan su aprovechamiento, así como la determinación de la
manera en que las habilidades cognitivas son mejoradas.

A raíz de esta perspectiva se puede analizar también, desde lejos e


indirectamente, al hecho de la tecnología y comenzar por replantearse la intención
educativa, sus principios y propósitos, la visión universal o local para la cual se han
diseñado programas educativos con enfoques cuidados, de forma que logre
determinarse perfectamente la acción del docente al ingresar al sistema educativo y
se definan los aspectos de su labor.

Vaya, debemos de comenzar a pensar como maestros sin tecnología para


recuperar o actualizar nuestra visión sobre la labor que tenemos designada, para
que una vez que estemos en el trabajo del aula podamos cuestionar en qué
momentos y bajo qué circunstancias nos sería útil el aprovechamiento de las
herramientas que nos ofrece la tecnología y así elegir las estrategias adecuadas, los
canales apropiados y establecer una educación abierta a la exploración, a la
explotación de los elementos de que podemos valernos para enriquecer el trabajo
áulico.

13
Cabero, J. en CEBRIAN DE LA SERNA, M. (Dir.): “Medios y recursos didácticos”, Málaga,
Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Málaga, 85-98.

27
En este espacio cabría mencionar que las exigencias de la vida moderna
– aquellas que están dictando las necesidades básicas de aprendizaje – no se han
establecido de forma permanente ni con la intención de perdurar, sino que, al igual
que la sociedad que las genera, están en constante evolución, lo que hace aún más
difícil nuestra labor, puesto que se deben tomar en cuenta estos cambios para
pensar en nuevos modelos de enseñanza que se adapten a las nuevas formas de
aprendizaje de los alumnos.

La búsqueda de la calidad en nuestra labor docente nos lleva a explorar


siempre alternativas diferentes al trabajo con los alumnos; y en esta búsqueda, los
medios tecnológicos han ido apareciendo en principio sutilmente y poco a poco han
resultado más atractivos. No se camina mucho para descubrir que los alumnos en
estos tiempos ya están preparados para interactuar con la información de la manera
en la que nos la presentan los elementos multimedia; y a partir del trabajo con estos
materiales pueden analizar, elaborar juicios, recuperar y utilizar los conocimientos y
habilidades desarrolladas así. Al docente corresponde reconocer que el logro de
objetivos y metas depende de un mejor conocimiento y aprovechamiento de las
posibilidades que nos ofrecen.

Como ya se ha mencionado, el uso de los sentidos de la vista y el oído que se


lleva a cabo al trabajar con medios audiovisuales tiene orígenes de tiempo atrás.
Nuestros pizarrones, láminas, libros de texto, dan cuenta de una de las percepciones
en cuestión, la de la vista; pero la otra tardó en hacer su aparición en la escena
educativa. Poco se habla del sonido y su importancia en el aprendizaje, puesto que
se da por hecho que el niño “normal” (aquel sin limitaciones sensoriales o de tipo
físicas o psicológicas) aprende a leer (en silencio) y se sirve de esta nueva habilidad
para cubrir sus demás necesidades de aprendizaje, por ello nos esforzamos por
hacer que realice la mayoría de las actividades en absoluto silencio y cuando lo
logramos creemos que ya se ha conseguido un gran avance. No se toma en cuenta
el hecho de que dejamos de considerar el aprovechamiento de la interacción del niño
con materiales de la vida real, de objetos que se mueven, que suenan, que son

28
plenamente tangibles, que se pueden considerar como interactivos, al responder a
una necesidad de uso práctico. Estas experiencias sensoriales que, desde Gardner,
han sido abordadas en estudios sobre el aprendizaje, brindan referencias sobre la
manera en que cada niño construye su propio conocimiento, dependiendo de la
percepción que para él sea más conveniente.14

En este caso se pueden mencionar circunstancias extraordinarias que se dan


al integrar en un salón de alumnos regulares a aquellos niños que tienen alguna
limitación en las percepciones del mundo: los niños con capacidades diferentes o
como se ha dado en llamar “con necesidades educativas especiales”. Por ejemplo,
aquellos que carecen o tienen alguna limitación de la vista, hacen un uso perfecto del
oído al reconocer incluso variaciones que una persona en situaciones “normales” no
podría percibir, y logran así interpretar de otra manera lo que van escuchando para
después asimilarlo y reproducirlo.

