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Virus
Grupos
I: Virus ADN bicatenario
II: Virus ADN monocatenario
III: Virus ARN bicatenario
IV: Virus ARN monocatenario
positivo
V: Virus ARN monocatenario
negativo
VI: Virus ARN monocatenario
retrotranscrito
VII: Virus ADN bicatenario
retrotranscrito
Un virus (de la palabra latina virus, toxina o veneno) es una entidad biológica capaz de autor
replicarse utilizando la maquinaria celular. Es un agente potencialmente patógeno compuesto
por una cápside (o cápsida) de proteínas que envuelve al ácido nucléico, que puede ser ADN
o ARN. Esta estructura puede, a su vez, estar rodeada por la envoltura vírica, una capa
lipídica con diferentes proteínas, dependiendo del virus. El ciclo vital de un virus siempre
necesita de la maquinaria metabólica de la célula invadida para poder replicar su material
genético, produciendo luego muchas copias del virus original. En dicho proceso reside la
capacidad destructora de los virus, ya que pueden perjudicar a la célula hasta destruirla.
Pueden infectar células eucarióticas o procarióticas (en cuyo caso se les llama bacteriófagos,
o simplemente fagos). Algunos indicios parecen demostrar que existen virus que infectan a
otros virus (llamados viroides). Algunos virus necesitan de enzimas poco usuales por lo que
las cargan dentro de su envoltorio como parte de su equipaje.
Tres tipos de virus: un virus bacteriano bacteriófago (centro izda); un virus animal (arriba a la
derecha); un retrovirus (abajo a la derecha).
Tabla de contenidos
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1.1 Tamaño
1.2 Cristalizables
3 Tipos de virus
3.1 Virus que infectan células animales
7 Ejemplos de virus
8 Véase también
9 Enlaces externos
Ninguno de los virus posee orgánulos y, sobre todo, ninguno tiene autonomía metabólica,
por lo que no son considerados células. Su ciclo de vida tiene dos fases, una extracelular y
metabólicamente inerte, y otra intracelular que es reproductiva. Se puede agrupar las
características definitorias de los virus en torno a tres cuestiones: su tamaño, el hecho de
que sean cristalizables y el hecho de que sean parásitos intracelulares o microcelulares
obligados. Estas tres cuestiones colocan a los virus en la frontera entre lo vivo y lo inerte.
Tamaño
Los virus son estructuras extraordinariamente pequeñas. Su tamaño oscila entre los 24
nanómetros del virus de la fiebre aftosa a los 300 nanómetros de los poxvirus.
En la década de los 30, con el uso de filtros de tamaño de poro inferior, con las técnicas de
cultivo celular in vitro que permitían la obtención de gran cantidad de virus, con la
ultracentrifugación y finalmente con el microscopio electrónico y la difracción de rayos X, se
logró visualizar a estos agentes.
Cristalizables
Los virus son cristalizables, como demostró W. Stanley en 1935. Esto depende del hecho de
que las partículas víricas tienen formas geométricas precisas y que son idénticas entre sí, lo
cual las separa de la irregularidad característica de los organismos, las células o los
orgánulos, y las acerca a las características de los minerales y de agregados de
macromoléculas como los ribosomas. Al tener un volumen y forma idénticos, las partículas
víricas tienden a ordenarse en una pauta tridimensional regular, periódica, es decir, tienden a
cristalizar.
Los virus son parásitos intracelulares obligados. Desde los años treinta se sabe que los virus
se componen principalmente de ácido nucleico y proteínas, estas últimas forman la cápside,
que se conoce también como envoltura proteíca. Esto quiere decir que necesitan un huésped
(hospedante), ya que en vida libre no sobreviven. Se sabe que los virus pueden vivir
alrededor de unos cuarenta días sin que tengan algún hospedante en el cual reproducirse.
