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Una Reflexión Crítica a Alfredo Toro Hardy en su libro La Era de las Aldeas (2002), relata en el capítulo III dedicado a América Latina donde se pregunta ¿Quiénes somos y para dónde vamos? Y ¿Quiénes somos los latinoamericanos?
Una Reflexión Crítica a Alfredo Toro Hardy en su libro La Era de las Aldeas (2002), relata en el capítulo III dedicado a América Latina donde se pregunta ¿Quiénes somos y para dónde vamos? Y ¿Quiénes somos los latinoamericanos?
Una Reflexión Crítica a Alfredo Toro Hardy en su libro La Era de las Aldeas (2002), relata en el capítulo III dedicado a América Latina donde se pregunta ¿Quiénes somos y para dónde vamos? Y ¿Quiénes somos los latinoamericanos?
El venezolano Alfredo Toro Hardy en su libro La Era de las Aldeas (2002),
relata en el captulo III dedicado a Amrica Latina donde se pregunta Quines somos y para dnde vamos? Y Quines somos los latinoamericanos? Nos presenta varios autores los cuales dan sus puntos de vista referente a lo en cuestin donde se hacen distinciones entre las civilizaciones occidental y latinoamericanas, los prejuicios heredados, como en la misma Europa el pensamiento esencial de no toco a todas las regiones, el legado cultural que nos dejaron como modelo excntrico, la fusin de este con el enfrentamiento tnico cultural, la bsqueda de otros en la especificidad de nuestra condicin, el intento de otros por absorber la cultura occidental. Tambin el autor nos lleva al tiempo y el espacio en que se comienza a hablar de Amrica Latina. A simple vista pudiera parecernos que el escritor nos quiere llevar a un recorrido por los lugares y momentos en que se dieron los debates de quienes somos y para dnde vamos. Sin embargo no sucede de esta manera, pretende darnos una percepcin ms clara de la realidad, crendonos conciencia de una cultura directa que recibimos de occidente. No podemos obviar que a lo largo de la mayor parte de nuestra historia la raz rectora, est sustentada en los valores predominantes, que recibimos de Europa, como lo menciona Arturo Uslar Pietri en su obra Fantasma de dos Mundos: La familia, la casa, la urbanizacin, la relacin social, la situacin de la mujer y del hijo, nos vinieron por la iglesia y por la las Leyes de Indias, a travs de las Siete Partidas, de la herencia romana del derecho. El concepto de la Ley, el del Estado, el del delito y la pena, el de la prosperidad, nos vienen en derecha lnea de la gran codificacin de Justiniano. Una de las grandes corrientes del pensamiento Latinoamericano se da con Simn Bolvar quien intenta enfrentar esta duda existencial con la bsqueda de la solidaridad y la integracin de nuestros pueblos en su afn de una constitucin social y poltica de hechos, basada en nuestras races y realidades. Como bien l deca: constituimos una especie de pequeo gnero humano. No somos europeos ni amerindios o africanos. Somos una combinacin de esas razas y de sus respectivas claves culturales. Los latinoamericanos tenemos la herencia hispana, la cosmogona indgena y la magia africana. Todo esto nos sita dentro de un espacio de identidad particular, nos brinda a los latinoamericanos con una estructura mental capaz de moverse con igual facilidad al interior o al exterior de la cultura occidental. De manera innata podemos comprender las claves culturales occidentales o situarnos al exterior de sus muros y mirar a aquella civilizacin con la curiosidad de un extrao, como dice Toro en otro de sus textos. Ello potencia un pensamiento lateral de inmensa vitalidad. Lawrence Harrison, plantean que slo una transculturizacin que lleve a adoptar las claves culturales anglosajonas puede hacer que los excluidos del desarrollo tengan acceso a l. Los debates ac expuestos y las posturas de los diferentes tratadistas del tema no solo juegan un papel importante para el conocimiento nuestra Amrica Latina sino que podemos concluir al igual que el autor que somos una cultura catlica-romana, latina, escolstica y tomista; somos una parcela inescapable de la civilizacin occidental. Postura que comparto desde mi experiencia personal y los estudios que a los largo de mi vida he podido realizar.
Constituimos una especie de pequeo genero humano esto no excluye, sin
embargo, que estemos en la obligacin de superar rasgos como la viveza, el facilismo, la dejadez, la improvisacin o la impuntualidad que nos mantienen anclados en el subdesarrollo.