Esta circunstancia nos da una oportunidad para probar que las herramientas
que nos permiten implementar elementos previamente grabados y preparados para
ser usados en clase, tendrán impacto positivo en niños que hemos descubierto como
auditivos o visuales en el trabajo al interior del salón de clases.

Entonces, si una herramienta nos da la disponibilidad de imagen y sonido, en


una forma fluida, nos permite planificar situaciones con variaciones que se adecuan a
diferentes necesidades; todo el material necesario en un espacio asequible, la
posibilidad de brindar autonomía en el aprendizaje grupal, entre otras muchas
ventajas, ¿no valdrá la pena darle una oportunidad en nuestra aula?

Es común pensar que en la actualidad los niños ya “nacen” con esa


predisposición a la tecnología. En muchos casos, el usos excesivo (abuso) de

14
En referencia al trabajo de Gardner, él plantea que “no todo el mundo tiene los mismos intereses y
capacidades; no todos aprendemos de la misma manera y que en nuestros días nadie puede llegar a
aprender todo lo que hay para aprender”, así la escuela del futuro deberá contar con el "gestor
(broker) estudiante-curriculum". Su trabajo consistiría en ayudar a emparejar los perfiles de los
estudiantes, sus objetivos e intereses, con contenidos curriculares concretos y determinados estilos de
aprendizaje.

29
elementos tecnológicos, por un lado, “permite” que niños o jóvenes se marginen de
tal forma que evaden la realidad del mundo que los rodea; por otro, el uso y abuso de
elementos violentos puestos en sus manos, ayuda a que desarrollen una
personalidad muy diferente a la que se considera originalmente suya 15 (la
personalidad, como organización dinámica de los sistemas psicofísicos que
determina una forma de pensar y de actuar, única en cada sujeto durante su proceso
de adaptación al medio; a decir de los críticos, suele verse modificada en sujetos
que permanecen mucho tiempo en contacto con los medios digitales al grado que
manifiestan claras diferencias entre sus compañeros de la misma edad pero que se
mantienen lejos de esta influencia) sobre todo porque en una ambiente virtual
pueden llevar a cabo acciones que no conllevan responsabilidad alguna, es decir, por
las cuales no serán juzgados ni mucho menos condenados y que pueden corregir de
forma fácil si algo se les complica.

Revalorar la disposición del niño hacia el uso de la tecnología y multimedia,


dejando de lado su uso con fines exclusivamente lúdicos, y orientarlo a descubrir que
también se puede volver un objeto de aprendizaje casi de la misma manera en que
se ha accedido a ella en forma de juego, deberá ser la meta que se tracen los
nuevos educadores que apuesten por el uso de la tecnología en sus actividades
educativas.

Pero esa reorientación tendrá que partir del docente, y por tanto debe ser él a
quien se motive en un primer momento para tener un acercamiento de confianza
hacia los medios tecnológicos. Pero entonces ¿quién motivará al docente?

Por supuesto que el lector tendrá la respuesta, e incluso habrá pensado ya en


una solución que apunta hacia la bonificación económica en el mejor de los casos.
De hecho, en países como Estados Unidos de Norteamérica se están estableciendo
este tipo de motivadores destinados a directivos, docentes y alumnos que
demuestren no sólo su permanencia en los centros de estudio (como los aplicados
15
Cabe destacar que desde la década de los sesenta, Joseph Weizenbaum, en su libro: Computer
Power and Human Reason (1969), acuña el término “bohemio de las computadoras”; describía ya
rasgos un tanto decadentes entre los jóvenes que pasaban largas horas frente a las computadoras.

30
en nuestro país) sino que van destinados específicamente a aquellos que en el
transcurso de su desempeño laboral o escolar muestren resultados sobresalientes
y/o materiales, estrategias o métodos innovadores. En un principio se planteó con
estímulos sencillos: reconocimientos de poco impacto económico, fiestas en su salón
de clases “todo-pagado”, y poco a poco se fueron aplicando bonificaciones que ya
eran significativas.

En el caso antes mencionado, las instancias gubernamentales han tenido a


bien programar los recursos destinados para tales estímulos, no desde las arcas
públicas, sino desde aportaciones de empresas; ya que ha sido la misma iniciativa
privada quien ha impulsado este tipo de programas, con la intención de demostrar
que no se despilfarraría dinero público en programas que pudieran parecer
arriesgados o que no se pudieron haber planeado con base a cálculos que ofrecieran
resultados cien por ciento positivos.

