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La Argentina, ¿un país minero o un país con minería?

Por Daniel Garza

La historia demuestra y nos recuerda, una y otra vez, que el hombre puede
“tropezar dos veces con la misma piedra”, pero rara vez pueda explotar dos
veces la misma “piedra”. La explotación minera “que nos toca de cerca”, se
origina en espacios que actualmente constituyen parte del actual territorio
argentino, en el período colonial (desde el siglo XVI en adelante) aunque
existen indicios de tal actividad en tiempos precolombinos. Pero,
independientemente de lo interesante que pueda resultar repasar la historia de
la minería en nuestro país: ¿qué ocurre hoy en día con la actividad minera
argentina? O mejor dicho… ¿qué ocurre con la actividad minera no argentina
en nuestro territorio? Tratando de responder, en la medida de lo factible, a esta
inquietud intelectual; a continuación se presenta una breve “reflexión-
preocupación” sobre la situación de la explotación internacional minera dentro
del límite argentino.

“Minería ambiental; políticas de sustentabilidad para un sector que crece” es el


título de un suplemento que viene acompañando al diario Clarín1. Por el
momento, uno podría permanecer tranquilo leyendo el título del mismo, pues
no tiene porqué sorprenderse; luego, continuando la lectura, sí se puede
comenzar a sorprender… “La industria minera argentina se encuentra en un
momento de pleno desarrollo de inversiones (…)” dice el primer párrafo del
pequeño artículo de tapa. Y lo dice el párrafo, no el autor. ¿Dónde estará el
autor? ¿Industria minera argentina? ¿Desde cuándo Argentina es un país
minero?... Lamentablemente eso no es todo. “(…) generación de mano de
obra y de impacto favorable sobre las comunidades en las que nutre” continúa
afirmando “el autor”... ¿El autor? Lamentablemente no se percibe a simple
vista, ni a “compleja vista”, el escritor (o “publicista”) responsable del
suplemento; porque de hecho no aparece en ningún sitio del artículo, pero

1
CLARÍN. Suplemento: Minería ambiental. Políticas de Sustentabilidad para un sector que
crece. 01/08/2007. Págs.1-5.

1
ahondando en el resto y, en la totalidad del suplemento, finalmente, no aparece
nunca. He aquí el “escritor fantasma”.

La lectura preliminar de estas simples líneas, hace pensar y reflexionar sobre


algunos aspectos que en renglones del suplemento del famoso diario argentino
pasan desapercibidas, tácitamente, subliminalmente o directamente ocultas.
“La industria minera argentina se encuentra en un momento de pleno
desarrollo de inversiones (…)” dice descaradamente el autor fantasma.

Frase perspicaz que, si no se piensa dos veces, también puede “sonar”


transparente y clara como el agua; dice: “La Argentina no es un país minero,
sino un país con minería”, expresó “alguien por ahí” y, no sólo es para pensarla,
sino también para “cansarla” de interpelaciones. ¿Qué quiere, y quiso, decir
esta afirmación? En primer lugar, la argentina no es, ni va a ser -”visto y
considerando” los planes políticos- un país minero; ya que no es el mismo
Estado argentino el que explota sus recursos en minería, sino los capitales
extranjeros, fundamentalmente canadienses en este momento. Sí es un país
con minería, claro que sí, porque precisamente esos mismos capitales
“externos” son los responsables de las explotaciones mineras; y por su puesto,
de llevarse los minerales y dejar regalías indignas a los estados provinciales.
“La voz del territorio”2, diría el Prof. Cóccaro, grita lo que está ocurriendo; pero
evidentemente estamos todo sordos. Los lugareños, las comunidades aledañas
a estas explotaciones mineras, y los grupos ambientalistas denuncian sin
descanso las “atrocidades ambientales” que genera este tipo de explotaciones;
fundamentalmente lo que refiere a la refinería de la roca bruta para obtener el
mineral, ya que se insume muchísima cantidad agua que luego permanece
contaminada llegando a las napas freáticas y así intoxicar rápidamente los
subsistemas naturales agua y suelo. Esta problemática tiene dos vertientes de
análisis crítico. Por un lado; la ambiental, que se desarrolló precedentemente; y
la que aún falta: la económica.
Para entender el grado de incapacidad y torpeza humana de los gobiernos
provinciales y, por su puesto el nacional no queda exento, a la hora de regalar
2
CÓCCARO, J, M. 2002. “La voz del territorio: el desafío de escucharla”. En: Reflexiones
Geográficas Nº 10. Revista de la agrupación de Docentes Interuniversitarios de Geografía. Río
Cuarto.

