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l fútbol es el deporte más popular del mundo, pero no es sólo un juego, es también un fenómeno
político, económico, cultural, solidario y educativo, que lo han convertido en el “fenómeno de fenó-
menos”. Todo ello se analiza en esta publicación (LID Editorial) de Francisco Alcaide Hernández.
El fútbol es un fenómeno “político”. A lo largo de la historia el fútbol ha sido utilizado –y sigue siéndo-
lo, aunque de manera más sutil– por los gobiernos para vincular éxitos futbolísticos con éxitos políti-
cos al tiempo que servía de excusa para desviar la atención de otro tipo de problemas. También ha sido
un instrumento generador de ideología y un medio a través del cual manifestar las diferencias políti-
cas. Igualmente ha servido como arma política para acercar posturas encontradas, que lo han conver-
tido en una medida de soft power muy atractiva en el mundo diplomático. En otros casos es el recurso
ginativa. A través del SGD se valoran logros de acciones con el que aquellos países en proyecto tienen la oportunidad de ganarse el respeto en la escena inter-
innovadoras, así como los métodos, competencias (ingenio y El compromiso e implicación de los empleados, que nacional. Lo dijo el camerunés Roger Milla: “Gracias al fútbol un país pequeño puede ser grande”.
creatividad, entusiasmo y voluntad de ser mejores, proacti- parecen sentir el crecimiento y éxito de la empresa como
vidad y tenacidad en el logro, entre las más valoradas) y propios, están en la base de los éxitos de mercado del Grupo El fútbol es un fenómeno “social”. Vázquez Montalbán decía: “Si tu equipo gana, el lunes será
riesgos en su consecución. El SGD es formal y obligatorio en Antolín y en la de los reconocimientos de asociaciones pro- menos lunes. Si tu equipo pierde, el lunes será la evidencia misma de que hay días nefastos
todo el mundo, alcanzando al 90% de la plantilla. fesionales de la dirección de personas n dentro de años nefastos, inscritos en una vida nefasta”. Umberto Eco escribía: “Hay algo que
ningún movimiento estudiantil, ninguna revuelta urbana, ninguna protesta global o lo que sea
podrá hacer nunca, aunque lo considerarán esencial: invadir un campo deportivo en domingo”.
Muchos ejemplos muestran la influencia del fútbol en nuestra sociedad. En Vigo, cuando el
Celta gana, los profesionales rinden más en su trabajo; en Pamplona, si el Osasuna pierde, se
nota una bajada de la productividad en la planta de Volkswagen; y en la fábrica de Fiat el
número de días de huelga está relacionado con los resultados de la Juve. Más datos: el Marca
es el periódico más leído y los programas de televisión más vistos son partidos de fútbol. En
última instancia, el fútbol es para algunos una religión en la que los estadios son los temp-
los; los jugadores, los dioses; y la afición, los fieles.
El fútbol es un fenómeno “económico”. Si el fútbol fuese un país sería la 17ª economía del
mundo. En España, su repercusión sobre el PIB tanto de forma directa –abonos, entradas,
derechos de televisión,...– como indirecta –billetes de viaje, ropa deportiva, alojamiento en
hoteles...– es de 9.000 millones de euros y representa una importante fuente de finan-
ciación para el Estado en concepto de impuestos y quinielas. Por otro lado, la liga españo-
la ha pasado a denominarse “Liga BBVA” y son numerosas las entidades financieras que a
través de diferentes iniciativas –depósitos, tarjetas de crédito, fondos de inversión...–
intentan aliarse con el deporte rey para captar negocio.
El fútbol es un fenómeno “cultural”. La pasión que suscita el balón entre los ciudadanos ha desperta-
do el interés de muchos artistas por captar lo que este fenómeno difícilmente explicable representa.
Cine, literatura, escultura, pintura, teatro o música, han rendido tributo al fútbol. La filosofía también
se ha fijado en el balón dando lugar a nueva disciplina –la futbolsofía– que busca reflexionar y encon-
trar respuestas a las grandes preguntas a través del fútbol.
El fútbol es un fenómeno “solidario”. Es un gran agitador de conciencias con capacidad para penetrar
con sus mensajes en todos los ámbitos y en todas las instancias. Al fútbol se le hace caso, lo que sirve
de revulsivo para que preste su apoyo en la lucha contra todo tipo de causas: accidentes de tráfico, vio-
lencia de género, catástrofes naturales, atentados y guerras, racismo, droga o pobreza, entre otras.
En resumen, una obra, repleta de anécdotas, personajes y datos, con la que disfrutar con el deporte
rey y descubrir por qué en muchas zonas del planeta el fútbol es una forma de vida n
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