En México, los programas que estimulan solamente la permanencia de los


alumnos en las aulas (Oportunidades es un claro ejemplo de ello) no determinan la
obligación de éstos de mantenerse con un promedio de aprovechamiento aceptable,
ni que las escuelas en que se aplican estos beneficios instalen estrategias y
herramientas para la evaluación de sus logros. Simplemente toman dinero de los
impuestos y lo reparten para que parezca que están estimulando la educación y
apoyando la economía familiar sin siquiera establecer una reglamentación para el
uso adecuado de esos recursos, que en la mayoría de los casos tienen por
beneficiario a cualquiera menos al alumno destinatario.

Por otro lado, los programas que destinan apoyos a los docentes tampoco se
rigen bajo normas de control de calidad que hagan que su aplicación se refleje en el
producto final –los alumnos– de manera importante. Grandes cantidades se han
destinado en salarios para maestros que se encuentran en estos programas sin que
esto signifique un beneficio para la labor que desempeñan en el aula. Los mismos
docentes, las mismas estrategias, los mismos resultados y un mejor sueldo no van a
hacer que una escuela pueda ser considerada como de calidad. Se necesitan más

31
que buenas intenciones y mejor presupuesto bien distribuido para determinar el
mejoramiento de los resultados educativos. Es necesario establecer, junto a los
programas de apoyo económico, un sistema eficiente de evaluación que ayude a
determinar si en realidad éstos funcionan adecuadamente, cumpliendo los propósitos
para los cuales fueron creados.

Con base en esto, desde una perspectiva personal, considero que si un


programa de la envergadura de Enciclomedia hubiera traído consigo la
implementación de un aliciente económico para aquellos docentes que demostraran
que se podía trabajar con equipo tecnológico dentro de un aula de clases como
complemento central de la enseñanza, hubiera sido tomado más en serio por los
maestros. Si de entrada se realizó una inversión importante en materia de software y
equipo para tal proyecto, bien valía la pena invertir también en el usuario de tal
programa, quien vería su labor educativa (y de aprendizaje de los nuevos recursos)
retribuida.

En los cuestionables resultados que ha tenido la implementación del programa


Enciclomedia, también ha tenido una gran influencia el hecho de que en nuestro país
la actualización continua es casi nula; el Estado, si bien dispone de recursos para el
estímulo de esta actualización, los utiliza en programas que sólo “invitan” al docente
a una situación de mejora económica sin que haya un compromiso real con los
resultados obtenidos, como en el caso del Programa Nacional de Carrera Magisterial,
el cual declara que en su origen la principal misión es “coadyuvar a elevar la calidad
de la Educación Básica a través del reconocimiento e impulso a la profesionalización
del magisterio y del mejoramiento de las condiciones de vida y laborales de los
docentes de educación básica”16. Respecto a lo dicho previamente, sólo se ha
alcanzado lo mencionado en la última parte y también, lamentablemente, en un
reducido sector de los educadores de nuestro país.

En la iniciativa privada, en las grandes empresas, o incluso en aquellas que no


lo son tanto, pero que aspiran a crecer, la actualización no es una opción de mejora,
16
http://www.sep.gob.mx/wb/sep1/cncm_pncm (consultada: abril 17 de 2008)

32
es una obligación al interior de su plantilla, puesto que representa la posibilidad de
crecimiento como una sola entidad; se obliga a los trabajadores a asistir a cursos
regularmente para que reciban instrucción especializada sobre procedimientos o
recursos, seguridad, normatividad, control de calidad, etc., dándose el caso, incluso,
de que por tal actividad extraordinaria se destina para los asistentes un monto extra.
Así, el estímulo tiene un impacto inmediato, además de una promesa de crecimiento
al interior de la empresa, ya que en caso de no acudir a dicha capacitación el rezago
se hará evidente a corto plazo.

En la administración y aplicación de recursos públicos, si se llega a hablar de


manejo de bienes a la manera de un sistema empresarial, inmediatamente se dejan
escuchar las críticas hacia las “intenciones” de privatizar la educación, sin ponerse a
pensar que aunque no se tratase de integrar capital privado para tal efecto, sí es
bueno retomar algunas actitudes que están sirviendo a las empresas para mejorar la
calidad del trabajo de nuestros docentes; se trata de establecer un verdadero control
de calidad.

