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Los docentes convivimos con el estrés

Laritza Ramirez

Estamos viviendo una época de constantes cambios, de la que ha emergido la llamada “Sociedad
del Conocimiento”; nuestra patria no escapa de sus exigencias y demandas, por lo que la educación tiene
la responsabilidad de preparar a las generaciones en este contexto. Los docentes son los responsables
directos de la formación de los estudiantes y los que tienen que enfrentar en su práctica educativa una
serie de limitaciones y circunstancias externas e internas tanto de la sociedad como en sus estudiantes y
ellos mismos; por ejemplo, las políticas educativas de los últimos gobiernos no responden a reformas
eficientes para delimitar la senda por donde debe seguir la educación peruana para mejorar su cobertura a
nivel nacional o para mejorar su calidad en la línea que los estudiantes asimilen más eficazmente el
conocimiento impartido en las escuelas y conseguir que generen sus propios conocimientos; en este
sentido Cuenca y O´Hara (2006:15) nos dice “ la educación se ha sometido a cambios constantes que
buscan formar ciudadanos y personas acordes con la propia realidad y la exigencia del contexto histórico
temporal en el que nos encontramos ... han dado lugar a reformas cuyo fin es responder a las exigencias y
retos de esta sociedad. Sin embargo, estas reformas educativas se caracterizan por una suerte de
incertidumbre como consecuencia de la rapidez con la que suceden los cambios propios de la
postmodernidad, y también como consecuencia de las que entrañan por los conflictos de intereses entre
grupos de poder presentes en la escena histórico-política de un país”. Es tarea nada fácil para los
educadores debido a la poca preparación con la que egresan de las universidades, los bajos sueldos,
incentivos poco atractivos, y el mismo contexto socioeconómico del país como la pobreza, la inequidad,
la violencia, desnutrición infantil, la crisis ética, la corrupción, entre otros problemas coyunturales; si a
esto sumamos que los alumnos tienen problemas psicológicos y familiares, los mismos que influyen en el
proceso de enseñanza-aprendizaje. Así, Cuenca y O´Hara (2005:17) cita a Cuenca y Portocarrero
(2003:9) que en su trabajo señalaban que “En el Perú, en el plano profesional-académico entre 1990 y el
año 2000, la formación inicial presenta vacíos metodológicos y conceptuales, el perfil de los ingresantes a
la carrera sigue siendo el no deseado.” Por ello, es importante pensar que si los maestros no poseen
diversas estrategias para enfrentarse a la realidad educativa podrían sufrir de estrés y el proceso de
enseñanza-aprendizaje puede afectarse. Los que tienen a su cargo la gestión institucional exigen más a los
maestros sin dotarles de los medios necesarios para hacer frente a los problemas que se le presentan en su
práctica educativa lo que puede originar tensiones que si no son manejadas o superadas pueden
desencadenar en ellos estrés laboral. Afectando su salud e influenciando de manera negativa la formación
y enseñanza de sus alumnos. Referente al estrés docente Travers y Cooper (1997:17) nos dice que “ los
docentes padecen estrés debido al trabajo que hacen en casa, al comportamiento de los alumnos, la falta
de vías promocionales, las condiciones laborales insatisfactorias, la mala relación con colegas, alumnos y
administradores y muchos otros problemas (...) Aunque se han realizado numerosos intentos de investigar
las verdaderas causas y síntomas del estrés en docentes, a menudo los resultados no han sido muy
coherentes. Un problema básico es la variedad de formas en que las personan han enfocado el fenómeno
del estrés entre docentes, y también el hecho de que muy a menudo los enseñantes son reacios a admitir
hasta qué punto experimentan estrés , por miedo que se considere una debilidad”. La presencia del estrés
en los docentes varia de maestro a maestro así nos los dicen Travers y Cooper (1997:26) citando a Fimian
(1982) “la frecuencia con la que se producen incidentes estresante y su fuerza varían de maestro a
maestro”. Los efectos que pueden traer en los docentes dependen de las respuestas de su organismo desde
lo fisiológico, psicológico y social, como nos lo refiere Travers y Cooper (1997:26) citando a Krause y
Stryker (1984).