También se han encontrado virus que presentan lípidos, aunque estos son tomados de la
célula que infectan. Hasta ahora todos los virus que se conocen presentan un solo tipo de
ácido nucleico (ya sea ADN o ARN), el cual puede ser de una o de dos cadenas y puede ser
segmentado. Para que el ácido nucleico pueda replicarse, necesita utilizar la maquinaria
enzimática y estructural de una célula viva, y por otra parte, solamente dentro de una célula
viva tienen los virus las funciones de autoconservación, que junto con la reproducción,
caracterizan a los seres vivos. Esta condición es la causa de que muchísimos virus sean
conocidos como gérmenes patógenos que producen enfermedades en plantas y animales, e
incluso en las bacterias.
Estructura de los virus
Renderización estilizada de una sección transversal del VIH, el virus del sida
Un virus está compuesto de una molécula de ácido nucleico y una envoltura proteínica. Ésta
es la estructura básica de un virus, aunque algunos de ellos pueden añadir a esto la
presencia de alguna enzima, bien junto al ácido nucleico, como la transcriptasa inversa de
los retrovirus, bien en la envoltura, para facilitar la apertura de una brecha en la membrana de
la célula hospedadora.
Virus ADN
Virus ARN
Tomando en consideración el tipo de cadena del ácido nucleico (doble o sencilla de sentido
positivo o negativo) y la forma en que se replica el virus utilizando la célula huésped
(retrotranscrito o no), los virus pueden subdividirse todavía más de acuerdo con la
Clasificación de Baltimore.
La envoltura proteínica recibe el nombre de cápsida. Está formada por unas subunidades
idénticas denominadas capsómeros. Los capsómeros son proteínas globulares que en
ocasiones tienen una parte glicídica unida. Se ensamblan entre sí dando a la cubierta una
forma geométrica. Atendiendo la forma de la cápsida, se pueden distinguir los siguientes
tipos de virus:
Cilíndricos o helicoidales: los capsómeros, que son de un solo tipo, se ajustan entorno una
hélice simple de ácido nucleico. Un ejemplo lo constituye el virus del mosaico del tabaco.
Icosaédricos: los capsómeros, que suelen ser de varios tipos, se ajustan formando un
icosaedro regular (es decir, 20 caras triangulares y 12 vértices), y dejando un hueco central
donde se sitúa el ácido nucleico fuertemente apelotonado. Algunos forman poliedros con
más caras que el icosaedro, y algunos presentan fibras proteicas que sobresalen de la
cápsida. Un ejemplo lo constituyen los adenovirus, entre los que se encuentran los virus de
los resfriados y faringitis.
Una placa basal, al final de la cola, con unos puntos de anclaje que sirven para fijar el virus a
la membrana celular. De la placa salen también unas fibras proteicas que ayudan a la fijación
del virus sobre la célula hospedadora.
Como ejemplo de este tipo de virus se encuentran la mayor parte de los virus bacteriófagos
(que infectan las bacterias).
Envoltura lipoproteica
Tipos de virus
En este apartado consideraremos tres grupos de virus según el tipo de células que infecten,
y en cada grupo se citarán los ejemplos más destacados y sus otras características
definitorias.
Virus del Nilo oeste: produce enfermedades en aves y mamíferos, incluidos humanos. Se
transmite a través de los mosquitos.
El primer virus descrito fue el de la fiebre aftosa (Loeffler y Frosch, finales del siglo XIX). La
mayoría de ellos tienen envoltura lipoproteica:
Entre los virus con ARN monocatenario se pueden citar los de la rabia, el sarampión, la gripe
y la rubéola.
Los retrovirus contienen ARN monocatenario y la enzima transcriptasa inversa. Al infectar la
célula, transcriben el ARN en una molécula de ADN bicatenario que se une al ADN celular.
Pertenecen a este grupo el virus del SIDA y algunos virus oncogénicos.
Entre los virus con ADN bicatenario se puede citar el grupo de los herpesvíridos como los del
herpes, y de la hepatitis.
La mayor parte de los reovirus (con ARN bicatenario) infectan células animales.
Los virus que contienen ADN bicatenario suelen ser poco virulentos, como los adenovirus
(de los resfriados) y los virus de las verrugas (papovirus).