Pero ¿qué debemos entender por calidad si de educación se trata? Se ha


establecido el hecho de que la educación busca formar individuos que posean las
herramientas y el dominio de determinados conocimientos que aseguren su
adecuado desarrollo en la sociedad, permitiéndole comunicarse, resolver problemas
y aprender permanentemente. La idea de calidad en la educación se basa entonces
en hacer que se logre este objetivo, no sólo al interior de las aulas, aunque es aquí
donde se verá reflejado el primer resultado, sino también en las relaciones que se
establecen en los distintos niveles de organización de las entidades que a esto se
dedican.

Para echar a andar un proyecto de calidad, debemos comenzar por reconocer


que existe un problema (Schmelkes, 1995), reconocer que se está en una situación
susceptible de ser mejorada mediante la planeación de estrategias que nos ayuden a
erradicar aquello que está imposibilitando el logro de las metas y objetivos
previamente establecidos. Es en este proceso de diagnóstico donde el aparato

33
educativo viene fallando en todos los niveles: tenemos un gran problema al no
reconocer nuestra falta de capacidad de autoevaluación, al reconocer que no
estamos atacando los problemas de raíz, sino que realizamos cambios superficiales
que aparentan mejorar nuestra situación de trabajo, pero que ni en un largo plazo
repercutirán en una mejor calidad en nuestro producto final.

La calidad, para que sea entendida como tal, debe estar en cada momento y
en cada individuo que interviene en el proceso educativo; hablar sólo de la calidad
del programa, del docente, de la institución, es hablar de un término medio en el
trabajo que se realiza.

Una vez más, el problema aquí es el desconocimiento del significado de la


palabra “calidad”, que sigue ligado a la falta de compromiso, de esfuerzo por
mantener una preparación continua, de capacitación, de ubicación de aquellos
elementos que se interesen por dar un paso más allá, contra aquellos que no les
importa seguir trabajando con métodos y herramientas del pasado.

En este sentido, al implementar un sistema de trabajo de apoyo como lo es


Enciclomedia, el aparato gubernamental, o tal vez debería decir, las instancias
educativas de nuestro país, no se preguntaron si tenían infraestructura suficiente
para soportar el mantenimiento del equipo, la actualización de los programas, así
como la capacitación del docente; simplemente se animaron a dar un paso
gigantesco como “retando al destino”, a ver qué pasaba. Y lo que ha pasado es que
estamos siendo testigos de un mega-proyecto educativo que se desploma por su
propio peso, al carecer de las bases fundamentales y no contar con una historia que
lo respaldara. A decir de QUINTANA (1997), un equipo o un programa en software
no significan calidad en la educación.

L'aparició dels multimèdia implica una revolució informàtica però no


educativa. A priori els multimèdia no aporten res de nou a l'educació, només
maquillatge (sons, colors, animació...) i immediatesa. Ni multimèdia ni
CDROM són símbols ni sinònims de qualitat. El valor educatiu dels
programes informàtics no rau en si són multimèdia, sinó en les concepcions
psicopedagògiques subjacents, en els continguts que contenen i en l'estil

34
d'interacci… Un mal llibre de text serà un mal llibre o un mal programa en
CDROM... Però no tot és negatiu, cal reconèixer que amb les possibilitats
multimèdia, els plantejaments heurístics i constructivistes tenen al seu abast
una eina molt adequada per concretar les seves propostes educatives; que
alguns jocs han incrementat les seves potencialitats interactives i
educatives; que algunes àrees curriculars veuen ampliat i millorat el seu
ventall de recursos; i que el professorat té la possibilitat de crear aplicacions
educatives, de manera fàcil i amb poc temps.17