Existe poco conocimiento entre los docentes de lo que es el estrés y cómo evitarlo o manejarlo.
El estrés es una enfermedad que crece día a día entre los docentes, lamentablemente en el campo
educativo hay muy poca preocupación por informar a los docentes cómo gestionar su estrés desde su
preparación profesional como educador hasta cuando ejerce su profesión.

El estrés para Barlow (2001:13,14) es una respuesta no específica del cuerpo a cualquier
demanda que se le hace. O lo que es lo mismo, cuando el cuerpo está excitado-sin importar situación- lo
hace, básicamente, de la misma forma. Esta respuesta es fisiológica o psicológica, y está compuesta de
cambios gastrointestinales, cardiovasculares y glandulares. El estrés no se limita a ser una tensión
nerviosa, a pesar de que ésta puede formar parte de la respuesta de estrés. Se trata de una activación
biológica completa, y a veces experimentamos demasiada cantidad de la misma durante un periodo de
tiempo demasiado largo.

Cuenca y O´Hara (2006) se refieren al estrés como “un fenómeno emocional acompañado de
cambios bioquímicos, fisiológicos, cognitivos y conductuales que se producen como consecuencia de un
desequilibrio entre las demandas del ambiente y los recurso de la persona para afrontarlas.” (p.20)

Desde el campo de la psicología los investigadores han relacionado el manejo del estrés con
nuestras percepciones y entendimiento de lo que está pasando, es decir el juicio de valor cognitivo,
relacionado con el aporte Lazarus (1966) citado en Chaplain (2001:1) quien fue el pionero del desarrollo
del paradigma del estrés y su manejo, argumentando que un acontecimiento es estresante si se percibe
como tal por el individuo. El juicio de valor cognitivo, por ende, es mediador entre el estar consciente de
un evento potencialmente estresante y la reacción del individuo ante él. Un juicio de valor primario
determina el grado de amenaza que el factor potencialmente estresante ofrece, y un juicio de valor
secundario se refiere a evaluar la habilidad de uno para manejar el acontecimiento claramente; el nivel de
recursos personales, interpersonales y organizacionales que un individuo percibe tener disponible es
fundamental para entender hasta qué punto se sienten preparados para manejar acontecimientos
específicos. En este sentido el estrés es una experiencia individual relacionado con nuestra parte
emocional, relacionado a que no todos superamos las mismas situaciones de presión estresantes debido a
características de nuestra personalidad y actitudes particulares.