Son los primeros que se descubrieron (virus del mosaico del tabaco, Ivanovski, 1892). La
mayor parte de ellos contienen ARN monocatenario y cápsida helicoidal, y carecen de
envoltura lipoproteica. El virus del mosaico del tabaco es un ejemplo. Algunos reovirus (virus
con RNA bicatenario, icosaédricos y sin envoltura lipoproteica) producen tumores en las
heridas de las plantas. En este grupo hay también virus con ADN y cápsida icosaédrica,
como el del estriado del maíz o el del mosaico de la coliflor.
Los virus se han venido clasificando atendiendo al tipo de ácido nucleico que contienen, a
las características de la envoltura del virión, cuando existe, a la posición taxonómica de sus
huéspedes, a la patología que producen, etc. Dada su falta de autonomía para el desarrollo y
su probable carácter polifilético, es muy difícil aplicarles de forma consistente los criterios de
clasificación y nomenclatura que sirven tan bien para la clasificación de los organismos
celulares, o verdaderos organismos. Combinando caracteres como los enumerados, y por
ese orden de importancia, se han reconocido unos 30 grupos de virus internamente bien
definidos.
Clasificación de Baltimore
Los virus de ADN de dos cadenas entran en la célula (independientemente del mecanismo de
infección) y las ARN polimerasas no distinguen el genoma celular del genoma vírico, forman
ARNm, que se traduce en los ribosomas y da lugar a las proteínas de la cápsida, y a veces a
enzimas replicativos. Son los virus más simples. Ej: los fagos de la serie T par, fueron los
primeros que se descubrieron.
Su material genético es ADN de una cadena. Ya que es de polaridad positiva, necesita una
cadena negativa para poder transcribir; así, al entrar a la célula la ADN polimerasa (enzima de
reparación o alargamiento) hace un ADN bicatenario que sirve para sintetizar (a partir de la
hebra negativa) un ARNm que lleva la información necesaria para fabricar capsómeros y
enzimas replicativos.
Son virus de ARN bicatenario. Llevan como parte del virión una transcriptasa viral que es una
ARN polimerasa ARN dependiente que utiliza para, a partir de la hebra negativa del ARN
bicatenario, fabricar el ARNm. Además de ser una enzima es una proteína estructural, ya que
forma parte de la cápsida, por ello sólo se replica si a la célula entra la cápsida junto al
genoma vírico.
Son virus de ARN monocatenario cuyo genoma tiene naturaleza de ARNm. Son virus simples.
Son virus de ARN cuyo genoma podría actuar como mensajero pero “in vivo” no lo hace.
Poseen una transcriptasa inversa que de un genoma ARN transcribe una molécula de ADN,
primero de una cadena y luego de dos. Posteriormente y usando los enzimas celulares se
elabora un mensajero. Estos virus son capaces de alcanzar el núcleo de las células, se
insertan a los cromosomas de las células que infectan, son los retrovirus.
Orden (-virales)
Familia (-viridae)
Subfamilia (-virinae)
Género (-virus)
Especie (-virus)
Los nombres de los taxones de categoría superior se escriben en cursiva, como en el Código
Internacional de Nomenclatura Botánica (pero no en el Zoológico). Los nombres de especie
siguen una regla sistemática, nombrándose en la lengua vernácula con el nombre de la
enfermedad y la palabra que significa virus. Por ejemplo, virus de la inmunodeficiencia
humana. El reconocimiento de órdenes se ha producido tardíamente y se usan con
parsimonia, habiéndose designado hasta ahora sólo tres, de manera que la mayoría de las 80
familias todavía no han sido adscritas a ninguno. La lista de ICTV contiene unas 4.000
especies.
Los virus tienen un objetivo básico: producir copias de sí mismos en gran cantidad
sirviéndose de la maquinaria que tiene una célula viva para los procesos de replicación,
transcripción y traducción.
La posición de los virus como frontera entre lo vivo y lo inerte plantea a los científicos el
problema de su origen. Para muchos, los virus serían los primeros seres, en la historia de la
evolución de lo inerte a lo vivo, que lograrían reunir con eficacia las funciones de replicación,
transcripción y traducción. Serían, pues, los organismos menos evolucionados.