Pero de esta experiencia debemos considerar los aspectos que nos pueden servir.
Hoy sabemos que sí es posible aplicar recursos para la tecnología educativa en
nuestro país, lo importante es hacerlo con fundamentos, con una investigación previa
que no deje espacio a especulaciones por parte de docentes y directivos sobre qué
hacer con esa tecnología, que permita ir localizando los espacios óptimos para tal
efecto. El hecho de innovar en herramientas deberá ir ligado a un desarrollo de
material también innovador: no sirve de mucho tener una reproducción digital de los
libros de texto sólo para que los niños puedan rayar en ellos en una enorme pantalla;
lo mejor, cuando se desarrollan proyectos de este tipo, se trata de que sean los
usuarios últimos quienes propongan o incluso desarrollen las aplicaciones que se
utilizarán. Por ejemplo, una de las aplicaciones con que vienen los equipos
Enciclomedia se llama Clic (que por cierto es de las pocas que vienen en los equipos
por las que no se tienen que pagar licencias); se encuentra en una versión atrasada,
además de estar casi escondida en los equipos, como restándole importancia, siendo
que es una de las que mejor se podrían aprovechar para capacitar al docente sobre
cómo desarrollar material multimedia interactivo para el trabajo diario en el aula. De
esta manera, no sólo estaremos siendo innovadores en cuanto a la tecnología que se
está desarrollando, sino que además estaremos adecuando contenidos y
17
“La aparición de la multimedia implica una revolución informática pero no educativa. En primera
porque la multimedia no aporta nada nuevo a la educación, solamente maquillaje (sonido, color,
animación) e inmediatez. Ni la multimedia ni el CDRom son símbolos ni sinónimos de calidad. El valor
educativo de los programas informáticos no radica en sí con multimedia, sino en las concepciones
psicopedagógicas subyacentes, en los contenidos que ofrecen y en el estilo de interacción… Un mal
libro de texto será un mal libro o un mal programa en CDRom… pero no todo es negativo, hay que
reconocer que con las posibilidades multimedia, los planteamientos heurísticos y constructivistas
tienen a su alcance una herramienta bastante adecuada para concretar sus propuestas educativas;
que algunos juegos han de incrementar sus potencialidades interactivas y educativas; que algunas
áreas curriculares ven ampliar y mejorar su abanico de recursos; y que el profesor tiene la posibilidad
de crear aplicaciones educativas de manera fácil y en poco tiempo.” QUINTANA, J. (1997)
"Multimèdia: què i per a què", Guix, núm. 233, pp. 5-8. Disponible en línea en [http://www.lmi.ub.es/te/
any97/quintana_guix/] (consultada: nov. 23 de 2007)

35
herramientas al contexto de nuestros alumnos. Por experiencia propia, me he podido
dar cuenta que los niños trabajan más, están más interesados y motivados cuando
descubren que el material con el que desarrollan sus actividades ha sido diseñado
pensando específicamente en ellos, ubicado en su tiempo y espacio.

Cabe recordar el hecho de que las corrientes educativas actuales apuntan


hacia un nuevo enfoque, en el que las metas se definen por competencias. Si bien la
definición de competencias pudiera parecer ambigua, se puede aclarar centrándonos
en la manera como los individuos desarrollamos nuestro aprendizaje: todos nacemos
con capacidades bien definidas, lo que nos hace diferentes de los demás; al
potenciar esas capacidades mediante la experiencia de vida y la educación formal o
informal desarrollamos habilidades que nos permiten desempeñar tareas que
requieren un conocimiento exclusivo de procesos o la elaboración de esquemas del
pensamiento. Una vez que hemos desarrollado determinadas habilidades podremos
situarnos en situaciones específicas para las que se requieran las habilidades
desarrolladas, lo que nos hace competentes para ubicarnos en esa situación (puesto
laboral, status).

Los docentes, como la mayoría de los profesionistas de estos tiempos, nos


vemos en la necesidad de replantear nuestra responsabilidad para con la sociedad
en la que vivimos, por lo que es necesario tomar en cuenta los resultados que se
esperan de nosotros para así definir las competencias con las que debemos contar.

Muchas de estas competencias se han establecido desde hace tiempo


(comunicación lingüística, competencias matemáticas, conocimiento e interacción
con el mundo físico, competencia cultural y artística, competencias sociales); otras se
han vuelto obligatorias más recientemente (competencias para aprender a aprender,
de investigación y tratamiento de la información, competencias digitales) lo cual nos
enfrenta a la obligación de integrarlas en nuestros propósitos de crecimiento
profesional.

36
En las competencias regulares destacan el manejo de conflictos, la capacidad
de trabajar en equipo, el dominio de la planificación educativa, la autogestión y la
capacitación permanente.

Respecto a las competencias que tienen que ver con el conocimiento y


aprovechamiento de los medios digitales o TICs podemos hablar del conocimiento y
uso de los equipos de cómputo a través de los cuales se tendrá acceso a diversas
formas de trabajo; el uso de Internet como plataforma para la investigación,
desarrollo y divulgación de conocimientos a nivel global; y las herramientas
ofimáticas que permitirán el almacenamiento de la información descubierta o
generada.