2
los recursos y contaminar el ambiente; es necesario “refrescar en la conciencia”
algunos supuestos o realidades que “ya ni se indagan” del neoliberalismo,
porque ya las hemos naturalizado como “lo normal”. Podemos comenzar
haciendo una analogía, afirmando que la economía neoliberal “es perversa”,
como escribió el geógrafo brasilero Milton Santos3, haciendo referencia éste a
la globalización.
“Popper, en una conferencia dictada en 1956, afirmó que la teoría económica
neoliberal ya había recomendado políticas económicas que resolverían males
como el desempleo masivo, la pobreza, la discriminación racial y religiosa, la
falta reoportunidades y las diferencias rígidas entre clases” (GÓMEZ,
R.2003:105)4. Se vive a diario, y sería redundante profundizar la idea de que,
la globalización del sistema neoliberal-capitalista está evidenciando todo lo
contrario.
Anteriormente se hizo referencia al “grado de incapacidad y torpeza humana
de los gobiernos provinciales, y por su puesto, el nacional”; y seguramente
usted lector dirá: “¡de estúpidos tienen poco!”. Fíjese que no, porque si bien
sacan provecho de las regalías que dejan estos grupos internacionales en la
explotación de las minas, no dejan de ser seres incompetentes, ¿Sabe cuánto
es, en números “aproximados”, el porcentaje de ganancia a nivel
gubernamental provincial por estas explotaciones? El 0,0013 % de las
ganancias que se llevan las empresas mineras extranjeras. Es decir, se
“meten” en un sistema perverso, como es el neoliberalismo económico, y lo
peor es que “no saben jugar”… Esos son nuestros dirigentes.
Lamentablemente, poco se puede hacer por el momento… ¿Por qué? Todo se
entiende mejor si se piensa en la década del ’90, en presencia del presidente
Menem y su famosa macro-política de “Reforma de Estado”; donde uno de los
ejes pilares fue la captación de capitales extranjeros y privatización (si bien la
misma comienza antes, se agudiza y concreta en este gobierno) de los bienes
nacionales, patrimonio social de cada uno de los habitantes de la República
Argentina, desde los caminos (peajes) hasta los recursos (explotación “Bajo

3
SANTOS, M. 1996. “Metamorfosis del espacio habitado”. Barcelona. Oikos-tau. Ed.
4
GÓMEZ, R. 2003. “Neoliberalismo Globalizado. Refutación y Debacle”. Ediciones Macchi.
Argentina.

3
Alumbrera” en Catamarca, una de las cinco más grandes del mundo de
extracción de oro, por ejemplo). Pero eso no es todo; el marco jurídico-
institucional de ese gobierno avalaba, y lo sigue haciendo, porque nadie se
sentó a legislar para modificar esta situación, aseverando que durante 30 años
“nada se modificaría”, esto le asegura a los capitales extranjeros, que se
encargan de detonar “nuestros” recursos, estabilidad jurídica (la ley no
cambiará) y tributaria (las regalías vergonzosas para el país seguirán siendo
mismas).
Es evidente la inexistencia de una política estatal referente a una explotación
“racional-nacional” del ambiente. Por ejemplo, existe un documento valioso
llamado “Recursos Minerales de la República Argentina”5, avalado por la
Subsecretaría de Minería de la Nación y SEGEMAR-Servicio Geológico Minero
Argentino- que seguramente la Secretaria de Ambiente de la Nación no estará
enterada de su existencia; los gobernadores que en sus provincias tienen
recursos naturales mineros, claro que sí tienen conocimiento del mismo, ya que
les sirve como guía práctica y rápida para indicar a las mineras extranjeras
como expropiarnos más rápido los recursos. La Legislación Ambiental de la
República Argentina, en el ítem Nº 4: “Constitución de la provincia de Buenos
aires” establece en su artículo 28: “Los habitantes de las provincias tienen el
derecho a gozar de un ambiente sano y el deber de conservarlo y protegerlo en
su provecho y en el de las generaciones futuras6”. ¿Acaso esto se redacta,
simplemente, porque existen “entes” que cobran altos sueldos para legislar?
Quizás se están olvidando de algo “un poco importante”, precisamente la
aplicación de lo que redactan estas “mentes privilegiosas”.
Muchas de estas explotaciones se justificaron, a lo largo del tiempo, a través de
la famosa, nefasta y en desuso “Teoría del Derrame”. La misma proponía la
tesis siguiente: “para que en algún momento exista desarrollo (visto como el
progreso general) era necesario primero el crecimiento económico”. La
esperanza inagotable de los lugareños desocupados, ávidos de un puesto de

5
SUBSECRETARÍA DE MINERÍA DE LA NACIÓN. SERVICIO GEOLÓGICO MINERO
ARGENTINO. INSTITUTO DE GEOLOGÍA Y RECURSOS MINERALES. Recursos minerales
de la República Argentina. Ed. Zappettini.
6
BERTUCI, R. CUNHA, ILDIS. CUNHA, T. DEVIA, L. FIGUEIRAS, M. RUÍZ DÍAS LABRANO,
R. VIDAL PERERA, R. 1996. “MERCOSUR y MEDIO AMBIENTE”. Buenos Aires, Argentina.
FUNDACIÓN CENTRO DE ESTUDIOSPOLÍTICOS Y ADMINISTRATIVOS. EDICIONES
CIUDAD ARGENTINA.