A otros, el hecho de que los virus solamente puedan realizar esas tres funciones vitales en el
interior de células vivas, les lleva a pensar que los virus no pudieron existir antes de que
aparecieran las primeras células, por muy simples que éstas fueran. Los virus serían formas
regresivas de organismos celulares que se han adaptado de forma extrema al parasitismo.
El descubrimiento de otras formas acelulares ha aportado nuevas luces al origen de los virus,
pero no ha servido para solucionar la disyuntiva planteada. Las otras formas acelulares son:
Los provirus.
Los plásmidos.
Los viroides.
Algunos científicos (como Temin, en 1969) han postulado que los virus serían el resultado de
la evolución de estas formas acelulares: los virus de ADN procederían de provirus y
plásmidos, y los de ARN, de los viroides. La cápsida de los virus sería un logro evolutivo por
el que el material genético se vería protegido en su desplazamiento de una célula otra, y
garantizaría el éxito de la infección. Por otra parte, las formas acelulares podrían haber
nacido en el seno del medio celular, cuando unos determinados genes lograran autonomía
respecto al funcionamiento del genoma celular; de esta manera, el origen de los virus no
estaría ligado necesariamente a los episodios que acompañan a la aparición de la vida sobre
la tierra.
Pero también podría hablarse de un proceso inverso: una pérdida de la cápsida reduciría a
las unidades autónomas de replicación-transcripción-traducción a la condición de provirus,
plásmidos o viroides.
En conclusión, el descubrimiento de formas acelulares más sencillas que los virus nos ayuda
a comprender mejor su naturaleza y significado biológico, pero nos mantiene en la duda de si
estamos frente a los primeros organismos salidos de la materia inerte, o frente a formas
regresivas resultantes de la especialización del parasitismo.
Ejemplos de virus
Poxviridae
Género Rhinovirus: Resfriado común
Arenaviridae
Género Moluscipoxvirus: Molusco contagioso
Herpesviridae
Virus Sabia
Virus Oropouche
Género Orthoreovirus: Reovirus
Virus Germiston
Género Coltivirus: Fiebre del colorado
Género Orbivirus: Virus kemerovo Virus sin nombre (antes Muerto Canyon)
Grupo IV: Virus ARN monocatenario positivo Hantaan (Fiebre hemorrágica de Corea)
Virus Sindbis
Paramyxoviridae
Virus Tonate
Género Paramyxovirus: Parainfluenza
tipos 1 a 4, Parotiditis
Flaviviridae
Encefalitis de Australia (Encefalitis del Valle Murray) Grupo VI: Virus ARN monocatenario
retrotranscrito
Hepatitis G
Retroviridae (retrovirus):
Virus de la encefalitis de las garrapatas de Europa
Central Género HTLV: Virus linfotropico T
humano (HTLV) tipos 1 y 2
Absettarov
Género Lentivirus: Virus de
Hanzalova
inmunodeficiencia humana (VIH)
Hypr
Virus SIV(h)
Kumlinge
Grupo VII: Virus ADN bicatenario
Bosque de Kyasamur retrotranscrito
Virus Wesselsbron
Véase también
Virus y cáncer.
Virus satélite
Virus informático.
Enlaces externos
Aunque parecen lo mismo, no lo son. Los virus son agentes externos a nuestro organismo, que
provocan “enfermedades virales”; si un virus ataca, quiere decir que las defensas de nuestro
organismo están bajas.
Para remediarlo, bastará con un poco de descanso y cuidados, además de incrementar las
vitaminas y minerales necesarios para que aumenten nuestras defensas y la “enfermedad viral”
cese.
En el caso de las bacterias, aunque son agentes externos a nuestro organismo y pueden
esparcirse en el aire, al igual que los virus, éstas pueden provocar “infecciones” que, en muchos
de los casos, nuestras defensas no pueden erradicar y provocan un daño mayor. Para tratarlas es
necesario utilizar antibióticos, pero es importante que el médico recete el tratamiento que debes
seguir, ya que automedicarte puede provocar la muerte de bacterias “sensibles” (fácil erradicación)
y provocar la creación de bacterias “resistentes”, las cuales pueden crecer y multiplicarse con
facilidad generando enfermedades graves, además de que los tratamientos para erradicarlas se
volverán largos y costosos.
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