El interés por desarrollar estas competencias debe estar implícito en la


persona del docente; muchas veces la decisión de capacitarse se ve impactada por
la influencia de las instancias superiores que no ofrecen los canales para que esto se
lleve a cabo (es hasta fechas recientes que las instituciones educativas ofrecen
cursos para lograr la certificación en competencias digitales, que se supone deberían
poseer los docentes antes de enfrentarse a Enciclomedia)

En esto radica la verdadera importancia de poder aplicar recursos a la


capacitación del docente, para demostrarle que él mismo puede valerse de esta
tecnología sin necesidad de ser ingeniero en sistemas, sino simplemente aplicando
sus conocimientos sobre la respuesta de los niños a determinadas actividades y los
conocimientos que ha ido adquiriendo a lo largo de su experiencia profesional y que
ningún equipo con la más alta tecnología puede sustituir. Se debe hacer consciente a
cada maestro de que los equipos sólo son herramientas con posibilidades
determinadas sus ideas de trabajo al interior de su aula, tal como se ha venido
haciendo con el pizarrón, con el rotafolios, con los plumones y la calculadora.

Así, mientras la generación de las ideas para la implementación de tecnología


en nuestras escuelas provenga del docente, y subsecuentemente ascender para su
análisis y perfeccionamiento hacia las instancias superiores, la capacitación deberá

37
surgir en un sentido inverso; es decir, las instancias adecuadas deben saber qué es
lo que quieren hacer los docentes para poner en sus manos las herramientas y
medios necesarios a fin de que sean útiles en la práctica docente.

Las herramientas para el uso de tecnología no estarían centradas en el


aprovechamiento exclusivo de la computadora; cámaras de video, fotográficas,
grabadoras de audio, complementan el equipo que podría hacer posible un
acercamiento de nuestros alumnos a la creación de materiales originales con los que
se puede experimentar de manera rápida la realidad de generar un texto, una noticia,
un informe, una emisión radiofónica, que perduren y que puedan llevar a casa para
compartirlo con sus padres, o incluso prepararlo con la intención de publicarlo y
hacer saber al mundo qué es lo que están haciendo y aprendiendo.

La cuestión es: ¿cuál es el costo de la implementación de la tecnología y los


gastos que genere? Cierto, el equipo tiene un precio que, aunque cada día reduce
poniéndose al alcance de casi cualquier consumidor, no muchas personas
(maestros, en nuestro caso) están dispuestos a desembolsar “por el bien de la
educación”. Es lamentable que se tenga que reconocer esta realidad, pero así es;
nadie está suficientemente convencido de que éste sea el camino para el apoyo en el
aprendizaje al interior de nuestras aulas, amén de que se piensa que el salario que
se percibe como parte del magisterio se encuentra suficientemente exprimido. Pocas
esperanzas se tienen en que pueda surgir un apoyo directo al trabajador para
realizar este tipo de inversión: ya mucho se ha criticado al casi imperceptible monto
que se destina en nuestros cheques a la adquisición de material didáctico, como para
esperar que de repente nos llegara un bono extra para la adquisición de equipo
tecnológico.

Como lo veo, la solución (previendo los problemas evidentes que se pudieran


esperar) pudo residir en la realización de un análisis previo a la adquisición (o renta)
de equipos como los que conforman el programa de Enciclomedia, que presentaron
un costo muy elevado y por los que se hubiera podido pagar menos si no se hubiera
derrochado sin medida este recurso, hasta el extremo de que escuelas que no tienen

38
ni siquiera las condiciones o infraestructura para hacer trabajar el equipo lo han
recibido para ver como se echa a perder. Si se hubiera planeado mejor esta
situación, cada escuela podría ser dueña de su computadora sin tener que presumir
que son equipos de una determinada marca comercial, así como de trabajar con
sistemas abiertos y programas que no requieran de licencias específicas que elevan
por mucho el costo de una computadora.

Los costos que se pagan por licencias y software comerciales, así como de
equipos, al ser reducidos, hubieran dejado margen para invertir en la capacitación de
los docentes a quienes estaba destinado, pudiendo intensificar esta capacitación
hasta que fueran los maestros los que pidieran el equipo para poner en práctica lo
aprendido.

Si la iniciativa de este tipo de propuestas no tiene el pleno respaldo de los


maestros, sucede lo que ha venido pasando con el programa Enciclomedia: pocos y
pobres resultados se alcanzan. Pero no vamos a tener maestros que quieran integrar
esta herramienta en su trabajo de un día para otro. Hace falta crear una conciencia,
formar una actitud en los compañeros docentes que les haga abrir los ojos y darse
cuenta que estamos ya en un siglo que no permite rezagos; donde la capacitación, la
innovación y la tecnología no son sólo opciones de más para el trabajo en las
escuelas.