Cuenca y O´Hara (2006:25) señalan tres tipos de presiones a las que se ven expuestos los
docentes: de tipo organizacional, vinculadas a las funciones y el clima dentro de la escuela; de tipo
socioeconómico, vinculadas a las condiciones de vida y remuneraciones recibidas; de tipo laboral,
vinculadas a las actividades que comprende su quehacer tanto dentro como fuera del aula. Estas
situaciones no necesariamente son estresantes por sí mismas, sino que entran en juego las presiones del
entorno y las características de cada individuo. Por ello, el estrés es principalmente una respuesta de
protección, en la mayoría de situaciones nuestros cuerpos están en un estado de equilibrio o homeostasis,
la producción de hormonas en nuestro cuerpo es la adecuada para atender las necesidades de nuestra
situación actual, pero cuando nos enfrentamos a una prensión exterior nuestro cuerpo incrementa por sí
misma la respuesta para poder resistir la embestida. En un estudio de casos en Lima Metropolitana que
realizaron Cuenca y O´Hara (2006) encontraron cinco causas de la sensación de estrés: las relaciones
intrainstitucionales, la irrupción en el espacio privado, las exigencias laborales dentro de escuela pública,
los problemas sociales en la escuela y las demandas externas: políticas educativas y sociales.
En la primera mitad de este siglo, Walter Cannon citado por Barlow (2001:16), profesor de la
Facultad de Medicina de Harvard, describió los cambios ante un desafío o presión y los denominó la
respuesta del organismo de “pelear” o “salir huyendo” para sobrevivivir. Entre los efectos positivos del
estrés podemos mencionar los planteados por Barlow (2001):
-El estrés nos permite dominar situaciones difíciles; hay muchas actividades de nuestra vida diaria que
necesitan de nuestra energía. Nuestro juicio a corto plazo mejora en la mayoría de circunstancias. La
memoria se agudiza en una situación extrema. Nuestra atención se afina, con lo que nuestra concentración
aumenta.
-Hay muchas situaciones en las que el estrés hace que nos sintamos bien; la respuesta del estrés nos
estimula cuando hacemos algo que nos da miedo, como saltar de paracaídas, el primer día en un trabajo
nuevo, hacerse cargo de responsabilidades adicionales también pueden ser momentos excitantes.
Entre las consecuencias negativos Barlow menciona cuatro:
-El estrés da por resultado un empeoramiento de la salud. Cuando permanecemos en estados de estrés
durante períodos de tiempo prolongados, no sólo es nuestra salud la que se ve afectada negativamente,
sino que también nuestros niveles de energía. Nos cansamos fácilmente. El coste personal es
inconmensurable. La sociedad gasta cantidades inmensas de dinero intentando ayudar a que los enfermos
mejoren su salud.
-El estrés disminuye el rendimiento; aunque la mayoría de la gente parece actuar mejor y rendir más bajo
una presión suave, el estrés prolongado o extremo puede hacer empeorar su rendimiento. Cuando hay
mucho estrés, se discierne mal, se comenten errores y uno no se da cuenta de ellos, disminuye la
flexibilidad, se pasa por alto información importante y se pierde la capacidad de concentración.
-El estrés conduce a un efecto de círculo vicioso; las situaciones estresantes tienden a ser auto-
reforzadores. Una respuesta de estrés en una situación, generalmente, hace que uno responda también así
al acontecimiento siguiente.
-Enfrentarse a las cosas de manera disfuncional; cuando estamos sometidos a estrés es probable que
utilicemos respuestas únicamente emocionales, en lugar de cambiar nuestras conductas para manejar las
situaciones a las que nos enfrentamos.

Para combatir el estrés negativo podemos tomar como medidas de solución y prevención la
relajación, la cual hace que uno se sienta bien y ayuda a enfrentarse mejor a la vida, además nos ayuda a
mantener una buena salud, el libro de “Gestión del Estrés” de Barlow, Janelle brinda una gran relación
de ejercicios de relajación que pueden consultar. Asimismo, Cuenca y O´ Hara (2006) plantean algunas
estrategias de apoyo al respecto como: el establecimiento de adecuadas relaciones interpersonales con
los colegas de trabajo se convierten en una fuente protectora contra el estrés, siendo posible desarrollar
buenos vínculos laboraes si existe una estructura organizaciona que los favoresca y el ocio recreativo, ya
que toda actividad física o mental necesita un tiempo de descanso, en este sentido desconectarse del
trabajo y de la rutina es uno de los elementos para llevar una vida saludable tanto mental como física.
Referencias Bibliográficas

1. Chaplin, Roland P. (2001). “Stress and Job Satisfaction among Primary Headteachers”. Vol 29 (2) 197-215. Recuperado el 30 de
enero de 2007 de ______

2. Cuenca, Ricardo y O´Hara, Jessica. “El estrés en los maestros: percepción y realidad. Estudio de casos en Lima Metropolitana”.
Ministerio de Educación- Programa de Educación Básica de la Cooperaciión Alemana al Desarrollo. Perú, Tarea Asociación
Gráfica Educativa, 2006. Pp. 57

3. Barlow, Jabelle. “Gestión del Estrés”. Barcelona, Ed. Gestión 2000 S.A 2ª edición en lengua castellana. Pp. 208

4. Travers, Cheryl y Cooper, Cary. “El estrés de los profesores. La presión en la actividad docente”. Barcelona, Ed. Paidós Ibérica
S.A, 1997. Pp. 284

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