4
trabajo independientemente de las condiciones infrahumanas de labor, ha sido
el factor perfecto para desacelerar, frenar y retener las posibles
manifestaciones y revelaciones de los pobladores.
Un artículo publicado en Página 12 (también podemos poner bajo sospecha
esta fuente de información, ¿por qué no?), del 5 agosto del corriente, nos
informa que “en septiembre comienza a operar en San Juan una de las mimas
más grandes jamás vistas en el país, tanto que cruza la cordillera y también se
abre en Chile. La historia de la Barrick Gold es notable y reúne entre sus
eslabones al primer presidente Bush, al dictador Suharto, a funcionarios y
abogados del poder de Washington, al ex presidente De la Rúa, al banquero
prófugo Puchi Rohm y, en su origen, al traficante de armas internacional
Adnam Khashoggi ” 7.

Es probable que se piense en “cuánta carga ideológica” poseen estos párrafos.


Pero… ¿existe “algo” neutral sobre la faz de la tierra? No sólo hay que pensar
en escritos, redacciones, publicaciones; etc. Va más allá de eso, ¿existe alguna
práctica social neutral, aséptica, que no se sustente -al menos en lo más
recóndito del pensamiento- en una ideología? Claro que no, de hecho si lo
existe es porque se ignora la realidad que “encierra” a las sociedades. Baste
una frase de un escritor uruguayo para sustentar lo dicho precedentemente;
Eduardo Galeano, que no es biólogo, geólogo, geógrafo, ecólogo, ni nada que
se le parezca, pero tiene “el don” del buen escritor, y la pasión por este tipo de
temáticas; dice:“La ecología neutral se parece más bien a la jardinería”8, esto
quiere decir que si vamos a efectuar un tipo de ecología sin compromiso social,
moriremos en el intento, o quizás no sucumbiremos pero, sí careceremos de
fundamentación del por qué? y del por qué hacemos lo que hacemos?

Giacobbe9 dice que “Todas las personas atendemos cuando se nos habla, por
ejemplo, del peligro de las crecientes, pero muy pocas escuchamos si se habla
del régimen de un río”10, quizás si se evitara hablar únicamente sobre la
problemática ambiental que esto acarrea (por su puesto que no es para
7
PÁGINA 12. 05/08/2007. “La cadena del Oro”. Pág. 21
8
GALEANO, E. 1994. “Úselo y Tírelo”. Editorial Planeta Argentina. Buenos Aires. Argentina.
9
GIACOBBE, M, S. “La Geografía en el aula, una disciplina formadora”. Ponencia en “65
Semanas de Geografía. Congreso Nacional de Geografía”.
10

5
menospreciar, ni subestimar), se hablaría y denunciaría el hurto que significa
para la Nación y se lograría mayor impacto social positivo y menor impacto
ambiental negativo.

Notas:
• (1) CLARÍN. Suplemento: Minería ambiental. Políticas de Sustentabilidad
para un sector que crece. 01/08/2007. Págs.1-5.
• (2) CÓCCARO, J, M. 2002. “La voz del territorio: el desafío de
escucharla”. En: Reflexiones Geográficas nº 10. Revista de la agrupación
de Docentes Interuniversitarios de Geografía. Río Cuarto.
• (3) SANTOS, M. 1996. “Metamorfosis del espacio habitado”. Barcelona.
Oikos-tau. Ed.

• (4) GÓMEZ, R. 2003. “Neoliberalismo Globalizado. Refutación y


Debacle”. Ediciones Macchi. Argentina.

• (5) SUBSECRETARÍA DE MINERÍA DE LA NACIÓN. SERVICIO


GEOLÓGICO MINERO ARGENTINO. INSTITUTO DE GEOLOGÍA Y
RECURSOS MINERALES. “Recursos minerales de la República
Argentina”.Ed. Zappettini.

• (6) BERTUCI, R. CUNHA, ILDIS. CUNHA, T. DEVIA, L. FIGUEIRAS, M. RUÍZ


DÍAS LABRANO, R. VIDAL PERERA, R. 1996. “MERCOSUR y MEDIO
AMBIENTE”. Buenos Aires, Argentina. FUNDACIÓN CENTRO DE
ESTUDIOSPOLÍTICOS Y ADMINISTRATIVOS. EDICIONES CIUDAD
ARGENTINA.
• (7) PÁGINA 12. 05/08/2007. “La cadena del Oro”. Pág. 21
• (8) GALEANO, E. 1994. “Úselo y Tírelo”. Editorial Planeta Argentina.
Buenos Aires. Argentina.

• (9) GIACOBBE, M, S. “La Geografía en el aula, una disciplina formadora”.


Ponencia en “65 Semanas de Geografía. Congreso Nacional de Geografía”.

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