Los tiempos modernos nos exigen nuevas estrategias para lograr mejores
resultados. Nuestros alumnos, bombardeados por información audiovisual, se
vuelven exigentes respecto a la manera en que esperan aprender. Requieren clases
dinámicas, en las que puedan interactuar, tocar, comprobar. Ya no aceptan un
“Imagínense niños, que esto es un…” Se dan cuenta que existen materiales,
tecnologías y equipo diverso gracias al cual ya no necesitamos imaginarnos muchas
cosas, sino simplemente ponerlas en práctica, verlas tal como son, reproducir
eventos, fenómenos, analizarlos a detalle.

39
Recuerdo todavía con una sonrisa en la boca a compañeros que comentaban
que al principio ellos mismos habían manifestado que en sus escuelas la integración
de la tecnología al ambiente de los niños, al introducir una computadora, iba a ser
lenta, tal vez difícil, pues aquellos no estaban familiarizados con tales implementos,
que algunos no conocían ni la televisión, y otros comentarios de ese tipo. Estos
mismos maestros fueron los que después descubrieron que los alumnos no sólo
estaban preparados para su incursión en el mundo tecnológico, sino que exigían más
al reconocer las posibilidades del equipo, incluso más allá de lo que el docente
hubiera podido imaginar.

Pero ya no es tiempo de lamentaciones por las fallas que cometieron en el


primer intento de tecnificar la educación; debemos rescatar lo que de positivo haya
tenido esta experiencia, corregir lo necesario, plantear nuevas estrategias,
reconstruir si es necesario un esquema que prepare el programa de educación a
nuestro contexto espacio-temporal. Debemos afrontar que tarde o temprano haremos
frente al trabajo con tecnología cada vez más avanzada; que nuestros sistemas
(educativo y de gobierno) se ven orientados hacia una manera de trabajar en la que
los controles de calidad, las exigencias para los docentes, la rendición de cuentas,
serán el pan nuestro de cada día. Para todo esto debemos estar preparados.

Debemos comenzar por reconstruirnos a nosotros mismos, revalorar nuestro


papel en el desarrollo de nuestra comunidad, de nuestro país, de nuestra raza;
darnos cuenta que las mejoras no son para mañana. Recuerdo que hace tiempo,
leyendo Emilio o la educación de Jean Jaques Rousseau, al descubrir su fecha de
origen y reconocer algunas de sus propuestas, las que pretendemos hoy
implementar en la educación, caía en la cuenta de que estamos con más de dos
siglos de retraso en este intento de brindar aprendizajes significativos a nuestros
alumnos: las lecciones que brinda la experiencia propia no pueden ser sustituidas por
ningún ejemplo, por ningún monólogo, por ninguna escuela; no trunquemos más,
pues, este acercamiento de nuestros alumnos hacia lo que más se puede parecer a

40
las realidades que pretendemos que conozcan. Brindémosles la oportunidad de
enfrentarse con las herramientas y la tecnología que ya están aquí.

Hagamos de nuestras ideas, acciones, de nuestras intenciones, trabajo.


Démonos la oportunidad de demostrarnos a nosotros mismos que hay alternativas
disponibles para hacer nuestra labor más accesible al aprendizaje de nuestros
alumnos y seguramente no nos arrepentiremos de tal osadía. Es fácilmente
detectable el interés, la necesidad que tienen nuestros niños de entrar en contacto
con estas herramientas; ellos mismos se dan cuenta que ya no se concibe un futuro
en el que se pueda prescindir de la tecnología; nos dan la pauta a seguir.
Comprometámonos con la causa que originó a esta vocación de enseñanza, dando
nuevas alas a las futuras generaciones de hombres y mujeres, alas con las que
puedan alcanzar las cumbres anheladas.

No podemos cerrarnos ante los requerimientos de una sociedad que exige a


los docentes el contar entre sus competencias con el acceso a la tecnología para ser
usada en el proceso educativo. Sabemos que nuestros límites se encuentran dentro
de nosotros mismos y que sólo nosotros podremos franquear esa barrera para tomar
las riendas de la educación que viene: una educación plena de recursos que el niño
tomará de manera eficiente para construir su aprendizaje de la mano de nosotros;
una educación libre, abierta a las propuestas innovadoras; una educación que ve al
futuro, que no vive anclada a prácticas retrógradas; una educación con valor, que
signifique para el niño, futuro ciudadano, su primer contacto con el mundo que
espera de él algo más.

Si somos conscientes de nuestro papel seguramente tomaremos la decisión


adecuada al decidir darle una oportunidad a la tecnología; es preciso que hagamos el
esfuerzo por aprender de nuevo algo desde cero, que reconozcamos con humildad
que nos encontramos ante una necesidad y así descubriremos que se espera de
nosotros el impulso primario para construir las bases de una mejor generación de
hombres y mujeres, una generación consciente de su papel en la sociedad en que le
toque vivir, de sus límites, pero también de sus potencialidades; una generación que

41
refleje el cambio de nuestras actitudes, de nuestro esfuerzo, de nuestro trabajo, del
sentido que hoy le podemos dar a la loable labor de ser MAESTRO.

Erick Hernández Cabrera.


Xalapa, Ver., Marzo de 2009.

42
Referencias Bibliográficas

Almenara, Julio Cabero y otros. “Las influencias de las nuevas tecnologías en los
entornos de formación: posibilidades, desafíos, retos y preocupaciones”.
Comunicación y Pedagogía, nº 175, (ISSN: 1136-7733), páginas 48-54.

Bartolomé Pina, Antonio R. “Concepción de la tecnología educativa a finales de los


ochenta” Departamento de Didáctica de la Educación Visual y Plástica,
Universidad de Barcelona. Disponible en: [http://tecnologiaedu.us.es/
bibliovir.htm]

Biné: La Comunidad Académica en Línea [http://bine.org.mx/?q=node/1209]


Consultada el 9 de noviembre de 2007.

Cabero, J. (1998): “Uso e integración de los medios audiovisuales y las nuevas


tecnologías en el curriculum”, en Educación y tecnologías de la
comunicación, Oviedo, Servicio de Publicaciones de la Universidad de
Oviedo, 47-66.

______Impacto de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en las


organizaciones educativas, en LORENZO, M. y otros (coords): Enfoques en
la organización y dirección de instituciones educativas formales y no
formales, Granada, Grupo Editorial Universitario, 197-206.

______ en CEBRIAN DE LA SERNA, M. (Dir.): Medios y recursos didácticos,


Málaga, Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Málaga, 85-98.

Diario de Yucatán [http://www.yucatan.com.mx/noticia.asp?cx=9$0600000000$


3665333&f=20071019] consultada el 15 de noviembre de 2007.

Education Guardian [http://education.guardian.co.uk/elearning/story/0,,1969507,00.


html] consultada el 28 de septiembre de 2007.

43
Enciclomedia [http://www.enciclomedia.edu.mx/] Consultada el 10 de diciembre de
2008.

Estallo Martí, Juan Alberto. “Psicopatología y videojuegos”, en [http://www.ub.es/


personal/videoju.htm]. Consultado el 7 de marzo de 2008.

Gardner, Howard. Inteligencias múltiples. La teoría en la práctica, Ed. Paidós,


Barcelona, 1995

JClic: Aplicación informática educativa [http://clic.xtec.net/es/jclic/] Consultado el 14


de septiembre de 2007.

La Jornada [http://www.jornada.unam.mx/2006/12/05/index.php?section=sociedad&
article= 044n1soc] Consultada el 28 de septiembre de 2007

López Rodríguez, Elsy, Lydia Rosa Ríos, Mateo Lezcano Brito y Ramiro Pérez
“Historia y evolución de los medios de enseñanza”. Revista Iberoamericana
de Educación (ISSN: 1681-5653).

México, Secretaría de Educación Pública, Instituto Latinoamericano de la


Comunicación Educativa, Curso General de Actualización “El uso de la
tecnología en el aula”.

QUINTANA, J. (1997) "Multimèdia: què i per a què", Guix, núm. 233, pp. 5-8. (En
línea) Disponible en [http://www.lmi.ub.es/te/any97/quintana_guix/]
Consultada el 28 de septiembre de 2007

Schmelkes, Sylvia, “Hacia una mejor calidad de nuestras escuelas” SEP, México,
1995.

Wikipedia: La Enciclopedia Libre [http://es.wikipedia.org/wiki/Tecnología_educativa]

Red Escolar [http://redescolar.ilce.edu.mx/redescolar/quees/indexquees.htm]

44

Vous aimerez peut-être aussi